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Perforación de víscera hueca Capítulo 62 | 585 • La perforación de víscera hueca constituye un reto diagnóstico y terapéutico, debido a que las manifestaciones clínicas suelen ser muy variadas y su abordaje terapéutico espe- cífico dependerá del nivel de la perforación a lo largo del tracto digestivo. • Durante este capítulo, intentaremos resumir de manera general la etiología y fisiopato- logía, al igual que el abordaje inicial en Urgencias, tanto diagnóstico como terapéutico y finalmente, consideraciones órgano-específicas. ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA • El compromiso de la integridad de todas las capas de la pared visceral es necesario para causar perforación y salida de su contenido (aire, heces, bilis), dependiendo del nivel de la misma. Sin embargo, ciertas lesiones que produzcan un compromiso parcial de la pared visceral pueden con el tiempo evolucionar a una ruptura completa, como, por ejemplo, lesiones inadvertidas durante procedimientos quirúrgicos, tras el uso de instrumentos de energía o lesiones tras traumatismos abdominales cerrados. • Un gran número de causas conducen a la perforación de víscera hueca, entre las cuales podemos destacar: 1. IATROGÉNICA Procedimientos endoscópicos, tanto diagnósticos como terapéuticos. Estudios de ima- gen, como la colonoscopia virtual. Perforaciones que se produzcan durante procedi- mientos quirúrgicos, ya sean abiertos o laparoscópicos. Se han comunicado casos de perforación esofágica durante colocación de tubos de tórax, al igual que tras la coloca- ción de sonda nasogástrica en pacientes con ciertas variantes anatómicas propias, como divertículo de Zenker o con modificaciones anatómicas tras procedimientos quirúrgicos (p.ej.: by-pass gástrico). Dentro de este grupo, se incluyen también fugas tras anasto- mosis quirúrgicas. 2. TRAUMATISMOS A nivel abdominal, la más frecuentemente afectada es el intestino delgado, produciéndose durante el 5-15 % de los traumatismos abdominales cerrados, aumentando su incidencia en el traumatismo penetrante. INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS PERFORACIÓN DE VÍSCERA HUECA MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 586 | Capítulo 62 3. CUERPOS EXTRAÑOS Ingesta accidental (p.ej.: palillos de dientes, huesos de animales), así como ingesta por in- tento autolítico. Dentro de esta categoría, se encuentran también dispositivos terapéuticos: stents, clips, al igual que las mallas en pared abdominal y los dispositivos endovasculares, que podrían causar ulceración y posterior fistulización hacia el tracto gastrointestinal (p.ej.: fístula aorto entérica) (Figura 62.1). 4. CAUSAS MEDICAMENTOSAS La ingesta prolongada y a altas dosis de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) aumentan la tasa de úlceras gastroduodenales y esofágicas, al igual que un aumento de perforación de divertículos colónicos. Ciertas medicaciones utilizadas en tratamientos oncológicos e inmunosupresores se han descrito como causantes de perforación intestinal. Durante la pandemia por el SARS-CoV-2, múltiples publicaciones de casos reflejaron un aumento de la tasa de perforación intestinal con el uso de tocilizumab, complicación descrita como de bajo riesgo en su ficha técnica. 5. CAUSAS INFLAMATORIAS-INFECCIOSAS Y NEOPLÁSICAS A lo largo de todo el tracto gastrointestinal. Dentro de las más relevantes, se encuentra la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), con la formación de fístulas, sobre todo en la enfer- medad de Crohn. Alrededor del 20 % de apendicitis aguda tienen evidencia de perforación, lo cual aumenta en ambos extremos de la vida. Los procesos neoplásicos tienen la capacidad de perforar la pared intestinal, por progresión local y fistulización, al igual que secundario a una obstrucción que condicione la perforación proximal a la zona tumoral estenótica. MANIFESTACIONES CLÍNICAS • Resulta imperativo realizar una historia clínica completa abarcando antecedentes per- sonales, tratamiento actual, hábitos (p.ej.: alcohol, tabaco), antecedentes recientes de hospitalizaciones o procedimientos realizados, al igual que una anamnesis detallada de los síntomas y los hallazgos en el examen físico. • Dadas las diferentes localizaciones de la perforación y las diversas variaciones ana- tómicas, las manifestaciones clínicas son muy diversas. La presentación puede ser como dolor abdominal o torácico agudo, o presentarse de manera insidiosa con sintomatología de larga duración o ha- llazgos en la exploración de alguna masa palpable o drenaje de contenido a través de un trayecto fistuloso hacia el exterior. • Los signos y síntomas de la perforación, independientemente del órgano afecto, se deben primero a la irritación química del peritoneo (en el caso de perforación intrabdominal) y después, a la infección o la sepsis. Figura 62.1. Perforación de pared anterior gástrica por migración de endoprótesis esofágica. Foto cortesía de la Dra. Beatriz Muñoz Jiménez, Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Perforación de víscera huecaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 62 | 587 • La evolución rápida del cuadro puede comprometer en horas la vida del enfermo, por tanto, precisa una respuesta rápida y resolutiva, ya que el pronóstico va a depender de la rapidez en su diagnóstico y tratamiento. ABORDAJE INICIAL EN URGENCIAS Para el tratamiento inicial, lo más importante en todos los casos es la monitorización y es- tabilización hemodinámica del paciente, reposición del equilibrio hidroelectrolítico si fuera necesario e inicio de cobertura antibiótica. Ante un traumatismo abdominal en el que sos- pechamos una perforación de víscera hueca, el diagnóstico exacto de la posible lesión no es importante, pero sí la necesidad de cirugía urgente o no. Para el diagnóstico de toda perforación de víscera hueca es preciso realizar un es- tudio que incluya: 1. Laboratorio: • Hemograma completo. • Bioquímica: glucosa, creatinina y urea (función renal y estado de hidratación), iones, perfil hepático, amilasa y lipasa. Proteína C Reactiva (PCR) y procalcitonina. • Estudio de coagulación. Puede estar alterado en paciente séptico. • Pruebas cruzadas por si fuera necesaria una transfusión/cirugía. 2. ECG: hay que descartar enfermedad de origen cardiaco, ya que el dolor producido por una perforación de víscera hueca puede confundirse con un infarto de miocardio. 3. Radiografía de tórax: presencia de neumoperitoneo como colección lineal o semilunar de aire subdiafragmático derecho. 4. Radiografía de abdomen: con cúpulas o en decúbito lateral izquierdo, la colección lami- nar de aire se dispondrá entre el borde lateral del hígado y la pared abdominal. 5. TC toracoabdominal con contraste: constituye el estudio de imagen con la mayor sensibili- dad, permite identificar la localización de la perforación en un alto porcentaje de los casos. No debe olvidarse que la cirugía reciente puede ser causa de neumoperitoneo, por lo que es imprescindible informar al radiólogo del tipo y cronología de la cirugía. 1. PERFORACIÓN ESOFÁGICA 1.1. Etiología a) Iatrogénica: es la causa más frecuen- te. Endoscopia, cirugía esofágica, cirugía de tiroides, neumonectomía o cualquier procedimiento en el cual sea necesario el paso de instrumental a través del esófago. A veces, por error, en intubación orotra- queal. b) Espontánea o postemética (Boerhaave). La causa más grave, dado el contenido ali- mentario en el esófago en el momento de la perforación (Figura 62.2). Figura 62.2. Perforación esofágica por síndrome de Boerhaave. Neumomediastino más derrame pleural izquierdo (extravasación de contraste). Fuente: Complejo Hospitalario de Toledo. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 588 | Capítulo 62 c) Ingestión de cuerpo extraño: es la causa más frecuente no iatrogénica. Estas ocurren en las zonas anatómicas con disminución de calibre esofágico: a nivel cricofaríngeo, del arco aórtico y bronquio principal izquierdo, a nivel de esfínter esofágico inferior. d) Postraumática.e) Otras: lesiones cáusticas, úlceras esofágicas, carcinoma, etc. 1.2. Clínica Depende de la causa, de la localización y del tiempo de evolución. Los síntomas más fre- cuentes son el dolor torácico, abdominal si perforación distal e irritación peritoneal, fiebre, disnea, disfagia, tos (esófago cervical). En el caso de una mediastinitis, aparece diaforesis, fiebre, taquicardia e hipotensión, pudiendo desarrollarse un cuadro de sepsis y shock poten- cialmente mortal. Debido a la extensión de la inflamación mediastínica, se puede producir derrame pleural e hipoventilación pulmonar. 1.3. Diagnóstico • Radiografía de tórax AP y lateral: enfisema subcutáneo, neumomediastino y derrame pleural izquierdo, con o sin neumotórax. • Esofagograma con contraste hidrosoluble: para localizar y evaluar la extensión de la per- foración. • TC toracoabdominal: se puede realizar con contraste oral para detectar la localización exacta de la perforación y detectar complicaciones relacionadas. • La gastroscopia está contraindicada. 1.4. Tratamiento • Inicio de tratamiento antibiótico empírico de amplio espectro: se debe cubrir enterobac- terias, anaerobios y bacterias de la flora bucal. Se puede elegir entre (ver capítulo 90): – Beta lactámicos/inhibidores de betalactamasa: amoxicilina-clavulánico, piperacilina-ta- zobactam (pacientes de alto riesgo). – Combinación de cefalosporina de 3ª generación + metronidazol (p.ej.: cefotaxima + metronidazol). – Carbapenémicos: ertapenem, imipenem, meropenem. El tratamiento antifúngico empírico (fluconazol) en pacientes con alto riesgo de infección, tiene un Grado 2B de evidencia. • Ingreso urgente y valorar la necesidad de tratamiento quirúrgico urgente. Los objetivos del tratamiento se basan en controlar/drenar la zona de contaminación, controlar la fuente de sepsis, asegurar la nutrición del paciente y tratar la enfermedad esofágica de base. Hay que individualizar a los pacientes, considerando las opciones terapéuticas según el caso. • Ante una perforación iatrogénica por un procedimiento endoscópico, es posible realizar reparaciones de la lesión durante el mismo acto que la produjo, mediante el uso de en- doclips o prótesis endoscópicas. • Se puede plantear la cirugía mínimamente invasiva mediante videotoracoscopia o por abordaje laparoscópico, en el caso de perforaciones en el tercio distal (Boerhaave). 2. PERFORACIÓN GASTRODUODENAL 2.1. Etiología Constituye la más habitual de todo el tracto gastrointestinal. Su etiología más frecuente es el ulcus péptico, la mayoría como consecuencia de una úlcera duodenal, sobre todo en su cara Perforación de víscera huecaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 62 | 589 anterior, perforando hacia la cavidad peritoneal. Si la perforación ocurre en la cara posterior, pueden penetrar en: retroperitoneo (produciendo un absceso) o páncreas (dando lugar a úlceras penetrantes). Más de la mitad de los pacientes presentan historia de ulcus péptico previo o dolor epigástrico de intensidad variable días u horas previas a la perforación, pero la ausencia de enfermedad ulcerosa previa no descarta la posibilidad de su existencia. 2.2. Clínica Dolor epigástrico súbito e intenso, pudiendo irradiarse al hombro o a todo el abdomen. El cuadro puede progresar hasta una peritonitis, con rigidez abdominal a la palpación y con signos indirectos de irritación peritoneal (inmóvil, acostado, rodillas flexionadas y respiración superficial). 2.3. Diagnóstico Radiografía de abdomen en decúbito supino, bipedestación y decúbito lateral izquierdo con rayo horizontal revela neumoperitoneo, en la mayoría de los casos. TC abdomino-pélvica (Figura 62.3). 2.4. Tratamiento • Monitorización hemodinámica. Reposición de líquidos y electrolitos. • Colocación de sonda nasogástrica y sonda vesical. • Tratamiento antibiótico de amplio espectro (revisar pauta perforación esofágica). • Cirugía urgente, ya sea por vía abierta o laparoscópica. 3. PERFORACIÓN DE INTESTINO DELGADO 3.1. Etiología • Son muy poco frecuentes, sobre todo las no traumáticas, que suelen producirse en pa- cientes con enfermedad subyacente: isquemia crónica o enteritis bacteriana, enfermedad de Crohn, diverticulitis yeyunal o ileal, ingesta de cuerpos extraños o por dilatación secun- daria a procesos obstructivos, adherencias, hernias incarceradas o estranguladas, vólvulo o intususcepción. • También pueden producirse de forma ia- trogénica, por ejemplo, por dehiscencias de suturas, sondas de alimentación. 3.2. Diagnóstico • El neumoperitoneo, solo presente en el 50 % de las perforaciones de intestino delgado, suele ser pequeño. • La prueba diagnóstica de elección es el TC abdominal, que identifica colecciones líquidas intrabdominales y fugas de con- traste oral. Figura 62.3. Perforación pilórica, gran cantidad de neumoperitoneo secundario. Fuente: Complejo Hospitalario de Toledo. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIASMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 590 | Capítulo 62 3.3. Tratamiento • Antibioticoterapia de amplio espectro (revisar pauta en perforación esofágica). • Si la perforación es contenida y paciente clínica y hemodinámicamente estable, se puede optar por tratamiento conservador: dieta absoluta/nutrición parenteral, antibioticotera- pia. • Cirugía urgente. 4. PERFORACIÓN DE INTESTINO GRUESO 4.1. Etiología La apendicitis y la diverticulitis perforada son las dos causas más frecuentes. 4.2. Clínica • El dolor abdominal es el síntoma más frecuente. Se trata de un dolor intenso a la palpa- ción que provoca defensa abdominal en el área de la perforación. La peritonitis es una complicación grave y el paciente puede llegar a presentar signos clínicos de gravedad como hipovolemia, fiebre, taquicardia, oliguria e incluso llegar al shock séptico. • Si la localización es a nivel rectal, dada su localización pélvica, suele haber ausencia de clínica abdominal. 4.3. Diagnóstico • Rx de tórax y abdomen simple, en bipedestación. Aparecerán neumoperitoneo (en un 30-60 %) y niveles hidroaéreos. • TC abdomino-pélvica. Si sospecha fuga a nivel rectal, con contraste vía anal. 4.4. Tratamiento • Monitorización hemodinámica y fluidoterapia intensiva. • Sonda nasogástrica y sonda vesical. • Antibioticoterapia de amplio espectro, sobre todo con cobertura para gramnegativos y anaerobios (ver pauta en perforación esofágica). • La opción quirúrgica se individualiza según cada caso. En casos de pacientes estables clínicamente sin signos de peritonitis difusa o en casos de perforaciones muy localizadas visualizadas por TC (p.ej.: diverticulitis aguda), se puede plantear la posibilidad de tra- tamiento conservador. Ante la presencia de una perforación contenida con un absceso intrabdominal, se puede plantear su drenaje percutáneo guiado por TC. Es necesaria una vigilancia estrecha del paciente, ya que, ante el empeoramiento y la progresión a una peritonitis difusa, será necesaria la cirugía urgente. BIBLIOGRAFÍA Gonzálvez Guardiola P, et al. Perforación intestinal en paciente COVID-19 en tratamiento con tocilizumab y corticoides. A propósito de un caso. Cir Esp. 2020 (en prensa). Hernández Gutiérrez J, Toral Guinea P, Blanco Bravo A. Perforación de víscera hueca. En: Julián A, coordi- nador. Manual de Protocolos y actuación en urgencias. 4ª ed. (Reimpresión 2016). Madrid;SANED:2016. p. 533-8. Mazuski JE, Tessier JM, May AK, et al. The Surgical Infection Society Revised Guidelines on the Management of Intra-Abdominal Infection. Surg Infect (Larchmt). 2017;18(1):1-76. Puerta Vicente A, Priego Jiménez P, Cornejo López MÁ, et al. Management of Esophageal Perforation: 28- Year Experience in a Major Referral Center. Am Surg. 2018;84(5):684-89.
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