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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN FACULTAD DE PSICOLOGÍA ASIGNATURA: PSICOLOGÌA DE LA PERSONALIDAD “LA FENOMENOLOGÍA EN LOS ESTUDIOS SOBRE PERSONALIDAD” Autora: Lic. Regina Isabel Abete de Figueroa Las investigaciones sistematizadas acerca de la personalidad datan de comienzos de la década del 30, durante el siglo pasado y se ligan a la figura de Gordon Allport. Discípulo de Kelly, quien fuera uno de los creadores de la terapia cognitiva, Allport se inscribe dentro del paradigma humanista (Fierro, 1996); es más, él se denomina a sí mismo humanista. El ejemplo mismo de Kelly, aún mejor de Aaron Beck, revela cómo la puesta en marcha de nuevas teorías puede obedecer a dos razones fundamentales: o bien es una disidencia teórica o, es una incompatibilidad fáctica. Kelly es un prototipo de esto último: abocados a los tratamientos depresivos, Kelly y Aaron Beck evaluaron que el psicoanálisis no era efectivo para este grupo de pacientes. Por qué? Pues sencillamente porque al depresivo le es difícil asociar, ya que su pensamiento circular, conocido por todos, hace que su discurso caiga siempre en el mismo punto, el de la queja (Keegan, 1996). Beck (1979) habló de la tríada cognitiva de la depresión y mencionó que en estos pacientes la visión está distorsionada por tener una perspectiva negativa de: sí mismo, el mundo y el futuro. “....A modo de ejemplo podemos mencionar el caso de un terapeuta con cierta experiencia en la práctica psicoanalítica que se refiere con irritación a los pacientes depresivos ‘ que se quejan y dicen sentirse mal pero que no asocian nada’.” Prof.Eduardo Keegan (1997). Apuntes “Tratamiento y maltrato de la depresión" 1 Continuando con Allport, la denominación humanista, que compartió con Murray, creador del TAT, parece como desligada de su línea de producción a partir de que su saber se difunde de manera general como la “Psicología de los rasgos”. Sin embargo, los rasgos a los que él refiere, son el origen de los comportamientos y contemplan una función motivacional, lo que quiere decir que está lejos de la fijeza con que se cualifica al carácter en aquellos estudios que equiparan a éste último término con personalidad. Lo cierto es que con él, y luego con quien continuó en su misma línea, Jean Claude Filloux (1961), la personalidad aparece ligada al concepto de yo. Y no decimos que se equipara, como aparece en alguna literatura que disiente con el tema, porque creemos que los estudios sobre personalidad son en realidad, mucho más amplios y si se homologaran al yo, se perderían tópicos como por ejemplo, los de carácter, clásicos en estos tratamientos. Cuál es el contexto de aparición de los temas sobre personalidad? En los años 50 surge el humanismo en Estados Unidos, como alternativa a dos hegemonías, en lo teórico y en lo clínico: conductismo y psicoanálisis. Debe tenerse en cuenta, que dada su filiación a los estudios sobre percepción, muchas de las teorías de la personalidad consideradas fenomenológicas, tocan el tema de la percepción, punto que compartieron con los cognitivos, a partir de pensar en algún proceso interno que genere un significado y una experiencia. Los enfoques holísticos de la personalidad, no responden a una escuela unificada, ni siquiera a las mismas prácticas científicas, ya que devienen de la sociología, política, biología y medicina (Fierro, 1996), pero sí adhieren a la misma línea de pensamiento y tienen caracteres compartidos. Estos, marcan el eje rector de las formulaciones de los años 50-60, y tratan de separarse del estigma de la Psicología de las facultades. Kurt Lewin, hizo esta última distinción cuando adhiere a la Psicología galileana, por oposición a la de las facultades, de tradición aristotélica. En efecto, examinando las orientaciones de la física, Kurt Lewin distingue dos tipos: aristotélica y galileana. La primera de ellas, explica el hecho por propiedades intrínsecas al objeto, en cambio, la galileana, introduce una serie 2 de factores que considerados en su conjunto, actúan como condicionantes de la situación. El giro que da la postura galileana es sobre la concepción causal de una dinámica del objeto (Hall y Lyndzey, 1979)- A continuación, caracteres comunes al surgimiento del estudio de la personalidad: Reacción al atomismo conductual y al determinismo sicodinámico Estabilidad de la conducta , que no es estatismo, ni continuidad conductual, sino la posibilidad de recuperar la homeostasis Consistencia: hay, en la personalidad, algo que me permite reconocerla, identificarla, aún considerando los cambios del ambiente Minimización del pasado como determinante de la conducta: aún cuando se concede importancia a los años de la niñez, éstos no categorizar la vida del hombre Alusión a las relaciones sociales: las personas ajustan su conducta al mundo, en el que hay barreras y obstáculos, se busca la interrelación y la interdependencia. Conceden importancia a la motivación, tarea central en el organismo, ligada al concepto de necesidad y se lo plantea al organismo, en múltiples ambientes, por lo tanto, está múltiplemente motivado- Intención teleológica de la conducta: a partir de lo anterior, se comprende la necesariedad de una postura intencional y consciente en cuanto a elección de la conducta La salud es vista como la posibilidad de reorganización y de integración. Todo desequilibrio es siempre temporal Reposicionamiento respecto a los métodos de la ciencia. En general, se plantean nuevas formas de estudio en función de recortar el objeto de la psicología. Consideración de la evolución del organismo: está referido a la progresiva integración de un elemento de la organización en otro, más complejo. Rescate de las potencialidades: la persona puede. No depende de la dirección técnica de un terapeuta 3 Una concepción de sí mismo: self, yo, autoconciencia, para sí: todos remiten a lo subjetivo el organismo, a la posibilidad de autorreferencia, y sobre todo, a la unidad. Por el año en que Allport escribe su definición de personalidad, el mundo estaba en plena Paz Armada, cercana a la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo que Kurt Lewin, el precursor indiscutible de la Psicología Organizacional, aquél había percibido en el ambiente ciertos reclamos que tenían que ver con los comportamientos de la guerra y con sus efectos: a saber, la sociedad sufría una suerte de desmembramiento, de falta de cohesión. Esto, a la larga, planteó como ineludible, las reconceptualizaciones acerca del comportamiento humano, que acentuaran la propiedad de la integración. Los efectos que esta demanda generó fueron dos: el primero de ellos es que el planteo no fue abordado como en términos de propiedad, sino como algo inherente a la persona misma, y segundo: si uno lo piensa, solamente un humanista, como Allport, podría haberse hecho eco de estos reclamos. No es casual que Kurt Lewin, aún matematizando la psicología, tomara el camino que, desde la gestalt, marca la filosofía fenomenológica, y , contemporáneo al autor de los sistemas sicofísicos, reforzara la cuestión de la integración, agregándole un elemento aún de más valía: la interdependencia. Lo que diferenció a ambos fue el objeto de estudio: mientras Allport, aún considerando la comunidad de los rasgos, se vuelca hacia lo individual, Kurt Lewin funda las bases para los estudios de dinámica de grupo. Filloux (1987), con una fuerte impronta de materialismo dialéctico, también siguió la línea de la integración, pero la refirió a las conductas. “Las conductas se fijan, pues, en lal medida en que son un factor de equilibrio, vale decir, en la medida en que favorecen la adaptación al medio externo y un ajuste interno, caracterizado por aquelloque llamamos una máxima integración” Jean Claude Filloux (1979) “La Personalidad” 4 Inclinado a marcar la influencia de la cultura, llamó a su definición biosicosocial. A partir de estudiar las tensiones, como efectos disgregadoras del organismo, consideró a la conducta como aquello que integra al ser humano. Se ve acá que el término conducta, usado en forma cruda por Filloux, como comportamiento en Allport y como dinámica del espacio vital en Lewin, lejos de las connotaciones watsonianas, imprime a la persona una propiedad no tenida en cuenta antes, salvo desde la filosofía: la intencionalidad del ser humano . Hay algo volitivo cuando se habla del para sí, en Filloux, como forma de encarar el mundo y como la base para que los demás me reconozcan como uno, no diviso. Concepto tomado, por otra parte, de la fenomenología y el existencialismo. Este para sí, aunque prefigurado en función de una historia que difícilmente niegue una postura dialéctica, es relativamente autónomo y equiparable a la noción de personalidad. Hay intencionalidad, explícita, en la Teoría del Campo, a partir de la percepción y de la conciencia, como forma de explorar, conocer el mundo y actuar. Por otro lado el yo cognitivo del que habla Lewin, es estructurante del campo, porque lo que se ve, se interpreta de acuerdo al campo psicológico. En Allport, este tema de la conciencia como forma de acercarse al mundo de los objetos, lo toma como núcleo de autoconciencia y lo sitúa en la parte superior de la pirámide de los rasgos. La voluntad, desde este autor, puede pensarse en la capacidad de cambio y en la propiedad del ser de plantearse propósitos propios. G.W. Allport centra su interés en la complejidad, unicidad y capacidad de cambio de la persona. Su teoría describe fundamentalmente al hombre consciente que actúa y reacciona, entendiendo al individuo como inherentemente activo, moviéndose en la persecución de objetivo que él mismo plantea Alfredo Fierro(1996) . Manual de Psicología de la Personalidad 5 Por otro lado es llamativo el uso del término “ajuste” en su definición, y no de “adaptación”, como lo marcaría más una línea experimental. Autoconciencia , cognición y para sí, son, entonces, formas de expresión y de denominación de lo que aparece como “YO”. Constituyen la referencia a una nueva forma de psicología, de tinte personalista, con propuestas de una nueva visión de la ciencia, tal como Allport lo propone con la ciencia idiotética ( una síntesis entre lo nomotético, que se ocupa de lo general, y lo idiográfico, de lo particular); y Lewin con su reformulación del tema de los constructos y el uso del espacio hodológico, idea tomada de la geometría y que explica la interdependencia de la acción a partir de la finitud de la percepción (pie de página aclarando). .Lo cierto es que este afán por encontrar el nuevo estatuto a la Psicología es el mismo por rescatar lo individual en señal de reacción a la fragmentación de la persona que se propiciaba desde la Psicología académica, dirigida, por la preeminencia de la psicología experimental y de la diferencial, hacia la formulación de leyes generales. En un punto sistematizado del cognitivismo, se encuentra Kelly (1955). Contemporáneo de Allport, con este autor queda en claro la cuestión del enfoque de los procesos internos, que interesa a esta psicología. Avanzando sobre los cognitivos que acentúan sobre la información, esta línea enfatiza la posición activa del ser humano como constructor de sus propios conocimientos, y por lo tanto, de su propia historia. Algunos autores (Pinillos, 1987; Mischel, 1981), indican que el desplazamiento hacia una psicología cognitiva de la personalidad se inicia con los desarrollos de Kelly. Sucede, en realidad que el giro implica un cambio en la concepción de la realidad misma, que empieza a subjetivizarse, dejando de lado la lógica aristotélica del procesamiento de la información, y con ello la forma del pensamiento, para pensar en un individuo que aprende de sus errores, experiencias, que construye su mundo de forma personal- 6 “Según las teorías cognitivas, sólo el mundo subjetivo del individuo garantiza el conocimiento de su peculiaridad, que puede detectarse en las representación cognitiva individual” H. Fisseni (1987).Psicología de la Personalidad., Pág.195 Lo que se deduce es que el papel de las cogniciones no es sólo la recepción del estímulo y su posterior conexión con otras, sino, y lo que es más relevante, que las cogniciones dirigen la acción. Otra diferencia es que plantea procesos en vez de estructuras, y con ello el poder de interpretar los acontecimientos. El análisis de las influencias fenomenológicas destierran las conceptualizaciones acerca de una conciencia puramente introspectiva o un conductismo que no precisa de una noción de personalidad La Psicología de la Personalidad ha sido observada, criticada y puntuada desde distintas posiciones, sobre todo las sicodinámicas. Creemos importante rescatar, por un lado la contribución y giros producidos con su aparición, en ese contexto, respecto del recorte del objeto humano, que pese a haber nacido con una impronta teorética, son vastamente reconocidos sus efectos en las prácticas, ya que su surgimiento se asocia a la clínica, en tanto en esa praxis es donde se planta la ruptura con las leyes universales. Por otro lado, es valioso el aporte en relación a pensar cuáles constructos diferenciales le caben a las ciencias humanas. BIBLIOGRAFÍA: o Allport, G.W. ( 1965) “ Psicología de la personalidad”. Cap I y II. Paidós. 7 o Avia, María Dolores, Sánchez Bernardos Ma. Luisa(1995): Personalidad: aspectos cognitivos y sociales. Ediciones Pirámide. Madrid o Fierro Alfredo (1996). Manual de Psicología de la Personalidad. Capítulo X: Paradigmas, investigación y teorías. Editorial Paidós. Barcelona. o Filloux Jean C.(1987) “La Personalidad”.Editorial Eudeba. Buenos Aires. o Hall y Lyndzey (1984). “La Teoría del campo y la personalidad”. Ed.Paidós o Liebert y Spiegler (2002). Personalidad: Estrategias y temas. Capítulo IV: Teorías psicoanalíticas de Freud. Internacional. Thomson. Editores. Año 2002 o Safran y Seagal (1994). El proceso interpersonal en la terapia cognitiva. Editorial Paidós. Barcelona Lic. Regina Isabel Abete de Figueroa Jefe de Trabajos Prácticos 8
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