Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Asma EPIDEMIOLOGÍA La OMS calcula que hay 235 millones de pacientes con asma en el mundo. La presentación de esta enferme- dad varía en diferentes lugares del mundo y afecta a 2 a 20% de la población. El estudio ISAAC (en inglés In- ternational Study of Asthma and Allergies in Childhood) analizó, además del asma, la evolución del eccema y la rinitis alérgica. Se condujo en poblaciones de 6 a 7 y 13 a 14 años; la razón para elegir la infancia, a pesar de que en los niños no es posible efectuar pruebas de función pulmonar, es que levantar un registro a edad más avanzada trae consigo la posibilidad de un subre- gistro, toda vez que algunas de las enfermedades alér- gicas declinan en la adolescencia. La metodología de este estudio se llevó a cabo a través de cuestionarios ya estudiados que tienen una sensibilidad de 80% y una especifi cidad de 97%, lo cual los convierte en una herramienta útil. Éste es el estudio que mejor ha defi - nido la incidencia y la prevalencia en diferentes lugares del mundo; la prevalencia internacional se estableció en 11% y la región del mundo con mayor prevalencia fue Australia y Nueva Zelanda con 18%; la más baja fue Asia suroriental con 6.6%; Nueva Zelanda tiene una prevalencia de 27.1 y las naciones con menos prevalen- cia fueron Albania, Austria, Bélgica, Estonia, Alemania, India, Irán, Letonia, Polonia y Georgia con 1.4 a 4.2%. América Latina, como región mundial, posee una prevalencia de 17%; en algunos países como México se registra una prevalencia de 6%. La misma metodología empleada en el estudio ISAAC se ha reproducido de forma local en algunos países, entre ellos México y Bra- sil, donde se han encontrado variantes en el comporta- miento, ambientales, estacionales y poblacionales. En México, la mayor prevalencia se identifi ca en Tabasco y Yucatán y la menor en Tlaxcala y Puebla. La tendencia de la prevalencia del asma parece in- crementarse en la mayor parte de los lugares del mun- do, como se ha visto en otras enfermedades alérgicas. Los aumentos tienen una variabilidad de 4 a 10%, con un extremo en el caso de Australia y Nueva Zelanda donde se ha triplicado su prevalencia en las últimas tres décadas. La OMS calcula que la mortalidad del asma aumen- tará en 20% en los siguientes 10 años en el plano inter- nacional, pero este comportamiento también revela variables en los diferentes lugares del mundo ya que en algunos países se ha observado un incremento, como en Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda y en otros, por lo contrario, se advierte una tendencia a mantener- se estable o disminuir, como EUA y Canadá. En la década de 1970, un aumento de la mortalidad se relacionó con uso excesivo de β-adrenérgicos de acción inmediata. En México, la mortalidad por asma ha experimentado una disminución de 3 a 3.5 casos por cada 100 000 habitan- tes en 1990 a 1.5 por cada 100 000 en 2006. DEFINICIÓN Distintas guías internacionales han revisado la defi ni- ción y todas están de acuerdo en que es una enfer- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)226 medad heterogénea, caracterizada por infl amación crónica de la vía respiratoria. Se caracteriza por sínto- mas como sibilancias, disnea, dolor torácico opresivo y tos, que es variable en el momento de presentación y la intensidad; asimismo, hay diversidad en la limi- tación del fl ujo de la vía respiratoria. Los síntomas y las alteraciones en el fl ujo pueden ser intermitentes y experimentar reversibilidad variable incluso a valores normales con fármacos o de modo espontáneo. ETIOPATOGENIA Es un trastorno con clara infl uencia en la transmisión genética; el tipo de transmisión genética es poligénico y los genes probables en los diferentes estudios se han relacionado con la susceptibilidad a la enfermedad, pero también con su intensidad. Los genes probables más reconocidos son los siguientes: ● Interleucina 4. ● Receptor α de la cadena IL-4 (IL-4RA). ● IL-13. ● Receptor β2-adrenérgico.● (HLA)-DRB1. ● DQB1. ● Factor de necrosis tumoral α. ● Linfotoxina α. ● Cadena β de alta afi nidad del receptor de IgE. ● CD14. ● Metaloproteinasa de la matriz-33 (ADAM33). El estudio e identifi cación de los genes causales han explicado la susceptibilidad a producir concentracio- nes altas de IgE y otras citocinas relacionadas con la infl amación, incluida una tendencia a una memoria inmunológica mediada por Th2 como memoria ce- lular, gravedad de la enfermedad, tendencia a la re- modelación de la vía respiratoria, hiperreactividad bronquial y respuesta al tratamiento. De igual modo, se ha descubierto una sólida infl uencia epigenéti- ca que consiste en que algunos factores ambientales tienen la capacidad de infl uir en la expresión genéti- ca de algunos locus específi cos, tal vez a través de la acetilación, metilación o ubiquitinización de histonas en posiciones específi cas del genoma. Más aún, se ha propuesto una respuesta de remodelación del epitelio al daño producido por factores ambientales como el posible origen de la reacción infl amatoria en el asma. Este modelo está integrado por la llamada unidad tró- fi ca mesenquimatosa-epitelial, en la cual se han iden- tifi cado genes que actúan en este modelo: ESE 1 y 3, DPP10, NPSR1, PCDH1, CHI3L1, GSTP1, GSDML, OPN3 y HLA-G por parte del epitelio y ADAM33, KCNMB1, MYLK, y C/EBPa por parte del mesénquima. Un epitelio dañado o discontinuo muestra mayor permeabilidad con sobreexpresión del factor de crecimiento epidér- mico (EGF, del inglés epidermal ground factor) que se ha descrito en los casos de asma con una correlación directa con el grado de infl amación, pero no es la úni- ca citocina dado que se ha descrito un aumento de la expresión del factor de crecimiento derivado de las plaquetas (PDGF, del inglés platelet derived growth fac- tor), factor de crecimiento transformador (TGF-b, trans- forming growth factor-b) y VEGF. La tendencia genética a la remodelación de la vía respiratoria consiste en un fenotipo que se encuentra facilitado para la proliferación e incremento de la fun- ción contráctil en el caso del músculo liso bronquial, que si bien los mecanismos no se comprenden del todo sí se relacionan con la permeabilidad del epitelio; por lo tan- to, los factores infl amatorios son un biotipo funcional, pero dependiente del ambiente y la matriz extracelular. Un factor que se ha identifi cado como facilitador del estado asmático es el sistema nervioso autónomo, ya que el sistema parasimpático siempre se ha recono- cido como favorecedor de la broncoconstricción y la producción de moco en las vías respiratorias. Hay evi- dencia sufi ciente para sustentar que la infl amación de la vía respiratoria interactúa con el tono parasimpático y favorece la contracción e hipertrofi a del músculo liso. Asimismo, se ha investigado que los ciclos respiratorios normales y los suspiros, además de que posicionan de forma correcta las cadenas de actina y miocina, inhiben el tono colinérgico y pueden tener un efecto adicional. Se han descrito algunos de los factores ambienta- les participantes en la investigación de la etiología: cier- tos antígenos con efecto protector y facilitador, el tabaquismo, contextos ocupacionales, contaminación atmosférica y, en fecha reciente, la infl uencia de la mi- crobiota humana (véase más adelante). Para la presen- tación del asma es necesaria la participación de un sistema inmunológico con reacción infl amatoria alérgi- ca de tipo I, pero también se requiere la presencia de un árbol bronquial con hiperreactividad bronquial. Ambos procesos fi siopatológicos se revisan por separado. La llamada “teoría higiénica” sustenta la propen- sión del sistema inmunológico a presentar una memo- ria atópica mediada por linfocitos Th2; contrario a ello, otros sujetos desarrollan una memoria inmunológica no atópica sino más bien protectora mediada por lin- focitos Th1. El hecho de que los pacientes con antece- dentes de mayores infecciones en laniñez como las parasitarias parecen tener una inclinación por la me- moria inmunológica tipo Th1, en vez de Th2, es lo que http://booksmedicos.org Asma 227 confi ere el nombre de “higiénica” a esta hipótesis. Hoy en día, la diferenciación de memoria inmunológica Th1 o Th2 parece radicar en la diferenciación promovida por las células presentadoras de antígenos, de las cua- les el papel estelar es el de la célula dendrítica. Esta célula es la principal encargada de interceptar todos los antígenos inhalados y presentarlos a las células na- tivas de la memoria Th0; la diferenciación a Th1 o Th2 está mediada por citocinas; las citocinas que promue- ven una diferenciación atópica a memoria de tipo Th1 son sobre todo IL-4, IL-5 y IL-13. La respuesta alérgica subsecuente es la producción de IgE por parte de lin- focitos B que serán centinelas por ejemplo en la super- fi cie de las células cebadas que, en caso de un segundo contacto con el mismo antígeno fagocitado y presen- tado por la célula dendrítica de manera inicial, activan una respuesta alérgica. Por último, la hiperreactividad bronquial es un fe- nómeno fi siopatológico en cuya ausencia no puede existir el asma, pero que no es exclusivo de ésta y por tanto debe considerarse. La hiperreactividad bronquial es una disfunción del músculo liso de la pared bron- quial que consiste en una respuesta excesiva en su contracción a estímulos que, en condiciones normales, deberían activar una respuesta mínima o nula. El estu- dio de la hiperreactividad ha tomado dos direcciones: una es la hipersensibilidad del músculo liso y la otra el estudio del aumento de la contractilidad. En el escena- rio del asma es posible que tenga relación con algunos compuestos derivados de la infl amación alérgica, pero esto no muestra una clara correlación; existen variantes en el grado de hiperreactividad y no explican la hipe- rreactividad en otras enfermedades distintas del asma. Aunque éste es campo de investigación continua, parece centrarse en la actualidad en la disfunción de la contractilidad del músculo liso, lo cual parece estar facilitado por una mayor cantidad de Ca+ citoplasmá- tico, lo cual a su vez está facilitado por aumentos de la permeabilidad celular por inhibición de los canales maxi-K y la liberación del calcio intracitoplasmático del retículo sarcoplásmico por mayor disponibilidad del inositol 1,3,5-trifosfato; no obstante, en fecha re- ciente se ha estudiado la adenosina 5-monofosfato (AMP) que induce hiperreactividad bronquial con cier- ta predilección por casos de asma y no por otros esta- dos de hiperreactividad. Todos estos factores pueden estar favorecidos por factores extracelulares como el intersticio circundante y la membrana basal o células de otros tejidos vecinos. Hoy en día existe una gran cantidad de sustancias relacionadas con la infl ama- ción que se estudian como promotoras de los anterio- res procesos fi siopatológicos, sin inferir todavía una conclusión absoluta. La hipoventilación que causa posiciones favora- bles para la contracción de las cadenas de actina y miocina se ha propuesto como factor fi siopatológico que propicia la hiperreactividad en situaciones como la obesidad. Esto se ha sustentado en contextos clínicos como la fi sioterapia en asma con biorretroalimenta- ción en entrenamiento del patrón ventilatorio. Este fe- nómeno mecánico se ha demostrado como favorecedor del broncoespasmo en la respuesta a la metacolina. Hay una gran cantidad de investigación relaciona- da con los factores ambientales que pueden estimular la memoria inmunológica de tipo Th2; algunos de los puntos más estudiados son la infl uencia del tabaquis- mo ambiental y las infecciones virales en la infancia, sobre todo el virus sincitial respiratorio y el rinovirus. Un área reciente de la investigación es el estudio del microbioma humano, el cual se ha posicionado en poco tiempo como posible favorecedor de la respues- ta inmunológica atópica. El estudio del microbioma humano considera al cuerpo como un ecosistema en el cual habitan billones de bacterias y otros microorga- nismos en la piel, genitales, boca e intestinos, que tie- nen implicaciones en el estado de salud. El estudio incluye la caracterización de las poblaciones de mi- croorganismos, pero también sus genes. El microbio- ma puede cambiar por condiciones ambientales como la dieta o la familia dado que los lactantes se colonizan en pocas semanas con una mezcla del microbioma del padre y la madre. Un estudio reciente descubrió que el microbioma familiar tenía mayor cantidad de lactoba- cilos en las familias que convivían con un perro. El comportamiento atópico relacionado con la presencia de perros, que ya se había descrito como un factor protector, llevó a algunos investigadores a administrar dietas altas en lactobacilos a ratones y demostraron una disminución de la respuesta atópica. Este y otros protocolos relacionados con la regulación de la me- moria inmunológica de los linfocitos T por algunos mi- croorganismos como Bacteroides fragilis atrajeron la atención hacia el microbioma como origen posible de respuestas a la producción de atopia en los primeros años de vida. En fecha reciente se ha caracterizado el microbioma de pacientes sanos fumadores y sanos no fumadores y esto parece ser el primer paso para la comprensión de la infl uencia del microbioma en las enfermedades pulmonares. En un estudio en el que se valoró el microbioma de pacientes con pobre respuesta al tratamiento con cor- ticosteroides se demostró que la colonización por gramnegativos parece ser un factor que predispone a una inadecuada respuesta al tratamiento con predni- sona oral. Como parece difícil la erradicación de estos microorganismos con antibióticos es factible al parecer http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)228 mediar la respuesta a través de la modifi cación de los mediadores mediante los cuales estos microorganismos producen la resistencia, como la inhibición del factor β relacionado con cinasa 1. Esto no se ha observado des- pués de la exposición a la bacteria comensal Prevotella melaninogenica (factor de crecimiento transformador β relacionado com cinasa 1, TAK1). Los estudios epidemiológicos que analizan la rela- ción de asma y exposición a humo de cigarro no pare- cen ser consistentes en un sentido de causalidad, pese a lo cual se ha establecido que el desarrollo de asma tiene relación con la exposición en la niñez. Un estudio publicó 21 a 85% de incremento del riesgo de desa- rrollar asma por exposición a humo de cigarro am- biental en el periodo perinatal. El hábito tabáquico materno prenatal se relaciona con una razón de mo- mios de 1.85 para el desarrollo de síntomas de asma. Los hidrocarburos poliaromáticos derivados del humo de cigarro son estimulantes de la reacción infl amato- ria de tipo Th2. REMODELACIÓN DE LA VÍA RESPIRATORIA El estado infl amatorio crónico bronquial provoca cam- bios estructurales celulares en los componentes de la vía respiratoria. Este proceso fi siopatológico se conoce como remodelación de la vía respiratoria. Los princi- pales cambios observados consisten en hipertrofi a de las glándulas de la mucosa, que en ocasiones pueden ocupar más del 40% del grosor de la pared bronquial; hipertrofi a del músculo liso; grados variables en el depósito de colágeno tipo III y la matriz extracelular; aumento de los componentes de la vasculatura bron- quial; e incremento de la población de eosinófi los, neutrófi los y fi broblastos. Estos cambios estructurales se relacionan de manera directa con el grado de gra- vedad o infl amación en el asma, así como el grado de efecto antiinfl amatorio obtenido por el tratamiento. Se ha demostrado que los corticosteroides producen cambios en la transcripción de los genes FAM129A y SYNPO2 que intervienen en la síntesis del músculo liso bronquial y reducen su hipertrofi a. Los pacientes con remodelación de la vía respira-toria, en quienes ya no es posible revertir la función pulmonar a valores normales a pesar del tratamiento, se conocen como casos de asma crónica y se hallan bajo investigación los mecanismos que favorecen este comportamiento fi siopatológico. Se ha documentado un acortamiento de las telomerasas de los leucocitos como un factor favorecedor. PRESENTACIÓN CLÍNICA Los síntomas de asma son los mencionados (tos, dis- nea, sibilancias y dolor torácico de tipo opresivo), pero debe decirse de forma adicional que la semiología de estos síntomas caracteriza más a la enfermedad; esta especifi cación de la presentación de los síntomas se menciona a continuación. En primer lugar, si alguno de estos síntomas aparece aislado no tiene el mismo valor diagnóstico respecto de cuando surgen en el mismo paciente dos o más de di- chos signos. De igual manera, es muy sugestiva de asma la presentación repetida de estos síntomas pero de ma- nera intermitente, por ejemplo en alguna época del año o si empeoran por la noche o en las primeras horas de la mañana. Algunas veces estos síntomas pueden exacer- barse por las infecciones virales de vías respiratorias al- tas, con cambios climáticos, ejercicio, administración de algunos fármacos (exigen particular atención los antiin- fl amatorios no esteroideos o los β-bloqueadores), pero puede tratarse de cualquiera que pueda precipitar una reacción alérgica. Asimismo, los síntomas pueden apare- cer con la presencia ambiental de algún alérgeno cono- cido o irritantes, por ejemplo humo de combustión u olores intensos como el cloro o el amoniaco. La exploración física de asma no es característica; es posible que el signo más típico sea la presencia de sibi- lancias, si bien su ausencia no descarta el diagnóstico; las sibilancias son un fenómeno auscultatorio durante la espiración y con frecuencia no se reconocen en la espi- ración tranquila (es útil pedir al paciente que realice una exhalación forzada con lo cual pueden identifi carse al- gunas veces las sibilancias). Éstas no son tampoco espe- cífi cas y pueden surgir en cualquier enfermedad de la vía respiratoria (bronquiectasias, fi brosis quística, EPOC, enfermedades bronquiolares, entre otras). En el asma con insufi ciencia respiratoria grave no hay sibilancias y pueden estar muy atenuados los ruidos respiratorios. En ciertas circunstancias clínicas debe considerar- se la posibilidad de asma, como las descritas a conti- nuación: ● Tos crónica, esto es, la que persiste por más de ocho semanas; en estos pacientes, en ausencia de síntomas infecciosos o fi ebre, los posibles diagnósticos principales son enfermedad por re- fl ujo, asma, bronquitis eosinofílica no asmática o alguna afección de vías respiratorias superiores. A este respecto, debe señalarse que los indivi- duos con asma padecen en ocasiones una mez- cla de varios de los signos anteriores (asma, rinitis alérgica y enfermedad por refl ujo). http://booksmedicos.org Asma 229 ● Debe pensarse en asma como diagnóstico dife- rencial del dolor torácico, dado el peligro que representa para la vida; el dolor precordial de tipo opresivo debe llevar a iniciar una investiga- ción de posible cardiopatía isquémica; luego de descartarlo, el asma es la siguiente posibilidad. ● Debe sospecharse asma en el diagnóstico dife- rencial de disnea o intolerancia al ejercicio. Para más información a este respecto puede consul- tarse el capítulo específi co. FENOTIPOS Se han realizado estudios demográfi cos de poblacio- nes de pacientes asmáticos y se han identifi cado múl- tiples patrones de presentación clínica, con la fi nalidad de defi nir diferentes fenotipos asmáticos; éste es un trabajo que se ha mantenido en investigación y hasta el momento se han consensado algunos tipos claros, aunque no son los únicos; se describen en seguida. ● Biotipo de asma alérgica. Es el modo más típico de presentación y casi siempre tiene antecedentes familiares en relación con asma o alguna otra for- ma de atopia, como rinitis alérgica, eccema o an- gioedema o alergia a ciertos fármacos o alimentos y a menudo se inicia en la niñez. El análisis de la expectoración de estos enfermos muestra un pre- dominio eosinofílico y por tanto tiene una buena respuesta al tratamiento con corticosteroides. ● Biotipo de asma no alérgica. Se refi ere a casos de asma con síntomas y función pulmonar que con- fi rman el diagnóstico, pero no hay una presenta- ción alérgica en los antecedentes, la historia clínica o el patrón del análisis de la citología de la expectoración, dado que presentan un predomi- nio neutrofílico o con pocos componentes celu- lares (se conoce como pausigranular). Como es previsible, este tipo de asma no tiene una buena respuesta al tratamiento con corticosteroides. ● Biotipo de asma de tipo obstrucción fi ja. Se refi ere a clases de asma en las que el estado infl amatorio de la vía respiratoria perdura el tiempo sufi ciente para promover remodelación de la vía respirato- ria, al grado de que en las pruebas de función pul- monar se reconoce un patrón obstructivo sin posibilidad de volver a valores normales. ● Biotipo de asma de presentación tardía. Este tipo se refi ere a una presentación posterior a la ado- lescencia, es más frecuente en el sexo femenino, por lo regular es un tipo de presentación no alér- gico y no responde bien al tratamiento con cor- ticosteroides. ● Asma y obesidad. Como se menciona en otro apartado, el tejido graso excesivo es un factor proinfl amatorio que en pacientes con asma pue- de favorecer los síntomas, casi nunca de natura- leza eosinofílica. Se ha comprobado que un índice de masa corporal incrementado es un fac- tor de riesgo de asma, sobre todo en mujeres, y quizá esté mediado por vías infl amatorias, meta- bólicas y mecánicas; no es claro el papel del sín- drome dismetabólico como factor predisponente. Se ha dado seguimiento a grupos de posibles tipos de asma por periodos de 10 años y parece justifi car la investigación de asma en sus distintos fenotipos. La caracterización de los diferentes biotipos requiera tal vez incluir, además de métodos estadísticos, el uso de biomarcadores específi cos. PRUEBAS DE FUNCIÓN PULMONAR Y PARACLÍNICOS Para documentar la presencia de asma es necesario conjuntar la evidencia de hiperreactividad bronquial y la evidencia de infl amación de la vía respiratoria. En el caso de la primera, la manera más factible consis- te en documentar limitación del fl ujo espiratorio de la vía respiratoria, que sea de manera variable o con res- puesta a broncodilatadores. Con la espirometría, al realizarse una maniobra de tipo capacidad vital forzada (CVF), puede obtenerse una disminución de la relación VEF1/CVF <0.7 o 0.75, con lo cual se documenta la presencia de una altera- ción ventilatoria de tipo obstructiva y es consistente con una limitación del fl ujo espiratorio. Por lo general, el grado de disminución del VEF1 traduce la gravedad de la obstrucción, pero no debe valorarse como un pa- rámetro aislado ya que por sí solo no indica limitación del fl ujo espiratorio y es inespecífi co de asma. El fl ujo espiratorio máximo (FEM) se obtiene con la espirometría, pero también con un fl ujómetro, una he- rramienta análoga y no costosa; no obstante, tanto en el caso del uso de fl ujómetro como en una alteración ventilatoria de tipo obstructivo con un VEF1 bajo es ne- cesario establecer la presencia de variabilidad o re- versibilidad en el fl ujo o el VEF1. La reversibilidad más fácil de documentar es se- cundaria al uso de 200 a 400 μg de salbutamol. Algu- nas veces no es posible confi rmar la reversibilidad con una simple prueba de broncodilatación. En tal caso, si http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)230 la evidencia clínica es muy sugestiva de asma puede efectuarse una prueba terapéutica con corcitosteroi- des (fi gura 17-1). En ocasiones, a pesar de la sospecha elevada de asma, no es posible documentar el diagnóstico con ninguno de los mediosanteriores; esto puede deberse al comportamiento intermitente y algunas veces a la reversión espontánea a valores normales de la enfer- medad, en cuyo caso puede ser de utilidad la realiza- ción de las siguientes pruebas de broncoprovocación. ● Broncoprovocación inespecífi ca con metacolina, histamina, manitol, hiperventilación voluntaria u otros. ● Broncoprovocación con ejercicio. ● Broncoprovocación específi ca con antígenos co- nocidos. Las pruebas de broncoprovocación son sensibles, pero inespecífi cas de asma, por lo cual se descarta la pre- sencia de asma en caso de una prueba negativa, pero ésta puede ser positiva en presencia de fi brosis quís- ticas, EPOC, bronquiectasias, hipertensión arterial pul- monar venocapilar o rinitis alérgica. Dentro de las pruebas que muestran infl amación de tipo I en las vías respiratorias se encuentran los es- tudios de alergia, como las pruebas de reacción cutá- nea o los valores de IgE totales o IgE específi cos para determinado antígeno, junto con síntomas respirato- rios, que son muy sugestivos de asma pero inespecífi - cos porque un estudio positivo sólo revela la respuesta atópica del sistema inmunológico a cierto antígeno, sin que esto signifi que que éste sea el causante de los síntomas respiratorios; para ello es necesaria una rela- ción clínica del contacto ambiental con la aparición de los síntomas. Los marcadores exhalados son un método que se ha estudiado; entre las escasas sustancias estandariza- das y usadas en clínica fi gura la medición del óxido nítrico exhalado en pacientes con asma (FeNO). El FeNO se incrementa sobre todo en la infl amación de tipo eosinofílica, pero también en algunas infecciones virales, la bronquitis eosinofílica no asmática y la rinitis alérgica. Asimismo, puede estar reducido en algún caso de asma no eosinofílica y broncoconstricción gra- ve. Por consiguiente, debe considerarse su especifi ci- dad reducida; por lo regular, una cifra > 30 ppm sugiere el diagnóstico y predice buena respuesta al tratamiento con esteroides. En el asma laboral se ha documentado efi cacia en el diagnóstico con el uso de fl ujómetro, con alta sensibilidad y especifi cidad poste- rior al registro domiciliario de dos a seis semanas. Las variabilidades en el fl ujo se registran y es también un modo fi able de establecer el diagnóstico (fi gura 17-2). Realización de espirometría simple y con broncodilatadores Caso con síntomas compatibles con asma Valores normales Alteración ventilatoria de tipo restrictiva Aplicar bronco dilatador Aplicar broncodilatador Asma Alteración ventilatoria de tipo obstructiva Asma Broncodilatación significativa, mejoría de VEF1 >12% o >200 mL Broncodilatación no significativa, usar otros métodos para confirmar el diagnóstico Figura 17―1. Flujograma diagnóstico con uso de espirometría para confi rmar asma en un caso con historia clínica indicativa de esta afección. http://booksmedicos.org Asma 231 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Es grande la lista de enfermedades pulmonares obs- tructivas y crónicas, cada una de las cuales represen- ta un diagnóstico diferencial. Para descartar la mayor parte de ellas son útiles los estudios de imágenes (ra- diografía de tórax o tomografía) en los que se descarta la presencia de enfermedad estructural, como bron- quiectasias, EPOC o fi brosis quística. Toda enfermedad capaz de provocar hiperreactivi- dad bronquial puede confundirse con asma; pocas son las que parecen normales en los estudios de imagen, además del asma. Dentro de las enfermedades atópi- cas, la principal a descartar es la bronquitis eosinofílica no asmática, que debe confi rmarse cuando hay una prueba de broncoprovocación negativa, en presencia de eosinófi los en secreciones bronquiales, documenta- da con lavado bronquial o esputo inducido. Existe una población obesa tanto en asmáticos como en no asmáticos; los casos de obesidad mórbida pueden presentar disnea, intolerancia al ejercicio e incluso sibilan- cias sin tratarse de asma, lo cual puede ser un diagnóstico diferencial establecido con pruebas de función pulmonar. VALORACIÓN Y ESTRATIFICACIÓN DEL PACIENTE Por defi nición, el asma es una enfermedad infl amatoria de la vía respiratoria, en especial ubicada en grandes bronquios. En una buena parte de los pacientes parece haber una relación directa entre el grado de la infl ama- ción y la frecuencia e intensidad de los síntomas. Esto dio origen a la primera clasifi cación de asma en la cual la gravedad se determinaba con base en el grado de obstrucción (valores de FEM y VEF1) y frecuencia de los síntomas. Esta primera clasifi cación fue desechada por las guías internacionales porque tenía imprecisiones, tal vez porque el asma es una enfermedad heterogé- nea y también cambiante en el tiempo y las épocas del año, los ambientes de residencia de los pacientes, las etapas de la vida y otros factores; en consecuencia, no es fácil clasifi car de manera uniforme y con precisión a todos los casos. Asimismo, en algunos casos no coinci- dían el grado de los síntomas y el grado de alteración de la función pulmonar. Esto dio origen a una clasifi - cación o un sistema de estratifi cación más dinámico y práctico. Aun cuando la clasifi cación que se mencio- Caso con síntomas compatibles con asma Espirometría sin alteración ventilatoria de tipo obstructiva o broncodilatación negativa Probar curso de corticosteroides inhalados o sistémicos 1 a 2 semanas Medición de niveles de óxido nítrico exhalado Pruebas de reto bronquial Reversibilidad significativa <25 ppm 25 a 50 ppm > 50 ppm Asma Asma Asma Buscar diagnósticos alternativos Sí No Buscar diagnósticos alternativos Incluso, usar otros métodos. Prueba de retobronquial o flujometría ambulatoria (+) (-) Figura 17―2. Flujograma diagnóstico para los casos de diagnóstico inicial no confi rmado con espirometría. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)232 na enseguida, no es la clasifi cación actual, se describe porque todavía se encuentran artículos actuales en los que se menciona a pacientes caracterizados con esta clasifi cación en los criterios de inclusión. ● Nivel 1: asma leve intermitente, reconocible por síntomas durante el día menos de una vez por semana, síntomas nocturnos menos de dos ve- ces por mes, valores de VEF1 o FEM >80% y una variabilidad de la fl ujometría del día con respec- to al de la noche <20%. ● Nivel 2: asma leve persistente, caracterizada por síntomas durante el día más de una vez por se- mana pero no cada día, síntomas nocturnos más de dos veces al mes, VEF1 o FEM >80% pero va- riabilidad de la fl ujometría de día con respecto al de la noche de 20 a 30%. ● Nivel 3: asma moderada persistente, síntomas diarios durante el día, con consumo diario de β-adrenérgico de rescate, afectación de la activi- dad diaria, síntomas nocturnos más de una vez por semana, VEF1 o FEM de 60 a 80%, variabili- dad en la fl ujometría del día con respecto al de la noche >30%. ● Nivel 4: asma grave persistente, con síntomas continuos y afectación de la realización de ac- tividades, síntomas nocturnos frecuentes, VEF1 o FEM >60% y variabilidad de la fl ujometría <30%. En la actualidad se considera que el paciente es cam- biante y debe clasifi carse de manera exclusiva con base en los grados de control de un paciente; se divide en “bien controlado”, “parcialmente controlado” o “no controlado”. Para determinar en qué grado de control está un paciente, debe hacerse en cada consulta una valoración del control y luego modifi car el tratamiento y efectuar una revaloración para ver el grado de con- trol conseguido con la intervención aplicada. Existen varios instrumentos que pueden ayudar a conocer el grado de control y algunos son cuestiona- rios validados en el plano internacional, entre ellos el ACT (Asthma Control Test) y ACQ (Asthma Control Questionnaire). El ACT es un cuestionario que puede consultarse en internet ycalifi ca la limitación de la realización de actividades diaria, síntomas y consumo de fármacos de rescate, con asignación de una califi cación a cada punto (uno a cinco). La puntuación es de cinco a 25 puntos; se considera controlado por completo un su- jeto con puntaje de 20 a 25; parcialmente controlado de 16 a 20 puntos; y pobremente controlado de cinco a 15. La diferencia mínima clínica importante es de tres puntos. El AQC es un cuestionario que puede consultarse en internet (www.thoracic.org/.../assemblies/srn/ques- tionaires/acq.php) e incluye cinco preguntas de sínto- mas, una de medidas de rescate y una de VEF1 antes del broncodilatador. La puntuación es de 0 a 6 (la suma ma- yor representa el peor grado de control); un puntaje de 0 a 0.75 indica un buen control; 0.75 a 1.5 es un control parcial; y más de 1.5 signifi ca un pobre control. La míni- ma diferencia clínica importante es de 0.5 puntos. Las guías GINA publicaron un puntaje de síntomas de control de asma muy simplifi cado que consiste en sólo cuatro preguntas que valoran el estado de las últi- mas cuatro semanas y sólo se responden como “sí” o “no”. Las preguntas son: ¿ha tenido síntomas de asma más de dos veces por semana?, ¿ha tenido alertamientos nocturnos por síntomas de asma?, ¿ha necesitado fár- macos de rescate más de dos veces por semana? y ¿ha tenido limitación del ejercicio por síntomas de asma? Un paciente considerado como bien controlado no respon- de afi rmativamente a ninguna pregunta, un individuo parcialmente controlado responde de modo afi rmativo a una o dos preguntas y un sujeto mal controlado respon- de de forma afi rmativa a tres a cuatro preguntas. Existen muchas otras puntuaciones más, algunas útiles para niños, que no se describen. Se ha estudiado de manera comparativa la efi cacia entre los diferentes puntajes sin evidencia de superioridad entre sí. Como se ha mencionado ya, en algunos pacientes con asma no se correlacionan los síntomas con la función pulmonar y por tanto se ha criticado a los anteriores cuestionarios porque son dependientes de la percepción del paciente de los síntomas de asma y se ha comprobado que hay personas con escasa percep- ción de éstos. Es por ello que es necesario incluir en la valoración del enfermo las pruebas de función pulmo- nar. Se considera no controlado un sujeto que no tiene valores de VEF1 normales y sobre todo se considera con riesgo de exacerbación si los valores de VEF1 son meno- res de 60%. De forma adicional, si presenta una prueba de broncodilatación positiva (con reversibilidad míni- ma de 12% o de 200 mL) a pesar de la administración de fármacos de mantenimiento o después de usar un β-adrenérgico de vida media corta similar a salbutamol en las últimas cuatro horas, se considera no controlado. Algunos otros métodos que tienen la intención de determinar el control adecuado de la enfermedad y la respuesta al tratamiento no tienen aplicación clínica, como la prueba de reto bronquial para mostrar una mejoría en PC20, pero son de utilidad en la investiga- ción, tal y como lo ha sido en muchos casos la biopsia bronquial por broncoscopia. Con la intención de deter- minar de modo no invasivo el grado de control se han utilizado los marcadores exhalados, en particular el http://booksmedicos.org Asma 233 óxido nítrico (FeNO); hay muchos otros marcadores exhalados pero no se han defi nido el método de análi- sis ni los valores de referencia; un predictor promisorio de exacerbación viral es el IFN-β. En fecha reciente se han explorado métodos con resonancia magnética conocidos como TIRM-MRI (tur- bo-inversion recovery magnitude-magnetic resonance imaging) que parecen prometedores. Las nuevas guías internacionales han mostrado preocupación adicional por una actitud predictiva en la valoración de la enfermedad, esto es, identifi car a pa- cientes que tienen mal pronóstico y que pueden sufrir exacerbaciones graves de la enfermedad. Estos datos son factores de riesgo independientes y modifi cables: ● Uso excesivo de fármacos rescatadores como sal- butamol. ● Inadecuada dosis de corticosteroides inhalados. ● Técnica inadecuada en la administración de fár- macos inhalados. ● Pobre observancia de los fármacos prescritos ● Personas con VEF1 <60%.● Comorbilidades como sinusitis, comorbilidades o alergias antes reconocidas, sobre todo si produ- cen efectos alérgicos graves. ● Tabaquismo. ● Problemas psicosociales. ● Problemas socioeconómicos. ● Algunos casos de embarazo. ● Eosinofi lia en expectoración o lavado bronquial. ● Antecedentes de exacerbaciones graves o estan- cia en terapia intensiva por exacerbaciones en el último año. La estratifi cación de asma en grados de control tie- ne una limitación; si bien es una manera práctica de atender al paciente, no defi ne en una primera consulta cuán grave se encuentra el sujeto y por consiguiente qué grado de intensidad antiinfl amatoria requiere para comenzar el tratamiento de un paciente. Las guías su- gieren cinco grados de tratamiento de mantenimiento antiinfl amatorio, desde el más suave (1) hasta el más intenso (5); parece ilógico en un caso grave iniciar con el paso 1 e incrementar en cada consulta de uno a uno. Por consiguiente, las recientes guías GINA inclu- yen algunos datos clínicos que pueden sugerir la gra- vedad del caso, aunque son todavía una valoración retrospectiva: ● Asma leve con tratamiento, iniciar tratamiento grado 1 o 2. ● Asma moderada con tratamiento, iniciar trata- miento grado 3. ● Asma grave, iniciar tratamiento grado 4 o 5. TRATAMIENTO El objetivo terapéutico del asma es controlar por completo los síntomas, mantener lo mejor posible la función pulmonar y reducir al mínimo los riesgos de exacerbaciones. Y, con base en las características de las preguntas usadas en los cuestionarios para determinar el control, debe incluirse dentro de los objetivos la au- sencia de limitación de las actividades diarias, ausencia de síntomas nocturnos o administración de fármacos de rescate; estos últimos pueden quedar incluidos en el apartado de control de los síntomas, pero vale la pena mencionarlos por separado. Por último, debe conside- rarse como objetivo también reducir en la medida de lo posible los efectos secundarios del tratamiento. Como información importante para el médico y el paciente, a manera de educación para éste, debe seña- larse que el tratamiento del asma puede dividirse en dos: tratamiento de rescate y tratamiento de manteni- miento. También hay que puntualizar algunos detalles respecto de cada uno. Tratamiento de rescate. Casi siempre se refi ere a los β-bloqueadores de vida media corta o a la mezcla de β-bloqueadores y anticolinérgicos de vida media corta. Estos compuestos se indican cuando el paciente tiene síntomas, de manera que es necesaria una pres- cripción médica, es decir, que el enfermo hace uso de ellos cuando presenta síntomas y requiere corregir los síntomas de manera inmediata; estos fármacos son broncodilatadores y el mecanismo de acción tiene lu- gar en el músculo liso de la vía respiratoria. Tratamiento de mantenimiento. Es el trata- miento que tiene como objetivo controlar la infl a- mación de las vías respiratorias; su piedra angular son los corticosteroides inhalados, pero pueden adminis- trarse en dosis bajas, medias y altas, en combinación con β-adrenérgicos de vida media larga o en combina- ción con modifi cadores de leucotrienos, esteroides sis- témicos o anticuerpos mononucleares anti-IgE, según sea la gravedad del caso. Esta parte del tratamiento es una decisión médica y su benefi cio depende de la bue- na observación por parte del paciente. Hay una gran variabilidad de respuesta al tratamiento con corti- costeroides en la población asmática; los receptores citoplasmáticos a corticosteroides varían en las dife- rentes poblaciones de células; los de tipo α son más sensibles a esteroides y están presentes en los eosinó- fi los, basófi los y poblaciones de linfocitospero no en neutrófi los, en los que el receptor citoplasmático es tipo β, con menos afi nidad por los corticosteroides. Esto hace fácil entender por qué los pacientes con asma neutrofílica tienen una menor respuesta al trata- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)234 miento aun con dosis altas de esteroides inhalados. Se ha descubierto que los individuos con concentraciones grandes de IL-25 tienen mayor respuesta inmunológi- ca mediada por Th2 y por tanto es un predictor de buena respuesta a los corticosteroides. De modo adicional al tratamiento farmacológico, en el tema del asma es muy importante instituir un proceso de educación del paciente, que debe conside- rar los siguientes puntos: ● Es preciso asegurarse de que el enfermo realice una adecuada técnica en la aplicación de los fár- macos, explicar el adecuado uso de los distintos dispositivos, con atomizador de dosis medida, cámara espaciadora, dispositivo de polvo seco o dispositivo Respimat®. ● Control ambiental, ya que se ha comprobado que un adecuado control ambiental reduce la necesi- dad de fármacos de mantenimiento; el control ambiental se logra al modifi car todos los posi- bles receptores intramuros o extramuros de antí- genos, como son alfombras, objetos de peluches, cortinas gruesas, animales domésticos fuente de alérgeno, plantas identifi cadas como posibles orígenes de alérgeno, tabaquismo directo o am- biental y otros. ● Adecuado uso de dispositivos personales, como fl ujómetro, registro y plan de atención en caso de que el médico decida aplicar un plan terapéu- tico basado en el uso de fl ujómetro domiciliario. ● Algunos pacientes se vigilan con cuestionarios de síntomas comunes por lo que es importante en- señar al paciente a registrar sus síntomas con es- tas herramientas. ● Identifi car datos de alarma. La selección del mejor tratamiento de mantenimien- to para control del asma es una toma de decisión que consiste en seleccionar la opción necesaria para cumplir los objetivos del tratamiento ya mencionados. Las guías internacionales sugieren cinco pasos en el tratamiento, desde la opción más leve en su efecto antiinfl amatorio hasta la más potente; en realidad, se propone un incre- mento escalonado de la potencia en el efecto antiinfl a- matorio hasta lograr el objetivo. Una vez conseguido se valora al paciente cada tres meses para tratar de reducir la dosis, siempre y cuando esté bien controlado. Se recomienda iniciar con dosis bajas de corticos- teroides inhalados en cualquiera de las siguientes si- tuaciones: ● Presencia de síntomas de asma o necesidad de administrar fármacos de rescate menos de dos veces por mes, cuando el sujeto tiene algún fac- tor de riesgo para desarrollar una exacerbación. ● Individuos que tienen síntomas de asma o nece- sidad de consumir compuestos de rescate entre dos veces por mes y dos veces por semana. ● Personas que presentan alertamientos nocturnos por síntomas de asma entre dos veces al mes a dos veces a la semana. Se recomiendan dosis altas de corticosteroides o una mezcla de β-adrenérgicos de vida media larga y corticosteroides inhalados, sea a dosis baja o a dosis media: - En casos de síntomas diarios de asma. - Pacientes en quienes se presenta por primera vez como un caso de exacerbación aguda o síntomas graves. Para conocer las dosis bajas medias y altas de los dife- rentes corticosteroides puede consultarse el cuadro 17-1. Cuadro 17―1. Dosis medias, bajas y altas de los diferentes tipos de corticosteroides disponibles en el comercio Fármaco Dosis baja Dosis media Dosis alta Beclometasona (CFC) 200 a 500 500 a 1 000 1 000 a 1 800 Beclometasona (HFA) 100 a 200 200 a 400 >400 Fluticasona (CFC) 100 a 250 250 a 500 500 a 1 000 Fluticasona (HFA) 100 a 250 250 a 500 500 a 1 000 Budesonida (CFC) 200 a 400 400 a 800 >800 Mometasona 110 a 220 220 a 440 >440 Ciclesona (HFA) 80 a 160 160 a 320 >320 CFC, clorofl uoro carbonos; HFA, hidrofl uoro alcanos. http://booksmedicos.org Asma 235 Los dispositivos que están presurizados con hidro- fl uoro alcanos expelen partículas más pequeñas y ello hace posible que tengan mayor penetración en las vías respiratorias y mayor depósito, por lo cual se requiere menor dosis del fármaco. Los cinco pasos señalados como tratamiento de control del asma se describen en seguida y debe seña- larse que se incrementa de manera paulatina la inten- sidad del efecto antiinfl amatorio entre un paso y otro. Paso 1. Los pacientes con síntomas de asma oca- sional menos de dos veces por mes pueden usar sólo algún tipo de fármaco de rescate de corta duración, como el salbutamol. Si es necesario el uso de com- puestos de rescate entre dos veces por mes y dos ve- ces por semana se recomienda agregar corticosteroide inhalado a dosis baja. Si un enfermo con síntomas me- nos de dos veces por mes posee algún tipo de riesgo de exacerbación se recomienda el empleo de un corti- costeroide inhalado a dosis baja. Paso 2. En esta fase se recomienda la administración de corticosteroides inhalados en dosis bajas, más fárma- cos de rescate si es necesario. Puede considerarse como posibilidad un modifi cador de leucotrienos (monte- lukast, safi lukast, pranlukast), sólo si el individuo presen- ta síntomas de rinitis alérgica, sin perder de vista que los modifi cadores de leucotrienos son menos efi caces en el control del asma que los corticosteroides inhalados. Paso 3. En este punto se recomienda combinar corticosteroides a dosis baja con un β-adrenérgico de vida media larga como medida de mantenimiento. Esto se sustenta en el descubrimiento de que los β-adre- nérgicos de vida media larga incrementan los re- ceptores citoplasmáticos de corticosteroides y funcio- nan como agonistas de los corticosteroides, además del efecto broncodilatador prolongado. Junto con esta forma de mantenimiento se recomienda la administra- ción de fármacos de rescate en caso necesario. Esta medida adicional puede evitarse si la mezcla seleccio- nada es formoterol/budesonida u otro corticosteroi- de; esto se debe a que el formoterol es un β-adrenérgico de vida media larga pero de acción corta, por lo cual se ha sustentado en algunos estudios su prescripción como fármaco de mantenimiento pero también de rescate. En este tercer paso se considera como posibilidad combinar β-adrenérgicos de vida media larga y dosis media de corticosteroides o bien β-adrenérgico de vida media larga con corticosteroide en dosis baja, más la agregación de un modifi cador de antileucotrienos o dosis altas de corticosteroides solos. Paso 4. Se considera la combinación de β-adre- nérgicos de vida media larga junto con dosis media o alta de corticosteroides inhalados. A esto pueden aña- dirse modifi cadores de leucotrienos. La teofi lina como fármaco adicional es una opción en este caso, pero hay que considerar sus efectos secundarios y su pobre efecto terapéutico adicional. Paso 5. Se incluyen aquí a los corticosteroides sis- témicos o anticuerpos monoclonales anti-IgE. Aun cuando no es en verdad un tratamiento antiinfl amato- rio, debe considerarse la posibilidad de realizar termo- plastia bronquial, un procedimiento que se describe con posterioridad. La administración de omalizumab, un anticuerpo monoclonal recombinante humanizado anti-IgE, ha demostrado efi cacia para reducir 25% las exacerbaciones y puntajes en cuestionarios de calidad de vida en paciente seleccionados con asma alérgica leve o moderada, resistentes al tratamiento y con gra- dos elevados de IgE. A los anteriores pasos vale la pena agregar lo que no está indicado con claridad y se refi ere al uso de cro- monas, sobre todo cromoglicato y nedocromilo, por su pobre efi cacia a pesar de ser fármacos seguros y, en el caso de la teofi lina, no se recomienda como tratamiento único o de manera inicial por sus efectos secundarios y efi cacia limitada. Por último, también hay sufi ciente evi- dencia publicada para considerar prohibitivo el uso deβ-adrenérgicos de vida media larga en ausencia de una dosis de corticosteroides inhalados de mantenimiento. Los anticolinérgicos de vida media larga se han descrito como útiles sin duda en los individuos con EPOC; el prototipo de estos fármacos es el tiotropio y en fechas recientes se han formulado similares, como el glucopirronio y el aclidinio. El papel de estos com- puestos en el asma no es claro, pero puede ser una posibilidad terapéutica en casos concretos. En un metaanálisis se ha notifi cado que la relación de tiotropio y corticosteroide inhalado no es inferior respecto de un β-adrenérgico de vida media larga como el salmeterol. Además, la relación de un triple esquema con β-adrenérgico de vida media larga, tio- tropio y corticosteroide parece ser superior al esquema de β-adrenérgico de vida media larga y dosis altas de corticosteroide inhalado. Las situaciones clínicas en las que está indicado su uso no son claras aún, pero parece razonable como tri- ple esquema en casos de difícil control o superposición de EPOC y asma, como se menciona más adelante. Cada vez que se logre un control total del asma con alguno de estos pasos debe mantenerse y revalo- rarse cada tres a cuatro meses; este periodo de tiempo puede ser modifi cable según sean el tipo de paciente y gravedad, el riesgo de exacerbación y la observancia del tratamiento. En la reducción se prefi ere de manera primeria re- tirar los fármacos que produzcan efectos secundarios http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)236 y, en consecuencia, es preferible suspender primero el corticosteroide sistémico en caso de que se use; en se- gundo lugar se prefi ere la reducción paulatina de la dosis de los corticosteroides inhalados y, una vez que se administran dosis bajas de corticosteroides inhala- dos, puede considerarse suspenderlos en caso de un lapso de seis a 12 meses de un estado considerado como “controlado” de la enfermedad y si el sujeto no tiene riesgo de sufrir exacerbaciones. Si se emplea una combinación de corticosteroides y β-adrenérgico, se interrumpe el β-adrenérgico sólo si las dosis de corti- costeroides son bajas y lleva al menos seis a 12 meses de considerarse “controlado” el estado de la enferme- dad y si el individuo no tiene riesgo de exacerbación. En este proceso de disminución y retiro del tratamien- to médico no deben olvidarse la vigilancia y la correc- ción de otras afecciones concomitantes o alteraciones que propicien las exacerbaciones, entre ellas la enfer- medad por refl ujo, tabaquismo, rinitis alérgica, sinusi- tis, poliposis nasal, exposiciones laborales o intramuros, medicaciones favorecedoras de los síntomas u otros. Con respecto a las medidas no farmacológicas que pueden ser de utilidad en el adecuado mantenimiento de pacientes con asma pueden mencionarse vacuna- ción para infl uenza y neumococo, programa de ejerci- cio, pérdida de peso en presencia de obesidad y algunas veces técnicas de respiración que favorezcan un adecuado movimiento costal y diafragmático. Se recomiendan secciones informativas para educar al en- fermo acerca de su enfermedad, datos de alarma, uso adecuado y técnica de administración de los fármacos y los diferentes dispositivos, información relacionada con el empleo apropiado y mantenimiento de las dife- rentes cámaras espaciadoras, utilización del fl ujómetro domiciliario y establecimiento de un plan de manejo acorde con las mediciones (fi guras 17-3 a 17-5). Hay publicada sufi ciente evidencia para justifi car progra- mas de manejo adecuado por el mismo paciente basa- dos en diarios de síntomas o mediciones del fl ujo máximo (FEM); es importante realizar una buena selec- ción de los sujetos aptos para este modo de atención. Se recomienda evitar algunos compuestos como los antiinfl amatorios no esteroideos (reservados sólo para algunos casos) y los β-bloqueadores como el propano- lol que también pueden ser necesarios sólo en algunos casos, como se ha publicado en fecha reciente. Es aconsejable evitar el humo del cigarro, sea el hábi- to tabáquico o el humo del cigarro ambiental. En los as- máticos que se exponen al humo ambiental se presentan más síntomas y más exacerbaciones, así como mayor ne- cesidad de medicación para controlar la enfermedad. El estado infl amatorio de asma y tabaquismo tiene un efecto sinérgico que se ha demostrado en el equili- brio de proteasas y antiproteasas, sobre todo en meta- loproteinasas de la matriz, estrés oxidativo y mayor cantidad de leucotrienos. Se ha demostrado mayor declinación de la función pulmonar de asmáticos fumadores respecto de asmáti- cos no fumadores; se ha observado una declinación del VEF1 de unos 58 mL por año, que se reduce a 31 mL por año con el uso de corticosteroides inhalados. Más aún, se ha comprobado que la respuesta a los corticosteroi- des está atenuada en pacientes asmáticos fumadores, tal vez porque el humo del cigarro produce infl amación Figura 17―3. Se presentan los diferentes tipos de dispositivos que contienen medicamentos inhalados para control en el asma. Figura 17―4. La fi gura muestra la correcta aplicación de medicamentos inhalados presurizados en un inhalador de dosis medida. Debe sincronizarse la atomización del dispositivo con la inhalación. Para permitir que el rocío se espacíe hasta partículas de 5 micrometros, se recomienda realizar a 3 cm de la boca. http://booksmedicos.org Asma 237 mediada por neutrófi los que no responden a los corti- costeroides. Otro tipo de infl amación está promovido por el estrés oxidativo, acetilación y metilación de las histonas, con expresión del factor κB nuclear. Dejar el hábito tabáquico mejora los síntomas del asmático en un corto lapso de siete días, aun cuando no se ha registrado mejoría en la hiperreactividad bronquial. ASMA Y EMBARAZO La prevalencia del asma relacionada a embarazo varía en los diferentes lugares del mundo. En algunos es- tudios de sitios muy prevalentes se ha informado una frecuencia de asma en el embarazo de 12% (Australia); en otras áreas con menor prevalencia (EU) se ha publi- cado una prevalencia de 3.7 a 8.4%. Se considera que un tercio de los pacientes con asma empeora durante el embarazo (30%), un tercio mejora (31%) y el otro permanece estable (39%). Cuando se agrava el asma relacionado con el embarazo se advierte una recupe- ración de la gravedad del asma cinco a 12 semanas después del término de la gestación. Se ha estudiado la hiperreactividad bronquial valorada con reto bron- quial con metacolina y se ha comprobado un aumento de la hiperreactividad bronquial en el segundo trimes- tre. Los mecanismos a través de los cuales el embara- zo modifi ca el estado asmático no se comprenden por completo; el efecto de mejoría puede atribuirse a que la progesterona relaja la musculatura bronquial y, por el contrario, parece modifi car la susceptibilidad en la sensibilidad de los β-adrenérgicos y aumenta el volu- men minuto, lo cual puede explicar los casos en que empeoran. Se ha señalado que los casos de pacientes embarazadas con asma y síntomas por un inadecuado control del asma o mujeres embarazadas con signos de exacerbación de ésta se correlacionan con emba- razo de pretérmino, bajo peso al nacer o enfermedad hipertensiva del embarazo (preeclampsia o eclampsia), razón por la cual el tratamiento del asma debe man- tenerse durante el embarazo según lo han sugerido distintas guías de manejo del asma publicadas en el mundo. La medicación considerada como de mante- nimiento en el asma, es decir, antiinfl amatorios como corticosteroides inhalados, es segura durante el emba- razo. Hay cierta preferencia por el uso de budesonida, sobre todo por ser el corticosteroide inhalado emplea- do en uno de los estudios más recientes y amplios rea- lizado con un análisis de 2 968 mujeres embarazadas. Las exacerbaciones del asma en una población de pacientes gestantes requieren hospitalización en 1.6% y atención deurgencia en 12.6%. En tales exacerbacio- nes, el 62% exige hospitalización y la gravedad es ma- yor en ausencia de corticosteroides inhalados como tratamiento de mantenimiento. ASMA RESISTENTE AL TRATAMIENTO En algunos casos, los pacientes presentan difícil con- trol a pesar del uso máximo de fármacos y corrección de comorbilidades. Debe señalarse que el tratamiento implica la administración de corticosteroides inhalados a dosis altas, más un β-adrenérgico de vida media lar- ga y alguno otro controlador, pese al cual se presentan exacerbaciones. Esta situación aparece en 5 a 10% de los casos de asma. Las exacerbaciones obligan a replantear el diag- nóstico y a considerar la posibilidad de que se trate de un paciente con otra afección que expresa sínto- mas similares a los del asma o bien que el diagnóstico de asma no considera la relación con alguna otra en- fermedad subyacente. Además, debe revalorarse la posibilidad de presentar alguna comorbilidad adjunta. Asimismo, es preciso revisar la adecuada prescripción de fármacos y factores ambientales que precipiten los síntomas. Una vez revisados los puntos anteriores puede op- tarse por alguna de las siguientes medidas: ● Realizar correcciones de los compuestos de man- tenimiento, como alcanzar dosis máximas del cor- ticosteroides inhalado y añadir un β-adrenérgicos de vida media larga y antileucotrienos. Figura 17―5. La fi gura muestra la aplicación de un inhalador de dosis medida presurizado con una cámara espaciadora. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)238 ● Pueden suministrarse corticosteroides sistémicos en dosis de 30 a 40 mg de prednisona o algún corticosteroide equivalente, sea por ciclos cortos o a dosis baja pero de mantenimiento, con la in- tención de prolongar la vigilancia y suspender en cuanto sea posible. ● En los pacientes con IgE elevada está indicado aplicar anticuerpos monoclonales anti-IgE cada 15 días o una vez al mes. ● Considerar si el individuo es apto para termo- plastia. Se han publicado recientes investigaciones sobre nue- vos anticuerpos monoclonales para objetivos infl ama- torios específi cos; el primer fármaco de este tipo es el omalizumab que integra anticuerpos monoclonales anti-IgE y ha demostrado utilidad en pacientes con asma alérgica moderada o grave, con cifras elevadas de IgE. Además, han tenido utilidad como biomarca- dores de grupos con buena respuesta en los enfermos con valores elevados de óxido nítrico exhalado (FeNO) y periostina. A continuación de revisa un grupo de in- terleucinas que intervienen en la respuesta alérgica e infl amatoria del asma y es materia actual de investiga- ción como objetivos terapéuticos. En fecha reciente se presentó un estudio que analizó la efi cacia del broda- lumab, sin evidencia de mejoría con su uso; es un anti- cuerpo antirreceptor de IL-17 que además participa en los procesos de remodelación bronquial; también fue objeto de protocolo el duplumab que incluye anticuer- pos monoclonales antifracción α de IL-4; ambos fárma- cos se han propuestos para casos de asma moderada a intensa. Se ha demostrado una disminución de las exacerbaciones y de la dosis de corticosteroides inha- lados incluso con la administración de β-adrenérgicos de vida media larga. Se considera como un posible biotipo al paciente con inicio temprano del asma y modulación infl amatoria de tipo Th2, que es productor de esta clase de citocinas, e interviene también el factor de necrosis tumoral (TNF) expresado por mastocitos, eosinófi los, linfocitos de tipo CD4, y macrófagos alveolares. Se ha usado golimumab como anticuerpo monoclonal en contra de TNF, si bien sus efectos secundarios han sido una limitante. SUPERPOSICIÓN DE ASMA Y EPOC Por varias décadas, los estudios internacionales de pa- cientes con EPOC han considerado como criterios de exclusión a los pacientes con datos de atopia y alte- raciones ventilatorias obstructivas con reversibilidad, dado que no hay casos de EPOC puros. Asimismo, los estudios de pacientes con asma utilizan como crite- rio de exclusión el tabaquismo signifi cativo porque no permite estudiar la naturaleza propia del asma. El efecto es la conformación de una cantidad no insigni- fi cante de pacientes que sufren una superposición de ambas enfermedades y que han quedado excluidos de investigación. Se ha observado que el 14.3% de los pa- cientes con EPOC presenta superposición, aunque un protocolo basado en el estudio PLATINO reveló que un 1.7% tenía asma, 12% EPOC y 1.8% superposición. En los últimos años se ha hecho evidente un escotoma en la experiencia y evidencia clínica, motivo por el cual las nuevas guías lo han abordado como un síndrome de superposición específi co conocido como ACOS (asth- ma and COPD overlap syndrome). Este grupo de paciente presenta exacerbaciones frecuentes y un deterioro más notorio de la función pulmonar; tal superposición expresa en las vías respi- ratorias mayor cantidad de citocinas infl amatorias por lo que al fi nal muchos pacientes exigen atención e in- vestigación. En estudios topográfi cos se ha demostrado que los individuos con asma que son fumadores experimentan una disminución del diámetro de los bronquios seg- mentarios en comparación con pacientes asmáticos no fumadores. Algunos datos clínicos son de utilidad para esta- blecer el diagnóstico de ACOS y se revisan en seguida: ● Una gran cantidad de los individuos con asma tiene antecedentes de síntomas que inician en la niñez; por el contrario, los sujetos con EPOC son mayores de 40 años cuando se ha fumado lo sufi ciente para infl igir daño tisular a nivel pulmonar. En el caso de ACOS, casi siempre son pacientes >40 años pero con antecedentes de síntomas de asma en la niñez. ● En el asma puede haber antecedentes de atopia como rinitis alérgica, alergia a fármacos, alimento o algunos ambientales; en la EPOC, el hábito tabá- quico requiere al menos una exposición de 10 paquetes/año y, en caso de no presentar este an- tecedente, debe tener algún tipo de exposición a combustión de biomasa, como humo de leña, y las más de las veces requiere un periodo largo de ex- posición diaria como un mínimo de 190 horas/año. En el ACOS se combinan ambos antecedentes. ● En cuanto a los síntomas, los pacientes con asma presentan síntomas intermitentes o éstos se limi- tan a algunos momentos del año o en presencia de ciertas condiciones ambientales. En cambio, los individuos con EPOC parecen tener síntomas continuos, en especial intolerancia al esfuerzo fí- http://booksmedicos.org Asma 239 sico. En el ACOS parecen presentarse síntomas continuos, pero con variabilidad frecuente en la intensidad. La disnea de esfuerzo está siempre presente. ● En el asma, la función pulmonar es una alteración ventilatoria de tipo obstructiva con reversibilidad mínima de 12% o 200 mL en el VEF1 y por lo re- gular los valores del VEF1 son normales en esta- do de control. En la EPOC pura se observa una alteración ventilatoria obstructiva sin reversibili- dad signifi cativa (<12% o <200 mL). En el ACOS, la alteración ventilatoria de tipo obstructiva per- siste, pero la reversibilidad es muy signifi cativa aun cuando no vuelve a valores normales incluso en estado estable. ● En el asma se presenta con mucha más frecuencia una infl amación eosinofílica (menos a menudo neutrofílica o paucigranular); en la EPOC, la infl a- mación es sobre todo neutrofílica. En los ACOS puede ser de ambos tipos, pero es muy sugestivo encontrar infl amación eosinofílica en la expecto- ración de un paciente con diagnóstico de EPOC. Las guías GINA sugieren el abordaje secuencial. En pri- mer término es necesario documentar los anteceden- tes y precisar que se trata de una enfermedad crónica; en segundo lugar debe señalarse que se trata de un caso con datos conjuntos de asma y EPOC; y, en tercer paso, solicitar pruebas espirométricas con los datos ya mencionados. El tratamiento puede iniciarse con corticosteroides inhalados, demodo inicial en dosis bajas que pueden incrementarse hasta corregir los síntomas. Se pueden añadir β-adrenérgicos de vida media larga a los corti- costeroides inhalados, sin dejar de considerar que en el asma está proscrita la administración exclusiva de β-adrenérgicos de vida media larga en ausencia de corticosteroides inhalados. Junto con la medicación están indicadas la ayuda para dejar de fumar, la vacu- nación, la rehabilitación si hay limitación al ejercicio, y la atención de posibles comorbilidades. EXACERBACIÓN DEL ASMA Se defi ne como un incremento de los síntomas del paciente asmático, desde su estado basal hasta un aumento de los síntomas habituales, como tos, sibi- lancias, disnea y dolor torácico opresivo, casi siempre acompañados de la evidencia de un deterioro de la función pulmonar por atenuación de los fl ujos exhala- dos en la espirometría o fl ujometría. Con frecuencia, la exacerbación se activa por algún factor ambiental, como puede ser una infección viral de vías respiratorias superiores, contaminación, cam- bios de clima u otros. Las exacerbaciones pueden ser condiciones clíni- cas que ponen en peligro la vida, en particular en casos de personas que han requerido con anterioridad tera- pia intensiva, hospitalizaciones y atención en urgencias el último año, sin tratamiento de mantenimiento y con administración excesiva de β-adrenérgicos de vida me- dia corta como rescatadores. En la evaluación clínica de un paciente con exacer- bación de asma pueden encontrarse datos clínicos o medición objetiva de FEM y VEF1. Dentro de los datos clínicos se han considerado muchos, algunos de los cuales son poco prácticos, como un incremento de la presión diferencial ya que para su medición es necesa- rio pedir al paciente que no respire en inspiración pro- funda y ello es poco amable en caso de una persona con exacerbación de los síntomas respiratorios. Por el contrario, hay signos fáciles de reconocer que se men- cionan a continuación: ● Caso de exacerbación leve o moderada: pulso de 100 a 120, el paciente no se ve agitado, la disnea no afecta el diálogo, no hay uso de músculos acceso- rios, frecuencia respiratoria <30 por min, saturación de oxihemoglobina de 90 a 95% y FEM >50% del predicho. ● Caso de exacerbación grave: pulso >120, el pacien- te se ve agitado, uso de musculatura accesoria, fre- cuencia respiratoria >30 por min, saturación de oxihemoglobina <90%, FEM <50% del predicho. ● Caso de exacerbación compatible con la vida: el paciente se encuentra muy agitado, con altera- ciones del estado de conciencia y en el tórax no se ausculta ruido respiratorio (silente). La primera medida terapéutica en caso de exacerba- ción es el uso de β-adrenérgicos de vida media corta administrados como rescate; esto puede ser sufi ciente para mejorar los síntomas. Se recomienda administrar hasta cada 20 min/h y luego reevaluar. Hay sufi cien- te experiencia desde 1970 de que la combinación de β-adrenérgico de vida media corta como salbutamol, junto con un anticolinérgico de vida media corta como bromuro de ipatropio o oxitropio, se acompaña de mayor efi cacia, mayor tiempo de vida media y menor número de recaídas. En caso de no presentar mejoría se sugiere hospitalizar e iniciar tratamiento con cor- ticosteroides sistémicos. Si no hay mejoría o incluso deterioro se sugiere pasar a terapia intensiva. El uso de corticosteroides sistémicos dentro de la primera hora http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)240 de tratamiento, al margen de la respuesta a los β–adre- nérgicos, es una toma de decisión del médico tratante y está aceptado ya que el uso de corticosteroides sisté- micos dentro de la primera hora reduce la posibilidad de hospitalización. El consumo de corticosteroides inhalados en el tra- tamiento de urgencias en caso de una exacerbación es algo impreciso. El efecto antiinfl amatorio de los corti- costeroides está mediado por su acción genética; después de su unión con el receptor citoplasmático co- rrespondiente se traslada al núcleo, donde se replican los mecanismo antiinfl amatorios codifi cados por cier- tos genes a través de la metilación de ciertas histonas; este efecto toma 6 a 12 h y sus cambios espiromé- tricos pueden tardar más. Sin embargo, se han de- mostrado mecanismos no genéticos de los esteroides mediados por GMP cíclico que explican un efecto bron- codilatador inmediato, limitado a sólo 90 min, que pue- de justifi car su uso en una etapa aguda. Su principal efecto tiene lugar en la vasculatura bronquial, que casi siempre está dilatada por la infl amación local. El empleo de teofi lina y aminofi lina en el manejo de urgencias de una exacerbación se desaconseja por su pobre efi cacia, además del efecto de los β-adrenérgicos o la combina- ción de β-adrenérgicos y anticolinérgicos y sus efectos secundarios. El uso de magnesio en infusión o nebuliza- do carece de evidencia que sustente su administración regular. Esto también es válido para el suministro de mezclas de oxígeno y helio y la utilización de modifi ca- dores de los leucotrienos en las exacerbaciones. En caso de una exacerbación compatible con la vida se recomienda de forma inicial ingresar a la uni- dad de terapia intensiva e iniciar ahí el tratamiento. Debe anticiparse la posibilidad de asistencia mecánica ventilatoria. La oxigenoterapia de mantenimiento debe admi- nistrarse con el objetivo de conservar una saturación de oxígeno de 93 a 95%. La administración de antibióticos no se recomien- da, salvo que se documente la presencia de infección; los síntomas de exacerbación por sí mismos no justifi - can su uso. Debe identifi carse alguna causa precipitante con una intención correctiva; para este objetivo puede ser de mucha utilidad la obtención de una radiografía de tórax; la exacerbación no la justifi ca por sí misma. Es de mucha utilidad la medición objetiva de la fun- ción pulmonar para evaluar la respuesta al tratamiento; en caso de presentar una mejoría con un PEF o un VEF1 de 60 y 80% puede considerarse egreso con vigilancia ambulatoria en la siguiente semana (fi gura 17-6). Una vez corregida la exacerbación hay sufi ciente evidencia para sugerir una duplicación de la dosis de corticosteroides inhalados en el tratamiento de mante- nimiento posterior a una exacerbación para controlar los síntomas. Datos de exacerbación Datos de falla aguda (alteraciones del estado de conciencia o tórax silente) Espirometría o flujometría con FPE o VEF1 menor de 60%. Datos de exacerbación leve o moderada Iniciar tratamiento con β-adrenérgicos. Considerar 40 o 50 mg de corticosteroides sistémicos (vía oral o parenterales) Ingreso a terapia intensiva considerar asistencia ventilatoria mecánica Peor Evaluar respuesta VEF o FPE <60% VEF1 o FPE <60% Hospitalizar Evaluar alta, medidas ambulatorias Figura 17―6. Flujograma terapéutico para la exacerbación del asma. http://booksmedicos.org Asma 241 En ausencia de mejoría en el FEM o VEF1 y valores < 60% del predicho, se sugiere hospitalización y conti- nuar el tratamiento establecido con β-adrenérgicos cada 6 a 8 h, es posible considerar la combinación de salbutamol e ipatropio y se sugiere administración dia- ria de corticosteroides sistémicos entre 40 y 50 mg por día; no se ha demostrado que la vía parenteral sea más potente o más rápida que la vía oral (puede emplearse cualquiera). El uso de adrenalina sólo está indicado en caso de anafi laxis. No tienen efecto adicional bronquial los β-adrenérgicos inhalados. Se ha estudiado la efi cacia de los programas de control de exacerbación a cargo del propio paciente, casi siempre con vigilancia del fl ujo máximo (PEF) do- miciliario. Una vez iniciado el tratamiento con rescata- dores se evalúa la respuesta y en tal caso el paciente puede duplicar la dosis de su tratamiento de manteni- miento. En estos programas es de particular utilidad la combinación de corticosteroides y β-adrenérgico de vidamedia larga, con la posibilidad de incrementar el uso de mantenimiento basado en un diario de sínto- mas o medición de PEF. En caso de no presentar mejoría con el rescatador y el incremento del tratamiento de mantenimiento se recomienda iniciar una dosis de corticosteroides sisté- mico a 40 o 50 mg y buscar atención médica. Se recomienda mantener el tratamiento con corti- costeroides sistémicos por cinco a siete días; no se ha demostrado una diferencia en la suspensión súbita o dosis de reducción paulatina aunque hay algunos es- tudios que sustentan que en los casos de esquema de reducción paulatina se presentan menos recurrencias. Se ha comparado el uso por cinco a siete días y por 15 días sin encontrar diferencias. Antes de dar de alta al paciente es necesario ase- gurarse que comprenda bien la administración de los fármacos, se establezca un programa de vigilancia y se conozcan las medidas preventivas de los posibles exa- cerbadores. Un tema a discutir es el de las recurrencias de las exacerbaciones en los casos atendidos en el servicio de urgencias, los cuales pueden ser hasta de 18% en las siguientes cuatro semanas después del egreso. Algu- nos factores identifi cados son el sexo femenino, mayor cantidad de días con síntomas de exacerbación de asma antes de buscar la atención médica, consumo de corticosteroides inhalados o corticosteroides relacio- nados con β-adrenérgicos de vida media larga antes de la asistencia en urgencias y uso de cámara espacia- dora. Estos últimos tres factores no deben entenderse como riesgo para recurrencia; más bien se trata de per- sonas que experimentaron una exacerbación a pesar de un tratamiento adecuado, lo cual es indicativo de asma más grave. TERMOPLASTÍA BRONQUIAL Algunos casos de asma se controlan de forma parcial o nula a pesar de la farmacoterapia, recomendada en la actualidad como paso 5, lo cual se ha documentado en 3 a 6% de los enfermos. Para estos casos se sugiere la práctica de la termoplastia bronquial. El tratamiento consiste en la generación de calor por radiofrecuencia, que se ha aplicado con anterioridad, por ejemplo en medicina del dolor para destruir alguna raíz nerviosa; se conoce como radioablación. En la termoplas- tia bronquial, la radiofrecuencia es emitida por un catéter que se introduce en el árbol bronquial por broncoscopia fl exible con la intención de reducir la cantidad y la funcio- nalidad del músculo de la pared bronquial y disminuir así la broncoconstricción y con ello la reactividad de la vía respiratoria. La radiofrecuencia es energía electromagné- tica a una frecuencia de 3 Hza 300 GHz. En los primeros estudios en animales se comprobó una reducción del músculo liso bronquial analizado por histopatología, pos- terior al procedimiento, después de aplicar radiofrecuen- cia a 65°C, pulsos de 10 seg de duración y 16 W. Es muy importante seleccionar de manera adecua- da a los pacientes aptos para el procedimiento, para lo cual se mencionan a continuación los criterios de in- clusión y exclusión: Criterios de inclusión: 1. Edad de 18 a 65 años. 2. Asma grave persistente (síntomas presentes du- rante el día, despertares nocturnos frecuentes, limitación extrema a las actividades diarias y ad- ministración de β-agonistas de acción corta va- rias veces al día. 3. Consumo regular de LABA y corticosteroides in- halados. 4. VEF1 ≤60% del predicho antes del broncodilata- dor o ≤ 65% del predicho después del broncodi- latador. 5. Prueba de metacolina positiva. 6. No fumador por lo menos durante un año o fu- mador menor de 10 paquetes por año. Criterios de exclusión: 1. Antecedentes de asma con riesgo de muerte (que requiriera intubaciones durante las exacerbaciones). http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 17)242 2. Admisiones en terapia intensiva, sin intubación durante los últimos 24 meses. 3. Tres o más hospitalizaciones por crisis de asma durante los últimos 12 meses. 4. Más de tres infecciones respiratorias bajas que exigieron antibióticos en los últimos 12 meses. 5. Más de tres pulsos de esteroides orales en los últimos tres meses. 6. Hipersensibilidad a los fármacos utilizados du- rante la broncoscopia. 7. Pacientes con marcapasos, desfi brilador interno o cualquier otro dispositivo implantado. El protocolo para la realización consiste en tres sesio- nes; por lo regular, una sesión se enfoca en la termo- plastía del lóbulo inferior unilateral, una en el lóbulo inferior contrala teral y una tercera en ambos lóbulos superiores, incluida la língula, y se excluye el tratamien- to del lóbulo medio. El procedimiento broncoscópico requiere anestesia general con sedación consiente y ventilación espontánea. Es importante llevar un re- gistro adecuado de los segmentos y subsegmentos objeto de termoplastia, con la intención de no dejar segmentos sin tratamiento (fi gura 17-7). Como se mencionó ya, la contracción del músculo liso o broncoespasmo es una de las claves fi siopatoló- gicas que provocan disminución del fl ujo aéreo, junto con la infl amación, la remodelación de la vía respirato- ria y la producción de moco; en consecuencia, la des- trucción del músculo bronquial parece una medida terapéutica razonable cuya efi cacia se comprobó de manera inicial en modelos animales y luego en seres humanos. En un estudio no aleatorizado prospectivo se in- cluyó a 16 pacientes con asma moderada a grave, es- tables a la realización de termoplastia, y se comprobó una disminución de la hiperreactividad con una pC20 inicial en promedio de 0.95 mg/mL, y después de la intervención se observó un incremento de 0.75 (IC 95%, 2.51-8.85) a las 12 semanas, 5.45 (IC 95%, 1.54- 19.32) a un año y de 3.40 (IC 95%, 1.35-8.52) a dos años. Se consideró que los efectos secundarios a dos años fueron leves en 74%, moderados en 25%y graves sólo en 1%. En el estudio AIR (Asthma Intervention Research), un estudio aleatorio, multicéntrico (11 centros, cuatro países) y aleatorizado, se incluyó a 112 pacientes. El seguimiento a un año demostró una disminución de A B C D Figura 17―7. A) Consola de termoplastía. B) Catéter. C. Punta del catéter abierto. D) Procedimiento de termoplastía bronquial. http://booksmedicos.org Asma 243 las agudizaciones leves y graves, mejoría en el cuestio- nario de síntomas y calidad de vida, pero además se presentó mejorías en PEF, VEF1 y PC20 (fi gura 17-8). Por otro lado, el grupo con termoplastia mostró en las primeras semanas disnea, sibilancias, tos productiva, dolor torácico e infecciones respiratorias que se consi- deraron leves. El estudio RISA (Research in severe asthma), multi- céntrico, aleatorizado y controlado, se efectuó en ocho centros de tres países. Se incluyó a 34 pacientes que se dividieron en dos grupos de 17. Se vigilaron a las seis, 22, 36 y 52 semanas posteriores a la intervención. Los efectos secundarios fueron disnea, sibilancias, tos pro- ductiva y dolor torácico que se resolvieron en la prime- ra semana. Se demostró una mejoría en el grupo tratado con termoplastía en un menor requerimiento de β-adrenérgicos de acción inmediata de rescate y también en la administración de corticosteroides sisté- micos, en un diario de síntomas y en cuestionarios de calidad de vida. No fue signifi cativa la mejoría en las pruebas de función pulmonar en comparación con el grupo control. El estudio AIR 2, aleatorio y multicéntrico, incluyó a 297 pacientes con vigilancia a 12 meses y se recono- ció con claridad una mejoría en cuestionarios de cali- dad de vida, disminución de las exacerbaciones, visitas a consultorio y hospitalizaciones en el grupo tratado con termoplastía. En la experiencia publicada en la actualidad se ha comprobado mejoría clínica tanto en síntomas como en exacerbaciones; la evidencia de mejoría en pruebas de función pulmonar no es clara, algunos efectos se- cundarios se consideran en su mayoría no graves, en- tre los seis días y dos semanas, y en algunos es posible una reducción
Compartir