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Neumonía adquirida en la comunidad INTRODUCCIÓN La neumonía es un proceso infl amatorio pulmonar agudo, de origen infeccioso, que se puede clasifi car en cuatro formas de acuerdo con el sitio donde se con- trae: adquirida en la comunidad (NAC), relacionada con cuidados de la salud, con el ventilador y adquirida en un hospital. En virtud de su frecuencia, este capítulo se enfoca en la neumonía adquirida en la comunidad. NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD La NAC es una infección aguda del parénquima pul- monar desarrollada en una persona no hospitalizada en los últimos tres meses, con una radiografía de tórax que revela opacidades de reciente aparición no atribui- bles a otras causas. Es causa importante de morbilidad y mortalidad mundiales, por lo que el diagnóstico y tratamiento oportunos infl uyen de manera decisiva en la evolución de los enfermos. Es preciso optimizar la labor de los equipos de salud, con apego a guías terapéuticas, para asegurar la calidad de la atención de los pacien- tes, determinar su gravedad al momento del diagnós- tico y realizar una adecuada referencia de los pacientes a los servicios de urgencias, consulta externa o áreas hospitalarias. EPIDEMIOLOGÍA Según datos de la OMS, las infecciones de vías respira- torias bajas (IVRB), entre las que fi gura la NAC, se en- cuentran entre las primeras 30 causas de mortalidad global. De acuerdo con ello, en el año 2008 las muertes por IVRB sumaron 3.4 millones de personas, esto es, la tercera causa de mortalidad después de las enfermeda- des isquémicas del corazón y la enfermedad cerebro- vascular. En el informe Estadísticas Sanitarias Mundiales del 2014 se indicó que las IVRB fueron la segunda cau- sa de muerte mundial con base en datos del año 2012, precedidas sólo por la cardiopatía isquémica. La tasa global de NAC varía de 8 a 15 por cada 1 000 personas por año, con mayor aparición de casos en la temporada invernal y afectación predominante en hombres, niños y adultos mayores. En EUA, la NAC fue la séptima causa de muerte en individuos adultos por año y 2.7 a 4 por cada 1 000 habitantes requirieron hospitalización en unidades de segundo nivel de atención. La proporción de adultos que exige hospitalización es de 22 a 44%, con una mortalidad de 5 a 12%. En México se registró en el 2006 una incidencia anual de 5 a 11 por cada 1 000 adultos que padecieron NAC. La incidencia varía con la edad; en este país se notifi có una cifra de 6% en sujetos menores de 40 años y hasta de 11% en mayores de 60 años, con una mor- talidad variable de 11% en individuos de 40 a 60 años y de 65% en personas mayores de 60 años. En el 2010 se notifi caron 156 636 casos de neumonías, con una tasa de 144.50 por cada 100 000 habitantes; es una de http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 9)142 las 20 primeras causas de morbilidad nacional, ocupa el 16° lugar y es un poco más frecuente en hombres, con 79 041 casos que corresponden al 50.46% del total de pacientes afectados. En EUA, la profi laxis con vacunas contra infl uenza y neumococo ha producido una disminución del núme- ro de ingresos por NAC a hospitalización. En adultos mayores de 65 años, la vacuna de la infl uenza redujo los ingresos de 29 a 32%; por su parte, la vacuna del neumococo demuestra una efectividad global en suje- tos mayores de 65 años de 44 a 75% para la prevención de NAC en relación con este patógeno. Con respecto a la mortalidad, en el año 2008 se registraron en México 15 096 casos de muertes por neumonía, lo cual corresponde al 2.8% del total de fa- llecimientos y una tasa de 14.2 casos por cada 100 000 habitantes, lo cual la sitúa en el noveno lugar de todas las causas de mortalidad en ese año. La tasa de morta- lidad más elevada se registra en los adultos mayores de 65 años de edad con 136.4 casos por cada 100 000 habitantes; en los menores de un año de edad es de 87.9 por cada 100 000 habitantes, los de uno a cuatro años de edad muestran una tasa de 5.8 y en el grupo de 15 a 64 años de edad la cifra es de 4.3 casos por cada 100 000 habitantes. En el Instituto Nacional de Enfermedades Respira- torias, las neumonías constituyeron en general la ter- cera causa de morbilidad hospitalaria con 540 casos registrados en 2011 y en ese mismo año ocupó el se- gundo lugar en mortalidad hospitalaria con 70 falleci- mientos (INER, 2013). FISIOPATOLOGÍA Los seis mecanismos de defensa del huésped impor- tantes en la prevención de la NAC son la fi ltración ae- rodinámica, el refl ejo de la tos, el transporte mucociliar, la función de la célula fagocítica, la función inmuno- lógica y la eliminación de secreciones bronquiales. La alteración de estos mecanismos normales de defensa infl uye en la epidemiología como factores de riesgo. Los gérmenes patógenos típicos causantes de NAC, en pacientes inmunocompetentes, son S. pneu- moniae, H. infl uenzae y Moraxella catarrhalis; por su parte, son patógenos atípicos Legionella spp., Myco- plasma pneumoniae, C. pneumoniae, virus adquiridos por aspiración y otros agentes. En el huésped inmunodeprimido, además de los microorganismos habituales, se encuentran infeccio- nes por gérmenes oportunistas, como Mycobacterium tuberculosis, Pneumocystis jiroveci y hongos. Es necesario considerar la relación de patógenos cuando los pacientes no experimentan mejoría clínica a pesar del tratamiento. De los gérmenes típicos, Strepto- coccus pneumoniae se presenta en 5 a 11% de los pa- cientes ambulatorios, en 5 a 42.8% de los hospitalizados, en 6 a 29.8% en relación con cuidados de la salud y en 11 a 37.5% en enfermos de la UCI; además, existe un nexo con sujetos de raza negra, fumadores, enfermos menta- les o neurológicos, EPOC, insufi ciencia cardiaca y VIH. Haemophilus infl uenzae se presenta en 2 a 12, 1 a 11 y 2.5 a 19%, respectivamente, y se relaciona con EPOC, consumo previo de antibióticos y esteroides orales. Las cifras respectivas de Staphylococcus aureus son de 5, 1.7 a 26 y 3 a 18% y muestran una relación con edad avan- zada, pacientes hospitalizados, administración anterior de antibióticos y diferentes comorbilidades. Los bacilos gramnegativos se presentan en 0.7 a 7, 5.3 a 23 y 3 a 25% en pacientes con bronquiectasias, cáncer, insufi ciencia cardiaca y anemia aplásica. Mora- xella catarrhalis se identifi ca en 3.8 a 5.5% en indivi- duos relacionados con cuidados de la salud y es frecuente en EPOC, bronquiectasias, insufi ciencia car- diaca, cáncer y consumo de esteroides orales. De los gérmenes atípicos, Legionella pneumophila (en sujetos hospitalizados) se encuentra en 2 a 6% y en la UCI en 3 a 22.8%, casi siempre en individuos con insufi ciencia renal y hepática, diabetes mellitus, perso- nas que han viajado en fecha reciente y las expuestas en sitios de hacinamiento. Mycoplasma pneumoniae se presenta en 17.4 a 37% en sujetos ambulatorios y en 2 a 32.5% en hospi- talizados, con síntomas similares. En pacientes ambula- torios, Chlamydia pneumoniae muestra valores de 5.3 a 10.7%, en hospitalizados de 5 a 17.9% y en relación con cuidados de la salud en 6.6%; es frecuente en eda- des avanzadas y presenta diferentes comorbilidades. Cuando fallan los mecanismos de defensa del pa- ciente (tos, aparato mucociliar, IgA, anatomía de las vías respiratorias y sistema inmunitario) se presenta la infección pulmonar, que es la consecuencia de la proli- feración de microorganismos en los alveolos, con una respuesta inicial local y sistémica contra virus o bacte- rias. Se considera que el microorganismo ingresa al tracto respiratorio de tres formas: aspiración, contigüi- dad y diseminación hematógena. Si el patógeno penetra por aspiración (frecuente), actúan los mecanismos de defensa iniciales llamados “mecánicos” (vibrisas y cornetes nasales), que constitu- yen una barrera de contención que impide que el ger- men alcance la vía respiratoria inferior; si algunas partículas superan este primer mecanismo quedan atrapadas enel revestimiento epitelial y el sistema mu- cociliar en el árbol traqueobronquial, son arrastradas http://booksmedicos.org Neumonía adquirida en la comunidad 143 de manera ascendente por el moco y la tos, y se elimi- nan por tanto de la vía respiratoria. Otra forma de protección inicial se encuentra en la boca, por medio de la fl ora normal, enzimas digestivas e IgA, que producen lisis de la membrana celular y di- gestión enzimática del microrganismo. Cuando estas barreras fi siológicas son insufi cientes por la existencia de algunos factores, entre ellos inmunosupresión, can- tidad y tipo de patógenos o alteraciones anatómicas de la vía respiratoria, los macrófagos alveolares inician el procedimiento de eliminación y destrucción en los alveolos, asistidos por proteínas locales A y D de la sus- tancia tensioactiva, que poseen propiedades opsoni- zantes y actividad antimicrobiana o antiviral. De esta manera, los microorganismos son encapsulados y eli- minados por los macrófagos de las vías respiratorias inferiores por la capa mucociliar de manera ascenden- te o por vía linfática. Si los macrófagos alveolares son incapaces de fagocitar o destruir de manera local al patógeno se presenta la neumonía. Los macrófagos activan una reacción infl amatoria local con liberación de mediadores, como IL-1 y TNF, así como citocinas que se liberan en la sangre y provocan fi ebre. Las cito- cinas (como IL-8) y el factor estimulante de colonias de granulocitos producen la liberación de neutrófi los que son atraídos al pulmón y causan leucocitosis y aumen- to de secreciones, con difi cultad para eliminarlas por insufi ciencia del sistema mucociliar. Los mediadores de la infl amación elaborados por neutrófi los y macrófa- gos dan lugar a una fuga alveolocapilar, con el paso de algunos eritrocitos de la vasculatura al alveolo, y preci- pitan hemoptisis, infi ltrados difusos en la radiografía de tórax, estertores crepitantes, disnea e hipoxemia. Otra forma de contaminación pulmonar es la conti- güidad, es decir, el paso de los microorganismos desde estructuras adyacentes al parénquima pulmonar (me- diastino o pleura) y por diseminación linfohematógena. Por lo general, la neumonía por neumococo pasa por diversos estadios histopatológicos, de modo inicial por una fase de edema en la cual se observan un exu- dado proteínico y bacterias en el alveolo, seguidos de la aparición de eritrocitos en el exudado intraalveolar debido a la fuga capilar, neutrófi los, macrófagos y bac- terias; con posterioridad, si la evolución es favorable, tiene lugar una disminución de eritrocitos y se activan la lisis celular y la degradación de los neutrófi lo, con una producción aumentada de fi brina; las bacterias desaparecen, la infección queda contenida y mejora del intercambio de gaseoso. Por último, el macrófago conforma la célula dominante en el espacio alveolar, con eliminación de neutrófi los, bacterias y depósitos de fi brina y se desactiva la reacción infl amatoria local y sistémica. Sin embargo, de acuerdo con la característi- ca del germen causante de la neumonía, pueden variar en grado signifi cativo las características histológicas. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS En términos clínicos, los pacientes con NAC por mi- croorganismos típicos presentan tos, esputo mucoso, mucopurulento o herrumbroso, dolor torácico pleu- rítico (pungitivo o lancinante localizado), disnea de diferente magnitud relacionada con la gravedad del cuadro y, como refl ejo de la insufi ciencia respiratoria, un cuadro grave y síntomas sistémicos, en particu- lar fi ebre, astenia e hiporexia en pacientes con daño pulmonar previo. En el caso de microorganismos atí- picos, se reconocen características extrapulmonares, como cefalea, mialgias, artralgias, dolor ótico, debili- dad generalizada, palidez, además de tos casi siempre en accesos con esputo mucoso escaso; si el compro- miso pulmonar es de consideración, el sujeto puede desarrollar disnea e insufi ciencia respiratoria. Cabe mencionar que cualquiera que sea el germen en los cuadros graves, el enfermo puede presentar alteracio- nes hemodinámicas, choque séptico y síndrome de in- sufi ciencia respiratoria aguda (SIRA), pero en relación con la patogenicidad del microorganismo son posibles también choque séptico o empiema. El antecedente de comorbilidad siempre resulta desfavorable para el paciente y deben considerarse diabetes mellitus, alcoholismo con insufi ciencia hepá- tica o esplenectomía, alteraciones del sistema inmuni- tario, insufi ciencia cardiaca, insufi ciencia renal o alguna enfermedad pulmonar subyacente; por ejemplo asma, EPOC, bronquiectasias, fi brosis pulmonar y otras. Dado que las comorbilidades alteran o empeoran el cuadro clínico por la carga de la infección, la presentación clí- nica es casi siempre más grave, incluido un cuadro clí- nico intenso que representa un antecedente que no debe soslayarse para determinar la selección del anti- biótico inicial. La presentación clínica de una neumonía puede ser similar, tanto si el microorganismo es típico o atípico, ya que la presentación está determinada por factores relacionados con la edad, estado inmunológi- co y condición funcional pulmonar del paciente. La exploración del tórax evidencia con mayor fre- cuencia un síndrome de condensación pulmonar; no obstante, su ausencia no descarta la presencia de neu- monía. Esta última puede también producir otros sín- dromes pleuropulmonares, entre ellos el de derrame pleural o el de atelectasia pulmonar, los cuales se pre- sentan hasta en el 15% de los casos. Asimismo, no de- ben perderse de vista signos de afección extrapulmonar, http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 9)144 como endocarditis, pericarditis, artritis o compromiso del sistema nervioso central, por lo que es importante realizar una exploración física completa. Todo paciente con sospecha de neumonía requiere de manera inicial la obtención de una historia clínica completa. Estudios de imagen torácicos Ante la sospecha clínica de NAC se deben solicitar siempre radiografías de tórax posteroanterior y la- teral; la fi nalidad es documentar y describir los ha- llazgos imagenológicos en busca de opacidades en las áreas lobulares (fi gura 9-1) o segmentaria (fi gura 9-2), o bien opacidades multilobulares (fi gura 9-3), multisegmentarias,o bronconeumónicas, entendién- dose por esto una distribución segmentaria de las consolidaciones pulmonares. Otro patrón radiográfi co que puede observarse es la imagen intersticial difusa o de derrame pleural (fi gura 9-4). Si no se reconocen estos patrones en la radiografía de tórax, pero el cua- dro clínico así lo sugiere, es recomendable programar Figura 9―2. TAC Foc Mult. Figura 9―1. TAC neumo lob. A) En la izquierda se observa tomografía con ventana para parénquima pulmonar. B) La derecha se observa tomografía contrastada con ventana para mediastino con la misma consolidación. A B http://booksmedicos.org Neumonía adquirida en la comunidad 145 tomografía de tórax para confi rmar o descartar el pa- trón de consolidación que puede estar localizado en el lóbulo o lóbulos inferiores y que no se delinea en la radiografía de tórax. Si no se identifi ca ningún patrón indicativo de foco neumónico es preciso considerar otro diagnóstico. Abordaje diagnóstico y tratamiento El estudio y tratamiento de la NAC deben enfocar- se en establecer el diagnóstico, gravedad de la NAC, identifi cación del agente causal e inicio oportuno del tratamiento, siempre apegados a las guías clínicas internacionales (diagrama de fl ujo de la NAC, fi gura 9-5). En la valoración inicial, con base en sus signos vitales y síntomas respiratorios (disnea, dolor torá- cico, sibilancias, cianosis o hemoptisis), se considera una urgencia adicional investigar si tiene síntomas su- gestivos de enfermedad similar a la infl uenza, como fi ebre > 38.5°C, inicio súbito (últimas 48 h), junto con cefalea, mialgias, artralgias,tos, rinorrea, odinofagia, síntomas gastrointestinales (náuseas o vómito), ma- lestar general y datos de deshidratación, además de reconocer antecedentes (comorbilidades), como con- tacto con individuos con posible infl uenza, inmuno- supresión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, algunas enfermedades pulmonares crónicas y embarazo. De acuerdo con la gravedad de la NAC, se deter- mina la necesidad de iniciar tratamiento ambulatorio u hospitalizar al paciente, además considerar la posibili- dad de un caso de infl uenza que exija hospitalización. Los datos clínicos que pueden llevar a sospechar una neumonía son tos con expectoración, fi ebre ≥ 38.3ºC, disnea y dolor torácico, así como mialgias, artralgias, cefalea, malestar general, náusea, vómito, signos vita- les alterados, estertores crepitantes, síndrome de con- densación y saturación de oxígeno < 90%. Pese a ello, si el sujeto revela datos de inestabilidad respiratoria o hemodinámica al inicio de la valoración, debe pasar de inmediato a una sala de urgencias. En ocasiones no se observan todos estos signos, pero debe sospecharse la posibilidad de NAC. Al ingresar al departamento de urgencias se obtie- nen muestras para el laboratorio clínico de forma si- multánea a la administración de líquidos parenterales. Los estudios recomendados son biometría hemática, Figura 9―3. Radiografía de tórax multilobular. Figura 9―4. TAC derrame. A) Telerradiografía de tórax con neumonía y derrame pleural. B) TAC de tórax con derrame pleural para neumónico. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 9)146 Fi gu ra 9 ― 5. D ia gr am a de fl uj o de la n eu m on ía a dq ui rid a en la c om un id ad . IN IC IO Va lo ra ci ón e n co ns ul to rio d e ur ge nc ia s So sp ec ha c lín ic a de N AC C ua dr o 9- 7 C ua dr o 9- 6 C ua dr o 9- 5 IN IC IO Va lo ra ci ón y cl as ifi ca ci ón c on in es ta bi lid ad re sp ira to ria o he m od in ám ic a C on si de ra r o tro di ag nó st ic o Ex is te e vi de nc ia po r R x o TA C de n eu m on ía Pa sa r a s al a de u rg en ci as , r ea liz ar es tu di os d e la bo ra to rio e in st itu ir tra ta m ie nt o in ic ia l R ea liz ar C U R B- 65 y P SI C ita a c on su lta d e ne um on ía s o cl ín ic a co rre sp on di en te al fi na l d el tr at am ie nt o M od ifi ca r t ra ta m ie nt o (d ur ac ió n/ té rm in o) s eg ún cl ín ic a y pr oc al ci to ni na D es es ca la m ie nt o de l an tib ió tic o po r c ul tiv o In gr es o a U C I In ic ia r t ra ta m ie nt o em pí ric o C U R B -6 5: ≥ 3 C rit er io s de ne um on ía g ra ve C U R B -6 5: 2 PS I I V- VU R C U R B -6 5: 0 -1 PS I I-I II Tr at am ie nt o am bu la to rio e m pí ric o C ita a c on su lta d e ne um on ía s o cl ín ic a co rre sp on di en te a l fin al d el tr at am ie nt o In ic ia r tra ta m ie nt o em pí ric o In gr es o a ho sp ita l N o N o Sí Sí http://booksmedicos.org Neumonía adquirida en la comunidad 147 química sanguínea, electrólitos séricos, pruebas de fun- ción hepática, procalcitonina, proteína C reactiva y dos hemocultivos (periférico y central). Si existe sospecha o factores de riesgo para VIH, se realiza determinación de ELISA, previa autorización. Si se encuentra imagen de derrame pleural signifi cativo (≥ 20 mm) está indica- da la toracocentesis diagnóstica con la fi nalidad de de- terminar el tipo de celularidad predominante (linfocitos o neutrófi los), pH, tinción de Gram, cultivo y, si se sos- pecha tuberculosis pleural (exudado con linfocitos), adenosina desaminasa (ADA). En la fi gura 9-6 se ilustra a manera de resumen, la guía de toma de muestras utilizada en el instituto nacional de enfermedades respiratorias (INER). Del mismo modo en la fi gura 9-7, cuadros 9-1 a 9-4, se ilustra las sugerencias en toma de muestras en el pa- ciente inmunosuprimido, toma de muestras de expec- toración espontanea, inducida y hemocultivo. Una vez que se ha documentado la NAC, es impor- tante determinar la gravedad y pronóstico. Es reco- mendable utilizar dos escalas; la CURB-65 sirve para predecir la mortalidad de un paciente a los 30 días tras el diagnóstico de neumonía. Lib et al. describieron este parámetro en el 2003 y lo recomienda la British Thora- cic Society. Posee cinco variables: edad (≥ 65 años), presencia de confusión, determinación del nitrógeno ureico en sangre (BUN por sus siglas en inglés), fre- cuencia respiratoria y presión arterial sistólica (menor de 90 mm Hg o diastólica menor de 60 mm Hg). Cada variable anormal tiene valor de un punto, para un total de cinco puntos. Por lo tanto, con una puntuación de 0 a 1 puntos, el paciente puede tratarse de manera ambulatoria, con 2 se inicia tratamiento antibiótico empírico y hospitali- zación en sala general y con ≥ 3 deben revisarse de forma detallada los criterios de neumonía grave, iniciar tratamiento y considerar la atención en la unidad de cuidados intensivos. La segunda escala es el índice de gravedad de neumonía (PSI, por sus siglas en inglés Pneumonia se- verity index) que propusieron la American Thoracic So- ciety y Mandell et al. en 2007; éste contiene variables clínicas, de laboratorio y radiográfi cas, cada una con un valor ponderado que considera cinco categorías designadas con números romanos (I = 0 puntos; II <70 puntos; III entre 71 y 90 puntos; IV 90 a 130 puntos y V más de 131 puntos) , con intervalo de < 51 a > 130 puntos y su objetivo es determinara si el paciente debe tratarse de manera ambulatoria, con una mortalidad del 0.9% (< 90 puntos), hospitalizarse, con mortalidad de 9.3% (> 90 puntos) o requerir atención en la unidad de cuidados intensivos, con una mortalidad de 27% (> 131 puntos). TRATAMIENTO Los pacientes con CURB-65 de 0 a 1 puntos o PSI de grados I a III pueden ser objeto de tratamiento empíri- co ambulatorio inicial. En pacientes sin comorbilidades ni consumo re- ciente de antibióticos (tres meses) se administra un macrólido como claritromicina (500 mg cada 12 h) o bien la combinación de amoxicilina con clavulanato (875 mg/125 mg cada 12 h por siete días). En pacientes con comorbilidades o consumo recien- te de antibióticos se prescriben fl uoroquinolonas, ya sea levofl oxacina (500 mg) o moxifl oxacina (400 mg cada 24 h por siete días) o bien claritromicina (500 mg cada 12 h) o amoxicilina con clavulanato (875/125 mg cada 12 h por siete días). Otra opción alternativa es la amoxicilina a do- sis altas de 1 g cada 8 h por siete días (cuadro 9-5). Requieren hospitalización en sala general los pacien- tes con CURB-65 de 2 puntos o PSI de grado IV. En aque- llos individuos que no tienen factor de riesgo para Pseudomonas aeruginosa se recomienda tratamiento con fl uoroquinolonas, como moxifl oxacina (400 mg IV cada 24 h) o levofl oxacina (750 mg IV durante los tres primeros días y cambiar a vía oral hasta cumplir siete días) o bien iniciar con claritromicina (500 mg IV cada 12 h) durante los tres primeros días y después cambiar a vía oral, hasta completar siete días en combinación con ceftriaxona (1 g IV cada 12 h también siete días). El cambio de vía de ad- ministración se realiza al fi nal de acuerdo con las condi- ciones del paciente. Otra opción es la combinación de ampicilina/sulbactam (1/0.5 g IV cada 8 h por siete a 10 días) o monoterapia con ertapenem (1 g IV 5 a 7 días). Los principales factores de riesgo conocidos para desarrollar infección por Pseudomona aeruginosa son daño estructural del parénquima pulmonar, desnutri- ción uso crónico de antibióticos de amplio espectro y uso crónico de corticosteroides. Con factor de riesgo para Pseudomonas aeruginosa, la recomendación es la combinación de antibióticoscontra este microorganismo. Una opción puede ser pi- peracilina/tazobactam (4.5 g IV cada 6 h) y fl uoroquino- lonas como ciprofl oxacina (400 mg IV cada 8 h por siete a 10 días) o levofl oxacina (750 mg IV durante los prime- ros tres días y después cambiar a vía oral siete a 10 días). Otra opción de tratamiento es el uso de cefepima (2 g IV cada 12 h) con imipenem/cislastatina (500 mg IV) o me- ropenem (1 g IV cada 8 h siete a 10 días) (cuadro 9-6). Es muy importante señalar que los pacientes con CURB-65 ≥ 3 puntos o PSI de grado V, con dos criterios menores o uno mayor de neumonía grave, requieren in- greso a la unidad de cuidados intensivos; se consideran criterios menores la frecuencia respiratoria > 30 respira- http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 9)148 C av ita ci ón C on ex pe ct or ac ió n C on ex pe ct or ac ió n C on ex pe ct or ac ió n Ba ci lo sc op ia G en eX pe rt C ul tiv o pa ra ba ct er ia s, ho ng os , m ic ob ac te ria s, tin ci on es es pe ci al es pa ra h on go s Si n ex pe ct or ac ió n Si n ex pe ct or ac ió n Si n ex pe ct or ac ió n FB C p ar a LB A: Ba ci lo sc op ia G en eX pe rt C ul tiv o: ba ct er ia s, ho ng os , m ic ob ac te ria s y tin ci on es es pe ci al es pa ra h on go s D er ra m e pl eu ra l To ra co ce nt es is : pH lí qu id o C ito qu ím ic o C ito ló gi co C ul tiv o pa ra ba ct er ia s Pa tró n in te rs tic ia l C ul tiv o de ex pe ct or ac ió n + PC R na so fa rín ge a pa ra b ac te ria s at íp ic as + FB C : p ar a LB A, Bx , c ul tiv o y tin ci on es es pe ci al es PC R na so fa rín ge a pa ra v iru s y ba ct er ia s at íp ic as + FB C p ar a LB A (c el ul ar id ad ), cu lti vo O pa ci da d lo ba r, m ul til ob ar o br on co n eu m ón ic a (c on so lid ac ió n) C ul tiv o de ex pe ct or ac ió n (b ac te ria s y ho ng os ) + Ba ci lo sc op ía So sp ec ha d e in flu en za es ta ci on al : PC R na so fa rín ge o pa ra v iru s y b ac te ria s at íp ic as PC R na so fa rín ge o pa ra v iru s y b ac te ria s at íp ic as + FB C p ar a LB y Bx p ar a cu lti vo Fi gu ra 9 ― 6. G uí a de to m a de m ue st ra s de la N AC e n el IN ER . http://booksmedicos.org Neumonía adquirida en la comunidad 149 VIH postrasplante inmunosupresión severa Con o sin expectoración Broncoscopia: para cultivo de bacterias, hongos, micobacterias, tinciones especiales para hongos, PCR para bacterias atípicas Figura 9―7. Pacientes con NAC e inmunosupresión severa. Cuadro 9―1. Técnica de toma de muestras de vías respiratorias Muestras para diagnóstico viral ● Deben enviarse inmediatamente al laboratorio ● Si es en < 30 min pueden estar a temperatura ambiente ● Si excede los 30 min debe conservarse de 2 a 8°C en un periodo no mayor a 48 h Muestras de nasofaringe ● Se obtiene con un hisopo de alginato de calcio fl exible, se introduce por naríz hasta alcanzar nasofaringe posterior, se rota cinco a seis veces y se inocula directamente en medio selectivo Lineamientos para la adecuada toma de muestras que serán enviadas al laboratorio de microbiología clínica. INER , 2013. Cuadro 9―2. Muestra de expectoración espontánea El paciente debe tener la capacidad de expectorar Obtener la muestra en un frasco estéril Técnica: 1. Es indispensable informar al paciente la importancia y lo básico del procedimiento 2. Se prefi ere la primera muestra de la mañana 3. Debe existir supervisión directa del personal médico/ paramédico durante la colección de la muestra 4. Remover prótesis dentales, efectuar cepillado de encías y lengua, lavado de boca y gárgaras con agua 5. Informar al paciente sobre como toser profundamente para evitar que el material retro nasal contamine la muestra 6. Obtener la muestra cuando menos 2 mL Enviar para procesamiento dentro de los 30 min. Lineamientos para la adecuada toma de muestras que serán enviadas al laboratorio de microbiología clínica. INER , 2013. Cuadro 9―3. Muestra de expectoración inducida El paciente NO es capaz de expectorar Utilizar un nebulizador ultrasónico Técnica: a) Remover prótesis dentales, efectuar cepillado de encías y lengua, lavado de boca y gárgaras con agua b) Se coloca el nebulizador con 25 mL de solución salina 3% estéril, durante 10 min c) Instrucción sobre cómo toser profundamente d) Colectar el espécimen en recipiente estéril e) Enviar para procesamiento dentro de los 30 min Lineamientos para la adecuada toma de muestras que serán enviadas al laboratorio de microbiología clínica. INER , 2013. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 9)150 Cuadro 9―4. Hemocultivo ● Tomar antes de iniciar los antimicrobianos ● Volumen de la muestra: 10 a 20 mL ● Número de muestras: dos hemocultivos Técnica de la toma de muestra 1. Informar al paciente los aspectos generales de la maniobra 2. Lavado de manos 3. Seleccionar los dos sitios de venopunción 4. Limpiar la tapa del medio de cultivo con alcohol al 70% (no usar Isodine en frascos de Bactec) 5. Colocar la ligadura, palpar la vena ingurgitada 6. Calzarse los guantes 7. Limpiar el sitio seleccionado para la venopunción abarcando un área de 5 cm de diámetro, en forma concéntrica de dentro hacia fuera 8. Primero con alcohol al 70% friccionando vigorosamente durante 30 s 9. Una vez secado el alcohol, aplicar (Isodine) sobre la superfi cie. Puesto que el efecto antiséptico no es inmediato, se debe esperar dos min para puncionar 10. Efectuar la venopunción obteniendo un volumen (10 a 20 mL) 11. Retirar la ligadura y comprimir el sitio de venopunción 12. Inocular la muestra en la botella sin efectuar cambio de aguja 13. Agitar suavemente el frasco 14. Etiquetar el frasco con los datos del paciente, informando si recibe antibióticos, sitio y hora de la obtención 15. Remover el Isodine del sitio aplicado con alcohol al 70% 16. Repetir el procedimiento en el segundo sitio de venopunción con nueva jeringa y aguja Transporte y procesamiento Los medios de hemocultivo inoculados deben transportarse de inmediato al laboratorio Lineamientos para la adecuada toma de muestras que serán enviadas al laboratorio de microbiología clínica. INER , 2013. Cuadro 9―5. Tratamiento empírico ambulatorio de la NAC Sin comorbilidades ni consumo reciente de antibióticos Con comorbilidades o consumo reciente de antibióticos Claritromicina: 500 mg VO c/12 h 5 a 7 días o Eritromicina: 500 mg VO c/8 h 5 a 7 días o Amoxicilina con clavulanato: 875 mg VO c/12 h 5 a 7 días Moxifl oxacina: 400 mg VO c/24 h por 5 a 7 días o Levofl oxacina: 500 mg VO c/24 h por 5 a 7 días o Claritromicina: 500 mg VO c/12 h 5 a 7 días o Amoxicilina/clavulanato: 2 g c/12 h siete días o Amoxicilina: 1 g c/8 h por siete días Alternativa Alternativa Doxiciclina: 100 mg VO c/12 h 5 a 7 días Cefuroxima: 500 mg VO c/12 h por 5 a 7 días Uso de tratamiento antibiótico basado en el tipo de caso en pacientes ambulatorios. Cuadro 9―6. Tratamiento de NAC en pacientes hospitalizados Sin riesgo para pseudomonas Con riesgo para pseudomonas Moxifl oxacina: 400 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días o Levofl oxacina: 750 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días o bien Claritromicina: 500 mg IV c/12 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días + Ceftriaxona: 1 g IV c/12 h por 7 a 10 días o Ampicilina-sulbactam: 1/0.5 g IV c/8 h por 7 a 10 días o Ertapenem: 1 g IV c/24 h 5 a 7 días Piperacilina/tazobactam: 4.5 g IV c/6 h 7 a 10 días Cefepima: 2 g IV c/12 h 7 a 10 días Imipenem-cilastatina: 500 mg IV c/6 h 7 a 10 días Meropenem: 1 g IV c/8 h7 a 10 días + Una de las dos quinolonas: Ciprofl oxacina: 400 mg IV c/8 h 7 a 10 días o Levofl oxacina: 750 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días Uso de tratamiento antibiótico basado en el tipo de caso en pacientes hospitalizados. http://booksmedicos.org Neumonía adquirida en la comunidad 151 ciones por minuto, aparición de confusión o desorienta- ción, trombocitopenia ≤ 100 000, relación PaO2/FiO2 ≤ 250, BUN ≥ 30 mg, hipotermia (˂ 36ºC), opacidades multilobulares observadas en la radiografía de tórax, leucopenia ˂ 4 000 y presión arterial sistólica ≤ 90 mm Hg que exija líquidos intravenosos; los criterios mayores son la necesidad de ventilación mecánica invasiva y el choque séptico (recomendaciones de la ATS del 2007). El tratamiento antibiótico de la neumonía grave debe iniciarse en las primeras cuatro a seis horas tras el ingreso al servicio de urgencias, con base en el criterio de riesgo para Pseudomonas. Sin factores de riesgo para Pseudomonas se com- binan un betalactámico de tercera generación con una quinolona o un macrólido. Son posibles asimismo un betalactámico como la ceftriaxona (1 g IV cada 12 h) o la cefotaxima (1 a 2 g IV cada 4 o 12 h); también puede prescribirse, en lugar de un betalactámico de tercera generación, la combinación de ampicilina/sulbactam (1/0.5 g IV cada 8 h por 7 a 10 días). Entre los macróli- dos puede administrarse azitromicina (500 mg IV cada 24 h 3 a 5 días). La fl uoroquinolona puede ser moxi- fl oxacina (400 mg IV cada 24 h) o bien levofl oxacina (750 mg IV cada 24 h 7 a 10 días). En caso de alergia a la penicilina puede combinarse una fl uoroquinolona con aztreonam (1 a 2 g IV cada 8 h por siete días). Con factores de riesgo para Pseudomonas aerugi- nosa se recomienda la combinación de antibióticos contra este patógeno, por ejemplo un betalactámico o un carbapenémico con una fl uoroquinolona antiseu- domonas. El esquema puede incluir piperacilina/tazo- bactam (4.5 g IV cada 6 h) o cefepima (2 g IV cada 12 h) en combinación con fl uoroquinolonas, como cipro- fl oxacina (400 mg IV cada 8 h) o levofl oxacina (750 mg cada 24 h por 10 días). Otro esquema posible incluye imipenem/cilastatina (500 mg IV cada 6 h) o merope- nem (1 g IV cada 8 h) con ciprofl oxacina (400 mg IV cada 8 h por siete a 10 días) (cuadro 9-7). La elección de un plan de tratamiento antibiótico empírico es una tarea compleja, como se refi rió en los párrafos anteriores, pese a lo cual el tratamiento anti- biótico debe ser específi co del germen causante del cuadro de neumonía; por lo tanto, el aislamiento del germen es determinante y el tratamiento debe ajustar- se a su patrón de sensibilidad. El tratamiento se modifi ca de acuerdo con los re- sultados del cultivo de expectoración o hemocultivos, el tipo de organismo identifi cado y su tratamiento de primera elección, o bien su tratamiento alternativo. La determinación de la suspensión, modifi cación o duración del tratamiento antibiótico debe adecuarse a criterios clínicos y valores de la procalcitonina. Los cri- terios clínicos para determinar el alta hospitalaria son signos vitales estables por más de 24 h, saturación de oxígeno >90% al aire ambiente, tolerancia de la vía oral, que pueda mantener una adecuada hidratación y nutrición, estado mental normal (o en su nivel basal) y un paciente sin ningún otro problema médico des- compensado o activo. La disminución de la procalcitonina del 80 al 90% con respecto a su valor de ingreso o procalcitonina < 0.25 en el enfermo ingresado en sala general o < 0.5 en el individuo en la unidad de cuidados intensivos es un buen marcador de respuesta favorable. Si la procal- citonina permanece alta, debe considerarse falla en el tratamiento antibiótico y reconsiderar su incremento. Álvarez GFJ, Díaz BA, Medina GJF et al.: Neumonías adqui- ridas en la comunidad. Medicine 2010;10(67):4573-4581. Cuadro 9―7. Tratamiento de NAC en pacientes de la UCI Sin riesgo de infección por pseudomonas aeruginosa Con riesgo de infección por pseudomonas aeruginosa Ceftriaxona: 1 g IV c/12 h por 7 a 10 días Cefotaxima: 1 a 2 g IV c/4 a 12 h 7 a 10 días Ampicilina-sulbactam: 1/0.5 g IV c/8 h por 7 a 10 días + Un macrólido o una quinolona: Azitromicina: 500 mg SNG c/24 h por 3 días o Moxifl oxacina: 400 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días o Levofl oxacina: 750 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días En caso de alergia a penicilina: Quinolona + Aztreonam: 1 a 2 g IV c/8 h 7 días Piperacilina/tazobactam: 4.5 g IV c/6 h 7 a 10 días Cefepima: 2 g IV c/12 h 7 a 10 días Imipenem-cilastatina: 500 mg IV c/6 h 7 a 10 días Meropenem: 1 g IV c/8 h 7 a 10 días + Una de las dos quinolonas: Ciprofl oxacina: 400 mg IV c/8 h 7 a 10 días o Levofl oxacina: 750 mg IV c/24 h 3 a 4 días y después VO hasta completar 7 a 10 días Uso de tratamiento antibiótico basado en el tipo de caso en pacientes en terapia intensiva. 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