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Del Arenal Las Relaciones Internacionales como Sociologia Internacional pp 152-199

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152 [NTRODUCCION A LAS RELACIONES [NTERNAC[ONALES 
bre todo el norteamericano, se presenta como una ideología conservadora, que 
aspira simplemente a mantener un statu quo que le es favorable. Su operativi-
dad y validez como teoría general de las relaciones internacionales queda, así, 
desvirtuada, sin que sea capáz de proporcionarnos las claves para la compren-
sión de un mundo en constante cambio y sometido a tensiones crecientes. 
Como vemos, las críticas que ha merecido el realismo político se refieren 
tanto a sus aspectos más concretos como a los más generales. De ellas se deri-
va la evidente debilidad del análisis que postula, así como lo inadecuado del 
mismo para dar cumplida cuenta de la actual sociedad internacional. Sin em-
bargo, el realismo político sigue presente en el estudio de las relaciones inter-
nacionales, como se ha puesto de manifiesto. ¿Cuáles son las razones de esta 
pervivencia? T A YLOR apunta tres. En primer lugar, el hecho de que, aunque 
el concepto de poder es un concepto pobre para el análisis científico, para mu-
chos estudiosos es imposible concebir el estudio de la política sin él. Si el poder 
es aceptado como una parte integral de la política es extremadamente difícil 
eliminarlo de las relaciones internacionales como disciplina científica, a pesar 
de sus defectos como concepto. Segundo, el que el usar el poder como concep-
to central trae como consecuencia la imposibilidad de probar si la teoría del 
poder político es correcta o equivocada. Su validez y utilid"d es una cuestión 
de juicio subjetivo. Tercero, el realismo político, como esfuerzo para explicar 
la conducta del Estado en relación a su contorno externo, tiene muy pocos ri-
vales. Su supervivencia en el estudio de las relaciones internacionales se debe 
a que no ha apareCido ninguna teoría general lo suficientemente atractiva co-
mo para desplazarle 135. En nuestra opinión, cabe añadir una cuarta, el hecho, 
que ya hemos señalado, de que el realismo político constituye en última ins-
tancia, en los Estados Unidos, una ideología que mira al mantenimiento de la 
posición preponderante de ese país en los asuntos internacionales, por lo que 
es un instrumento utilizado tanto en los medios universitarios, consciente o 
inconscientemente, como en los gubernamentales, para afirmar y,justificar una 
determinada política exterior. 
B) LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO SOCIOLOG[A INTERNACIONAL 
• 
Si el realismo político, en términos generales, concibe las relaciones inter-
nacionales como una parte más o menos autónoma de la ciencia política, otra 
de las concepciones «clásicas» que con mayor fuerza se ha desarrollado en el 
estudio de las relaciones internacionales ha sido la que ha considerado a éstas 
como una sociología internacional. 
cuando refiriéndose a los últimos epígonos del realismo político norteamericano. señala: «Aun-
que conducida por un estilo muy diferente y con mucha más concertación retórica moral. la dip[o· 
macia concebida por BRZEZINSKI se inspira en la misma tradición clásica que la de KISSINGER. El 
objeto último de la diplomacia americana es un mundo relativamente estabilizado en el que la 
influencia de los Estados Unidos continúe siendo hegemónica. Lo cual implica. por demás, que 
[os cambios en la relación de fuerzas mundiales sean los más limitados posibles» (Mythes réyo/u· 
tionnaires du Tiers Monde, París. 1979, p. 261). . 
135 T AYLOR. Trevor, «Power Politics», op. cit., p. 124. 
LAS RELACIONES INTERNAClONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 153 
No vamos a ocuparnos ahora, pues ya se hizo al trata,r el tema de las rela-
ciones internacionales como disciplina científica, de la polémica sobre si las 
relaciones internacionales deben considerarse desde la, perspectiva de la cien-
cia política o de la sociología, ni de la problemática con,ceptual y epistemológi-
ca subyacente en el carácter de ambas. Nuestra p.osición en este ponto ha que-
dado clara, dado que concebimosJas relaciones int:etm(~io:n:ales, como una dis-
~li~~_8:ut~n<?!fl~._~~ 1~._9ll.~.!~.P_~~sl'~_~_g~~, :~.?croI6g1.c:a}~~~~p;,~EeI Iu~.~~-
mental. Aunque entendiendo ésta, no comO unL:raS,planfe ~lme!ico de los con-
ce¡;ró'S y categorías característicos de la sociología. sin!), :e.~c;:i_etta medida, con 
sus propias categorías y conceptos, derivados, d.é la: re:a1J<tad ,que constituye la 
, sociedad internacional, lo que no implica que concibamos el medio internacio-
nal como algo de naturaleza esencialmente diferente al medio. interno. 
El objeto del presente apartado es exponer y analizar: aquellas concepcio-
nes de las rel~iones internacionales que se in'Scriben de'Dtro de una línea de 
~ so<;i.9lógic~! ~ejada, PQr taot.o, auñijüesoto-~nctm'a" m-edtda 
éñ"aIgunos casos,. c.!~;:t~-gt¡~ l~_ <;jn:un~_c!.H~e.!!._~ehtr.E_ de .E.r.!~~!~E~f.!:iY~~~~~_ 
sivament~"'política. 
-En este sentido, hay que señalar que el enfoque sociológico en el estudio 
de las relaciones internacionales ha sido mucho menos frecuente que el políti-
co y que sólo en los últimos tiempos ha cobrado una especial fuerza. En ello 
han tenido un papel especial no sólo el propio desarrollo de la sociología, una 
ciencia joven en relación a la ciencia política, sino igualmente los profundos 
cámbios experimentados por la sociedad internacional y la toma de conciencia 
de que es necesario romper con el planteamiento exclusivo de la ciencia políti-
ca si se quiere interpretar adecuadamente la reaHdad y buscar soluciones a los 
problemas. Se ha producido, así, en el campo de las relaciones internacionales 
una reacción semejante a la que tuvo lugar en el campo del derecho internacio-
nal en la primera mitad del siglo xx con el desarrollo de una concepción so-
ciológica que trataba de superar las insuficiencias de los. planteamientos for-
males anteriores. 
Lo anterior no significa que la sociología, o si se prefiere, que los fundado-
res de la sociología, hayan permanecido en sus análisis ajenos al hecho interna-
cional. MESA ha puesto de manifiesto cómo una larga serie de sociólogos se 
ocuparon ya de los problemas internacionales l, 10 que invalida cualquier afir-
mación que trate de poner en entredicho la ya antÍgua,)reocupación de la so-
ciología por los hechos internacionales. 
~ Sin embargo, desde una perspectiva estrictamente internacionalista sí pue-
de afirmarse el carácter rf"lativamente reciente del mencionado enfoque, como 
veremos en breve, si exceptuamos aportaciones aisladas. Sóio en la década de 
los trein° a, y paraielamente al auge de la concepción sociológica del derecho 
internacional, puede empezarse a trazar el inicio del enfoque sociológico en 
el estudio de las relaciones internacionales. Sin embargo, el realismo que im-
pera hasta finales de los años cincuenta. al hacer del Estado y del poder políti-
1 MESA. Roberto, Teoría y práctica de las relaciones internacionales, 2. a ed., Madrid, 1980, 
p. 52-57. 
154 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
co el eje de sus análisis de las relaciones internacionales, retardará o debilitará 
ese proceso. Empero, desde mediados de la década de los cincuenta, se empié~ 
za de nuevo a dibujar un enfoque sociológico en el análisis de las relaciones 
internacionales. Enfoque que ha cobrado nueva fuerza en nuestros días. Con 
todo, conviene notar que su desarrollo ha sido más europeo que norteamerica~ 
no, cosa lógica si tenemos en cuenta el papel jugado por la ciencia política en 
este país en el estudio de las relaciones internacionales. Como señala TRUYO~ 
«la concepción de la teoría de las relaciones internacionales como sociologÍi 
es más extendida de lo que explícitamente se reconoce» y si «la encontramo·s 
en autores norteamericanos significativos, aparece, sin embargo, más'arraiga~ 
da en sus cultivadores europeos, tal vez porque la propia sociología general:, 
en Europa, dio más ampliamente cabida desde un principio, en su temática! . ., 
a los fenómenos y procesos sociales internacionales» 2. . 
Hablar sin más de concepción sociológica de las relaciones internaciona-les, no supone, en cualquier caso, que estemos ante una misma e idéntica cOÓ-
cepción seguida por numerosos autores. Existen en el seno de esta concepción 
profundas diferencias de unos autores a otros, según insistan más o menos '~n 
los planteamientos político-internacionales o en los estrictamente sociológicos, 
según primen una perspectiva filosófica-sociológica o una perspectiva de ac-
tualidad, según concedan un mayor o menor papel a la historia. Diferenciás 
en todo caso más profundas que las que vimos entre los autores del realismo 
político. Ello hace que no siempre sea fácil insertar a un autor en esta concep-
. ción y que, en el caso de aquellos que estimamos pertenecen a esta corriente, 
las divergencias en cuanto a sus planteamientos teóricos sean, en algunos ca-
sos, de consideración. 1 
En consecuencia, fijar unos elementos comunes a todos estos autores:no 
es tarea fácil. Como tales pueden señalarse, en términos generales, los siguién-
tes. En primer lugar, su afirmación, frente al enfoque cuantitativo-matemático, 
de que el estudio de las relaciones internacionales es fundamentalmente un es-
tudio de ideas, conceptos y perspectivas, que debe enfrentarse a la realidad in-
ternacional consciente de las limitaciones que el medio social presenta en oro 
den al establecimiento de leyes y regularidades y a la predicción del futuro. 
Segundo, la consideración de que toda teoría de las relaciones internacionales 
tiene un componente valorativo y normativo que hace imposible todo intento 
de edificar una ciencia neutral. Tercero, el estimar que el enfoque sociológicc 
en el estudio de las relaciones internacionales, en cuanto permite aprehendeJ 
una realidad internacional en las que las relaciones interestatales y política! 
son sólo una parte de la misma, debe constituir el punto de partida de todc 
análisis, lo que no excluye otro~ enfoques. Cuarto, el tratar de considerar l~ 
realidad internacional global y omnicomprensivamente, no sólo algunos de sw 
aspectos, aunque estos sean los más importantes. Finalmente, y en general 
la consideración de que las relaciones internacionales son una discipliné 
autónoma 3. 
2 TRUYOL. Antonio, La teorfa de las relaciones internacionales como sociología, 2.' ed. revi 
sa.da y aumentada, reimpresión con una bibliografía adicional, Madrid, 1973, p. 59. 
3 Vid,: MEDINA. Manuel, La teort'a de las relaciones internacionales, Madrid, 1973. p. 67. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 155 
~efectos expositivos y analíticos h~mos ~grupac:lo las aportaciones que se 
íos'di,pen en esta concepción en dos grapdes ,grupos, en función del mayor o 
;; ni~iiJr. peso que en la misma tiene la pers.p~ct!Vá, bistórica. Así, nos referire 4 
rñilsl;i:eo primer lugar, a la sociología inte.rnaei~~al, p.ar.a posteriormente ha4 
-cerl~a la sociología histórica. Pero bien :entendido que tal división nO supone 
. qUe )()sprime~os desconozcan la, neocesidad d~ la p~spectiva ,nistó~ica,. Final-
\0 mente, conclUIremos este apartado eoon una ,referencIa a las aportacIones espa-
"ftolast-Qentro de este enfoque. 
aF La sociología intern'acional 
, 'J' 
Sir·bien es SCHW ARZENBERoER ei prÍncipai y más lIlfluyente autor en el de-
sarrollo de una sociología internaciot.l.al, el punto de partid.a de esta corriente, 
cómo ya hemos apuntado, hay que situarlo en aquellos autores que, en el pe-
ríodo' anterior a la Segunda Guerra Mundial, consagraron lo que se denominó 
sociologia del derecho internacional. Primero, Max HUBER 4, que al introdu-
cir el concepto de internacionalidad, y a pesar del peso que atribuye en el mis-
mo-al factor estatal, proporciona ya un planteamiento sociológico de las rela-
cibnes internacionales. Para este autor, «el conjunto de los fenómenos socia-
leS,ique expresan relaciones inmediatas de los Esiados entre sí o influyen direc-
tal iO indirectamente en estas relaciones o es.t~ por ellas 'influidos, constituye 
el"problema de la internacionalidad. Es internacional una relación cuando se 
reflere a relaciones entre grupos sociales que están determinados por poderes 
eStatales distintos, y son internacionales en el sentido más estricto; jurídico, 
I~srrelaciones entre ,los Estados mismos» s. La línea sociológica 'en -el estudio 
. def)a, realidad internacional abierta por Max HUBER será seguida entre otros, 
taIilbién desde una perspectiva jurídico-internacional, par" SCHINDLER 6 }' 
RÚYSSEN 7 • 
Sin embargo, en el campo específico de las relacio'nes internacjonales, la 
"cOrriente sociológica, si exceptuamos atisbos aislados 8, tiene su primer y ma-
yorimpulsor en SCHWARZENBERGER y su obra PQwet Polit¡as. A Study 01 In-
ternational Society 9. 
~4 HUBER. Max, «Beitrage zur kenntnis der Soziologischen GrundIagen des Volkerrechts und 
dCli Staatengesellscrhaft», Jahrbuch des Offentfichen Rechts des Gegenwarl, 4 (1910), p. 56-134. 
Y pieSoziologischen Grundlagen des Volkerrech!.s, Berlín/Grunewald, 192.8. ' 
':' $ HUBER. Max, Die Soziologischen Grundltigen des Volkerrechts, t.'P. cit., p. 3. Vid.: TRUYOL. 
Antonio, op. cit., p. 62. 
:" 6 SCHINDLER. Dietrich, «Contribution a I'étude des facteurs sociologiques et psicologiques du 
d~oit internationah>, Recuei/ des cours de I'Academie de Droit Inlernalional de La Haya, 4f 
(1933-IV), p. 233-325. 
, 1 RUYSSEN. Theodore, «Les caracteres sociologiques de la comunauté humaine», Recuei/ de~ 
COurs de I'Academie de Droit lnternational de La Haya, 67 (1939-1), p. 125-231. 
8 Vid.: BERNARD. L. L. Y BERNARD. Jessie, Sociology and Ihe Study of International Relations. 
-sto Louis, 1934. 
• 9 ScHw AR2ENBERGER. Georg, Power Politics. A Study of International Soéiety, Londres, 1941; 
'i~ I ed., Londres., 19S 1; 3. • ~., L?ndres-, ! 964, versión castellana de la 2.· ed. inglesa: La po/¡~ic.' :* poder. EstudIO de la SOCIedad mternaclOnal. trado de J. Campos y E. González Pedrero, Meu 
~ COI 1960 (cit. por la edición castellana). 
156 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
Al referirnos al realismo político incluimos entre sus seguidores a SCHWAR._ 
ZENBERGER, por cuanto formulaba una teoría de las relaciones internaciona_ 
les en la que la política de poder era la clave y sus.sonsideracio~ 
realidad Imernaelonruaescansaban eñeI'ah1lllsisdelos factores de pooer'. Ello 
conTó-OO,-ñolmPlc1e-que~esfe autor deba indiiifié igualmente ,fentro de la con: 
cepción s9ciológica de las relaciones internacionales, ya que las premisas teó. 
ri~ y metodológicas de las que parte en su análisis son sociológicas. 
Para SCHWARZENBERGER, «el estudio de las~E-k>nes in~nacionalelg la 
rama de la sociología que se ocuPa de lasoCÍedad internacional» Itl. ' 
~unto(fepailiaa-concThe~-coriio es lógiCo, "el Objeto de estudio 
de las relaciones internacionales desde una perspectiva eminentemente socio-. 
lógica, por cuanto considera que «el campo de la ciencia de las relaciones in~ 
ternacionales es la sociedad internacional. Sus objetos son la evolución y es-
tructura de la sociedad internacional; los individuos y grupos que se ocuPIUl 
activa o pasivamente en este nexo social; los tipos de conducta en el medio 
internacional; las fuerzas que operan tras la acción en la 'esfera internacional 
y los modelos de las cosas fllturas erf el plano internacional» 11. 
En idéntica línea sociológica se inscribe su afirmación de la imposibilidq 
de separar los asuntos nacionales y los internacionales, íntimamente entrel:lZ4f: 
dos. En este punto, el autor considera que son los problemas 'internacionales 
los que tienen primacía, por su impacto en la realidad interna de los Estados:' 
«Actualmente, la opinión de que los asuntos extranjeros deben relegarse a una 
posición subordinada en comparación con los nacionales, sólo puede sostenerse 
a riesgo de experimentar sorpresas desagradables ( ... ). La situación es más bien 
la contraria. Los asuntos internacionales condicionan los asuntos 
nacionales» 12. Posición ésta que otorga a las relaciones internacionales como 
disciplina científica un papel clave y matriz en cualquieranálisis de la realidad 
social. 
Con este planteamiento, SCHWARZENBERGER es consciente de que el oh.' 
jeto de estudio de las relaciones internacionales abarca un campo demasiado 
amplio. Para precisar cuáles son los temas en los que debe centrarse primorr 
dialmente ese estudio acude a señalar cuál debe ser el criterio de lo internacio-
nal, pues existen entre las naciones relaciones que son internacionales en el sen-
tido estricto de la palabra, pero que son ,periféricas desde el punto de vista de 
la sociedad internacional. En su opinión, es la referencia a la sociedad interna-
cional en cuanto tal, a la sociedad internacional en su conjunto, la que permite 
señalar las cuestiones que deben principalmente ser objeto de estudio: «Tene-
mos que preguntarnos a nosotros mismos si estas cuestiones, y en qué grado.; I 
son pertinentes desde el punto de vista de la sociedad internacional considera·~ 
da en su totalidad» 13. En base a este criterio define las relaciones internaci,*~ 
naJes como «las relaciones entre grupos, entre grupos e individuos y entre in-
10 SCHWARZENBERGER, Georg, ibídem, p. 8. 
11 SCHWARZENBERGER. Georg, ibidem, p. 3. 
12 SCHWARZENBERGER, Georg, ibidem, p. 3. 
D SCHWARZENBERGER. Georg, ibidem, p. 4. 
LAS RELACIONES JNTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLJNA 157 
.~t.OSque afectan de mod? esencial a l~ soci~dad int~rnacional en cuanto 
CIl'~ Así concebida, la teona de las relaCIOnes InternacIOnales es, pues, una 
~~'de la sociedad interna~~onal : l~s re1aci?nes internacionales es lógico que 
~. "nfijUten com~, una soclOlogl~ mte~naclOn~l. ., 
se ~ai'qoÍlsideraclOn de las relaCIOnes mternacIOnales como soclOlogla hace 
. dC,iJt~. plantee el problema d~ I~ variedad de m~:ódo~J de la búsqueda de los 
~'Id~ados par~ el ~umplmllento de su funclOn. ~l pa~a este autor ~s. claro 
t'senecesita en terIDlflOS generales un enfoque ptlmanamente empltJco de 
: .asuntos intern~cional~s 15 ,_la solu.ció? del probleIíl~ no pasa po~ ~l uso de 
r1Jlét(J(lOCualqUlera, SIllO que Varlara con el materIal y el proposito. de la 
~vestisación propuesta. Dado el carácter complejo de las relaciones interna-
:anales habrá que combinar métodos diversos. Este es, según el autor, el mo-
do típíco.como se ha realizado la investigación en otros campos. En definitiva, 
«el propósjt~~ .. L~ sociología es proporcionar 1m.a .. ~.º~~~i.~.!l~~E,.o.~p.Q4!!ª.1º::-~ 
gr3rs~e ol:-ª.JnªD~~~ .. ~~~~~_~a~ _~~ll~p'I~J~s .~o~~ici~~~~_ .. de ... ~~vi?a mo~a. 
La soclOlo.sm .. alcan.zo..est.e fm..mediante-la claSlflCaG10&-de-.Upo.s y fº-~as d-.~. 
ré1a~~ soc~llJ~s, mediant~_ .el .aná~isis d~Jos. .fªJ~tºr~~§ __ ~stát~~~~x_din?~icos 
qüe ob~~~ ~entr.53.4~ __ c.Ualqw.er-medlo. .s.oq~-!yla.._~~!e~~a~lon. ~e ~u lIDpor-
tan1:üi" relatIva dentro del grupo que es. objeto de la mvestIgacIOn» ~ 
Se explica-, ' por tanto, que las ' relaciones UhiternaéTonares~ no puedan tener 
una 'exclusiva asociación con cualquier rama de la ciencia que no sea la socio-
fOEÚi misma: «La historia, el derecho, la economía, la geografía, la psico1c 
gia"Ja antropología, e inclusive las ciencias naturales, pueden contribuir c· 'u 
:.tiféiodos que son potencialmente útiles al estudioso de las relaclu ..... c: ; 1ter na-
réTÓnales ( ... ). Todas estas investigaciones tienen, no obstante, un e .hJ.lún de-
~~~~inador si son pertinentes a los propósitos de los estudios internacionales: 
~i~hgulo específico desde el cual se examinan estas cuestiones.» Tales ciencias 
~~Q.:pueden constituir, por tanto, las relaciones internacionales, pues lo que ca-
,'Í'i~tériza a éstas es un punto de vista general, no específico, el de la propia 
:~odedad internacional en cuanto tal. Los resultados obtenidos con esas otras 
!diSciplinas son Sólo pertinentes en tanto que contribuyen a la mejor .compren-
. :: 
sÍolr de la sociedad internacional. Es precisamente este rasgo especial el que 
.d¡ \áhda ciencia de las relaciones internacionales la unidad y coherencia sin la 
c1;(tllno sería nada más que un conglomerado mal distribuido de piezas sueltas 
átt"conocimientQ» 17. Las relaciones internacionales se presentan, aSÍ, como 
Ilrta:;disciplina autónoma. Como la ciencia internacional por antonomasia a 
lí'Aue corresponde un esfuerzo de síntesis e integración. 
¡: . SCHWARZENBERGER atribuye un papel relevante a la historia en orden a 
é0mprender lós a~u..nto.s.inter:n.aciQn-ªles~.pue_s-55_eilJ!~.li~.i.s_det des ª-1:!0 llo deIa --
~oc~dad' itlternacional es uno de 19~obietos de los estudios internacionales», 
sin-enrtmrgo~n(f acepta que la ciencia de las relaciones inte~a 
14 ScHWARZENBEkuER. Georg, ibidem, p. 4. 
15 SCHWARZENBERGER. Georg, ibídem, p. 5. 
16 SCHWARZENBERGER. Georg, ibidem, p. 7. 
17 SCHWARZENBERGER, Georg, ibidem, p. 8. 
158 INTRODUCCION A LA~ RELACIONES INTERNACIONALES 
ser anexionada por los historiadores, pues entonces no sólo quedarían sin ex-
poner otros problemas tan importantes o más, sino que además se ignorarían 
el carácter y los métodos específicos de las relaciones internacionales 18. 
En cuanto al presente, objeto principal de las relaciones internacionales, 
estima que ante la dicotomía sociedad y comunidad, de acuerdo con 1a carac-
terización realizada por Ferdinand TONNIES, hay que considerar el medio so-
cial internacional como una sociedad y no como una comunidad. Es por ello 
que «hasta que la sociedad internacional se transforme en comunidad interna-
cional, los grupos dentro de la sociedad internacional tienden a hacer lo que 
pueden, más que lo que deben. Esto es la esencia de la política del poden> 19. 
De ahí, el realismo político que como vimos caracteriza la concepción <;lel autor. 
-t::>¿Debe la ciencia de las reJaciones internacionales ocuparse también del fu-
turo de la sociedad internacional? En este punto, el autor considera que ello 
es posible e incluso deseable, pero siempre y cuando se adopte un enfoque re-
lativista y juicioso de los modelos de desarrollo posibles y probables y se tenga 
presente la línea de demarcación entre la ciencia y la política 20. El propio 
SCHWARZENBERGER sigue ese ca.ID,ino en la última parte de su obra. Aquí, fren-
te al realismo político que caracteriza su visión del presente de la sociedad in-
ternacional, aparece una posición optimista, pues considera posible la supera-
ción del actual estado de las relaciones internacionales y estima que las relacio-
nes internacionales como ciencia tienen en este tema una cierta función que 
cumplir, una función.de planificación internacional, creando «las condiciones 
de las que depende la transformación de nuestro sistema de política del poder 
disfrazada en una verdadera comunidad internacional 21. 
El enfoque sociológico desarrollado por SCHW ARZENBERGER tendrá un in-
dudable desarrollo en Europa. 
Esa visión sintética e integradora preconizada por SCHW ARZENBERGER apa-
rece en Jean-Jacques CHEVALlER. que se refiere a la extrema diversidad de re-
laciones más o menos íntimamente entrelazadas, como un «complejo relacio-
nal internacional», que define en los siguientes términos: «Se trata de un en-
trelazamiento de relaciones -de todo tipo entre los diversos Estados, anudadas 
en el seno de ese medio relacional de naturaleza particular que se denomina 
comúnmente «sociedad internacional» (y secundariamente también entre los 
Estados y ciertos organismos denominados internacionales). Este complejo re-
lacional internacional, del que constantemente están surgiendo los aconteci-
mientos llamados actuales, debe ser descrito y analizado sistemáticamente a 
la luz de gran número de conocimientos previos, agrupados a tal efecto» 22. 
También LANDHEER se inserta en la misma línea. Aunque este autor con-
sidera que son posibles diversos enfoques de la sociedad internacional estima 
que el enfoque sociológico ofrece la ventajá de abarcar a la sociedad interria-
18 SCHWARZENBERGER, Georg, ibfdem, p. 6. 
19 SCHWARZENBERGER, Georg, ibfdem, p. 12. 
20 SCHWARZENBERGER, Georg, ibfdem, p. 9 Y 632_ 
21 SCHWARZENBERGER, Georg, ibfdem, p. 640. 
22 En Les sciencessociales dans I'enseignement superieur_ Relalions lnlernatioliales, Informe 
redactado por C. A. W. MANN1NG. París, UNESCO, 1954, p. 12. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO T~JRIA Y DISCIPLINA 159 
Cional en su conjunto y ser el más general, pOI lo que el estudio de las relacio-
nes internacionales debe verse como una sociología internacional 23. 
En este proceso de afianzamiento del enfoque sociológico, desempeñará un 
papel importante, sobre todo en el Reino Unido, MANNING. En 1951, este autor 
señalará que el objetivo de las reladones internacionales es satisfacer las nece-
sidades del estudioso que quiere. lograr una visión cada vez más profunda de 
la naturaleza de las relaciones internacionales, es decir, de las relaciones entre 
pueblos y Estados, en una palabra, ayudar los esfuerzos del estudioso hacia 
la comprensión de la vida tal como se desarrolla en la sociedad de Estados 24. 
posteriormente, reforzará su concepción sociológica de las relaciones interna-
cionales, afirmando que «la humanidad tomada como un todo es un cosmos, 
un universo social en sí misma», y su estudio, en toda su dimensión, que co-
rresponde a las relaciones internacionales, constituye «una cosmología 
social» 25. 
En Francia, Bosc se orienta igualmente hacia una teoría sociológica de las 
relaciones internacionales. En este caso, las influencias de ARON y HOFFMANN 
son palpables, si bien lo que sobresale es el marcado moralismo con que abor-
da los problemas internacionales, consecuencia de su condición de religioso. 
Para este autor, la expresión «sociología de la paz» indica «la voluntad de ha-
cer que los conocimientos adquiridos en el análisis de los comportamientos de 
los Estados (sociología) sirvan para la realización de un valor (la paz 
internacional)>> 26. El modelo de estudio que aplica a ese objetivo se desarro-
lla en tres fases. La primera «es un análisis de las estructuras de la sociedad 
internacional» dirigida a poner de manifiesto la aparición de la socialización. 
La segunda «examina los tipos de conflictos y los tipos de organizaciones en 
los cuales se manifiestan los dinamismos de la sociedad internacional contem-
poránea». La tercera constituye una praxeología de la paz. A partir del estu-
dio sociológico desarrollado en las dos partes anteriores se plantea «cómo de-
bemos comportarnos en las condiciones concretas en las que vivimos para or-
ganizar la comunidad mundial» 27. En definitiva, concluye su obra establecien-
do que «la sociología de las realidades internacionales permite descubrir el vi-
gor y la extensión del fenómeno comunitario hoy; facilita el conocimiento de 
23 LANDHEER. Bart, «Remarks on structural Approach to International Relations and its In-
fluence on International Law», Fest. Spiropou/os, 1957, p. 307-320 (cit. por MEDlNA, Manuel, 
op. cit., p. 65). Vid. también del mismo autor: «Les theories de la sociologie contemporaine et 
le droit internationah>, Recueil des cours de I'Academie de Droit lnternatiolla/ de La Haya, 92 
(l957-1I), p. 519-627; «TheScience of International Relations»,lnternationa/rechtliche und Staals-
rech/iche Abhan/ugen. Festsschrift /ür W. Schaetze/, Dusseldorf, Harnm, 1960, p. 265-275, On 
the SOci%gy o/ lnternationa/ Law and International Society, La Haya, 1966; y The Role o/ Know-
/edge in the World System, Assen, 1975. 
24 MANNING. C. A. W., «International Relations: An Academie Discipline», en G. L. GoOD· 
WIN (ed.), The University Teaching o/ lnternationa/ Re/alions, Oxford/París, 1951, p. 14. Posi-
ción parecida mantiene en la obra en la que actúa como director, Les sciences socia/es dans I'en-
seignement superieur. Re/ations lnternationa/es, op. cit. 
2S MANNING. C. A. W., The Nature o/lIiternational Society, Londres, 1962, p. 1. 
26 Bose, Robert, Soci%gie de la paix, Paris, 1965, p. 8; ed. ~astellana: Soci%gla de /a paz, 
Barcelona, 1967; Hose es igualmente autor de la obra La Société lnternationale el I'Eglise, París, 
1961. 
27 Bose. Robert, Sociologie de la paix, op. cit., p. 33. 
160 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
las leyes de desarrollo de los conflictos y organizaciones; ilumina a los respon-
sables ( ... ) sobre las consecuencias de sus decisiones; puede prever hasta cierto 
punto el comportamiento de los Estados y de otros grupos políticos suprana-
cionales o infranacionales». Pero dado que la paz es una noción dinámica, la 
sociología de la paz desemboca en una exigencia de orden espiritual: «La ac-
ción política no puede separarse de la conducta moral» 28. 
Recientemente, otro autor británico, PETTMAN, enlazando con la tradi-
ción ya señalada en ese país, ha vuelto a plantearse la necesidad de una teoría 
sociológica de las relaciones internacionales. Sin embargo, en este caso, su plan-
teamiento ha tratado de llevar a sus últimas consecuencias el enfoque socioló-
gico. Como hemos visto, frecuentemente, y el caso de SCHWARZENBERGER es 
el más claro, aquellos que propugnan una aproximación sociológica en el estu-
dio de las relaciones internacionales no pasan de señalar la necesidad de la mis-
ma, sin que su estudio concreto posterior se oriente realmente por la vía socio-
lógica, sino más bien por una vía eminentemente política. PETTMAN, por el 
contrario, siguiendo en gran medida una metodología marxista, centra su aná-
lisis en una perspectiva estrictamente sociológica. En este sentido, su trabajo 
introduce un factor enriquecedor dentro de la sociología internacional. 
Su obra State and Class. A Sociology of International Affairs, como el mis-
mo autor señala, constituye un intento de situar el componente sociológico de 
la disciplina, «de proporcionarle un reconocimiento explícito, y de explorar 
aspectos adicionales de este enfoque que pueden ~lO haber sido totalmente desa-
rrollados anteriormente» 29. Su objetivo, que es el análisis de la sociedad mun-
dial, sólo puede lograrse a través de esa vía: «Es hacia la sociología hacia la 
que nos orientamos para una comprensión comprensiva de esa colectividad hu-
mana que ahora llamamos "sociedad", su configuración social, sus "fuerzas" 
constituyentes y compulsivas y su "estructura" manifiesta» 30. Para ello, como 
es lógico, parte del presupuesto de que esa sociedad mundial existe realmente 
en algo más que su sentido nominal. El estudio de la noción de sociedad lo rea-
liza en relación con el concepto de cultura y con la cuestión del carácter de la 
conciencia humana, puesto que «el sistema social no puede entenderse sin refe-
rencia a los sistemas culturales desde el momento en que los miembros indivi-
duales de uno normalmente actúan a la luz de los significados establecidos en 
el otro» 31. Sólo una vez fijada la noción de cultura mundial, que considera un 
fenómeno elitista pero global, existen las condiciones de base para analizar la 
sociedad mundial. Sociedad mundial que es producto de un proceso de mo-
dernización y de industrialización 32. De ahí, la importancia de la perspectiva 
histórica para una aproximación al tema 33. 
Para este autor, dos son, en principio, las perspectivas que permiten la com-
28 Bose. Robert, ibídem, p. 237 Y 238. 
2~ PETIMAN, Ralph, State and C/ass. A Sociology of International Affairs, Londres, 1979, p. 
12. En una obra anterior ya había dibujado la problemática que ahora le ocupa, vid.: Human 
Behaviour and Wor/d PQ/itics, Londres, 1975. 
30 PETTMAN, Ralph. State and Closs, op. cit., p. 12. 
31 PETTMAN, Ralph, ibldem, p. 17. 
32 PETTMAN, Ralph, ibídem, p. 45-48. 
33 PETTMAN, Ralph, ibídem, p. 18. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 161 
prensión de la sociedad internacional, una pluralista y otra estruc1uralista, am-
bas necesarias y no excluyentes. La primera otorga a los grupos, especialmen-
te a los Estados que componen el mundo, un status totalmente característico. 
Describe un mundo dividido en una multitud de Estados de tamaño desigual 
pero igualmente dedicados a la persecución pragmática de sus intereses y de-
seos morales. La segunda se enfrenta a la política globalen términos de jerar-
quías establecidas horizontalmente que atraviesan las fronteras geográficas, po-
niendo de manifiesto los modelos a través de los cuales los Estados desarrolla-
dos reproducen sus características socio-económicas y sus formas políticas en 
el interior de los Estados subdesarrollados en términos de desarrollo desigual 
de los modos de producción industrial, en términos del complejo sistema de 
clases que se ha generado en su desarrollo y de la actual división global del 
trabajo. Desde esta óptica, PETTMAN, en su intento de describir la estructu-
ra social del mundo contemporáneo, distingue dos procesos históricos funda-
mentales, paralelos y opuestos en cierta medida: «Uno es la familiar historia 
de la evolución del actual sistema de naciones-Estados, al cual la perspectiva 
tradicional otorga importancia central. El otro es más una perspectiva marxista-
leninista, que considera la división global de clases como un hecho previo y 
el papel de las instituciones estatales como subordinado a esa división, si no 
totalmente irrelevante. Desde mi punto de vista, considero ambos como igual-
mente importantes desde una perspectiva histórica, aunque obviamente su sig-
nificado es diferente en diferentes contextos, para diferentes resultados y en 
diferentes tiempos» 34. ASÍ, su análisis de la estructura social del mundo con-
temporáneo se centra tanto en el fenómeno de la formación del Estado como 
en el de las clases sociales. Es lógico también que conceda una especial impor-
tancia, en orden a la superación del actual sistema internacional, a la noción 
de cambio social. 
En todo caso, estima que tanto la perspectiva pluralista como la estructu-
ralista con ser necesarias son representaciones parciales de un fenómeno sin-
gular que sólo puede ser comprendido tomándolo en su totalidad, es decir, desde 
ambas perspectivas. En definitiva, la explicación de los asuntos internaciona-
les debe hacerse en base a los actores fundamentales que actúan en los mismos 
yen base a las numerosas relaciones que se producen entre ellos,.entendiendo 
como actores no sólo los propios Estados y los actores admitidos normalmen-
te en el estudio de las relaciones internacionales, sino igualmente las clases so-
ciales. Tarea ésta que presenta, en opinión del autor, indudables 
dificultades 35. 
A través del análisis de las concepciones sociológicas de estos autores se 
ha podido ver las grandes diferencias conceptuales y metodológicas que sepa-
ran a unos y otros. El hecho concreto de habernos fijado en estos autores res-
ponde no sólo a la importancia de su planteamiento, sino también a que cons-
tituyen expresióIi de distintas formas de concebir las relaciones internaciona-
les como sociología. 
34 PETTMAN, Ralph, ibfdem, p. 54. 
35 PETTMAN, Ralph, ibfdem, p. 263-265. 
I:,AS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 163 
ue pertenecen. Valgan, empero, estas referencias para demostrar que la apro-
a.q ación sociológica al estudio de las relaciones internacionales está más ex-
"un .. d' tendida de lo que a pnmera VIsta pu lera parecer. . 
b) La sociología hisl6rica I 
Si la expresión «sociología histórica», para referirse al planteamiento ge- . 
neral que pretende estudiar las relaciones internacionales actuales en base a 
una investigación inductiva de las tendencias generales que se manifiestan a 
través de la historia, ha sido acuñada por ARON 46, su más conspicuo repre-
sentante, la corriente que esa expresión designa tiene ya anteriormente en el 
campo de las relaciones internacionales un autor que se inserta claramente en 
esa línea. Nos referimos a PAPALlGOURAS, que en 1941 publica la obra Théo-
,ie de la Societé International 47 , que por los avatares de la Segunda Guerra 
Mundial no ha sido objeto de atención. 
El escaso éxito inicial de este enfoque, a pesar de las aportaciones de ARON, 
HOFFMAN Y TRUYOL, se debe en concreto al hegemonismo en nuestro campo 
de las aportaciones provenientes de los Estados Unidos, escoradas en sus plan-
~ientos teórico-metodológicos hacia perspectivas en las que la ciencia polí-
.tica y los métodos cuantitativos-matemáticos dominaban la teoría de las rela-
ciones internacionales. La revitalización que a partir de la década de los seten~ 
.ta conoce de nuevo este enfoque no es ajena a la crisis experimentada por las 
concepciones dominantes en los Estados Unidos en la era behaviorista, al auge 
que conoce el estudio de las relaciones internacionales en Europa, desde plan-
teamientos en cierta medida alejados de los norteamericanos, y a la necesidad 
de enfrentarse y dar respuesta a toda una serie de cuestiones que las metodolo-
gías dominantes hasta ese momento no eran capaces de hacer. Con todo, la 
sociología histórica es principalmente una corriente europea que, como vere-
,mos, ha tenido escaso eco en los Estados Unidos. 
La concepción de la sociología histórica, con independencia de sus formu-
laciones concretas, parte de un postulado de base, que el estudio de las relacio-
nes sociales que se producen en la sociedad internacional debe realizarse desde 
la consideración y análisis de la naturaleza de esa misma sociedad, lo que exige 
una perspectiva histórica y sociológica en orden a su comprensión. Ya en el 
plano de sus formulaciones concretas las diferencias entre las concepciones de-
sarrolladas por los autores que incluimos en esta corriente son importantes, 
como tendremos ocasión de ver. 
46 ARON. Raymond, «Conflict and War from the Viewpoint of Historical Sociology», en The 
Nature 01 Conflict (Sludies on the Sociological AspeCIS olInternalional Tensions), International 
Sociological Association, París, 1957, p. 177-203; reproducido por Stanley H. HOFFMANN en su 
obrll Contemporary theory in International Relations, Englewood Cliffs, N. J., 1960; versión cas-
tellana: Teorlas contemporáneas sobre las relaciones internacionales, trad. de M. D. López Martí-
nez, Madrid, 1963, p. 239-256, por la que citamos. Vid. también: ARON, Raymond, «(De l'analy-
se des constellations diplomatiques)}, Revue Franraise de Science Politique, vol. 4 (1956), p. 237-251. 
47 PAPALIOOURAS. Panayis A., Théorie de la Société Internationale, Zurich, 1941. 
164 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
PAPALlGOURAS, como ha señalado MEDINA, pretende analizar la realidad 
internacional desde una perspectiva sociológica pero idealista. Se mueve, así, 
en el campo de una sociología formal, reforzada por estudios de historia so-
cial y de historia del pensamiento social 48. 
Este autor considera que sólo una sociología existencial puede explicar los 
fenómenos sociales. Ello supone una crítica de las posiciones exclusivamente 
«científicas». En este sentido afirma: «El teórico que se contentase con un aná-
lisis según los métodos de las ciencias naturales, descuidaría una realidad im-
portante, que no es reducible a un simple fenómeno: la sociedad. Haría una 
ciencia de la sociedad que no tiene a la sociedad por objeto» 49, 
En su opinión, el término «sociedad» tiene dos significados. En primer lu-
gar, «sociedad» significa el conjunto de posibilidades de la existencia social. 
En segundo lugar, significa un tipo concreto de relaciones sociales so. En el ca-
so de la sociedad internacional, el término «sociedad» designa «evidentemente 
un determinado tipo de relaciones sociales y no el conjunto de posibilidades 
de la existencia social. "Sociedad internacional" no es más que un nombre co-
lectivo que designa un conjunto de relacíones sociales semejantes» SI. 
Desde esta perspectiva, lo que interesa al autor son esas relaciones, lo que 
le conduce a plantearse la cuestión de los sujetos o actores de las mismas. Así, 
dice: «Sociedad internacional» no significa sociedad de todos los seres socia-
les, pero no significa tampoco sociedad de Estados, ni incluso sociedad de 
dirigentes» S2, SU concepción de la sociedad internacional no queda, pues, li-
mitada a la sociedad interestatal, pero tampoco abarca todo tipo de relaciones 
sociales que puedandarse en su seno. El problema es determinar qué seres so-
ciales participan en la misma. 
Para ello distingue entre: «1) la capacidad de ser un ente social (que signi-
fica capacidad de adoptar una actitud social, de participar en una relación so-
cial cualquiera); 2) la capacidad de participar en una determinada relación so-
cial (eventualmente "la" sociedad internacional, la nación francesa, el amor 
entre A y B); 3) la capacidad de llegar a ser un objeto del saber social (objeto 
existente para el ente social»> 53. Desde esta óptica, lo que interesa, en conse-
cuencia, es distinguir entre los entes sociales que tienen «una existencia inter-
nacional», pues «es solamente en relación a estos últimos que la realidad inter-
naCional "exterior" y las formas internacionales existen» 54. La relevancia de 
la acción a nivel internacional es, de esta forma, el criterio para determinar 
los actores de las relaciones internacionales. Criterio que en un plano concreto 
sitúa en relación con la participación en el poder de la forma que sea, pues, 
para PAPALlGOURAS, la sociedad internacional es una sociedad política, dado 
que organiza el poder y que las relaciones entre los entes que participan en la 
48' MEDINA. Manuel, Teoría y formación de la sociedad internacional, Madrid, 1983, p. 89. 
49 PAPALlGOURAS. Panayis A., Opa cit., p. 117. 
so PAPALlGOURAS. Panáyis A., ibfdem, p. 123. 
SI PAPALlGOURAS. Panayis A., ibfdem, p. 123 Y 124. 
S2 PAPALlGOURAS. Panayis A., ibfdem, p. 127. 
S3 PAPALlGOURAS. Panayis A., ibfdem, p. 130. 
54 PAPALlGOURAS. Panayis A., ibídem, p. 131. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORJA y DISCJPLlNA 165 
misma están determinadas por la fuerza 55. Así, podrá concluir: «La sociedad 
internacional es un conjunto de relaciones sociales, es decir, un conjunto de 
formas que organizan el poder. Todos los entes sociales que tienen un contac-
to cualquiera con estas formas participan en la sociedad internacionaJ, son 
miembros de esta sociedad» 56. 
En base a tal planteamiento, el autor delimita tanto el objeto de su estudio 
como el método con el cual ese análisis es posible. Su concepción se inserta 
en lo que posteriormente se denominará sociología histórica: «El objeto del 
presente libro no es la sociedad internacional en los [pueblos] primitivos o en-
tre los europeos, sino la sociedad internacional simplemente. Lo cual no nos 
impide constatar que es imposible hablar abstractamente de una sociedad in-
ternacional. Podremos en principio definir las condiciones de la vida social, 
pero sólo después de haberlas buscado en las diferentes sociedades histórica-
mente dadas. Si para el teórico existen las condiciones de la sociedad interna-
cional, si hay una noción de la sociedad internacional simplemente, sólo exis-
ten efectivamente sociedades internacionales históricas» 57. 
De acuerdo con esas condiciones PAPALIGOURAS pasa a estudiar los dife-
rentes tipos de sociedad internacional, proporcionándonos una tipología que 
con posterioridad encontraremos en otros autores como ARON. Todo ello in-
troduciendo en el centro de su teoría la noción de cambio social 58. 
Parte de la distinción entre tres tipos de relaciones sociales: «1. o Relacio-
nes entre colonizadores y salvajes, entre partes que no reconocen ninguna for-
ma' social común. 2. o Relaciones entre Estados heterogéneos, entre partes que 
sólo reconocen formas de procedimiento para la solución de un conflicto per-
manente. 3. o Relaciones entre Estados homogéneos, entre partes que recono-
cen una moral común, pero al mismo tiempo una cierta autonomía en cuanto 
a la puesta en práctica de los preceptos morales admitidos» 59. 
En consecuencia, las sociedades internacionales podrán ser heterogéneas 
u homogéneas. 
Las sociedades internacionales heterogéneas «se fundan en ciertas formas 
de justicia comúnmente válidas entre sus miembros. Se trata sólo de una hete-
rogeneidad relativa. Son simplemente menos homogéneas que otras». Sus miem-
bros «no reconocen un principio común de justicia distributiva», y «la distri-
bución de poder es provisional, es un estado de hecho y no resulta de la acep-
tación de una norma ética». En las mismas «no hay necesidad de tradición, 
ni en consecuencia de una cIase dominante coherente y unida, ya que el acuer-
do en el que se basa se hace y se rehace automáticamente cada día» 60. Den-
tro de las sociedades internacionales heterogéneas distingue, a su vez, tres ti-
pos posibles: «a) sociedades entre Estados heterogéneos pero estables; b) so-
ciedades entre Estados estables e inestables; c) sociedades entre Estados ines-
H PAPALlGOURAS, Panayis A., ib{dem, p. 132 Y 133. 
56 PAPALlGOURAS. Panayis A., ibídem, p. 135. 
57 PAPALlGOURAS. Panayis A., ib{dem, p. 142 Y 143. 
58 PAPALlGOURAS. Panayis A., ibídem, p. 243. 
59 PAPAUGOURAS. Panayis A., ibídem, p. 402 Y 403. 
tíO PAPAUGOURAS. Panayis A., ib{dem, p. 246 Y 247, 316 Y 375, respectivamente. 
166 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
tables», que denomina respectivamente sociedades internacionales hete-
rogéneas cerradas, sociedades internacionales heterogéneas mixtas y socieda-
des internacionalGS heterogéneas flexibles. Distinción que le permite establecer 
los distintos tipos de conflictos internacionales 61. 
Frente a las anteriores, «una sociedad internacional es homogénea si está 
compuesta de Estados estables, cuyos regímenes son parecidos y se basan en 
una moral común, tanto pública como privada». Se trata de sociedades «regi-
das por un principio de legitimidad, por un principio de justicia distributiva 
reconocido». En las mismas existe «la necesidad de una tradición y de una cla-
se dominante, ya que se fundan en la aceptación de una moral que tiene nece-
sidad de intérpretes para su conservación y transmisión». Constituyen, pues, 
«una asociación que tiene por finalidad, en primer lugar, mantener el régimen 
y la moral contra los rebeldes y revolucionarios» 62. 
En definitiva, PAPALIGOURAS. distingue cuatro tipos de sociedades inter-
nacionales: «a) sociedad internacional heterogénea flexible, compuesta de Es-
tados inestables; b) sociedad internacional heterogénea mixta, compuesta de 
Estados de los cuales unos son estables y otros inestables; c) sociedad interna-
cional heterogénea cerrada, compuesta de Estados estables, legítimos en cuan-
to a ellos mismos, pero ilegítimos los unos para los otros; d) sociedad interna-
cional homogénea, compuesta de Estados nacional e interriacionalmente 
legítimos» 63. . 
La influencia de la.concepción de P'APALIGOURAS, como ya hemos expli-
cado, ha sido mínima. Sin embargo, tanto su enfoque teórico-metodológico 
como su tipología de la sociedad internacional constituyen hallazgos en los que 
ahondarán otros autores, como ARON y 'HOFFMANN. 
ARON es sin lugar a dudas el más característico e importante representan-
te de la sociología histórica 63 bis. Su concepción en el campo internacional, mate-
rializada en una larga serie de trabajos y publicaciones 64, tiene, sin embargo, 
61 P~ALIOOURAS. Panayis A .• ibldem, p. 265. 
62 PAPALIOOURAS, Panayis A., ibldem, p. 265. 316, 375 Y 376 Y 382, respectivamente. 
63 PAPALIGOURAS. Panayis A., ibldem, p. 360. 
63 bis Para el estudio de la concepción de ARON sobre las relaciones internacionales, vid.: 
THOMPSON, Kenneth W., Masters of International Thought. Major Twentieth-Century Theorist 
and the World Crisis, Baton Rouge/Londres, 1980, p. 170-18l; DRAUS, Franciszek, «Raymond 
Aron et la politique», Revue Fran~aise de Science Politique, vol. 34 (1984), p. 1.198-1.210; MERA 
LE, Maree1, «Le derriier message de Rayrnond Aron: systeme interétatique ou société intemationale?~~, 
ibídem, p. 1.181-1.197; KOLODZIEJ, Edward A., «Raymond Aron: A Critical Retrospective and 
Prospective», International Studies Quarter/y, vol. 29 (1985), p. 5-11; HOFFMANN, Stanley H., 
«Raymond Aron and the Theory of International Relations», ibídem, p. 13-27; HASSNER, Pie-
rre, «Rayrnond Aron and the History of the Twentieth Century», ibtdem, p. 29-37; LUTERBACHER,Urs, «The Frustrated Commentator: An Evaluation of the Work of Rayrnond Aron», ibídem, 
p. 39-49; TERRAY, ErnmanueJ, «Violence et calcul. Raymond Aron lecteur de CLausewitz», Re-
vue Fran~aise de Science Politique, vol. 36 (1986), p. 248-268; Y COLQUHOUN, Robert, Raymond 
Aron, vol. 1: The Philosopher in History, 1905-1955, vol. 2: The Sociologist in Society, 1955-1983, 
Berverly Hills/Londres, 1986. 
64 Limitándonos a su aportación internacional pueden destacarse las siguientes: «En quete 
d'une philosophie de la politique étrang~re», Revue Franraise de Science Politique, vol. 3 (1953), 
p. 69-91; «De l'analyse des constellations diplomatiques». Revue Fran~aise de Science Politique, 
vol. IV (1954), p. 237-251; «Conflict and War from the Viewpoint of Historical Sociology}), op. 
cit.; Les guerres en chalne, París, 1959; versión casteUana: Un siglo de guerra lota/, trad. de L. 
E. Pérez Roldán, Buenos Aires, 1973; «The Anarchical Order of Power», Daedalus, vol. 95 (1966), 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 167 
como obra clave Paix el guerre entre les nations 65, que vino a sustituir a otra 
anunciada con el título de SocioJogla de las relaciones internacionales. 
ARON no pretende tanto ofrecer una respuesta general al problema de las 
relaciones internacionales como proponer un marco teórico-metodológico ge-
neral que pueda servir para iluminar la estructura y la dinámica de las relacio-
nes iQternacionales en su conjunto. Su teoría, basada en un análisis racional 
de las relaciones internacionales, en un análisis sociológico, en un análisis his-
tórico y en un análisis normativo, pretende establecer el marco en el que se 
sitúa la esencia específica de las relaciones internacionales, como forma de en-
carar su estudio .. 
Su concepción parte de la superación del debate entre idealistas y realistas 
o, si se prefiere, entre interpretación teórica e interpretación empírica, afir-
mando que «los dos conceptos de la teoría no son contradictorios, sino com-
plementarios: la esquemática racional y las proposiciones sociológicas consti-
tuyen momentos sucesivos en ]a elaboración conceptual de un universo 
social» 66. 
Pero el universo social al que se refiere ARON es el medio internacion~l, 
de ahí que se imponga como previo a todo análisis establecer qué se entiende 
por relaciones internacionales. Para este autor, las relaciones internacionales 
son por definición relaciones entre naciones, si bien, dado el carácter equí-
voco del término nación, prefiere decir que «las relaciones internacionales son 
relaciones entre unidades políticas, conceptO' este último que designa a las ciu-
dades griegas, al imperio romano o al egipcio, al igual que a las monarqu.ías 
europeas, o a las repúblicas burguesas o a las democracias populares» 61. Tal 
noción, sin embargo, no.aclara<le qué tipo de relaciones internacionales se trata 
en concreto, ni concreta la cuestión a efectos de estudio. Ante esta dificultad, 
ARON considera que «ninguna disciplina. científica lleva consigo un trazado 
neto de fronteras. En primer lugar, no tiene casi importancia el saber dónde 
terminan las relaciones internacionales, y tampoco precisar a partir de qué mo-
mento las relaciones interindividuales cesan de ser relaciones internacionales. 
Tenemos que determinar el centro de. interés, el significado propio del fenó-
meno o de las co~ductas que constituyen el eje de este campo específico. Aho-
ra bien, el centro de las relaciones internacionales viene constituido por las re-
p. 479-502; «Qu'est-ce qu'une théorie des ReIations Internalionales?», Revue Fran~Qise de Scien-
c.~ Po/itique, vo1. 17 (1967), p. 837 a 861; «Theory and Theories in International Relations: A 
Conceptual Analysis», en N. D. PALMER (ed.), A Design for Internationa/ Relations Research: 
Scope, Theory Methods, and Relevance, Filadelfia, 1970, p. 55-66; Republique Imperial. Les Etats-
Unis dans le monde, 1945-1972, París, 1973, versión castellana: La República Imperial. Los Esta-
dos Unidos en el mundo, 1945-1972, trad. de D. Núñez y J. C. Caravaglia, Madrid, 1976; Penser 
la guerre, Clausewitz, tomo 1, L 'oge européen, tomo 11, L 'oge planetaire, París, 1976. Para su 
posición sobre el papeJ de la historia, vid.: Introduction Q la philosophie de IJhistoire, Essai sur 
les limites de l'objetivité historique, París, 1948, nueva ed. aumentada, París, 1981; Mémoires, 
París, 1983; ed. castellana: Memorias, Madrid, 1985; y Les demieres années du siecle, París, 1984; 
ed. castellana: Los últimos años del siglo, Madrid, 1984. 
65 ARON. Rayrnond, Paix et guerre entre les notiollS, ~arís, 1962; versión castellana: Paz y gue-
rra entre las naciones, trad. de L. Cuervo, Madrid, 1963 (todas las citas se refieren a la ed. caste-
llana). 
66 ARON. Rayrnond, ibidem, p. 22. 
61 ARON, Raymond, ibídem, p. 23. 
168. lNTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
laciones que nemas llamado interestatales, aquellas que ponen en relación las 
unidades como tales» 68. Con t~do, su análisis no toma en consideración to-
dos los aspectos del sistema interestatal, sino que a la hora de explicar las rela-
ciones internacionales privilegia las relaciones entre las superpotencias, las re-
laciones Este-Oeste, la bipolaridad militar. No olvidemos que cuando escribe 
esta obra la guerra fría todavía es una realidad, además de estar profunda-
mente obsesionado con la amenaza nuclear. De ahí que su atención se centre 
exclusivamente en el análisis de lo que llama el «sistema diplomático-estraté-
gico». 
Qesde esta perspectiva, la especificidad de este tipo de relaciones interna-
cionales se encuentra «en la legitimidad y la legalidad del recurso "a la fuerza 
armada por parte de los actores» 69. Es lógico, pues, que ARON estime que las 
relaciones internacionales se encuentran todavía en estado de naturaleza: «Los 
Estados no han salido aún, en sus relaciones mutuas, deJ estado de naturaleza. 
Si lo hubiesen conseguido no habría ya teoría de las relaciones 
internacionales» 10. 
Existe, así, una esencial diferencia entre la política interior y la políti 
terior: «Aquélla tiende a reservareI mono polI odelit-vI o encla a los detentado-
res"'cfe'Ta'autoridad leg"ítlm'á: ñlientras-queeSt'aacepta la pluralIdad de centrOS 
de Úi~" fuerzas _'l(m.a~ºªs. La"'políilca~~ en "clia"nto 'concTérne a ]a organización 
t - . ~~~~ ~~ __ ~ 
interior de la.sj;Ql~~!.~yj~_~91~~S 'M~p.e...QorJinalidad inma~ente la sumisión de los 
hombres al imperio de la ley. La política, en la medida en que afecta a las rela .. 
é1OrieSent~~I(is··~~iádQi'~~ar.e.&~.~t~ .. oer"como SIgnIfIcado ( ... ) la simple superVl" 
vencia de los Estados frente a la amenaza virtual que trae consigo la existencTa 
dé los derñáS~Esiados-);"'71~""'Elio, con todo, no impide, añaoe, el desconocimien: 
tQ(fefos"lazosm-~Tt1Ples que existen entre los acontecimientos internos e inter-
naciona]es, pues el "curso de las relaciones entre unidades políticas se ve inhui-
do pór los sucesos que tienen lugar en el interior de esas mismas unidades 72. 
En consecuencia, p"ara ARON, las relaciones internacionales se expresan en 
y por medio de conductas específicas: «El embajador y el soldado viven y sim-
bolizan las relaciones internacionales que, en tanto que interestatales, nos He-
I van a la diplomacia y a la guerra», es decir, las relaciones internacionales <<lle-
van consigo, por esencia, la alternativa de la ~l a o de la Páz» /3. 
E~ suma; ARON eónsldera que las relaCIoneS InternacIonales como disci· 
plina científica son una parte de la ciencia política total, que «englobaría a la~ 
relaciones internacionales como uno de sus capítulos, pero este capítulo guar-
daría su originalidad, ya que trataría de las relaciones entre unidades políticas! 
cada una de las cuales reivindica el derecho de hacerse justicia a sí inisma 
de ser la única dueña de la decisión de combatir o de no hacerlo» 74. 
68 ARON. Rayrnond, ibldem, p. 24. 
69 ARON. Raymond, «Qu'est-ce qu'une Theorie des Relations Internationales?», op. cit. 
p.843. 
10 ARON. Rayrnond, Paz y guerra entre las naciones, Opa cit., p. 26. 
11 ARON, Raymond, ibllJem, p. 25 Y 26. 
12 ARON. Rayrnond, ibldem, p. 27. 
73 ARON, Raymond, ibldem, p. 25. 
74 ARON, Rayrnond, ibldem, p. 27. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 169 
, Este tipo de conducta, característico -de 'as relaciones int~rnacionales lo so-
O1~te ARON a un cuádruple análisis: te~rico'~ sociológico, histórico y praxeo-
lógico. En este sentido, su construcción teórico-metodológica es mucho más 
sofisticada que las desarrolladas por los autores que hemos estudiado hasta ahora 
dentro de la concepción clásica de las relaciones internacionales. Teoría, so-
ciología, historia y praxeología son las piedras angulares sobre las que ARON 
levanta su concepción de las relaciones internacionales. En definitiva, trata de 
comprender en todos sus aspectos la lógica de una conducta esp.ecífica. 
La teoría, que en la acepción con que la emplea aquí ARON, no equivale 
exactamente a la teoría de las relaciones internacionales, entendida en ~enti­
do general 7S,. tiene por misión definir los conceptos necesarios para el análi-
sis y conceptualizar la realidad observada. Utilizando el símil. de un partido 
de fútbol, considera que la teoría consiste en ·precisar líl: naturaleza del juego 
y las reglas. a las que está sometido 76 ~ 
En esta línea, el autor centra su estudio en el establecimiento. de los con-
ceptos necesarios para el análisis. Analiza, en consecuencia, lo que c~racteriza ' 
a las 'relaciones internacionales, la conducta estratégico-diplomática, para a con-
t,inuación tratar de establecer los medios, el poder y la fuerza, y los fines de · 
l~ política exterior, poder, gloria, idea, y distinguir los diversos sistemas posi-
bles de las relaciones internacionales, en función de la configuración de la re-
lación de fuerzas entre los actores y de las propias características del s-istema. 
En, este sentido distingue, en la misma línea que P APALIGOURAS, entre sist.e-
mas homogéneos y heterogéneos: «Llamo sistemas homogéneos a aquellos en 
los cuales los Estados pertenecen al mismo tipo y obedecen al mismo concepto 
de política. Llamo heterogéneos, por el contrario, a aqueHos sistemas en los 
que los Estados están organizados de acuerdo con otros principios y procla-
man valores contradictorios» 77. También establece una distinción entre siste-
mas pluripolares y sistemas bipolares. En su opinión, el sistema internacional 
desde 1945 es bipol~ y heterogéneo. Finahnente, en la parte dedicada a la teo-
ría, deja constancia de la existencia de tres tipos de paz, la paz de equilibrio, 
la paz hegemónica y la paz imperial 78. 
SQ conclusión es que si, por un lado, existe la posibilidad de un sistema 
q>nceptual, propio de la conducta estratégico-diplomática, por otro, aparece ' 
la. imposibilidad de una reconstrucción sistemática y abstracta del conjunto di-
plomático, comparable a la reconstrucción del conjunto económico por 
KEYNES 79 • 
. Con todo, la teoría rinde al estudio de las relaciones internacionales tres' 
-- -75 El propio autor, en el prólogo a la edición española de su obra principal. señala expresa-
-mlbte que «aunque cada una de las cuatro partes de este libro lleva un título diferente -teoría, 
~ología, historia, praxeología- todas ellas se integran en una encuesta de significación y alcan~ 
~ . teórico» (ibídem, p. 9). Una vez expuesta su concepción de las relaciones internacionales taJ 
COmó la desarrolla en Paz y guerrQ en/re las naciones veremos la posición'de ARON respecto de 
la teoría. . ~ 
, 76 ARON. Rayrnond, ibídem, p. 28. 
77 ARON, Rayrnond, ibídem, p. J33. 
\, 78 ARo N , RaYrnond, ibldem, p. 193. 
, ,79 ARON, Rayrnond, ibldem, p. 9 Y 38. 
170 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
clases de servicios: «1) indica al sociólogo y al historiador los principales ele-
mentos que debe llevar consigo una descripción de la coyut:1tura (límite y natuD 
raleza del sistema diplomático, objetivos y medios de los actores, etc.); 2) si 
el sociÓlogo o el hIstoriador, yendo más allá de la pura descripción, quiere corn'l. 
prender ]a dirección de la política exterior de una unidad política ( ... ) pued~ 
utilizar la teoría como criterio de racionalidad y confrontar la conducta que,; 
según esta misma teoría, hubiera sido lógica con aquella que ha intervenido', 
de hecho; 3) el sociólogo o el -historiador pueden y deben interrogarse sobre 
las causas ( ... ) que determinan la formación, la transformación o la desapari-
ción de los sistemas internacionales» 80. 
Pero aunque ARON habla al mismo tiempo del sociólogo y del historiador, 
considera que la labor del primero se interpone entre la del teórico y el histo-
riador, pues mientras este último relata los acontecimientos de la política ex-
terior y sigue el devenir de una unidad política, de un sistema diplomático o 
de una civilización, «el sociólogo busca proposiciones de una cierta generali-
dad, relativas tanto a la acción que ejerce una cierta causa sobre el poder o 
los objetivos de las/unidades políticas, sobre la naturaleza de los sistemas, so-
bre los tipos de paz y guerra, como relativas a las sucesiones regulares o a los 
esquemas de futuro que estarían inscritos en la realidad ... Así, pues, la teoría 
nos sugiere una enumeración de los fenómenos-efectos, de los determinados" 
a los que· el sociólogo se" ve invitado a buscar los fenómenos-causas, los . . 
determinantes» 81. 
En la segunda parte de su construcción teórica, la sociología, se interroga, 
pues, acerca de si es posible una explicación de la conducta de los actores, una 
explicación global de las alternativas entre paz y guerra. Se trata del estudio 
de los determinantes, de las variables (~ateriales y morales, geográficas, de-
mográficas, económicas., políticas. y psicológicas) que condicionan la política. 
exterior e influyen en los acontecimientos internacionales y de las regularida-
des que se producen en la esfera internacional. Ello permite establecer las re-
gularidades de la conducta, distinguir los diferentes tipos de conflicto yeven-
tualmente formular hipótesis sobre la evolución de determinadas situaciones 
tipo. 
Sin embargo, para ARON estas cuestiones necesitan "de la historia, pues es 
necesario observar el curso de los acontecimientos, la evolución de los méto-
dos, las diversidaq de las técnicas y de los temperamentos. El sociólogo debe 
evitar razonar en abstracto. El estudio de los conceptos y de los determinantes 
no es sat'isfactorio si no se puede aplicar a usos concretos. Se hace, así, necesa-
rio recurrir a la historia 82. La tercera 'parte, la historia, consagrada a la co-
yuntura actual, en la que describe la constelación diplomática contemporánea 
y las estrategias de la era nuclear, intenta poner a prueba, en primer lugar, 
el tipo de análisis que se deduce de la teoría y de la sociología. ARON ha deci-
dido elegir uno de los casos concretos necesarios para ilustrar lo ' correcto de 
80 ARON, Raymond. ibídem, p. 221 Y 222. 
81 ARON. Raymond, ib{dem, p. 222. 
82 ARON, Raymond. ibídem, p. 28. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 171 
~ <s" ,anteriores planteamientos, el sistema internacional de nuestros días. Sin em-
.rgo, dice ARON, «en ciertos aspectos, y debido a la extensión planetaria de 
, ';esfera diplomática y a la puesta a punto de armas termonucleares, la coyun-
I.:_a presente es única, sin precedentes». En este sentido, «contiene a la vez 
. , a teoría racionalizadora y otra sociológica de la diplomacia en la era plane-
, .ía y termonuclear» 83. • 
Finalmente, la praxeología, que es la parte normativa 
~,ue se ponen en u a e nuevo las lp tesIs Inlcl es. En el análisis de las rela-
'c;iones Internacionales no 6asta con mirar, describir, señalar las regularidades . 
. :~ necesario juzgar, actuar, fijar las reglas morales de la acción. En definitiva, 
.hacer operacional la teoría, darle una finalidad no sólo cognoscitiva sino tam-
bién pragmática. AqUÍ, ARON trata de evitarlas dos posiciones extremas que 
,son el cinismo y el idealismo moral, para inclinarse por un realismo que tome 
,~n cuenta la realidad. Es por ello que su ética es una ética de la prudencia, 
de la sabiduría, de la responsabilidad, que debe materializarse en una diplomacia-
estratégica razonable y no raciona/J única posible en la era termonuclear y en 
'la era de las ideologías, a pesar de q!Je no nos permita escapar de las antino-
mias morales 84. 
. Postura escéptica ante el futuro que queda perfectamente plasmada en la 
conclusión de su obra: «Dejemos a otros, más dotados para la ilusión, el privi-
legio de plantearse con la imaginación un punto final de esta aventura e inten-
temos no faltar a ninguna de las obligaciones impuestas a cada uno de los hom-
bres, no evadirnos de una historia bélica y no traicionar al ideal. Pensar y ac-
tuar con el firme propósito que la ausencia de la guerra se prolongue hasta 
,el día en que la paz se haga posible -suponiendo que lo sea alguna vez» 85. 
Como ha señalado DUROSELLE, todo este conjunto de consideraciones y 
análisis constituye «una teoría de las relaciones internacionales en el sentido 
que, partiendo de una investigación de los conceptos qtiles, los que hay que 
aislar y sacar a la luz en el estudio de las relaciones entre unidades políticas, 
el autor procede a continuación a la búsqueda de las explicaciones, para des-
pués poner el ejemplo concreto ,de la historia posterior a 1945, y preguntarse 
finalmente si es posible descubrir normas de acción racionales 86. _ 
, Este grandioso marco teórico-~etodológico general para el estudio de las 
relaciones internacionales, que ARON desarrolló en Paz y guerra entre las na-
cionesJ será completado pocos afios más tarde, en lo que a la posibilidad de 
formular una teoría general de las relaciones internacionales se refiere, en un 
artículo en el que se pregunta «Qu'est-ce qu'une Theorie des Relations 
Internationales?» 87. ARON rechaza de entrada la teoría en cuanto filosofía pa-
83 ARON, Rayrnond, ibídem, p. 38. 
84 ARON. Raymond, ibídem, p. 904. 
85 ARON, Rayrnond, ibídem, p. 911. 
86 DUROSELLE, Jean-Baptiste, «Paix et gU'erre entre les Nations. La theorie des relations in-
ternationaJes selon Rayrnond Aron», Revue frQn~Qise de Science PoJitique, vol. 12, n. o 4 (1962), 
p.964. I 
87 ARON. Raymond, «Qu'est-ce qu'une Theorie des Relations Internationales?», op. cit., p. 
837-861. . 
172 lNTRODUCCION A LAS RELACIONES .INTERNACIONALES 
ra, guiado por la búsqueda del carácter científico, afirmar que «una teor:a es{ 
un sistema hipotético-deductivo, constituido por un conjunto de proposicio?/' 
nes cuyos términos están rigurosamente definidos y cuyas relaciones entre losJ~ 
términos (o variables) revisten frecuentemente una forma matemática» 88. Ar' 
partir de este momento, los esquemas teóricos que utiliza como constante re~ 
ferencia provienen de la economía, ciencia que entre todas las ciencias socialest. 
es probablemente la que ha llevado más lejos la elaboración teórica 89. 
~ero antes de entrar en la cuestión de la teoría de las relaciones internacio!!"l 
nales, ARON considera que .es necesario fijar el campo propio de las mismas,,· 
que, de acuerdo con el plantea~iento que ya hemos señalado, encuentra de.:; 
terminado por la especificidad de las relaciones internacionales, que se sitúa; 
en la legitimidad o la legalidad del recurso a la fuerza armada por parte dd 
los actores. 
Sobre esa base que determina la teoría, ARON reconoce que la teoría di 
las relaciones internacionales no es operativa, ya que no permite la previsióit 
ni la manipulación, «al menos hasta el día en que la política en tanto que tal, 
es decir, la rivalidad entre los individuos y la colectividad para la determinai 
ción de lo que es bueno en sí, haya desaparecido» 90. Y añade, «si se espera, 
bajo el nombre de teoría de las relaciones internacionales, el equivalente de 
lo que ofrece a los constructores de puentes el conocimiento de materiales, n'o 
hay ni habrá jamás teoría. Lo que la teoría de la acci'ón ( ... ) está en condicio,L 
nes de aportar es la comprensión de las diversas ideologías ( ... ) con la ayuda 
de las cuales los hombres y las naciones interpretan paso a paso las relaciones 
internacionales y se fijan objetivos o se imponen.deberes». Teoría, que se debe 
unir a la práctica, de la que termina diciendo: «Durante el tiempo que la sacie .. 
dad internacional siga siendo lo qU'e es, es decir, una sociedad asocial, \..u) ~ 
derecho se deja., en los casos .graves, a la interpretación de cada actor y que 
está desprovista de una instancia detentadora del monopolio de la vi01encia 
legítima, la teoría será verdaderamente científica en la medida misma en que 
no aportará el equivalente de lo que esperan los corazones nobles y las mentes 
ágiles, es decir, una ideología simple, que proporcione una garantía de moraJi-
dad y eficacia» 91. 
Su conclusión, en cuanto a la act\laJ posibilidad de existencia de una teoría 
general de las relaciones internacionales en el sentido por él seftalado, es pues 
evidentemente pesimista. 
Hasta aquí la construcción de ARON, una concepción que denominamos 
como sociología histórica. El propio autor, como señalamos, acuña la expre-
sión. Su sentido es claro, como queda reflejado en las siguientes palabras que 
lo sintetizan perfectamente: «Pasando de la teoría formal a la determinación 
de las causas, y luego al análisis de una coyuntura singular, espero ilustrar un 
método, aplicable a otros temas, y mostrar a un mismo tiempo los límites de 
88 ARON, Raymond, ibldem, p. 838. 
89 ARON. Raymond. ibldem. p. 839. 
9() ARON. Raymond, ibldem, p . 855. 
91 ARON, Rayrnond, ibldem, p. -SS8 y 859. 
LAS RELACIONES INTERNACIONALES COMO TEORIA y DISCIPLINA 173 
nuestro saber y las condiciones de las elecciones históricas» 92. El niétodo de 
este-autor se sitúa, pues, a caballo de la sociolog,ía y de,la historia, tomando 
en' cúenta las dimensiones sincrónicas y diacrónicas de la realidad que se va 
a estudiar. Como él mismo establecerá: «Todo estudio concreto de las relacio-
nes internacionales es, pues, un estudio sociológico e histórico, ya que el cál-
culo de las fuerzas reenvía al número, al espacio, a los recursos, a los regíme-
nes (militar, económico, político y social) y estos elementos a su vez constitu-
y'eo'· los envites de los conflictos entre los Estados» 93. 
Las críticas que ha merecido una construcción tan ambiciosa y tan influ-
yente son, como es lógico, numerosas. Tanto en Europa como en los Estados 
UnidoS la aportación de ARON ha sido un punto de referencia frecuente 94. 
Quizá el primer aspect.o que hay que señalar en la concepción de ARON sea 
el especial carácter que tiene su enfoque sociológico, pues, como hemos visto, 
el núcleo de su exposición viene constituido por la política internacional, sin 
rq1)~' tome en consideración otros aspectos más precisamente sociológicos de 
l~r[ealidad internacional. En este sentido, TRUYOL ha pOdido decir que «su doc-
-rina: viene a ser de esta suerte una sociología de la política internacional» 95. 
D~sde esta perspectiva se le ha reprochado el haber elegido un tipo ideal 
e$pecífico para organizar la conceptualización de su objeto y, en consecuen-
cia; "la 'tendencia hacia una simplificación abusiva de la realidad. Simplifica-
ció'ti que se manifestaría en la exageración de las diferencias que, en opinión 
de ARON, oponen el medio interno y el medio internacional 96 • 
. ' · ... Por otro lado es evidente que no se puede restringir las relaciones interna-
cionales únicamente a las relaciones interestatales, y que ese tipo ideal de un 
medio internacional esencialmente conflictivo ignora toda una serie de proce-
~os, por ejemplo, las relaciones transnacionales, cuya importancia es evidente. 
En suma, la concepción de este autor, además del pesimismo que la caracteri-
'@t adolece de una visión de la realidad internacional que se inscribe en la co-
rriente de' pensamiento tradicional, que ve las relaciones internacionalesen es-
~do de naturaleza y, por tanto, no posibilita una interpretación global y om-
IÜcomprensiva de las relaciones internacionales tal como éstas se presentan en 
l . • 
J.l.Uestros días . 
. '~ En sus últimos escritos, a la vista del desarrollo teórico-metodológico de 
las' relaciones internacionales, como consecuencia de la aparIción de modelos 
y concepciones que ponen en entredicho la virtualidad del análisis del mundo 
internacional en base al sistema diplomático-estratégico, y a raíz de las trans-
formaciones que ha experimentado la sociedad internacional con posteriori-
dad a 1962, tanto a nivel de actores y factores de las relaciones internacionales. 
92 ARON. Rayrnond, Paz y guerra entre las naciones, op. cil., p. 22. 
93 ARON, Rayrnond, «Qu'est-ce qu'une Theorie des Relations Internationales?», op. cit .• p. 
85l. 
94 Entre las numerosas críticas generales hay que destacar, por lo que tienen de representati- . 
vo: DURosELLE. Jean-Baptiste, «Paix et Guerre entre les Nations», op. cit., p. 963-979, Y YOUNG. 
Oran R., «Aron and the Whale: A Jonah in Theory», en K. KNORR y J. N. ROSENAU (eds.), Con-
lending Approaches lo lnlernaliona/ POlilics, Princeton, 1969, p. 129-143. 
95 TRUYOl, Antonio, op. cit., p. 61. 
96 BRAILLARD, Philippe, Théories des relations internationales, París, 1977, p. 73 Y 74. 
1.74 INTRODUCCION A LAS RELACIONES INTERNACIONALES 
como a nivel de estructuras, el propio ARON se ha planteado la validez de su 
planteamiento para el análisis de la realidad internacional. 
En especial en su obra póstuma, Los últi.mos aflos del siglo 96 bis somete a 
comprobación, ante los cambios experimentados por la sociedad internacio-
nal, la interpretación .de las relaciones internacionales realizada en Paz y gue-
rra entre las naciones . . Aunque en lo esencial no ve la necesidad de modificar 
sus tesis, sin embargo, se refiere a fenómenos transnacionales y supranaciona-
les y se pl~ntea cuestiones que suponen introducir una duda sobre lo acertaQo 
de su interpretación anterior. , 
, ASÍ, después de reconocer que el sistema interestatal no se confunde con· 
la sociedad internacional, sino que representa sólo un aspecto particular de la 
misma, aunque .esencia196ter, y de aceptar el peso de variables no políticas, no 
obstante, ARON duda en dar el paso decisivo que le llevaría a aceptar un aná-
lisis global de la sociedad internacional: «Tal vez pueda denominarse sociedad 
internaciona/'o sociedad ~undia~ al conjunto que engloba el sistema interesta-
tal, la economía mundial (o el mercado mundial o el sistema económico mun-
dial) y los fenómenos transnacionales y supranacionales, aplicándose el adjeti-
vo internacional a todos los aspectos que he diferenciado. Por comodidad, de-
nominemos sociedad internacional al conjunto de todas esas relaciones entre 
Estados y entre personas privadas que permite pensar en la unidad de la espe-
cie humana. Ño creo que la fórmula sociedad internacional o, preferentemen-
te, mundial constituya un verdadero concepto. Designa, sin describirla,' una 
totalidad que incluiría a la vez el sistema interestatal, el sistema económico, 
los movimientos transnacionales y las diversas formas de intercambios ( ... ) de 
sociedades civiles a sociedades civiles, y las ¡'nstituciones supranacionales. ¿Puede 
denominarse sociedad a esta especie de totalidad que no conserva casi ninguno 
de los rasgos característicos de una ~ociedad, cualquiera que sea? ¿Puede ha-
. blarse de un sistema internacional que incluya todas las formas de la vida in-
ternacional? Lo dudo» 97. 
Algo parecido sucede cuando se plantea la cuesti.ón de ,la toma de decisio-
nes por los actores estatales, si bien en este caso reconoce lo no acertado de 
su posición anterior: «En la tercera parte de Paix et Guerre tal , vez tuve ten-
dencia a sobrestimar la lógica o la implícita racionalidad de los "actores", y 
a subestimar "el envés" de la acción exterior y también los cambios económi-
cos, sociales y psicológicos independientes de los decisores ... Mirando al mun-
do en 1983,. veinte años más ~arde, me vería llevado a captar la dinámica de 
la evolución sin subestimar esta vez la influencia del "envés" de la acción 
exterior y de las modificaciones imputables. a los fenómenos transnaciona-
les» 97 bis. ' 
Parece claro, pues, que ARON en sus últimos análisis había iniciado una 
evolución respecto de su anterior concepción. Sin embargo, su propósito, ex-
96 bis ARbN, Rayrnond, Les dernieres années du siecle. 'París, 1984; ed. castellana: Los últi-
mos afios del siglo, Madrid, 1984 (las citas son de la ed. castellana). 
96 ter ARON, Raymond, ibídem, p. 17. 
97 ARON, Rayrnond, ibídem, p. 22. 
97 bis ARON, Rayrnond, ibídem, p. 27. ' 
LAS RELAC[ONES INTERNACIONALES COMO TEORlA y DISCIPLJNA 175 
.tesa'mente formulado, de «insertar el sistema interestatal en la sociedad pla-
flétaria» 97 ter, ha quedado sólo apuntado. 
Con todo, la influencia de ARÓN en el campo de las relaciones internacio-
les ha sido grande a ambos lados del Atlántico, si bien es palpable en aque-
los que se reclaman continuadores de su teoría un claro deseo de superar y 
Blatizar algunos de sus planteamientos simplificadores y ríg~dos. Esto sucede 
,j]dudablemente con su más característico .continuador y discípulo, HOFFMANN. 
HOFFMANN, siguiendo los pasos de la sociología histórica de ARON, nos 
"Va a dejar una de las concepciones teórico-metodológicas más acabadas sobre 
las relaciones internacionales. Su formación, realizada tanto en Europa como 
en los Estados U nidos, le sitúa en condiciones inmejor~bles para tratar de ten-
der un puente entre los planteamientos muchas veces divergentes de ambos la~ 
dos de] Atlántico. 
Para este autor, siguiendo el planteamiento aronia·no, el punto de partida 
de toda teoría válida de las relaciones internacionales «es la constatación de 
'una radical diferencia entre el medio interno y el medio internacional» 98. Aun-
que en la realidad esta diferencia tiende a veces a debilitarse, sin embargo, sub-
siste si se considera ambos medios como tipos ide~les.· En e~te sentido, añade, 
el tipo ideal de la ciencia política interna es el mode~q de la sociedad integrada, 
mientras que «el modelo del que debe partir la teor.ía de las relaciones interna-
cionales es el de un medio descentralizado, dividido en unidades distintas, es 
decir, ün medio que no es en lo esencial una comunidad (en el mejor supuesto, 
una sociedad, es decir, que en ella la cooperación es limitada y condicional 
y que la lealtad de los miembros se dirige a los distintos grupos antes que al 
conjunto que constituyen, en el peor, un campo de batalla) y que no está dota-
do de un poder central (de ahí el recurso legítimo a la violencia por una unidad 
y la ausencia de autoridad directa sobre los individuos en las instituciones es-
tablecidas entre las unidades)>> 98 bis. 
Desde este punto de partida, HOFFMANN preconiza, al igual que ARON, una· 
teoría principalmente empírica. Por teoría empírica entiende «un estudio sis-
temático de los fenómenos observados, destinado a poner de manifiesto las 
principales variables, a exp1icar las conductas, y a dar a conocer las formas 
características de las relaciones entre las unidades» 99.. Teoría empírica que 
opone a teoría filosófica, lo que no impide que considere nec'esarias a ambas, 
pues si es peligroso separar radicalmente los dos tipos de investigación, igual-
mente lo es mezclarnos: «El divorcio no garantiza ni la neutralidad -imposi-
ble- ni la objetividad. Como lo han de"mostrado muchos autores, la elección de 
conceptos, la selección de hechos, la "lectura" de lo real, a las cuales procede el 
teórico son siempre parcialmente subjetivas.» La solución para HOFFMANN pa-
sa por «una puesta en guardia permanente y. recíproca de cada tipo de teoría 
97 ter ARON, Rayrnond, ibloem, p. 28. 
98 HOFFMANN. Stanley H., «Théorie et Relations Internationales», Revue Franraise de Scien-
ce Politique, vol. 11 (1961), p. 424. 
98 bis HOFFMANN, Stanley H., ibloem, p. 425.

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