Logo Studenta

Dialogar con los jóvenes

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

CAPÍTULO 1 
EL CONCEPTO DE ADOLESCENCIA: PUNTOS 
DE REFERENCIA, PUNTOS DE RUPTURA 
No se ooooce tao bien al adolescente como al nillo. Hay 
que extenderse sobre la realidad que oculta este término. 
Se habla hoy de la población d e los <<Ados». expresión m e ­
diática que tiende a aislar a los individuos jóvenes «de
paso», «en tránsito>>, encerrándolos en un tipo de edad. En 
v� de limitarse a situarla en la pirámide de las edades, 
es más interesante buscar un consenso y superar las con­
troversias y desacuerdos entre psicólogos. sociólogos y 
endocrinólogos-neurólogos. 
Algunos prolongan la infancia hasta los catorce allos y 
sitúan la adolescencia entre los catorce y los dieciocho 
dos, como una simple transición hacia l a edad adulta. 
Aquellos que la definen en términos de crecimiento, como 
un periodo de desarrollo muscular y nervioso, se sienten 
tentados incluso de prolongarla basta los veinte allos. 
Los sociólogos toman en cuenta el fenómeno actual de 
los «adolescentes retrasados», estudiantes prolongados que 
viven en casa de sus padres mucho más allá de su mayo­
ria. Algunos psicólogos reducen la adolescencia a un capí­
tulo final de la infancia. 
¿ Es una edad cerrada, una e.dad marginal, o uria etapa 
original y capital de la metamorfosis del niño en adulto? 
En mi opinión, es una fase de mutación. Es tan capi• 
tal para el adolescente confirmado como el nacimiento y 
los primeros quince d[as de su vida lo son para el nillo 
pequei\o. El nací.miento es una mutación que permite dar 
el paso del feto al oiilo de pecho y su adaptación al aire y 
a la digestión. El adolescente, por su parte, pasa por una 
muda respecto de la cual nada puede decir, y es, para los 
1 1 
CAPÍTULO 2 
EL SUEÑO DE LA ETERNA JUVENTUD. 
MITOS Y ARQUETIPOS 
La mitología antigua dio cuerpo a los sueños de inmor­
talidad, y aportó respuestas a los grandes interrogantes del 
homl>re sobre la muerte de la infancia y la prueba de la 
adolescencia. Inventó y escenificó todos los casos simbóli­
cos de esta dolorosa iniciación a la condición humana . 
Todos estos mitos han fijado en la memoria colectiva unos 
arquetipos que, habiéndose perdido su simbolismo, se han 
convertido, a través del lenguaje corriente y la imaginería 
popul.ar, en estereotipos como el del bello Adonis y el rapto 
de Proserpina. 
Volvamos a partir del mito original. Este encontró la 
plenitud de su encamación en la encrucijada de Oriente y 
Occidente, en el Mediterráneo helénico que tan bien había 
asimila.do todas las aportaciones de la cultura. 
los griegos, con su intuición genial, concibieron una 
diosa de la juventud, proyección de los suellos de los hom­
bres que viven el envejecimiento y deben aprender a morir, 
sin dejar de aspirar a la inmortalidad: Hebe. 
Hebe, de finos tobillos, sirve a los huéspedes del Olim­
po. en una copa de oro, la ambrosla, brebaje que les pro­
porciona la juventud eterna. 
Es la hija de Hera, esposa de Zeus, rey de los dioses. 
Hera quiere conservar en Hebe la imagen de la joven que 
e/la fue. 
La mitología helénica es dialéctica: el mito de la eterna 
juventud que vence a la mue.rte es completado por el mito
antinómico de la juventud eflmera, la juventud empareja­
da constantemente con la muerte. Y el de la juventud se­
xuada. Cada sexo tiene su mito fúnebre. 
24 
En el caso de los jóvenes, es el bello Adonis, primer 
hijo de Afrodita, víctima de una muerte prematura a con­
secuencia de un accidente de cata que lo arranca a una 
aurora de vida resplande�nte. Muere virgen. En /.as m u ­
chachas, Perséfona, víctima de un rapto y una violación
que la arrancan a su adolescencia terrenal. Adonis vaga 
por el mundo invisible. Perséfona desciende a los Infi e r ­
nos, al reino de los muertos. 
La imaginación humana se da en representación d e las 
potencialidades eternas de desarrollo, que no se pierden a 
medida que se van produciendo nuevas adquisiciones. 
El mito de las potencialidades eternas aparece siempre 
asociado a sus contrarios, para no olvidar la realidad, aun­
que se lo Idealice: así, todos aquellos personajes a quienes 
suceden aventuras épicas son la representación misma de 
lo efímero. Al lado de las divinidades que gozan de la in­
mortalidad, hay finales muy pr<!COCes, dramáticos, trági­
cos, de jóvenes encamados por Adonis y Pe.rséfona. 
Demeter es la madre de Perséfona (Proserpina para los 
romanos), esposa d e Hades, dios de los muertos. Hay, 
pues, una intuición genial en los griegos que explica de 
una manera simbólica que la adolescencia y la muene 
están absc,lutamente unidas, son íntimas. Y, por parte dé 
los muchachos, aparece Adonis, el primer hijo del Amor, 
el primer hijo de Afrodita, qu.e ésta perderá también muy 
prematuramente antes de ofrecer una representación del 
Amor niño, eternamente niño, Eros: Es interesante obser­
var con criterio psicoanalítico que el Amor, de entrada, es 
un adolescente que desaparece de una manera dramática 
Y prematura. Adonis, muerto en el momento. en que tiene 
todas las cualidades de armonía y de graci.a, y que será 
reemplazado por Eros. Como para esquivar esta realidad 
de la muerte adolescente, de la juventud oortada en la flor
de la edad, se aportará una representación infantil del 
Amor, el pequello Eros ... 
.La kyenda d e Niobe, cuyos seis hiios y seis hijas mue­
ren a manos de Apo(o y Artemisa en la flor- de l.a edad, 
suma al tema de la muerte adolescente el de los celos de 
los adultos. Niobe tiene seis muchachos y seis chicas que 
son todos adonis o persé.fonas, de una belleza, dones e in­
teligencia ¡¡dmirables. Apolo y Artemisa no pueden sopor-
25

Continuar navegando