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EL SOCIALISMO

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EL SOCIALISMO
	El origen del Socialismo como se remonta a partir de la Revolución Francesa en 1789. Como concepto, el Socialismo ha sido atribuido primeramente a Saint-Simon – en Francia - considerado padre de la idea como proyecto social y fundador del socialismo utópico. Los representantes más destacados de esta corriente son Robert Owen en Inglaterra, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia. En esencia, el socialismo surgió como conjunto de doctrinas de reforma social orientadas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores en respuesta a los serios problemas generados por el industrialismo (desigualdad económica y laboral) y el liberalismo (abstención del Estado) en Europa.
	Con la Revolución francesa de 1789 se proclamó los «inmortales principios» de libertad, igualdad y fraternidad; en lo económico se concretó, en parte por razones ideológicas, en parte por intereses materiales, con la aplicación de esos principios de manera puramente jurídico-formal: libertad en el sentido de abstención del Estado (Liberalismo), libertad e igualdad ante la ley, y fraternidad, conceptos retóricos que en la práctica afectaban a las masas laborales. Así pues, la Revolución industrial generó grandes desigualdades a partir de la expansión de la producción industrial y, en consecuencia, del gran desarrollo de la masa obrera, la privación de libertades auténticas y la introducción de nuevas desigualdades se centraron singularmente en el plano de lo económico y laboral.
 
	Con los referidos acontecimientos como antecedentes, se dio origen a reacciones variadas, tanto en el orden práctico (movimientos obreros y sindicales, entre otros) como en el doctrinal. En el marco de ese conjunto de reacciones, el socialismo emerge al considerar la sociedad, representada por el Estado y los organismos o poderes públicos, como lo primario; con ello, en realidad, se producen mayores desigualdades e injusticias. El individuo humano, la persona, y las sociedades naturales (sobre todo la familia) tienden así a ser subordinadas a la totalidad. 
	Con el surgimiento de la teoría comunista marxista se desarrolla una propuesta política denominada socialismo científico a cargo de Karl Marx, cuya intención es lograr una sociedad sin clases sociales donde todos vivan con dignidad compartiendo los bienes producidos socialmente, sin que exista propiedad privada sobre los medios de producción porque supone que ésta es el origen y la raíz de la división de la sociedad en clases sociales. Es Marx quien introduce las ideas de doctrinarios socialistas en un sólido cuerpo doctrinal con carácter doctrinal e ideológico llamado comunismo.
	De los distintos fundamentos teóricos referidos al socialismo surge como interrogante, ¿Qué es el socialismo? El socialismo es una ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político, basado en la administración de los sistemas de producción y en el control social por parte del Estado de los sectores económicos y políticos para evitar (parcial o completamente) que una minoría de los ciudadanos poseedora de los medios de producción (burguesía) pueda ejercer la explotación sobre una mayoría que al no poseer los medios de producción se ve obligada a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario (proletariado). 
 
	La ideología del sistema moderno del socialismo es el intento de reducir las diferencias económicas entre clases; para ello los países basados en ideologías socialistas tienen medidas para redistribuir la riqueza; las personas de clase alta (personas que poseen más riquezas/dinero que la media) se les requiere pagar impuestos más altos que a la media de las personas ese país, con el fin de distribuir la riqueza en la sociedad y ofrecer o facilitar oportunidades que individuos de clase baja no podrían tener. Existen algunas grandes diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo de que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX y el siglo XX, entre las luchas de los trabajadores industriales y agricultores, operando de acuerdo a los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde sus puntos de vista, servir a la amplia población en vez de a unos cuantos.
	
	Según los planteamientos previos, el socialismo como proceso ha de concebirse como un movimiento impulsor de la transformación de un sistema económico hegemonizante de naturaleza imperialista-capitalista depredador del hombre y la naturaleza, a un nuevo paradigma socialista bolivariano y humanista que propugne por un modelo económico productivo socialista sustentado en el desarrollo de las fuerzas productivas.
	El proceso como tal requiere la inserción de nuevos esquemas productivos de características socialistas que promuevan en su estructura relaciones de producción, complementarias y solidarias, fundamentalmente como sostén para un nuevo entramado de intercambio económico capaz de sustentarse en la asociación cooperativa potenciadora de expansión y beneficios socio-económicos a gran escala. A tal efecto, es indispensable impulsar la democratización de los medios de producción e impulsar nuevas maneras de articulación de los mecanismos y medios de producción, al servicio inexcusable de la sociedad.
	En todo caso, trascender del modelo rentista capitalista al modelo socialista bolivariano en el marco de la economía nacional requiere de profundas transformaciones en el seno del sistema económico con marcadas raíces capitalistas demanda transformar la cultura y aparato económico; para ello es necesario establecer un proceso sistemático que desarticule el sistema económico capitalista depredador de la naturaleza y del propio hombre por intermedio de un nuevo esquema productivo democrático a los medios de producción e impulsar nuevas formas de articulación de formas de propiedad al servicio de la sociedad.
	Indudablemente, el Socialismo del Siglo XXI asume la relación seres humanos y socialismo, delega el protagonismo del factor humano, una correlación seres humanos-socialismo, en procura del hombre nuevo, en cuya existencia se enarbolará el nuevo socialismo, extinto de prejuicios y vicios, consustanciado, por el contrario con principios de solidaridad y compromiso que reviertan el individualismo y egoísmo como práctica preponderante del capitalismo neoliberal. A tal efecto, la acción pedagógica es determinante en la formación ideológica de las nuevas generaciones, pues de ella se espera como producto la formación del hombre nuevo, un arduo proceso de internalización abstracta y de traducibilidad en la práctica social. 
	La profundización del socialismo como ideología es un proceso humanista, con carácter social, igualitario, solidario, co-responsable, entre otros, que ha de asumirse con compromiso, lealtad, moral y ética, elementos necesarios para la formación humana del hombre nuevo capaz de distanciarse de la lógica capitalista y de la alienación de subliminal que el sistema en si promueve. Así pues, mientras el capitalismo neoliberal percibe al hombre como mercancía de explotación, el socialismo bolivariano atiende a una lógica humanista, social e igualitaria en armonía con el medio ambiente natural, sin que el mismo acuse riesgo de extinción.
	Para la construcción del socialismo es necesaria la preparación ideológica, un escudo para el avasallante y cotidiano ataque capitalista desde las propias raíces del imperante sistema socio-económico venezolano. Por ello, transitar hacia experiencias de desarrollo endógeno, de cooperativismo y cogestión, constituyen prácticas socialistas opuestas al modelo capitalista provisto éste de individualismo y egoísmo. Es sin duda, una contraposición diaria entre el valor humano y el valor mercantil, una lucha entre el ser humano y el bien mercantil de la lógica capitalista. 
	Los planteamientos previos permiten visualizar el proceso de construcción socialista a partir de: la definición de la sociedad actual: sunaturaleza y leyes que rigen su funcionamiento económico-social de producción, así como la identificación de sus rasgos histórico-social; el establecimiento de una sociedad alternativa regida por un sistema económico-social que potencie solución a los problemas estructurales que padece por efecto inmediato del capitalismo; el diseño del conjunto de transformaciones necesarias, idóneas con las características de la sociedad venezolana, desde la perspectiva económica, social, política, institucional y cultural, cuya concreción potenciaría el aprovechamiento de los recursos disponibles.
	Por último, el conjunto de órganos socio-políticos que promueven las transformaciones, han de potenciarse en la elaboración de planes, la generación y asignación de los recursos necesarios, susceptibles de reorientación y rectificación de errores, superación de deficiencias y sobrellevar dificultades. Para alcanzar tal fin, el Socialismo del Siglo XXI impulsado por Hugo Chávez pretende abordar los efectos o los problemas de inmediata atención, al tiempo que se atienden las causas estructurales. Para ello, es imprescindible forjar una militancia política consustanciada con el pueblo y sus problemas y necesidades, en alianza de partidos y movimientos sociales que promuevan efectivos y eficientes procesos de participación popular con profunda ideología socialista.
	En tal sentido, la práctica revolucionaria emerge del ideario de Simón Bolívar, de las doctrinas de Simón Rodríguez y el General Ezequiel Zamora, cuya intencionalidad se orienta en la instauración de un nuevo socialismo. Para alcanzar tal fin, desde 1999 el Gobierno de Hugo Chávez ha impulsado reformas populares fundamentadas en acciones anti-imperialistas, en una postura abiertamente contraria a principios burgueses y neoliberales. A tal efecto, el anhelo de lograr una sociedad socialista del siglo XXI afecta a intereses nacionales y trasnacionales, que en sectores radicales de la sociedad venezolana ha generado situaciones violentas adversas al proceso. 
	En síntesis, la construcción del socialismo del siglo XXI en Venezuela como concepto emitido primariamente por Heinz Dieterich Steffan, y seguido profundamente por Hugo Chávez, desde 2005, se fundamenta en la doctrina marxista sustentada en cuatro ejes: el desarrollo demográfico regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónico y las organizaciones de base, muy particularmente sobre la dinámica social y la lucha de clases, elementos vitales de la filosofía de Marx. Así pues, el legado marxista de la actualidad se ha nutrido de los avances del conocimiento, de las experiencias socialistas y de otros matices socio-económicos que inexpugnablemente pretenden la construcción de una sociedad libre de explotación, en armonía entre lo humano y factores mercantiles y naturales.
	Un proceso que sin duda requiere del transitar diario de un modelo enraizado en esencias capitalistas depredadoras hacia un modelo de naturaleza humanista, integral y catalizadora de la formación de un hombre nuevo, desvinculado de sesgos neoliberales que le opriman en un marco socio-económico que sólo valora el capital humano como producto mercantil. Por ello, el proceso hacia el socialismo no se construye sólo con retórica, requiere de procesos abstractos del pensamiento capaz de concretarse en el establecimiento de un modelo socio-económico que potencie cambios radicales en la calidad de vida de la población venezolana.
	
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