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LESIONES RADIOLUCIDAS Y RADIOPACAS DE LOS MAXILARES

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Lesiones radiolúcidas y 
radiopacas de los maxilares
Objetivos dentales: 
• Defi nir e identifi car quistes y tumores comunes de los maxilares.
• Reconocer las causas y característica clínicas de estos trastornos.
• Usar el proceso diagnóstico para distinguir anomalías de los maxilares de aspecto
similar.
• Describir las consecuencias de la progresión de la enfermedad con respecto a los
quistes y tumores de los maxilares.
• Recomendar tratamientos apropiados para estas anomalías.
Objetivos de higiene dental:
• Reconocer desviaciones de lo normal en radiografías dentales.
• Describir el aspecto radiográfi co común de los quistes y tumores de los maxilares.
• En una situación clínica, reconocer desviaciones de lo normal en radiografías y
llevarlas a la atención del odontólogo.
• Identifi car trastornos expuestos en esta sección que afectan el desbridamiento
periodontal y las medidas de higiene bucal.
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Quistes de los maxilares (figuras 31-1- 31-8). Los quistes son 
estructuras, como sacos, recubiertos por epitelio anormal (a 
menudo llenos de líquido) dentro de los tejidos. Estas cavida-
des patológicas se desarrollan comúnmente en los maxilares, 
cuando restos epiteliales del desarrollo o dientes erupciona-
dos, o estructuras embrionarias, sufren degeneración quística. 
Los quistes en los maxilares tienden a ser asintomáticos y 
de crecimiento lento. Se clasifi can como quistes del desa-
rrollo, odontogénicos, infl amatorios y seudoquistes (no recu-
biertos por epitelio), y se presentan como radiolucidez 
uniloculares o multiloculares. Los tipos multiloculares son 
agresivos, y tienen mayor probabilidad de recidivar.
Quiste del conducto nasopalatino (quiste del conducto incisivo) 
(figura 31-1). Estos quistes del desarrollo se originan a par-
tir de epitelio atrapado en el conducto incisivo. Produce 
desde el punto de vista radiográfi co una radiolucidez en 
forma de corazón, entre las raíces de incisivos centrales 
superiores vitales (véase “Tumefacciones del paladar”, 
fi guras 52-3 y 52-4). El quiste de la papila incisiva (fi gura 
31-1) es una variante de tejido blando en el quiste del 
conducto incisivo. Se produce dentro de la papila incisiva 
como una hinchazón de crecimiento lento y forma de domo. 
La oclusión contra la lesión pude hacerla aparecer roja o 
ulcerada. El dolor asociado con la masticación puede ser 
un síntoma. La escisión es el tratamiento de elección y la 
recurrencia es rara.
Quiste periodontal lateral (figura 31-2). Esta lesión es un 
quiste odontogénico, no queratinizante, del desarrollo, 
que se desarrolla al lado de la raíz de un diente, común-
mente en la región premolar-canina. Se origina por proli-
feración de restos epiteliales de lámina dental, y ocurre 
principalmente en la mandíbula en varones entre 40 y 70 
años de edad. Se presenta como una radiolucidez pequeña 
(< 5 mm), bien defi nida, que contacta la porción media 
y coronal de la raíz; los dientes adyacentes son vitales. 
Tiene dos variantes: el quiste gingival del adulto y el 
quiste periodontal lateral botrioide. El quiste gingival se 
encuentra enteramente dentro de tejido blando (fi gura 
11-8). Los quistes periodontales gingival y lateral rara vez 
recurren después de la resección.
Quiste periodontal lateral botrioide (figura 31-3). Este quiste es 
una variante multilocular del quiste periodontal lateral; 
variantes uniloculares ocurren ocasionalmente. Aparece 
como un racimo de uvas (botrioide), y ocurre con una 
frecuencia levemente mayor en varones, después de los 
40 años de edad. El síntoma más frecuente es hinchazón 
o dolor en el área. En su mayor parte se encuentran en las 
áreas mandibular, canina, premolar e incisiva. En este 
ejemplo, uno de los lóculos está en la localización usual 
de un quiste periodontal lateral simple y los lóculos res-
tantes, más pequeños, están situados apicalmente. Cerca 
de 10 años después de su remoción, en 30% a 50% de los 
pacientes hay recidiva.
Quiste dentígero (figura 31-4). El quiste dentígero se asocia 
con la corona de un diente erupcionado o retenido. Surge 
de los restos del epitelio reducido del esmalte (epitelio 
sulcular). Es la radiolucidez pericoronal patológica más 
común y el segundo quiste mandibular más frecuente 
después del quiste periapical. Suele detectarse en perso-
nas entre 10 y 30 años de edad, con más frecuencia en 
varones que en mujeres. En las radiografías, el quiste es 
una radiolucencia pericoronal bien corticada, de tamaño 
variable, que está fi ja al diente en el margen cervical, que 
es desde el punto de vista histológico similar al saco foli-
cular normal, pero produce una radiolucidez mayor que el 
espacio folicular normal; este último es < 2.5 mm en 
radiografías intrabucales y de 3.0 mm en radiografías 
panorámicas. La localización más común es la región del 
tercer molar inferior (56%). Estas estructuras pueden dar 
origen a un ameloblastoma, carcinoma de células esca-
mosas, o carcinoma mucoepidermoide, por lo cual su 
resección es esencial. 
Queratoquiste odontogénico (QQO) (figuras 31-5 y 31-6). Este 
quiste mandibular se origina en los restos de la lámina 
dental, y es defi nido por su aspecto histológico. Con fre-
cuencia aparece como un quiste primordial cuando un 
diente (p. ej., tercer molar) falla en desarrollarse. La mayo-
ría son radiolucidez asintomáticas, multiloculares, que se 
presentan en la región molar de varones jóvenes (de 10 a 30 
años de edad). Los márgenes son lisos, cortezudos, y con 
frecuencia ondulados, dentro de los cuales se ven algunos 
tabiques y una luz turbia (que representa queratina desca-
mada). Tienen un notable potencial de crecimiento, y tien-
den a producir una expansión ósea anteroposterior dentro 
del hueso medular. Desde el punto de vista histológico, el 
epitelio quístico tiene de 8 a 10 capas de células de espesor, 
y es paraqueratinizado. Después de la escisión la tasa de 
recurrencia es de cerca de 30%.
Síndrome de carcinoma de células basales nevoides (síndrome de 
Gorlin-Goltz) (fi gura 31-6). Este síndrome autosómico dominante 
está caracterizado por múltiples queratoquistes odontogé-
nicos (QQO) mandibulares, nevos de células basales en la 
piel, anormalidades esqueléticas (bífi das y otras anorma-
lidades de las costillas, hipertelorismo), y anomalías de 
tejidos blandos (cojinetes digitales prominentes y punti-
lleo palmar de las manos). Los QQO tienen una alta tasa 
de recurrencia.
Quiste paradental (quiste de bifurcación de la mejilla) (fi gura 31-7). 
Este quiste se origina en el lado de la mejilla (carrillo) o 
distal, de un molar en erupción, como resultado de epite-
lio sulcular atrapado y bacterias que se acumulan debajo 
de las extensiones de esmalte cervical, del lado del carrillo 
del primero, segundo y tercer molar inferiores, en orden 
descendente de frecuencia. La mayoría de estos quistes se 
presenta en varones jóvenes, antes de los 16 años de 
edad. En las radiografías, estas radiolucideces pericorona-
les se observan bien circunscritas, se desarrollan del lado 
del carrillo (o en ocasiones de forma distal), hacia un molar 
implicado, y están rodeadas por una línea cortical, delgada 
o gruesa. El tratamiento debe dirigirse al defecto periodon-
tal en la bifurcación, con plastia del esmalte e irrigación. 
Los terceros molares implicados suelen extraerse. 
Quiste óseo simple (traumático) (figura 31-8). Esta lesión es 
una cavitación intraósea que afecta los maxilares y los hue-
sos largos. Es un seudoquiste, pues carece de revestimiento 
epitelial. Se cree que se origina después de un traumatismo, 
aunque no se requiere una historia de su ocurrencia. Cerca 
de 60% de los casos se produce en varones, y la edad pro-
medio de detección son los 18 años. En su gran mayoría son 
asintomáticos, y se presentan en el área molar-premolar 
inferior. Aparece como una radiolucidez, con un margen 
radiopaco superior ondulado que se extiende entre las raí-
ces, y un margen redondeado inferior. En general los dientes 
adyacentes son vitales. La dimensiónmesiodistal suele ser 
más ancha que la superior-inferior. El quiste regresa espon-
táneamente, o después del legrado. 
LESIONES RADIOLÚCIDAS DE LOS MAXILARES: QUISTES
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Amelobastoma uniquístico (mural) (figura 32-1). El amelobas-
toma uniquístico es un tumor odontogénico (crecimiento 
anormal de células neoplásicas), que se desarrolla a partir 
de epitelio odontogénico, o de un quiste preexistente. En 
su mayor parte se presentan en la región molar inferior 
del varón, son hinchazones indoloras, y se diagnostican 
entre los 20 y 30 años de edad. Radiológicamente, esta 
radiolucidez coronal se asocia frecuentemente con un ter-
cer molar desplazado, expansión al carrillo o lingual, per-
foración ocasional, y resorción de raíz en borde de 
cuchillo, de molares adyacentes erupcionados; interna-
mente hay lóculos y tabiques. Pueden perforar la placa 
cortical. La recurrencia después del tratamiento (enuclea-
ción y legrado) es infrecuente.
Tumor odontogénico adenomatoide (figura 32-2). El tumor 
odontogénico adenomatoide es una neoplasia odontó-
gena epitelial, de crecimiento lento, derivada de los restos 
epiteliales del órgano esmalte, que produce láminas de 
células epiteliales poliédricas, y prominentes estructuras 
similares a conductos. En su mayoría ocurre en mujeres 
jóvenes (13 a 14 años), y rara vez se producen síntomas o 
hinchazón. Tiene una notable tendencia a producir una 
lesión radiolúcida en la región maxilar anterior (área 
canina superior) que ayuda en el diagnóstico. En cerca de 
65% de los casos se producen manchas radiopacas 
(esmalte) dentro de la parte central de la lesión. El mar-
gen del tumor es radiopaco y puede ser grueso, delgado o 
estar ausente focalmente, como resultado de infección. En 
75% de los casos se asocia con estas lesiones un diente no 
erupcionado (p. ej., canino). Los tumores contienen una 
cápsula fi brosa por lo cual son con facilidad enucleables, 
y tienden a no recurrir.
Tumor odontogénico (Pindborg) epitelial calcifi cante (fi gura 32-3). 
El tumor Pindborg es una hinchazón indolora de creci-
miento lento, compuesto por láminas de células epiteliales 
neoplásicas poliédricas grandes, cuya causa es descono-
cida. Ocurre alrededor de los 40 años de edad, en varones 
y mujeres por igual, en el área molar inferior. La mayoría 
está asociada con un diente no erupcionado, y migración 
inducida por tumor de un molar al interior de la cortical infe-
rior de la mandíbula. Aparecen manchas radiopacas lisas 
dentro de la lesión, con grupos en la cara oclusiva del 
tumor, y forma un patrón lineal de “rastro de conducción 
en nieve”. Después de la escisión se produce recurrencia 
en cerca de 15% de los pacientes. 
Fibroodontoma ameloblástico (figura 32-4). El fi broodontoma 
ameloblástico es un tumor odontogénico mixto compuesto 
por epitelio neoplásico y mesénquima. Se produce casi en 
exclusiva en los años de desarrollo de los dientes (o sea, 
en menores de 20 años), y más frecuentemente en la man-
díbula posterior. Los varones son afectados ligeramente 
más que las mujeres. El síntoma más frecuente es la falta 
de erupción de uno o varios dientes posteriores, aparece 
como una radiolucidez con radiopacidades internas y 
margen hiperostótico, que a menudo rodea un diente no 
erupcionado. Las opacidades internas contienen cantida-
des variables de material calcifi cado (esmalte y dentina) y 
puede similar un compuesto (similar a diente) u odon-
toma complejo. Hay poca tendencia a que recurra después 
de la escisión.
Odontoameloblastoma (osteoma ameloblástico) (figura 32-5). El 
osteoma ameloblástico es una variante rara del amelo-
blastoma que demuestra diferenciación focal de odon-
toma. En su mayor parte ocurre durante los dos primeros 
decenios de vida, con una división igual por sexos. Aparece 
como radiolucideces coronales expansivas con radiopaci-
dades difusas, y con frecuencia está asociado con uno o 
más dientes retenidos, o no erupcionados, en regiones 
anteriores al primer molar. Las lesiones tienden a recurrir 
después del tratamiento.
Ameloblastoma (figura 32-6). El ameloblastoma, que es un 
tumor agresivo e invasor local, originado del epitelio 
odontogénico, es el segundo tumor odontogénico más 
común. La edad promedio de detección es cerca de 34 
años, y los varones y mujeres se afectan igualmente. El 
tumor se caracteriza por su crecimiento lento, e hincha-
zón indolora que puede alcanzar enormes proporciones si 
no se trata. La mayoría ocurre en la región molar inferior, 
con cerca de 60% extendiéndose a la rama. El tumor suele 
ser multilocular con variante unicelular, de pompas de 
jabón, y de panal de abejas, y las lesiones menores suelen 
ser uniloculares. De manera típica, está presente la expan-
sión de la corteza, tanto hacia el lado del carrillo o de la 
lengua, y la perforación es posible. En cerca de 40% de 
los pacientes se ven dientes retenidos o desplazados, no 
erupcionados. La resorción de borde de cuchillo de dien-
tes adyacentes es característica. El ameloblastoma puede 
metastatizar; en ese caso es referido como un ameloblas-
toma maligno.
Mixoma (figura 32-7). El mixoma es un tumor benigno que 
se origina de células epiteliales odontógenas y mesenqui-
matosas (tejido pulpar odontogénico laxo). En la mayor 
parte de los casos ocurre en adultos jóvenes (25 a 35 años), 
por igual en varones y mujeres, y aparece como una hin-
chazón indolora asociada con desplazamiento de un diente 
y expansión cortical de la mandíbula posterior. Las lesio-
nes maxilares pueden implicar el seno paranasal y producir 
exoftalmia y obstrucción nasal. Casos raros se desarrollan 
en la parte superior de las ramas y base del cóndilo. Las 
lesiones tempranas son uniloculares, y las lesiones avan-
zadas son radiolucideces multiloculares, que tienen tabi-
ques que se interseccionan en ángulos rectos dando lugar 
a formas geométricas. La perforación de la corteza exte-
rior y la invasión del tejido blando local pueden dar un 
aspecto de panal de abejas. Cerca de 30% recurre después 
del tratamiento.
Granuloma central de células gigantes (figura 32-8). Esta lesión 
infl amatoria está compuesta por células gigantes multinu-
cleadas, sobre un fondo de células mesenquimatosas ovoi-
des o fusiformes, que ocurren más en mujeres antes de los 
30 años de edad. Hay dos variantes: forma agresiva y no 
agresiva. La variante agresiva produce dolor, una hincha-
zón con rapidez creciente (radiolucidez que excede 2 cm), 
resorción radiográfi ca de ápices radiculares, y perforación 
de la corteza expandida. Las lesiones no agresivas tienden 
a ser radiolucideces asintomáticas que exhiben crecimiento 
lento y menor tamaño. Cerca de 75% se ve en la mandíbula, 
anterior a los primeros molares, y cruza la línea media. La 
lesión típica es multilocular, con fascículos de trabéculas 
y festones (ondulado) en la periferia. Cerca de 20% recurre. 
LESIONES RADIOLÚCIDAS DE LOS MAXILARES: TUMORES
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Exostosis (figuras 33-1, 33-2, 69-5-69-7). Las exostosis son 
excrecencias óseas asintomáticas de la corteza exterior de 
la mandíbula y el maxilar superior. Los tipos específi cos 
incluyen torus mandibulares, torus palatinos, y exostosis 
subpontina reactiva. Las características clínicas e histoló-
gicas se exponen bajo “Nódulos”. Todos tienen una 
cubierta rígida con varias cantidades de hueso esponjoso 
(trabecular). Se presentan en el hueso alveolar frente, al 
carrillo o lingual, como nódulos óseos redondeados, bajo 
la forma de radiopacidades redondas, por lo cual aparecen 
claros en las radiografías.
Torus mandibulares (figura 33-1). Los torus mandibulares 
son exostosis sobre el hueso alveolar lingual, adyacente a 
los premolares y canino, y a veces a los molares. Son 
excrecencias del desarrollo, que ocurren en 10% de la 
población, que en su mayor parte muestran un patrón 
hereditario, y cuyo tamaño se extiende de 0.5 a 1.5 cm en 
diámetro, aunque pueden aumentar de tamaño lenta-
mente durante el transcurso de la vida (véase “Nódulos”, 
fi gura 69-5). Aparececomo radiopacidades uniformes y 
densas, bilaterales, focales, con lóbulos simples o múlti-
ples, en las radiografías mandibulares anteriores y peria-
picales premolares, y en vistas oclusivas y panorámicas. 
En las imágenes periapicales se sobreponen frecuente-
mente a las raíces de los dientes. Los tipos protuberantes 
aparecen como radiopacidades separadas, redondeadas u 
ovoides, con un contorno liso.
Torus palatinos (figura 33-2). Los torus palatinos son masas 
óseas comunes duras que surgen de la línea media del 
paladar duro. Estas exostosis del desarrollo, y usualmente 
hereditarias, ocurren en 15% de la población, más fre-
cuentemente en mujeres. La mayoría aparece como protu-
berancias en la línea media, con forma de domos, aunque 
existen variantes planas, nodulares, fusiformes, y lobula-
res (fi gura 52-1). Están formadas por hueso cortical lami-
nar denso que puede aumentar lentamente de tamaño, y 
son de manera típica indoloros, a menos que la delgada masa 
de mucosa que los cubre esté traumatizada. Aparecen 
desde el punto de vista radiográfi co como radiopacidad 
homogénea densa en la región palatina, en radiografías y 
vistas panorámicas maxilares anteriores o periapicales poste-
riores. No se requiere tratamiento, a menos de que se desee 
por razones estéticas.
Osteoma (figuras 33-3 y 33-4). Un osteoma es un tumor 
benigno compuesto por hueso compacto o esponjoso. Estas 
masas duras se forman en estructuras limitadas, restringidas 
al esqueleto craneofacial, y rara vez aparecen dentro de 
tejido blando. En su mayor parte aparecen en la mandí-
bula posterior o cóndilo, como masas duras que surgen de 
una base polipoide o sésil. Cuando se extienden de los con-
fi nes del hueso principal se denominan osteomas perifé-
ricos, y los confi nados al interior de un hueso, se llaman 
osteomas centrales. El sitio de origen puede ser perióstico 
(recubriendo la corteza) o endóstico (del hueso espon-
joso); en general son indoloros y de crecimiento lento. 
Desde el punto de vista radiográfi co, aparecen como una 
masa esclerótica de la misma densidad que la corteza, con 
bordes lisos, bien defi nidos, y redondeados. Desde el punto 
de vista histológico aparecen idénticos a los torus y a las 
exostosis. Los osteomas se remueven frecuentemente por 
razones estéticas o protésicas, o ambas. Los osteomas centra-
les no suelen resecarse, a menos que haya una extensa 
asimetría o interferencia con una función. Los osteomas 
múltiples pueden ser un signo de síndrome de Gardner 
(fi guras 20-7 y 20-8).
Exostosis subpóntica (hiperostosis) reactiva (figura 35.5). La 
hiperostosis subpóntica es una reacción del hueso alveo-
lar crestal a la presencia y oclusión de una dentadura pón-
tica mandibular parcial fi ja, que ocurre en el varón con 
frecuencia doble que en las mujeres, en su mayor parte 
después de los 40 años de edad y en la mayoría de los casos 
en la región premolar molar inferior, dentro de un plazo de 
10 años de la colocación de la prótesis. Tiene un leve poten-
cial de crecimiento, y puede aumentar de tamaño debajo 
del puente causando enrojecimiento o infl amación del 
tejido, o aún descolocar el puente. En la radiografía aparece 
como una radiopacidad como un cono, o una opacidad de 
base ancha que llena por completo el espacio desdentado. 
El margen radiográfi co es liso y bien defi nido. Se produce 
regresión cuando el puente es retirado. 
Esclerosis del alvéolo (figura 33-6). La esclerosis del alvéolo 
es una lesión reactiva asintomática que ocurre con trastornos 
sistémicos (gastrointestinales [malabsorción] y enferme-
dades del riñón) y extracción de dientes. Es un marcador 
permanente de enfermedad sistémica, aun después de 
que la enfermedad se resuelve. La mayoría de los casos 
ocurre en la mandíbula después de los 40 años de edad, y 
no hay predilección por sexo, o racial. Se caracteriza 
desde el punto de vista radiográfi co por 1) falta de resor-
ción de la lámina dura y 2) depósito de hueso esclerótico 
dentro de los confi nes del alvéolo. Pueden afectarse múl-
tiples sitios radiculares, y no requiere tratamiento.
RADIOPACIDADES DE LA RAÍZ Y PERIAPICALES
Osteoesclerosis idiopática (enostosis) (figura 33-7). La osteoes-
clerosis idiopática es el depósito de hueso dentro de los 
espacios medulares de los maxilares. No hay predilección 
sexual o racial, ni causa infl amatoria o infecciosa. En su 
mayor parte, las lesiones son en la mandíbula y en el área 
premolar molar. Aparecen como densidades o focos radio-
pacos (55% de los casos) en el ápice de un diente, o cerca 
de éste, en áreas interradiculares (28%), y distantes a los 
dientes (17%). Cuando está asociada con los dientes, 
éstos son siempre vitales (confi rmados con pruebas de 
vitalidad), y el espacio apical de la membrana periodontal 
es normal, o rara vez obliterado por el hueso opaco. No se 
requiere tratamiento.
Osteítis condensante o esclerosante (página 33-8). La osteítis 
condensante es una reacción proliferativa de hueso denso, 
depositado dentro de espacios medulares de los maxilares 
en respuesta a pulpitis o necrosis pulpar, que es más 
común en personas menores de 20 años de edad. Los 
dientes afectados suelen ser asintomáticos, pero están 
desvitalizados. La mayor parte de las lesiones están en la 
región molar inferior. La lesión consiste en un área densa-
mente opaca (hueso esclerótico), localizada en el ápice de 
una raíz dental, con ensanchamiento del espacio de la 
membrana periodontal apical. con frecuencia hay una 
afectación cariosa de la pulpa, o una restauración, o 
corona grande. Aunque el aspecto radiográfi co es similar 
a la osteoesclerosis idiopática periapical, el diente aso-
ciado no es vital. Para el diente no vital se recomienda 
tratamiento del canal radicular o extracción. En cerca de 
85% de los casos hay regresión, ya sea parcial o completa, 
después del tratamiento.
LESIONES RADIOPACAS DE LOS MAXILARES: LESIONES ÓSEAS
78
Odontoma (figuras 34-1 y 34-2). El odontoma, aunque por lo 
general clasifi cado como un tumor odontogénico, no es 
una neoplasia verdadera, ya que se considera una anoma-
lía del desarrollo (hamartoma) del esmalte y la dentina, 
que exhibe una arquitectura defectuosa. Existen dos for-
mas: odontomas compuestos, cuyos componentes se jun-
tan para semejar dientes, y odontomas complejos, que 
son masas radiopacas amorfas que no semejan dientes. La 
mayoría se identifi ca en adolescentes y adultos jóvenes en 
radiografías sistemáticas, o cuando un diente permanente 
falla en erupcionar. De ordinario son asintomáticos y sim-
ples, pero los odontomas múltiples son posibles. La mayor 
parte se presenta en el maxilar anterior, pero cerca de dos 
terceras partes ocurren en la parte anterior de la mandíbula.
En las etapas de desarrollo se ven componentes radiolú-
cidos y mixtos, aunque las lesiones son con predominio 
radiopacas. Todas las lesiones están rodeadas por una 
zona radiolúcida, correspondiente el espacio folicular de un 
diente normal, y una línea exterior delgada corticada. Los 
odontomas tienen poco potencial de crecimiento, a menos 
que dé origen a un quiste dentígero. La resección es curativa. 
Odontoma compuesto (figura 34-1). El odontoma compuesto 
es una masa que asemeja un conglomerado de dientes 
pequeños rudimentarios, que son dos veces más comunes 
en el maxilar que en la mandíbula, y se presentan en el 
maxilar anterior, y con un diente no erupcionado, en 65% de 
los casos. El odontoma se encuentra con más frecuencia 
situado junto a un diente retenido. Menos común, el odon-
toma surge junto a raíces dentales o entre ellas. En cerca de 
la mitad de los casos, la corona o la raíz de un diente conti-
guo choca, o es interferida por el odontoma, lo que puede 
retrasar o alterar su erupción (fi gura 34-1B).
Odontoma complejo (figura 34-2). Los odontomas complejos 
son densidades nudosas de esmalte, dentina y pulpa, que 
aparecen como masas radiopacas sólidas dentro del hueso. 
A diferencia de los odontomas compuestos, la mayoría de 
losodontomas complejos se encuentra en las regiones 
posteriores de la mandíbula. En 70% de los casos están 
asociados con un diente retenido, a menudo sobre éste, 
afectando es esa forma su erupción.
Displasias cementoóseas. Las displasias cementoóseas son 
un grupo de lesiones reactivas fi broóseas (expuestas 
abajo), que progresan a través de tres etapas radiográfi -
cas: una fase osteoporótica temprana (radiolúcida), 
seguida por una lesión radiolúcida/radiopaca mixta, y por 
último, una lesión radiopaca rodeada por un borde radio-
lúcido delgado. La presencia de un borde radiolúcido 
ayuda a distinguir estas lesiones de un osteoma y displa-
sia fi brosa.
Displasia cementoósea periapical (displasia cemental periapical, 
cementoma) (figuras 34-3 y 34-4). La displasia cementoósea 
periapical es un trastorno fi broóseo asintomático, clasifi -
cado como un tipo de displasia cemento-ósea. Se ve casi 
exclusivamente en mujeres de edad madura de origen 
africano. Las lesiones son radiolúcidas/radiopacas mix-
tas, ocurren usualmente en forma múltiple, y se asocian 
con los ápices de los dientes mandibulares anteriores, que 
son vitales. En la etapa I, el hueso alveolar exhibe cam-
bios osteoporóticos periapicales. La etapa II muestra una 
radiolucidez franca que asemeja una radiolucideces peria-
pical. En la etapa III (etapa madura) se desarrollan esféru-
las calcifi cadas dentro de las radiolucideces, que coalescen 
formando una masa radiopaca central. Las lesiones de 
etapa III tienen un aspecto de “blanco”. Después de la 
prueba de la pulpa no se requiere tratamiento.
Displasia cementoósea focal (figura 34-5). La displasia cemen-
toósea focal es una reacción activa similar a la displasia 
cementoósea fl orida, con excepción de que en este caso, 
esta entidad se presenta como una lesión simple en la mandí-
bula posterior. Se afectan las mujeres blancas y negras de 
edad madura. La localización más común es la región apical 
de un diente posterior vital existente (o sitio de extrac-
ción). Las lesiones tienden a crecer de forma inferior y 
lateral, pero son asintomáticas. Las lesiones iniciales son 
radiolúcidas o radiolúcidas/radiopacas mixtas; las lesio-
nes maduras son similares a un blanco, con una radiopa-
cidad central, una radiolucidez circundante, y un margen 
radiopaco periférico, delgado o grueso. Las lesiones pue-
den ser latentes o activas, y no se requiere tratamiento.
Displasia cementoósea florida (figura 34-6). La displasia 
cementoósea fl orida es una variante difusa de displasia 
cemento periapical, que muestra implicación múltiple de los 
ápices de los dientes posteriores en cuadrantes bilaterales. Se 
encuentra predominantemente en mujeres negras maduras y 
de mayor edad. Las lesiones progresan a través de tres etapas 
(como se describe arriba), con la producción de masas de 
cemento grandes coalescentes. Las lesiones permanecen, y 
continúan creciendo, y coalescen después de las extracciones 
de dientes. Ocasionalmente se describe expansión focal leve. 
Las complicaciones incluyen la presencia de quistes óseos 
simples, infección y molestias. Los traumatismos pueden 
inducir úlceras y secuestros de hueso, y la intervención qui-
rúrgica y los antibióticos pueden acelerar la reparación.
Cementoblastoma (figura 34-7). El cementoblastoma es una 
neoplasia de cemento, de crecimiento lento, que suele 
verse entre los 10 y 30 años de edad, y que se presenta 
como una radiolucidez bien circunscrita y corticada, que 
contiene una radiolucidez circular, rodeada por una masa 
radiopaca central fusionada a la raíz de un diente, por lo 
general un primer molar o premolar inferior permanentes 
vitales. La lesión se fi ja de manera notable al ápice radicu-
lar, es expansible y causa dolor. El tratamiento incluye 
extracción quirúrgica el diente y lesión adherida, o esci-
sión de la raíz y seguimiento de la lesión por tratamiento 
endodóncico.
Fibroma osificante (figura 34-8). El fi broma osifi cante es una 
neoplasia del hueso que tiene tres variantes histológicas: 
osifi cante, cementoosifi cante, y cementifi cante. El tumor 
afecta la mandíbula posterior en cerca de 90% de los casos, y 
produce uno de tres patrones radiográfi cos: de una radio-
lucidez que está bien demarcada o corticada, a una masa 
radiolúcida/radiopaca mixta, con un borde radiolúcido 
periférico. Es de manera típica de crecimiento lento, redonda 
y expansiva, con desplazamiento característico de dien-
tes, y expansión hacia abajo del borde inferior de la man-
díbula. Con suma frecuencia están afectadas las mujeres 
caucásicas de edad madura, y existe una forma juvenil. 
 LESIONES RADIOPACAS-RADIOLÚCIDAS DE LOS MAXILARES
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CASO 11. (Figura 34-9). Mujer afroamericana de 43 años 
de edad acudió a la clínica dental porque desea una limpieza den-
tal, y está interesada en la aplicación de una corona en el diente 
número 27 (canino derecho inferior). Tuvo un tratamiento de con-
ducto radicular completo en el diente número 27 hace pocos 
meses, por un endodoncista en otra población, y acaba de mudarse 
a su ciudad. Es una buena paciente que acude al odontólogo cada 
seis meses para limpieza. 
1. Describa los datos radiográfi cos.
2. ¿Qué lesión describe mejor la lesión del ápice número 25?
A. Radiopacidad
B. Radiolucidez
C. Radiodensidad
D. Radiopacidad/radiolucidez mixtos
3. ¿Es éste un dato normal, una variante normal o enfermedad? 
4. ¿Espera que el diente número 25 sea vital o no vital? ¿por qué?, 
y ¿cómo puede determinar la vitalidad del diente número 25?
5. ¿Espera que este trastorno sea sintomático?
6. Enliste los trastornos que debe considerar en identifi que cuál es más probable para el diagnóstico correcto.
7. ¿Qué precauciones deben tomarse durante los procedimientos de desbridamiento periodontal? Por ejemplo ¿Es 
probable que el diente número 25 sea móvil?
8. ¿Por qué piensa que se practicó un tratamiento del canal radicular en el diente número 27?
CASO 12. (Figura 34-10). Toma usted esta 
radiografía de un varón de 55 años de edad en su 
consultorio dental. Tuvo construcción de un puente 
en otro consultorio dental y no tiene síntomas odon-
tológicos. Es hipertenso y toma un diurético.
1. Describa los datos radiográfi cos. Incluya datos nor-
males y anormales. 
2. ¿Espera que este trastorno sea sintomático? ¿Por qué? 
3. ¿Es éste un dato normal, una variante normal o enfer-
medad? 
4. ¿Cuál de los siguientes es el diagnóstico más probable?
A. Enostosis mandibular
B. Exostosis subpontina reactiva
C. Pulpitis irreversible
D. Osteítis condensante
5 Este trastorno es más común en
A. El maxilar de un varón de edad avanzada
B. La mandíbula de un varón de edad avanzada
C. El maxilar de un varón más joven
D. La rama mandibular de un varón de edad avanzada
6. ¿Qué datos periodontales se asocian con este trastorno?
7. Si se remueve y reconstruye el puente, ¿regresaría la lesión?
ESTUDIO DE CASOS

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