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Estimulación_Temprana_hasta_los_2_años_5_ed_Liliana_Stein_2012

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Table of Contents
Estimulación Temprana
Introducción
La estimulación temprana
Cerebro humano vs. Cerebro animal
El bebé y sus necesidades
Qué es la estimulación temprana 
Qué no es la estimulación temprana 
Cómo se lleva a cabo
Temprana sí, precoz no
El peligro de la sobreestimulación
Cómo implementar un programa de estimulación temprana 
Consejos básicos
Precauciones imprescindibles
Estructura del programa de estimulación temprana 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
El primer mes de vida
La apariencia del recién nacido
Los sentidos del recién nacido 
Comenzar la estimulación
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre el mes y los tres meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los cuatro y cinco meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los seis y siete meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre os ocho y nueve meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los diez y once meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los doce y trece meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los catorce y quince meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los dieciséis y diecisiete meses
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los dieciocho y diecinueve meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los veinte y veintiún meses 
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación entre los veintidós y veintitrés meses Actividades
para favorecer el desarrollo motriz
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina 
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje 
Actividades para favorecer el desarrollo social
Otras actividades
La estimulación a través del masaje
La actitud ante el masaje
Dónde dar el masaje 
Cuándo dar el masaje 
Duración del masaje
Complementos para el masaje
Una sesión de masajes para el bebé 
A partir de los dos años
A modo de epílogo
Decálogo básico del desarrollo psicosocial infantil
Estimulación
Temprana
Guía de actividades 
para niños de hasta 2 años
Liliana Stein
Estimulación temprana 
es editado por 
EDICIONES LEA S.A.
Av. Dorrego 330 C1414CJQ 
Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 
E-mail: info@edicioneslea.com 
Web: www.edicioneslea.com
ISBN 978-987-634-526-2
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.
Prohibida su reproducción total o parcial, así como 
su almacenamiento electrónico o mecánico.
Todos los derechos reservados.
© 2012 Ediciones Lea S.A.
mailto:%20info@edicioneslea.com
http://www.edicioneslea.com/
S
Introducción
i usáramos una metáfora que facilite la comprensión, podríamos decir que en el 
momento del nacimiento, el cerebro del niño es como un libro con las páginas en
blanco. Y depende de cómo se realicen las conexiones neuronales, especialmente durante
los dos primeros años de vida, se escribirá ese libro, pudiendo llegar a ser una auténtica 
obra maestra o un simple best-seller que se lee y se olvida.
Al ver por primera vez la luz el pequeño tiene ya millones de células cerebrales, 
denominadas neuronas. Sin embargo, casi todas se encuentran desconectadas entre sí. 
Algunas ya han sido enlazadas genéticamente para formar los circuitos que, entre otras 
cosas, ordenan la respiración, regulan la temperatura corporal, controlan los latidos del 
corazón o producen los reflejos. Pero otras, en número incontable, son puras, están 
aisladas y tienen un gran potencial que debe ser desarrollado. Es como un caos, una 
mezcolanza, un revoltijo de neuronas que esperan ser tejidas, conectadas entre sí en el 
intrincado tapiz de la mente. Sin conexiones, esas neuronas sirven para bien poco: están 
esperando conectarse para funcionar y ser útiles al bebé. Y para hacerlo necesitan ser 
estimuladas.
Por esa razón, el desarrollo intelectual que puede adquirir el pequeño está íntimamente 
relacionado con el número y la calidad de las conexiones de sus neuronas. La pregunta 
es, entonces: ¿cómo y cuándo conseguir esas conexiones?, ¿cómo efectuarlas?, ¿hay algo 
que los padres del bebé puedan hacer para lograr que las neuronas de su hijo se 
conecten? Sí: recurrir a la estimulación temprana, estimular a su pequeño de múltiples 
maneras y de forma constante, de manera tal que se realicen esas conexiones neuronales 
que permanecerán a lo largo de toda la existencia y que le garantizarán al niño una vida 
más plena.
S
Cuando a un bebé y, luego, a un niño, se le proporcionan medios ricos y vastos para
desarrollarse, florece en él un interés y una capacidad para aprender que puede resultar sorprendente. La estimulación temprana
se concibe como un acercamiento directo, simple y satisfactorio, para gozar, comprender y
conocer al pequeño al tiempo que se expande su potencial de aprendizaje.
La estimulación temprana
egún numerosos estudios científicos, los primeros años de vida son el mejor 
momento para que las neuronas sean activadas o estimuladas. Es durante los años
iniciales de existencia de un ser humano cuando el cerebro es especialmente receptivo a 
nuevas experiencias y está particularmente capacitado para aprovecharlas. Más tarde, 
aún será posible perfeccionar esas conexiones entre neuronas y esos circuitos ya creados 
acerca de los cuales hablábamos en el punto anterior, pero resultará más difícil, y las más
de las veces imposible, crear nuevas conexiones. La información navegará por los 
circuitos creados, pero no se generarán otros nuevos. Por eso, el desarrollo intelectual de
una persona depende en gran medida de los circuitos establecidos durante la etapa más 
adecuada de suvida para hacerlo, es decir, durante los primeros años.
Desde que el niño se encuentra en el útero hasta los ocho años aproximadamente, el 
enriquecimiento del cerebro es consecuencia directa de las conexiones que se efectúan 
entre las neuronas. Los cinco sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato) sirven de canal 
o de vía de entrada para que los estímulos lleguen a las neuronas y descarguen en ellas 
pequeñas dosis de carga positiva. El olor de una flor, un masaje, una música agradable, 
una caricia, la sonrisa de la madre, un nuevo sabor incorporado a la comida diaria, un 
paseo por un parque o una calle, el contacto del bebé con diferentes personas, los objetos 
que el niño toma con sus manos, las pataditas que da cuando le están cambiando los 
pañales, todo ello y muchas actividades más producen descargas que activan las 
neuronas y las conectan unas a otras y van entrenando el cerebro del pequeño para 
desarrollar numerosas potencialidades.
Ante esos estímulos, las neuronas reaccionan creando circuitos por los que canalizar
esas informaciones. De esa manera, aunque el cerebro aún no pueda entender los 
mensajes, se prepara para hacerlo más tarde de una manera más eficaz.
Cerebro humano vs. Cerebro animal
Los seres humanos dependemos de nuestros padres durante mucho más tiempo que el 
resto de los animales. ¿Cuál es la razón de ello? El motivo básico reside en nuestro 
cerebro, cuya maduración es mucho más lenta que el de la mayoría de las especies.
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Todos hemos visto imágenes de animales que, una vez expulsados del cuerpo materno, 
se incorporan con cierta dificultad sólo segundos después de haber nacido y, a las pocas 
horas, ya caminan al lado de sus madres sin aparente dificultad. Es el caso, por ejemplo, 
de las jirafas y de los ciervos.
Desde luego, la supervivencia de un cervatillo o de una jirafa bebé resultaría muy 
dificultosa si el pequeño no fuera capaz de seguir a su madre, que continuamente se está 
desplazando en busca de pastos frescos. Un bebé, en cambio, tarda algo más de un año 
en empezar a caminar, por lo que su supervivencia depende en grado extremo de la 
protección y el cuidado que le pueda brindar su madre u otra persona adulta que se 
ocupe de él. Un recién nacido humano sólo muestra un conjunto extremadamente 
limitado de capacidades si las comparamos con las que irá adquiriendo con el transcurso 
de los años. La mayoría de esas habilidades (íntimamente relacionadas con los reflejos) 
que posee durante sus primeros días, semanas y meses de vida están claramente dirigidas 
a la supervivencia: succionar con su boca para poder alimentarse, llorar para atraer la 
atención de su madre o cerrar las manos para intentar aferrarse a aquello que las toca.
Esa indefensión prácticamente absoluta es consecuencia de un cerebro aún por formar,
de conexiones neuronales todavía por establecerse. Pero esa circunstancia que bien 
puede aparecer en principio como algo negativo conlleva, en realidad, una enorme 
ventaja: el bebé será capaz de adaptarse mucho mejor al entorno y a las 
circunstancias cambiantes que cualquier otro animal cuyo cerebro ya esté programado 
en el momento de nacer.
Disponer de un cerebro moldeable es lo que ha permitido a la especie humana 
progresar y sobrevivir, incluso, ante las condiciones naturales más adversas.
El bebé y sus necesidades
Tal como lo decíamos en el tópico anterior, los seres humanos dependemos en un
principio de los padres (o de alguna otra persona adulta que cumpla su rol) para que
cubran nuestras necesidades.
¿Cuáles son? Las resumimos brevemente:
• Necesidad de alimento: un bebé, y luego un niño, necesita nutrirse bien porque está 
creciendo. Una buena alimentación sienta las bases de una vida saludable, de la misma 
manera en que las funestas consecuencias de una dieta deficiente en los primeros años 
resultan irreversibles, aunque se coma muy bien en etapas posteriores.
• Necesidad de cariño: los mimos, caricias y abrazos que recibe un bebé y un niño 
pequeño actúan a modo de protección e inmunización para atravesar de manera 
positiva situaciones frustrantes o estresantes que se presentarán en la edad adulta. 
Todos los componentes de la denominada inteligencia emocional –confianza,
autocontrol, capacidad de relacionarse y de comunicarse– dependen, en buena medida,
de la atención y de las demostraciones de afecto que un ser humano recibe de quienes 
lo rodean en sus años iniciales.
• Necesidad de aprendizaje: de la misma manera en que su hijo necesita alimentar su 
cuerpo con comidas y su corazón con cariño, su mente y su cuerpo necesitan 
desarrollar todas las potencialidades de las que son capaces. La estimulación 
temprana es el método adecuado para ello.
Qué es la estimulación temprana
• Es un método pedagógico basado en teorías científicas y en estudios de neurólogos de 
todo el mundo.
• Es alentar el talento innato que tienen los bebés y los niños para aprender con 
facilidad, teniendo en cuenta los distintos períodos sensitivos y cognitivos del pequeño.
• Es toda aquella actividad de contacto o juego con un bebé o niño que propicie, 
fortalezca y desarrolle adecuada y oportunamente sus potenciales humanos.
• Es aprovechar la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro en beneficio del 
bebé a través de diferentes ejercicios y juegos cuya intención es la de proporcionar una 
serie de estímulos repetitivos, de manera tal que se potencien aquellas funciones 
cerebrales que, a la larga, resultan de mayor interés.
• Es una manera muy especial de contactar y divertirnos con el niño, siguiendo los 
ritmos que él nos marque, animándole y teniendo fe en sus posibilidades, a través del 
amor, la atención, la creatividad y la imaginación, inventando cosas nuevas y 
llevándolas a la práctica observando los resultados.
• Es prevenir y mejorar posibles déficits de desarrollo del pequeño.
• Es colocar los cimientos para facilitar el crecimiento armónico y saludable, así como 
para el posterior aprendizaje y formación de la personalidad del niño.
• Es trabajar en una serie de tareas de una manera constante, pero introduciendo una 
pequeña novedad.
• Es un programa que pretende favorecer la autonomía del sujeto, y lograr un nivel 
socioeducativo óptimo.
Numerosas guarderías y jardines de infantes han incorporado en los últimos años la estimulación temprana como pieza
fundamental en su proyecto educativo.
Del mismo modo, cada vez son más las familias conscientes de que sus hijos pueden llegar a ser tan inteligentes como
oportunidades tengan para desarrollar su cerebro a través de una estimulación
adecuada y constante que resulta muy sencilla de realizar y que está al alcance de cualquier grupo familiar.
• Es enseñar a los niños jugando.
• Es brindarle al bebé y al niño herramientas adecuadas a su edad que le permitan ir 
superando desafíos y, al mismo tiempo, le generen deseos de explorar cada vez más el 
mundo que lo rodea.
• Es utilizar colores, formas, sonidos, movimientos y otro tipo de estímulos para 
conseguir que el niño, desde su nacimiento, estructure de manera óptima su capacidad 
cerebral y psicomotora.
Qué no es la estimulación temprana
• No es hacer una tarea mecánica y repetitiva hasta que el niño la aprenda de 
memoria.
• No es intentar conseguir una respuesta positiva siempre que trabajemos con él, y 
frustrarnos si no lo logramos.
• No es comparar los logros del pequeño con otros alcanzados por niños de la misma 
edad.
• No es intentar convertir a su hijo en genio.
Cómo se lleva a cabo
La estimulación temprana se basa en la repetición de los bits o unidades de 
información. Al igual que todos los niños aprenden a hablar por sí mismos (como 
consecuencia de oír diariamente las palabras que profieren quienes lo rodean), su cerebro 
es capaz de adquirir toda otra serie de conocimientos mediante la repetición sistemática 
de estímulos o ejercicios simples. Es, justamente, mediante esa reiteración que se 
consigue reforzar las áreas neuronales de interés. Esa repeticiónútil de diferentes eventos 
sensoriales tiene múltiples efectos que se potencian mutuamente. Por un lado, amplían su 
habilidad mental, lo que le facilita el aprendizaje, ya que desarrolla destrezas para 
estimularse a sí mismo a través del juego libre y del ejercicio de la curiosidad, la 
exploración y la imaginación. Por otro, aumentan el control emocional, proporcionándole
Si bien es cierto que la inteligencia está determinada en gran parte por el código genético de la persona, es aún más cierto que ésta 
no se desarrolla sin una adecuada estimulación en las etapas más tempranas de su crecimiento.
al niño una sensación de seguridad y placer.
Temprana sí, precoz no
Los estímulos oportunos en el tiempo, favorecen el aprendizaje y el desarrollo de las
capacidades del niño. Pero se trata de una incorporación de habilidades temprana, y no
precoz. Esta última, que no es de ninguna manera conveniente, tiene lugar antes de que
la capacidad natural del niño esté lo suficientemente desarrollada.
En esos casos, cuando al pequeño se le intenta hacer aprender algo antes de tiempo, sin
que sus circuitos neuronales estén lo suficientemente desarrollados, puede existir un 
cierto peligro de que esos conocimientos presenten lagunas y afecten a su desarrollo 
posterior.
Por eso, nuestro libro está separado en diferentes capítulos de acuerdo a las diversas 
edades: no necesita el mismo tipo de estimulación un bebé recién nacido que otro de seis 
meses. Cada niño debe cubrir las etapas lógicas de aprendizaje que le marca la naturaleza
y no debe ser forzado nunca a hacer algo para lo que no está preparado. Si, desde que es 
bebé, se le estimula adecuadamente quizá llegue a hablar o a caminar o a leer antes que 
otros niños. Pero no porque se le fuerce a hacerlo, sino porque ha desarrollado mejor los 
mecanismos y las estructuras para conseguirlo.
El peligro de la sobreestimulación
Asediados por un entorno social cada vez más exigente y más veloz, muchas veces los 
padres terminan angustiados porque su hijo no alcanza determinados logros a los que 
supuestamente debería arribar. En realidad, se trata de metas que responden más a una 
expectativa de la sociedad que a las necesidades de desarrollo del niño.
Frente a esa situación, los padres sobrecargan de estímulos al pequeño generándole una
exigencia que no puede cumplir. ¡Cuidado con esa actitud! No por recibir una 
sobrecarga de estímulos un niño va a ser más inteligente. Por el contrario, muchas 
veces esa exigencia le genera inseguridades y, como consecuencia de ello, aparece la 
dependencia. Por eso, es importante acompañar, primero al bebé y luego al niño, en su 
desarrollo respetando sus tiempos.
De esa forma, se promoverá su crecimiento en un ambiente que respete sus 
particularidades para así diferenciarse como un ser independiente y no como una 
extensión del deseo de sus padres.
¿Qué consecuencias puede tener la sobreestimulación? Éstas pueden ir desde la 
hiperactividad a la dispersión y pueden derivar en trastornos de conducta bastante 
importantes. Por eso repetimos: se debe acompañar y estimular al pequeño, respetando 
siempre sus propios tiempos.
Conocer los estímulos adecuados a cada etapa del desarrollo del niño es fundamental para no caer tanto en una deficiencia como 
en un exceso de estímulos,ambos contraproducentes.
M
Cómo implementar un programa de estimulación 
temprana
ás adelante, detallamos ejercicios concretos para cada etapa del pequeño, desde su
nacimiento hasta los dos años. A continuación, proporcionamos una serie de
consejos que, como una suerte de telón de fondo, deben ser tenidos en cuenta a lo largo 
de todo el programa de estimulación.
Consejos básicos
• Es importante estimular al bebé desde el momento mismo del nacimiento. Todo niño,
no importa cuán pequeño sea, desea aprender y quiere que lo ayuden a hacerlo.
• Todos los meses, desde que el niño nace, hay que enseñarle cosas nuevas sin por eso 
dejar de incentivarlo con los mismos estímulos o muy parecidos a los de los meses 
anteriores.
• El alimento que debe recibir un niño es distinto según la edad: un recién nacido sólo 
deberá tomar leche materna, mientras que un pequeño de un año es conveniente que 
ya haya incorporado a su dieta yogurt, harinas y fruta pisada. Lo mismo sucede con el 
alimento para la inteligencia que constituye la estimulación temprana: un niño de un 
mes debe apretar el dedo que se coloca entre los suyos, pero no debe incitárselo a que 
tome un vaso de plástico, por ejemplo.
• Los niños que crecen sin cariño (o que creen que así lo han hecho) tienen luego 
muchos problemas de diversa especie. Por esa razón, toda estimulación temprana 
deberá ser llevada a cabo desde el amor y el cariño. Y es importante que se expresen
signos claros al respecto, de modo tal que el niño pueda captarlos.
Algunos de ellos son:
- Es necesario que usted realice todas las actividades propuestas con una actitud
tranquila y una sonrisa. El niño percibirá si usted está nerviosa o con una carga
agresiva y eso no es conveniente.
- Cada vez que el pequeño realice un progreso, hágaselo saber. Puede hacerlo con un 
beso, una caricia o una frase alentadora del tipo “¡Qué bien lo que hiciste!”. También 
puede darle otro tipo de premio, como alcanzarle un juguete de su agrado. Algo 
fundamental al respecto es que la recompensa, cualquiera ésta sea, debe dársela 
inmediatamente después de que haya hecho algo bien. Cuando el premio aparece 
mucho tiempo después, el niño no entenderá qué es lo que se está recompensando.
- Jamás lo castigue: el castigo hace que el pequeño le tome miedo a las cosas y también 
a las personas que lo castigan. La punición no es, de ninguna manera, una buena 
forma de educar a un niño y es importante saber que se aprende más y mejor 
premiando los logros obtenidos que castigando aquellos que no se han logrado.
- Nunca se enoje ni reprenda al niño si éste no alcanza el objetivo que supuestamente 
debe lograr. Tenga paciencia.
- No descalifique nunca sus avances o la falta de ellos, diciéndole que fue algo muy fácil 
de hacer, que hubiera podido hacerlo mejor, que es torpe o tonto. Tampoco se lo haga 
sentir, aún sin decirlo: muchas veces, una mirada desaprobatoria puede tanto como una 
frase de reproche. Tenga en cuenta que cuando a un niño le hacen sentir que es poco 
inteligente o torpe, lo más probable es que termine siéndolo.
- Tampoco permita que ninguna otra persona tenga para con él actitudes 
desaprobatorias.
Cuantos más objetos con los cuales entrar en contacto y experimentar tenga el 
pequeño, más rica será su experiencia y más profundo su aprendizaje. Pero… ¡atención!
Eso no quiere decir que usted deba salir a comprar un batallón de los por demás costosos
juguetes que el mercado ofrece hoy en día. Por supuesto, un limitado número de 
juguetes siempre es conveniente, pero cuando el cuarto del niño se convierte en una 
suerte de juguetería de lujo no se le está proporcionando una buena educación, sino 
incitándole al consumo. Piense que, especialmente después de los cinco o seis meses su 
hijo estará muy contento de poder contar con:
- Discos de vinilo que a usted ya no le interese escuchar.
- Cajas de cartón medianas o grandes.
- Vajilla irrompible que usted ya haya descartado.
- Retazos de tela obtenidos de prendas que a usted ya no le interese usar.
- Las mismas prendas (enteras) que usted ya haya descartado.
- Tubos de papel higiénico o de papel de cocina.
- Revistas viejas.
- Bolsas de papel o cartón.
- Recipientes de plástico como vasitos de yogurt, de crema, de helado, etcétera.
- Madejas de lana de colores llamativos: rojo, turquesa, amarillo, etcétera.
- Esponjas.
• Para que el niño aprenda a hacer algo, para que verdaderamente incorpore ese 
conocimiento, tiene que hacerlo por sí mismo. Usted podrá ayudarlo a hacerlo, pero la 
meta final es siempre que logre hacerlo solo. El caminar es buen ejemplo para ilustrar 
lo que decimos: usted podrá prestarle ayuda en el proceso de aprendizaje yes muy 
conveniente que lo haga. Pero su hijo recién habrá aprendido cuando pueda pararse 
por él mismo y emprender la marcha sin ayuda.
• No es bueno que usted u otro adulto ayuden al niño a hacer cosas que ya sabe y puede
hacer por sí mismo. En cuanto el pequeño haya aprendido a hacer algo, permita que lo
haga solo.
• La curiosidad del pequeño es fundamental para su desarrollo y es importante no 
coartarla si no existe un peligro. Por supuesto, si el niño ve a su madre cosiendo y 
siente curiosidad por las agujas y las tijeras, será necesario explicarle que no es 
conveniente que las investigue, ya que resultan peligrosas para él. Pero si, por ejemplo, 
experimenta curiosidad por la ropa que está en un cajón, no hay que impedirle tocarla 
o reprenderlo si lo hace. Muchos padres obran de esa manera, quizá por comodidad 
para evitar luego arreglar lo desacomodado por el niño y, de esa forma, impiden su 
desarrollo.
• Tal como ya se lo señaló con anterioridad, la repetición es fundamental para el 
aprendizaje a través de la estimulación. Para que el pequeño aprenda algo no sólo 
deberá hacerlo sino repetirlo varias veces. Nadie incorpora conocimientos o habilidades 
de repente; es necesario repetir varias veces para realmente aprehender algo.
• La prisa y la exigencia no tiene lugar en un programa de estimulación temprana. La 
paciencia es un elemento primordial y siempre debe estar presente. No se debe apurar 
al niño a que corra tras los logros que los padres esperan de él. El camino debe ser 
calmo y placentero. Respecto a esto último, si el pequeño manifiesta disgusto ante una 
actividad, déjela de lado por el momento e intente horas después u otro día.
• De la misma manera que la estimulación no debe llevarse a cabo de forma apresurada 
ni demandante, tampoco tiene lugar la comparación con los logros obtenidos por niños
de edad similar. Cada ser humano es un ente único y hará su proceso según sus 
posibilidades. Si un bebé aprendió a decir “ma” a los seis meses, no quiere decir que
su hijo está atrasado porque tiene siete y aún no lo ha dicho. Cada niño es diferente y 
algunos aprenden más rápido unas cosas y otros, otras.
• Es fundamental tener en cuenta que, aunque sea pequeño, su hijo tiene sus gustos y 
sus diferentes estados de ánimo. Algunas veces quiere jugar con una cosa y otras, con 
otra. Por eso, no se empecine en que juegue sí o sí y ahora con el nuevo muñeco que 
usted le compró, si él está gustoso y entusiasmado apilando cajas.
• Si bien es conveniente (y hasta imprescindible) que el niño sea estimulado para 
desplegar plenamente sus capacidades, no esté siempre supervisando la actividad de su 
hijo: es bueno que él juegue espontáneamente.
• En todo programa de estimulación temprana (en realidad, en toda la crianza de un 
niño) deben evitarse los desacuerdos manifiestos frente al pequeño, especialmente 
sobre cuestiones que lo atañen a él. Es muy usual (pero no por eso menos nocivo) 
que, por ejemplo, el niño se ensucie jugando y el padre ría ante esto, mientras que la 
madre se enoja. De esa manera, el pequeño recibe un mensaje doble que lo desorienta 
en tanto y en cuanto no sabe si lo que hizo está bien o mal. O, peor aún, comienza a 
sentir que no es posible complacer a su papá y a su mamá al mismo tiempo y que 
gratificar a uno de ellos conlleva la frustración del otro.
Precauciones imprescindibles
El niño es un ser muy curioso: necesita mirar, tocar, tirar, chupar y empujar buena 
parte de los objetos que se le presentan. Todo pequeño sano y normal es curioso y para 
su desarrollo es bueno que así sea.
Por eso, es necesario cuidarlo y mucho. Él no sabe que puede llevarse a la boca cosas 
tóxicas, o que tirando de un cordón que asoma por la mesa terminará echándose encima 
una plancha, o que los objetos de vidrio se rompen y sus fragmentos cortan de manera 
muy peligrosa.
Si sucede alguna de las cosas que se acaban de enumerar, la responsabilidad no es del
niño, sino del o de los adultos que, con una actitud negligente, permitieron que pasara. 
Por eso, la estimulación temprana debe ser acompañada sí o sí de una serie de cuidados
imprescindibles y continuos.
Ellos son:
• Tenga en cuenta que la cocina es el lugar de la casa donde más se accidentan los niños. 
Por ello, lo mejor será que cuando su pequeño hijo se encuentre allí lo haga en un 
lugar seguro, como puede ser una silla alta o un corralito.
• Utilice siempre las hornallas de atrás y coloque los mangos de ollas y sartenes hacia 
dentro.
• No transporte líquidos o comidas calientes mientras tiene a su bebé en brazos.
• Coloque las protecciones necesarias a toda fuente de calor: estufas, braseros, puerta de 
horno, etcétera.
• Tape los enchufes o coloque un disyuntor eléctrico en su hogar.
• No deje a su bebé solo en la cama, el cambiador o cualquier otro lugar desde donde se 
pueda caer.
• Instale puertas de protección en las escaleras y rejas en balcones y ventanas.
• Una vez que su hijo comience a caminar, nunca deje sillas o escaleras que le permitan 
acceder a lugares peligrosos.
• Cierre siempre con llave la puerta que da al exterior (calle en el caso de una casa, 
pasillo en el caso de un departamento).
• No deje a su alcance ninguna sustancia peligrosa que el niño pueda llevarse a la boca: 
detergente, pintura, alcohol, medicamentos, kerosene, etcétera. ¡Atención! Eso incluye 
también vistosas y familiares plantas de interior que resultan muy tóxicas si se ingieren, 
como los potus.
• Coloque trabas en los lugares donde guarda sustancias que puedan ser peligrosas para 
su hijo.
• No permita que su bebé esté en contacto con objetos muy pequeños –de menos de 5 
cm–: monedas, piedritas, maníes, anillos, aros, piezas de juguetes que se puedan 
desmontar, botones, etcétera.
• No le dé el biberón acostado.
• Nunca lo deje solo en el baño o cerca del agua.
• No permita que tome contacto con bolsas de plástico. Podría colocárselas sobre la 
cabeza, tapar su carita y ahogarse. Ha habido casos funestos al respecto.
• Antes de dejarlo solo preocúpese de que tenga todo lo que necesite o pueda desear.
20
L
Estructura del programa de estimulación temprana
os capítulos que aparecen a continuación proponen, cada uno de ellos, una serie de 
actividades que favorecen los distintos tipos de desarrollo del niño. A excepción del
capítulo que cubre el primer mes de vida, todos los restantes están organizados por
bimestres, hasta llegar a los dos años de vida
A su vez, cada capítulo se encuentra estructurado de la siguiente manera:
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
En ese apartado se incluyen todos los ejercicios que tienen como objetivo ayudar al 
niño a adquirir fuerza muscular y control de sus movimientos, de modo tal que progrese, 
desde el simple hecho de sostener la cabeza hasta caminar y correr. Se vincula con los 
cambios de posición del cuerpo y con la capacidad de mantener el equilibrio.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
Ese área permite realizar actividades motrices más complejas –tales como tomar 
objetos con la mano– así como también coordinar lo que el niño capta a través de sus 
sentidos con la actividad, por ejemplo, aquello que oye con lo que ve. Comienza en los 
primeros meses, cuando el bebé descubre sus manos y continúa poco a poco, a través de
experimentar y trabajar con ellas, de modo tal de empezar a darle un mayor y más 
complejo manejo.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
Estimular el lenguaje significa que está ayudando a su hijo a utilizar la herramienta de
comunicación más rica y privilegiada: las palabras. Es muy importante comenzar a 
hablarle de manera correcta desde el principio, de forma tal que el pequeño pueda 
incorporar el lenguaje correcto.
Actividades para favorecer el desarrollo social
La persona es un ser básicamente social. De poco le servirá tener buena motricidad y 
un lenguaje adecuado, si teme o está imposibilitado de relacionarse con sus semejantes.
Este apartado trabajasobre ese punto con el objetivo de activar en el niño los elementos
necesarios para interactuar en el medio ambiente en que se desenvuelve.
Otras actividades
Hemos incluido allí buena parte de la ejercitación que favorece simultáneamente dos o
más tipos de desarrollo, así como también juegos y actividades que apuntan al 
desenvolvimiento holístico del pequeño.
S
El primer mes de vida
u hijo o hija ha llegado al mundo. Y, con ello, todo cambia. Posiblemente, usted 
viene pensando en eso desde hace casi nueve meses, desde que comenzó a intentar
la concepción o desde que confirmó el estado de embarazo análisis mediante. Pero, una
vez abandonada la maternidad y de vuelta en casa, comenzará la verdadera vida en 
común con su hijo.
La apariencia del recién nacido
Cuerpo
Posiblemente su bebé pesará entre 2 y 1/2 Kg y 3 Kg y medirá, aproximadamente, 50 
cm. Sus hombros serán más bien angostos al igual que sus caderas, el abdomen 
protuberante y las piernas y brazos serán cortos.
Cabeza
Es grande en relación al resto del cuerpo. También es posible que esté moldeada, 
alargada, hinchada o, incluso, lastimada por las presiones que ha sufrido durante el 
trabajo de parto y nacimiento. No se preocupe: volverá a la forma redondeada normal en
unos pocos días.
Fontanelas
Se conoce con este nombre a las dos zonas blandas donde los huesos del cráneo no se 
han fusionado de manera completa. La mayor se encuentra en la región de la parte 
superior frontal de la cabeza y se cierra generalmente al año y medio de edad.
Otra más pequeña se aloja en la parte trasera y termina de cerrarse entre los dos y seis 
meses posteriores al nacimiento. La membrana que las recubre es lo suficientemente 
gruesa como para que el lavado o cepillado de la zona no lastime a su bebé.
Piel
Estará cubierta –probablemente de manera no uniforme– de vernix, una sustancia 
blanca y grasosa que lo protegía cuando se encontraba dentro de su útero. Además, la 
piel de su bebé en el momento de nacer será de color azul grisáceo y veteada con sangre.
Una vez que comience a respirar –cuestión de unos pocos minutos– virará hacia color 
normal. Es probable –sobre todo si su bebé nació pasado de fecha– que se le pele la piel,
especialmente la de los pies y las manos.
Algunas características posibles de la piel de los recién nacidos son las siguientes:
• Manchas mongólicas: se trata de zonas de pigmentación más oscuras que la piel del 
resto del cuerpo y se ubican, generalmente, en las nalgas y la parte baja de la espalda. 
Disminuyen de manera gradual y desaparecen de manera total hacia los cuatro años.
• Erupción miliar: se conoce con este nombre a las pequeñas manchas blancas que 
aparecen en las mejillas, la nariz y el mentón del bebé, fruto de la obstrucción de las 
glándulas sebáceas y sudoríparas.
• Sectores rojizos formados por la agrupación de pequeños vasos sanguíneos 
superficiales. Generalmente se localizan en la frente, los párpados, la nariz y el cuello y 
desaparecen un poco antes del año de edad, aunque eventualmente pueden duran un 
poco más.
• Ronchas con zonas pálidas y otras coloradas: conformación típica de los bebés de piel
muy blanca. Usualmente, después de unas semanas la piel va adoptando gradualmente
un color más parejo.
Ojos
En los primeros momentos posteriores al parto estarán hinchados y pegajosos, por ello 
es menester limpiarlos.
Pechos
Tanto si su hijo es varón como si es mujer es probable que sus pechos se encuentren 
inflamados y hasta que gotee leche de sus pezones. Esto se debe a la presencia de 
hormonas maternas y desaparece sin tratamiento a los pocos días.
Cabello
Es posible tanto que su bebé nazca con abundante cabello en la cabeza como que lo 
haga prácticamente pelado. También es probable que una fina vellosidad cubra su cara, 
orejas, frente, espaldas y/u hombros: se trata del lanugo que desaparece a las pocas 
semanas.
Cordón umbilical
De color blanco azulado, mide entre 2 y 5 cm una vez que ha sido cortado. A medida 
que transcurren los días, el cordón se oscurece, se encoge y se seca y –entre la primera y 
la tercera semana– se desprende y cae de manera espontánea.
Genitales
Las hormonas maternas también suelen provocar hinchazón y enrojecimiento de los 
genitales del bebé. Las niñas, además, tal vez experimenten una descarga lechosa o rojiza
por la vagina. Todo ello es normal y desaparece a los pocos días sin ningún tipo de 
tratamiento.
Los sentidos del recién nacido
¿Qué puede percibir su bebé recién nacido? ¿Cómo se vincula con el mundo?
Seguidamente, ofrecemos una guía para que usted pueda comenzar a comprender el 
mundo de su hijo. Sin embargo, deberá tener en cuenta que no se trata de algo uniforme
ni fijo, ya que cada ser humano tiene su propio ritmo y el desarrollo de los cinco sentidos 
de un bebé pequeño no escapa a esto. Algunos niños nacen con los ojos casi cerrados y 
otros los abren con el primer grito, algunos responden rápidamente a los sonidos y otros 
tardan un poco más, etcétera. Pero, de manera general, puede decirse lo siguiente:
Oído
La capacidad de oír no comienza con el nacimiento. Ya desde el útero materno, su 
bebé escucha tanto sonidos internos –el latido de su corazón– como externos –su voz, 
música ambiente, etcétera– y, en el momento del nacimiento, su oído ya está totalmente
desarrollado.
Una vez nacido, su bebé reaccionará ante los sonidos. Por ello, es posible que se calme
ante aquellos que le resultan familiares –voces de las personas que habitan la casa, 
determinada música, el televisor, etcétera– o que se sobresalte ante ruidos desconocidos 
o fuertes y repentinos: la frenada de un auto, un portazo, etcétera.
Aparentemente, los recién nacidos prefieren las voces agudas a las graves y tienen la
habilidad de identificar los sonidos luego de haberlos oído varias veces.
Gusto
Las papilas gustativas comienzan a formarse durante el cuarto mes del desarrollo fetal. 
Las últimas investigaciones parecen demostrar que desde las primeras semanas de vida 
los bebés son capaces de diferenciar los distintos tipos de sabores –dulce, amargo, salado 
y ácido– lo que les permite preferir notablemente las sustancias dulces de las que no lo 
son.
Tacto
El recién nacido es sumamente sensible desde el punto de vista táctil. Esa sensibilidad 
en la piel tiene su origen en que ya en el útero materno el bebé ha sentido el contacto con
el líquido amniótico y se ha frotado contra las paredes del útero. En el momento del 
parto, además, su cuerpito ha experimentado la acción de las contracciones. Por ello, es 
posible que usted descubra muy rápidamente que, mientras algunas actitudes lo agitan 
otras, por el contrario lo confortan y le reportan placer. A los bebés les gusta que los 
acaricien, los abracen, los acunen y que los muevan suavemente de un lado a otro.
También aprecian la calidez y rechazan lo demasiado frío y lo demasiado caliente.
Olfato
Los bebés tienen un sentido del olfato muy refinado y ya en la primera semana de vida
pueden distinguir olores, y preferirlos como sucede con el olor materno.
Vista
Al nacer, su bebé sólo podrá enfocar a una distancia corta: aproximadamente la que 
separa su rostro del suyo cuando lo está amamantando. También podrá detectar y 
diferenciar la luz y la oscuridad y ante una luz fuerte y repentina cerrará sus ojos. Sin 
embargo, aún no está en condiciones de distinguir los colores, si bien se siente atraído 
por el rojo y por los objetos brillantes. Ya en las primeras semanas está en condiciones de 
seguir un objeto de movimiento lento, alrededor de las seis semanas ya podrá diferenciar
visualmente algo plano de algo voluminoso, a los tres meses podrá acomodar la vista tan
bien como un adulto y a los cuatro distinguirá todos los colores.
Comenzar la estimulación
El instante del nacimiento no es, precisamente, el momento cuando comienza la 
estimulación. Cuando el niño ve la luz del mundo, ya ha sido estimulado en su vientre a
través de, por ejemplo, la música que usted escuchaba mientras élcrecía en su útero.
Durante el primer mes de vida, es importante, antes de comenzar la estimulación, 
verificar que estén bien presentes los siguientes reflejos:
• De succión, que es el que le permite comer.
• De prensión, que tiene lugar cuando alguien le pone un dedo sobre la palma de la 
mano y el bebé responde tomándolo con fuerza.
• De moro –también conocido como del sobresalto– que se produce cuando el bebé está
alarmado o sorprendido y que consiste en extender brazos y piernas hacia fuera y 
enderezar el cuerpo.
• El llamado reflejo de marcha automática se produce cuando el infante siente presión 
en la planta de los pies y, ante esto, comienza a moverlos alternativamente como si 
estuviera caminando.
• Por último, el de hocicar que consiste en darse vuelta con la boca abierta cuando se lo 
toca en la mejilla.
¿Cómo es el niño en esta etapa? La mayor parte del tiempo su posición es muy similar
a la que tenía cuando se encontraba en el útero materno. Si bien estira piernas y brazos,
ese movimiento suele durar muy poco tiempo y vuelve rápidamente a la posición fetal.
Durante el primer mes, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo. No distingue entre 
el día y la noche y suele dormir más de veinte horas diarias, con interrupciones cada dos 
o tres horas para comer.
Otras características del bebé en esta etapa son:
• Cuando se lo levanta aún no puede enderezar la cabeza.
• Suele llorar o evidenciar desagrado ante lo siguiente:
- Estar demasiado abrigado o sentir frío.
- Tener hambre.
- Estar sucio.
- Tener ropa demasiado ajustada.
- El exceso de ruido en el ambiente.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
• Colóquelo boca abajo en la cama y empuje con su mano un piecito hacia delante, hasta
que el pequeño avance un poco. Luego, haga otro tanto con el otro pie. Eso fortalecerá
su musculatura.
• Acuéstelo en diferentes posiciones: derecha, izquierda, boca abajo y boca arriba.
• Tómelo en brazos y mézalo suavemente.
• Ponga al niño de espaldas, tómelo de las manitas y tire muy lentamente hacia delante 
hasta sentarlo. Luego, también en forma muy lenta y suave, vuelva a acostarlo.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
• Póngale un dedo en su manito para que lo apriete; si no lo hace, incítelo a hacerlo.
• Cuando lo alimente (sea con el pecho o con la mamadera) coloque bien el pezón o la 
tetina en su boca, para que aprenda a chupar de manera adecuada.
• Póngale el chupete y muévalo en su boquita para que se ejercite en chupar.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• Háblele desde el primer momento. Nunca es demasiado temprano para comenzar la 
estimulación del lenguaje.
• Mírelo a los ojos y emita sílabas tales como “da, da”, “mi, mi”, etcétera.
Actividades para favorecer el desarrollo social
• Permita que personas de confianza tomen al niño en brazos.
Otras actividades
• Coloque un móvil sobre la cama, a aproximadamente 50 cm de los ojos del niño. Con 
ello, estimulará su vista y, si intenta tocarlo cosa que es muy probable, también su 
musculatura.
• Tómelo en brazos y trasládese en el espacio con él mientras le habla o canta. Hágalo 
escuchar el sonido del sonajero.
• Hágalo escuchar música.
Haga del momento del baño, no sólo una instancia de higiene, sino también de juego, aprendizaje y estimulación.
Tome al niño de manera que se sienta seguro y déjelo disfrutar del agua y experimentar movimientos en contacto
con ella.
A
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La estimulación entre el mes y los tres meses
medida que transcurre el tiempo, el rostro del bebé se va tornando más expresivo, 
sus ojos pueden seguir a una persona u objeto que se desplaza y su cuello gana en
firmeza. Por eso, cuando está acostado de espaldas puede erguir la cabeza. Hacia el 
tercer mes comenzará a establecerse el ritmo de sueño–vigilia: el descanso nocturno se 
prolongará entre cinco y nueve horas y, además, realizará tres o cuatro siestas a lo largo 
del día.Los primeros reflejos ya van desapareciendo y se desarrollan otros. El de moro y
el de prensión van superándose y el agarre voluntario hace su aparición hacia el tercer 
mes. Con el reflejo del espadachín, el pequeño intenta voltearse y con el de pataleo se 
ayuda para arrastrarse.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
• Ayúdelo a incorporar su cabecita sosteniéndolo por la nuca.
• Cuando le haya sacado la ropa para cambiarlo, deje que el pequeño mueva libremente 
sus piernas y brazos. Si no lo hace, estimúlelo a hacerlo, moviéndole usted los 
miembros.
• Si el tiempo está bueno, póngale el mínimo de ropa posible. Su hijo necesita moverse y 
el exceso de ropa le impedirá hacer ejercicios que faciliten su desarrollo.
• Cuando el niño se encuentre acostado, tómele las manos, júnteselas y luego vuelva a 
separarlas. Repita la secuencia varias veces. Efectúe la misma secuencia, pero con las 
piernas.
Ayúdelo a pasar de la posición de espaldas a la posición boca abajo. Para ello, tómele uno de los brazos y 
colóqueselo hacia arriba al lado de la cabeza y empújelo suavemente hacia ese lado para que se dé vuelta.
Coloque al pequeño boca abajo y deslice un dedo a lo largo de su espalda. Eso le ayudará a levantar la cabeza y
los hombros.
Muévale las piernas suavemente de abajo hacia arriba y en sentido inverso.
Póngase de pie y tome al niño, apoyándolo sobre usted y colóquelo mirando hacia el frente. Lentamente inclínelo
hacia adelante.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
• Incítelo a tocar objetos: el botón de una ropa, un vaso de plástico, un juguete, etcétera.
• Tome cualquier objeto que llame la atención del bebé y trate de que lo siga con la vista, 
moviéndolo lentamente.
• Cuando esté cambiándole el pañal y, para hacerlo, le levante los pies, incentívelo a que 
los mire. Bájelos lentamente de manera tal que él pueda seguirlos con la vista.
Intente que el niño siga con la mirada los movimientos que usted hace. Si se mueve hacia un lado, llámelo para
que mire hacia allí.
Si bebe mamadera, estimúlelo a que la toque.
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Si algo que usted está usando (un aro, un collar) le llama la atención, déselo para que experimente con él.
Póngale el chupete en la mano para que él mismo trate de llevárselo a la boca.
Coloque una soga o cinta sobre la cama del niño y cuelgue de ella algún objeto atractivo. Si, además, le agrega un
cascabel o una campanita también favorecerá su desarrollo auditivo.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• Cuando lo tenga en brazos, lo bañe o lo mude de ropa esté atenta a si el pequeño hace 
algún sonido: “aa”, “ggg”, etcétera. Mírelo a los ojos, sonríale y repítale el mismo 
sonido.
• Juegue a cantar con el niño. Emita sonidos simples y con melodía (“mi, mi”, “ahh, 
ahh”) y si él los repite, imite su canto.
• Aproveche todo momento para hablarle: cuando le dé la mamadera explíquele que lo 
está alimentando; cuando lo cambie, dígale cosas como: “Ahora sacamos el pañal sucio 
y te limpiamos la cola”, etcétera.
• Siéntese cómodamente frente al bebé y, mirándolo a los ojos, haga sonidos divertidos: 
“clic, clic”, “take, take”.
Actividades para favorecer el desarrollo social
• Llévelo a lugares públicos donde pueda percibir la presencia de personas ajenas a su 
núcleo familiar: plazas, supermercados, etcétera.
• Permita (bajo su cuidado) que sus hermanos tomen el mayor contacto con el niño:
pueden darle la mamadera, tenerlo en brazos, pasearlo, etcétera.
• Vaya de visita a casas de amigos o familiares con el bebé.
Otras actividades
• Tómelo en brazos y baile con él al compás de la música.
• Grabe su voz (hablando, cantando) en un cassette. De esa manera, cuando usted 
necesite un descanso o no se encuentre cerca, el sonido de su voz podrá apaciguar al 
bebé.
• Colóquele música clásica alegre (Mozart, Vivaldi) mientras se encuentra descansando o 
a punto de dormirse.
Confeccione con telas de diferentes texturas (seda, toalla, corderoy, etcétera) manoplas y páselas suavemente porel cuerpo de su bebé. Con ello, estimulará el sentido del tacto.
El techo del cuarto del bebé
Cuando los padres están esperando que su pequeño hijo arribe al mundo, suelen poner 
mucha energía en preparar el ambiente para el momento de su llegada. Se deciden entre 
comprar una cuna, un moisés o una cama; eligen detenidamente el papel con el que 
cubrirán las paredes: con o sin guardas, con figuras de jirafas o de ositos; colocan un 
atractivo móvil sobre uno o varios sitios de la habitación, etcétera. Sin embargo buena 
parte de los futuros papás olvidan arreglar y decorar de manera adecuada un espacio: el 
techo.
Esto se relaciona con la visión o, mejor dicho, con el punto de vista que las personas 
adultas tenemos de una vivienda. Rara vez miramos el techo y si lo hacemos, es por un 
motivo especial. Pero, en general, nuestra vista se dirige más hacia las paredes y los 
pisos. Sin embargo, no es esto lo que sucede con los bebés; el niño pasará buena parte de 
sus primeros meses de vida acostado boca arriba y mirar un cielorraso atractivo lo 
mantendrá muy entretenido.
¿Cómo decorarlo?
Las maneras son varias: se pueden pintar distintas figuras, pegar calcomanías o hacer
una suerte de collage recortando papeles de colores. Por supuesto, pueden combinarse
dos o tres de las opciones mencionadas.
¿Con qué figuras decorarlo?
Existen diferentes opciones temáticas que serán muy bienvenidas por el bebé y que 
también lo acompañarán estimulándole y dándole placer cuando crezca.
Algunas de ellas son:
• Cielo: se puede pintar un cielo con nubes, pájaros y algún colorido globo aerostático 
volando por él.
• Circo: payasos, animales y trapecistas harán del techo una animada función circense.
• Selva: grandes follajes, vistosas flores, enormes y coloridos pájaros, alguna ranita.
• Mundo submarino: sobre un fondo celeste, pinte o pegue figuras de estrellas de mar, 
peces de colores y algas.
• Aventura espacial: ¿qué tal un cielorraso con luminosas estrellas fugaces, Saturno y
Algo fundamental: tenga en cuenta que, cualquiera sea el tema escogido, las figuras que lo componen deben ser de tamaño 
considerable; 20 cm es una buena medida. Si, por el contrario, coloca stickers de 2 cm, su hijo no podrá apreciarlos.
sus anillos y hasta una nave espacial?
A
La estimulación entre los cuatro y cinco meses
partir de esta época, el bebé comienza a ser consciente de sus manos y empieza a 
utilizarlas: juega con ellas, las mueve delante de sus ojos, deja caer objetos,
etcétera.Asimismo, experimenta con las denominadas reacciones circulares: la posibilidad
de rehacer de manera voluntaria algo que ha descubierto por azar.Emite casualmente un 
sonido y luego, de manera intencional, lo repite. Golpea un juguete, éste se mueve y 
vuelve a golpearlo. Ese tipo de ejercitación le permite tomar conciencia de su poder sobre
objetos, sobre otras personas y sobre sí mismo y, por ello, comienza a saber adaptar un 
medio a un fin. Entre esas reacciones circulares, el niño sonreirá imitando la sonrisa de 
un adulto.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
• Estimúlelo a que haga ejercicios cuando está desnudo, ya que esto le otorga mucha 
libertad de movimiento. Antes del baño o durante el cambio de pañales, déjelo patalear, 
tomarse los pies, golpear sus manitas entre sí. Si no lo hace de manera espontánea, 
estimúlelo a que lo haga.
Recuerde que el momento del baño es también de juego y aprendizaje y que su pequeño hijo disfruta de él. 
Sujételo con firmeza, de modo tal que se sienta seguro y pueda mover sus piernas y brazos. Eso lo preparará para 
cuando empiece a caminar.
Ponga una frazada en el suelo y coloque al pequeño encima de ella con algunos juguetes u objetos que le 
interesen. Supervíselo para que no corra riesgos, pero déjelo moverse con la mayor libertad posible.
50
Párese frente a una mesa o superficie dura y tome a su hijo sujetándolo firmemente a la altura de las nalgas, de 
manera tal que le dé la espalda. Inclínelo suavemente hacia delante hasta que toque la mesa con sus manitas y 
permítale hacer fuerza apoyándose en sus brazos.
• Siente al bebé frente a usted y cántele una canción o coloque una música movediza. Al
compás de la melodía, muévale sus piernitas, sus bracitos, etcétera.
• Tienda al niño de espaldas y muévale las piernas como si estuviera andando en
bicicleta. El momento en que lo está cambiando puede ser el ideal.
Acuéstese y coloque al bebé boca abajo encima de su vientre y pecho. Tómelo de las manos y estimúlelo a que se 
enderece haciendo fuerza con sus brazos.
Sujétele con una mano las piernas (de manera tal que queden estiradas) y ponga
su otra mano por debajo de la cabeza.Levante suavemente esta última: de esa 
manera estimulará al niño a que haga fuerza para sentarse.
Con el bebé en la misma posición tome un objeto vistoso, que llame su
atención, y colóquelo y muévalo a la altura de sus piernas, animándolo a que lo
toque con sus piececitos mientras patalea.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
• Cuando lo bañe, coloque en la bañera distintos juguetes: pequeños y medianos, que 
floten y que se hundan. Permita que el niño experimente con ellos.
• Tenga en cuenta que usted, como sí tal vez lo hizo en los primeros tres meses, no 
podrá quedarse todo el tiempo acompañando al niño. Cuando lo deje sólo por algunos 
instantes en su cuna o corralito, múnalo de algunos juguetes para que se entretenga.
• Tal como lo explicamos en el recuadro (ver pág. 63), en el cuarto mes comienza la 
denominada etapa de prensión. Estimule este período: proporciónele objetos y juguetes 
que, además de coloridos y atractivos, sean irrompibles para que el niño pueda 
agarrarlos, tirarlos y volverlos a tomar. Pueden ser juguetes (cubos, muñecos de 
peluche, pelotas, muñecos de tela, etcétera) u objetos de otro tipo, tales como botellas
vacías de plástico, distintos recipientes de plástico de diversos colores, cucharas de
plástico (las que se utilizan en repostería), etcétera.
Proporciónele tubos de plásticos transparentes, rellenos de botones de distintos colores y tapados herméticamente
–de manera tal que no los pueda abrir– para que el niño los agarre y los mueva.
Ofrézcale superficies espejadas (no espejos, que por ser de vidrio implican un peligro) para que se vea en ellas. 
Una opción al respecto es pegar en un cartón de forma similar a un espejo, un trozo de papel de aluminio del que
se utiliza en la cocina.
• Colóquele encima de la carita un pañal para que él se lo saque.
• Facilítele juguetes que emitan sonidos al ser apretados. Además de estimular su 
coordinación fina, estará haciendo otro tanto con su audición.
La etapa de la prensión
Entre los cuatro y ocho meses es la etapa de la “prensión”, donde la capacidad de 
utilizar las manos ocupa buena parte del tiempo y de la fascinación del bebé. El niño
experimentará mediante juegos varios con objetos: los tomará, los dejará caer, los 
arrojará con más o menos fuerza, los palpará, etcétera.
Además, esta capacidad también le permitirá conocer su cuerpo ya que descubrirá, a 
través del tacto, sus pies, sus cabellos, su pecho, etcétera. También –y esto es 
fundamental– el manejo de sus manos le posibilitará llevarse diversos objetos a la boca
para succionarlos.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• Háblele todo lo posible y estimule a quienes tomen contacto con el niño (padre, 
hermanos, abuelos, tíos) a que hagan otro tanto.
• Cántele alguna canción con letra y, mientras lo hace, mírelo a los ojos marcando bien 
los sonidos de cada sílaba.
• Muéstrele objetos y nómbrelos. Por ejemplo, tome un libro, muéstreselo y dígale: 
“Libro”.
Algo fundamental: pronuncie correctamente el nombre del objeto. Si le muestra un libro,
diga esa palabra y no la pseudo–infantilice diciendo “libo”; si le muestra un zapato, no
le diga “tato”, diga: “zapato”.
• Llévelo con usted a la compra. La ida diaria al supermercado puede convertirse en unmomento por demás apto para enriquecer su lenguaje. Cuéntele lo que se ve en las 
góndolas, por ejemplo: “Mirá esa manzana”, “Esto es una caja de jabón”, etcétera. 
Esta actividad, por llevarse a cabo en un lugar público, favorece también el desarrollo 
social del pequeño.
• Repita los sonidos que hace su hijo. Si él dice “ag”, mírelo a los ojos, sonríale y 
repítale lo que él dijo.
Actividades para favorecer el desarrollo social
• Nombre a las personas de su entorno cuando lleguen. Diga: “Papá” cuando éste 
aparezca o el nombre de sus hermanos o hermanas. Hacer eso, también favorecerá el
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desarrollo del lenguaje.
• Favorezca el contacto de su hijo con otros niños de su edad, en una plaza, en casa de 
alguna amiga, etcétera.
Sáquelo a pasear (usted u otra persona) en brazos por lo menos una vez al día. Con una vuelta manzana será 
suficiente. La idea es que vea otras personas que no pertenecen a su entorno familiar ni cercano, que visualice el 
tránsito, que escuche los ruidos de la calle, etcétera. Si el pequeño ya está arribando a los seis meses y tiene cierta 
firmeza, aprovechará mucho más la excursión si se lo lleva sentado, apoyado en la cadera y mirando hacia fuera.
Otras actividades
• Premie con un beso cada pequeño logro de su hijo: si ha comido bien, béselo; si se ha
portado bien durante el cambio de pañales, béselo. Eso fortalecerá el contacto afectivo
entre los dos e incrementará su confianza y su autoestima.
• Consiga una cajita de música que, a la vez, tenga alguna figura que se mueva. Será un 
objeto maravilloso para el pequeño, que estimulará su visión, su curiosidad y su 
audición.
• No instale al niño siempre en el mismo lugar. Ya sea que lo ponga en su cuna, en un 
bebesit o en una frazada, es importante que no vea siempre lo mismo. Si lo hace, se 
aburrirá, es posible que se ponga fastidioso y, por supuesto, se verá menos estimulado. 
Por eso, colóquelo un día en el suelo, al siguiente junto a una ventana para que pueda 
distraerse mirando por ella, etcétera.
• Grabe canciones cantadas por usted en un cassette. Además de estimular la audición de 
su hijo, podrán ser de gran ayuda para quien lo cuida cuando usted no se encuentra 
con él, ya que ejercerán un efecto tranquilizador para el pequeño.
Prepare una “caja de texturas” para que su hijo juegue. Forre una caja mediana con un papel de color atractivo, 
deje una de sus caras descubiertas (como si no tuviera tapa) y coloque adentro de ella retazos medianos y 
grandes de telas de distintas texturas (seda, franela, pana, lycra) y de diferentes colores.
• Si usted ejecuta un instrumento musical, no deje de hacerlo frente a su pequeño. 
Además de estimular su audición, para el niño será fascinante verla tocar una guitarra, 
una batería o una flauta. Si el pequeño desea hacerlo, permítale también a él tomar
contacto con el instrumento: tocarlo, intentar soplar un instrumento de viento, etcétera.
La matronatación
La matronatación es una excelente y por demás placentera forma de estimular al bebé.
Se trata de clases de natación a las que el pequeño concurre generalmente junto a su 
madre (de ahí el nombre) aunque puede hacerlo con algún otro adulto de confianza. Su 
práctica tiene numerosas ventajas:
Desde el aspecto fisiológico:
• Mejora la coordinación, el equilibrio, y el conocimiento del espacio.
• Incrementa la fuerza gracias a los ejercicios musculares, posibilitando un desarrollo 
temprano de las habilidades psicomotrices tales como gatear y caminar.
• Los ejercicios suaves combinados con el agua a una temperatura agradable relajan al 
bebé, estimulan su apetito, y le hacen comer y dormir mejor.
• Amplía la capacidad de su sistema respiratorio y favorece la regulación adecuada de su 
circulación sanguínea.
Desde el aspecto psicológico:
• El bebé se siente más seguro y disfruta mucho aprendiendo a nadar, al sentir que sus 
padres tienen su atención concentrada en él.
• Al poder desplazarse en el agua por sí mismo, incrementa el sentimiento de 
independencia y de autoconfianza.
• Al estimular la confianza en sí mismo, mejora la comunicación con los demás.
Desde el aspecto social:
• Ayuda al bebé a iniciar la socialización.
• Amplía el horizonte de los juegos compartidos.
• Introduce conductas de autocuidado, convirtiéndolas en hábitos sumamente necesarios.
Sin embargo, deben tenerse algunas precauciones.
Al ingresar a su hijo en alguna escuela de natación, es necesario que se apoye en el 
control de su salud efectuado por el médico pediatra de la familia, que deberá constatar la
evolución saludable del bebé a través de controles mensuales, mientras el bebé aprende a
nadar jugando en la matronatación. Por otro lado, no se recomienda comenzar con esta 
práctica antes de los cuatro meses, ya que a esa edad termina de madurar el sistema 
inmunológico del bebé y las posibilidades de contraer un resfrío o una infección, como la
otitis, se minimizan.
A
La estimulación entre los seis y siete meses
partir del sexto o séptimo mes, el bebé tiene un ritmo de sueño bien establecido: 
duerme once o doce horas por la noche, y suele dormir dos siestas breves: una por
la mañana y otra por la tarde.En esta etapa, el niño ya es capaz de sentarse solo en el 
piso y encuentra muy placentero el tomar objetos, examinarlos y golpearlos.También 
suele llevárselos a la boca, por lo cual es importante que estén muy limpios. Ya vocaliza
algunos sonidos y señala los juguetes que le gustan para que alguna persona se los 
alcance. También es capaz de reconocer a sus padres. Sus reflejos siguen madurando y 
algunos van desapareciendo. Por esta época comienza a gatear, actividad que no sólo le
permite movilizarse, sino que también fortalece su cuerpo y estimula su cerebro.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Ponga al pequeño boca abajo y déjelo. Es probable que se arrastre o gatee.
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Enséñele y ayúdelo a pararse, apoyádolo en un banco, en la cama o algún otro mueble que le sirva para tal 
propósito.
Cuando se encuentre boca abajo, tómele las piernas y levánteselas para que el niño utilice sus manitas para
avanzar.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
A esta edad, su hijo ya está en condiciones de poder seguir con la mirada objetos que se mueven a una velocidad 
más bien rápida. Ayúdelo a desarrollar esa capacidad. Algunas maneras de hacerlo son: deje caer un objeto 
llamativo y pesado para que él siga su recorrido descendente; siéntelo en la cama y haga rodar rápidamente una 
pelota hacia él, etc.
• Cuando coma en su plato, incentívelo a que tome con sus manos los trocitos de comida 
para que se los lleve a la boca.
• Más tarde, ofrézcale una cucharita mientras come y enséñele a usarla.
• Cámbielo de lugar con frecuencia para que tenga la posibilidad de mirar distintos 
objetos: déjelo un rato en la cocina, trasládelo al living, instálelo en el jardín, etcétera.
• Realice gestos pronunciados y graciosos que él pueda imitar: sacar la lengua, arrugar la 
boca hacia delante, etcétera.
• Quítele algún objeto o juguete con el cual esté jugando y déjeselo cerca para que pueda 
tomarlo
Recuerde que, hasta los ocho meses, su hijo está en plena etapa prensil, durante la cual se desarrolla en grado 
superlativo la capacidad de utilizar las manos. Mientras lo alimenta, aliéntelo a que sujete el biberón.
Realice movimientos simples que su hijo pueda imitar: aplaudir, golpearse las mejillas, levantar los brazos, 
etcétera.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• Su hijo ya vocaliza sonidos. Estimúlelo a seguir haciéndolo.
• Tome una revista colorida o un libro infantil grande y vaya mostrándole y nombrando 
las figuras que allí aparecen: “árbol”, “casa”, “nena”, “señor”, etcétera.
• Comience también a hablarle con estructura de pregunta y respuesta. Por ejemplo: 
“¿Dónde está papá”, señálelo y responda mirando al niño: “Ahí está papá”; “¿Dónde 
está la mesa?”, señale la mesa y responda mirando al pequeño: “Allá está la mesa”.• Tome a su hijo en brazos y vaya de turismo por la casa nombrando lo que encuentra al 
tiempo que lo señala. Por ejemplo, en la cocina dígale, mientras apunta con el dedo 
hacia el sitio donde se encuentra: “Eso es una lámpara, aquello es un plato”, etcétera.
• En el dormitorio, haga lo mismo y dígale: “Esa es la cama donde duermen papá y 
mamá, esa es la mesita de luz”, etcétera. Esta actividad, tiene además la ventaja 
adicional de que hace que el niño conozca mejor la casa y eso le ayuda a sentirse más 
cómodo con el entorno.
Actividades para favorecer el desarrollo social
• Recuerde que es fundamental que el contacto de su hijo no se restrinja a usted. 
Permita que otras personas le den de comer: sus hermanos, el abuelo o abuela, algún 
niño vecino, etcétera.
• Realice o participe de alguna reunión con madres y bebés de una edad similar a la de su 
hijo.
Otras actividades
• Incentive el contacto del bebé con la naturaleza. Busque un arbusto con flores
(compruebe que no sean tóxicas y que no posean espinas) y anime a su hijo a
observarlas, olerlas y tocarlas.
• En general, las plazas y los parques no suelen estar pensados ni hechos para bebés sino 
para niños un poco más grandes. No obstante, nada impide (tal como se vio en 
capítulos anteriores) llevar a un bebé a esos espacios verdes. En esta etapa, usted 
podrá tenerlo en brazos para que vea otros niños ya mayores, hamacándose, tirándose 
por el tobogán o jugando en el arenero. También es una excelente idea que usted se
hamaque suavemente con él mientras lo sostiene con cuidado.
Infle un globo, átelo para conservar el aire y, con goma de pegar de color, píntele una cara o cualquier otro dibujo
que pueda llamar la atención del pequeño. Amarre el globo a la muñeca del niño y estimúlelo a que mueva el brazo
y a que siga el movimiento con los ojos.
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El corralito
Durante esta etapa, es conveniente disponer de un corralito, ya que llegados los seis o 
siete meses el bebé ya no puede realizar en una cama o en una silla todo el ejercicio que 
necesita para desplegar al máximo sus posibilidades corporales. En su corralito, el niño 
podrá pararse con ayuda de los barrotes convenientemente acolchados y podrá, 
asimismo, gatear y sentarse cuando lo desee. Además, dejarlo en el corralito le 
proporcionará tranquilidad a usted, ya que la estructura del mismo está pensada para que
el niño no corra peligro alguno de caerse y no pueda tomar contacto con ningún objeto 
que usted no haya dejado dentro de él.
E
La estimulación entre os ocho y nueve meses
n esta etapa, el pequeño ya es todo un experto en la tarea de gatear, si bien también 
suele desplazarse de otras maneras: echado sobre el vientre, de costado, etcétera.
Con la ayuda de personas mayores, puede iniciarse en algunos pasitos. Se ríe con 
frecuencia, rueda sobre sí mismo en la cama y comienza a sonreír ante los rostros 
familiares y a inquietarse ante los extraños. En relación al lenguaje, pasa de emitir 
sonidos a pronunciar sílabas y en cuanto a la coordinación fina ya es capaz de tomar
objetos pequeños con el pulgar y el índice.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
• Cuando su hijo vuelva a estar sentado en la cama, tírelo suavemente hacia la izquierda 
y, luego haga otro tanto, hacia la derecha.
• Cuando el pequeño esté en el suelo o sobre una frazada, coloque a una distancia de 
medio metro o más objetos vistosos que sean de su interés, para que deba trasladarse 
en pos de tomar contacto con ellos.
Siente al niño en la cama, colóquese frente a él, tómele los pies y levántelos suave pero firmemente. No se 
inquiete: el pequeño irá perdiendo paulatinamente el equilibrio, hará esfuerzos para mantenerse sentado y, 
finalmente, caerá hacia atrás. Pero el esfuerzo hecho para no caer será un buen ejercicio para él. Realícelo dos o
tres veces.
Tome al niño de las axilas y ayúdelo a dar pequeños pasos.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
• ¿Es capaz de conseguir uno de los ya viejos teléfonos a disco? Si lo hace, será un 
excelente juguete para que el niño coloque el dedo en el hoyo y experimente sus 
capacidades intentando hacer girar el disco.
• Preséntele objetos que pueda apilar, tales como cubos de diferentes tamaños.
• El pequeño ya es capaz (o está a punto de serlo) de colocar objetos pequeños dentro 
de otros más grandes. Por eso, proporciónele, por ejemplo, una caja pequeña, otra 
mediana y otra grande, de manera tal que pueda experimentar con ellas. Haga lo mismo 
con un juego de ensaladeras de plástico.
• Proporciónele monederos, bolsas, carteras para que el niño pueda investigar cómo se 
abren y se cierran. También puede darle algunos objetos pequeños para que 
experimente colocándolos dentro.
• Tome una buena cantidad de papel de aluminio, arrúguelo en forma de varias pelotas 
de medianas a grandes y vaya tirándoselas al pequeño. No tema: son sumamente 
livianas y no pueden causarle daño alguno. Permita que el niño juegue y experimente 
con ellas.
Ate un objeto atractivo a un soga o hilo y preséntele al niño el otro extremo de la soga e incítelo a obtener el 
objeto tirando de la cuerda.
• En el momento de la comida, anímelo a que vaya aprendiendo a hacer las cosas por su 
cuenta: tomar un vaso, usar la cuchara, etcétera.
• Luego de la comida o en cualquier otro momento, pásele un bocado de fruta para que 
coma solo.
• Ármele una orquesta casera: siéntelo y coloque frente a él cacerolas de metal de 
distintos tamaños y múnalo también de algo que le permita golpearlas: una cuchara de 
madera, una varilla, etcétera.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• ¿Recuerda que desde hace meses usted ya viene señalándole y nombrándole las cosas? 
Lo hizo con las figuras de un libro o revista, con los objetos y personas de la casa, con 
los artículos que se exhiben en el supermercado donde usted realiza la compra diaria. 
Ahora, hágalo con las partes del cuerpecito de su hijo: cuando lo esté cambiando (ya 
que estará desnudo) o en cualquier otro momento que usted crea propicio, tóquele el 
pie y dígale: “pie”, tóquele la boca y diga “boca”, tóquele la mano y diga: “mano”.
• Léale al niño, de manera lenta. Puede hacerlo con un libro de cuentos ilustrado, un 
poema, una revista o, estando en el restaurante, con parte de la carta. El pequeño no 
comprenderá de manera absoluta todo lo que usted le dice, pero oirá las palabras y las 
distintas expresiones y tonos de voz. Por eso, es importante que si, por ejemplo, le está 
contando una historia donde intervienen varios personajes (un cerdito y un gato, por 
citar un caso) encuentre una voz particular para cada uno de ellos.
• Repita las sílabas que emite su hijo. Si él dice “da–da” o “me–me” mírelo a los ojos, 
sonríale y repítale lo que él dijo.
Actividades para favorecer el desarrollo social
Continúe con las actividades planteadas para los meses anteriores: llévelo a plazas, haga
que la acompañe a hacer la compra, realice o participe de reuniones junto a él, permita 
que los otros integrantes del círculo familiar tomen contacto corporal con él: que lo alcen,
que lo ayuden a comer, etcétera.
Otras actividades
• Realice una sencilla función de títeres. Sólo necesitará dos medias de colores 
atractivos, colocarse una de ellas en cada mano y ponerse frente al pequeño, que 
deberá estar en una posición cómoda. Una vez hecho esto, cree un personaje para cada 
una: elija una voz, un nombre, etcétera. Por ejemplo: colóquese una media roja en la
mano izquierda y una verde en la derecha. Comience a mover la mano izquierda en 
dirección al pequeño y diga con voz grave: “Yo soy Coqui y estoy rojo porque tomé 
mucho sol”. Luego, mueva la mano izquierda y diga con voz aguda: “Yo soy Pincho y 
estoy verde porque…” etcétera, etcétera.
• En alguna de las funciones, incorpore al pequeño, haciendo que los personajes lo
nombren y se dirijan a él.
• Proporciónele témperas de colores variados, grandes papeles e incítelo a que con sus 
manos realicemanchas.
E
La estimulación entre los diez y once meses
l pequeño continúa gateando e intenta cada vez con mayor asiduidad y empeño 
pararse y caminar. Por supuesto, muchos de estos intentos terminan en una caída,
pero es lo normal, por eso el niño se levanta y vuelve a intentarlo. Ya ha aprendido a 
girar y a inclinarse para tomar lo que desea. Las rutinas lo organizan y le otorgan una 
sensación de seguridad y protección, razón por la cual manifiesta su disgusto ante los 
cambios de hábitos, tales como un retraso en su horario habitual de comida o un eventual
contacto con una persona extraña.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
• Continúe considerando el momento del cambio de pañales como el más adecuado, 
debido a la gran libertad de movimiento que le permite el estar desnudo, para que el 
pequeño haga gimnasia. Su hijo ya ha desarrollado múltiples posibilidades motrices y 
podrá aprovechar para disfrutar el momento pataleando, pedaleando, tomando sus 
piecitos entre sus manos, golpeando las manos entre sí. Permítale que explore su 
cuerpo de todas las maneras en que él desee y pueda hacerlo.
• Déjelo gatear de un lugar a otro.
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Estimule y premie todos los intentos del pequeño para pararse y caminar. Puede ayudarlo, por ejemplo, tomándolo
de las manos.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
• Cuando lo deje en el corralito, provéale de varios objetos para que juegue con ellos. 
Algunos, ofrézcaselos envueltos en algún papel o dentro de alguna bolsa para que el 
niño, además, se pueda entretener desenvolviéndolos o introduciéndolos y sacándolos 
de la bolsa.
• Muéstrele la mamadera e incite al niño a que la alcance y la tome por sí mismo.
• En el momento de la comida, envuelva una cuchara en una servilleta y pásesela al 
pequeño de esa manera, de modo tal que él tenga que desenvolverla para comer.
• Ponga un plato de alguna comida que le guste cubierto con algo (un repasador, la tapa 
de una olla) y estimule al niño a que lo destape para poder acceder a la comida.
• Esconda un objeto que al niño le guste (puede ser un juguete o cualquier otra cosa con 
la que el pequeño esté familiarizado) en una caja o un tarro, tápelo e incite a su hijo a 
que lo busque.
• Coloque en las manitos del niño un vaso de plástico de tamaño mediano y color 
atractivo con algunas pocas gotas de alguna bebida que sea de su agrado e incítelo a 
que se lo lleve a la boca. A medida que lo haga sin derramar el líquido, vaya poniendo 
cada vez mayor cantidad de éste en el vaso.
• Coloque una música que sea del agrado del niño e incentívelo a seguir el ritmo 
golpeando sus manitas. Si es necesario, ayúdelo tomando las manos del pequeño y 
haciéndolas golpear entre sí, de modo tal que pueda continuar el movimiento por sí 
mismo.
Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje
• Extienda la mano y pídale al niño que le dé algo que tenga en sus manos o cerca de él. 
Es importante que lo haga nombrándolo al pequeño. Por ejemplo: “Yanina, dame la 
cuchara” o “Franco, alcanzame la mamadera”. Si el niño no lo hace, muéstrele usted 
cómo hacerlo. Al final, siempre déle las gracias. Esta actividad también ayuda al 
desarrollo de la coordinación fina.
• Intente que el pequeño colabore cuando lo viste. Incítelo a hacerlo diciéndole: “Pasá la 
mano por acá”, “Levantá esta pierna”, etcétera. Al igual que la anterior, esta actividad 
también colabora al desarrollo de la coordinación fina.
• Continúe estimulándolo repitiendo los sonidos y las sílabas que él pronuncia.
Actividades para favorecer el desarrollo social
• Prosiga con las actividades que venía realizando. Recuerde que es fundamental que el
niño se acostumbre a la presencia y a entablar relación con otras personas que no sean
usted o el grupo familiar más íntimo.
Otras actividades
• Recurra al viejo juego de tomar los dedos del pequeño uno por uno, comenzando 
desde el pulgar y yendo hacia el meñique, diciendo: “Éste compró un huevito (por el
pulgar), éste lo cocinó (por el índice), éste lo peló (por el mayor), éste lo saló (por el 
anular) y éste pícaro chiquitito se lo comió”.
• Vaya con su hijo a una plaza o, si lo tiene en el jardín de su casa, párese con él frente a 
un árbol. Muéstreselo, incítelo a que toque el tronco, tómelo en brazos y déjelo mirar 
la copa desde una perspectiva más cercana, etcétera.
E
La estimulación entre los doce y trece meses
l niño ha cumplido su primer año y ya duerme unas trece horas seguidas por la 
noche y una siesta luego del almuerzo. Ese será un ritmo que mantendrá por
bastante tiempo más. Maneja muy bien sus manos para la coordinación ojo–mano y el 
movimiento de la cuchara al llevársela a la boca ayuda en mucho a la práctica de esa 
coordinación. Con relación a la motricidad, ya da pasitos y se atreve más que antes a 
caminar solo.
Actividades para favorecer el desarrollo motriz
Continúe estimulando la capacidad de caminar del pequeño. yúdelo a hacerlo tomándolo de las manos, déjelo 
andar apoyándose en los muebles, etcétera.
De igual manera, estimule –y cuide a su hijo mientras lo hace– a investigar diferentes posibilidades de motricidad:
subir una escalera, gatear por debajo de una cama, esconderse debajo de un armario, probar las diferentes 
posiciones que puede adoptar sobre un sillón,etcétera.
• Provéalo de una caja grande (por ejemplo, la de un televisor), abierta por ambos lados 
y permita que el pequeño experimente como si fuera un túnel: entrando en ella 
gateando por un extremo, saliendo por el otro, etcétera.
• Esconda un objeto mientras el niño lo está mirando y anímelo a que vaya a buscarlo. 
Por supuesto, deberá esconderlo en un lugar que sea accesible para él y que no 
implique ningún peligro: detrás de una puerta, dentro de un cajón abierto, debajo de la 
cama, etcétera.
Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina
Provéalo de una caja grande, pero que el niño pueda manipular, abierta por ambos lados de manera tal de que
constituya un pequeño túnel. Enséñele cómo hacer pasar objetos de un lado a otro.
• Tome una botella de plástico de tamaño pequeño y coloque dentro de ella pequeños 
objetos que sean visualmente atractivos: botones de colores diversos, algunas monedas,
alguna piedrecita de tonos brillantes, etcétera. Llénela parcialmente con agua (puede ser 
sola o con algún colorante), ciérrela firmemente, lo suficiente como para que su hijo no 
pueda abrirla de ninguna manera y désela para que se entretenga jugando con ella.
• Otra posibilidad en relación a la opción anterior es entregarle varias botellas, cada una 
de ellas con el agua coloreada de distinto color: una amarilla, otra azul, otra roja,
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etcétera.
• Sujete con firmeza al pequeño o siéntelo en su regazo y muéstrele cómo revuelve algo 
en una olla. Tome su mano y revuelva con ella dentro de la suya. Luego, incítelo a que 
lo haga solo.
Deje algún objeto que sea del agrado y/o interés del niño fuera del alcance de su mano. Provea al pequeño de otro 
objeto largo (cuchara, trozo de manguera, etcétera) y anímelo a que lo use para acercar el objeto.
Si aún no lo ha hecho, ya es tiempo de que su hijo vaya teniendo su propia biblioteca. Pero... ¡atención! Si ésta se 
compone de libros de papel, lo más probable es que terminen rotos más temprano que tarde. Para evitar eso, hoy 
en día el mercado editorial ofrece pequeños, coloridos y atractivos libros de plástico, de tela o de gruesísimo 
cartón para los niños de más corta edad. Pero también, si así lo desea, puede hacerlos usted misma. Bastará con 
coser varios géneros de manera tal que queden como las páginas de un libro y, sobre ellos, dibujar con cola 
vinílica motivos simples y coloridos. Cualquiera sea la opción elegida, una vez que el niño tenga el libro en su 
mano, enséñele como ir pasando las páginas.
• Enséñele a jugar con el agua: llenar, vaciar, trasvasar. Ofrézcale diferentes botellas y 
recipientes de plástico, embudos y esponjas y enséñele a pasar el agua

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