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2 Table of Contents Estimulación Temprana Introducción La estimulación temprana Cerebro humano vs. Cerebro animal El bebé y sus necesidades Qué es la estimulación temprana Qué no es la estimulación temprana Cómo se lleva a cabo Temprana sí, precoz no El peligro de la sobreestimulación Cómo implementar un programa de estimulación temprana Consejos básicos Precauciones imprescindibles Estructura del programa de estimulación temprana Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades El primer mes de vida La apariencia del recién nacido Los sentidos del recién nacido Comenzar la estimulación Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre el mes y los tres meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los cuatro y cinco meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los seis y siete meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre os ocho y nueve meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los diez y once meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los doce y trece meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los catorce y quince meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los dieciséis y diecisiete meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los dieciocho y diecinueve meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los veinte y veintiún meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación entre los veintidós y veintitrés meses Actividades para favorecer el desarrollo motriz Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Actividades para favorecer el desarrollo social Otras actividades La estimulación a través del masaje La actitud ante el masaje Dónde dar el masaje Cuándo dar el masaje Duración del masaje Complementos para el masaje Una sesión de masajes para el bebé A partir de los dos años A modo de epílogo Decálogo básico del desarrollo psicosocial infantil Estimulación Temprana Guía de actividades para niños de hasta 2 años Liliana Stein Estimulación temprana es editado por EDICIONES LEA S.A. Av. Dorrego 330 C1414CJQ Ciudad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: info@edicioneslea.com Web: www.edicioneslea.com ISBN 978-987-634-526-2 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su almacenamiento electrónico o mecánico. Todos los derechos reservados. © 2012 Ediciones Lea S.A. mailto:%20info@edicioneslea.com http://www.edicioneslea.com/ S Introducción i usáramos una metáfora que facilite la comprensión, podríamos decir que en el momento del nacimiento, el cerebro del niño es como un libro con las páginas en blanco. Y depende de cómo se realicen las conexiones neuronales, especialmente durante los dos primeros años de vida, se escribirá ese libro, pudiendo llegar a ser una auténtica obra maestra o un simple best-seller que se lee y se olvida. Al ver por primera vez la luz el pequeño tiene ya millones de células cerebrales, denominadas neuronas. Sin embargo, casi todas se encuentran desconectadas entre sí. Algunas ya han sido enlazadas genéticamente para formar los circuitos que, entre otras cosas, ordenan la respiración, regulan la temperatura corporal, controlan los latidos del corazón o producen los reflejos. Pero otras, en número incontable, son puras, están aisladas y tienen un gran potencial que debe ser desarrollado. Es como un caos, una mezcolanza, un revoltijo de neuronas que esperan ser tejidas, conectadas entre sí en el intrincado tapiz de la mente. Sin conexiones, esas neuronas sirven para bien poco: están esperando conectarse para funcionar y ser útiles al bebé. Y para hacerlo necesitan ser estimuladas. Por esa razón, el desarrollo intelectual que puede adquirir el pequeño está íntimamente relacionado con el número y la calidad de las conexiones de sus neuronas. La pregunta es, entonces: ¿cómo y cuándo conseguir esas conexiones?, ¿cómo efectuarlas?, ¿hay algo que los padres del bebé puedan hacer para lograr que las neuronas de su hijo se conecten? Sí: recurrir a la estimulación temprana, estimular a su pequeño de múltiples maneras y de forma constante, de manera tal que se realicen esas conexiones neuronales que permanecerán a lo largo de toda la existencia y que le garantizarán al niño una vida más plena. S Cuando a un bebé y, luego, a un niño, se le proporcionan medios ricos y vastos para desarrollarse, florece en él un interés y una capacidad para aprender que puede resultar sorprendente. La estimulación temprana se concibe como un acercamiento directo, simple y satisfactorio, para gozar, comprender y conocer al pequeño al tiempo que se expande su potencial de aprendizaje. La estimulación temprana egún numerosos estudios científicos, los primeros años de vida son el mejor momento para que las neuronas sean activadas o estimuladas. Es durante los años iniciales de existencia de un ser humano cuando el cerebro es especialmente receptivo a nuevas experiencias y está particularmente capacitado para aprovecharlas. Más tarde, aún será posible perfeccionar esas conexiones entre neuronas y esos circuitos ya creados acerca de los cuales hablábamos en el punto anterior, pero resultará más difícil, y las más de las veces imposible, crear nuevas conexiones. La información navegará por los circuitos creados, pero no se generarán otros nuevos. Por eso, el desarrollo intelectual de una persona depende en gran medida de los circuitos establecidos durante la etapa más adecuada de suvida para hacerlo, es decir, durante los primeros años. Desde que el niño se encuentra en el útero hasta los ocho años aproximadamente, el enriquecimiento del cerebro es consecuencia directa de las conexiones que se efectúan entre las neuronas. Los cinco sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato) sirven de canal o de vía de entrada para que los estímulos lleguen a las neuronas y descarguen en ellas pequeñas dosis de carga positiva. El olor de una flor, un masaje, una música agradable, una caricia, la sonrisa de la madre, un nuevo sabor incorporado a la comida diaria, un paseo por un parque o una calle, el contacto del bebé con diferentes personas, los objetos que el niño toma con sus manos, las pataditas que da cuando le están cambiando los pañales, todo ello y muchas actividades más producen descargas que activan las neuronas y las conectan unas a otras y van entrenando el cerebro del pequeño para desarrollar numerosas potencialidades. Ante esos estímulos, las neuronas reaccionan creando circuitos por los que canalizar esas informaciones. De esa manera, aunque el cerebro aún no pueda entender los mensajes, se prepara para hacerlo más tarde de una manera más eficaz. Cerebro humano vs. Cerebro animal Los seres humanos dependemos de nuestros padres durante mucho más tiempo que el resto de los animales. ¿Cuál es la razón de ello? El motivo básico reside en nuestro cerebro, cuya maduración es mucho más lenta que el de la mayoría de las especies. 10 Todos hemos visto imágenes de animales que, una vez expulsados del cuerpo materno, se incorporan con cierta dificultad sólo segundos después de haber nacido y, a las pocas horas, ya caminan al lado de sus madres sin aparente dificultad. Es el caso, por ejemplo, de las jirafas y de los ciervos. Desde luego, la supervivencia de un cervatillo o de una jirafa bebé resultaría muy dificultosa si el pequeño no fuera capaz de seguir a su madre, que continuamente se está desplazando en busca de pastos frescos. Un bebé, en cambio, tarda algo más de un año en empezar a caminar, por lo que su supervivencia depende en grado extremo de la protección y el cuidado que le pueda brindar su madre u otra persona adulta que se ocupe de él. Un recién nacido humano sólo muestra un conjunto extremadamente limitado de capacidades si las comparamos con las que irá adquiriendo con el transcurso de los años. La mayoría de esas habilidades (íntimamente relacionadas con los reflejos) que posee durante sus primeros días, semanas y meses de vida están claramente dirigidas a la supervivencia: succionar con su boca para poder alimentarse, llorar para atraer la atención de su madre o cerrar las manos para intentar aferrarse a aquello que las toca. Esa indefensión prácticamente absoluta es consecuencia de un cerebro aún por formar, de conexiones neuronales todavía por establecerse. Pero esa circunstancia que bien puede aparecer en principio como algo negativo conlleva, en realidad, una enorme ventaja: el bebé será capaz de adaptarse mucho mejor al entorno y a las circunstancias cambiantes que cualquier otro animal cuyo cerebro ya esté programado en el momento de nacer. Disponer de un cerebro moldeable es lo que ha permitido a la especie humana progresar y sobrevivir, incluso, ante las condiciones naturales más adversas. El bebé y sus necesidades Tal como lo decíamos en el tópico anterior, los seres humanos dependemos en un principio de los padres (o de alguna otra persona adulta que cumpla su rol) para que cubran nuestras necesidades. ¿Cuáles son? Las resumimos brevemente: • Necesidad de alimento: un bebé, y luego un niño, necesita nutrirse bien porque está creciendo. Una buena alimentación sienta las bases de una vida saludable, de la misma manera en que las funestas consecuencias de una dieta deficiente en los primeros años resultan irreversibles, aunque se coma muy bien en etapas posteriores. • Necesidad de cariño: los mimos, caricias y abrazos que recibe un bebé y un niño pequeño actúan a modo de protección e inmunización para atravesar de manera positiva situaciones frustrantes o estresantes que se presentarán en la edad adulta. Todos los componentes de la denominada inteligencia emocional –confianza, autocontrol, capacidad de relacionarse y de comunicarse– dependen, en buena medida, de la atención y de las demostraciones de afecto que un ser humano recibe de quienes lo rodean en sus años iniciales. • Necesidad de aprendizaje: de la misma manera en que su hijo necesita alimentar su cuerpo con comidas y su corazón con cariño, su mente y su cuerpo necesitan desarrollar todas las potencialidades de las que son capaces. La estimulación temprana es el método adecuado para ello. Qué es la estimulación temprana • Es un método pedagógico basado en teorías científicas y en estudios de neurólogos de todo el mundo. • Es alentar el talento innato que tienen los bebés y los niños para aprender con facilidad, teniendo en cuenta los distintos períodos sensitivos y cognitivos del pequeño. • Es toda aquella actividad de contacto o juego con un bebé o niño que propicie, fortalezca y desarrolle adecuada y oportunamente sus potenciales humanos. • Es aprovechar la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro en beneficio del bebé a través de diferentes ejercicios y juegos cuya intención es la de proporcionar una serie de estímulos repetitivos, de manera tal que se potencien aquellas funciones cerebrales que, a la larga, resultan de mayor interés. • Es una manera muy especial de contactar y divertirnos con el niño, siguiendo los ritmos que él nos marque, animándole y teniendo fe en sus posibilidades, a través del amor, la atención, la creatividad y la imaginación, inventando cosas nuevas y llevándolas a la práctica observando los resultados. • Es prevenir y mejorar posibles déficits de desarrollo del pequeño. • Es colocar los cimientos para facilitar el crecimiento armónico y saludable, así como para el posterior aprendizaje y formación de la personalidad del niño. • Es trabajar en una serie de tareas de una manera constante, pero introduciendo una pequeña novedad. • Es un programa que pretende favorecer la autonomía del sujeto, y lograr un nivel socioeducativo óptimo. Numerosas guarderías y jardines de infantes han incorporado en los últimos años la estimulación temprana como pieza fundamental en su proyecto educativo. Del mismo modo, cada vez son más las familias conscientes de que sus hijos pueden llegar a ser tan inteligentes como oportunidades tengan para desarrollar su cerebro a través de una estimulación adecuada y constante que resulta muy sencilla de realizar y que está al alcance de cualquier grupo familiar. • Es enseñar a los niños jugando. • Es brindarle al bebé y al niño herramientas adecuadas a su edad que le permitan ir superando desafíos y, al mismo tiempo, le generen deseos de explorar cada vez más el mundo que lo rodea. • Es utilizar colores, formas, sonidos, movimientos y otro tipo de estímulos para conseguir que el niño, desde su nacimiento, estructure de manera óptima su capacidad cerebral y psicomotora. Qué no es la estimulación temprana • No es hacer una tarea mecánica y repetitiva hasta que el niño la aprenda de memoria. • No es intentar conseguir una respuesta positiva siempre que trabajemos con él, y frustrarnos si no lo logramos. • No es comparar los logros del pequeño con otros alcanzados por niños de la misma edad. • No es intentar convertir a su hijo en genio. Cómo se lleva a cabo La estimulación temprana se basa en la repetición de los bits o unidades de información. Al igual que todos los niños aprenden a hablar por sí mismos (como consecuencia de oír diariamente las palabras que profieren quienes lo rodean), su cerebro es capaz de adquirir toda otra serie de conocimientos mediante la repetición sistemática de estímulos o ejercicios simples. Es, justamente, mediante esa reiteración que se consigue reforzar las áreas neuronales de interés. Esa repeticiónútil de diferentes eventos sensoriales tiene múltiples efectos que se potencian mutuamente. Por un lado, amplían su habilidad mental, lo que le facilita el aprendizaje, ya que desarrolla destrezas para estimularse a sí mismo a través del juego libre y del ejercicio de la curiosidad, la exploración y la imaginación. Por otro, aumentan el control emocional, proporcionándole Si bien es cierto que la inteligencia está determinada en gran parte por el código genético de la persona, es aún más cierto que ésta no se desarrolla sin una adecuada estimulación en las etapas más tempranas de su crecimiento. al niño una sensación de seguridad y placer. Temprana sí, precoz no Los estímulos oportunos en el tiempo, favorecen el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades del niño. Pero se trata de una incorporación de habilidades temprana, y no precoz. Esta última, que no es de ninguna manera conveniente, tiene lugar antes de que la capacidad natural del niño esté lo suficientemente desarrollada. En esos casos, cuando al pequeño se le intenta hacer aprender algo antes de tiempo, sin que sus circuitos neuronales estén lo suficientemente desarrollados, puede existir un cierto peligro de que esos conocimientos presenten lagunas y afecten a su desarrollo posterior. Por eso, nuestro libro está separado en diferentes capítulos de acuerdo a las diversas edades: no necesita el mismo tipo de estimulación un bebé recién nacido que otro de seis meses. Cada niño debe cubrir las etapas lógicas de aprendizaje que le marca la naturaleza y no debe ser forzado nunca a hacer algo para lo que no está preparado. Si, desde que es bebé, se le estimula adecuadamente quizá llegue a hablar o a caminar o a leer antes que otros niños. Pero no porque se le fuerce a hacerlo, sino porque ha desarrollado mejor los mecanismos y las estructuras para conseguirlo. El peligro de la sobreestimulación Asediados por un entorno social cada vez más exigente y más veloz, muchas veces los padres terminan angustiados porque su hijo no alcanza determinados logros a los que supuestamente debería arribar. En realidad, se trata de metas que responden más a una expectativa de la sociedad que a las necesidades de desarrollo del niño. Frente a esa situación, los padres sobrecargan de estímulos al pequeño generándole una exigencia que no puede cumplir. ¡Cuidado con esa actitud! No por recibir una sobrecarga de estímulos un niño va a ser más inteligente. Por el contrario, muchas veces esa exigencia le genera inseguridades y, como consecuencia de ello, aparece la dependencia. Por eso, es importante acompañar, primero al bebé y luego al niño, en su desarrollo respetando sus tiempos. De esa forma, se promoverá su crecimiento en un ambiente que respete sus particularidades para así diferenciarse como un ser independiente y no como una extensión del deseo de sus padres. ¿Qué consecuencias puede tener la sobreestimulación? Éstas pueden ir desde la hiperactividad a la dispersión y pueden derivar en trastornos de conducta bastante importantes. Por eso repetimos: se debe acompañar y estimular al pequeño, respetando siempre sus propios tiempos. Conocer los estímulos adecuados a cada etapa del desarrollo del niño es fundamental para no caer tanto en una deficiencia como en un exceso de estímulos,ambos contraproducentes. M Cómo implementar un programa de estimulación temprana ás adelante, detallamos ejercicios concretos para cada etapa del pequeño, desde su nacimiento hasta los dos años. A continuación, proporcionamos una serie de consejos que, como una suerte de telón de fondo, deben ser tenidos en cuenta a lo largo de todo el programa de estimulación. Consejos básicos • Es importante estimular al bebé desde el momento mismo del nacimiento. Todo niño, no importa cuán pequeño sea, desea aprender y quiere que lo ayuden a hacerlo. • Todos los meses, desde que el niño nace, hay que enseñarle cosas nuevas sin por eso dejar de incentivarlo con los mismos estímulos o muy parecidos a los de los meses anteriores. • El alimento que debe recibir un niño es distinto según la edad: un recién nacido sólo deberá tomar leche materna, mientras que un pequeño de un año es conveniente que ya haya incorporado a su dieta yogurt, harinas y fruta pisada. Lo mismo sucede con el alimento para la inteligencia que constituye la estimulación temprana: un niño de un mes debe apretar el dedo que se coloca entre los suyos, pero no debe incitárselo a que tome un vaso de plástico, por ejemplo. • Los niños que crecen sin cariño (o que creen que así lo han hecho) tienen luego muchos problemas de diversa especie. Por esa razón, toda estimulación temprana deberá ser llevada a cabo desde el amor y el cariño. Y es importante que se expresen signos claros al respecto, de modo tal que el niño pueda captarlos. Algunos de ellos son: - Es necesario que usted realice todas las actividades propuestas con una actitud tranquila y una sonrisa. El niño percibirá si usted está nerviosa o con una carga agresiva y eso no es conveniente. - Cada vez que el pequeño realice un progreso, hágaselo saber. Puede hacerlo con un beso, una caricia o una frase alentadora del tipo “¡Qué bien lo que hiciste!”. También puede darle otro tipo de premio, como alcanzarle un juguete de su agrado. Algo fundamental al respecto es que la recompensa, cualquiera ésta sea, debe dársela inmediatamente después de que haya hecho algo bien. Cuando el premio aparece mucho tiempo después, el niño no entenderá qué es lo que se está recompensando. - Jamás lo castigue: el castigo hace que el pequeño le tome miedo a las cosas y también a las personas que lo castigan. La punición no es, de ninguna manera, una buena forma de educar a un niño y es importante saber que se aprende más y mejor premiando los logros obtenidos que castigando aquellos que no se han logrado. - Nunca se enoje ni reprenda al niño si éste no alcanza el objetivo que supuestamente debe lograr. Tenga paciencia. - No descalifique nunca sus avances o la falta de ellos, diciéndole que fue algo muy fácil de hacer, que hubiera podido hacerlo mejor, que es torpe o tonto. Tampoco se lo haga sentir, aún sin decirlo: muchas veces, una mirada desaprobatoria puede tanto como una frase de reproche. Tenga en cuenta que cuando a un niño le hacen sentir que es poco inteligente o torpe, lo más probable es que termine siéndolo. - Tampoco permita que ninguna otra persona tenga para con él actitudes desaprobatorias. Cuantos más objetos con los cuales entrar en contacto y experimentar tenga el pequeño, más rica será su experiencia y más profundo su aprendizaje. Pero… ¡atención! Eso no quiere decir que usted deba salir a comprar un batallón de los por demás costosos juguetes que el mercado ofrece hoy en día. Por supuesto, un limitado número de juguetes siempre es conveniente, pero cuando el cuarto del niño se convierte en una suerte de juguetería de lujo no se le está proporcionando una buena educación, sino incitándole al consumo. Piense que, especialmente después de los cinco o seis meses su hijo estará muy contento de poder contar con: - Discos de vinilo que a usted ya no le interese escuchar. - Cajas de cartón medianas o grandes. - Vajilla irrompible que usted ya haya descartado. - Retazos de tela obtenidos de prendas que a usted ya no le interese usar. - Las mismas prendas (enteras) que usted ya haya descartado. - Tubos de papel higiénico o de papel de cocina. - Revistas viejas. - Bolsas de papel o cartón. - Recipientes de plástico como vasitos de yogurt, de crema, de helado, etcétera. - Madejas de lana de colores llamativos: rojo, turquesa, amarillo, etcétera. - Esponjas. • Para que el niño aprenda a hacer algo, para que verdaderamente incorpore ese conocimiento, tiene que hacerlo por sí mismo. Usted podrá ayudarlo a hacerlo, pero la meta final es siempre que logre hacerlo solo. El caminar es buen ejemplo para ilustrar lo que decimos: usted podrá prestarle ayuda en el proceso de aprendizaje yes muy conveniente que lo haga. Pero su hijo recién habrá aprendido cuando pueda pararse por él mismo y emprender la marcha sin ayuda. • No es bueno que usted u otro adulto ayuden al niño a hacer cosas que ya sabe y puede hacer por sí mismo. En cuanto el pequeño haya aprendido a hacer algo, permita que lo haga solo. • La curiosidad del pequeño es fundamental para su desarrollo y es importante no coartarla si no existe un peligro. Por supuesto, si el niño ve a su madre cosiendo y siente curiosidad por las agujas y las tijeras, será necesario explicarle que no es conveniente que las investigue, ya que resultan peligrosas para él. Pero si, por ejemplo, experimenta curiosidad por la ropa que está en un cajón, no hay que impedirle tocarla o reprenderlo si lo hace. Muchos padres obran de esa manera, quizá por comodidad para evitar luego arreglar lo desacomodado por el niño y, de esa forma, impiden su desarrollo. • Tal como ya se lo señaló con anterioridad, la repetición es fundamental para el aprendizaje a través de la estimulación. Para que el pequeño aprenda algo no sólo deberá hacerlo sino repetirlo varias veces. Nadie incorpora conocimientos o habilidades de repente; es necesario repetir varias veces para realmente aprehender algo. • La prisa y la exigencia no tiene lugar en un programa de estimulación temprana. La paciencia es un elemento primordial y siempre debe estar presente. No se debe apurar al niño a que corra tras los logros que los padres esperan de él. El camino debe ser calmo y placentero. Respecto a esto último, si el pequeño manifiesta disgusto ante una actividad, déjela de lado por el momento e intente horas después u otro día. • De la misma manera que la estimulación no debe llevarse a cabo de forma apresurada ni demandante, tampoco tiene lugar la comparación con los logros obtenidos por niños de edad similar. Cada ser humano es un ente único y hará su proceso según sus posibilidades. Si un bebé aprendió a decir “ma” a los seis meses, no quiere decir que su hijo está atrasado porque tiene siete y aún no lo ha dicho. Cada niño es diferente y algunos aprenden más rápido unas cosas y otros, otras. • Es fundamental tener en cuenta que, aunque sea pequeño, su hijo tiene sus gustos y sus diferentes estados de ánimo. Algunas veces quiere jugar con una cosa y otras, con otra. Por eso, no se empecine en que juegue sí o sí y ahora con el nuevo muñeco que usted le compró, si él está gustoso y entusiasmado apilando cajas. • Si bien es conveniente (y hasta imprescindible) que el niño sea estimulado para desplegar plenamente sus capacidades, no esté siempre supervisando la actividad de su hijo: es bueno que él juegue espontáneamente. • En todo programa de estimulación temprana (en realidad, en toda la crianza de un niño) deben evitarse los desacuerdos manifiestos frente al pequeño, especialmente sobre cuestiones que lo atañen a él. Es muy usual (pero no por eso menos nocivo) que, por ejemplo, el niño se ensucie jugando y el padre ría ante esto, mientras que la madre se enoja. De esa manera, el pequeño recibe un mensaje doble que lo desorienta en tanto y en cuanto no sabe si lo que hizo está bien o mal. O, peor aún, comienza a sentir que no es posible complacer a su papá y a su mamá al mismo tiempo y que gratificar a uno de ellos conlleva la frustración del otro. Precauciones imprescindibles El niño es un ser muy curioso: necesita mirar, tocar, tirar, chupar y empujar buena parte de los objetos que se le presentan. Todo pequeño sano y normal es curioso y para su desarrollo es bueno que así sea. Por eso, es necesario cuidarlo y mucho. Él no sabe que puede llevarse a la boca cosas tóxicas, o que tirando de un cordón que asoma por la mesa terminará echándose encima una plancha, o que los objetos de vidrio se rompen y sus fragmentos cortan de manera muy peligrosa. Si sucede alguna de las cosas que se acaban de enumerar, la responsabilidad no es del niño, sino del o de los adultos que, con una actitud negligente, permitieron que pasara. Por eso, la estimulación temprana debe ser acompañada sí o sí de una serie de cuidados imprescindibles y continuos. Ellos son: • Tenga en cuenta que la cocina es el lugar de la casa donde más se accidentan los niños. Por ello, lo mejor será que cuando su pequeño hijo se encuentre allí lo haga en un lugar seguro, como puede ser una silla alta o un corralito. • Utilice siempre las hornallas de atrás y coloque los mangos de ollas y sartenes hacia dentro. • No transporte líquidos o comidas calientes mientras tiene a su bebé en brazos. • Coloque las protecciones necesarias a toda fuente de calor: estufas, braseros, puerta de horno, etcétera. • Tape los enchufes o coloque un disyuntor eléctrico en su hogar. • No deje a su bebé solo en la cama, el cambiador o cualquier otro lugar desde donde se pueda caer. • Instale puertas de protección en las escaleras y rejas en balcones y ventanas. • Una vez que su hijo comience a caminar, nunca deje sillas o escaleras que le permitan acceder a lugares peligrosos. • Cierre siempre con llave la puerta que da al exterior (calle en el caso de una casa, pasillo en el caso de un departamento). • No deje a su alcance ninguna sustancia peligrosa que el niño pueda llevarse a la boca: detergente, pintura, alcohol, medicamentos, kerosene, etcétera. ¡Atención! Eso incluye también vistosas y familiares plantas de interior que resultan muy tóxicas si se ingieren, como los potus. • Coloque trabas en los lugares donde guarda sustancias que puedan ser peligrosas para su hijo. • No permita que su bebé esté en contacto con objetos muy pequeños –de menos de 5 cm–: monedas, piedritas, maníes, anillos, aros, piezas de juguetes que se puedan desmontar, botones, etcétera. • No le dé el biberón acostado. • Nunca lo deje solo en el baño o cerca del agua. • No permita que tome contacto con bolsas de plástico. Podría colocárselas sobre la cabeza, tapar su carita y ahogarse. Ha habido casos funestos al respecto. • Antes de dejarlo solo preocúpese de que tenga todo lo que necesite o pueda desear. 20 L Estructura del programa de estimulación temprana os capítulos que aparecen a continuación proponen, cada uno de ellos, una serie de actividades que favorecen los distintos tipos de desarrollo del niño. A excepción del capítulo que cubre el primer mes de vida, todos los restantes están organizados por bimestres, hasta llegar a los dos años de vida A su vez, cada capítulo se encuentra estructurado de la siguiente manera: Actividades para favorecer el desarrollo motriz En ese apartado se incluyen todos los ejercicios que tienen como objetivo ayudar al niño a adquirir fuerza muscular y control de sus movimientos, de modo tal que progrese, desde el simple hecho de sostener la cabeza hasta caminar y correr. Se vincula con los cambios de posición del cuerpo y con la capacidad de mantener el equilibrio. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Ese área permite realizar actividades motrices más complejas –tales como tomar objetos con la mano– así como también coordinar lo que el niño capta a través de sus sentidos con la actividad, por ejemplo, aquello que oye con lo que ve. Comienza en los primeros meses, cuando el bebé descubre sus manos y continúa poco a poco, a través de experimentar y trabajar con ellas, de modo tal de empezar a darle un mayor y más complejo manejo. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje Estimular el lenguaje significa que está ayudando a su hijo a utilizar la herramienta de comunicación más rica y privilegiada: las palabras. Es muy importante comenzar a hablarle de manera correcta desde el principio, de forma tal que el pequeño pueda incorporar el lenguaje correcto. Actividades para favorecer el desarrollo social La persona es un ser básicamente social. De poco le servirá tener buena motricidad y un lenguaje adecuado, si teme o está imposibilitado de relacionarse con sus semejantes. Este apartado trabajasobre ese punto con el objetivo de activar en el niño los elementos necesarios para interactuar en el medio ambiente en que se desenvuelve. Otras actividades Hemos incluido allí buena parte de la ejercitación que favorece simultáneamente dos o más tipos de desarrollo, así como también juegos y actividades que apuntan al desenvolvimiento holístico del pequeño. S El primer mes de vida u hijo o hija ha llegado al mundo. Y, con ello, todo cambia. Posiblemente, usted viene pensando en eso desde hace casi nueve meses, desde que comenzó a intentar la concepción o desde que confirmó el estado de embarazo análisis mediante. Pero, una vez abandonada la maternidad y de vuelta en casa, comenzará la verdadera vida en común con su hijo. La apariencia del recién nacido Cuerpo Posiblemente su bebé pesará entre 2 y 1/2 Kg y 3 Kg y medirá, aproximadamente, 50 cm. Sus hombros serán más bien angostos al igual que sus caderas, el abdomen protuberante y las piernas y brazos serán cortos. Cabeza Es grande en relación al resto del cuerpo. También es posible que esté moldeada, alargada, hinchada o, incluso, lastimada por las presiones que ha sufrido durante el trabajo de parto y nacimiento. No se preocupe: volverá a la forma redondeada normal en unos pocos días. Fontanelas Se conoce con este nombre a las dos zonas blandas donde los huesos del cráneo no se han fusionado de manera completa. La mayor se encuentra en la región de la parte superior frontal de la cabeza y se cierra generalmente al año y medio de edad. Otra más pequeña se aloja en la parte trasera y termina de cerrarse entre los dos y seis meses posteriores al nacimiento. La membrana que las recubre es lo suficientemente gruesa como para que el lavado o cepillado de la zona no lastime a su bebé. Piel Estará cubierta –probablemente de manera no uniforme– de vernix, una sustancia blanca y grasosa que lo protegía cuando se encontraba dentro de su útero. Además, la piel de su bebé en el momento de nacer será de color azul grisáceo y veteada con sangre. Una vez que comience a respirar –cuestión de unos pocos minutos– virará hacia color normal. Es probable –sobre todo si su bebé nació pasado de fecha– que se le pele la piel, especialmente la de los pies y las manos. Algunas características posibles de la piel de los recién nacidos son las siguientes: • Manchas mongólicas: se trata de zonas de pigmentación más oscuras que la piel del resto del cuerpo y se ubican, generalmente, en las nalgas y la parte baja de la espalda. Disminuyen de manera gradual y desaparecen de manera total hacia los cuatro años. • Erupción miliar: se conoce con este nombre a las pequeñas manchas blancas que aparecen en las mejillas, la nariz y el mentón del bebé, fruto de la obstrucción de las glándulas sebáceas y sudoríparas. • Sectores rojizos formados por la agrupación de pequeños vasos sanguíneos superficiales. Generalmente se localizan en la frente, los párpados, la nariz y el cuello y desaparecen un poco antes del año de edad, aunque eventualmente pueden duran un poco más. • Ronchas con zonas pálidas y otras coloradas: conformación típica de los bebés de piel muy blanca. Usualmente, después de unas semanas la piel va adoptando gradualmente un color más parejo. Ojos En los primeros momentos posteriores al parto estarán hinchados y pegajosos, por ello es menester limpiarlos. Pechos Tanto si su hijo es varón como si es mujer es probable que sus pechos se encuentren inflamados y hasta que gotee leche de sus pezones. Esto se debe a la presencia de hormonas maternas y desaparece sin tratamiento a los pocos días. Cabello Es posible tanto que su bebé nazca con abundante cabello en la cabeza como que lo haga prácticamente pelado. También es probable que una fina vellosidad cubra su cara, orejas, frente, espaldas y/u hombros: se trata del lanugo que desaparece a las pocas semanas. Cordón umbilical De color blanco azulado, mide entre 2 y 5 cm una vez que ha sido cortado. A medida que transcurren los días, el cordón se oscurece, se encoge y se seca y –entre la primera y la tercera semana– se desprende y cae de manera espontánea. Genitales Las hormonas maternas también suelen provocar hinchazón y enrojecimiento de los genitales del bebé. Las niñas, además, tal vez experimenten una descarga lechosa o rojiza por la vagina. Todo ello es normal y desaparece a los pocos días sin ningún tipo de tratamiento. Los sentidos del recién nacido ¿Qué puede percibir su bebé recién nacido? ¿Cómo se vincula con el mundo? Seguidamente, ofrecemos una guía para que usted pueda comenzar a comprender el mundo de su hijo. Sin embargo, deberá tener en cuenta que no se trata de algo uniforme ni fijo, ya que cada ser humano tiene su propio ritmo y el desarrollo de los cinco sentidos de un bebé pequeño no escapa a esto. Algunos niños nacen con los ojos casi cerrados y otros los abren con el primer grito, algunos responden rápidamente a los sonidos y otros tardan un poco más, etcétera. Pero, de manera general, puede decirse lo siguiente: Oído La capacidad de oír no comienza con el nacimiento. Ya desde el útero materno, su bebé escucha tanto sonidos internos –el latido de su corazón– como externos –su voz, música ambiente, etcétera– y, en el momento del nacimiento, su oído ya está totalmente desarrollado. Una vez nacido, su bebé reaccionará ante los sonidos. Por ello, es posible que se calme ante aquellos que le resultan familiares –voces de las personas que habitan la casa, determinada música, el televisor, etcétera– o que se sobresalte ante ruidos desconocidos o fuertes y repentinos: la frenada de un auto, un portazo, etcétera. Aparentemente, los recién nacidos prefieren las voces agudas a las graves y tienen la habilidad de identificar los sonidos luego de haberlos oído varias veces. Gusto Las papilas gustativas comienzan a formarse durante el cuarto mes del desarrollo fetal. Las últimas investigaciones parecen demostrar que desde las primeras semanas de vida los bebés son capaces de diferenciar los distintos tipos de sabores –dulce, amargo, salado y ácido– lo que les permite preferir notablemente las sustancias dulces de las que no lo son. Tacto El recién nacido es sumamente sensible desde el punto de vista táctil. Esa sensibilidad en la piel tiene su origen en que ya en el útero materno el bebé ha sentido el contacto con el líquido amniótico y se ha frotado contra las paredes del útero. En el momento del parto, además, su cuerpito ha experimentado la acción de las contracciones. Por ello, es posible que usted descubra muy rápidamente que, mientras algunas actitudes lo agitan otras, por el contrario lo confortan y le reportan placer. A los bebés les gusta que los acaricien, los abracen, los acunen y que los muevan suavemente de un lado a otro. También aprecian la calidez y rechazan lo demasiado frío y lo demasiado caliente. Olfato Los bebés tienen un sentido del olfato muy refinado y ya en la primera semana de vida pueden distinguir olores, y preferirlos como sucede con el olor materno. Vista Al nacer, su bebé sólo podrá enfocar a una distancia corta: aproximadamente la que separa su rostro del suyo cuando lo está amamantando. También podrá detectar y diferenciar la luz y la oscuridad y ante una luz fuerte y repentina cerrará sus ojos. Sin embargo, aún no está en condiciones de distinguir los colores, si bien se siente atraído por el rojo y por los objetos brillantes. Ya en las primeras semanas está en condiciones de seguir un objeto de movimiento lento, alrededor de las seis semanas ya podrá diferenciar visualmente algo plano de algo voluminoso, a los tres meses podrá acomodar la vista tan bien como un adulto y a los cuatro distinguirá todos los colores. Comenzar la estimulación El instante del nacimiento no es, precisamente, el momento cuando comienza la estimulación. Cuando el niño ve la luz del mundo, ya ha sido estimulado en su vientre a través de, por ejemplo, la música que usted escuchaba mientras élcrecía en su útero. Durante el primer mes de vida, es importante, antes de comenzar la estimulación, verificar que estén bien presentes los siguientes reflejos: • De succión, que es el que le permite comer. • De prensión, que tiene lugar cuando alguien le pone un dedo sobre la palma de la mano y el bebé responde tomándolo con fuerza. • De moro –también conocido como del sobresalto– que se produce cuando el bebé está alarmado o sorprendido y que consiste en extender brazos y piernas hacia fuera y enderezar el cuerpo. • El llamado reflejo de marcha automática se produce cuando el infante siente presión en la planta de los pies y, ante esto, comienza a moverlos alternativamente como si estuviera caminando. • Por último, el de hocicar que consiste en darse vuelta con la boca abierta cuando se lo toca en la mejilla. ¿Cómo es el niño en esta etapa? La mayor parte del tiempo su posición es muy similar a la que tenía cuando se encontraba en el útero materno. Si bien estira piernas y brazos, ese movimiento suele durar muy poco tiempo y vuelve rápidamente a la posición fetal. Durante el primer mes, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo. No distingue entre el día y la noche y suele dormir más de veinte horas diarias, con interrupciones cada dos o tres horas para comer. Otras características del bebé en esta etapa son: • Cuando se lo levanta aún no puede enderezar la cabeza. • Suele llorar o evidenciar desagrado ante lo siguiente: - Estar demasiado abrigado o sentir frío. - Tener hambre. - Estar sucio. - Tener ropa demasiado ajustada. - El exceso de ruido en el ambiente. Actividades para favorecer el desarrollo motriz • Colóquelo boca abajo en la cama y empuje con su mano un piecito hacia delante, hasta que el pequeño avance un poco. Luego, haga otro tanto con el otro pie. Eso fortalecerá su musculatura. • Acuéstelo en diferentes posiciones: derecha, izquierda, boca abajo y boca arriba. • Tómelo en brazos y mézalo suavemente. • Ponga al niño de espaldas, tómelo de las manitas y tire muy lentamente hacia delante hasta sentarlo. Luego, también en forma muy lenta y suave, vuelva a acostarlo. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina • Póngale un dedo en su manito para que lo apriete; si no lo hace, incítelo a hacerlo. • Cuando lo alimente (sea con el pecho o con la mamadera) coloque bien el pezón o la tetina en su boca, para que aprenda a chupar de manera adecuada. • Póngale el chupete y muévalo en su boquita para que se ejercite en chupar. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • Háblele desde el primer momento. Nunca es demasiado temprano para comenzar la estimulación del lenguaje. • Mírelo a los ojos y emita sílabas tales como “da, da”, “mi, mi”, etcétera. Actividades para favorecer el desarrollo social • Permita que personas de confianza tomen al niño en brazos. Otras actividades • Coloque un móvil sobre la cama, a aproximadamente 50 cm de los ojos del niño. Con ello, estimulará su vista y, si intenta tocarlo cosa que es muy probable, también su musculatura. • Tómelo en brazos y trasládese en el espacio con él mientras le habla o canta. Hágalo escuchar el sonido del sonajero. • Hágalo escuchar música. Haga del momento del baño, no sólo una instancia de higiene, sino también de juego, aprendizaje y estimulación. Tome al niño de manera que se sienta seguro y déjelo disfrutar del agua y experimentar movimientos en contacto con ella. A 30 La estimulación entre el mes y los tres meses medida que transcurre el tiempo, el rostro del bebé se va tornando más expresivo, sus ojos pueden seguir a una persona u objeto que se desplaza y su cuello gana en firmeza. Por eso, cuando está acostado de espaldas puede erguir la cabeza. Hacia el tercer mes comenzará a establecerse el ritmo de sueño–vigilia: el descanso nocturno se prolongará entre cinco y nueve horas y, además, realizará tres o cuatro siestas a lo largo del día.Los primeros reflejos ya van desapareciendo y se desarrollan otros. El de moro y el de prensión van superándose y el agarre voluntario hace su aparición hacia el tercer mes. Con el reflejo del espadachín, el pequeño intenta voltearse y con el de pataleo se ayuda para arrastrarse. Actividades para favorecer el desarrollo motriz • Ayúdelo a incorporar su cabecita sosteniéndolo por la nuca. • Cuando le haya sacado la ropa para cambiarlo, deje que el pequeño mueva libremente sus piernas y brazos. Si no lo hace, estimúlelo a hacerlo, moviéndole usted los miembros. • Si el tiempo está bueno, póngale el mínimo de ropa posible. Su hijo necesita moverse y el exceso de ropa le impedirá hacer ejercicios que faciliten su desarrollo. • Cuando el niño se encuentre acostado, tómele las manos, júnteselas y luego vuelva a separarlas. Repita la secuencia varias veces. Efectúe la misma secuencia, pero con las piernas. Ayúdelo a pasar de la posición de espaldas a la posición boca abajo. Para ello, tómele uno de los brazos y colóqueselo hacia arriba al lado de la cabeza y empújelo suavemente hacia ese lado para que se dé vuelta. Coloque al pequeño boca abajo y deslice un dedo a lo largo de su espalda. Eso le ayudará a levantar la cabeza y los hombros. Muévale las piernas suavemente de abajo hacia arriba y en sentido inverso. Póngase de pie y tome al niño, apoyándolo sobre usted y colóquelo mirando hacia el frente. Lentamente inclínelo hacia adelante. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina • Incítelo a tocar objetos: el botón de una ropa, un vaso de plástico, un juguete, etcétera. • Tome cualquier objeto que llame la atención del bebé y trate de que lo siga con la vista, moviéndolo lentamente. • Cuando esté cambiándole el pañal y, para hacerlo, le levante los pies, incentívelo a que los mire. Bájelos lentamente de manera tal que él pueda seguirlos con la vista. Intente que el niño siga con la mirada los movimientos que usted hace. Si se mueve hacia un lado, llámelo para que mire hacia allí. Si bebe mamadera, estimúlelo a que la toque. 40 Si algo que usted está usando (un aro, un collar) le llama la atención, déselo para que experimente con él. Póngale el chupete en la mano para que él mismo trate de llevárselo a la boca. Coloque una soga o cinta sobre la cama del niño y cuelgue de ella algún objeto atractivo. Si, además, le agrega un cascabel o una campanita también favorecerá su desarrollo auditivo. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • Cuando lo tenga en brazos, lo bañe o lo mude de ropa esté atenta a si el pequeño hace algún sonido: “aa”, “ggg”, etcétera. Mírelo a los ojos, sonríale y repítale el mismo sonido. • Juegue a cantar con el niño. Emita sonidos simples y con melodía (“mi, mi”, “ahh, ahh”) y si él los repite, imite su canto. • Aproveche todo momento para hablarle: cuando le dé la mamadera explíquele que lo está alimentando; cuando lo cambie, dígale cosas como: “Ahora sacamos el pañal sucio y te limpiamos la cola”, etcétera. • Siéntese cómodamente frente al bebé y, mirándolo a los ojos, haga sonidos divertidos: “clic, clic”, “take, take”. Actividades para favorecer el desarrollo social • Llévelo a lugares públicos donde pueda percibir la presencia de personas ajenas a su núcleo familiar: plazas, supermercados, etcétera. • Permita (bajo su cuidado) que sus hermanos tomen el mayor contacto con el niño: pueden darle la mamadera, tenerlo en brazos, pasearlo, etcétera. • Vaya de visita a casas de amigos o familiares con el bebé. Otras actividades • Tómelo en brazos y baile con él al compás de la música. • Grabe su voz (hablando, cantando) en un cassette. De esa manera, cuando usted necesite un descanso o no se encuentre cerca, el sonido de su voz podrá apaciguar al bebé. • Colóquele música clásica alegre (Mozart, Vivaldi) mientras se encuentra descansando o a punto de dormirse. Confeccione con telas de diferentes texturas (seda, toalla, corderoy, etcétera) manoplas y páselas suavemente porel cuerpo de su bebé. Con ello, estimulará el sentido del tacto. El techo del cuarto del bebé Cuando los padres están esperando que su pequeño hijo arribe al mundo, suelen poner mucha energía en preparar el ambiente para el momento de su llegada. Se deciden entre comprar una cuna, un moisés o una cama; eligen detenidamente el papel con el que cubrirán las paredes: con o sin guardas, con figuras de jirafas o de ositos; colocan un atractivo móvil sobre uno o varios sitios de la habitación, etcétera. Sin embargo buena parte de los futuros papás olvidan arreglar y decorar de manera adecuada un espacio: el techo. Esto se relaciona con la visión o, mejor dicho, con el punto de vista que las personas adultas tenemos de una vivienda. Rara vez miramos el techo y si lo hacemos, es por un motivo especial. Pero, en general, nuestra vista se dirige más hacia las paredes y los pisos. Sin embargo, no es esto lo que sucede con los bebés; el niño pasará buena parte de sus primeros meses de vida acostado boca arriba y mirar un cielorraso atractivo lo mantendrá muy entretenido. ¿Cómo decorarlo? Las maneras son varias: se pueden pintar distintas figuras, pegar calcomanías o hacer una suerte de collage recortando papeles de colores. Por supuesto, pueden combinarse dos o tres de las opciones mencionadas. ¿Con qué figuras decorarlo? Existen diferentes opciones temáticas que serán muy bienvenidas por el bebé y que también lo acompañarán estimulándole y dándole placer cuando crezca. Algunas de ellas son: • Cielo: se puede pintar un cielo con nubes, pájaros y algún colorido globo aerostático volando por él. • Circo: payasos, animales y trapecistas harán del techo una animada función circense. • Selva: grandes follajes, vistosas flores, enormes y coloridos pájaros, alguna ranita. • Mundo submarino: sobre un fondo celeste, pinte o pegue figuras de estrellas de mar, peces de colores y algas. • Aventura espacial: ¿qué tal un cielorraso con luminosas estrellas fugaces, Saturno y Algo fundamental: tenga en cuenta que, cualquiera sea el tema escogido, las figuras que lo componen deben ser de tamaño considerable; 20 cm es una buena medida. Si, por el contrario, coloca stickers de 2 cm, su hijo no podrá apreciarlos. sus anillos y hasta una nave espacial? A La estimulación entre los cuatro y cinco meses partir de esta época, el bebé comienza a ser consciente de sus manos y empieza a utilizarlas: juega con ellas, las mueve delante de sus ojos, deja caer objetos, etcétera.Asimismo, experimenta con las denominadas reacciones circulares: la posibilidad de rehacer de manera voluntaria algo que ha descubierto por azar.Emite casualmente un sonido y luego, de manera intencional, lo repite. Golpea un juguete, éste se mueve y vuelve a golpearlo. Ese tipo de ejercitación le permite tomar conciencia de su poder sobre objetos, sobre otras personas y sobre sí mismo y, por ello, comienza a saber adaptar un medio a un fin. Entre esas reacciones circulares, el niño sonreirá imitando la sonrisa de un adulto. Actividades para favorecer el desarrollo motriz • Estimúlelo a que haga ejercicios cuando está desnudo, ya que esto le otorga mucha libertad de movimiento. Antes del baño o durante el cambio de pañales, déjelo patalear, tomarse los pies, golpear sus manitas entre sí. Si no lo hace de manera espontánea, estimúlelo a que lo haga. Recuerde que el momento del baño es también de juego y aprendizaje y que su pequeño hijo disfruta de él. Sujételo con firmeza, de modo tal que se sienta seguro y pueda mover sus piernas y brazos. Eso lo preparará para cuando empiece a caminar. Ponga una frazada en el suelo y coloque al pequeño encima de ella con algunos juguetes u objetos que le interesen. Supervíselo para que no corra riesgos, pero déjelo moverse con la mayor libertad posible. 50 Párese frente a una mesa o superficie dura y tome a su hijo sujetándolo firmemente a la altura de las nalgas, de manera tal que le dé la espalda. Inclínelo suavemente hacia delante hasta que toque la mesa con sus manitas y permítale hacer fuerza apoyándose en sus brazos. • Siente al bebé frente a usted y cántele una canción o coloque una música movediza. Al compás de la melodía, muévale sus piernitas, sus bracitos, etcétera. • Tienda al niño de espaldas y muévale las piernas como si estuviera andando en bicicleta. El momento en que lo está cambiando puede ser el ideal. Acuéstese y coloque al bebé boca abajo encima de su vientre y pecho. Tómelo de las manos y estimúlelo a que se enderece haciendo fuerza con sus brazos. Sujétele con una mano las piernas (de manera tal que queden estiradas) y ponga su otra mano por debajo de la cabeza.Levante suavemente esta última: de esa manera estimulará al niño a que haga fuerza para sentarse. Con el bebé en la misma posición tome un objeto vistoso, que llame su atención, y colóquelo y muévalo a la altura de sus piernas, animándolo a que lo toque con sus piececitos mientras patalea. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina • Cuando lo bañe, coloque en la bañera distintos juguetes: pequeños y medianos, que floten y que se hundan. Permita que el niño experimente con ellos. • Tenga en cuenta que usted, como sí tal vez lo hizo en los primeros tres meses, no podrá quedarse todo el tiempo acompañando al niño. Cuando lo deje sólo por algunos instantes en su cuna o corralito, múnalo de algunos juguetes para que se entretenga. • Tal como lo explicamos en el recuadro (ver pág. 63), en el cuarto mes comienza la denominada etapa de prensión. Estimule este período: proporciónele objetos y juguetes que, además de coloridos y atractivos, sean irrompibles para que el niño pueda agarrarlos, tirarlos y volverlos a tomar. Pueden ser juguetes (cubos, muñecos de peluche, pelotas, muñecos de tela, etcétera) u objetos de otro tipo, tales como botellas vacías de plástico, distintos recipientes de plástico de diversos colores, cucharas de plástico (las que se utilizan en repostería), etcétera. Proporciónele tubos de plásticos transparentes, rellenos de botones de distintos colores y tapados herméticamente –de manera tal que no los pueda abrir– para que el niño los agarre y los mueva. Ofrézcale superficies espejadas (no espejos, que por ser de vidrio implican un peligro) para que se vea en ellas. Una opción al respecto es pegar en un cartón de forma similar a un espejo, un trozo de papel de aluminio del que se utiliza en la cocina. • Colóquele encima de la carita un pañal para que él se lo saque. • Facilítele juguetes que emitan sonidos al ser apretados. Además de estimular su coordinación fina, estará haciendo otro tanto con su audición. La etapa de la prensión Entre los cuatro y ocho meses es la etapa de la “prensión”, donde la capacidad de utilizar las manos ocupa buena parte del tiempo y de la fascinación del bebé. El niño experimentará mediante juegos varios con objetos: los tomará, los dejará caer, los arrojará con más o menos fuerza, los palpará, etcétera. Además, esta capacidad también le permitirá conocer su cuerpo ya que descubrirá, a través del tacto, sus pies, sus cabellos, su pecho, etcétera. También –y esto es fundamental– el manejo de sus manos le posibilitará llevarse diversos objetos a la boca para succionarlos. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • Háblele todo lo posible y estimule a quienes tomen contacto con el niño (padre, hermanos, abuelos, tíos) a que hagan otro tanto. • Cántele alguna canción con letra y, mientras lo hace, mírelo a los ojos marcando bien los sonidos de cada sílaba. • Muéstrele objetos y nómbrelos. Por ejemplo, tome un libro, muéstreselo y dígale: “Libro”. Algo fundamental: pronuncie correctamente el nombre del objeto. Si le muestra un libro, diga esa palabra y no la pseudo–infantilice diciendo “libo”; si le muestra un zapato, no le diga “tato”, diga: “zapato”. • Llévelo con usted a la compra. La ida diaria al supermercado puede convertirse en unmomento por demás apto para enriquecer su lenguaje. Cuéntele lo que se ve en las góndolas, por ejemplo: “Mirá esa manzana”, “Esto es una caja de jabón”, etcétera. Esta actividad, por llevarse a cabo en un lugar público, favorece también el desarrollo social del pequeño. • Repita los sonidos que hace su hijo. Si él dice “ag”, mírelo a los ojos, sonríale y repítale lo que él dijo. Actividades para favorecer el desarrollo social • Nombre a las personas de su entorno cuando lleguen. Diga: “Papá” cuando éste aparezca o el nombre de sus hermanos o hermanas. Hacer eso, también favorecerá el 60 desarrollo del lenguaje. • Favorezca el contacto de su hijo con otros niños de su edad, en una plaza, en casa de alguna amiga, etcétera. Sáquelo a pasear (usted u otra persona) en brazos por lo menos una vez al día. Con una vuelta manzana será suficiente. La idea es que vea otras personas que no pertenecen a su entorno familiar ni cercano, que visualice el tránsito, que escuche los ruidos de la calle, etcétera. Si el pequeño ya está arribando a los seis meses y tiene cierta firmeza, aprovechará mucho más la excursión si se lo lleva sentado, apoyado en la cadera y mirando hacia fuera. Otras actividades • Premie con un beso cada pequeño logro de su hijo: si ha comido bien, béselo; si se ha portado bien durante el cambio de pañales, béselo. Eso fortalecerá el contacto afectivo entre los dos e incrementará su confianza y su autoestima. • Consiga una cajita de música que, a la vez, tenga alguna figura que se mueva. Será un objeto maravilloso para el pequeño, que estimulará su visión, su curiosidad y su audición. • No instale al niño siempre en el mismo lugar. Ya sea que lo ponga en su cuna, en un bebesit o en una frazada, es importante que no vea siempre lo mismo. Si lo hace, se aburrirá, es posible que se ponga fastidioso y, por supuesto, se verá menos estimulado. Por eso, colóquelo un día en el suelo, al siguiente junto a una ventana para que pueda distraerse mirando por ella, etcétera. • Grabe canciones cantadas por usted en un cassette. Además de estimular la audición de su hijo, podrán ser de gran ayuda para quien lo cuida cuando usted no se encuentra con él, ya que ejercerán un efecto tranquilizador para el pequeño. Prepare una “caja de texturas” para que su hijo juegue. Forre una caja mediana con un papel de color atractivo, deje una de sus caras descubiertas (como si no tuviera tapa) y coloque adentro de ella retazos medianos y grandes de telas de distintas texturas (seda, franela, pana, lycra) y de diferentes colores. • Si usted ejecuta un instrumento musical, no deje de hacerlo frente a su pequeño. Además de estimular su audición, para el niño será fascinante verla tocar una guitarra, una batería o una flauta. Si el pequeño desea hacerlo, permítale también a él tomar contacto con el instrumento: tocarlo, intentar soplar un instrumento de viento, etcétera. La matronatación La matronatación es una excelente y por demás placentera forma de estimular al bebé. Se trata de clases de natación a las que el pequeño concurre generalmente junto a su madre (de ahí el nombre) aunque puede hacerlo con algún otro adulto de confianza. Su práctica tiene numerosas ventajas: Desde el aspecto fisiológico: • Mejora la coordinación, el equilibrio, y el conocimiento del espacio. • Incrementa la fuerza gracias a los ejercicios musculares, posibilitando un desarrollo temprano de las habilidades psicomotrices tales como gatear y caminar. • Los ejercicios suaves combinados con el agua a una temperatura agradable relajan al bebé, estimulan su apetito, y le hacen comer y dormir mejor. • Amplía la capacidad de su sistema respiratorio y favorece la regulación adecuada de su circulación sanguínea. Desde el aspecto psicológico: • El bebé se siente más seguro y disfruta mucho aprendiendo a nadar, al sentir que sus padres tienen su atención concentrada en él. • Al poder desplazarse en el agua por sí mismo, incrementa el sentimiento de independencia y de autoconfianza. • Al estimular la confianza en sí mismo, mejora la comunicación con los demás. Desde el aspecto social: • Ayuda al bebé a iniciar la socialización. • Amplía el horizonte de los juegos compartidos. • Introduce conductas de autocuidado, convirtiéndolas en hábitos sumamente necesarios. Sin embargo, deben tenerse algunas precauciones. Al ingresar a su hijo en alguna escuela de natación, es necesario que se apoye en el control de su salud efectuado por el médico pediatra de la familia, que deberá constatar la evolución saludable del bebé a través de controles mensuales, mientras el bebé aprende a nadar jugando en la matronatación. Por otro lado, no se recomienda comenzar con esta práctica antes de los cuatro meses, ya que a esa edad termina de madurar el sistema inmunológico del bebé y las posibilidades de contraer un resfrío o una infección, como la otitis, se minimizan. A La estimulación entre los seis y siete meses partir del sexto o séptimo mes, el bebé tiene un ritmo de sueño bien establecido: duerme once o doce horas por la noche, y suele dormir dos siestas breves: una por la mañana y otra por la tarde.En esta etapa, el niño ya es capaz de sentarse solo en el piso y encuentra muy placentero el tomar objetos, examinarlos y golpearlos.También suele llevárselos a la boca, por lo cual es importante que estén muy limpios. Ya vocaliza algunos sonidos y señala los juguetes que le gustan para que alguna persona se los alcance. También es capaz de reconocer a sus padres. Sus reflejos siguen madurando y algunos van desapareciendo. Por esta época comienza a gatear, actividad que no sólo le permite movilizarse, sino que también fortalece su cuerpo y estimula su cerebro. Actividades para favorecer el desarrollo motriz Ponga al pequeño boca abajo y déjelo. Es probable que se arrastre o gatee. 70 Enséñele y ayúdelo a pararse, apoyádolo en un banco, en la cama o algún otro mueble que le sirva para tal propósito. Cuando se encuentre boca abajo, tómele las piernas y levánteselas para que el niño utilice sus manitas para avanzar. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina A esta edad, su hijo ya está en condiciones de poder seguir con la mirada objetos que se mueven a una velocidad más bien rápida. Ayúdelo a desarrollar esa capacidad. Algunas maneras de hacerlo son: deje caer un objeto llamativo y pesado para que él siga su recorrido descendente; siéntelo en la cama y haga rodar rápidamente una pelota hacia él, etc. • Cuando coma en su plato, incentívelo a que tome con sus manos los trocitos de comida para que se los lleve a la boca. • Más tarde, ofrézcale una cucharita mientras come y enséñele a usarla. • Cámbielo de lugar con frecuencia para que tenga la posibilidad de mirar distintos objetos: déjelo un rato en la cocina, trasládelo al living, instálelo en el jardín, etcétera. • Realice gestos pronunciados y graciosos que él pueda imitar: sacar la lengua, arrugar la boca hacia delante, etcétera. • Quítele algún objeto o juguete con el cual esté jugando y déjeselo cerca para que pueda tomarlo Recuerde que, hasta los ocho meses, su hijo está en plena etapa prensil, durante la cual se desarrolla en grado superlativo la capacidad de utilizar las manos. Mientras lo alimenta, aliéntelo a que sujete el biberón. Realice movimientos simples que su hijo pueda imitar: aplaudir, golpearse las mejillas, levantar los brazos, etcétera. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • Su hijo ya vocaliza sonidos. Estimúlelo a seguir haciéndolo. • Tome una revista colorida o un libro infantil grande y vaya mostrándole y nombrando las figuras que allí aparecen: “árbol”, “casa”, “nena”, “señor”, etcétera. • Comience también a hablarle con estructura de pregunta y respuesta. Por ejemplo: “¿Dónde está papá”, señálelo y responda mirando al niño: “Ahí está papá”; “¿Dónde está la mesa?”, señale la mesa y responda mirando al pequeño: “Allá está la mesa”.• Tome a su hijo en brazos y vaya de turismo por la casa nombrando lo que encuentra al tiempo que lo señala. Por ejemplo, en la cocina dígale, mientras apunta con el dedo hacia el sitio donde se encuentra: “Eso es una lámpara, aquello es un plato”, etcétera. • En el dormitorio, haga lo mismo y dígale: “Esa es la cama donde duermen papá y mamá, esa es la mesita de luz”, etcétera. Esta actividad, tiene además la ventaja adicional de que hace que el niño conozca mejor la casa y eso le ayuda a sentirse más cómodo con el entorno. Actividades para favorecer el desarrollo social • Recuerde que es fundamental que el contacto de su hijo no se restrinja a usted. Permita que otras personas le den de comer: sus hermanos, el abuelo o abuela, algún niño vecino, etcétera. • Realice o participe de alguna reunión con madres y bebés de una edad similar a la de su hijo. Otras actividades • Incentive el contacto del bebé con la naturaleza. Busque un arbusto con flores (compruebe que no sean tóxicas y que no posean espinas) y anime a su hijo a observarlas, olerlas y tocarlas. • En general, las plazas y los parques no suelen estar pensados ni hechos para bebés sino para niños un poco más grandes. No obstante, nada impide (tal como se vio en capítulos anteriores) llevar a un bebé a esos espacios verdes. En esta etapa, usted podrá tenerlo en brazos para que vea otros niños ya mayores, hamacándose, tirándose por el tobogán o jugando en el arenero. También es una excelente idea que usted se hamaque suavemente con él mientras lo sostiene con cuidado. Infle un globo, átelo para conservar el aire y, con goma de pegar de color, píntele una cara o cualquier otro dibujo que pueda llamar la atención del pequeño. Amarre el globo a la muñeca del niño y estimúlelo a que mueva el brazo y a que siga el movimiento con los ojos. 80 El corralito Durante esta etapa, es conveniente disponer de un corralito, ya que llegados los seis o siete meses el bebé ya no puede realizar en una cama o en una silla todo el ejercicio que necesita para desplegar al máximo sus posibilidades corporales. En su corralito, el niño podrá pararse con ayuda de los barrotes convenientemente acolchados y podrá, asimismo, gatear y sentarse cuando lo desee. Además, dejarlo en el corralito le proporcionará tranquilidad a usted, ya que la estructura del mismo está pensada para que el niño no corra peligro alguno de caerse y no pueda tomar contacto con ningún objeto que usted no haya dejado dentro de él. E La estimulación entre os ocho y nueve meses n esta etapa, el pequeño ya es todo un experto en la tarea de gatear, si bien también suele desplazarse de otras maneras: echado sobre el vientre, de costado, etcétera. Con la ayuda de personas mayores, puede iniciarse en algunos pasitos. Se ríe con frecuencia, rueda sobre sí mismo en la cama y comienza a sonreír ante los rostros familiares y a inquietarse ante los extraños. En relación al lenguaje, pasa de emitir sonidos a pronunciar sílabas y en cuanto a la coordinación fina ya es capaz de tomar objetos pequeños con el pulgar y el índice. Actividades para favorecer el desarrollo motriz • Cuando su hijo vuelva a estar sentado en la cama, tírelo suavemente hacia la izquierda y, luego haga otro tanto, hacia la derecha. • Cuando el pequeño esté en el suelo o sobre una frazada, coloque a una distancia de medio metro o más objetos vistosos que sean de su interés, para que deba trasladarse en pos de tomar contacto con ellos. Siente al niño en la cama, colóquese frente a él, tómele los pies y levántelos suave pero firmemente. No se inquiete: el pequeño irá perdiendo paulatinamente el equilibrio, hará esfuerzos para mantenerse sentado y, finalmente, caerá hacia atrás. Pero el esfuerzo hecho para no caer será un buen ejercicio para él. Realícelo dos o tres veces. Tome al niño de las axilas y ayúdelo a dar pequeños pasos. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina • ¿Es capaz de conseguir uno de los ya viejos teléfonos a disco? Si lo hace, será un excelente juguete para que el niño coloque el dedo en el hoyo y experimente sus capacidades intentando hacer girar el disco. • Preséntele objetos que pueda apilar, tales como cubos de diferentes tamaños. • El pequeño ya es capaz (o está a punto de serlo) de colocar objetos pequeños dentro de otros más grandes. Por eso, proporciónele, por ejemplo, una caja pequeña, otra mediana y otra grande, de manera tal que pueda experimentar con ellas. Haga lo mismo con un juego de ensaladeras de plástico. • Proporciónele monederos, bolsas, carteras para que el niño pueda investigar cómo se abren y se cierran. También puede darle algunos objetos pequeños para que experimente colocándolos dentro. • Tome una buena cantidad de papel de aluminio, arrúguelo en forma de varias pelotas de medianas a grandes y vaya tirándoselas al pequeño. No tema: son sumamente livianas y no pueden causarle daño alguno. Permita que el niño juegue y experimente con ellas. Ate un objeto atractivo a un soga o hilo y preséntele al niño el otro extremo de la soga e incítelo a obtener el objeto tirando de la cuerda. • En el momento de la comida, anímelo a que vaya aprendiendo a hacer las cosas por su cuenta: tomar un vaso, usar la cuchara, etcétera. • Luego de la comida o en cualquier otro momento, pásele un bocado de fruta para que coma solo. • Ármele una orquesta casera: siéntelo y coloque frente a él cacerolas de metal de distintos tamaños y múnalo también de algo que le permita golpearlas: una cuchara de madera, una varilla, etcétera. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • ¿Recuerda que desde hace meses usted ya viene señalándole y nombrándole las cosas? Lo hizo con las figuras de un libro o revista, con los objetos y personas de la casa, con los artículos que se exhiben en el supermercado donde usted realiza la compra diaria. Ahora, hágalo con las partes del cuerpecito de su hijo: cuando lo esté cambiando (ya que estará desnudo) o en cualquier otro momento que usted crea propicio, tóquele el pie y dígale: “pie”, tóquele la boca y diga “boca”, tóquele la mano y diga: “mano”. • Léale al niño, de manera lenta. Puede hacerlo con un libro de cuentos ilustrado, un poema, una revista o, estando en el restaurante, con parte de la carta. El pequeño no comprenderá de manera absoluta todo lo que usted le dice, pero oirá las palabras y las distintas expresiones y tonos de voz. Por eso, es importante que si, por ejemplo, le está contando una historia donde intervienen varios personajes (un cerdito y un gato, por citar un caso) encuentre una voz particular para cada uno de ellos. • Repita las sílabas que emite su hijo. Si él dice “da–da” o “me–me” mírelo a los ojos, sonríale y repítale lo que él dijo. Actividades para favorecer el desarrollo social Continúe con las actividades planteadas para los meses anteriores: llévelo a plazas, haga que la acompañe a hacer la compra, realice o participe de reuniones junto a él, permita que los otros integrantes del círculo familiar tomen contacto corporal con él: que lo alcen, que lo ayuden a comer, etcétera. Otras actividades • Realice una sencilla función de títeres. Sólo necesitará dos medias de colores atractivos, colocarse una de ellas en cada mano y ponerse frente al pequeño, que deberá estar en una posición cómoda. Una vez hecho esto, cree un personaje para cada una: elija una voz, un nombre, etcétera. Por ejemplo: colóquese una media roja en la mano izquierda y una verde en la derecha. Comience a mover la mano izquierda en dirección al pequeño y diga con voz grave: “Yo soy Coqui y estoy rojo porque tomé mucho sol”. Luego, mueva la mano izquierda y diga con voz aguda: “Yo soy Pincho y estoy verde porque…” etcétera, etcétera. • En alguna de las funciones, incorpore al pequeño, haciendo que los personajes lo nombren y se dirijan a él. • Proporciónele témperas de colores variados, grandes papeles e incítelo a que con sus manos realicemanchas. E La estimulación entre los diez y once meses l pequeño continúa gateando e intenta cada vez con mayor asiduidad y empeño pararse y caminar. Por supuesto, muchos de estos intentos terminan en una caída, pero es lo normal, por eso el niño se levanta y vuelve a intentarlo. Ya ha aprendido a girar y a inclinarse para tomar lo que desea. Las rutinas lo organizan y le otorgan una sensación de seguridad y protección, razón por la cual manifiesta su disgusto ante los cambios de hábitos, tales como un retraso en su horario habitual de comida o un eventual contacto con una persona extraña. Actividades para favorecer el desarrollo motriz • Continúe considerando el momento del cambio de pañales como el más adecuado, debido a la gran libertad de movimiento que le permite el estar desnudo, para que el pequeño haga gimnasia. Su hijo ya ha desarrollado múltiples posibilidades motrices y podrá aprovechar para disfrutar el momento pataleando, pedaleando, tomando sus piecitos entre sus manos, golpeando las manos entre sí. Permítale que explore su cuerpo de todas las maneras en que él desee y pueda hacerlo. • Déjelo gatear de un lugar a otro. 90 Estimule y premie todos los intentos del pequeño para pararse y caminar. Puede ayudarlo, por ejemplo, tomándolo de las manos. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina • Cuando lo deje en el corralito, provéale de varios objetos para que juegue con ellos. Algunos, ofrézcaselos envueltos en algún papel o dentro de alguna bolsa para que el niño, además, se pueda entretener desenvolviéndolos o introduciéndolos y sacándolos de la bolsa. • Muéstrele la mamadera e incite al niño a que la alcance y la tome por sí mismo. • En el momento de la comida, envuelva una cuchara en una servilleta y pásesela al pequeño de esa manera, de modo tal que él tenga que desenvolverla para comer. • Ponga un plato de alguna comida que le guste cubierto con algo (un repasador, la tapa de una olla) y estimule al niño a que lo destape para poder acceder a la comida. • Esconda un objeto que al niño le guste (puede ser un juguete o cualquier otra cosa con la que el pequeño esté familiarizado) en una caja o un tarro, tápelo e incite a su hijo a que lo busque. • Coloque en las manitos del niño un vaso de plástico de tamaño mediano y color atractivo con algunas pocas gotas de alguna bebida que sea de su agrado e incítelo a que se lo lleve a la boca. A medida que lo haga sin derramar el líquido, vaya poniendo cada vez mayor cantidad de éste en el vaso. • Coloque una música que sea del agrado del niño e incentívelo a seguir el ritmo golpeando sus manitas. Si es necesario, ayúdelo tomando las manos del pequeño y haciéndolas golpear entre sí, de modo tal que pueda continuar el movimiento por sí mismo. Actividades para favorecer el desarrollo del lenguaje • Extienda la mano y pídale al niño que le dé algo que tenga en sus manos o cerca de él. Es importante que lo haga nombrándolo al pequeño. Por ejemplo: “Yanina, dame la cuchara” o “Franco, alcanzame la mamadera”. Si el niño no lo hace, muéstrele usted cómo hacerlo. Al final, siempre déle las gracias. Esta actividad también ayuda al desarrollo de la coordinación fina. • Intente que el pequeño colabore cuando lo viste. Incítelo a hacerlo diciéndole: “Pasá la mano por acá”, “Levantá esta pierna”, etcétera. Al igual que la anterior, esta actividad también colabora al desarrollo de la coordinación fina. • Continúe estimulándolo repitiendo los sonidos y las sílabas que él pronuncia. Actividades para favorecer el desarrollo social • Prosiga con las actividades que venía realizando. Recuerde que es fundamental que el niño se acostumbre a la presencia y a entablar relación con otras personas que no sean usted o el grupo familiar más íntimo. Otras actividades • Recurra al viejo juego de tomar los dedos del pequeño uno por uno, comenzando desde el pulgar y yendo hacia el meñique, diciendo: “Éste compró un huevito (por el pulgar), éste lo cocinó (por el índice), éste lo peló (por el mayor), éste lo saló (por el anular) y éste pícaro chiquitito se lo comió”. • Vaya con su hijo a una plaza o, si lo tiene en el jardín de su casa, párese con él frente a un árbol. Muéstreselo, incítelo a que toque el tronco, tómelo en brazos y déjelo mirar la copa desde una perspectiva más cercana, etcétera. E La estimulación entre los doce y trece meses l niño ha cumplido su primer año y ya duerme unas trece horas seguidas por la noche y una siesta luego del almuerzo. Ese será un ritmo que mantendrá por bastante tiempo más. Maneja muy bien sus manos para la coordinación ojo–mano y el movimiento de la cuchara al llevársela a la boca ayuda en mucho a la práctica de esa coordinación. Con relación a la motricidad, ya da pasitos y se atreve más que antes a caminar solo. Actividades para favorecer el desarrollo motriz Continúe estimulando la capacidad de caminar del pequeño. yúdelo a hacerlo tomándolo de las manos, déjelo andar apoyándose en los muebles, etcétera. De igual manera, estimule –y cuide a su hijo mientras lo hace– a investigar diferentes posibilidades de motricidad: subir una escalera, gatear por debajo de una cama, esconderse debajo de un armario, probar las diferentes posiciones que puede adoptar sobre un sillón,etcétera. • Provéalo de una caja grande (por ejemplo, la de un televisor), abierta por ambos lados y permita que el pequeño experimente como si fuera un túnel: entrando en ella gateando por un extremo, saliendo por el otro, etcétera. • Esconda un objeto mientras el niño lo está mirando y anímelo a que vaya a buscarlo. Por supuesto, deberá esconderlo en un lugar que sea accesible para él y que no implique ningún peligro: detrás de una puerta, dentro de un cajón abierto, debajo de la cama, etcétera. Actividades para favorecer el desarrollo de la coordinación fina Provéalo de una caja grande, pero que el niño pueda manipular, abierta por ambos lados de manera tal de que constituya un pequeño túnel. Enséñele cómo hacer pasar objetos de un lado a otro. • Tome una botella de plástico de tamaño pequeño y coloque dentro de ella pequeños objetos que sean visualmente atractivos: botones de colores diversos, algunas monedas, alguna piedrecita de tonos brillantes, etcétera. Llénela parcialmente con agua (puede ser sola o con algún colorante), ciérrela firmemente, lo suficiente como para que su hijo no pueda abrirla de ninguna manera y désela para que se entretenga jugando con ella. • Otra posibilidad en relación a la opción anterior es entregarle varias botellas, cada una de ellas con el agua coloreada de distinto color: una amarilla, otra azul, otra roja, 100 etcétera. • Sujete con firmeza al pequeño o siéntelo en su regazo y muéstrele cómo revuelve algo en una olla. Tome su mano y revuelva con ella dentro de la suya. Luego, incítelo a que lo haga solo. Deje algún objeto que sea del agrado y/o interés del niño fuera del alcance de su mano. Provea al pequeño de otro objeto largo (cuchara, trozo de manguera, etcétera) y anímelo a que lo use para acercar el objeto. Si aún no lo ha hecho, ya es tiempo de que su hijo vaya teniendo su propia biblioteca. Pero... ¡atención! Si ésta se compone de libros de papel, lo más probable es que terminen rotos más temprano que tarde. Para evitar eso, hoy en día el mercado editorial ofrece pequeños, coloridos y atractivos libros de plástico, de tela o de gruesísimo cartón para los niños de más corta edad. Pero también, si así lo desea, puede hacerlos usted misma. Bastará con coser varios géneros de manera tal que queden como las páginas de un libro y, sobre ellos, dibujar con cola vinílica motivos simples y coloridos. Cualquiera sea la opción elegida, una vez que el niño tenga el libro en su mano, enséñele como ir pasando las páginas. • Enséñele a jugar con el agua: llenar, vaciar, trasvasar. Ofrézcale diferentes botellas y recipientes de plástico, embudos y esponjas y enséñele a pasar el agua
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