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“Gonartrosis” Gonartrosis o artrosis de rodilla En general, la artrosis de rodilla se denomina primitiva; esta localización frecuente de la artrosis es bilateral habitualmente y afecta mayormente a la mujer posmenopáusica. Algunas gonartrosis son secundarias a: Mala adaptación de las superficies articulares de origen traumático, que pueden ser provocadas por fractura de la tibia, de los condilos femorales, de la rotula o lesiones de los meniscos. Cargas anormales que sufre la rodilla. Una desviación axial de la rodilla, un genu valgum o genu varum, ó por una subluxación externa de la rotula. Intervienen factores circulatorios locales, endocrinos y de senescencia. Etiología Intraarticular: deterioros cartilaginosos y de las superficies de apoyo por: Secuelas de fracturas de la tibia, el fémur, la rotula Lesiones de los meniscos Enfermedades degenerativas: condromalasia rotuliana, osteocondromatosis sinovial, osteocondritis disecante. Osteoartritis reumática o infecciosa. Extraarticulares: por desviación del eje femorotibial en el plano frontal (genu varum o valgum) o sagital, por desviaciones del eje del aparato rotuliano o por desorden estático y dinámico a distancia. Obesidad: la sobrecarga ponderal es muy importante. Fisiopatología Las lesiones meniscales pueden ser de origen traumático o degenerativo. Los meniscos se desplazan centralmente en la extensión y dorsalmente en la flexión. Para esto, son dirigidos activamente por las inserciones musculares que se encuentran en la cápsula articular. A través de los puntos de fijación de los meniscos en el lugar de inserción de los ligamentos cruzados, se transmiten fuerzas de cizañamiento y de tracción, que puedan producir una pérdida en la continuidad de las fibras del tejido meniscal de tipo degenerativo o fisuras espontáneas. La degeneración meniscal es consecuencia de movimientos de rotación y fuerzas de cizañamiento acompañados de una flexión. Las lesiones meniscales traumáticas aparecen como consecuencia de un deficiente control neuromuscular, así como el contexto de lesiones ligamentosas de la rodilla y fracturas de la extremidad superior de la tibia. Tras la ruptura del ligamento cruzado anterior, la inestabilidad residual secundaria a una curación insuficiente, provoca el desgaste del asta posterior del menisco interno, de lo que es responsable una inestabilidad del cóndilo femoral interno. Dependiendo de los momentos de fuerza desarrollados en la lesión o del tipo de degeneración meniscal, se originan diferentes formas de fisura; observándose fisuras longitudinales periféricas, longitudinales, transversales, así como fisura del asta anterior y posterior. Se distinguen tres estadios en la evolución de la gonartrosis: 1. incipiente: dolores intermitentes con remisión variable y aparición de signos radiográficos de artrosis femororrotuliana. 2. instalada: con dolores durante los movimientos con carga del peso del cuerpo, que se calman con el reposo, inestabilidad, ligera hidrartrosis y aparición de signos radiográficos de artrosis femorotibial. 3. avanzada: dolores persistentes, limitación de los movimientos y deformaciones axiales, inestabilidad articular importante, que puede terminar en anquilosis. Tratamiento medico y farmacológico El tratamiento debe procurar la sedación del dolor y al mismo tiempo la estabilidad, y por consiguiente una función lo mas normal posible. Sumada al tratamiento medico (antálgicos, antiinflamatorios generales, infiltraciones, sinoviortesis) y quirúrgicos, tendientes a normalizar la estática o las condiciones fisiológicas de la articulación, la kinesioterapia es un aporte considerable como complemente indispensable de uno y otro. La kinesioterapia de la gonartrosis debe ser: prudente, sin provocar dolor ni crisis inflamatoria, efectuarse sin el peso del cuerpo (sedente o acostado), debe reintegrar la articulación de la rodilla en la estática del miembro inferior en general y equilibrio del paciente. La terapia persigue las siguientes metas: combatir el dolor, recuperar la movilidad articular, luchar contra la inestabilidad de la rodilla, luchar contra los trastornos circulatorios y la hidrartrosis. Por otro lado las soluciones ofrecidas por la cirugía son diversas, ya que las anomalías que la cirugía corrige pueden ser la cauda o consecuencia de la artrosis. Existen: cirugía de realineación de la pierna, cirugía de la rotula o del aparato extensor, artroplastias protésicas y artrodesis. Inmediatamente tras la intervención se comienzan con tensiones isométricas. La movilización de la rotula no es problema después de una artroscopia. Tras retirar el drenaje, el paciente puede cargar, aunque las primeras 4 semanas debe usar muletas. El aumento progresivo de la carga no debe provocar derrame. Luego de retirar los puntos puede comenzar el tratamiento en piscina. Es en este momento cuando se puede comenzar el entrenamiento físico-terapéutico. Complicaciones y secuelas Complicaciones reportadas con mayor frecuencia son: insuficiente corrección, perdida de corrección lograda, lesión del nervio ciático poplíteo externo, inestabilidad articular por elongación de las partes blandas, avulisión de los ligamentos colaterales, flebitis, trombo embolia pulmonar, rigidez articular e infección, y aflojamiento de las prótesis. Como secuelas esta la progresión de la deformidad y de la artrosis, a pesar de la corrección mecánica, y la recidiva de la sintomatología como el cojear para evitar cargar el peso. Una buena técnica quirúrgica acompañada de un tratamiento de fisioterapia adecuado dará como resultado una rodilla sin deformidades y, lo más importante, funcional. Sin embargo, si no se insiste en la movilización posquirúrgica precoz, podrá quedar como secuela una rigidez articular en mayor o menos grado que dificulte la realización de las actividades de la vida diaria. La rigidez articular será la principal secuela que puede quedar del tratamiento quirúrgico de la gonartrosis. Proceso kinésico de evaluación 1. Antes de evaluar cualquier cosa se debe observar al paciente en todo momento, es importante pesquisar sus posturas viciosas, como se sienta, como se para, como camina, etc. Preguntarle como duerme, la actividad que realiza, a que se dedica, entre otras cosas. Se debe realizar un esquema mental del individuo en su totalidad y tratar de averiguar la causa inicial del problema para tratarla en su totalidad y no solo tratar la sintomatología. Al mismo tiempo en que observamos debemos preguntar cual es el motivo de su consulta y revisar exámenes radiográficos que traiga el paciente. Se debe preguntar al paciente si presenta dolor al bajar escalas o si realiza ejercicios de flexión de rodilla de más de 90º (sentadillas). 2. Evaluación general: observar al paciente en su totalidad: Realizar una evaluación postural global para ver compensaciones que pueda estar presentando producto del dolor, asimetrías del cuerpo y el desvalance muscular. Observar por sobre todo la morfología de las rodillas (genu varum o valgum). Examinar al paciente durante la marcha, para ver si presenta descompensación ligamentaria externa o interna durante el apoyo. Evaluar control del equilibrio, ya que debido al dolor puede disminuir la fase de apoyo y puede traer consecuencias musculares y esto conlleva a perdida de estabilidad. Observar la alineación de la rotula, para determinar si estas están desalineadas. Evaluar los movimientos de la articulación de la rodilla (ambas), ya que por el dolor los movimientos articulares y el juego articular se verán afectados, primero evaluar la rodilla sana y luego la que presente dolor. Examinar la temperatura de la rodilla sana y de la que presenta dolor, observar si presenta inflamación y cambio de coloración de la piel. 3. Evaluación especifica: Prueba del “No”, es para pesquisar roce cartílago-rotula sobre fémur. Es positivo cuando el paciente siente dolor al levantar la extremidad ya que la rotula rosa el cartílago. Evaluar movimientos de la rotula, ver el desplazamiento que presenta sobre el cartílago. Prueba del bostezo articular, para verificar si hay compromiso de ligamentos colaterales. Si existe compromiso del ligamento colateral medial se debe suponer que puede existir compromiso del menisco medial ya que se encuentra unido a este. Evaluación de ligamentos cruzados, para determinar compromiso de estos. Signo de la tecla, para ver si hay edema intraarticular. Evaluación de los meniscos, para determinar el compromiso de estos. Evaluar acortamiento o debilidad del cuadriceps, ya que al presentar dolor puede que este se encuentre alterado. Ficha kinesica de evaluación Prueba Patrones a evaluar Restricción Observación Observación general Asimetrías Equilibrio muscular Rodillas Normal: Alterado: Normal: Alterado: Normal: Alterado: Marcha Observar si presenta Descompensación Ligamentaria de las Rodillas en el apoyo Derecha Normal: Alterado: Izquierda Normal: Alterado: Pararse en un pie Equilibrio y estabilidad Pie derecho Normal: Alterado: Pie izquierdo Normal: Alterado: Alineación rotuliana Alineamiento rotuliano Derecha Normal: Alterado: Izquierda Normal: Alterado: Flexión, Extensión De rodilla Movimientos articulares De la rodilla Derecha Normal: Alterado: Izquierda Normal: Alterado: Observación General de La rodilla Temperatura Coloración Inflamación Normal: Alterado: Normal: Alterado: Normal: alterado: “NO” Roce rotuliano Normal: Alterado: Movimiento rotuliano Desplazamiento de la rotula sobre el cartílago Normal : Alterado Bostezo articular Ligamentos colaterales medial y lateral Rodilla derecha Normal: Alterado: Rodilla izquierda Normal: Alterado: Cajón Anterior y posterior Ligamentos cruzados Rodilla derecha Normal: Alterado: Rodilla izquierda Normal: Alterado: Signo de la Tecla Presencia de edema articular Rodilla derecha Normal: Alterado: Rodilla izquierda Normal: Alterado: Meniscos Compromiso meniscal Rodilla derecha Normal: Alterado: Rodilla izquierda Normal: Alterado: Cuadriceps Debilidad o acortamiento Rodilla derecha Normal: Alterado: Rodilla izquierda Normal: Alterado:
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