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LOS GRITOS DE MI SILENCIO Violencia y abuso sexual en la infancia 2 3 4 Créditos Primera edición digital: Febrero de 2016 Los gritos de mi silencio. Violencia y abuso sexual en la infancia. © Autores, 2015 © Biblioteca de Salud Mental, 2016 © BibliotecaOnline, 2016 Diseño de portada: Borja López Crespo Aquisgrán 2 28232 Las Rozas Madrid Teléf.: 91 7610902 www.bibliotecadesaludmental.com Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra en cualquier tipo de soporte o medio, actual o futuro, y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos. Elaboración del eBook: epubspain.com ISBN: 978-84-15998-43-3 5 http://epubspain.com I. PRESENTACIÓN Dentro de los problemas relacionados con la Salud Mental en la infancia hay temas cuya exposición genera gran inquietud, como el suicidio, los abusos y la violencia en la población infantil. Este segundo es aún más difícil de abordar, comprender y analizar. En España, numerosos menores de 18 años han sido víctimas de violencia de género con orden de protección o medidas cautelares. ¿Cómo una sociedad soporta una lacra como ésta? Las actividades que organiza la sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática (SAMP) alcanzan un amplio marco temático, tanto en la variedad de materias como en las diferentes etapas cronológicas de la vida a las que afecta. No han sido la psicología o la psicopatología infantiles una materia pródigamente tratada, no ha sido la pediatría la especialidad que ha demandado más espacio, si bien el Prof. Jaime Rodríguez Sacristán, primer Catedrático de Psiquiatría Infantil de España, miembro de Honor de la SAMP e incansable apoyo a nuestras actividades haya estado presente en todos estos quehaceres formativos. En esta ocasión hemos alcanzado la diana temática de un modo indirecto. Recuerdo perfectamente el inicio de la historia. Regresando, en AVE Madrid- Sevilla, de uno de los Encuentros de Psiquiatría Antropológica de Navacerrada, me sugiere el Dr. José Ignacio del Pino –protagonista de este evento- tratar el tema del abuso sexual en la infancia, de sus repercusiones psicopatológicas a lo largo de la vida, dada la frecuencia de manifestaciones, con estos contenidos, que le expresaban los pacientes en la terapias individuales o de grupo, en su consulta privada o en la sanidad pública. Me extrañó y me chocó. Me parecía dificultoso, delicado y posiblemente hiriente. Pero pronto comenzaron a acudir a mi mente casos clínicos vividos personalmente en jóvenes y adultos, algunos francamente graves. Me resistía a la idea pero intuía, a la vez, algo así como una necesidad de sacarlo adelante. Ante un dilema suelo echar mano de un folio y un boli, para desglosar aspectos, jerarquizar, relacionar temas, personas, tachar y rehacer el texto: imaginar, recordar, concretar y casi llevar a la práctica. De ese modo, con la ayuda de José Ignacio, llegamos a Sevilla con temas, ponentes, calendario, lugar 6 y convocatoria. Así de fácil resultó de entrada y nos pusimos manos a la obra en el montaje. Buena acogida, algunos temores o precauciones y muchos elogios animosos o animantes para que no diésemos marcha atrás ante la conveniencia y necesidad de tratar el tema por espinoso que resultase. Y fueron necesarios porque hubo que salvar muchos “no te metas en líos”. En el origen de muchas patologías psiquiátricas se hallan situaciones que la persona no ha sido capaz de integrar adecuadamente y que son generadoras de notable sufrimiento. Estamos pues trabajando en un tema un tanto tabú. Pienso que suele tratarse en plan superficial y nuestra conciencia nos lleva a eludir, muchas veces en la palabra y en el pensamiento, en lo propio y en lo ajeno, en lo viejo y en lo reciente, eso que es de gran valor. Se dice que la frecuencia epidemiológica del abuso sexual está en torno al 25% en cualquier colectivo. Les animo a que hagan una prueba en grupos de cuatro, si hay una cierta confianza, y quizá nos sorprendamos de que la apreciación epidemiológica se quede corta. La incorporación de los psicólogos al campo de la salud ha mejorado notablemente la atención personal, ya buena, que la medicina en general ha venido prestando a los pacientes. Porque para enterarse de estas cosas es preciso disponer de tiempo, de atenta escucha y que no falten ganas de involucrar más del propio tiempo si es preciso. No están lejos la responsabilidad, la justicia, el cuidado médico- psicológico, etc…pero la vulnerabilidad del hombre y del profesional es afectada, con frecuencia por debilidades internas y factores externos. La buena acogida de los ponentes y el valioso trabajo de las psicólogas Ana Moreno y Esther Rodríguez, hizo posible la acreditación por parte del Rectorado de la Universidad Hispalense y la difusión entre profesionales y estudiantes de últimos cursos en Facultades de Ciencias de la Salud hasta alcanzar cerca de un centenar de participantes. El aprovechamiento quedó patente en el desarrollo de las ponencias y los prolongados debates que les seguían así como en los cuestionarios que tras cada sesión elaboraban los asistentes. Por cierto, magnífico material para profundizar en el tema. Fue idea del Dr. Carlos Chiclana el preparar esta edición online y su ofrecimiento de acogida en la Colección Biblioteca de Salud Mental, que dirige. 7 Aceptamos sin duda, pero conscientes del trabajo que la recogida del material nos supondría. Merecían la pena. Entonces tras la clausura y el reparto de diplomas y certificados de asistencia a Médicos, Psicólogos, Pedagogos y estudiantes de últimos cursos en Grados de Ciencias de la Salud, se nos ocurrió una idea: “¡Aquí falta algo! ¿Qué será? Y surgió la idea de un amplio y profundo debate sobre la materia, en el que quienes han palpado estos “dramas” en las niñas y niños expusiesen sus vivencias y sus conclusiones. Así podríamos ayudar mejor a salir de los mismos. Es la oportunidad de que ayudemos a quienes han visto rebrotar el dolor de lo que les sucedió de niño/a y a quienes, ya adultos, acuden a una consulta psiquiátrica o a psicoterapias individuales o de grupo. Alguien apostilló ¿Y si lo celebramos en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla? a cuyo Presidente, el Dr. Castiñeira, agradecemos la deferencia. No podría faltar en este debate, junto a los ponentes de todo el Seminario y al público de Sevilla, el Secretario de la Real Academia, el Dr. Ignacio Gómez de Terreros, tantos años Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla y experto en protección a la infancia. Gracias, Ignacio, con tantos matices científicos, sociales, morales y materiales. En este libro, de edición electrónica, participamos los ocho ponentes del Seminario desarrollado en el Colegio Oficial de Médicos de Sevilla (COMS), los dos de la Mesa Redonda en la Academia Dres. Pino y Gil Arrones y la crónica de las intervenciones de los cinco ponentes, Fila Cero, junto al amplio coloquio. También unos trabajos complementarios solicitados a expertos en temas específicos como es el caso de los preparados por Marisa Rey, Macarena Anchóriz, Mª Ángeles Dichas, Leonor Asensio y Esther Rodríguez. El índice que sigue a esta Presentación deja bien clara la autoría. Estos aspectos sociales, jurídicos, médico-forenses y psicopedagógicos son de gran interés para entender mejor los hechos con el marco científico que los debe acompañar. Aun cuando sea citado ahora en este final del texto de presentación, ya aparece en el inicio de la publicación lo que viene a ser una “puesta al día” de los conceptos de violencia y abuso sexual en la infancia. Está elaborado como ponencia al Congreso Virtual Interpsiquis 2015, por parte de la coordinadora del seminario objeto de esta publicación, la psicóloga Esther Rodríguez. 8 Finalizo esta introducción con mi gratitud al Dr. Carlos Chiclana y su equipo de colaboradores por las sugerencias, el ánimo infundido, la experienciabibliográfica y la acogida en la Biblioteca de Salud Mental que promueve. A todos los que habéis hecho posible esta publicación ¡gracias! Sevilla 16 de abril de 2015 Manuel Álvarez Romero Presidente de la SAMP y Director del Seminario 9 LOS GRITOS DE MI SILENCIO "VIOLENCIA Y ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA I. Presentación Dr. Manuel Alvarez Romero. Médico internista II. Indice III. Conceptualización actual del abuso sexual infantil Esther Rodríguez Díaz. Psicóloga Sanitaria. Sevilla. IV. El abordaje psicosomático en la infancia. El apego y las urdimbres Manuel Álvarez Romero. Médico Internista V. Causas de abuso sexual y violencia en la infancia Frank García-Castrillón Armengou. Psicólogo Clínico. VI. Consecuencias, a largo plazo, de la violencia y el abuso sexual infantil ¿Cómo describirlas y abordarlas? Ana Moreno Gómez. Psicóloga Sanitaria. VII. La familia en la violencia y el abuso sexual: el trauma infantil José Ignacio del Pino Montesinos. Médico Psiquiatra. VIII. La violencia y el abuso sexual infantil en la escuela Manuel Guillén Benítez. Psiquiatra. Elena Guillén Guillén. Psicóloga Clínica. Miguel Andrés Guillén Guillén. Trabajador Social. 10 IX. Redes sociales, televisión y adicciones en relación con la violencia y el abuso sexual en la infancia Antonio de la Plata Caballero. Médico Psiquiatra. X. El perfil del abusador infantil en la red Daniel Rama Víctor. Psicólogo. Marta Rapado Castro. Psicóloga. Jaime de la Mata Rodríguez. Psicólogo. Carlos Salas Merino. Psicólogo. Carlos Chiclana Actis. Médico Psiquiatra. XI. Reflexiones en torno a los protocolos de actuación sanitaria en casos de violencia y/o abuso sexual en la infancia y adolescencia Macarena Anchóriz Esquitino. Médico Pediatra. XII. Aspectos médico-legales en agresiones sexuales a menores Mª Ángeles Dichas Gómez. Médico Forense. XIII. La psicopedagogía ante los abusos Mª Luisa Rey Serrano. Psicopedagoga. XIV. Abordaje terapéutico del abuso sexual en niños Leonor Asensio Aguerri. Médico Psiquiatra. XV. Mesa Redonda en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla a. presentación Prof. Ignacio Gómez de Terreros. Médico Pediatra. Secretario de la RAMCS Dr. Manuel Álvarez Romero. Médico Internista. Director del Seminario b. “Mi pasado está en mi cuerpo” Juan Gil Arrones. Médico Pediatra. c. “Luces y sombras de la violencia y el abuso sexual infantil” José Ignacio del Pino Montesinos. Médico Psiquiatra. 11 d. Debate Fila Cero (Ponentes del Seminario) Dr. Frank Garcia-Castrillon Armengou. Psicólogo Clínico. Dr. Cayetano Garcia-Castrillon Armengou. Médico Psiquiatra. Psiquiatra Infantil. Dña. Ana Moreno Gómez. Psicóloga Sanitaria. Dr. Manuel Guillén Benítez. Médico Psiquiatra. Dr. Antonio De La Plata Caballero. Médico Psiquiatra. e. Epílogo Prof. Jaime Rodríguez Sacristán. Catedrático de Psiquiatría Infantil. Ex presidente de la RAMCS 12 III. CONCEPTUALIZACIÓN ACTUAL DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL Esther Rodríguez Díaz. Psicóloga Sanitaria. Sevilla. 13 1. INTRODUCCIÓN El abuso sexual infantil no es un problema reciente, sino una de las formas de maltrato infantil. Es el tema más escondido de los maltratos y del que menos se conoce, tanto en el ambiente médico legal como en el social. Se ha venido produciendo a lo largo de la historia en todas las culturas y sociedades, e incluso en cualquier estrato social. Siendo una realidad que la violencia sexual contra los niños constituye una grave violación de sus derechos. En este sentido, el derecho a la protección está recogido en más de 20 artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Concretamente el Artículo 34 recoge que “Es derecho del niño ser protegido de la explotación y abuso sexuales, incluyendo la prostitución y su utilización en prácticas pornográficas.” Sin embargo, millones de niñas y niños de todo el mundo están expuestos a la violencia, la explotación y los abusos1. En la actualidad, es la valoración de una amplia solicitud lo que se muestra en una mayor repercusión pública, animando a las propias personas involucradas a requerir consultas y trámites judiciales. De hecho, se puede afirmar que hoy en día, el abuso sexual infantil como motivo de consulta ha aumentado, por derivaciones de médicos y maestros como por la demanda directa del paciente o su madre. De ordinario esto hace pensar que no se trata de un aumento del número de casos sino un aumento de las denuncias. Siendo cada vez más frecuentes y a edades más tempranas. Dando incluso la posibilidad a conocer que las propias madres, que reconocen y sospechan el posible abuso sexual en sus hijos, han sufrido ellas mismas este problema sin atreverse a denunciarlo2. Numerosos estudios han demostrado que las víctimas de abuso sexual suelen padecer problemas de salud físicos y psicológicos, como depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación y el sueño, y mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca, diabetes y cáncer3. Además de suponer una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño, pudiendo dejar secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo. El abuso se produce frecuentemente en la esfera familiar, 1 de cada 5 niños son abusados por un familiar cercano; en más del 50% hay evidencias de situaciones incestuosas; el 80% son amigos, vecinos o parientes2. En 8 de cada 14 10 casos reportados, el niño conoce a la persona. Tanto es así que, frecuentemente el abusador es una persona de autoridad que el niño confía o ama. Determinados estudios indican que los abusadores son varones (entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza, familiaridad, el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las agresiones sexuales)4. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (2002), una de cada cinco niñas y uno de cada diez niños en todo el mundo son víctimas de abuso sexual antes de cumplir 18 años, pero sólo uno de cada tres casos es informado3. A pesar de estos datos estadísticos, quizás insuficientes, se calcula que los casos conocidos representan solo la quinta parte de los casos reales. Entre los estudios más destacados desarrollados para evaluar la prevalencia de los abusos cometidos contra menores a nivel internacional destaca el efectuado por Finkelhor (1994). Los datos muestran que los abusos sexuales a menores constituyen un grave problema que se extiende internacionalmente, siendo Estados Unidos (27% de las mujeres y 16% de los varones) y España (22,5% de las mujeres y 15% de los varones) los países en los que se encuentran los mayores porcentajes de prevalencia disponibles, incluyéndose todo tipo de abusos, ya que se parte de definiciones de amplio espectro4. 15 2. CONCEPTUALIZACIÓN Parece no haber una definición universal acerca de qué constituye el abuso sexual infantil. De hecho, la inconsistencia de las definiciones ha hecho que sea un tema muy debatido. Por esta razón, es preciso tener en cuenta las definiciones de los principales organismos nacionales e internacionales: Convención de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas (CDN, 1989): “Toda violencia, prejuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, mientras que el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un tutor o de cualquier otra persona que le tenga a su cargo”. Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002): “El maltrato de niños puede definirse como todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido o negligencia, explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder” Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2006): “Los menores víctimas de maltrato y el abandono son aquel segmento de la población conformado por niños, niñas y jóvenes hastalos 18 años que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales. El maltrato puede ser ejecutado por omisión, supresión o transgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el abandono completo o parcial”. No obstante, una de las definiciones más completa del abuso sexual infantil que se encuentra en la literatura es la descrita por la Agencia Federal Norteamericana, Centro Nacional de abuso y negligencia infantil (NCCAN), ya que comprende “los contactos e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual también puede ser cometido por una persona menor de 18 años, cuando ésta es significativamente mayor que el niño (la víctima) o cuando (el agresor) está en una posición de poder o control sobre otro menor”. Además, se ha de tener en cuenta las siguientes categorías del abuso sexual, según el Manual de formación para profesionales sobre Abuso Sexual Infantil publicado por Save the Children en 2001: Abuso sexual: cualquier forma de contacto físico con o sin acceso carnal realizado sin 16 violencia o intimidación y sin consentimiento. Agresión sexual: cualquier forma de contacto físico con o sin acceso carnal con violencia o intimidación y sin consentimiento. Exhibicionismo: categoría de abuso sexual sin contacto físico. Explotación sexual infantil: categoría de abuso en la que el abusador busca un beneficio económico. Por ejemplo: tráfico sexual infantil, turismo sexual infantil, prostitución infantil y pornografía infantil5. Pese a esta controversia, a partir de la definición hecha por la OMS en 1999 sobre el abuso sexual: “participación de un/a niño/a en una actividad sexual que no comprende plenamente, a la que no es capaz de dar un consentimiento, o para la que por su desarrollo no está preparado y no puede expresar su consentimiento, o bien que infringe las leyes o los tabúes sociales. El abuso sexual de menores se produce cuando esta actividad tiene lugar entre un niño y un adulto, o bien entre un niño y otro niño o adolescente que por su edad o desarrollo tiene con él una relación de responsabilidad, confianza o poder. La actividad tiene como finalidad la satisfacción de las necesidades de la otra persona”, Echeburúa y Guerricaechevarría6 acordaron que un abuso sexual agrupa dos condiciones: 1. una relación de desigualdad de poder, edad o madurez entre el agresor y la víctima, y 2. la utilidad de la víctima como objeto sexual. Además cabe destacar, al margen de las definiciones de los diferentes organismos nombrados, las considerables corrientes psicológicas que también han aportado su perspectiva sobre el abuso sexual. Para definir el abuso sexual infantil desde el Psicoanálisis se podría tomar la definición de Jean Reuvoize: “es la experiencia de una persona menor usualmente sin poder que ha sido conducida hacia la actividad sexual por una persona mayor en la que confía, a la que probablemente ama y que es parte de su vida cotidiana”7. Por otra parte, desde el modelo de aprendizaje de Bandura (1977) se propone que los individuos aprenden a través de la observación la conducta de los “modelos” conductuales. Es decir, en términos de maltrato, si los padres abusan o son negligentes con sus hijos, no sólo enseñan conductas abusivas a sus hijos, sino que enseñan que el maltrato y la negligencia son formas aceptables de crianza. 17 Y a partir del modelo cognitivo-conductual (Milner, 1993) basado en la teoría del procesamiento de la información social, las distorsiones y sesgos cognitivos lo asocian con esquemas cognitivos preexistentes. Estos esquemas primarios originan un sesgo cognitivo que determinará la conducta del adulto. 18 3. DISCUSIÓN Estructuralmente, los niños dependen de los adultos, es decir su dependencia es uno de los factores que los define como niños. La actividad sexual entre un adulto y un niño siempre señala una explotación de poder; a este respecto, difiere de otras formas de encuentro sexual y nunca puede ser otra cosa que abuso. Debemos considerar que este problema existe y entrenarnos para detectarlo. Es cierto que la labor más completa es a través de grupos interdisciplinarios compuestos por médicos, psicólogos, asistentes sociales, abogados, etc. Aunque se debe tener presente que lo más apropiado es la prevención ya que estas situaciones se originan porque hay antecedentes familiares porque el entorno posibilita que existan factores de riesgo. Concretamente, ser vulnerable es el principal factor de riesgo. La intervención de padres, médicos de todas las especialidades y pediatras en particular ya desde los primeros vínculos, es lo esencial para que los niños aprendan progresivamente a que respeten su cuerpo y su intimidad, haciéndolos menos vulnerables. Cada vez se reconoce más la existencia de la violencia sexual en el hogar. De acuerdo con varios estudios realizados en 21 países (en su mayoría desarrollados) entre el 7% y el 36% de las mujeres y entre el 3% y el 29% de los hombres dijo haber sido víctima de agresiones sexuales durante su infancia, y según la mayoría de estos estudios la tasa de abusos sufridos por las niñas es de 1,5 a 3 veces la de los varones. La mayoría de los abusos suceden dentro del círculo familiar. De modo similar, un estudio multipaís realizado por la OMS, en el que se recogieron datos tanto de países desarrollados como de países en vías de desarrollo, mostró que entre el 1% y el 21% de las mujeres manifestaba haber sufrido abusos sexuales antes de los 15 años, en la mayoría de los casos por parte de varones miembros de la familia que no eran ni su padre ni su padrastro8. Se está tomando más conciencia, hay mayor información, menos temor de denunciarlo, mas protección legal, grupos estatales, ONG, y grupos de padres. Es un nuevo desafío que sólo puede ser abordado de manera interdisciplinaria y requiere de los que lo abordan, sensibilidad, conocimiento y compromiso. La existencia de los Derechos del Niño es una herramienta muy importante, tanto para el niño como para los que se apoyan en la solución de esta plaga social2. 19 En la actualidad existen numerosas campañas que previenen el abuso infantil a través de los medios de comunicación, con la participación de famosos, maestros, y profesionales de la salud implicados. Un ejemplo, es el caso de la Fundación RANA (Red de Ayuda a Niños Abusados), que ha puesto en marcha una campaña de concienciación contra el abuso infantil en las redes sociales10. En julio de 2013 UNICEF emprendió la iniciativa #ENDViolence, con el fin de pedir una acción colectiva para terminar con la violencia contra los niños, destacando el hecho de que la violencia se da en todas partes pero que no siempre es visible y que, en ocasiones, hay normas sociales o culturales que la toleran. Con el lema “Haz visible lo invisible”, la iniciativa busca la concienciación como un paso para cambiar actitudes, comportamientos y políticas1. Como parte del compromiso de UNICEF con la Convención sobre los Derechos del Niño y la Declaración de Río de Janeiro y el Llamado a la Acción para Prevenir y Eliminar la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, UNICEF trabaja para prevenir y responder a la violencia sexual incorporando a diferentes sectores del gobierno –la justicia, el bienestar social, la educación y la salud–, así como los legisladores, la sociedad civil, los líderes comunitarios, los grupos religiosos, el sector privado, los medios de comunicación, las familias y los propios niños. UNICEF apoya a los gobiernos en el fortalecimiento de los sistemas de protección de la infancia a nivel nacional y local, incluyendo leyes, políticas, reglamentos y la prestación de servicios integrales a los niños que son víctimas de estos hechos. UNICEF también trabaja con las comunidades y el público en general para crear conciencia sobre el problema y abordar las actitudes, normas y prácticasque son perjudiciales para los niños11. 20 http://www.unicef.org/spanish/crc/index_30204.html http://www.unicef.org/protection/World_Congress_III_against_Sexual_Exploitation_of_Children_and_Adolescents(1).pdf 4. REFERENCIAS BIBLIOTEGRÁFICAS 1. UNICEF. Protección infantil [Internet]. España: Unicef; 2013 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.unicef.es/infancia/proteccion-infantil. 2. Sacroisky G. Abuso Sexual Infantil. IntraMed [Internet]. 2002 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=18314. 3. Reuters. Farmacéuticas ayudarán a combatir el abuso sexual infantil. IntraMed [Internet]. 2012 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.intramed.net/contenidover.asp? contenidoID=77790. 4. Morán CJ. Abuso Sexual Infantil. Universidad Panamericana [Internet]. 2013 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://54.245.230.17/library/images/c/c6/ARES-PSI-32.pdf 5. Save The Children. Abuso sexual infantil: Manual de formación para profesionales [Internet]; 2001 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/91/Manual.pdf 6. Echeburúa E, Guerricaechevarría C. Abuso sexual en la infancia: víctimas y agresores. Barcelona: ARIEL; 2009. 7. Herrero A. Abuso Sexual Infantil. Revista de Epistemología y Ciencias Humanas [Internet]. 2009 [Citado 29 Nov 2014];1:62-69. Disponible en: http://www.revistaepistemologi.com.ar/biblioteca/00.EpistemologIaN1.pdf#page=62 8. Asamblea General de las Naciones Unidas. Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños [Internet]. 1998 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.unicef.org/violencestudy/spanish/reports/SG_violencestudy_sp.pdf 9. UNICEF: Comité de los Derechos del Niño, Observación general N º 13 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia [Internet]. 2011 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/sowc2014/numbers/documents/spanish/SP- FINAL%20FULL%20REPORT.pdf 10. Carbonell S. La Fundación Rana pone en marcha una campaña contra el abuso infantil [Internet]; 2014 [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://ultimahora.es/mallorca/noticias/local/2014/138215/fundacion-rana-pone-marcha- campana-contra-abuso-infantil.html 11. UNICEF. La violencia sexual contra los niños [Internet]; [Citado 18 Mayo 2015]. Disponible en: http://www.unicef.org/spanish/protection/57929_58006.html 21 http://www.unicef.es/infancia/proteccion-infantil http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=18314 http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=77790 http://54.245.230.17/library/images/c/c6/ARES-PSI-32.pdf http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/91/Manual.pdf http://www.revistaepistemologi.com.ar/biblioteca/00.EpistemologIaN1.pdf#page=62 http://www.unicef.org/violencestudy/spanish/reports/SG_violencestudy_sp.pdf http://www.unicef.org/spanish/sowc2014/numbers/documents/spanish/SP-FINAL%20FULL%20REPORT.pdf http://ultimahora.es/mallorca/noticias/local/2014/138215/fundacion-rana-pone-marcha-campana-contra-abuso-infantil.html http://www.unicef.org/spanish/protection/57929_58006.html IV. EL ABORDAJE PSICOSOMÁTICO EN LA INFANCIA. EL APEGO Y LAS URDIMBRES Manuel Álvarez Romero. Médico Internista. Sevilla. 22 1. ¿DE QUÉ HABLAMOS? 1.1. Abordaje psicosomático El término psicosomática se utiliza en Medicina desde que lo introdujo Heinroth (1773-1849). Las escuelas psicoanalíticas, las de psicoterapia existencial y los internistas centro europeos junto a la Escuela de Chicago, constituyen los orígenes de la Medicina Psicosomática entre los años 1920 y 1955. El abordaje psicosomático es integrador y han de tenerse en cuenta los aspectos Biológicos, Genéticos, Psicológicos, Socio-Culturales y Espirituales. Estos últimos se refieren a las consecuencias del ser trascendente y libre propias de la persona, capaz de convertir su libre actuar en favorecedor o perjudicial para su propia salud y siempre en interacción para poder interpretar correctamente la sintomatología y proporcionar así una correcta armonía entre todos ellos. La consecuencia será la restitución de la salud de la persona. Así surge el Paradigma Psicosomático Bio-Psico-Socio-Eco-Espiritual. Existen, por tanto, trastornos psicosomáticos que requieren de este modo de intervención y que han de ser abordados mediante psicofarmacología y psicoterapia. Estos trastornos se diagnostican cuando los síntomas físicos son causados fundamentalmente por la patología psicológica o psiquiátrica; un ejemplo son los pacientes con trastornos de conducta alimentaria que desarrollan complicaciones médicas secundarias a la desnutrición y también los pacientes que desarrollan complicaciones como consecuencia de la falta de adherencia a su tratamiento médico o los que padecen trastornos somatoformes o facticios físicos que son una manifestación primaria de la enfermedad psiquiátrica oculta, sin etiología orgánica. El DS-IV-TR reconocía 5 tipos de trastornos somatomorfos: Trastorno por somatización, conversivo, por dolor, hipocondría y dismórfico corporal. Por el contrario, el DSM-V habla de cambios, tanto en criterios diagnósticos como en la clasificación. 23 1.1.1. Psicosomática y Pediatría La Medicina Psicosomática es también llamada Psiquiatría de Interconsulta y Enlace. La medicina psicosomática en pediatría es la subespecialidad de la Psiquiatría Infantil y del adolescente dedicada a atender servicios de salud mental con pacientes pediátricos físicamente enfermos, con un abordaje psicosomático, es decir, integrando aspectos bio-psico-sociales como lo haríamos con un adulto. El conocimiento de estos aspectos necesarios para una intervención psicosomática requiere de tiempo, por eso, Juan Rof Carballo (pionero en España de la Psicosomática) decía: “la Medicina Psicosomática nace de la falta de prisa del médico” y “aspira a ver al hombre como una totalidad… como inmerso en una red de conexiones” Los objetivos de la Medicina Psicosomática según Herzog y Stein (2001) son: 1. Facilitar la detección temprana de trastornos psiquiátricos en niños y adolescentes físicamente enfermos. 2. Ayudar en la diferenciación de enfermedades psicológicas que se presentan como síntomas somáticos 3. Ayudar a evitar estudios diagnósticos y procedimientos innecesarios 4. Sostener al niño y a su familia para sobrellevar la enfermedad y su tratamiento 5. Asistir al equipo médico en la comprensión de las reacciones y conductas de los niños y adolescentes físicamente enfermos y sus familias. Por tanto un profesional de la medicina psicosomática debe conocer y manejar aspectos tales como la expresión peculiar, los síntomas nucleares, saber observar y mirar, preguntar en el entorno y conocer la expresión emocional somatizada. Según Burket y Hodgin (1993) las causas principales de interconsulta psiquiátrica son: Trastornos de conducta Evaluación de riesgo de suicidio Depresión y reacción a la enfermedad 24 Aceptación parental de la enfermedad del niño Uno de los principales problemas en la psicosomática es la somatización, y en Pediatría ha de contarse con factores de riesgo tales como son los genéticos, los eventos vitales estresantes, los rasgos de personalidad y estilos de afrontamiento, las quejas aprendidas, los factores familiares y la enfermedad orgánica en la infancia, así como el contexto sociocultural. 1.1.2. Temperamento, Carácter, Personalidad En el ámbito psicológico, la Personalidad se define como el conjunto de peculiaridades individuales, constitucionales y adquiridas. El Temperamento se define como el conjunto de disposiciones y cualidades que nos vienen dadas por nuestro código genético, es decir, nacemos con ellos. Puedes tener tendencia a ser más introvertido o más extrovertido, de ánimo estable o inestable… Un cambio en este sentido es más costoso, siendo casi imprescindible la ayuda de pequeñas dosis de psicofármacos. El Carácter es lo aprendido que incorporamos a nuestra vidaen aptitudes y actitudes, hábitos, habilidades y estrategias a lo largo de nuestro proceso educativo. Así, la personalidad incluye y combina temperamento y carácter en un dinamismo vivo y constante. Quien nace lechón se muere cochino dice un refrán popular pero es evidente que se puede morir más o menos cochino. Algunos rasgos de personalidad son asociados con tendencia a la somatización, como los de introspección, baja autoestima y pesimismo. 1.1.3. Los dominios de la Personalidad: ¿a qué tiende? ¿qué hace? ¿qué es? McAdams (1995) plantea una división en tres niveles o dominios de la personalidad que son conceptual y epistemológicamente diferentes: 1. Un primer nivel referido a elementos personales que representan disposiciones generales y descontextualizadas de conducta concebidas de forma estructural; es decir, un dominio 25 compuesto por rasgos. Los rasgos fundamentan la estabilidad y consistencia de la conducta, tienen raíces hereditarias y carácter transcultural. McAdams asume los modelos de Cinco Grandes rasgos de la personalidad y el procedimiento más eficiente de evaluación, el psicométrico, a base de cuestionarios e inventarios. En pocas palabras, el estudio de los rasgos como primer dominio personal se centra en lo que las personas tienden a hacer. 2. Un segundo nivel referido a elementos personales de regulación de la acción, contextualizados en lugar, tiempo y/o rol que McAdams denomina adaptaciones características. Estos elementos son de naturaleza y forma diversa, Incluyendo motivos, valores, metas, competencias, creencias, afrontamiento del estrés, etc. En comparación con los rasgos, son concebidos más como procesos que como estructuras, más asociados al cambio que a la estabilidad, consistencia y más vinculados al aprendizaje que a la herencia. Tradicionalmente han sido estudiados, tanto desde epistemologías objetivistas como subjetivistas, de tal modo que el tipo de evaluación adecuado dependerá del elemento en concreto, pudiendo ser psicométrica, subjetiva e incluso proyectiva. Resumiendo, el estudio de las adaptaciones características como segundo dominio personal se centra en lo que las personas hacen de forma efectiva. 3. El tercer y último dominio personal propuesto por Macadams es el de la identidad, y está constituido por significados que proporcionan unidad y propósito a la vida de las personas a través del tiempo y de las situaciones. Este elemento es concebido como procesos psicológicos (en este caso de construcción narrativa) y se asocia exclusivamente con el aprendizaje y el cambio personal. Por su naturaleza, McAdams defiende una evaluación cualitativa, preferentemente utilizando la historia de vida. Las narrativas identitarias mantienen todas las características del pensamiento narrativo y tratan de proporcionar un sentido de continuidad a toda una serie de experiencias que en muchos casos son contradictorias entre sí. En cualquier caso la narrativa da una explicación que resulta útil para la persona en un contexto concreto y se intenta hacer esa explicación coherente con el resto del discurso de la persona. Por ello, casi cualquier explicación que una persona dé de un suceso o una serie de sucesos mantiene una alta carga narrativa y puede ser vista como una manifestación de la propia identidad. Debemos ser conscientes de que la personalidad se va forjando desde que nacemos, teniendo especial relevancia las etapas de la infancia y la adolescencia. Por ello, debemos ser extremadamente cautos y cuidadosos con el contexto en el que se desarrolla ésta, pudiendo tener inmensas consecuencias negativas si hablamos de un contexto donde se observe o incluso se sufra cualquier tipo de maltrato infantil. Un ejemplo de ello es un estudio realizado por Gonzalo Marrodán J.L; Benito Moraga, R; y Ruiz Feliu, M sobre Trastornos de Personalidad asociados a antecedentes de maltrato infantil a los pacientes que acuden a las consultas de psiquiatría y psicología. Estos autores realizaron el estudio con 24 sujetos pacientes utilizando como método para medir la personalidad el Inventario 26 Clínico Multiaxial de Millon MCMI-III (Millon, 1997; Adaptación Española de Cardenal V y Sánchez M.P, 2006), con la presencia de la evaluación del maltrato evaluada a través de CHILDHOOD TRAUMA QUESTIONNAIRE. Los resultados de este estudio mostraron que el tipo de personalidad que correlacionaba con más frecuencia con el tipo de maltrato sexual infantil era el Trastorno Evitativo de la Personalidad. En el estudio se encuentra que los pacientes con trastornos Evitativo y Dependiente son quienes han sufrido maltrato con más frecuencia en general. Según los autores, este estudio se trata de los primeros resultados y conclusiones provisionales de un trabajo que no ha hecho más que empezar. 27 2. EL PARADIGMA PSICOSOMÁTICO Una palabra adecuada, en ocasiones, puede ser más eficaz que un fármaco. Y cualquiera de los muchos medicamentos empleados conlleva, como se ha demostrado ampliamente, un importante efecto placebo. En la práctica clínica, es una realidad que, con frecuencia, el elemento curativo fundamental radica en el modo de actuar del médico. Como ya adelantamos, cando evaluamos la salud o la enfermedad de un individuo debemos considerar los factores biológicos (genéticos), los psicológicos (educacionales o vivenciales) y los sociales, pues son los condicionantes de su estado. De esta forma conoceremos mejor al paciente, independientemente de su enfermedad. La Medicina Psicosomática analiza e indaga el dinamismo interactivo que generan esos factores -inspirado en el modelo bio-psico-social de Engels- y la libertad del hombre. Es obvia la importancia que tienen las vivencias, las emociones y las atribuciones -verdaderas o falsas- en el funcionamiento del organismo, tanto en la salud como en la enfermedad de la persona. ¡Cuánta riqueza encierra esta atalaya! Enfermedades tan frecuentes como la depresión, las cefaleas y jaquecas, la hipertensión arterial, el síndrome premenstrual, la úlcera gastroduodenal (aun contando con el recién conocido Helicobacter pylori), el colon irritable, los vértigos y desequilibrios, las somatizaciones e hipocondrías, etc., se comprenden y analizan mejor desde la perspectiva multicausal e interdisciplinar propia de la Psicosomática. El paradigma Bio-psico-social de Engels caracteriza a la Medicina Psicosomática. Pero hoy aparece como especialmente emergente, liderado por la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática, el paradigma bio-psico-socio- eco-espiritual. Y es que los hombres actuamos, en cierta medida, limitados por nuestro temperamento, educación y biografía, así como por las circunstancias psicosociales del momento. Pero, con todo, no pasamos de estar condicionados. Somos más o menos libres según las circunstancias, internas o externas, que nos acompañan, pero nunca estaremos –mientras haya conciencia- pre- determinados y sin libertad. Es lo que me ocurre en la consulta cuando le propongo a un paciente seguir un tratamiento medicamentoso para modificar 28 aspectos de su conducta, de sus sentimientos o su sensibilidad y me encuentro – no pocas veces- con la respuesta: -¿Pastillas yo? Yo soy así, ese es mi yo. No quiero cambios artificiales. Y le explico: Tú no eres así. Lo que te ocurre ahora es un defecto de tu yo. Es como una inflamación de un dedo, un esguince de tobillo, un pie plano congénito o una miopía en los ojos. Y añado: Comentemos este último ejemplo: Sí eres así, no uses gafas, ni te operes, cada vez verás menos. Pero lo soportarás tú y los que tengan que sufrir las consecuencias del defecto. Además, se da el agravante de que el defecto se acentuará cada vez más. ¿Porque actuamos ante un defecto ocular y no ante el caracterológico? Queda claro que debemos reflexionar si procede utilizar un medio terapéutico tan eficiente y económico en todo caso. Este tipo de comportamiento se explica en la generalidad de los casos por ignorancia o desinterés de los médicos. Y es que existe la tendencia a evitar hablar de padecimientoscalificados de psicológicos, que sirve de tapadera o excusa para “explicar” situaciones sociales, familiares o sociolaborales de difícil justificación. Hace años apliqué lo expuesto a los personajes del Quijote en una ponencia presentada al Congreso de médicos escritores y artistas –así se denomina la Sociedad - y disfruté enormemente de la riqueza que entraña analizar las personalidades de D. Quijote y Sancho. Una de mis aportaciones fue percatarme de la cárcel del cuerpo, del valor de nuestras neuronas con relación a nuestras conductas y, en general, nuestro soma. Recuerdo, con satisfacción, cuán limitados estamos, cómo siendo realmente libres, más o menos libres, estamos condicionados por los cuatro factores del Paradigma Psicosomático que ya hemos analizado. El propio Rof Carballo, nuestro principal mentor en estas lides psicosomáticas, en “Medicina y Creatividad”, profundiza en el tema. En él parangona la curación psicoterapéutica de un paciente psicótico, grave y resistente a todo tratamiento psicofarmacológico, mediante la psicoterapia basada en la comprensión, el afecto, la ternura y la acogida por parte de un buen profesional con la prolongada actuación de un Sancho, siempre corazón amistoso y disponible para con el doliente D. Quijote, que también llega a alcanzar la salud mental antes de su muerte. Finalicemos considerando como resuelve el autor ese “no querer mirar el 29 propio lado oscuro que todos tenemos”, actitud que genera un cierto conflicto, doloroso en sí y que necesariamente hemos de resolver. Pues aquí Alonso de Quijano lo salva con el delirio, Sancho acudiendo a los mil refranes y chanzas del vulgo… ¿Y los demás personajes? Sin duda, de manera menos auténtica, realista y digna aunque más acomodada. Interesante tema que, como tantas otras facetas de la obra cervantina, se merece futuras atenciones. 30 3. LA EPIGENÉTICA: GENES Y AMBIENTE Se sabe que todo organismo tiene una determinada secuencia de ADN, y que el cambio de algún gen de esta secuencia provoca una mutación que trasciende en los cambios correspondientes en el organismo. Pues más allá de estas mutaciones genéticas que implican cambios en la secuencia de ADN, nuestros genes sufren otro tipo de alteraciones sutiles y reversibles que son provocados por el ambiente. A estos cambios los llamamos cambios epigenéticos. Así, podríamos decir, que si una mutación genética implica un cambio de las estructuras del ADN, una alteración epigenética modifica tan sólo los acentos de esas letras. De esta manera, los genes modifican su función sin la necesidad de que la secuencia del ADN varíe. Por lo tanto, el entorno contribuye a que algunos genes que estaban silenciados sean expresados o al contrario. De esta manera, no sólo estamos condicionados genéticamente, sino que el entorno también contribuye a la expresión de nuestra aportación genética. Es fundamental contar con la llamada expresión de los genes. Es un proceso necesario para que las características incluidas en los genes sean activadas y tengan papel activo en el desarrollo de ese ser vivo. Las diferencias epigenéticas determinan, por ejemplo, que dos organismos clonados no sean iguales o que dos gemelos desarrollen enfermedades de origen genético distinto. Los genes y el ambiente forman un equipo en cuanto al desarrollo del niño. Una excelente manera de determinar si una característica es heredada o influida por el ambiente es a través del estudio de parejas de gemelos univitelinos (provienen ambos del mismo óvulo y el mismo espermatozoide, así que son 100% idénticos genéticamente) que han vivido en hogares diferentes desde su nacimiento. Así, los cambios presentes en ambos serán debidos al ambiente y no a la dotación genética, puesto que es la misma. En un estudio de este tipo, realizado por el doctor Thomas Bouchard, de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, con parejas de gemelos, se midió la heredabilidad de diversos rasgos físicos y psicológicos; es decir, el porcentaje de contribución de los genes a cierta característica. Por ejemplo, una característica que depende en buena medida de los genes 31 es la estructura, sabemos que en poblaciones modernas industrializadas el factor hereditario se sitúa entre 0,80 y 0,90. Esto quiere decir que, dentro de esa población, las variaciones de estructura se explican, en un 80%-90% por los genes, factores externos como la dieta y el ejercicio físico se estima que determinan las diferencias en la estructura en sólo un 10% - 20% restante. En cambio, ni las preferencias alimenticias ni el sentido del humor parecen demasiado heredables, se adquieren de la experiencia temprana y no de los genes. En cuanto a la personalidad, midiendo los cinco grandes rasgos tradicionales con el cuestionario de Neo Pi-R, con pares de gemelos idénticos y la influencia genética en las cinco dimensiones: neuroticismo, extraversión, apertura, amabilidad y responsabilidad, se estimó la heredabilidad en un 41%, 53%, 61%, 41% y 44%, respectivamente. Como vemos, la relevancia del ambiente en el desarrollo del niño es indiscutible. Entiende Rof que, el “cerebro interno” o diencéfalo tiene carácter programatorio y que este carácter de “programación” del ser vivo se realizaba a través de la simbiosis madre-niño, en forma “constitutiva”, en estrecha relación con los mecanismos hereditarios que forman la hoy denominada “herencia sociogenética. «Los genes de desarrollo (Mirsky), sin los cuales no se movilizarían las neuronas, ni se activarían las células matrices de las mismas en el epéndimo, necesitan ser “activados”. De una manera, selectiva, conforme a la historia personal de los progenitores y a la cultura en que se mueven y a la tradición dentro de la que se ha ido forjando su existencia». En suma, según este principio, la impronta de los “genes de desarrollo” implica, en cierto modo, la inoculación, en tanto que afín, de una buena parte de las pautas sociales, de la cultura, del estilo y de la “historia” del medio que tutela. 32 4. EL APEGO Y LAS URDIMBRES El ser humano tiene dos grandes tendencias, una la de ejercer un control social sobre los demás y otra la de conseguir la unión, la intimidad y el placer de las relaciones. En este sentido, tiene la necesidad de establecer vínculos afectivos percibidos como incondicionales y duraderos, como podría ser el vínculo del apego. La figura de apego es generalmente en la infancia la madre, y en otras ocasiones la abuela o el padre. Normalmente es su cuidador principal. El apego condiciona el posterior desarrollo cognitivo, la competencia social y el componente afectivo de tal forma que mejorar las relaciones tempranas será el primer paso para incrementar la calidad de las relaciones interpersonales. Juan Rof Carballo (Lugo,1905-Madrid,1994), médico, ensayista y padre de la medicina psicosomática española, describe una teoría de las condiciones de desarrollo y del significado de la vida emocional para el hombre, donde introduce el concepto de urdimbre afectiva. Este término es básico para la comprensión de las relaciones entre la construcción de la personalidad y las características del comportamiento emocional. Los humanos nacemos siempre en un parto prematuro, sin acabar, y necesitados de un acabado en la familia. Más aún, la construcción y maduración de nuestro cerebro no está cerrada, sino abierta a las relaciones interpersonales y a la propia conducta. El niño conlleva una enorme plasticidad neuronal y necesita la atención y relación con los demás para ser sanamente viable y alcanzar la plenitud humana. Nuestro ser biológico nos predispone ya para la primera interrelación o encuentro, que es fundamentalmente afectivo, y en concreto materno-filial. El niño, cuando nace, tiene desarrollado tan sólo el cerebro interno. Para la maduración correcta de la corteza cerebral y del resto del cerebro, el niño debe estar en un ambiente favorable, el cual se da mediante la tutela afectiva de la madre u otras personas -las figuras de apego- y por eso, se llega a decir que durante elprimer año de vida el niño tiene como neocórtex el cerebro de su madre. El proceso de urdimbre es un complejo aprendizaje, un troquelado o impronta. Se trata de algo así como un tapiz que hay que bordar. Y una de las 33 http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9dico http://es.wikipedia.org/wiki/Ensayista http://es.wikipedia.org/wiki/Medicina_psicosom%C3%A1tica manos fundamentales que van bordando ese tapiz es su figura de apego, esa persona que proporciona los cuidados más fundamentales, la satisfacción de las necesidades físicas y la disponibilidad emocional. 34 5. TODO LO QUE SUCEDE REPERCUTE: EL VALOR DE LO PEQUEÑO Así reza el título de un libro del educador cordobés Fernando Alberca. En cuento fijé la mirada en su portada quedó grabado en mi memoria, a modo de sonsonete, esa profunda, sencilla y frase. Y es que cuanto más avanzamos en la edad más claro y real resulta esa afirmación. Si echamos cuenta atrás y revivimos un proyecto de nuestra biografía, nacerán mil recuerdos con mayor o menor significado que supusieron un estímulo, para seguir o no, determinados caminos de nuestro vivir. Y así se fue realizando nuestro viajar por la vida con toda su trascendencia para consigo mismo y quizás para muchos otros que convivieron con nosotros o que utilizaron, para bien o para mal, el rastro que dejamos. “Todo lo que sucede importa” o “Como orientar en el laberinto de los sentimientos” es un libro que tiene mucho que ver con el tema de esta publicación que lees. Uno de sus capítulos aborda “la trampa extendida del maltrato”, otro previene de que “la primera trampa es el yo “ y … uno más se titula “la cabeza y el corazón: dos en uno”. Porque dos son los protagonistas de cada una de las mil historias en que se desarrollan los aconteceres del abuso sexual infantil y del maltrato de niños o adolescentes. Siempre es así, son dos inteligencias y dos voluntades, mejor o peor desarrolladas o formadas y cargadas de muy diversas circunstancias. Pretendemos que a lo largo de estas páginas se puedan descubrir muchos de los matices por analizar en cada caso, así como las perspectivas que permitan vislumbrar las consecuencias de cada acción, en cada una de las partes. 35 6. ¿EL NIÑO ES LIBRE? El niño, al igual que el hombre, como ser racional que es, tiene un atributo indiscutible, la libertad. Tenemos libertad aunque actuemos con limitaciones tales como las propias de nuestro instinto, el temperamento ya anteriormente citado, la educación, la biografía y las situaciones psicosociales de cada momento. La libertad es una cualidad, especifica del ser humano, que conlleva un valor inmenso para nuestros actos así como añade a los humanos una cualidad importantísima, la responsabilidad que conllevan y con ella el mérito o demérito correspondientes. Como ya adelantamos, estamos condicionados pero no determinados. Nos condiciona: La memoria implícita de los dos primeros años. Lo que nos aportan y lo que elegimos. Lo consciente y también lo inconsciente. Lo verdadero y lo falso que recibimos en la construcción de nuestro yo. El paternalismo bueno y también el malo. etc. Para tener libertad, es preciso contar con capacidad para razonar, atributo que también nos diferencia de los animales no racionales. Y es que los instintos nos condicionan pero no nos determinan. Un ejemplo podría ser el de una persona que puede ser libre de decidir cuándo quiere comer y beber o no aunque tenga hambre o sed. Al menos hasta cierto punto. Igual sucede con los otros impulsos o condicionamientos instintivos. Para usar la razón, esa que nos dota de libertad, debemos aprender también a trabajar nuestro inconsciente, reflexionando o dejando ayudar. Sigmund Freud propone tres niveles de inconsciente: Lo fundamental: fijo y natural Lo reprimido: forzado o aplastado Lo inestable: que entra y sale, ocultándose temporalmente, tal como sucede en el caso del avión que se esconde entre las nubes y vuelve a aparecer. 36 Contando con el consciente y el inconsciente, hemos de gestionar bien lo que recibimos, por ejemplo, cuando nos aconsejan y lo aceptamos. Un buen consejo vital sería el acudir a una buena “Escuela de negocios” del vivir para adquirir la sabiduría de arrimarse a quien sabe, puede o tiene”. 37 7. ¡QUE HABLEN LAS NEUROCIENCIAS! La neurociencia nos habla de plasticidad cerebral y neurogénesis. La plasticidad cerebral hace posible que neuronas de zonas cerebrales disfuncionales sean reclutadas por otras zonas donde trabajarán con las mismas u otras funciones, se trata de la migración neuronal. El cerebro es plástico y las conexiones neuronales en las sinapsis no son fijas, van cambiando, así se crean o extinguen nuevas funciones, pensamientos, hábitos, conductas, etc. Se denomina neurogénesis a la creación o nacimiento de nuevas neuronas. Hasta hace poco se ha pensado que esto era imposible, es decir, que nos moríamos con las neuronas que teníamos al nacer, más bien con las que nos quedaban después de la poda sináptica involutiva. Hoy día se sigue investigando en este tema, especialmente en el hipocampo, la zona cerebral especializada en el aprendizaje. Por lo tanto, se crean nuevas conexiones y puede que nuevas neuronas cuando aprendemos algo, la función crea el órgano. También se “desaprende” algo, desapareciendo estas conexiones que se habían creado, por un proceso llamado apoptosis, consistente en la destrucción o muerte celular programada, provocada por el sujeto, con el fin de autocontrolar su desarrollo y crecimiento, Está desencadenada por señales celulares controladas genéticamente. La apoptosis tiene una función muy importante en los organismos, pues hace posible la destrucción de las células dañadas, evitando la aparición de enfermedades como el cáncer, consecuencia de una replicación indiscriminada de una célula dañada genética o epigenéticamente. En cuanto al maltrato y al abuso sexual infantil, en este campo, se ha demostrado que suponen un evento estresante tal que genera una interrupción del desarrollo. Puede afectar a diversas estructuras del cerebro, entre ellas la corteza prefrontal, el hipocampo, el cuerpo calloso, el cerebelo y la amígdala, principalmente, señaló Araceli Sanz Martin, una de las coordinadoras de la publicación Neurociencias en Julio 2013/4ª edición. Las consecuencias estarían relacionadas con cambios importantes en la conducta, la capacidad para inhibir la información irrelevante, en la memoria, el aprendizaje, así como con alteraciones tipo conducta violenta y problemas delictivos, entre otros. 38 http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1ncer Estos daños en cierta medida son reversibles, pero parece que no siempre ni completamente. Todo depende de la atención temprana que reciba el niño. 39 8. CONCLUSIONES 1. La Medicina Psicosomática aporta una perspectiva muy adecuada para bien entender esos supuestos casos de maltrato infantil o adolescente y del abuso sexual en la infancia 2. El paradigma psicosomático ayuda a esquematizar y profundizar en el análisis de las conductas de maltratadores y maltratados o del abusador y el abusado. 3. La Pediatría psicosomática refleja un papel emergente en nuestra compleja sociedad. 4. Son cada día más abundantes las evidencias del valor de la epigenética en el origen de nuestro enfermar con la correspondiente repercusión en el desarrollo psicofísico del niño o del adolescente. 5. La evolución asociada al progreso que vivimos no siempre favorecerá el buen desarrollo de los niños ya que es necesario que la técnica esté al servicio de los valores educativos y no al contrario. 6. Médicos, psicólogos, educadores, sacerdotes, preceptores, parientes - y sobretodo padres o abuelos- han de concienciarse de la necesidad de estar alerta respecto a los riesgos que venimos estudiando. 7. Y hemos de mantener la valentía de realizar la adecuada denuncia de los hechos delictivos, cuando se dieren. Nunca “mirar hacia otro lado” por comodidad o cobardía. 8. Los humanos, hombres o mujeres, somos seres libres. Ciertamente estamos condicionados,y a veces fuertemente, pero no estamos determinados. 9. La educación, siendo discreta, ha de ser profunda y clara. Y saber repartir responsabilidad para bien formar entre padres y maestros. 10. El papel del médico, con previa advertencia o no, resulta, a veces, de valor fundamental para el despistaje, la comprobación, el estudio y quizás el remedio de las consecuencias del abuso y del maltrato en los niños. 40 9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Shaw, R. J. & DeMaso, D. R. (2009). Consulta Psiquiatría en Pediatría. En niños y adolescentes con enfermedad orgánica. Buenos Aires, Argentina: Editorial Médica Panamericana. 2. Álvarez, M. (2012). El Efecto Gioconda. Cómo soy, cómo me veo, cómo me ven: Aprendiendo en el espejo de la mirada ajena. España: Almuzara. 3. Martínez, C. (2012). Neurociencia y afectividad. La psicología de Juan Rof Carballo. Barcelona: Editorial Erasmus. 4. Alberca, F. (2012). Todo lo que pasa importa. España: Desclé de Brouwer. 5. Cano, F. J., García, J. & Rodríguez, L. (2004). Dominios de la personalidad y afrontamiento del estrés asociado a la preparación de oposiciones. Análisis y Modificación de Conducta, 134(30), 20. 6. Álvarez, M. (2005). ¿Sabes pensar? España: Almuzara. 7. Martínez, F. (2008). Juan Rof Carballo y la Medicina Psicosomática. España: Díaz de Santos. 8. Sanz, A. (2013). El maltrato infantil puede afectar a las estructuras del cerebro. Universidad de Guadalajara. Red Universitaria de Jalisco. 9. Rapado, M. (2015). La ansiedad. Estrategias para manejarla paso a paso. España: BibliotecaOnline. * El autor ha preferido no referenciar las citas en el cuerpo del texto. 41 V. CAUSAS DE ABUSO SEXUAL Y VIOLENCIA EN LA INFANCIA Frank García-Castrillón Armengou. Psicólogo Clínico. Sevilla. 42 1. INTRODUCCIÓN Me corresponde a mí iniciar este ciclo de conferencias sobre la violencia en la infancia y más específicamente una de sus formas más crueles: el abuso sexual infantil. En primer lugar, cómo no, agradecer al Dr. Manuel Álvarez, presidente de las Sociedades Andaluza y Española de Medicina Psicosomática y recién nombrado Académico de Mérito de la Real Academia de Medicina de Cádiz, el haberme invitado a abrir este ciclo de conferencias en el Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla y en la Real Academia de Medicina de Sevilla. Sin más preámbulos, pues, iniciemos una primera aproximación al tema objeto de estudio. 43 2. ¿ES EL SER HUMANO VIOLENTO POR NATURALEZA? Mi intervención será en esta primera parte, eminentemente conceptual, ya que considero necesario, como primer ponente de este ciclo de conferencias, aclarar algunas ideas básicas sobre la naturaleza del funcionamiento mental. En posteriores conferencias, los ponentes se adentrarán en los aspectos más clínicos de la violencia y como antes señalaba, una de sus manifestaciones más crueles, el abuso sexual en la infancia. Y ante esta “eterna” pregunta sobre si el ser humano es violento por naturaleza, mi respuesta es que sí y que no. Ambas opciones son válidas, e incluso necesarias, como intentaré argumentar a continuación. Siguiendo a Vidal (1977), encontramos dos tesis opuestas sobre la agresividad: La bestia humana (homo homini lupus). El hombre vive dominado por el instinto de conservación de sí mismo y por los afanes de poder. La existencia humana resulta de una lucha despiadada en la que triunfa el más fuerte y poderoso. Propuesta originariamente por Thomas Hobbes (1588-1679), a esta tesis se adhirieron de una forma u otra, Alfred Adler, Sigmund Freud, Melania Klein, Thomas Huxley y Konrad Lorenz. El hombre tiende a ser considerado como conducido por sus pulsiones, pasiones y aspectos más inconscientes hacia el odio y la crueldad siendo la vida una pugna por dominar y renunciar a tales pasiones. La posición de Freud (1915) queda representada en “Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte”: “… la acentuación del mandamiento «No matarás» nos ofrece la seguridad de que descendemos de una larguísima serie de generaciones de asesinos... Nuestro inconsciente no lleva al asesinato se limita a pensarlo y desearlo. Pero sería equivocado rebajar con exceso esta realidad psíquica, por comparación con la realidad del hecho… Nuestros impulsos instintivos suprimen constantemente a todos aquellos que estorban nuestro camino, nos han ofendido o nos han perjudicado…Nuestro inconsciente asesina, en efecto, incluso por pequeñeces.” (Freud, 1915, págs. 2114-2115) La tesis contraria sostiene que el hombre fue naturalmente bueno, pacífico, altruista, hasta que la sociedad, la privación y la crueldad perpetrada en él lo pervirtió y le volvieron destructivo ante sí mismo y hacia los demás. Los hombres han nacido para la cooperación 44 y para jugar, amar y vivir y que sólo la frustración son los que conducen a los desajustes y a la violencia, lo que combate el mito de la maldad innata. Su agresividad responde a circunstancias culturales adversas. Esto fue lo que pensaron John Locke y Jean-Jacques Rosseau, en los siglos XVII y XVIII, y lo que sostienen, con fundamentos diferentes, Herbert Marcuse, Ashley Montagu y otros tantos. En la medida que la agresión y la violencia son conceptualizadas como tendencias instintivas humanas de carácter irreductible, se la considera operando en el núcleo de la vida emocional. En este sentido, el sadismo, el odio, la envidia, el deseo de venganza, etc. parecen una herencia ineludible de la personalidad. Si, por el contrario, es considerada como un mecanismo reactivo al ambiente, el énfasis explicativo de las conductas destructivas se centra en torno a la patología familiar y en la deprivación afectiva. Por ejemplo, desde la perspectiva del psicoanálisis relacional, la experiencia de fracaso empático entre madre y bebé; algo que veremos más tarde con los experimentos del Dr. Edward Tronick (1989, 2004, 2007) de la Universidad de Harvard. Esta naturaleza reactiva o innata de la agresividad tiene repercusiones no sólo en el ámbito de la psicología. Así, desde una dimensión social, la ideología conservadurista considera el crimen como consecuencia de la flojedad en los controles sociales y un fracaso en el mantenimiento de la “ley y el orden”; el problema está en el sujeto a quien habría que controlar. Desde la ideología liberalista, el crimen es más una enfermedad social que el sujeto padece; el problema se centra en los déficits ambientales ante los cuales el sujeto reacciona. 2.1.Lex Talionis: “Ojo por ojo; diente por diente” Uno de los conceptos de los que Freud da cuenta es el referente a la ley del Talión (lex talionis: “Ojo por ojo y diente por diente”). Aunque seguimos pensando que la Ley del talión es propia de tiempos remotos y de leyes criminales, parece que se mantiene vigente en las relaciones con otras personas. Incluso como anécdota podríamos señalar las palabras del propio Papa Francisco durante una rueda de prensa de 40 minutos a bordo del avión en el que viajaba desde Sri Lanka hacia Filipinas haciendo referencia al asesinato en París de periodistas del semanario satírico Charlie Hebdo por parte de radicales musulmanes, por haber publicado dibujos de Mahoma. Después de hablar de la libertad de expresión, de la que afirmó que es un derecho y una obligación, el Papa precisó, que la libertad de expresión "tiene límites". Así el Papa comentó: "Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa 45 aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!", aseguró. 46 3. POLISEMIA CONCEPTUAL DEL TÉRMINO VIOLENCIA El término “violencia” puede ser usado de múltiples formas y adquirir distintas expresiones, desde conductas abiertamente destructivas o autodestructivas (en su dimensión conductual), pasando por pensamientos, fantasías, estados mentales y emociones hostiles (en su dimensión experiencial) a ser hablada de ella desde una dimensión teórica e inferida (como instintos, resultado de la intolerancia a la frustración,etc). Los fenómenos que pueden calificarse como violentos son tan extensos y variados que siempre hay que contextualizar en qué circunstancias lo utilizamos. No hay conducta tanto positiva como negativa (no prestar ayuda, por ejemplo), tanto simbólica (la ironía, la sátira, el desprecio, el ignorar al otro, por ejemplo), como efectivamente realizada, que no pueda vehiculizar actos violentos. En general podríamos decir lo mismo sobre el término violencia que lo que de la misma forma, Johnson (1976) en su tratado sobre La agresión y los animales considera sobre el término agresión. El autor señala que: “El término agresión tiene tantos significados y connotaciones que en realidad ha perdido su significado… la tarea no consiste en elaborar alguna definición concisa de la agresión, sino en entender la dinámica de la conducta agresiva” (pág.10). Parece por otra parte claro que, desde un punto de vista filogenético, ciertas dosis de conductas categorizadas como violentas o agresivas han sido esenciales en la supervivencia tanto de la especie como del individuo. La difusa frontera entre conductas agresivas y violentas, términos que en ocasiones se utilizan de modo intercambiable, podría quedar marcada si utilizamos el criterio de intencionalidad. Una conducta violenta tendría como objetivo, la intención de provocar daño y sufrimiento en el otro (o en uno mismo); mientras que una conducta agresiva, si bien podría provocar daño y sufrimiento en el otro, su primer objetivo sería la defensa de uno mismo. La incapacidad de adaptación al medio era equivalente a la muerte del individuo. La adaptación requiere la puesta en marcha de una energía agresiva que es inherente a lo vivo. Energía que se explicita a través de diversas funciones puestas al servicio de la supervivencia, como la alimentación, apareamiento, defensa de los individuos más jóvenes e indefensos de la especie, defensa del territorio, entre otras. Esta energía, al 47 servicio de la vida, promueve conductas relacionadas con actividades denominadas depredadoras. Como dice Bergeret (1990), en un principio se trataría de “La ley de la vida que precede toda elaboración de la ley del amor y debe lógicamente integrarse en ella” (pág.266) Señala Johnson (1972) que “Los mamíferos con reflejo de succión débil al nacer han tenido menos posibilidades para sobrevivir que aquellos con reflejo de succión fuerte, el mamar se ha convertido en una adaptación especializada de gran valor para la supervivencia” (pág.12). 48 4. ¿UNA VIOLENCIA NATURAL EN EL DESARROLLO EVOLUTIVO? La Ambivalencia de los sentimientos es un fenómeno contrastado en psicología infantil y es fuente de tensión en todas las relaciones. Las tendencias agresivas (con manifestaciones violentas) del ser humano impregnan todas las actitudes y relaciones humanas. Así, ya en los estadios más tempranos del desarrollo, el niño ama y odia simultáneamente a las mismas personas. En la medida en que estos sentimientos conflictivos se dirigen a los progenitores, el niño sufre y teme intensamente esta ambivalencia, ya que surge la fantasía de ser privado del amor de sus padres debido a estos sentimientos hostiles hacia ellos. El niño aprende a temer, por tanto, su propia agresividad, desarrolla angustia y sentimientos de culpa respecto a ella. A medida que el niño madura, sus sentimientos agresivos, según lo normal, pierden parte de su violencia y urgencia. Así, con la adquisición del lenguaje, por ejemplo, la ira y el odio pueden encontrar otra vía de descarga que no sea a puñetazos, a través de las palabras. Igualmente, con el desarrollo del sentido de la realidad, el niño deja de creer en la omnipotencia de sus deseos agresivos: ya no son tan peligrosos, por lo que su ansiedad disminuye. 49 5. PERO… ¿PUEDE EXISTIR UNA VIOLENCIA CONSTRUCTIVA? Incluso parece que en ocasiones, la violencia puede tener cierto componente constructivo, por ejemplo, en la adolescencia, donde el joven intenta encontrar su autonomía a través de una ruptura de vínculos infantiles con sus padres, donde el adolescente pasa de la idealización de los padres a una brusca des-idealización (cuando no denigración) en un intento, en ocasiones violento, de generar una identidad más allá de la que le es propuesta por sus padres. Podríamos establecer un continuum entre agresividad-violencia y maldad. No considero que necesariamente una conducta violenta sea reflejo de la maldad, como intento mostrar en el ejemplo del desarrollo de los adolescentes. En consulta es observable en numerosas ocasiones. Traen los padres para tratamiento psicológico a su joven de 16 años que, parafraseando a unos padres “en dos años, se ha convertido en un monstruo”, saltándose las reglas de casa, insultando a sus padres, bebiendo, fumando y fracasando académicamente y que ha roto todas las expectativas y esfuerzos de los padres. Al inicio del tratamiento, solemos encontrar (si no estamos hablando de un trastorno desafiante o explosivo de personalidad) de un buen adolescente, algo confuso, en plena explosión de testosterona (hormona de la agresividad), en busca desesperada de su propia identidad y autonomía y con nulas estrategias cognitivas para conseguir tales metas, no quedándole otro remedio que abrir camino, su camino, como se abren camino los exploradores de la selva, a “machetazos”. Es decir, el propio desarrollo del ser humano implica unas dosis extraordinarias de violencia, y es el ambiente familiar, educativo, que debe modular y canalizar estas emociones en un sentido cada vez más constructivo. Esta dimensión violenta, universal, del ser humano queda reflejada en la universalidad de los cuentos de hadas, en donde los temas centrales de los mismos, pueden ilustrarse como: con los deseos de muerte de la Reina a Blancanieves, la manzana envenenada, el lobo feroz en caperucita o en el cuento de los 3 cerditos, la relación cruel de la madrastra en la cenicienta, etc. Y el ser humano ha encontrado espacios seguros donde manifestar y expresar esta dimensión violenta como es en los juegos infantiles y en los sueños. De siempre los niños han jugado a “flechas y arcos” a “tiros con pistolas”, 50 etc. En este sentido, los juegos infantiles cumplen la misma función que los sueños: podemos depositar y elaborar en ellos todas nuestras fantasías más hostiles, violentas y prohibidas. De hecho, Ángel Garma, psicoanalista, señalaba que la gran diferencia entre un cuerdo y un loco reside en que el cuerdo limita a su vida onírica lo que el loco actúa en la realidad diurna. A nivel poblacional o social, el deporte, el seguimiento de equipos, son contextos “seguros” donde podemos, de modo subliminado, machacar al contrario. Se ha observado en criminales de Estados Unidos, que no tuvieron una infancia donde se les promovió el juego, ni pudieron canalizar constructivamente sus montos de agresividad en eventos deportivos, por ejemplo. En este sentido, Robbins (1988) habla de un tipo de personalidad primitiva, donde pueden evidenciarse manifestaciones destructivas. El término primitivo, denota características propias de estadios tempranos, donde el desarrollo ha quedado detenido, lo que le confiere un carácter tosco y poco sofisticado. La destructividad que presenta este tipo de personalidad puede mostrarse de forma grosera en forma de automutilaciones, conductas suicidas, drogadicción, carreras vitales rotas y fracasadas, etc. Lo que al autor le resulta llamativo de la personalidad primitiva, en contraste con la neurótica, es que no parece existir aflicción o angustia con su destructividad; no es considerada como algo fuera de lo ordinario. Los ataques al self o al objeto son manifestaciones de una actitud sintónica sobre la cual no parecen entrar en conflicto. En una gran mayoría son hombres. Parece que el hombre, por sus mayores niveles de testosterona (hormona de la agresividad), menores niveles de oxitocina (hormona de la empatía, confianza, fortalecimiento del vínculo), mayor impulsividad sexual que la mujer (2,5 más impulso que ellas), desarrollo mástardío de la corteza prefrontal (responsable de la inhibición de la expresión emocional) en contraste con el sexo femenino, es más proclive a tendencias violentas que las mujeres y así lo demuestran numerosos estudios epidemiológicos. En este sentido, podemos ver que la mente no es una pizarra en blanco, programable absolutamente desde el exterior, como postulaba el conductismo radical de John Watson. La mente tiene conocimientos innatos (por ejemplo el niño no necesita aprender que no puede traspasar una pared), tiene una estructura modular (antaño postulada por Freud, con sus tres instancias psíquicas: ello, yo y superyó; y ahora contrastada por lingüistas como Noam Chomsky y su discípulo del MIT, Steven Pinker) y por tanto tiene la 51 tendencia de desarrollar aquellos aspectos para los que está más innatamente equipada, postulado fundamental de la moderna psicología evolucionista y contrastada empíricamente por la neurociencia actual. Así, las mujeres tienen mayor predisposición a ser maestras (por su mayor facilidad, quizá, de reconocimiento facial de las emociones de los niños; y los hombres tienden a ser bomberos, por su mayor capacidad de movimientos espaciales). Podríamos decir: nuestro bagaje o equipamiento filogenético predispone; el ambiente dispone. Esta diferencia en nuestras predisposiciones no pretende tener ninguna connotación ideológica. Cuando Thomas Jefferson señaló que todos los hombres son iguales, no quería señalar que éramos iguales en términos biológicos, sino en términos de derechos y obligaciones. 52 6. LO QUE PODEMOS APRENDER DEL TRABAJO DE ANNA FREUD EN ORFANATOS LONDINENSES TRAS LA II GUERRA MUNDIAL Anna Freud (1974) considera que en las guarderías así como en otras instituciones para niños sin hogar, algunos niños exhibían un grado de agresión y destructividad que resultaba inaccesible a las medidas de tipo educativo usual, como la orientación, la estimulación, los castigos, etc. La destrucción sin sentido de juguetes y muebles, los ataques a otros niños, el ensuciarse, etc., eran conductas que se producían sin control externo alguno y que no iban disminuyendo progresivamente bajo el control del yo, como normalmente ocurre. Dado que puede probarse que en la vida de estos niños había faltado el estímulo para un desarrollo normal como lo es la relación materna, parece posible suponer que la causa de tales perturbaciones violentas no se basaba en que las tendencias hostiles de estos niños fuesen más fuertes que las normales, sino que debido a la limitación de su desarrollo emocional, un déficit en su desarrollo, los niños manifestaban una violencia en “estado puro”. En este sentido, Anna Freud no trataba de combatir en forma directa la agresión infantil, concentrándose, sin embargo, en la estimulación del aspecto emocional que había quedado retrasado. Los resultados confirmaron que con el desarrollo de buenas relaciones afectivas con cuidadores, la agresión disminuía. Empero cuando la agresión está reprimida sin el establecimiento de buenas y reparadoras relaciones afectivas el resultado era perturbaciones en la alimentación, inhibición de la curiosidad, inhibición intelectual, pérdida del placer en los juegos, y aumento de conductas violentas. Consideramos que estas reflexiones son de gran importancia clínica para el trabajo del terapeuta. En niños especialmente agresivos se observa el beneficio de una actitud terapéutica promotora de relaciones amorosas y amistosas. Esto puede contrastar con otras aproximaciones teóricas al tratamiento infantil, donde el énfasis estaría más centrado en la interpretación y en la inhibición, en ocasiones precoz, de las tendencias destructivas de las conductas del pequeño paciente. Mi experiencia clínica con niños me muestra cada vez con mayor claridad que la interpretación de conductas destructivas debe ser realizada con cautela ya que promueve en numerosas ocasiones reacciones (auto y alo) 53 agresivas intensas al fomentar sentimientos de culpa y de inferioridad: “soy malo”, “soy débil”, “no me quiere”, etc. Recordemos que, al igual que los padres, los terapeutas somos “parte del espejo” de la imagen que el paciente tiene de sí mismo. Igualmente, la situación contratransferencial en la que usualmente nos vemos inmersos en la consulta con niños agresivos, puede teñir nuestras interpretaciones de un “frecuente tono afectivo negativo”. Una actitud que promueva y restablezca una relación afectiva perturbada, se suele mostrar eficaz y saludable para nuestro “pequeño gran testarudo” (García-Castrillón, 2010). 54 7. LA IMPORTANCIA DE LA SINCRONÍA MADRE- BEBÉ EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DEL SUJETO Los experimentos de Tronick (1989, 2004, 2007), denominados “Still face experiment” y fácilmente accesible en internet, muestran la importancia de la sincronía entre la madre y el bebé en el desarrollo cognitivo, emocional, psicomotor y social del niño. En ausencia de la madre o con fallas significativas en esta sincronía madre-bebé el niño se desorganiza y se vuelve ansioso y los procesos de regulación emocional no son bien establecidos, con lo que las explosiones de ira y violencia están más que garantizadas. No quiere decir que la sincronía entre la madre y el bebé requiera ser idílica para garantizar un desarrollo psicoevolutivo óptimo del bebé, sino que una vez que se rompa esta sincronización, el proceso de reparación se reestablezca con cierta prontitud. En ocasiones este proceso de sintonía y sincronización no se establece, o se establece deficitariamente bien porque la madre esté excesivamente ansiosa o depresiva, etc. no obstante, no magnifiquemos los rasgos patológicos de la madre; ésta, con sus virtudes y defectos y en la mayoría de los casos, intentará proteger y hacer crecer al bebé. La peor madre, sin duda alguna, es la ausente, como ya señala el Grupo de Investigación Psicoanalítica de Boston. 55 8. PERFIL DE LOS PADRES MALTRATADORES Pero preguntémonos cuales son las características de estos padres, capaces de recurrir a una descontrolada violencia física con sus hijos. A todos nos alcanza deducir que son personas con conflictos intrapsíquicos importantes, que encuentran esta forma desviada de expresión. El padre no percibe al hijo como niño, sino que lo sitúa, lo percibe, le habla, lo describe y se dirige a él, como si fuese un adulto. Estos padres son seres impulsivos, en quienes toda manifestación emotiva se traduce en actividad física, sin pasar por el filtro de la razón. En el padre, la presencia de un fortísimo autodesprecio y auto odio, en un momento dado se proyecta en el pequeño como continuación sustancial y emocional de sí mismo, haciendo el pequeño las funciones de chico expiatorio en el conflicto inconsciente del padre. Se observa una gran frecuencia coincidencia entre el sexo y posición ordinal del niño en la familia, y aquella que ocupó el padre durante su infancia en su propia familia. Así pues, es más frecuente que un padre que fue primogénito, maltrate a su primer hijo varón, que lo haga con una hija que ocupe por ejemplo el cuarto lugar en la familia. Es decir, el padre se identifica con el hijo maltratado, en su aspecto negativo. Se observa igualmente una escasez de alternativas en el modo de descargar toda emotividad, e insuficientes medios de gratificación intrapsíquicos y ambientales. Así pues, enfermedad, pobreza, aislamiento social, escasez de oportunidades, etc., etc., incrementan los conflictos internos, aumenta la tensión, y por tanto las posibilidades de que ésta se descargue violentamente en el hijo. Curiosamente se observa una o conformidad afectiva entre los esposos en el trato hacia el hijo. El esposo o esposa, según el caso, no sale en defensa radical del hijo. Ambos están internamente de acuerdo en la actitud y agresión hacia el pequeño, con lo que la homeostasis, el equilibrio del matrimonio se mantiene. Esto resulta evidente cuando el niño es llevado al médico, ambos se han confabulado para contar la misma historia. 56 9. VIOLENCIA DOMÉSTICA: ACTITUDES
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