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3H0 TRATADO DK ANATOMIA HUMANA del liuso y encierra algunas fibras musculares que pierden poco a poco su aspecto estriado a medida que avanzan hacia el centro del corpúsculo, quedando finalmente reducidas a un sareoplasma granuloso y rico en núcleos separado de la vaina misma por una estrecha fi sura areolada. Dentro de la vaina, existen también vasos sanguíneos y las terminaciones de las fibras nerviosas, las cuales entran por un punto cualquiera central o yuxtaecnl ral de la cápsula, siendo en número de 3 ó 4 fibras nerviosas para cada huso; una vez dentro de la cápsula, cada fibra nerviosa se ramifica alrededor de las fibras musculares imra- capsulares, bajo la forma de anillos más o menos paralelos entre sí y perpendiculares a la fibra, para acabar mediante pequeños botones terminales y divergentes que entran en re lación de contigüidad con algunas placas motoras que pueden encontrarse en ¡as extremi dades del huso. Pueden también existir dentro de cada corpúsculo neuromuseular algu nas fibras nerviosas amielínicas, de función probablemente vasomotora. (Fig. 340.) Husos o corpúsculos neurotendinosos. Son formaciones existentes entre las fibras tendinosas, cerca del cuerpo carnoso del músculo. Son más cortas, pero ligeramente más gruesas que los husos neuromuseulares (de 0.5 a 2 mui de largo, por 0.005 a 0.40 mm de grueso), y abundan sobre todo en los tendones de los músculos del ojo. Dada huso cons ta también de una delgada cápsula, revestida interiormente por una capa de células apla nadas. Encierra de 2 a 10 fibras tendinosas en su interior, las cuales son más claras y menos francamente íasciculadas que el resto de las fibras del tendón. Existen también en el interior de la cápsula vasos sanguíneos y la terminación de las fibras nerviosas, l;¡-> cuales, una voz que penetran al huso, pierden bien, pronto su vaina miclíniea y se re suelven en una serie de finas ramificaciones arborescentes y plexiformes alrededor de las fibras tendinosas. No es raro encontrar en el cuerpo carnoso del músculo corpúsculos que tienen más bien el aspecto de neurotendinosos y, de igual manera, en los tendones es posible encon trar husos neuromuseulares. Los estiramientos, cambios de presión, deslizamientos de las superficies articulares, contracciones de las fibras musculares, etc., originan sensaciones que son recogidas por este conjunto de pequeños órganos nerviosos articulares y museulotendinosos. Son llevadas después por la vía centrípeta a través de los nervios sensitivos, primero, y de las vías especiales de la sensibilidad profunda, más tarde, hacia las zonas diferenciadas de la corteza cerebral ífondo de la cisura de Rolando, parietal ascendente porción ve cina del lóbulo parietal). Estas zonas constituyen la porción central, perceptiva, de nuestro aparato del sentido cinético, de los movimientos y de las actitudes, y de las sensaciones táctiles profundas (peso de los objetos: barestesia). APARATO DE LA OLFACION Para (pie las sensaciones oltatorias sean percibidas, necesitan las partículas odorí feras ponerse en contacto con las terminaciones de las células sensoriales especializadas que se encuentran en el espesor de la mucosa pituitaria, en la parte superior de las fo sas nasales. Por aquí penetra normalmente hacia los pulmones el aire que se aspira, c\ cual lleva en suspensión las partículas odoríferas. De esta manera las fosas nasales son anatómicamente, a la vez que la primera porción del aparato respiratorio, el órgano de la olfación. Las fosas o cavidades nasales se prolongan hacia adelante, levantando la porción central de la cara para constituir la nariz . Están revestidas, en su interior, por una membrana mucosa continua que pasa, modificándose, hacia las cavidades vecinas: esta mucosa es la p i tui tar ia . En las partes laterales, anlerosuperior y posterosuporior de las fosas nasales, existe un conjunto de cavidades ahuecadas en el espesor de los huesos del cráneo y de la cara, en comunicación directa con aquéllas, que se hallan revestidas en su interior por mucosas (pie son continuación de la pituitaria. Esas cavidades son el seno maxilar, el seno frontal, el labcrintoetmoidal y el seno esfenoidal; hacen mayor la amplitud do las fosas nasales, por lo que se describen con ellas como sus cavidades
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