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Anatomía y fisiología del cuerpo humano60 esas interneuronas producen la liberación de un neurotransmisor inhibitorio, que, lógicamente, inhibe a la neurona postsináptica que, a su vez, hace sinapsis con la motoneurona que está pro- duciendo la contracción muscular, inhibiéndola e induciendo, al final, la relajación del músculo correspondiente. La latencia es mayor que en el caso del reflejo miotático, pues hay dos sinapsis (el retardo sináptico es doble) por lo que también se llama reflejo bisináptico. El signo local es menor, puesto que la relajación y estiramiento de un músculo (p. ej., flexor) implica la contracción del músculo antagonista (el extensor): esto se logra porque el axón da otra rama que excita a la motoneurona del músculo antagonista (inervación recíproca). Al mismo tiempo, se observan durante este reflejo fenómenos de inervación cruza- da (se produce la excitación del músculo homónimo contralateral y la relajación del antagonista, también contralateral por excita- ción e inhibición de las motoneuronas correspondientes del asta anterior del otro lado), lo que implica también mayor efecto de posdescarga que en el reflejo miotático. Reflejos de flexión Son reflejos cuyos receptores son los sensoriales de la piel (prin- cipalmente de dolor y temperatura, ya estudiados). Es el clásico «reflejo de retirada» que se produce ante un estímulo nocivo en la piel (el estudiante recordará la retirada del pie al pisar una colilla encendida que un fumador incauto y maleducado ha tirado en la arena de la playa por la que pasea la gente descalza): el estímu- lo de los receptores de dolor provoca la estimulación de todos los músculos flexores de la extremidad (es multisináptico) (en el caso de la colilla en la arena, el pie se flexiona sobre la pierna, ésta sobre el muslo y éste sobre la cadera). El signo local no existe, puesto que se flexionan grupos mus- culares, tiene una gran latencia y presenta evidentes signos de inervación recíproca y cruzada (en el ejemplo, se contraen los flexores del miembro injuriado mientras que, para mantener la postura, se contraen los extensores de la extremidad contralateral y lo mismo pasa con los miembros superiores) lo que indica una gran posdescarga. RECUERDA Los receptores sensoriales son terminaciones nerviosas especia- lizadas en captar la energía del medio y producen sensaciones de dolor (nociceptores), temperatura (frío, calor) (termorrecep- tores) y tacto (presión, toque y vibración) (mecanorreceptores), así como terminaciones y estructuras en músculos y articula- ciones (propioceptores) que informan del grado de contracción de un músculo y de la posición de la articulación. 6.4. CONTROL DE LA ACTIVIDAD MOTORA Sistema piramidal-sistema extrapiramidal En el organismo intacto, los reflejos espinales están subordinados a un control superior (supraespinal), por centros que se encuen- tran en la corteza cerebral, núcleos grises del encéfalo y cerebelo. En un tiempo se pensó que las fibras descendentes de la corteza cerebral que controlan la actividad motora se originaban en las células piramidales gigantes de la corteza, pasando por las «pirá- mides bulbares». Por ello, los déficits, motores originados por la sección de las pirámides bulbares se relacionaron con la corteza y el sistema recibió el nombre de sistema piramidal. Hoy se sabe que las células piramidales gigantes son poco numerosas y que los axones que pasan por las pirámides bulbares, en su mayor parte, se originan en otros tipos celulares de la corteza. Las demás vías descendentes que «matizan» la actividad mo- tora, se pensaba, «no» tienen su origen en las células piramidales de la corteza «ni» pasan por las pirámides, por ello se englobaron en el sistema extrapiramidal. Si bien dicha sistematización tiene su utilidad en la clínica neurológica, no tiene sentido fisiológico, ni aún neuroanatómico, puesto que todas las vías descendentes controlan movimientos (grupos musculares) y los déficit que se observan en clínica raramente son puros y atribuibles a uno de los clásicos sistemas motores. 6.4.1. Clasificación funcional de los músculos esqueléticos La clasificación funcional más adecuada de los músculos esque- léticos, efectores de la actividad motora, es aquella que se apoya precisamente en su función. Así, se clasifican en: Músculos mediales o proximales: los del eje del cuerpo (el tron- co) y de las cinturas escapular y pelviana (hombro y cadera); son tanto flexores como extensores y se relacionan fundamentalmente con acciones motoras sobre el eje y la porción proximal de los miembros (la postura y la marcha). Músculos laterales o distales: que son los músculos distales de las extremidades y los intrínsecos de los dedos y se relacionan con actividades motoras «finas» que tienen que ver con actividades manipuladoras. 6.4.2. Sistemas descendentes para el control motor Teniendo en cuenta las consideraciones de los dos últimos párra- fos, los sistemas descendentes que controlan la actividad motora se dividen en dos: El sistema lateral, en relación con las actividades manipu- ladoras de los músculos distales. El sistema medial, en relación con la marcha y la postura corporal, que controla los músculos proximales. 6.4.3. La corteza cerebral motora El área de corteza cerebral que se sitúa justo delante de la cisu- ra central o de Rolando constituye la circunvolución precentral (véase Fig. 3.2) y es la corteza motora primaria. Al igual que la sensorial primaria, la motora tiene seis capas (de la I a la VI) y una organización columnar vertical, en la que cada columna está adscrita a un movimiento. En ella se puede constatar una distribución somatotópica de los movimientos del cuerpo, con mayor superficie cortical dedicada a los movimientos que requieren mayor relación de inervación (movimientos manipuladores de las manos, dedos, lengua y fonación fundamentalmente). https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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