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Anatomia y Fisiologia del Cuerpo Humano (59)

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano60
esas interneuronas producen la liberación de un neurotransmisor 
inhibitorio, que, lógicamente, inhibe a la neurona postsináptica 
que, a su vez, hace sinapsis con la motoneurona que está pro-
duciendo la contracción muscular, inhibiéndola e induciendo, al 
final, la relajación del músculo correspondiente.
La latencia es mayor que en el caso del reflejo miotático, pues 
hay dos sinapsis (el retardo sináptico es doble) por lo que también 
se llama reflejo bisináptico. El signo local es menor, puesto que la 
relajación y estiramiento de un músculo (p. ej., flexor) implica la 
contracción del músculo antagonista (el extensor): esto se logra 
porque el axón da otra rama que excita a la motoneurona del 
músculo antagonista (inervación recíproca). Al mismo tiempo, 
se observan durante este reflejo fenómenos de inervación cruza-
da (se produce la excitación del músculo homónimo contralateral 
y la relajación del antagonista, también contralateral por excita-
ción e inhibición de las motoneuronas correspondientes del asta 
anterior del otro lado), lo que implica también mayor efecto de 
posdescarga que en el reflejo miotático.
Reflejos de flexión
Son reflejos cuyos receptores son los sensoriales de la piel (prin-
cipalmente de dolor y temperatura, ya estudiados). Es el clásico 
«reflejo de retirada» que se produce ante un estímulo nocivo en la 
piel (el estudiante recordará la retirada del pie al pisar una colilla 
encendida que un fumador incauto y maleducado ha tirado en la 
arena de la playa por la que pasea la gente descalza): el estímu-
lo de los receptores de dolor provoca la estimulación de todos 
los músculos flexores de la extremidad (es multisináptico) (en el 
caso de la colilla en la arena, el pie se flexiona sobre la pierna, ésta 
sobre el muslo y éste sobre la cadera).
El signo local no existe, puesto que se flexionan grupos mus-
culares, tiene una gran latencia y presenta evidentes signos de 
inervación recíproca y cruzada (en el ejemplo, se contraen los 
flexores del miembro injuriado mientras que, para mantener la 
postura, se contraen los extensores de la extremidad contralateral 
y lo mismo pasa con los miembros superiores) lo que indica una 
gran posdescarga.
RECUERDA
Los receptores sensoriales son terminaciones nerviosas especia-
lizadas en captar la energía del medio y producen sensaciones 
de dolor (nociceptores), temperatura (frío, calor) (termorrecep-
tores) y tacto (presión, toque y vibración) (mecanorreceptores), 
así como terminaciones y estructuras en músculos y articula-
ciones (propioceptores) que informan del grado de contracción 
de un músculo y de la posición de la articulación.
6.4. CONTROL DE LA ACTIVIDAD MOTORA
Sistema piramidal-sistema extrapiramidal
En el organismo intacto, los reflejos espinales están subordinados 
a un control superior (supraespinal), por centros que se encuen-
tran en la corteza cerebral, núcleos grises del encéfalo y cerebelo. 
En un tiempo se pensó que las fibras descendentes de la corteza 
cerebral que controlan la actividad motora se originaban en las 
células piramidales gigantes de la corteza, pasando por las «pirá-
mides bulbares». Por ello, los déficits, motores originados por la 
sección de las pirámides bulbares se relacionaron con la corteza y 
el sistema recibió el nombre de sistema piramidal. Hoy se sabe 
que las células piramidales gigantes son poco numerosas y que los 
axones que pasan por las pirámides bulbares, en su mayor parte, 
se originan en otros tipos celulares de la corteza.
Las demás vías descendentes que «matizan» la actividad mo-
tora, se pensaba, «no» tienen su origen en las células piramidales 
de la corteza «ni» pasan por las pirámides, por ello se englobaron 
en el sistema extrapiramidal. Si bien dicha sistematización tiene 
su utilidad en la clínica neurológica, no tiene sentido fisiológico, 
ni aún neuroanatómico, puesto que todas las vías descendentes 
controlan movimientos (grupos musculares) y los déficit que se 
observan en clínica raramente son puros y atribuibles a uno de los 
clásicos sistemas motores.
6.4.1. Clasificación funcional de los músculos
esqueléticos
La clasificación funcional más adecuada de los músculos esque-
léticos, efectores de la actividad motora, es aquella que se apoya 
precisamente en su función. Así, se clasifican en:
Músculos mediales o proximales: los del eje del cuerpo (el tron-
co) y de las cinturas escapular y pelviana (hombro y cadera); son 
tanto flexores como extensores y se relacionan fundamentalmente 
con acciones motoras sobre el eje y la porción proximal de los 
miembros (la postura y la marcha).
Músculos laterales o distales: que son los músculos distales de 
las extremidades y los intrínsecos de los dedos y se relacionan con 
actividades motoras «finas» que tienen que ver con actividades 
manipuladoras.
6.4.2. Sistemas descendentes para el control motor
Teniendo en cuenta las consideraciones de los dos últimos párra-
fos, los sistemas descendentes que controlan la actividad motora 
se dividen en dos:
El sistema lateral, en relación con las actividades manipu-
ladoras de los músculos distales.
El sistema medial, en relación con la marcha y la postura 
corporal, que controla los músculos proximales.
6.4.3. La corteza cerebral motora
El área de corteza cerebral que se sitúa justo delante de la cisu-
ra central o de Rolando constituye la circunvolución precentral
(véase Fig. 3.2) y es la corteza motora primaria.
Al igual que la sensorial primaria, la motora tiene seis capas (de 
la I a la VI) y una organización columnar vertical, en la que cada 
columna está adscrita a un movimiento. En ella se puede constatar 
una distribución somatotópica de los movimientos del cuerpo, con 
mayor superficie cortical dedicada a los movimientos que requieren 
mayor relación de inervación (movimientos manipuladores de las 
manos, dedos, lengua y fonación fundamentalmente).
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