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Figura 21.1. Larva infecciosa de primera etapa de Trichinella spiralis en su célula enfermera en el tejido muscular. El gusano mide 1 mm x 36 μm. Trichinella spiralis (Railliet 1896) Introducción El género Trichinella tiene 12 especies reconocidas y genotipos con diferentes dis- tribuciones geográficas y todos capaces de infectar a los seres humanos 1,9 Las especies identificadas de triquinela incluyen; T. spira- lis, T. britovi, T. pseudospiralis, T. papua, T. nativa, T. nelson, T. murrelli, T. zambabwen- sis y T. patagoniensis.1,10,12 Los miembros del género Trichinella son capaces de infectar a un amplio espectro de huéspedes mamíferos, convirtiéndolos en uno de los grupos más ampliamente distribuidos en el mundo de las infecciones por nemátodos. Los Trichinella spp. son miembros de la familia Trichurata y están genéticamente relacionados con Trichu- ris trichiura y Capillaria spp. Los Trichinella spp. constituyen un grupo inusual de organ- ismos en el filo Nematoda, todos los cuales viven una parte de sus vidas como parásitos intracelulares. Todas las especies de triquinela se transmiten por ingestión de carnes crudas o poco cocidas. Triquinelosis es el nombre dado a las enfermedades causadas por el Trichinella spp. Actualmente, la prevalencia de triquinosis es baja dentro de los Estados Unidos, producién- dose sobre todo como brotes dispersos, menos frecuentemente involucrando el consumo de cerdo y más a menudo involucrando presas de caza mal cocidas, donde la mayoría de los casos humanos se deben al Trichinella spira- lis y al T. murrelli.9,13,15 El cerdo doméstico es el principal huésped reservorio de T. spiralis. Esta especie es significativamente mayor en la prevalencia en las personas que viven en ciertas partes de Europa, Asia y el sudeste de Asia que en los Estados Unidos. Actualmente se considera endémica en Japón y China. En 1997 se produjo un gran brote de triquinosis en el Líbano, que infectó a más de 200 perso- nas.16 La infección por Trichinella spiralis en seres humanos ha sido reportada por primera vez en Corea.17 En cambio, se cree que las infecciones por triquinela en la fauna de los Estados Unidos son en gran medida debido al T. murrelli.18 Se informó de un brote de T. pseudo- spiralis en Tailandia.19 Esta especie también puede infectar aves de rapiña. También se han descrito focos en Suecia, la República Eslo- vaca y Tasmania (Australia).20,22 El Trichi- nella paupae, similar en biología al T. pseu- dospiralis, se ha descrito en cerdos salvajes y domésticos en Papúa, Nueva Guinea.11 Los seres humanos también pueden ser infectados con T. nativa y T. britovi.23,24 Los huéspedes del reservorio para T. nativa incluyen perros de trineo, morsas y osos polares. El T. britovi es la forma silvestre de la triquinelosis en la mayor parte de Asia y Europa. Existen numerosos informes en la literatura de infecciones con este parásito en zorros, mapaches, perros, zarigüeyas, perros domésticos y salvajes y gatos. El T. nelsoni está restringido a los mamífe- ros en África Ecuatorial, como las hienas y los grandes felinos depredadores25. Ocasion- almente, las personas adquieren la infección con T. nelsoni.26 La mayoría de los animales carroñeros en el medio silvestre, independi- entemente de su ubicación geográfica, adqui- eren triquinela. El T. zimbabwensis infecta a cocodrilos y mamíferos en África y es una Figura 21.3. Hembra adulta T. spiralis. 3 mm x 36 mm. Observe las larvas completamente formadas en el útero. especie no encapsulada que se ha asociado con brotes de pansteatitis en poblaciones de cocodrilos en muchas áreas del África subsa- hariana.11,27 El T. pseudospiralis ha sido ais- lado del demonio de Tasmania, pero no de los seres humanos que viven en esa parte de Australia.22 Información histórica En 1821, un estudiante de medicina del Hospital St. Bartholomew de Londres, lla- mado James Paget, descubrió el gusano en los seres humanos.29 Richard Owen, Direc- tor del Museo Británico de Historia Natural, también vio estos gusanos en el tejido mus- cular derivado del mismo cadáver del cual Paget obtuvo su biopsia muscular. El informe de este descubrimiento fue publicado por Owen.28 Tanto Rudolf Virchow como Fried- rich Zenker, en 1859 y 1860, descubrieron los gusanos triquinela adultos30. Zenker fue el primero en reconocer que comer carne de cerdo cruda podría resultar en la infección de seres humanos con triquinelas.31 Ciclo de vida Hay tanto un ciclo doméstico como sil- vestre para la triquinela. El ciclo doméstico involucra a animales como cerdos y caballos, y el ciclo silvestre involucra una gama muy amplia de animales salvajes, incluy- endo jabalís, osos, alces, pumas, cocodrilos, zorros, pájaros y morsas.32 En ambos ciclos se inicia la infección al ingerir carnes crudas o poco cocidas albergando el complejo célula enfermera-larva (Fig. 21.1). Las larvas son liberadas del tejido muscular por las enzimas digestivas en el estómago, y luego se locali- zan en los dos tercios superiores del intestino delgado. Esto permite que el parásito reciba señales del entorno y luego seleccione un sitio de infección dentro del intestino delgado.35 Los parásitos inmaduros penetran en el epi- telio columnar por la base de la vellosidad. Viven dentro de una hilera de estas células y Figura 21.2. T. spiralis adulta in situ. Intestino delgado de ratón experimentalmente infectado. El gusano está incrustado dentro del citoplasma de las células columnares. Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com Figura 21.5. Larva recién nacida de T. spiralis. 70 x 7 µm. se consideran organismos intra-multi-celula- res (Figuras 21.2, 21.7).36 Las larvas mudan cuatro veces en rápida sucesión durante un período de 30 horas, desarrollándose en adultos. La hembra mide 3 mm de largo por 36 μm de diámetro (Fig. 21.3), mientras que el macho mide 1,5 mm de largo por 36 μm de diámetro (Fig. 21.4). La permeabilidad ocurre dentro de los cinco días posteriores al apareamiento. Las hembras adultas producen como descen- dientes vivos: larvas recién nacidas (Fig. 21.5), que miden 0,08 mm de largo por 7 μm de diámetro. La hembra produce crías mientras no se desarrolle la inmunidad en el huésped.37 Eventualmente, las respuestas pro- tectoras adquiridas interfieren con el proceso general de embriogénesis y crean condicio- nes fisiológicas en el área local de infección que obliga a los parásitos adultos a salir y trasladarse más abajo en el tracto intestinal. La expulsión de los gusanos del huésped es la expresión final de la inmunidad, y puede tomar varias semanas. La larva recién nacida es la única etapa del parásito que posee un estilete tipo espada, situado en su cavidad oral. Se utiliza para crear un agujero de entrada en las células del huésped potencial. Las larvas entran en la lámina propia de esta manera y penetran en los vasos linfáticos mesentéricos o en el torrente sanguíneo. La mayoría de las larvas recién nacidas entran en la circulación gen- eral y se distribuyen por todo el cuerpo. Los recién nacidos migrantes abandonan los capilares y entran en las células (Fig. 21.6). No parece haber tropismo para ningún tipo de célula en particular. Una vez dentro de una célula, pueden permanecer o salir, dependiendo de las señales ambientales (aún por determinar) recibidas por el parásito. La mayoría de los tipos de células mueren como resultado de la invasión. Las células del músculo esquelético son una excepción.38 No sólo los parásitos permanecen dentro de ellas después de la invasión, sino que indu- cen una serie notable de cambios, haciendo que la célula muscular completamente dife- Figura 21.4. Varón adulto T. spiralis. Nota los apéndices en la cola (extremo inferior). 1,5 mm x 36 µm. Figura 21.7. Una hembra adulta T. spiralis, dibujada in situ. Dibujo de J. Karapelou. Figura 21.8. Complejo célula enfermera-parásito de T.spiralis, in situ. El ratón infectado se inyectó con tinta de la India para visualizar el tejido vascular. renciada se transforme en una que apoye el crecimiento y desarrollo de la larva (Figs. 21.8, 21,9). Este proceso se denomina for- mación de células enfermeras.39 El parásito y la célula huésped se desarrollan de manera coordinada. El T. spiralis es infeccioso a los 14 días de la infección, pero el gusano con- tinúa creciendo en tamaño hasta el día 20.40 La razón de este comportamiento precoz aún no se ha explicado. Los parásitos dentro de las células que no sean las células musculares estriadas no logran inducir las células enfermera y, o bien, vuelven a entrar en la circulación general o mueren. La formación de células enfermera da como resultado una asociación íntima y permanente entre el gusano y su nicho intracelular. A nivel celular, los miofilamen- tos y otros componentes de células muscula- res relacionados se reemplazan en un período de 14 a 16 días por verticilos de membranas lisas y grupos de mitocondrias disfunciona- les. El resultado neto es que la célula huésped cambia de un metabolismo aeróbico a uno anaeróbico.41 Los núcleos de la célula huésped se agrandan y dividen,42 amplificando el genoma del huésped dentro del citoplasma de la célula enfermera.43 El complejo célula enfermera -parásito puede vivir tanto como el anfitrión permanezca vivo. La mayoría no lo hace, y se calcifican después de varios meses después de formarse. Para que el ciclo de vida continúe, un huésped infectado debe morir y ser comido por otro mamífero. Alimentarse de carroña es un comportamiento común entre la mayoría de los mamíferos salvajes, y esto ayuda a asegurar el mantenimiento del T. spiralis y sus parientes en sus respectivas especies huésped. Patogenia celular y molecular La fase enteral (intestinal) incluye los estadios larvales L1 a L4 y los estadios adul- Figura 21.6. Larva recién nacida de T. spiralis entrando en la célula muscular. tos inmaduros y reproductivos. En los seres humanos, esta fase puede durar hasta 3 sema- nas o más. Los gusanos en desarrollo dañan el epitelio columnar, depositando ahí la cutícula. Más adelante en la infección, al inicio de la producción de recién nacidos, la inflamación local, que consiste en la infiltración por eosinófilos, neutrófilos y linfocitos, se inten- sifica en el área local. Las vellosidades se aplanan y se vuelven algo menos absorben- tes, pero no tanto como para dar como resul- tado un síndrome de malabsorción. Cuando las larvas penetran en la circu- lación linfática o en el torrente sanguíneo, puede producirse una bacteremia debida a la flora entérica, habiéndose reportado casos de muerte por septicemia. Mientras que la triquinela puede inducir bacteremia polimi- crobiana a través de la violación de la barrera muco gastrointestinal, los productos secre- tores excretores de la triquinela pueden ser protectores contra una respuesta del huésped excesivamente fuerte mediante la restric- ción de la señalización MyD88 a través del receptor de manosa.44 Ocurre una pérdida de receptores de aglutinina de germen de trigo a lo largo de todo el intestino delgado.45 El potencial eléctrico mioentérico se interrumpe durante la fase enteral y, como resultado, la motilidad intestinal se ralentiza.45 La fase parenteral de la infección induce la mayoría de las consecuencias patológicas. Es dependiente de la dosis y es atribuible directa- mente a las larvas de recién nacidos migran- tes al penetrar aleatoriamente en células (por ejemplo, cerebro, hígado, riñón, corazón) en su búsqueda de células musculares esquelé- ticas estriadas (Fig. 21.6). La muerte celu- lar es el resultado habitual de estos eventos. Cuantos más eventos de penetración haya, más grave será la patología resultante. El resultado durante una infección intensa es un edema generalizado. Puede producirse pro- teinuria. Las miocardiopatías y anomalías del sistema nervioso central también son comunes en aquéllos que experimentan una infección de moderada a fuerte. Las infecciones experimentales en cepas de roedores definidas inmunológicamente han demostrado que el número total de larvas de músculo producidas dependía de numero- sos factores relacionados con las capacidades inmunes de una cepa determinada. La induc- ción de IL-4 e IL-13, así como la produc- ción de eosinófilos y anticuerpos IgE pare- cen ser esenciales para limitar la producción de larvas de recién nacidos y para la expul- sión de gusanos adultos.46,47 Mientras que los factores del huésped pueden conducir a la expulsión de gusanos adultos y limitar su producción de larvas recién nacidas, estos mismos factores, IL-4, IL-13 y la afluencia de eosinófilos a las células musculares infecta- das parece ser esencial para la maduración del complejo enfermera.48 La producción de óxido nítrico (NO) inducido por TNF (por sus siglas en inglés) no es, sin embargo, uno de los mecanismos efectores. Puesto que los debilitados ratones son incapaces de producir óxido nítrico expulsado por sus parásitos de una manera normal en ausencia de daño local en el intestinal. En ratones NO +, la expul- sión de adultos fue acompañada por patología celular circundando los gusanos. La produc- ción local de óxido nítrico durante el desar- rollo de la inflamación puede ser un factor que contribuya al desarrollo de patología intestinal durante la infección con triquinela. Figura 21.9. Complejo Célula enfermera-Parásito. Interferencia de fase. Foto de E. Gravé. Enfermedad Clínica La presentación de la enfermedad varía con el tiempo y, como resultado, se asemeja a una amplia variedad de condiciones clínicas (Fig. 21.10).1,50 La triquinosis es a menudo mal diagnosticada por esa razón. La grave- dad de la enfermedad depende de la dosis, haciendo que el diagnóstico basado única- mente en los síntomas sea difícil, en el mejor de los casos. En casos severos, puede ocurrir la muerte. Hay signos y síntomas que deben alertar al médico para incluir la triquinosis en el diagnóstico diferencial. Mientras que la infección leve con triquinela puede pasar desapercibida con mínimos o ningún síntoma identificable, la infección intensa con un gran número de larvas viables se presenta como un síndrome de dos etapas.7 Los primeros días de la infec- ción se caracterizan por la etapa gastrointes- tinal con gastroenteritis asociada con diarrea secretora, dolor abdominal y vómitos.51 Esta fase es transitoria y disminuye a los 10 días después de la ingestión del tejido infectado. Antecedentes de comer carne cruda o poco cocinada ayuda a dictaminar en esta infec- ción parasitaria. Otros que también comi- eron las mismas carnes y sufren de manera similar refuerzan la sospecha de triquinelosis. Lamentablemente, la mayoría de los clínicos optan por un escenario de intoxicación ali- mentaria en esta coyuntura. La fase parenteral comienza aproximada- Figura 21.10. Resumen de las correlaciones clínicas. El grado de manifestación de signos y síntomas depende de la dosis de larvas ingeridas. Las etapas del parásito y los signos y síntomas asociados se muestran con los mismos colores. mente una semana después de la infección y puede durar varias semanas. Típicamente, el paciente presenta fiebre y mialgia, edema periorbitario bilateral y hemorragias pete- quiales, que se observan más claramente en la región subungueal, pero también son observables en la conjuntiva y en otros sitios mucosos.52 La sensibilidad muscular puede detectarse fácilmente. Los estudios de labo- ratorio revelan un recuento de glóbulos blan- cos moderadamente elevado (12.000-15.000 células/mm3) y una eosinofilia circulante que oscila entre el 5% y el más alto 50%.53,54 Las larvas que penetran en tejidos dis- tintos del músculo esquelético pueden dar lugar a graves secuelas. En muchos casos de infección moderada a severa, la afectación cardiovascular puede conducir a miocar- ditis, pero este aspectode la infección ha sido sobrevalorado como una característica clínica típica de la mayoría de las infeccio- nes con este parásito, ya que la mayoría de los casos encontrados por el clínico son de una variedad leve. Pueden ocurrir cambios elec- trocardiográficos (ECG) durante esta fase, incluso en ausencia de síntomas. La invasión de parásitos del diafragma y los músculos accesorios de la respiración puede resultar en disnea.56 La neuro triquinolosis ocurre en asociación con la invasión del sistema nervi- oso central.57 En hasta el 25% de los pacientes con infección intensa, se pueden desarrollar meningitis y encefalitis con edema, infartos y hemorragias en casos fatales.58,59 La fase de convalecencia sigue a la fase aguda, durante la cual se destruyen muchos, pero no todos, los complejos de célula enfermera-parásito. Se han descrito dos presentaciones clíni- cas de las infecciones por T. nativa resultantes de la ingestión de carne infectada de oso polar o morsa; una forma clásica miopática, y una segunda forma que se presenta como una enfermedad diarreica persistente. Se piensa que la segunda forma representa una infec- ción secundaria en individuos previamente sensibilizados.60 Es evidente que no sólo la cantidad de larvas ingeridas, sino también las especies de triquinela y el estado del huésped infectado afectan la presentación clínica.61 Diagnóstico El diagnóstico definitivo depende del hallazgo del complejo de célula enfermera- parásito en la biopsia muscular mediante examen microscópico (Fig. 21.1), o detec- ción de ADN específico de triquinela por PCR.62 La PCR es sensible y específica para detectar un pequeño número de larvas en el tejido muscular, pero es raramente utilizada en el contexto clínico52 La PCR en tiempo real se ha desarrollado y se utiliza en estudios de seguimiento de la infección por triquinela en la fauna silvestre.63 La biopsia muscular puede ser negativa, incluso en las infecciones más graves, debido a errores de muestreo y, en consecuencia, se recomienda una biopsia en un músculo sin- tomático, preferentemente un músculo más proximal como el deltoides, cerca de la inser- ción tendinosa para mejorar la sensibilidad. Además, las larvas pueden estar en una etapa temprana de su desarrollo, haciéndolas poco detectables, incluso para los patólogos exper- imentados. Los exámenes serológicos están disponibles con confirmación con un West- ern blot.64 Las pruebas serológicas empiezan a mostrar resultados positivos en dos sema- nas. ELISA puede detectar anticuerpos en algunos pacientes a más tardar a los 12 días después de la infección. Las enzimas muscu- lares, como la creatina fosfoquinasa (CPK) y la deshidrogenasa láctica (LDH), se liberan en la circulación causando un aumento en sus niveles séricos. El aumento, la estabilización y la caída de los niveles de eosinófilos circulantes a lo largo del período de infección no es una prueba directa de la infección, pero armado con esta información y antecedentes de exposición, el clínico podría tratar al paciente presunti- vamente. Es útil recordar que los mamíferos salvajes también pueden ser fuentes de infec- ción. Los brotes de triquinosis se han atri- buido a los cazadores y a los destinatarios de sus presas.65,67 Tratamiento Mientras que muchos casos de infección por triquinela pueden ser leves o incluso asintomáticos y fáciles de manejar con anal- gésicos y antipiréticos, las infecciones más significativas suelen administrarse con una combinación de terapia antihelmíntica y cor- ticoesteroides.52 Puesto que las larvas todavía pueden anidarse a través del tracto gastroin- testinal cuando los pacientes presentan sínto- mas, el tratamiento con albendazol o meben- dazol puede ser beneficioso. El tratamiento con mebendazol temprano en el curso de la infección se ha asociado con dolor muscular disminuido e inflamación muscular.68 Una vez que se ha producido la invasión muscu- lar, el tratamiento con estos agentes no tendrá éxito en la destrucción de larvas enquista- das.69 Se recomiendan corticosteroides antiin- flamatorios, particularmente prednisolona, si el diagnóstico es seguro.1,49 La fase miopática es tratada conjuntamente con antipiréticos y analgésicos (aspirina, acetaminofén), y debe continuar hasta que la fiebre y los signos alérgicos retrocedan. Debido a su potencial inmunosupresor, los esteroides deben admin- istrarse con precaución. Prevención y control En los últimos 10 años, los brotes de tri- quinosis en los Estados Unidos han sido raros y de naturaleza esporádica.13,15,70 La mayoría se han asociado con la ingestión de carnes crudas o poco cocinadas de animales de caza y no de fuentes comerciales.13,15 Esto repre- senta un cambio en la epidemiología de los brotes en comparación con 20-30 años atrás, cuando las fuentes comerciales de cerdo infectado eran mucho más comunes que en la actualidad. Los cerdos criados en granjas individuales, en comparación con las opera- ciones comerciales de la granja, son más pro- pensos a ser alimentados con desperdicios sin cocer, y adquirir la infección. Esto se debe a que la alimentación con desperdicios sin procesar que contenga restos de carne es con- traria a las regulaciones establecidas por el gobierno federal. En los últimos 10 años, las granjas pequeñas han sido compradas y susti- tuidas por granjas más grandes denominadas “de fábrica”, en las que se pueden criar más de 10.000 cerdos con un mínimo de mano de obra. La aplicación de las leyes que rigen el funcionamiento de grandes instalaciones de producción es una actividad de tiempo completo ha sido clave para reducir la propa- gación de enfermedades que infectan tanto a la piara como a los seres humanos.70 Como ya se mencionó, carnívoros superi- ores como el oso, el zorro, el puma y simi- lares a menudo se infectan. Los cazadores que comparten su presa con otros deben ser advertidos que es mejor cocinar bien la carne. Los herbívoros también pueden albergar la infección, ya que la mayoría de los com- edores de plantas de vez en cuando ingieren carne cuando surge la oportunidad. Se han reportado epidemias por comer carne cruda en caballos de Francia, Italia y Polonia.71 La inspección de carne es inexistente en los Estados Unidos con respecto a triquinela. En Europa, los países que participan en el mercado común emplean varias estrategias para examinar la carne de las larvas muscula- res. La mayoría sirve para identificar grupos de muestras de carne de regiones dadas. Si son consistentemente negativas, entonces se aplica una designación libre de triquinela a ese suministro de carne. Los eventuales brotes ocurren, a pesar de este riguroso sistema de inspección. La triquinosis debida a Trichinella spi- ralis derivada de la carne de cerdo se puede prevenir cocinando bien la carne a 58,5 °C durante 10 minutos o congelándola a -20 °C 1. Bruschi, F.; Murrell, K. D., New aspects of human trichinellosis: the impact of new Trichinella species. Postgraduate medical journal 2002, 78 (915), 15-22. 2. Rombout, Y. B.; Bosch, S.; Van Der Giessen, J. 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Parece que la tolerancia a la congelación de la larva del músculo triquinela encapsulado está determinada en gran medida por el Trich- inella spp. pero también pueden depender de aspectos del tejido del huésped.73,75 Una coc- ción a fondo que consiga una temperatura interna de 58.5 °C durante 10 minutos es la única manera de hacer todas las carnes segu- ras de todas las especies de Trichinella. William Boog Leishman, MD (1865-1926) Leishman se unió al Servicio Médico Británico, se estableció en la India, y trabajó en la etiología y aspectos clínicos de la fiebre tifoidea y kala azar, una enfermedad comúnmente reconocida de etiología desconocida. Leishman describió un nuevo agente infeccioso en un espécimen patológico obtenido de un paciente que había muerto de kala azar. Sorprendentemente, Charles Donovan también trabajó en la India en el Servicio Médico Británico, e hizo un descubrimiento idéntico, casi al mismo tiempo que las observaciones de Leishman. Al igual que Donovan, Leishman escribió sus observaciones y presentó el documento a The British Medical Journal. Ronald Ross, entonces editor de esa revista, reconoció la similitud en los dos informes y decidió nombrar al organismo Leishmania donovani en honor de ambos.