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Minister io de Cultura
EI
del
d,g
c-985.15
;ABslc.z
lll l ll lll llllilllllllllll lll
BllE2Sg
Cuarto
R escate
Atahualpa
1532-7956
INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA
1987
EL CUARTO
DEL
RESCATE DE
ATAHUALPA
1 5 3 2-19S6
Rogger Ravines
Instituto Nacional
de Cultura
Lima, 1987
EL CUARTO DEL RESCATE DE
ATAHUALPA
Antecedentes
El 22 de junio de 1898 la Sociedad Pilbli-
ca de Beneftcencia de Cajamarca recibii en
d.onaciin el sohr denominado Casa del Inca,
que incluia el Cuarto del Rescate de Aubilal.
pa, contiguo al local de dicha institucidnlpara
la edificacifn del Asilo de Huirfanos. Dicbo
solar fue adquirido en compraaenta d las ber-
mands Reooredo Soto, por Francisco de Paula
Grozo, V{ctor Casto lglesias y Walter Osten-
dorf, en la suma de 600 soles, reunida median-
te erogaci6n pilblica. En 1953 con motiao del
centenario de la creaci6n politica del depar-
tamento de Cajamarca, en oirtud de la R.S.
1191, de 23 de octubre de 1951, el Concejo
Prooincial logrd la independizaciin parcial del
Cuarto e inicii su acondicionamiento dotdn-
dolo de un acceso por la calle Amalia Puga.
Los trabajos de restauraci6n, que incluyeron
entonces la eliminaciiln del estuco de sus pare-
des, cambio de piso, demoliciiln de un segun-
do piso, tecbado, constntcciin de la portada y
graderias de ingreso; bajo la direcci6n de H.
Gandolfo, contarofl con la ctsesorr'a de Josd
Sabogal, delegado de la Direcciin de ArQueo-
logia.
La Municipalidad mdntal)o el monumento
basta el 11 de junio de 1974, en que por D. L.
20018, fueron transfeidas al Institato Nacio-
nal de Cultura todas las edificaciones del Con-
junto Beldn, incluso el Cuarto del Rescae y
parte del orfelinato. Sin embargo, sdlo con la
R.M. 245A6-SA/DM, de 2 de junio de 1986,
despuds de mds de 12 afros de gestiLn se ba lo-
grado aislar el monumento y establecer sa
drea peimd tric a intangib le.
En julio de 1986 el Instituto Nacional de
Cultura, con la aprobacifn de la Direccifn de
Patrimonio Cularal Monumental y k Comi-
si6n Nacional de Arqueologia, e traods de la
Direccifn de Inoestigaciin del Museo Nacio-
nal y con la colaboracifn de la Municipalidad
de Cajamarca, la Corporaci6n de Desanollo
y Cooperaciin Popular de Caiamarca, inicif
la restauraciin del monumento para consernar
el testimonio arqueoldgico )/ rescatar su talor
de simbolo y fuente de identidad nacional.
CAJAMARCA EN 15321
La tarde del 15 de noviembre de 1532, se-
grin versiones autorizadas, Francisco Pizarro
y un grupo de 168 espaioles alcanzaron la
ciudad de Cajamarca. Al dfa siguiente, al a-
tardecer del 16, en un ataque, con visos de
emboscada y uaici6n, cay6 preso Atahualpa
Inca, sefror del Tahuantinsuyu, el mds podero-
so reino de Amirica indfgena. De la tragedia
de Cajamarca naci6 el Perri de hoy.
En L532, Cassamalca o Caxamarca era
pueblo muy grande. Se asentaba en la ladera
del Cumbe y se extendia al norte del cerro
Santa Apolonia: "especie de fortaleza, cerca-
da de tres cercas, hecha subida como caracol".
Tenfa una plaza extensa, definida por tres a-
posentos, con veinte puertas y aproximada-
mente 150 m. de largo cada uno, dispuestos
en tridngulo. Diez calles sal(an de laplazaha-
cia el valle. Todo el conjunto estaba unido por
una muralla que separaba el centro adminis-
trativo del resto de la poblaci6n.
Dentro de este espacio se encontraban di-
versos edificios p(rblicos: el acllabuasi, el "pa-
lacio de la sierpe", el templo del Sol y el pala-
cio del Inca. Al exterior, en medio de una de
las murallas: elusbno, Asiento del Inca, Torre
Vieja o Torre del Inca, de aproximadamente
25 m. por 4O m. Su ubicaci6n actual serfa al
NE del atrio de la Iglesia de San Francisco, in-
mediatamente detrds de la porterfa del Con-
vento de dicha orden, hoy en posesi6n del
Banco Minero del Perri.
EL TAMBO DE CAJAMARCA2
Pedro Gutiirrez'de Santa Clara (1603) di-
ce que a los palacios Inca se les denominaba
tambos,
Assi mismo tenlian estos yndios y sertores
yngas. . unos palacios o aposentos may
. grandes y bien becbos y labrados de cante-
rtb. . . que se llamaban los tales placios
tamboq y en estos dposentos se aloerga-
ban los Yngas y toda s7t corte algunos
tiempos del afto", (1905: T.III:546).
El tambo de Cajamarca, segfin Agustfn de
Zdrate (1555), se ubicaba dentro del cercado
de la plaza e inclufa el Pilacio del Inca y el
Timplo del Sol. Ambas obras de factura neta-
mente inca mantenfan el patr6n cusquefro,
tanto en su distribuci6n planim6trica como en
su estilo arquitect6nico.
Estos edificios subsistieron hasta algunos
afros despuCs de la conquista y se conocieron
con el nombre de Fuerte del Inca, Jatuncan-
cha, Solar del Inca, Palacio del Cacique de las
Siete Guarangas, Casa del Inca. Su progresiva
destrucci6n debi6 culminar a mediados del si-
glo XVII, conservdndose s6lo una sala del
Templo del Sol, que hacia 1780 era la sala
principal del cacique Patricio Astopilco y que
se reconocia como la que "Atahualpa ofreci6
llenar de oro y plata por su rescate".
16 DE NOVIEMBRE DE 15323
del frayle. Sin em-Ios t€rminos de la proclama del frayle. Sin em-
bargo la imprecaci6n final' iSalid que yo osbargo la imprecaci6n finalr i
absuelvo!, que consigna Estete, fue la seffal
que inici6 la hecatombe..
Los espafroles llegaron a Cajamarca "un
viernes 15 de noviembre a la hora de vfsperas"
Atahualpa ingres6 a la ciudad desde su resi-
dencia Cn Pultumarca, al d(a siguiente, sdba-
do 15, dos horas antes de Ponerse el Sol. Cua-
tro horas dur6 la marcha, que cubri6 la distan-
cia de 6 km. que separa Cajamarca de los
Bafros.
El Inca, anotan Ios conquistadores, venfa
en una litera forrada de plumas de papagayo,
guarnecida de chapas de 9ro- y plata, en hom-
Sros de 80 sefrores principales. Delante'y de-
tr6s de Cl, escuadrones de hombres, vestidos
con libreas de colores, con disefros en forma
de escaques y las frentes ornadas con Patenas
de metal que daban gran resplandor. Todos
cantaban 'iun cantar esPantoso que parecla
cosa irifernal".
Llegado Atahualpa a la plaza de Cajamar-
ca y eniontrdndose dentro de ella, al no ver a
los-espafroles, gue permanec(an escondidos en
las grindes callancas, pregunt6: idonde estdn
estos?
Sali6 entonces del aPosento donde estaba
Pizarro, el lengua Martfn y Vicente de Val'
verde, de la Orden de los Predicadores, con la
Biblia en la mano. Varias son las versiones que
se insertan en las antiguas cr6nicas resPecto a
iSantiago a ellos! exclam6 pizano..,y asi
salimos todos a aquella voz e una -escribeEstete- porque todas aquellas casas que s:r-
l(1n 
" 
lt plaza,, tenr'an muchas puertas, y prr.-
cfa que se hubieran hecho a quil prop6iitb,,.
_ Ante el sorpresivo ataque ,.iomo los in-
dios estaban sin armas fueron desbaratados sin
pelig.ro de ning6n cristiano',. Los espaffoles a
caballo. sal(an por encima de ellos hiriendo y
matando. La gente de a pie se di6 mafra y pri-
sa para asesinar a espadazos a los que queda-
ban en la plaza. Atahualpa fue derribaho de
sus andas por Pizarro y sus hombres, luego de
tnatar a sus cargadores. En la refriega perecie-
ron mds de 2000 hombres, incluso Carguaton-
go, sefror de Cajamarca.
Atahualpa, "despojado de s:s vestiduras,
que los espafroles habian roto por quitarle de
las andas" fue llevado a una iasa de piedra,
que era el Templo del Sol. Acerca dei trata-
miento que se le dio durante su prisi6n, estdn
acordes todos los cronistas en sefralar que no
s6lo se le.guardaron consideraciones y mira-
rnientos, sino que se le procuraron algunas dis-
tracciones, tratdndolo con benignidid y per-
miti6ndole conservar en la prisi6n cierto boa-
to y suntuosidad, incluso el servicio de sus
muJeres.
ATAHUALPA4
Segrin los conquistadores Atahualpa era
hombre de unos 30 afros, algo grueso, bien a-
personado y dispuesto, Hermoso y grave de
rostro, los ojos encarnizados. Hablaba. con
mucha gravedad, como gran se-19r. Hac(a muy
vivos razonamientos y entendidos por los es-
pafroles conocfan ser hombre sabio. Era ale-
gre, aunque crudo. Hablando coh los suyos
era muy robusto y no mostraba alegrfa. Era
muy temido de su pueblo. En todo el Pertino
habra indio semejante ni en ferocidad, ni au-
toridad.
Atabualpa, segun un grabado alemcin
del siglo XVI.
EL R-ESCATEs
Desde su prisi6n Atahualpa vio que los espa-
floles recogfan alg6n oro y que el metal pre-
cioso era asunto de disputa. Comprendi6 en-
tonces que para librarse de la insolita situa-
ci6n en que se encontraba era necesario reunir
oro a cambio de su libertad.
El asunto del rescate es tema controverti-
do. La idea pudo ser tanto exigencia espafrola
como iniciativa indfgena. Lo evidente es que
el Inca llen<i con piezas de oro el aposento en
que estaba preso, "un buhio de 25 pies de lar-
go por 15 de ancho", "hasta una raya. . .que
un hombre alto no allegaba a ella con un pal-
mott
Crist6bal de Mena (1534) afirma que el
ofrecimiento del rescate lo hizo Atahualpa la
misma noche de su prisi6n Para impedir que
lo mataran. Otros cronistas anotan que fue al
dfa siguiente.
Oro y Plata5
El monto del tesoro acumulado por Ata-
hualpa en Cajamarca y que los cspafloles fun-
dieron y repartieron entre el 1O de mayo y 6
de agosto de 1533 es otrode los puntos sobre
los que se han ejercido las rnis diversas e.spe-
culaiiones. Segtn los cronistas presenciales
durante 6 meses llegaron a Cajamarca diversas
piezas de oro, cdntaros, plaqs, copones, ollas,
braseros, vasos, atabrles, tcjuelos, figuras de
hombres y animales, ":pie.zes monstruosas, que
se acumularon en el recinto *fralado. Su volu'
men debi6 alcanzar 57 m3. Pero, fundido y
ensayado, de acuerdo a las Actas del reparto,
se obtuvieron l'326,539 Pesos de buen oro, es
decir un peso bruto de aproximadamente
6,000 kilos de oro.
Sin embargo no todas las piezas fueron
fundidas. Se sJpararon algunas que se remitie-
ron a Espafra como parte del quinto real o
Dresentes familiares. Es interesante al respecto
ia Memoria de las coss y piezas de oro que se
lleoaron a Espafra para icgalo de Su Maieswd
que figuran 
-en la "Relaci6n francesa" de
L534.
El oro del Peru fue admirado en los gran'
des centros euroPeos, y artistas como Benve'
nuto Cellini tuviiron palabras de admiraci6n
por las obras prehi . Es cdlebre la ex-
presi6n de Martyr de Angleria: "No ad-
miro ciertamente el oro. . ., lo gue me Pasma
es la industria y arte con gue la obra aventaja
a la materia".
Reconstntcci6n isomitica del Cuarto del
Rescate,1986.
MUERTE DEL INCA?
Cumplido el ofrecimiento de Atahualpa,
fundido, ensayado y repartido el oro, segtin
Pedro Pizarro el Gobernador di6 por libre a
Atahualpa y lo absolvi6. Sin embargo, con la
llegada de Almagro y 100 espaffoles mds, a-
cordaron que Atahualpa muriese: "pues no
conven(a que viviese, porque si lo soltaban su
Magestad perdfa la tierra y todos los espafroles
serfan muertos".
Los conquistadores espafloles se pronun-
cian undnimemente en que la muerte de Ata-
hualpa fue contra la voluntad de Pizarro,
quien finalmente orden6 le diesen garrote y
despuCs de muerto lo quemasen. En la versi6n
indfgena y popular, reperida y mantenida a lo
largo de 450 afios, Atahualpa fue degollado en
la plaza de Cajamarca el 29 de agosto de
1533. Prueba de esta afirmaci6n, segtn la tra-
dici6n, es una losa de arenisca de t.S0 m. por
l.2O y 0.13 m. de espesor que se conserva en
Cajamarca, y en cuya superficie ha quedado
impregnada indeleblemente, en forma de un
halo, la sangre de Atahualpa.
10
Uillist[
-.'._-------*--- ll'IfZl!)--. -.'-=
tB+lta llras.rlo^
Crr. oirrr.0Xdlr*n
EL CUARTO DEL RESCATE:
15 3 3-19868
Victimado Atahualpa los espafroles inicia-
ron su marcha al Cusco. Cajamarca prehispli-
nica fue arrasada. Los propios indios, segrin
Juan Ruiz de Arce, cayeron sobre.ella y no
iejaron piedra sobre piedra. Sin embargo, Por
raion.s'ignoradas, quedaron en pie unas es-
ffucturas ie canterfi que desde mediados del
siglo XVI se conocieion como el Solar del
hica, afirmdndose que fueron las mismas que
ocup6 Pizuro y sirvieran de prisi6n a Ata-
hualpa.
Los cronistas presenciales de la conquista,
al referir la ocupaci6n de la ciudad, anotaron
que Pizarro tom6 "unos aPosentos reptrtidos
dn ocho cuartos muy mejor hechos que nin-
guno de los otros" con "techo cubierto 9t P"-
ia y madera asentada sobre las paredes", que
conespondfan al Palacio del Inca aungue
Estete anota esPecfficamente que eran del
Templo del Sol.- Es, sin embargo, a partir de
r56d oue se identifica un solar frente a la igle-
sia de'San Francisco, "constitufdo por siete
buhios grandes y chicos, carcados", como el
jatuncaicha; Palacio del Inca, Fuerte del
inca, Solar del Inca o Casa del Cacique, sefla-
lCndose una de sus habitaciones como la sala
en que estuvo preso Atahualpa y que llen6 de
oro a cambio de su libertad.
En 1615, Felipe Astopilco, cacique de las
siete guarangas, expresaba a fray Antonto
Viaq;ez de 
-Espinosa que dicha sala "perma-
nece y p.rmanicerd siniocarla en memoria de
h prilidn y muerte de Atahualpa"' Desde en-
t2
tonces y hasta el presente se ha venido sefra-
lando como tal una estructura de mamposte-
ria concertada y junta seca, en forma de un pr
ralelepfpedo regular de 11.80 m. de largo por
2.95 m. de ancho y 3.10 m. de alto en la parte
externa, que se ubica dentro de la manzana"
delimitada por las calles Amalia Puga, BelCn,
Lima y ooi de Mayo, orientada en direcci6n
SE-SSE, en marcado contraste con el trazo es-
paffol regular de las calles NE-SE.' 
Pesel lo anotado y a [a versi6n tradicional
de que dicha estructura correspondia al.Cuar'-
to del Rescate de Atahualpa su autenticidad
se mantuvo como una gran interrogante' A la
fecha con las evidencias arqueol6gicas disponi-
bles, concordadas con las referencias docu-
mentales de los siglos XVI y XVII, puede se-
fralarse que este Cuarto del Rescate Presenta
las caracter(sticas principales que anotaron los
cronistas y testigoi presenciales de la conquis-
ta en 1532, en lo que concierne a sus dimen-
siones, funci6n y rasgos asociados,
. . . un buhio de 22 pies por 17 pies. . .e
El recinto en sus dimensiones actuales es
resultado de una ampliaci6n del siglo XVII o
quizd de mediados del XVI * debido a la eli-
minaci6n de un muro central de 0.82 m. de
espesor {uyas huellas son visibles en las pare-
del frontales- por lo que originalmente con-
formaban dos recintos de 4.54 m. Por 6 m.y
4.56 m. por 6 m., resPectivamente.
1*; En este aspecto cabe destacar el testimonio de Fray
Juan de Revenga, quien en 1560 manifest6: "las casas
dichas gue lindan con cl monasterio habiula don Pe-
dro Angasnapon y son sistc buhior chicos y grandes del
Inga, y quc el.ticlo don Pedro los tiene cercados y no al
monasterio", (Archivo Departamental Cajamarca)
13
Las medidas ofrecidas por los cronisras
conquistadores -salvo la de Hernando pizarro
gu! al parecer corresponde a la parte exterior
del edificio- coinciden plenamenie, si se riene
en cuenta la e-ristencia de dos cuartos en vez
de uno.
Las primeras variaciones en su -tamafio
datan del siglo XVII y las consignan, hacia
1615, Felipe Huaman Poma de Ayala y Anto-
nio Vdzquez de Espinosa, quienes anotan 8
brazas y 40 pies de largo, es decir 13.36m.y
71.20 m., respectivamente. Las dimensiones
ofrecidas por historiadores y viajeros posrerio-
res son, salvo excepciones, rcpeticiones extrai-
das de los primeros cronistas.
ca;3 de piedra que era el Templo del
. El cardcter sagrado del edificio puede fun-
damentarse si se considera la prisencia de
"una raya...", Que sini6 para maic". el lfmite
del rescate. Juan de Betanzos (1551) al tratar
de la edificaci6n del Templo del Sol, en el
Cusco, por Inca Yupanqui anota:
". . . estondo bien oestidos y aderezados,
manddles entefiar ohtos en- aquelh casa,
que en especial era becba para donde es-
tuoiese el buho del Sol; y con la sangre
que los corderos y ooejai babthn sacoTo,
mand6 que fuese becbas ciertas ra)las en
las^.paredes desta casa... todo lo cual sig-
nificaba ana manera de bendecir y consa-
grdr esta casa..." (1968: Cap. XI).
t4
.una lfnea colorada alrededor del portal... tr
Los testigos presenciales de la conquista
son un6nimes al referir que estando prisionero
Atahualpa a cambio de su libertad ofreci6 lle-nar un cuarto de oro hasta la altura de una ra-
ya que allf estaba:
"... dijo Atabaliba... que bencbiria de pie-
zas de t.iri ttQu€l bubio, en que estaba,
basta wna raya blanca, que sert'a estado y
medio de alto... " (H. Pizarro, 15 3 3).
"... el cacique dixo que daria tanto oro
como cabria en un apartado que alli esta-
ba basta und rdya blanct que alli estaba
que un bombre alto no allegaoa a ella con
un plmo..." (Mena, 1553).
Desde entonces y a lo largo de 400 afros
existen menciones a dicha lfnea. Pero, s6lo 20
affos despuds de la toma de Cajamarca, a par-
tir de Agustfn de Zirate (1555), se propalaba
la versi6n que Atahualpa puesto de pie levan-
t6 el brazo e "hizo sefralar esta altura con una
lfnea colorada" alrededor del recinto para
marcar el lfmite del rescate.
Es evidente el cardcter ceremonial de la lf-
nea mencionada y su traza prehispdnica. Su
presencia en determinados edificios priblicos
imperiales son evidencias arqueol6gicas indis-
cutibles. Lfneas semejantes se encuentran en
la Capilla de las Estrellas, del Coricancha, en
forma de una banda negra de 8 cm. de ancho
que circunda el interior del recinto, atrave-
sando incluso las. hornacinaS; er el Templo de
15
Huaytara, como una banda roja de 5 cm. de an-
cho. en el Templo del Sol, de Vilcashuamdn; y
en forma de una lfnea incisa en los vanos de la
Zona Real de Machu Picchu.
Aunque se desconoce el simbolismo de es-
tas lfneas, puede inferirse que hubo una cate-
gorfa de rayas que guardarfan relaci6n con un
tipo y categorfa de estructuras inca.
La Propiedadt2
En base a la documentaci6n existen en el
Archivo Hist6rico Departamental de Cajamar-
ca, relacionada con la sucesi6n, posesi6n y
venta del Solar del Inca, es posible trazar la
historia de la propiedad. En 1534 su primer
poseedor habrfa sido Carguahuatay, a quien
hacia 1540 le sucedi6 el cacique Pedro Angas-
nap6n y su mujer Magdalena Cosachup. Des-
de L562, por provisi6rn real del Conde de Nie-
va, el solar perteneci6 a los'curacas de Caja-
marca, figurando entre sus propieterios y ocu-
pantes:
t562
t667
1684
1 700
17 56
1780
Diego Astopilco y Sebastidn Ninalin-
g6n
Gabriel Astoqui6n y Francisco Asto-
pilco
Luis Carhuarayco
Melchor Carhuarayco
Ana Chuplachos
Fernando Astopilco
Nicolds Astopilco y Carhuarayco y
Meria Candelaria Gutiirrez y Sancho
o Maria Sancho Consanchilon
Jos6 Patricio Astopilco
16
1800 : Antonia ;\stopilco y Luis Sotcr
Manuel Soto AstoPilco Y Manuela
Gr.rti6rrez )' Vi llanueva
1838 : Nieve s Ravines 1' Vergel
1872 : Rosario Soto Astopilco y Ravines
1{J90 : I)avid, Aurora 1' Jests Nlaria Revo-
rctlo Sotrt r\st opilt'o
1898 : Francisco de Paula Grozo, Victor
Castro Iglcsias v Walter Ostendorf.
1898-1953 Societlad Pilblica dc Beneficencia
de Cajamarca
1953-1974 Concelo Provincial de Cajamarca
lg74 , Instituto Nacional de Cultura.
r;'{P&'
Cunrto del Rescate,
:
17
1 862
LA RESTAURACION
Para la puesta en valor del Cuarto del Res-
cate se han evitado los criterios historizanres o
que destaquen ciertos valores en detrimento
de otros,.a la vez que se h-an simplificado algu-
nos detalles para afirmar lo sustantivo frente a
Io adjctivo.
Como base para la resrauraci6n del monu-
mento se ha considerado la documentaci6n de
los siglos XVII y XVIII, principalmente la ta-
s.aci6_n de la casa y las iluitraciones del obispo
de Trujillo Jaim-e Baltazar Martinez Coin-
pg_0,1 y Bujanda. Debe sefralarse que el siglo
XVIII represenra para Cajamarca li sfntesil y
punto culm:linte de su proceso cultural.
Entre algunas de las consideraciones ob-
servadas en el trabajo de restauraci6n, cabe se-
fralar las siguientes:
1, El paramento cxterno. En base a una
ilustraci6n de Martfnez de Compari6n se ha
restituido la cara externa del paramento norte
del edificio. Buscando recuperar su aspecto
original del siglo XVIII, se han cerrado los va-
nos abiertos por la Beneficencia y reparado las
diversas lesiones causadas en los riltimos.50
afros. [.,n el interior del recinto queda a Ia vista
el nficleo de la edificaci6n, pero se mantienen
las huellas de su destrucci6n como signos de
nuestra 6poca y advertencia a los futuros estu-
dios.
2. Las paredes de adobe. En general los
paramentos inca no eran de piedra en toda su
altura. Las piedras llegaban hasta donde las
vemos hoy; de allf para arriba usaban ac-lobes.
En el caso del Cuarto del Rescate es evidente
que sobre los muros de canterfa se asent6 una
secci6n de adobes, cuya al.tura desconocemos.
18
culm:linte
lt
I
I II l:l
a Paramento norte, siglo XVI
b Paramenro norte, siglo XVIII
I
= T-TI
ttt
lt f.\II
L_l
LI
C Paramento norte, siglo XX
Sin embargo, los mojinetes son expresi6n
mestiza, propios de la arquitectura ciiamar-
quina tradicional.
3. La cubierta. No pueden establecerse las
caracteristicas, forma o tipo de techo que el
Cuarto tuvo originalmente. Es evidente que
algunos reclntos pequeffos de la Epoca Inca
tuvieron techos de paja sobre una armadura
de madera, generalmente sin hastiales. por
otra parte los techos pudieron tener hasta 3
formas ideales: una, dos o cuatro aguas. En el
caso del Cuarto del Rescate se ha optado por
el techo a dos aguas con tejas, propio de^las
casas populares de Cajamarca del siglo XVIII,
aunque innovando su estructura interna, sus-
tituyendo el encaffado por un enchapado de
cedro machiembrado, que le da cierta prestan-
I9
cia estdtica, alavez que hace obvio el caricter
nuevo de la obra. La-intenci6n ha sido en este
caso marcar la diferencia entre la construcci6n
inca y el trabajo de protecc-i6n y evitar un
confuso criterio de restauraclon en el que Pre-
va\ezca la intenci6n de destacar los restos pre-
hisp6nicos en deuimento del documento his-
t6rico, representado Por el aporte colonial,
que establLce en el tiempo el valor de la estra-
tificaci6n hist6rica del monumento.
Por otra Pxrte, el uso de madera en las cu-
biertas no es un elemento ajeno a la arquitec-
tura prehispdnica de Cajamarca' Los cronistas
presencialei de la conquista seffalan ya que las
casas del Real de Atahualpa en Pultumarca te-
nfan techo de madera tefiida de color berme-
jo (J erez 1 5 34).
4. El piso. AI haberse perdid.o el piso ori-
ginal de li estrucrura inca, destruido probable-
i,.nte en el siglo XVII, se ha optado Por man-
tener el de caiterfa que en 19t3 le colocara el
Concejo Provincial d'e Cajamarca, ya que faci-
lita la tirculaci6n en el mismo.
5. Et vano original. Cegado en e[ siglo
XVIII, reabierto en el XIX, vuelto a clausurar
en el XX, colocdndole una puerta de medera
Dara utilizarlo como alacena, ha sufrido daffos
be consideraci6n que han destruido su dintel,
umbral y jambas- y alterado sensiblemente
su original- forma trapezoidal, En las obras
de resiauraci6n se han iestituido los dirrteles y
reparado las perforaciones de sus jambas'
6. La ventana del hastial. Este elemento
arquitect6nico es una peculiaridad de la casa
popular y rural de Cajamatca' Sirve como tra-
g^iu, o ie ingreso a1 terrado por el exterior de
ia vivienda. En el Cuarto del Rescate se han
zt
eliminado los detalles del marco de madera,
puertas o barrotes, colocando directamente
un vidrio polarizado en el vano, a fin de desta-
car el concepto moderno de la restauraci6n.
7. El color de las paredes de adobe. En es-
te aspecto se han mantenido los colores tradi-
cionales de la arquitectura cajamarquina, que
persisten desde la ipoca prehispdnica. El colo-
rado de las paredes externas y el "encalado,
blanco como nieve" de las interiores, a?arecen
mencionados ya por Hernando Pizano (1533)
y Francisco de Jerez (1534) cuando se refie-
ren a los aposentos de Atahualpa en su Real
de los Baflos.
LA IDEA NACIONAL
Monumento y sfmbolo, el Cuarto del Res-
cate de Atahualpa, encarlra la idea nacional.
En 6l .se han estratificado el aporte de 500
afros y dos corrientes culturales. De ahi que en
su restauraci6n no se haya buscado la unidad
de estilos ni la eliminaci6n de aportes perte-
necientes a perfodos posteriores, sino la uni-
dad del conjunto como expresi6n de continui-
dad cultural.
El Cuarto del Rescate esla tradici6n palpi-
tante de Cajamarca. Animado por el espiritu
de su pueblo, encierra junto con Ia visi6n de
sus hazafras y fracasos y de sus empresas m6s
decisivas, la sugesti6n inagotable y la linea de
su destino. En el Cuarto del Rescate hay un
fondo de pasado vivo y subconsciente sobre el
que se dibuja una imagen en que se funden de
modo indisoluble la evocaci6n y la esperan-
7.2.
2t
Notas
La redacci6n de los subtftulos de este estudio se susten-
tan en:
1. Estetre, 1535, Jerez. 1534. Mena, 1534. Ruiz de Arce,
1543. Titu Cusi Yupanqui, 1570. Trujillo, 1571. Re-
gistros hiblicos de Cajamarca.
2. Gutidrrez de Santa Clara, 1603. Martinez de Compa-
fr6n, 1782. Zdrate, 1555. Archivo Hist6rico Departa-
mental de Cajamarca.
3. Estete, 1535. Gutidrrez de Santa Clara, 1603. Jerez,
1534. Huam6n Poma, 1615. Mena, 1534. H. Pizarro,
1533. P. Pizarro, 1571. Ruiz de Arce, 1543. Titu Cu-
si Yupanqui, 1570. Zrirate, 1555.
J erez, 1534.P. Pizarro, I 571.
Jerez, 1534. Mena, 1534. H. Pizarro, 1533. Rela-
ci6n Francesa, 1534. Ruiz de Arce, 1543. Sancho de
la Hoz, 1533.
Cook, 1968. Espinoza, 1533. Jerez, 1534. Loredo,
1958. Lothrop,1964. Mena, 1534. H. Pizarro, 1533;
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cho de la Hoz, 1533. Stevenson, 1825. Titu Cusi Yu-
panqui, 1570.
Estete, 1535. Jerez, 1534. Mart(nez de Compafr6n,
1782. Montesinos, 1542. Ruiz de Arce, 1543. Yizqtez
de Espinosa, 1615. Archivo Hist6rico Departamental
de Cajamarca.
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1830. Huamdn Poma, 1615. Humboldt, 1803. Jerez,
1534. Lecuanda, 1790. Martfnez de Compai6n, 1782.
Mena, 1534. Middendorff, 1894. Montesinos, 1642.
Paz Soldiin, 1862. H. Pizarro, 1533. Relaci6n Frence-
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Betanzos, 1551. Estete, 1535. Mena, 1534. Montesi-
nos, I 642. H. Pizano, I 533.
Guti6rrez de Santa Clara, 1603. Huamrin Poma, 1615.
Mena, 1534.Oliva, 1631. H. Pizarro, 1533. Zdrate, 1555.
Humboldt, 1803. Martfnez de Compafr6n, 1782. Villa-
nueva Urteaga, 1947, 1955, 1975. Wiener,1880. Archi-
vo Hist6rico Departamental de Cajamarca.
l
4.
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1947 (1555) Histoila del descubrimiento y conquista de
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Gonzalo Pizarro y de sug seculsas. que en ellrr se
rebehron contra Su Magestad, p6r... Biblioteca
de Autores Espaioles. Tomo 26, Madrid.
27
Tasaci6n extrajudicial que por sriplica de los herederos
de don Nicolis Astopilco.y de doia Matia Gutidrrez y San-
cho, ya difuntos, he practicado en la casa de su morada,
que esti junto a lt plaza de esta Villa, y es en la forma siguien-
te:
APENDICE
Fdbrica dc la rale principel
Por 888 piedras labradas que regulo est6n inver-
tidas en las paredes de dicha sala, reducidas
todas de a media vara de alto y media de ancho,
en pared doble, exclusive'los claros de dos
puertas, las que aprecio a 9n real cada vara,
En el resto de otra pared que sigue de adobes,
con altura de 4 varas, doble, regulo invertidos
En el techode dicha fdbrica y su corredor, regu-
1o3500 tejasa l0pesosmillar,montan, . . . . . 035,o
En el terrado y techo de ella, regulo 18 iargas
demagueyes,aSreales,montan, . ., . . . . . . 018,o
En el techo, corredor y terrado, regulo 20 car-
gasdecarrizosquea4reales,montan . . . . . . 010,o
Por 13 vigas en dicha sala, a 8 reales . . 013,o
Por una cumbrera de mis de 13 varas de.largo. . . 003,o
Por cuatro pilares en el corredor cori sus bazas
de piedraa2peios. . . . . . .008,o
En los tirantes y tijeras del techo de la sala re- '
ferida,regulo9pesos. ,. .. .009p
La puerta principal de dicha sala, de dos varas,.
con chapa y manija, regule en . 012,o
Por 2 vigas y 10 tijeras en el corredor, regule a.
36reales ..0043
Por los umbrales de dicha puerta, algo apolilla-
dos, losapreciaen... ......000,4
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