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87 Culpa ante la muerte La culpa es un sentimiento muy doloroso, es un estado emocional que te roba la paz, te paraliza, hay que lograr que la persona que va a morir entienda que toda culpa se basa en un absurdo que equivocarse significa aceptarse como ser humano, que el pasado aunque es una carga puede descargarse. Culpa persecutoria y culpa depresiva. Estas dos clases de culpas están relacionadas con el instinto de muerte, y el de la vida respectivamente, ambas culpas se refieren a las reacciones y sentimientos correspondientes a los aspectos normales y patológicas del duelo. Culpa persecutoria Determina la aparición de duelos patológicos que podrán convertirse en cuadros melancólicos. Culpa depresiva Creará la posibilidad de una autentica reparación del objeto y del yo dañados, vivir implica pasar necesariamente por una sucesión de duelos. Depresión Reactiva: Respuesta a las pérdidas sufridas. Anticipatoria: El dolor preparatorio por el que tiene que pasar el que se está enfrentando a su muerte. Ansiosa: Hay una guerra interior por una parte quiero yo, enfermo terminal vivir y por otra morir para dejar de sufrir asimismo los familiares. Es muy importante sacar todos los sentimientos antes de que muera el ser querido para que la elaboración del duelo sea menos dolorosa. Aceptación a la Muerte Es importante ayudarle al enfermo terminal a que se manifieste la fe, en la aceptación a la muerte, para que esta se presente como algo positivo, si es religioso hay que colaborar para que el enfermo encuentre una afirmación autentica y así lograr que la familia acepte la muerte de su ser querido. Finalmente la muerte se hace presente en los últimos momentos, el moribundo esta allí pero como necesita de todos los que el ama, de sus caricias, de sus besos, de sus oraciones, de su compañía real, autentica interna. Al enfermo con la actitud, no con palabras solo habrá que decirle “Esta bien no te preocupes, yo estaré aquí hasta que cierres tus ojos para siempre”, siempre debemos respetar el silencio del moribundo. El acompañamiento del enfermo ha de tener la palabra justa y el silencio largo.
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