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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (30)

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CAPITULO 9
Chile ha tenido un rápido paso de una pre transi-
ción, a una post transición epidemiológica en sus 
problemas de salud, al lograr disminuir la mortali-
dad general e infantil, eliminar la desnutrición caló-
rico-proteica primaria y bajar las tasas de natalidad, 
lo que se asoció con un considerable aumento de 
la expectativa de vida de la población. Un resultado 
de este proceso ha sido el aumento de las enferme-
dades crónicas no transmisibles (ECNT) del adulto y 
adulto mayor, entre ellas la osteoporosis (1). 
Los factores que influyen en el proceso de minera-
lización ósea (MO) son múltiples, e incluyen el pa-
trimonio genético, la edad, el sexo, la nutrición, la 
actividad física, la adecuada absorción intestinal de 
vitaminas y minerales y las patologías que el indivi-
duo puede haber sufrido durante su vida, así como 
el uso de ciertos medicamentos. 
Para lograr un nivel de MO normal, es fundamental 
mantener una nutrición adecuada, lo que se vuelve 
especialmente crítico durante aquellos períodos en 
que el crecimiento es rápido, como son el último tri-
mestre del embarazo y, en la vida postnatal, los dos 
primeros años de vida del lactante y la adolescencia. 
De acuerdo con las recomendaciones del consenso 
del NIH (National Institutes of Health, USA), la inges-
ta adecuada de calcio y de vitamina D y la exposición 
a la luz solar junto con un nivel adecuado de activi-
dad física permiten obtener una Masa Ósea Máxi-
ma del Adulto Joven (MOMAJ) de calidad óptima. La 
MOMAJ representa un “capital de reserva” de masa 
ósea para el adulto y, por lo tanto, es la meta que se 
debe tratar de conseguir. Una MOMAJ lo más alta 
posible es un objetivo importante para los jóvenes, 
porque disminuye el riesgo futuro de osteoporosis. 
La figura 1 muestra la evolución de la masa ósea a 
lo largo de la vida en función de ingestas de calcio 
bajas y alta (2,3). 
Desde el punto de vista de la nutrición, el calcio, el 
fósforo y la vitamina D son fundamentales para una 
MO adecuada. El calcio es el principal catión que for-
ma la estructura cristalina del depósito de minerales 
del hueso. El calcio cumple además muchas otras 
funciones en el organismo, entre ellas actuar como 
cofactor en reacciones enzimáticas, participar en los 
procesos de señalización celular y en la secreción de 
hormonas, en los procesos de neurotransmisón y en 
la contracción muscular, tanto estriada como lisa, y 
en la coagulación sanguínea. Los niveles bajos de in-
gesta de calcio resultan en una menor masa ósea, 
así como en una Densidad Mineral Ósea (DMO) más 
baja que favorecen la aparición de la osteoporosis a 
edades más tempranas, con su asociación con tasas 
altas de fracturas y morbimortalidad en los adultos 
mayores (4).
En la adolescencia las necesidades de calcio aumen-
tan debido al rápido crecimiento y al aumento de la 
masa corporal y como resultado la absorción neta 
de calcio aumenta al 30%. En el adulto joven la ab-
sorción de calcio disminuye y su excreción aumenta 
por lo que la retención de este elemento es menor. 
El balance de calcio se vuelve negativo con niveles 
de ingesta inferiores a 700 mg/día y por el contrario, 
es positivo cuando se elevan sobre los 1.000 mg/día, 
situación en que se logran retenciones de aproxima-
damente 100 mg/día.
Matkovic definió el concepto de ingesta umbral de 
calcio como aquella por debajo de la cual la acu-
mulación de calcio en el esqueleto es función de la 
Absorción de calcio, fósforo 
y vitamina D
Santiago Muzzo Benavides
	otro
	LIBRO Cap.9(FINAL)

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