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Cardiopatía traumática Peter I. Tsai, Matthew J. Wall, Jr., y Kenneth L. Mattox 72 Incidencia, 1658 Lesiones cardíacas diversas, 1661 Resumen, 1662 Traumatismo cardíaco abierto, 1658 Com plicaciones tardías, 1662 Bibliografía 1663 Traumatismo cardíaco cerrado, 1660 IN C ID EN C IA Los traumatismos torácicos son responsables del 25% de las muertes por accidentes de circulación, el 10-70% de las cuales pueden deberse a la rotura cardíaca cerrada. Los traumatismos torácicos pueden causar 12 tipos de lesiones mortales: obstrucción de vías respiratorias, neumotorax a tensión, neumotorax abierto, hemotórax masivo, tórax inestable, rotura de la aorta torácica, taponamiento cardíaco, lesión cardíaca cerrada, rotura traqueobronquial, desgarro traumático del diafragma, rotura eso fágica y contusión pulmonar.1 La mortalidad general como consecuencia de los traumatismos car díacos penetrantes (abiertos) no ha variado de manera significativa en los principales centros de traumatología, lo que parece indicar que ese tipo de traumatismos son muy mortales y son relativamente pocas las víctimas que logran sobrevivir hasta llegar al hospital. Los datos de nuestro propio centro demuestran que un tiempo de traslado de menos de 5 min con un período de hasta 9 min de reanimación cardiopulmo- nar (RCP) prehospitalaria e intubación endotraqueal satisfactoria son factores positivos para la supervivencia cuando el paciente sufre una lesión cardíaca con pérdida del pulso en el lugar del accidente. Esto se correlaciona también con unos mayores índices de supervivencia si se realiza una toracotomía de urgencia para intentar atajar las lesiones (75%) en comparación con los índices de supervivencia más bajos (25%) que se obtienen cuando hay que practicar la toracotomía en el servicio de urgencias, un dato bastante indicativo del carácter siniestro de estas lesiones.2 La cardiopatía traumática puede clasificarse según el mecanismo de lesión (tabla 72-1). El conocimiento de varios tipos de traumatismo cardíaco, de métodos disponibles para facilitar el diagnóstico rápido y la familiaridad con las técnicas de reparación quirúrgica ya no son un ejercicio teórico sino una necesidad para salvar vidas.3 Este capítulo trata principalmente de las características, evaluación y tratamiento del traumatismo cardíaco abierto, cerrado o de otra naturaleza. T R A U M A T ISM O C A RD ÍA C O ABIERTO Causa El traumatismo abierto es la causa más frecuente de traumatismo cardíaco relevante en el ámbito hospitalario y la etiología predominante son las armas de fuego cortas y armas blancas.4,5 La localización de la lesión cardíaca está relacionada a menudo con la localización de la lesión en la pared torácica. Las cavidades anatómicas con mayor riesgo de lesión son los ventrículos derecho e izquierdo por su posición anterior. Hasta la fecha, nuestro grupo ha publicado la revisión más amplia, constituida por 711 pacientes con traumatismos cardíacos penetrantes - e l 54% por heridas punzantes frente al 42% por heridas por arma de fuego-. Tanto el ventrículo derecho como el izquierdo sufrieron lesiones en el 40% los casos, la aurícula derecha en el 24%, y la aurícula izquierda en el 3%. Un tercio de los traumatismos cardíacos presentaba afectación de múltiples estructuras cardíacas.4 Las lesiones intracardíacas relevantes afectaban a las arterias coronarias (5%), aparato valvular (mitral) (0,3%) y fístulas intracardíacas (es decir, comunicaciones interventriculares [CIV]) (2%). Solo el 2% de los supervivientes a la lesión inicial operados precisaron una nueva operación por un defecto residual y la mayoría de estas reparaciones se hicieron de forma semiprogramada.4 Por consiguiente, la mayoría de las lesiones afectan al miocardio y pueden ser tratadas fácilm ente por un cirujano general/traumatólogo o un cirujano de asistencia aguda. Características clínicas y fis io p a to lo g ía Las heridas que afectan al epigastrio y la región precordial tienen una incidencia elevada de lesión cardíaca. Las heridas punzantes se caracterizan por una trayectoria más previsible que las causadas por arma de fuego. Los pacientes con lesión cardíaca pueden tener dis tintas manifestaciones, que van desde una parada cardíaca sin cons tantes vitales hasta estar asintomáticos con constantes vitales norma les. H asta el 80% de las heridas punzantes que lesionan el corazón producen taponamiento. El arma lesiona el pericardio y el corazón, pero al extraer el arma el pericardio se cierra y no permite la salida de sangre. Al acumularse sangre en el pericardio se produce una reduc ción del llenado ventricular con disminución del volumen sistólico. El increm ento compensador de las catecolaminas provoca taquicardia y aumenta las presiones de llenado del corazón derecho. Cuando el pericardio se llena de sangre, se alcanzan los límites de distensibilidad y el tabique se desplaza a la izquierda, comprometiendo en mayor medida la función ventricular izquierda. Si se mantiene la función ventricular puede empeorar y provocar un choque irreversible. Un volumen de tan solo 60-100 mi de sangre en el saco pericárdico puede producir un taponamiento cardíaco.6 La velocidad de acumulación depende de la localización de la herida. Las heridas en el ventrículo derecho se cierran en un tiempo menor que las de la aurícula derecha debido al mayor grosor de su pared. Los pacien tes con lesiones de las arterias coronarias presentan un taponamiento rápido combinado con isquemia cardíaca. Los hallazgos clásicos de la tríada de Beck (tonos cardíacos amorti guados, hipotensión y distensión de las venas del cuello) están presentes solo en el 10% de los pacientes con traumatismo. Puede haber pulso paradójico (descenso notable de la presión arterial sistólica durante la inspiración) y signo de Kussmaul (aumento de la distensión venosa yugular en inspiración), aunque no son signos fiables. Un signo útil y reproducible de taponamiento pericárdico es el estrechamiento de la presión diferencial. A diferencia de las heridas penetrantes, las heridas por arma de fuego en el corazón se asocian en mayor medida a hemorragia que a tapona miento. De las heridas cardíacas por arma de fuego, el 20% se manifiestan con taponamiento. Las lesiones inducidas por armas de fuego presentan mayor energía cinética, por lo que las heridas en corazón y pericardio suelen ser más grandes. En consecuencia, los pacientes que las sufren registran con más frecuencia pérdida de sangre a la cavidad pleural y parada cardíaca. Evaluación La evaluación por sospecha de lesión cardíaca difiere en función de que el paciente se encuentre estable o en estado crítico. El diagnóstico de lesión cardíaca requiere un grado de sospecha elevado. A la llegada al servicio de urgencias se valoran las vías respiratorias, la respiración y la circulación (resumidas en el acrónimo inglés ABC) según el protocolo de soporte vital avanzado.7 Se colocan accesos intravenosos y se tipifica y cruza sangre. Se realiza una radiografía de tórax seguido de una ecografía abdominal específica de traumatismo (FAST)8 y se explora la tríada de Beck (tonos cardíacos amortiguados, hipotensión y distensión venosa cervical), así como la presencia de pulso paradójico y signo de Kussmaul. Estos hallazgos indican lesión cardíaca, pero solo están presentes en el 10% de los pacientes con taponamiento cardíaco. Si la FAST demuestra líquido pericárdico en un paciente inestable (presión arterial sistémi ca < 90 mmHg) se recomienda trasladarle al quirófano para reparación definitiva o control de la lesión. 1658 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. T A B L A 72-1 Causas de cardiopatías traumáticas I. Penetrante (abierta) A. Heridas punzantes: cuchillos, espadas, picos de hielo, postes de valla, alambre, deportes B. Heridas por proyectiles: pistolas,rifles, pistolas de clavos, proyectiles de cortadora de césped C. Heridas por arma de fuego: a quemarropa o a distancia II. N o penetrante (cerrada) A. Accidente de circulación 1. Cinturón de seguridad 2. Airbag 3. Salpicadero, volante B. Atropello C. Caídas desde altura D. Aplastamiento: accidentes industriales E. Onda expansiva: explosivos, granadas, fragmentos (lesiones cerradas/ abiertas combinadas) F. Agresión G. Fractura esternal o costal H. Recreativa: deportes (p. ej., rodeo, béisbol) III. Yatrógena A. Por catéter B. Por pericardiocentesis C. Percutánea IV. Metabólica A. Respuesta traumática a la lesión B. «Aturdimiento» C. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica V. Otras A. Quemadura B. Eléctrica C. Provocada: agujas, cuerpos extraños D. Embólica: proyectiles Los pacientes in extremis requieren una intervención quirúrgica inme diata y a menudo una toracotomía de urgencia para reanimación. Las indicaciones de toracotomía inmediata en el servicio de urgencias son las siguientes:9 1. Parada cardíaca recuperable (pacientes con parada cardíaca con tes tigos con alta probabilidad de lesión intratorácica, en especial heridas cardíacas penetrantes). 2. Hipotensión profunda (presión arterial sistólica < 60 mmHg) por taponamiento cardíaco, embolia aérea o hemorragia torácica. Si después de una toracotomía para reanimación se recuperan las constantes vitales, se traslada al paciente al quirófano para proceder a la reparación definitiva. A los pacientes con presencia de líquido en el pericardio confirmada mediante FAST y con unas constantes vitales normales (presión arterial sistémica > 90 mmHg) se les puede realizar una evaluación exhaustiva para identificar posibles lesiones asociadas antes de realizar una exploración abierta para descartar una lesión cardíaca. En ausencia de causas conocidas de líquido pericárdico (derrame pericárdico maligno), una lesión cardíaca no diagnosticada puede dar lugar a una hemorragia tardía, un deterioro del estado del paciente o la muerte del mismo. Los cirujanos utilizan cada día más la ecografía en el traumatismo torácico de forma similar al traumatismo abdominal cerrado. La ecografía es segura, portátil y rápida y puede repetirse según necesidad. Si la realiza un cirujano experto, la FAST alcanza una sensibilidad del 97-100% .8 Aunque las indicaciones de la FAST cambian, la indicación con aceptación general es la evaluación de líquido pericárdico. La radiografía de tórax es inespedfica, pero puede identificar hemotórax o neumotorax. Otras exploraciones que podrían estar indicadas son la tomografia computarizada (TC) para determinar la trayectoria, la endos- copia para detectar posibles lesiones esofágicas, o la broncoscopia para identificar una posible lesión de las vías respiratorias (v. capítulos 15 a 18). Tratam iento El tratamiento definitivo consiste en exposición quirúrgica mediante toracotomía anterior o estemotomía media. Los puntos clave del trata miento se centran en resolver el taponamiento y controlar la hemorragia. Al mismo tiempo hay que intentar corregir la addosis y la hipotermia y © restablecer una perfusión coronaria eficaz. F IG U R A 7 2 -1 Toracotomía anterior izquierda (extensión a través del esternón si es necesario). Véase el texto. (Reproducido a partir de Baylor College of Medicine, 2005.) La exposición del corazón se consigue mediante toracotomía anterola teral izquierda (fig. 72-1), que permite acceder al pericardio y al corazón y exponer el campo para un pinzado transversal de la aorta si es necesa rio. Esta incisión puede ampliarse a través del esternón para acceder al lado derecho del tórax y exponer mejor la aurícula derecha y el ventrículo derecho. Cuando se entra en el espacio pleural izquierdo se separa el pulmón en sentido medial para exponer la aorta torácica descendente para pinzado transversal. El volumen de sangre presente en el lado izquierdo del tórax indica si se trata de una hemorragia o de un taponamiento. Se abre el saco pericárdico por delante del nervio frénico, se identifican las lesiones con rapidez y se reparan. En casos seleccionados, sobre todo en heridas punzantes precordiales, puede emplearse una estemotomía media. Esta incisión permite una exposición excelente de las estructuras anteriores al corazón aunque puede resultar difícil acceder a las estructuras mediastínicas posteriores y aorta torácica descendente para pinzado transversal. La cardiorrafia debe realizarla un cirujano experto. Una técnica ina decuada puede hacer que las heridas se amplíen o puede lesionar las arterias coronarias. Si el cirujano no está familiarizado con la técnica de sutura debe aplicar presión digital en espera de un cirujano más experto. Otras técnicas empleadas son el uso de una sonda de Foley con balón y de una grapadora cutánea (fig. 72-2). Las lesiones adyacentes a las arterias coronarias pueden repararse colocando suturas en profundidad a la arteria (fig. 72-3). En los casos agudos no suele necesitarse asistencia mecánica. Las complicaciones cardíacas relacionadas con la lesión de las arterias coronarias, lesión del aparato valvular (anillo, músculos papilares y cuer das tendinosas), fístulas intracardíacas, arritmias y taponamiento diferido. Estas secuelas diferidas tienen una incidencia amplia (4-56%) según la definición de complicación. La lesión de una arteria coronaria es una complicación infrecuente que afecta al 5-9% de los pacientes con lesiones cardíacas con una tasa de mortalidad del 69% .4 La lesión de la arteria coronaria se controla la mayoría de las veces mediante ligadura simple pero en las lesiones proximales de la arteria coronaria descendente anterior izquierda puede ser necesaria una derivación con injerto de vena safena (con circulación extracorpórea [CEC] total).4 Al resurgir el concepto clásico de la deriva ción arterial coronaria con injerto sin CEC es posible emplearla teórica mente en estas lesiones en el caso muy improbable de que el paciente tenga estabilidad hemodinámica. La disfunción del aparato valvular es infrecuente (0,2-9%) y puede estar causada por traumatismo cerrado o abierto.4 Con más frecuencia se lesiona la válvula aórtica, seguida por la mitral y la tricúspide, aunque muchos pacientes con lesiones de la válvula aórtica fallecen en la escena del accidente. Es frecuente que estas lesiones sean identificadas tras 1659 C ardiopatía tra um á tica E n fe r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el pe r ic a r d io y el le ch o v a sc u la r p u l m o n a r Vllll FIGURA 72-3 Las lesiones adyacentes a las arterias coronarias pueden suturarse con puntos profundos para no lesionar la arteria. (Reproducido a partir de Baylor College o f Medicine, 2005.) la cardiorrafia y reanimación iniciales. El momento oportuno para la reparación depende del estado del paciente. Si existe una disfunción cardíaca grave en el momento de la operación inicial puede ser necesaria una reparación o sustitución valvular inmediata; en caso contrario, se 1 6 6 0 suele realizar una reparación diferida.4 Las fístulas intracardíacas pueden ser CIV, defectos del tabique auricular y fístulas auriculoventriculares con una incidencia del 1,9% de las lesiones cardíacas. El tratamiento depende de los síntomas y del grado de disfun ción cardíaca, y solo una minoría de estos pacientes necesita reparación.4 Estas lesiones se detectan a menudo después de realizar la reparación primaria y pueden repararse cuando el paciente se ha recuperado de la lesión original y de las lesiones asociadas. Antes de la reparación debe realizarse un cateterismo cardíaco y una ecocardiografía detallada para planificar las localizaciones anatómicas específicas lesionadas y la incisión apropiada (v. capítulos 14 y 19). El taponamiento pericárdico tardío es poco frecuente y puede aparecer varios días o semanas después de la lesión. Por tanto, es muy importante obtener una anamnesisminuciosa y realizar una exploración física muy meticulosa para establecer un diagnóstico afirmativo (v. capítulo 71) .10 El índice de supervivencia hospitalaria general de los pacientes con lesiones cardíacas penetrantes oscila entre el 30 y el 90%. El índice de supervivencia de los pacientes con heridas punzantes es del 70-80%, mientras que los índices de supervivencia tras las heridas por arma de fuego oscilan entre el 30 y el 40%. La rotura cardíaca tiene peor pronóstico que las lesiones penetrantes del corazón, con un índice de supervivencia del 20%, aproximadamente.6 T R A U M A T ISM O C A RD ÍA C O CER RA DO Causa El término traumatismo cardíaco cerrado o no penetrante ha sustituido al de «contusión cardíaca» y describe lesiones desde una equimosis mio cárdica leve a la rotura cardíaca. Es mejor describir estas lesiones como «traumatismo cardíaco cerrado», seguido por las manifestaciones clínicas, como arritmia o insuficiencia cardíaca.6 Un traumatismo cardíaco cerrado puede deberse a una transferencia directa de energía al corazón o a la compresión del mismo entre el ester nón y la columna vertebral en el momento del accidente. También puede ser tanto una contusión como una rotura cardíaca por masaje cardíaco externo durante la RCP11,12 (v. capítulo 39). En este abanico las lesiones cardíacas cerradas pueden consistir en rotura del tabique o de la pared libre, trombosis arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, arritmias simples o complejas y/o rotura de las cuerdas tendinosas o músculos papilares.6,13,14 La incidencia puede llegar a las tres cuartas partes de los pacientes con traumatismo corporal grave. Los mecanismos son accidentes de circu lación, atropellos, caídas, aplastamientos, estallidos, agresiones, RCP y accidentes recreativos. Estas lesiones se acompañan a menudo de fractura esternal o costal. Puede tener lugar algún caso de arritmia cardíaca mortal por golpe en el esternón con una pelota15 de béisbol, lo que correspondería a un tipo de commotio cordis.16 La rotura cardíaca conlleva un riesgo elevado de mortalidad. La bio mecánica de la rotura cardíaca incluye: 1) la transmisión directa de una presión intratorácica alta a las cavidades cardíacas; 2) el efecto hidráulico de una fuerza elevada aplicada a las venas abdominales o de las extremi dades que provoca una transmisión de esta fuerza a la aurícula derecha; 3) una fuerza de desaceleración entre zonas móviles y fijas que explica las roturas auriculocavas;17 4) una fuerza directa que causa contusión, necrosis y rotura diferida miocárdica, y 5) la penetración por una costilla o esternón fracturados.6 La rotura cerrada del tabique cardíaco se produce con más frecuencia cerca de la punta cardíaca cuando tiene lugar en telediástole o proto- sístole. También se han observado roturas múltiples e interrupciones del sistema de conducción.18 En la autopsia se ha comprobado que el traumatismo cardíaco con rotura ventricular afecta con más frecuencia al ventrículo izquierdo seguido del ventrículo derecho. En cambio, se ha observado que en pacientes que llegan con vida al hospital es más frecuente la rotura de la aurícula derecha.19 Esto se puede observar a nivel de la unión de la vena cava superior con la aurícula derecha o en la orejuela. Puede haber un CIV con más frecuencia en las porcio nes membranosa y muscular del mismo. La lesión aislada de la porción membranosa del tabique es el CIV por traumatismo cerrado menos frecuente. La rotura cerrada del pericardio se debe a desgarros pericár dicos secundarios a elevación de la presión intraabdominal o a fuer zas de desaceleración laterales. Las roturas pueden localizarse en el lado izquierdo, con más frecuencia paralelas al nervio frénico, en el lado derecho pleuropericárdico, en la superficie diafragmática del pericardio y, por último, en el mediastino. El corazón puede desplazarse a la cavidad pleural o incluso al abdomen.20 En caso de rotura pericárdica derecha FIGURA 72-2 Técnicas transitorias para controlar la hemorragia. A. Oclusión digital. B. Pinza de oclusión parcial. C. Sonda de Foley con globo. D. Grapas cutáneas. (Repro ducido a partir de Baylor College o f Medicine, 2005.) El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. el corazón puede girar con el hallazgo sorprendente de una cavidad pericárdica «vacía» durante la toracotomía anterolateral izquierda para reanimación. En la hernia cardíaca derecha a través de una rotura peri cárdica la distensión del corazón impide que vuelva al pericardio y se aplica el término corazón estrangulado. Se altera el retorno venoso y, a menos que se corrija la hernia cardíaca, aparece hipotensión y parada cardíaca.21 Una pista para sospechar la presencia de hernia cardíaca es la pérdida súbita de pulso cuando se cambia de postura al paciente, como cuando es movido a una camilla. Características clínicas y f is iop a to lo g ía Igual que en el abierto, el traumatismo cardíaco cerrado con repercu sión clínica (p. ej., rotura cardíaca) se manifiesta por taponamiento o hemorragia según el estado del pericardio. Si el pericardio está indemne aparece taponamiento, pero si está lesionado se produce una hemorragia extrapericárdica con choque hipovolémico. El taponamiento se combina en ocasiones a hipovolemia, lo que complica el cuadro clínico. El traumatismo cardíaco cerrado puede dividirse en lesiones con y sin repercusión clínica. Las lesiones con repercusión clínica son rotu ra cardíaca (ventricular o auricular), rotura septal, disfunción valvular, trombosis coronaria y avulsión de la vena cava. Estas lesiones producen taponamiento, hemorragia o disfunción cardíaca avanzada. Pacientes con rotura septal y disfunción valvular (rotura del velo, músculo papilar o cuerda tendinosa) pueden ser asintomáticos inicialmente con insuficiencia cardíaca como secuela diferida.6,13 El traumatismo cardíaco cerrado también puede producir una arrit mia, con más frecuencia extrasístoles ventriculares cuyo mecanismo es desconocido. Puede aparecer taquicardia ventricular que evoluciona a fibrilación ventricular. También pueden presentarse taquiarritmias supra ventriculares. Estos síntomas aparecen habitualmente en las 24 a 48 h siguientes a la lesión. Evaluación A menudo, una lesión cardíaca cerrada puede manifestarse igual que una lesión penetrante, especialmente si el corazón sufre desgarros y laceraciones que dan lugar a taponamiento pericárdico. En estos casos se aplica también la exploración ABC y FAST rutinaria que se emplea para las lesiones cardíacas penetrantes. Las sospechas basadas en el mecanismo de la lesión inducen a buscar una posible contusión cardíaca.22'24 Electrocardiografía En el traumatismo cardíaco cerrado son frecuentes los trastornos de conducción.22,23 Por ello puede ser útil la evaluación con electrocardio grama (ECG) de 12 derivaciones. La taquicardia sinusal es la arritmia más frecuente (v. capítulo 12). Otros trastornos probables son los cambios en la ondaT y el segmento ST, la bradicardia sinusal, el bloqueo auriculoventricular de primer grado, el bloqueo de rama derecha, el bloqueo de rama derecha con hemiblo- queo, el bloqueo de tercer grado, la fibrilación auricular, las extrasístoles ventriculares, la taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular.22,23 Enzim as cardíacas Se ha escrito mucho acerca del uso de las enzimas cardíacas para evaluar una lesión cardíaca cerrada. Sin embargo, no se ha podido demostrar que exista una correlación entre las pruebas séricas (p. ej., isotipo MB de la creatina fosfocinasa, troponina cardíaca T, troponina cardíaca I) y la identificación y el pronóstico de las lesiones cardíacas cerradas.25,26 Por consiguiente, los análisis de enzimas cardíacas no sirven para nada a menos que se busque una posible arteriopatía coronaria concomitante o que se combinen con otras técnicas de estudio (ECG de 12 derivaciones o electrocardiografía) para facilitarel diagnóstico.22 26 Ecocardiografía La ecocardiografía transtorácica (ETT) (v. capítulo 14) tiene una utilidad limitada en la evaluación del traumatismo cardíaco cerrado, porque la mayoría de los pacientes presentan también una lesión considerable en la pared torácica que disminuye el rendimiento de esta técnica. Su indicación principal es la identificación de sangre intrapericárdica, un hallazgo que sugiere un traumatismo o una rotura de alguna cámara. Rara evaluar deta lles más sutiles del traumatismo cardíaco cerrado, como los movimientos de la pared, anomalías valvulares o septales en el paciente estable, la ecocardiografía transesofágica (ETE) es una prueba más sensible.22,23 Los © defectos septales del corazón y la insuficiencia valvular se diagnostican fácilmente con ETE. Como el uso de la ecocardiografía depende del ope rador, el manejo de la misma dependerá de la experiencia de cada centro. La disfunción ventricular puede simular clínicamente con frecuencia un taponamiento cardíaco. La ecocardiografía es especialmente útil en pacientes ancianos con disfunción ventricular previa. Sin embargo, la mayoría de las lesiones cardíacas cerradas en pacientes estables identifi cadas mediante ecocardiografía no suelen precisar tratamiento agudo.27 Tratam iento La posible relevancia clínica de la «contusión cardíaca» ha generado mucho debate y controversia. La mayoría de los cirujanos traumatólogos considera que hay que suprimir este diagnóstico, porque no indica cómo hay que tratar estas lesiones. Así, por ejemplo, un paciente normotenso con unos hallazgos normales en el ECG inicial y una posible lesión car díaca cerrada es tratado en una unidad de observación, sin una mayor importancia clínica previsible. Los pacientes con hallazgos anormales en un ECG son ingresados para poder vigilarlos y tratarlos según las necesidades. A los pacientes que sufren inicialmente un shock cardiógeno hay que examinarlos para confirmar cualquier posible lesión estructural, que podrá ser reparada adecuadamente por un cirujano cardiotorácico. Puede haber arritmias como consecuencia de una lesión cerrada, isque mia o anomalías electrolíticas que se tratan según la lesión (tabla 72-2; v. capítulo 37). Son raras las complicaciones graves de El traumatismo cardíaco cerra do, y el tratamiento es similar al de las producidas en el abierto a nivel valvular, septal o auriculoventricular. La rotura cardíaca tiene un peor pronóstico que en el traumatismo abierto, con una supervivencia de aproximadamente el 20%. LESIO NES C A R D ÍA C A S D IV ER SA S Lesión cardíaca ya trógena La lesión cardíaca yatrógena puede producirse durante un masaje car díaco externo o abierto, al canalizar una vía venosa central, técnicas de cateterismo cardíaco, en intervenciones intravasculares/cardíacas o pericardiocentesis percutánea o al realizar una ventana pericárdica.28 Incluso una técnica apropiada implica un riesgo de lesión yatrógena secundaria al cateterismo venoso central. Las localizaciones frecuentes de la lesión cardíaca son la unión aurícula-vena cava superior y la unión vena cava superior-vena innominada. Estas perforaciones pequeñas provocan en ocasiones un taponamiento cardíaco compensado. El drenaje mediante pericardiocentesis suele ser infructuoso y, en ocasiones, es necesario el drenaje mediante ventana pericárdica subxifoidea o estemotomía media. Cuando se obtiene acceso al espacio pericárdico, la lesión puede estar sellada y es difícil encontrarla. No obstante, nosotros exigimos una bús queda exhaustiva del foco hemorrágico si se encuentra sangre -ya sea con una exposición adecuada a través de una ventana subxifoidea o, si no es adecuada, con una estemotomía media-. Los desgarros auriculares se cierran y vuelven a abrirse una vez que se ha conseguido una precarga adecuada mediante la reanimación. Las complicaciones del cateterismo coronario, incluidas la perforación de las arterias coronarias, la perforación cardíaca y la disección aórtica, pueden ser catastróficas y obligar a una intervención quirúrgica de urgen cia. Se calcula que la perforación coronaria por angioplastia con balón tiene una incidencia del 0,1-0,2%, pero con las técnicas de intervención más avanzadas la incidencia puede ser igual o mayor.29 Estas lesiones suelen ser tratadas directamente mediante cirugía cardiotorácica. Cuerpos extraños/proyectiles intracardíacos Los cuerpos extraños intrapericárdicos e intracardíacos pueden causar complicaciones como pericarditis supurativa, pericarditis constrictiva crónica, reacción de cuerpo extraño y hemopericardio.6 Los cuerpos extraños intrapericárdicos que provocan complicaciones pueden ser balas,30 esquirlas de granadas de mano, metralla, agujas de costura y agujas hipodérmicas. Hay casos de introducción intencionada de agujas y cuerpos extraños similares, habitualmente en pacientes con problemas psiquiátricos. Nuestro grupo aboga por extraer aquellos cuerpos extraños intrapericárdicos que miden más de 1 cm, están contaminados o producen síntomas. Los proyectiles intracardíacos son cuerpos extraños incrustados en el miocardio, retenidos en las trabeculaciones de la superficie endocárdica o libres en una cavidad cardíaca. Son consecuencia de una lesión torácica abierta o lesión de una estructura venosa periférica con desplazamiento 1 661 C ard iop atía tra u m á tic a E n fe r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el pe r ic a r d io y el le ch o v a sc u la r p u l m o n a r Vllll 1662 T A B L A 72 -2 Arritm ias asociadas a lesión cardíaca al corazón. La localización y otros factores determinan el tipo de com plicaciones y el tratamiento adecuado. Puede estar indicada la observación cuando el proyectil está en el corazón derecho, incrustado por completo en la pared, contenido dentro de una cubierta fibrosa, no contaminado y/o sin síntomas. Los proyectiles en el lado izquierdo pueden manifestarse en forma de embolias sistémicas poco tiempo después de la lesión inicial. Se puede recurrir a la TC para diagnosticar y localizar estos fragmentos. Un topo- grama de cuerpo completo puede ayudarnos a identificar todo tipo de proyectiles y a individualizar el tratamiento de los pacientes sintomáticos, para el que se suele requerir CEC. Aunque antiguamente se recomendaba utilizar una técnica directa, ya fuera con CEC o sin ella, actualmente es posible extraer un gran porcentaje de cuerpos extraños alojados en el lado derecho por medio de técnicas intravasculares. Con la aparición de dispositivos para la reparación per- cutánea de los defectos del tabique auricular, el desalojamiento como consecuencia de una discrepancia de tamaño puede requerir extracción quirúrgica, normalmente mediante CEC. Lesión m etabólica card íaca/quem aduras La lesión metabólica cardíaca se refiere a una disfunción cardíaca en res puesta a una lesión traumática y puede asociarse a lesiones causadas por quemaduras, electricidad, sepsis, síndrome de respuesta inflamatoria sis témica y politraumatismo.31'33 La depresión del miocardio intraoperatoria puede tener lugar durante un período corto de tiempo después de res taurar el flujo sanguíneo a una extremidad isquémica. Se desconoce el mecanismo exacto de esta disfunción aunque las respuestas al traumatis mo pueden provocar la liberación de citocinas con efecto directo en el miocardio y diferentes tipos de respuesta.34 Los posibles mediadores responsables son endotoxina, factor de necro sis tumoral a, factor de necrosis tumoral (3, interleucina 1, interleucina 6, interleucina 10, catecolaminas (adrenalina, noradrenalina), moléculas de adhesión celular y óxido nítrico.35 El tratamiento de la lesión metabólica cardíaca es de apoyo con correc ción de la agresión inicial, puede estar indicado un balón de contrapul sación intraaórtica para corregir la depresión miocárdica, pero no existen estudios comparativos que avalen su utilidad. Las complicacionescardíacas en el período posquemadura son una causa relevante de muerte. El efecto cardiovascular inicial de la quemadura se atribuye a la profunda reducción del gasto cardíaco que puede aparecer a los pocos minutos de la quemadura. La respuesta cardíaca global se describe como patrón de retroceso y flujo, con una duración de la fase de retroceso inicial de 1 a 3 días caracterizada por hipovolemia y depresión miocárdica, y la fase de flujo por un período prolongado de aumento de la demanda metabólica con aumento del gasto cardíaco y del flujo sanguíneo periférico. La reducción del gasto cardíaco observada en el período inicial tras la quemadura es consecuencia de un descenso considerable y rápido del volumen intravascular y de depresión miocárdica directa. La hipovolemia se debe a la fuga capilar causada por lesión endotelial y puede estar mediada por un factor activador de plaquetas, citocinas, ácido araquidónico o radicales libres del oxígeno. La depresión miocárdica manifestada por un descenso de la contractilidad miocárdica y anomalías de la distensibilidad ventricular aparece cuando la superficie corporal total quemada es del 20-25%. Los responsables de la depresión pueden ser el factor depresor del miocardio, el factor de necrosis tumoral, la vasopresina, los radicales libres del oxígeno y las interleucinas.36,37 Lesión por e lectricidad Las complicaciones cardíacas son una causa frecuente de muerte des pués de una lesión eléctrica. En EE. UU. se producen entre 1.100 y 1.300 muertes anuales por lesión eléctrica (incluyendo rayos). Las complicaciones cardíacas producidas por una lesión eléctrica son la parada cardíaca inmediata, la necrosis miocárdica aguda con o sin insuficiencia ventricular, la isquemia miocárdica, las arritmias, las anoma lías de conducción, la hipertensión aguda con vasoespasmo periférico y las anomalías inespedficas en el ECG de carácter asintomático. Los daños producidos por lesión eléctrica se deben a los efectos directos en los tejidos excitables como resultado del calor generado por la corriente eléctrica. Así, las lesiones por electricidad pueden resultar en complicaciones tardías y por ello se han desarrollado algoritmos para la monitorización después del episodio.38'39 Traum atism o pericárdico La rotura traumática del pericardio es muy poco frecuente y afecta, en la mayoría de los casos, a la superficie pleuropericárdica izquierda, siendo la principal causa de los accidentes de vehículos a motor (v. capítulo 71). La mayoría de los pacientes con rotura pericárdica no sobrevive al tras lado hasta el hospital, debido a otras lesiones importantes asociadas. La mortalidad general de aquellos que son tratados por esas lesiones en centros de traumatología puede ascender al 64%. Pequeños desgarros aislados del pericardio pueden dar lugar a hernias cardíacas. Esta es una complicación poco frecuente de la rotura pericárdica y depende del tamaño del desgarro. Si es bastante grande, puede producirse una hernia cardíaca y causar una disfunción cardíaca aguda.6,21,40 La mayoría de estos casos son diagnosticados durante la cirugía o en la necropsia.21 Las manifestaciones clínicas de la rotura pericárdica pueden simular las de un taponamiento pericárdico, con disociación electromecánica cardíaca asociada como consecuencia de la alteración del retomo venoso. Cuando el corazón recupera su posición normal dentro del pericardio, se restablece el retomo venoso. La hipotensión postural es un signo clave de la hernia cardíaca por rotura pericárdica,21 mientras que el taponamiento cardíaco se asocia a hipotensión continua hasta que se descomprime el pericardio. Por esta razón hay que mantener un grado elevado de sospecha al evaluar a los pacientes politraumatizados con hipotensión postural no justificada. C O M PL IC A C IO N ES TARD ÍAS Las complicaciones secundarias en los supervivientes de un traumatismo cardíaco son las anomalías valvulares y las fístulas intracardíacas.4 Estas anomalías pueden identificarse intraoperatoriamente por palpación de una vibración3 o mediante ETE. La exploración clínica postoperatoria temprana y los hallazgos ECG son poco fiables.4 Por este motivo se recomienda la ecocardiografía durante la hospitalización inicial para identificar una lesión oculta y tener una referencia. Recomendamos la ecocardiografía de seguimiento 4 semanas después de la lesión porque la incidencia de secuelas diferidas puede llegar al 56%. RESU M EN El abordaje del paciente traumatizado sigue un plan bien definido. Los pacientes con traumatismo abierto que llegan vivos a un hospital de politraumatizados pueden presentar un hemopericardio diagnosticado mediante FAST. La cirugía de urgencia realizada en la sala de reanima ción o en el quirófano puede salvar la vida del paciente. El traumatismo cardíaco cerrado puede producir leves cambios del ECG o una rotura manifiesta del tabique, pared libre o válvulas cardíacas. No son infrecuen tes las lesiones asociadas. En los pacientes estables se puede realizar una evaluación más completa, pero los inestables requieren pruebas com plementarias de diagnóstico por imagen rápidas y cirugía de urgencia. Las secuelas diferidas como fístula, oclusión coronaria e insuficiencia cardíaca son infrecuentes y con más frecuencia se diagnostican mediante ecocardiografía o cateterismo en el año siguiente a la lesión. T r a u m a t is m o c a r d ía c o a b ie r to Taquicardia sinusal Cambios del segmento ST asociados a isquemia Taquicardia supraventricular Taquicardia/fibrilación ventricular T r a u m a t is m o c a r d ía c o c e rr a d o Taquicardia sinusal Anomalías del segmento ST y de la onda T Bloqueos auriculoventriculares, bradicardia Taquicardia/fibrilación ventricular L e s ió n e lé c tr ic a Taquicardia sinusal Anomalías del segmento ST y de la onda T Bloqueos de rama Desviación del eje Intervalo QT prolongado Taquicardia supraventricular paroxística Fibrilación auricular Taquicardia/fibrilación ventricular (corriente alterna) Asistolia (rayo) B ib lio g ra f ía Incidencia 1. Yamamoto L, Schroeder C, Morley D, Beliveau C: Thoracic trauma: The deadly dozen, Crit Care Nurs Q 28:22,2005. 2. Van Waes OJ, Van Riet PA, Van Lieshout EM, Hartog DD: Immediate thoracotomy for penetrating injuries: Ten years' experience at a Dutch level I trauma center, Eur J Trauma Emerg Surg 38:543, 2012. 3. 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