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̂ I Hipertensión sistémica: tratamiento Ronald G. Victor y Peter Libby < 6 Cambio del estilo de vida, 953 Fármacos antihipertensores, 956 Intervenciones percutáneas para tra ta r la presión arterial, 961 M étodo basado en la evidencia para el tra tam iento de la presión arterial alta, 963 Consideraciones terapéuticas especiales, 968 Tratam iento de las crisis hipertensivas, 970 M é todo clínico práctico para la evaluación y el tra tam ien to am bula torio de los pacientes hipertensos, 973________ Perspectivas futuras, 974 Bibliografía, 975 Directrices, 976 La hipertensión sigue siendo el diagnóstico más frecuente en el medio ambulatorio en adultos y la indicación más frecuente para prescribir medicación. El cambio del estilo de vida, sobre todo a nivel social, puede prevenir o retrasar la aparición de hipertensión. No obstante, la preva lencia de la hipertensión crece tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo, y sigue estando mal regulada en EE. UU. y en otros países.1,2 Bajar la presión arterial (PA) alta disminuye mucho el riesgo de acci dente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, disección aórtica, episodios coronarios y muerte. Estos beneficios se aplican a todos los tipos de pacientes hipertensos, con independencia de la edad, raza/etnia, sexo o grado de hipertensión (fig. 44-1). Excepto en algunos pacientes con hipertensión secundaria, la mayoría de los pacientes con hipertensión no tienen cura. No obstante, hay muchas medidas para tratar la hipertensión: cambio del estilo de vida, fármacos antihiperten sores y, en la actualidad, intervenciones cardiovasculares (CV) como la desnervación renal. Analizaremos su aplicación basada en los indicios disponibles. Por tanto, debido a la publicación reciente de diferentes grupos de directrices contra la hipertensión tanto en EE. UU. como en otros países,3'12 proponemos un método clínico práctico para tratar a los pacientes hipertensos. CAMBIO DEL ESTILO DE VIDA Las opciones y las intervenciones en el estilo de vida pueden influir en la PA y aportan una base para la prevención y el tratamiento de la hiperten sión. El conjunto de indicios disponibles en la actualidad sobre los tipos de dietas y sobre componentes específicos de las dietas tiene suficiente fiabilidad para hacer recomendaciones tanto en el ámbito de la población y de salud pública como sobre el tratamiento de pacientes individuales. Los indicios sobre las intervenciones en la actividad física van con retraso respecto al conjunto importante de indicios sobre los métodos dietéticos para tratar la hipertensión. Es conveniente considerar las limitaciones respecto al estilo de vida y al tratamiento de la PA. En primer lugar, pocos estudios han evaluado los efectos en los criterios de valoración CV de las intervenciones en el estilo de vida, y la mayoría utiliza la PA como criterio indirecto de valoración. En segundo lugar, el efecto del cambio del estilo de vida en la PAy en los criterios de valoración CV puede variar según el sexo, la edad y la etnia.13-16 Pocos estudios de intervención en el estilo de vida contienen un número suficiente de adultos mayores o de grupos minoritarios para obtener indicios sólidos sobre recomendaciones específicas para estos grupos importantes. In tervenciones d ietéticas para norm alizar la presión arte ria l Los métodos clásicos para estudiar la dieta y la PA se han centrado en nutrientes individuales. Como se analiza en profundidad en el capítulo 46, un concepto más reciente reconoce que el consumo de nutrientes espe cíficos se produce en el contexto de los alimentos de una dieta. Por esta razón, el método actual para realizar estudios sobre nutrición y salud se centra más en los tipos de dietas que en nutrientes específicos. En este apartado se analizan, en primer lugar, las dietas evaluadas respecto a la normalización de la PA, y después, macronutrientes y micronutrientes individuales de interés especial para este problema. En los últimos años se han estudiado de manera exhaustiva dos tipos de dietas en relación con la normalización de la PA: la dieta mediterránea y la dieta Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH). La tabla 44-1 contiene definiciones breves de estos dos tipos de dietas a partir de las directrices de 2013 de la American Heart Association/American College of Cardiology (AHA/ACC) sobre cambio del estilo de vida para bajar el riesgo CV17 (v. referencias bibliográficas 18 y 19, y capítulo 46 para más detalles). D ie ta m ed ite rránea La publicación reciente del estudio Prevención con dieta mediterránea (PREDIMED) ha aumentado el interés de los especialistas CV por los posibles beneficios de una dieta m editerránea.20 Este estudio puso de manifiesto una mejoría global de los criterios de valoración CV en los grupos de intervención dietética con disminución del accidente cerebrovascular, un criterio de valoración muy relacionado con la PA. El grupo de comparación siguió una dieta baja en grasa. Todavía no se han publicado los datos de PA de este estudio, pero, al inicio, más del 80% de los pacientes tenían hipertensión, definida como una pre sión arterial sistólica (PAS) mayor de 140 mmHg, una presión arterial diastólica (PAD) de 90 mmHg o más, o tomaban antihipertensores. El consum o de una dieta m editerránea estaba correlacionado con una mejora de los numerosos marcadores asociados a beneficios CV -desde descensos de la PA21 a efectos antiinflamatorios, reflejados en una disminución de la concentración de proteína C reactiva-.22 Sin embargo, las directrices más recientes de la AHA/ACC sobre el cambio del estilo de vida consideraron débil la solidez de los indicios sobre el consumo de una dieta mediterránea en comparación con una dieta baja en grasa a pesar de que la PAS bajó entre 2 y 7 mmHg después de la intervención. D ie ta D A S H Esta dieta (v. tabla 44-1) surgió de estudios patrocinados por el U.S. National Heart, Lung and Blood Institute (NHLBI). Estos estudios con trolados y aleatorizados con la dieta DASH mostraron que este tipo de dieta puede bajar la PAS más de 5 mmHg en adultos con hipertensión moderada en comparación con la dieta de referencia.23 El tamaño del efecto fue mayor en los miembros de grupos minoritarios que en los blancos participantes en los estudios. Un estudio de seguimiento deno minado DASH-Sodium analizó la hipótesis de que la restricción de sal combinada con una dieta DASH puede bajar todavía más la PA mediante una valoración de tres grados distintos de contenido de sodio (3/2,4/1,5 g diarios). A lo largo de los 30 días de la intervención, la dieta hiposódica produjo un descenso de la PAS de casi 9 mmHg.24 Las directrices de 2013 de la AHA/ACC consideran elevada la solidez de estos indicios sobre el consumo de una dieta DASH en personas con hipertensión.17 C o n su m o d e so d io y p re s ió n arteria l La relación entre el sodio y la PA es un ejemplo especialmente importante de la necesidad de tener en cuenta las intervenciones de salud pública, además de los cambios del estilo de vida, en pacientes individuales para normalizar el riesgo CV. Los efectos del consumo de sodio en la PA y los beneficios CV de disminuir el consumo de sodio han sido polémicos y controvertidos durante muchas décadas. En mayo de 2013, el U.S. Ins titute of Medicine (IOM) publicó un informe sobre el consumo de sodio en grupos en los que se evaluaron los indicios a este respecto.25 El informe abordó de manera especial la preocupación por si una restricción dietética de sodio más estricta puede estar asociada a un aumento del riesgo global para la salud. El comité del IOM identificó varios defectos metodológicos en el conjunto de indicios sobre consumo de sodio y salud; sin embargo, su informe concluyó que el peso de los indicios indicaba un vínculo entre 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos C a r dio l o g ía p r e v e n t iv a O o (f) UJ CC H S 0,5 O O o 0,25 °* o O * O ° * °° • -- -- -- -- -- -1 — o | fí X I . • o . 0 o o■ c? ° ° ‘o o __ < 1 4 0 m m Hg o -............ 1 4 0 -1 5 9 m m Hg O O --------- 1 6 0 -1 7 9 m m Hg o --------- > 1 8 0 m m Hg -1 5 - 1 2 - 9 - 6 - 3 0 3 6 9 12 D IF E R E N C IA EN L A D IS M IN U C IÓ N D E L A P A S (m m H g) B D IF E R E N C IA EN L A D IS M IN U C IO N D E L A P A D (m m H g) FIGURA 44-1 Comparación de las asociaciones entre cambio de la PA y disminución del cociente de riesgo de los episodios CV graves totales según las categorías de PAS (A) y de PAD (B). El área de cada círculo es proporcional a la varianza inversa del logaritmo de la oportunidad relativa. La línea a medida representa la metarregresión resumida de los episodios CV graves totales. (Tomado de Czernichow £, Zanchetti A, Turnbull F, et al: The effects o f blood pressure reduction o f different blood pressure- lowering regimens on major cardiovascular events according to baseline blood pressure: Meta-analysis of randomized trials. J Hypertens 29:4, 2011.) consumo elevado de sodio y riesgo cardiovascular, pero consideró que los indicios eran insuficientes para reco mendar una restricción del consumo de sodio por debajo de 2,3 g diarios. Para los cardiólogos es interesante, sobre todo, que este informe del IOM señaló que un consumo bajo de sodio puede empeorar los criterios de valoración en personas con insuficiencia cardíaca grave. Por último, el comité del IOM consideró que el conjunto importante de indicios disponibles en la actualidad no permite reco mendar una disminución del consumo dietético de sodio a 1,5 g diarios para la población general. Aconsejaron ampliar la investigación para comprobar los efectos en la salud de un consumo de sal en un intervalo de 1,5 a 2,3 g diarios. Las directrices de 2013 de la AHA/ACC sobre estilo de vida señalan que, en los adultos de 25 a 80 años de edad con una PAS de 120 a 159 mmHg, reducir el consumo de sodio baja la PA.17 También encontraron pruebas sólidas de que, en los adultos de 30 a 80 años de edad con o sin hipertensión, la reducción del consumo de sodio alrededor de 1 g diario baja la PAS 3-4 mmHg. A pesar de algunas preocupaciones concretas, consideraron que la solidez de los indicios era insuficiente para señalar una asociación entre consumo de sodio y la aparición de insuficiencia cardíaca, o que pueda influir en los criterios de valoración CV en pacientes con insuficiencia cardíaca confirmada. C o n su m o de p o ta s io y p re s ió n arteria l Numerosos datos de observación indican una asocia ción entre un consumo alto de potasio y una PA baja. El aumento del consumo de potasio puede bajar la PA, más en los negros que en los blancos. Aunque la American Society of Hypertension (ASH) recomienda aumentar el consumo de potasio a 4 ,7 g diarios (la cantidad propor cionada por la dieta DASH),13 las directrices de 2013 de la AHA/ACC sobre estilo de vida señalan que la solidez de los indicios es insuficiente para demostrar una relación entre aumento del potasio en la dieta y descenso de la PA o modificación del riesgo de cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca o mortalidad CV.17 T A B L A 44-1 Descripciones de los tipos de dietas Dieta mediterránea No existe una definición uniforme de la dieta mediterránea en los ECCA ni en los estudios de cohortes examinados. Las características más frecuentes en estos estudios eran dietas con abundantes frutas (sobre todo frutas frescas), verduras (destacando los tubérculos y las de hoja verde), granos integrales (cereales, panes, arroz o pasta) y pescado azul (rico en ácidos grasos co-3). Contiene pocas carnes rojas (y muchas carnes magras), pocos lácteos semidesnatados o desnatados sustituidos por lácteos con leche entera y aceites (oliva o colza), frutos secos (nueces, almendras o avellanas) o margarinas mezcladas con aceite de colza o de linaza en vez de mantequilla y otras grasas. Las dietas mediterráneas analizadas tenían, por lo general, un contenido moderado de grasa total (32-35% de las calorías totales), relativamente bajo de grasa saturada (9-10% de las calorías totales), rico en fibra (27-37 g/día) y rico en ácidos grasos poliinsaturados (sobre todo ácidos grasos co-3). Dieta DASH Esta dieta contiene muchas verduras, frutas, productos lácteos semidesnatados, cereales integrales, aves de corral, pescado y frutos secos, y pocos dulces, bebidas azucaradas y carnes rojas; poca grasa saturada, grasa total y colesterol; y mucho potasio, magnesio y calcio, así como proteínas y fibra. C o n su m o de h id ra to s de ca rb o n o y p re s ió n arteria l El conjunto de datos de observación presenta diferen cias respecto al efecto en la PA de la cantidad y de la composición de los hidratos de carbono en la dieta. El estudio Optimal M acronutrient Intake Trial to Prevent H eart Disease (OmniHeart) mostró que cambiar los hidratos de carbono de la dieta por proteínas o por grasa monoinsaturada disminuye la PA. En este estudio parti ciparon 164 personas con una PAS inicial entre 120 y 159 mmHg.26 Aunque pequeño, este estudio, bien planteado y dirigido, mostró no solo un descenso de la PA, sino también una mejoría concomitante del lipidograma. Las directrices de 2013 de la AHA/ACC sobre estilo de vida consideran que la solidez de los indicios es insuficiente para hacer recom endaciones respecto a posibles beneficios de las dietas hipoglucídicas comparadas con las hiperglucídicas en personas sin diabetes.17 C o n su m o d e a lcoho l y p re s ió n arteria l Un conjunto importante de indicios de observación indican una asociación entre PA alta y consumo de alcohol elevado. Un metaanálisis de des censos autocomunicados del consumo de alcohol mostró que la PAS bajó más de 3 mmHg y la PAD más de 2 mmHg.27 De acuerdo con los datos de observación y con este metaanálisis, la ASH recomienda limitar el consumo a una bebida alcohólica al día en las mujeres y a no más de dos bebidas alcohólicas al día en los hombres. Modificado de Eckel RH, Jakicic JM, Ard JD, et al: 2013 AHA/ACC guideline on life style management to reduce cardiovascular risk: A report o f the American College o f Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Clin Cardiol2013 Nov7. pii: S0735-1097(13)06029-4. doi: 10.1016lj.jacc.2013.il.003. 954 [Epub ahead o f print.] B e b id a s a zu ca rad a s El consumo creciente de bebidas azucaradas en todo el mundo se ha vinculado a la epidemia de obesidad, sobre todo en los jóvenes.28,29 Los indicios indican también una relación entre aumento del consumo de El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. bebidas azucaradas y cifras más altas de PA. Un análisis prospectivo del estudio PREMIER mostró que, después de ajustar los factores de confusión, la disminución de una bebida azucarada al día logró un des censo de casi 2 mmHg de la PAS.30 Un estudio internacional sobre el efecto de los macronutrientes y de los micronutrientes en la PA puso de manifiesto asociaciones cruzadas entre las bebidas azucaradas y la PA, y halló que una bebida azucarada al día estaba asociada a una diferencia en la PAS mayor de 1,5 mmHg. Este análisis reveló una relación directa del consumo de glucosa y fructosa con la PA.31 Estos datos de observación y los datos procedentes de estudios clínicos indican que reducir el consumo de bebidas azucaradas puede disminuir la PA en la población, y que puede estar indicado restringir el consumo de bebidas azucaradas en personas con hipertensión confirmada. O tro s m ac ro n u tr ie n te s y m ic ron u trie n te s y n o rm a liza c ió n d e la p re s ió n arteria l Muchos estudios han vinculado otros macronutrientes y micronutrientes con la normalización de la PA. La exposición siguiente considera los que estánavalados por los indicios más sólidos. La tabla 44-2 enumera una lista más amplia de los factores dietéticos y de los tipos de dietas implicados en la normalización de la PA, con estimaciones de la solidez de los indicios adaptados del documento de opinión de la ASH sobre los métodos dietéticos para bajar la PA.13 Obesidad/peso corporal Bastantes datos de observación apoyan una relación entre el índice de masa corporal (IMC) y la aparición de hipertensión. En general, la obe sidad estaba sólidamente asociada a incidencia de hipertensión tanto en negros como en blancos en el estudio National Health and Nutrition Evaluation Survey (NHANES).32 La adiposidad visceral y otros depósitos de grasa ectópicos pueden estar asociados también a hipertensión. Igual que otros componentes del «síndrome metabólico», la hipertensión puede afectar a personas asiáticas con menos circunferencia de la cintura que a blancos o a negros. En el Nurses'Health Study, que realizó un seguimiento a más de 80.000 mujeres durante 14 años, el IMC tuvo una correlación más sólida con la incidencia de hipertensión entre los seis factores de riesgo valorados -co n un cociente de riesgos instantáneos de 4,7 para las mujeres obesas comparadas con personas con un IMC menor de 23 kg/m2- . El riesgo asignado a la población de aparición de hipertensión con un IMC mayor de 25 kg/m2 fue del 50% (intervalo de confianza al 95%, 49-52% ). Estos datos indican que la obesidad es un importante factor de riesgo de hipertensión, y que normalizar el peso corporal podría eliminar gran parte de la morbilidad asociada a la hipertensión y evitar el tratamiento farmacológico, con sus consiguientes efectos colaterales (tabla 44-3).33 A ctiv idad física Varios estudios epidemiológicos y de observación han vinculado la actividad física insuficiente con un aumento del riesgo CV. Sigue siendo difícil precisar los m ecanismos por los que el ejercicio interacciona con los factores de riesgo CV -y , posiblem ente, con los criterios de valoración-, porque la actividad física influye tanto en la buena forma CV, en el peso corporal y en la adiposidad visceral. Además, los efectos de la actividad física dependen de si esta actividad implica ejercicio aeróbico, entrenamiento de fuerza o una combinación de ambos. En el caso de la normalización de la PA, la respuesta a la actividad física puede ser heterogénea. Algunas personas presentan una subida de la PA cuando realizan entrenam iento mediante ejercicio, m ientras que, en otras, la PA baja. Los efectos de la actividad física en la PA dependen tam bién de si se miden los efectos durante o justo des pués de hacer ejercicio o los cambios crónicos en este factor de ries go.34 Pocos pacientes con hipertensión pueden presentar incluso una hipotensión arterial sintomática justo después del ejercicio que obliga a bajar la dosis de antihipertensor. Igual que en otros aspectos de la intervención en el estilo de vida, pocos estudios han examinado criterios de valoración CV en vez de biomarcadores de criterios indirectos de valoración. Un análisis metaepidemiológico reciente que comprendía cuatro metaanálisis sobre el ejercicio y 12 metaanálisis farmacológicos, con más de 300 estudios clínicos controlados aleatorizados y más de 300.000 participantes, halló que las intervenciones de ejercicio y algu nas intervenciones farmacológicas lograron unos efectos beneficiosos © parecidos en la mortalidad.33 Algunos indicios apoyan un fundamento T ABLA 44-2 Efectos de los factores dietéticos y de los tipos de dietas en la presión arterial: resumen de los indicios EFECTO HIPOTÉTICO INDIC IOS I Peso Directo +/+ Cloruro sódico (sal) Directo +/+ Potasio Inverso +/+ Magnesio Inverso + /- Caldo Inverso + /- Alcohol Directo +/+ Grasa Saturada Directo +/- Poliinsaturada co-3 Inverso +/+ Poliinsaturada co-6 Inverso +/- Monoinsaturada Inverso + Proteínas Totales Dudoso + Vegetales Inverso + Animales Dudoso +/- Hidratos de carbono Directo + Fibra Inverso + Colesterol Directo + /- Tipos de dietas Dietas vegetarianas Inverso +/+ Dietas tipo DASH Inverso +/+ Claves de los indicios: + /-, indicios limitados o ambiguos; +/+, indicios convincentes, por lo general de estudios clínicos. Modificado de Appel LJ: ASH position paper: Dietary approaches to lower BP. J Am Soc Hypertens 3:321, 2009. T ABLA 44-3 Riesgo de hipertensión según los factores individuales evaluados conforme el riesgo estimado asignado a la población FACTOR RIESGO ASIGNADO A LA POBLACIÓN (INTERVALO DE CONFIANZA AL 95%) IMC > 25 kg/m2 50% (49-52%) Uso de analgésicos no opioides 17% (15-19%) Dieta distinta de DASH 14% (10-17%) Sin ejercicio intenso 14% (10-19%) Sin 0 con exceso de alcohol 10% (8-12%) Consumo de ácido fólico < 400 |xg/día 4% (1-7%) Modificado de Liebson PR: Diet, lifestyle, and hypertension and Mediterranean diet and risk o f dementia. Prev Cardiol 2010;13:94, 2010. genético para determinar la respuesta de la PA al ejercicio, pero estos análisis del genoma no han obtenido hallazgos aplicables en el ámbito clínico.36 Algunos indicios indican un descenso de los biomarcadores de inflamación con el entrenamiento mediante ejercicio intermitente en pacientes con hipertensión.37 Las directrices de 2013 de la AHA/ACC resumen un análisis extenso de los indicios que incluye el informe de 2008 del Physical Activity Guidelines Advisory Committee of the U.S. Department of H ealth and Human Services.28 La base de datos para las directrices de 2013 contenía 15 metaa nálisis recientes. Estas directrices afirman que, en los adultos con o sin hipertensión, la actividad física aeróbica baja la PAS hasta 5 mmHg, con indicios muy sólidos. El comité llegó a la conclusión de que los indicios eran insuficientes para evaluar el efecto en la PA del ejercicio con resis tencia. También destacó la escasez de datos sobre una intervención de ejercicio combinado aeróbico y con resistencia en la regulación de la PA. 955 H ip e rte n sió n sisté m ic a : tra ta m ie n to C a r d io l o g ía p r e v e n t iv a El comité asignó un grado B de recomendación a que todos los adultos T A B L A 4 4 -4 Dieta y actividad física recomendadas para bajar realicen actividad física regular (tabla 44-4). la presión arterial Tabaquismo Sigue siendo difícil aclarar el efecto del tabaquismo en la hipertensión y en los criterios de valoración en los pacientes hipertensos, porque existen factores de confusión, como el aumento del perímetro de la cintura al dejar de fumar.39 Cada cigarrillo produce una respuesta hipertensora transitoria que desaparece durante la hora siguiente. A pesar de que no existe información precisa sobre la relación causa-efecto entre tabaquis mo y normalización de la PA el abrumador efecto nocivo del tabaquismo en el riesgo CV, así como los beneficios para la salud pública de evitar el inicio del tabaquismo y de promover el abandono del tabaco, hacen que este asunto sea una cuestión discutible de salud pública y de tratamiento individualizado del paciente. Obstáculos para ad o p tar y m an ten er el cam bio del estilo de vida y soluciones posibles En la práctica, se ha comprobado que es muy difícil conseguir un cambio sostenible del estilo de vida. Varias tentativas recientes han explorado tácticas e instrumentos para fomentar la adopción de estilos de vida más saludables, como regulación del peso, dieta y actividad física. Algunas dificultades para cambiar el estilo de vida identificadas en la bibliografía médica serán observadas repetidamente por los médicos. Las personas muestran pocas ganas, interés o concienciación por el cambio de dieta, cómo adelgazar, bajar el consumo de sodio, dejar de fumar o reducir el consumo de alcohol. Los obstáculos para adoptar las recomendaciones de actividad física son las enfermedades concurrentes que limitan la actividad física y el escaso tiempo libre disponible.41’ Los complementos contemporáneos del modelo médico habitual de intervención en el estilo de vida son intervenciones a través de internet, que en la actualidad están valorándose con intensidad.38,41'44 Debido a su importancia fundamental para la salud CV y metabólica, las medidas efectivas para aplicar y mantener el cambio del estilo de vida deben seguir siendo un objetivo importante de estudio y de mejora del proceso. FÁRMACOS ANTIHIPERTENSORES Aunque todas las personas hipertensas deben prestar atención a las medidas de estilo de vida resumidas antes, la mayoría necesita también un tratamiento farmacológico para optimizar los resultados. Los análisis de metarregresión de cientos de miles de pacientes hipertensos en estudios clínicos controlados aleatorizados (ECCA) indican que el descenso de la PA (carga hemodinámica) explica la mayor parte de los beneficios CV de tratar la hipertensión, con diferencias pequeñas entre las principales clases farmacológicas (v. fig. 44-1).45 Bajar la PAS es la mejor manera de disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular. En la tabla 44-5 se muestran los fármacos antihipertensores orales aprobados por la U.S. Food and Drug Administration (FDA). La tabla 44-6 presenta las contraindicaciones para clases farmacológicas específicas. En la tabla 44-7 se enumeran las clases de fármacos antihipertensores más apropiadas para los distintos subgrupos de pacientes. Clases farm acológicas de elección La mayoría de las directrices prácticas nuevas312 (v. «Directrices» al final de este capítulo) recomiendan iniciar el tratamiento de la hipertensión con una o más de las tres clases siguientes de antihipertensores de elec ción: 1) antagonistas del calcio (AC); 2) inhibidores del sistema renina - angiotensina (SRA), bien inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA) o antagonistas del receptor de angiotensina (ARA), y 3) diuréticos tiacídicos. Muchos ECCA y metaanálisis han mostrado que estos fármacos disminuyen el riesgo de episodios CV mortales y no mortales. Si se combinan, tienen efectos aditivos o sinérgicos. Aunque los p-bloqueantes son los fármacos de elección para la angina y la insufi ciencia cardíaca, los expertos discrepan en si deben considerarse fármacos de elección para la hipertensión no complicada, porque protegen menos frente al accidente cerebrovascular y aumentan el riesgo de incidencia de diabetes. Los expertos discrepan también en la relevancia de los diuréticos tiacídicos. A n ta g o n is ta s del calcio pa ra la h ip e rte n s ió n Los AC son antihipertensores con gran aceptación. Su tolerabilidad es 956 buena en general, no es necesario un seguimiento con análisis de sangre, Recomendaciones dietéticas 1. Aconseje a los adultos que podrían beneficiarse de un descenso de la PA seguir una dieta con abundantes verduras, frutas y cereales integrales, con productos lácteos semidesnatados, aves de corral, pescado, legumbres, aceites vegetales no tropicales y frutos secos, y con pocos dulces, bebidas azucaradas y carnes rojas: a. Adapte este tipo de dieta a las necesidades calóricas apropiadas, preferencias personales y culturales, y terapia nutricional para otras enfermedades concurrentes (como diabetes mellitus). b. Consiga este hábito mediante planes como la dieta DASH, la dieta del U.S. Department of Agriculture (USDA) Food Pattern o la dieta AH A. Grado NHLBI: A (sólido); ACC/AHA COR: I; GDE: A. 2. Aconseje a los adultos que podrían beneficiarse de un descenso de la PA disminuir el consumo de sodio. Grado NHLBI: A (sólido); ACC/AHA COR: I; GDE: A. 3. Aconseje a los adultos que podrían beneficiarse de un descenso de la PA a. No consumir más de 2.400 mg/día de sodio. b. Disminuir aún más el consumo de sodio a 1.500 mg/día, porque se asocia a un descenso todavía mayor de la PA. c. Reducir el consumo de sodio al menos 1.000 mg/día, porque baja la PA incluso si no se consigue el consumo deseado de sodio. Grado NHLBI: B (moderado); ACC/AHA COR: lia; GDE: B. 4. Aconseje a los adultos que podrían beneficiarse de un descenso de la PA combinar la dieta DASH con una disminución del consumo de sodio. Grado NHLBI: A (sólido); ACC/AHA COR: I; GDE: A. Recomendaciones de actividad física En general, aconseje a los adultos realizar actividad física aeróbica para bajar la PA: 3-4 sesiones semanales de 40 min de media por sesión y realizar actividad física de intensidad moderada a intensa. Grado NHLBI: B (moderado); ACC/AHA COR: lia; GDE: A. COR, clase de recomendación; GDE, grado de evidencia. Modificado de Eckel RH, Jaklcic JM, Ard JD, et al: 2013 AHA/ACC guideline on life style management to reduce cardiovascular risk: A report o f the American College o f Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. JAm Clin Cardiol 2013 Nov 7. pii: S0735-1097(13)06029-4. doi: 10.1016/j. jacc.2013.11.003. [Epub ahead o f print.] y han demostrado su seguridad y su eficacia en muchos ECCA extensos. Los AC tienen también efectos antianginosos y antiarrítmicos, y pue den proteger mejor del accidente cerebrovascular que otros fármacos antihipertensores. Datos más recientes han calmado la preocupación surgida a mediados de la década de los noventa por si los AC aumen tan los episodios coronarios. Por ejemplo, el estudio Antihypertensive Lowering to Prevent Heart Attack Trial (ALLHAT) y otros ECCA pos teriores mostraron que los AC (representados por el amlodipino) previe nen los episodios coronarios de manera tan efectiva como los diuréticos y los inhibidores del SRA.46 M e ca n ism o d e acción Todos los AC bloquean la apertura de canales de Ca2+ regulados por voltaje (tipo L) en los m iocitos cardíacos y en las células m uscula res lisas vasculares. Bajan la PA, porque producen dilatación arterial periférica, con un orden de potencia dihidropiridinas > diltiacem > verapamilo. U so clínico El amlodipino, con diferencia el mejor estudiado de los AC dihidropi- ridínicos, se ha evaluado en muchos ECCA. En el estudio ALLHAT, el amlodipino fue igual que la clortalidona (un diurético tiacídico potente) y que el lisinopril (un IECA) para proteger de los episodios coronarios no mortales, accidente cerebrovascular y muerte, pero menos protector frente a la insuficiencia cardíaca.46 Las ventajas del amlodipino son una potencia previsible dependiente de la dosis, la administración una vez al día gracias a su semivida prolongada, la tolerabilidad y el coste. Algunas farmacias minoristas ofrecen amlodipino genérico por 10 dólares al mes. A diferencia de los diuréticos y de los inhibidores SRA, la dieta rica en sal o el tratamiento concomitante con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no altera la efectividad de los AC dihidropiridínicos. Estos fármacos tienen T A B LA 44-5 Fármacos antihipertensores orales FÁRMACO INTERVALO DE DOSIS, M G/D ÍA TOTAL (DOSIS AL DÍA) FÁRMACO INTERVALO DE DOSIS, M G/DÍA TOTAL (DOSIS AL DÍA) Diuréticos Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina Tiacidas y d iuréticos seudotiacidicos Benazepril 10-80 (1-2) Clortalidona 6,25-50 (1) Captopril 25-150 (2) HCTZ 6,25-50 (1) Enalapril 2,5-40 (2) Indapamida 1,25-5 (1) Fosinopril 10-80 (1-2) Metolazona 2,5-5 (1) Lisinopril 5-80(1-2) Diuréticos de asa Moexipril 7,5-30 (1) Furosemida 20-160 (2) Perindopril 4-16(1) Torasemida 2,5-0 (1-2) Quinapril 5-80(1-2) Bumetanida 0,5-2 (2) Ramipril 2,5-20 (1) Ácido etacrínico 25-100 (2) Trandolapril 1-8 (1) Diuréticos ahorradores de potasio Antagonistas del receptor de angiotensina Amilorida 5-20(1) Candesartán 8-32(1) Triamtereno 25-100(1) Eprosartán 400-800(1-2) Espironolactona 12,5-400 (1-2) Irbesartán 150-300(1) Eplerenona 25-100(1-2) Losartán 25-100 (2) (^-bloqueantes Olmesartán 5-40(1) (3-bloqueantes clásicos Telmisartán 20-80 (1) Acebutolol 200-800 (2) Valsartán 80-320(1-2) Atenolol 25-100(1) Inhibidor directo de renina Betaxolol Bisoprolol Carteolol Metoprolol Metoprolol XL Nadolol 5-20 (1) 2.5-20 (1) 2.5-10(1) 50-450(2) 50-200(1-2) 20-320(1) Aliskirén 75-300(1) a-bloqueantes Doxazosin a Prazosina Terazosina 1-16(1) 1-40 (2-3) 1-20(1) Penbutolol 10-80(1) 10-60 (2) Fenoxibenzamina 20-120 (2) para feocromocitoma Pindolol Simpaticolíticos centrales Propranolol 40-180 (2) Clonidina 0,2-1,2 (2-3) Propranolol LA 60-180(1-2) Clonidina, parche 0,1-0,6 (semanal) Timolol 20-60 (2) Guanabenz 2-32 (2) /i-b loqueantes vasodilatadores Guanfacina 1-3 (1) (al acostarse) Carvedilol 6,25-50 (2) Metildopa 250-1.000 (2) Carvedilol CR 10-40(1) Reserpina 0,05-0,25(1) Nebivolol 5-40 (1) Vasodilatadores directos Labetalol 200-2.400 (2) Hidralacina 10-200 (2) Antagonistas del calcio Minoxidilo 2,5-100 (1) Dihidropirid inas Combinaciones en dosis fija Amlodipino 2,5-10(1) Aliskirén/HCTZ 75-300/12,5-25 (1) Felodipino 2,5-20(1-2) Amilorida/HCTZ 5/50 (1) Isradipino CR 2,5-20 (2) Amlodipino/benazepril 2,5-5/10-20(1) Nicardipino SR 30-120 (2) Amlodipino/valsartán 5-10/160-320 (1) Nifedipino XL 30-120 (1) Amlodipino/olmesartán 5-10/20-40 (1) Nisoldipino 10-40(1-2) Atenolol/clortalidona 50-100/25 (1) No dih idrop irid inas Benazepril/HCTZ 5-20/6,25-25 (1) Diltiacem CD 120-540 (1) Bisoprolol/HCTZ 2,5-10/6,25(1) Verapamilo HS 120-480 (1) Candesartán/HCTZ 16-32/12,5-25(1) (Continúa) 957 H ip e rte n sió n sisté m ic a : tra ta m ie n to C a r d io l o g ía p r e v e n t iv a T A B LA 44-5 Fármacos antihipertensores orales (cont.) FÁRMACO INTERVALO DE DOSIS, M G/DÍA TOTAL (DOSIS AL DÍA) FÁRMACO INTERVALO DE DOSIS, M G/DÍA TOTAL (DOSIS AL DÍA) Enalapril/HCTZ 5-10/25(1-2) Olmesartán/amlodipino/HCTZ 20-40/5-10/12,5-25(1) Eprosartán/HCTZ 600/12,5-25(1) Espironolactona/HCTZ 25/25(1/2-1) Fosinopril/HCTZ 10-20/12,5 (1) Telmisartán/HCTZ 40-80/12,5-25 (1) Irbesartán/HCTZ 15-30/12,5-25(1) Trandolapril/verapamilo 2-4/180-240(1) Losartán/HCTZ 50-100/12,5-25 (1) Triamtereno/HCTZ 37,5/25(1/2-1) Olmesartán/amlodipino 20-40/5-10(1) Valsartán/HCTZ 80-160/12,5-25 (1) Olmesartán/HCTZ 20-40/12,5-25(1) Valsartán/amlodipino/HCTZ 80-160/5-10/12,5-25(1) T A B L A 44 -6 Contraindicaciones para el uso de fármacos antihipertensores específicos FÁRMACO SEGURA POSIBLE I Diuréticos (tiacidas) Gota Síndrome metabólico Intolerancia a la glucosa Embarazo Hipercalcemia Hipopotasemia 0-bloqueantes Asma Bloqueo auriculoventricular (grado 2 o 3) Síndrome metabólico Intolerancia a la glucosa (excepto p-bloqueantes vasodilatadores) Deportistas y pacientes que realizan actividad física Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Antagonistas del calcio dihidropiridínicos Taquiarritmia Insuficiencia cardíaca Antagonistas del calcio no dihidropiridínicos Bloqueo auriculoventricular (grado 2 o 3, bloqueo trifascicular) Disfunción ventricular izquierda grave Insuficiencia cardíaca Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina Embarazo Angioedema Hiperpotasemia Estenosis arterial renal bilateral Mujeres en edad fértil Antagonistas del receptor de angiotensina Embarazo Hiperpotasemia Estenosis arterial renal bilateral Mujeres en edad fértil Antagonistas de aldosterona Insuficiencia renal aguda o grave (filtración glomerular estimada < 30 ml/min) Hiperpotasemia T A B L A 4 4 -7 Fármacos antihipertensores de elección para enfermedades específicas ENFERMEDAD FÁRMACO O FÁRMACOS Pacientes con prehipertensión ¿ARA? Pacientes hipertensos en general AC, IECA o ARA, D Hipertensión en pacientes ancianos AC, IECA o ARA, D Hipertensión en pacientes con HVI ARA, D, AC Hipertensión en pacientes con diabetes mellitus AC, IECA o ARA, D Hipertensión en pacientes con nefropatía diabética ARA, D Hipertensión en pacientes con insuficiencia renal crónica no diabética IECA, BB, D Disminución de la PA para prevención secundaria de episodios coronarios IECA, AC, BB, D Disminución de la PA para prevención secundaria de accidente cerebrovascular IECA + D, AC PA en pacientes con insuficiencia cardíaca D, BB, IECA, ARA, antagonistas de aldosterona Embarazo Metildopa, BB, AC Aneurisma aórtico BB Fibrilación auricular, regulación de la frecuenda ventricular BB, AC no dihidropiridínicos BB, (i-bloqueante; D, diurético; HVI, hipertrofia ventricular izquierda. Modificado de Mancia G, Fagard R, Narkiewicz K, et al: 2013 ESH/ESC guidelines for the management o f arterial hypertension: The Task Force for the Management o f Arterial 958 Hypertension o f the European Society o f Hypertension (ESH)and o f the European Society o f Cardiology (ESC). Eur Heart J 31:1281, 2013. El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. cierto efecto diurético (por dilatación de la arteriola renal aferente) que puede disminuir las necesidades de tratamiento diurético adicional en los pacientes con hipertensión leve. A diferencia de los IECA, tienen la misma potencia para bajar la PA que para prevenir las complicaciones hipertensivas en pacientes negros y de otras razas.46 El estudio Anglo- Scandinavian Cardiovascular Outcomes Trial (ASCOT)47 y el Avoiding Cardiovascular Events Through Combination Therapy in Patients Living with Systolic Hypertension (ACCOMPLISH)48 indicaron que el amlo dipino asociado a un IECA es una de las combinaciones farmacológicas más efectivas para prevenir las complicaciones CV de la hipertensión. Con descensos parecidos de la PA en el consultorio (y ambulatorio), la combinación amlodipino/IECA mejoró los criterios de valoración CV más que la combinación (3-bloqueante/tiacida en el estudio ASCOT o que la combinación IECA/tiacida en el estudio ACCOMPLISH. Existen varias combinaciones de dosis fijas de amlodipino con un IECA o con un ARA. En algunas se ha añadido una tiacida para un tratamiento triple. Los AC dihidropiridihicos, como el amlodipino, son menos renoprotec- tores que los IECA o los ARA en pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC) con proteinuria. Dichos pacientes no deben tratarse inicialmente con amlodipino, pero un AC puede ser útil como tratamiento comple mentario después de iniciar el tratamiento con un IECA o un ARA y un diurético. El verapamilo tiene poca potencia como antihipertensor, y su utilidad está limitada, porque produce estreñimiento dependiente de la dosis. La potencia del diltiacem está entre la del verapamilo y la de las dihidropiridinas, y su tolerabilidad es buena por lo general. E fe cto s co latera les El principal efecto colateral de las dihidropiridinas es el edema de tobillo dependiente de la dosis. Con el amlodipino, el edema de tobillo es bastante más frecuente con una dosis de 10 mg que con una dosis de 5 mg o de 2,5 mg. Este edema es de origen vasógeno por dilatación arterial selectiva y puede responder al tratamiento concomitante con un IECA o con un ARA, que producen una dilatación arterial y venosa equilibrada. Los AC dihidropiridínicos de acción prolongada no suelen producir rubor ni cefalea. Todos los AC pueden causar hiperplasia gingival, un efecto colateral infrecuente que es reversible si se detecta pronto, pero que puede causar problem as dentales graves si no se sospecha que la causa es el tratam iento con un AC. El verapamilo y el diltiacem pueden alterar la conducción cardíaca, sobre todo en pacientes mayores que tam bién tom an digoxina, p-bloqueantes o simpaticolíticos centrales. In h ib id o re s d e re n in a -a n g io te n s in a para la h ip e rte n s ión : in h ib id o re s d e la e n z im a c o n ve rso ra de la a n g io te n s in a , a n ta g o n is ta s de los receptore s de a n g io te n s in a e in h ib id o re s d irec to s d e la ren ina Los inhibidores SRA están entre los fármacos antihipertensores con mejor tolerabilidad. El extenso estudio reciente Ongoing Telmisartan Alone and in Combination with Ramipril Global Endpoint Trial (ONTARGET) mostró efectos parecidos del ramipril (TECA) y del telmisartán (ARA) para disminuir los episodios CV y prevenir el deterioro de la función renal en pacientes hipertensoscon riesgo alto.49 Otros datos indican que los ARA pueden proteger algo más contra el accidente cerebrovascular. Sin embargo, en general, los resultados de muchos ECCA no han confirmado la hipótesis de que los inhibidores SRA tienen efectos beneficiosos inde pendientes de la PA en pacientes hipertensos. El aliskirén, un inhibidor directo de la renina 0DR), es uno de los fármacos antihipertensores más nuevos, pero no hay ningún ECCA en curso o finalizado con aliskirén en monoterapia. El «bloqueo SRA doble» -bien con IECA y ARA o con aliskirén y IECA o A RA - está contraindicado en la actualidad. Estas combinaciones deben evitarse, porque producen más hipotensión arterial, aceleran el deterioro de la función renal y causan más hiperpotasemia (v. más adelante). M e ca n ism o s d e a cc ión Los IECA bloquean la conversión del precursor inactivo de la angiotensina I (A I) en A II. Los ARA bloquean la acción de la A II en el receptor de angiotensina de tipo 1. El IDR aliskirén bloquea la conversión de pro rrenina en renina, bloqueando así la activación SRA en su origen. Una concentración elevada de prorrenina circulante puede estimular vías de señalización independientes del receptor A I, que pueden ser tanto © beneficiosas como perjudiciales. U so clínico Los IECA se utilizan con facilidad y tienen una curva dosis-respuesta bas tante plana. En el estudio ALLHAT, la monoterapia IECA con lisinopril fue equivalente a la monoterapia con amlodipino o clortalidona en todos los aspectos, excepto en que bajó menos la PA y, por tanto, protegió menos contra el accidente cerebrovascular en personas negras hipertensas.46 En monoterapia, los IECA son, por lo general, menos efectivos para bajar la PA en pacientes negros y en pacientes mayores con hipertensión con renina baja, pero son bastante efectivos en estos grupos si se combinan con un AC o con un diurético en dosis baja. Los metaanálisis han revelado que los IECA son equivalentes a los AC para proteger de los episodios coronarios, ligeramente menos efectivos para proteger del accidente cerebrovascular, pero mejores para proteger de la insuficiencia cardíaca.30 Los ARA pueden lograr los mismos beneficios que los IECA al tratar la hipertensión, al tiempo que evitan la tos relacionada con IECA (v. más adelante). En la actualidad, los formularios de 4 dólares al mes incluyen IECA genéricos, pero no ARA genéricos. El losartán es el primer ARA que se fabrica como genérico. Los IECA y los ARA se han convertido en fármacos antihipertensores de elección en los pacientes con IRC diabética y no diabética, pero los indicios señalan que los inhibidores SRA producen más protección renal que otros antihipertensores no solo en la IRC con proteinuria,11 como en el estudio African American Study of Kidney Disease (AASK). La compa ración frente a frente en el extenso estudio ONTARGET ha indicado que los IECA y los ARA tienen efectos parecidos en la función renal.31 En las personas hipertensas con una función renal inicial normal, los IECA y los ARA no tienen más efecto renoprotector que otras clases farmacológicas antihipertensoras.32 Aunque los estudios en animales y los metaanálisis retrospectivos han señalado que los IECA y los ARA pueden prevenir o ralentizar la progresión de intolerancia a la glucosa a diabetes de tipo 2, la solidez de los indicios es débil.11 En un metaanálisis, los ARA lograron una regresión más pronunciada de la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) que otros fármacos antihipertensores.33 E fe cto s co latera les Todos los inhibidores SRA están contraindicados en el embarazo, por que causan agenesia renal fetal y otras anomalías congénitas. El efecto colateral más frecuente de los IECA es la tos seca, con más frecuencia en pacientes negros y más todavía en pacientes asiáticos. Los IECA bloquean la degradación de la bradicinina, que activa fibras sensitivas nociceptivas en los pulmones que desencadenan la tos. La bradicinina puede estar implicada también en el angioedema causado por IECA, un efecto adverso muchos menos frecuente. Si un paciente que necesita un bloqueo SRA toma un IECA y le produce tos, debe cambiarse por un ARA. Se han detectado muy pocos casos de tos o angioedema asociados a los ARA. Los IECA y los ARA pueden provocar hiperpotasemia en el contexto de una IRC o de diabetes con acidosis tubular renal de tipo 4. En los pacientes con IRC en estadio 3 con proteinuria, el inicio del tratamiento con un IECA o un ARA se asocia, a menudo, a un pequeño aumento transitorio de la creatinina sérica. Puede mantenerse el tratamiento a menos que la creatinina suba más de un 30%, una indicación para bajar la dosis o para suspender el tratamiento de manera provisional. Los IECA y los ARA se han usado juntos para lograr una protección renal adicional en los pacientes con proteinuria. Sin embargo, los resul tados del estudio ONTARGET mostraron que dicho bloqueo SRA doble aumenta algunas respuestas renales graves, los episodios de hipotensión arterial y la hiperpotasemia en comparación con cualquiera de los dos en monoterapia.31 La combinación de un IECA o de un ARA con el alis kirén conlleva riesgos parecidos,54,55 lo que ha llevado a la FDA a incluir un recuadro negro de advertencia y a suspender la comercialización de la combinación en dosis fija. Además, el estudio (Combination Treat ment of Angiotensin-II Receptor Blocker and Angiotensin-Converting- Enzyme Inhibitor in Non-diabetic Renal Disease (COOPERATE), que ha proporcionado los primeros indicios sobre el bloqueo doble, fue rechazado para su publicación en Lancet por sospecha de falta de ética científica.56 D iu ré tico s pa ra la h ip e rte n s ió n Los diuréticos están entre los antihipertensores más antiguos y efectivos. Aunque son baratos, también lo son las formas genéricas de la mayor parte de las demás clases de fármacos antihipertensores. Los diuréticos han sido la pieza clave del tratamiento antihipertensor desde el primer 959 H ip e rte n sió n sisté m ic a : tra ta m ie n to C a r d io l o g ía p r e v e n t iv a informe del Joint National Committee (JNC) en 1977 hasta el informe 2003 JNC 7. El comunicado de la comisión asesora 2013 de la AHA, del ACC y de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC)7 sigue recomendando los diuréticos tiacídicos como la mejor opción para iniciar el tratamiento antihipertensor, pero los miembros9 del comité que elaboró el informe 2014 JBC 8 y la mayoría de las directrices recientes los consideran como una de las tres opciones de elección (v. tabla 44D-2 en la sección «Directrices»). Varios ECCA han mostrado que los diuréticos tiacídicos disminuyen los episodios coronarios, los accidentes cerebrovas- culares y la insuficiencia cardíaca en pacientes ancianos.4 En el estudio ALLHAT, el diurético fue tan efectivo como el IECA y el AC para prevenir los episodios coronarios y los accidentes cerebrovasculares, más efectivo que el AC para prevenir la insuficiencia cardíaca y, en pacientes negros, más efectivo que el IECA para prevenir los accidentes cerebrovasculares. En combinación con la mayoría de las demás clases de fármacos antihi pertensores, los diuréticos tienen un efecto sinérgico en la disminución de la PA, pero, en el estudio ACCOMPLISH más reciente, la combina ción de un IECA con un AC logró mejores resultados que la combinación con hidroclorotiacida (HCTZ) .48 A pesar de la gran aceptación de la HCTZ en EE. UU., la mayor parte de los estudios clínicos que apoyan un efecto beneficioso del tratamiento diurético de la hipertensión no emplean HCTZ, sino clortalidona, un diurético seudotiacídico más potente y con acción más prolongada que la HCTZ (v. más adelante). Los diuréticos tiacídicos y seudotiacídicos (sobre todo en dosis altas) tienen más efectos metabólicos y producen más disfunción eréctil que los IECA o los AC, y la tasa de abandono es más alta.57 M e ca n ism o s d e a cc iónAl empezar el tratamiento diurético, la contracción del volumen sanguíneo causa el descenso inicial de la PA. Al avanzar el tratamiento, el volumen sanguíneo se restablece de manera parcial y los mecanismos vasodila tadores (p. ej., apertura de canales K+ sensibles a trifosfato de adenosina [ATP]) mantienen la acción antihipertensora. Los diuréticos de asa blo quean el transporte Na+-K+-2C1_ en el asa ascendente gruesa de Henle. Los diuréticos tiacídicos y seudotiacídicos (clortalidona, indapamida) bloquean el cotransportador Na+-Cl_ en el túbulo contorneado distal. La espironolactona y la eplerenona impiden que la aldosterona active el receptor mineralocorticoide, inhibiendo así la activación anterógrada del canal de sodio epitelial (ENaC), mientras que el triamtereno y la amilorida bloquean el ENaC de manera directa. Se excreta menos potasio en la orina, porque llega menos sodio a la Na+,K+-ATPasa en el lado vascular de las células del túbulo colector. U so clínico: c lo rta lidona e n lu g a r d e h id roc lo rotia cida Aunque en la práctica clínica se ha utilizado de manera generalizada la HCTZ, la clortalidona es más apropiada según los estudios de medicina basada en la evidencia. La mayor efectividad de la clortalidona que de la HCTZ se observó en el análisis no predeterminado del estudio Multiple Risk Factor Intervention Trial (MRFIT), que mostró mejores resultados con la clortalidona,38 en distintos metaanálisis39 y en un pequeño estudio monocéntrico de medición ambulatoria de la PA que mostró una duración mucho más prolongada de la acción.60 Una dosis de 25 mg de clortalidona es más o menos equivalente en potencia a una dosis de 50 mg de HCTZ. Los diuréticos de asa son menos efectivos como antihipertensores y deben reservarse para tratar la hipertensión en presencia de IRC avanzada (estadio 3 o más). La clortalidona puede ser efectiva también en pacientes con IRC en estadio 3. Los diuréticos aumentan la potencia de todas las demás clases de antihipertensores. Los diuréticos tiacídicos y seudotiacídicos combinan especialmente bien con los IECA y los ARA, que disminuyen la activación SRA reactiva y, por tanto, aumentan la eficacia antihipertensora. Estas combinaciones en dosis bajas deben disminuir también los efectos cola terales de los diuréticos dependientes de la dosis, pero no se han realizado estudios formales para determinar la dosis que permitan aclarar su uso en la práctica clínica. E fe cto s co latera les Las tiacidas y los diuréticos seudotiacídicos pueden empeorar la intole rancia a la glucosa (sobre todo en dosis altas y en combinación con un P-bloqueante), causar hipopotasemia e hipomagnesemia, desencadenar gota y aumentar los lípidos séricos con aumento de los triglicéridos en el hígado.61 La dermatitis fotosensible es poco frecuente. Tienen 9 6 0 más probabilidad que otros fármacos antihipertensores de producir disfunción eréctil. Estos fármacos son la causa más frecuente de hipona- tremia grave, sobre todo en ancianos.62'63 Aunque menos conocida que la hipopotasemia causada por tiacidas, la hiponatremia causada por tiacidas es una causa frecuente por la que algunas personas ancianas hipertensas no toleran incluso dosis bajas de tiacidas. En pacientes hipertensos con IRC, una dosis alta de diuréticos de asa puede desencadenar una insuficiencia renal aguda, sobre todo si se combina con una dosis alta de IECA o de ARA. Clases farm acológicas adicionales para la hipertensión d ifíc il A n ta g o n is ta s de la a ld o ste ro n a La espironolactona en dosis bajas (12,5 a 100 mg diarios) se utiliza mucho como fármaco adicional efectivo en los casos difíciles de hipertensión difí- dl.10,11'64 Esta recomendación está basada en series de casos monocéntricas pequeñas y en el análisis no predeterminado del estudio ASCOT, en el que se utilizó la espironolactona (12,5 a 25 mg diarios) como tratamiento de cuarta línea. La eplerenona es un antagonista mucho más específico que evita los infrecuentes efectos colaterales sexuales de la espironolactona en dosis bajas (ginecomastia dolorosa, disfunción eréctil, metrorragia). Cuando se utilizan estos fármacos en pacientes con nefropatía, debe evitarse la hiperpotasemia. (3 -b loqueante s Los p-bloqueantes vasodilatadores (labetalol, carvedilolynebivolol) son también fármacos adicionales muy efectivos en la hipertensión difícil, a diferencia de los p-bloqueantes clásicos (p. ej., metoprolol, atenolol). M e ca n ism o d e acción Al iniciar un tratamiento (3-bloqueante clásico, la PA cambia poco al principio debido a un aumento compensador de la resistencia periférica que contrarresta el descenso del gasto cardíaco. Al pasar el tiempo, la PA baja de manera progresiva al relajarse la vasculatura periférica, por tanto, el efecto antihipertensor del p-bloqueo implica disminución del gasto cardíaco (receptores Pi), de la liberación de renina (receptores Pi) y de la liberación de noradrenalina (receptores p2 presinápticos). El prototipo de p-bloqueante, el propanolol, bloquea de manera no selectiva tanto los receptores p: como los receptores p2. Otros p-bloqueantes clásicos (metoprolol, atenolol, acebutolol y bisoprolol) son relativamente cardio- selectivos. En dosis bajas tienen más efecto inhibidor de los receptores pa que de los receptores P2, pero la selectividad se pierde en dosis altas. Los P-bloqueantes vasodilatadores, como el labetalol o el carvedilol, bloquean también los receptores adrenérgicos a , mientras que el nebivolol estimula la producción endógena de óxido nítrico. U so clín ico y e fe cto s co latera les Los p-bloqueantes ordinarios tienen un efecto antihipertensor débil. Varios ECCA y metaanálisis han indicado que los p-bloqueantes ordina rios, como el atenolol y el metoprolol, protegen del accidente cerebrovas cular menos que los IECA, los AEA, los AC o los diuréticos. Protegen poco de los episodios CV, pero no disminuyen la mortalidad por cualquier causa.65 Los p-bloqueantes ordinarios aumentan también el riesgo de diabetes, sobre todo combinados con un diurético. Los efectos colaterales frecuentes, como el cansancio, producen una tasa de abandono alta.57 Los p-bloqueantes pueden empeorar la conducción cardíaca y pueden desencadenar un broncoespasmo agudo en adultos que tuvieron asma en la infancia. Todos los p-bloqueantes provocan un aumento de peso. Los p-bloqueantes vasodilatadores son antihipertensores mucho más potentes y no empeoran la tolerancia a la glucosa, pero no se han evaluado en ECCA extensos.65 Tampoco existe información sobre si el nebivolol de marca es más cardioprotector que el carvedilol, que ahora está incluido en los formularios de 4 dólares al mes. El labetalol es un tratamiento efectivo de la crisis hipertensiva, pero su acción es demasiado corta para recomendarlo como tratamiento crónico de la hipertensión. a -b lo q u e a n te s M e ca n ism o d e acción Estos fármacos producen vasodilatación periférica, porque bloquean la interacción de la noradrenalina con los receptores adrenérgicos a vas culares y de este modo bajan la PA. Al aumentar el flujo sanguíneo en el músculo esquelético, los a-bloqueantes aumentan la sensibilidad a la insulina. Mejoran los síntomas prostáticos, porque dilatan el músculo El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. liso uretral. La prazosina, la doxazosina, la terazosina y la fentolamina intravenosa bloquean de manera selectiva los adrenorreceptores o¡: . La fenoxibenzamina bloquea tanto los receptores 04 como los a 2. Uso clínico y efectos colaterales La fenoxibenzamina sigue siendo el fármaco de elección para el trata miento preoperatorio del feocromocitoma (v. capítulo 81). Después de conseguir el a-bloqueo, debe añadirse un (3-bloqueante para evitar una taquicardia refleja excesiva. Los fármacos que bloquean de manera selecti va el receptor 04 no son de elección y no deben utilizarse en monoterapia,porque su propensión a causar retención de líquidos puede provocar taquifilaxia y desenmascarar o empeorar una insuficiencia cardíaca. Sin embargo, si se combinan con un diurético, son un complemento efectivo para la hipertensión difícil y son especialmente útiles en los ancianos con prostatismo. Aunque la tamsulosina, un bloqueante a 1A selectivo, se comercializa de manera específica para el prostatismo y no como antihipertensor, baja la PA en algunos hombres. S im p a tico lít ico s cen tra les Mecanismo de acción La estimulación de los receptores adrenérgicos a 2 postsinápticos y de los receptores de imidazolina en el sistema nervioso central disminuye la descarga simpática central, mientras que la estimulación de los receptores adrenérgicos a 2 presinápticos produce una inhibición retrógrada de la liberación de noradrenalina por los terminales nerviosos simpáticos periféricos. Estas acciones combinadas disminuyen el impulso adrenérgico en el corazón y en la circulación periférica. Uso clínico y efectos colaterales Los simpaticolíticos centrales deben reservarse para el tratamiento por vía oral a corto plazo de la crisis hipertensiva. Son antihipertensores potentes que pueden ser necesarios como tratamiento adicional en la hipertensión muy difícil, pero sus problemáticos efectos colaterales en el sistema nervioso central disminuyen la calidad de vida. Para evitar la hipertensión de rebote entre las dosis, debe administrarse clonidina de acción corta cada 6 a 8 h o, si es posible, debe bajarse la dosis de m anera gradual hasta suspender el tratam iento.66 La hipertensión de rebote es menos problemática con los preparados de acción prolongada (p. ej., guanfacina, parche de clonidina). La a-metildopa sigue siendo útil para el tratamiento de la hipertensión en el embarazo, pero ya no es un tratamiento de elección. V a so d ila ta d o re s d irec to s Mecanismo de acción El minoxidilo y la hidralacina son vasodilatadores arteriales hiperpolari- zantes potentes que abren los canales vasculares de K+ sensibles al ATP. Uso clínico Ambos fármacos producen una dilatación arterial rápida y selectiva que da lugar a una activación simpática refleja intensa y taquicardia. La hidra lacina es útil para tratar la preeclampsia. La combinación de hidralacina con nitratos es útil para tratar la insuficiencia cardíaca, específicamente en pacientes negros no hispanos, en los que la cardiopatía hipertensiva es la causa m ás frecuente de insuficiencia cardíaca (v. capítulos 25 y 27). La hipertensión grave asociada a IRC avanzada es la indicación principal del minoxidilo, que debe combinarse con un (3-bloqueante para evitar una taquicardia refleja excesiva y con un diurético de asa para evitar una retención excesiva de líquido. En estas circunstancias, iniciar la hemodiálisis es, por lo general, una manera más efectiva de norma lizar la hipertensión. INTERVENCIONES PERCUTÁNEAS PARA TRATAR LA PRESIÓN ARTERIAL Desnervación renal (v. ta m b ién cap ítu lo 43) La ablación percutánea mediante radiofrecuencia con catéter de los ner vios renales (desnervación renal [DNR]) se emplea ya en la práctica clínica en Europa y en Asia como tratamiento novedoso de la hipertensión resis tente al tratamiento farmacológico, con publicación de directrices clínicas en 2013.67 Basándose en los datos sorprendentes, pero sin enmascara miento, de los estudios de fase I y de fase II y en las determinaciones de la PA en el consultorio, estas directrices precisan una revaluación, porque © un comunicado de prensa en 2014 señaló que el estudio fundamental de fase III estadounidense Symplicity HTN-3 no alcanzó su criterio principal de valoración de eficacia de un descenso de 15 mmHg o más de la PAS medida en el consultorio en el grupo de DNR comparado con el grupo de referencia.68 Es necesario realizar más estudios para determinar de manera concluyente las ventajas relativas de la DNR comparada con un tratam iento farm acológico óptimo, los subgrupos de pacientes con más y con menos probabilidad de beneficiarse, la perdurabilidad del beneficio terapéutico ante la probabilidad de reinervación y la seguridad a largo plazo.69 M e c a n ism o d e acc ión (v. tam bién capítulo 43) La DNR parte de la premisa de que la hiperactividad del sistema nervioso simpático contribuye de manera importante a la hipertensión, sobre todo la hipertensión grave resistente a los fármacos. Los objetivos de la DNR son tanto los nervios simpáticos renales posganglionares eferentes como los nervios sensitivos (aferentes) renales. La hiperactividad de los nervios eferentes renales puede causar vasoconstricción renal, estimular la libe ración de renina y disminuir la natriuresis (v. fig. 43-6). La hiperactividad de los nervios aferentes renales puede desencadenar una activación nerviosa simpática eferente refleja no solo en el riñón, sino también en el corazón (provocando así un aumento del gasto cardíaco, HVI y fibrilación auricular), el músculo esquelético (provocando un aumento de la resis tencia vascular y de la resistencia a la insulina) y en el bazo (provocando una activación de los linfocitos T con inflamación vascular secundaria y alteración de la función endotelial) (v. fig. 43-7). U so clín ico La DNR es una técnica percutánea con un período de recuperación cor to y sin efectos colaterales sistémicos importantes (como hipotensión ortostática y cansancio), esta última una ventaja considerable respecto a los fármacos simpaticolíticos centrales. El programa del estudio clínico Symplicity ha mostrado la seguridad y la eficacia a corto plazo de la DNR en la hipertensión resistente a los fármacos en estudios de fase I y de fase II. En los pacientes con una PAS inicial mayor de 160 mmHg a pesar del tratamiento con una media de cinco fármacos antihipertensores, se observaron bajadas progresivamente mayores de la PA durante los 36 meses de seguimiento, consiguiendo el objetivo de una PAS por debajo de 140 mmHg en un 50% de los pacientes.711 Basándose en estos hallazgos, la European Society of Cardiology señaló que «los pacientes hipertensos reúnen las condiciones exigidas para la DNR si tienen una hipertensión grave resistente al tratamiento definida como una PAS de 160 mmHg (>150 mmHg en diabetes de tipo 2) o más a pesar del tratamiento con al menos tres fármacos antihipertensores de diferentes clases en dosis adecuadas, incluyendo un diurético, que es equivalente a una hipertensión en estadio 2 o 3».67 En la figura 44-2 se muestran recomendaciones adicionales de cribado, y en la tabla 44-8 las recomendaciones sobre las condiciones exigidas. También en este caso, las recomendaciones deberán revaluarse cuando se publiquen los resultados del estudio Symplicity HTN-3. El criterio secundario de valoración prioritario del estudio es un des censo de la PAS de 24 h evaluado mediante control ambulatorio de la PA en todos los pacientes.71 Este último será más importante, porque los datos del registro durante 6 meses de 47 pacientes tratados mediante DNR por indicaciones clínicas en 10 centros de hipertensión europeos de excelencia mostraron que la PA en el consultorio bajó 18/7 mmHg (de 175/98 a 158/91 mmHg, P = 0,01), pero la PA de 24 h tuvo un cambio mucho menor, más variable y sin significación estadística de —6/—4 mmHg (de 157/92 a 151/88 mmHg, P = 0,3) (fig. 44-3).72 Estos datos subrayan la importancia fundamental del control ambulatorio de 24 h de la PA, que debe convertirse en el criterio principal de valoración para examinar la eficacia de la DNR, del marcapasos barorreceptor o de otras terapias con dispositivos simpaticolíticos para la hipertensión. Las explicaciones probables de los hallazgos desfavorables del estudio Symplicity HTN-3 y de la dificultad para mostrar un beneficio terapéutico global de la DNR con control ambulatorio de 24 h de la PA pueden ser las siguientes: • Selección de los pacientes. Los nervios simpáticos no están hiperactivosen todos los pacientes con hipertensión resistente. Por ejemplo, la con centración renal de noradrenalina está elevada de manera más uniforme en los pacientes jóvenes hipertensos (20 a 39 años de edad), pero es indistinguible de la concentración en normotensión en los pacientes ancianos hipertensos (60 a 79 años de edad) .73 La DNR puede tener poco efecto si los nervios simpáticos renales no están hiperactivos. 961 H ip e rte n sió n sisté m ic a : tra ta m ie n to • Desnervación incompleta. No existe un método de verificación para comprobar que se ha conseguido una DNR completa en el momento de la intervención. Como el catéter está en la luz de la arteria renal, la energía térmica aplicada debe atravesar la pared arterial para llegar a los nervios localizados en la adventicia. La desnervación incompleta es más probable en las aferentes renales. En estudios en animales es necesaria una destrucción del 100% de las aferentes para atenuar el reflejo de subida de la PA, pero una desaferenciación casi completa no tiene prácticamente efecto. • Problemas de diseño del estudio. La falta de cumplimiento de la medi cación puede ser un factor de confusión, porque los pacientes incluidos en los estudios de DNR estaban tomando una media de cinco antihi pertensores. H ipertensión desco ntro lad a persistente Hipertensión resistente al tratamiento confirm ada mediante C A P A M ejorar el tratam iento farm acológico Desnervación renal T A BLA 44-8 Criterios de aplicabilidad antes de considerar la desnervación renal PAS en el consultorio > 160 mmHg (>150 mmHg en diabetes de tipo 2) >3 fármacos antihipertensores en dosis y en combinaciones adecuadas (incluyendo un diurético) Cambio del estilo de vida Exclusión de hipertensión secundaria Exclusión de seudorresistencia mediante CAPA (PAS media >130 mmHg o PAS diurna media >135 mmHg) Función renal conservada (FGe > 45 ml/min/1,73 m2) Arterias renales con condiciones exigidas: ausencia de arterias polares o accesorias, sin estenosis de la arteria renal, sin revascularización previa FIGURA 44-2 Protocolo clínico recomendado para seleccionar a los pacientes para DNR. CAPA, control ambulatorio de la presión arterial. (Modificado de Mahfoud F, Lus- cher TF, Andersson B, et al: Expert consensus document from the European Society of Cardiology on catheter-based renal denervation. Eur Heart J 34:2149, 2013.) CAPA, control ambulatorio de la presión arterial; FGe, filtración glomerular estimada. Modificado de Mahfoud F, Luscher TF, Andersson B, et al: Expert consensus document from the European Society of Cardiology on catheter-based renal denervation. Eur Heart J 34:2149, 2013. I E E o Í 190 _ 180 ' O) £ 170 E w 160- S 150- 140 PAD en el consultorio - O PAD de 2 4 h SEGUIMIENTO (mes) 50 n 25 0 -25 -50 -75 INICIAL 6 MESES INICIAL 6 MESES -25 -5 0 c/> -75 2 < 1 -1 0 0 INICIAL 6 MESES Q < INICIAL 6 MESES 40 “ 20 0 -20 -40 -60 -80 FIGURA 4 4-3 Datos del registro europeo que muestran los diferentes efectos de la desnervación renal (DNR) en la presión arterial sistólica (PAS) en el consultorio y ambulatoria de 24 h y en la presión arterial diastólica (PAD) en pacientes tratados mediante DNR por hipertensión resistente. Se muestran las medias (A) y los datos específicos de pacientes de la PAS (B) y de la PAD (C). (Tomado de Persu A, Jin Y, Azizi M, et al: Blood pressure changes after renal denervation at 10 European expert centers. J Hum Hypertens 28:150, 2014.) 962 El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. Efectos colaterales Son infrecuentes los episodios periintervención con necesidad de trata miento, como el seudoaneurisma de la arteria femoral y la disección de la arteria renal. Se han publicado algunos casos clínicos esporádicos de estenosis de la arteria renal 1 año después en la zona de desnervación.74 Los datos de seguimiento a 3 años del estudio Symplicity HTN-1 mos traron que la DNR no previene el descenso progresivo de la filtración glomerular estimada (FGe),70 pero sin un grupo de referencia, no sabemos si este descenso de la FGe es menor o mayor del que sufrirían las personas con hipertensión grave sin DNR. Activación del barorreceptor carotídeo En el capítulo 43 se describe un sistema de marcapasos del barorreceptor carotídeo implantable. Esta técnica resulta también prometedora para tratar la hipertensión difícil. Aunque el estudio fundamental estadouni dense con el prototipo del sistema Rheos no cumplió el criterio principal de valoración,75 está en curso un segundo estudio fundamental estadou nidense con un sistema de segunda generación mejorado (Barostim neo) (ClinicalTrials.gov; identifier, NCT01679132). MÉTODO BASADO EN LA EVIDENCIA PARA EL TRATAMIENTO DE LA PRESIÓN ARTERIAL ALTA A pesar del conjunto importante de indicios sobre el tratamiento farma cológico de la hipertensión, quedan lagunas importantes. La mayor parte de los ECCA sobre hipertensión incluyen pacientes de riesgo alto con una media de edad de 67 años, una hipertensión en estadio 2 (PAS inicial > 160 mmHg), y varios factores de riesgo CV y enfermedades concurrentes para seleccionar una población con episodios suficientes para poder alcanzar un criterio principal de valoración en 5 años o menos. Varios estudios se han interrumpido de manera prematura por recomendación de la comisión de vigilancia de seguridad de los datos. Por tanto, este conjunto importante de indicios no se aplica directamente al tratamiento de los pacientes menores de 50 años ni de los pacientes con hipertensión en estadio 1, prehipertensión o perfiles más favorables de riesgo CV. Por otra parte, los análisis de metarregresión indican que los protocolos de disminución de la PA reducen los episodios CV con independencia de la cifra de PA antes del tratamiento (v. fig. 44-1).45 Además, las reducciones del riesgo conseguidas a corto plazo subestiman el beneficio a lo largo de la vida acumulado durante décadas de descenso de una PA alta. La tabla 44-9 muestra los numerosos ECCA sobre la hipertensión (principalmente desde 1990) ordenados por el gradiente del riesgo CV de los grupos de pacientes. La mayoría se planearon como estudios de monoterapia para comparar un solo fármaco activo con placebo o un fármaco nuevo con uno antiguo (comparador activo). Sin embargo, los ECCA han demostrado que la mayoría de los pacientes hipertensos nece sitan al menos dos y a menudo tres o más fármacos de diferentes clases, además de un cambio del estilo de vida, para normalizar su hipertensión.8 Un metaanálisis de más de 40 ECCA reveló que combinar dos fármacos cualesquiera en sus dosis iniciales es cinco veces más efectivo que duplicar la dosis de cualquier fármaco individual.76 El tratamiento farmacológico combinado tiene efectos sinérgicos en la PA y permite usar dosis más bajas para disminuir los efectos colaterales dependientes de la dosis. Por tanto, la cuestión clave no es el fármaco más apropiado para iniciar el tratamiento farmacológico, sino la combinación farmacológica más efectiva para el tratamiento de la hipertensión a largo plazo. Aunque solo algunos estudios recientes han examinado combinaciones de fármacos, la mayoría de los pacientes de los estudios mostrados en la tabla 44-9 recibieron los fármacos predeterminados del escalón 2 y/o del escalón 3. Una cuestión principal sin responder es la cifra apropiada de PA que debe lograrse con el tratamiento. El informe JNC 7 de 2003 77 recomen dó un objetivo de PA menor de 140/90 mmHg para la mayoría de los pacientes hipertensos, y un objetivo más riguroso de una PA menor de 130/80 mmHg para los pacientes con diabetes mellitus o con IRC, porque estas enfermedades concurrentes se asocian a un riesgo CV muy alto. La declaración de opinión de la AHA/ACC de 2008 sobre el tratamiento de la hipertensión en pacientes con enfermedad coronaria78 amplió al grupo con un objetivo de PAmenor de 130/80 mmHg para incluir a los pacientes hipertensos tratados por cardiólogos (es decir, con sospecha o confirmación de enferm edad coronaria o de enferm edad arterial periférica, o cualquier paciente que necesita una prevención primaria por riesgo CV global alto).Tanto las recomendaciones JNC 7 como las AHA/ ACC para el objetivo terapéutico de una PA menor de 130/80 mmHg estaban basadas, principalmente, en opiniones de expertos. Además, todos los ECCA principales hasta ahora se han basado en la PA en el consultorio habitual, que, con frecuencia, provoca un tratamiento T A B L A 44 -9 Estudios aleatorizados sobre hipertensión organizados por gradiente de riesgo ESTUDIO GRUPO DE TRATAMIENTO GRUPO DE COMPARACIÓN PAS BASAL EN EL GRUPO DE TRATAMIENTO PAS CONSEGUIDA EN EL GRUPO DE TRATAMIENTO DIF PAS POR GRUPO RESULTADOS Pacientes con prehipertensión TROPHY ARA Placebo 134 134 -2 -12% incidencia de hipertensión (P < 0,001) Pacientes hipertensos en general FEVER AC + D D + placebo 159 137 -4 -27% episodios CV (P < 0,001) ELSA AC + D BB + D 162 142 0 Diferencia NS en episodios CV NORDIL AC (DLTZ + IECA) BB + D 174 154 -3 Diferencia NS en episodios CV {P = 0,04) CAPPP IECA (captopril) BB + D 162 152 +3 +5% episodios CV (P= NS) CONVINCE AC (verapamilo) + D BB + D 150 136 0 Diferencia NS en episodios CV VALUE AC + D ARA + D 156 139 -2 -3% episodios CV (P= NS) ASCOT IECA + AC BB + D 164 137 -3 -16% episodios CV (P < 0,001) ACCOMPLISH IECA + AC IECA + D 145 132 -1 -21 % episodios CV (P < 0,001) ALLHAT D + BB IECA + BB 145 134 -1 Diferencia NS en episodios CV ALLHAT D + BB AC + BB 145 134 -1 Diferencia NS en episodios CV ONTARGET IECA + ARA IECA o ARA 142 132 -2 Diferencia NS en episodios CV, +175% hipotensión (P < 0,001), +58% deterioro renal {P < 0,001) (Continúa) © 963 H ip e rte n sió n sisté m ica: tra ta m ie n to C a r d io l o g ía p r e v e n t iv a T A B LA 44-9 Estudios aleatorizados sobre hipertensión organizados por gradiente de riesgo (cont.) ESTUDIO GRUPO DE TRATAMIENTO GRUPO DE COMPARACIÓN PAS BASAL EN EL GRUPO DE TRATAMIENTO PAS CONSEGUIDA EN EL GRUPO DE TRATAMIENTO DIF PAS POR GRUPO RESULTADOS Hipertensión en pacientes ancianos HYVET IECA + D Placebo 173 145 -15 -34% episodios CV (P < 0,001) SCOPE ARA + D D + placebo 166 144 -3,2 -28% accidentes cerebrovasculares no mortales (P = 0,04) SHEP BB + D Placebo 171 145 -13 -36% accidentes cerebrovasculares (P < 0,001) SystEur IECA + AC Placebo 174 151 -10 -31 % episodios CV (P < 0,001) SystChina IECA + AC Placebo 170 159 -9 -37% episodios CV (P < 0,004) Coope y Warrender BB + D Placebo 196 178 -18 -42% accidentes cerebrovasculares (P < 0,03) STOP BB + D Placebo 195 167 -20 -40% episodios CV (P < 0,003) STOP 2 IECA o AC BB + D 194 159 0 Diferencia NS en episodios CV Hipertensión con hipertrofia ven tricu lar izquierda UFE ARA + D BB + D 176 146 -2 -37% mortalidad CV (P = 0,03) Hipertensión en pacientes con diabetes m ellitus ADVANCE IECA + D Placebo 145 139 -6 -18% episodios CV (P < 0,03) ALTITUDE IDR + IECA o ARA Placebo + IECA o ARA 137 139 -1 Diferencia NS en episodios CV + renales; +34% hiperpotasemia (P < 0,001); +46% hipotensión {P < 0,001) ACCORD Más intenso (3,4 fármacos) Menos intenso (2,1 fármacos) 139 119 -14 Diferencia NS en episodios CV + renales; -41 % accidente cerebrovascular (P = 0,03) Hipertensión en pacientes con nefro patía d iabética IDNT ARA Placebo 160 140 -3 -20% deterioro renal (P < 0,001) IDNT ARA AC 160 140 0 -23% deterioro renal (P= 0,006) RENAAL ARA Placebo 152 140 -3 -16% deterioro renal (P= 0,02) Hipertensión en pacientes con nefropatía crónica no diabética AASK IECA + D + AB BB + D + AB 151 135 -1 -22% disfunción renal (P= 0,04) AASK IECA+ D + AB AC + D + AB 151 135 +1 -38% disfunción renal (P = 0,004) REIN IECA Placebo 150 145 +1 -56% disfunción renal (P = 0,03) Descenso de la presión arteria l para prevención secundaria de episodios coronarios INVEST AC (verapamilo) + IECA BB + D 150 132 0 Diferencia NS en episodios CV Descenso de la presión arteria l para la prevención secundaria del accidente cerebrovascular PROGRESS IECA + D Placebo 149 133 -12 -43% accidentes cerebrovasculares (P < 0,001) PROGRESS IECA Placebo 147 140 -5 Diferencia NS en accidente cerebrovascular PROFESS ARA Placebo 144 136 -4 Diferencia NS en accidente cerebrovascular AB, a-bloqueante; BB, (3-bloqueante; DIF, diferencia en el descenso de la PAS entre el grupo de tratamiento experimental y el grupo de comparación; DLTZ, diltiacem; NS, no significativa. TROPHY, Trial of Preventing Hypertension; FEVER, Felodipine Event Reduction; ELSA, European Lacidipine Study on Atherosclerosis; NORDIL, Nordic Diltiacem; CAPPP, Captopril Prevention Project; CONVINCE, Controlled Onset Verapamil Investigation of Cardiovascular Endpoints; VALUE, Valsartan Antihypertensive Long-term Use Evaluation; ASCOT, AngloScandinavian Outcomes Trial; ACCOMPLISH, Avoiding Cardiovascular Events Through Combination Therapy in Patients Living with Systolic Hypertension; ALLHAT, Antihypertensive and Lipid Lowering Treatment to Prevent Heart Attack Trial; ONTARGET, Ongoing Telmisartan Alone and in Combination with Ramipril Global Endpoint Trial; HYVET, Hypertension in the Very Elderly Trial; SCOPE, Study on Cognition and Prognosis in the Elderly; SHEP, Systolic Hypertension in the Elderly Program; SystEur, Systolic Hypertension in Europe; SystChina, Systolic Hypertension in China; STOP, Swedish Trial in Old Patients with Hypertension; STOP-2, Second Swedish Trial in Old Patients with Hypertension; LIFE, Losartan Intervention for Endpoint Reduction in Hypertension; ADVANCE, Action in Diabetes in Vascular Disease Preterax and Diamicron MR Controlled Evaluation; ALTITUDE, Aliskiren Trial in Type 2 Diabetes using Cardiorenal Endpoints; ACCORD, Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes; IDNT, Irbesartan in Patients with Nephropathy Due to Type 2 Diabetes; RENAAL, Reduction of Endpoints in NIDDM with the Angiotensin II Antagonist Losartan; AASK, African American Study of Kidney Disease; REIN, Ramipril Efficacy in Nephropathy; INVEST, International Verapamil Trandolapril Study; PROGRESS, Perindopril Protection Against Recurrent Stroke Study; PROFESS, Prevention Regimen for Effectively Avoiding Second Strokes. excesivo o insuficiente de la hipertensión en la práctica clínica cotidiana. Esta consideración tiene más importancia en personas ancianas y en personas con diabetes o con IRC (v. más adelante). Esta sección analiza los indicios expuestos en la tabla 44-9 para res ponder dos preguntas: 1) ¿cuánto hay que bajar la PA?, y 2) ¿qué fármacos 9 6 4 son más apropiados para cada paciente? Pac ien te s con p re h ip e rte n s ió n La prehipertensión se considera un precursor del estadio 1 de hiper tensión y un factor predictivo de riesgo CV excesivo. Los resultados del estudio Trial of Preventing Hypertension (TROPHY) hacen pensar que el tratamiento farmacológico de la prehipertensión con un ARA -añadido a cambio del estilo de vida- puede retrasar el estadio 1 de hipertensión.79 El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. Pacientes hipertensos en general En m uchos de los estudios sobre hipertensión en general enum e rados en la tabla 44-9 y representados en la figura 44-4A , el grupo de tratamiento activo consiguió una PAS media final por debajo de 140, pero siempre por encima de 130 mmHg. El análisis de metarre- gresión indica -pero no demuestra- que una bajada adicional de la PA proporcionaría una protección CV adicional incluso si la PA inicial es menor de 140/90 mmHg (v. fig. 44-1).45 El estudio Systolic Blood Pres sure Intervention Trial (SPRINT) en curso patrocinado por los National Institutes of Health (NIH) está examinando esta posibilidad de manera prospectiva (ClinicalTrials.gov; identifier, NCT01206062).
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