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52 Infarto de miocardio con elevación del ST: (Q tratamiento Jessica L. Mega y David A Morrow Tratam iento prehospitalario, 1095 Tratam iento en el servicio de urgencias, 1097 Tratam iento de reperfusión, 1100 Tratam iento hospitalario, 1114 Trastornos hemodinám icos, 1119 A rritm ias, 1131 Otras complicaciones, 1135 Convalecencia, alta y a tención posterior al in farto de miocardio, 1137 Perspectivas futu ras y tra tam ientos emergentes, 1142 Bibliografía, 1143 Directrices, 1147 La asistencia a pacientes con infarto de miocardio con elevación del ST (IMEST) ha experimentado una radical transformación, en conjunción con los grandes cambios registrados en el abordaje del tratamiento de reperfusión, desde los planteamientos básicamente farmacológi cos a las estrategias basadas en el cateterism o.1'4 En paralelo a los avances del tratamiento médico, la tasa de mortalidad por IMEST ha venido experimentando una continua disminución.3 No obstante, el tratamiento óptimo de pacientes de alto riesgo o con complicaciones importantes establecidas de IMEST sigue siendo esencial en la aten ción de este trastorno. Un análisis del tratamiento del IMEST puede seguir la evolución clínica del paciente. En el capítulo 42 se aborda la prevención primaria y secundaria de la enfermedad arterial corona ria (EAC). El presente capítulo aborda el tratamiento en el momento de la presentación del IM EST (aspectos prehospitalarios, recono cimiento inicial y medidas en la unidad de urgencias y reperfusión), tratamiento hospitalario (medicamentos, complicaciones y preparación para el alta) y prevención secundaria inicial tras el IMEST. En el capítu lo 55 se trata la intervención coronaria percutánea (ICP) en pacientes con IMEST, y el cap ítu lo 36 describe el uso de los desfibriladores automáticos internos y externos en la prevención de la muerte súbita cardíaca por infarto de miocardio (IM). TRATAMIENTO PREHOSPITALARIO Ante la progresiva pérdida de miocitos funcionales por oclusión persis tente de la arteria relacionada con el infarto en el IMEST (v. capítulo 51), el tratamiento inicial busca restablecer el flujo sanguíneo a la zona infartada lo antes posible. La ICP primaria (v. capítulo 55) suele ser la opción preferida, ya que un profesional y un equipo experimentados pueden aplicarla apropiadamente.1,6,7 Entre las oportunidades perdi das de mejorar la atención del IMEST se cuentan la falta de la aplica ción de cualquier forma de tratamiento de reperfusión en alrededor del 20% de los pacientes, y el fracaso a la hora de minimizar el retraso en la reperfusión por aplicación de sistemas de asistencia ineficaces.3,8,9 La «cadena de supervivencia» del IM EST conform a una estrategia altamente integrada, que comienza con la formación del paciente en lo que respecta a los síntomas del IM (v. capítulo 50) y continúa con el contacto inicial con el sistema médico, la coordinación de protocolos de urgencias, las prácticas eficaces en urgencias para acortar el tiempo puer- ta-reperfusión y la aplicación rápida de la estrategia terapéutica a cargo de un equipo bien entrenado.10,11 La American Heart Association (AHA) lanzó una iniciativa a escala nacional en EE. UU. destinada a coordinar la mejora de la asistencia sanitaria del IMEST, incluyendo la aplicación de sistemas que reduzcan el tiempo de isquemia total (tablas 52-1 y 52-2), haciendo hincapié en la calidad general de dicha asistencia.11,12 A siste n c ia p re h o sp ita la r ia La asistencia prehospitalaria de pacientes con sospecha de padecer un IMEST se correlaciona directamente con la probabilidad de superviven cia. La mayoría de las muertes asociadas a IMEST se producen en la primera hora siguiente a su inicio y suelen deberse a fibrilación ventricular (FV) (v. capítulo 39). Por tanto, la aplicación inmediata de medidas de reanimación y el transporte rápido al hospital son esenciales. Entre los potenciales elementos que pueden ser causa de retraso desde el inicio de los síntomas isquémicos a la reperfusión se cuentan los siguientes:1 1) tiempo que tarda el paciente en reconocer la gravedad de los síntomas y solicitar asistencia; 2) evaluación y tratamiento prehospitalarios y tras lado al hospital; 3) tiempo invertido en las medidas diagnósticas hasta el inicio del tratamiento hospitalario (p. ej., tiempo «puerta-aguja» para pacientes tratados con fibrinolíticos y tiempo «puerta-balón» para los sometidos a reperfusión con catéter), y 4) tiempo del inicio del tratamiento al restablecimiento del flujo. Los factores relacionados con el paciente asociados a tiempo prolon gado hasta que se solicita ayuda médica son, entre otros, edad avanzada, sexo femenino, raza negra, bajo nivel socioeconómico, bajo nivel de consciencia emocional y somática, antecedentes de angina, diabetes o ambos, y consulta al cónyuge, otro paciente u otro médico.13,14 Los profesionales sanitarios han de concienciar a los pacientes en lo que res pecta al riesgo de IMEST (p. ej., a hipertensos, diabéticos o a quienes han sufrido angina de pecho).1 Es necesario que aprovechen cada consulta para instruir al paciente y a sus familiares sobre la necesidad de solicitar atención médica urgente ante cualquier posible patrón sintomático que incluya m olestias torácicas, fatiga extrema y disnea, en especial acompañadas de diaforesis y mareo. Asimismo, se ha de instruir a los pacientes sobre el uso de la nitroglicerina sublingual y se les ha de indicar que llamen al servicio de urgencias si las molestias isquémicas persisten más de 5 min.1 S is te m a s d e se rv ic io s d e u rgenc ia s Los sistemas de servicios de urgencias (SU) tienen tres componentes fundamentales: envío de asistencia médica, primeros auxilios y envío urgente de ambulancia. La posibilidad de obtener un electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones antes de la llegada al hospital constituye un avance decisivo en los SU (v. tabla 52-2).15 La capacidad de trans misión de ese ECG y de activar al equipo de atención al IMEST antes de la llegada al hospital constituye un elemento central de la respuesta inmediata a esta situación.16,1' Entre las medidas actualmente aplicadas para reducir el tiempo que transcurre hasta el tratamiento de los pacien tes con IMEST se cuentan la mejora del servicio de asistencia médica ampliando la cobertura de los teléfonos de emergencias, la ubicación de desfibriladores externos en locales públicos y el perfeccionamiento de la coordinación de la respuesta de las ambulancias de urgencias. La dis posición de ambulancias y helicópteros medicalizados, bien equipados, dotados de personal formado en el tratamiento agudo de pacientes con IMEST, permite que el tratamiento definitivo se comience a aplicar durante el traslado al hospital (tabla 52-3). Los sistemas de radioteleme- tría que facilitan la transmisión de señales electrocardiográficas a un centro de control médico son altamente recomendables para mejorar el triaje de pacientes con IMEST, y cada vez son más habituales en diferentes entornos (fig. 52-1). 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s VIH T A B L A 52-1 Criterios para un sistema de atención para el infarto de miocardio con elevación del ST T A B L A 52 -2 Intervenciones para mejorar los tiempos puerta-dispositivo 1. El sistema ha de registrarse en Mission: Lifeline (página web de la American Heart Association). 2. Deben mantenerse reuniones regulares del equipo multidisciplinar, incluyendo personal de SU, hospitales sin capacidad de ICP/centros de derivación de casos de IMEST, y hospitales con capacidad de ICP/receptores de casos de IMEST, a fin de evaluar los resultados y datos sobre mejora de la calidad. Deben revisarse las cuestiones operativas con identificación y solución de los problemas observados. 3. Cada sistema de IMEST hade incorporar un proceso de identificación y activación prehospitalaria, protocolos de destino para centros receptores de IMEST y traslado de pacientes que acuden a un centro de referencia de IMEST y que son candidatos a ICP, no son adecuados para tratamiento fibrinolítico y/o presentan shock cardiógeno. 4. Cada sistema ha de contar con un coordinador, un médico jefe y un director médico del SU. 5. Cada componente del sistema (SU, centros de referencia de IMEST y centros receptores de IMEST) ha de cumplir los criterios adecuados (v. www.americanheart.org/missionlifeline). Modificado de www.americanheart.org/missionlifeline. 1. El ECG prehospitalario para el diagnóstico de IMEST se usa para activar el equipo de ICP mientras el paciente es conducido al hospital. 2. Los médicos de urgencias activan el equipo de ICP. 3. Una llamada al operador central de llamadas activa el equipo de ICP. 4. Se plantea como objetivo que el equipo de ICP llegue al laboratorio de cateterismo a los 20 min de ser llamado. 5. Se proporcionan al equipo de atención al IMEST datos actuales de retroalimentación y análisis. Tomado de O'Gara PT, Kushner FG, Ascheim DD, et al: 2013 ACCF/AHA guideline for the management o f ST-elevation myocardial infarction: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol 61 :e78, 2013. T A B L A 52 -3 Lista de comprobación de reperfusión prehospitalaria para pacientes con infarto de miocardio con elevación del ST* ¿Ha experimentado el paciente molestias torácicas durante >15 min y <12 h?) | m " Paso 2 ¿Hay contraindicaciones para la fibrinólisis? Si cualquiera de las indicaciones siguientes se señala afirmativamente, la fibrinólisis puede estar contraindicada. Presión arterial sistólica >180 mmHg Presión arterial diastólica >110 mmHg Diferencia de la presión sistólica del brazo derecho frente a la del izquierdo >15 mmHg Antecedentes de enfermedad estructural del sistema nervioso central Traumatismo craneal o facial cerrado significativo en los últimos 3 meses Traumatismo importante reciente (últimas 6 semanas), cirugía (incluidas intervenciones oculares con láser), hemorragia digestiva o genitourinaria Hemorragia o problemas de coagulación mientras se toman anticoagulantes Reanimación cardiopulmonar de más de 10 min Mujer embarazada Enfermedad sistémica grave (p. ej., cáncer avanzado/terminal, hepatopatía o nefropatía grave) □ Sí □ Sí □ Sí □ Sí □ Sí □ Sí □ Sí □ sí □ sí □ sí □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO □ NO Paso 3 ¿Presenta el paciente insuficiencia cardíaca grave o shock cardiógeno, que hagan preferible la ICP? Edema pulmonar (estertores en más de la mitad de los campos pulmonares) Hipoperfusión sistémica (piel fría y húmeda) □ Sí □ Sí □ NO □ NO *Obsérvese que algunos de estos criterios prácticos de la lista de comprobación prehospitalaria son más generales que los que ulteriormente se aplican en el hospital, cuando se emplean pautas que pueden variar ligeramente con respecto a los criterios aquí citados (v. tabla 52-4). Tomado de Antman EM, Anbe DT, Armstrong PW, et al: ACC/AHA guidelines for the management o f patients with ST-elevation myocardial infarction: A report o f the American College o f Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Committee to Revise the 1999 Guidelines for the Management o f Patients with Acute Myocardial Infarction). Circulation 110(9):e82, 2004. 1096 http://www.americanheart.org/missionlifeline http://www.americanheart.org/missionlifeline El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. A c t iv a c ió n I------------------- í - , d e l S U Llegada del SU ECG de 12 derivaciones Comienzo i de | Aviso síntomas de IMEST al SU Considerar fibrinólisis y tiempo SU-aguja <30 min1-------------------1 O b je t iv o s Paciente Aviso Llegada del SU Traslado con SU 5 min después del inicio de los síntomas 1 min <8 min r Plan de tria je en el SU L Llegada al hospital IMEST confirmado con ECG de 12 derivaciones (<10 min) Fibrinólisis hospitalaria: tiempo puerta- aguja <30 min S in c a p a c id a d d e IC P ~ r Traslado entre hospitales C o n c a p a c id a d d e IC P Traslado con SU: tiempo SU-dispositivo ^90 min Traslado del paciente por sus propios medios: tiempo puerta-dispositivo <90 min A Tiempo isquémico total <120 min de ICP (clase I) FIGURA 52-1 Objetivos de sistema y tratamiento de reperfusión inicial de pacientes con IMEST. La reperfusión en el IMEST puede efectuarse mediante abordajes farmacológicos (fibrinólisis) o por catéter (ICP primaria), con posible traslado de un centro sin capacidad de ICP a otro con ella. A. Paciente trasladado mediante SU. El objetivo de los sistemas de IMEST es mantener una red de transporte y destino a hospitales, de modo que el tiempo isquémico total sea inferior a 120 min. Además de este objetivo general, existen tres objetivos de tiempo adicionales: 1) si el SU cuenta con capacidad fibrinolítica y el paciente es idóneo, puede considerarse la fibrinólisis prehospitalaria y, de aplicarse, ha de iniciarse en los 30 min iniciales desde la llegada del SU; 2) para pacientes trasladados a un hospital sin capacidad de ICP en el que se administre un fibrinolítico, el tiempo puerta- aguja ha de ser de 30 min o menos, y 3) si el paciente es trasladado a un hospital con capacidad de ICP, el tiempo desde el primer contacto médico (PCM) hasta la aplicación del primer dispositivo de ICP (tiempo PCM-dispositivo) y el tiempo puerta-balón no tienen que superar los 90 min. No se aconseja el transporte del paciente por medios propios. Si el paciente llega a un hospital sin posibilidad de realizar ICP y se va a administrar fibrinólisis, el tiempo puerta-aguja debe ser de 30 min o menos. Si el paciente llega a un hospital con posibilidades de ICP, el tiempo puerta-balón debe ser de 90 min o menos. Las opciones de tratamiento y las recomendaciones sobre tiempo tras la llegada al hospital son las mismas. La consideración del traslado de urgencia del paciente a un hospital con capacidad de ICP para proceder a revascularización mecánica también es apropiada cuando la fibrinólisis está contraindicada, si la ICP puede iniciarse con rapidez (tiempo PCM-dispositivo previsto <120 min) o si la fibrinólisis no tiene éxito (ICP «de rescate»). El traslado interhospitalario no urgente secundario puede considerarse en la isquemia recurrente o la evaluación invasiva de rutina, de 3 a 24 h después de la fibrinólisis. B. Estrategias de reperfusión en pacientes con IMEST, independientemente de si son trasladados a un hospital con capacidad de ICP o sin ella. La estrategia óptima depende del momento del inicio de los síntomas, la idoneidad para la fibrinólisis y las opciones de traslado a un hospital con capacidad de ICP. Las recomendaciones de clase I y II corresponden a las directrices del ACCF/AHA para el tratamiento de IMEST. En pacientes que son tratados con fibrinólisis, se recomienda la estratificación del riesgo no invasiva para orientar las decisiones sobre revascularización coronaria tardía. (Modificado de Armstrong PW, Collen D, Antman E: Fibrinolysis for acute myocardial infarction: The future is here and now. Circulation 107:2533, 2003; y O'Gara PT, Kushner FG, Ascheim DD, et al: 2013 ACCF/AHA guideline for the management o f ST-elevation myocardial infarction: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol 61:e78, 2013.) Además de considerar la desfibrilación rápida, la eficacia de la asistencia prehospitalaria depende de otros factores, como el alivio temprano del dolor y de sus secuelas fisiológicas, la reducción del exceso de actividad del sistema nervioso autónomo y el tratamiento de arritmias como la taquicardia ventricular (TV),aunque todas ellas no deben afectar a la celeridad del transporte al hospital (v. fig. 52-1). Fibrinólisis prehospitalaria Numerosos estudios de observación y ensayos aleatorizados han eva luado las ventajas de la fibrinólisis prehospitalaria en comparación con la hospitalaria.1,17 Aunque ninguno de los ensayos individuales mostró una reducción significativa de la mortalidad con fibrinólisis iniciada antes del ingreso, el tratamiento precoz generalmente reporta mayores beneficios: en un metaanálisis de todos los ensayos disponi bles, se determinó una reducción de la mortalidad del 17%.a El ensayo Comparison of primary Angioplasty and Pre-hospital fibrinolysis In acute Myocardial infarction (CAPTIM), por ejem plo, notificó cierta © tendencia a una menor mortalidad en casos de IMEST tratados con fibrinólisis prehospitalaria que en los que recibieron ICP primaria, es pecialmente si el tratamiento se inició en las 2 h siguientes al comienzo de los síntomas.1 La fibrinólisis prehospitalaria es razonable cuando puede ahorrarse tiempo si se prevé que el transporte sea prolongado (de 60-90 min o más), si hay médicos en la ambulancia o si se dispone de un sistema de SU dotado de personal sanitario que pueda obtener un registro electrocardiográfico de 12 derivaciones y enviarlo en línea a un centro de control que autorice la fibrinólisis prehospitalaria (v. fig. 52-1).18 T R A TA M IEN TO EN EL S ER V IC IO D E U R G E N C IA S Al evaluar a pacientes con dolor torácico en el servicio de urgencias, los médicos se enfrentan a las complejas tareas de identificar rápidamente a los pacientes que requieren tratamiento de reperfusión urgente, proceder al triaje de los casos de bajo riesgo y a su asignación al pertinente servicio hospitalario, y al desafío de no dar erróneamente un alta intentando evitar un ingreso innecesario. Los antecedentes de molestias de tipo isquémi co y el ECG de 12 derivaciones inicial son los medios para el cribado 1097 Infarto de m iocardio con elevación del ST: tratam ie n to E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s de pacientes con posible síndrome coronario agudo (SCA) inductor de IMEST (v. capítulo 50) .19 Dado que el ECG de 12 derivaciones es un elemento esencial en lo que respecta a la decisión de iniciar la reperfusión, ha de obtenerse cuanto antes (< 10 min después de la llegada al hospital) en pacientes con molestias isquémicas.1 La extensión de la obtención pre hospitalaria de este ECG ha facilitado el triaje de pacientes con IMEST.15 Dado que en ellos son posibles las arritmias mortales súbitas, todos los casos de este tipo han de contar con monitorización ECG a la cabecera del paciente y acceso intravenoso. La elevación del segmento ST en el ECG de un paciente con tras tornos isquémicos es una firme indicación de oclusión trombótica de una arteria coronaria epicárdica y ha de activar una secuencia bien ensayada de valoración rápida del paciente para el comienzo de la reperfusión.1 Si el ECG inicial revela una elevación del segmento ST de 0,1 mV o más al menos en dos derivaciones contiguas, o un bloqueo de la rama izquierda nuevo o presumiblemente nuevo, la evaluación para reperfusión ha de ser inmediata. Entre los factores esenciales para la selección de la estrategia de reperfusión cabe citar el tiempo transcurrido desde la aparición de los síntom as, los riesgos asociados a IM EST y a la administración de fibrinolíticos, y el tiempo necesario para iniciar una intervención invasiva (v. fig. 52-1). En hospitales sin capacidad de ICP, la valoración inicial ha de incluir análisis de las contraindicaciones para el uso de fibrinolíticos (tabla 52-4). Los pacientes con ECG inicial que revele depresión del seg mento ST nueva o presumiblemente nueva y/o inversión de la ondaT sin elevación del segmento ST no se consideran candidatos para tratamiento de reperfusión inmediata, a no ser que se sospeche una lesión posterior en curso (v. capítulo 53). Dada la importancia del tiempo hasta la reperfusión,7 la atención ha pasado a centrarse en los objetivos de los sistemas médicos, comenzando por el primer contacto médico-paciente.1,211 En este contexto, los elementos de referencia que hay que tener en cuenta en la valoración de la calidad de dichos sistemas son un tiempo puerta-aguja de 30 min o menos hasta el comienzo del tratamiento fibrinolítico y un tiempo puerta-dispositivo de 90 min o menos para la perfusión coronaria percutánea (v. fig. 52- l) .1,4 T A B L A 5 2 -4 Contraindicaciones y precauciones para el uso de fibrinolíticos en el infarto de miocardio con elevación del ST* Contraindicaciones absolutas Cualquier hemorragia intracraneal previa Lesión vascular estructural conocida (p. ej., malformación arteriovenosa) Neoplasia intracraneal maligna conocida (primaria o metastásica) Accidente isquémico en los últimos 3 meses, excepto accidente isquémico agudo en 4,5 h Sospecha de disección aórtica Hemorragia activa o diátesis hemorrágica (excluida la menstruación) Traumatismo craneal o facial cerrado significativo en los últimos 3 meses Cirugía intracraneal o intrarraquídea en los últimos 2 meses Hipertensión grave no controlada (que no responde al tratamiento de urgencia) Para estreptocinasa, tratamiento previo en los últimos 6 meses Contraindicaciones relativas Antecedentes de hipertensión crónica grave mal controlada Hipertensión significativa en la evaluación inicial (PAS >180 mmHg o PAD >110 mmHg)+ Antecedentes de accidente cerebrovascular isquémico previo >3 meses Demencia Patología intracraneal conocida no incluida en las contraindicaciones absolutas Reanimación cardiopulmonar traumática o prolongada (>10 min) Cirugía mayor (<3 semanas) Hemorragia interna (2-4 semanas) Punciones vasculares no compresibles Embarazo Úlcera péptica activa Tratamiento anticoagulante oral *Pauta de referencia para la toma de decisiones clínicas que puede no ser exhaustiva o concluyente. fPuede ser contraindicación absoluta en pacientes de bajo riesgo con IM. PAD, presión arterial diastólica; PAS, presión arterial sistólica. Tomado de O'Gara PT, Kushner FG, Ascheim DD, et al: 2013 ACCF/AHA guideline for the management of ST-elevation myocardial infarction: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice 1098 Guidelines. J Am Coll Cardiol 61:e78, 2013. En pacientes con an teced en tes clín icos indicativos de IM EST (v. capítulo 50) y ECG inicial no diagnóstico (sin desviación del seg m ento ST o inversión de la onda T), es necesario obtener registros seriados durante la evaluación de urgencia. El personal de urgencias puede investigar el eventual desarrollo de elevación del segmento ST mediante inspección visual periódica del monitor electrocardiográfico situado a la cabecera del paciente, por registro continuo del segmento ST o por control de las alarmas cuando la desviación del segmento ST excede los límites programados. Cuando los datos aportados por el ECG no son diagnósticos, resultan de gran utilidad clínica elementos de ayuda a la toma de decisiones, como los algoritmos diagnósticos informáticos, la identificación de indicadores clínicos de alto riesgo, la determinación rápida de biomarcadores cardíacos, la evaluación ecocardiográfica de anomalías del movimiento parietal regional y las imágenes de perfusión miocárdica. M e d id a s t e r a p é u t i c a s g e n e r a l e s Á c id o acetilsa licílico (v. también capítulo 82) El ácido acetilsalicílico es eficaz para todo el espectro de los SCA y forma parte de la estrategia de tratamiento inicial de los pacientes con sospecha de IMEST. Dado que las dosis bajas tardan varios días en alcanzar un efecto antiagregante pleno, deben administrarse cuanto antes de 162 a 325 mg tras el contacto médico inicial.1 Con objeto de alcanzar concen traciones sanguíneas terapéuticas con rapidez,el paciente debe masticar el comprimido, a fin de facilitar la absorción bucal en vez de la producida a través de la mucosa gástrica.21 C on tro l d e l d o lo r card ía co El abordaje inicial de los pacientes con IMEST debe combatir el dolor y el aumento asociado de la actividad simpática. El control del dolor cardíaco suele conseguirse con una combinación de analgésicos (p. ej., morfina) e intervenciones que mejoren el balance de aporte y demanda de oxígeno miocárdico, como uso de oxígeno, nitratos y, en determinados pacientes, bloqueantes de receptores (3-adrenérgicos ((3-bloqueantes).1 A N A L G É S IC O S . Aunque para tratar el dolor asociado a IMEST se han empleado diversos analgésicos, como petidina, pentazocina o morfina, esta última continúa siendo el fármaco de elección excepto en pacientes con hipersensibilidad contrastada a ella. Se recomiendan dosis de 4 a 8 mg por vía i.v. y dosis de 2 a 8 mg repetidas cada 5-15 min hasta que se atenúe el dolor o aparezcan efectos secundarios -hipotensión, depre sión respiratoria o vómitos intensos- que impidan la continuación de su administración.1 No obstante, la dosis adecuada de sulfato de morfina varía en función de la edad, el tamaño corporal, la presión arterial y la frecuencia cardíaca del paciente. La menor ansiedad con una analgesia satisfactoria atenúa el esta do de agitación y la actividad del sistema nervioso autónomo, con la consiguiente reducción de las demandas metabólicas del corazón. La morfina ejerce efectos beneficiosos en pacientes con edema pulmonar causado por dilatación arterial o venosa periférica (en especial en casos de excesiva actividad simpaticosuprarrenal). Disminuye, asimismo, el esfuerzo respiratorio y ralentiza la frecuencia respiratoria acelerada como consecuencia de la combinación del menor tono simpático y el mayor tono vagal. Estudios de observación han identificado asociación entre la administración de morfina y el desenlace adverso en pacientes con SCA. Sin embargo, es importante diferenciar esta observación de la confusión por indicación. La colocación del paciente en decúbito supino y la elevación de sus extremidades si se produce una caída de presión arterial pueden minimi zar la hipotensión tras la administración de nitroglicerina y morfina. Esta posición no es aconsejable en pacientes con edema pulmonar, aunque la morfina rara vez genera hipotensión en estas circunstancias. La adminis tración de atropina i.v. es, en ocasiones, útil para tratar los excesivos efectos vagomiméticos de la morfina. N IT R A T O S . En virtud de su capacidad para mejorar el flujo sanguíneo coronario por vasodilatación coronaria y de reducir la precarga ventricular por incremento de la capacitancia venosa, la administración sublingual de nitratos está indicada en la mayor parte de los pacientes con SCA. En la actualidad, los únicos grupos de pacientes con IMEST a los que no se les debe administrar nitroglicerina son aquellos en los que se sospecha un infarto ventricular derecho o los que presentan hipotensión pronunciada (p. ej., presión sistólica <90 mmHg), especialmente si va acompañada de bradicardia. El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. Una vez descartada la hipotensión, se debe administrar un com primido de nitroglicerina, sometiendo al paciente a observación de la eventual mejora de los síntomas o los cambios hemodinámicos. Si una dosis inicial es bien tolerada y parece ser beneficiosa, es posible continuar administrando nitratos mientras se valoran las constantes vitales. Incluso dosis pequeñas inducen hipotensión y bradicardia repentinas, que suelen corregirse con atropina i.v. Los preparados de nitratos orales de acción prolongada han de evitarse en la fase inicial del IMEST, dada la frecuencia de los cambios hemodinámicos. En casos de un período prolongado de dolor torácico con altibajos de intensidad, la nitroglicerina intravenosa contribuye a controlar los síntomas y corregir la isquemia, aunque a menudo se ha de proceder a seguimiento de la presión arterial. El inicio de la reperfusión en pacientes con IMEST no debe retrasarse mientras se evalúa la respuesta a los nitratos sublin guales o intravenosos. B L O Q U E A N T E S (^ -A D R E N É R G IC O S . Estos fármacos alivian el dolor isquémico, en muchos casos reducen la necesidad de analgésicos, y limi tan el tamaño del infarto y las arritmias potencialmente mortales. No obstante, en pacientes de clase de Killip II o superior, es importante evitar el bloqueo intravenoso, por riesgo de posible shock cardiógeno.1 El uso de rutina de p-bloqueantes intravenosos no está ya recomendado para pacientes con IMEST, aunque la administración i.v. de estos fármacos en la evaluación inicial de pacientes con IMEST hipertensos y con isquemia resulta razonable.1 Un protocolo práctico de uso de p-bloqueantes en esta situación es el siguiente: 1) descartar a pacientes con insuficiencia cardíaca, hipotensión (presión sistólica < 90 mmHg), bradicardia (frecuencia cardíaca < 60 lati dos/min) o bloqueo auriculoventricular (AV) significativo; 2) adminis trar metoprolol en tres emboladas i.v. de 5 mg; 3) observar al paciente durante entre 2 y 5 min después de cada embolada y, si la frecuencia cardíaca cae por debajo de 60 latidos/min o la presión sistólica se sitúa por debajo de 100 mmHg, no administrar más fármaco, y 4) cuando la estabilidad hemodinámica se mantiene 15 min después de la última dosis intravenosa, se puede comenzar el uso oral de tartrato de metoprolol, 25-50 mg cada 6 h durante 2-3 días, si se tolera bien, cambiando des pués a 100 mg dos veces al día.1 En pacientes con disminución parcial de la presión arterial al administrar la dosis inicial, o que parecen con alto riesgo (p. ej., infarto grande) de insuficiencia cardíaca por mala función ventricular izquierda, se pueden emplear dosis menores. La infusión de un p-bloqueante de acción muy corta, como el esmolol, en dosis de 50 a 250 mg/kg/min, es a veces útil en pacientes con contraindicaciones para el uso de p-bloqueantes en los que es altamente deseable una menor frecuencia cardíaca.23 O X ÍG E N O . La hipoxemia puede presentarse en pacientes con IMEST y suele deberse a anomalías de ventilación-perfusión derivadas de insuficiencia ventricular izquierda. Otra posible causa es la enfermedad pulmonar intrínseca concomitante. El tratamiento de todos los pacientes hospitalizados con IMEST con oxígeno durante al menos 24 o 48 h es una práctica común, basada en la presunción empírica de hipoxia y en la evidencia de que el aumento del oxígeno en el aire inspirado protege el miocardio isquémico. No obstante, el incremento de la fracción de oxígeno en el aire inspirado no eleva significativam ente el aporte de oxígeno si no hay hipoxemia. Además, puede aumentar la resis tencia vascular sistémica y la presión arterial, reduciendo ligeramente el gasto cardíaco. En este contexto, la saturación de oxígeno arterial puede estimarse por pulsioximetría, omitiéndose la oxigenoterapia si los datos oximétricos son normales. En cambio, los pacientes con IMEST e hipoxemia arterial deben recibir oxígeno.1 En el edema pulmonar grave, son a veces necesarias intubación endotraqueal y ventilación mecánica para corregir la hipoxemia y reducir el esfuerzo respiratorio. Limitación del tamaño del infarto El tamaño del infarto es un importante determinante del pronóstico de IMEST. Los pacientes que fallecen por shock cardiógeno presentan un infarto masivo único o un infarto pequeño o moderado superpuesto a diversos infartos previos.24,25 Los supervivientes a infartos grandes a menudo presentan deterioro tardío de la función ventricular y su mor talidad a largo plazo es mayor que la de los supervivientes a infartos pequeños, en los que no tiende a producirse descompensación cardíaca.26 En función de la importancia del tamaño del infarto para su pronóstico, la posibilidadde modificar ese tamaño ha sido objeto de gran atención expe- © rimental y clínica (v. capítulo 51, fig. 51-11).7'27 Las iniciativas destinadas a limitar el tamaño obedecen a distintos enfoques (a veces solapados): 1) reperfusión temprana; 2) reducción de las demandas de energía del miocardio; 3) manipulación de las fuentes de producción de energía en el miocardio, y 4) prevención de lesión por reperfusión. N atu ra le za d inám ica d e l in farto El IMEST es un proceso dinámico que no se produce instantáneamente, sino que evoluciona durante horas. El tejido isquémico expuesto a riesgo puede verse afectado favorablemente por intervenciones que restablez can la perfusión miocárdica, limiten el daño microvascular de la zona infartada y las demandas de oxígeno miocárdico, inhiban la acumulación de metabolitos nocivos o favorezcan su eliminación, aumenten la dis ponibilidad de sustrato para el metabolismo anaeróbico o atenúen los efectos de los mediadores de lesión que afectan a la estructura y la función de los orgánulos intracelulares y a los componentes de las membranas celulares. Sólidas evidencias en animales de experimentación y hallazgos en pacientes apuntan que el preacondicionamiento isquémico, una forma de protección endógena contra el IMEST antes de la oclusión coronaria sostenida, disminuye el tamaño del infarto y se asocia a pronóstico más favorable y menor riesgo de extensión del infarto y de episodios isqué micos recurrentes. Los episodios de isquemia breves en un lecho vascular coronario pueden preacondicionar el miocardio en una zona alejada y aminorar el tamaño del infarto en ella cuando se produce la oclusión sostenida.28 La perfusión del miocardio en la zona infartada parece reducirse al máximo inmediatamente después de la oclusión. La recanalización espontánea de una arteria ocluida relacionada con el infarto se produce hasta en un tercio de los pacientes, comenzando a las 12-24 h. Esta reperfusión espontánea tardía refuerza la función ventricular izquierda, puesto que mejora la cicatrización del tejido infartado, evita el remode lado ventricular y reperfunde el miocardio hibernado. No obstante, las estrategias que implican reperfusión farmacológica o por catéter del vaso asociado a infarto pueden optimizar la cantidad de miocardio preservado, acelerando el proceso de reperfusión, y se aplican a pacientes que, de otro modo, presentarían oclusión arterial relacionada con el infarto (v. fig. 52-1) (v. capítulo 55). Un elemento general que hay que considerar en todos los métodos de reperfusión es la importancia esencial del tiempo. La reducción de la mortalidad en pacientes con IMEST siempre será mayor cuanto antes se reperfunda la arteria causante del infarto (fig. 52-2).1 Otros factores que limitan el tamaño del infarto durante la reperfusión son el alivio del espasmo coronario, la prevención de lesión de la micro- vasculatura, la mejora de la hemodinámica sistémica (aumento de la presión de perfusión coronaria y disminución de la presión telediastólica ventricular izquierda) y la circulación colateral. La pronta aplicación de medidas diseñadas para proteger el miocardio isquémico y dar soporte a la perfusión miocárdica proporciona tiempo suficiente para desarro llar mecanismos compensatorios que limitan la extensión del infarto (v. capítulo 51). Las intervenciones para proteger el miocardio isquémico durante el episodio inicial también disminuyen la extensión y la repetición temprana del infarto. M e d id a s d e rutina p a ra lim itar e l ta m a ñ o d e l in farto Aunque la reperfusión puntual del miocardio isquémico es el medio más importante de limitar el tamaño del infarto, otras medidas de rutina son también aplicables a pacientes con IMEST, independientemente de que reciban tratamiento de reperfusión.1 Las estrategias terapéuticas tratadas en esta sección pueden iniciarse en el primer contacto y mantenerse a lo largo de la atención hospitalaria. El consumo de oxígeno del miocardio se reduce al mínimo, m ante niendo al paciente en reposo, tanto en lo físico como en lo emocional, con sedación leve y en un ambiente tranquilo, lo que complementa las intervenciones ya citadas. La administración de agonistas adrenérgicos ha de evitarse en lo posible. Todas las formas de taquiarritmia requieren tratamiento inmediato, ya que elevan las demandas de oxígeno miocár dico. La insuficiencia cardíaca también se ha de tratar rápidamente, para minimizar el incremento del tono adrenérgico y la hipoxemia (v. sección «Insuficiencia ventricular izquierda»). Cuando hay isquemia en curso, la anemia grave se corrige mediante administración precavida de concentrado de eritrocitos, acompañada de diuréticos si hay signos de insuficiencia ventricular izquierda. Se han de tratar, asimismo, otras alteraciones asociadas, como infecciones, fiebre y demanda de oxígeno miocárdico elevada. 1099 Infarto de m iocardio con elevación del ST: tratam ie n to E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s TRATAMIENTO DE REPERFUSIÓN C o n ce p to s ge n e ra le s Aunque la reperfusión espontánea tardía se registra en algunos pacientes, en la mayoría de los IMEST persiste la oclusión trombótica. La reperfusión puntual del miocardio expuesto a riesgo es la forma más eficaz de res tablecer el equilibrio entre aporte y demanda de oxígeno miocárdico.29 La dependencia de la recuperación miocárdica del tiempo transcurrido hasta el tratamiento concierne a los pacientes tratados con fibrinólisis o ICP.1,30,31 (fig. 52-3; v. también fig. 52-2). La eficacia de los fibrinolíticos P o tenc ia le s ca m b io s seg ú n el tiem po ahorrado por la s diferentes estrateg ias terapéuticas D e A a B B eneficio m ínim o D e A a C B eneficio D e B a C B eneficio Perjuicio 0 4 8 12 16 20 24 T IE M P O D E S D E E L IN IC IO D E L O S S ÍN T O M A S H A S T A L A R E P E R F U S IÓ N (h) ■ Período crítico dependiente del tiempo Objetivo: re scate m iocárdico □ Período independiente del tiem po Objetivo: arteria a so c ia d a a infarto p erm eable FIGURA 52-2 La reducción de la mortalidad como efecto beneficioso de la reper fusión es mayor en las 2-3 h siguientes al inicio de los síntomas de IM agudo, proba blemente debido al rescate miocárdico. La duración exacta de este período depende de diversos factores, como presencia de arterias coronarias colaterales funcionales, preacondicionamiento isquémico, demandas de oxígeno miocárdico y duración de ¡a isquemia sostenida. Tras este período inicial, el beneficio en cuanto a mortalidad disminuye sensiblemente y, cuando la curva de mortalidad se aplana, el tiempo hasta la reperfusión resulta menos esencial. La magnitud del beneficio depende de cuánto pueda modificarse la curva del paciente. El beneficio de un cambio del punto A o B al C es sustancial, mientras que el del cambio del punto A al B es escaso. El diagrama muestra que una estrategia que retrasa el tratamiento durante el período crítico inicial, como el traslado prolongado de un paciente para someterse a ICP, puede ser perjudicial (paso del punto D al C o al B). (Modificado de Gersh BJ, Stone GW, White HD, Homes DR Jr: Pharmacological facilitation o f primary percutaneous coronary intervention for acute myocardial infarction: Is the slope o f the curve the shape of the future? JAMA 293:979, 2005.) A T IE M P O P U E R T A -F Á R M A C O (min) B FIGURA 52-3 Importancia del tiempo hasta la reperfusión en pacientes sometidos a fibrinólisis (A) o ICP primaria (B) para IMEST. A. Gráfica basada en datos de 85.589 pacientes tratados con fibrinólisis. Se registra un progresivo aumento de la mortalidad intrahospitalaria por cada 30 min de retraso. B. Basada en datos de 43.801 pacientes, esta gráfica ilustra la tasa de mortalidad intrahospitalaria ajustada en función del tiempo puerta-balón. La mortalidadestimada oscila entre el 3%, con un tiempo puerta-balón de 30 min, y el 10,3%, con uno de 240 min. (Datos tomados de Cannon CP, Gibson CM, Lambrew CT, et al: Relationship o f symptom-onset-to-balloon time and door-to-balloon time with mortality in patients undergoing angioplasty for acute myocardial infarction. JAMA 283:2941, 2000; y Rathore SS, Curtis J, Chen J, et al: Association o f door-to-balloon time and mortality in patients admitted to hospital with ST elevation myocardial infarction: National cohort study. BMJ 338:bl807, 2009.) disminuye a medida que los trombos coronarios maduran (v. fig. 52-3). Sin embargo, análisis ajustados del riesgo basal muestran aumento estadís ticamente significativo de la mortalidad intrahospitalaria y a largo plazo, con distanciamiento progresivo entre el inicio de los síntomas y la ICP.30,32 Cada 30 min de retraso incrementan el riesgo relativo (RR) de mortalidad a 1 año en un 8%.a En algunos pacientes, sobre todo con shock cardiógeno, la lesión tisular se produce de forma «intermitente», más que súbitamente. Esta concep ción del proceso del infarto, así como la observación de que la incidencia de complicaciones del IMEST en períodos postinfarto tempranos y tardíos depende del tamaño del infarto, subraya la necesidad de obtener una anamnesis detallada para verificar si el paciente parece presentar ciclos repetitivos de reperfusión y reoclusión. No obstante, la determinación del tiempo preciso de comienzo del proceso de infarto en estos pacientes es a menudo difícil y a veces engañosa. En caso de molestias isquémicas cambiantes, no debe aplicarse un intervalo rígido desde el primer episodio de dolor para determinar si un paciente queda fuera de la cobertura del beneficio del tratamiento de reperfusión agudo. F is io p a to lo g ía de la re p e rfu s ió n m iocárd ica La prevención de la muerte celular por restablecimiento del flujo cardíaco depende de la gravedad y la duración de la isquemia preexistente. Sus tanciales evidencias experimentales y clínicas indican que, cuanto antes se restaure el flujo, más favorables serán la recuperación de la función sistólica ventricular izquierda, la mejora de la función diastólica y la reducción de la mortalidad global.1 Los vasos coronarios colaterales también parecen influir en la función ventricular izquierda después de la reperfusión.33 Estos vasos aportan suficiente reperfusión al miocardio para ralentizar la muerte celular y, probablemente, tienen mayor impor tancia en pacientes sometidos a reperfusión 1 o 2 h después de la oclusión coronaria. Incluso tras reperfusión satisfactoria, y aun en ausencia de lesión miocárdica irreversible, es posible que se produzca un período de disfunción contráctil postisquémica, conocido como aturdimiento miocárdico.34 Le sión p o r re p e rfu s ió n El proceso de reperfusión, aunque beneficioso para la recuperación m iocárdica, puede presentar secuelas adversas, resum idas en el término lesión por reperfusión (v. cap ítu lo 51).35,36 En animales de experim entación se producen diversos tipos de lesión por reper fusión: 1) lesión por reperfusión m ortal, relacionada con m uerte inducida por reperfusión de células aún viables en el momento del restablecim iento del flujo coronario; 2) lesión por reperfusión vas cular, debida a daño progresivo de la microvasculatura, que genera un área en expansión de ausencia de reflujo y pérdida de la reserva vasodilatadora miocárdica; 3) miocardio aturdido, en el que los m io citos preservados presentan un período prolongado de disfunción contráctil sucesivo al restablecim iento del flujo sanguíneo, por anomalías en el m etabolism o causantes de disminución de la producción de energía, y 4) arrit m ias por reperfusión, con sisten tes en brotes de TV (y ocasionalm ente de FV) generados a los pocos segundos de la re- perfusión.37 La evidencia indica que la lesión y las arritmias por reperfusión y el aturdimiento pueden afectar a pacientes con IMEST. La relación entre lesión por reperfusión y el m iocardio p o ten cia l m ente recuperable se m antiene como controversia, tanto en animales como en humanos.36,38,39 La lesión de la microvasculatura en el miocardio reperfundido induce, en ocasio nes, infarto hemorrágico (v. capítulo 51). Es m ás probable que dicho infarto se produzca por tratamiento fibrinolítico que por reperfusión con catéter. Aunque se ha especulado con el hecho de que esta hemo rragia cause expansión del infarto, ese no parece ser el caso. El estudio histológico de pacientes que no sobreviven a pesar de la IC P P R IM A R IA 15 45 75 105 135 165 195 225 T IE M P O P U E R T A -B A L Ó N (min) El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. reperfusión satisfactoria ha puesto de manifiesto infartos hemorrágicos, aunque no suelen exceder el área de necrosis. Pro te cc ión con tra la le s ió n p o r rep e rfu s ió n Para mitigar la lesión generada tras la reperfusión se han propuesto varios tratamientos complementarios, como la preservación de la inte gridad microvascular mediante antiagregantes y antitrombinas, a fin de minimizar la embolización de residuos ateroembólicos, la prevención de la lesión inflamatoria y el soporte metabólico del miocardio isquémico.36,39,40 La eficacia de las intervenciones dirigidas contra la lesión por reperfusión parece reducirse con rapidez cuanto más tarde se administre después de la misma. En modelos animales no se detecta ningún efecto beneficioso 45-60 min tras la reperfusión. Curiosamente, el fenómeno de inducción de isquemia transitoria en otros lechos vasculares se asocia también a disminución de la lesión por reperfusión, en lo que se conoce como acondicionamiento remoto.28 Un enfoque experimental alternativo de protección contra la lesión por reperfusión es el llamado postacondicionamiento, consistente en introducir breves episodios de isquemia alternados con la reperfusión.41 Según parece, así se activan los mecanismos de protección celular cen trados en las cinasas después de la supervivencia.42 Muchas de estas cinasas protectoras se activan también durante el preacondicionamiento isquémico. Los estudios clínicos en pacientes con IMEST sometidos a ICP han demostrado que el preacondicionamiento protege el corazón humano y se asocia a menor tamaño del infarto y mejora de la perfusión miocárdica.43 A rr itm ia s p o r re p e rfu s ió n La bradicardia sinusal transitoria afecta a numerosos pacientes con infartos inferiores en el momento de la reperfusión aguda, a menudo acompañada de cierto grado de hipotensión. Esta com binación de h ipotensión y bradicardia con súbito aum ento del flujo coronario activa, en ocasiones, el reflejo de Bezold-Jarisch.44 Después de una reperfusión satisfactoria también se registran extrasístoles ventricula res, ritmo idioventricular acelerado y TV no sostenida. Aunque algunos investigadores m antienen que las posdespolarizaciones precoces participan en la génesis de las arritmias ventriculares relacionadas con reperfusión, se registran tanto en la isquemia como en la reperfusión, por lo que es improbable que estén implicadas en TV o FV asociadas a reperfusión. Cuando están presentes, los trastornos del ritmo pueden indicar res tablecimiento adecuado del flujo coronario, aunque la especificidad refe rida a la reperfusión satisfactoria es limitada. En general, las características clínicas son marcadores poco precisos de la reperfusión, sin que haya un hallazgo o constelación de hallazgos que predigan de manera fiable la permeabilidad de la arteria coronaria constatada angiográficamente.1 Aunque las arritmias por reperfusión muestran a veces concentración temporal en el momento del restablecimiento del flujo coronario, esta breve «tormenta eléctrica» suele ser inocua, por lo que la profilaxis es innecesaria y su tratamiento no está indicado, excepto en casos infre cuentes de arritmiaspor reperfusión sintomáticas o hemodinámicamente significativas.1 E stab le c im ie n to ta rd ío d e la p e rm e a b ilid a d del v a so re sp o n sa b le del in fa rto La mejora de la supervivencia y la función ventricular tras una reperfusión satisfactoria puede no depender solo del menor tamaño del infarto.45 El miocardio con mala contracción o que no se contrae, en una zona irrigada por una arteria estenosada relacionada con un infarto y con perfusión anterógrada lenta, a veces aún contiene miocitos viables. La función del llamado miocardio hibernado mejora con ICR que aumenta el flujo en la arteria asociada a infarto.46,47 R e su m e n d e lo s e fecto s de la re p e rfu s ió n m iocárd ica La rotura de la placa en el vaso responsable y la ulterior formación de un trombo ocasionan una oclusión completa de la arteria coronaria relacionada con el infarto. El IMEST se produce en la ulterior dilatación ventricular izquierda, con muerte celular por combinación de bombeo insuficiente e inestabilidad eléctrica (v. c a p ítu lo 51). La reperfusión temprana acorta la oclusión coronaria, minimiza el grado final de dis- función y dilatación ventriculares izquierdas, y reduce la probabilidad © de bom beo insuficiente o taquiarritmias ventriculares m alignas en el IMEST. La reperfusión tardía de arterias responsables de infarto estenosadas puede restablecer la función contráctil en el miocardio hibernado. Fibrinólisis La fibrinólisis recanaliza la oclusión trombótica asociada al IMEST, y el restablecimiento del flujo coronario disminuye el tamaño del infarto y mejora la función miocárdica y la supervivencia a corto y largo plazo.48 Los pacientes tratados en las primeras 1-2 h tras el comienzo de los síntomas parecen experimentar el mayor grado de mejora de la supervivencia a largo plazo con fibrinólisis.1 Valoración de la reperfusión Grado de f lu jo TIMI. A efectos de estandarización de las comunicacio nes clínicas y los estudios que comparan distintos regímenes de reperfusión, la mayoría de los médicos e investigadores describen el flu jo en el vaso del in farto según el sistema de gradación TIMI (trombólisis en infarto de miocardio) (fig . 52-4).49 Es destacable el hecho de que una «instantánea» angiográfica no refleja el estado fluctuante del f lu jo en el vaso responsable del infarto, que puede experimentar ciclos repetidos de permeabilidad y reoclusión antes de la fibrinólisis o durante ella. Cuando se evalúa de 30 a 60 min después del inicio de la fibrinólisis,2-48 el flu jo de grado TIMI 3 es muy superior al grado 2 en lo que respecta a reducción del tamaño del infarto y el beneficio sobre la mortalidad a corto y largo plazo. Así pues, el grado TIMI 3 debe ser el objetivo al valorar el flu jo de una arteria pericárdica responsable de infarto (v. fig. 52-4). Recuento de im ágenes TIMI. A fin de ofrecer una referencia más cuantitativa de la dinámica del flu jo coronario en la arteria responsable del in farto y de considerar las diferencias de tamaño y longitud de los vasos (p. ej., arteria descendente anterior izquierda frente a arteria coronaria derecha) y la variabilidad interobservador, Gibson et al. desarrollaron el recuento de imágenes TIMI, un sencillo modo de recuento de las imágenes angiográficas registradas hasta que el material de contraste llega al lecho distal del vaso de interés. Este índice objetivo y cuantitativo del flu jo coro nario predice de forma independiente la mortalidad intrahospitalaria por IMEST y distingue los pacientes con flu jo de grado TIMI 3 y los grupos de alto riesgo. El recuento de imágenes TIMI se usa también para cuantificar el flu jo coronario (ml/s), calculado con la expresión: 21 -s- (recuento de imágenes TIMI observado) x 1,7 (basándose en datos de velocidad de registro Doppler que indican que el flu jo normal corresponde a 1,7 cm3/s, valor proporcional a 21 imágenes). La perfusión coronaria calculada se relaciona con la mortalidad en pacientes tratados con fibrinolíticos o ICP, y permite valorar las diversas modalidades de reperfusión en pacientes con IMEST. Perfus ión m iocá rd ica . A pesar de la prioridad de la normalización del flu jo en la arteria epicárdica relacionada con el infarto, la reperfusión en pacientes con IMEST se plantea, en ú ltim o térm ino, para mejorar la perfusión miocárdica real de la zona infartada. La perfusión miocárdica no mejora adecuadamente sin restablecimiento del flu jo en la arteria ocluida, aunque incluso pacientes con flu jo de grado TIMI 3 no alcanzan a veces una perfusión miocárdica idónea, especialmente cuando el intervalo entre el inicio de los síntomas y la restauración del flu jo epicárdico es prolonga do.50,51 Para describir un estado de perfusión miocárdica reducida tras la apertura de una arteria epicárdica relacionada con infarto se ha empleado el térm ino «no reflujo» miocárdico.52 Los dos principales impedimentos para la normalización de la perfusión miocárdica son el daño microvascular (f ig . 52-5)50 y la lesión por reperfusión. La obstrucción de la microvas- culatura en el lecho anterógrado de la arteria relacionada con infarto se debe a microémbolos y trom bos plaquetarios. La fibrinólisis puede, en realidad, acentuar la microembolización de agregados plaquetarios por exposición de trombina unida al coágulo, un agonista plaquetario de gran potencia. El espasmo también puede producirse en la microvasculatura por liberación de sustancia a partir de plaquetas activadas. La lesión por reperfusión induce edema celular, form ación de especies reactivas del oxígeno y sobrecarga de calcio. Además, la activación de citocinas causa acumulación de neutrófilos y mediadores inflamatorios, que contribuyen a la lesión tisular.52 Para evaluar la idoneidad de la perfusión miocárdica se emplean varias técnicas. E lec troca rd iogra fía . La resolución electrocardiográfica del segmento ST es un im portante fac to r predictivo del pronóstico en pacientes con IMEST, aunque predice mejor la oclusión de una arteria que la permea bilidad de la arteria relacionada con in fa rto .53,54 Las persistencia de la elevación del segmento ST tras ICP primaria ang iográficam ente satis factoria identifica a pacientes con riesgo elevado de disfunción ventricular izquierda y muerte, presumiblemente por el daño microvascular en la zona infartada. Por tanto, el ECG de 12 derivaciones es un indicador de la inte gridad biológica de los miocitos del área del in farto y refleja la perfusión 1101 Infarto de m io ca rd io con e le va ció n d e l ST: tra ta m ie n to E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s TIM I 0 O clusión p í a TIM I 1 TIM I 2 TIM I 3 Penetración Flu jo lento Flu jo norm al 10 - 8 - O < S 6 § 4 2 - 0 -I P= 0,003 frente a TIMI 0/1 6,1 J P< 0,0001 frente a TIMI 0/1 P< 0,0001 frente a TIMI 2 FIGURA 52-4 Correlación de grado de flujo TIMI y mortalidad. Un análisis combinado de datos de 5.498 pacientes en varios ensayos angiográficos de reperfusión para IMEST mostró gradiente de mortalidad cuando los hallazgos angiográficos se estratificaron por grado de flujo TIMI. Los pacientes con flujo TIMI 0 o 1 registraron las tasas de mortalidad mayores, el flujo TIMI 2 se asoció a mortalidad intermedia, y el TIMI 3 presentó la mortalidad más baja. (Por cortesía del Dr. Michael Gibson, comunicación personal.) miocárdica inadecuada, aun con flu jo de grado TIMI 3 .55 El alcance de la resolución del segmento ST aporta sustancial información pronóstica en la fase inicial del tra tam iento del IMEST.56 Dada la naturaleza dinámica de la oclusión coronaria, la m onitorización continua del segmento ST puede aportar más información que el registro electrocardiográfico de 12 derivaciones. Técnicas de im agen n o invasivas. Los defectos en los patrones de per fusión observados en la ecocardiografíamiocárdica realzada con contraste se correlacionan con anomalías del movimiento de la pared regional y falta de viabilidad miocárdica en la ecocardiografía de estrés con dobutamina (v. ca p ítu lo 14).57 La resonancia magnética (RM) realzada con contras te también identifica regiones de obstrucción microvascular, asociadas a pronóstico adverso a largo plazo (v. cap ítu lo 17).58 Valoración invasiva. Los estudios con guía Doppler también permiten definir anomalías de la perfusión miocárdica. Además, Gibson et al. desa rrollaron el grado de perfusión miocárdica TIMI (TMP), un método angio- gráfico para valorar la perfusión miocárdica (fig . 52-6).50,59 Las anomalías asociadas a aumento de la perfusión miocárdica, evaluadas mediante el grado TIMI, se correlacionan con remodelado ventricular desfavorable y riesgo de muerte, incluso realizando ajustes de flu jo de grado TIMI 3 o con recuento de imágenes TIMI normal.50,60 Efecto de l t ra ta m ie n to fib r in o lít ico so b re la m o rta lid ad La fibrinólisis intravenosa precoz mejora la supervivencia en pacientes con IMEST.1 El beneficio del tratamiento fibrinolítico parece ser mayor cuando los fármacos se administran lo antes posible, siendo más llama tivos los resultados si lo son menos de 1 o 2 h después del comienzo de los síntomas.2 El grupo cooperativo Fibrinolytic Therapy Trialists (FTT) desarrolló una completa revisión de nueve ensayos de tratamiento trombolíti- co, a los que se adscribieron más de 1.000 pacientes. La figura 52-7 muestra las tasas de mortalidad absolutas en los grupos de control y fibrinolítico, estratificadas en función de las características iniciales. Los resultados globales indicaron una reducción del 18% de la mortalidad a corto plazo, aunque el porcentaje aumentó al 25% en un subgrupo de 45.000 pacientes con elevación del segmento ST o bloqueo de rama. Dos ensayos, el Late Assessment of Thrombolytic Efficacy (LATE) y el 1102 Estudio Multicéntrico Estreptoquinasa Repúblicas de América del Sur Falta d e co nsecució n d e estad o lítico en proxim idad de oclusión E p ic á rd ica —I O b stru cció n m ecá n ica persistente M icro vascular jM ic r o t r o m b o s p laquetarios lE d e m a celu lar FIGURA 52-5 Puntos de posible fracaso de la reperfusión. La reperfusión completa requiere el restablecimiento satisfactorio del flujo normal en la arteria coronaria epicárdica y la microvasculatura coronaria distal, y se designa como reperfusión a nivel de tejido miocárdico. El fracaso de la reperfusión epicárdica puede deberse a falta de inducción de estado lítico o a obstrucción mecánica persistente en el lugar de oclusión. El fracaso de la reperfusión microvascular se debe a microtrombos plaquetarios, con inflamación endotelial y edema miocárdico («ausencia de reflujo»). La reperfusión puede fracasar por oclusión persistente de la arteria epicárdica relacionada con el infarto (grados TIMI 0 y 1), permeabilidad de una arteria epicárdica en presencia de flujo alterado (grado TIMI 2) u oclusión microvascular en presencia de flujo angiográficamente normal (TIMI grado 3). La reperfusión satisfactoria requiere una arteria permeable con red microvas cular intacta. (Modificado de Davies CH, Ormerod OJ: Failed coronary thrombolysis. Lancet 351:1191, 1998.) (EMERAS), considerados en conjunto, aportan evidencias de que la reducción de la mortalidad puede también observarse en pacientes tratados con trombolíticos de 6 a 12 h después del inicio de los síntomas isquémicos. Los datos de los ensayos LATE y EMERAS y de la revisión de FTT constituyen la base para ampliar el intervalo terapéutico de los fibrinolíticos hasta 12 h después del comienzo de los síntomas. Según indican las directrices del Am erican College of Cardiology Foundation (ACCF)/AHA para tratamiento del IM con elevación del ST (consignadas en lo sucesivo como «las directrices»), Boersma et al. combinaron los ensayos de la revisión de FTT, dos pequeños estudios con datos referidos al tiempo transcurrido hasta la aleatorización y 11 ensayos adicionales.1 Los pacientes se dividieron en seis categorías de tiempo desde el inicio de los síntomas a la aleatorización. Se observó una relación no lineal entre beneficio terapéutico y tiempo, corres pondiendo el mayor efecto beneficioso a las primeras 1 o 2 h siguientes a la aparición de síntomas.1 El efecto sobre la mortalidad de la fibrinólisis en ancianos resulta de notable interés y es objeto de controversia. Aunque, inicialmente, los pacientes de más de 75 años fueron excluidos de los ensayos aleatoriza dos sobre tratamiento fibrinolítico, en la actualidad constituyen alrededor del 15% de los casos estudiados en ensayos de fibrinólisis y el 35% de los analizados en registros de pacientes con IMEST.61 Entre los obstáculos para el inicio del tratamiento en ancianos con IMEST se cuentan el retraso prolongado de la solicitud de asistencia médica, menor inciden cia de molestias isquémicas y mayor incidencia de síntomas atípicos y enfermedades concomitantes, así como mayor incidencia de hallazgos no diagnósticos en el ECG.61 Los pacientes más jóvenes con IMEST alcanzan una reducción de la mortalidad ligeramente superior a la de los ancianos, aunque la mortalidad absoluta superior en personas de edad avanzada deriva en reducciones absolutas de la mortalidad similares.62 Diversos modelos han integrado las múltiples variables clínicas que afectan al riesgo de muerte de un paciente antes de la adminis tración de fibrinolíticos. Morrow desarrolló un sistema de puntuación del riesgo aplicable a la cabecera del paciente, de forma cómoda y sencilla, para predecir la mortalidad a 30 días en la evaluación inicial de pacientes candidatos a fibrinólisis, usando la base de datos del ensayo InTTME-II (fig. 52-8).63 Sin embargo, la modelización del riesgo de mortalidad no cubre todas las situaciones clínicas, por lo que se considera un complemento del criterio clínico en casos individuales. Por ejemplo, los pacientes con IMEST inferior, que de otro modo se considerarían con bajo riesgo de m ortalidad, y en los que num e rosos médicos cuestionan las ventajas del tratamiento fibrinolítico, pueden constituir un subgrupo de riesgo de muerte alto si el infarto inferior se asocia a infarto ventricular derecho, depresión precordial El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. G ra d o T P M 0 Perfusión au sente o m ínim a. G ra d o T P M 1 T inció n presente. L a perfusión persiste en la siguiente inyección. G r a d o T P M 2 Co ntraste intensam ente persistente a l final de lavado. A l re alizar la siguiente inyección ha d esaparecido. G ra d o T P M 3 A specto de la perfusión en vidrio esm erilad o norm al. Contraste levem ente persistente a l final del lavado. observó que la tenecteplasa registraba menores tasas de hemorragia grave que el t-PA acelerado. O tro s f ib rino líticos La estreptocinasa, una pro teína secre tada por varias especies de estreptoco cos, se une al plasminógeno humano, activándolo, y es un fibrinolítico poco costoso y eficaz, que aún se utiliza en algunas regiones del mundo. Ocasio nalmente, el IMEST también se trata con urocinasa en infusión intracoronaria. FIG URA 5 2-6 Relación entre valoración angiográfica de la reperfusión a nivel del tejido miocárdico, diferenciada por grado TIMI de perfusión miocárdica (TPM), y mortalidad. El grado TMP 0, o ausencia de perfusión, se relaciona con la tasa de mortalidad más alta. Si hay tinción miocárdica (grado 1), la mortalidad es también elevada. Se aprecia reducción de la misma si el contraste penetra en la microvasculatura y persiste al final de la fase de lavado (grado 2). La menor mortalidad se observa en pacientes con perfusión normal (grado 3), con contraste mínimamente persistente al final de la fase de lavado. (Tomado de Gibson CM, Cannon CP, Murphy SA, et al: Relationship o fTIMI myocardial perfusion grade to mortality after administration o f thrombolytic drugs. Circulation 101:125, 2000.) del segm ento ST o elevación del segm ento ST en las derivaciones precordiales laterales. La mayor supervivencia a corto plazo registrada por los pacientes que reciben tratamiento fibrinolítico se mantiene en un período de segui miento de 1 a 10 años, aunque queda margen de mejora. Los avances en los tratamientos antiagregantes y antitrombínicos complementarios han inducido reducciones en la tasa de reinfarto tras fibrinólisis para IMEST.2'48 C o m p a ra c ió n de fá rm aco s f ib r in o lít ic o s (v. ca p ítu lo 82) Las características comparativas de los fármacos fibrinolíticos aprobados para tratamiento intravenoso se exponen en la tab la 52-5. Todos los fibrinolíticos ejercen su efecto convirtiendo la proenzima plasminógeno en la enzima activa plasmina. Los llamados fibrinolíticos específicos de fibrina son aquellos que se mantienen relativamente inactivos en ausencia de fibrina, aunque incrementan sustancialmente su actividad sobre el plasminógeno. La molécula del activador del plasminógeno tisular (t-PA) contiene cinco dominios (fig. 52-9).64 En ausencia de fibrina, el t-PA es un débil activador del plasminógeno: la fibrina proporciona el soporte en el que el t-PA y el plasminógeno de modo que la eficacia catalítica del t-PA se multiplica varias veces. Un régimen posológico de t-PA administrado durante 90 min produce una trombólisis más rápida que una infusión a velocidad fija durante 3 h, por lo que se recomienda el régimen «acele rado» de 90 min. Modificaciones de la estructura del t-PA original han dado lugar a un grupo de fibrinolíticos de aclaramiento plasmático prolongado, que permite su administración en embolada (v. fig. 52-9 y tabla 52-5), en vez de en embolada e infusión aceleradas.64 La reteplasa (en embolada de dosis fija doble) y la tenecteplasa (en embolada de dosis única ajustada por peso) se han comparado ambas con el t-PA acelerado. Estos nuevos fármacos se asociaron a tasas de mortalidad similares a las registradas con t-PA acelerado, aunque con dosis más asequibles. En un extenso ensayo se Efecto so b re la fu n c ió n ve n tricu la r izqu ie rda Al igual que con la supervivencia, la función ventricular izquierda global se relaciona con el tiempo de comien zo del tratamiento fibrinolítico, regis trándose las mayores m ejoras en los tratam ientos m ás tempranos.2 Aun que m ediciones precisas del tamaño del infarto podrían resultar ideales como criterios de valoración en estu dios clínicos de reperfusión, dichas mediciones se han demostrado poco prácticas. La sustitución del tamaño del infarto por la fracción de eyección ven tricu lar izquierd a tam poco ha sido productiva, ya que es escasa la diferencia observada en la fracción de eyección entre grupos de tratam ien to con diferencias sustanciales en la m ortalidad. M étodos de valoración de la función ventricular izquierda, com o el volum en te lesistó lico o la ecocardiografía cuantitativa, son más reveladores, ya que los pacientes con volúmenes menores y forma ventricular mejor preservada registran mayor supervivencia. El índice de preservación miocárdica, definido como diferencia entre el defecto de perfusión inicial (p. e j., deter minado por gammagrafía con sestamibi), resulta útil para comparar la eficacia de los tratam ientos de reperfusión.65 La tipificación de los volúm enes ventriculares izquierdos junto con la extensión de la cicatriz, establecida por realce m iocárdico tardío, y la isquem ia con perfusión de provocación de adenosina y RM cardíaca, aportan inform ación pronostica adicional sobre las variables clínicas, y se están conformando como recursos emergentes de estratificación del riesgo tras un IMEST.66'68 C o m p lic a c io n e s del t ra ta m ie n to fib r in o lít ico Las complicaciones hemorrágicas son las más frecuentes en el tratamiento fibrinolítico, siendo la más grave la hemorragia intracraneal. Su frecuencia es generalmente inferior al 1%, aunque este porcentaje varía según las características clínicas del paciente y del fibrinolítico utilizado (fig. 52-10)-1 En este contexto de fibrinólisis para IMEST, la hemorragia intracraneal se asocia a una tasa de mortalidad elevada. La hemorragia no intra craneal puede también aumentar la morbilidad, aunque es incierta la determinación de si causa mayor mortalidad global, teniendo en cuenta las características clínicas de alto riesgo que predisponen a los pacientes a la hemorragia cuando son tratados de IMEST.69'70 Hay informes que demuestran un «riesgo temprano» del tratamiento fibrinolítico, es decir, un mayor número de muertes en las primeras 24 h en pacientes tratados con fibrinolíticos en comparación con los controles (sobre todo en pacientes ancianos tratados más de 12 h después de la aparición de los síntomas). Sin embargo, este exceso de mortalidad temprana se ve más que compensado por las muertes evitadas des pués del primer día, con una media del 18% (intervalo del 13-23%) de reducción de la mortalidad a 35 días, en comparación con los pacientes en los que no se planteó el tratamiento de reperfusión.1 Los mecanismos Infarto de m io ca rd io con e le va ció n d e l ST: tra ta m ie n to E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s 1 O portunidad C a ra cte rís t ica s Porcentaje de p acientes fa lle c id o s F ib r jn o litico in ic ia le s F ib rin o lítico Control BR 18,7% 23,6% Elev. del ST anterior 13,2% 16,9% Elev. del ST inferior 7,5% 8,4% Elev. del ST, otra 10,6% 13,4% Depresión del ST 15,2% 13,8% Otra anomalía 5,2% 5,8% Normal 3% 2,3% H o ra s d esd e el in ic io 0-1 9,5% 13% 2-3 8,2% 10,7% 4-6 9,7% 11,5% 7-12 11,1% 12,7% 13-24 10% 10,5% E d ad (años) <55 3,4% 4,6% 55-64 7,2% 8,9% 65-74 13,5% 16,1% >75 24,3% 25,3% Sexo Hombre 8,2% 10,1% Mujer 14,1% 16% PA s is tó lic a (m m Hg) <100 28,9% 35,1% 100-149 9,6% 11,5% 150-174 7,2% 8,7% >175 7,2% 8,2% F re cu e n cia ca rd ía ca <80 7,2% 8,5% 80-99 9,2% 11,3% >100 17,4% 20,7% IM previo Sí 12,5% 14,1% No 8,9% 10,9% Diabetes Sí 13,6% 17,3% No 8,7% 10,2% ■ TODOS LOS 2.820/29.315 3.357/29.2 PACIENTES 9,6% 11,5% m ejor ------1----- I Control m ejor Reducción del cociente 18% con 2 DE P< 0,00001 0,5 I 1,5 FIGURA 52-7 Diferencias de mortalidad entre los días 0 y 35, divididas por características iniciales, en una supervisión cooperativa de los resultados de nueve ensayos sobre tratamiento trombolítico. Las tasas de mortalidad absoluta se muestran para los grupos fibrinolítico y de control en el centro de la figura, en correlación con cada una de las características clínicas en el primer encuentro, enumeradas en el lado izquierdo de la figura. La oportunidad relativa (OR) de muerte en el grupo fibrinolítico comparado con el de control se muestra para cada subdivisión (cuadrados coloreados), junto con su IC al 99% (línea horizontal). La OR resumen en la parte inferior de la figura corresponde a una reducción del 18%, de alta significación estadística, en la mortalidad a 35 días. Ello implica reducción de 18 muertes por cada 1.000 pacientes tratados con trombolíticos. BR, bloqueo de rama; DE, desviación estándar; PA, presión arterial. (Tomado de Fibrinolytic Therapy Trialists' [FTT] Collaborative Group: Indications for fibrinolytic therapy in sus pected acute myocardial infarction: Collaborative overview o f mortality and major morbidity results from all randomized trials o f more than 1000 patients. Lancet 343:311, 1994.) </> < o < o < g _i ÉDC O 1. Edad 65-74/>75 años 2/3 puntos 2. Presión sistólica <100 mmHg 3 puntos 3. Frecuencia cardíaca >100 Ipm 2 puntos 4. Killip ll-IV 2 puntos 5. EST anterior o BRI 1 puntos 6. Diabetes, ant. HTN o ant. angina 1 puntos 7. Peso < 67 kg 1 puntos 8. Tiempo hasta el tratamiento > 4 h 1 puntos Puntuación de riesgo Puntosposibles = 0-14 16,1 12,4 Puntuación de riesgo 0 1 2 3 4 5 6 7 8 >8 Riesgo (%) 12% 22% 16% 16% 14% 9% 6% 3% 2% 1% FIGURA 52-8 Puntuación TIMI de riesgo de IMEST, que predice la mortalidad a 30 días, ant., antecedentes de; BRI, bloqueo de rama izquierda; HTN, hipertensión. (Tomado de Morrow DA, Antman EM, Charlesworth A, etal: The TIMI risk score forST elevation myocardial infarction: A convenient, bedside, clinical score for risk assessment at presentation: 1104 An In TIME II substudy. Circulation 102:2031, 2000.) T A B LA 52-5 Comparación de fármacos fibrinolíticos aprobados FÁRMACO FIBRINOLITICO DOSIS ESPECIFICIDAD DE FIBRINA REDUCCIÓN DE FIBRINÓGENO ANTIGÉNICO TASA DE PERM EABILIDAD (FLUJO TIM I 2 O 3 A 90 M IN) Específicos de la fib rina Tenecteplasa (TNK) Dosis única en embolada en función del peso1 ++++ Mínima No 85% Reteplasa (r-PA) 10 unidades + 10 emboladas i.v. unitarias administradas con 30 min de separación ++ Moderada No 84% Alteplasa (t-PA) Infusión en 90 min en función del peso* ++ Escasa No 73-84% No específico de la fib rina Estreptocinasa6 1,5 millones de unidades i.v. administradas a lo largo de 30-60 min No Significativa Sí1 60-68% *Fuerza de la especificidad de fibrina: ++++ más fuerte; ++ menos fuerte. Embolada de 30 mg para peso inferior a 60 kg, 35 mg para entre 60 y 69 kg, 40 mg para peso entre 70 y 79 kg, 45 mg para peso entre 80 y 89 kg, y 50 mg para 90 kg o más. ‘ Embolada de 15 mg, infusión de 0,75 mg/kg durante 30 min (máximo 50 mg) y, a continuación, 0,5 mg/kg (máximo 35 mg) durante los siguientes 60 min; la dosis total no debe superar los 100 mg. 5La estreptocinasa ya no se comercializa en EE. UU., aunque sí en otros países. ^La estreptocinasa es altamente antigénica y es contraindicación absoluta 6 meses antes de la exposición previa debido al potencial de reacción alérgica grave. r-PA, activador del plasminógeno reteplasa; t-PA, activador del plasminógeno tisular. Tomado de O'Gara PT, Kushner FG, Ascheim DD, et al: 2013 ACCF/AHA guideline for the management o f ST-elevation myocardial infarction: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol. 61:e78, 2013. A lte plasa (t-PA) Krin gle 1 Krin gle 2 R etep la sa (r-PA) T ene ctep lasa (TN K ) 1 1 7 10: Esp ecific id a d de fibrina: S K r-PA t-PA T N K FIG URA 5 2-9 Estructura molecular de la alteplasa (t-PA), la reteplasa (r-PA) y la tenecteplasa (TNK). La estreptocinasa (SK) es el trombolítico específico de fibrina de menor uso clínico; el progresivo aumento de la especificidad de fibrina relativa de los distintos trombolíticos se muestra en la parte inferior. (Modificado de Brener SJ, Topol EJ: Third generation thrombolytic agents for acute myocardial infarction. In Topol EJ [ed]: Acute Coronary Syndromes. New York, Marcel Dekker, 1998, p 169.) responsables de este riesgo temprano no están claros, aunque proba blemente son múltiples, contándose entre ellos mayor riesgo de rotura miocárdica, hemorragia intracraneal mortal y posible lesión por reper fusión miocárdica. La exposición reciente a estreptococos o estreptocinasa genera cierto grado de resistencia medida por anticuerpos a la estreptocinasa (y a la anistreplasa) en la mayoría de los casos. Aunque esta resistencia solo 0 o 1 2 3 4 A l m e n o s 5 N Ú M E R O D E F A C T O R E S D E R IE S G O (punto s) FIGURA 52-10 Estimación del riesgo de hemorragia intracraneal (HIC) con fibrinólisis. El número de factores de riesgo es la suma de los puntos correspondientes a los criterios de los estudios mostrados. Aunque en los estudios varían los factores de riesgo exactos, edad, bajo peso corporal e hipertensión en el ingreso son comunes a todos ellos. Véase la bibliografía para más información. (Datos tomados de Brass LM, Lichtman JH, Wang Y, etal: Intracranial hemorrhage associated with thrombolytic therapy for elderly patients with acute myocardial infarction: Results from the Cooperative Cardiovascular Project. Stroke 31:1802, 2000.) ocasionalmente tiene consecuencias clínicas, los pacientes con IMEST no han de recibir estreptocinasa si han sido tratados con productos que la contuvieran en los últimos 6 meses. R e co m e n d a c io n e s para el t ra ta m ie n to f ib r in o lít ico Como se indicó en secciones precedentes, las ventajas del tratamiento fibrinolítico en pacientes con IMEST están contrastadas, con mejora de la tasa de supervivencia, dependiente del tiempo, durante las 12 h siguien tes al inicio de los síntomas. Cuando un paciente llega a un centro con capacidad de ICP la ICP primaria es la modalidad preferida de reperfusión (v. «Selección de la estrategia de reperfusión»).1,4 No obstante, muchos hospitales no disponen de instalaciones para ICP. Si se prevé que el retraso de la ICP desde el primer contacto con el paciente puede superar los 120 min, está indicada la administración de un fibrinolítico para tratar el IMEST en las primeras 12 h, en ausencia de contraindicaciones.1 Incluso cuando el tiempo de traslado entre hospitales se prevé corto, el inicio inmediato del tratamiento fibrinolítico también presenta ventajas, en comparación con el retraso de la ICP primaria, siendo menor el riesgo de hemorragia en las primeras fases de la evolución clínica.1 E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s E lección de l fá rm aco La elección del fibrinolítico en sistemas hospitalarios suele orientarse en función del deseo de establecer protocolos acordes con el sistema de asistencia sanitaria, evaluando la facilidad de administración, el coste y otras preferencias del centro. En pacientes atendidos en fases tempra nas, con riesgo de hemorragia aceptable, suele ser preferible un régimen específico de fibrina de alta intensidad, como los de t-PA acelerado, reteplasa o tenecteplasa.1 En pacientes con riesgo de muerte bajo (p. ej., paciente joven con IM inferior pequeño) y riesgo aumentado de hemo rragia intracraneal (p. ej., por hipertensión aguda), la administración de estreptocinasa parece razonable, aunque no es habitual en EE. UU. En casos tratados con un fibrinolítico y en los que se seleccionó el t-PA como fármaco de elección en el pasado, en la actualidad consideramos que se debe considerar el uso de una embolada de fibrinolíticos, como reteplasa o tenecteplasa. El fundamento de esta recomendación es que los fibrinolíticos en embolada son más fáciles de administrar, suponen m enor probabilidad de error en la administración (y de mortalidad asociada a él) y se relacionan con menor incidencia de hemorragia no cerebral, además de poder aplicarse en tratamiento prehospitalario.64 Tratam iento tard ío En los ensayos LATE y EMERAS no se constató beneficio en cuanto a mortalidad cuando se administraron fibrinolíticos de rutina entre las 12 y las 24 h siguientes a la aparición de síntomas, aunque consideramos que continúa siendo razonable el uso de fibrinolíticos, si no se dispone de ICP, para pacientes seleccionados con evidencia clínica y/o electrocardio gráfica de isquemia en curso en las 12-24 h siguientes al desarrollo de los síntomas y con un área extensa de miocardio expuesta a riesgo de inestabilidad hemodinámica. El dolor torácico persistente bastante tiempo después del comienzo de los síntomas se correlaciona con mayor incidencia de flujo colateral o anterógrado en la zona del infarto, lo que in dica presencia de miocardio viable que puede preservarse. Dado que los pacientes de edad avanzada tratados con fibrinolíticos más de 12 h después del inicio de los síntomas presentan mayor riesgo de rotura cardíaca, consideramos preferible la restricción de la administración tardía de fibrinolíticos a pacientes de menos de 65 años con isquemia en curso, en especial con infartos anteriores grandes. Un paciente anciano con síntomas isquémicos en curso, pero
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