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Reporte de lectura teogonia de hesiodo

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Alumno: Martínez Tanahara Zyanya Irais.
Primer reporte de lectura: Teogonía de Hesíodo.
Acercarse al significado de los textos antiguos no es tarea sencilla, como señala C. Penglase, ya que imponerle nuestro sistema de creencias modernas a estos solamente oscurece las creencias que les subyacen[footnoteRef:1]. Hay que situarse en el contexto histórico y cultural del texto, facilitando así una compresión más adecuada de este y evitando el cometer anacronismos. [1: Cf. Charles Penglase, Greek Myths and Mesopotamia: Parallels and Influence in the Homeric Hymns and Hesiod, p. 9.] 
Diversos autores sitúan la obra de Hesíodo antes de los siglos ix y vii a. de C.[footnoteRef:2], por lo cual es parte de la expresión poética del período llamado Medievo griego.[footnoteRef:3] Esto lo sitúa como contemporáneo de Homero, pero la obra hesiódica es el primer relato sistemático de la mitología griega. Es señalado que su rango de visión, que va desde el Caos hasta las preocupaciones más humanas, no tiene igual en la literatura antigua.[footnoteRef:4] La obra tiene el fin de darle Logos al mundo a través del Mythos, pretendiendo narrar cómo fueron las cosas, con la verdad dada por la divinidad. Es un canto porque el Logos yace en la palabra viva. [2: Cf. la edición de Paola Vianello De Córdova: Hesíodo, Teogonía, p. xxxvii.] [3: Ibid., p. xxxvi.] [4: Jenny Strauss Clay, Hesiod´s Cosmos, p. 2.] 
Por ello la primera parte del poema, versos 1-115, inicia con “De las Musas Helicónides empecemos el canto […]”[footnoteRef:5], celebrando a las Musas y a toda su genealogía, porque son quienes confieren la verdad. “Ellas, un día, el bello canto enseñaron a Hesíodo, mientras pacía los corderos al pie del divino Helicón […]”[footnoteRef:6] muestra que aun siendo un humilde pastor, estaba cerca de la Physis al serlo, y por tanto, de los dioses. Además, al enunciar el canto de las Musas en el Olimpo, se da una semblanza de lo que será el canto hesiódico, una genealogía que abarcará desde los dioses primeros hasta los hombres. Antes de iniciar con el canto en sí, se invoca de nuevo a las Musas, para que muestren la verdad. [5: La edición de Paola Vianello De Córdova: Hesíodo, Op. Cit., p.1.] [6: Ídem.] 
La cosmogonía, versos 116-132, inicia con “Primeramente, por cierto, fue Abismo, y después, Gea de amplio seno, cimiento siempre seguro de todo inmortal que habita la cumbre del Olimpo nevoso, y Tártaro oscuro al fondo de la tierra de anchos caminos, y Eros que es entre los inmortales dioses bellísimo […]”[footnoteRef:7]. Al inicio todo era Caos, Abismo, un acomodo sin sentido visible. De este nacen sólo elementos oscuros: Érebo, el aire oscuro, y Nyx, la negra noche. Luego vino a ser Gea, la divinidad fecunda, madre de todo lo existente. Ella engendra a Urano como su igual, para que la proteja, así como a Ponto y a las Montañas, porque son los más cercanos a ella. Bajo Gea se sitúa el Tártaro, el mundo abismal subterráneo. Luego está Eros, que es la fuerza primordial que posibilita las primeras uniones, como la de Nyx y Érebo que resulta en Éter, parte brillante del aire, y Hemera, el día; así como las uniones Gea-Urano. Aquí se describe el ambiente de Gea, para luego pasar a la primera generación de dioses, los titanes, que ya no son dioses “naturales”.[footnoteRef:8] [7: Ibid., p. 4.] [8: Cf. Francisco Rodríguez Adrados, La composición de los poemas hesiódicos, p. 210.] 
Esta generación se aborda en los versos 132-210, donde Gea y Urano procrean a los Titanes, a los Cíclopes y a los Centímanos. Sin embargo, en cuanto nacían, Urano los escondía en el seno de Gea para que su poderío no se viera amenazado, pero Gea gemía al sentirse llena. Por esto trama un ardid con sus hijos, mas sólo Cronos tiene la suficiente valentía para llevarlo a cabo, y termina amputando los genitales de su padre. De las gotas de sangre nacen las Erinias, los Gigantes armados y las Ninfas Melias; y de los genitales mismos nace la diosa que representa al deseo sexual, Afrodita. .“Maldiciendo a los hijos que el mismo engendró, el gran Urano, el padre solía con el apodo de Titanes llamarlos; decía que, tendiendo [las manos], con insolencia un grave acto habían cometido, de que, luego habría seguido el tormento.”[footnoteRef:9], vaticina que la obra no quedará impune, pues así como los Titanes lo despojan de su poder, lo perderán, en la batalla conocida como Titanomaquia. [9: Ibid., p. 7.] 
Por último, en los versos 211-232, se aborda a la descendencia de Nyx. Ella engendra de si misma a los elementos oscuros que afligen la vida de los hombres, abarcando desde la muerte misma hasta a Eris, la lucha, quien a su vez genera otros males.
Bibliografía.
Hesíodo. Teogonía. Trad. Paola Viamello de Córdova. México: Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades, 2011.
Penglase, C. Greek Myths and Mesopotamia: Parallels and Influence in the Homeric Hymns and Hesiod. Londres: Routledge, 1997. 
Rodríguez Adrados, F. La composición de los poemas hesiódicos. Madrid: Emerita, 2001.
Strauss Clay, J. Hesiod´s Cosmos. Cambridge: Cambridge University Press, 2003.

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