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Cómo repensar la psicología Nuevas metáforas para entender a las personas y su conducta Bernard Guerin

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Bernard Guerin
Traducción y prólogo de Luis Valero Aguayo
Cómo repensar la Psicología
Nuevas metáforas para entender a las personas y su conducta
Bernard Guerin
Publicación original 2016
Routledge
27 Church Road, Hove, East Sussex BN3 2FA
and Routledge
711 Third Avenue, New York, NY 100017
Routledge es una editorial de la empresa Taylor & Francis Group.
(C) 2016 Bernard Guerin
Los derechos de Bernard Guerin como el autor de este trabajo están asegurados
según la Secciones 77 y 79 de Copyright, Designs and Patents Acts de 1988.
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede volver a
imprimirse, reproducirse o utilizada de ninguna otra forma, o bien por vıás
electrónicas, mecánicas o cualquier otro medio, actual o inventado en un futuro,
incluyendo la fotocopia y la grabación, o cualquier otra forma de almacenaje y
recuperación de información, sin el permiso por escrito de la editorial.
Nota sobre la marca: Los nombres de los productos y de las empresas son marcas
comerciales y marcas registradas, y se utilizan únicamente para identi�icación y
explicación, sin intención de infringir la marca.
Edición española Psara Ediciones, 2021
ISBN – 978-84-123118-9-1
ISBN EBOOK: 978-84-12331-1-5
Depósito Legal: CO 298-2021
© Traducción: Luis Valero Aguayo
Prefacio
Este libro surgió tras muchos años de pensar e investigar sobre las
personas y cómo entenderlas. He adoptado y me he movido en casi
todas las posiciones, teorıás, fundamentos o paradigmas existentes:
siempre aprendiendo de ellas; siempre tratando de comprender lo que,
desesperadamente y de manera única, trataban de añadir a ese
conocimiento antes de avanzar; siempre llevándome algo conmigo.
Estas posiciones han venido desde la �ilosofıá, la psicologıá, el Zen, la
psiquiatrıá, las novelas, las pelıćulas y otros muchos medios.
Este libro no es mi resumen o conclusión �inal y fundamental sobre
cómo pensar en las personas. Las primeras palabras dicen que: “El
objetivo de este libro no es convencerte de lo que pienso. El objetivo es
hacer que pienses de forma diferente a como lo haces ahora.” Como
Gilles Deleuze, que en el fondo se esconde tras este libro, el concepto
importante es que la vida y el mundo cambian y se transforman, ası ́que
no hay (ni habrá) una base segura desde la que podamos hablar. Lo que
necesitas aprender es cómo seguir pensando de una forma nueva para
mantenerte al tanto de las cosas. El siguiente párrafo es de una
publicación que hice en Facebook mientras escribıá este libro:
Mientras escribıá un nuevo libro, de repente me di cuenta de que todos mis
escritos eran como los diarios de los exploradores. Me lanzo con valentıá,
despiadadamente a veces, en medio de la selva y, de vuelta a casa, escribo a la
gente sobre lo que estoy viendo y experimentando. La mayorıá de los que
están en casa no tienen ni idea de lo que digo y están desconcertados, o
atribuyen la escritura al “estar demasiado tiempo al sol”. Encorsetan con
cuidado lo que escribo en sus propias categorıás e ideas, porque no pueden
ver la belleza, la libertad y los peligros de estas nuevas tierras. No es su culpa;
apenas sé lo que estoy viendo y mucho menos cómo describir las cosas de por
aquı.́ Una parte de mı ́quiere abrirlo todo y dejar que lo vean todo como yo lo
estoy viendo; pero otra parte de mı ́ quiere dejarlo en paz, darse la vuelta y
decirles que me equivoqué y que no era ası.́ “¡Vuelve a tus viejos paradigmas!”.
Las nuevas ideas, como los nuevos mundos, son demasiado preciosas como
para entregarlas al mundo “civilizado”. La gente solo entrará, degradará la
belleza, les pondrá categorıás, y comenzará a apropiarse de esas tierras como
su territorio. Quizás, pienso a continuación, seguiré explorando y escribiendo
mis diarios, pero me los guardaré para mı ́mismo y �ingiré que nunca fueron
escritos. Entonces me pregunto ¿cuántos otros han estado aquı ́antes que yo y
han hecho lo mismo? Debe haber diarios secretos de otros exploradores por
todas partes...
Ası ́que me gustarıá que leyeras este libro con ese espıŕitu. Estés o no
de acuerdo con todo lo que escribo, solo aprende a encontrar nuevas
formas de pensar sobre tu vida y sobre la gente con la que tratas en tu
vida y tu trabajo. Lo que sı ́ sé es que las antiguas formas de pensar
sobre las personas, sobre todo en la psicologıá y la psiquiatrıá, han sido
colonizadas por las palabras y han convertido la vida en modelos
estáticos que no funcionan en absoluto, porque nuestras vidas son
�luidas.
Ası ́que este libro es realmente un libro de autoayuda y de enseñanza
práctica para enseñarte algunas habilidades sobre cómo pensar sobre
la gente (de ahı ́ el tıt́ulo). También hay un texto publicado para
enseñarte a analizar personas y situaciones reales en sus contextos
(Guerin, 2016). No puedo conocer ni dar una explicación a todos los
temas y problemas que tú y las personas que te rodean experimentan;
lo que espero hacer es darte algunas habilidades para abordar y
manejar estos temas y problemas, pero con formas nuevas que podrıán
funcionar mejor. Pero serán tus nuevas formas, basadas en tu
experiencia inmediata, no en mis desgastadas palabras.
Puesto que se trata de un libro de entrenamiento en habilidades, no
he seguido las normas que suelen hacer los revisores, ni he añadido
discusiones, ni he citado todas mis fuentes con muchas referencias. Si lo
deseas, busca mis últimos libros, que están totalmente desbordados de
referencias, y sigue las citas a partir de ahı ́hacia otras fuentes externas.
He mencionado mis principales fuentes e inspiraciones a lo largo de
este libro, pero a menudo también son novelas, pelıćulas, y la
observación de las personas en el mundo real. Me gustarıá que tu
hicieras lo mismo.
Pero sobre todo, ¡disfruta! Intenta no oponerte ya de principio a lo
que digo, y trata de ver si puedes pensar de esa manera, ¿puedes
siquiera planteártelo? Una vez que puedas, eres libre de mejorar,
cambiar, desacreditar, etc. Pero sobre todo, disfruta viendo a la
maravillosa y loca raza humana de una nueva forma, que nos hace ver
que no todos los humanos están realmente locos, ¡pero sı ́ son
maravillosos!
Referencia
Guerin, B. (2016). How to rethink human behavior: A practical guide to
social contextual analisis. Routledge.
https://doi.org/10.4324/9781315648903
Agradecimientos
Este libro es la culminación de muchos años, ası ́ que hay demasiadas
personas a las que agradecer (o incluso recordar). También hay
demasiados autores de novelas y directores de cine a los que agradecer
todo su trabajo. También hay demasiadas personas que he observado y
cuyo loco, pero maravilloso comportamiento humano, he pensado en
agradecer alguna vez, incluso si no sabıán que yo estaba aprendiendo
de sus acciones. Ası ́que, genéricamente, agradeceré a todos los que han
contribuido a mi trabajo a lo largo de estos años de una manera
productiva o estimulante, ya sea favorablemente o no, no me importa.
Gracias a los autores y directores de obras creativas de los que he
aprendido; y gracias a todas las personas que he observado, gracias por
ser humanas.
Solo hay algunos que mencionaré especı�́icamente. En primer lugar, a
Gui, Vincent y Marcela por escuchar mis metáforas y no reıŕse, y, más
aún, por contribuir a su desarrollo. Gracias a Kamelia por leer un
primer borrador y hacer buenos comentarios que he incorporado: ella
fue una brutal prueba de realidad para mi escritura. Durante un
perıódo más largo de mi vida, también quiero agradecer la existencia de
dos personas especiales a las que no quiero olvidar: al desaparecido
Frank Herbert por su serie de libros “Dune”, que durante mucho tiempo
me han dado mucho que pensar y han sido fuente de inspiración, y al
también desaparecido Gilles Deleuze por anticiparse a todo.
Finalmente, también muchas gracias al personal de Routledgepor su
con�ianza en este libro y su trabajo de producción.
Prólogo a la edición española
Bernard Guerin es un autor prolı�́ico y ha publicado numerosos libros
como ensayos psico-�ilosó�ico-sociológicos para hacer repensar a los
especialistas de la salud mental, especialmente a los psicólogos y los
analistas de conducta su propia disciplina. En todos esos libros
presenta nuevas formas de repensar la psicologıá y la salud mental,
pero hemos querido comenzar la traducción por el primer libro que
apareció en 2016 y que supuso un verdadero revulsivo sobre la forma
habitual de enfocar o pensar la Psicologıá como ciencia, como
disciplina, y como campo de actuación y mejora de la vida de las
personas.
Este libro sobre “Repensar la Psicologıá: nuevas metáforas para
entender a las personas y su conducta” es un ensayo general para los
que vendrıán después. Supone un prisma nuevo para considerar los
actos que consideramos “psicológicos” de una forma diferente, que
mezcla análisis de la conducta, con la sociologıá, la antropologıá y la
�ilosofıá. No es un libro de técnicas, ni de revisiones sistemáticas, ni de
experimentos novedosos; es un libro sobre la adopción de una
perspectiva más abierta, más cultural, más social, y más contextual.
Para ello se sirve de razonamientos sobre el objeto de los eventos que
llamamos psicológicos, y nos lleva a repensar esos eventos de otra
forma, con perspectiva, considerando variables del contexto, de la
historia y del entorno social. Factores todos ellos que habitualmente
pasan desapercibidos en la mayorıá de las concepciones psicológicas
habituales. Aunque el análisis de conducta siempre ha considerado las
relaciones de la conducta con los eventos externos, con el entorno fıśico
y social del individuo, aquı ́ se adopta una visión más global,
considerando también las relaciones con el entorno familiar, social,
económico, polıt́ico, etc. Realmente supone una perspectiva social y
contextual en el pleno sentido de estas palabras.
Por otro lado, este replanteamiento social y contextual choca de frente
con la perspectiva cognitivo-conductual y la psiquiátrica, pues ambas
buscan las variables que causan y mantienen los actos humanos dentro
del individuo. Una la busca en las metáforas de los diversos procesos
cognitivos, la otra en las profundidades de los procesos neuronales.
Este libro enseña una nueva forma de repensar las metáforas aceptadas
en psicologıá (al �in y al cabo el procesamiento no es sino una metáfora
del ordenador), y comenzar a repensar el comportamiento humano con
otras metáforas que nos lleven a considerar los aspectos sociales de
cualquier acto humano. No quiero adelantar mucho al lector, pero
incluso el lenguaje y el pensamiento privado se ven como producto de
nuestras interacciones sociales, sujeto a ellas y no a un ente interior
que procesa y decide.
Desde nuestro punto de vista supone una ampliación de la visión
conductual, aunque critica la perspectiva mecanicista y lineal del
análisis del conductismo radical, se acerca más a la teorıá de campo
interconductual, aunque tampoco coincide con ella. Considera otras
formas de pensar en in�luencias sociales, culturales, económicas y
polıt́icas, que repercuten y “resuenan” en cualquier problema
psicológico, aunque no estén presentes en cualquiera de esos esquemas
lineales que habitualmente utilizan las teorıás psicológicas en boga. Por
eso, pretende a través de todas esas metáforas llevar al psicólogo/a a
plantearse de otra forma cómo aborda los temas psicológicos, cómo los
considera, cómo los conceptualiza, cómo cree que se producen, y cómo
cree que se mantiene. A todas estas preguntas, los múltiples ejemplos y
metáforas que proporciona Guerin, supone una forma muy diferente de
repensar en esos mismos actos humanos.
El libro no propone una lıńea de investigación, ni experimentos
concretos para demostrar sus concepciones, sino que trata de darle
vuelta a los esquemas preconcebidos que todos los psicólogos/as
solemos tener, y que tienen también su razón de ser en nuestra �ilosofıá
y nuestra historia occidental. Precisamente, el hecho de que Bernard
Guerin viva en Australia (es profesor e investigador en la Universidad
Australia South), le ha permitido abordar los problemas de la conducta
social en su contexto, en este caso con los indıǵenas, observando otro
tipo de relaciones sociales, y otra forma de enfocar y resolver los
problemas psicológicos y sociales. Esto le ha llevado a plantear una
forma de abordar la Psicologıá desde una perspectiva más global y
contextual, que no se mira tanto el ombligo del yo interior como lo hace
la sociedad occidental.
Las metáforas que se exponen en el libro dan para pensar y repensar,
para replantearse otra perspectiva de la Psicologıá. Aún después de
haberlas leıd́o, las tendremos resonando en nuestras antenas, sobre
todo si conectamos socialmente con otros psicólogos/as que estén
sintonizados en la misma onda.
Espero que la traducción y edición de este libro en español sea de
utilidad a las nuevas generaciones de estudiantes, másteres y clıńicos,
para que comiencen a repensar en una Psicologıá que vaya más allá del
interior de las personas, que se replanteen realmente al individuo
inmerso en un contexto social, cultural, económico y polıt́ico, con el que
interacciona en todo momento, incluso cuando está solo. Quizás haya
llegado el momento en que la Psicologıá cambie su perspectiva
centrada en la persona como el centro del universo, y comience a
repensar en un contexto alrededor del cual gira e interacciona esa
persona, y todo ello en un universo que se mueve también a lo largo del
tiempo, la historia y la cultura.
Luis Valero Aguayo
Traductor y editor
Málaga, abril de 2021.-
Capítulo 1
Entender nuestra propia psicología.
¿Formas alternativas de pensar?
El objetivo de este libro no es convencerte de lo que pienso. El objetivo
es hacer que pienses de forma diferente a como lo haces ahora sobre la
gente y sobre cómo se comportan ahora. A menudo leemos sobre temas
sobre ciencia y medicina, y aprendemos que podrıámos estar
equivocados sobre esos temas. ¿Qué pasarıá si no hubiera un “Big Bang”
que iniciara nuestro universo, sino un “Bang” que fuera solo uno de los
muchos que hayan ocurrido? ¿Y si resulta que el café fuera el
ingrediente más potente para combatir todas las formas de cáncer (un
sueño para mı)́? ¿Y si la máquina del Gran Colisionador de Hadrones
encontrase nuevas partıćulas subatómicas que no encajen con las
teorıás actuales? ¿Y si esta silla estuviese compuesta en su mayorıá de
espacio vacıó? ¿Y si nuestra librerıá pudiera, aunque fuese por una muy
pequeña probabilidad, aparecer repentinamente en otra galaxia y luego
volver de nuevo? ¿Y si la Tierra no es plana?
El hecho de repensar lo que ya creemos saber no es nuevo: Sir Isaac
Newton trató la luz como pequeñas partıćulas que se proyectan en lıńea
recta, pero más tarde, con James Clerk Maxwell, se pensó en ellas como
ondas; después volvieron a ser partıćulas; después fueron tanto
partıćulas como ondas; y ahora no son consideradas ni partıćulas ni
ondas. Estamos acostumbrados a estos nuevos descubrimientos y
“cambio de rumbo” sobre las ideas en los informtivos de las noticias, en
los libros de divulgación cientı�́ica y ahora también en agregadores de
noticias de la Web, y nos deslumbran cuando tenemos que darle la
vuelta 180º y empezar a pensar de forma diferente lo que pensábamos
normalmente. Quizás asuste y moleste a algunas personas, pero es
divertido para muchos de nosotros (por ejemplo, Barrow, 2007/2013;
Chown, 2007; Hawking, 1988/2005; Matthews, 2005/2007; Penrose,
2010/2020).
Lo que quiero enseñarte en este libro son replanteamientos o
reimaginaciones similares, pero tu problema va a ser que quiero que
reconsideres lo que para ti es más querido y aparentemente verdadero:
lo que piensas sobre ti mismo y sobre otras personas. Las ideas que te
presentaré aquı ́me han estado dando vueltas durante mucho tiempo.
No son ideas totalmente nuevas, pero son consistentes con todo lo que
sabemos sobre las personas, y todo lo que sabemos sobre ti! No son
ciencia-�icción, ni fantasıá. Pero tendrás que intentar reimaginar
totalmente la forma en que piensas sobre ti mismo y sobre los demás.
Déjame darte un ejemplo del tipo de reimaginación con el que puedes
empezar. En un capıt́ulo posterior sugeriré que solo ha habido cuatro
maneras en que la gente piensa sobre el uso del lenguaje: decimos que
usamos el lenguaje para expresar cosas o ideas; usamos el lenguaje para
comunicar ideas; usamos el lenguaje para referirnos a las cosas; o
usamos el lenguaje para representar cosas e ideas. Parece algo bastante
sensato, y ası ́ es como nosotros hablamos y pensamos normalmente
sobre nuestro uso del lenguaje en la vida cotidiana. También es esta la
forma en que los estudiantes hablan y piensan sobre el uso del
lenguaje. (No es casualidad que también sea la forma en que la gente
habla y piensa sobre los usos de la música. Se dice que la música
expresa, comunica, se re�iere o representa ideas musicales).
Sin embargo, cuando lleguemos a esa parte del libro, argumentaré
que estas cuatro formas de pensar y hablar sobre el uso del lenguaje
son verdaderamente problemáticas, y mostraré cómo podemos
repensarlas de nuevo por completo. Necesitamos dar uno de esos giros
de 180º que ocurren en los informes cientı�́icos y médicos, y reimaginar
o repensar el propio lenguaje, tal como lo usamos continuamente. Para
ello, te haré pensar en el uso del lenguaje como una realidad virtual, de
hecho, pensar en el lenguaje como la realidad virtual original.
Nuevas metáforas que ayudan a repensar
cómo funcionan las personas
Para ayudarte a entender estos extraños cambios de 180º sobre la
forma de pensar sobre ti y los demás, te presentaré algunas metáforas.
¿Por qué he usado metáforas? La respuesta es que en el fondo no estoy
dando nuevas pruebas o datos a considerar, sino que te pido que hagas
un cambio radical en la forma de hablar y pensar sobre las personas y
lo que hacen. Estamos en una etapa de comprensión de la gente, donde
simplemente añadir nuevas pruebas no ayudarıá, creo, porque las
evidencias se recogen e interpretan en términos del pensamiento
actual, por lo que estamos recogiendo el tipo de pruebas equivocadas
con los métodos equivocados. De forma similar, no creo que
necesitemos nuevas teorıás generales (teorıás “transcendentales”) que
traten de explicarlo todo. En general, de esa forma solo vamos a añadir
más capas a las viejas formas de pensar o añadir más componentes a
los mismos esquemas, por lo que tampoco conseguiremos grandes
descubrimientos de esa manera. Terminamos con esquemas muy
abstractos de tipo bio-neuro-psico-socio-polıt́icos, o grandes grá�icos
de diagramas de complicados sistemas, y ninguno de ellos me ha
resultado útil.
Lo que se necesita actualmente, creo, son nuevas formas de pensar
sobre la gente, y no pretendo tener la mejor teorıá con la mejor
evidencia posible. Lo que quiero hacer es utilizar nuevas metáforas
para provocar nuevas formas de “pensar sobre las personas”.
Conseguirlo no será algo que ocurra rápidamente o a través de una
intuición lógica. Ası ́que te daré metáforas para que empieces a pensar
de una manera nueva, y si al �inal de ese proceso llegas a un
entendimiento diferente al mıó, entonces de acuerdo!
Una de las fuentes inspiradoras de este enfoque es la �ilosofıá de
Deleuze y Guattari (1981, 1994). Ellos vieron la �ilosofıá como una
empresa que puede presentar nuevas formas de ver las cosas, temas y
preguntas, hasta que se pudiera pensar de manera diferente (nuevos
“devenires”). Siguieron planteando nuevas metáforas e imágenes para
hacer ver con ellas los problemas tradicionales y las limitaciones de la
�ilosofıá, el arte y la ciencia (Deleuze y Guattari, 1994).
Las metáforas, por lo tanto, no son nuevas evidencias o argumentos
lógicos más inteligentes. Están ahı ́para enseñarte que puedes repensar
radicalmente lo que piensas hasta este momento. ¡Es posible! No estoy
tratando de hacerte que creas en mi versión sobre cómo entiendo a la
gente (al menos en este libro), sino que trato de demostrar a través del
libro que puedes salir de tus rutinas y hábitos de pensamiento, y que
hay nuevas posibilidades y múltiples opciones. De hecho, Deleuze y
Guattari (1994) a�irman que la �ilosofıá nos enseña nuevas formas de
pensar, el arte nos enseña nuevas formas de mirar y de atender, y la
ciencia nos enseña nuevas formas de afectar o interactuar con el mundo
(Colebrook, 2002).
La psicologıá y la psiquiatrıá han utilizado toda una serie de
metáforas desde sus comienzos, pero la mayorıá se han tomado de las
metáforas comunes que utilizamos en la vida cotidiana (Leary, 1990;
Soyland, 1994). Esto hace que sea aún más difıćil poder cambiar la
forma en que pensamos sobre las personas. Por ejemplo,
probablemente el cambio más difıćil de todo el libro es llegar a pensar
en todos esos eventos que etiquetamos como “psicológicos”, como si
existieran fuera, en el mundo exterior principalmente, y no que ocurran
“dentro de nuestra cabeza” cuando hacemos las cosas. Esta idea es
realmente difıćil de concebir, y la mayorıá de la gente tiene problemas
debido al largo y minucioso adoctrinamiento de la sociedad occidental,
que nos ha hecho pensar que nuestra psicologıá está “dentro” de
nosotros. Ası ́ que las metáforas en este libro están destinadas a
demostrar que se puede pensar de una manera diferente, incluso si
estás leyendo una nueva metáfora y no una prueba lógica o alguna
reciente evidencia que se publicado.
Admito que, en muchos casos, estas metáforas son difıćiles de
conceptualizar, especialmente cuando intentas que tengan sentido
según tus propias experiencias. A veces me ayuda pensar en las muchas
otras metáforas erróneas que, sin embargo, nos parecen reales la
mayorıá de las veces: la Tierra obviamente plana; nuestra alma o psique
estando dentro de nuestro corazón; o que el Sol y todo el sistema solar
giran alrededor de la Tierra. Todas las metáforas y los cambios de
pensamiento en la fıśica también eran “claramente falsas” cuando se
sugirieron por primera vez (como descubrió Galileo). Incluso ahora
puede ser difıćil, por la experiencia de la vida real, imaginar que la
Tierra no es plana o que nuestro planeta está girando alrededor del Sol
a gran velocidad (dependiendo de cómo se mida).
De hecho, gran parte de mi inspiración proviene de las metáforas
utilizadas en la fıśica, porque la fıśica se considera la más dura y
objetiva de todas las ciencias, pero ha cambiado rápida y radicalmente
sus metáforas en el último siglo. A principios del siglo XX, el estudio de
la fıśica fue objeto de muchos replanteamientos fundamentales
(Gregory, 1988; Gribbin, 1984/1987). Algunos de los cambios en esos
planteamientos son comparables a los que quiero intentar aquı,́ aunque
no sean idénticos. Seguro que recuerdas que Einstein no produjo
inicialmente ninguna nueva evidencia, datos o argumentos lógicos, solo
cambió la forma de pensar de los fıśicos sobre la materia y la energıá.
Incluso ahora, uno de los principales cambios en la metáfora principal
de la fıśica, a los que algunos se resistieron (incluyendo a Einstein,
irónicamente), es que cuando intentamos pensar en el núcleo de un
átomo y en los detalles cuánticos de lo que está sucediendo, no
deberíamos en absoluto intentar visualizarlos. Tenemos que dejar de
imaginar el átomo como, digamos, un pequeño sistema solar con
electrones orbitando alrededor del núcleo. Se conocen su�icientes
propiedades del átomo que no pueden ya entenderse de esa manera, y
que llevan a innecesarias paradojas. No hay nada como lo que llamamos
“partıćula” en un nivel subatómico. La mayorıá de la gente no puede ni
siquiera imaginar cómo se puede pensar ahora en el átomo, pero la
cuestión es que la metáfora hacambiado.
Este ejemplo es extremo, pero creo que se necesitan urgentemente los
mismos cambios radicales en la psicologıá y en las ciencias sociales. Por
ejemplo, cuando vemos a la gente hacer cosas, o nos hacen cosas, todas
las metáforas utilizadas por la psicologıá académica se basan en
metáforas que los fıśicos llaman pensamiento de partículas, las
partıćulas de luz se desprenden de otras personas enfrente y rebotan
en nuestros ojos, lo que desencadena una reacción en el sistema
nervioso, etc. Más adelante os pediré, siguiendo la “ciencia dura de la
fıśica”, que intentéis cambiar esta concepción por la del pensamiento
ondulatorio, o una nueva metáfora con la mezcla de propiedades de
ondas y partıćulas. Serás capaz de ver tu mundo y las personas de tu
mundo de una nueva forma. Serás capaz de “pensar” en ellas de forma
diferente.
Ası ́ que cuando te encuentres con mis metáforas en este libro,
recuerda que estoy tratando principalmente de que te lleves una fuerte
impresión con ellas, aunque no estés convencido, y luego trata de
ponerlas a prueba cuando que pienses en lo que hacen las personas.
Todas esas metáforas son factibles, y todas pueden llevarte a nuevas
formas de pensar y entender a la gente. Si lo que te estoy sugiriendo no
tiene sentido, o tienes una objeción ya “obvia”, pon a prueba las
metáforas en la vida real, y verás que generalmente despejará algunos
de tus conceptos erróneos. Por ejemplo, si sugiero que las acciones
humanas son controladas desde el exterior y no desde el “interior”,
simplemente muchas personas argumentarán o a�irmarán que eso es
claramente falso (déjà vu para Galileo). Sin embargo, sus objeciones
siempre incluyen suposiciones y pensamientos que yo también estoy
intentando cambiar; ası ́ que espera un poco e intenta revisar la
metáfora de nuevo más tarde. En el presente ejemplo, una vez que
empiezas a “entender” la metáfora de la “ubicuidad social”, verás que la
metáfora de que el “comportamiento” viene de fuera de nosotros y no
de “dentro”, comienza a cobrar mucho más sentido, y serás capaz de
pensarlo e incluso de “verlo” cuando observes a la gente.
Para darte un avance ya de antemano, las metáforas que presentaré
están resumidas en la Tabla 1.1.
Vuelvo a recordarte que estas metáforas tienen la intención de
estimular nuevas formas de pensar, no de darte todas las respuestas o
una gran teorıá que lo explique todo. No hay un enfoque único que haga
que la gente comprenda lo que estas metáforas pueden producir; los
resultados del replanteamiento serán variados, y probablemente las
versiones que yo haga serán diferentes a las tuyas. También es
importante recordarte que cada una de esas metáforas te ayudará a
repensar las otras, ası ́ que intenta aprenderlas todas, porque las
objeciones a una metáfora concreta, serán respondidas por otra. La
forma en que se puedan hacer análisis en la vida real con personas
reales, es un tema que se tratará en otra parte (Guerin, 2016).
Tabla 1.1. Metáforas que se presentarán en este libro
Capıt́ulo Metáforas
1. Entender
nuestra propia
psicologıá
• Nuestros actos son como trozos de plastilina
• Contextos, no causas, para el crecimiento de las
semillas de las plantas.
• Observaciones contextuales de los elefantes holıśticos.
2. La ubicuidad
social
• Entender a la gente es mejor con un pensamiento
sobre una respuesta sintonizada con los contextos
externos, utilizando un pensamiento ondulatorio.
• Podemos utilizar la gravedad, incluso aunque los
fıśicos no entiendan cómo funciona.
• Puede pensarse en la sintonización como una
resonancia simpática.
3. El uso del
lenguaje como la
realidad virtual
original
• Uso del lenguaje como la realidad virtual original.
• El lenguaje entendido mejor como respuestas
sintonizadas a manera de ondas, más que como reacción a
partıćulas.
• Ser golpeado 100% por un ladrillo, y otros hechos
brutales de la vida.
4. Pensar, auto-
conversación, y
cómo leer las
mentes
• Pensar también puede ser reimaginado como una
realidad virtual.
• Los pensamientos como efectos de ondas, más que
como partıćulas emitidas.
• Ninguna metáfora. Estás a salvo.5 El Zen para
dirigir nuestras
vidas
¿Qué será diferente después este
replanteamiento?
Para ayudarte a decidir si seguir leyendo o no, déjame resumirte
cómo podrıás pensar de forma diferente después de leer este libro. Solo
es un aviso sobre las nuevas formas en que podrás pensar sobre las
personas y lo que hacen. Puedes pensar en ellas con las nuevas
habilidades que te enseñaré, cómo ver a la gente hacer cosas y luego ser
capaz de pensar en ellas de una nueva manera.
Lo primero es que, en general, lo que se ha observado sobre la gente, y
lo que se ha documentado de una manera rigurosa, seguirá siendo lo
mismo, incluso después de ese gran replanteamiento. Cuando alguien
se rıé con una comedia, podrıámos replantearnos si la metáfora actual
del procesamiento cognitivo explica bien esta conducta, pero no
podemos dudar que la risa ocurrió. A pesar de cualquier
replanteamiento que se haga, los eventos o fenómenos que se han
observado seguirán ahı.́ No voy a enseñarte que la gente no se rıé; sino
que justamente la forma en que pensamos acerca de la gente riendo
puede hacerse de otra forma completamente nueva.
Por otro lado, habrá muchos cambios sobre la forma en que
respondas cuando estés observando a las personas e intentes
comprenderlas. Las metáforas de este libro deberıán permitirte hacer
lo siguiente:
•Para comprender a las personas, observarás y registrarás los amplios
contextos en los que surgen sus acciones, en lugar de buscar una
causa dentro de sus cabezas y culpar a las personas por lo que hace
su “mente” cuando las cosas van mal (“distorsiones cognitivas”).
•Para entender mejor tanto a los grupos de personas como a los
individuos, incluirás los contextos económicos, las relaciones
sociales, patrones culturales o de grupo, el contexto histórico y los
contextos de oportunidades para esas personas.
•Los contextos para cualquier acción humana que surja, tendrán que
ver principalmente con otras personas. Intentaré que comiences a
repensar que casi todas nuestras acciones surgen en contextos
sociales, incluso cuando no hablamos habitualmente de ellos como
tales contextos, e incluso si las personas relevantes no están
presentes cuando se producen esos acontecimientos en cuestión.
•Estarás mejor preparado, cuando observes a la gente, para ver que
esos contextos donde surgen las acciones humanas frecuentemente
están ocultos o son muy difıćiles de observar. En lugar de optar por
la solución más fácil de atribuirlas a causas hipotéticas “internas”,
cuando no se puede observar un contexto externo que sea obvio, en
su lugar utilizarás la investigación y los métodos prácticos para
encontrar esos controles externos ocultos.
•Veremos más adelante que podemos usar estos contextos como una
forma de “leer” la mente de la gente, que es algo realista con esas
nuevas metáforas, pero será difıćil.
•Para cualquier cosa que tenga que ver con la comprensión del
lenguaje y por qué la gente dice lo que dice, verás las relaciones
sociales que hay involucradas, no las relaciones entre la persona y la
“cosa” a la que se “re�ieren”. Veremos que el lenguaje solo hace cosas
a las personas, no a las cosas que se re�ieren.
•Cuando alguien diga algo, primero pensarás e intentarás documentar
cuál fue la audiencia de esos comentarios, no el signi�icado de los
comentarios, o si son verdaderos o falsos, que son las formas de
pensar sobre ello actualmente.
•Cuando escuches a alguien decir algo, en lugar de buscar el
signi�icado de lo que ha dicho, buscarás el papel estratégico de esas
palabras dentro de alguna relación o ambiente social.
•Cuando la gente hable consigo misma, o se re�iera al habla “interna”,
buscarás las formas en que este habla pudo surgir inicialmente como
formas de relaciones sociales externas, no como surgen de un
santuariointerno de pensamientos “privados”. Incluso al hablar
contigo mismo o pensar algo, tendrás que preguntarte, ¿quién ha
sido o será la audiencia para eso que piensas?
En general, creo que son formas serias e importantes de que tu
conducta hacia las personas cambie, cuando comiences a pensar de esta
forma. No necesitas cambiar tu forma de hablar en tu vida diaria, solo
cuando trabajes como profesional o quieras entender mejor a las
personas.
¿Por qué molestarse en hacerlo?
Una buena pregunta que hacer antes de intentar repensar todo lo que
sabes sobre la gente, es si ganarás algo con ello. Ya he sugerido que este
replanteamiento, al menos en la ciencia y en la medicina, puede ser
divertido y sorprendente; pero ¿hay algo más que podamos ganar con
esta nueva forma de pensar? Responderé a esta pregunta propiamente
al �inal del libro, cuando espero que el impacto total de los cambios que
estamos sugiriendo sea más “creıb́le” para ti, pero creo que anticiparlo
ahora no te serıá de gran ayuda.
Para mı,́ la razón principal sobre la importancia de repensar cómo
entendemos a la gente, surge a su vez de cómo pensamos en ayudarnos
a nosotros mismos y a otras personas, especialmente a aquellos con
problemas de “salud mental”. En el pasado, la mayorıá de los
tratamientos y programas para ayudar a la gente a superar los
problemas y las crisis, han venido directamente de la forma en que
pensamos sobre la gente (en su mayorıá rıǵidas teorıás), que además
han fracasado. Los psicólogos o psiquiatras tienen algunas ideas
(pensamientos) sobre cómo funcionan las personas, y diseñan sus
tratamientos y soluciones basados en esa forma de pensar. Freud es un
buen ejemplo de alguien que lo hizo ası,́ al igual que las teorıás
cognitivo-conductuales, y las sucesivas versiones del DSM.
En mi opinión, en la actualidad tenemos muchas formas de
tratamiento y programas de salud mental que realmente pueden
funcionar mejor, pero que no encajan con la corriente de pensamiento
actual (Bentall, 2009/2011). La mayorıá de estos tratamientos y
programas han surgido directamente del trabajo práctico con personas,
sin tener en cuenta las formas estandarizadas de conceptualizar cómo
funciona la gente, o de teorizar sobre ello. Sin embargo, incluso aunque
hayan sido de gran ayuda, no se les ha dado crédito porque no hay un
pensamiento subyacente que encaje con la actual forma de pensar. Los
métodos prácticos no encajan con ninguna idea o pensamiento previo,
por lo tanto son ignorados.
Por ejemplo, las soluciones de los “trabajadores sociales” no se
consideran apropiadas para los problemas “psicológicos”, debido a que
la forma de pensar habitual considera que los problemas “psicológicos”
son problemas “internos”, y no son parte de los contextos sociales más
amplios de la vida de una persona. También hay una serie de terapias
de conducta de la llamada “tercera ola” que parecen funcionar bien,
pero que no creo que tengan una gran base conceptual todavıá. Pero los
cambios en la forma de pensar que sugiero aquı,́ harán progresar ese
objetivo al proporcionar nuevas formas de “pensar” unos métodos
prácticos que funcionen, pero que no encajan con las teorıás actuales.
También hay muchas terapias médicas o farmacológicas que se aplican,
en parte, porque se ha visto que tienen al menos algunos efectos
positivos; pero en parte también se aplican debido a un pensamiento
difuso de que la función cerebral “interna” y las sustancias quıḿicas
controlan las acciones humanas “internas”, por lo que tendrıámos que
cambiar las sustancias quıḿicas del cerebro para arreglar los
problemas de las personas. Todo esto no es completamente erróneo,
pero las formas actuales de pensar sobre las personas, que creo que sı́
es lo erróneo, están dirigiendo la forma en que tratamos a esas
personas.
Una segunda razón para repensar todo esto, es que puede cambiar
potencialmente la forma en que interactuamos con los demás, pensar
en cada uno de los otros, y en lo que estamos haciendo; y que puede
permitir comprender mejor por qué la gente hace las cosas que hace.
Todas las relaciones humanas suponen con�lictos y problemas, pero se
puede lograr una mejor manera de pensar sobre estos con�lictos y
problemas a través de una reformulación importante de ese
pensamiento. Al menos, tengo mis esperanzas puestas en ello.
Por último, hay que decir que no tengo todas las respuestas para
entender a las personas y lo que hacen. Sin embargo, estas nuevas
formas de pensar sobre las personas nos sacarán de algunos
atolladeros que han bloqueado nuestro avance hacia esa comprensión.
Si bien no tengo la respuesta a lo que saldrá exactamente al repensar
las metáforas que han prevalecido durante mucho tiempo en la
psicologıá, confıó en que se encontrarán soluciones nuevas, más
creativas y más prácticas a los problemas humanos.
Causas y contextos:
Cambiando las metáforas de la psicología
actual
Para ayudarte a empezar a repensar cómo entiendes la conducta de
las personas, este capıt́ulo tratará sobre la adopción de dos cambios
fundamentales en este replanteamiento, y que di�ieren de la psicologıá
académica actual. El primero es el cambio de las causas a los contextos.
El pensamiento dominante, y casi indiscutible en la academia desde
Descartes, sobre cómo pensar y entender las acciones de las personas
es que las acciones, de una forma u otra, se originan en el interior de la
persona. Esta idea se ha asociado con la segunda idea fundamental, que
también quiero que intentes repensar aquí: es la idea de que las causas
de la acción humana se construyen momento a momento, en una
secuencia que luego da lugar a una acción.
A partir de la década de 1960 en el mundo académico, la “revolución
cognitiva” cambió totalmente la metáfora sobre la forma de pensar
sobre las personas, era una forma de “procesamiento de información
cognitiva”, comparando a la gente con los ordenadores. Esta fue una
nueva forma de hablar de “partıćulas”, lo que sugerıá que nuestros
cerebros (y ojos, oıd́os, etc.) tomaban y procesaban partıćulas de
“información”, las procesaban y decidıán en el cerebro qué hacer, y
luego instruıán al cuerpo sobre qué hacer a continuación. Esta metáfora
ha arraigado tanto en la cultura occidental que se ha extendido también
a los medios de comunicación y al mundo académico como si fuera un
evangelio, como si fuese la única metáfora posible. Esta serıá su
formulación habitual:
Para “entender” a los humanos necesitamos conocer todos los pasos
de esta cadena de “partıćulas”. Actualmente, hay un gran enfoque
metafórico que implica la participación del cerebro en los pasos
intermedios, con la idea implıćita de que no podemos entender las
acciones humanas en absoluto sin entender cómo el cerebro “procesa”
la información de las partıćulas que se desliza por esas cadenas.
Este es justamente un ejemplo de las formas de pensar que no se
cuestionan en la psicologıá académica, excepto por unos pocos autores
(Bentley, 1935; Gibson, 1979; Guerin, 2001; Powers, 2005; Reed &
Jones, 1982). Sin embargo, muchos psicólogos y otros profesionales
están empezando a ver estas formas de pensamiento, sobre el
procesamiento de información cognitiva, como inhibidoras de nuevas
formas de avanzar hacia delante en el pensamiento, la investigación y la
ayuda a las personas.
Veamos un ejemplo que podrıá parecer inocente por su sencillez.
Estoy caminando por una calle cuando mi cerebro o mis ojos “notan” un
coche que se acerca rápidamente descontrolado hacia mı.́ Mi proceso
cognitivo (o ego, o procesos cerebrales, o yo, o espıŕitu, o razón) calcula
(o decide, o intuye) que el coche me atropellará, ası ́ que este
pensamiento interno hace que mis músculos entren en acción y doy un
salto fuera de la carretera para evitar que el coche me golpee. Hay tres
elementos clave que hay que notar de este ejemplo:
•Que esta decisión o computación tiene lugar “dentro” de la persona,
incluso si se considera que esalgo “automático”;
•Que la decisión o la computación tiene lugar en tiempo real (o debe
entenderse completamente como micro eventos en tiempo real);
•Que la decisión o el cálculo utilizan un entorno interno relativamente
inalterable que se ocupa de nuevos datos, pero que en sı ́mismo no
cambia.
Estas son las tres ideas clave que quiero discutir y, más importante
aún, quiero que seas capaz de pensar de otra manera sobre ellas.
He de admitir que después de dos o más siglos de pensar de esta
manera, es difıćil repensar estas tres ideas, aunque algunos escritores
han tratado de convencer a la gente de lo contrario a lo largo de estos
siglos. Ası ́que lo que quiero hacer no es darte razones lógicas en contra
de estas tres ideas, o nuevas evidencias, sino más bien mostrarte
algunas otras formas más concretas en las que puedes empezar a
repensar estas ideas de otra forma. Ası ́ que, ¿qué ideas voy a
presentarte en su lugar? Déjame primero exponerlas aquı,́ y luego te
daré más detalles para que puedas usarlas por ti mismo.
•Nuestras experiencias y las consecuencias de nuestras acciones nos
cambian, de forma que podemos actuar de inmediato y no tengamos
que volver a hacer cálculos cada microsegundo, lo que signi�ica que
no tenemos un entorno de “procesamiento” inmutable (este
capıt́ulo).
•Nuestras palabras sobre nuestras acciones, cómo solemos hablar de
ellas, nos han engañado para que pensemos con esas ideas
centenarias (esto será en el Capıt́ulo 3).
•El hecho de que nos hablemos a nosotros mismos, o pensemos, no
controla nuestras acciones (Capıt́ulo 4).
•Los contextos fundamentales de toda acción humana son contextos
sociales externos, no algo “interno” (principalmente en el Capıt́ulo
2).
•Hablar con uno mismo trata sobre cómo responder a otras personas
más tarde, no sobre cómo computar una decisión de actuar
(Capítulo 4).
•Estos contextos sociales, por diversas razones, no son tan obvios
para nosotros y en muchos casos funcionan mejor si están ocultos.
Mi experiencia me dice que hasta que la gente no tenga una idea de
estos puntos, es decir, que actuamos sin tener que construir imágenes o
planes internos, es mucho más difıćil para ellos comenzar a pensar y
ver los contextos sociales que reemplacen a las “causas internas” de las
acciones. Ası ́que, primero, intentaré que te replantees estos puntos en
este primer capıt́ulo, y luego pasaré a explicarte la ubicuidad de los
contextos sociales en el Capıt́ulo 2.
¿Las bases para las acciones humanas son
secuenciales, causales o contextuales?
El primer replanteamiento que deseo hacer es disipar el mito de que
las nuevas acciones se desarrollan, computan o deciden
secuencialmente en tiempo real en la cabeza. Necesitamos deshacernos
de esta idea para permitir que se revele el lugar externo de “la mente”,
especialmente los sutiles controles sociales sobre nuestras acciones.
Para hacerlo utilizaré mi primera metáfora. Vergonzosamente, esta es
una metáfora muy poco tecnológica. Es especialmente embarazosa
porque intenta reemplazar las complejas metáforas de alta tecnologıá
de los ordenadores y las máquinas procesadoras de información, con
una nueva metáfora sobre ¡dar forma a un bloque de plastilina! Ten un
poco de paciencia.
Metáfora 1
Nuestras acciones son como bloques de plastilina
Permıt́eme comenzar con un ejemplo muy simple. No estoy sugiriendo que
nuestro comportamiento este controlado por la masilla o la plastilina, ni que el
cerebro esté lleno de esta sustancia (aunque sospecho que es ası ́ en algunas
personas). Lo que quiero transmitir es el patrón de repensar en una metáfora que
sustituya al pensamiento secuencial y causal que estamos obligados a utilizar en
la actualidad.
• Imagina una bola de masilla o plastilina. Se comporta de ciertas formas. Si lo
colocas en una super�icie inclinada, por ejemplo, rodará hacia abajo,
probablemente en lıńea recta (si la pendiente es uniforme). Si la haces girar,
probablemente gire suavemente durante un tiempo. Si le echas agua por encima,
el agua se escurrirá.
• Ahora imagina que consigues un martillo y le das a la plastilina un par de
golpes pequeños. Ahora hay un par de abolladuras importantes en su super�icie.
He aquı ́ que el comportamiento ha cambiado también, y de forma inmediata
Ahora, si lo pones en una super�icie inclinada, no se va a rodar en absoluto, o lo
hará dando trompicones de una forma inestable. Si lo haces girar, probablemente
no gire por mucho tiempo, aunque podrıá ser que las abolladuras no hayan
alterado su eje giratorio. Si le echas agua encima, puede que se quede algo de agua
en alguna de las abolladuras que hiciste.
• Lo que quiero llamar tu atención es, en este caso, sobre cómo pensamos sobre
los cambios en la conducta. No podrıámos decir que después de ser golpeada, la
bola de plastilina (anteriormente esférica) procesa su nueva forma, procesa la
inclinación y las fuerzas implicadas en la super�icie, y entonces produce una
forma nueva de deslizarse hacia abajo en esa super�icie inclinada. No podrıámos
decir que ha procesado la información sobre las abolladuras del martillo, y ha
producido y memorizado una representación cognitiva o un modelo sobre su
nueva forma, y que entonces ha utilizado esa representación o modelo para
decidir cómo rodar hacia abajo.
• Lo que podríamos decir es que los terribles golpes de martillo cambiaron la
sustancia misma de la esfera de la plastilina, de modo que cuando la ponemos en
la super�icie pendiente, la (ex)esfera simplemente rueda de manera diferente, y lo
hace de manera inmediata. No necesita pensar en ello, ni calcular, ni representar
nada. Su propia estructura fue cambiada por las consecuencias de los golpes del
martillo, de forma que la nueva conducta simplemente ocurre sin ninguna
plani�icación secuencia o momento-a-momento, sin decidir y sin pensar. No
suponemos que haya un área de almacenamiento en algún lugar de la plastilina,
que recuerde la forma y el tipo de abolladuras, y que esta memoria se utilice luego
para ayudar a calcular todas las acciones futuras. Si aún ası ́queremos hablar de
memoria como tal, serıá el hecho de que los cambios estructurales reales son la
memoria.
Aunque sea una metáfora vergonzosamente de tecnologıá blanda,
¿puedes ver ahora propósito de este replanteamiento? Ciertamente, las
acciones humanas son más complejas que este sencillo ejemplo, pero
en lo que quiero que te �ijes es en la forma de pensar que ello supone.
En lugar de pensar en términos de una parte separada e invariable del
objeto u organismo, que almacena y procesa una representación de lo que
acaba de suceder para plani�icar el siguiente paso que es la acción,
podemos pensar de otra manera: que el organismo es cambiado
directamente por lo que sucede, y que ese cambio ya forma parte del
contexto para las siguientes acciones, sin que haya ninguna otra
secuencia intermedia que tenga que ser procesada o decidida o
plani�icada.
Ciertamente, como humanos complejos, tenemos una profunda
experiencia de que a menudo hay procesos en marcha antes de actuar.
Por ejemplo, si te pregunto, “¿qué color de sombrero quieres?”,
experimentes algo parecido a un “proceso” de algún tipo antes de
actuar. Sin embargo, me ocuparé de estas experiencias más adelante, si
puedes suspender por ahora cualquier objeción que esté basada en tus
sensaciones de que sueles tener mucho “procesamiento” antes que
actúes. Por ahora quiero que aprendas una nueva forma de pensar, una
nueva lógica para pensar sobre cómo se producen las acciones
humanas. Más adelante, en el Capıt́ulo 4, argumentaré, como lo han
hecho otros, que cualquier “pensamiento” previo a la acción no controla
en realidad nuestro comportamiento, a pesar de que ası ́lo parezca, casi
con la misma certeza que parece que la Tierra es plana. Eso te ayudará
a entender la metáfora actual aplicada a los comportamientos humanos
más complejos, cuando lleguemos a ese capıt́ulo.
Un punto clave en el que hay que centrarse ahora, paraayudarte a
cambiar 180º tu forma de pensar, es sobre la “parte de procesamiento
invariable” de las acciones humanas. Normalmente tenemos una
asunción subyacente de que serıá como una cinta transportadora en
una fábrica, tenemos una parte procesadora invariable que mueve la
“información” (nuestras partıćulas) desde los sentidos, hace cosas con
esa información, y además que esta parte procesadora no se modi�ica
por cualquier cosa que ocurra durante ese proceso. La idea habitual es
presentarla como un chip de ordenador que hace cosas a los electrones,
que zumban a su alrededor, pero que al �inal no cambia (de hecho,
¡ahora hay chips más inteligentes que sı ́ cambian!). De forma más
cercana, parece obvio en la vida cotidiana que son nuestros cerebros los
que no cambian, ni siquiera cuando pasan la información y la cambian,
nuestra mente o cerebro permanece más o menos igual, sin importar
las “partıćulas” que nuestros sentidos envıán a través de ese
procesador.
En lugar de pensar en una cinta transportadora de procesamiento
invariable en nuestro cerebro o mente, quiero que pienses de esta otra
manera: cuando nos ocurre algún evento, las consecuencias nos
cambian de varias maneras, y ese producto constituye el contexto
directo o inmediato para actuar de manera diferente en ese contexto la
próxima vez. Ası ́actuamos de manera diferente de manera inmediata y
al 100% la próxima vez, sin tener que pasar por ninguna
representación, computación o decisión, porque hemos sido
previamente cambiados de alguna manera (en términos de metáforas
posteriores, llamaremos a esto “ser reajustados” a las “oportunidades”
del mundo). Ahora bien, este replanteamiento es muy difıćil de hacer,
especialmente cuando, como ya he dicho, según nuestra experiencia
parece ser que hay representaciones e imágenes, y todo tipo de
plani�icación y decisión de eventos internos entre lo que sucede una vez
y lo que sucede en otro momento. En el Capıt́ulo 4 nos ocuparemos del
“pensamiento” previo a la acción. Ahora, simplemente piensa en ti
mismo como una bola esférica de plastilina, ¡si eso te ayuda!
De hecho, creo que esta metáfora puede ser bastante estimulante para
tu vida, como un buen momento Zen o de atención plena. Intenta este
ejercicio: deja de leer, camina afuera, e imagina que por primera vez,
hablas con tu vecino/a. La forma de pensar ahora, con esta nueva
metáfora de la plastilina, es que la próxima vez que salgas a hablar con
tu vecino/a, ¡es como si fueras una nueva persona (aunque sea solo un
poquito)! Tanto tú como ese vecino y tu contexto social son ahora
diferentes. Cuando hables por segunda vez, serás diferente y te
comportarás inmediatamente de forma diferente. Ası ́ que puedes
pensar que después de todas y cada una de las experiencias de la vida
eres una persona nueva y renovada, inmediatamente te comportas de
forma diferente, como la bola de plastilina. Como ya he mencionado,
esta metáfora puede ser estimulante. Nos muestra que estamos
constantemente reinventándonos o remodelándonos a través de las
cosas que hacemos.
Volviendo ahora al ejemplo anterior de un coche que viene hacia ti a
gran velocidad, podrıámos quizás repensarlo de esta manera: todos los
acontecimientos de tu vida donde hayas experimentado que las cosas
vienen hacia ti rápidamente, te han cambiado para actuar de cierta
manera en esos contextos o en contextos similares (Gibson, 1979, los
llamarıá “oportunidades”). Si ahora puedes ignorar por el momento
toda esa charla verbal que se produce “dentro de tu cabeza” cuando un
coche viene fuera de control en lıńea recta hacia ti, entonces lo que
sucede es que actúas en la forma en que ya estás moldeado para actuar
debido a toda tu historia anterior. No es necesario que te quedes ahı ́y
calcules lo que tienes que hacer, desde un supuesto almacenamiento de
memoria, mientras el coche se te echa encima. Si no has sido cambiado
previamente por las experiencias sobre cosas rápidas que vienen hacia
ti, ¡entonces, adiós!.
Uno de los problemas de este intento de repensar las cosas, es que las
personas a menudo se quedan ahı ́ paradas de pie, y parece que
estuviesen hablando dentro de sus cabezas, mientras el coche se acerca
rápidamente hacia ellas, y más tarde informarán que se ha estado
produciendo en sus cabezas un montón de charla interna, hasta que les
ha atropellado el coche. Pero, para ponerte ya sobre aviso, veremos en
el Capıt́ulo 4 que lo más probable es que las personas estén “perdidas
en sus pensamientos” sobre cómo hablarán a los demás sobre ese
evento del coche que va a atropellarles, o que estén ensayando
anticipadamente cómo comentarán a los demás sobre esa situación, ¡si
es que sobreviven! De hecho, el personal militar, los terapeutas
contextuales, los defensores del “juego interior” (Green, 1986), y otros
te enseñan a deshacerte de esta charla, y actuar por “instinto”. Lo que
signi�ica actuar en base a los cambios que te han dejado todas tus
experiencias anteriores, o a partir de tu entrenamiento en ese contexto.
Los practicantes de Zen y Zensunni también han entrenado de esta
manera durante siglos. Deshazte de la charla, su utilidad sirve para algo
diferente a actuar; como veremos más adelante, su utilidad es social.
¿Por qué pensamos que la acción es una
secuencia y que estamos tomando decisiones
constantemente?
Acabo de presentarte el primer giro para que puedas pensar de esta
forma, aunque no espero que lo consigas de inmediato. ¡A mı ́ me ha
costado mucho tiempo! Para trabajar en ello, necesitarás pensar en
ejemplos reales de tu propia vida, y a medida que avancemos te
presentaré muchos más ejemplos, que creo que te podrıán ayudar.
Además, cuando encajen algunas de las otras piezas repensando tu vida
con otras metáforas, te parecerá cada vez menos plausible la idea de
que todo se decide y se representa en el momento en que actuamos en
la vida. Y cuando en el Capıt́ulo 4 te des cuenta de la nueva idea de que,
en ningún caso, el parloteo en tu cabeza causa tus acciones, entonces
puede que quieras volver aquı ́y releer este capıt́ulo.
Esto me lleva a una de las tareas que creo que tengo el deber de
abordar. Si quiero discutir seriamente cómo repensar nuestras ideas
sobre la gente, con un giro de 180º, entonces tengo la obligación de
discutir por qué todos vamos felizmente por la vida pensando de
“forma equivocada”, al menos según lo que consideramos algunos de
nosotros. ¿Cómo pudimos estar tan equivocados durante tanto tiempo?
Esto es algo que los escritores que se dedican a divulgar la ciencia no
suelen hacer. A�irman algo ası ́como que “comer col causa cáncer”, pero
luego no discuten cómo es que nadie más ha tenido antes algún indicio
sobre ello.
Anteriormente ya he insinuado que tanto los académicos como los no
académicos están de acuerdo con la idea de que “la-toma-de-
decisiones-momento-a-momento-causa-nuestras-acciones”, debido a
las metáforas sobre el procesamiento de información. Sin embargo, la
razón principal por la que la gente no se replantea esta idea, podrıá
aplicarse también a casi todas las ideas que presentamos en este libro.
Es lo mismo que hizo Einstein cuando introdujo su Teoría de la
Relatividad, algo mucho más importante que las ideas de este libro,
pero que hizo que la gente se replanteara totalmente el universo
(Einstein, 1924/2007). La razón es que, en la vida cotidiana, no tiene
mucha importancia si se replantea o no una idea. Incluso después de
que Einstein presentara sus nuevas ideas, la vieja fıśica newtoniana
seguıá siendo básicamente correcta, y seguıá haciendo predicciones
correctas en dimensiones ordinarias con el tamaño y las velocidades
ordinarias de los objetos ordinarios. No se alteraron mucho las cosas.
Aún se podıá hacer una taza de té o café, aunque la gravedad de la taza
fuera un pliegue en el espacio-tiempo.
Sin embargo, la Teoría de la Relatividad de Einstein marcó una gran
diferencia en dos aspectos. Primero, si los fıśicos estaban tratandode
manejar grandes masas, velocidades muy rápidas, u objetos súper
pequeños (que ya ni siquiera son “objetos” en un universo cuántico),
entonces las viejas formas de pensar no funcionaban, en esos casos las
viejas formas de pensar necesitaban que se cambiaran. En segundo
lugar, y lo más interesante para nosotros, aunque las ideas newtonianas
funcionaban para tamaños y velocidades ordinarios, el replanteamiento
de Einstein forzó a la gente a repensar muchos otros conceptos e ideas
(y ecuaciones) relacionadas con ellas, que sı ́se aplicaban a tamaños y
velocidades ordinarios, lo que llevó a otros descubrimientos y otros
replanteamientos.
Ası ́ que, de la misma manera, repensar con mi primera metáfora no
cambia mucho en la vida cotidiana, y podemos seguir tan tranquilos
con lo que hacemos. Todavıá podemos creer que cuando un coche nos
va a atropellar va a toda velocidad, inmediatamente (en el acto)
calculamos qué hacer a continuación, sobre la base de la recuperación
de los recuerdos almacenados, y calculamos los resultados probables
antes de actuar. Sin embargo, es necesario replantearnos esta idea
cuando hay eventos inusuales o extraordinarios, y realmente hay
muchos comportamientos y acciones humanas extrañas. Y más aún,
este replanteamiento nos obligará a repensar mucho más, incluso el
comportamiento ordinario y cómo tratamos de cambiar las acciones de
la gente cuando lo creemos oportuno. Estos otros replanteamientos son
los que se exponen en este libro, y ciertamente tienen un impacto en la
vida cotidiana. Quizás quieras considerar por qué todos esos
profesionales, que mencioné anteriormente, trabajan duro para detener
la charla en tu cabeza, y hacer que actúes sin pensar o decidir.
Como ejemplo de una acción extraña, recuerdo haberme quedado
muy impresionado y desconcertado de niño cuando leı ́ que Neil
Armstrong, quien más tarde pisó por primera vez la Luna, realizó una
misión anterior en la que su nave espacial se descontroló y giraba una
vez por segundo. Armstrong no se asustó, ni esperó y calculó qué hacer,
procedió con calma a realizar las acciones correctas, sin perder tiempo
y sin pensar en ello. De la misma forma queremos entender cómo es
que los monjes budistas pueden prenderse fuego con gasolina como
protesta, o cómo es que los prisioneros pueden dejarse morir de
hambre. Para entender estas cosas necesitábamos otra forma, mejor o
más amplia, de entender todo lo que está pasando en estos contextos, lo
que implica tener que adoptar un nuevo enfoque. Volveré a estos
ejemplos cuando todo este replanteamiento se vea en su conjunto en el
Capıt́ulo 5.
Pensando contextualmente
Una vez establecidos algunos de los problemas para pensar de
manera causal cuando se trata de entender a las personas y lo que
hacen, he de hablar un poco más sobre el pensamiento contextual. Los
detalles vendrán más tarde, pero el cambio en la forma de pensar debe
comenzar ahora.
A menudo parece que hay unas cuantas causas obvias o evidentes de
por qué la gente hace lo que hace. Cuando los estudiantes llegan tarde a
las clases, sé perfectamente que (1) son perezosos o (2) perdieron el
autobús. Sin embargo, cuando te sientas tentado a pensar ası,́ deberıás
pensar siempre en los siguientes estos puntos:
•Hay muchas otras “causas” en el entorno, pero que no nos resultan
tan evidentes.
•El que algo parezca obvio o evidente en una situación está en función
de: muchos otros eventos; la forma en que hablamos y observamos;
nuestras historias; lo que la gente aprobará si les decimos las causas;
lo que la gente discutirá si lo decimos en voz alta.
•Siempre hay muchos acontecimientos de fondo (acontecimientos
contextuales), que deben de funcionar junto con las “causas” que
parecen evidentes. Cuando se quiere entender por qué la gente hace
lo que hace, no deberıán nunca dejarse de lado (Kantor los llamó
“acontecimientos de fondo”, y señaló su importancia para nuestra
comprensión del “campo comportamental” o contexto total; Kantor y
Smith, 1975/2021).
Finalmente, si todavıá crees que a los fıśicos duros les gusta pensar de
manera causal, estas palabras son un resumen de dónde ha llegado el
concepto de “causa” en la fıśica cuántica actual:
Ya no podemos considerar el presente como el resultado �inal de una
única e inquebrantable cadena de eventos. En su lugar, debemos
considerar todos los “posibles pasados no reconocidos” que podrían
haber contribuido al presente. La causalidad deja de ser individual y se
convierte en algo holístico. Está en la naturaleza de las ondas que cada
parte de una onda puede in�luir en el futuro de todas las demás partes
de una onda, es en este sentido cuando consideramos una partıćula
“como una onda”. (March, 1992/2021, pág. 233).
Para el lector atento, será obvia la conexión entre lo “holıśtico” y lo
“contextual”, algo que continuaremos viendo a lo largo de los próximos
capıt́ulos. ¡Especialmente cuando lleguemos a nuestros elefantes
holıśticos!
Metáfora 2
Los contextos, no las causas de que las semillas se conviertan en plantas
Permıt́eme darte otro ejemplo sobre pasar de la causa al contexto, no para
persuadirte con mi lógica, sino para que pienses un poco diferente. Cuando
plantamos una semilla y la vemos crecer más tarde, no suele ocurrir que
hablemos sobre la causa del crecimiento de la semilla. En cambio, normalmente
hablamos sobre las “condiciones” necesarias para un buen crecimiento. Parece
absurdo señalar solo un elemento y decir, por ejemplo, que “la luz del sol es la
causa del crecimiento de las plantas”. Si tenemos mucho sol pero un suelo pobre,
entonces la semilla no crecerá.
Déjame que exponga un par de puntos más sobre el ejemplo de la semilla, para
elaborar los temas tratados anteriormente. Primero, no atribuimos una causa
interna y no decimos que la semilla inicia y mantiene un proceso de crecimiento
porque quiere o porque está motivada. En su lugar, vemos las condiciones
externas (el contexto) al mismo tiempo que observamos también las condiciones
“internas” del ambiente de la semilla. En segundo lugar, este ejemplo de la semilla
es arti�icial y está sesgado hacia un único resultado: un buen crecimiento. De
hecho, todas las condiciones tienen efectos sobre la semilla, pero solo una
combinación de ellos lleva a un buen crecimiento. Lo que deberıámos decir, para
ser exactos, es que todas y cada una de las condiciones afectan al 100% a la
planta, pero que solo estamos interesados en un conjunto de ellas que son las que
dan un resultado concreto (por ejemplo, en muchas condiciones la semilla se
pudrirá al 100%). Ası,́ en vez de:
Causa X è Semilla è Crecimiento
Deberıámos pensar en:
Poner el Contexto X alrededor de la Semilla y tendrá un Crecimiento 1 (crece)
Poner el Contexto Y alrededor de la Semilla y tendrá un Crecimiento 2 (se
pudre)
Poner el Contexto Z alrededor de la Semilla y tendrá …
Lo que debemos tener en cuenta sobre este ejemplo (pero que es muy relevante
para otros ejemplos humanos), serıá lo siguiente:
•Muchos factores del contexto de la semilla están ocultos o no son evidentes, por
lo que no los observamos fácilmente (como la de�iciencia de nitrógeno), y por lo
tanto apenas se utilizan como las supuestas causas, puesto que son invisibles o
difıćiles de ver.
•Muchos factores del contexto son complejos, de forma que no podemos
observarlos fácilmente como causas evidentes (por ejemplo, el cultivo previo de
legumbres en el mismo suelo afectará a nuestra semilla en los años venideros),
son difıćiles de reconocer (y por tanto los dejamos fuera).
•Los dos puntos anteriores ocurren en las respuestas sociales, pero no tanto en el
mundo de la agricultura.
A menudo “parece” como si hubiese una sola causa, que diese lugar a una
respuesta de crecimiento o de putrefacción, pero es algo muy engañoso.
El mismo tipo de pensamiento debemos tener al pensar sobre la gente, aunque
soy consciente de que los contextos y los resultados son mucho más complejos en
loshumanos que en la agricultura. Pero podemos observar los mismos patrones
en la historia de la psicologıá, puesto que este pensamiento causal no ha llevado a
dos tipos de pensamiento:
Hay que subrayar una vez más que toda esta idea no es fácil de
replantear y que en el caso de las personas, los contextos serán muy
complejos y muy difıćiles de observar. Repensar no signi�ica que las
respuestas se den inmediatamente o que sean fáciles. Las
consecuencias de todos nuestros contextos e historia previa forman
parte de nuestro contexto actual (como la metáfora de la plastilina),
como queda claro cuando ponemos a la Persona 1 en el Contexto X y
hace una cosa, pero ponemos a la Persona 2 en el Contexto X y hace
algo diferente. Por lo menos esta idea da lugar a la diversidad y a las
variaciones que encontramos en el comportamiento humano, en lugar
de asumir que la misma causa siempre traerá el mismo resultado para
todos, como a menudo implican las metáforas contemporáneas. Pero
hace que nuestras observaciones e intervenciones sean más difıćiles,
aunque a continuación presentaré una metáfora que puede ayudar a
mejorar tus habilidades en la ¡”observación contextual”!
No tenemos un “centro de control”
Lo que hemos dicho hasta ahora también lleva a otro cambio de 180º
en la forma de pensar: tenemos que dejar de pensar que hay un “centro
de control” dentro de cada uno de nosotros, que fundamentalmente
dirige todas las acciones y pensamientos. Es cierto que tenemos una
fuerte sensación o sentimiento de que un “nosotros” o un “yo” controla
nuestras acciones, por lo que se supone que esa sensación tiene algo
detrás (al igual que tenemos la sensación de que la Tierra es plana).
Creo que pensamos de esta manera en parte porque, al no ver lo que
controla nuestras acciones desde el exterior, tenemos una larga
tradición intelectual y un sentido común que atribuye los efectos a una
“causa interna”, como un barato sucedáneo. Cuando no puedes observar
lo que está controlando tus acciones fuera de ti (de hecho, tal vez algo
de tu historia), entonces es cuando habrá una mayor preponderancia de
atribuciones causales al “control interno”. En el pasado, estos controles
internos han recibido todo tipo de nombres: yo, ego, si mismo, control
ejecutivo, procesamiento de información. Creo, incluso, que la
psicologıá como disciplina puede de�inirse como un vertedero de
basura histórico, por ası ́decirlo, de acciones y actividades humanas en
las que los controles externos no son visibles fácilmente, y que por lo
tanto ahı ́ es donde van todas las cuestiones que se consideran
“psicológicas”.
Otra razón por la que tendemos a pensar que hay causas “internas”
para lo que hacemos, es porque realmente tenemos una sensación de
control de nuestras propias acciones (“Se” que yo querıá hacer X y
luego fui y lo hice). Sin embargo, más adelante argumentaré que esto
también es incorrecto, y una vez que repensemos los papeles y las
funciones del lenguaje, entonces podremos repensar también
adecuadamente esa sensación de control. Argumentaré en el Capıt́ulo 4
que esa “sensación” proviene del “hablar con nosotros mismos”, nos
hablamos mientras actuamos, pero que el hablar con nosotros mismos
no controla realmente lo que estamos haciendo. El hablar con nosotros
mismos solo está ahı ́ para prepararnos para lo que otras personas
podrıán hacernos o decirnos después de lo que hayamos hecho. Pero,
indiscutiblemente, estos auto-diálogos nos dan la impresión de que
controlamos nuestras acciones! Pero esto también me ocurre cuando
estoy en los desiertos de Australia Central, que la Tierra me parece
plana.
Una última razón (por ahora; habrá más en el Capıt́ulo 4) respecto a
por qué normalmente pensamos en términos de un control interno
sobre lo que hacemos, se relaciona con un nuevo replanteamiento de
180º. Estamos acostumbrados a pensar en términos de que un evento
“causa” otro, como una bola de billar que golpea a otra y hace que esta
segunda se mueva. Pero ya critiqué anteriormente que este concepto es
una pobre metáfora para pensar en las acciones de las personas. Al
igual que el pensamiento ecológico, debemos dejar de pensar en
términos de causas y efectos, y pasar a pensar en términos de contextos
que provocan, favorecen o articulan lo que ocurre. Ese argumento lo
hemos dado anteriormente, pero el punto esencial aquı ́es que cuando
pensamos en términos de causas, entonces tendemos a pensar en
nuestras propias acciones como “causadas” por alguna forma de control
“interno”. El pensamiento causal nos está desviando sobre qué es lo que
nos lleva a hacer las cosas que hacemos. Espero que repensar el propio
uso que hacemos del pensamiento causal, te ayude también a repensar
el uso de las “causas internas” como explicación de por qué haces lo
que haces.
Observación contextual
Deberıá quedar claro, a partir de lo anterior, que lo que observamos y
documentamos cambiará en cuanto hayamos empezado a
replantearnos el contexto. No podemos realizar solo mediciones u
observaciones super�iciales (incluyendo medidas repetidas y
transversales), y después atribuir las causas a hipotéticas causas
“internas”, o a la causa más evidente que hayamos podido observar. El
mensaje es que siempre debemos asumir que hay partes importantes del
contexto de cualquier acción humana que no son evidentes por sí solas, y
que las personas no pueden informar verbalmente sobre ellas, pero que
han de ser observadas y documentadas de una manera cuidadosa.
Trataré de nuevo esta idea en el transcurso del libro, pero para que
empieces ya, y para ayudarle no solo a pensar contextualmente sino
también a observar contextualmente, te presentaré brevemente cómo
escribıá Arthur F. Bentley sobre la actividad de la observación. Esto
deberıá llevarte también a repensar tus propias observaciones.
Bentley fue uno de los más grandes pensadores (¿o repensadores?)
que no se hizo famoso porque su forma de pensar no encajaba con las
metáforas contemporáneas. Bentley (1935) señaló cinco puntos sobre
la observación que son relevantes aquı,́ pero que necesitarán tiempo
para comprenderse:
La observación se hace a lo largo del tiempo.
La observación no se hace por individuos, sino que se construye a
partir de muchas personas
La observación no se trata solo de mirar, sino que utiliza también el
cuerpo y las herramientas.
La observación no es un “poder innato” o ya dado, sino que requiere
de un entrenamiento.
La observación funciona dentro de una construcción más grande de
‘observabilidad cientı�́ica”.
Lo que estamos acostumbrados a observar no es todo lo que podemos
observar. Lo que llamamos “ver”, por la forma más estricta y directa de
la palabra, no es solo “ver” lo que hacemos, ni siquiera es una expresión
ajustada a las situaciones generales en las que vemos. Lo que podemos
observar está conectado con nuestra necesidad de observación, y está
condicionado por los marcos de observabilidad que tenemos con
formatos �ijos o en crecimiento. (Bentley, 1935, págs. 203-204)
Lo que Bentley quiere decir es que el uso común del verbo “ver” solo
está relacionado con frases como “veo un pájaro”. Estos son usos
transversales y no longitudinales o duraderos. En su lugar el querıá
incluir otras frases como “Veo un pájaro volando”. ¿Notas la diferencia?
La segunda frase se extiende a lo largo de la duración y del espacio, y no
hay una sola “cosa” o “partıćula” que se mire, por lo que examinar se
convierte en contextual. Bentley sigue comentando que también
deberıámos usar “ver” para referirnos a cualquier tipo de visión.
Cuando digo “veo un pájaro”, ¿deberıá incluir el sistema de circulación,
células, plumas, respiración, etc.? Si podemos usar “ver” en el sentido
de “veo un pájaro volando”, entonces deberıámos poder ver el pájaro
entero. ¿Qué signi�ica “veo un pájaro” de todos modos? Veo las alas, las
patas, el plumaje, el pico... Nunca vemos un pájaro entero cuando
hacemos un comentario de estetipo y, lo que es más importante, ni
siquiera sabemos (no podemos informar verbalmente) qué trozos
hemos visto. De hecho, lo que sugiero es que la frase completa “veo un
pájaro” tiene que ver más con dar un nombre a un oyente (Capıt́ulo 4)
que con dar un informe universal e independiente de observación sobre
verdades eternas (Guerin, 1990). Toda la actividad de hablar sobre
“ver” un ave, intenta in�luir en un oyente o en un futuro oyente, no se
trata de un comentario espontáneo sobre lo que está sucediendo en
nuestras vidas. Realmente es un evento social, no un evento
observacional. Esta idea fue refrendada de otra manera por Deleuze:
Es cierto que he pasado mucho tiempo escribiendo sobre esta noción
de evento: ya ves, no creo en las cosas. En The Fold vuelvo a esta
cuestión desde otro punto de vista. Mi frase favorita en el libro es “Hay
un concierto esta noche”. En Leibniz, en Whitehead, solo hay eventos.
Lo que Leibniz llama un predicado no tiene nada que ver con un
atributo, sino con un evento, “Cruzando el Rubicón”. Ası ́ que han
refundido la noción de un sujeto: ¿qué pasa con el sujeto si los
predicados son eventos? (Deleuze, 1995, pág. 160).
Al igual que en “Hay un concierto esta noche”, a Deleuze le hubiera
gustado la frase observacional “Veo un pájaro volando” en lugar de solo
“veo un pájaro”. Y toma nota de que su última pregunta trata de
cuestionar la idea de un centro de control en las personas, manejando
las cosas para nosotros, como vimos antes.
Mi objetivo es que al �inal de este libro, si ves a alguien hacer algo,
seas capaz de “ver esa acción contextualmente”, es decir, ver los
contextos económicos, de relaciones sociales, culturales, históricos, etc.
No lo verás de manera super�icial, y tampoco lo “verás” como algo que
necesites informar a los demás, o como algo que puedas nombrar
fácilmente. La moraleja por ahora es que puedes aprender realmente a
ver más cosas.
Metáfora 3
Las observaciones contextuales de los (tristes) elefantes holísticos
Bentley también trató de mostrar este uso contextual de “ver” u “observar” al
considerar la vieja historia de tres sabios enviados a observar a un elefante pero
que tenıán los ojos vendados. ¿Conoces la historia? Podıán tocar solamente una
parte del elefante, ası ́ que regresaron con explicaciones diferentes de lo que
habıán visto. La moraleja suele ser generalmente que tanto ver como observar
son actividades que están siempre sesgadas, y que tenemos diferentes
percepciones incluso del mismo objeto. Por tanto, no hay una realidad verdadera¡
Bentley no negaba que los sabios habıán vuelto con explicaciones diferentes de
un “elefante”. Su argumento es que resulta muy poco útil como modelo de lo que
es “ver” u “observar”. Los “hombres sabios” tienen los ojos vendados, tienen un
tiempo imitado, y pueden solo tocar una parte del elefante, y ni siquiera dan toda
la vuelta al elefante. Ası ́ que sı,́ eso es lo que haces con tus observaciones, por
tanto tus explicaciones sobre una observación estarán “sesgadas” y serán
diferentes. Es una mala manera de hacer las coas. ¡Eso es mala ciencia!
Siguiendo nuestra metáfora, los hombres sabios podrıán haber hecho mejores
observaciones si:
• Se hubiesen quitado las vendas de los ojos.
• Estuviesen más tiempo interactuando con el elefante y todas sus partes.
• Hubiesen explorado más de un elefante.
• Hubiesen observado al elefante a través del tiempo, cuando se movıá o
cambiaba.
• Hubiesen compartido sus observaciones mientras las hacıán.
Si realizáramos observaciones de esa forma, contextualmente, entonces se
podrıán obtener informes muy similares. Ocurre lo mismo que con la frase
anterior de “Veo un pájaro”, que es muy diferente de la de “Veo un pájaro volando”.
La otra moraleja es que no deberıámos creer los informes observacionales que
estén limitados en el tiempo o en los movimientos, y que no sean observaciones
contextuales. Justamente, si repitiésemos esas observaciones cortas (¡enviando de
nuevo a otros hombres ciegos!) obtendrıámos las mismas respuestas erróneas,
una y otra vez. Las observaciones podrıán ser �iables, pero continuarıán siendo
falsas.
El replanteamiento que te llevas del
Capítulo 1
Para terminar este Capıt́ulo, voy a resumir las distintas formas de
repensar la Psicologıá que hemos planteado hasta ahora, teniendo
siempre en mente que la discusión principal de algunas de ellas se hará
en capıt́ulos posteriores, una vez que planteemos otras nuevas
metáforas.
No hay un centro de control central o control interno de las acciones
humanas. Deja de pensar en que hay un “centro de control” dentro de
cada uno de nosotros, que dirige fundamentalmente todas las acciones
y los pensamientos. No hay “cosas” internas tales como entidades,
conceptos o explicaciones, aunque haya razones que nos hagan pensar
ası ́(pero de forma errónea).
No hay una secuencia en tiempo real. La acción humana no se
construye en una secuencia, momento a momento, antes de entrar en
acción. Cuando nos sucede algo, esto nos cambia de varias maneras que
constituyen el nuevo contexto para actuar de manera diferente en ese
mismo contexto la próxima vez, y cuando eso sucede, entonces
actuamos de manera diferente, inmediatamente, y al 100%, sin tener
que pasar por ninguna representación, procesamiento o decisión,
porque previamente hemos sido cambiados de alguna manera. La
forma en que nos hablamos a nosotros mismos o a los demás sobre
estas cosas puede llevar un tiempo, pero las acciones no.
El organismo es cambiado por el contexto. En lugar de pensar en
términos de una parte separada e invariable del objeto u organismo,
que almacena y procesa una representación de lo que acaba de suceder
para plani�icar el siguiente movimiento, podemos pensar de otra
manera: el organismo es cambiado constantemente por lo que le
sucede, y esos cambios son parte del contexto para las siguientes
acciones, sin que haya nada más tenga que ser procesado o decidido o
plani�icado por el camino entremedias. Nuestras experiencias y las
consecuencias de nuestras acciones nos cambian, para que podamos
actuar inmediatamente en el futuro y no tengamos que volver a hacer
cálculos cada microsegundo. Solemos hablar mucho sobre lo que nos
está sucediendo, pero este es un proceso aparte y de carácter social
(Capıt́ulos 2 y 4).
Contexto, no causa. Debemos dejar de pensar en términos de causas y
efectos, y pasar a pensar en términos de contextos o arreglos que
propician lo que ocurre. Cuando pensamos en términos de causas,
también estamos más propensos a pensar que nuestras propias
acciones son “causadas” por una forma de control “interno”.
Pensamiento contextual. Piensa en que hay contextos (complejos) en
los que las acciones surgen cada vez (al 100%), y estos contextos
cambian y recuerdan por nosotros. Los contextos externos son nuestra
memoria, y están allá fuera, no aquí dentro, de modo que en un
contexto concreto se produce una acción concreta. Nunca hay una causa
única para ningún evento, y la búsqueda y la atribución de causas es
algo muy selectivo y sesgado.
Observación contextual. El control contextual es externo a la persona y
suele ser difıćil de observar, en parte por los cambios históricos y
sutiles, y en parte porque nuestras habilidades para observar e
informar a los demás están sesgadas hacia la búsqueda de “causas”,
pero solo las que nos resultan más evidentes y nombrables, no
buscamos en los contextos. La psicologıá como disciplina puede
de�inirse por ser un terreno lleno de basura por su historia, al tratar de
explicar de forma abstracta aquellas acciones y actividades para las que
no resulta fácil ver los controles externos.
Con su�iciente detalle, el contexto nos da un 100% de certeza. Este
punto ha surgido varias veces en el texto, pero lo dejaré para tratar con
más detalle en el Capıt́ulo 3. Ası ́que, no cambies de canal.
Hay razones por lo que no nos replanteamos estas ideas en la vida
cotidiana. En la vida ordinaria, no hay demasiadas

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