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ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES

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Enfermedades de las glándulas salivales 
 
 
 
 
 
ENFERMEDADES DE LAS 
GLÁNDULAS SALIVALES 
 
 
INTRODUCCIÓN 
Las glándulas salivales están constituidas por tres pares de glándulas 
mayores (parótidas, submaxilares y sublinguales) y un grupo de 450 
a 700 glándulas menores localizadas en la mucosa oral. Su función 
fundamental es producir y secretar saliva. La secreción salival parotídea 
llega a la cavidad oral a través del conducto de Stenon, y la secreción 
maxilar lo hace a través del conducto de Wharton. Normalmente se 
segregan 1-1,5 L en 24 h. Las glándulas parotídeas, de tipo seroso, 
participan con el 25% del total de dicha secreción; las submaxilares, de 
tipo seromucoso, con el 71%; las sublinguales, de tipo mucoso, con el 
3%-4%, y las glándulas salivales menores, de tipo seromucoso y mu- 
coso, con una cantidad condicionada por la estimulación alimentaria. 
La saliva tiene un pH de 6,0-7,0, sus electrólitos más importantes son 
sodio, potasio y cloro y su principal enzima es la alfaamilasa. La saliva 
es el medio en el que se desarrolla la flora bacteriana y contribuye a 
la lubricación y protección de la mucosa oral. Sus alteraciones se han 
relacionado con caries dentaria y depósito de cálculos dentarios (sarro). 
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS 
En la anamnesis se debe preguntar sobre la existencia de tumefacción 
glandular y su forma de presentación, unilateral o bilateral, así como 
sobre la existencia de fiebre, la administración previa de medicamentos 
y la presencia de otras enfermedades, como diabetes mellitus, o el 
abuso de alcohol. Se tendrá en cuenta la edad de inicio de las manifes- 
taciones clínicas; así, los tumores parotídeos en recién nacidos y niños 
pequeños son hemangiomas o linfangiomas y, excepcionalmente, 
quistes congénitos, mientras que en la edad escolar predomina la 
infección vírica. La sialoadenosis acontece entre los 30 y los 50 años, mien- 
tras que los tumores malignos aparecen después de los 45 años. 
En la inspección debe objetivarse la existencia o no de asimetrías. En 
la palpación parotídea se compara el tamaño y la consistencia de las 
dos glándulas, y se termina con una palpación bimanual o bidigital 
mediante la colocación de una mano dentro de la cavidad bucal. Esta 
última maniobra es indispensable para la exploración de las glándulas 
submaxilares y sublinguales. Mediante la expresión de los conductos de 
Enfermedades del aparato digestivo 
 
 
 
Stenon o de Wharton es posible observar las características de la saliva 
producida por las distintas glándulas. Si se excluye una enfermedad 
inflamatoria, el dolor a la palpación de la parótida suele ser un signo 
de malignidad. La exploración se completa con una inspección de 
la cavidad bucal. Seguidamente se enumeran las exploraciones com- 
plementarias empleadas en el diagnóstico de las enfermedades de las 
glándulas salivales. 
■ RADIOGRAFÍA SIMPLE 
Las técnicas radiológicas utilizadas son la ortopantomografía y las 
radiografías desenfiladas de la región submaxilar y parotídea. Para 
visualizar un cálculo en el conducto de Wharton puede ser útil la 
radiografía oclusal. 
■ SIALOMETRÍA Y SIALOQUÍMICA 
Tienen valor como métodos de investigación en las enfermedades 
glandulares, aunque su utilidad diagnóstica es escasa. La introducción 
de la proteómica y la nanotecnología en el análisis de la saliva podrá 
ayudar a identificar biomarcadores de enfermedad, tanto oral como 
sistémica. 
■ SIALOGRAFÍA 
Su principal aplicación es el diagnóstico de las lesiones del sistema 
ductal y la sialolitiasis. Para su realización se cateterizan el conducto 
de Stenon o el de Wharton y se hacen tres radiografías, una antes de 
la inyección de contraste yodado, otra inmediatamente después y, la 
tercera, tras su evacuación. La sialografía está contraindicada durante 
la fase aguda de la enfermedad. En la mayoría de las ocasiones esta 
técnica puede ser sustituida por una sialografía-RM. 
■ GAMMAGRAFÍA 
La gammagrafía con pertecnetato de 99Tc proporciona información 
sobre el tamaño, la localización y la función de las glándulas salivales. 
En las enfermedades inflamatorias difusas, la gammagrafía es útil para 
cuantificar el grado de afección funcional de las glándulas. 
■ TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA 
En condiciones normales, las glándulas salivales mayores se identifican 
fácilmente mediante TC. Esta técnica es de gran utilidad para las 
enfermedades que afectan al parénquima de la glándula y para con- 
firmar o descartar la extensión de un tumor hacia zonas próximas, 
aunque no permite establecer un diagnóstico de certeza sobre el tipo 
de tumor, dado que sustancias mucoides o estructuras lipomatosas 
pueden simular a las observadas en tumores malignos. La TC se puede 
completar con la inyección de contraste intravenoso o bien realizarse 
de manera simultánea a la sialografía para el estudio de los tumores. 
■ RESONANCIA MAGNÉTICA 
En ocasiones está indicada en el estudio de los procesos tumorales, 
sobre todo para delimitar las lesiones y, especialmente, para una defi- 
nición más precisa de la relación de las estructuras vasculares con el 
tumor. La sialografía-RM tiene ventajas sobre la sialografía tradicional 
dado que no emplea medios de contraste y permite una valoración 
más precisa del sistema ductal. 
■ ULTRASONOGRAFÍA 
Sólo la ultrasonografía bidimensional es útil en las afecciones de la 
parótida. Presenta las ventajas del bajo coste, la ausencia de irradiación 
y la rapidez, aunque es necesaria una gran experiencia para su correcta 
interpretación. 
■ BIOPSIA Y CITOLOGÍA 
La biopsia de las glándulas salivales mayores está contraindicada por 
la posibilidad de lesionar estructuras nerviosas, provocar fístulas o 
diseminar células tumorales. El mejor método es la citología por 
aspiración de masas tumorales; con este método un citólogo experto 
puede discernir entre enfermedad benigna y maligna. 
TRASTORNOS FUNCIONALES 
■ HIPERSIALORREA (PTIALISMO) 
Determinadas alteraciones bucales, como estomatitis, aftas, dolor 
dentario y trastornos neurológicos que alteren la normal deglución, 
pueden condicionar un aumento en la secreción de la saliva. En el sín- 
drome de Down y en algunas enfermedades mentales pueden existir 
falsas sialorreas por dificultad en la deglución. 
■ HIPOSIALIA O ASIALIA 
La xerostomía, o sensación de sequedad bucal, aparece cuando se 
hallan disminuidas la producción o la secreción de saliva. Puede ser 
fisiológica en personas de edad avanzada o un síntoma atribuible a 
una enfermedad de las glándulas salivales. Los fármacos con acción 
anticolinérgica (fundamentalmente, los psicofármacos) provocan 
una xerostomía que desaparece al retirar la sustancia implicada. La 
xerostomía puede observarse también en situaciones de ansiedad y 
deshidratación. 
ANOMALÍAS DEL DESARROLLO 
Las posibles anomalías en el desarrollo de las glándulas salivales con- 
sisten en la existencia de glándulas aberrantes, conductos excretores 
accesorios, agenesias, hipoplasia, hiperplasias y fístulas relacionadas 
con anomalías del desarrollo de los arcos branquiales. Se han descrito 
glándulas ectópicas en las regiones cervical y mandibular y en los 
ganglios linfáticos. 
QUISTES Y MUCOCELES 
Se deben diferenciar los quistes verdaderos de los mucoceles o quistes 
por retención que se localizan en las glándulas salivales menores del 
labio, la glándula sublingual o la glándula de Blandin-Nuhn, situada 
en la punta ventral de la lengua. La ránula es una formación quística de 
paredes gruesas localizada en la porción anterior del suelo de la boca. 
SIALOADENOSIS 
El término sialoadenosis incluye un conjunto de enfermedades no 
inflamatorias relacionadas con alteraciones metabólicas y secretoras 
del parénquima glandular. La sialoadenosis representa una reacción 
de las glándulas salivales a diversas enfermedades endocrinas, como 
diabetes mellitus de tipo II, obesidad, hipotiroidismo o disfunción 
gonadal. Se puede asociar también a situaciones de malnutrición, 
como kwashiorkor,beriberi y pelagra, o alcoholismo crónico. En la 
anorexia nerviosa y en tratamientos con hipotensores o psicofármacos, 
la tumefacción se atribuye a una sialoadenosis neurógena. Se presenta 
clínicamente como una tumefacción parotídea recurrente y bilateral. 
La anatomía patológica definitoria consiste en: a) un aumento de los 
acinos y de la concentración intracitoplasmática de gránulos secretores; 
b) cambios atróficos de las células mioepiteliales, y c) degeneración del 
sistema nervioso autónomo (SNA). Contrariamente a lo observado en 
las parótidas, los cambios en las glándulas submaxilares, sublinguales y 
menores son mínimos. La sialoadenosis probablemente no corresponde 
a una alteración de las glándulas salivales per se, sino a un problema de 
su inervación. La mayoría de los casos que la determinan se acompaña 
de polineuropatía periférica y trastornos del SNA. 
El diagnóstico puede sospecharse por las imágenes de la gammagrafía 
de las glándulas salivales, que suelen demostrar una disminución en la 
captación y la excreción del trazador, si bien el diagnóstico definitivo 
se obtiene por citología, que sólo debe indicarse cuando existan dudas 
con otras entidades. El tratamiento debe encaminarse a controlar la 
enfermedad de base o a retirar la medicación responsable. En pacientes 
con diabetes mellitus bien controladas se ha observado que la tumefac- 
ción parotídea no desaparece, lo cual indica probablemente una lesión 
irreversible del SNA. Sólo en casos extremos y por indicación estética 
está indicada la parotidectomía subtotal. 
Enfermedades de las glándulas salivales 
 
 
 
SIALOLITIASIS 
No se conoce exactamente la etiología en la formación de los cálculos, 
pero podría estar relacionada con una estasis salival y la precipitación 
de sales. El diagnóstico es clínico, apoyado en la sialografía o la TC. La 
localización más frecuente de la litiasis es la glándula submandibular 
(85% de los casos), seguida de la parótida (10%) y la sublingual (5%). 
Se han descrito casos de litiasis en las glándulas salivales menores. 
La mayoría de los cálculos salivales ocurren en los conductos excre- 
tores de las glándulas y, de forma excepcional, en el parénquima. La 
frecuencia de presentación aumenta con la edad; suelen ser unilaterales 
y recurrentes. El cuadro clínico consiste en una tumefacción aguda, 
aparatosa y muy dolorosa de la glándula. Suele aparecer en el momento 
de la comida, seguido por una disminución gradual de la inflamación. 
En ocasiones, la sialolitiasis provoca un absceso glandular que requiere 
desbridamiento. El cálculo de la glándula submandibular puede ser 
palpable en el conducto de Wharton, mientras que el cálculo parotídeo 
se localiza mediante palpación bimanual en el conducto de Stenon. La 
sialolitiasis es excepcional antes de los 15 años. El cálculo parotídeo 
suele expulsarse en forma espontánea o tras la práctica de sialografía, 
mientras que el submaxilar requiere exéresis intraoral del cálculo situa- 
do en la porción distal del conducto de Wharton. En el cálculo de la 
glándula submaxilar debe practicarse una submaxilectomía. 
 
SIALOADENITIS 
La sialoadenitis corresponde a una inflamación de las glándulas sali- 
vales determinada por múltiples etiologías. En su etiopatogenia deben 
tenerse en cuenta tres factores: a) factores generales del individuo, 
incluidos sus mecanismos de defensa, ya que de forma casi exclusiva la 
sialoadenitis infecciosa bacteriana afecta a pacientes con enfermedades 
crónicas o graves, como diabetes mellitus, o enfermedades caquectizan- 
tes, o postoperados; b) factores locales que determinan alteraciones en 
la formación y secreción de la saliva, y c) factores inmunológicos, ya 
que las glándulas salivales, como integrantes del sistema glandular exo- 
crino, participan de muchas alteraciones inmunológicas cuya expresión 
como órgano diana o iniciador de los trastornos inmunológicos aún 
debe dilucidarse. 
 
■ SIALOADENITIS INFECCIOSA 
Sialoadenitis bacteriana 
La infección bacteriana de las glándulas salivales tiene un origen canali- 
cular ascendente por gérmenes procedentes de la boca y se localiza casi 
exclusivamente en la parótida. De forma excepcional puede deberse 
a una metástasis séptica hematógena o por vía linfática. En pacientes 
con neoplasias extensas de la boca son infrecuentes los episodios de 
parotiditis supuradas, mientras que estos suelen presentarse en pacien- 
tes en coma o con enfermedades intestinales que se acompañan de 
una disminución del flujo salival. Por consiguiente, es probable que el 
factor predisponente más importante sea una alteración en la función 
o secreción salivales para evitar la colonización ascendente de los 
gérmenes desde la boca a la parótida. El diagnóstico de la parotiditis 
supurada se establece fácilmente por la clínica. Su tratamiento consiste 
en antibioticoterapia más desbridamiento quirúrgico en el caso de 
formación de abscesos. Otras formas de afección bacteriana, como 
tuberculosis, sífilis o gonococia, son excepcionales. 
Parotiditis crónica recurrente 
Se caracteriza por una tumefacción parotídea recurrente, unilateral 
o bilateral, cuya clínica puede persistir días o semanas con intervalos 
de meses o años. Durante estos intervalos, la glándula no es palpable 
o está apenas indurada. En las fases iniciales, la anatomía patológica 
se caracteriza por lesiones ductales con dilatación de la luz y edema 
periductal. En estadios más avanzados existe una reacción inflamato- 
ria periductal hasta que finalmente se produce la desaparición de la 
estructura lobular. Estos episodios corresponden a la parotiditis bac- 
teriana recurrente. El tratamiento en los primeros episodios se basa en 
antibioticoterapia, y en casos sin resolución se practica parotidectomía. 
Existe una forma de presentación en niños que se caracteriza por un 
pronóstico favorable y la desaparición espontánea en la pubertad. 
Sialoadenitis vírica 
Varios virus pueden afectar a las glándulas salivales. La entidad 
clínica más frecuente es la infección por el virus de la parotiditis, que 
afecta fundamentalmente a niños en edad escolar. Sin embargo, tras 
la introducción de la vacunación, su incidencia ha disminuido. Los 
virus pueden afectar el tejido salival por varios mecanismos: absorción 
vírica primaria a través de la saliva, en condiciones normales, el 
sistema inmunitario de las glándulas salivales, y en particular la 
secreción de IgA, protege frente a los virus; secreción de virus a la 
saliva, existen determinados virus con sialotropismo demostrado, 
como el de la parotiditis y el citomegalovirus. Otros virus en los que 
se ha comprobado secreción salivar son virus de Coxsackie, virus 
ECHO y EBV, el virus de la rubéola, el virus de la influenza y VHB, 
y sialoadenitis vírica, en el curso de una viremia, determinados virus 
sialotropos, fundamentalmente el de la parotiditis y el citomegalo- 
virus, inducen una reacción inflamatoria glandular. Los otros virus 
descritos anteriormente como sialotropos pueden, en ocasiones, 
producir sialoadenitis clínica. Se cree que existe un fenómeno de 
latencia vírica en las glándulas salivales para el citomegalovirus y el 
virus de Epstein-Barr. Algunos virus oncogénicos pueden determinar 
una asociación o una inducción en ciertos tumores glandulares. 
El HIV puede afectar a las glándulas salivales, para determinar diversas 
lesiones. Entre las más características destacan el síndrome infiltrativo 
linfocitario difuso y los quistes linfoepiteliales. El primero corresponde a 
un síndrome con un probable componente autoinmune caracterizado 
por infiltración difusa visceral por linfocitos T CD8+. Los pacientes 
pueden presentar un cuadro clínico parecido al observado en el sín- 
drome de Sjögren (hipertrofia parotídea, xerostomía, síndrome seco 
y neumonitis linfocitaria). Las lesiones quísticas linfoepiteliales pue- 
den remitir con tratamiento antirretroviral, si bien en ocasiones pueden 
corresponder a la manifestación local de una linfodenopatíagenera- 
lizada. Se han descrito linfomas asociados a este tipo de lesiones. Los 
pacientes infectados por el VHC pueden desarrollar una sialoadenitis 
crónica parecida a la observada en el síndrome de Sjögren, de probable 
patogenia autoinmune. 
■ SIALOADENITIS AUTOINMUNE 
Sialoadenitis alérgica 
Algunos episodios de sialoadenitis se han relacionado con la acción de 
complejos antígeno-anticuerpos. Se ha involucrado como alérgenos a 
productos alimentarios y fármacos, como fenilbutazona, nitrofuran- 
toína y clorhexidina. 
Síndrome de Sjögren 
El síndrome de Sjögren es una enfermedad inflamatoria crónica de 
patogenia autoinmune que afecta a todo el sistema glandular exocrino. 
Se define por la asociación de queratoconjuntivitis seca y xerostomía 
(síndrome de Sjögren primario). Cuando existe otra enfermedad 
autoinmune asociada se denomina síndrome de Sjögren secundario. La 
infiltración linfocitaria y la atrofia acinar de las glándulas salivales, 
tanto mayores como menores, provocan una clínica de xerostomía 
(v. cap. 110, Enfermedades difusas del tejido conectivo). 
Síndrome de Heerfordt 
El síndrome de Heerfordt, o fiebre uveoparotídea, es una forma clínica 
de sarcoidosis en la que se asocian manifestaciones oculares (iritis, 
iridociclitis o uveítis), tumefacción de las glándulas lagrimales y tume- 
facción parotídea bilateral. En ocasiones puede presentarse parálisis 
facial periférica (v. cap. 134, Sarcoidosis). 
Síndrome de Mikulicz 
La denominación síndrome de Mikulicz debería desaparecer de la 
terminología médica, dado que ha motivado múltiples confusiones. 
De hecho, el paciente descrito por Mikulicz correspondía en realidad 
Enfermedades del aparato digestivo 
 
 
a un paciente con síndrome de Sjögren. Si se conoce bien este hecho, 
podría reservarse el término a la infiltración de las glándulas salivales 
mayores en el curso de enfermedades generalizadas, como linfomas, 
leucemias o tuberculosis. 
Otras sialoadenitis autoinmunes 
Si bien no se conoce la patogenia de la sialoadenitis observada en los 
pacientes infectados por el HIV o el VHC, probablemente corresponda 
a una lesión del sistema glandular exocrino en el contexto de los fenó- 
menos autoinmunes que pueden desarrollar estos agentes infecciosos. 
■ OTRAS FORMAS DE SIALOADENITIS 
Sialoadenitis por irradiación 
El grado de afección glandular depende de la extensión y de la dosis 
de irradiación; la glándula parotídea es mucho más sensible que la 
submaxilar. A partir de una dosis de 40-50 Gy se pueden producir 
lesiones irreversibles, con atrofia de la glándula y xerostomía. Avances 
en el conocimiento de las distintas terapias con progenitores de células 
hematopoyéticas podrían aplicarse en pacientes con distintos tipos de 
xerostomía y mejorar sustancialmente su calidad de vida. 
Sialoadenitis electrolítica 
Esta entidad clínica afecta a la glándula submaxilar en el 90% de los 
casos y a la parótida en el 10%. Existe una alteración inicial en el 
contenido electrolítico de la saliva, que determina un incremento de 
su viscosidad y una retención mucosa en los conductos terminales. 
La sialolitiasis correspondería a un estado final de esta disquilia. En la 
mayoría de los casos estos trastornos no determinan clínica alguna y 
se diagnostican cuando se presenta una litiasis. 
Sialoadenitis crónica esclerosante 
de la glándula submandibular 
(tumor de Küttner) 
Esta entidad, descrita por Küttner en 1896 y caracterizada por dolor y 
tumefacción de las glándulas submaxilares, debe distinguirse desde el 
punto de vista histológico de un verdadero tumor. Si bien su patogenia 
inicial podría estar relacionada con una obstrucción debida a una sialoa- 
denitis electrolítica, existen datos sugestivos de un origen autoinmune. 
TRASTORNOS NEUROLÓGICOS 
■ SÍNDROME DE FREY (SÍNDROME 
AURICULOTEMPORAL) 
Se caracteriza por sudoración y enrojecimiento de la piel de la mejilla 
tras la estimulación gustatoria o con la masticación. Se observa sobre 
todo después de intervenciones quirúrgicas en la parótida (10%-15%) 
y, con menor frecuencia, en recién nacidos después de un parto con 
fórceps, en lesiones del sistema nervioso central, tras la simpatectomía 
cervical y en las operaciones con cirugía radical del cuello. La posible 
explicación de este síndrome sería la regeneración inapropiada del 
SNA previamente lesionado. 
TUMORES 
Todas las glándulas salivales pueden resultar afectadas por un tumor. El 
80% de los casos corresponden a tumoraciones parotídeas, y el 10%, a 
tumores submaxilares. Sólo el 1% afectan a las glándulas sublinguales, 
y el 9% restante, a las glándulas salivales menores; en estas últimas, más 
del 50% corresponden a tumores de las glándulas palatinas. 
Si se consideran las características histológicas, el 20% de los tumores 
parotídeos, el 45% de los submaxilares y de las glándulas menores, 
y el 90% de los tumores de las glándulas sublinguales son malignos. 
Los tumores pueden ser unilaterales, aunque se han descrito también 
tumores bilaterales con histología idéntica o distinta. Las metástasis 
en las glándulas salivales son excepcionales, y cuando se producen, en 
el 45% de los casos corresponden a metástasis de melanomas, y en el 
38%, a carcinomas escamosos. 
Existen más de 20 tipos de neoplasias benignas o malignas de las glándu- 
las salivales y, al contrario de lo que ocurre en otros cánceres de cabeza y 
cuello, no se han identificado factores de riesgo específico o carcinógenos 
en este tipo de tumores, a excepción de las irradiaciones previas. 
El tumor más frecuente es el adenoma pleomórfico (tumor mixto 
benigno). El tumor mixto benigno de parótida se manifiesta clínica- 
mente en forma de nódulo indoloro, situado la mayoría de las veces 
en el lóbulo superficial de la glándula, debajo de la piel normal, sin 
ocasionar molestias importantes. 
Si predominan los componentes epiteliales y el estroma mixoide, el 
nódulo es blando, simulando un quiste, mientras que cuando predo- 
minan las partes condroides su consistencia es dura. 
El tratamiento siempre es quirúrgico, dado que existe la posibilidad 
de malignización. Este tumor no metastatiza a distancia, pero son 
frecuentes las recidivas locales. Cuando el tumor está localizado en la 
glándula submaxilar, se presenta un cuadro clínico similar. 
El tumor maligno más frecuente observado en la glándula salival mayor 
y menor es el carcinoma mucoepidermoide. El 84% de los casos se 
localiza en la glándula parótida, el 13%, en la glándula submaxilar y 
el 3%, en la glándula sublingual. La mayoría de los tumores son de 
bajo grado y los pacientes evolucionan favorablemente tras lobectomía 
superficial o parotidectomía total. Los tumores localizados en la glán- 
dula submaxilar pueden ser más agresivos. Otros tumores malignos 
son el carcinoma adenoideo quístico y el adenocarcinoma. 
Los nuevos avances en la patogénesis molecular de los tumores 
de glándulas salivales incluyen, como en otros tumores, la descrip- 
ción de distintos reordenamientos cromosómicos que inducen a una 
fusión de oncogenes con la consiguiente inducción de tumorogénesis. 
El carcinoma mucoepidermoide puede presentar la traslocación t(11; 
19)(q12; p13) con una fusión respectivamente de los genes MECT1 
y MAML2. En el caso del carcinoma adenoideo quístico, la fusión 
es MYB-NFIB. Todos estos datos y otros sobre el comportamiento 
molecular tendrán gran importancia en el pronóstico y las estrategias 
terapéuticas de estos tumores. 
LINFOMAS 
Las glándulas parotídeas y submaxilares tienen una estrecha relación 
con los ganglios linfáticos paraglandulares e intraglandulares. La mitad, 
aproximadamente, de la patología linfática suele ser infecciosa, lo que 
incluye linfadenitis inespecíficas, tuberculosis o toxoplasmosis, y una 
tercera parte corresponde a linfomas. Alrededor del 40% de los linfo- 
mas de cabeza y cuello afecta a las glándulas parotídeas, submaxilares 
o palatinas. El 10% de las afecciones linfáticas se debe a metástasis. 
Los linfomas de las glándulassalivales son aquellos que, en el momento 
del diagnóstico, no se han extendido más allá de los ganglios intraglan- 
dulares o periglandulares y en los cuales no se puede demostrar la exis- 
tencia de linfoma en otro órgano. Prácticamente todos corresponden a 
linfomas no hodgkinianos y se localizan en la parótida o en la glándula 
submaxilar, aunque también se han descrito en las salivales menores. 
Los pacientes con síndrome de Sjögren presentan un riesgo relativo 
40 veces superior a la población general de desarrollar linfomas tanto 
intraglandulares como extraglandulares. El tipo más frecuente de 
linfoma que se desarrolla en las glándulas salivales es el linfoma B 
de tipo MALT (del inglés mucosal-associated lymphatic tissue, «tejido 
linfoide asociado a mucosa»). 
OTRAS ENFERMEDADES 
■ FÍSTULAS SALIVALES CUTÁNEAS 
Se pueden producir tras lesiones inflamatorias, intervenciones quirúr- 
gicas o lesiones traumáticas del parénquima glandular o del conducto. 
Si no remiten espontáneamente, el tratamiento quirúrgico es difícil. 
Existe una forma congénita de fístula cervical debida a una anomalía 
en los dos primeros arcos branquiales. 
■ LIPOMATOSIS 
El porcentaje de tejido graso aumenta con la edad. En el caso de adi- 
posis generalizada o diabetes puede existir una lipomatosis intersticial. 
 
 
 
Enfermedades del esófago 
 
■ AMILOIDOSIS 
En la amiloidosis secundaria es posible observar depósito de amiloide, 
con la consiguiente atrofia parenquimatosa. 
■ FIBROSIS Y ESCLEROSIS 
El incremento del tejido conectivo intersticial se debe generalmente a 
una inflamación previa de la glándula. 
■ LESIONES VASCULARES 
Los vasos de las glándulas salivales pueden estar afectados en altera- 
ciones sistémicas, como arteriosclerosis o arteritis. Pueden producirse 
infartos glandulares por alteraciones isquémicas, tras intervenciones 
quirúrgicas u oclusiones vasculares.

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