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PREVENCIÓN EN LA PRÁCTICA MÉDICA INTRODUCCIÓN La palabra prevención se define como la preparación que se lleva a cabo para evitar un riesgo. Médicamente, el término se emplea para definir las actividades que tienen como objetivo evitar las enfer- medades, por contraposición al término curación o tratamiento. Técnicamente, prevención son todas las acciones encaminadas a erradicar, eliminar o minimizar el impacto de las enfermedades y la discapacidad. El concepto de prevención se define mejor si se consideran distintos niveles de la misma. Estos son, tradicionalmente, la prevención prima- ria, secundaria y terciaria. Algunos autores consideran también un nivel adicional, denominado prevención primordial. Los resultados de varias actividades y estrategias preventivas en salud pública, desarrolladas en el siglo xx, han contribuido a que la esperanza de vida de las personas residentes en países de renta alta haya aumentado más de 30 años, de los que entre 20 y 25 se consideran atribuibles a alguna de las mejoras en salud pública (cuadro 1). Fundamentos de la práctica médica http://booksmedicos.org Fundamentos de la práctica médica La prevención primaria se dirige a la reducción de la incidencia de una enfermedad, por ejemplo, para que, gracias a la vacunación, no aparezcan casos nuevos de poliomielitis. Los esfuerzos son tanto indi- viduales como comunitarios. Suelen distinguirse dos tipos básicos de actividades de prevención primaria: de protección de la salud, que se ejercen sobre el medio ambiente, y de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, que se llevan a cabo sobre las personas (educación sanitaria, inmunizaciones). La prevención secundaria se dirige a reducir la prevalencia de una enfer- medad mediante su detección precoz y la reducción de su duración e impacto (discapacidad). En este caso, el agente o estímulo causante de la enfermedad ya ha aparecido o actuado, por lo que el objetivo básico es tratar de interrumpir su progresión, idealmente en etapas presintomáticas, si esta situación mejora efectivamente el pronóstico de la enfermedad y los resultados en salud. Un ejemplo de este tipo de prevención se encuentra en los programas de detección precoz del cáncer de mama o de colon. Es un área de trabajo de la medicina preventiva. La prevención terciaria se dirige a la reducción del número o impacto de las complicaciones y la discapacidad producida por una enfermedad, una vez que ya ha aparecido. Es un área de trabajo de la rehabilitación. La prevención primordial consiste en un conjunto de acciones o medi- das que tratan de inhibir o evitar la aparición y el mantenimiento de condiciones ambientales, económicas, sociales y conductuales que, según se sabe, pueden aumentar el riesgo de enfermedad. Es el objetivo básico de la salud pública y de las políticas de promoción de la salud. Existen medidas de prevención que no son médicas (p. ej., uso de cinturones de seguridad en accidentes de tráfico), motivo por el que la prevención puede definirse como el conjunto de medidas que tienen como objetivo impedir el inicio o el progreso de una enfermedad o discapacidad en cualquier momento de su desarrollo o como cualquier medida que permita reducir la probabilidad de aparición de un tras- torno o enfermedad, o bien interrumpir o retrasar su progresión. Se reconoce también la existencia de la denominada paradoja de la prevención: una medida preventiva que comporta grandes beneficios para la comunidad puede no ofrecer ninguna ventaja especial para la mayoría de individuos. Para prevenir una muerte por accidente de tráfico, miles de personas deben llevar puesto el cinturón de seguridad; para reducir la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón, miles de personas deben dejar de fumar, aunque solamente algunas de ellas, expuestas al tabaco, habrían desarrollado una enfermedad que las conduciría a una muerte prematura. La medicina configura así dos grandes ramas conceptuales, la medicina preventiva y la medicina asistencial. Ambas tienen entre sí una relación más que estrecha y están incluidas dentro de la práctica totalidad de sistemas sanitarios. El concepto de riesgo es fundamental para entender la prevención. Riesgo indica la probabilidad de que un evento suceda, por ejemplo, la probabilidad que una persona sufra un infarto de miocardio en un período de tiempo definido (1 año) o a una edad determinada (a los 50 años). Un factor de riesgo es cualquier aspecto de nuestra conducta personal o hábitos de vida, exposición a agentes medioambientales o una característica innata o heredada que, de acuerdo con la evidencia epidemiológica, puede asociarse significativamente a una condición relacionada con la salud o a una enfermedad que se considera impor- tante prevenir o evitar. En esta situación se realizan evaluaciones del riesgo. Se estima entonces, cualitativa o cuantitativamente, la probabi- lidad de un efecto adverso que pueda producirse como consecuencia de la exposición a determinados factores de riesgo (p. ej. exposición al papilomavirus humano y cáncer de útero) o de la ausencia de deter- minadas influencias beneficiosas (p. ej., sedentarismo y enfermedad cardiovascular). Finalmente, se analiza la relación riesgo/beneficio, en la que se comparan en una misma escala de medida los resultados positivos esperables (beneficios) y los negativos (riesgos, costes) como resultado de una acción o falta de esta acción relacionada con la salud. En la actualidad, en los países de renta alta, la contaminación del medio ambiente (agua, aire, alimentos) está controlada. Los problemas de salud predominantes son ahora las enfermedades crónicas y los acci- dentes. En estos países, la prevención de las enfermedades y la mejora de la salud de la población dependen principalmente de medidas de prevención médica (vacunaciones, consejo médico, quimioprofilaxis, quimioprevención y cribados), actividades preventivas que se ejecutan sobre las personas, que se basan en múltiples evidencias científicas aportadas por la investigación biomédica y que llevan a cabo distintos profesionales sanitarios. MÉTODOS DE PREVENCIÓN EN EL ÁMBITO CLÍNICO. MEDICINA CLÍNICA PREVENTIVA La medicina clínica preventiva, es decir, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad mediante acciones que inciden sobre las personas, ejecutadas en el ámbito clínico, se lleva a cabo mediante cua- tro grandes grupos de acciones preventivas: tres dentro de la prevención primaria (inmunizaciones preventivas, quimioprofilaxis y/o quimio- prevención, y educación sanitaria) y una dentro de la prevención secundaria (cribados). ■ INMUNIZACIONES PREVENTIVAS: VACUNAS Las inmunizaciones (básicamente las vacunas) son el instrumento más clásico de la medicina preventiva para la prevención y el control de las enfermedades transmisibles (v. sección XVII, Enfermedades infecciosas). Las vacunas suponen, junto a la potabilización del agua y los sistemas de saneamiento de residuos, uno de los avances más importantes en la historia de la humanidad para mejorar nuestra salud y la esperanza de vida. Se estima que gracias a la vacunación sistemática se evitan cada año más de 6 millones de muertes, se ahorra la pérdida de más de 400 millones de años de vida y se evitan más de 750 000 casos de complicaciones invalidantes en niños. A pesar de estos datos, en el siglo xxi mueren todavía cada año 3 millones de niños, la mayoría de ellos en países de renta baja, por enfermedades que, en el resto del mundo, se pueden prevenir fácilmente con vacunas. La vacunación sistemática de los niños de muchas generaciones, ini- ciada a mediados del siglo xx, ha permitido en todos los países de la Unión Europea (UE) y de América el control y la eliminación de enfermedades que causaban muerte y discapacidad a millones de perso- nas. En 1980 se declaró oficialmente erradicada la viruela. Es probable que en esta década (2010-2020) se pueda eliminar la poliomielitis en el mundo gracias alesfuerzo específico realizado dentro del programa ampliado de vacunaciones (Expanded Program of Immunization [EPI]). El sarampión, la difteria, el tétanos, las paperas y la rubéola están ya bien controlados en la UE (fig. 1), aunque no en otras partes del mundo. Se ha reducido significativamente el número de casos de hepatitis A y B y de sus complicaciones posteriores (cirrosis hepática y cáncer de hígado). Una gran mayoría de ciudadanos de la UE reconocen y aprecian el beneficio de las vacunas y aceptan la información y las recomendaciones relativas a las mismas que efectúan las autoridades sanitarias, los científicos y los profesionales sanitarios. Mantener y fortalecer esta confianza de los ciudadanos en esta medida preventiva es un reto, especialmente ahora, en un entorno en el que las posibles consecuencias de no vacunarse han perdido una buena dosis de objetividad. Dado el éxito de muchas vacunas, las enfermedades frente a las que nos protegen (ya sea individualmente o por la denomi- nada inmunidad de grupo) son ahora casi desconocidas. Entre los padres y entre muchos profesionales sanitarios no existe conciencia del riesgo que supone, por ejemplo, el sarampión o la tos ferina para un niño Vacunas Seguridad en los vehículos de motor Seguridad laboral Control de las enfermedades infecciosas Reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares Mejora de la salud materno-infantil Seguridad alimentaria Planificación familiar Fluoración del agua potable Reconocimiento del tabaco como un riesgo para la salud Cuadro 1 Estrategias de mayor éxito en salud pública desarrolladas a lo largo del siglo xx http://booksmedicos.org Prevención en la práctica médica europeo en pleno siglo xxi, por lo que se trivializan los beneficios de la vacunación (efecto denominado fatiga por la vacunación rutinaria). Algunos colectivos (religiosos o sociales) y personas o grupos con- trarios a la vacunación aprovechan estas circunstancias (buen control de la enfermedad, existencia de inmunidad de grupo) para rechazar las vacunas por «innecesarias». Además, en ocasiones esgrimen la amenaza de supuestos efectos adversos terribles de las vacunas (p. ej., autismo, intoxicación por mercurio) o su supuesta asociación con enfermedades crónicas (p. ej., diabetes, esclerosis múltiple, enfermeda- des autoinmunes). Frente a todas estas argumentaciones se ha demos- trado, repetida y contundentemente, la inexistencia de base científica y la ausencia de evidencias suficientes. Al contrario, las evidencias a favor de la seguridad y eficacia de las vacunas son abrumadoras. Las vacunas, como toda intervención sanitaria, no están exentas de riesgos. Estos pueden ser efectos secundarios (habitualmente leves y de corta duración, como dolor en el punto de inyección, inflamación, ligero malestar o febrícula) o efectos adversos inesperados, que pueden ser graves, pero que son muy poco frecuentes. En la práctica totalidad de vacunas sistemáticas, el balance riesgo/beneficio de la vacunación es extraordinariamente favorable para esta intervención sanitaria, una herramienta básica para la salud pública. El mayor riesgo de las vacunas es, simplemente, el que entraña no vacunarse. Las vacunas son, además, una de las intervenciones más rentables de las que disponemos. El campo de la investigación en la vacunación se está extendiendo a enfermedades no transmisibles (p. ej., tabaquismo, Alzheimer), a la vez que se ensaya también con vacunoterapia, que no previene la enfermedad pero ayuda a su tratamiento y control (p. ej., del HIV o de algunos tipos de cáncer). ■ QUIMIOPROFILAXIS Y QUIMIOPREVENCIÓN Este método de prevención se basa en la administración de fármacos (p. ej., antibióticos, ácido acetilsalicílico [aspirina]) o productos bio- lógicos (p. ej., estrógenos, antiestrógenos) a personas asintomáticas como prevención primaria para intentar reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad. En general, el término quimioprofilaxis se utiliza cuando el objetivo es la prevención de una enfermedad infecciosa, y quimioprevención, si se trata de prevenir una enfermedad crónica. La quimioprofilaxis se estudia en la sección XVII, Enfermedades infec- ciosas. La quimioprevención tiene un amplio campo de aplicación, especialmente en la prevención de enfermedades crónicas no trans- misibles (p. ej., ácido acetilsalicílico para la prevención del infarto de miocardio en individuos con un alto riesgo de padecer la enfermedad). En los últimos años se han efectuado o están en curso numerosos ensayos controlados para evaluar la eficacia y la seguridad de diversos fármacos en la prevención primaria de diferentes tipos de cáncer, con resultados prometedores (p. ej., dosis bajas de ácido acetilsalicílico para prevención del cáncer de colon). ■ EDUCACIÓN SANITARIA La educación sanitaria es el instrumento con mayor potencial para/en medicina clínica preventiva. Los comportamientos y estilos de vida constituyen en la actualidad el principal determinante de la salud en los países de renta alta. En estos países, la promoción de la salud es prin- cipalmente una cuestión de comportamientos (p. ej., alimentación, ejercicio físico, sueño). Los estilos de vida representan una de las causas más importantes de numerosas enfermedades crónicas (cardiovas- culares, cáncer), de los accidentes (de tráfico o domésticos) y de otros muchos problemas de salud (p. ej., enfermedades de transmisión sexual, drogodependencias, embarazos no deseados). La escuela, los medios de comunicación de masas y los servicios clínicos asistenciales, en especial los de atención primaria, son los principales ámbitos en los que se desarrollan actividades de educación sanitaria. Los responsables de su aplicación son los profesionales sanitarios que, además de su papel activo, tienen un importante papel pasivo o ejemplar como modelos positivos en el caso de hábitos que están extendidos entre la población (p. ej., consumo de tabaco o alcohol). Entre las medidas preventivas disponibles, las más importantes son las dirigidas a modificar los estilos de vida inadecuados o poco saludables. La prevención primaria mediante el consejo sanitario sobre factores de riesgo tan importantes como el consumo de tabaco, la falta de actividad física, la alimentación desequilibrada, el consumo de alcohol, el consumo de drogas ilegales y la falta de uso del cinturón de seguridad al conducir vehículos, entre otros, tiene mucha importancia para la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades. ■ CRIBADOS o cribado de población o poblacional. Actualmente, los programas más efectivos de cribado poblacional se dirigen a grupos definidos y específicos (p. ej., individuos mayores de 50 años de edad). La medicina clínica emplea las pruebas de cribado en un contexto diferente. Su interés son los pacientes individuales. Cuando un médico busca activamente una enfermedad o un factor de riesgo mediante pruebas de cribado en un paciente que acude a consulta por motivos que no tienen nada que ver con la enfermedad o afección investigada, se afirma que está llevando a cabo una búsqueda activa de casos (case finding) o cribado oportunista. El supuesto básico de los cribados consiste en la afirmación según la cual la detección precoz de una enfermedad crónica en una etapa Figura 1 Evolución temporal del número de casos de poliomielitis, sarampión y rubéola en España tras la introducción de la vacunación sistemática. En su concepto más amplio, un programa de cribado (screening) se puede definir como la oferta para la aplicación sistemática y voluntaria de uno o varios procedimientos de selección rápida (cuestionario, examen físico, pruebas diagnósticas) a poblaciones de individuos apa- rentemente sanos (que no se saben enfermos) al objeto de identificar en fases muy tempranas o subclínicas a aquellos que pueden estar enfermos o tienen un riesgo incrementado de sufrir una enfermedad determinada porque presentan un factor deriesgo específico. Una condición básica es que la enfermedad objeto del programa de cribado tenga una prevención o un tratamiento efectivos. Una prueba de cribado no tiene intención diagnóstica, simplemente intenta separar a aquellos individuos que probablemente tengan la enfermedad de aquellos que probablemente no la padezcan. Cuando la prueba de cribado se aplica a grandes poblaciones no seleccionadas, el proceso se denomina cribado masivo (mass screening) http://booksmedicos.org Fundamentos de la práctica médica presintomática mejora el pronóstico de la afección, al incrementar la expectativa de vida y reducir la mortalidad. Esta no siempre se ha podido demostrar cuando la eficacia de la detección y la intervención precoces se han evaluado mediante estudios experimentales bien diseñados, minimizando la existencia de sesgos. Los conceptos de sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo son muy importantes para evaluar y entender todos estos programas. Un resultado falso positivo genera a menudo angustia innecesaria en cribados de enfermedades de pronóstico grave, como el cáncer. También es muy importante el riesgo de sobrediagnóstico: detectar alteraciones que razonablemente no van a progresar y a causar enfermedad a largo plazo. Los costes de los programas de cribado, tanto poblacional como oportunista, son habitualmente elevados, por lo que se pueden plantear también problemas de eficiencia en el uso de recursos sanitarios. El cribado neonatal (alteraciones congénitas del metabolismo), el del cáncer de mama en las mujeres mayores de 50 años, el del cáncer de cuello uterino en mujeres sexualmente activas, el del cáncer colorrectal en varones y mujeres de más de 50 años, el de la hipertensión arterial y el del nivel de colesterol en sangre son ejemplos de programas de cribado efectivos y con buena relación coste/efectividad. En cambio, los cribados poblacionales de cáncer de pulmón o próstata no han demostrado, hasta el presente, su efectividad o una buena relación coste-efectividad. ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN SANITARIA EN LA UNIÓN EUROPEA Y ESPAÑA La prevención se lleva a cabo en la UE tanto en la atención primaria como en la atención especializada. La medicina comunitaria con- templa el proceso salud-enfermedad desde una perspectiva colectiva, engloba tanto las actividades curativas como de preservación y promoción de la salud. Incluye también la investigación de los factores ambientales, sociales y de conductas determinantes de la enfermedad. La información y la educación sanitaria resultan imprescindibles para que los ciudadanos contribuyan de forma activa a las acciones de protección, promoción y recuperación de la salud. El objetivo de la medicina clínica preventiva es la constitución y prestación de servicios clínicos, no incluidos en la atención primaria de salud, en los que de forma prioritaria se desa- rrollen acciones preventivas y de promoción de la salud, enfocadas a individuos y a grupos con riesgo elevado de presentar enfermedades específicas. La medicina clínica preventiva la integran aquellos servicios personales de salud proporcionados en el contexto de la atención más especializada, cuyo objetivo es el mantenimiento de la salud y la reducción del riesgo de enfermedad y, en definitiva, de discapacidad o muerte. Los rápidos avances tecnológicos alcanzados por la biología molecular y la genética ya hacen posible identificar a individuos portadores de genes anómalos con una especial susceptibilidad a sufrir determinadas enfermedades (p. ej., Alzheimer, cáncer de mama, cáncer de pulmón, cáncer de colon, esquizofrenia, etc.). Este hecho ha de comportar necesariamente avances en el desarrollo de estrategias y medidas de prevención personalizadas. En las últimas décadas, los países de la UE han logrado controlar numerosas enfermedades transmisibles gracias a la prevención. El número de casos de enfermedades infecciosas se ha reducido drás- ticamente. La mayoría de los fallecimientos que se producen ahora en los países de la UE se deben a enfermedades no transmisibles, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los microor- ganismos se adaptan constantemente, por lo que hay que contemplar siempre la posibilidad de aparición de nuevas infecciones, como ya ocurrió con el HIV/sida en 1980, el síndrome respiratorio agudo grave en 2003, la gripe A (H1N1) pandémica en 2009-2010 o el síndrome respiratorio de Oriente Medio en 2013-2014 (MERS). También debemos hacer frente a otros retos, como la resistencia creciente de los microorganismos a los antibióticos o las infecciones importadas, como, por ejemplo, los casos de infecciones por el virus del Ébola detectados fuera del oeste de África en 2014-2015. En respuesta a esta amenaza persistente que suponen las enfermedades transmisibles, la política de la UE se ha centrado en la vigilancia, la detección y la respuesta rápida, con la creación, por ejemplo, del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Las enfermedades crónicas y de alta prevalencia (definidas como aque- llas que afectan como mínimo a 50 de cada 100 000 personas) son en conjunto responsables del 85% de las muertes en la UE. Entre ellas figuran las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, los problemas de salud mental, la diabetes, la enfermedad crónica respiratoria y las afec- ciones musculoesqueléticas. Muchas de estas enfermedades comparten los mismos factores de riesgo y son potencialmente evitables. La UE impulsa un planteamiento global en materia de enfermedades cróni- cas y de alta prevalencia cuyos objetivos son velar por unas estadísticas nacionales fiables y comparables, apoyar campañas de concienciación y prevención dirigidas de forma activa a los grupos y personas de alto riesgo e integrar sistemáticamente las políticas y actuaciones con vistas a reducir las desigualdades sanitarias. El planteamiento de la UE se basa en integrar las actuaciones sobre los factores de riesgo en varios sectores y hacer esfuerzos por fortalecer los sistemas de salud para una mejor prevención y control. Un ejemplo de esta estrategia es el Plan Interdepartamental de Salud Pública de Cataluña (PINSAP), iniciado en 2014. Hoy en día, seis de los siete principales factores de riesgo de mortali- dad prematura en la UE (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, índice de masa corporal elevado, ingesta insuficiente de fruta y ver- dura, inactividad física y abuso del alcohol) están relacionados con nuestra forma de comer, beber y movernos. El aumento del sobrepeso y la obesidad en toda Europa son preocupantes. El Libro Blanco de la Comisión Europea sobre la estrategia acerca de la alimentación, el sobrepeso y los problemas de salud relacionados con la obesidad busca reducir los riesgos asociados con la mala alimentación y la escasa actividad física en la UE. Los daños relacionados con el alcohol son responsables de más del 7% de los problemas de salud y de las muertes prematuras en la UE. El consumo de alcohol aumenta el riesgo a largo plazo de enfermedades cardiovasculares, hepáticas y cáncer, y el consumo frecuente de grandes cantidades puede dar lugar a depen- dencia. Cualquier cantidad de alcohol puede ser peligrosa durante el embarazo y cuando se conduce. Los jóvenes están especialmente expuestos a los efectos a corto plazo de la intoxicación etílica, entre los que se incluyen los accidentes y la violencia. Las muertes relacionadas con el alcohol representan en torno al 25% de las muertes de varones jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 29 años. Respecto al tabaco, aunque el número de fumadores en la UE ha disminuido, aún fuman el 5-30% de los europeos. Una proporción significativa de cánceres y enfermedades cardiovasculares y respiratorias se relaciona con el tabaco, que es el riesgo para la salud más importante entre los evitables en la UE. Más de medio millón de ciudadanos europeos mueren prematuramentecada año a causa del consumo de tabaco. Las pérdidas económicas que ello implica son enormes. La legislación activa es la base de la política de control del tabaco de la UE (Directiva sobre productos del tabaco y Directiva sobre publicidad del tabaco). El consumo de drogas es un problema sanitario y social de primer orden en la UE. Muchas formas de consumo se están reduciendo, pero siguen contabilizándose más de 8000 muertes al año relacionadas con la droga en la UE. La incidencia y el tipo de enfermedades de transmisión sexual varían mucho entre los distintos Estados de la UE. Sus sistemas de vigilancia difieren en cobertura, exhaustividad y representatividad. La estrategia de la UE se basa en lograr que los datos sean comparables, concienciar de los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual, apoyar la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y orientar sobre el control de estas enfermedades. Finalmente, además de los beneficios obvios para las personas, una buena salud mental es cada vez más importante para el crecimiento económico y el desarrollo social de Europa. La actuación en materia de salud mental se aborda siguiendo las recomendaciones del Libro Verde: Mejorar la salud mental de la población. Hacia una estrategia de la Unión Europea en materia de salud mental, como primera respuesta a la declaración de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre salud mental en Europa. En España, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria impulsó el nacimiento y desarrollo del Programa de Actividades http://booksmedicos.org Prevención en la práctica médica Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS), que es actualmente el más arraigado en el ámbito de la atención primaria en todo el país. Mediante la búsqueda activa de casos, los profesionales de los equipos de atención primaria intentan detectar, por medio de la historia clínica, la exploración física y las pruebas pertinentes, enfermeda- des o factores de riesgo (tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, alimentación desequilibrada, falta de ejercicio físico, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, exceso de peso) no relacionados con los signos y síntomas que han llevado al paciente a su consulta. Según un calendario y un esquema de trabajo preestablecido por expertos en la materia, en función de los problemas de salud existentes en la comunidad y de la eficacia o efectividad de las intervenciones dis- ponibles para su prevención, investigan la posible presencia de un factor de riesgo o enfermedades en su paciente y, si se encuentran, el médico procede a recomendar y tomar las medidas oportunas para su corrección. En la actualidad, la mayoría de los países de renta alta realiza inter- venciones preventivas escalonadas, programadas según un calendario y un paquete de intervenciones preestablecidos, de acuerdo con los problemas de salud prevalentes en la comunidad y la edad y sexo del paciente. Se han abandonado los denominados chequeos preventivos, o revisiones rutinarias periódicas, que no presentan una adecuada relación coste-efectividad. En las tablas 1 y 2 se exponen algunas de las recomendaciones relativas a los cribados y la educación sanitaria actualmente vigentes en España. Dado que casi toda la población contacta por algún motivo con alguno de los servicios médicos asistenciales en un período de 5 años, se recomienda aprovechar estas visitas para realizar las acciones preventivas indicadas. Sin embargo, este modelo tiene el riesgo de que se produzca la denominada ley de atención inversa: las personas de edad avanzada y los más enfermos son quienes más acuden a consulta y, por tanto, es posible que también sean estos los que reciban más acciones preventivas, mientras que los más jóvenes y sanos, que posiblemente serían los más beneficiados por estas medidas, quedan menos cubiertos por el hecho de frecuentar poco las consultas. Hay todavía amplias zonas, especialmente en África subsahariana, que sufren niveles de enfermedad y muerte totalmente inaceptables y muy superiores a los del resto del mundo. Las causas principales de este exceso de morbididad, discapacidad y muerte son todavía las enfermedades transmisibles. En algunos casos, a pesar de la exis- tencia de instrumentos de prevención y control adecuados (vacunas, mosquiteras, etc.), los países de renta baja no disponen de medios ni tienen la capacidad de aplicarlos. En otros casos, sencillamente no disponemos de buenos instrumentos o intervenciones preventivas. El resultado es que la enfermedad es a la vez causa y consecuencia de la pobreza y de la falta de desarrollo económico suficiente para muchos seres humanos. Enfermedades como el sida, la malaria o la tuberculosis suponen un peso demasiado elevado para muchos países de renta baja con sistemas sanitarios muy débiles, hecho que provoca esta relación Tabla 2 Intervenciones preventivas escalonadas en adultos sanos. Educación sanitaria CONSEJO EDAD (AÑOS) FRECUENCIA RECOMENDADA Dieta saludable 14 Cada 2 años Ejercicio físico 14 Cada 2 años Tabaco 10 Cada 2 años Alcohol 14 Cada 2 años Accidentes 14 Cada 2 años ETS 14 Cada 2 años Higiene bucodental 14 Anual Vacunas sistemáticas 0 Según calendario vacunal ETS: enfermedades de transmisión sexual. Tabla 1 Intervenciones preventivas escalonadas en personas sanas. Cribados CONDICIÓN TÉCNICA EDAD (AÑOS) SEXO FRECUENCIA RECOMENDADA Metabolopatías congénitas Prueba bioquímica 3-5 (días) V/M Única Hipertensión arterial Determinación de la presión arterial 14-40 V/M Cada 5 años > 40 V/M Cada 2 años Hipercolesterolemia Colesterol sérico 35- 75 V Cada 5 años 45- 75 M Cada 5 años Diabetes Glucemia 45 V/M Cada 5 años* Cáncer de mama Mamografía 50- 70 M Cada 2 años Cáncer de cérvix uterino Citología vaginal (Pap) 25-65 M Cada 3-5 años Cáncer de colon y recto SOH + colonoscopia 50- 70 V/M Cada 2 años *Si el riesgo vascular es elevado, se recomienda cribado anual. M: mujeres; Pap: Papanicolaou; SOH: prueba de sangre oculta en heces; V: varones. causa-efecto entre enfermedad y pobreza. Este círculo sólo podrá romperse, probablemente, cuando se alcance un control y prevención efectivo de estas enfermedades. La salud del mundo está totalmente globalizada. La máxima de la OMS «Pensar globalmente y actuar localmente» tiene plena vigencia, especialmente en la prevención de las enfermedades. http://booksmedicos.org Botón1: