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Fueron descubiertas por un científico que se dedicó específicamente al estudio de las levaduras, sobre todo a las causas por las cuales las sustancias azucaradas eran fermentadas por levaduras hasta obtenerse alcohol. Todo inició cuando el científico se planteó la pregunta de si para la fermentación de azúcares era necesaria la intervención de los microorganismos (levaduras) o si era suficiente la presencia de unas sustancias que extrajo de las levaduras, descubriendo que efectivamente se cumplía lo último. Entonces decidió llamar a estos extractos enzimas, nombre que se deriva de las raíces: en, que significa entre/dentro, y zyme, que significa levadura. Este nombre histórico se ha conservado hasta el día de hoy. Hoy se sabe que son proteínas globulares, con una actividad catalítica muy interesante. Además, son capaces de trabajar en condiciones normales o fisiológicas, acelerando la reacción hasta un millón de veces. Son catalizadores. Su estudio comenzó con la parte inorgánica, aunque este detalle no es relevante ya que todos los estudios realizados a la catálisis inorgánica se aplican a la catálisis orgánica, pues funcionan exactamente igual. Un catalizador, sea orgánico o inorgánico, acelera la reacción pero no participa en ésta de modo que queda intacto y completo al final de la reacción, excepto por la actividad catalítica que se pierde con el tiempo. Hay dos tipos de catalizadores: catalizadores químicos y catalizadores bioquímicos. Los catalizadores químicos aceleran la reacción en un orden de 1000 veces, incluso 104 veces para los más efectivos. En la mayoría de casos requieren condiciones de presión y temperatura extremas (presiones mucho mayores a la presión atmosférica y temperaturas mayores a 500℃), lo que hace que desde el punto de vista económico los procesos resulten costosos. Además, no son específicos y normalmente con éstos se producen procesos secundarios, en los cuales suele suceder que la concentración de los productos secundarios supera a la concentración del producto de interés. Por lo tanto, con catalizadores químicos son necesarios procesos de separación, que contribuyen en el aumento del costo del producto. Los catalizadores bioquímicos aceleran la reacción en un orden de 106 veces. Las condiciones a las que se realiza la catálisis son las de la célula, es decir, condiciones moderadas en las que el pH es neutro, la temperatura es la ambiente y la presión es la atmosférica. Cuando el catalizador bioquímico actúa fuera de su hábitat: la célula, también requiere de condiciones moderadas para trabajar, excepto por el pH que varía bastante. Por otro lado, la eficiencia del catalizador fuera de la célula disminuye. Asimismo, los catalizadores bioquímicos son muy específicos, es decir, son capaces de identificar enlaces determinados para romperlos, además de que son capaces de reconocer isómeros y catalizar o no catalizar la reacción en presencia de uno u otro isómero. Por eso se dice que una reacción catalizada por sustancias bioquímicas es limpia, ya que normalmente no se producen productos secundarios, y si se producen su concentración es mucho menor a la del producto principal. La enzima, ya sea química o bioquímica, no es parte integral de la reacción, como reacción neta, pero sí es parte integral del mecanismo de reacción. La designación de una enzima va de acuerdo al nombre que le puso la persona que la descubrió. Sin embargo, hay muchas enzimas y habrá, por tanto, muchos nombres. Por eso, se convino nombrarlas de acuerdo al sustrato sobre el que actúan, con la terminación – asa. Así, proteasa será la encargada de romper enlaces peptídicos, celulasa1 será la enzima que actúa sobre la celulosa, lipidasa es la que actúa en lípidos y sacarasa es la que cataliza reacciones de sacarosa. Sin embargo, aún así no se caracterizaba a las enzimas completamente, razón por la cual se decidió nombrarlas de acuerdo a la reacción que catalizaban, empleando nuevamente la terminación – asa. Así, hidrolosa es la enzima que actúa sobre reacciones de hidrólisis. Sin embargo, existe una clasificación de cada proteína más específica. Ésta es asignada por la Enzyme Comition, y es importante saber que si una enzima no es reconocida por esta comisión no existe. La nomenclatura que se emplea en este caso consta de las letras E.C., seguida de cuatro dígitos numéricos. 𝐸. 𝐶. 1234 En primer número indica la clasificación, e indica el tipo de reacción que la enzima cataliza. Los siguientes dos dígitos corresponden a una subclasificación, en la que se especifica aún más la reacción que se cataliza, y el cuarto dígito es el que le caracteriza, el asignado por la Enzyme Comition. Dentro de la clasificación de la enzima, a la que le corresponde el primer dígito, se tiene: • 1 → Oxidoreductasa: Catalizan reacciones de óxido – reducción. • 2 → Transferasa: Catalizan transferencias de grupos. • 3 → Hidrolasa: Catalizan reacciones de hidrólisis. • 4 → Liasa: Catalizan reacciones para la formación de dobles enlaces. • 5 → Isomerasa: Catalizan reacciones de isomerización. • 6 → Ligasa: Catalizan reacciones de unión de dos sustratos. Involucran al ATP, cuya presencia en obligatoria en este tipo de reacciones. Por ejemplo, la Quinasa es una enzima de nomenclatura: 𝐸. 𝐶. 2744. Por tanto, la quinasa es una transferasa.
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