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Estudios sobre Biología, Hábitos de Vida, Ecología y Control de Bucculatrix en el Departamento de P i u r a 1 H U G O M A R T I N R ! . INTRODUCCIÓN.— E l cultivo del algodonero en el Departamento de Piura representa actualmente más del 8 0 % del área cultivada en la región costeña y su ex- tensión sigue aumentando cada día, por lo cual se pue- de decir que es una fuente de riqueza de primerísima importancia para todos los habitantes de esta zona del país. Entre los múltiples problemas que el agricultor ha tenido que afrontar para obtener una cosecha remune- rativa, los de orden entomológico y fitopatológko ocu- paron siempre un lugar de primer orden. Sin embargo* el efecto o magnitud de daño que los insectos podían pro- ducir sobre el algodonero pasaban desapercibidos debi- do ya sea a los altos rendimientos que el agricultor ob- tenía o debido a que el libre juego del equilibrio bioló- gico cumplia su rol, aminorando el daño de una deter- minada plaga o ya sea a factores de orden hidrológico por lo cual sólo se cultivaba en los años en que el Río Piura tenía agua suficiente, de tal suerte que el cultivo del algodonero era por decirlo así, circunstancial, dando lugar en los periodos de ausencia del algodón a que los insectos específicos de este cultivo se reduzcan a su mí- nima expresión. Este período de calma se v io alterado con el descu- brimiento de insecticidas orgánicos polivalentes de alto poder tóxico a partir de los primeros años de la S e - gunda Guerra Mundial o sea más o menos 18 años atrás. A partir de esta época se comenzó a controlar los in- sectos-plaga en forma indiscriminada sin tomar la me- nor precaución respecto al mal que su uso iba a oca- sionar a la economía del Departamento. Por todas es- tas razones y otras que no es posible enumerar, existen actualmente un sinnúmero de plagas que azotan el al- godonero causando incalculables pérdidas por los bajos rendimientos y gasto de millones de soles en insecticidas. Es así, como el gusano de tierra, gusano de hoja, Thrips, Arañita Roja, Heliothis, Picudo, Bucculatrix, Aphis., etc., etc., son problemas de importancia cuya so- lución ocupa la mente del agricultor y del técnico en la actualidad. Dentro de estos insectos el Bucculatrix ocu- pa uno de los primeros lugares en importancia para al- gunas zonas del valle Chira y del Piura. Los gastos en insecticidas con objeto de controlar este insecto, costo de aplicación y de mano de obra en el valle del Chirja se calcula que pasa los 4 a 5 millones de soles anual- mente sin considerar en esto la baja producción que el insecto causa con su ataque. En el valle de Piura posi- blemente el problema es clgo mayor y con perspectivas de empeorar cada año más, según se está observando. Posiblemente en el Valle de Piura en la Zona Media y Baja, el Bucculatrix es el problema más serio para más de 15,000 Has. por otro lado se sabe que en el Alto Piura varias Hdas., desde hace unos años están haciendo aplicaciones de insecticidas orgánicos únicamente para controlar esta plaga, cosa que no ocurría pocos años atrás. Actualmente el Bucculatrix ha constituido una de las plagas más importantes en esta parte del Val le , si no la más importante juzgando por el enorme daño que ha causado a partir de la segunda quincena de Junio en que pasó a ser la plaga más seria. Indudablemente que hay que advertir que el presente año ha sido un año su- mamente anormal en cuanto a las condiciones climáticas. Por todo lo anterior es lógico deducir la creciente importancia que viene tomando este insecto en la eco- nomía de este Departamento y la necesidad de orientar y efectuar investigaciones que tengan como fin la com- prensión y solución del problema fitosanitario que crea. E l presente trabajo es sólo un estudio preliminar empren- dido por el Comité de Defensa Técnica del Algodón de la Sociedad Nacional Agraria con miras a dar los pri- meros pasos de un estudio en mayor escala y más pro- fundo que se realizará posteriormente. Actualmente la ausencia de publicaciones nacionales sobre este tema nos obliga a ser un. poco prematuros, sacrificando la exacti- tud científica en aras de aportar algunas observaciones y consejos prácticos al agricultor algodonero. C E N T R O DE ORIGEN DEL BUCCULATRIX.-— Cabe preguntarse aquí, ¿Ha existido Bucculatrix como plaga siempre?. Probablemente sí, desde hace mu- chos años, pero donde la plaga estaba circunscrita única y exclusivamente a terrenos pobres tierras donde la plan- ta crecía sufrida y débil. Su historia se remonta posible- mente a los primeros años en que se cultivó algodón en forma industrial en el Departamento, unos 35-40 años, pero sólo a partir de 1935, L A M A S encontró que atacaba con cierta intensidad algodones silvestres y cultivados especialmente en Piura y Chira. E l centro de origen del Bucculatrix es aún descono- cido e impreciso, pero se cree que es nativo de Amé- rica Tropical de donde pasó a México y posteriormente a los Estados Unidos y en la misma forma pasó al Pe- rú, si es que no se le toma a este último como centro de origen también, por el hecho de que el Perú cuenta con plantas autóctonas del género Gossypium. M e G R E - GOR (1916) investigó su origen tomando en considera- ción sus hábitos; y sus observaciones demostraron que este perforador prefiere las especies de algodón del gé- nero Gossypium sobre los demás géneros y basándose en el hábito que tiene la larva de rodear el cocón por medio de postes hechos con seda, los que simulan la pubescencia de las especies de Gossypium, sugirió cua- les especies de este género son sobre las cuales origi- nalmente vivió el insecto. Si se comprobara esta teoria 1 Recibido para publicación diciembre 1960. 2 Ing. Agr?, M. Se, entomólogo del Comité de Defensa Técnica del Algodón, S. N. A., destacado al Valle de Piura. 46 Diciembre, 1960 M A R T I N : BUCCULATRIX EN PIURA 4 7 quedaría sindicada la América Tropical como legitimo centro de origen del insecto por predominar especies de malvaceas del género mencionado. SITUACIÓN TAXONÓMICA.—• Orden Sub-Orden Familia Género Especies Lepidoptera Heterocera Lyonetiidae Bucculatrix B. thurberiella Busk B. gossypiella Morril DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA.— Actualmente, Bucculatrix se encuentra geográfica- mente distribuido en casi todas las zonas algodoneras de América es decir en todos les estados algodoneros del sur de Estados Unidos, México, Centro América, Co- lombia, Venezuela, Ecuador y Perú. E n nuestro país se le puede encontrar casi en todos los valles en que se cultiva algodón, pero en la mayoría de ellos no consti- tuye una plaga de importancia, salvo en especiales cir- cunstancias en que en algunos valles se produjeron gra- daciones de trascendencia económica. Como problema de primera magnitud podemos citar solamente a los valles de Chira y Piura. E n el valle Chira, las zonas más afec- tadas son en la Zona Media sólo la margen derecha, y Zona Baja cuyas condiciones ecológicas son aparentes para el desarrollo de la plaga. La Zona Alta del Val le Chira, solamente es atacada por Bucculatrix en años anormales (años sumamente secos) . E n el Val le de Piu- ra se puede decir que las tres zonas en que se divide son duramente atacadas, variando sin embargo la fecha en que se produce la curva máxima de gradación, asi tenemos que en las Zonas Media y Baja la mayor gra- dación se registra en general en el mes de Abril, ha- biendo comenzado el insecto a atacar a la planta desde que ésta inicia su germinación, en el mes de Junio ya la plaga entra en una etapa de franca disminución sien- do superada por sus enemigos naturales. En la Zona Alta el panorama es diferente, la máxima gradación se produce en general en el mes de Junio fecha en que la planta de algodonero entra en un período de madurez. En agosto ya la plaga no tiene importancia. PLANTAS HUÉSPEDESDEL B U C C U L A T R I X . — Según B U S C K en los Estados Unidos y México el Bucculatrix se alimenta de hojas de Sesamia y Thurbe- ria. E n el Perú además de vivir de las distintas varie- dades de algodonero que se cultiva no se ha podido constatar con precisión si puede desarrollar una genera- ción completa en otras especies de plantas. Se le ha ob- servado que puede comer hojas de "relincho", "pichana" (Sida panniculata) "jaboncillo", pero nunca se pudo ob- tener supervivencia de generaciones únicamente alimen- tándose de estas plantas. Se tiene noticias de que pue- de desarrollar perfectamente varias generaciones sobre hojas de "pasallo" ( A L Z A , A R A O Z ) en los valles centrales de la costa, sin embargo podría ser que se trate de al- guna otra especie de Bucculatrix. De las variedades de algodón sembradas en el país se puede observar varios grados de susceptibilidad al ataque del insecto. Las variedades más susceptibles per- tenecen a la especie Gossypium barbadense (variedad Karnak y P ima) , un grado menor se observa en las va- riedades de la especie Gossypium hirsutum (variedad Acala) y finalmente mucho menos susceptibilidad se re- gistra en las especies Gossypium peruvianum (algodón país) y finalmente fuertemente resistente la especie Gossypium raimondii. La variedad Tangüis, que pertenece a la especie barbadense observa un grado mayor de resistencia que las variedades de Karnak y Pima. BIOLOGÍA Y HÁBITOS DE VIDA.—• La mejor vía para resolver un problema entomoló- gico consiste en ahondar profundamente en el conoci- miento acerca de la biología y hábitos de vida del in- secto. Varios autores han estudiado a este microlepidópte- ro sin embargo quedan todavía una serie de puntos os- curos en cuanto a su biología, existiendo disparidad de opiniones ya sea respecto al número de estados larvales, o ya sea al número de días que puede permanecer vivo un adulto, o respecto al número de huevos que una hem- bra puede producir, etc., etc. De esta manera voy a tra- tar de armonizar todas las opiniones con la mía propia haciendo un ligero resumen en este capítulo. Adulto o mariposa.— Una vez que el adulto ha al- canzado su madurez sale por un orificio hecho en la parte anterior del cocón dejando sobre éste el cascarón pupal de color amarillo bruno. Permanece un tiempo corto en forma quiascente cerca o encima del cocón con el fin de que exoesqueleto fortifique con el aire. Luego inicia vuelos cortos por saltos posándose en la cara in- ferior de las hojas de algodonero o escondiéndose de la luz en las malas hierbas. La emergencia la realiza en un 8 0 % en la noche y el resto al atardecer o en las pri- meras horas de la mañana. Generalmente como sucede con los insectos los primeros en emerger son las hembras (24 ó más horas de anticipación). Su actividad está res- tringida a las horas de oscuridad en la noche. Cuando el sol se está poniendo se observa que los adultos prin- cipian a volar sobre las hojas del algodón terminando su actividad en las primeras horas de la mañana. La cópula se realiza mayormente en las primeras horas de la mañana en que las radiaciones ultravioletas parece que ejercen acción sobre la actividad sexual. En la cópula la hembra y el macho permanecen unidos por sus extremidades abdominales (órganos genitales) por 1 ó 2 horas. Después de efectuada la copulación se sepa- ran caminan una pequeña distancia lugar donde perma- necen por un tiempo que puede ser de unos minutos has- ta varias horas. Los datos obtenidos indican que ellas comienzan la postura a las 24 horas de la copulación y que la mayor parte de los huevos son depositados en 4 8 REVISTA PERUANA DE ENTOMOLOGÍA AGRÍCOLA Vol. 3. No. 1 el primer día de postura disminuyendo el número de huevos cada día hasta que la hembra permanece inacti- va y muere. La postura se realiza siempre en la noche. Una hembra puede ovopositar sin haber copulado como es caso corriente entre Lepidópteros, pero estos huevos son infértiles. Existe cierta preferencia para la ovoposi- ción por las hojas tiernas (esto en el laboratorio) en el campo no se observa esta preferencia, al contrario la infestación siempre comienza por las hojas mayo- res (las inferiores), donde deposita el 7 0 % de sus huevos. También prefieren la cara inferior (envés) en donde más del 8 0 % de los huevos son depositados. No se ha observado aún si una hembra ovoposita en otros objetos que no sea hojas verdes. E l número de huevos que una hembra produce es muy variable con la época del año, la mayor postura registrada es en los me- ses de Marzo, Abril, Mayo, 85 huevos (esto en el la- boratorio) en condiciones normales en el campo esta su- ma debe elevarse a más de 100. Los huevos son coloca- dos aislados, una hembra puede ovopositar así varias hojas a la vez. No se observa preferencia por sitios es- peciales dentro de la hoja para la ovoposición, gene- ralmente son depositados cerca de las nervaduras princi- pales o en las mismas nervaduras, pero también otro tan- to es depositados en cualquier parte del limbo. La duración de vida de la mariposa es muy varia- ble según las condiciones climatéricas del momento o de la época del año, el tiempo de ovoposición puede lle- gar hasta 15 días en el laboratorio, en condiciones de campo la duración será mayor. La hembra para la fe- cundación y supervivencia durante el período de ovopo- sición necesita alimentarse de sustancias azucaradas, las que las obtienen en las glándulas que tiene la hoja en las nervaduras principales (cara inferior) o en la base de las brácteas. Sin alimentación, su actividad y longe- vidad se reduce a unos pocos días. Huevo.— Son sumamente pequeños, apenas 1/5 de milímetro, por lo cual apenas puede verse a simple vis- ta. E l tiempo de incubación es variable con los factores climáticos, humedad relativa y temperatura en Febrero- Marzo, éste puede ser de 3-4 días; en Agosto, Setiembre de 5-6 d Í3S» LÍCÍ eclosión del huevo se realiza por la par- te de éste que está pegado a la hoja o sea que la larva penetra a los tejidos de la planta directamente del hue- vo el cascarón permanece cubriendo el orificio de en- trada, la larvita no se pone en contacto con el aire. Larva o Gusano.— E s este período el que tiene im- portancia desde el punto de vista económico, durante esta etapa el insecto come y destruye hojas, ramas, brácteas, botones y bellotas en forma variable. 19 Estado: Al salir la larvita del huevo comienza a minar el parenquina de la hoja. La mina está cerca de ia superficie superior más que de la inferior y progresa tortuosamente aumentando siempre de calibre. Después de haber minado 1.5 centímetros la larva probablemen- te realiza una muda; aunque no se ha observado que fa- brique un manto especial, por el casquete cerebral en- contrado se cree que en este lugar pasa al 2? estado larval. 29 Estado: A*- partir del 1.5 cm. la mina aumenta notablemente de diámetro, sigue comiendo 1 a 1.5 cm. más y al final fabrica una cámara en la cual permanece comiendo, antes de cambiar de estado hace un orificio por la cara superior de la hoja, la larva una vez afuera camina y pasa a la cara inferior buscando una depre- sión cualquiera donde fabrica un manto de seda de dos capas, la primera capa muy fina y una segunda más compacta, deja un orificio por donde penetra y se co- loca en posición de herradura con las patas hacia arri- ba. En esta posición permanece por 12 horas periodo de quiescencia en el que realiza su muda o eedysis pa- sando al 3er. estado larval. E l tiempo que permanece en estado de minador varía en promedio es 2 a 3 días. 3v Estado: E s en este estado que el insecto tiene mayor actividad; una larva en este período puede co- mer un centímetro cuadrado de parenquima en un día. 4'-' Estado: Para pasar al cuarto estado la larva fa- brica un manto idéntico y realiza dentrode él otra mu- da. En el cuarto estado la larva es más lenta en sus movimientos y comen mucho menos a pesar de ser más grandes. La duración de estos dos últimos estados es de 1 .5 a 3 días para cada uno en promedio. La duración total del estado larval es de 5-6 días en promedio en verano y de 12-15 días en invierno. De estos cuatro estados larvales los más importan- tes desde el punto de vista económico son los dos últi- mos (B. thurberieíla). Durante estos dos estados la lar- va hace perforaciones irregulares en el parenquima de la hoja. E l tejido es comido sólo hasta la epidermis opues- ta, pero finalmente este cae después dando apariencia de que la larva la hubiera perforado totalmente con una infestación fuerte de Bucculatrix; se tornan coriáceas, resecas, con un color gris-amarillento; vistas al trasluz en el atardecer aparecen plateadas y transparentes. Todo lo anterior es verdad solamente para la espe- cie B. thurberieíla. La especie B. gossypiella difiere en forma marcada tanto en biología como en hábitos de la larva. La larva al salir del huevo como en el caso an- terior comienza a fabricar su mina la que es hecha prin- cipalmente en las nervaduras principales, en peciolos, en brácteas, en valvas de las bellotas, en pedúnculos flora- les, ramas medianamente gruesas y delgadas, etc., e tc . En resumen comen en las partes más leñosas de la plan- ta, pero naturalmente las minas son sólo superficiales, abarcando sólo la corteza, rara vez peentran en los teji- dos leñosos de las ramas, peciolos y pedúnculos, en las valvas de las bellotas solo minan superficialmente, en raros casos se ha observado que perforen la pared inte- rior y lleguen a la fibra. Generalmente las bellotas ata- cadas abren prematuramente en caso de ataque intenso, acocopando la fibra; en caso contrario continúan desa- rrollando normalmente sin aparente alteración. Apenas comienza la larvita a minar la epidermis una mancha roja aparece rodeando el orificio de entrada. Hojas in- festadas muestran estas áreas decoloradas a lo largo de las venas. Las manchas en las ramas son usualmente Diciembre, 1960 M A R T I N : BUCCULATRIX EN PIURA 49 más o meaos alargadas. Cuando 2 huevos son deposita- dos cercanamente las manchas se juntan. En el caso de las bellotas, cuando tres huevos son depositados en el pedúnculo la bellota se seca y abre prematuramente los carpelos. E l ataque a las hojas por esta especie es tai- ver el más peligroso porque produce una defoliación in- mediata sin que el limbo haya sido mayormente comido, debido a que las minas hechas en las nervaduras prin- cipales y peciolos impiden la libre circulación de la sa- bia, la hoja comienza a secarse y se torna amarillo-roji- zo a! comienzo después más rojizo, el color verde desa- parece, lo que hace indicar que la formación de la clo- rofila ha sido entorpecida, las hojas finalmente caen, es- te daño es mayor en las hojas inferiores, 5 larvas pro- ducen la caída de una hoja. Las larvas de esta especie permanecen en su túnel hasta alcanzar el segundo estado larval, una vez com- pletado su tamaño sale del túnel y comienza a comer el parenquima de las hojas como la especie thurberieíla En las bellotas aparece que la larva pasa los cuatro es tados larvales y sólo sale cuando está en condiciones de empupar. Pupa.— (desde aquí igual para las dos especies). Completando los cuatro estados larvales, la larva se vuelve lenta en sus movimientos y comienza a fabricar unos postecillos a manera de cerco en forma oval (29 a 50 postes) los postes son hechos de seda procedente de glándulas labiales. Con la misma seda fabrica su cocón en forma oval (dos capas de seda forman el cocón) . Lo efectúa en hora y media. E l tiempo del estado pupa] es de 5 días en verano, hasta 18 o más días en invierno. E n resumen el ciclo total del Bucculatrix de huevo a huevo varía de 14 a 15 dias en verano y de 50 a 70 en invierno. E l número de generaciones según estos datos seria: más o menos 14 generaciones anuales. Verano Otoño Invierno Primavera 5 a 6 generaciones 4 „ 5 2 „ 3 3 ,. 4 La larva tiene la particularidad de empupar en to- do sitio, sin embargo, dependiendo de la edad de la planta, condiciones climáticas y de comodidad, el cocón pupal puede ser colocado ocasionalmente en la hoja, a menudo en los peciolos, pero más frecuente en algún punto de las ramas laterales y tallos, al finalizar la campaña también son colocados en los terrones o en ¡as grietas del terreno. E n un estudio realizado se obtuvo un 9 0 % en ramas y tallos y el resto en hojas, peciolos y terrones. FACTORES ECOLÓGICOS FAVORABLES Y DESFAVORABLES QUE I N F L U Y E N EN LA BIOLOGÍA Y HÁBITOS DE VIDA DEL B U C C U L A T R I X . — Factores Climatológicos.— Como todo insecto la biología y hábitos de Bucculatrix están íntimamente su- bordinados a los factores del clima. Entre estos factores los que ejercen mayor acción son los siguientes: Temperatura.— E l Bucculatrix es un insecto origi- nario de climas tropicales por tal razón vive y se desa- rrolla mejor en los períodos de temperaturas altas. Se ha observado que su actividad es mayor en los meses en que los promedios diarios están entre 30 y 33 grados centígrados. Temperaturas muy altas producen alteracio- nes en su ciclo de vida y temperaturas bajas lo obligan a cambiar de hábitos como se ha observado en estos dos últimos años 1959 y 1960 en que los promedios men- suales de los meses de verano son mucho más bajos que en años anteriores. Debido a las bajas temperaturas Bucculatrix tiene la tendencia a permanecer mayor tiem- po en estado de minador y atacan principalmente ner- vaduras, peciolos, ramas, bellotas, etc. E l año 1959 se podía observar que a partir del mes de Abril en el va- lle del Chira había una predominancia de la especie o tipo de B. gossypiella, esta fue posiblemente la razón por la que los insecticidas fosforados que se aplicaron no tuvieran el menor efecto de control, pensándose en una resistencia genética desarrollada por el insecto a di- chos insecticidas debido a su sistemática aplicación en el transcurso de más de 8 años. Además de este efecto la temperatura ejerce influencia en la duración del ciclo de vida, relación de sexos (mayor proporción de hem- bras en verano que en los meses de invierno), en la ac- tividad sexual, en la capacidad de postura (mayor en los meses de temperaturas al tas) , etc., etc. Humedad Atmosférica.— Un 6 0 - 7 0 % de humedad relativa es la más favorable para el desarrollo del Buccu- latrix. Humedades muy altas 9 0 % o más producen una alta mortalidad de adultos, reducción de la duración del ciclo y disminución en la capacidad de postura de la hembra. Este insecto progresa mejor en climas secos según observaciones obtenidas en los estados algodone- ros de U S A y México. En el Perú se ha observado que después de una precipitación pluvial se produce una ba- ja en la gradación del insecto, esto está corroborado por observaciones obtenidas en el Chira, quiere decir que un año de alta precipitación y por lo tanto de alta hu- medad relativa es desfavorable para el progreso de esta plaga, condiciones inversas como aquellas que se pro- ducen en los años llamados secos serían favorables. E s - to es debido seguramente a que la sequedad en el am- biente provoca fuerte evaporación, ocasionando que los campos de cultivo sufran por agua y del mismo modo las plantas, creando por ende condiciones aparentes des- de el punto de vista morfológico y fisiológico en las plantas para la alimentación de la larva, que prefiere hojas de contextura coriácea, reseca y quebradiza. Radiación Solar.— Aunque este factor es muy difí- cil observarlo se ha notado que en periodos de baja insolación (1958 y 1959) los adultos tienen mayor ac- tividad, probablemente la actividad sexual es más alta y las hembras aumentan su capacidadgenésica. 50 REVISTA PERUANA DE ENTOMOLOGÍA AGRÍCOLA Vol. 3, No. 1 Vientos.— Como lo dicho anteriormente, los vientos fuertes que soplan provenientes del tablazo o de los de- siertos traen un aire seco y caliente el cual provoca fuer- te evaporación y desecamiento en las plantas y tierras de cultivo creando las condiciones anteriormente enun- ciadas. Factores Agro-lógicos.— Suelo: Es tá comprobado por múltiples observacio- nes realizadas en el país y en el extranjero, que el tipo de suelo juega un rol preponderante en la incidencia y no incidencia de Bucculatrix sobre el algodonero como plaga. De tal suerte, que podemos decir, que existen sue- los aparentes para el desarrollo del insecto y suelos ina- parentes. Aquellos suelos, apropiados para el buen desa- rrollo de las plantas de algodonero, son adversos al de- sarrollo de Bucculatrix, la relación es inversa para el caso de suelos inapropiados para el algodón, ellos son aparentes para la plaga. Esta relación ecológica de sue- lo-planta-insectoi se explica de la siguiente manera. Sue- los de textura arenosa y difícil riego, suelos salitrosos, suelos pobres en nitrógeno por deficiente abonamiento, etc., dan lugar al crecimiento de un tipo de planta dé- bil, raquítica, con características morfológicas y fisioló- gicas atractivas para el insecto, es decir plantas con hojas resecas, de textura coriácea y quebradiza. Un tipo de suelo que muestre las anteriores carac- terísticas debe ser desechado para el cultivo del algodón. Agua: Este factor está íntimamente ligado al factor suelo. Suelos arcillosos, arenosos y salitrosos son muy difíciles de regar oportunamente y la planta siempre es- tará expuesta a sufrir por falta de este elemento, crean- do, desde luego, características de planta apropiadas pa- ra la plaga. Preferencia del insecto por plantas débiles.— Está demostrado el hecho de que Bucculatrix tiene prefe- rencia por plantas fisiológicamente débiles y mal desa- rrolladas. Las hojas de estas plantas son morfológica- mente de textura coriácea y quebradiza, como si se tra- tara de un pergamino. E l sistema digestivo de la larva es del tipo simple es decir especializado para digerir alimento con poco líquido. Hojas jugosas no lo alimen- tan suficientemente, porque tendría que comer demasiado volumen de alimento para obtener los nutrimentos que necesita en su dieta diaria. E s un caso contrario al gu- sano de hoja, en que su sistema digestivo está confor- mado para ingerir alimento jugoso y abundante. De esto se deduce el por qué, cuando en un campo infestado, me- joran las condiciones de la planta, la larva inmediata- mente comienza a minar nervaduras de la hoja y pecio- los, es decir las partes más leñosas. Forma como se producen tas infestaciones de Buccu- latrix.— Durante la campaña de 1959 se hizo una serie de observaciones con el fin de determinar la naturaleza de una infestación de Bucculatrix en un campo dado. De estos estudios se concluyó, que la plaga avanza desde los bordes de las acequias hacia el centro del campo. La razón de este comportamiento, podemos atribuirla a lo siguiente: durante el período de araduras o de prepara- ción de tierras para la siembra, se elimina toda traza de vegetación en el campo, los adultos vuelan entonces a guarceerse en la vegetación silvestre de los bordes de las acequias, en estos lugares aguardan la aparición de las nuevas plantas de algodón. Las primeras plantas ata- cadas son entonces aquellas sembradas en los bordes o cercanas a estos. Hay que hacer constar que éstas por deficiencia de riego y abonamiento se desarrollan débi- les y con las características aparentes para el desarro- llo de la plaga, constituyéndose durante los primeros 20 a 30 días de edad de la planta, en verdaderos focos de infestación para el resto del campo. Por ello es aconse- jable no sembrar de algodón los bordes ni los taludes de las acequias. Conjuntamente con la. preparación del suelo, debe practicarse limpieza general de bordes y ace- quias. MEDIDAS DE C O N T R O L . — Antes de entrar a discutir este capitulo, es necesario conocer el daño, efectivo que la larva produce en ¡as plantas del algodón. Cuando la planta es muy pequeña 15 a 20 días de edad, ¡a existencia de un promedio de 0 . 5 larvas por hoja, ya produce efecto sobre el desarrollo de la plan- ta, estancando y retrasando su crecimiento. Plantas de 30 a 40 días de edad, pueden soportar bien hasta una larva de promedio por hoja, además, en este período, la planta está en la etapa de crecimiento y un buen abo- namiento nitrogenado y cultivos oportunos, hacen que la planta se recobre del ataque. Una 'infestación mayor, produce un retraso en la floración. Cuando el ataque se produce a los 2 o m i s meses de la germinación, la acción; del daño es más serio, por- que una defoliación brusca afecta la floración y forti- ficación; los botones y flores se caen, las bellotas se abren prematuramente, con manifiesto acoplamiento. E n esta etapa, la planta puede soportar de una a dos larvas por hoja en promedio, dependiendo del desarrollo foliar de la planta. E n el caso del B. gossypietta la magnitud del da- ño, es difícil de apreciar debido a; los hábitos de vida de la larva, sin embargo, una sola larva por peciolo pue- de producir la caída de ésta, lo mismo funciona para el caso de los botones ys bellotas. E s recomendable, desde el punto de vista sanitario, que se lleve en forma sistemática y periódica contadas de larvas y pupas, tomando como índice hojas del ter- cio medio. También se podría llevar contadas de minas en peciolos, botones y bellotas. Con estos datos el agri- cultor o el técnico podría tener una noción más clara del grado de infestación de su cultivo y basándose en esta condición, efectuar las medidas de control más aparentes para cada caso. a) Medidas de Control Culturales Se repiten to- das aquellas medidas tendientes a obtener plantas bien conformadas y vigorosas medidas que, al fin y al cabo, son las más convenientes para la prevención y control de esta plaga, bajo todo punto de- vista. Su efectividad Diciembre, 1960 M A R T I N : BUCCULATRIX EN PIURA 51 está probada por la experiencia obtenida a través de los años, experiencia que está corroborada por el mayor conocimiento de la biología y hábitos de vida del in- secto. Por lo tanto es recomendable tener en cuenta: 1 .— Una buena preparación de la tierra antes de la siembra, con el fin de eliminar las pupas (forma de conservación) que están adheridas a tocones y terrones. 2 . — Labores de cultivo oportunas, durante la prime- ra etapa de crecimiento de la planta. Esto es, practicar deshierbos repetidos, aporques, abona- mientos ricos en nitrógeno, con el fin de obtener una planta robusta y bien conformada, durante la época de mayor actividad del insecto. 3 . — Riegos oportunos, con el fin de impedir sufri- miento de las plantas por falta de agua, ésta es una de las medidas culturales que más se debe tener en cuenta. Se ha observado que plantas de 30 a 50 días de edad, que no hubieron reci- bido agua en tiempo oportuno fueron infestadas fuertemente por el insecto, que busca plantas de esta naturaleza. Como medida de control direc- to de adultos, B E N Z A ha observado que, si al mismo tiempo que se practica el riego se reali- za una limpieza general de los bordes de ace- quias, coloches y traveceras, se puede eliminar a gran cantidad de adultos; pues estos corrien- temente durante el día, se refugian en las malas hierbas que se desarrollan en estos lugares. Prac- ticando esta medida, se ha conseguido disminuir las infestaciones de Bucculatrix en forma signifi- cativa. 4 . — Descartar en todo caso terrenos pobres (arcillo- sos, arenosos, salitrosos). 5 . — Practicar el sistema de campo limpio por lo me- nos durante dos meses. Se ha observado que Bucculatrix no se reproducesino en plantas de algodón cultivado. Eri los valles de Chira y Piura no existe en mayor escala especies sil- vestres del género Gossypium. Su reproducción y supervivencia en otras malváceas silvestres u otras malas hierbas está descartada, por lo tan- to el insecto se mantiene de campaña a campa- ña sobre el algodón cultivado, por incumplimien- to del reglamento de tumba y quema. De esta manera, Bucculatrix encuentra durante todo el año habitat ideal y al momento de la nueva cam- paña continúa reproduciéndose en condiciones ideales. 6 . — Diversificación de cultivos, existe en la zona algodonera de este Departamento la tendencia marcada a no sembrar sino algodón, trayendo como consecuencia inmediata, todos los terribles males que desde el punto de vista sanitario se ocasiona con esta práctica. Un valle con cultivos diversificados, es siempre un valle menos plagoso. 7.— Reforestación de las áreas en que, por motivos diversos, como es el de permitir la aplicación área de insecticidas, se han talado árboles y ar- bustos, donde viven infinidad de organismos de la fauna benéfica (en especial insectos predato- res y pájaros) . S.— Rotación de cultivos, esta es una medida conve- niente, tanto desde el punto de vista sanitario, como desde el punto de vista de protección y conservación de la tierra de cultivo. 9 . — Obtención genética de variedades con caracterís- ticas morfológicas inaparenie a la vida de este insecto. Medidas de Control Biológicas,— En realidad, estas medidas las sitúo en segundo lugar en importancia, por razones de que considero que el agricultor no podría comprender todavía el alcance de su efectividad y bene- ficio. D'e las cuatro medidas, de que se vale el control biológico, ninguna es impracticable en el caso de Buccu- latrix puesto que es una plaga que cuenta con un com- plejo parasitario y otros controladores muy amplios. E s - to da una indicación, que al Perú, se le puede contar como uno de los sitios originarios del Bucculatrix. Se podría pues recomendar: a) Recolección de parásitos y predatores en los lugares en que ellos se han desarrollado normalmente y lue- go liberarlos en los campos, en que Bucculatrix está en gradación. E s un método practicable, para el ca- so de chinches coccinélidos y neurópteros predatores de larvas. b) Recolección de hojas con larvas parasitadas por la avispita Eulophidae, en los campos en que el para- sitismo por esta avispa es alto, y llevarlas a campos donde no existe parasitismo. c) Criar bajo condiciones favorables predatores (cría ar- tificial en masa) en el laboratorio y luego liberar es- tos insectos benéficos, en los campos de cultivo de algodón. Practicable para coccinélidos, chinches y Chrysopa. d) Importar parásitos y predatores, o agentes producto- res de enfermedades en el Bucculatrix desde otro país. Se podría realizar esto, trayendo insectos benéficos procedentes de las zonas algodoneras de México, U S A o Centro América, y tratar de adaptarlas a las condiciones nuestras. Con estas medidas se trataría de mantener e incre- mentar todo el complejo de parásitos y predatores, exis- tentes en el momento, a un nivel de franco equilibrio en su lucha contra la plaga. En estudios realizados en el valle Chira ( M A R T I N ) se hizo una clasificación de los parásitos y predatores de Bucculatrix, teniendo en cuenta dos puntos de vista primordiales: 1 •— Facilidad de recuperación del insecto benéfico después de una aplicación de insecticidas orgáni- cos. Este punto a su vez está ligado a una serie de factores: número de progenie, velocidad de desarrollo del parásito, alguna forma de protec- 5 2 REVISTA PERUANA DE ENTOMOLOGÍA AGRÍCOLA Vol 3, No. 1 ción, sea morfológica o fisiológica, de los distin- tos estados del insecto y, por último la ampli- tud o capacidad del parásito o predator para de- sarrollar o supervivir en otro insecto que no sea Bucculatrix. 2.— La respuesta de los parásitos y predatores a los factores climáticos; punto este muy importante, si se considera que en los meses de verano, las temperaturas altas favorecen a la plaga y en cambio actúan inversamente sobre muchos de sus enemigos naturales. De acuerdo a estos puntos de vista, se les agrupó según orden de importancia de la siguiente manera: 1 •— Avispita Eulophidae, parásito de la fase mina- dora de la larva. Por sus hábitos de vida y por su enorme capacidad de reproducción, por su resistencia a los factores climáticos, etc., la con- sideramos como número U N O dentro de los controladores naturales de Bucculatrix. 2 . — Muchas familias de Arañas, predatores de casi todos los estados. Varias especies de las familias Lycosidae y Salticidae. 3 . — Tres o cuatro especies de avispas Braconidae, pertenecientes a los géneros Apanteles y Colas- tes. Son parásitos de los últimos estados larva- les. E l orden de importancia sería: especie Verde (es la primera en aparecer) abunda en la época más importante, en que, la gradación de Buccu- latrix es mayor (Marzo-Abril y M a y o ) ; especie Negra, Colastes sp. muy abundante en Mayo- Junio-Julio, sobre todo en los dos últimos cita- dos; especie Amarillo-Naranja (aparece casi con- juntamente con la especie verde pero su número es significativamente menor) . 4 • — Var ias especies de chinches predatores, su orden de importancia sería: Familia Reduviidae (Zelus el más importante; familia Miridae (Rhinacloa y Hyalochloria); por último especies de las fa- milias Anthocoridae, Pentatomidae, de menor im- portancia pues son sólo predatores casuales. 5 . — Familia Coccinelidae varias especies: Hippodamia convergens, Megilla maculata, Scymnus sp., Cy- cloneda sanguínea, entre las más importantes. 6 . — Neurópteros: familia Chrysopidae (Chrysopa ca- lifornica); /amilia Mantispidae (Gen. Mantispa), por su abundancia en ciertos lugares, tendría gran rol en el control de la plaga, y por último una especie de la familia Hcmerobiidae. Tan to las larvas como los adultos de estos predatores, comen sobre todos los estados del Bucculatrix a excepción del huevo. 7 . — Familias Carabidae y Cicindellidae, predatores muy activos de larvas, pupas y adultos. 8.-— Mosca Syrphidae, cuya larva predata sobre lar- vas grandes de Bucculatrix. 9 . — Un complejo heterogéneo compuesto de lagarti- jas, pájaros y otros vertebrados, cuyo rol es se- guramente muy importante, pero muy difícil de apreciar cuantitativamente. 1 0 . — Especies de avispas parásitas, pertenecientes a la familia Chalcidae cuya magnitud de acción no es bien determinada, por el hecho de existir la posibilidad de interferencias, del tipo inter-espe- cífico, con relación a los otros parásitos prima- rios enumerados. 11 . — Un "Acaro" ' predator de los huevos, su acción queda disminuida debido a que se presenta en los meses en que la temperatura es relativamente baja (Junio-Julio-Agosto-Setiembre), (Valle del Chi ra) . Medidas de Control de Orden Químico.— Las sitúo en el último lugar en importancia, pues sólo se debe ha- cer uso de ellas, en última instancia, me refiero a los insecticidas de naturaleza orgánica, debido al nefasto efecto depresivo que ejercen sobre la fauna benéfica. Naturalmente debe tenerse en cuenta, que existen zonas donde su uso es imprescindible en la actualidad, zonas en que el equilibrio biológico ha sido roto por el uso de esta clase de compuestos químicos, y ahora no queda otro remedio de combate efectivo para salvar la cosecha. Entre los insecticidas minerales que han demostra- do efectividad en el control de Bucculatrix, está en pri- mer término el Arseniato de Plomo, el cual sin embargo sólo es recomendable en aplicaciones tempranas, en el período en que las plantas son pequeñas es decir hasta los 40 a 50 días de edad de la planta como máximo. En esta etapa, se puede efectuar las aspersionestanto con bombas de mochila (vermorel), como con equipos más pesados halados por tractor, puesto que el poco de- sarrollo de la plantación permite el paso de estos im- plementos sin temor a producir destrucción de plantas o. ramas laterales. Así mismo se debe regular el mecanis- mo de estos implementos, de tal suerte que ¡a "ducha" vaya dirigida a la cara inferior de las hojas (más de 8 0 % de las larvas están comiendo en este lugar de la hoja) . Estas aplicaciones deben iniciarse tan pronto se constate las primeras larvas, si es posible, iniciarla en las plantas sembradas en los bordes de las acequias y caminos y en los primeros surcos cercanos a estas, ya que es un hecho comprobado, que son estos lugares los primeros en sufrir el ataque de la plaga. La frecuencia de las aplicaciones, estará determi- nada por el crecimiento de la planta (formación de nue- vas hojas) y por el grado de incidencia del insecto. Con el fin de complementar la acción larvicida del Arseniato de Plomo, se debe agregar una dosis de Urea (5 a 6 kilogramos por cada cilindro de 50 galones de mezcla) de esta manera se ayudará a dar a la planta una conformación más fuerte y resistente y aumentar su capacidad de recuperación. Entre los insecticidas orgánicos, experimentos rea- lizados en los dos últimos años ( S I M Ó N , P IEDRA) han puesto en evidencia algunos compuestos que tienen por- venir en cuanto al control de esta plaga. Estos ensayos también han servido para descartar al Parathion, fosfo- rado usado por más de ocho años en el combate de Bucculatrix, y que ahora, su comportamiento es dudoso, Diciembre, 1960 B E N Z A : CONTROL DE HELIOTHIS EN EL A L T O PIURA 5 3 no sabiéndose a que atribuir este fenómeno, si es por resistencia genética desarrollada por el insecto a través de tan largo período, o si es, por causa del enorme po- tencial biótico alcanzado por el insecto en estos dos úl- timos años. E n esos ensayos, en el valle Chira, mejor se han comportado en el control de esta plaga los siguientes: 1<>.— Perthane 2v .— Metoxichlor (marlate) 3 ? . — Dilan 4 » . — Bayer 5006 • 5 ° . — Bayer 5007 Sin embargo, todavía se necesita mayor investiga- ción en cuanto a dosis apropiadas, y poder residual de estos compuestos, problemas estos muy importantes des- de el punto de vista económico. Así mismo, se debe ini- ciar una fase de estudio en el laboratorio y en el cam- po, sobre comportamiento de estos compuestos respecto a los insectos benéficos, ya que, en determinado momen- to, estos desempeñan un papel de primera magnitud en el control del Bucculatrix. LITERATURA CONSULTADA 1.— ALZA A., ARAOZ P. 1960 : Comunicación personal. 2.— BENZA ALBERTO, 1960 : Comunicación personal. 3.— CASTRO B. RAÚL, 1953-54 : Tesis de Grado. Inédita. 4.— CLANCY, 1946 : Your Econ. Ent . 39:328. 5 . — COMSTOCK, Y. H. 1950 : An Introduction to Entomo- logy. 6.— HERMS, 1926 : Your Econ. Ent. 19:268. 7.— LAMAS C. JÓSE, 1936 : Memoria N" 8 Est. Exp. Agrie, La Molina. S.— MARTIN R. H. 1959 : Algunos datos sobre parásitos y predatores del Bucculatrix en el Valle del Chira. Rev. Per. de Ent. Agrie. V. 2:110. 9.— MARTIN R. H. 1959 : Algunas observaciones sobre dos formas de ataque del Bucculatrix; Revista Peruana de Entomología Agrícola V.2:109. 10.— MC GREGOR E. A. 1916 : Bucculatrix thurberiella, a pest of cotton in the Imperial Valley Your. Eco Ent. 9:505. 11.— MORRIL, A. W. 1916 : Your Econ, Ent. 10:311. 12.— MORRIL, A. W. 1927 : Your Econ. Ento. 20 :536-544. 13.— SIMÓN J . y PIEDRA V. 1960 : Insecticidas contra Buccu- latrix thurberiella en el valle del Chira. Trabajo presen- tado en la Quinta Convención Nacional de Entomología- (En este mismo volumen). 14.— WILLE J . E. , y LAMAS C. J . 1944 : Bucculatrix en Piu- ra, Chira, Cañete y Pativilca. Memoria N? 13. Estación Exp. Agrie. La Molina. El Control de Heliothis virescens F . en el Alto Piura ! A L B E R T O B E N Z A S. - INTRODUCCIÓN.— E l Alto Piura, zona inmensamen- te rica en insectos benéficos, por su gran área de vegeta- ción silvestre, presenta el grave problema del Arrebia- tado, el cual según su desarrollo y su control, marca generalmente la evolución de las plagas "menores". E l Heliothis recientemente muy conocido en el V a - lle del Chira, ha ingresado en el Alto Piura en forma amenazante desde hace unos 3 años, llegándose a la se- guridad de ocasionar una postura peligrosa después de una aplicación de insecticida orgánico. E l Arrebiatado, el culpable en parte de esta zona, se presenta dentro de la campaña en dos formas: Una, a) comienzo de la formación de frutos y que es el que se propaga dentro de las mismas áreas de las haciendas, en sus acequias, potreros y partes cubiertas de vegeta- ción silvestre; arrebiatado que puede combatirse con mu- chas medidas de limpieza, trampas antes de la fructifi- cación del algodón y con recojos a mano intensos. O en última instancia con Parathion. Es te Arrebiatado disminuye, pues todos tratan de controlarlo, y generalmente lo llegan a dominar emplean- do aplicaciones masivas muy perjudiciales para toda la zona o con aplicaciones en desmanches igualmente dañinas para los buenos insectos y para los agricultores que no desean aplicar tan temprano, con mejor criterio. La otra forma es ¡a de las invasiones probablemen- te del Norte (del valle del Chi ra ) . Es ta es imposible de dejarla de controlar, ahora, salvo que se presenten estas invasiones muy retrasadas. Es te año el Alto Piura en esta época (fines de junio del año 1960) , está en espera de esta invasión y hay la evidencia de que vendrá pero seguro no muy intensa, por los datos de su desarrollo en E l Chira. E l susto que produce el primer Arrebiatado, cuando se aplica con orgánicos es el que origina la aparición de Heliothis en forma de plaga. Y el heliothis que se origine por las aplicaciones contra el Arrebiatado de invasión no será perjudicial para el algodón pues éste vendrá ya demasiado tarde. Pero no sólo es el control apresurado del Arrebia- tado el que origina el heliotis, sino que también hay otras plagas "menores" que al controlarlas indebidamen- te van a causar esa consecuencia tan fácil de eludir. Contemplando el medio ambiente y estudiando el pro- blema de todos los insectos que atacan al algodón, se procede a emplear un conjunto de medidas, que pueden ser propias para esta zona o que pueden servir con al- gunas variantes o con otros fundamentos para otros medios. Estas medidas son las siguientes: 1) Dejar de un 5 a 1 0 % del área del algodón para ser sembrada unos 15 días después de la última siem- bra. E l total del algodón debe de sembrarse en un lapso de tiempo estrecho. 1 Presentado a la V Convención SEAP, Piura. Junio 1960. 2 Ing« Agr°, Hda. Yapatera, Alto Piura.