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Monarquía, caracteristicas y tipos

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Monarquía
Una monarquía es una forma de gobierno en la que el poder político recae sobre una persona, el monarca, quien se desempeña como jefe de Estado de manera vitalicia o hasta su abdicación.
La palabra proviene del griego monárkhes, que deriva, a su vez, de mónos (“uno solo”) y árkho (“mandar”, “gobernar”).
En la mayoría de las monarquías, la sucesión es hereditaria, de manera tal que el poder político permanece en manos de una familia a lo largo de varias generaciones, que constituyen dinastías. Sin embargo, las monarquías también pueden ser electivas o autoproclamadas.
Los monarcas suelen ser llamados reyes o reinas, aunque también llevan otros títulos, como emperador, zar (en ruso), káiser (en alemán), califa, emir o sultán (en árabe), rajá (en malayo), tlatoani (en náhuatl). El título de príncipe, que en las monarquías europeas es habitualmente usado por el heredero del monarca, es asimismo el título del soberano de algunas monarquías que no son consideradas reinos (como el Principado de Mónaco).
Antiguamente, se pensaba que los monarcas eran designados por Dios para gobernar, o incluso, que ellos mismos eran dioses (como los faraones del Antiguo Egipto), y, por lo tanto, su voluntad era sagrada. Pero en las versiones modernas de la monarquía los reyes deben generalmente coexistir con un aparato democrático. Por eso, sus poderes presentan frenos, límites y están inscritos en la constitución nacional.
En la mayoría de las monarquías contemporáneas de Occidente, el monarca cumple funciones más bien representativas y el ejercicio de la jefatura de gobierno recae sobre primeros ministros o presidentes electos conforme a la voluntad popular.
Características de la monarquía
En términos generales, la monarquía se distingue por las siguientes características:
· El poder es personal. El poder es ejercido por una sola persona y sin vicarios o intermediarios. Sin embargo, han existido diarquías, triarquías y tetrarquías, así como regencias (en estas últimas, el gobierno fue ejercido temporalmente por una persona en reemplazo del monarca).
· El cargo de monarca es vitalicio. El cargo se ejerce de por vida o hasta la abdicación.
· El cargo monárquico es hereditario. El cargo se transmite entre dos parientes de la misma familia; por lo general, de padres a hijos. Históricamente, en la línea de sucesión al trono los hijos varones han tenido prioridad sobre las mujeres. Si bien existen monarquías electivas (como el papado), la designación del monarca se realiza siempre dentro de un pequeño grupo que administra el poder (es decir, no es una democracia).
Origen de la monarquía
La monarquía es una de las formas de gobierno más antiguas. Sus antecedentes fueron las jefaturas o cacicazgos, originadas luego de que la humanidad adoptara la vida sedentaria en el neolítico, gracias a la invención de la agricultura. Se trataba de un tipo de organización sociopolítica, de carácter protoestatal, en el que la autoridad y el poder estaban centralizados en una persona o un grupo de personas.
Las monarquías surgieron con las primeras civilizaciones, alrededor del año 3.000 a. C., en la Mesopotamia, Egipto y el Valle del Indo. Consistían en gobiernos religiosos, en los que el monarca era, al mismo tiempo, dios, sacerdote y caudillo militar.
Entre los judíos, la instauración de la monarquía se produjo en el siglo XI a. C. El fuerte monoteísmo de este pueblo impidió la deificación del monarca, como ocurrió en otros lugares.
En Grecia, la monarquía, presente en la cultura micénica, fue sustituida a partir del siglo VIII a. C. por formas de gobierno aristocráticas y democráticas, para ser nuevamente implantada bajo el Imperio de Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro, en el siglo IV a. C.
La monarquía fue la primera forma de gobierno de Roma, desde su fundación, en 753 a. C., hasta la instauración de la República, en 509 a. C. Posteriormente, tras el asesinato de Julio César y la subida al poder de su hijo Augusto, en el siglo I a. C., la monarquía volvió a ser el sistema de gobierno de Roma, ahora convertida en un imperio. Los emperadores romanos gozaron de un poder mucho mayor que los antiguos reyes.
El Imperio Romano de Occidente cayó en 476 d. C. (el Imperio romano de Oriente permaneció hasta 1453). No obstante, la institución monárquica romana fue el modelo bajo el cual se organizaron muchos de los pueblos bárbaros, y la monarquía fue la principal forma de gobierno en Europa hasta el siglo XVIII.
Más allá de Europa, a lo largo del mundo hubo muchas otras monarquías, como los califatos, los imperios selyúcida, otomano, japonés, mongol o las distintas dinastías chinas imperiales. Cada una de ellas estuvo dominada por un monarca que ejercía su poder de manera más o menos absoluta el año 1453 d. C.
Tipos de monarquía
Dependiendo del grado de poder que tenga el monarca y de la existencia de otras instituciones políticas en el Estado, se pueden diferenciar entre los siguientes tipos de monarquías:
· Monarquía absoluta. En la monarquía absoluta el poder está en su totalidad en manos del monarca, sin que exista ningún tipo de división de poderes. El rey ejerce su autoridad de manera indiscutible (su voluntad es la ley), a menudo invocando argumentos religiosos. En el pasado, la monarquía absoluta fue la forma de gobierno predominante. En Europa, declinó luego de la Revolución francesa. Actualmente, está vigente en Brunéi, Omán, Arabia Saudita, los emiratos que integran los Emiratos Árabes Unidos y la Ciudad del Vaticano.
· Monarquía constitucional. En los casos en que el poder monárquico absoluto es más difícil de sostener, muchos reyes conviven con la existencia de otros poderes políticos y ceden una parte del poder real. La soberanía nacional pasa del rey al pueblo, y aunque el monarca sigue siendo el jefe de Estado, su poder está limitado por una Constitución. En la actualidad, es la forma de gobierno de Marruecos, Jordania y Kuwait, entre otros países.
· Monarquía parlamentaria. A diferencia de la monarquía constitucional, en la que el monarca ejerce el poder ejecutivo, en este tipo de monarquía la jefatura del gobierno reside en un primer ministro designado por el poder legislativo. El monarca sigue siendo jefe de Estado, pero su poder es más simbólico que real: “el rey reina, pero no gobierna”. Cualquier decisión real debe ser avalada por el parlamento, y la vida bajo este régimen se ajusta a los principios de la separación de poderes y la democracia. La mayoría de las monarquías occidentales de la actualidad son parlamentarias.
· Monarquía híbrida. En esta última categoría entran los regímenes intermedios entre la monarquía absoluta y la constitucional, en los que el rey cede algunas de sus funciones y poderes a un gobierno relativamente autónomo, pero sin perder por ello su influencia dentro del Estado. Es común en los principados o formas irregulares de la monarquía, como los principados de Mónaco y Liechtenstein, en Europa.
Las monarquías también se distinguen por el modo de designación del monarca. En este caso, se diferencian dos tipos de monarquías:
· Monarquía hereditaria. En este tipo de monarquía, el cargo de monarca se hereda según un orden de sucesión establecido por las leyes o las costumbres. Habitualmente, el heredero al trono pertenece a una familia real, que forma parte de un linaje o dinastía. El hijo mayor del monarca suele ser el primero en la línea de sucesión. Históricamente, los varones han sido favorecidos por sobre las mujeres, quienes, en algunas monarquías, han llegado a ser excluidas por completo de la sucesión. En la actualidad, varias monarquías europeas, como la de Suecia y el Reino Unido, han establecido la paridad en la línea sucesoria entre el hijo y la hija mayores.
· Monarquía electiva. En este tipo de monarquía, el monarca es designado o elegido por alguien, habitualmente un pequeño grupo aristocrático, que constituye, así, un colegio electoral. El monarca puede ser elegido por un período definido o de manera vitalicia. El ejemplo más conocido de monarquía electiva fueron losemperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que eran elegidos por los príncipes electores. En la actualidad, un ejemplo de monarquía electiva es la Ciudad del Vaticano, cuyo soberano, el papa, es elegido por el colegio de cardenales.
Monarquía y república
La monarquía, en cuanto forma de gobierno, se opone a la república. Una república es un sistema en el que el Estado es gobernado por un grupo de personas, que actúan en representación de los ciudadanos. Su fundamento es el principio de que el poder reside en el pueblo.
En una república, las autoridades son designadas por votación popular (en el caso de las repúblicas democráticas) o por otros sistemas de designación que no están emparentados ni con la nobleza de sangre, ni con el derecho divino. Ello no impide que en una república puede haber formas de autoritarismo, tal como sucede en las repúblicas islámicas o en algunas repúblicas socialistas.
Sin embargo, en las repúblicas, idealmente, todo poder político posee un contrapeso de acuerdo a la separación y autonomía de los poderes públicos del Estado: un poder ejecutivo, un poder legislativo y un poder judicial, cada uno de los cuales limita las decisiones de los poderes restantes, de acuerdo a sus competencias específicas.

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