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Tutorial: Cómo soldar con estaño Lo primero la soldadura de estaño que parece que llama la atención, pero os juro que es más fácil que abrir el bote de cianoacrilato algunas veces. Basta seguir unas pocas reglas básicas, una herramienta decente (que no tiene por qué ser cara) un estaño poco curioso y unos cuidados mínimos. El soldador es más importante de lo que parece No hace falta que sea una máquina hiperespacial con control de temperatura y “repajileches” pero con los soldadores de los mercadillos y baratillos se suelda igual. Que al final con sudores, paciencia y alguna que otra quemadura las cosas acaban saliendo, cierto, pero que deja de ser divertido, más cierto. Empecé mis pinitos con el estaño a los 14-15 años, entonces “la propina” no me llegaba mas que para un soldador de esos de mi pelillas (ahorrando durante meses) y creo que acabe odiándome, hoy sería incapaz de soldar nada con aquello sin quemar la mesa, la mano y lo que se me pusiera delante. En cuanto pude me compre un JBC de 25W con punta de 1mm aquí me vicie, calculo que éste llevara conmigo de 13 o 15 años y os juro que esta como el 1er día y mas que amortizado. Así que lo dicho, si os gusta el tema haceros con un soldador curioso, será un poco más caro pero mucho más cómodo y al final lo barato sale caro. Lo más importante: la calidad de las puntas y el hecho de que se puedan cambiar. En todo el tiempo que llevo con él y con unos cuidados mínimos, habré gastado 2 o 3 puntas a lo sumo y alguna me la cargue yo por mal uso ó por accidente. Antes de soldar, cuidar la herramienta. Queremos que la herramienta trabaje bien y dure mucho, así ue unos cnosejos para cuidar el soldador y sobre todo las puntas. Las puntas son muy resistentes a la temperatura pero no les gustan los golpes ni los abrasivos y más cundo están calientes. No se exactamente de que materiales estarán hechas pero llevan algún tipo de baño (cromo creo) que facilita que el estaño funda y se deposite en la unión sin pegarse a la punta cuando está caliente. Con otros soldadores malos me h pasado de llevarme más estaño en la punta que el que dejé en la soldadura. Conviene mantener las puntas limpias cuando estamos trabajando, lo ideal es usar una base para el soldador con su esponjita húmeda (también sirve un pedazo de algodón húmedo) para limpiar la punta. Si nuestro presupuesto no da para estos dispendios, pues un trapo humedecido en agua y muy bien escurrido ayudará pero como la esponjita nada, lo que te acabarás gastando en pomadas para quemaduras te lo habrías ahorrado si hubieras tenido su base y la esponjita. Si usamos el trapo ue no sea de poliéster o similar que se derrite y se pega a la punta y lo ponemos peor, lo mejor algodón, un retal de una toalla vieja a mí me funcionó bien durante mucho tiempo. Para limpiar la punta no usar abrasivos, ni lijas ni raspar con las tijeras o el cúter, ni similares, nos cargaríamos el baño de cromo y empezaría a soldar mal. La punta se limpia en su esponja ligeramente humedecida en agua y con la herramienta caliente. El otro cuidado importante es dejar la punta estañada cuando apaguemos la herramienta. Antes de desenchufar fundir bastante estaño en la punta e intentar que se enfríe con el churrete en la funta. Este estaño lo limpiemos en la próxima sesión antes de empezar a trabajar. De este modo lo protegeremos de rayones cuando esta en la caja con las herramientas, óxidos y porquerías que a envejecerán prematuramente. Esta costumbre también la protege frente golpes accidentales que podrían doblarla. Con estos consejos las puntas duran en óptimas condiciones mucho tiempo. Las que yo he cambiado ha sido por dobladuras al caerse de pico. Por supuesto nos olvidamos de usar esa punta para pirograbado en madera o similares, derretir plásticos o similares, para eso las puntas viejas o el estaño malo. El estaño, lo barato sale caro
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