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Depresión Cómo tratarla y superarla - Daniel y Élida Rota

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Depresión
Cómo tratarla 
y superarla
Daniel y Élida Rota
DEPRESIÓN, cómo tratarla y superarla 
e625 - 2021
Dallas, Texas
e625 ©2021 por Daniel y Élida Rota
Todas las citas Bíblicas son de la Nueva Biblia Viva (NBV) a menos que se 
indique lo contrario.
Editado por: Carina Valerga
Diseñado por: JuanShimabukuroDesign @juanshima
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS.
http://e625.com
3
CONTENIDO
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4
Conceptos teóricos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
Síntomas depresivos más frecuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
Causas que generan depresión 
y guía de intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
Guía práctica para las primeras respuestas . . .90
Cuándo derivar a profesionales 
de la salud mental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Cuestionarios de orientación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
4
Introducción 
Este libro está dirigido a líderes cristianos que quieren invertir 
tiempo de sus vidas en el cuidado y la ayuda de niños y jóvenes 
que sufren de depresión o la transitan en algún momento de sus 
vidas. Va dirigido también a profesores, maestros, tutores, madres 
y padres de niños, adolescentes y jóvenes que deseen conocer más, 
comprender mejor y ayudar de una manera más asertiva a aquellos 
que estén atravesando por un trastorno depresivo. Estamos abor-
dando un tema importante debido a su frecuencia y comúnmente 
mal interpretado, que puede provocar gran discapacidad si no se 
lo trata correctamente. 
El libro aporta conceptos claros, muchos de ellos que han surgido a 
partir de investigaciones psicológicas, y otros de la Santa Biblia, a 
la que consideramos la Palabra de Dios. Tiene como objetivo brin-
dar ayuda práctica para una mejor comprensión y abordaje del 
tema. 
Nosotros consideramos que la psicología puede ser una muy buena 
aliada de la fe, al ayudar a comprender mejor cómo Dios nos hizo, 
seres con un cuerpo físico, un alma o psiquismo, y un espíritu.
Como dice 1 Tesalonicenses 5:23, DHH “Que Dios mismo, el Dios de 
paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo 
su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida 
de nuestro Señor Jesucristo”.
Con el cuerpo nos relacionamos con el mundo físico, las cosas físi-
cas. Con el alma nos relacionamos con las demás personas. El alma 
abarca los sentimientos y las emociones, la mente (el intelecto y 
los pensamientos), y la voluntad. Con el espíritu, nos relacionamos 
https://www.biblegateway.com/passage/?search=1%20Tesalonicenses%205:22-24&version=DHH
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con Dios. Así como el Espíritu puede entristecerse y apagarse, el 
cuerpo debilitarse y enfermarse, también el alma o la psique puede 
perturbarse y enfermarse. 
Es necesario entonces comprender que la depresión puede llegar a 
ser una enfermedad como cualquier otra y que la puede padecer 
cualquier persona, aun los fieles cristianos.
Cuando una persona presenta un cuadro depresivo de origen or-
gánico, necesita ayuda en las tres áreas, pero fundamentalmente 
en el área física porque la afección está en el cuerpo, en el sector 
del cerebro. Es allí donde se produjo una disfunción. Un creyente 
fiel y consagrado puede padecer esta enfermedad. Es muy duro 
ver cómo algunos cristianos juzgan erróneamente a una persona 
con un cuadro depresivo. Cuando esto sucede, aun sin intención 
de herir, se lo culpa sin causa pudiendo profundizar aún más su 
depresión. Y lo que es peor, se les coarta la posibilidad de buscar 
ayuda. Se lo culpa de ser depresivo. También es triste ver a un 
cristiano culparse a sí mismo por padecer un cuadro depresivo, sin 
considerar que puede tener esa enfermedad como cualquier otra, 
más allá de su fe, pues su mente se ha enfermado. 
Cuando una persona presenta un cuadro depresivo reactivo a una 
situación conflictiva del entorno, necesita ayuda emocional y 
espiritual.
Es falso y una fantasía pensar que ser cristianos nos debe hacer 
inmunes a la depresión; o que toda depresión se desarrolla por 
ocultar algún pecado. 
Este argumento es usado por nuestro enemigo, Satanás, para des-
truir y afectar la vida de muchos niños y jóvenes, y a sus familias 
que necesitan ayuda.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Deseamos a través de este tratado quitar el estigma o los prejuicios 
que puede traer la depresión sobre quien la padece, animando a los 
jóvenes a buscar ayuda, dejando de sentir que les falta voluntad 
para cambiar o que algo en la relación con Dios no está funcionan-
do, y a los padres y consejeros a ayudar de una manera adecuada, 
comprendiendo sin juzgar.
7
Capítulo I
Conceptos 
teóricos básicos
Según la Organización Mundial de la Salud la depresión es una 
enfermedad muy extendida en todas las regiones del mundo y muy 
frecuente. Llega a tener su propio día en el calendario. El 13 de 
Enero es el día mundial de la lucha contra la depresión. Se con-
memora esta fecha con el objetivo de concientizar a la población 
sobre esta enfermedad mental y sus consecuencias, recalcar la im-
portancia de pedir ayuda a tiempo y no estigmatizar a las personas 
que padecen esta patología.
Se entiende como depresión a un trastorno mental o psicopatoló-
gico caracterizado por la presencia de un estado de ánimo triste; 
anhedonia, que es la dificultad para disfrutar, sentir placer o satis-
facción, y pérdida de interés. Estos síntomas deben darse durante 
la mayor parte del día por un periodo mínimo de dos semanas.
Se agregan otros síntomas tales como alteraciones del sueño, in-
somnio, despertares nocturnos o aumento del periodo de sueño, 
alteraciones del apetito (generalmente causando una pérdida de 
este), enlentecimiento mental o bradipsiquia, agitación o retraso 
psicomotor, fatiga, sentimientos de inutilidad, desesperanza y po-
sibles pensamientos de muerte y suicidio. No es necesario que es-
tén presentes todos los síntomas para configurar una depresión. Se 
trata de un trastorno que genera un elevado nivel de sufrimiento.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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A nivel mental presenta una característica muy importante que 
son los sesgos cognitivos. Estos son interpretaciones erróneas sis-
temáticas de la información disponible influyendo en la manera de 
pensar, emitir juicios y tomar decisiones.
Esto provoca una tríada cognitiva patológica: 1) pensamientos 
negativos y desesperanzadores sobre sí mismo; 2) pensamientos 
negativos y desesperanzadores del mundo que lo rodea y 3) pensa-
mientos negativos y desesperanzadores del futuro.
La interpretación del mundo, su entorno, su propia persona y el 
futuro se alteran severamente, limitando el normal desarrollo de 
las actividades de la vida cotidiana.
La persona suele estar centrada en sus pensamientos depresivos, 
pierde las ganas y motivación de actuar, pierde capacidad de con-
centración y tiende a aislarse.
En los cuadros depresivos los valores que antes sostenían a la per-
sona ya no le sirven como orientadores de la conducta, de la ac-
ción, dando lugar a frases como, por ejemplo, “para qué sirve todo 
lo que hice”, “ya no puedo más”, “bueno, ya está, mejor es morirse”.
El joven depresivo no generaliza su experiencia. Lo que él vive solo 
le ocurre a él. No vale para los demás. Ni las experiencias de otros 
valen para él o ella. El depresivo está solo y nadie está con él. Se 
siente solo. Se recluye. Se aísla. Rehúye de amigos y familiares. Eslo que se llama hibernación, meterse hacia adentro. El afuera no 
puede enfrentarse. 
Al no poder conectarse con el mundo ni consigo mismo, se va se-
parando más y más de la vida y de la realidad.
El movimiento principal del depresivo es la lentitud. La vitalidad 
está afectada. “Demasiado débil”, “no tengo fuerzas para enfrentar 
https://psicologiaymente.com/inteligencia/sesgos-cognitivos-efecto-psicologico
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el mundo”, “no tengo ganas”. Pierde contacto con el mundo y con-
sigo mismo. Vive con racionalizaciones y cae en el pasado.
Dependiendo del número y la intensidad de síntomas, la depresión 
puede transcurrir con una intensidad leve, moderada o grave. 
Se la debe diferenciar de las variaciones normales breves del esta-
do de ánimo que en general las personas tienen y especialmente 
los adolescentes, de acuerdo a las circunstancias de vida.
Las personas con episodios depresivos leves tendrán alguna difi-
cultad para seguir con sus actividades escolares y sociales habi-
tuales, aunque probablemente no las suspendan completamente. 
En cambio, un episodio depresivo grave, causa gran sufrimiento. Es 
improbable que la persona pueda mantener sus actividades socia-
les, escolares y familiares. Si lo hace, será con grandes limitaciones, 
dado que la enfermedad interfiere con su capacidad de pensar y 
aprender. En el peor de los casos transcurre con una profunda des-
esperanza y hasta deseos de morir; puede incluso llevar al suicidio, 
siendo la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 
años.
Es una enfermedad muy incapacitante. Hablamos de incapacidad 
porque una persona con depresión grave tiene muy pocas posibili-
dades de seguir relacionándose y estudiando, o incluso de realizar 
las actividades básicas de la vida cotidiana, como higienizarse, ves-
tirse para salir, alimentarse adecuadamente, etc. 
En la depresión encontramos la pérdida de proyectarse, no hay 
metas, se queda sin futuro, por eso se la describe como la enferme-
dad de la esperanza. En relación al futuro solo hay preocupación 
por posibles acontecimientos negativos y aun catastróficos. 
La clasificación de depresiones es muy basta teniendo en cuenta 
las diversas causas que la provocan, sus síntomas y la interacción 
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con otras enfermedades. De todos modos, cualquiera sea la causa 
que la produce, la enfermedad golpea en la totalidad de la perso-
na. Así afecta el cuerpo, el alma y el espíritu también.
De acuerdo al nivel o intensidad que presente podemos mencionar: 
Bajón, caída del ánimo. Los cambios de ánimo en el periodo ado-
lescente son muy comunes, dado los profundos cambios físicos 
y endocrinos que están viviendo. Pueden aparecer momentos de 
tristeza sin motivos reales. Esto en sí no significa que la persona 
esté atravesando una depresión. 
Tristeza, por la pérdida de algo. Un objeto. Una relación. Un celu-
lar. Un bien económico. Aquí los síntomas afectan poco a la vida 
diaria. 
Tristeza profunda, por la pérdida de algo significativo y valioso. 
Puede ser una relación afectiva, una amistad, un proyecto, el des-
censo de un nivel económico, etc. Pueden presentarse muchos sín-
tomas que pueden causar deterioro o incapacidad en diferentes 
aspectos de la vida cotidiana.
Duelo, por la pérdida por muerte de un ser querido. La muerte es 
una pérdida irreversible donde se sufre la presencia de la ausencia. 
En este caso se debe atravesar el proceso de duelo para elaborar la 
pérdida por muerte.
La depresión es entonces el resultado de interacciones complejas 
entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Lo que equivale 
a decir que se debe considerar en esta enfermedad: el nacimiento, 
la genética, los primeros años de vida, el entorno familiar y los 
factores estresantes de vida. Abordaremos en este tratado los prin-
cipales aspectos de este flagelo.
11
Capítulo II
Síntomas 
depresivos más 
frecuentes
Los síntomas pueden presentarse en distintas áreas de una perso-
na. Para que sea más didáctico los agrupamos en cuatro áreas. 
1) Síntomas físicos . 
El joven depresivo puede presentar un abandono de su persona. Es 
común el descuido y pérdida de interés en la higiene y el arreglo 
personal, evita bañarse, su aspecto está desalineado. Hay un des-
cuido en su apariencia. Adopta una postura encorvada, con pocos 
movimientos, su entrecejo fruncido. Su voz es débil; al hablarle no 
responde o lo hace con monosílabos. El cuerpo es impactado en 
muchos de sus órganos. 
 � La depresión quita la alegría, y esto se demuestra en un 
rostro triste. Job 9:27 (NTV) dice: “Si decidiera olvidar mis 
quejas, abandonar mi cara triste y alegrarme”. 
 � Frecuentemente hay quejas somáticas, puede quejarse de 
dolores generalmente en el pecho o el abdomen y padecer 
mareos. 
 � Entre los síntomas cardiovasculares, encontramos 
palpitaciones.
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 � Entre los síntomas musculares tienen cefaleas por tensión 
muscular en el cuello y la nuca. 
 � Entre los síntomas respiratorios, encontramos falta de aire, 
aumento en la frecuencia respiratoria y suspiros.
 � Entre los síntomas gastrointestinales hallamos sequedad 
de boca, diarrea, constipación y eructos.
 � Son frecuentes los trastornos alimenticios: pérdida de 
apetito y dificultades para comer. La comida pierde su sa-
bor. La falta de apetito acarrea una pérdida importante de 
peso sin hacer dieta.
 � Refieren estar cansados y somnolientos la mayor parte 
del día. Se levantan cansados, fatigados, con poca energía 
para enfrentar el día. 
 � Hay lentitud para hacer las cosas cotidianas de la vida 
diaria. Por la depresión el cuerpo también se vuelve pesa-
do y lento, y por el sedentarismo puede darse un aumento 
de peso.
 � Un síntoma muy frecuente son los trastornos del sueño. 
Les cuesta conciliar el sueño profundo o, por el contrario, 
hay un aumento de las horas del mismo.
 � Dificultad para levantarse de la cama. Pueden pasar mu-
chas horas acostados. A veces durmiendo de día y desvela-
dos en la noche. Es la postración por depresión. 
 � A la madrugada pueden presentar agitación, con sudor y 
sensación de angustia. 
 � Refieren cansancio la mayor parte del día. “Pienso, mi 
cama me consolará, mi lecho atenuará mi queja” (Job 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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7:13 NTV). La depresión puede postrar a la persona en 
cama, sin energía para enfrentar el día. Job en su queja 
prefería estar en cama, pensando que de esa forma alivia-
ba su estado. 
Mejorar los hábitos de sueño puede ayudar mucho al curso y la 
evolución de la depresión. A veces la dificultad está en iniciar el 
sueño, permaneciendo mucho tiempo sin poder comenzar a dor-
mir. En otros casos el sueño puede ser fragmentado, despertando 
varias veces durante la noche, tardando en conciliar el sueño nue-
vamente. Todo esto lleva a un sueño insuficiente, intranquilo, de 
mala calidad o no restaurador. El insomnio sin tratamiento puede 
resultar en sentirse cansados al levantarse, somnolencia durante el 
día, deterioro del ánimo, dificultades con la memoria, mal rendi-
miento en distintas tareas o en actividades escolares e irritabilidad. 
2) Síntomas emocionales . 
 � El síntoma más distintivo es la tristeza. La intensidad de la 
tristeza puede llegar al punto del deseo de no vivir más, 
de morir. El sentimiento de intensa tristeza se encuentra 
presente la mayor parte del día, casi todos los días.
 � El sentimiento de tristeza se acompaña de mucha angus-
tia, derrumbe anímico, desesperanza profunda, tendencia 
al llanto fácil.
 � Se deteriora lo más importante de la persona: las ganas de 
vivir, la vitalidad. 
 � Hay una pérdida del placer, no se puede disfrutar de lo 
cotidiano. Tiene una incapacidad para sentir placer en las 
actividades que antes disfrutaba. 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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 � Pérdida de la capacidad de proyectarse. Una expresión 
muy común es “no tengo ganas…”, no hay fuerza interior 
para realizarlas tareas que siempre hizo. Tendencia a ver 
todo gris y sin sentido, acompañado de ideas de inutilidad.
 � Pérdida general de la estimación propia, de la autoestima 
y sentimientos de inseguridad. Falta de confianza en sí 
mismo. Falta de estima propia. Siente que no se quiere o 
que es un fracaso. Está decepcionado de sí mismo y podría 
decepcionar a su familia. Sensación de ser un peso para 
los demás. 
 � Abulia, falta de ánimo para realizar las tareas de la vida 
diaria. 
 � La vitalidad, creatividad, e iniciativa típica de la juventud 
se pierden.
 � Sentimiento de desesperanza. Pesimismo sobre su futuro. 
Se hunde en la desesperanza. La depresión genera cansan-
cio y hartazgo de vivir. Vivir el presente es un castigo, y el 
futuro es imposible de imaginar. Es pesimista sobre lo que 
pueda venir, no puede proyectarse. 
“¡Estoy harto de esta vida! Dejen que dé rienda suelta a mis quejas. 
Hablaré en mi dolor y en mi amargura”. (Job 10:1). Job describe la 
vida que estaba llevando por su depresión con cansancio, disgusto 
y fastidio. 
 � Percepción negativa de la realidad en que vive. “Todo me 
sale mal”. “Todo me pasa a mí”. “No podría estar peor”. “No 
puedo”. 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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 � Falta de motivación. Disminución importante del interés 
en las actividades que antes le importaban. Falta de inicia-
tiva, desperdiciando sus capacidades y potencial. 
 � Sentimientos de inadecuación. Descontento. 
 � La tendencia al aislamiento es muy frecuente en los cua-
dros depresivos. Se retrae y protege dentro de sí mismo. La 
persona no desea ver a nadie. No desea conversar. Le cansa 
que le hablen. Le fastidian los ruidos. Le molesta la luz. 
Prefiere encerrarse a solas y quedarse en penumbras. Aún 
se aísla de sus seres queridos. Desinterés en relacionarse 
con amistades y asistir a reuniones sociales. 
 � Sentimientos de vacío. 
 � Muchos expresan una necesidad de llorar sin poder ha-
cerlo; dicen: “creo que me sentiría mejor si pudiera llorar”. 
Otros presentan un llanto fácil sin un motivo aparente. 
 � Sentimientos de culpa. Sensación de culpabilidad. Muchas 
veces el origen de esta culpa está dado por causas irreales 
o imaginarias. Puede sentirse responsable del malestar de 
otros. Piensan que la depresión es por alguna culpa en sus 
vidas. Esta sensación de culpa sin un motivo real no es 
producto del pecado. Se siente responsable y culpable aun 
de las cosas que están mal a su alrededor.
 � Sentimientos de indefensión. Sentimiento de desamparo, 
desesperación e inutilidad. 
 � Ansiedad. Son habituales los casos en que la depresión 
está asociada a la ansiedad. Allí los síntomas más comunes 
son: tensión subjetiva, irritabilidad, nerviosismo, preocu-
pación por pequeñas cosas, actitud aprensiva, temerosa en 
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la expresión o en el habla. Expresa sus temores sin que le 
pregunten. Temores de que algo malo podría suceder. Sen-
sación de angustia. Inquietud. Incapacidad de permanecer 
sentado, tranquilo o relajado. La ansiedad puede generar 
episodios de atracones de dulces y comidas grasas. Aun 
episodios de agresividad. 
 � En casos severos hay ideas de muerte. Ganas de no vivir. 
Estos pensamientos pueden ser recurrentes y durar varias 
semanas. Incluso la persona puede llegar a planear y eje-
cutar un intento serio de suicidio.
3) Síntomas cognitivos . 
 � La distorsión cognitiva es una forma errónea de razonar, 
de percibir y de pensar sobre sí mismo, sobre las personas 
que lo rodean y el futuro. Analiza e interpreta la informa-
ción que recibe de una manera errónea, irracional, gene-
rando consecuencias negativas. Se cree que las cosas son 
tal cual como el joven se siente. 
 � Disminución de la atención y dificultad en la concentración. 
 � Disminución de la fluidez verbal que se manifiesta en la 
lentitud para hablar, arrastrando las palabras; hablando 
bajo o a veces susurrando.
 � Trastornos de la memoria. Especialmente la memoria epi-
sódica que es recordar los sucesos vividos en el día. Olvi-
dos. Esto sucede porque la persona no presta atención a 
su entorno, su mirada está dirigida hacia adentro, a sus 
pensamientos y emociones negativas. 
 � Disminución de la productividad, se manifiesta en la pér-
dida de interés en su actividad. Disminuye la eficacia y 
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eficiencia en las tareas, lo que los hace sentir incapaces de 
realizar siquiera las actividades más sencillas.
 � Aumento de la indecisión y vacilación. Incapacidad para 
tomar decisiones, pues le cuesta pensar y razonar sobre las 
mismas. Dificultad para concentrarse. 
 � El adolescente se siente atrapado en su estado. Se siente 
perseguido. Burlado. Indefenso con falta de paz. El cere-
bro trabaja menos: disminuyen las funciones cognitivas, 
menos atención. Pensamientos pesimistas, sombríos y ne-
gativos. Sentimientos de inutilidad.
 � Disminuye el rendimiento escolar, y hasta abandono 
de la escuela por frecuentes ausencias a clases y bajo 
rendimiento. 
4) Síntomas espirituales .
Así como en un depresivo no funciona la lógica ni la razonabilidad, 
tampoco funciona correctamente la fe.
La distorsión cognitiva, ya mencionada en los síntomas cognitivos, 
influye también en su fe, en la forma de interpretar las Escritu-
ras y en su creencia en Dios, aun en el caso de fieles cristianos. 
La distorsión cognitiva abarca al razonamiento de lo cotidiano y 
también del área espiritual, llevando a una confusión bíblica, doc-
trinal y espiritual. Es común observar en cristianos transitando una 
etapa de depresión leer en la Biblia el libro de Job, las discusiones 
y reflexiones de los amigos de Job y sentirse culpables. Estos ami-
gos representan filosofías humanas que no están de acuerdo con 
las enseñanzas de Dios a lo largo de toda la Biblia. Es Dios mismo 
quien se encarga de desautorizar sus razonamientos en Job 42:7 
(NTV). “Después que el Señor terminó de hablar con Job, le dijo a 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Elifaz el temanita: estoy enojado contigo y con tus amigos, por-
que no hablaron con exactitud acerca de mí, como lo hizo mi 
siervo Job”.
Es notable cómo siempre surgen a la mirada del depresivo estos 
pasajes que condenan y juzgan sus síntomas. Frente a la angustia, 
aparecen las dudas relacionadas con la fe, Dios y los demás temas 
espirituales. Comienzan las reflexiones distorsionadas donde in-
volucran a Dios, su cuidado y castigos. Viven sus problemas como 
castigos de Dios.
Son cuestionadas la fe y la esperanza. Surgen preguntas tales 
como: ¿Qué pasó? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Dónde está Dios 
en esta dolorosa realidad? ¿No debería estar sucediendo de otra 
forma? 
Si Dios es Todopoderoso, ¿no me podría ayudar? ¿Por qué no me 
ayuda?
Si Dios es amor, ¿no me quiere ayudar? ¿No me ama Dios? ¿Por qué 
me castiga tanto?
Si Dios es justo, ¿responde a unos y a otros no?
Es en estas ocasiones cuando aparecen las dudas sobre el poder y 
el amor de Dios. Muchos en ese momento escuchan solo el silencio 
de Dios.
Cuando tambalean las emociones, también lo hace la fe. Las des-
ilusiones muchas veces llenan de dudas a los jóvenes, socavando la 
fe de la persona que sufre. Las dudas llegan en tiempos de crisis; 
las oraciones no tienen respuesta. 
Nadie está inmune a la espiral descendente de la desilusión y des-
pués de esta, la duda. Y la duda hace perder, aunque sea en parte, 
la confianza en el Dios Todopoderoso. Sienten que extendieron los 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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brazos al cielo para solo atrapar un poco de aire. La respuesta, el 
socorro, el pronto auxilio, no llega.
Interpretan mal los pasajes bíblicos pensando que estos los están 
acusando o juzgando. Las mentiras que la depresión les hace creer, 
no solo les hacen ver un mundo difícil y hostil, sino también a un 
Dios lejano e indiferente, que puede ser malo y castigador, que se 
ha olvidado de ellos y que no los escucha.
Sienten que Dios “no puede” ayudarles en este problema. Las pro-mesas bíblicas que hablan de bendición les parecen irrelevantes. 
Hay negación de las promesas, de la gracia divina y el perdón de 
Dios. Las oraciones no son más que un ejercicio, un ritual. El de-
presivo no puede cantar alabanzas ni orar. Tiene dificultades para 
leer la Biblia. No tiene deseos de leerla, nada le interesa y su errada 
interpretación le lastima aún más.
Hay confusión doctrinal y espiritual. Por ejemplo, dicen: “Estoy 
condenado”. “Estoy en pecado”. “Tengo el castigo merecido”. Usual-
mente los pasajes bíblicos que hablan de condenación despiertan 
la atención del depresivo de una manera más marcada. 
Es frecuente que no tengan ganas de ir a las reuniones de la iglesia 
y encontrarse con otros en las reuniones de jóvenes o la escuela 
bíblica. Esto genera su propia autocrítica y aun la de su familia y 
hermanos de la Iglesia. 
Vemos en varios personajes bíblicos del Antiguo Testamento que su 
razonamiento fue influenciado por la depresión:
- El rey David, en su depresión escribió: “¿Por qué te abates, alma 
mía, y por qué te turbas dentro de mí?” Salmo 43:5 (RVR1960). 
También escribió estas palabras en el Salmo 31:9-13 (NTV): “Ten 
misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado. Las lágri-
mas me nublan la vista; mi cuerpo y mi alma se marchitan. Estoy 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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muriendo de dolor; se me acortan los años por la tristeza...Cuando 
me ven por la calle, salen corriendo para el otro lado. Me han ol-
vidado como si estuviera muerto, como si fuera una vasija rota… 
He oído cantidad de rumores sobre mí, y el terror me rodea. Mis 
enemigos conspiran en mi contra, hacen planes para quitarme la 
vida”. Aquí David describe sus sentimientos y sus pensamientos. Li-
teralmente, es una descripción de sus síntomas depresivos: angus-
tia, llanto, abatimiento, dolor, tristeza, pérdida de fuerzas, falta de 
energía, culpa, rechazo, desprecio, aislamiento, quebranto, miedo 
e ideas persecutorias.
-El profeta Elías llega a exclamar en 1 Reyes 19:4b, “¡Basta! —
le dijo al  Señor—. ¡Quítame la vida, pues no soy mejor que mis 
antepasados!”.
-Noemí, quien perdió a su esposo e hijos, exclama en Rut 1:20, 
“No me llamen Noemí. Llámenme Mara (Noemí significa “dulce”; 
Mara significa “amarga”), porque el Todopoderoso me ha dado 
gran amargura”.
-El profeta Jonás exclama: “Mejor me es la muerte que la vida” 
(Jonás 4:3 RVR1995).
-El profeta Jeremías, frente al trato cruel de Sedequías exclama 
en Jeremías 20:14 (NTV), “¡Maldigo el día en que nací! Que nadie 
celebre el día de mi nacimiento”.
En Lamentaciones 3 (NTV), encontramos la visión de un hombre 
depresivo describiendo sus síntomas y la percepción que tiene de 
Dios.
“Yo soy el que ha visto las aflicciones que provienen de la vara del 
enojo del Señor. Me llevó a las tinieblas, y dejó fuera toda luz. Vol-
vió su mano contra mí una y otra vez, todo el día. Hizo que mi piel 
y mi carne envejecieran; quebró mis huesos. Me sitió y me rodeó 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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de angustia y aflicción. Me enterró en un lugar oscuro, como a 
los que habían muerto hace tiempo. Me cercó con un muro, y no 
puedo escapar; me ató con pesadas cadenas. Y a pesar de que 
lloro y grito, cerró sus oídos a mis oraciones. Impidió mi paso con 
un muro de piedra; hizo mis caminos tortuosos. Se escondió como 
un oso o un león, esperando atacarme. Me arrastró fuera del ca-
mino, me descuartizó y me dejó indefenso y desarmado. Tensó su 
arco y me hizo el blanco de sus flechas. Disparó sus flechas a lo 
profundo de mi corazón. Mi propio pueblo se ríe de mí; todo el día 
repiten sus canciones burlonas. Él me llenó de amargura y me dio 
a beber una copa amarga de dolor. Me hizo masticar piedras; me 
revolcó en el polvo. Me arrebató la paz y ya no recuerdo qué es 
la prosperidad. Yo exclamo: «¡Mi esplendor ha desaparecido! ¡Se 
perdió todo lo que yo esperaba del Señor!». 
Con una interpretación errada de su realidad, todos parecen acu-
sarle y aun confirma que está perdiendo la salvación por vivir esta 
depresión. Nada puede esperar de nadie, ni aun de Dios quien lo 
llenó de amargura y de dolor. Vemos en estos pasajes lo tremendo 
de la distorsión cognitiva. 
Síntomas en niños con trastorno depresivo:
Es normal que los niños se pongan tristes, se sientan desanima-
dos, estén irritables o decaídos de vez en cuando. Pero, cuando los 
sentimientos y los pensamientos negativos se prolongan durante 
mucho tiempo y limitan la capacidad del niño para funcionar con 
normalidad, se puede tratar de una depresión. 
Síntomas: 
No suelen tener conciencia de su enfermedad.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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 � Suelen presentarse irritables, con desgano, pérdida de in-
terés en actividades recreativas y una sensación de recha-
zo del contexto que los pone reactivos y fastidiosos en 
forma constante. 
 � Ánimo disruptivo o perturbador; es un patrón de rabietas 
intensas y frecuentes; estallidos de agresividad y enfado 
en niños mayores de 6 años.
 � Se siente inútil, incapaz y rechazado.
 � Por la disminución de la atención, la concentración y las 
dificultades para memorizar; es frecuente un pronunciado 
fracaso en el rendimiento escolar.
 � Sensación de soledad, falta de motivación para ir al co-
legio y cumplir con las tareas escolares. Se aíslan de sus 
amigos y seres queridos. 
 � Baja esperanza en el futuro.
 � Puede haber temores fundados en el miedo a la muerte de 
seres queridos y a la propia muerte. 
 � Episodios de llanto. Dificultades para divertirse. En las fo-
tos familiares siempre aparecen con su carita muy seria. 
 � Trastornos temporales del sueño y la alimentación.
 � Quejas frecuentes sobre problemas físicos como dolores de 
cabeza o de estómago, mareos, náuseas, de los que no se 
encuentra causa médica.
Síntomas en adolescentes y jóvenes con 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
23
trastorno depresivo:
Es común que en la adolescencia ellos atraviesen períodos de de-
presión, como expresión de la inestabilidad de esa etapa en la que 
deben enfrentar múltiples cambios, y frecuentemente son viven-
ciados con desasosiego. El desarrollo normal del adolescente pre-
senta muchas pérdidas reales que amenazan su autoestima. Según 
Armida Aberastury y Mauricio Knobel en su libro “Adolescencia 
normal”, en el periodo de la adolescencia ellos deben elaborar tres 
duelos:
El duelo por el cuerpo infantil: El adolescente sufre cambios rá-
pidos e importantes en su cuerpo. A veces llega a sentirlo como 
ajeno, extremo, y asume un rol de observador más que de actor de 
los mismos. Se suma a ello los ideales de belleza que los medios de 
comunicación quieren imponer en sus mentes, que provoca una 
incomodidad con su cuerpo, y la búsqueda de un ideal inalcanza-
ble. Se debe llegar a aceptar el cuerpo tal cual es con los paráme-
tros dados por Dios, y no los impuestos desde afuera. 
El duelo de la identidad: Perder el rol de la infancia obliga al ado-
lescente a renunciar a la dependencia infantil y aceptar respon-
sabilidades adultas. La identidad infantil debe reemplazarse por 
la identidad adulta y en ese transcurso surgirá la angustia que 
supone la falta de una identidad clara. 
El duelo por los padres de la infancia: Por ejemplo, quieren inde-
pendencia, pero el tener que tomar decisiones crea un estado de 
ansiedad e inseguridad. Pueden surgir conflictos con sus padres, 
porque a veces necesitan ser tratados como niños, pero en otras 
oportunidades, el seguir tratándolos como niños genera en ellos 
conductas de rebeldía y oposición. 
Síntomas en adolescentes con trastorno depresivo: 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
24
 � Un síntoma frecuente de la depresión en adolescentes es 
la falta de concentración. La habilidad de concentrarse es 
distinta a como era antes. Si antes hacía su trabajo escolar 
en determinada cantidad de tiempo, ahora el tiempo ne-
cesario es considerablemente más largo.
 � Baja autoestima. Se frustran ante la mínima adversidad y 
son muy sensibles a las críticas.� Falta de interés e indiferencia en lo que sucede a su alre-
dedor. Se aíslan más y más. 
 � Algunas veces tienen síntomas físicos como dolor de ca-
beza y trastornos en la alimentación, tanto aumento como 
disminución. 
 � La falta de energía es un síntoma común de queja en el 
adolescente depresivo y lo expresa diciendo: “No tengo 
ganas”. 
 � El proceso de pensamiento también es afectado. Pierde 
la habilidad de pensar clara, lógica y racionalmente. Su 
juicio se deteriora y se concentra más y más en detalles 
mórbidos. Nada tiene sentido para él y la vida no tiene 
mucho valor. 
 � Se siente tonto por no poder estudiar como lo hacía antes, 
pero lo disimula ocultándolo. 
 � Se observa una tendencia al desánimo, a la abulia, e incer-
tidumbre reflejada en la búsqueda de ubicación frente a 
los amigos, sus pares, y al mundo en general. 
 � El sentimiento de soledad aparece frecuentemente en la 
adolescencia como motivo depresivo. 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
25
 � En casos severos, el adolescente puede actuar de manera 
autodestructiva, como por ejemplo, conductas arriesgadas 
que pueden llevar a accidentarse, irse de casa, drogarse, 
lastimarse o intentar suicidarse. En esta etapa el trata-
miento médico psiquiátrico es urgente, y la detección 
temprana es fundamental. 
26
Capítulo III
Causas que generan 
depresión y guía 
de intervención
La depresión puede ser una respuesta natural del ser humano y 
un producto de las circunstancias de la vida. La ausencia total de 
depresión a lo largo de una vida es inusual. La depresión cuando 
es síntoma, refleja o da cuenta de un dolor. Este dolor es una ca-
racterística de la cual Dios nos ha provisto como señal de alarma.
Un síntoma característico de la depresión es la culpa. 
 � Cuando la culpa se exterioriza hacia una persona o cir-
cunstancia, se expresa con enojo, ira, irritabilidad, rabietas 
verbales desproporcionadas en su intensidad o duración 
según la situación que las provoca. En el caso de los niños, 
deben ser mayores de 7 años para que esta manifestación 
sea tenida en cuenta como síntoma depresivo. 
 � Cuando la culpa se manifiesta hacia sí mismo, hay sínto-
mas somáticos además de tristeza y temor. 
 � Si el sentimiento de culpa tiene su raíz en una situación de 
extremo dolor, como el duelo por la pérdida de un ser que-
rido o la ruptura de una relación afectiva, a este sentir se 
lo llama culpa falsa y es un síntoma común en la llamada 
depresión psicógena, situacional o reactiva, porque es una 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
27
reacción normal frente a una situación o circunstancia 
dolorosa y real. Cualquiera sea la causa, se debe trabajar 
este sentimiento.
 � Si el sentimiento de culpa lleva al arrepentimiento por una 
mala acción, es culpa real, es una tristeza positiva y salu-
dable que lleva al arrepentimiento y a sanear una situa-
ción, lo que provoca cambios convenientes. Como leemos 
en Corintios 7:10, 
 � “La clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja 
del pecado y trae como resultado salvación. No hay que 
lamentarse por esa clase de tristeza …” (NTV). “Pero la tris-
teza que es conforme a la voluntad de Dios produce un 
arrepentimiento que lleva a la salvación, sin dejar pesar”. 
(RVR1995).
 � En tiempos de crisis, muchas veces la depresión es una 
reacción saludable, una oportunidad para aprender, ma-
durar y avanzar. Una señal de que es conveniente hacer un 
cambio en algún área de la vida. Son tiempos constructi-
vos, tiempos de reevaluar expectativas de vida. 
Es importante distinguir la causa de la depresión antes de intentar 
ayudar a alguien deprimido. El término depresión se utiliza en tres 
sentidos: síntoma, síndrome y enfermedad. Como síntoma puede 
acompañar otros trastornos psíquicos o somáticos. Como síndro-
me es caracterizada por la tristeza, inhibición, culpa, minusvalía y 
pérdida del impulso vital. Como enfermedad, es un trastorno de 
origen biológico por un desbalance neuroquímico y necesita trata-
miento específico psiquiátrico. Los dos primeros son característicos 
de la población normal.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
28
Describiremos algunas de las causas más comunes que pueden 
desembocar en un cuadro depresivo.
1 .- Depresión por desbalance 
neuroquímico
La depresión de origen biológico está asociada a un desequilibrio 
químico en el cerebro. Es llamada también depresión endógena, 
pues es la que se crea dentro de nuestro cerebro, sin necesidad 
de que exista un factor externo, y que suele depender, en la ma-
yor parte de los casos, de cambios fisiológicos en el cerebro. Esto 
no guarda relación con acontecimientos vitales estresantes ni 
negativos.
Las sustancias químicas involucradas en esta enfermedad se deno-
minan neurotransmisores. Los neurotransmisores tienen la función 
de ser mensajeros, transmitiendo señales de una célula nerviosa 
a otra, llamadas neuronas. Algunos de estos neurotransmisores, 
como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina desempeñan 
un papel importante en la regulación del estado de ánimo. Algunas 
depresiones pueden deberse a que la serotonina está menos dispo-
nible para las células cerebrales.
Es de sospechar que el joven puede presentar una depresión de 
origen biológico si familiares directos la han padecido, dado que 
se acepta que puede existir un factor genético. Esto significa que 
las variaciones genéticas pueden pasar de padres a hijos y el riesgo 
para familiares de primer grado es mayor, pero no significa que 
indefectiblemente vayan a desarrollar el trastorno. 
Cuando la depresión es una enfermedad biológica con deterio-
ro emocional y físico, requiere tratamiento médico y psicológi-
co. La medicina puede restaurar, con medicamentos llamados 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
29
psicofármacos, el balance químico de los neurotransmisores, y 
ayudar a aliviar la depresión. Incluso la depresión más grave se 
puede superar con un tratamiento adecuado. En la actualidad se 
cuenta con numerosos psicofármacos muy efectivos para tratar 
esta enfermedad. Para la remisión de los síntomas los tratamientos 
pueden extenderse semanas, meses o aun años. 
Se debe evaluar también lo que se llama comorbilidad. La comor-
bilidad es un término utilizado para describir dos o más trastornos 
o enfermedades que ocurren en la misma persona. Pueden ocu-
rrir al mismo tiempo o uno después del otro. La medicina clínica 
describe muchas enfermedades que producen cuadros depresivos: 
infecciones virales, desórdenes hormonales y sanguíneos como la 
anemia, la deficiencia de vitaminas, proteínas y minerales, y aún 
la presencia de tumores. Si el joven presenta otra enfermedad más 
allá de sus síntomas depresivos es conveniente que consulte con 
un profesional médico clínico, para descartar que los síntomas de-
presivos estén asociados a su enfermedad de base. En el caso de los 
jóvenes debe evaluarse también el consumo de drogas y alcohol, 
dado que las adicciones son una comorbilidad muy frecuente de 
la depresión.
Los cuadros depresivos también pueden darse durante el embarazo 
o puerperio adolescente, en periodos postoperatorios o enferme-
dades discapacitantes.
De aquí en adelante describiremos diversas causas que pueden 
provocar la depresión llamada psicógena, situacional o reactiva a 
situaciones y experiencias dolorosas. El eje afectivo de la depre-
sión, en estos casos, es la tristeza vital y profunda que envuelve a 
la persona hasta afectar todas las esferas de su relación intra e in-
terpersonal. Aunque el estado afectivo nuclear es la tristeza, pue-
den emerger otros estados emocionales, tales como la ansiedad, la 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
30
irritabilidad o la hostilidad. En general el joven se muestra pesi-
mista, ha perdido la ilusión, y presenta sentimientos de incapaci-
dad. En ocasiones, a pesar de su tristeza, no puede llorar. En otros 
casos, el llanto es inmotivado, pero no produce alivio. En cuanto 
a la tristeza, decimos que es normal cuando es adecuadaen tiem-
po e intensidad a lo que la origina, y cuando no tiene repercu-
siones notables en el rendimiento escolar, laboral ni en la esfera 
psicosomática. 
2 .- Depresión por pérdidas .
La pérdida de un objeto valorado o de una persona amada, se ex-
perimenta como daño, quebranto, perjuicio, ruina. Los sentimien-
tos después de una pérdida significativa pueden ser: tristeza, dolor, 
angustia, aflicción, pesar, congoja, desconsuelo, pena. Como ejem-
plos de pérdidas podemos mencionar: pérdida de un bien material 
o económico, pérdida de empleo o de rol laboral, cambio de roles, 
mudanza, migraciones, destierro, rupturas de relaciones afectivas, 
separación y divorcio, muerte de un ser querido. Muchas pérdidas 
son percibidas como una amenaza a la seguridad.
La tristeza por una pérdida es un sentimiento común al ser hu-
mano. Cuando la pérdida es muy significativa, el sentimiento de 
tristeza se transforma en angustia. En medio de la angustia los días 
se vuelven grises y largos, los problemas se vuelven más grandes, 
el sentimiento de soledad aumenta, todo el entorno es sombrío, se 
debilitan las fuerzas y se prefiere el aislamiento. Por sobre todas las 
cosas debemos tener en cuenta que la angustia es un sentimiento 
auténtico cuando está producido por una situación dolorosa.
La angustia significa constricción, que algunas veces repercute en 
una sensación de opresión en la zona del pecho o del abdomen 
con desasosiego. Esta puede ser producida por una mala noticia, 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
31
como por ejemplo que un familiar o un ser querido se contagió 
de COVID, o tenga alguna otra enfermedad grave o un problema 
difícil de resolver.
La angustia normal se basa en preocupaciones presentes o del fu-
turo inmediato, y desaparece al resolverse el problema. La angustia 
patológica, en cambio, es desmedida y persistente, planteando un 
futuro incierto o amenazante y va restringiendo la autonomía y el 
desarrollo personal de quien la padece. La persona que sufre cons-
tante angustia no siempre es comprendida por quienes le rodean.
Ejemplo de un caso: Un joven muchacho de 15 años está perdi-
damente enamorado de una compañera de clase, pero al cabo de 
un tiempo de salir juntos las chica lo deja y comienza una relación 
con otro muchacho cuatro años mayor. Este joven se deprime, no 
puede concentrarse en sus estudios, reprueba todas las materias y 
pierde el año lectivo.
Ejemplo de un caso: Una joven de 19 años, hija única de madre 
soltera, pierde a su madre después de una enfermedad de casi dos 
años. Ella dejó sus estudios para cuidar de su mamá. Por esta mis-
ma razón dejó de frecuentar a su grupo social. Se dedicó a trabajar 
y a cuidar de su mamá. Al poco tiempo de fallecer, la joven entra 
en un estado depresivo. Se abandona a sí misma de tal manera 
que pierde el trabajo, que era lo único que la mantenía un poco en 
pie. Su derrumbe psicofísico fue en aumento y sus recaídas fueron 
cada vez más frecuentes, hasta que llegó al consultorio y con la 
ayuda de la medicación adecuada y apoyo psicoterapéutico, pudo 
superar su situación.
Todas las pérdidas llevan consigo dolores del alma que afectan las 
emociones, el estado del ánimo, la voluntad para hacer las cosas, 
desarrollar actividades, la toma de decisiones y aún pueden afectar 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
32
hasta el sistema de creencias en el orden de lo espiritual en la vida 
de la persona que las padece. Si en la pérdida se van los puntos de 
apoyo, la persona pierde el equilibrio, se hunde, se cae y se depri-
me. Su punto de apoyo le brinda seguridad y esa pérdida le puede 
provocar depresión.
Tomamos de la Biblia como ejemplo de este tema a dos hombres 
que sufrieron pérdidas: José y Job. Hay varios tipos de pérdidas en 
estos ejemplos:
 � Pérdida de su lugar de origen. 
 � Pérdida de relaciones afectivas. 
 � Pérdida de roles. 
 � Pérdidas económicas.
 � Pérdida de la salud.
 � Pérdida de familiares.
1. Las pérdidas provocan sufrimiento. Algunas personas desa-
rrollan un cuadro depresivo a causa del sufrimiento que le 
produce la pérdida y cuyo dolor no pueden superar. Es opor-
tuno recordar que siempre Dios está a nuestro lado cuando 
sufrimos. Las pérdidas provocan sufrimiento, aunque no to-
das provocan depresión. 
2. El sufrimiento no es castigo de Dios por pecar. Dios no casti-
ga con el sufrimiento. En cada momento difícil por las pér-
didas que José atravesó, se menciona que Dios estaba con él 
y lo prosperaba en todo lo que hacía. José reconocía a Dios 
en su vida. Esto demuestra que el sufrimiento de José no fue 
a causa de ningún castigo por no tener en cuenta a Dios en 
su vida o por cometer pecados. En el caso de Job se dice: 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
33
“Job, un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene 
temor de Dios y se mantiene apartado del mal” (Job 2:3). Su 
sufrimiento no fue causa de un pecado sino para avergonzar 
a Satanás.
3. Personas correctas e íntegras no están exentas del sufri-
miento. Siendo José un joven correcto, sufre. “…vimos su 
angustia cuando rogaba por su vida” (Génesis 42:21 NTV). Y 
Job también sufre, a pesar de ser un hombre íntegro, según 
lo que leemos en Job 2:3, “Es el mejor hombre de toda la 
tierra; hombre que me teme y se abstiene de todo mal”.
La pérdida de un ser querido naturalmente genera mucha tristeza 
y comienza un camino al que llamamos proceso de duelo. Cuanto 
más cercana y valiosa sea la pérdida para la persona, mayor dolor. 
El dolor y el proceso del duelo es particular y diferente en cada 
caso dependiendo de muchos factores.
El duelo es el nombre del tiempo que requiere el proceso dolo-
roso de elaboración del sufrimiento por la pérdida de algo muy 
valorado o de un ser querido. Para la elaboración del duelo hay 
muchos factores que deben ser tenidos en cuenta tales como la 
cercanía del vínculo, la edad, el tipo de causa de muerte y la suma 
de pérdidas. El dolor de la pérdida desemboca muchas veces en un 
cuadro depresivo. 
El duelo como proceso por la muerte de un ser querido es costoso 
porque la muerte siempre provoca dolor. La muerte es un desgarro. 
La muerte es irreparable, irreversible, y siempre es un hecho ines-
perado, aunque haya sido una muerte anunciada después de una 
larga enfermedad o un tiempo de agonía. Muchas veces en estos 
casos el primer consuelo es el alivio del dolor ajeno, pero también 
esto a veces trae consigo sentimientos de culpa.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
34
El proceso de duelo se transita de muy variadas formas dependien-
do de múltiples factores, y hay tantos diferentes modos de transi-
tarlo como personas en dolor hay. Incluso el duelo es diferente si la 
muerte se produjo en forma repentina de una persona sana, como 
por ejemplo por un accidente, o infección por COVID, que por una 
enfermedad crónica, lenta, progresiva y anunciada. 
Para acompañar o aconsejar de forma asertiva a un niño, adoles-
cente o joven que está atravesando un proceso de duelo, es nece-
sario conocer las distintas etapas por las que usualmente transita 
una persona en estas circunstancias. El duelo es un proceso dolo-
roso. El dolor no es un problema a resolver ni una etapa que supe-
rar. El dolor se transita, se acompaña en silencio y con amor, no se 
explica ni se aconseja, tampoco se medica. Las etapas por las que 
atraviesa una persona no tienen una secuencia lineal en el proceso. 
Lo normal es avanzar y retroceder para luego pasar a la siguiente 
etapa. Mencionamos las etapas en un breve resumen.
4. La primera etapa, la de shock. Es la resistencia a aceptar la 
pérdida como una verdad. Es el tiempo de no poder creer o 
no querer creer lo que sucedió.
5. En la segunda etapa, hay que lidiar con la rabia, el enojo, la 
culpa. En esta etapa está la necesidad de buscar explicacio-
nes y culpables como un intento de disminuir el dolor de la 
pérdida. Es un tiempo de muchas preguntas sin respuestas y 
puede surgir el sentimiento de lo injusto.
6. La tercera etapa, la penao la tristeza profunda. En esta eta-
pa la presencia de la ausencia se hace muy real. Es un tiempo 
muy difícil. Es una etapa de mucho llanto y de sensación 
de fragilidad. El llanto es sanador, es energía, es dolor que 
hay que gastar al atravesar el sufrimiento por la muerte de 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
35
un ser querido. En general los hombres vuelcan su dolor en 
actividades, y la mujer necesita expresar sus emociones con-
versando. Los niños en cambio manifiestan llanto frecuente, 
pérdida de interés por las aficiones que tenían, alteración 
del sueño, regresiones, disminución del rendimiento esco-
lar, etc. Las reacciones de duelo son intermitentes, pueden 
estar muy tristes un minuto y jugar al siguiente. Los niños 
tienen dificultad de expresar con palabras sus sentimientos, 
siendo las manifestaciones de su comportamiento en juegos 
violentos, enojos hacia otros miembros de la familia, irrita-
bilidad, gran temor a perder el progenitor que sigue vivo. En 
adolescentes la manifestación de la tristeza profunda se ve a 
través de conductas tales como alarde de fuerza y madurez, 
dificultades escolares o indiferencia hacia ellas, deterioro de 
relaciones con amigos, conductas de riesgo como abuso de 
alcohol y drogas o peleas, y que mencione el suicidio como 
posibilidad de reencuentro con la persona fallecida.
7. La cuarta, la reconciliación con el duelo, la aceptación de la 
pérdida. Se aprende a mirar el dolor como un compañero de 
viaje, como parte de la vida.
Para las primeras etapas de duelo la recomendación inicial es, no 
ser exigentes ni críticos. Es más bien un tiempo para dar permisos y 
respetar sus tiempos, sin esforzarse ni exigirse más de lo necesario. 
Es un tiempo muy especial de la vida. En este tiempo se necesi-
ta serenidad, estar a solas consigo mismo para pensar, orar, estar 
a solas con Dios, orar el dolor y llorar en su presencia, expresar 
sus sentimientos con libertad, hablar consigo mismo, reflexionar, 
recordar en silencio, transitar el dolor. Pero no quedarse por mu-
cho tiempo aislado. Después de un tiempo se necesita la compañía 
comprensiva y respetuosa de otra persona que con sabiduría le 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
36
ayude a transitar el dolor. El tiempo de elaboración de un duelo 
por una pérdida muy significativa para la vida de la persona, suele 
ser un tiempo de desequilibrios que es bueno conocer y respetar 
sin criticar ni exigir. Suele ser un tiempo de desequilibrios pendu-
lares. Variaciones del ánimo, de las emociones, con trastornos del 
sueño, la alimentación y aun en las actividades. 
Cuando las emociones se desequilibran, las personas suelen pasar 
de estar alegres a tristes, de eufóricos a deprimidos, en corto lapso 
de tiempo. Así mismo se atraviesan momentos de sentir confusión, 
dudas, culpas, desconsuelo, angustia, miedo, irritabilidad, abulia, 
desgano, como así también momentos de ira y enojos.
Cuando el desequilibrio se manifiesta en las actividades, puede 
haber hiperactividad tratando de tapar los pensamientos y sen-
timientos aumentando el ritmo y las horas de trabajo, o un total 
desinterés, por el contrario. Puede haber un sentimiento de mucho 
cansancio, sin fuerzas físicas ni anímicas para desarrollar alguna 
actividad de la vida diaria. En cuanto a lo espiritual y a las dis-
ciplinas espirituales, el desequilibrio puede manifestarse a través 
de pasar todo el día orando y leyendo la Biblia como lo único que 
consuela y sostiene en estos tiempos, o todo lo contrario: no poder 
cantar, orar ni leer la Biblia, incluso sentir que su lectura le lastima 
el corazón por tener una interpretación sesgada de la misma. 
El desequilibrio en el ritmo de sueño se hace notorio ya sea en 
tiempos de vigilia, donde la persona está durante la noche con los 
ojos clavados en el techo sin conciliar el sueño; al aumento de las 
horas de sueño, o a estar en cama somnoliento todo el día.
Desequilibrio en la alimentación: días sin hambre, en que no pasa 
la comida por la garganta, o el otro extremo de pasar días en que 
se come desenfrenadamente, especialmente dulces y harinas.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
37
A los desequilibrios mencionados se pueden sumar alteraciones 
cognitivas, de la memoria y la atención, falta de concentración y 
embotamiento.
Pasadas las primeras etapas de la elaboración del duelo se pasa 
a un tiempo en que la persona ya está más fortalecida y puede 
retomar sus actividades habituales con mayor energía física y psí-
quica. Es un tiempo en que retoma el contacto con el exterior, se 
relaciona con su entorno con mayor capacidad de afrontamiento.
El último tiempo del proceso de elaboración del duelo se reconoce 
habitualmente como un nuevo tiempo. Es el tiempo de buscar y 
encontrar nuevas actividades, nuevas metas, y nuevos objetivos. 
Son nuevos caminos para transitar en la vida. Este es un tiempo 
de actividades significativas que influyen positivamente en la vida 
y desarrollo de la persona. Suele llamarse tiempo de significación, 
tiempo de encontrar sentido y dar cauce a su dolor. Ha llegado el 
momento de integrar a la vida la aceptación de la pérdida. Es el 
tiempo en que la persona puede caminar por la vida con una son-
risa en sus labios a pesar de tener una pena gigante en su alma. 
Porque el dolor por la persona que partió siempre está presente, 
aunque integrada a la vida y seguirá siendo un camino de avances 
y retrocesos.
Cuando no se elabora el duelo, la persona queda anclada en el 
dolor, en la presencia de la ausencia, sin poder retomar el curso de 
su vida. Queda sumida en depresión sin poder salir naturalmente 
porque no puede llegar a la etapa de la aceptación de la pérdida. 
Esto se manifiesta en que la persona no puede elaborar el duelo 
y lleva una vida sin actividades, proyectos, ilusiones, esperanzas 
y pronto pierde el sentido de la vida. Para esa persona nada más 
tiene valor, nada importa, nada tiene sabor ni color. Queda sumida 
en un gris. Su vida se reduce a subsistir un día más. En estos casos 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
38
se hace necesario recomendar un tratamiento derivando a un pro-
fesional especializado. Necesita un tratamiento psicoterapéutico 
adecuado, y algunas veces la consulta con psiquiatría. 
Este es un típico caso de depresión llamada psicógena, situacio-
nal o reactiva a situaciones y experiencias dolorosas. La reacción 
depresiva de la persona es un síntoma, una señal de su dolor, es 
una defensa, así como la fiebre es un síntoma de una infección o 
inflamación de alguna parte del cuerpo.
El dolor en la vida es inevitable. Pero en medio del dolor pensar 
que las pérdidas y los dolores son castigos de Dios, es tener el 
mismo pensamiento de los amigos de Job, y estas son líneas de 
pensamiento filosóficos que hoy día todavía persisten, contrarias 
a las enseñanzas de Dios en la Biblia. En la vida hay pérdidas, do-
lores, accidentes, enfermedades, catástrofes naturales, tiempos de 
sequía o inundaciones repentinas, y ninguna de estas y otras tan-
tas desafortunadas experiencias son castigos de Dios. Pensar como 
los amigos de Job, culpando al que sufre, endurece el corazón y 
aumenta el dolor de la persona que atraviesa tiempos de adversi-
dad. Y a consecuencia aparecen los cuestionamientos hacia Dios: 
¿Dónde está Dios? ¿Por qué envía esta desgracia o permite este 
dolor si Dios es un Dios de amor? ¿No pudo ayudar? ¿No es Dios 
Todopoderoso? ¿No quiso ayudar? ¿No me escucha? ¿No me ama? 
Y dudar del poder y del amor de Dios endurece el corazón, hace 
rechazar la protección de Dios y puede abrir puertas a cometer 
pecados que destruyen la vida.
3 .- Depresión por carencias . 
Ejemplo de un caso de baja autoestima y depresión por carencia: 
Una mujer joven, muy deprimida, sentía que la vida no le había 
dado belleza. Se veía siempre fea y esto la hacía sentirse de menor 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
39
valor frente a los demás. Cuando se comparaba con otras jóvenes, 
las veía a todas ellas lindas,bellas y hermosas, y se sentía desdi-
chada. No aceptaba su esquema corporal. Tenía una relación muy 
difícil con su madre a quien culpaba por esto. Con enojo, frecuen-
temente maldecía su vida y la de su madre. Se sentía menos que 
las otras personas y no veía ninguna condición que pudiera darle 
estima o valor a lo que hacía. Abandonó sus estudios y comenzó 
a aislarse. Casi nunca salía de su casa y pensaba que nada bueno 
podría lograr con su vida. Frecuentemente se la oía decir que era 
fea, que para qué había nacido y por qué Dios había sido malo con 
ella y generoso con los demás. Por esta razón estaba enojada con 
Dios. Ella decía que como era fea, para qué iba a arreglar su cabello 
o maquillarse, y que ninguna linda prenda de vestir le quedaba 
bien, así que cualquier ropa daba igual. De esta manera nunca salía 
de su casa bien arreglada. Regularmente lloraba frente al espejo 
diciendo que ningún muchacho podría acercarse a ella con buenas 
intenciones. Repetía con profunda tristeza que nunca se iba a ca-
sar. Sentía que nunca iba a lograr nada bueno en la vida. Repetía 
una y otra vez: “La vida está en mi contra, soy una desdichada. Mi 
vida no tiene sentido y ningún valor”. 
Carencia afectiva: 
Ser amado es una necesidad básica de todo niño, joven y toda 
persona en general. El sentirse amado contribuye a desarrollar la 
personalidad de una manera adecuada, sana y con una buena au-
toestima. El amor es básico en la constitución del psiquismo y es la 
base de todos los sentimientos altruistas. Todas las personas nece-
sitan desde la niñez, reconocimiento, afecto, cuidados, contención 
y amor de quienes los rodean. El cerebro del niño se configura a 
través de la experiencia del contacto con los otros. Cada caricia, 
abrazo, momento de juego, almuerzo compartido, sonrisa, genera 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
40
un estímulo positivo que desarrolla seguridad, confianza y estima 
personal. Los niños necesitan vivir y sentir el amor. Cuidar al niño 
no es solo que reciba alimento y abrigo, sino también afecto, amor, 
cuidado y contención. 
Pero lamentablemente no todas las personas reciben la cantidad y 
la calidad necesaria de amor para crecer y madurar saludablemen-
te. Algunas depresiones tienen su origen en la carencia afectiva 
en los primeros años de vida, que están enraizados en su interior 
sintiendo: “No he sido amado. No soy amado y es por mi culpa. No 
soy importante para ellos”. Las personas que no se sienten amadas 
desarrollan una pobre autoestima y en general son más vulnera-
bles. El no recibir estimulación afectiva de parte de los adultos sig-
nificativos en la infancia, provocará carencias afectivas que prepa-
ran el campo propicio para la llegada de la depresión. Dado que el 
amor se aprende, las personas que no lo recibieron no aprendieron 
a amar ni a sentirse amados. 
La separación de los padres siendo niños genera una mayor vulne-
rabilidad a la depresión en la edad adulta. En general la carencia 
afectiva perjudica el sentido de seguridad y autoestima. Ya en la 
adolescencia, cuando se vive algún conflicto relacionado con el 
desamor, como peleas o discusiones en su relación de pareja, o la 
ruptura de la relación, puede impulsar el desarrollo de un cuadro 
depresivo. Hay un sentimiento frecuente de no ser querido, apre-
ciado y amado. La pérdida por muerte de uno o ambos padres, 
entre los 5 y 10 años de edad, también aumenta la posibilidad de 
síntomas depresivos en la edad adulta.
La pérdida por muerte o separación de los padres afecta el sentido 
de seguridad en el niño. Se ha visto que la pérdida parental en la 
niñez puede impactar en el sentido de seguridad de las personas, 
siendo más vulnerables a la depresión.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Es muy común encontrar en los niños y jóvenes con depresión por 
carencia afectiva, el miedo al rechazo, generando muchas veces 
conductas de retraimiento y aislamiento por temor a no sentirse 
aceptados y queridos. También pueden verse conductas compla-
cientes, decir “sí” cuando en realidad se quiere decir “no’’, para 
lograr el “que me quieran” o “que me acepten” para entrar a per-
tenecer a un determinado grupo en particular. 
Dado que las personas tienen diferentes modos de expresión de 
los afectos, se debería ayudar y guiar a los niños y adolescentes a 
comprender y recibir el amor entregado. Y a los adultos a expresar 
sus acciones de amor acompañadas de palabras que lo refuercen. 
Por ejemplo, una madre compra un pantalón nuevo a su hijo por-
que ha crecido, debería decirle, te compre un pantalón porque te 
quiero mucho. 
Guiar entonces a los adolescentes y jóvenes a darse cuenta de que 
la conducta de sus padres hacia ellos pueden ser demostraciones 
de amor, aunque ellos no lo perciban así. El amor se puede expresar 
de diferentes maneras, y hay personas que lo hacen más de una 
forma que de otra. Así como niños y jóvenes que lo reciben de una 
forma u otra. Es importante que en el entorno en que se vive se 
pueda no solo expresar el amor que se siente, sino también deco-
dificarlo de manera correcta para poder sentirlo, vivir mejor, sanar 
heridas, sanar el pasado y reconocerse como una persona valiosa 
y digna del amor de los demás. El amor se expresa con palabras y 
con acciones. Se debe demostrar y manifestar el amor con palabras 
amables y afectivas, expresando amor y cariño. No es conveniente 
ahorrar palabras de estímulo, afirmación, aceptación y aprobación 
porque son necesarias para la salud emocional. Las acciones que 
evidencian amor pueden ser: cuidados, protección, regalos, ayu-
da económica, mimos, abrazos y besos, aun disciplina con amor y 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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firmeza. Recomendamos que el amor expresado en acciones esté 
acompañado con palabras que testifiquen ese amor. 
Ejemplo de un caso: Un joven, exitoso estudiante, hijo único de un 
matrimonio con buenos recursos económicos, un día descubre una 
gran verdad que cambia su vida por completo. Sus padres salen 
en un viaje al exterior y en un accidente ambos pierden la vida. El 
hijo, buscando documentos, descubre que ellos no son sus padres 
biológicos, y que es hijo adoptivo. En un principio queda perplejo, 
pero con el paso del tiempo se genera dentro suyo un enojo muy 
grande que va en aumento. Concibió que sus padres verdaderos 
no lo habían querido y que sus padres adoptivos tampoco lo hi-
cieron porque habían sido poco afectuoso con él mintiéndole, solo 
dándole recursos económicos. Reprime frente a todos estos senti-
mientos que le están carcomiendo su ser interior. Al cumplir sus 26 
años es internado en un psiquiátrico por un cuadro depresivo muy 
grave, con intentos de suicidio.
Ejemplo de un caso: “Tuve muchos amigos, incluso varios novios, 
pero sigo soltera. Estoy sin pareja, ahora me siento tan sola que 
no lo puedo soportar. Siento que nadie me quiere, como en toda 
mi vida. Yo quise mucho pero no fui correspondida. Veo a mis ami-
gas de novia, planeando casarse y yo no. ¿Por qué?” Un sábado 
en la reunión de jóvenes le dijo a su pastor: “Le digo la verdad, así 
como yo estoy, ¡ni vale la pena vivir de esta manera!”. Esta joven 
se queja, llora la pérdida de las expectativas de la vida, lamenta su 
realidad y sufre depresión. Hasta que un día decidió pedir ayuda 
y comenzó a ver sus conductas y reacciones que le provocaron 
las repetidas pérdidas y sus actuales carencias afectivas. Gracias a 
un buen abordaje del caso ahora puede elaborar su dolor, superar 
la depresión, redireccionarse para encauzar su vida y lograr sus 
metas. 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Carencia económica: 
Muchos jóvenes sienten que la vida no les dio algo que creen ne-
cesitar. Ellos expresan de diferentes formas sus quejas, sintiéndose 
víctimas de las circunstancias. Muchos envidian a otros jóvenes 
que sí tienen lo que ellos no, y sufren depresión o rebeldía. 
Cuando una persona ve a alguien que tiene algo que le gustaría 
tener, algo que desea para su vida… ya sean posesiones,cualida-
des, capacidades, talentos o familia, puede levantarse una reacción 
negativa y humana llamada envidia. Sentir envidia es doloroso y 
lastima a quien lo sufre; manteniéndolo en la insatisfacción y la 
queja. La envidia llena de desesperanza, tras intentar lograr lo que 
tiene otro, porque lo desenfoca de sus metas y objetivos. Al sen-
tirse incapaz de lograrlo comienza a desear que el otro tampoco lo 
tenga o que no lo pueda disfrutar. Esencialmente, envidiar es de-
sear lo que el otro tiene y si no puede lograrlo, pues entonces que 
el otro tampoco lo tenga. El envidioso siente bronca o rabia por el 
logro de otro, siente ambición por lo que tiene y desea destruirlo. 
Puede generarse también en ese joven resentimiento. El resenti-
miento consiste en sentirse dolido y no olvidar. No poder olvidar lo 
que no tiene, lo que le falta, lo que anhela y no puede conseguir. 
Esto bloquea su acción, encerrándose sobre sí mismo. Todo esto 
puede llevarle a la depresión.
Se puede envidiar a otras personas por su idiosincrasia, cualidades 
personales, responsabilidad y capacidad en el estudio, inteligencia, 
personalidad, carácter firme, forma de ser o de reaccionar frente 
a los problemas o situaciones de estrés, habilidades innatas o ad-
quiridas con estudio y esfuerzo. Se pueden envidiar los talentos, 
dones espirituales, capacidad de liderazgo, constancia y perseve-
rancia, entereza y humildad, éxito en algún ministerio en la iglesia, 
etc. También se puede envidiar al otro por su aspecto físico, su 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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belleza o su salud. Se puede envidiar del otro su posición econó-
mica, sus amigos, su noviazgo y hasta su familia.
Ejemplo de un caso: “Nací en una familia carenciada sin recursos 
de toda índole, por culpa de mi padre que siempre estaba ebrio. 
Trabajaba poco y apostaba el dinero con sus amigos en el bar, 
perdiendo lo poco que tenía. Pero a mí me pasa en la actualidad 
que a pesar del esfuerzo que realice en el trabajo, no veo progre-
so alguno. Me siento económicamente pobre e imposibilitado de 
salir de esta situación. Trabajé mucho y siento que no tengo lo 
que otros amigos míos lograron. La verdad es que la vida está en 
mi contra”. Este joven se queja, se hunde en su dolor sin buscar 
ayuda y al cabo de un tiempo sufre muchos síntomas de depresión 
reactiva a su situación.
Consejos y guía práctica para el trabajo con jóve-
nes con depresión por sentir carencias.
Se puede aconsejar a que el joven dé un giro cambiando el enfo-
que con que ve su vida. Ayudarle a dejar de mirar hacia atrás, sus 
carencias, lo negativo y hacia lo que otros tienen y logran, para co-
menzar a valorar lo que la vida le dio. Probablemente tenga otras 
cosas que son positivas también, como posibilidad de capacitarse 
y organizarse, u otros recursos, como relaciones, salud, tiempo, in-
teligencia, aptitudes y talentos naturales para poder desarrollar 
un presente y un futuro que le proporcione satisfacción y vitali-
dad a su vida. Contribuir a que logre emprender un camino hacia 
adelante, buscar metas, y trabajar para lograr sus sueños. Porque 
todos los jóvenes son distintos y toda vida es valiosa. Todos tienen 
capacidades. Toda vida vale la pena ser vivida con singularidad y 
características propias. 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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El dolor de desear algo por mucho tiempo y no lograrlo, puede 
traer frustración, tristeza, desánimo y depresión. Dios no despre-
cia a la persona que está triste. Tampoco a quien desea algo. El 
Señor sabe y conoce las necesidades de cada uno y está dispuesto 
a satisfacerlas si se le pide en oración. Él conoce los sentimientos, 
pensamientos, las intenciones del corazón y la motivación de las 
acciones de cada persona. Él está en control. Él sabe todas las co-
sas. El joven debería aprender a buscar de Dios la ayuda necesaria. 
Buscar a Dios en la intimidad de la oración, descubrir el propósito 
y el sueño que Dios tiene para su vida y emprender el camino ha-
cia adelante, hacia el cumplimiento del propósito y la voluntad de 
Dios. Esto le alejará de la depresión y le conducirá al sentimiento 
de plenitud. La aceptación de su realidad, de lo que se tiene y de lo 
que no se tiene, ayuda a contentarse. 
Con un corazón agradecido surgen sentimientos de optimismo, 
conformidad, paz, bienestar, satisfacción y buen humor. Y deja-
remos de considerar lo que no tenemos. El Salmo 100:3-4 nos re-
cuerda: “¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le per-
tenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado. Entren por sus 
puertas con acción de gracias; Denle gracias y alaben su nom-
bre…”. En Filipenses 4:6-7 leemos: “No se angustien por nada; más 
bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias. Y la paz 
de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazo-
nes y pensamientos en Cristo”. El aprender a ser agradecidos gene-
rará paz en sus pensamientos y emociones. Cada joven deprimido 
debería saber que cada cosa que necesita se la puede pedir a Dios, 
teniendo la seguridad de que Él lo oye. ¡Qué bueno que pueda 
experimentar esta bendición tan enorme! En el libro de Colosenses 
3:15 dice, “Que la paz de Dios reine en sus corazones, porque ese 
es su deber como miembros del cuerpo de Cristo. Y sean agrade-
cidos”. Cuando el joven logra desarrollar una intimidad constante 
https://dailyverses.net/es/filipenses/4/6-7
https://dailyverses.net/es/colosenses/3/15
https://dailyverses.net/es/colosenses/3/15
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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con el Señor, y habla con Él durante todo el día, logra adquirir una 
actitud de constante agradecimiento al Señor, y esto llena de paz 
el corazón, por saber que el Dios de toda misericordia tiene todo 
bajo control.
Según el diccionario de la lengua española el contentamiento es 
estar contento y satisfecho. La Biblia proporciona un significado 
más profundo, que es una satisfacción interior que no exige cam-
bios de circunstancias externas. El joven debe llegar a reconocer 
que el contentamiento es una virtud del corazón y no solamente 
una buena idea. Este contentamiento se genera en la intimidad 
con Dios en esa relación continua y fluida que se desarrolla a me-
dida que pasa tiempo con el Señor, orando, meditando, leyendo 
la Biblia. Como todo, esto también requiere de tiempo. Es una ta-
rea. Si Dios lo recomienda, cada joven con depresión por caren-
cias debería desarrollarlo. 1 Timoteo 6:7-8 dice: “Después de todo, 
nada trajimos a este mundo y nada podremos llevarnos. Así que, 
mientras tengamos ropa y comida, debemos estar contentos”. 
Sentir contentamiento, según explica J.I. Packer, es esencialmente 
aceptar de la mano de Dios lo que Él envía. El joven a quien se 
está aconsejando debería llegar a experimentar que Dios es bueno, 
por lo tanto, lo que envíe es bueno. Sentir contentamiento es en-
tonces liberarse de la preocupación de las cosas que no se tienen 
y aceptar con agrado lo que no se tiene. Cuanto más elija tener 
contentamiento estará más liberado de esta causa que le produce 
depresión. 
4 .- Depresión por relaciones quebradas . 
Depresión en adolescentes y jóvenes como consecuencias de rela-
ciones quebradas con sus padres.
https://dailyverses.net/es/1-timoteo/6/7-8
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Los adolescentes y jóvenes pueden quebrar o romper relaciones 
con sus padres por celos, enojos, rebeldías, discusiones y peleas. Los 
vínculos entre padres e hijos pueden ser lastimados y destruidos. Si 
no se restauran esto puede generar depresión. Jesús conoce esto, 
por eso en el sermón del monte equipara el no matar a perdonar y 
en lo posible reconciliarse. Las relaciones quebradas son como una 
herida sangrante que drena energía y vida, y deberían ser sanadas 
lo más pronto posible. La verdadera reconciliación es una de las 
más poderosas interacciones humanas. Cuando la confesión y el 
perdón se ponen en práctica en la relación con sus padres, la de-
presión puede superarse. “Él hará que los padres se reconcilien con 
sus hijosy los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra 
con destrucción total” (Malaquías 4:6, NVI).
No estamos diciendo con esto, que toda depresión tiene su origen 
en la falta de perdón. Porque la clasificación del diagnóstico de 
un cuadro depresivo, así como las causas que lo provocan, son 
muchas. Solo decimos que el odio, el rencor, el resentimiento, el 
dolor y la amargura prolongada por falta de perdón, pueden pro-
ducir decaimiento, desánimo y depresión. Aclaramos esto porque 
el prejuicio religioso hace ver detrás de cada persona depresiva 
un pecado no confesado. Esto lastima con culpa a la persona que 
sufre y limita buscar ayuda profesional adecuada.
Hay jóvenes que sufren depresión y la raíz es haber quebrado su 
relación con sus padres, haciéndolos deshonrado. Ellos manifies-
tan su dolor con expresiones de temor, desconfianza y enojo por 
haber tenido situaciones difíciles con sus padres que les provoca-
ron grandes heridas en el corazón. Su interior está lleno de estos 
sentimientos. Muchas veces es por causa de hechos desafortuna-
dos por parte de los padres, que usaron la manipulación, abuso 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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psicológico, maltrato verbal con violencia y agresiones físicas, o 
expresiones de desamor y conductas de abandono. 
Cuando estas cosas pasan, se atraviesa mucho sufrimiento y estos 
hijos usualmente sienten que la vida les lastimó, y en algún mo-
mento de la vida, si no resuelven esto sufren un cuadro depresivo. 
El enojo en sí no es un problema; es un sentimiento humano. Pero 
lo que se hace cuando se da rienda suelta al enojo, esto sí es un 
problema. Si el enojo se vuelve contra sí mismo, trae enfermeda-
des físicas o depresión. Si el enojo es volcado hacia quienes es-
tán alrededor, provoca tensión, violencia, agresiones y conflictos 
relacionales. 
Hay un consejo dado por Dios a los hijos, de honrar a los padres 
para que les vaya bien en la vida. Este consejo lo encontramos a lo 
largo de toda la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en 
el Nuevo Testamento. Éxodo 21:15 dice: “Cualquiera que golpee 
a su padre o a su madre será ejecutado”. El maltrato a los padres 
es castigado por Dios. En Proverbios 28:24 dice: “El que roba a su 
padre o a su madre y dice: «¿Qué hay de malo en eso?», es amigo 
de criminales”. Y en el libro de Levítico 19:3 (NTV) leemos: “Cada 
uno tenga gran respeto por su madre y su padre”. Proverbios 30:11 
afirma: “Hay quienes maldicen a su padre y no bendicen a su 
madre”. 
En Proverbios 30:17 leemos: “Al que mira con desprecio a su padre 
y menosprecia a su madre anciana, que los cuervos le saquen los 
ojos y los buitres se lo devoren”.
 
Estos textos son muy duros, por cierto. Lo que están diciendo es que 
la deshonra a los padres tiene una influencia negativa muy grande 
en la vida espiritual y emocional de los hijos. En el mismo sentido 
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+30&version=NBV
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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leemos en Proverbios 20:20 (TLA), “El que maldice a sus padres 
morirá antes de tiempo”. Todo lo anterior nos hace reflexionar 
acerca de la importancia de sanar las relaciones quebradas con 
nuestros padres porque Dios toma muy seriamente este tema. No 
se puede deshonrar a los padres y pedirle a Dios que nos bendi-
ga. Por otra parte, el cumplimiento de este mandamiento lleva 
consigo una recompensa: Efesios 6:1-3, “Hijos, obedezcan a sus 
padres, pues esto es lo que deben hacer los que pertenecen al 
Señor. «Honra a tu padre y a tu madre» es el primer mandamiento 
que contiene una promesa: «para que te vaya bien y disfrutes una 
vida larga»”.
Honrar a los padres significa hacerlos importantes para sus vidas, 
tomar a los padres seriamente, mirar por ellos en sus años viejos, 
mantener contacto con ellos, darle un lugar alto en la lista de 
prioridades. 
Las personas que tienen enojo o resentimiento hacia sus padres, 
pueden vivir en amargura y depresión.
Los hijos deberían mirar por sus padres en compañerismo y en el 
sentido material también cuando son ancianos. El consejo no es 
que los hijos deben honrar a los buenos padres, sino a los padres, 
más allá de los errores que hayan cometido, y aun cuando ya no 
estén vivos, se debe honrar su memoria. Es un consejo que se debe 
cumplir no por un hecho del pasado o por las características de 
los padres, sino por algo en el futuro que Dios hará con ellos si lo 
hacen, entonces a estos jóvenes les irá bien en la vida como dice 
su promesa. El recuerdo que ellos deberían tener nunca debe ge-
nerar en sus corazones enojo ni resentimiento, pues esto les daña 
emocional y espiritualmente.
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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Si sus padres están vivos aún, es conveniente aconsejarles que 
les manifiesten verbalmente que los aman. Demostrarles afecto, 
abrazarlos, acariciarlos, besarlos, esto alegra sus vidas. Sanar las 
relaciones quebradas y honrarlos es no avergonzarse de ellos ante 
otros, por el contrario, es tenerles paciencia. Si son ya ancianos, no 
hablarles con términos que no comprendan y escuchar sus histo-
rias aun cuando las repitan. 
Depresión en niños y adolescentes como consecuencias de relacio-
nes quebradas de sus padres, separación o divorcio.
La familia es la unidad básica de desarrollo y experiencia, de reali-
zación y fracaso, de la enfermedad y la salud en la vida de los niños 
y adolescentes.
“Las funciones biológicas de la familia solo pueden cumplirse en 
una organización adecuada de las fuerzas sociales. Psicológica-
mente, los miembros de la familia están ligados en interdependen-
cia mutua para la satisfacción de sus necesidades afectivas respec-
tivas. Y están ligados económicamente en interdependencia mutua 
para la provisión de sus necesidades materiales”, dice Nathan W. 
Ackerman, en su libro sobre la psicodinámica de la vida familiar. 
Toda familia debe ajustarse desde dentro a la amplia gama de vi-
cisitudes que afectan las relaciones de cada uno de sus miembros 
con todos los otros. Bajo condiciones favorables, los sentimientos 
de amor y lealtad prevalecen, y se mantiene la armonía familiar. 
Bajo condiciones de tensión y conflicto excesivos, pueden surgir 
antagonismos y odio mutuos, amenazando la integridad de la 
familia.
Los niños perciben con facilidad las preocupaciones y los estados 
de ánimo de sus progenitores. El divorcio de sus padres puede 
DEPRESIÓN Cómo tratarla y superarla
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significar un proceso estresante y de difícil adaptación cuando no 
han sido preparados de forma anticipada al suceso. 
La separación de los padres es siempre traumática para el hijo. 
Frente al anuncio de la separación y divorcio de los padres, el niño 
experimenta una fuerte sensación de pérdida. Sus sentimientos 
son similares a aquellos que enfrentan la muerte de un ser amado. 
En algunos casos el adolescente puede negar o reprimir la impor-
tancia del lugar que ha dejado el padre que se ha ido del hogar, 
mientras que otros creen tener la responsabilidad de llenar el rol 
del padre que no está, cuidando a su madre o a sus hermanos, ha-
ciéndose cargo de una misión demasiado pesada para ellos. 
Los hijos pueden manifestar tristeza, ira, enojo, culpa, ambivalen-
cia y tendencia al aislamiento. Cuando son muy pequeños suelen 
tener episodios de miedo y llanto. Se debe ayudar a reconocer e 
identificar estos variados sentimientos, se les debe motivar a que 
expresen su dolor. Pueden sufrir regresiones en su desarrollo como 
orinarse en la cama. Los niños pequeños disponen de menos meca-
nismos para elaborar lo que está pasando, en consecuencia, suelen 
aparecer manifestaciones depresivas también en su cuerpo, como 
molestias abdominales, vómitos y dolores de cabeza. También pro-
blemas en el sueño y la alimentación. Los adolescentes pueden 
sentir gran culpabilidad y vergüenza. Los síntomas depresivos sur-
gen con conductas agresivas, repercusiones en el rendimiento es-
colar o regresiones. La disminución del rendimiento escolar y aca-
démico puede persistir

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