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CAPITULO 20 Músculo: metabolismo energéticoy contracción John 1/1/. Baynes y M atthew C. Kostek OBJETIVOS DE APRENDIZAJE Tras leer este capítulo, el lector deberá ser capaz de: ■ Describir la estructura muscular y su función en la producción de la fuerza mecánica, incluidas las diferencias entre los distintos tipos de músculo, esquelético, cardíaco y liso, que están relacionadas con sus funciones fisiológicas. ■ Describir la estructura y la composición de proteínas del sarcómero, el modelo de deslizamiento de filamentos de la contracción muscular y el origen del patrón de bandas en el músculo estriado. Describir la secuencia de acontecimientos en el acoplamiento excitación-contracción, incluidos los papeles de la despolarización de la membrana, el retículo sarcoplasmático y el detonante del calcio. ■ Identificar los sitios clave de utilización de la energía durante la contracción muscular, el papel de la creatina fosfato en el músculo esquelético y el impacto del tipo de fibras musculares esqueléticas en la utilización de sustratos y la función muscular. ■ Describir los cambios en la masa y el metabolismo del músculo esquelético con la edad, en respuesta a un ejercicio agudo y prolongado, y en enfermedades como la sarcopenia, el síndrome metabólico y enfermedades debilitantes. INTRODUCCIÓN Hay tres tipos de músculo: esquelético, cardíaco y liso, cada uno con un papel fisiológico singular La función común de los músculos es convertir la energía química en energía mecánica, pero cada músculo se distingue por el meca nismo de inicio de la contracción, la velocidad del desarrollo de la fuerza, la duración de la contracción, la capacidad para adaptarse al entorno y la utilización de los sustratos. El músculo representa alrededor del 40% de la masa corporal total y la actividad muscular es uno de los principales determinantes del metabolismo global tanto en estado basal como en estado activo. Al realizar actividad física se producen cambios en el metabolismo del músculo esque lético. Estos cambios están directamente relacionados con la fuerza requerida y la duración de la actividad. Dichos factores también afectan a la utilización que el músculo hace de glucosa y ácidos grasos como combustible. Además de la locomoción, el músculo es quelético también es fuente de calor corporal, aporta aminoácidos para la gluconeogénesis hepática durante el ajamo y es un lugar importante para la eliminación de la glucosa y los triglicéridos des pués de una comida. Por su papel fundamental en la regulación del flujo del combustible sistémico y el metabolismo, la pérdida de masa muscular tiene un efecto importante en el metabolismo global. La vejez, la sepsis y las enfermedades debilitantes, como el SIDA y el cáncer, son procesos asociados a pérdida de masa muscular, que a su vez se asocia a una mayor morbimortalidad. El principal tema de este capítulo es el músculo esquelético, junto con una explicación de las similitudes y diferencias de la estructura, la función y el metabolismo del músculo esquelético, cardíaco y liso. El capítulo se inicia con una descripción del meca nismo de la contracción muscular, continúa con la señalización que inicia el proceso contráctil y luego examina el metabolismo energético básico para la contracción. ESTRUCTURA MUSCULAR El sarcómero: la unidad funcional contráctil del músculo Una característica común de los miocitos cardíacos, las células del músculo liso y las miofibras esqueléticas es que su citoplasma está lleno de proteína contráctil. Esta proteína se dispone en series lineales de unidades de sarcómero en las miofibras esqueléticas y los miocitos cardíacos, dando a estos músculos un aspecto es triado; de ahí el término músculo estriado. La proteína contráctil en las células de músculo liso no se organiza en una estructura sarcomérica y este tejido se describe como músculo no estriado. La estructura jerárquica del músculo esquelético (fig. 20 .1 ) consiste en haces (fascículos) de células fibrosas multinucleadas alargadas (miofibras). Las células de las miofibras contienen haces de miofi- brillas que, a su vez, están compuestas de proteínas miofilamen- tosas, principalmente actina y miosina, que forman el sarcómero (tabla 20.1). El análisis del músculo mediante microscopía elec trónica muestra un patrón repetitivo de regiones claras y oscuras en las miofibrillas (fig. 20 .2). Estas regiones se conocen como bandas I (isotrópicas) y A (anisotrópicas), respectivamente. En el centro de la banda I se observa una línea Z más oscura, mientras que en el centro de la banda A existe una zona H de tinción más clara con una línea M central. La unidad contráctil, el sarcómero, está centrado en la línea M, que se extiende de una línea Z a la siguiente. El músculo liso carece de una línea Z definida. Filamentos gruesos y finos La actina y la miosina constituyen más del 75% de la proteína m uscular El sarcómero puede acortarse alrededor del 70% en longitud durante la contracción muscular (v. fig. 20.2). Los componentes CONCEPTOS CLÍNICOS DISTROFIAS MUSCULARES La madre de un joven le lleva al hospital porque ha observado que camina como un pato. La exploración física confirmó la existencia de debilidad muscular, especialmente en las piernas, aunque los músculos de las pantorrillas eran anchos y firmes. Se observó una elevación de 20 veces en la actividad sérica de la creatina fosfocina- sa (CK), identificada como la isoenzima MM (músculo). Las pruebas histológicas revelaron pérdida muscular, cierto grado de necrosis y aumento en el volumen de tejido conectivo y en el de grasa muscular. El diagnóstico preliminar de distrofia muscular de Duchenne (DMD) se confirmó mediante análisis inmunoelectroforético, que demostraba que el músculo carecía de distrofina, la proteína del citoesqueleto. Comentario. Aunque hay numerosas variantes de distrofias mus culares, algunas genéticas y otras adquiridas, la DMD es la distrofia genética más frecuente y es mortal. La distrofina es una proteína del citoesqueleto de peso molecular elevado que refuerza la mem brana plasmática de la célula muscular y actúa en la interacción con la matriz extracelular. En su ausencia, la membrana plasmática de las células musculares se altera durante el proceso contráctil, provocando la muerte de la célula muscular. El gen de la distrofina se localiza en el cromosoma X y consta de cerca de 2 ,5x106 pares de bases de largo. Las mutaciones espontá neas en este gen son relativamente frecuentes, siendo la frecuencia de la DMD de alrededor de 1 de cada 3.500 varones nacidos vivos. La DMD es una enfermedad miodegenerativa progresiva, que en general provoca el confinamiento en una silla de ruedas hacía la pubertad, hasta que hacia los 30 años la insuficiencia respiratoria o cardíaca causan la muerte. En los pacientes con DMD, la distrofina es completamente inexistente. Una variante de esta enfermedad, conocida como distrofia muscular de Becker, se manifiesta mediante síntomas más leves y se caracteriza por la expresión de una proteína de distrofina alterada y una supervivencia más larga, que alcanza hasta la quinta década de la vida. Aunque actualmente no existe tratamiento para la DMD, la terapia génica aún mantiene cierta esperanza y las tecnologías más novedosas que utilizan «saltos de exones» (exon skipping) están permitiendo a las células saltar sobre los exones mutados y, por lo tanto, traducir un producto proteico ligeramente menor, pero todavía funcional. La distrofina de menor tamaño produce síntomas parecidos a los de la distrofia de Becker en animales de experimentación, y esto podría traducirse en el doble de supervivencia de los seres humanos si los resultados pudieran reproducirse en ellos. con efecto en la contracción son los filamentos gruesos y finos. El filamento grueso se compone de miosina y la proteína titi- na, el filamento ñno se compone principalmente de actina, con proteínas asociadas,tropomiosina y troponinas. Los filamentos finos también tienen cierta interacción con la titina. Los filamentos gruesos y finos se extienden en direcciones opues tas desde ambos lados de las líneas M y Z, respectivamente, y se solapan y se deslizan unos sobre otros durante el proceso contráctil (v. fig. 20.2). Las líneas M y Z son, en efecto, placas base para el an claje de los filamentos de actina y miosina. En el músculo estriado, la mayor superposición de filamentos gruesos-finos durante la contracción provoca un encogimiento de la zona H (sólo miosina) y de las bandas I (sólo actina). En el músculo liso, los filamentos gruesos y finos están anclados en estructuras llamadas cuerpos densos que, a su vez, están anclados por filamentos intermedios. Aunque los tres tipos musculares contienen las mismas proteínas, cada uno de ellos expresa isoformas tisulares específicas; la actina y troponina cardíacas, por ejemplo, se diferencian ligeramente de las del músculo esquelético. Proteínas del sarcómero Miosina La interacción entre la actina y la miosina durante la contracción m uscular depende de la concentración de Ca2+ citoplasmática La miosina es una de las proteínas más grandes del cuerpo, con una masa molecular de aproximadamente 500 kDa y además representa más de la mitad de la proteína muscular (tabla 20.2). Al microscopio electrónico la miosina se ve como una proteína alargada con dos cabezas globulares. Es el componente principal del filamento grueso en el músculo. Cada molécula de miosina está formada por dos cadenas pesadas (~ 200 kDa) y cuatro cadenas ligeras (~ 20 kDa). La cadena pesada puede subdividirse en las regiones de la cola heli coidal y la cabeza globular; las cuatro cadenas ligeras están unidas a las cabezas globulares. El análisis estructural por proteólisis limitada indica que hay dos regiones bisagra flexibles en la molécula de miosina (fig. 20.3): una donde la cabeza globular se une a la región helicoidal y la otra en la región helicoidal. Los filamentos de miosina se asocian a través de sus regiones helicoidales y se extienden más allá de la línea M hacia la línea Z de cada miofibrilla (v. figs. 20.2 y 20.3). Las regiones bisagra permiten la interacción de las cabezas de miosina con la actina y proporcionan la flexibilidad necesaria para que se produzcan interacciones y cambios conformacionales reversibles durante la contracción muscular. La miosina posee varias características que son esenciales para dicha contracción: Las cabezas globulares de miosina tienen sitios de unión para el ATP y sus productos de hidrólisis, ADP y fosfato (Pi). Las cabezas globulares de miosina tienen una actividad ATPasa dependiente del Ca2+. La miosina se une de forma reversible a la actina en función de las concentraciones de Ca2+, ATP y ADP + Pi. La unión del calcio y la hidrólisis del ATP provocan cambios importantes en la conformación de la molécula de miosina y su interacción con la actina. La actividad ATPasa de la miosina, las interacciones miosina-actina y los cambios estructurales están integrados en el modelo de deslizamiento de filamentos de la contracción muscular (v. a continuación). También explican el desarrollo de la rigidez cadavérica. El aumento de Ca2+ en el citoplasma del músculo (sarcoplasma) y el descenso de ATP después de la muerte dan lugar a una fuerte unión entre la miosina y la actina, formando el tejido muscular rígido. Actina La actina está formada por subunidades de 42 kDa conocidas como a c tin a G (globular), que polimerizan en una forma Fig. 1 Estructura jerárquica del músculo esquelético. Se observa una vista desplegada de los fascículos, fibras musculares y miofibrillas, así como de las proteínas miofilamentosas. Localización de la banda I (filamentos de actina finos que se extienden desde la línea Z) y la banda A (filamentos de miosina gruesos que se extienden desde la línea M), con tinción más oscura de las regiones de la banda A que corresponde a la región de solapamiento de los filamentos de actina y miosina. Tabla 1 Los elementos estructurales del músculo esquelético se ordenan en orden decreciente de tamaño Unidad microscópica Fascículo: haz de células musculares Unidad celular Miofibra: célula multinudeada larga Unidad subcelular Miofibrilla: compuesta por proteínas miofilamentosas Unidad funcional Sarcómero: unidad contráctil, unidad repetida de la unidad de la miofibrilla Componentes del miofilamento Proteínas: principalmente actina y miosina filamentosa (actina F). Dos cadenas de polímeros se enrollan entre sí para formar el miofilamento de actina F (v. fig. 20.3). La actina F es el principal componente del filamento fino e interacciona con la miosina en el complejo actomiosina. Las cadenas de actina F se extienden en direcciones opuestas desde la línea Z, superponiéndose con las cadenas de miosina que se extienden desde la línea M. Cada filamento grueso que contiene miosina está rodeado por seis filamentos finos que contienen moléculas de actina. Cada filamento fino interacciona con tres filamentos gruesos que contienen miosina (v. fig. 2 0 .1 para un corte transversal). Tropomiosina y troponinas Las troponinas modulan la interacción entre actina y miosina La activación de la contracción muscular en el músculo estria do por el calcio implica a proteínas asociadas a los filamentos finos, la tropomiosina y las troponinas. La tropom iosina es una proteína fibrosa que se extiende a lo largo de los surcos de la actina F; cada molécula contiene 7 subunidades de actina G. La tropomiosina interviene en la estabilización de la actina F y en la coordinación de los cambios conformacionales de las subuni dades de actina durante la contracción. En ausencia de Ca2+, la tropomiosina bloquea el lugar de unión de la miosina a la actina. Un complejo de troponinas se une a la tropomiosina: Tn-T (de unión a tropomiosina), Tn-C (de unión a calcio) y Tn-I (subunidad inhibidora). La unión de calcio a la Tn-C, una proteína de tipo calmodulina, induce cambios en laTn-I, que modifican la interac ción entre tropomiosina y actina, exponiendo el sitio de unión a la miosina en la actina F y permitiendo interacciones actina-miosina. Véase una descripción del uso diagnóstico de las determinaciones de las troponinas cardíacas en el cuadro “Aplicaciones clínicas: Diagnóstico del infarto de miocardio”, pág. 261. Titina La titina modula la tensión pasiva del músculo La titina es la proteína más grande del cuerpo humano, con más de 34 .000 aminoácidos y una masa de unos 3.800 kDa. Desde el Fascículo (haz de fibras musculares) Sarcómero Miofibrilla Proyecciones transversales Z ------------ Sarcómero------------- Z Línea M Tabla 2 Proteínas musculares y sus funciones Proteína Función Miosina Actividad ATPasa dependiente de Ca2+ Proteína C Ensamblaje de la miosina en filamentos gruesos Proteína M Unión de los filamentos de miosina a las líneas M Actina La actina G polimeriza en actina F filamentosa Tropomiosina Estabilización y propagación de los cambios estructurales de la actina F Troponinas C, 1 yT Modulación de las interacciones actina-miosina Actininas a y (3 Estabilización de la actina F y anclaje a la línea Z Nebulina Posible función en la determinación de la longitud de los filamentos de actina F Titina Control de la tensión de reposo y longitud del sarcómero Desmina Organización de las miofibrillas en las células musculares Distrofina Refuerzo del citoesqueleto y de la membrana plasmática de la célula muscular La actina y la miosina representan alrededor del 90% de las proteínas musculares, pero se requieren diversas proteínas asociadas para el ensamblaje y la función del complejo de actomiosina. Fig. 2 Estructura esquemática del sarcómero, que indica la dis tribución de la actina y la miosina en las bandas A e I. (A) Sarcómero relajado. (B) Sarcómero contraído. (C) Detalle del sarcómero contraído, que ilustra la polaridad enla disposición de las moléculas de miosina. El incremento del solapamiento de los filamentos de actina y miosi na durante la contracción, junto con una disminución en la longitud de las zonas H y bandas I, ilustra el modelo de desplazamiento de filamen tos de la contracción muscular. punto de vista estructural, la titina se extiende hasta la mitad de la longitud del sarcómero, con su extremo N-terminal anclado en la línea Z, y su extremo C-terminal al filamento grueso en la línea M. La titina posee un dom inio PEVK elástico y extensible (rico en prolina, glutamina, valina y lisina) que contribuye a la tensión pasiva del músculo esquelético y miocárdico, y un dominio cinasa que participa en la señalización intracelular. Dependiendo del músculo esquelético, la titina puede ser responsable de más de la mitad de la tensión pasiva del músculo, y contribuye a la propiedad de resorte del sarcómero; cuando un músculo se estira, la energía potencial se almacena en el dominio PEVK, que recula durante la relajación. Las mutaciones en una región de la titina pueden oca sionar una enfermedad genética cardíaca (p. ej., miocardiopatía hipertrófica), mientras que una mutación en cualquier punto del gen provoca solamente una enfermedad del músculo esquelético (p. ej., distrofia muscular de las cinturas escapular y pelviana). Actina F y filamento fino Tropomiosina I 11-1 I I M I I l-U Monómeros de actina G Fig. 3 Polimerización de la miosina y la actina en filamentos gruesos y finos. HMM, meromiosina pesada; LMM, meromiosina ligera; Tn-C, troponina fijadora de calcio; Tn-I, subunidad inhibidora de tropo- nina; Tn-T, troponina fijadora de tropomiosina. PROCESO CONTRÁCTIL Modelo de deslizamiento de filamentos de la contracción muscular El modelo de deslizamiento de los filam entos describe cómo una serie de cambios químicos y estructurales en el complejo actomiosina pueden inducir a un acortamiento del sarcómero La respuesta contráctil depende de la formación reversible y dependiente de Ca2+ de enlaces (o puentes) cruzados entre la cabeza de miosina y su sitio de unión a la actina. Después de la CONCEPTOS CLÍNICOS ATROFIA MUSCULAR DURANTE LA SEPSIS El músculo esquelético afecta a la morbimortalidad durante la sepsis. La sepsis constituye la principal causa de mortalidad en las unidades de cuidados intensivos (UCI) no coronarias y es la décima causa de muerte global en EE.UU. La incidencia de sepsis grave en EE.UU. es de aproximadamente 700.000 casos al año, con un crecimiento anual del 8%. Este aumento está potenciado por numerosos factores (p. ej., edad creciente de la población, sobreuso de antibióticos). La sepsis puede definirse como una regulación inapropiada de la respuesta inmunitaria y fisiológica ante un patógeno. Normalmente, el cuerpo responde ante una infección erradicando el patógeno la primera vez que entra en contacto con las células inmunitarias. Cuando este sistema se ve sobrepasado, altera la homeostasia de la totalidad del cuerpo y a menudo da lugar a un fallo multiorgánico. De hecho, la tasa de mortalidad de las formas de sepsis más graves es >50%. El objetivo terapéutico fundamental es controlar la res puesta inflamatoria y erradicar al patógeno, y el músculo esquelético desempeña un cometido importante en el pronóstico del cuadro. La sepsis provoca una atrofia muscular intensa y los pacientes con una masa muscular escasa tienen más probabilidades de fallecer de sepsis. La vía de la degradación muscular es activada por citocinas inflama torias, como IL-6 y TNF-a liberados en la respuesta inmunitaria incon trolada. La degradación de las proteínas musculares y la liberación de aminoácidos a la sangre son parecidas a las que se observan en la inanición. Sin embargo, están implicadas vías moleculares diferentes; el incremento de la nutrición o de la ingesta proteica no es tan eficaz, ya que las vías de señalización anabólicas no responden. Dado que la pérdida muscular contribuye a la morbimortalidad de los pacientes y afecta a los resultados de la recuperación a largo plazo, adquiere una relevancia importante considerar la implantación de métodos para atenuar la pérdida muscular asociada a la sepsis. Hay varias vías de degradación proteica relacionadas con la atrofia muscular, pero parece que la vía más importante que se activa durante la sepsis es la vía de la ubiquitina-proteasoma (UbP) (v. los detalles en el cap. 34). Las proteínas de las miofibríllas son más susceptibles y la 3-metilhistidina, un aminoácido modificado postraduccionalmente que se encuentra en la actina y la miosina, aumenta en sangre y en orina como consecuencia del recambio de proteínas. La vía UbP es en la actualidad la diana de fármacos en desarrollo que podrían usarse de forma específica para tratar la pérdida de músculo durante la sepsis y mejorar las tasas de mortalidad. formación de los enlaces cruzados tiene lugar un cambio confor- macional en las regiones bisagra de la miosina que proporciona el golpe de potencia (o de fuerza) para la contracción muscular (fig. 20.4). Este cambio conformacional, la relajación de la forma de alta energía de la miosina, se acompaña de la disociación de ADP y Pi. Una vez completado el golpe, la unión e hidrólisis del ATP restablecen la estructura de alta energía. La estabilidad del estado contraído se mantiene por interacciones actina-miosina múltiples y continuas dependientes del Ca2+, de forma que se minimiza el deslizamiento hasta que se elimina el calcio del sarco- plasma, permitiendo la disociación del complejo actomiosina y la relajación muscular. La mayor actividad miosina-ATPasa aumenta el ciclo de enlaces cruzados, lo que permite aumentar la velocidad de la contracción. Diferentes isoformas de miosina tienen diversos grados de activi dad ATPasa; los músculos rápidos tienen una actividad miosina- ATPasa más alta. También se encuentran isoformas de actina y miosina en el citoesqueleto de células no musculares, donde in tervienen en diversos procesos como la migración celular, el transporte de vesículas durante la endocitosis y la exocitosis, el man tenimiento o cambio de la forma celular y el anclaje de proteínas intracelulares a la membrana plasmática. Acoplamiento excitación-contracción: despolarización de la membrana muscular Los túbulos T transmiten señales electroquímicas para una contracción m uscular eficiente La contracción del músculo esquelético se inicia mediante es timulación neuronal en la placa neuromuscular. Como se ha descrito antes (v. fig. 8.4), este estímulo causa la despolarización del gradiente electroquímico a través de la membrana plasmática del músculo (sarcolema). La despolarización, causada por la en trada de Na+, se propaga rápidamente a lo largo de la membrana del sarcolem a y señala una liberación de calcio dependiente del voltaje del retículo sarcoplasm ático (SR), un compartimento rodeado de membrana que secuestra calcio en el interior de la célula muscular. El paso de Ca2+ del SR al sarcoplasma inicia la formación de enlaces cruzados y el acoplamiento excitación- contracción. En el músculo estriado, la despolarización se transmite a la fibra muscular por invaginaciones de la membrana plasmática llamadas túbulos transversos (túbulo T) (fig. 20.5). La transmisión de la despolarización a través de la red de túbulos T sumamente ramificada, que interacciona estrechamente con el SR, da lugar a una liberación rápida y concertada de calcio del SR al sarcoplasma. Para que vuelva a ocurrir la despolarización, el sodio debe ser bombeado activamente fuera del citosol por bombas Na+/K+-ATPasa localizadas en el sarcolema. La tasa de repolarización muscular se ve afectada por la velocidad y densidad de estas bombas. Se encuentra actividad Na+/K+-ATPasa más intensa en músculos de contracción rápida y un aumento de la densidad de la bomba Na+/K+-ATPasa es una adaptación importante al ejercicio. El mecanismo de estimulación neuraldel músculo esquelético, cardíaco y liso es diferente. Éstos tienen diferentes adaptaciones M Actina F TropomiosinaTroponinas Z Fig. 4 Estadios propuestos en la contracción muscular siguiendo el modelo de deslizamiento de filamentos. (1) En el músculo relajado, en reposo, la concentración de calcio es ~10'7 mol/l. El grupo de cabeza de las cadenas de miosina contiene ADP y Pi unidos, y se extiende desde la hélice de miosina en una conformación de alta energía. A pesar de que el complejo miosina-ADP-Pi tiene una afinidad elevada por la actina, la unión de la miosina a la actina está inhibida por la tropomiosina, que bloquea el lugar de unión de la miosina sobre la actina a concentraciones bajas de calcio. (2) Cuando se estimula el músculo, el calcio penetra en el sarcoplasma a través de los canales de calcio dependientes de voltaje (v. cap. 8). La unión del calcio a la Tn-C provoca un cambio estructural en la Tn-I, que es transmitido a través de la Tn-T a la tropomiosina. El movimiento de la tropomiosina expone el lugar de unión de la actina a la miosina. El complejo miosina-ADP-Pi se une a la actina formando un enlace cruzado. (3) La liberación de Pi, y después de ADP, de la miosina durante la interacción con la actina se acompaña de un gran cambio conformacional de la miosina, produciendo «el golpe de potencia» que mueve la cadena de actina alrededor de 10 nm (100 Á) en dirección opuesta a la cadena de miosina, incrementando su solapamiento y provocando la contracción muscular. (4) La captación de calcio desde el sarcoplasma y la unión del ATP a la miosina provocan una disociación del enlace cruzado de actomiosina. El ATP es hidrolizado y la energía libre de la hidrólisis del ATP se consen/a en forma de una conformación de miosina de alta energía, fijando la etapa para una contracción muscular continuada en respuesta al siguiente aumento de la concentración de Ca2+ en el sarcoplasma. Fig. 5 Vista lateral de la trama tubular transversa en las células musculares esqueléticas. Los túbulos transversos son invaginaciones del sarcolema que están en íntimo contacto con el retículo sarcoplas- mático (SR) mediante canales proteicos. El SR es un compartimento tubular continuo en estrecha asociación con las miofibrillas. Los túbu los transversos son extensiones del sarcolema alrededor de la línea Z. Transmiten la despolarización del impulso nervioso a las regiones terminales del SR, coordinando la liberación de calcio y la contracción de la miofibrilla. estructurales para propagar la despolarización. La contracción del músculo esquelético es voluntaria y las fibras están inervadas por placas motoras que se originan en la médula espinal; la acetilcolina actúa de neurotransmisor (v. cap. 41). La unión neuromuscular es una estructura especial característica del músculo esquelético que no se encuentra ni en el músculo cardíaco ni en el liso. Cada fi bra individual está inervada por un único nervio motor y todas las fibras inervadas por un nervio se definen como unidad motora. El control de la unidad motora y la sincronización es la base de la contracción coordinada de todo el músculo. Los calambres del músculo esquelético son contracciones musculares involuntarias como resultado de alteraciones en el control neuromuscular y desequilibrios electrolíticos, o de ambos, después de una pérdida excesiva de líquido, con frecuencia durante un ejercicio físico en condiciones de calor y humedad. El músculo cardíaco es estriado y se contrae rítmicamente bajo control involuntario. El mecanismo general de contracción del músculo cardíaco es similar al del músculo esquelético; sin embargo, el retículo sarcoplasmático está menos desarrollado y la red de túbulos transversos está más desarrollada en el cora zón. El corazón depende en mayor grado del calcio extracelular y de hecho lo requiere para su respuesta contráctil (v. fig. 8.4); la entrada de calcio extracelular aumenta la liberación de Ca2+ del SR. Careciendo de contacto nervioso directo, los miocitos cardíacos propagan la despolarización desde un nodo aislado, Unidad contráctil el nodo SA, a través de todo el miocardio. La despolarización se transmite de célula a célula a lo largo de estructuras mem branosas especializadas denominadas discos intercalados. El músculo cardíaco también responde más a la regulación hormonal. Por ejemplo, las proteína cinasas dependientes de AMPc fosforilan proteínas de transporte y a la Tn-I, median do los cambios en la fuerza de contracción en respuesta a la adrenalina. El músculo liso puede responder tanto a factores nerviosos como a circulantes. A diferencia del músculo esquelético, las aferencias nerviosas al músculo liso inervan haces de células musculares que producen contracciones fásicas (rítmicas) y tónicas (sostenidas) del tejido. El músculo liso también puede ser despolarizado por interacciones ligando-receptor en el sarcolema. Esto se denomina acoplamiento farmacomecánico, y es la base para numerosos fármacos que se centran en la contracción o la relajación del músculo liso. Los donantes de óxido nítrico, como el nitrito de amilo y la nitroglicerina, usados para el tratamiento de la angina, relajan los músculos lisos vasculares y aumentan el flujo de sangre al miocardio. Acoplamiento excitación-contracción: la señal de calcio El contenido de calcio del sarcoplasma normalmente es muy bajo, de 10 ‘7 mol/1 o menos, pero aumenta rápidamente multiplicándose por 100 en respuesta a la estimulación neural. El retículo sar- coplasmático, un orgánulo especializado derivado del retículo endoplasmático liso, es rico en una pro teína de unión al Ca2+, la calsecuestrina, y es el sitio de secuestro de calcio dentro de la célula. En el músculo estriado, la despolarización de los túbulos T abre los canales de Ca2+ en el SR (v. fig. 20.5). La entrada de Ca2+ en el sarcoplasma desencadena las interacciones actina- miosina y la actividad miosina-ATPasa, causando la con tracción muscular. Las troponinas no se expresan en el músculo liso. En este caso, el calcio desencadena la contracción por unión a la calmodulina y la activación de la cinasa de la cadena ligera de miosina. La fosforilación de la miosina potencia la interacción miosina-actina. El aumento de calcio intracelular activa más enlaces cruzados y acorta el sarcómero por activación de la miosina-ATPasa. Por tanto, concentraciones de calcio mayores aumentan la fuerza J contráctil muscular hasta que se alcanza la saturación. Los -S antagonistas de los canales del calcio utilizados para tratar la £ hipertensión, como nifedipino, inhiben el flujo de Ca2+ en el g SR, limitando, por tanto, la fuerza de contracción de los miocitos cardíacos. Mientras que la contracción muscular se desencadena '§ por un aumento del calcio, la relaj ación muscular depende de que § el calcio sea bombeado de forma activa de nuevo hacia el SR. La I velocidad de la relaj ación muscular está directamente relacionada •| con la actividad Ca2+-ATPasa del SR. El SR es rico en Ca2+-ATPasa, | que mantiene el calcio citosólico en el sarcoplasma a concen- c2 traciones submicromolares (~ 10 '7 mol/1). Con la reducción de las concentraciones de calcio intracelular, el número de enlaces cruzados activos también disminuye, así como la fuerza contráctil © muscular. CONCEPTOS CLÍNICOS HIPERTERMIA MALIGNA Alrededor de 1 de cada 150.000 pacientes tratados con el anestésico halotano (halocarbono gaseoso) o con relajantes musculares responde con rigidez excesiva del músculo esquelético y con hipertermia grave y súbita, con un incremento de temperatura de hasta 2°C en 1h. Si no se tratan rápidamente, las alteraciones cardíacas pueden poner en peligro la vida; la mortalidad por esta situación supera el 10%. Esta enfermedad genética se debe a una liberación excesiva o prolongada de Ca2+ desde el SR, la mayoría de las veces debida a mutaciones en genes que codifican los canales de liberación de Ca2+ del SR.La liberación excesiva de Ca2+ condiciona un incremento prolongado de la concentración de Ca2+ sarcoplasmático. La rigidez muscular se debe al consumo de ATP dependiente de Ca2+, y la hiper termia se debe al incremento del metabolismo para regenerar el ATP. Al volverse anaerobio el metabolismo muscular, pueden desarro llarse lacticidemia y acidosis. Las alteraciones cardíacas se deben a la hiperpotasemia, causada por la liberación de iones de potasio del músculo; al agotarse los suministros de ATP, el músculo es incapaz de mantener los gradientes iónicos a través de su membrana plasmática. El tratamiento de la hipertermia maligna consiste en la administración de relajantes musculares, como dantroleno, un inhibidor del canal de Ca2+ sensible a la rianodina, para inhibir la liberación de Ca2+ desde el SR. El tratamiento sintomático consiste en medidas de enfriamiento, oxígeno, corrección del pH sanguíneo y del desequilibrio electrolítico, así como el tratamiento de las alteraciones cardíacas. METABOLISMO ENERGÉTICO DEL MÚSCULO Recursos energéticos en la célula muscular El músculo es la localización principal de la eliminación de glucosa (captación desde la circulación) en el cuerpo y, por lo tanto, constitu ye una diana natural para el tratamiento de la hiperglucemia de la diabetes. El transportador de glucosa GLUT-4 es transportado hasta la superficie celular, no sólo en respuesta a la insulina o a productos farmacéuticos, sino también en respuesta al estado de energía celular y por contracciones musculares. De este modo, el ejercicio actúa como regulador de los valores de glucemia, y de hecho, el ejercicio es una excelente modalidad terapéutica en este contexto. El contenido y la actividad de la hexocinasa del músculo también aumentan con el ejercicio, tanto de forma aguda (unas 3 horas después de la primera sesión) como crónica (tras varias semanas de entrenamiento). Los estudios en modelos animales han demostrado que el ejercicio y los fármacos activan cascadas de señalización bioquímicas tanto similares como diferentes en el músculo; de este modo, parece que ambos tratamientos son complementarios. El ATP se utiliza para la contracción muscular Se necesitan tres ATPasas para la contracción muscular: Na+/K+-ATPasa, Ca2+-ATPasa y miosina-ATPasa. Un descenso de la disponibilidad de ATP o una inhibición de alguna de estas ATPasas hará que descienda la producción de fuerza muscular. Sin embargo, la concentración intracelular de ATP no cambia de forma espectacular durante el ejercicio. El músculo que se con trae activamente depende de la rápida resíntesis de ATP a partir del ADP. Los sistemas de energía que sintetizan ATP para la con tracción muscular son la lanzadera creatina fosfato, la glucólisis anaerobia a partir de la glucosa plasmática o del glucógeno, y el metabolismo aerobio de la glucosa y los ácidos grasos a través de la fosforilación oxidativa. Los sistemas de energía que sintetizan ATP no son equivalentes y afectan directamente a la cantidad y duración de la producción de potencia del músculo que se contrae. Contracciones de corta duración y de alta producción de potencia La creatina fosfato es un tampón de fosfato de alta energía para la regeneración rápida de ATP en el músculo Una realidad metabólica del músculo esquelético es que la fuerza intensa sólo puede mantenerse durante un período breve. Las con tracciones a máxima potencia (o casi máxima) dependen de una elevada actividad miosina-ATPasa y una resíntesis rápida de ATP por fosforilación a nivel del sustrato utilizando el compuesto de alta energía, creatina fosfato (creatina-P). La creatina (v. tabla 9.2) se sintetiza a partir de arginina y glicina y es fosforilada de forma reversible a creatina-P por la creatina (fosfo)cinasa (CK o CPK) (fig. 20.6). La CK es una proteína dimérica de la que existen tres isoenzimas: las isoformas MM (músculo esquelético), BB (cerebro) y MB. El tejido cardíaco es rico en la isoforma MB. La concentración de creatina-P en el músculo en reposo es varias veces superior a la de ATP (tabla 20.3). Por tanto, la concentración de ATP permanece relativamente constante durante los estadios nh; i 3 ch2 coo- Glicina Arginina © “ V Ornitina HN NH2 V I NH C00- ► XCHo — HN „ NH, V 0 CH3-N coo- - ► nch2S-adenosil metionina Creatina Fig. 6 Síntesis y degradación de la creatina fosfato (creatina-P). La creatina se sintetiza a partir de los precursores glicina y arginina. La creatina-P es inestable y sufre una degradación lenta y espontánea a Pi y creatinina, la forma anhídrido cíclica de la creatina, que se excreta desde el músculo hacia el plasma y después a la orina. Tabla 3 Cambios en las fuentes energéticas del músculo en actividad: concentraciones de metabolitos energéticos en el músculo de la pierna del ser humano durante un ejercicio en bicicleta Metabolito Concentración de metabolito (mmol/kg de peso seco) Reposo 3 min 8 min ATP 27 26 19 Creatina-P 78 27 7 Creatina 37 88 115 Lactato 5 8 13 Glucógeno 408 350 282 Estos experimentos se llevaron a cabo durante ejercicio isquémico, que exacerba el descenso en la concentración de ATP. Ilustran el descenso rápido de creatina-P y el incremento de lactato procedente de la glucólisis anaeróbica del glucógeno muscular. Datos adaptados de Timmons JA, etal. i Clin Invest 1998;101:79-85. iniciales del ejercicio. Se repone no sólo por la acción de la CK, sino también por la adenilato cinasa (miocinasa) de la siguiente forma: Creatina fosfocinasa: creatina - P + ADP —> creatina + ATP Adenilato cinasa: 2 ADP ̂ ATP+ AMP Los depósitos de creatina fosfato disminuyen rápidamente durante el primer minuto de una contracción muscular de producción de alta potencia. A medida que se reducen los depósitos de creatina fosfato, el músculo se vuelve incapaz de mantener la potencia alta y la fuerza contráctil disminuye con rapidez. En este punto, la glucogenólisis muscular pasa a ser la principal fuente de energía. La entrada de calcio hacia el músculo, aparte de su papel en la activación de la contracción dependiente de miosina-ATPasa, origina también la formación del complejo Ca2+-calmodulina, que activa la fosforilasa cinasa, catalizando la conversión de fosforilasa b a fosforilasa a. El AMP también activa alostéricamente la fos forilasa muscular y la fosfofractocinasa-1 , acelerando la glucólisis a partir del glucógeno muscular. La fuerza sigue reduciéndose por la acumulación gradual de piruvato y lactato en el músculo en contracción, causando un descenso del pH muscular. La fuerza se reducirá hasta un nivel que puede mantenerse por el metabolismo aerobio de los ácidos grasos. La máxima potencia aerobia es un 20% de la producción máxima de potencia, y puede mantenerse alrededor del 50-60% de la potencia aerobia máxima durante períodos largos. Contracciones de baja intensidad y larga duración Los ácidos grasos son la principal fuente de energía en el músculo durante el ejercicio prolongado La disponibilidad y utilización de oxígeno en el trabajo muscular son limitaciones importantes para mantener una actividad física continua. La actividad contráctil de larga duración requiere una liberación adecuada de oxígeno y la capacidad del músculo de utilizarlo. La liberación de oxígeno al músculo es alterada por las concentraciones de eritrocitos y de hemoglobina en sangre, el número de capilares en el músculo y la capacidad de la bomba car díaca. El músculo sumamente oxidativo tiene una densidad capilar más alta que el músculo glucolítico, y la densidad capilar muscular aumenta con el entrenamiento físico de resistencia. La utilización del oxígeno muscular también está directamente relacionada con el número y el tamaño de las mitocondrias musculares. Los mús culos sometidos a una actividad contráctil continua, como los músculos posturales, tienen más mitocondrias que el músculo que no se contrae con frecuencia. Una observación estándar en el músculosometido a mayores demandas contráctiles es una elevación de la actividad enzimática oxidativa. En reposo y en ejercicios físicos de baja intensidad, el oxígeno está fácilmente disponible y la oxidación aeróbica de los lípidos predomina como principal fuente de síntesis de ATP. Sin embargo, a mayores intensidades de trabajo, la disponibilidad de oxígeno y la utilización de lípidos pueden ser limitantes y, por tanto, la tasa de trabajo del músculo disminuye. Durante los primeros 15-30 min de ejercicio hay un cambio gradual de la glucogenólisis y la glu cólisis aerobia al metabolismo aerobio de los ácidos grasos. Quizá sea una respuesta evolutiva para hacer frente al hecho de que el lactato, producido durante la glucólisis, es más ácido y menos difusible que el C02. Al continuar el ejercicio, la adrenalina con tribuye a la activación de la gluconeogénesis hepática, aportando una fuente exógena de glucosa para el músculo. Los lípidos se convierten de forma gradual en la principal fuente de energía en el músculo durante un ejercicio prolongado y de menor intensidad, en el que el oxígeno no es limitante. El rendimiento muscular mantenido (fondo o resistencia) depende de las concentraciones de glucógeno muscular Las grasas se queman en la llama de los hidratos de carbono; se necesita glucógeno para que el metabolismo de los lípidos en el músculo sea eficiente Los corredores de maratón generalmente «se topan con el muro» cuando el glucógeno muscular alcanza una concentración signifi cativamente baja. El glucógeno es la forma de almacenamiento de glucosa en el músculo esquelético, y su concentración muscular puede modificarse con la dieta, por ejemplo, con una carga de hidratos de carbono antes de correr un maratón. La fatiga, que puede definirse como la incapacidad de mantener la producción de potencia deseada, aparece cuando la velocidad de utilización del ATP es mayor que su síntesis. Para una síntesis eficaz de ATP existe un requerimiento continuo de un valor basal de glucógeno, del que se conoce poco, incluso cuando existe glucosa plasmática y cuando las grasas son la principal fuente de energía muscular. El metabolismo de los hidratos de carbono es una fuente importante de piruvato, que es convertido a oxaloacetato por la reacción ana- plerótica de la piruvato carboxilasa. El oxaloacetato es necesa rio para mantener la actividad del ciclo de los ácidos tricarboxílicos, para la condensación del acetil-CoA procedente de las grasas. Hasta cierto punto, el glucógeno muscular se puede ahorrar y aumentarse el tiempo de rendimiento durante una actividad física vigorosa prolongada aumentando la disponibilidad de glucosa circulante, ya sea mediante la gluconeogénesis o por la ingestión de hidratos de carbono, como pan o bebidas isotónicas. La mayor utilización de ácidos grasos durante las primeras fases del ejercicio es una adap tación importante al entrenamiento de una actividad física intensa regular, que también sirve para ahorrar las reservas de glucógeno. El músculo se compone de dos tipos de células de músculo estriado: las fibras glucolíticas rápidas y las oxidativas lentas Las células musculares estriadas en general se clasifican por sus propiedades fisiológicas contráctiles (rápidas frente a lentas) y por el tipo principal de metabolismo (oxidativo frente a glucolítico). El tipo muscular está estrechamente relacionado con la función mus cular en el músculo esquelético y esta comparación puede verse CONCEPTOS AVANZADOS SARCOPENIA La sarcopenia es la pérdida de masa muscular esquelética que se desarrolla gradualmente en los seres humanos después de la quinta década de la vida y puede producir debilidad y pérdida de la capa cidad funcional- Además de la merma de calidad de vida, la pérdida de masa muscular esquelética también incrementa el riesgo de mortalidad y morbilidad. La causa de la sarcopenia parece estar relacionada con una disminución gradual de la actividad física y con la pérdida de la capacidad regenerativa. La inervación de la fibra muscular por las motoneuronas raquídeas es fundamental para el desarrollo y mantenimiento de las fibras musculares (células). Con la edad disminuye el número de motoneuronas raquídeas, posiblemente por el daño oxidativo acumulado en estas células posmitóticas. La pérdida de motoneuronas parece desencadenar una pérdida sus tancial (>40%) en el número de fibras musculares, que constituye el determinante fundamental de la sarcopenia dependiente de la edad, y se acompaña de un aumento del tamaño de la unidad mo tora y de una disminución de la habilidad motora fina. La sarcopenia también se ha relacionado con cambios sistémicos inducidos por la edad en los sistemas endocrino, cardiovascular e inmunitario, cuyas funciones son básicas para mantener la masa muscular esquelética. Comentario. Los datos científicos son claros: la mayoría de ancianos puede aumentar su fuerza y masa muscular con un programa regular de ejercicio de resistencia. Los tratamientos farmacológicos también se han explorado en individuos que no pueden realizar ejercicio con regularidad. Actualmente no se dispone de tratamiento alguno para la pérdida de motoneuronas raquídeas. Los tratamientos farmacológicos centrados en el músculo han tenido diversos grados de éxito, pero en general están limitados por los efectos adversos. Estos tratamientos consisten en terapias sustitutivas hormonales con hormonas sexuales masculinas o femeninas y el tratamiento con hormona del crecimiento. La medicación antiinflamatoria también se emplea para permitir a los sujetos participar en programas de actividad física. Una de las mejores defensas frente a la sarcopenia podría ser practicar ejercicio regular para mantener la masa muscular durante la vida adulta. CONCEPTOS CLÍNICOS SÍNDROMES DE ATROFIA MUSCULAR Muchos pacientes con trastornos como el VIH y numerosos cánceres sufren una pérdida de peso importante, y dicho cuadro se denomina caquexia. Los pacientes que muestran caquexia a menudo son incapa ces de tolerar tratamientos de radio o quimioterapia y tienen una mor- bimortalidad mayor. Esta pérdida de peso a menudo es independiente de la ingesta calórica y no se asocia sólo a la inanición. Los estimulantes del apetito con frecuencia son ineficaces. La pérdida de peso se asocia a la pérdida de músculo y tejido adiposo. Los problemas de salud pueden aumentar en individuos caquécticos por la alteración metabólica que acompaña a la pérdida de tejido adiposo y muscular. También parece ser un efecto del tipo de fibras musculares que se pierden, que puede estar relacionado con el metabolismo. Las fibras musculares glucolíticas rápidas sufren una mayor pérdida de proteínas que las fibras musculares oxidativas lentas. Esta pérdida preferente de fibras glucolíticas rápidas con atrofia es contraria a la observada en el músculo con períodos prolongados de desuso (atrofia por desuso). Las fibras oxidativas lentas se atrofian con preferencia por el de suso muscular. Aunque se desconocen los mecanismos exactos que producen la atrofia, los principales candidatos en muchos síndromes de atrofia incluyen la señalización inflamatoria sistémica por citocinas, como el TNF-a y la IL-6 . La señalización inflamatoria inducida por la patología puede activar la degradación de proteínas musculares, inhibir la síntesis de proteínas musculares e inducir lipólisis del tejido adiposo. Mantener o evitar una pérdida grave de peso en numerosos estados patológicos puede mejorar las opciones terapéuticas, la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. Anabolizantes como la testosterona han resultado beneficiosos en el mantenimiento de la masa muscular en pacientes con SIDA, y se usan con frecuencia en la práctica clínica. En otras enfermedades debilitantes, la investigación en modelos ani males ha demostrado que la inhibición de la señalización inflamatoria puede inhibir la atrofia. Es necesario seguir investigando antesde aplicar extensamente este enfoque a las poblaciones humanas. APLICACIONES CLÍNICAS DETERMINACIÓN DE CREATININA PARA EVALUAR LA FUNCIÓN RENAL Y LA DILUCIÓN DE ORINA Dado que la concentración de creatina fosfato es relativamente cons tante por unidad de masa muscular, la producción de creatinina (v. fig. 20-6) también lo es a lo largo del día. La creatinina se elimina en la orina en una cantidad relativamente constante por hora, sobre todo por filtración glomerular y, en menor grado, por secreción tubular. Dado que su concentración en la orina varía con la dilución de la misma, las concentraciones de metabolitos en muestras aleatorias de orina a menudo se normalizan con la concentración urinaria de creatinina. Si no se hiciese así, se necesitaría obtener la orina de 24 horas para evaluar la excreción diaria de un metabolito. La concentración normal de creatinina en el plasma es de ~20-80 mmol/l (0,23-0,90 mg/dl). Los incrementos en la concentración de creatinina plasmática se emplean frecuentemente como un indicador de insuficiencia renal. El cociente albúmina/creatinina en una muestra aleatoria de orina, un indicador de la selectividad de la filtración de proteínas por el glomérulo, se emplea como medida de la microalbuminuria para evaluar la progresión de la nefropatía diabética. grasos para la síntesis de ATP, para lo que requieren mitocondrias. El músculo cardíaco, que está contrayéndose de forma continuada, tiene varias características contráctiles y metabólicas similares a las del músculo esquelético oxidativo lento. El músculo cardíaco está bien irrigado, es rico en mitocondrias y depende en gran medida del metabolismo oxidativo de los ácidos grasos circulantes. La pechuga de ganso, que permite vuelos migratorios largos, es una carne bastante grasa y oscura en comparación con la pechuga de pollo, y tiene muchas de las características del músculo cardíaco. con facilidad en los músculos cuya contracción es infrecuente y para actividades bruscas frente a los músculos utilizados conti nuamente para mantener la postura (antigravedad). Los dos tipos de músculo estriado se distinguen claramente por la coloración. El músculo glucolítico rápido utilizado para una actividad brus ca tiene un aspecto blanco (como la pechuga de pollo; los pollos graznan mucho, pero no pueden volar lejos) por tener menos flujo sanguíneo, menor densidad mitocondrial y un contenido reducido de mioglobina en comparación con el músculo oxidativo de con tracción lenta, que es rojo. Las fibras glucolíticas rápidas también tienen mayores depósitos de glucógeno y menor contenido graso; dependen del glucógeno y de la glucólisis anaerobia para con tracciones breves y bruscas cuando se necesita una fuerza mus cular adicional, como en la respuesta de «lucha o huida» frente al estrés. Estas fibras musculares no pueden mantener la contracción durante períodos largos. En cambio, las fibras oxidativas lentas de los músculos posturales (y en la pechuga de ganso, los gansos son aves migratorias) están bien perfundidas con sangre, son ricas en mitocondrias y mioglobina. Este tipo de músculo tiene la capacidad de mantener contracciones de baja intensidad durante largos períodos. El músculo lento utiliza la oxidación de los ácidos INGENIERÍA GENÉTICA Y REPOSICIÓN MUSCULAR A medida que han ido lográndose avances en el campo de la in geniería genética, el tejido muscular ha pasado a ser uno de los objetivos experimentales principales para lograr hacer crecer un órgano fuera del cuerpo humano. El músculo procede de células proliferativas que se originan en la capa germinal mesenquimal en el embrión en desarrollo. Estas células están «determinadas» hacia el linaje muscular y posteriormente se convierten en mioblastos. Los mioblastos abandonan el ciclo celular y se diferencian en una célula muscular multinucleada madura. Las células del músculo esquelético están completamente diferenciadas, pero el músculo es quelético contiene una población pequeña (< 5% de mionúcleos) de precursores de células musculares indiferenciadas, las células satélites. La proliferación y diferenciación de las células satélite son pasos cruciales para el crecimiento y la reparación muscular posnatal, como por ejemplo en respuesta al ejercicio, y para la regeneración tras una lesión. El músculo esquelético es uno de los pocos tejidos humanos que puede autorregenerarse en gran parte después de una lesión extensa. El músculo es un candidato ideal para la «reposición» tisular después de una lesión grave, ya APLICACIONES CLÍNICAS DIAGNÓSTICO DEL INFARTO DE MIOCARDIO El infarto de miocardio (IM) ocurre cuando se bloquea el aporte de sangre al corazón. El daño hístico provoca una salida de enzimas intracelulares hacia la sangre (fig. 20.7). Entre ellas se encuentran enzimas glucolíticas, como la LDH (cap. 12); sin embargo, para el diagnóstico y tratamiento del IM se utilizan normalmente las medi ciones de mioglobina, CK plasmática total e isoenzimas CK-MB. La mioglobina es una proteína pequeña (17 kDa) que aumenta muy rápidamente en el plasma, en las primeras 2 horas tras el IM. Aunque es muy sensible, esta prueba carece de especificidad para el tejido cardíaco. Se elimina con rapidez por filtración renal y vuelve a la normalidad en 1 día. Dado que la mioglobina plasmática también aumenta después de un traumatismo muscular esquelético, no sería útil en el diagnóstico del IM, por ejemplo tras un accidente de tráfico. La CK plasmática total y la isoenzima CK-MB comienzan a elevarse en la sangre a las 3-10 horas del IM y alcanzan un valor máximo de alrededor de 25 veces el valor normal después de 12-30 horas; pueden mantenerse elevadas durante 3-5 días. La CK total tam bién puede aumentar como consecuencia de un daño esquelético mus cular, pero la medición de la CK-MB es específica de la lesión cardíaca. Comentario. Hoy día, en el diagnóstico y tratamiento del IM se recomiendan los análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas (ELISA) para detectar troponinas miocárdicas. Estas pruebas dependen de la presencia de isoformas específicas de subunidades de troponina en el corazón adulto. La concentración de Tn-T en el plasma aumenta a las pocas horas del infarto, alcanzando un máximo 300 veces superior a las concentraciones plasmáticas normales y permaneciendo elevada durante 1 -2 semanas. Una prueba para una isoforma específica del cora zón adulto, la Tn-T2, tiene una sensibilidad prácticamente del 100% en el diagnóstico del IM y una tasa de resultados falsos positivos menor del 5% . Los aumentos significativos de Tn-T2 en el plasma se detectan incluso en pacientes con angina inestable y episodios transitorios de isquemia cardíaca. Las troponinas se suelen utilizar como componente de un algoritmo para diferenciar los pacientes con riesgo elevado y bajo que necesitan una intervención invasiva inmediata. La reciente definición del IM se basa en las concentracio nes séricas de troponinas observadas. que se adapta con rapidez a su entorno mecánico y químico. Los músculos esqueléticos están sumamente especializados para su localización y su cometido concreto. Las cirugías de reposición muscular usando músculo donante para la mano han demos trado la necesidad de tener en cuenta las diferencias morfológicas y bioquímicas en el momento de seleccionar tejido muscular para trasplante. Como el músculo muestra una adaptación considerable (fantástica plasticidad), es probable que el músculo esquelético sea uno de los primeros tejidos (junto con la piel) para poder ser ge nerado mediante técnicas de ingeniería genética fuera del cuerpo para su trasplante. Los mioblastos completamente diferenciados en el corazón se denominan miocitos cardíacos; estas células permanecen con uno o dos núcleos toda su vida. El corazón tiene una capacidad de regeneración muy limitada, de manera que los efectos del infarto de miocardio son muy prolongados. Los mioblastos del músculo liso sediferencian en células de músculo liso (CML) maduras, Mioglobina Días desde el inicio del dolor torácico Fig. 7 Cambios en las concentraciones de enzimas séricas después de un infarto de miocardio (IM). Varios marcadores enzimáticos aumentan en el plasma después del IM. Se siguen utilizando para el diagnóstico del IM, pero la prueba recomendada actualmente es la medición de la concentración de troponina sérica. CK, creatina fosfoci- nasa; CK-MB, isoenzima cardíaca de la CK; LDH, lactato deshidrogenasa. Adaptado de Pettigrew AR, Pacanis A. Diagnosis of myocardial infarction. En Dominiczak MH (ed.). Seminars in Clinical Biochemistry. University of Glasgow Computer Publishing Unit, Glasgow, 1997. pero a diferencia del músculo cardíaco o esquelético, no están diferenciadas del todo. El fenotipo de las CML también es variable, en función de su localización y su función. Se encuentran por todo el cuerpo en la pared vascular, y conservan su capacidad para proliferar, como por ejemplo en respuesta a la hipertensión o durante la angiogénesis. EFECTO DEL EJERCICIO El entrenamiento de fuerza aumenta la masa muscular Un cambio en la utilización diaria del músculo esquelético tendrá un efecto notorio sobre su capacidad funcional. Tanto el aumento como la disminución del grado de actividad diaria pueden modi ficar la estructura muscular, la capacidad de producir fuerza y la fatigabilidad. Desde un punto de vista bioquímico, estos cambios se deben principalmente a cambios en la perfusión tisular y en enzimas metabólicas, y por tanto en la capacidad del músculo para captar glucosa, utilizar las grasas como fuente de energía y generar ATP. La magnitud y la intensidad de la actividad física diaria es un proceso continuo y el músculo se adapta a ello en respuesta al estrés concreto al que se ve sometido. Para simplifi carlo, y debido a que ésta es la razón del diseño de la mayoría de los estudios experimentales, podemos dividir el aumento del uso (entrenamiento físico) en dos categorías: entrenamiento de fuerza y aerobio. La finalidad principal del entrenamiento de fuerza es incrementar la capacidad de un músculo concreto, o de un grupo muscular, para generar fuerza. Esto se suele llevar a cabo a través de una serie de repeticiones de un movimiento concreto contra una resistencia que únicamente le permite al músculo contraerse a lo largo del arco de movimiento un número muy limitado de veces (p. ej., 6 a 8 repeticiones de mancuernas con el bíceps). El objetivo del entrenamiento aerobio, denominado también entrenamiento de resistencia, es aumentar la resistencia y disminuir la fatiga durante una actividad física prolongada, pero de intensidad baja, como correr o caminar. Esto se consigue mediante una serie alta de repeticiones de contracciones musculares a una resistencia baja. Cada contracción muscular en el entrenamiento de fuerza podría ser del 75-90% , mientras que en el entrenamiento aerobio po dría ser del 15-20% de la producción de fuerza voluntaria máxima de dicho músculo. Los cambios bioquímicos en respuesta a estos ti pos de ejercicio son diferentes. El entrenamiento de fuerza tiene efectos mínimos sobre la bio química del músculo. El incremento en la capacidad de producción de fuerza que se produce con el entrenamiento de fuerza se debe al aumento de tamaño de la célula, es decir, a su hipertrofia. La hipertrofia de células musculares individuales se debe al aumento en las proteínas estructurales y sarcoméricas. Al aumentar las miofibrillas y los sarcómeros (unidades contráctiles del músculo), la capacidad de producir fuerza aumenta. Cuando se examinan las enzimas glucolíticas y se normalizan frente al incremento del tamaño de la célula, no se aprecia cambio con el entrenamiento de fuerza. Cuando se normaliza la actividad enzimática mitocondrial con respecto al aumento de tamaño de la célula del entrenamiento de fuerza suele haber un descenso leve, lo que sugiere que aunque aumenta la capacidad de producción de fuerza, la capacidad de producción de ATP (al menos basándose en el tamaño de la célula) disminuye ligeramente. En términos de velocidad de contracción y de ciclos de enlaces cruzados del sarcómero, esto está determinado sobre todo por la actividad de la miosina-ATPasa, la cual perma nece relativamente invariable en respuesta al entrenamiento de resistencia. El entrenamiento de resistencia o aerobio aumenta la capacidad metabólica oxidativa del músculo En respuesta al entrenamiento aerobio, el principal cambio bioquímico es un incremento en la capacidad de metabolizar grasas, apoyada por el aumento en el número, en el tamaño y en las enzimas mitocondriales. Todas los tipos de fibras musculares (rápidas y lentas) aumentarán su concentración y multiplicarán por 2 o por 3 la actividad de la citrato sintasa y la del citocromo c, con lo que aumenta la producción de ATP para una carga de trabajo concreta (es decir, intensidad de ejercicio), de manera que el músculo puede depender más de la oxidación de las grasas y menos del metabolismo anaerobio. Este desplazamiento hacia el metabolismo aerobio retrasa la fatiga muscular; el entrena miento aerobio solamente tiene efectos menores en las enzimas glucolíticas y los efectos sobre el tamaño celular secundarios a dicho entrenamiento también son mínimos. También pueden producirse pequeños cambios en la composición de la miosina- ATPasa, dando lugar a un fenotipo muscular más lento (for mación más lenta de enlaces cruzados durante la contracción) debido al entrenamiento aerobio. El aumento de la utilización de glucosa como resultado del incremento en la expresión del GLUT-4 y la hexocinasa también se desarrollan más en respues ta al entrenamiento aerobio, a diferencia del entrenamiento de fuerza, pero es fácil de ver cómo disminuye la glucemia en una persona diabética con un programa de ejercicio, considerando la cantidad de músculo esquelético del cuerpo. Hay que señalar que casi todas estas adaptaciones se producen a la inversa en respuesta a cualquier forma de desacondicionamiento, tanto las debidas a la interrupción de un programa de ejercicios como por el reposo en cama debido a una enfermedad o una lesión. La dis minución de la utilización del músculo disminuye su eficiencia metabólica; por desgracia, este desacondicionamiento se eviden cia en pocos días tras el cese del ejercicio. Otros factores inducidos por el entrenamiento de resistencia son modificaciones en el gasto cardíaco, aumento de la densidad capilar e incrementos en las reservas de glucógeno. Un aspecto de vital importancia para la salud y la medicina es la continuidad con la que se producen estas adaptaciones, y el hecho de que cambios pequeños pueden influir en numerosas enfermedades crónicas, como la diabetes, la ateroesclerosis y la caquexia neoplásica. Además, como los cambios ocurren en relación con la situación original del mús culo, las personas sedentarias y de edad avanzada verán res puestas en la bioquímica muscular comparables a las observadas en las personas más jóvenes. De este modo, independientemente de la edad, los individuos sedentarios que inician un programa de ejercicio, aunque sea moderado, es probable que aprecien adaptaciones bioquímicas sustanciales y beneficios para la salud. Están en marcha varios estudios en estos campos para intentar comprender la genética molecular y las vías de señalización que dan pie a estas respuestas y para comprender cómo podrían mo dificarse después de una enfermedad o una lesión. RESUMEN ■ El músculo es el principal consumidor de combustibles y de ATP del cuerpo. La glucogenólisis, la glucemia, la glucólisis y el metabolismo lipídico son esenciales para que la actividad muscular sea óptima. La dependencia de estas vías productoras de energía varía con el tipo de músculo y su actividad contráctil previa. ■ Los músculos esquelético, cardíaco y liso tienen un complejo contráctil de actomiosina común, pero difierenen la inervación, la disposición de las proteínas APRENDIZAJE ACTIVO 1. Cuando se asusta a los pollos, pían mucho, pueden dar grandes saltos y volar distancias cortas, pero son incapaces de alzar el vuelo y volar distancias largas, ya sea normalmente o para es capar del peligro. Por el contrario, los gansos tienen la capacidad de volar grandes distancias, por ejemplo durante las migraciones semestrales. Comparar los tipos de fibras musculares y las fuentes energéticas de la pechuga de los pollos y de los gansos y explicar cómo las diferencias en el tipo de fibras son compatibles con la capacidad de volar de estas aves. 2. Exponer el impacto de la deficiencia de glucógeno fosforilasa muscular (enfermedad de McArdle) y de la deficiencia de carnitina o de carnitina palmitoil transferasa-l en el rendimiento muscular durante el ejercicio de corta y larga duración. 3. Revisar las ventajas de la autotransfusión, las sobrecargas de hi dratos de carbono y el suplemento de creatina para potenciar el rendimiento muscular durante una maratón. contráctiles, la regulación de la contracción por el calcio y la propagación de la despolarización de célula a célula. El sarcómero es la unidad fundamental de contracción del músculo estriado y está definido por las líneas Z y el solapamiento de los filamentos gruesos y finos. La contracción se describe por un modelo de «deslizamiento de filamentos», en el cual la hidrólisis del ATP es catalizada por una entrada de Ca2+ hacia el sarcoplasma y está acoplada a cambios en la estructura de la miosina. La relajación de la conformación de alta energía de la miosina durante la interacción con la actina produce un «golpe de potencia», que desencadena un incremento del solapamiento de los filamentos de actina-miosina y un acortamiento del sarcómero. El ATP producido en el músculo impulsa el mantenimiento de los gradientes iónicos, el restablecimiento de los valores intracelulares de calcio y el proceso contráctil. El músculo glucolítico rápido depende en gran medida del glucógeno y de la glucólisis anaerobia para los despliegues de actividad muscular breves y de alta intensidad. El músculo oxidativo lento es un tejido aerobio; en reposo, utiliza las grasas como fuente de energía principal. Durante las fases iniciales del ejercicio, depende de la glucogenólisis y de la glucólisis, pero posteriormente pasa a depender del metabolismo de las grasas para producir energía a largo plazo. Desde el músculo se liberan enzimas y proteínas en respuesta a una agresión. Las mediciones de la actividad de la CK-M B plasmática y de la concentración de troponina se utilizan como biomarcadores de lesión del músculo cardíaco y se utilizan normalmente en el diagnóstico y el tratamiento del infarto de miocardio. El ejercicio es una buena medicina; aumenta la sensibilidad a la insulina y el consumo de glucosa, y facilita el mantenimiento de la masa muscular y de su función durante el envejecimiento.
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