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Y el Verbo fue hecho carne - Luis soledad Roman

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Y	EL
VERB	O
FUE	HECHO
CARNE
	
LUIS	SOLEDAD	ROMÁN
Predicando	el	Evangelio	de	la	Luz	que	brilla
	
	
	
Produce	y	distribuye	Luis	Soledad	Román.
Tele:	0058	(416)	6152920.
Misión	Evangélica	“Dios	Establece”
	
Distribuye	en	U.S.A	José	Luis	Chauran.
Dirección:	2642	E	High	Ridge	Rd.	Spanish	Fork	UT	84660.
Teléfono:	385	2076953.
	
Publicado	por
Industrias	Gráficas	Papyros	1455	CA
Barquisimeto,	Edo.	Lara.	Venezuela
Derechos	reservados
	
©	2017	Pastor	Luis	Soledad	Román
Derechos	Reservados
	
Ninguna	parte	de	esta	publicación	podrá	ser	reproducida,	procesada	en	algún	sistema	que	la	pueda
reproducir,	o	ser	trasmitida	en	alguna	forma	o	por	algún	medio	-electrónico,	mecánico,	fotocopia	u	otro,
excepto	para	breves	citas	en	reseñas,	sin	el	permiso	previo	de	los	editores.
	
Diagramación	del	libro	y	diseño	de	la	portada
por	Alexander	Mendoza	(+58	426-7517854)
mendoza.alexander@gmail.com
Corrección	de	Estilo:	Jerson	Josué	Hernández
	
Impreso	en	Venezuela
	
ÍNDICE
PRÓLOGO
	
CAPÍTULO	1
JESÚS,	DIOS-HOMBRE
	
CAPÍTULO	2
JESÚS	EL	HIJO	DE	DIOS
A.-	El	principio	de	todas	las	cosas	(Águila	volando).
B.	El	Hijo	Eterno	de	Dios
C.-	¿Quiénes	y	por	qué	adoran	al	Señor	en	la	tierra?
D.-	La	Exaltación	del	Cristo
E.-	La	Resurrección	de	entre	los	Muertos.
Notas	Capítulo	2
	
CAPÍTULO	3
JESÚS	HIJO	DEL	HOMBRE
(ROSTRO	DE	HOMBRE)
A.-	El	Hijo	del	Hombre
III-B.-	Aprendizaje	Sujeto	a	Obediencia	del	Hijo	del	Hombre
C.-	Jesús,	Naturaleza	Humana	y	Creada
Notas	Capítulo	3
	
CAPÍTULO	4
JESÚS	EL	HIJO	DE	ABRAHAM
(ROSTRO	DE	BUEY)
A.-	Abraham	el	Padre	Profeta
B.-	Las	obras	de	Abraham
C.-	Abraham	y	Melquisedec
D.-	Abraham	y	el	día	de	Salvación
E.-	Ismael,	el	hijo	no	prometido
F.-	La	Simiente	de	Abraham,	el	Hijo	de	la	fe
Notas	Capítulo	4
	
CAPÍTULO	5
JESÚS	EL	HIJO	DE	DAVID
(ROSTRO	DE	LEÓN)
A.-	El	hijo	heredero	de	David
B.-	El	Cristo,	Hijo	y	Señor	de	David.
C.-	Conforme	al	Corazón	de	Dios
D.-	Elías	viene	primero
V-	E-	Entrada	del	Mesías	a	Jerusalén
F.-	Desprecio	y	muerte	del	hijo	de	David
G.-	El	Reino	de	Israel	Restaurado
H.-	El	Reinado	Glorioso	y	Universal	de	David	(El	Cristo)
Notas	Capítulo	5
	
OTROS	LIBRO	DEL	AUTOR
PRÓLOGO
	
Y	el	Verbo	fue	hecho	carne.
	
La	creación	del	Verbo.
La	 tan	hermosa	y	contundente	manera	en	 la	cual	el	apóstol	Pablo	nos	habla
del	 Verbo	 de	 Dios	 en	 el	 primer	 capítulo	 de	 la	 epístola	 a	 los	 colosenses,	 nos
sugiere	de	una	manera	muy	clara	y	acertada	la	creación	del	Verbo.	Pablo	afirma
que	Jesús	es	el	principio	de	la	creación.	Pareciera	indicarnos	con	estas	palabras
que,	por	decirlo	de	alguna	manera,	el	primer	pensamiento	de	Dios	registrado	por
las	escrituras	y	conocido	por	el	ser	humano	es	la	creación	del	Verbo,	antes	de	la
fundación	de	mundo.
El	hecho	de	que	una	de	las	tres	personas	de	Dios	asuma	la	condición	de	Verbo
nos	indica	que	se	ofrece	voluntariamente.	A	estos	efectos,	debe	dar	un	salto	de
degradación.	Sin	 la	necesidad	de	dejar	de	ser	 lo	que	es,	 se	convierte	en	un	ser
creado,	inferior	al	mismo	Dios.
El	misterio	de	la	piedad	envuelve	la	creación	del	Verbo	y	su	postrer	estado	de
vivencia,	en	donde	nace	para	asumir	la	condición	de	una	carne	humana.	Antes	de
que	Dios	creara	todo	lo	que	existió	después	del	Verbo,	hizo	reposar	y	subsistir	en
él	 toda	 la	creación.	En	él	 fueron	hechas	 todas	 las	cosas	y	 todas	 las	cosas	en	él
subsisten	Juan	1:2;	Colosenses	1:16-17
El	Verbo	 es	 una	 figura	 concreta,	 la	 cual	 sale	 de	 la	 invisible	 eternidad	 para
formar	parte	de	un	tiempo	visible	aunque	no	sujeto	a	medición.	Lo	primero	que
debemos	 enfocar	 en	 el	 estudio	 del	Verbo	 es	 que	 él	 es	 la	 imagen	visible	 de	 un
Dios	 invisible.	 El	 tránsito	 desde	 la	 eternidad	 al	 tiempo	 sucede	 en	 una
trasformación	 a	 través	 de	 la	 cual	 el	 Verbo	 sufre	 una	 evidente	 degradación.
Siendo	 Dios	 eterno	 e	 invisible,	 ahora	 se	 convierte	 en	 un	 ser	 con	 imagen	 de
hombre	temporal	y	visible.	El	proyecto	de	salvación	produjo	milagrosamente	un
movimiento	 en	 la	 eternidad.	 Lo	 invisible	 se	 hizo	 visible,	 sin	 dejar	 de	 ser
invisible.	Lo	eterno	se	hizo	 temporal	 sin	dejar	de	ser	eterno.	Lo	 inaccesible	 se
hizo	accesible,	todo	en	la	persona	del	Verbo.
El	Verbo	es,	a	la	misma	vez,	la	primera	y	la	última	obra	de	Dios	en	relación
con	toda	la	creación.	En	el	Verbo	sucede	todo.	En	él	todo	inicia	y	él	mismo	da
terminación	a	todo.	Con	mucha	razón	él	es	y	se	presenta	como	el	alfa	y	la	omega
Apocalipsis	1:8.
El	 libro	“Y	el	Verbo	 fue	hecho	carne”,	es	una	visión	panorámica	en	 la	 cual
abordamos	el	estado	de	Dios	hecho	humano.	Estudiaremos	la	persona	del	Verbo
en	su	encarnación	a	través	de	lo	que	relatan	los	evangelios,	tomando	además	los
planteamientos	apostólicos	en	relación	con	el	tema,	entre	ellos,	el	apóstol	Pablo,
como	uno	de	los	más	destacados	en	la	explicación	de	la	Cristología.
A	Dios	nadie	lo	ha	visto	jamás,	sin	embargo,	el	unigénito	Hijo	del	Padre	que
está	en	su	seno,	él	le	ha	dado	a	conocer	Juan	1:18.	El	Verbo,	por	ser	la	imagen
visible	del	Dios	invisible,	ha	hecho	posible	lo	imposible.	Dios	ha	sido	visto	por
los	 ángeles	y	por	 los	hombres	 en	 la	persona	del	Verbo	hecho	hombre	y	hecho
carne.
El	Verbo	de	Dios	es	dueño	y	Señor	de	cuatro	herencias	que	están	relacionadas
a	sus	dos	naturalezas.
Atentamente.
Pastor	Luis	Soledad	Román
	
CAPÍTULO	1
JESÚS,	DIOS-HOMBRE
	
Dios	se	hace	hombre,	sin	dejar	de	ser	Dios
Si	el	 tema	de	 reconocer	 la	existencia	de	nuestro	Dios	eterno	y	creador	se	 le
hace	un	tanto	difícil	al	hombre	actualmente,	se	le	hará	tal	vez	un	poco	más	difícil
creer	y	saber	que	este	mismo	Dios	se	haya	hecho	hombre	sin	dejar	de	ser	Dios.
El	Eterno,	no	conforme	con	mostrar	su	gloria	con	las	cosas	que	a	simple	vista	se
observan	 y	 por	 causa	 de	 su	 supremo	 e	 incomprensible	 amor	 y	 del	 pecado	 del
hombre,	proyectó	en	su	voluntad	soberana	la	penosa	idea	para	él	de	hacerse	un
ser	humano.
Es	muy	necesario	 señalar	 en	nuestro	estudio	el	hecho	de	que	un	 ser,	 siendo
Dios,	 se	 hizo	 hombre	 sin	 dejar	 de	 ser	Dios.	Este	misterioso	 acontecimiento	 le
permite	 disponer	 de	 ambas	 naturalezas	 de	 manera	 simultánea	 y	 sin
contradicciones.	Jesús,	estando	en	la	tierra,	decía	que	estaba	en	el	cielo.	Eso	es
una	prueba	 incuestionable	de	que	 él	 podía	 estar	 en	 el	 tiempo	con	 los	hombres
como	hombre,	y	al	mismo	tiempo	estar	en	la	eternidad	como	Dios	con	Dios.
Sería	muy	fácil	pensar	que	alguien	deseara	convertirse	en	otro	ser	superior	a	sí
mismo	 y	 vivir	 en	 mejores	 condiciones,	 tratando	 siempre	 de	 crecer	 y	 avanzar
superándose	constantemente,	pero	no	sería	ideal	que	un	ser,	el	cual	es	supremo	y
soberano	sobre	todas	las	cosas,	y	que	es	igual	a	Dios	Filipenses	2:6,	proyecte	la
idea	de	convertirse	en	alguien	infinitamente	inferior	a	sí	mismo.
Eso	fue	lo	que	aconteció.	Dios,	por	decirlo	de	una	manera	entendible,	cambió
su	excelso	trono	de	gloria	y	adoración	para	convertirse	por	voluntad	propia	en	un
ser	 inferior	 con	 forma	 de	 hombre	 llamado	 Verbo.	 Este	 Verbo	 maravilloso	 de
Dios,	en	el	cumplimiento	del	tiempo,	cambio	su	lugar	en	el	cielo	por	un	pesebre
lleno	de	malos	olores,	convirtiéndose	en	carne	para	luego	sufrir	todos	los	males
que	esta	empresa	le	deparaba.	Solo	el	amor	es	capaz	de	mover	a	alguien	a	una
labor	tan	denigrante,	sobre	todo	si	es	conocedor	de	todas	las	cosas	y	sabe	lo	que
le	ha	de	acontecer	al	convertirse	en	hombre.	Por	otro	 lado,	y	para	quien	así	 lo
considera,	realizar	la	más	sublime	de	las	labores,	la	cual	consiste	en	ofrendar	su
propia	vida	para	 rescatar	 a	 una	humanidad	que	 se	había	perdido	y	 restaurar	 la
creación	toda.
Lo	que	la	escritura	menciona	del	Verbo,	lo	hace	partiendo	desde	la	perspectiva
del	tiempo	Juan	1:1,	dijéremos	de	esto	que	el	Verbo	es	temporal.
El	 hecho	 de	 que	Dios	 visitase	 al	 hombre	 y	 tomase	 un	 cuerpo	 humano	 para
vestirse	 y	 esconder	 su	 deidad,	Colosenses	 1:19	 ;	 2:9,	 se	 convierte	 en	 el	 más
grande	de	los	misterios	que	a	hombre	alguno	se	le	permita	observar	y	ser	testigo.
Que	el	Eterno	tomase	el	vientre	de	una	mujer	que	pertenecea	su	propia	creación
para	luego	nacer	como	un	hombre	más	y	darse	a	conocer	al	resto	de	los	hombres
conforme	 a	 la	 profecía	 y	 al	 cumplimiento	 del	 tiempo	 señalado,	Gálatas	 4:4	 ,
representa	 la	 promesa	más	 antigua	 que	 existe	 en	 relación	 con	 la	 salvación	 del
hombre	y	la	eterna	condenación	de	Satanás.
Estas	cosas	podemos	mirarlas	con	meridiana	claridad	en	el	huerto	del	Edén	al
momento	de	 la	caída	del	hombre,	 lo	cual	produjo	 la	 imperante	necesidad	de	 la
visitación	de	Dios	al	mundo	antes	creado	por	él.
La	gran	realidad	es	que	Dios	se	hizo	Verbo	(forma	de	hombre)	y	este	Verbo	se
hizo	hombre	(carne)	sin	dejar	de	ser	Dios.	Nace	de	una	mujer	y	se	convierte	en
hijo	 1	 ,	 tanto	de	Dios	como	del	hombre	Juan	5:27	y	 se	 presenta	 delante	 de	 su
creación	 en	 las	 mismas	 condiciones	 de	 hombre,	 en	 una	 carne	 humana	 y
corruptible	Romanos	8:3	.
El	Verbo	vino	dispuesto	a	aprender	la	obediencia	para	no	pecar	y	alcanzar	y
confirmar	la	perfección	perdida	por	el	hombre	Adán,	Hebreos	5:8	sujetándose	a
padecimientos	hasta	la	muerte	en	una	cruenta	y	terrible	cruz	Filipenses	2:8.
Desde	 tiempos	 antiguos,	 grandes	 y	 prolijos	 teólogos	 de	 los	 siglos	 primeros,
algunos	del	calibre	de	Agustín	de	Hipona,	Juan	Calvino	y	Jonathan	Edwards,	por
solo	nombrar	algunos,	han	defendido	y	esgrimido	con	mucho	tino	y	fundamento
la	 naturaleza	 divina	 del	 Señor	 Jesucristo,	 haciendo	 uso	 de	 sus	 facultades	 de
análisis	 las	 cuales	mantuvieron	 el	 temor	 de	 los	 antiguos	 de	 confesar	 al	 Señor
Jesús	 como	 hijo	 de	 Dios	 y	 como	 Dios,	 lo	 cual	 acontece	 aún	 en	 los	 tiempos
actuales.	Muchas	de	las	palabras	y	escritos	de	estos	mencionados	varones	sirven
de	guía	para	numerosos	estudiantes	de	 la	 teología.	Sin	embargo,	son	pocos	 los
que	 se	 abocan	 a	 enseñar	 de	 la	 otra	 naturaleza	 del	 Señor	 Jesús	 y	 me	 refiero
puntualmente	a	su	naturaleza	humana,	la	cual	también	vino	a	poseer	el	Señor	al
momento	de	hacerse	carne.
Tal	vez	esta	defensa	tan	acérrima	y	tan	cierta	de	aquellos	hombres	se	debía	a
que	 el	 problema	 era	 demostrar	 que	 Jesús	 era	 Dios,	 ellos	 lo	 hicieron
eficientemente,	 lo	 cual	 nosotros	 los	 actuales	 lo	 agradecemos,	 solo	 que	 en	 su
demostración	 del	 tema,	 invadieron	 un	 poco	 la	 naturaleza	 humana	 del	 Señor.
Aunque	nunca	 lo	 dudaron,	 lo	 presentaron	de	manera	 práctica,	más	 como	Dios
que	como	hombre.
En	 la	 actualidad,	 el	 desconocimiento	de	 la	naturaleza	humana	del	Señor,	 en
toda	 la	extensión	de	 la	palabra,	y	 la	 falta	de	enseñanza	de	 la	misma,	 limita	en
mucho	el	conocimiento	del	verdadero	misterio	de	Dios,	el	cual	es	manifestado	a
los	hombres	por	medio	de	Jesucristo	hombre,	quien	de	manera	histórica	reafirma
la	 existencia	 de	 un	Dios	 creador	 y	 eterno,	 ya	 que	 a	Dios	 nadie	 lo	 había	 visto
jamás	pero	Jesús	el	hombre	lo	dio	a	conocer	en	sí	mismo,	en	su	misma	forma	e
imagen.	Juan	1:18,	Colosenses	1:15
Probablemente,	la	idea	de	que	el	hombre	posea	una	naturaleza	humana,	carnal
y	caída,	ha	 alejado	a	muchos	de	 tocar	 este	 asunto	como	un	punto	doctrinal	de
suma	 importancia	para	el	cristianismo,	comparar	al	 impoluto	cuerpo	del	Cristo
con	una	naturaleza	como	la	nuestra,	parece	una	blasfemia	para	muchos,	lo	cual
en	vez	de	animar	a	los	escritores	a	tomar	el	tema	en	cuestión,	más	bien	los	aleja
para	no	pecar	contra	Dios.	Sin	embargo,	lo	que	han	logrado	con	esta	permanente
indiferencia,	 es	 encapsular	 la	 humana	 naturaleza	 del	 Señor	 a	 la	 vista	 de	 la
realidad	y	 lastimosamente	han	 formado	un	velo	mágico	 en	 la	 persona	humana
del	Señor	Jesús	para	que	nadie	pueda	ver	la	realidad	de	sus	dos	naturalezas.	En
la	actualidad,	cualquiera	que	se	sienta	motivado	por	este	tema,	como	sucede	en
mi	caso,	pueda	ser	tildado	como	un	falso	profeta	o	por	lo	menos	como	un	falso
maestro,	 asunto	 que	 estoy	 dispuesto	 a	 asumir	 con	 la	 mayor	 responsabilidad
posible,	con	tal	de	ayudar	a	una	mejor	visión	de	la	antropología	del	Señor	Jesús.
En	relación	con	el	tema,	podemos	mirar	con	asombro	cómo	de	una	manera	ya
sea	directa	o	indirecta,	han	colocado	al	Señor	en	polos	diametralmente	adversos
e	 individuales,	 es	 decir,	 que	 algunos	 hombres	 señalan	 solo	 la	 divinidad	 del
Señor,	 lo	 cual	 es	 indiscutiblemente	 cierto	 y	 por	 la	 otra	 parte	 algunas	 otras
personas	 han	 señalado	 solo	 la	 humanidad	 del	 Señor,	 lo	 que	 también	 es	 cierto.
Este	servidor	desea	tratar	de	exponer	con	toda	responsabilidad	y	respeto	ambas
naturalezas,	 sin	 que	 la	 una	 venga	 en	 detrimento	 de	 la	 otra	 y	 quiera	 Dios
iluminarme	y	guiarme	en	este	tema,	tan	complejo	como	hermoso,	para	ayudar	a
mis	hermanos	en	el	conocimiento	del	Señor	Jesucristo	Efesios	1:15-18.
“Ahora	bien,	el	fin	de	un	teólogo	no	puede	ser	deleitar	el	oído,	sino	confirmar
las	 conciencias,	 enseñando	 la	 verdad	 y	 lo	 que	 es	 cierto	 y	 provechoso”.	 Juan
Calvino.	“Institución	de	la	Religión	Cristiana”,	libro	primero	Capitulo	XIV.
	
	
Causas	por	las	cuales	Dios	se	hizo	hombre.
1.-	La	alabanza	de	la	gloria	de	su	gracia	Efesios	1:6
2.-	No	había	posibilidad	de	que	el	hombre	se	salvase	por	ningún	otro	medio.
3.-	Necesidad	de	que	hubiese	un	mediador	que	cumpliese	la	justicia	de	Dios.
Deuteronomio	6:5;	25
3-A	Necesitábamos	un	árbitro	entre	Dios	y	los	hombres.	Job	9:33;	33:23
3-B	nuestro	mediador,	con	sus	palabras	y	ejemplo,	nos	anunciase	nuestro
deber	 en	 relación	 con	 la	 absoluta	 obediencia	 a	 Dios	 (Cristo	 reveló	 al
Padre)
	
Visión	de	los	Escritores	de	los	Evangelios
Debido	a	la	complejidad	del	 tema	tratado,	no	podía	Dios	presentarnos	en	un
solo	empaque	ni	en	la	visión	de	un	solo	escritor	el	asunto	acerca	del	Señor	Jesús.
En	 los	 evangelios,	 cada	 uno	 de	 los	 escritores,	 presentó	 una	 visión	 distinta	 del
Señor,	en	relación	con	el	propósito	que	perseguían,	lo	cual	a	las	claras	nos	indica
que	no	sería	suficiente	la	explicación	de	un	solo	escritor	de	los	evangelios,	ni	de
un	solo	criterio	humano	Juan	21:25	para	que	tuviésemos	un	relato	completo	del
asunto	a	tratar.
Si	solo	uno	de	ellos	nos	hubiese	dado	su	parecer,	tendríamos	una	visión	muy
sesgada	 e	 individual	 de	 la	 realidad,	 pero	 si	 juntamos	 todas	 las	 perspectivas	 y
posiciones	 de	 los	 escritores,	 se	 nos	 advierte	 de	 todos	 los	 elementos	 necesarios
para	el	curso	de	 la	 investigación,	en	donde	se	nos	presentan	cuatro	 formatos	o
presentaciones	distintas,	allí	cada	escritor	 inconscientemente	nos	hace	entender
una	de	 las	herencias	del	Señor,	presentándonos	al	Cristo	con	 las	características
de	personas	del	pasado	y	de	la	eternidad	a	los	cuales	se	les	atribuye	la	paternidad
del	Cristo.
En	 la	 visión	 conjunta	 de	 los	 escritores	 de	 los	 cuatro	 evangelios,	 Jesús	 es
presentado	 con	 derecho	 único	 y	 directo	 de	 cuatro	 herencias	 esenciales	 en	 el
curso	del	hombre	sobre	la	tierra	y	el	cielo,	de	modo	que	al	hablar	de	una	manera
decreciente,	el	Maestro	es	el	único	hombre	en	 la	historia	de	 la	humanidad	que
califica	 para	 recibir	 la	 herencia	 divina	 por	 ser	 hijo	 de	 Dios,	 la	 herencia	 del
mundo	por	ser	hijo	del	hombre,	la	herencia	de	la	salvación	y	bendición	universal
y	que	en	él	sean	benditas	todas	las	naciones,	por	cuanto	es	el	hijo	de	Abraham	y
la	herencia	universal	del	reinado	de	David	por	cuanto	es	el	Hijo	de	David.	Jesús
indudablemente	 califica	 con	 creces	 para	 cada	 una	 de	 estas	 mencionada
herencias.
Es	 obligatoriamente	 necesario	 e	 imperante	 tomar	 todos	 los	 recursos	 y	 la
información	suministrada	por	el	Espíritu	Santo	por	conducto	de	los	evangelistas
para	 vislumbrar	 con	mayor	 acierto	 las	 dos	 naturalezas	 del	 Señor	 y	 sus	 cuatro
herencias	aquí	expuestas.
No	habría	ningún	sentido	lógico	de	que	Dios	inspirara	a	cuatro	escritores	para
escribir	una	historia	con	un	mismo	ángulo	de	visión,	pues	esto	resultaría	en	una
vana	 repetición	 de	 los	 acontecimientos	 pero	 en	 su	 insondable	 e	 inescrutable
sabiduría,	 el	 Espíritu	 Santo	 quiso	 traernos	 cuatro	 libros	 que,	 con	 diferentes
estilos	y	percepción,	nos	narrasen	la	bella	historia.Tres	de	ellos	nos	presentan	al
Señor	con	herencias	humanas	como	es	el	caso	de	Mateo,	Marcos	y	Lucas	y	uno
de	ellos	como	es	el	caso	de	Juan,	nos	presenta	al	Señor	Jesús	con	una	herencia
divina.	Por	 tal	 razón,	Jesús	se	presenta	ante	 la	humanidad,	 tanto	como	Hijo	de
Dios	como	Hijo	del	hombre.
Los	términos	relacionados	entre	Hijo	de	Dios	e	Hijo	del	hombre	son	bastante
parecidos	 para	 nuestro	 entender	 y	 tienen	 también	 una	 visible	 y	 evidente
diferencia,	la	cual	es	expuesta	por	el	escritor	a	la	carta	a	los	Hebreos.	Esta	carta,
manifiesta	con	mucha	claridad	de	las	dos	naturalezas	contenidas	en	el	Hijo,	las
mismas	son	puestas	en	evidencia	de	manera	magistral	por	el	escritor	al	tomar	un
punto	de	referencia	para	distinguirlas	entre	ambas,	me	refiero	a	que	se	menciona
al	Hijo	en	un	momento	como	superior	a	los	ángeles.	Hebreos	1:4	y	en	otro	pasaje
del	mismo	libro,	al	Señor	se	 le	menciona	como	inferior	a	 los	ángeles,	Hebreos
2:7-8	.
Este	 asunto	 nos	 advierte	 que,	 para	 entender	 este	 gran	 misterio,	 debemos
aceptar	como	ciertas	las	dos	naturalezas	del	Señor	Jesús,	de	modo	que	la	frontera
entre	 las	 dos	 naturalezas,	 valga	 la	 redundancia,	 es	 precisamente	 la	 naturaleza
angelical,	indicando	con	esto	que	el	hecho	de	ser	mayor	a	la	naturaleza	angelical
significa	ser	Hijo	de	Dios	o	en	otras	palabras,	ser	Dios,	y	ser	menor	a	los	ángeles
significa	ser	hijo	de	hombre	o	en	otras	palabras,	ser	hombre.	Sin	duda	que	es	un
insondable	y	verídico	misterio.
Me	 es	 necesario	 hablar	 por	 separado	 de	 esas	 dos	 naturalezas,	 sin	 que	 una
intervenga	 en	 la	 otra.	 Deben	 explicarse	 en	 solitario	 para	 invertir	 el	 tiempo
necesario	en	cada	una	de	ellas	y	debo	hablar	también	por	separado	de	sus	cuatro
herencias.	 Tengo	 la	 necesidad	 de	 hacer	 mención	 en	 esta	 investigación	 de	 los
seres	que	están	en	el	cielo,	los	cuales	tienen	cuatro	rostros,	y	cito:	“	Y	el	aspecto
de	sus	caras	era	cara	de	hombre,	y	cara	de	león	al	lado	derecho	de	los	cuatro,	y
cara	de	buey	a	la	izquierda	en	los	cuatro;	asimismo	había	en	los	cuatro	cara	de
águila”	 Ezequiel	 1:10	 ,	 estando	 en	 acuerdo	 con	 algunos	 comentaristas,	 este
asunto	 representa	 a	 los	 cuatro	 evangelios	 y	 a	mi	 juicio	 representa	 también	 las
cuatro	herencias	del	Cristo.
La	imagen	del	rostro	de	León,	representa	al	Jesús	humano,	que	a	la	vez	es	el
Hijo	heredero	de	David.	Esta	representación	es	vista	con	mucha	claridad	en	un
evangelio	escrito	más	que	todo	a	los	judíos	como	es	el	Evangelio	de	Mateo.	El
evangelio	 de	 Mateo,	 se	 enfoca	 con	 mucha	 fuerza	 en	 el	 cumplimiento	 de	 las
profecías	antiguas	relacionadas	con	el	Mesías	esperado	por	el	pueblo	de	Israel.
Mateo	define	al	Señor	Jesús,	como	el	Hijo	esperado	de	David.
El	 rostro	 de	 buey	o	 becerro,	 representa	 también	 a	 la	 naturaleza	 humana	del
Señor	y	al	hijo	heredero	de	Abraham	el	siervo	de	Dios	y	es	representada	por	un
evangelio	en	donde	mucho	se	resalta	el	servicio	y	la	acción.	Este	es	el	evangelio
de	Marcos.
El	 rostro	de	hombre	 representa	a	 Jesús	como	el	Hijo	 redentor	del	hombre	y
está	representado	por	el	estilizado	y	sabio	Evangelio	de	Lucas.	El	evangelio	de
Lucas	es	 la	 expresión	más	clara	y	detallada	del	hijo	prometido	a	Eva	antes	de
que	 fuese	 prometido	 a	 Abraham	 o	 a	 David.	 En	 la	 visión	 escritural	 de	 Lucas,
Jesús	es	el	hijo	perfecto	de	la	humanidad	(Hombre)	que	vino	a	deshacer	las	obras
del	diablo,	buscando	y	salvando	 lo	que	se	había	perdido	y	al	mismo	 tiempo,	a
restaurar	la	imagen	de	Dios,	perjudicada	en	la	desobediencia	de	Adán.
La	cara	que	es	semejante	a	un	águila	volando	Apocalipsis	4:7,	se	 refiere	a	 la
naturaleza	 divina	 de	 Jesús	 y	 como	 el	Hijo	 heredero	 de	Dios,	 lo	 cual	 está	 bien
acentuada	y	declarado	en	el	destellante	Evangelio	de	Juan.
Tenemos	entonces	a	un	mismo	personaje	compartiendo	en	un	mismo	espacio
y	tiempo	cuatro	distintas	herencias	y	dos	distintas	naturalezas.
CAPÍTULO	2
JESÚS	EL	HIJO	DE	DIOS
	
A.-	El	principio	de	todas	las	cosas	(Águila	volando).
La	carta	a	los	Hebreos	es	una	hermosa	cita	referencial	a	la	anunciación	de	la
visitación	 de	 Dios	 a	 los	 hombres.	 Aunque	 ésta	 no	 sea	 la	 primera	 cita	 en	 las
Escrituras	 que	 hable	 del	 tema,	 es	 una	 de	 las	más	 claras	 y	 específicas.	 En	 esta
carta,	el	Cristo	es	presentado	delante	de	los	hombres	como	la	voz	y	el	resplandor
de	la	sustancia	del	Dios	eterno.	Hebreos	1:2-3	.	Tomando	estos	versículos	como
elementos	muy	especiales,	el	escritor	de	la	carta	a	los	Hebreos	trata	de	presentar
al	Cristo	también	como	creador	y	sustentador	de	todo	lo	que	ha	sido	creado.
En	 relación	 con	 la	 eternidad	 de	 Dios,	 todo	 lo	 que	 es	 visible,	 un	 día	 fue
invisible.	Todo	lo	que	es	palpable,	un	día	fue	una	idea	impalpable.
Moisés	pidió	a	Dios	que	le	mostrara	su	gloria	Éxodo	33:18-23	y	Dios	no	quiso
acceder	a	tal	petición,	sin	embargo,	le	dijo	que	le	mostraría	sus	espaldas.	Según
creo,	 Moisés	 deseaba	 ver	 a	 Dios	 o	 al	 menos	 su	 rostro.	 Dios	 no	 le	 mostró	 el
rostro,	pero	sí	su	cuerpo.	Salmo	129:3
Juan	dice	que	a	Dios	nadie	le	vio	jamás,	pero	el	Hijo	que	está	en	su	seno,	le
dio	a	conocer.	Juan	1:18.	Como	ya	hemos	observado,	el	escritor	a	 los	Hebreos
define	 al	 Hijo	 como	 el	 resplandor	 de	 la	 gloria	 de	 Dios	 y	 la	 imagen	 de	 su
sustancia	(esencia)	Peshitta	Hebreos	1:3	1	.
La	 invisibilidad	 de	Dios	 hace	 imposible	 que	 lo	 creado	 pueda	mirar	 algo	 de
Dios,	 ni	 siquiera	 sus	 espaldas,	 pues	 esta	 parte	 también	 sería	 invisible.	 Sin
embargo,	el	hecho	de	que	Moisés	haya	mirado	las	espaldas	de	Dios	sin	duda	se
está	 refiriendo	 a	 la	 persona	 de	 Dios	 que,	 por	 causa	 del	 proyecto	 eterno	 de
salvación,	 se	hizo	visible	aún	sin	haberse	hecho	carne.	Moisés	miró	 la	espalda
del	 Dios	 Verbo,	 este	 Verbo	 es	 la	 imagen	 visible	 del	 Dios	 invisible.	 Pablo
considera	como	un	gran	misterio	que	Dios	haya	sido	visto	por	los	ángeles	1ra	de
Timoteo	3:16.	Los	ángeles	vieron	al	Verbo	en	su	adquirida	forma	humana.	Dios
habita	 en	 luz	 inaccesible,	 no	 hay	 forma	 de	 poder	 verlo.	 Solo	 cuando	 toma	 la
forma	humana	es	visto	por	su	creación	1ra	a	Timoteo	6:16.
Con	base	en	lo	antes	expuesto,	considero	que	la	petición	de	Moisés	de	ver	la
gloria	de	Dios	está	relacionada	con	el	rostro	mismo	del	Señor.	Si	el	Cristo	es	la
imagen	misma	de	 la	 sustancia	del	Dios	 eterno,	 entonces	 el	Cristo	 es	 la	misma
gloria	de	Dios.	La	imagen	visible	que	nos	mostró	el	Cristo	es	la	misma	imagen
invisible	que	posee	el	Padre	eterno,	con	la	gran	diferencia	de	que	esta	imagen,	en
el	Cristo	que	en	el	futuro	sería	nacido	de	mujer,	es	humana.
La	imagen	del	Cristo	tiene	una	triple	connotación.	Esta	imagen	en	la	eternidad
es	 divina	 e	 invisible.	 En	 el	 tiempo,	 antes	 de	 nacer	 en	 el	 cielo,	 es	 humana	 y
visible	 pero	 no	 palpable.	 En	 la	 tierra,	 después	 de	 nacer,	 es	 humana,	 visible	 y
palpable	1ra	de	Juan	1:1.
El	Maestro	dijo	a	Felipe:	“	El	que	me	ha	visto	a	mí,	ha	visto	al	Padre”	Juan
14:9	.	Esto	indica	que	tanto	el	Padre	como	el	Hijo	comparten	un	mismo	tipo	de
rostro,	una	misma	imagen.	El	Dios	Hijo	(Cristo)	es	la	gloria	y	la	imagen	visible
del	invisible	Dios	y	Padre.
El	hecho	de	que	Dios	haya	mostrado	al	caudillo	Moisés	su	cuerpo,	indica	que,
a	mi	 criterio,	Dios	 le	mostró	 su	 proyecto	 eterno	 de	 salvación.	Moisés	miro	 el
cuerpo	del	Hijo.	Este	mismo	cuerpo	 representa	 también	 a	 la	 iglesia	 del	Señor.
Dios	 está	 mostrando	 a	 Moisés	 un	 cuerpo	 en	 donde	 él	 se	 manifestaría	 en	 el
cumplimiento	de	los	tiempos.
Ciertamente,	estaba	determinado	que	el	hombre	mirase	el	rostro	de	Dios,	pero
que	esto	sucedería	en	el	tiempo	señalado	en	su	proyecto	de	salvación.	El	Cristo
mostró	la	imagen	del	Dios	invisible	al	mundo	cuando	vino	por	primera	vez,	sin
embargo,	solo	la	iglesia	es	capaz	de	entender	esta	verdad	y	por	esta	causa,	un	día
señalado	por	Dios,	le	veremos	cara	a	cara,	tal	como	él	es.	1ra	de	Juan	3:2.	Esta
visión	que	 tendremos	de	Dios	ya	no	será	en	 relación	con	 la	carne,	 sino	con	su
gloria	misma.
El	libro	de	Juan,	el	cual	esteservidor	ha	considerado	como	“El	Evangelio	del
Espíritu”	es	muy	enfático	a	la	hora	de	hablar	del	Cristo	y	sin	rodeos,	de	una	vez
lo	 considera	 y	 presenta	 ante	 el	mundo	 como	 el	Dios	 creador	 y	 sustentador	 de
todas	las	cosas.	El	hecho	de	que	Juan	como	escritor	haya	obviado	la	genealogía
del	Maestro	 y	 que	 lo	 haya	 presentado	 de	 una	 vez	 desde	 el	 principio	 como	 el
Verbo,	indica	su	convicción	profunda	de	la	naturaleza	divina	del	Señor	Jesús,	sin
decir	 con	 estas	 palabras	 que	 los	 evangelistas	 que	 contemplaron	 su	 genealogía
humana	no	lo	hayan	considerado	en	su	condición	de	Dios.
Juan,	 en	 su	 evangelio,	 también	 presenta	 al	 Cristo	 como	 el	 todo	 en	 todo,
añadiendo	que	sin	el	Cristo	nada	de	lo	que	ha	sido	hecho	fue	hecho,	al	igual	que
lo	dice	el	libro	a	los	Hebreos,	corroborando	estos	dos	escritores	en	relación	con
el	Cristo	y	haciéndolo	de	esta	manera	participante	directo	de	la	creación	de	Dios
Juan	1:1-3.
Por	otro	lado,	observamos	la	comparación	entre	dos	libros	de	la	Biblia	en	los
cuales	se	habla	del	principio,	dando	por	resultado	que	entre	estos	dos	 libros	se
mantiene	una	similitud	asombrosa.	La	comparación	entre	el	 libro	de	Génesis	y
otra	vez,	el	Evangelio	del	apóstol	Juan,	está	llena	de	mucho	significado	teológico
en	relación	con	el	principio	del	tiempo.	Mirar	los	primeros	versículos	de	Juan	es
mirar	 los	 primeros	 versículos	 del	 Génesis.	 En	mi	 personal	 opinión,	 considero
que	el	Evangelio	de	Juan	debió	ser	el	primer	libro	del	nuevo	testamento	2	y	así
estar	 en	 consonancia	 con	 su	 espacio	 en	 la	 verdad	 Teológica	 que	 su	 mensaje
representa.
El	 libro	 de	 Génesis,	 al	 momento	 de	 narrar	 la	 creación	 y	 el	 principio	 del
tiempo,	menciona	dos	tipos	de	luz,	las	cuales	son	semejantes,	en	el	hecho	de	que
ambas	son	 luz	y	 representan	a	una	misma	persona	pero	al	mismo	 tiempo	estas
dos	 menciones	 de	 luz	 están	 representadas	 por	 marcadas	 diferencias,	 tanto	 en
esencia	 como	 en	 propósito.	 Las	 dos	 lumbreras	 y	 a	 las	 estrellas	 que	 fueron
creadas	Génesis	 1:14-19	 señalan	 el	 término	 del	 cuarto	 día	 de	 la	 creación,	 en
cambio	 la	 primera	 Luz	 mencionada,	 no	 fue	 creada	 sino	 que	 existía	 desde	 el
principio	y	señala	el	primer	día	de	la	creación,	Génesis	1:3.	El	escritor	del	libro	de
Génesis	 hace	 una	 notable	 diferencia	 entre	 ambos	 tipos	 de	 luz,	 que	 si	 bien	 es
cierto	que	una	de	ellas	es	literal	al	referirse	a	las	lumbreras	como	son	el	sol	y	la
luna,	 también	 es	 cierto	 que	 ambas	 son	 representaciones	 distintas,	 de	 las	 dos
naturalezas	del	Señor	Jesucristo.
En	relación	con	los	dos	principios	ya	antes	mencionados,	son	semejantes	en
cuanto	al	principio	se	 refiere	y	al	mismo	 tiempo	son	diferentes	en	el	hecho	de
que	 el	 principio	 de	 Juan	 es	 referente	 a	 la	 creación	 de	Dios	 en	 su	 proyecto	 de
salvación,	en	donde	el	Hijo	es	 la	causa	de	 todo	Colosenses	1:15	y	el	principio
mencionado	 en	 Génesis	 es	 un	 principio	 en	 relación	 con	 la	 formación	 de	 la
creación	ya	antes	diseñada.	Digo	con	esto	en	relación	con	la	luz	y	el	principio,
que	lo	que	Juan	nos	está	mostrando	en	su	evangelio,	en	el	propósito	de	Dios,	es
primero	que	lo	que	nos	muestra	Moisés	en	el	libro	de	Génesis.
La	primera	 luz	mencionada	en	Génesis,	 representa	 a	Dios	 en	una	condición
que	parte	desde	la	eternidad	hasta	el	tiempo	(Verbo)	pero	que	se	hace	visible	en
el	tiempo	por	medio	del	mandato	de	Dios,	Génesis	1:3	,	en	cambio	la	segunda	luz
(lumbrera	mayor	 y	menor),	 representa	 a	Cristo	 como	 humano.	 Esta	 forma	 tan
intrigante	 de	manifestar	Dios	 ambos	 tipos	 de	 luz	 es	 sin	 duda	 alguna	 parte	 del
misterio	de	la	piedad	y	de	la	voluntad	de	Dios.	Efesios	1:9	.	El	hecho	mismo	de
que	 Dios	 se	 hiciese	 hombre	 para	 formar	 parte	 de	 su	 propia	 creación	 no	 es
concebible	al	entendimiento	llano	de	la	humanidad	y	por	tal	razón	es	difícil	de
digerir	 con	 libertad.	 Solo	 hay	 que	 creerlo	 para	 luego	 poder	 entender	 algo	 de
dicho	misterio.
La	primera	luz	mencionada	por	Génesis,	1:3	,	está	hablando	de	la	existencia	en
el	principio	del	Verbo	en	el	cielo,	el	cual	existe	sin	nacer	y	es	antes	de	todas	las
cosas,	en	cambio,	la	luz	creada	al	cuarto	día,	la	cual	corresponde	al	sol,	la	luna	y
las	 estrellas,	 representa	 al	Cristo	que	nace	 al	 cuarto	día	 (cuatro	mil	 años	de	 la
raza	humana)	y	representa	también	la	edad	en	que	la	iglesia	nace	en	el	mundo.	3
Es	 absolutamente	 claro	 que	 esta	 luz	 mencionada	 en	 el	 versículo	 tres	 de
Génesis	 uno,	 se	 está	 refiriendo	 al	 Verbo,	 el	 cual	 estaba	 en	 ese	 momento
formando	al	mundo.	En	él	estaba	la	vida,	como	lo	dice	Juan	y	la	vida	era	“La	luz
de	los	hombres”	Juan	1:4	.	Juan,	menciona	a	esta	misma	luz	de	los	hombres	y	la
califica	como	la	“Luz	Verdadera,	que	venía	a	este	mundo”	Juan	1:9,	el	cual	desde
antes,	él	(la	Luz	Verdadera)	había	creado.	El	apóstol	habla	de	la	luz	que	venía	en
cumplimiento	de	lo	profetizado	en	el	Salmos	8:4	en	donde	se	anuncia	la	visitación
de	Dios	al	hombre,	ésta	profecía	esta	refrendada	en	Hebreos	2:6.
La	 expresión	 “Principio”	 mencionada	 por	 Juan,	 se	 está	 refiriendo
evidentemente	a	un	asunto	de	tiempo,	pero	que	a	la	vez	es	un	tiempo	no	definido
y	 que	 por	 su	 naturaleza,	 es	 imposible	 de	 cuantificar	 por	 el	 ser	 humano.	 La
perfección	 de	 la	 eternidad	 nos	 impide	 hablar	 de	 tiempo.	 Si	 hablamos	 de
principio,	 estamos	 hablando	 del	 milagro	 de	 la	 formación	 del	 tiempo	 que	 no
existía,	 para	dar	 comienzo	a	 todo	 lo	que	existe	por	 creación.	Allí	 ya	 el	Verbo,
como	 primera	 idea	 de	Dios,	 había	 aparecido	 para	 dar	 comienzo	 al	 tiempo,	 es
decir,	que	antes	que	el	tiempo	existiese,	ya	el	Verbo	existía.
	
El	término	utilizado	por	Juan	en	el	versículo	nueve	del	primer	capítulo	denota
lo	 legendario	 del	 personaje.	 Al	 decir	 Juan,	 “Aquella	 luz	 verdadera”,	 está
indicando	 que	 se	 trata	 de	 un	 elemento	 tanto	 conocido	 como	 esperado,	 pues
estamos	 en	 presencia	 de	 una	 luz	 que	 no	 ha	 sido	 creada	 y	 que	 existe	 desde	 el
principio	 de	 todas	 las	 cosas	 y	 que	 era	 estrictamente	 necesaria	 para	 la	 obra
creadora	y	para	 la	 salvación	del	hombre.	Esta	Luz	verdadera	 fue	anunciada	de
antemano	por	Dios	a	Eva,	cuando	se	le	indicó	que	su	simiente	daría	muerte	a	la
serpiente,	 por	 tal	 razón	 considero	 que	 esta	 luz	 ya	 era	 esperada	 por	 toda	 la
humanidad.
Este	 acontecimiento	 en	 el	 huerto	 del	 Edén	 tal	 vez	 no	 lo	 entendamos	 como
profecía	en	donde	se	anuncie	el	nacimiento	de	la	luz	eterna.	No	es	extraño	creer
que	el	mundo	tuviese	esperanza	en	esta	luz,	los	magos	(sabios)	esperaban	como
señal	 una	 luz	 (estrella)	 y	 fueron	 al	 nacimiento	 del	 Señor	 guiados	 por	 esta	 luz
Mateo	 2:2,9.	 Mateo	 recogió	 como	 algo	 importante	 en	 estos	 eventos,	 lo	 que
profecía	dice:	El	pueblo	asentado	en	tinieblas	vio	gran	luz;	y	a	los	asentados	en
región	de	sombra	de	muerte,	Luz	les	resplandeció.	Mateo	4:16.
En	 el	 libro	 de	Apocalipsis,	 el	 Cristo	 se	 presenta	 como	 el	Alfa	 y	 la	Omega
(principio	 y	 fin).	 Esta	 declaración	 encierra	 todo	 lo	 que	 hay	 dentro	 de	 estos
límites	del	tiempo,	exceptuado	en	este	período	precisamente	a	quien	se	encuentra
fuera	de	ese	límite	del	tiempo,	es	decir	el	Alfa	y	la	Omega	mismo.
El	Alfa	y	 la	Omega	 en	una	persona	humana.	Es	 como	un	paréntesis	 que	 se
abre	en	la	eternidad	para	dar	paso	al	tiempo	y	al	espacio,	en	donde	todo	lo	que	ha
existido,	existe	y	existirá,	están	dentro	de	ese	paréntesis	llamado	el	Cristo,	él	es
el	 dispensador	 o	 administrador	 y	 redentor	 de	 todos	 los	 tiempos.	Efesios	 1:10;
Colosenses	1:17.
El	Salmista	dice	que	la	tierra	fue	fundada	desde	el	principio	por	Dios	Salmos
102:25	,	pero	tanto	Juan	como	el	escritor	de	los	Hebreos	manifiestan	que	todo	fue
creado	 por	 el	 Cristo	 Juan	 1:2;	 Hebreos	 1:10	 .	 Siendo	 esto	 verdad,	 como	 en
realidad	 lo	 creo,	 entonces	 tanto	Moisés,	 el	 Salmista,	 Juan	 y	 el	 escritor	 de	 los
Hebreos	están	hablando	de	un	mismo	personaje	en	relación	con	la	creación	y	nosolo	 esto,	 sino	 que	 presentan	 entre	 sus	 escritos,	 las	 mismas	 características	 de
existencia	desde	antes	del	principio.
El	Cristo	nos	es	presentado	en	muchas	oportunidades	y	de	muchas	formas	en
el	transcurso	del	tiempo	sin	aún	haber	nacido.	El	escritor	de	los	Hebreos	nos	lo
presenta	como	el	Sacerdote	Melquisedec,	4	(Comentario	a	la	carta	a	los	Hebreos
por	el	mismo	autor)	un	personaje	misterioso	que	está	fuera	del	tiempo,	pues	no
nace,	no	muere	pero	es	Sacerdote	para	siempre.
Es	evidente	que	el	Cristo	también	es	presentado	como	Sacerdote	y	mediador
para	siempre,	1ra	 a	Timoteo	 2:5,	Hebreos	 7:3;	 8:6	 .	 El	mismo	 escritor	 de	 los
hebreos	menciona	 una	 palabra	 la	 cual	 en	 realidad	me	 indica	muchas	 cosas.	Él
dice	que	al	Cristo	le	hubiese	sido	necesario	padecer	desde	el	principio	de	los	días
Hebreos	9:26,	de	modo	que	el	escritor	está	diciendo	que	el	Cristo	ya	existía	desde
el	principio	de	los	días,	o	por	decirlo	de	otra	manera,	el	escritor	a	esta	carta	está
declarando	que	el	Cristo	siempre	ha	existido.
	
La	preexistencia	del	Cristo	es	doctrina	bíblica	fundamental.	El	apóstol	Pedro
habla	 de	 que	 los	 profetas	 de	 la	 antigüedad	 eran	 guiados	 por	 el	 “Espíritu	 del
Cristo”	que	estaba	en	ellos.	1ra	de	Pedro	1:11	.	Miremos	a	un	hombre	como	el
patriarca	Abraham,	que	según	las	mismas	palabras	del	Cristo,	se	gozó	de	haber
visto	los	días	5	del	Señor	Juan	8:56	y	que	diremos	del	caudillo	Moisés,	el	cual	se
sostuvo	 en	 su	ministerio	 como	que	 estuviese	 viendo	 desde	 ya	 al	Cristo,	 y	 por
esta	misma	causa	prefirió	abandonar	una	posición	de	bienestar	humano	entre	los
egipcios	 y	 escogió	 padecer	 los	 vituperios	 de	 uno	 que	 aún	 no	 había	 nacido.
Moisés	ofreció	la	sangre	de	un	cordero,	simbolizando	al	verdadero	cordero	que
vendría	después	para	salvar	al	mundo	con	su	sangre	perfecta.	Hebreos	11:26-28.
El	apóstol	Pablo	cuando	escribe	a	la	iglesia	que	está	en	Colosas,	presenta	al
Cristo	como	la	existencia	misma	y	como	antes	de	todas	las	cosas	(1:17).	Pablo,
inspirado	por	el	Espíritu	Santo,	asegura	que,	en	el	Cristo	de	Dios,	subsisten	todas
las	cosas.	El	Señor	es	el	eje	que	mantiene	unido	al	firmamento	mismo	y	a	toda	la
creación.
Si	 él	 como	 principio	 y	 creador,	 como	 sustancia	 y	 esencia	 dejara	 de	 existir,
entonces	 su	 creación	 también	 desaparecería	 con	 su	 creador,	 todo	 lo	 que	 es
sustentado	 por	 él,	 dejaría	 de	 existir	 y	 todo	 se	 convertiría	 en	 un	 caos	 total,
conforme	 a	 la	 intención	 de	 Satanás.	 Esto	 que	 refiero,	 podemos	 mirarlo
perfectamente	demostrado	el	día	en	que	el	Cristo	muere	como	hombre,	 siendo
este	 acontecimiento	 acompañado	 por	 fenómenos	 naturales,	 al	 punto	 de	 que
sucede	un	eclipse	total	a	lo	menos	por	tres	horas	Mateo	27:45	.	El	sol	es	el	astro
más	poderoso	y	 adorado	por	 lo	hombres	 en	 la	 tierra,	 sin	 embargo,	 es	 evidente
que	el	mismo	sol	subsiste	por	medio	y	causa	del	Verbo	(la	existencia).	Este	astro
deja	de	dar	su	resplandor	al	momento	de	la	muerte	del	Señor.	Jesús	dijo	que	él
era	la	verdadera	luz	del	mundo.
Fueron	muchos	y	bien	marcados	los	acontecimientos	de	aquel	oscuro	día.	Las
piedras,	 las	 cuales	 son	 símbolo	 de	 fortaleza	 y	 homogeneidad,	 pierden	 estos
atributos	y	se	parten	a	causa	de	la	muerte	de	la	vida.	La	tierra	tembló	y	el	velo
del	 templo	 se	 rasgó	 por	 la	 mitad	 6	 Mateo	 27:51,	 demostrando	 todos	 estos
acontecimientos	que	el	que	estaba	muriendo	no	era	un	hombre	como	todos	 los
demás,	 hasta	 el	 centurión	 que	 guardaba	 la	 ejecución	 reconoció	 con	 unas
memorables	palabras,	y	cito:	 “	Verdaderamente	este	hombre	era	Hijo	de	Dios.
Marcos	15:39.
Tenemos	 como	 asunto	 adicional	 a	 lo	 que	 estamos	 hablando,	 que	 el	 Señor
Jesucristo,	 no	 solo	 es	 el	 creador	 y	 el	 sustentador	 de	 todas	 las	 coas,	 sino	 que
también	 es	 la	 causa	 de	 la	 existencia	 de	 todas	 las	 cosas.	 La	 proyección	 de	 lo
creado	 fue	 basada	 en	 la	 presciencia	 de	Dios	 y	 dicha	 presciencia	 indicaba	 que
Dios	vendría	al	mundo	en	condición	de	hombre	y	que	además	no	obstante	a	su
condición	 de	 hombre,	 vencería	 todo	 obstáculo	 presentado,	 para	 garantizar	 la
salvación	del	hombre	y	 la	 restauración	de	 las	cosas.	El	hecho	de	que	 todas	 las
cosas	 fueron	 creadas	 en	 Cristo	Colosenses	 1:16	 ,	 indica	 que	 fueron	 creadas
pensando	en	su	venida	y	en	su	triunfo	en	el	mundo,	Dios	confió	toda	la	creación
al	triunfo	del	Señor	Jesús	y	en	base	a	ese	triunfo	creó	todas	las	cosas	.Cuando	las
cosas	 fueron	 creadas,	 en	 la	 presciencia	 de	 la	 eternidad	 de	 Dios,	 ya	 había	 un
triunfo	garantizado.
	
Sin	el	Cristo	es	imposible	la	vida	en	el	planeta	y	aun	en	todo	el	mundo	creado
por	 él,	 tanto	 lo	 visible	 como	 lo	 invisible.	 El	 Cristo	 desde	 siempre	 sustenta	 y
sustentará	 todas	 las	 cosas	 con	 su	 eterno	 poder	 y	 con	 su	 presencia	misma.	 La
eternidad	 del	 Cristo	 es	 entendida	 perfectamente	 por	 su	 creación	 y	 ésta,	 de
manera	inviolable,	mantiene	su	estado	de	obediencia	al	Verbo.	La	existencia	del
Verbo	es	la	garantía	de	la	existencia	de	toda	su	creación,	a	él	sea	la	gloria.
La	 creación	 misma	 está	 relacionada	 al	 principio	 de	 las	 cosas	 y	 es	 muy
importante	mirar	estos	asuntos	de	 la	manera	que	 los	escritores	bíblicos,	 siendo
inspirados	por	Dios	lo	vieron.	Salomón,	siendo	el	hombre	más	sabio	después	de
Jesús,	habla	de	la	sabiduría	Proverbios	8:27-31	pero	está	bastante	claro	de	que
hace	 una	 evidente	 alusión	 al	 Verbo	 creador	 del	 mundo	 y	 al	 presentar	 una
metáfora	en	relación	con	la	sabiduría,	haciendo	en	el	versículo	veintinueve	una
hermosa	alusión	al	principio	de	 la	creación.	Salomón,	de	una	manera	acertada,
también	hace	una	alusión	profética	a	un	acontecimiento	en	los	días	cuando	Dios
el	 Verbo	 estaría	 en	 carne	 en	 el	 mundo,	 me	 refiero	 exclusivamente	 a	 los
momentos	cuando	Jesús	hacía	uso	de	su	poder	divino.
Salomón	detalló	el	momento	específico	cuando	el	Maestro	le	ordena	al	viento
y	al	mar	que	recuerden	el	antiguo	mandamiento	dado	por	él	a	la	creación.	Citaré
a	 estos	 escritores:	“Cuando	 ponía	 al	 mar	 su	 estatuto,	 para	 que	 las	 aguas	 no
traspasasen	 su	mandamiento;	Cuando	establecía	 los	 fundamentos	de	 la	 tierra,
Proverbios	8:29”	comparación	“Y	 levantándose,	 reprendió	 al	 viento,	 y	 dijo	 al
mar:	Calla,	enmudece.	Y	cesó	el	viento,	y	se	hizo	grande	bonanza.	Marcos	4:39.	5
B.	El	Hijo	Eterno	de	Dios
B.1	Mi	hijo	eres	tú.
El	tema	en	cuestión	requiere	de	muchísima	concentración	y	responsabilidad	a
la	hora	de	exponerlo.	Un	hijo	por	 lo	general,	comparte	con	su	padre	su	misma
naturaleza,	por	tal	razón,	podemos	decir	con	acierto	que	en	lo	que	a	naturaleza
respecta,	 lo	 que	 es	 el	 Padre,	 también	 lo	 es	 el	 hijo.	 Esta	 primera	 herencia	 del
Señor	Jesús,	en	realidad	le	corresponde	por	la	razón	de	que	él	es	Dios.	No	estaría
bien	decir	que	el	Señor	sea	Dios	por	cuanto	es	hijo	de	Dios,	diríamos	mejor	que
es	hijo	de	Dios	por	cuanto	es	Dios	y	que	al	hacerse	hombre,	nunca	dejó	de	ser
Dios.
La	primera	herencia	que	por	naturaleza	 corresponde	 al	Cristo	 es	 también	 la
última	en	recibir.	Para	manifestar	las	otras	tres	herencias,	las	cuales	el	recibirá	en
su	condición	de	humano	1	.	Se	abre	un	paréntesis	en	la	eternidad,	para	que	se	haga
visible	 en	 el	 cielo	 el	Verbo	 y	 desde	 allí	 en	 la	 continuidad	 del	 recorrido	 de	 su
proyecto,	 se	da	paso	al	nacimiento	de	Dios	como	hombre	al	mundo,	para	que,
luego	que	se	haya	cumplido	el	proyecto	eterno	de	su	voluntad,	volver	de	manera
ascendente	a	los	lugares	en	donde	estaba,	primero	a	su	primer	estado	de	hijo	de
Dios	 en	 forma	 de	 humana	 (Verbo)	 y	 luego	 al	 lugar	 donde	 estaba	 antes	 que	 el
tiempo	y	el	mundo	fuese	(Dios).
Esta	 herencia	 es	 la	 que	 mayor	 complicación	 presenta	 al	 ser	 humano	 en	 su
estrecho	entendimiento	en	relación	con	el	tema.	Así	también	lo	enfoca	el	apóstol
Pablo,	al	manifestar	la	grandeza	del	misterio	de	la	piedad.
Jesús	el	Cristo	es	el	Hijo	eterno	de	Dios,	conocido	en	el	comienzo	del	tiempo
como	el	Verbo,	Juan	1:1	;	nombre	con	el	cual	se	volveráa	presentar	a	los	hombres
Apocalipsis	19:13	.	Esto	ha	sido	entendido	por	los	escritores	bíblicos.	Veamos	lo
que	el	escritor	Lucas	dice	en	relación	con	el	asunto	en	cuestión:	Jesús	mismo	al
comenzar	su	ministerio	era	como	de	treinta	años,	“hijo,	según	se	creía,	de	José,”
Lucas	 3:23.	 El	 evangelista	 Lucas	 está	 dando	 un	 elemento	 muy	 importante	 al
mencionar	 lo	que	humanamente	 se	creía	en	 relación	con	 la	paternidad	humana
del	 Señor.	 La	 expresión	 “se	 creía”,	 utilizada	 por	 él	 indica	 que	 esto	 no	 era	 la
realidad	pura.
No	 es	 casualidad	 que	 sea	 este	 escritor	 quien	 registre	 una	 genealogía	 que
legitima	 a	María	 como	 descendiente	 del	 rey	David.	 El	 apóstol	 Pablo,	 tiempos
después	 de	 estos,	 añade	 que	 el	 Señor	 fue	 “nacido	 de	 mujer”	 Gálatas	 4:4	 ,
evidenciando	 que	 en	 realidad	 el	 Señor	 Jesús	 no	 fue	 engendrado	 por	 hombre
alguno,	ya	que	según	la	promesa	antigua,	se	esperaba	era	la	simiente	de	la	mujer
y	no	la	simiente	del	hombre	quien	daría	salvación	y	expiaría	la	culpa	de	Adán	y
Eva	Génesis	3:15.
Por	su	parte,	el	Evangelista	Marcos	al	escribir	un	Evangelio	más	dinámico,	de
una	 vez	 menciona	 sin	 rodeos	 el	 origen	 Divino	 del	 Señor	 Jesús	 diciendo	 :
Principio	del	evangelio	de	Jesucristo,	Hijo	de	Dios	 .	Marcos	atribuye	al	Señor
Jesús,	el	derecho	sobre	una	herencia	divina	Marcos	1:1	,	mientras	que	Juan	no	solo
lo	menciona	 como	Hijo	de	Dios,	 sino	que	declara	 de	una	manera	 contundente
que	el	Cristo	es	Dios.	Juan	1:1	.
Entre	 los	 escritores	 de	 los	 evangelios,	 solo	 Mateo	 siendo	 un	 escritor	 con
lineamiento	más	nacionalista	y	en	virtud	de	las	promesas	hechas	a	los	antiguos,
menciona	al	Señor	como	poseedor	de	dos	herencias	humanas.	Mateo,	en	virtud
de	su	propósito	al	escribir	a	sus	compatriotas	judíos,	presenta	al	Maestro,	tanto
hijo	de	Abraham	como	de	David.	Esta	alusión	hecha	por	Mateo	en	su	 libro	es
bastante	directa	y	expresiva	en	relación	con	el	derecho	del	Señor	a	ser	heredero
de	la	promesa	de	la	bendición	de	todas	las	familias	de	la	tierra	(Abraham)	y	al
derecho	de	sentarse	sobre	el	 trono	de	David	para	un	reinado	Mesiánico.	Oseas
3:5
Dios	manifiesta	en	relación	con	el	origen	del	Cristo	unas	palabras	las	cuales
indican	una	 cantidad	de	verdades	 imposibles	 de	 eludir,	 y	menos	de	ocultar.	Él
dice	de	manera	categórica	con	respecto	a	Jesús	y	su	naturaleza:	“Mi	hijo	eres	tú,
yo	te	engendré	hoy	”	Salmos	2:7;	Hebreos	1:5	.
La	 expresión	 que	 utiliza	 Dios	 por	 medio	 del	 Salmista	 al	 mencionar	 la
expresión	 “hoy”,	 no	 debe	 ser	 considerada	 como	una	 concepción	 en	 un	 tiempo
determinado,	 sino	 como	 un	 eterno	 presente.	 Este	 hoy	 es	 representado	 por	 la
eternidad	 en	 donde	 fue	 concebido	 el	 Verbo	 como	 hijo,	 en	 el	 pensamiento	 de
Dios.	El	Verbo	como	concepción	de	la	primera	idea	de	Dios,	es	concebido	en	la
eternidad.	Antes	de	nacer	en	el	mundo	como	hombre,	ya	existía	y	como	tal	no	es
necesario	que	nazca	ya	que	existe	desde	siempre.	No	obstante,	la	misma	palabra
indica	un	 tiempo	en	el	que	el	Verbo	daría	paso	al	más	grande	de	 los	misterios
manifestados	 al	 hombre.	Dios	 el	Verbo	 viene	 al	mundo	 que	 desde	 antes	 había
creado	para	 nacer	 y	 convertirse	 en	 hijo	 humano,	 para	 cumplir	 con	 el	 proyecto
eterno	de	salvación.
El	Verbo	no	puede	ser	engendrado	de	manera	literal	ni	física,	sino	solo	en	el
misterio	 del	 pensamiento	 de	 Dios.	 El	 Verbo	 antes	 del	 tiempo	 no	 se	 llamaba
Verbo,	sino	que	compartía	un	mismo	nivel	horizontal	con	el	resto	de	la	Trinidad.
Todo	era	un	Dios	en	tres	personas.	La	expresión	“Yo	te	engendré	hoy”,	indica	el
momento	de	la	proyección	de	la	salvación	del	hombre.	Es	como	decir:	yo	te	pesé
hoy	o	te	diseñe	hoy,	de	modo	que	el	primer	pensamiento	de	Dios	en	la	eternidad
es	 la	creación	de	Cristo	y	para	que	este	asunto	fuese	posible,	el	que	vendría	al
mundo	en	forma	humana,	en	la	misma	eternidad	tomó	una	condición	inferior	a	la
otra	parte	de	Dios	y	tomó	el	nombre	de	“el	Verbo	de	Dios”.	Luego	de	este	evento
en	 la	 eternidad,	 en	 lo	 que	 a	 valor	 respecta,	 la	 parte	 de	 Dios	 que	mantuvo	 su
estado	original	tomó	el	nombre	de	Padre	eterno,	entendiendo	con	esto	que,	con
respecto	al	Señor	Jesús	o	al	Verbo,	el	que	hoy	es	Padre,	dejará	de	ser	Padre,	así
como	el	hijo	dejará	de	ser	hijo,	para	ser	como	siempre	ha	sido	en	la	eternidad	1ra
a	Corintios	15:27-28.
El	Verbo	hecho	carne	brotaría	de	una	mujer,	en	cumplimiento	con	la	palabra
dada	por	Dios	en	Génesis	3:15	para	ser	considerado	como	hijo	del	hombre,	pero
en	realidad	se	está	manifestando	es	el	nacimiento	de	Dios	por	medio	de	la	carne	2	
Es	evidente	que	si	Adán	no	hubiese	obedecido	a	la	voz	de	su	mujer	para	pecar,
no	hubiese	existido	la	necesidad	de	que	Dios	se	hiciese	Verbo,	ni	que	este	Verbo
se	hiciese	carne	para	salvar	al	hombre	3	,	sin	embargo,	al	decir	Dios	“tú	eres	mi
hijo”,	indica	la	procedencia	y	origen	divino	del	Señor.
Cualquier	 otra	 persona	 en	 el	 mundo	 que	 se	 llame	 hijo	 de	 Dios,	 puede	 que
tenga	 razón,	 pero	 no	 por	 ser	 engendrado	 a	 la	 manera	 de	 Cristo,	 pues	 aún	 la
iglesia,	 aunque	 también	 somos	 hijos,	 somos	 adoptados	 y	 no	 engendrados
Romanos	8:15	.	El	Cristo	es	llamado	el	Primogénito	de	Dios	por	ser	el	primero
entre	 muchos	 hijos.	 Si	 bien	 es	 cierto	 que	 somos	 adoptados	 por	 Dios,	 en
resumidas	cuentas	somos	hijos.	El	Señor	también	es	llamado	Unigénito	por	ser
el	único	engendrado	por	Dios;	distinción	la	cual	no	es	concedida	ni	siquiera	a	los
ángeles	de	Dios	que	están	en	el	cielo	4	(	Hebreos	1:5)	.
Como	ya	lo	hemos	mencionado,	es	una	cuestión	de	lógica	pensar	que	un	hijo
posea	 la	 naturaleza	 de	 aquel	 que	 lo	 engendra	 de	 la	manera	 que	 lo	 describe	 el
apóstol	 Juan	 en	 su	 primera	 carta	 1ra	 de	 Juan	 5:1-18.	 Es	 racional	 entender
entonces	que	un	gato	engendra	a	un	gato,	un	elefante	a	un	elefante,	un	hombre	a
un	hombre	y	Dios	engendra	a	Dios.	Si	el	Señor	Jesús	es	engendrado	por	Dios	no
solo	 es	 Hijo	 de	 Dios,	 sino	 que	 es	 Dios,	 pues	 comparte	 y	 mantiene	 la	 misma
naturaleza	de	aquel	que	lo	engendra	(La	iglesia	es	hija	por	adopción).
En	el	libro	de	los	Salmos	14:2-3	y	en	Ezequiel	22:30	se	anuncia	la	búsqueda	por
parte	 de	Dios	 de	 un	 hombre	 entre	 la	 humanidad	 toda,	 que	 hiciese	 la	 voluntad
perfecta	 del	 Padre	Eterno.	Tanto	 un	 versículo	 como	 el	 otro	manifiestan	 que	 la
búsqueda	fue	infructuosa,	sin	embargo,	cuando	el	Señor	Jesús	es	bautizado	por
Juan,	en	el	momento	de	salir	del	agua,	Lucas	menciona	que,	luego	que	el	Señor
hubo	hecho	una	oración,	los	cielos	se	abrieron	y	descendió	el	Espíritu	Santo	en
forma	de	paloma	5	y	se	escuchó	una	voz	del	cielo	que	decía:	“Tú	eres	mi	Hijo
amado;	en	ti	tengo	complacencia”	testificando	el	Dios	Eterno	y	tomando	como
testigos	a	la	creación	toda,	y	en	especial	a	los	seres	humanos,	el	origen	del	Señor
Jesús	Lucas	3:21-22.
Es	evidente	que	el	Cristo	se	encamina	a	cumplir	la	voluntad	perfecta	de	Dios
y	 el	 bautismo	 es	 un	 escalón	 para	 dicho	 propósito,	 acto	 este	 que	 mereció	 ser
reconocido	públicamente	por	Dios	como	su	“Hijo	amado”	y	añadiendo	a	esto	la
presencia	 misma	 del	 Espíritu	 Santo	 sobre	 su	 vida.	 La	 presencia	 del	 Espíritu
Santo	en	el	Señor	Jesús	le	valió	en	un	futuro	para	ser	declarado	por	todos	como
Hijo	de	Dios	según	el	Espíritu	de	Santidad	recibido	Romanos	1:4	y	más	aún	su
unción	como	Sacerdote	eterno.
El	concepto	manejado	por	los	hebreos	de	entonces	en	relación	con	la	palabra	“
hijo	”	tenía	un	tanto	valor	literal	como	metafórico.	Para	un	hebreo,	se	considera
al	uno	con	las	características	del	otro,	de	modo	que	al	decir	por	ejemplo	“hijo	de
consolación”,	 está	 manifestando	 que	 la	 persona	 en	 cuestión	 es	 dada	 a	 las
consolaciones.	En	 el	 caso	puntual	 de	 Jesús,	 los	 judíos	 interpretaron	 el	 término
literalmente.	No	solo	se	puede	decir	que	él	 tenga	 las	mismas	características	de
Dios,	 sino	 que	 el	 mismo	 Padre	 manifiesta	 haberlo	 engendrado.	 La	 Biblia
manifiesta	 que	 fue	 engendrado	 por	 el	Espíritu	 Santo	 de	Dios	 y	 por	 esta	 causa
será	llamadohijo	de	Dios	Lucas	1:35	.	Son	muy	valederas	las	palabras	del	Padre
eterno	al	decirle	a	Jesús:	“Yo	te	engendré	hoy”.
El	hoy	de	Dios,	es	también	un	eterno	hoy,	en	donde	se	manifiesta	una	idea	en
la	 eternidad,	 cuando	 una	 de	 las	 personas	 de	Dios	 se	 subordina,	 para	 tomar	 la
figura	del	Verbo	en	la	misma	eternidad	,	éste	mismo	Verbo,	en	el	tiempo	vendría
a	ser	Hijo,	pero	fue	ideado	o	engendrado	en	la	eternidad.
El	Maestro	manifestó	 a	 los	 judíos	 ser	Hijo	 de	Dios	 haciéndose	 uno	 con	 él.
Estos	 concluyeron	 por	 dicha	 declaración	 que	 el	 Señor	 estaba	 blasfemando,	 así
pues,	que	tomaron	piedras	y	procuraron	apedrearle.	El	Maestro	cuando	miró	la
intención	 de	 los	 judíos	 de	 apedrearle	 les	 hace	 una	 pregunta	 diciendo:	Muchas
buenas	 obras	 os	 he	mostrado	 de	mi	Padre;	 ¿por	 cuál	 de	 ellas	me	 apedreáis?
Juan	10:32	,	los	judíos	en	respuesta	a	la	pregunta	dijeron:	Por	buena	obra	no	te
apedreamos,	sino	por	la	blasfemia;	porque	tú,	“siendo	hombre,	te	haces	Dios”.
Juan	10:33	.
Jesús	en	ningún	momento	dijo	literalmente	ser	Dios,	pero	en	realidad	no	tenía
necesidad	 de	 hacerlo,	 los	 judíos	 conocedores	 del	 lenguaje	 de	 esos	 tiempos
entendieron	a	cabalidad	a	qué	se	refería	el	Señor	con	decir	ser	Hijo	de	Dios.	Es
evidente	que	el	pueblo	hebreo	le	dio	una	lectura	coherente	a	las	palabras	dichas
por	el	Maestro.	En	lo	personal,	considero	que	si	el	Señor	no	decía	la	verdad	al
asegurar	 que	 era	 Hijo	 de	 Dios,	 entonces	 habían	 razones	 suficientes	 en	 la
intención	de	los	judíos	en	considerar	esta	declaración	como	una	blasfemia.	Nadie
puede	atribuirse	lo	que	Jesús	se	atribuyó	y	ser	sin	culpa,	a	menos	que	estuviese
diciendo	la	verdad,	como	en	efecto	lo	estaba	haciendo.
En	 la	 ocasión	 en	 que	 el	 Maestro	 fue	 llevado	 ante	 los	 ancianos	 y	 el	 sumo
sacerdote	 para	 ser	 juzgado,	 no	 se	 le	 cuestionaba	 por	 una	 cosa	 distinta	 a	 su
naturaleza.	El	 juicio	en	contra	del	Señor	se	haría	con	base	en	 lo	que	él	mismo
declarara	ser	en	relación	con	su	origen.
El	sumo	sacerdote,	luego	de	insistir	mucho	con	el	Señor,	en	un	momento	dado
le	volvió	a	preguntar:	“Eres	tú	el	Cristo	el	Hijo	del	Bendito”,	Marcos	14:61	.	Esta
palabra	es	semejante	a	la	que	ya	habían	usado	antes	los	judíos	al	decirle	que	no
les	turbara	más	el	alma	en	relación	con	su	origen	“Y	le	rodearon	los	judíos	y	le
dijeron:	 ¿Hasta	 cuándo	 nos	 turbarás	 el	 alma?	 Si	 tú	 eres	 el	 Cristo,	 dínoslo
abiertamente”.	Juan	10:24.
Estas	 preguntas	 hechas	 tanto	 por	 los	 judíos	 como	 por	 los	 sacerdotes
obtuvieron	de	parte	del	Señor	la	misma	respuesta	y	por	la	respuesta	dada,	tanto
los	unos	como	los	otros	consideraron	necesaria	 la	muerte	del	Señor	por	pensar
que	era	una	blasfemia,	pues	se	hacia	Dios	al	responder	de	la	forma	como	lo	hizo.
La	 pregunta	 formulada	 por	 los	 ancianos	 en	 el	 interrogatorio	 hecho	 en	 su
tribunal	era	totalmente	distinta	a	la	causa	por	la	cual	el	Maestro	es	llevado	ante
Pilato	por	los	mismos	acusadores.	Allí	los	judíos	lo	presentaron	ante	Pilato	como
una	 persona	 que	 se	 hacía	 pasar	 como	 el	 Rey	 de	 Israel.	 Sabemos	 con	 mucha
claridad	que	Pilato,	como	representante	del	 imperio	romano,	no	 tenía	nada	que
ver	con	cuestiones	religiosas	del	pueblo	judío,	pero	sí	tenía	responsabilidad	de	lo
que	aconteciese	en	el	orden	político.
Los	sacerdotes	hebreos	también	sabían	de	antemano	que	Pilato	no	haría	nada
con	respecto	a	la	religión	de	ellos,	sin	embargo	llevaron	al	Maestro	ante	él,	con
la	sola	intención	de	crear	un	conflicto	político	que	obligase	al	gobernador	Pilato
a	 tomar	 una	 decisión	 contundente	 y	 a	 su	 favor	 en	 este	 caso,	 y	 conseguir	 la
muerte	 del	 Maestro	 por	 manos	 del	 gobernador.	 Fue	 tanto	 el	 empeño	 de	 los
ancianos	 en	 involucrar	 al	 gobernador	 que	 cuando	 este	 hace	 su	 análisis	 del
problema,	no	encontró	culpabilidad	en	el	Señor,	sin	embargo	ellos	apelaron	a	su
propósito	y	le	dijeron	al	gobernador:	“Si	sueltas	a	este	no	eres	amigo	de	César,
pues	quien	se	hace	rey,	a	César	se	opone”	Juan	9:12.	A	juicio	de	los	ancianos,	ya
ellos	habían	decidido	que	el	Señor	debía	morir	por	causa	de	lo	que	consideraban
una	blasfemia	el	hacerse	Hijo	de	Dios.	Marcos	14:64	.
La	 respuesta	 del	Maestro	 al	 aseverar	 que	 era	 el	Hijo	 del	Bendito,	 como	 en
realidad	 lo	es,	causó	gran	conmoción	en	medio	de	 la	 reunión	de	esa	noche.	El
sumo	 sacerdote	 consideró	 propio	 rasgar	 sus	 vestiduras	 sacerdotales	 para
demostrar	 el	 repudio	 contundente	 por	 la	 declaración	 del	 Señor.	 Entre	 los
sacerdotes	 judíos	 y	 el	 diablo	 en	 el	 día	 de	 la	 tentación	 no	 había	 ninguna
diferencia.	Tanto	el	diablo,	como	los	ancianos	del	pueblo	y	el	sumo	sacerdote	le
decían:	“Dinos	si	eres	el	Hijo	de	Dios”.
	
El	Hijo	del	Bendito
¿De	quién	en	realidad	es	hijo	el	Cristo?	Esta	pregunta	la	hizo	el	mismo	Cristo
a	los	judíos	que	conocían	perfectamente	la	profecía.	El	Maestro	quería	tener	una
opinión	 de	 los	 fariseos	 en	 relación	 con	 la	 procedencia	 del	 Cristo.	 Ellos	 sin
titubear	 y	 sin	 saber	 la	 causa	 de	 la	 pregunta	 contestaron	 en	 conformidad	 de	 su
conocimiento	 y	 dijeron:	 de	 David.	 Jesús	 en	 razón	 de	 la	 respuesta	 hizo	 otra
pregunta	a	la	cual	ya	no	pudieron	dar	respuesta.	Él	les	preguntó:	Entonces	si	es
hijo	de	David,	cómo	este	(David)	por	el	Espíritu	le	llama	Señor.	Mateo	22:41-44	.
Muy	acertada	la	pregunta	del	Maestro,	pues	en	nada	resulta	normal	que	un	padre
llame	al	hijo	Señor,	considerándole	mayor	a	sí	mismo.
No	había	manera	de	que	 los	 fariseos	pudiesen	dar	 respuesta	a	esta	pregunta
tan	comprometedora	sin	errar	en	la	misma,	de	manera	que	prefirieron	callar.	La
respuesta	primera	dejó	ver	con	claridad	el	concepto	humano	que	tenían	ellos	del
origen	 verdadero	 del	 Mesías,	 pero	 al	 considerar	 que	 el	 Mesías	 era	 Señor	 de
David,	el	cual	era	dueño	de	la	promesa	mesiánica,	era	un	asunto	que	se	escapaba
del	entendimiento	y	razonamiento	lógico	y	teológico	de	los	fariseos.
Como	en	ciertos	casos	resulta	entre	nosotros	con	un	tema	en	especial,	tal	vez
ellos	 sí	 entendieron	 la	 pregunta,	 pero	 era	 una	 de	 estas	 respuestas	 que	 resulta
mejor	no	responder	ya	que	sería	aceptar	la	equivocación	que	se	tiene	de	muchos
años	en	un	tema	en	especial	y	como	consecuencia,	tener	que	desandar	el	camino
ya	recorrido.
El	Maestro	no	 contradijo	 a	 los	 fariseos	 en	 su	declaración	que,	 dicho	 sea	de
paso,	estaban	en	lo	cierto.	La	pregunta	del	Cristo	no	estaba	dirigida	a	desmentir
la	respuesta	de	ellos,	solo	les	pidió	una	explicación	a	este	asunto	tan	misterioso,
pues	en	realidad	ellos	dijeron	lo	cierto	en	relación	con	una	herencia	humana	del
Cristo,	el	cual	es	heredero	del	trono	de	David,	Lucas	1:32-33	.	Lo	que	ellos,	no
podían	 ni	 pueden	 explicar	 aun	 es	 el	 origen	 divino	 del	 Maestro	 y	 Mesías.	 El
hecho	de	que	el	Maestro,	aun	siendo	hijo	de	David,	también	sea	su	Señor,	indica
con	 evidencia	 que	 es	 superior	 a	 éste	 y	 que	 por	 invitación	 del	 Padre	 puede
sentarse	 a	 la	 derecha	 de	 Dios,	 compartiendo	 el	 mismo	 trono	 con	 él.	 Este
acontecimiento	le	da	un	estatus	divino	al	Mesías,	quien	se	sienta	a	la	diestra	del
Padre	Eterno.
Uno	 de	 los	 primeros	 en	manifestar	 abiertamente	 a	 todos	 la	 procedencia	 del
Maestro	 a	 los	 hombres	 por	 mandamiento	 de	 Dios	 fue	 Juan	 el	 Bautista.	 Juan
testificó	 de	manera	 contundente	 que	 la	 procedencia	 del	Maestro	 era	 del	 cielo.
Esto	lo	hizo	tanto	a	los	demás	habitantes	del	país	Mateo	3:11	como	de	manera
particular	a	sus	discípulos,	Juan	3:30-35.	Estos	acontecimientos	fueron	utilizados
por	el	Maestro	en	su	debido	momento	para	hablar	de	su	autoridad	y	origen.	Los
ancianos	de	los	judíos,	por	causa	de	la	limpieza	del	templo,	preguntaron	al	Señor
qué	 autoridad	 tenía	 para	 hacer	 lo	 que	 hizo	 en	 el	 templo,	 a	 lo	 que	 Jesús	 no
respondió	 de	manera	 directa,	 sino	 que	 hurgó	 el	 concepto	 que	 tenían	 ellos	 del
bautismo	de	Juan	y	les	preguntó	si	dicho	bautismo	era	del	cielo	o	de	los	hombres
Mateo	21:23-27.
Este	acontecimiento	es	digno	de	ser	tomado	en	consideración.Los	sacerdotes
y	los	ancianos,	aunque	sabían	que	Juan	era	profeta,	no	lo	quisieron	aceptar	y	por
tal	 razón	 no	 podían	 decir	 que	 su	 bautismo	 era	 de	 los	 hombres.	 Si	 ellos
contestaban	 de	 esta	manera	 irían	 también	 en	 contra	 de	 un	 concepto	 que	 ya	 el
pueblo	tenía	de	Juan	y	de	su	autenticidad	como	profeta.	Por	otro	lado,	declarar
abiertamente	 que	 Juan	 era	 un	mensajero	 del	 cielo	 traería	 como	 consecuencia,
entre	 otras	 cosas,	 reconocer	 igualmente	 la	 autenticidad	 de	 Jesús	 como
proveniente	de	Dios	a	la	manera	como	Nicodemo	junto	con	otros	fariseos	ya	lo
habían	aceptado	de	manera	encubierta.	Juan	3:1-2	.
Juan	había	presentado	al	Maestro	como	venido	del	cielo,	como	“El	Cordero	de
Dios	que	quita	el	pecado	del	mundo”	Juan	1:29-30.	Juan	manifestó	también	la
preexistencia	del	Cristo	al	declarar	que	el	Señor	era	antes	que	él,	de	modo	que
reconocer	a	Juan	como	profeta	era	 reconocer	 todo	 lo	que	dijo	en	su	ministerio
profético	y	entre	estas	cosas,	estaba	la	causa	de	la	autoridad	de	Jesús	al	limpiar	y
sacar	los	vendedores	del	templo.
Según	el	pensamiento	de	 los	ancianos,	si	ellos	decían	que	este	bautismo	era
del	cielo,	entonces	Jesús	les	peguntaría.	“Porqué	pues	no	le	creíste”	y	esto	indica
creer	todo	lo	que	Juan	dijo,	incluyendo	su	testimonio	del	origen	divino	del	Señor
Jesús.
En	el	mundo	antiguo	muchos	pueblos,	por	no	decir	todos,	manejaban	la	idea
de	que	Dios	 tenía	hijo.	Este	asunto,	por	 lo	que	ya	hemos	explicado	antes,	está
estrechamente	 relacionado	 con	 el	 conocimiento	 que	 tenían	 los	 pueblos	 y	 las
culturas	del	nacimiento	del	hijo	de	la	mujer.	El	nacimiento	de	un	hombre,	daría
muerte	a	la	serpiente	antigua.	No	era	desconocido.	Por	tal	razón	vemos	cómo	en
el	momento	en	que	Nabucodonosor	ve	a	cuatro	personas	en	lugar	de	los	tres	que
lanzaron	 en	 el	 horno	 de	 fuego,	 no	 vaciló	 en	 aseverar	 que	 el	 cuarto,	 según	 las
propias	palabras	de	Nabucodonosor,	era	semejante	al	hijo	de	 los	dioses	Daniel
3:24-25	.
	
Jesús	es	tentado	como	Dios	y	como	hombre.
Son	 muchas	 las	 referencias	 que	 encontramos	 en	 la	 Biblia	 en	 las	 cuales	 se
evidencia	 la	 naturaleza	 divina	 del	 Cristo.	 En	 dichos	 acontecimientos	 están
involucrados	muchos	actores	de	diferentes	naturalezas	pero	todos,	ya	sea	de	una
manera	u	otra,	han	logrado	entender	la	procedencia	divina	del	Maestro,	en	donde
se	 le	 reconoce	 como	 hijo	 de	 Dios,	 considerándole	 igual	 a	 Dios	 con	 estas
declaraciones.
Dios	no	puede	ser	tentado,	ni	él	tienta	a	nadie	Santiago	1:13	.	La	intención	de
Satanás	al	 tentar	 al	Señor	en	 su	condición	humana	era	con	 la	 finalidad	de	que
éste	manifestase	 su	naturaleza	divina.	Conforme	al	 planteamiento	de	Santiago,
sabemos	que	el	hombre	es	tentado	cuando	es	atraído	por	sus	propios	deseos	o	en
su	defecto,	por	una	necesidad	apremiante	como	es	el	caso	del	Señor.	El	Maestro,
estando	 en	 necesidad	 de	 comer,	 fue	 tentado	 a	 producir	 pan	 de	 una	 manera
extraordinaria	 para	 suplir	 su	 necesidad	 (hambre)	 en	 medio	 del	 desierto.	 Sin
embargo,	 vemos	 como	 el	 enemigo	 se	 atrevió	 a	 presentar	 una	 tentación	 más
profunda	 y	 significativa,	 la	 cual	 abarca	 conceptos	 y	 espacios	 aún	 mayores.
Satanás,	 al	 ver	 infructuoso	 su	 primer	 intento	 en	 relación	 con	 la	 necesidad	 que
tenía	el	Señor	de	comer,	le	instó	a	que	probara	si	lo	que	Dios	decía	en	su	palabra
profética	de	él	era	verdad	y	le	pidió	que	se	lanzara	del	pináculo	del	templo.
Satanás,	 viendo	 frustrado	 su	 nuevo	 intento,	 se	 reformuló	 la	 estrategia	 y
ofreció	grandes	riquezas	al	dueño	de	las	riquezas.	El	enemigo	sabía	que	el	Señor
también	humanamente	hablando,	era	Rey,	ya	que	era	el	hijo	de	David	y	heredero
directo	del	trono	prometido	de	David.	En	realidad,	la	tentación	giró	en	virtud	de
las	palabras	dichas	por	el	tentador,	las	cuales	entre	una	y	otra	cosa	afirmaban	y
proponían:	“Si	eres	el	Hijo	de	Dios”	en	otras	palabras	Satanás	estaba	retando	al
Señor	que	demostrara	su	divinidad.
Si	 alguien	 de	 entre	 los	 seres	 creados	 conocía	 esta	 procedencia	 y	 origen	 del
Señor	era	precisamente	este	personaje.	Satanás	en	un	tiempo	vivió	en	el	cielo	y
por	decirlo	de	algún	modo,	conocía	al	Señor,	él	era	el	que	más	cerca	estaba	del
Señor	al	 ser	el	ángel	protector	y	conocía	su	 imagen	humana,	Juan	14:8-9	 .	 Ya
nuestro	 adversario	 sabe	 que	 la	 procedencia	 del	 Señor	 Jesús	 no	 era	 de	 los
hombres	 sino	 del	 cielo	 y	 que	 era	 el	 Hijo	 del	 Dios	 eterno,	 pues	 es	 la	 misma
imagen	que	había	visto	en	el	cielo	antes	de	pecar	y	por	tal	razón	vino	en	persona
a	tentarlo.
Este	 momento	 era	 una	 ocasión	 especial	 la	 cual	 no	 quería	 desperdiciar	 el
diablo.	 Para	 que	 la	 tentación	 tuviese	mayor	 probabilidad	 de	 ser	 más	 efectiva,
Satanás	apeló	precisamente	a	la	naturaleza	divina	del	Cristo,	diciéndole:	“Si	eres
Hijo	de	Dios”	entonces	demuéstralo.
Si	 Satanás	 lograba	 que	 el	 Señor	 hiciera	 uso	 de	 su	 naturaleza	 divina	 en	 el
momento	de	una	necesidad	terrenal	y	humana,	el	propósito	trazado	por	Dios	de
que	 el	 Hijo	 venciera	 como	 hombre	 no	 sería	 logrado.	 El	 adversario	 en	 su
conocimiento	de	 la	 naturaleza	divina	del	Maestro,	 quiso	 sacar	 provecho	 a	 esta
situación,	pues	él	trató	de	vencer	y	matar	a	un	Verbo	con	figura	de	hombre	en	el
principio	en	el	cielo	y	vio	que	fue	imposible.	Ahora	que	lo	veía	en	la	tierra,	no
solo	como	imagen	de	hombre,	sino	en	condiciones	mismas	de	hombre	e	inferior
a	los	ángeles,	le	tendió	una	emboscada,	utilizando	las	verdades	de	la	palabra	en
donde	 se	 manifiesta	 la	 ayuda	 de	 Dios	 al	 Hijo	 cuando	 viniese	 a	 la	 tierra.
Interpretó	Satanás	el	Salmo	noventa	y	uno	como	un	salmo	mesiánico	y	lo	citó	al
Maestro	para	tratar	de	lograr	su	objetivo.
Dios	 no	 puede	 ser	 tentado,	 sabemos	 que	 Dios	 no	 padece	 ningún	 tipo	 de
necesidades,	sin	embargo,	la	condición	presentada	por	el	Señor	Jesús	en	la	tierra,
donde	 él	 se	 presenta	 con	 dos	 naturalezas	 simultaneas	 en	 un	 mismo	 cuerpo,
mismo	 tiempo	 y	mismo	 espacio,	 hacen	 posible	 que	 una	 de	 las	 naturalezas	 sea
afectada	por	 una	necesidad	 imperante.	Si	 Jesús	 es	 tentado	por	 la	 necesidad	de
comer	 a	 causa	 de	 los	 cuarenta	 días	 de	 ayuno,	 en	 realidad	 fue	 su	 naturaleza
humana	 la	 que	 fue	 tentada,	 pero	 el	 hecho	 de	 que	 el	 enemigo	 le	 dijera	 que
convirtiese	 las	 piedras	 en	 pan,	 estaba	 procurando	 que	 utilizase	 su	 naturaleza
divina	para	resolver	un	asunto	natural	y	humano.
El	uso	de	Satanás	del	Salmo	noventa	y	uno	en	relación	con	el	Mesías	es	una
prueba	 de	 interpretación	 fehaciente	 de	 que	 en	 realidad	 este	 personaje	 no	 tenía
necesidad	de	que	el	Maestro	le	demostrara	que	era	el	Hijo	de	Dios	que	habría	de
venir	 al	 mundo	 a	 herirle	 la	 cabeza,	 pues	 su	 misma	 interpretación	 le	 hace
conocedor	 de	 este	 asunto,	 aplicándole	 un	 comentario	 del	 Salmo	 al	 Maestro,
como	diciéndole:	 “	 lo	 que	 dice	 este	 salmo	 es	 contigo	”	 y	 Satanás	 sabe	 que	 lo
escrito	en	la	Biblia	es	verdad	y	tiene	estricto	cumplimento.
La	tentación	de	nuestro	enemigo	al	Maestro	no	estaba	solamente	supeditada	a
la	comida.	Eso	solo	fue	el	comienzo.	Después	de	esto	llevó	a	Jesús	al	pináculo
del	templo	y	le	dijo	que	se	lanzara	6	.	Es	allí	donde	usa	precisamente	la	profecía
del	Salmo	91:11-12	y	al	no	poder	con	esto,	pidió	al	Señor	que	le	adorase	y	tendría
todas	las	riquezas	del	mundo.
El	 tentador	 sondeó	 al	Maestro	 en	 lo	 que	 un	 hombre	más	 desea	 como	 es	 la
comida,	 la	 fama,	 el	 dinero	 y	 una	 vida	 perdurable,	 tratando	 de	 desenfocar	 al
Cristo	de	su	verdadero	propósito.	Lo	infructuoso	del	plan	del	diablo	en	no	poder
ganar	 en	 los	 dos	 intentos	 para	 que	 Cristo	 manifestase	 su	 poder	 divino	 en
convertir	 las	 piedras	 en	 pan	 y	 en	 saltar	 del	 pináculo,	 trató	 de	 ganarle	 en	 su
humanidad	al	ofrecerle	todo	lo	que	el	mundo	tiene,	pero	tampoco	lo	logró.
Después	de	la	terrible	tentación	sufrida	por	nuestro	Salvador,	los	evangelistas
Mateo	 y	 Marcos,	 relatan	 que	 los	 ángeles	 vinieron	 y	 servían	 al	 Señor,
demostrandocon	esto	la	divinidad	del	Señor,	pues	los	ángeles	sirven	solo	a	Dios.
En	otros	escenarios,	pero	con	seres	de	la	misma	naturaleza,	vemos	como	los
demonios	 cuando	 ven	 al	 Señor	 en	 la	 tierra	 de	 una	 manera	 más	 personal,	 al
momento	 lo	 reconocen	y	manifiestan	 lo	que	conocen	de	él.	Los	demonios	que
habitaban	el	cuerpo	de	los	Gadarenos	llamaron	al	Maestro	“hijo	de	Dios”	Mateo
8:29	,	Marcos	dice	que	lo	llamaron	“Hijo	del	Altísimo”	Marcos	5:7	y	Lucas	une
las	 palabras	 dichas	 por	Mateo	 y	Marcos	 al	 mencionar	 la	 expresión	 “Hijo	 del
Dios	Altísimo”	Lucas	8:28.	Estos	tres	evangelistas	hacen	alusión	al	encuentro	de
Jesús	con	estos	demonios,	los	cuales	de	una	misma	vez	se	dieron	cuenta	de	que
era	 el	Hijo	de	Dios,	pues	 su	 conocimiento	de	 las	 cosas	 en	el	mundo	espiritual
permitía	ver	cosas	que	humanamente	pocos	en	la	tierra	habían	logrado	ver.
Ciertamente	no	 son	 los	demonios	 la	mejor	 referencia	que	podamos	 tener	en
relación	 con	 un	 evento	 verdadero,	 sin	 embargo,	 no	 es	 la	 iniciativa	 de	 ellos
reconocer	 la	 divinidad	 del	 Señor,	 sino	 que	 están	 obligados	 por	 su	 propia
naturaleza	 angelical	 a	 hacer	 tal	 reconocimiento.	 Los	 demonios	 tienen	 presente
que,	entre	las	causas	por	las	cuales	el	Señor	venía	a	la	tierra,	una	de	ellas	era	dar
muerte	 a	 la	 serpiente	 y	 esto	 indicaba	 también	 la	 condenación	 eterna	 para	 los
seguidores	de	dicha	serpiente	(Satanás),	entre	los	cuales	están	los	ángeles	caídos
o	demonios	Mateo	25:41	.	7
De	 modo	 que	 en	 este	 caso	 y	 por	 estas	 razones,	 estos	 seres	 angelicales	 se
convierten	 en	 un	 punto	 de	 referencia	 para	 ser	 considerados.	 Estos	 no	 solo	 lo
reconocieron,	 sino	que	 también	 se	 arrodillaron	delante	 de	 él	manifestando	 con
esto	la	procedencia	divina	del	Señor	Jesús,	Marcos	5:6.
Hablando	en	otras	 latitudes	y	 en	 términos	ya	más	humanos,	 es	muy	clara	y
evidente	 la	 forma	en	que	se	comportaban	 los	propios	discípulos	del	Señor	a	 la
hora	 de	 manifestar	 su	 respeto	 delante	 de	 él.	 En	 algunas	 ocasiones,	 estos
discípulos	adoran	a	la	persona	del	Maestro.	Lo	más	curioso	no	es	que	ellos	traten
de	 adorarlo,	 pues	 eso	 lo	 puede	 hacer	 cualquiera	 con	 cualquiera.	 Lo	 más
interesante	 del	 asunto	 en	 cuestión	 es	 que	 el	 Maestro	 no	 se	 rehusase	 a	 la
adoración	ofrecida	por	ellos.
El	Cristo	acepta	sin	ninguna	vacilación	la	adoración	de	sus	discípulos.	Si	esto
es	 posible,	 no	 hay	 nada	más	 que	 discutir.	 Jesucristo	 es	Dios.	 Nadie	 aparte	 de
Dios	debe	ser	adorado	ni	recibir	adoración.	Apocalipsis	19:10,	Mateo	4:10.
Jesús	 andaba	 buscando	 una	 oportunidad	 para	 declarar	 a	 sus	 discípulos	 la
necesidad	de	su	muerte	para	el	cumplimiento	de	su	propósito	en	 la	 tierra.	Para
tales	 efectos,	 él	 los	 aborda	 con	 una	 pregunta	 en	 relación	 con	 su	 naturaleza	 y
origen,	 y	 para	 llegar	 a	 su	 verdadera	 intención,	 preguntó	 del	 concepto	 que	 los
hombres	tenían	de	su	persona,	al	preguntar	y	cito	:	¿Quién	dicen	los	hombres	que
es	 el	Hijo	 del	Hombre?,	 la	 respuesta	 entre	 ellos	 fue	 :	Unos,	Juan	 el	 Bautista;
otros,	Elías;	y	otros,	Jeremías,	o	alguno	de	los	profetas	.
Luego	de	la	respuesta	de	los	discípulos,	otra	pregunta	la	cual	en	realidad	es	el
centro	de	la	interrogante	en	la	conversación	se	apresura	de	parte	de	Cristo	hacia
sus	 alumnos,	 la	 cual	 dice:	 ¿y	para	ustedes	quién	 soy?	Mateo	16:13-17.	 Es	 allí
cuando,	 según	 las	 palabras	 del	 mismo	 Cristo,	 ocurre	 la	 revelación	 del	 Padre
hacia	el	 apóstol	Pedro.	Éste	declara	 sin	 titubeos:	Tú	eres	el	Cristo,	 el	Hijo	del
Dios	viviente	Mateo	16:16.
Al	igual	que	Pedro,	otro	de	sus	discípulos	llamado	Natanael	también	hizo	la
misma	 afirmación	 en	 relación	 con	 el	 tema	 Juan	 1:49-51.	 Por	 causa	 de	 esta
declaración,	el	Maestro,	aunque	no	le	ofreció	una	bienaventuranza	como	a	Pedro
ni	 le	dijo	que	era	una	 revelación	del	Padre,	 sin	embargo	 le	prometió	de	ahí	en
adelante	las	revelaciones	del	cielo	8	.
Es	 interesante	 entender	 que	 no	 fue	 Pedro	 el	 que	 interpretó	 por	 su	 propia
cuenta	 que	 la	 revelación	 recibida	 viniese	 del	 Padre.	 Es	 el	 mismo	 Jesús	 quien
hace	la	declaración	del	asunto,	dando	por	sentado	que	el	apóstol	Pedro	estaba	en
lo	cierto	en	su	apreciación	en	relación	con	el	origen	del	Maestro.
De	 la	misma	manera	 como	el	Padre	 reveló	 a	Pedro	 la	 naturaleza	divina	del
Cristo,	 también	 ha	 revelado	 al	 resto	 de	 la	 iglesia	 tan	 grande	 secreto.	 Si	 este
asunto	fue	revelado,	es	porque	estaba	escondido	y	si	estaba	escondido,	entonces
era	un	misterio	muy	bien	guardado.	Lucas	10:22.
	
C.-	¿Quiénes	y	por	qué	adoran	al	Señor	en	la	tierra?
Desde	el	mismo	nacimiento	del	Cristo,	Dios	estaba	demostrando	su	naturaleza
divina.	Aparte	de	la	adoración	en	los	aires	de	parte	de	los	ángeles,	vinieron	desde
muy	lejanas	tierras	sabios	para	ofrecerle	presentes	y	para	adorarle.	Ciertamente,
las	palabras	con	las	cuales	los	sabios	describieron	al	recién	nacido	fue	“Rey	de
los	 judíos”,	 definiendo	 con	 las	 mismas	 que	 el	 niño	 también	 era	 hombre.	 Los
sabios	 venidos	 del	 oriente	 utilizaron	 otra	 palabra	 para	 describir	 a	 la	 misma
persona	del	Señor,	la	cual	indica	otro	orden	de	ideas	en	su	propósito	y	visita.	Al
manifestar	la	causa	de	su	venida	dijeron:	“Hemos	venido	para	adorarle”	.
Es	evidente	que	estos	orientales,	entendieron	la	visita	de	Dios	a	la	tierra	en	la
persona	del	niño	que	estaba	recién	nacido	Mateo	2:2.	Al	decir	ellos,	“Venimos	a
adorar	al	Rey	de	los	judíos”	estaban	indicando	la	naturaleza	divina	y	humana	del
Señor	Jesús.
Las	personas	que	venían	del	 oriente	 son	 llamados	magos	por	 la	 versión	del
1960.	 Otras	 versiones	 los	 llaman	 sabios.	 Ellos	 no	 eran	 personas	 común	 y
corriente.	Eran	estudiosos	de	las	profecías	y	de	la	palabra	de	Dios.	Muchos	eran
los	pueblos	que	 tenían	 la	 esperanza	de	ver	 al	Hijo	de	Dios.	De	 la	manera	que
Simeón	 el	 anciano	 reconoció	 al	 Señor	 entre	 los	 hebreos	Lucas	 2:25	 ,	 también
entre	los	gentiles	fue	reconocido	el	nacimiento	el	Rey	del	universo	por	los	sabios
que	llegaron	del	oriente.
¿Quién	conocerá	algo	de	tanta	importancia	y	no	lo	compartirá?	presumo	que
estos	 visitantes	 advirtieron	 en	 sus	 lugares	 de	 origen	 el	 nacimiento	 del	 hijo	 de
Dios	 entre	 los	 hombres;	 la	 promesa	 hecha	 en	 el	 huerto	 del	 Edén	 para	 la
humanidad	se	había	cumplido,	Dios	se	había	hecho	carne	y	había	testificado	de
este	acontecimiento	a	judíos	y	a	gentiles.
El	 hecho	 de	 que	 estas	 personas	 recién	 llegadas	 se	 manifestaran	 como
adoradores	del	niño	que	había	nacido	no	es	cosa	que	se	deba	pasar	por	alto.	Este
asunto	 posee	 una	 carga	 semántica	 muy	 grande,	 ya	 que	 ellos	 no	 adorarían	 a
cualquiera,	 sino	 que	 esperaban	 el	 nacimiento	 de	 Dios	 entre	 los	 hombres	 e
hicieron	 un	 recorrido	muy	 largo	 para	 venir	 hasta	 él	 y	 ofrecerle	 adoración.	 Por
manifestarlo	de	alguna	manera,	estos	sabios	eran	una	delegación	de	los	gentiles
que	daban	la	bienvenida	al	mundo	al	Hijo	de	Dios,	cosa	que	muchos	judíos	no
hicieron.
Los	 escritos	más	 antiguos,	 como	 es	 el	 caso	 del	 libro	 de	 Job,	 nos	 hablan	 de
personas	que	desde	tiempos	remotos	conocen	de	la	existencia	del	Dios	Altísimo
y	 a	 dichas	 personas	 se	 les	 conoce	 como	 “orientales”.	 Siendo	 considerado	 el
mimo	protagonista	del	libro,	como	“El	más	grande	de	los	orientales”	Job	1:3	y
según	narra	la	historia	de	los	reyes	de	Judá,	al	momento	de	comparar	la	sabiduría
de	Salomón	entre	los	hombres,	se	le	consideró	superior	a	todos	los	orientales	y
cito:	“Y	Dios	dio	a	Salomón	sabiduría	y	prudencia	muy	grandes,	y	anchura	de
corazón	como	la	arena	que	está	a	la	orilla	del	mar.	Era	mayor	la	sabiduría	de
Salomón	que	la	de	todos	los	orientales,	y	que	toda	la	sabiduría	de	los	egipcios”
1ra	de	Reyes	4:29-30.
Me	permito	hacer	 este	 análisis,	 para	 incluir	 a	 estos	 sabios	 del	 oriente	 como
hombres	temerosos	de	Dios	y	que	esperaban	el	cumplimiento	de	la	promesa,	de
tal	manera	que	su	adoración	tal	vez	no	era	producto	de	la	idolatría	imperante	en
aquelloslugares	lejanos	de	la	ley	hebrea,	sino	de	la	revelación	del	Dios	eterno	a
toda	la	humanidad	en	relación	con	el	nacimiento	de	su	Hijo	en	el	mundo,	el	cual
desde	tiempos	remotos	había	sido	ofrecido	a	la	humanidad	toda,	razón	suficiente
para	que	también	los	gentiles	esperasen	en	su	ley	para	ser	liberados.
Continuando	entre	los	hombres,	vemos	a	los	discípulos	del	Señor	que	estaban
en	 la	 barca	 y	 le	 reconocieron	 como	 Dios.	 Ellos	 de	 inmediato	 ofrecieron
adoración	 por	 lo	 que	 estaban	 viendo.	 Como	 ya	 lo	 hemos	 mencionado,	 no
encontramos	en	este	pasaje	ni	en	ningún	otro	que	el	Maestro	haya	rechazado	ésta
ni	ninguna	adoración	Mateo	14:33	;	antes	bien,	dicha	adoración	fue	recibida	por	el
Cristo	sin	ningún	tipo	de	vacilaciones.
Luego	 de	 la	 resurrección	 del	 Señor	 de	 entre	 los	muertos,	 Tomás	 el	Dídimo
también	reconoció	y	manifestó	la	deidad	de	Jesucristo	al	llamarlo	:	“	Señor	mío	y
Dios	mío	”	1	.
Jesús	no	era	un	hombre	que	amase	apoderarse	de	lo	que	no	era	suyo,	de	modo
que	si	él	aceptó	que	alguien	se	postrase	delante	de	él	para	adorarlo,	entonces	es
por	cuanto	se	reconoce	digno	de	adoración.	Este	asunto	mencionado	no	sucedió
solo	 en	 una	 oportunidad	 como	para	 que	 podamos	decir	 que	 fuese	 producto	 de
una	confusión,	también	el	hombre	que	era	ciego	de	nacimiento,	luego	de	recibir
sanidad	se	postró	a	su	pies	y	le	adoró	como	a	Dios	y	el	Maestro	ni	le	reprendió	ni
rehusó	de	esta	adoración	Juan	9:35-38.
	
¿Quiénes	lo	reconocieron	en	la	tierra	como	Dios?
C-1.-	Los	ángeles
En	relación	con	el	tema	y	la	participación	de	los	ángeles	en	la	adoración	del
Cristo,	 el	 asunto	 toma	 un	 nivel	 de	 mucha	 mayor	 proporción.	 Ya	 no	 estamos
limitándonos	 a	 los	 acontecimientos	 puramente	 humanos,	 sino	 que	 ahora	 se
trasciende	a	otros	niveles,	en	seres	mucho	más	poderosos	e	inteligentes	que	los
hombres.	Estos	adoran	al	Hijo	eterno	de	Dios.
Los	ángeles,	como	habitantes	del	mismo	cielo,	conocen	de	primera	mano	de
qué	 se	 trata	 el	 asunto	 y	 aunque	 ciertamente	 puedan	 mirar	 al	 Maestro	 en
condición	de	hombre	y	no	puedan	entender	completamente	el	asunto	de	la	gracia
de	Dios	para	con	los	hombres,	ofrecen	adoración	y	servicio	al	Señor	en	la	tierra.
Sabemos	de	la	naturaleza	de	los	ángeles,	los	cuales	solo	deben	rendir	pleitesía
al	Dios	eterno	y	creador	del	universo,	de	modo	que	por	ninguna	circunstancia	de
la	vida,	un	ser	angelical	que	habite	el	cielo	rendirá	adoración	a	alguien	más	que	a
Dios,	de	modo	que	esta	condición	en	la	cual	 los	ángeles	adoran	al	Señor	Jesús
debe	 ser	 tomada	 como	 un	 elemento	 contundente	 de	 la	 divinidad	 del	 Hijo.	 El
mandamiento	 es	 claro	 y	 categórico	 al	 respecto	 y	 cito:	 “Y	 otra	 vez,	 cuando
introduce	 al	 Primogénito	 en	 el	 mundo,	 dice:	 Adórenle	 todos	 los	 ángeles	 de
Dios”.	 Hebreos	 1:6	 y	 por	 más	 que	 algunas	 traducciones	 quieran	 cambiar	 la
palabra	“Adórenle”	por	“Ríndale	homenaje”,	como	sucede	con	la	traducción	del
nuevo	mundo	de	los	auto	llamados	testigos	de	Jehová,	es	imposible	que	se	pueda
ocultar	la	naturaleza	divina	del	Hijo	de	Dios.
	
C-2.-	Los	hombres	le	adoran
Ya	hemos	hablado	un	poco	de	la	adoración	de	los	hombres,	pero	conviene	que
analicemos	otros	aspectos	del	reconocimiento	de	los	hombres	en	relación	con	la
divinidad	del	Cristo.
La	muerte	 del	 Señor	 Jesús	 en	 la	 cruz	 produjo	 algunos	 acontecimientos	 por
demás	atípicos,	los	cuales	valieron	para	que	uno	de	los	soldados	que	presenciaba
la	 ejecución,	 dijera:	“Verdaderamente	 este	 hombre	 era	 hijo	 de	 Dios”	Marcos
15:39	 .	Mateo	menciona	no	solo	al	Centurión	como	el	autor	de	estas	palabras,
sino	también	a	los	que	estaban	con	él	en	el	momento	del	sacrificio	Mateo	27:54.
Estas	 palabras	 dichas	 por	 los	 soldados	 estaban	 acompañadas	 del	 temor
producido	por	tantos	acontecimientos	que	siguieron	a	la	muerte	del	Señor	Jesús.
Todos	estos	soldados,	aunque	acostumbrados	a	mirar	muchas	crucifixiones	en	su
oficio,	 nunca	 se	 habían	 encontrado	 con	 algo	 semejante	 a	 lo	 sucedido	 en	 la
muerte	 el	 Señor	 Jesús.	 Los	 soldados	 fueron	 testigos	 de	 cosas	 de	 extrema
importancia.	 Ellos	 no	 solo	 habían	 reconocido	 el	 origen	 divino	 del	 Señor	 sino
fueron	también	los	primeros	testigos	humanos	de	la	resurrección	del	Maestro	de
entre	los	muertos.	Si	alguien	aparte	de	los	apóstoles	tenía	evidencias	fidedignas
y	 fehacientes	 de	 la	 divinidad	 del	 Señor	 Jesucristo,	 eran	 precisamente	 los
soldados	 romanos.	 Ellos	 fueron	 testigos	 tanto	 de	 su	 muerte	 como	 de	 su
resurrección.
Los	escritores	de	 los	Evangelios	 recogen	estas	 informaciones	guiados	por	el
Espíritu	Santo	al	momento	de	inspirar	estos	libros,	para	conducir	a	los	lectores	a
la	 verdadera	 intención	 de	 Dios	 de	 que	 Jesús	 sea	 reconocido	 como	 lo	 que	 en
realidad	 es:	 el	 Hijo	 eterno	 del	 Dios	 Altísimo	 y	 que	 por	 naturaleza	 propia,	 él
también	es	Dios.
	
C-3.-	Las	bestias	del	campo	vienen	a	su	encuentro
Por	causa	de	la	desobediencia	de	Israel,	Dios	promete	un	nuevo	camino	en	el
desierto	y	ríos	en	la	soledad.	Evidentemente	dicha	profecía,	no	está	encaminada
al	 pueblo	 de	 Israel,	 como	 se	 suele	 creer,	 sino	 que	 el	 Señor	 está	 a	 punto	 de
manifestar	 el	 misterio	 más	 escondido	 de	 todos	 los	 tiempos.	 Dios	 desde	 la
eternidad	 había	 proyectado	 a	 un	 pueblo,	 el	 cual	 sería	 creado	para	 publicar	 sus
alabanzas	en	un	futuro,	que	ya	se	había	convertido	en	presente.	Salmos	102:18
Isaías	43:20	-	22.
El	Señor	haría	una	cosa	nueva,	 la	cual	no	sería	 reconocida	por	el	pueblo	de
Israel.	El	eterno	en	su	manifestación	humana	y	visible	al	mundo	antes	creado	por
él	 visitaría	 el	 desierto	 y	 las	 fieras	 del	 campo	 honrarían	 a	 Dios	 viniendo	 a	 su
encuentro	 Isaías	43:20	 .	Esta	 descripción	mencionada	 por	 el	 profeta	 Isaías	 sin
duda	que	es	maravillosa.	Marcos	es	el	único	de	los	evangelistas,	el	cual	siendo
inspirado	por	el	Espíritu	Santo,	 registró	 tan	hermoso	acontecimiento,	en	donde
las	fieras	del	campo	vienen	al	encuentro	con	su	creador	en	el	desierto.
El	momento	de	encuentro	entre	Jesús	y	parte	de	su	obra	creada	en	el	desierto
en	lo	particular	mucho	me	agrada,	pues	a	mi	manera	de	entender	este	asunto,	no
veo	 a	 las	 fieras	 del	 campo	 tratando	 de	 perjudicar	 a	 su	 creador,	 sino	más	 bien
viniendo	 a	 su	 encuentro	 para	mirar	 con	 sus	 propios	 ojos	 al	 ser	 que	 las	 hizo	 y
sustenta	con	su	eterno	poder.	Dios	no	solo	visitó	a	los	hombres,	él	visitó	también
al	resto	de	su	creación.	Marcos	1:13	Comparación	Isaías	43:21.
En	el	ayuno	de	victoria	del	Señor	Jesús	en	el	desierto	se	manifiesta	con	creces
su	 eterna	 divinidad.	 Satanás	 trata	 de	 que	 el	 Señor	 demuestre	 su	 divinidad,	 los
ángeles	 le	 sirven	y	 las	 fieras	vienen	a	 su	 encuentro,	 todo	esto	 aconteció	 en	un
periodo	literal	y	simbólico	de	cuarenta	días.
Las	 fieras	 del	 campo	 con	 su	 presencia	 en	 el	 ayuno	 triunfal	 del	 Cristo	 le
honraron	conforme	a	lo	dicho	por	el	profeta	Isaías.	Esta	profecía	se	cumplió	en
el	 mismo	 lugar	 señalado	 por	 el	 Señor,	 es	 decir,	 el	 desierto	 y	 humanamente
hablando,	acaeció	en	el	momento	que	se	gestaba	en	la	tierra	la	formación	de	la
Iglesia,	 la	 cual	 es	 el	 nuevo	 pueblo	 de	Dios.	 Se	 repitió	 la	 historia	 y	 sucede	 de
nuevo	como	en	los	días	de	Noé,	en	donde	fueron	los	animales	más	inteligentes
que	los	hombres,	al	entender	el	propósito	de	Dios.	En	los	tiempos	del	diluvio,	los
animales	se	salvaron	mientras	los	hombres	rechazaban	las	palabras	de	Dios.	De
igual	manera,	cuando	los	hombres	rechazan	a	su	hacedor	Juan	1:10	,	las	fieras	del
campo	aprovechan	un	momento	en	especial	para	venir	al	encuentro	de	su	creador
que	visitaba	su	creación	y	contemplarlo	en	su	persona	humana.	Gloria	a	Dios.
Alguien	que	por	alguna	causa	tenga	algún	conocimiento	de	un	animal	que	no
haya	sido	amansado	o	domado,	como	en	el	caso	del	pollino	 tomado	por	Jesús,
entenderá	de	manera	inmediata	que	este	asunto	es	imposible	que	pueda	suceder
en	 condiciones	 normales.	 Difícilmente,	 un	 ser	 humano	 puede	 montar	 a	 un
pollino	sin	que

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