Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Y EL VERB O FUE HECHO CARNE LUIS SOLEDAD ROMÁN Predicando el Evangelio de la Luz que brilla Produce y distribuye Luis Soledad Román. Tele: 0058 (416) 6152920. Misión Evangélica “Dios Establece” Distribuye en U.S.A José Luis Chauran. Dirección: 2642 E High Ridge Rd. Spanish Fork UT 84660. Teléfono: 385 2076953. Publicado por Industrias Gráficas Papyros 1455 CA Barquisimeto, Edo. Lara. Venezuela Derechos reservados © 2017 Pastor Luis Soledad Román Derechos Reservados Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, procesada en algún sistema que la pueda reproducir, o ser trasmitida en alguna forma o por algún medio -electrónico, mecánico, fotocopia u otro, excepto para breves citas en reseñas, sin el permiso previo de los editores. Diagramación del libro y diseño de la portada por Alexander Mendoza (+58 426-7517854) mendoza.alexander@gmail.com Corrección de Estilo: Jerson Josué Hernández Impreso en Venezuela ÍNDICE PRÓLOGO CAPÍTULO 1 JESÚS, DIOS-HOMBRE CAPÍTULO 2 JESÚS EL HIJO DE DIOS A.- El principio de todas las cosas (Águila volando). B. El Hijo Eterno de Dios C.- ¿Quiénes y por qué adoran al Señor en la tierra? D.- La Exaltación del Cristo E.- La Resurrección de entre los Muertos. Notas Capítulo 2 CAPÍTULO 3 JESÚS HIJO DEL HOMBRE (ROSTRO DE HOMBRE) A.- El Hijo del Hombre III-B.- Aprendizaje Sujeto a Obediencia del Hijo del Hombre C.- Jesús, Naturaleza Humana y Creada Notas Capítulo 3 CAPÍTULO 4 JESÚS EL HIJO DE ABRAHAM (ROSTRO DE BUEY) A.- Abraham el Padre Profeta B.- Las obras de Abraham C.- Abraham y Melquisedec D.- Abraham y el día de Salvación E.- Ismael, el hijo no prometido F.- La Simiente de Abraham, el Hijo de la fe Notas Capítulo 4 CAPÍTULO 5 JESÚS EL HIJO DE DAVID (ROSTRO DE LEÓN) A.- El hijo heredero de David B.- El Cristo, Hijo y Señor de David. C.- Conforme al Corazón de Dios D.- Elías viene primero V- E- Entrada del Mesías a Jerusalén F.- Desprecio y muerte del hijo de David G.- El Reino de Israel Restaurado H.- El Reinado Glorioso y Universal de David (El Cristo) Notas Capítulo 5 OTROS LIBRO DEL AUTOR PRÓLOGO Y el Verbo fue hecho carne. La creación del Verbo. La tan hermosa y contundente manera en la cual el apóstol Pablo nos habla del Verbo de Dios en el primer capítulo de la epístola a los colosenses, nos sugiere de una manera muy clara y acertada la creación del Verbo. Pablo afirma que Jesús es el principio de la creación. Pareciera indicarnos con estas palabras que, por decirlo de alguna manera, el primer pensamiento de Dios registrado por las escrituras y conocido por el ser humano es la creación del Verbo, antes de la fundación de mundo. El hecho de que una de las tres personas de Dios asuma la condición de Verbo nos indica que se ofrece voluntariamente. A estos efectos, debe dar un salto de degradación. Sin la necesidad de dejar de ser lo que es, se convierte en un ser creado, inferior al mismo Dios. El misterio de la piedad envuelve la creación del Verbo y su postrer estado de vivencia, en donde nace para asumir la condición de una carne humana. Antes de que Dios creara todo lo que existió después del Verbo, hizo reposar y subsistir en él toda la creación. En él fueron hechas todas las cosas y todas las cosas en él subsisten Juan 1:2; Colosenses 1:16-17 El Verbo es una figura concreta, la cual sale de la invisible eternidad para formar parte de un tiempo visible aunque no sujeto a medición. Lo primero que debemos enfocar en el estudio del Verbo es que él es la imagen visible de un Dios invisible. El tránsito desde la eternidad al tiempo sucede en una trasformación a través de la cual el Verbo sufre una evidente degradación. Siendo Dios eterno e invisible, ahora se convierte en un ser con imagen de hombre temporal y visible. El proyecto de salvación produjo milagrosamente un movimiento en la eternidad. Lo invisible se hizo visible, sin dejar de ser invisible. Lo eterno se hizo temporal sin dejar de ser eterno. Lo inaccesible se hizo accesible, todo en la persona del Verbo. El Verbo es, a la misma vez, la primera y la última obra de Dios en relación con toda la creación. En el Verbo sucede todo. En él todo inicia y él mismo da terminación a todo. Con mucha razón él es y se presenta como el alfa y la omega Apocalipsis 1:8. El libro “Y el Verbo fue hecho carne”, es una visión panorámica en la cual abordamos el estado de Dios hecho humano. Estudiaremos la persona del Verbo en su encarnación a través de lo que relatan los evangelios, tomando además los planteamientos apostólicos en relación con el tema, entre ellos, el apóstol Pablo, como uno de los más destacados en la explicación de la Cristología. A Dios nadie lo ha visto jamás, sin embargo, el unigénito Hijo del Padre que está en su seno, él le ha dado a conocer Juan 1:18. El Verbo, por ser la imagen visible del Dios invisible, ha hecho posible lo imposible. Dios ha sido visto por los ángeles y por los hombres en la persona del Verbo hecho hombre y hecho carne. El Verbo de Dios es dueño y Señor de cuatro herencias que están relacionadas a sus dos naturalezas. Atentamente. Pastor Luis Soledad Román CAPÍTULO 1 JESÚS, DIOS-HOMBRE Dios se hace hombre, sin dejar de ser Dios Si el tema de reconocer la existencia de nuestro Dios eterno y creador se le hace un tanto difícil al hombre actualmente, se le hará tal vez un poco más difícil creer y saber que este mismo Dios se haya hecho hombre sin dejar de ser Dios. El Eterno, no conforme con mostrar su gloria con las cosas que a simple vista se observan y por causa de su supremo e incomprensible amor y del pecado del hombre, proyectó en su voluntad soberana la penosa idea para él de hacerse un ser humano. Es muy necesario señalar en nuestro estudio el hecho de que un ser, siendo Dios, se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Este misterioso acontecimiento le permite disponer de ambas naturalezas de manera simultánea y sin contradicciones. Jesús, estando en la tierra, decía que estaba en el cielo. Eso es una prueba incuestionable de que él podía estar en el tiempo con los hombres como hombre, y al mismo tiempo estar en la eternidad como Dios con Dios. Sería muy fácil pensar que alguien deseara convertirse en otro ser superior a sí mismo y vivir en mejores condiciones, tratando siempre de crecer y avanzar superándose constantemente, pero no sería ideal que un ser, el cual es supremo y soberano sobre todas las cosas, y que es igual a Dios Filipenses 2:6, proyecte la idea de convertirse en alguien infinitamente inferior a sí mismo. Eso fue lo que aconteció. Dios, por decirlo de una manera entendible, cambió su excelso trono de gloria y adoración para convertirse por voluntad propia en un ser inferior con forma de hombre llamado Verbo. Este Verbo maravilloso de Dios, en el cumplimiento del tiempo, cambio su lugar en el cielo por un pesebre lleno de malos olores, convirtiéndose en carne para luego sufrir todos los males que esta empresa le deparaba. Solo el amor es capaz de mover a alguien a una labor tan denigrante, sobre todo si es conocedor de todas las cosas y sabe lo que le ha de acontecer al convertirse en hombre. Por otro lado, y para quien así lo considera, realizar la más sublime de las labores, la cual consiste en ofrendar su propia vida para rescatar a una humanidad que se había perdido y restaurar la creación toda. Lo que la escritura menciona del Verbo, lo hace partiendo desde la perspectiva del tiempo Juan 1:1, dijéremos de esto que el Verbo es temporal. El hecho de que Dios visitase al hombre y tomase un cuerpo humano para vestirse y esconder su deidad, Colosenses 1:19 ; 2:9, se convierte en el más grande de los misterios que a hombre alguno se le permita observar y ser testigo. Que el Eterno tomase el vientre de una mujer que pertenecea su propia creación para luego nacer como un hombre más y darse a conocer al resto de los hombres conforme a la profecía y al cumplimiento del tiempo señalado, Gálatas 4:4 , representa la promesa más antigua que existe en relación con la salvación del hombre y la eterna condenación de Satanás. Estas cosas podemos mirarlas con meridiana claridad en el huerto del Edén al momento de la caída del hombre, lo cual produjo la imperante necesidad de la visitación de Dios al mundo antes creado por él. La gran realidad es que Dios se hizo Verbo (forma de hombre) y este Verbo se hizo hombre (carne) sin dejar de ser Dios. Nace de una mujer y se convierte en hijo 1 , tanto de Dios como del hombre Juan 5:27 y se presenta delante de su creación en las mismas condiciones de hombre, en una carne humana y corruptible Romanos 8:3 . El Verbo vino dispuesto a aprender la obediencia para no pecar y alcanzar y confirmar la perfección perdida por el hombre Adán, Hebreos 5:8 sujetándose a padecimientos hasta la muerte en una cruenta y terrible cruz Filipenses 2:8. Desde tiempos antiguos, grandes y prolijos teólogos de los siglos primeros, algunos del calibre de Agustín de Hipona, Juan Calvino y Jonathan Edwards, por solo nombrar algunos, han defendido y esgrimido con mucho tino y fundamento la naturaleza divina del Señor Jesucristo, haciendo uso de sus facultades de análisis las cuales mantuvieron el temor de los antiguos de confesar al Señor Jesús como hijo de Dios y como Dios, lo cual acontece aún en los tiempos actuales. Muchas de las palabras y escritos de estos mencionados varones sirven de guía para numerosos estudiantes de la teología. Sin embargo, son pocos los que se abocan a enseñar de la otra naturaleza del Señor Jesús y me refiero puntualmente a su naturaleza humana, la cual también vino a poseer el Señor al momento de hacerse carne. Tal vez esta defensa tan acérrima y tan cierta de aquellos hombres se debía a que el problema era demostrar que Jesús era Dios, ellos lo hicieron eficientemente, lo cual nosotros los actuales lo agradecemos, solo que en su demostración del tema, invadieron un poco la naturaleza humana del Señor. Aunque nunca lo dudaron, lo presentaron de manera práctica, más como Dios que como hombre. En la actualidad, el desconocimiento de la naturaleza humana del Señor, en toda la extensión de la palabra, y la falta de enseñanza de la misma, limita en mucho el conocimiento del verdadero misterio de Dios, el cual es manifestado a los hombres por medio de Jesucristo hombre, quien de manera histórica reafirma la existencia de un Dios creador y eterno, ya que a Dios nadie lo había visto jamás pero Jesús el hombre lo dio a conocer en sí mismo, en su misma forma e imagen. Juan 1:18, Colosenses 1:15 Probablemente, la idea de que el hombre posea una naturaleza humana, carnal y caída, ha alejado a muchos de tocar este asunto como un punto doctrinal de suma importancia para el cristianismo, comparar al impoluto cuerpo del Cristo con una naturaleza como la nuestra, parece una blasfemia para muchos, lo cual en vez de animar a los escritores a tomar el tema en cuestión, más bien los aleja para no pecar contra Dios. Sin embargo, lo que han logrado con esta permanente indiferencia, es encapsular la humana naturaleza del Señor a la vista de la realidad y lastimosamente han formado un velo mágico en la persona humana del Señor Jesús para que nadie pueda ver la realidad de sus dos naturalezas. En la actualidad, cualquiera que se sienta motivado por este tema, como sucede en mi caso, pueda ser tildado como un falso profeta o por lo menos como un falso maestro, asunto que estoy dispuesto a asumir con la mayor responsabilidad posible, con tal de ayudar a una mejor visión de la antropología del Señor Jesús. En relación con el tema, podemos mirar con asombro cómo de una manera ya sea directa o indirecta, han colocado al Señor en polos diametralmente adversos e individuales, es decir, que algunos hombres señalan solo la divinidad del Señor, lo cual es indiscutiblemente cierto y por la otra parte algunas otras personas han señalado solo la humanidad del Señor, lo que también es cierto. Este servidor desea tratar de exponer con toda responsabilidad y respeto ambas naturalezas, sin que la una venga en detrimento de la otra y quiera Dios iluminarme y guiarme en este tema, tan complejo como hermoso, para ayudar a mis hermanos en el conocimiento del Señor Jesucristo Efesios 1:15-18. “Ahora bien, el fin de un teólogo no puede ser deleitar el oído, sino confirmar las conciencias, enseñando la verdad y lo que es cierto y provechoso”. Juan Calvino. “Institución de la Religión Cristiana”, libro primero Capitulo XIV. Causas por las cuales Dios se hizo hombre. 1.- La alabanza de la gloria de su gracia Efesios 1:6 2.- No había posibilidad de que el hombre se salvase por ningún otro medio. 3.- Necesidad de que hubiese un mediador que cumpliese la justicia de Dios. Deuteronomio 6:5; 25 3-A Necesitábamos un árbitro entre Dios y los hombres. Job 9:33; 33:23 3-B nuestro mediador, con sus palabras y ejemplo, nos anunciase nuestro deber en relación con la absoluta obediencia a Dios (Cristo reveló al Padre) Visión de los Escritores de los Evangelios Debido a la complejidad del tema tratado, no podía Dios presentarnos en un solo empaque ni en la visión de un solo escritor el asunto acerca del Señor Jesús. En los evangelios, cada uno de los escritores, presentó una visión distinta del Señor, en relación con el propósito que perseguían, lo cual a las claras nos indica que no sería suficiente la explicación de un solo escritor de los evangelios, ni de un solo criterio humano Juan 21:25 para que tuviésemos un relato completo del asunto a tratar. Si solo uno de ellos nos hubiese dado su parecer, tendríamos una visión muy sesgada e individual de la realidad, pero si juntamos todas las perspectivas y posiciones de los escritores, se nos advierte de todos los elementos necesarios para el curso de la investigación, en donde se nos presentan cuatro formatos o presentaciones distintas, allí cada escritor inconscientemente nos hace entender una de las herencias del Señor, presentándonos al Cristo con las características de personas del pasado y de la eternidad a los cuales se les atribuye la paternidad del Cristo. En la visión conjunta de los escritores de los cuatro evangelios, Jesús es presentado con derecho único y directo de cuatro herencias esenciales en el curso del hombre sobre la tierra y el cielo, de modo que al hablar de una manera decreciente, el Maestro es el único hombre en la historia de la humanidad que califica para recibir la herencia divina por ser hijo de Dios, la herencia del mundo por ser hijo del hombre, la herencia de la salvación y bendición universal y que en él sean benditas todas las naciones, por cuanto es el hijo de Abraham y la herencia universal del reinado de David por cuanto es el Hijo de David. Jesús indudablemente califica con creces para cada una de estas mencionada herencias. Es obligatoriamente necesario e imperante tomar todos los recursos y la información suministrada por el Espíritu Santo por conducto de los evangelistas para vislumbrar con mayor acierto las dos naturalezas del Señor y sus cuatro herencias aquí expuestas. No habría ningún sentido lógico de que Dios inspirara a cuatro escritores para escribir una historia con un mismo ángulo de visión, pues esto resultaría en una vana repetición de los acontecimientos pero en su insondable e inescrutable sabiduría, el Espíritu Santo quiso traernos cuatro libros que, con diferentes estilos y percepción, nos narrasen la bella historia.Tres de ellos nos presentan al Señor con herencias humanas como es el caso de Mateo, Marcos y Lucas y uno de ellos como es el caso de Juan, nos presenta al Señor Jesús con una herencia divina. Por tal razón, Jesús se presenta ante la humanidad, tanto como Hijo de Dios como Hijo del hombre. Los términos relacionados entre Hijo de Dios e Hijo del hombre son bastante parecidos para nuestro entender y tienen también una visible y evidente diferencia, la cual es expuesta por el escritor a la carta a los Hebreos. Esta carta, manifiesta con mucha claridad de las dos naturalezas contenidas en el Hijo, las mismas son puestas en evidencia de manera magistral por el escritor al tomar un punto de referencia para distinguirlas entre ambas, me refiero a que se menciona al Hijo en un momento como superior a los ángeles. Hebreos 1:4 y en otro pasaje del mismo libro, al Señor se le menciona como inferior a los ángeles, Hebreos 2:7-8 . Este asunto nos advierte que, para entender este gran misterio, debemos aceptar como ciertas las dos naturalezas del Señor Jesús, de modo que la frontera entre las dos naturalezas, valga la redundancia, es precisamente la naturaleza angelical, indicando con esto que el hecho de ser mayor a la naturaleza angelical significa ser Hijo de Dios o en otras palabras, ser Dios, y ser menor a los ángeles significa ser hijo de hombre o en otras palabras, ser hombre. Sin duda que es un insondable y verídico misterio. Me es necesario hablar por separado de esas dos naturalezas, sin que una intervenga en la otra. Deben explicarse en solitario para invertir el tiempo necesario en cada una de ellas y debo hablar también por separado de sus cuatro herencias. Tengo la necesidad de hacer mención en esta investigación de los seres que están en el cielo, los cuales tienen cuatro rostros, y cito: “ Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila” Ezequiel 1:10 , estando en acuerdo con algunos comentaristas, este asunto representa a los cuatro evangelios y a mi juicio representa también las cuatro herencias del Cristo. La imagen del rostro de León, representa al Jesús humano, que a la vez es el Hijo heredero de David. Esta representación es vista con mucha claridad en un evangelio escrito más que todo a los judíos como es el Evangelio de Mateo. El evangelio de Mateo, se enfoca con mucha fuerza en el cumplimiento de las profecías antiguas relacionadas con el Mesías esperado por el pueblo de Israel. Mateo define al Señor Jesús, como el Hijo esperado de David. El rostro de buey o becerro, representa también a la naturaleza humana del Señor y al hijo heredero de Abraham el siervo de Dios y es representada por un evangelio en donde mucho se resalta el servicio y la acción. Este es el evangelio de Marcos. El rostro de hombre representa a Jesús como el Hijo redentor del hombre y está representado por el estilizado y sabio Evangelio de Lucas. El evangelio de Lucas es la expresión más clara y detallada del hijo prometido a Eva antes de que fuese prometido a Abraham o a David. En la visión escritural de Lucas, Jesús es el hijo perfecto de la humanidad (Hombre) que vino a deshacer las obras del diablo, buscando y salvando lo que se había perdido y al mismo tiempo, a restaurar la imagen de Dios, perjudicada en la desobediencia de Adán. La cara que es semejante a un águila volando Apocalipsis 4:7, se refiere a la naturaleza divina de Jesús y como el Hijo heredero de Dios, lo cual está bien acentuada y declarado en el destellante Evangelio de Juan. Tenemos entonces a un mismo personaje compartiendo en un mismo espacio y tiempo cuatro distintas herencias y dos distintas naturalezas. CAPÍTULO 2 JESÚS EL HIJO DE DIOS A.- El principio de todas las cosas (Águila volando). La carta a los Hebreos es una hermosa cita referencial a la anunciación de la visitación de Dios a los hombres. Aunque ésta no sea la primera cita en las Escrituras que hable del tema, es una de las más claras y específicas. En esta carta, el Cristo es presentado delante de los hombres como la voz y el resplandor de la sustancia del Dios eterno. Hebreos 1:2-3 . Tomando estos versículos como elementos muy especiales, el escritor de la carta a los Hebreos trata de presentar al Cristo también como creador y sustentador de todo lo que ha sido creado. En relación con la eternidad de Dios, todo lo que es visible, un día fue invisible. Todo lo que es palpable, un día fue una idea impalpable. Moisés pidió a Dios que le mostrara su gloria Éxodo 33:18-23 y Dios no quiso acceder a tal petición, sin embargo, le dijo que le mostraría sus espaldas. Según creo, Moisés deseaba ver a Dios o al menos su rostro. Dios no le mostró el rostro, pero sí su cuerpo. Salmo 129:3 Juan dice que a Dios nadie le vio jamás, pero el Hijo que está en su seno, le dio a conocer. Juan 1:18. Como ya hemos observado, el escritor a los Hebreos define al Hijo como el resplandor de la gloria de Dios y la imagen de su sustancia (esencia) Peshitta Hebreos 1:3 1 . La invisibilidad de Dios hace imposible que lo creado pueda mirar algo de Dios, ni siquiera sus espaldas, pues esta parte también sería invisible. Sin embargo, el hecho de que Moisés haya mirado las espaldas de Dios sin duda se está refiriendo a la persona de Dios que, por causa del proyecto eterno de salvación, se hizo visible aún sin haberse hecho carne. Moisés miró la espalda del Dios Verbo, este Verbo es la imagen visible del Dios invisible. Pablo considera como un gran misterio que Dios haya sido visto por los ángeles 1ra de Timoteo 3:16. Los ángeles vieron al Verbo en su adquirida forma humana. Dios habita en luz inaccesible, no hay forma de poder verlo. Solo cuando toma la forma humana es visto por su creación 1ra a Timoteo 6:16. Con base en lo antes expuesto, considero que la petición de Moisés de ver la gloria de Dios está relacionada con el rostro mismo del Señor. Si el Cristo es la imagen misma de la sustancia del Dios eterno, entonces el Cristo es la misma gloria de Dios. La imagen visible que nos mostró el Cristo es la misma imagen invisible que posee el Padre eterno, con la gran diferencia de que esta imagen, en el Cristo que en el futuro sería nacido de mujer, es humana. La imagen del Cristo tiene una triple connotación. Esta imagen en la eternidad es divina e invisible. En el tiempo, antes de nacer en el cielo, es humana y visible pero no palpable. En la tierra, después de nacer, es humana, visible y palpable 1ra de Juan 1:1. El Maestro dijo a Felipe: “ El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14:9 . Esto indica que tanto el Padre como el Hijo comparten un mismo tipo de rostro, una misma imagen. El Dios Hijo (Cristo) es la gloria y la imagen visible del invisible Dios y Padre. El hecho de que Dios haya mostrado al caudillo Moisés su cuerpo, indica que, a mi criterio, Dios le mostró su proyecto eterno de salvación. Moisés miro el cuerpo del Hijo. Este mismo cuerpo representa también a la iglesia del Señor. Dios está mostrando a Moisés un cuerpo en donde él se manifestaría en el cumplimiento de los tiempos. Ciertamente, estaba determinado que el hombre mirase el rostro de Dios, pero que esto sucedería en el tiempo señalado en su proyecto de salvación. El Cristo mostró la imagen del Dios invisible al mundo cuando vino por primera vez, sin embargo, solo la iglesia es capaz de entender esta verdad y por esta causa, un día señalado por Dios, le veremos cara a cara, tal como él es. 1ra de Juan 3:2. Esta visión que tendremos de Dios ya no será en relación con la carne, sino con su gloria misma. El libro de Juan, el cual esteservidor ha considerado como “El Evangelio del Espíritu” es muy enfático a la hora de hablar del Cristo y sin rodeos, de una vez lo considera y presenta ante el mundo como el Dios creador y sustentador de todas las cosas. El hecho de que Juan como escritor haya obviado la genealogía del Maestro y que lo haya presentado de una vez desde el principio como el Verbo, indica su convicción profunda de la naturaleza divina del Señor Jesús, sin decir con estas palabras que los evangelistas que contemplaron su genealogía humana no lo hayan considerado en su condición de Dios. Juan, en su evangelio, también presenta al Cristo como el todo en todo, añadiendo que sin el Cristo nada de lo que ha sido hecho fue hecho, al igual que lo dice el libro a los Hebreos, corroborando estos dos escritores en relación con el Cristo y haciéndolo de esta manera participante directo de la creación de Dios Juan 1:1-3. Por otro lado, observamos la comparación entre dos libros de la Biblia en los cuales se habla del principio, dando por resultado que entre estos dos libros se mantiene una similitud asombrosa. La comparación entre el libro de Génesis y otra vez, el Evangelio del apóstol Juan, está llena de mucho significado teológico en relación con el principio del tiempo. Mirar los primeros versículos de Juan es mirar los primeros versículos del Génesis. En mi personal opinión, considero que el Evangelio de Juan debió ser el primer libro del nuevo testamento 2 y así estar en consonancia con su espacio en la verdad Teológica que su mensaje representa. El libro de Génesis, al momento de narrar la creación y el principio del tiempo, menciona dos tipos de luz, las cuales son semejantes, en el hecho de que ambas son luz y representan a una misma persona pero al mismo tiempo estas dos menciones de luz están representadas por marcadas diferencias, tanto en esencia como en propósito. Las dos lumbreras y a las estrellas que fueron creadas Génesis 1:14-19 señalan el término del cuarto día de la creación, en cambio la primera Luz mencionada, no fue creada sino que existía desde el principio y señala el primer día de la creación, Génesis 1:3. El escritor del libro de Génesis hace una notable diferencia entre ambos tipos de luz, que si bien es cierto que una de ellas es literal al referirse a las lumbreras como son el sol y la luna, también es cierto que ambas son representaciones distintas, de las dos naturalezas del Señor Jesucristo. En relación con los dos principios ya antes mencionados, son semejantes en cuanto al principio se refiere y al mismo tiempo son diferentes en el hecho de que el principio de Juan es referente a la creación de Dios en su proyecto de salvación, en donde el Hijo es la causa de todo Colosenses 1:15 y el principio mencionado en Génesis es un principio en relación con la formación de la creación ya antes diseñada. Digo con esto en relación con la luz y el principio, que lo que Juan nos está mostrando en su evangelio, en el propósito de Dios, es primero que lo que nos muestra Moisés en el libro de Génesis. La primera luz mencionada en Génesis, representa a Dios en una condición que parte desde la eternidad hasta el tiempo (Verbo) pero que se hace visible en el tiempo por medio del mandato de Dios, Génesis 1:3 , en cambio la segunda luz (lumbrera mayor y menor), representa a Cristo como humano. Esta forma tan intrigante de manifestar Dios ambos tipos de luz es sin duda alguna parte del misterio de la piedad y de la voluntad de Dios. Efesios 1:9 . El hecho mismo de que Dios se hiciese hombre para formar parte de su propia creación no es concebible al entendimiento llano de la humanidad y por tal razón es difícil de digerir con libertad. Solo hay que creerlo para luego poder entender algo de dicho misterio. La primera luz mencionada por Génesis, 1:3 , está hablando de la existencia en el principio del Verbo en el cielo, el cual existe sin nacer y es antes de todas las cosas, en cambio, la luz creada al cuarto día, la cual corresponde al sol, la luna y las estrellas, representa al Cristo que nace al cuarto día (cuatro mil años de la raza humana) y representa también la edad en que la iglesia nace en el mundo. 3 Es absolutamente claro que esta luz mencionada en el versículo tres de Génesis uno, se está refiriendo al Verbo, el cual estaba en ese momento formando al mundo. En él estaba la vida, como lo dice Juan y la vida era “La luz de los hombres” Juan 1:4 . Juan, menciona a esta misma luz de los hombres y la califica como la “Luz Verdadera, que venía a este mundo” Juan 1:9, el cual desde antes, él (la Luz Verdadera) había creado. El apóstol habla de la luz que venía en cumplimiento de lo profetizado en el Salmos 8:4 en donde se anuncia la visitación de Dios al hombre, ésta profecía esta refrendada en Hebreos 2:6. La expresión “Principio” mencionada por Juan, se está refiriendo evidentemente a un asunto de tiempo, pero que a la vez es un tiempo no definido y que por su naturaleza, es imposible de cuantificar por el ser humano. La perfección de la eternidad nos impide hablar de tiempo. Si hablamos de principio, estamos hablando del milagro de la formación del tiempo que no existía, para dar comienzo a todo lo que existe por creación. Allí ya el Verbo, como primera idea de Dios, había aparecido para dar comienzo al tiempo, es decir, que antes que el tiempo existiese, ya el Verbo existía. El término utilizado por Juan en el versículo nueve del primer capítulo denota lo legendario del personaje. Al decir Juan, “Aquella luz verdadera”, está indicando que se trata de un elemento tanto conocido como esperado, pues estamos en presencia de una luz que no ha sido creada y que existe desde el principio de todas las cosas y que era estrictamente necesaria para la obra creadora y para la salvación del hombre. Esta Luz verdadera fue anunciada de antemano por Dios a Eva, cuando se le indicó que su simiente daría muerte a la serpiente, por tal razón considero que esta luz ya era esperada por toda la humanidad. Este acontecimiento en el huerto del Edén tal vez no lo entendamos como profecía en donde se anuncie el nacimiento de la luz eterna. No es extraño creer que el mundo tuviese esperanza en esta luz, los magos (sabios) esperaban como señal una luz (estrella) y fueron al nacimiento del Señor guiados por esta luz Mateo 2:2,9. Mateo recogió como algo importante en estos eventos, lo que profecía dice: El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Mateo 4:16. En el libro de Apocalipsis, el Cristo se presenta como el Alfa y la Omega (principio y fin). Esta declaración encierra todo lo que hay dentro de estos límites del tiempo, exceptuado en este período precisamente a quien se encuentra fuera de ese límite del tiempo, es decir el Alfa y la Omega mismo. El Alfa y la Omega en una persona humana. Es como un paréntesis que se abre en la eternidad para dar paso al tiempo y al espacio, en donde todo lo que ha existido, existe y existirá, están dentro de ese paréntesis llamado el Cristo, él es el dispensador o administrador y redentor de todos los tiempos. Efesios 1:10; Colosenses 1:17. El Salmista dice que la tierra fue fundada desde el principio por Dios Salmos 102:25 , pero tanto Juan como el escritor de los Hebreos manifiestan que todo fue creado por el Cristo Juan 1:2; Hebreos 1:10 . Siendo esto verdad, como en realidad lo creo, entonces tanto Moisés, el Salmista, Juan y el escritor de los Hebreos están hablando de un mismo personaje en relación con la creación y nosolo esto, sino que presentan entre sus escritos, las mismas características de existencia desde antes del principio. El Cristo nos es presentado en muchas oportunidades y de muchas formas en el transcurso del tiempo sin aún haber nacido. El escritor de los Hebreos nos lo presenta como el Sacerdote Melquisedec, 4 (Comentario a la carta a los Hebreos por el mismo autor) un personaje misterioso que está fuera del tiempo, pues no nace, no muere pero es Sacerdote para siempre. Es evidente que el Cristo también es presentado como Sacerdote y mediador para siempre, 1ra a Timoteo 2:5, Hebreos 7:3; 8:6 . El mismo escritor de los hebreos menciona una palabra la cual en realidad me indica muchas cosas. Él dice que al Cristo le hubiese sido necesario padecer desde el principio de los días Hebreos 9:26, de modo que el escritor está diciendo que el Cristo ya existía desde el principio de los días, o por decirlo de otra manera, el escritor a esta carta está declarando que el Cristo siempre ha existido. La preexistencia del Cristo es doctrina bíblica fundamental. El apóstol Pedro habla de que los profetas de la antigüedad eran guiados por el “Espíritu del Cristo” que estaba en ellos. 1ra de Pedro 1:11 . Miremos a un hombre como el patriarca Abraham, que según las mismas palabras del Cristo, se gozó de haber visto los días 5 del Señor Juan 8:56 y que diremos del caudillo Moisés, el cual se sostuvo en su ministerio como que estuviese viendo desde ya al Cristo, y por esta misma causa prefirió abandonar una posición de bienestar humano entre los egipcios y escogió padecer los vituperios de uno que aún no había nacido. Moisés ofreció la sangre de un cordero, simbolizando al verdadero cordero que vendría después para salvar al mundo con su sangre perfecta. Hebreos 11:26-28. El apóstol Pablo cuando escribe a la iglesia que está en Colosas, presenta al Cristo como la existencia misma y como antes de todas las cosas (1:17). Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, asegura que, en el Cristo de Dios, subsisten todas las cosas. El Señor es el eje que mantiene unido al firmamento mismo y a toda la creación. Si él como principio y creador, como sustancia y esencia dejara de existir, entonces su creación también desaparecería con su creador, todo lo que es sustentado por él, dejaría de existir y todo se convertiría en un caos total, conforme a la intención de Satanás. Esto que refiero, podemos mirarlo perfectamente demostrado el día en que el Cristo muere como hombre, siendo este acontecimiento acompañado por fenómenos naturales, al punto de que sucede un eclipse total a lo menos por tres horas Mateo 27:45 . El sol es el astro más poderoso y adorado por lo hombres en la tierra, sin embargo, es evidente que el mismo sol subsiste por medio y causa del Verbo (la existencia). Este astro deja de dar su resplandor al momento de la muerte del Señor. Jesús dijo que él era la verdadera luz del mundo. Fueron muchos y bien marcados los acontecimientos de aquel oscuro día. Las piedras, las cuales son símbolo de fortaleza y homogeneidad, pierden estos atributos y se parten a causa de la muerte de la vida. La tierra tembló y el velo del templo se rasgó por la mitad 6 Mateo 27:51, demostrando todos estos acontecimientos que el que estaba muriendo no era un hombre como todos los demás, hasta el centurión que guardaba la ejecución reconoció con unas memorables palabras, y cito: “ Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. Marcos 15:39. Tenemos como asunto adicional a lo que estamos hablando, que el Señor Jesucristo, no solo es el creador y el sustentador de todas las coas, sino que también es la causa de la existencia de todas las cosas. La proyección de lo creado fue basada en la presciencia de Dios y dicha presciencia indicaba que Dios vendría al mundo en condición de hombre y que además no obstante a su condición de hombre, vencería todo obstáculo presentado, para garantizar la salvación del hombre y la restauración de las cosas. El hecho de que todas las cosas fueron creadas en Cristo Colosenses 1:16 , indica que fueron creadas pensando en su venida y en su triunfo en el mundo, Dios confió toda la creación al triunfo del Señor Jesús y en base a ese triunfo creó todas las cosas .Cuando las cosas fueron creadas, en la presciencia de la eternidad de Dios, ya había un triunfo garantizado. Sin el Cristo es imposible la vida en el planeta y aun en todo el mundo creado por él, tanto lo visible como lo invisible. El Cristo desde siempre sustenta y sustentará todas las cosas con su eterno poder y con su presencia misma. La eternidad del Cristo es entendida perfectamente por su creación y ésta, de manera inviolable, mantiene su estado de obediencia al Verbo. La existencia del Verbo es la garantía de la existencia de toda su creación, a él sea la gloria. La creación misma está relacionada al principio de las cosas y es muy importante mirar estos asuntos de la manera que los escritores bíblicos, siendo inspirados por Dios lo vieron. Salomón, siendo el hombre más sabio después de Jesús, habla de la sabiduría Proverbios 8:27-31 pero está bastante claro de que hace una evidente alusión al Verbo creador del mundo y al presentar una metáfora en relación con la sabiduría, haciendo en el versículo veintinueve una hermosa alusión al principio de la creación. Salomón, de una manera acertada, también hace una alusión profética a un acontecimiento en los días cuando Dios el Verbo estaría en carne en el mundo, me refiero exclusivamente a los momentos cuando Jesús hacía uso de su poder divino. Salomón detalló el momento específico cuando el Maestro le ordena al viento y al mar que recuerden el antiguo mandamiento dado por él a la creación. Citaré a estos escritores: “Cuando ponía al mar su estatuto, para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra, Proverbios 8:29” comparación “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Marcos 4:39. 5 B. El Hijo Eterno de Dios B.1 Mi hijo eres tú. El tema en cuestión requiere de muchísima concentración y responsabilidad a la hora de exponerlo. Un hijo por lo general, comparte con su padre su misma naturaleza, por tal razón, podemos decir con acierto que en lo que a naturaleza respecta, lo que es el Padre, también lo es el hijo. Esta primera herencia del Señor Jesús, en realidad le corresponde por la razón de que él es Dios. No estaría bien decir que el Señor sea Dios por cuanto es hijo de Dios, diríamos mejor que es hijo de Dios por cuanto es Dios y que al hacerse hombre, nunca dejó de ser Dios. La primera herencia que por naturaleza corresponde al Cristo es también la última en recibir. Para manifestar las otras tres herencias, las cuales el recibirá en su condición de humano 1 . Se abre un paréntesis en la eternidad, para que se haga visible en el cielo el Verbo y desde allí en la continuidad del recorrido de su proyecto, se da paso al nacimiento de Dios como hombre al mundo, para que, luego que se haya cumplido el proyecto eterno de su voluntad, volver de manera ascendente a los lugares en donde estaba, primero a su primer estado de hijo de Dios en forma de humana (Verbo) y luego al lugar donde estaba antes que el tiempo y el mundo fuese (Dios). Esta herencia es la que mayor complicación presenta al ser humano en su estrecho entendimiento en relación con el tema. Así también lo enfoca el apóstol Pablo, al manifestar la grandeza del misterio de la piedad. Jesús el Cristo es el Hijo eterno de Dios, conocido en el comienzo del tiempo como el Verbo, Juan 1:1 ; nombre con el cual se volveráa presentar a los hombres Apocalipsis 19:13 . Esto ha sido entendido por los escritores bíblicos. Veamos lo que el escritor Lucas dice en relación con el asunto en cuestión: Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, “hijo, según se creía, de José,” Lucas 3:23. El evangelista Lucas está dando un elemento muy importante al mencionar lo que humanamente se creía en relación con la paternidad humana del Señor. La expresión “se creía”, utilizada por él indica que esto no era la realidad pura. No es casualidad que sea este escritor quien registre una genealogía que legitima a María como descendiente del rey David. El apóstol Pablo, tiempos después de estos, añade que el Señor fue “nacido de mujer” Gálatas 4:4 , evidenciando que en realidad el Señor Jesús no fue engendrado por hombre alguno, ya que según la promesa antigua, se esperaba era la simiente de la mujer y no la simiente del hombre quien daría salvación y expiaría la culpa de Adán y Eva Génesis 3:15. Por su parte, el Evangelista Marcos al escribir un Evangelio más dinámico, de una vez menciona sin rodeos el origen Divino del Señor Jesús diciendo : Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios . Marcos atribuye al Señor Jesús, el derecho sobre una herencia divina Marcos 1:1 , mientras que Juan no solo lo menciona como Hijo de Dios, sino que declara de una manera contundente que el Cristo es Dios. Juan 1:1 . Entre los escritores de los evangelios, solo Mateo siendo un escritor con lineamiento más nacionalista y en virtud de las promesas hechas a los antiguos, menciona al Señor como poseedor de dos herencias humanas. Mateo, en virtud de su propósito al escribir a sus compatriotas judíos, presenta al Maestro, tanto hijo de Abraham como de David. Esta alusión hecha por Mateo en su libro es bastante directa y expresiva en relación con el derecho del Señor a ser heredero de la promesa de la bendición de todas las familias de la tierra (Abraham) y al derecho de sentarse sobre el trono de David para un reinado Mesiánico. Oseas 3:5 Dios manifiesta en relación con el origen del Cristo unas palabras las cuales indican una cantidad de verdades imposibles de eludir, y menos de ocultar. Él dice de manera categórica con respecto a Jesús y su naturaleza: “Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy ” Salmos 2:7; Hebreos 1:5 . La expresión que utiliza Dios por medio del Salmista al mencionar la expresión “hoy”, no debe ser considerada como una concepción en un tiempo determinado, sino como un eterno presente. Este hoy es representado por la eternidad en donde fue concebido el Verbo como hijo, en el pensamiento de Dios. El Verbo como concepción de la primera idea de Dios, es concebido en la eternidad. Antes de nacer en el mundo como hombre, ya existía y como tal no es necesario que nazca ya que existe desde siempre. No obstante, la misma palabra indica un tiempo en el que el Verbo daría paso al más grande de los misterios manifestados al hombre. Dios el Verbo viene al mundo que desde antes había creado para nacer y convertirse en hijo humano, para cumplir con el proyecto eterno de salvación. El Verbo no puede ser engendrado de manera literal ni física, sino solo en el misterio del pensamiento de Dios. El Verbo antes del tiempo no se llamaba Verbo, sino que compartía un mismo nivel horizontal con el resto de la Trinidad. Todo era un Dios en tres personas. La expresión “Yo te engendré hoy”, indica el momento de la proyección de la salvación del hombre. Es como decir: yo te pesé hoy o te diseñe hoy, de modo que el primer pensamiento de Dios en la eternidad es la creación de Cristo y para que este asunto fuese posible, el que vendría al mundo en forma humana, en la misma eternidad tomó una condición inferior a la otra parte de Dios y tomó el nombre de “el Verbo de Dios”. Luego de este evento en la eternidad, en lo que a valor respecta, la parte de Dios que mantuvo su estado original tomó el nombre de Padre eterno, entendiendo con esto que, con respecto al Señor Jesús o al Verbo, el que hoy es Padre, dejará de ser Padre, así como el hijo dejará de ser hijo, para ser como siempre ha sido en la eternidad 1ra a Corintios 15:27-28. El Verbo hecho carne brotaría de una mujer, en cumplimiento con la palabra dada por Dios en Génesis 3:15 para ser considerado como hijo del hombre, pero en realidad se está manifestando es el nacimiento de Dios por medio de la carne 2 Es evidente que si Adán no hubiese obedecido a la voz de su mujer para pecar, no hubiese existido la necesidad de que Dios se hiciese Verbo, ni que este Verbo se hiciese carne para salvar al hombre 3 , sin embargo, al decir Dios “tú eres mi hijo”, indica la procedencia y origen divino del Señor. Cualquier otra persona en el mundo que se llame hijo de Dios, puede que tenga razón, pero no por ser engendrado a la manera de Cristo, pues aún la iglesia, aunque también somos hijos, somos adoptados y no engendrados Romanos 8:15 . El Cristo es llamado el Primogénito de Dios por ser el primero entre muchos hijos. Si bien es cierto que somos adoptados por Dios, en resumidas cuentas somos hijos. El Señor también es llamado Unigénito por ser el único engendrado por Dios; distinción la cual no es concedida ni siquiera a los ángeles de Dios que están en el cielo 4 ( Hebreos 1:5) . Como ya lo hemos mencionado, es una cuestión de lógica pensar que un hijo posea la naturaleza de aquel que lo engendra de la manera que lo describe el apóstol Juan en su primera carta 1ra de Juan 5:1-18. Es racional entender entonces que un gato engendra a un gato, un elefante a un elefante, un hombre a un hombre y Dios engendra a Dios. Si el Señor Jesús es engendrado por Dios no solo es Hijo de Dios, sino que es Dios, pues comparte y mantiene la misma naturaleza de aquel que lo engendra (La iglesia es hija por adopción). En el libro de los Salmos 14:2-3 y en Ezequiel 22:30 se anuncia la búsqueda por parte de Dios de un hombre entre la humanidad toda, que hiciese la voluntad perfecta del Padre Eterno. Tanto un versículo como el otro manifiestan que la búsqueda fue infructuosa, sin embargo, cuando el Señor Jesús es bautizado por Juan, en el momento de salir del agua, Lucas menciona que, luego que el Señor hubo hecho una oración, los cielos se abrieron y descendió el Espíritu Santo en forma de paloma 5 y se escuchó una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” testificando el Dios Eterno y tomando como testigos a la creación toda, y en especial a los seres humanos, el origen del Señor Jesús Lucas 3:21-22. Es evidente que el Cristo se encamina a cumplir la voluntad perfecta de Dios y el bautismo es un escalón para dicho propósito, acto este que mereció ser reconocido públicamente por Dios como su “Hijo amado” y añadiendo a esto la presencia misma del Espíritu Santo sobre su vida. La presencia del Espíritu Santo en el Señor Jesús le valió en un futuro para ser declarado por todos como Hijo de Dios según el Espíritu de Santidad recibido Romanos 1:4 y más aún su unción como Sacerdote eterno. El concepto manejado por los hebreos de entonces en relación con la palabra “ hijo ” tenía un tanto valor literal como metafórico. Para un hebreo, se considera al uno con las características del otro, de modo que al decir por ejemplo “hijo de consolación”, está manifestando que la persona en cuestión es dada a las consolaciones. En el caso puntual de Jesús, los judíos interpretaron el término literalmente. No solo se puede decir que él tenga las mismas características de Dios, sino que el mismo Padre manifiesta haberlo engendrado. La Biblia manifiesta que fue engendrado por el Espíritu Santo de Dios y por esta causa será llamadohijo de Dios Lucas 1:35 . Son muy valederas las palabras del Padre eterno al decirle a Jesús: “Yo te engendré hoy”. El hoy de Dios, es también un eterno hoy, en donde se manifiesta una idea en la eternidad, cuando una de las personas de Dios se subordina, para tomar la figura del Verbo en la misma eternidad , éste mismo Verbo, en el tiempo vendría a ser Hijo, pero fue ideado o engendrado en la eternidad. El Maestro manifestó a los judíos ser Hijo de Dios haciéndose uno con él. Estos concluyeron por dicha declaración que el Señor estaba blasfemando, así pues, que tomaron piedras y procuraron apedrearle. El Maestro cuando miró la intención de los judíos de apedrearle les hace una pregunta diciendo: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Juan 10:32 , los judíos en respuesta a la pregunta dijeron: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, “siendo hombre, te haces Dios”. Juan 10:33 . Jesús en ningún momento dijo literalmente ser Dios, pero en realidad no tenía necesidad de hacerlo, los judíos conocedores del lenguaje de esos tiempos entendieron a cabalidad a qué se refería el Señor con decir ser Hijo de Dios. Es evidente que el pueblo hebreo le dio una lectura coherente a las palabras dichas por el Maestro. En lo personal, considero que si el Señor no decía la verdad al asegurar que era Hijo de Dios, entonces habían razones suficientes en la intención de los judíos en considerar esta declaración como una blasfemia. Nadie puede atribuirse lo que Jesús se atribuyó y ser sin culpa, a menos que estuviese diciendo la verdad, como en efecto lo estaba haciendo. En la ocasión en que el Maestro fue llevado ante los ancianos y el sumo sacerdote para ser juzgado, no se le cuestionaba por una cosa distinta a su naturaleza. El juicio en contra del Señor se haría con base en lo que él mismo declarara ser en relación con su origen. El sumo sacerdote, luego de insistir mucho con el Señor, en un momento dado le volvió a preguntar: “Eres tú el Cristo el Hijo del Bendito”, Marcos 14:61 . Esta palabra es semejante a la que ya habían usado antes los judíos al decirle que no les turbara más el alma en relación con su origen “Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente”. Juan 10:24. Estas preguntas hechas tanto por los judíos como por los sacerdotes obtuvieron de parte del Señor la misma respuesta y por la respuesta dada, tanto los unos como los otros consideraron necesaria la muerte del Señor por pensar que era una blasfemia, pues se hacia Dios al responder de la forma como lo hizo. La pregunta formulada por los ancianos en el interrogatorio hecho en su tribunal era totalmente distinta a la causa por la cual el Maestro es llevado ante Pilato por los mismos acusadores. Allí los judíos lo presentaron ante Pilato como una persona que se hacía pasar como el Rey de Israel. Sabemos con mucha claridad que Pilato, como representante del imperio romano, no tenía nada que ver con cuestiones religiosas del pueblo judío, pero sí tenía responsabilidad de lo que aconteciese en el orden político. Los sacerdotes hebreos también sabían de antemano que Pilato no haría nada con respecto a la religión de ellos, sin embargo llevaron al Maestro ante él, con la sola intención de crear un conflicto político que obligase al gobernador Pilato a tomar una decisión contundente y a su favor en este caso, y conseguir la muerte del Maestro por manos del gobernador. Fue tanto el empeño de los ancianos en involucrar al gobernador que cuando este hace su análisis del problema, no encontró culpabilidad en el Señor, sin embargo ellos apelaron a su propósito y le dijeron al gobernador: “Si sueltas a este no eres amigo de César, pues quien se hace rey, a César se opone” Juan 9:12. A juicio de los ancianos, ya ellos habían decidido que el Señor debía morir por causa de lo que consideraban una blasfemia el hacerse Hijo de Dios. Marcos 14:64 . La respuesta del Maestro al aseverar que era el Hijo del Bendito, como en realidad lo es, causó gran conmoción en medio de la reunión de esa noche. El sumo sacerdote consideró propio rasgar sus vestiduras sacerdotales para demostrar el repudio contundente por la declaración del Señor. Entre los sacerdotes judíos y el diablo en el día de la tentación no había ninguna diferencia. Tanto el diablo, como los ancianos del pueblo y el sumo sacerdote le decían: “Dinos si eres el Hijo de Dios”. El Hijo del Bendito ¿De quién en realidad es hijo el Cristo? Esta pregunta la hizo el mismo Cristo a los judíos que conocían perfectamente la profecía. El Maestro quería tener una opinión de los fariseos en relación con la procedencia del Cristo. Ellos sin titubear y sin saber la causa de la pregunta contestaron en conformidad de su conocimiento y dijeron: de David. Jesús en razón de la respuesta hizo otra pregunta a la cual ya no pudieron dar respuesta. Él les preguntó: Entonces si es hijo de David, cómo este (David) por el Espíritu le llama Señor. Mateo 22:41-44 . Muy acertada la pregunta del Maestro, pues en nada resulta normal que un padre llame al hijo Señor, considerándole mayor a sí mismo. No había manera de que los fariseos pudiesen dar respuesta a esta pregunta tan comprometedora sin errar en la misma, de manera que prefirieron callar. La respuesta primera dejó ver con claridad el concepto humano que tenían ellos del origen verdadero del Mesías, pero al considerar que el Mesías era Señor de David, el cual era dueño de la promesa mesiánica, era un asunto que se escapaba del entendimiento y razonamiento lógico y teológico de los fariseos. Como en ciertos casos resulta entre nosotros con un tema en especial, tal vez ellos sí entendieron la pregunta, pero era una de estas respuestas que resulta mejor no responder ya que sería aceptar la equivocación que se tiene de muchos años en un tema en especial y como consecuencia, tener que desandar el camino ya recorrido. El Maestro no contradijo a los fariseos en su declaración que, dicho sea de paso, estaban en lo cierto. La pregunta del Cristo no estaba dirigida a desmentir la respuesta de ellos, solo les pidió una explicación a este asunto tan misterioso, pues en realidad ellos dijeron lo cierto en relación con una herencia humana del Cristo, el cual es heredero del trono de David, Lucas 1:32-33 . Lo que ellos, no podían ni pueden explicar aun es el origen divino del Maestro y Mesías. El hecho de que el Maestro, aun siendo hijo de David, también sea su Señor, indica con evidencia que es superior a éste y que por invitación del Padre puede sentarse a la derecha de Dios, compartiendo el mismo trono con él. Este acontecimiento le da un estatus divino al Mesías, quien se sienta a la diestra del Padre Eterno. Uno de los primeros en manifestar abiertamente a todos la procedencia del Maestro a los hombres por mandamiento de Dios fue Juan el Bautista. Juan testificó de manera contundente que la procedencia del Maestro era del cielo. Esto lo hizo tanto a los demás habitantes del país Mateo 3:11 como de manera particular a sus discípulos, Juan 3:30-35. Estos acontecimientos fueron utilizados por el Maestro en su debido momento para hablar de su autoridad y origen. Los ancianos de los judíos, por causa de la limpieza del templo, preguntaron al Señor qué autoridad tenía para hacer lo que hizo en el templo, a lo que Jesús no respondió de manera directa, sino que hurgó el concepto que tenían ellos del bautismo de Juan y les preguntó si dicho bautismo era del cielo o de los hombres Mateo 21:23-27. Este acontecimiento es digno de ser tomado en consideración.Los sacerdotes y los ancianos, aunque sabían que Juan era profeta, no lo quisieron aceptar y por tal razón no podían decir que su bautismo era de los hombres. Si ellos contestaban de esta manera irían también en contra de un concepto que ya el pueblo tenía de Juan y de su autenticidad como profeta. Por otro lado, declarar abiertamente que Juan era un mensajero del cielo traería como consecuencia, entre otras cosas, reconocer igualmente la autenticidad de Jesús como proveniente de Dios a la manera como Nicodemo junto con otros fariseos ya lo habían aceptado de manera encubierta. Juan 3:1-2 . Juan había presentado al Maestro como venido del cielo, como “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Juan 1:29-30. Juan manifestó también la preexistencia del Cristo al declarar que el Señor era antes que él, de modo que reconocer a Juan como profeta era reconocer todo lo que dijo en su ministerio profético y entre estas cosas, estaba la causa de la autoridad de Jesús al limpiar y sacar los vendedores del templo. Según el pensamiento de los ancianos, si ellos decían que este bautismo era del cielo, entonces Jesús les peguntaría. “Porqué pues no le creíste” y esto indica creer todo lo que Juan dijo, incluyendo su testimonio del origen divino del Señor Jesús. En el mundo antiguo muchos pueblos, por no decir todos, manejaban la idea de que Dios tenía hijo. Este asunto, por lo que ya hemos explicado antes, está estrechamente relacionado con el conocimiento que tenían los pueblos y las culturas del nacimiento del hijo de la mujer. El nacimiento de un hombre, daría muerte a la serpiente antigua. No era desconocido. Por tal razón vemos cómo en el momento en que Nabucodonosor ve a cuatro personas en lugar de los tres que lanzaron en el horno de fuego, no vaciló en aseverar que el cuarto, según las propias palabras de Nabucodonosor, era semejante al hijo de los dioses Daniel 3:24-25 . Jesús es tentado como Dios y como hombre. Son muchas las referencias que encontramos en la Biblia en las cuales se evidencia la naturaleza divina del Cristo. En dichos acontecimientos están involucrados muchos actores de diferentes naturalezas pero todos, ya sea de una manera u otra, han logrado entender la procedencia divina del Maestro, en donde se le reconoce como hijo de Dios, considerándole igual a Dios con estas declaraciones. Dios no puede ser tentado, ni él tienta a nadie Santiago 1:13 . La intención de Satanás al tentar al Señor en su condición humana era con la finalidad de que éste manifestase su naturaleza divina. Conforme al planteamiento de Santiago, sabemos que el hombre es tentado cuando es atraído por sus propios deseos o en su defecto, por una necesidad apremiante como es el caso del Señor. El Maestro, estando en necesidad de comer, fue tentado a producir pan de una manera extraordinaria para suplir su necesidad (hambre) en medio del desierto. Sin embargo, vemos como el enemigo se atrevió a presentar una tentación más profunda y significativa, la cual abarca conceptos y espacios aún mayores. Satanás, al ver infructuoso su primer intento en relación con la necesidad que tenía el Señor de comer, le instó a que probara si lo que Dios decía en su palabra profética de él era verdad y le pidió que se lanzara del pináculo del templo. Satanás, viendo frustrado su nuevo intento, se reformuló la estrategia y ofreció grandes riquezas al dueño de las riquezas. El enemigo sabía que el Señor también humanamente hablando, era Rey, ya que era el hijo de David y heredero directo del trono prometido de David. En realidad, la tentación giró en virtud de las palabras dichas por el tentador, las cuales entre una y otra cosa afirmaban y proponían: “Si eres el Hijo de Dios” en otras palabras Satanás estaba retando al Señor que demostrara su divinidad. Si alguien de entre los seres creados conocía esta procedencia y origen del Señor era precisamente este personaje. Satanás en un tiempo vivió en el cielo y por decirlo de algún modo, conocía al Señor, él era el que más cerca estaba del Señor al ser el ángel protector y conocía su imagen humana, Juan 14:8-9 . Ya nuestro adversario sabe que la procedencia del Señor Jesús no era de los hombres sino del cielo y que era el Hijo del Dios eterno, pues es la misma imagen que había visto en el cielo antes de pecar y por tal razón vino en persona a tentarlo. Este momento era una ocasión especial la cual no quería desperdiciar el diablo. Para que la tentación tuviese mayor probabilidad de ser más efectiva, Satanás apeló precisamente a la naturaleza divina del Cristo, diciéndole: “Si eres Hijo de Dios” entonces demuéstralo. Si Satanás lograba que el Señor hiciera uso de su naturaleza divina en el momento de una necesidad terrenal y humana, el propósito trazado por Dios de que el Hijo venciera como hombre no sería logrado. El adversario en su conocimiento de la naturaleza divina del Maestro, quiso sacar provecho a esta situación, pues él trató de vencer y matar a un Verbo con figura de hombre en el principio en el cielo y vio que fue imposible. Ahora que lo veía en la tierra, no solo como imagen de hombre, sino en condiciones mismas de hombre e inferior a los ángeles, le tendió una emboscada, utilizando las verdades de la palabra en donde se manifiesta la ayuda de Dios al Hijo cuando viniese a la tierra. Interpretó Satanás el Salmo noventa y uno como un salmo mesiánico y lo citó al Maestro para tratar de lograr su objetivo. Dios no puede ser tentado, sabemos que Dios no padece ningún tipo de necesidades, sin embargo, la condición presentada por el Señor Jesús en la tierra, donde él se presenta con dos naturalezas simultaneas en un mismo cuerpo, mismo tiempo y mismo espacio, hacen posible que una de las naturalezas sea afectada por una necesidad imperante. Si Jesús es tentado por la necesidad de comer a causa de los cuarenta días de ayuno, en realidad fue su naturaleza humana la que fue tentada, pero el hecho de que el enemigo le dijera que convirtiese las piedras en pan, estaba procurando que utilizase su naturaleza divina para resolver un asunto natural y humano. El uso de Satanás del Salmo noventa y uno en relación con el Mesías es una prueba de interpretación fehaciente de que en realidad este personaje no tenía necesidad de que el Maestro le demostrara que era el Hijo de Dios que habría de venir al mundo a herirle la cabeza, pues su misma interpretación le hace conocedor de este asunto, aplicándole un comentario del Salmo al Maestro, como diciéndole: “ lo que dice este salmo es contigo ” y Satanás sabe que lo escrito en la Biblia es verdad y tiene estricto cumplimento. La tentación de nuestro enemigo al Maestro no estaba solamente supeditada a la comida. Eso solo fue el comienzo. Después de esto llevó a Jesús al pináculo del templo y le dijo que se lanzara 6 . Es allí donde usa precisamente la profecía del Salmo 91:11-12 y al no poder con esto, pidió al Señor que le adorase y tendría todas las riquezas del mundo. El tentador sondeó al Maestro en lo que un hombre más desea como es la comida, la fama, el dinero y una vida perdurable, tratando de desenfocar al Cristo de su verdadero propósito. Lo infructuoso del plan del diablo en no poder ganar en los dos intentos para que Cristo manifestase su poder divino en convertir las piedras en pan y en saltar del pináculo, trató de ganarle en su humanidad al ofrecerle todo lo que el mundo tiene, pero tampoco lo logró. Después de la terrible tentación sufrida por nuestro Salvador, los evangelistas Mateo y Marcos, relatan que los ángeles vinieron y servían al Señor, demostrandocon esto la divinidad del Señor, pues los ángeles sirven solo a Dios. En otros escenarios, pero con seres de la misma naturaleza, vemos como los demonios cuando ven al Señor en la tierra de una manera más personal, al momento lo reconocen y manifiestan lo que conocen de él. Los demonios que habitaban el cuerpo de los Gadarenos llamaron al Maestro “hijo de Dios” Mateo 8:29 , Marcos dice que lo llamaron “Hijo del Altísimo” Marcos 5:7 y Lucas une las palabras dichas por Mateo y Marcos al mencionar la expresión “Hijo del Dios Altísimo” Lucas 8:28. Estos tres evangelistas hacen alusión al encuentro de Jesús con estos demonios, los cuales de una misma vez se dieron cuenta de que era el Hijo de Dios, pues su conocimiento de las cosas en el mundo espiritual permitía ver cosas que humanamente pocos en la tierra habían logrado ver. Ciertamente no son los demonios la mejor referencia que podamos tener en relación con un evento verdadero, sin embargo, no es la iniciativa de ellos reconocer la divinidad del Señor, sino que están obligados por su propia naturaleza angelical a hacer tal reconocimiento. Los demonios tienen presente que, entre las causas por las cuales el Señor venía a la tierra, una de ellas era dar muerte a la serpiente y esto indicaba también la condenación eterna para los seguidores de dicha serpiente (Satanás), entre los cuales están los ángeles caídos o demonios Mateo 25:41 . 7 De modo que en este caso y por estas razones, estos seres angelicales se convierten en un punto de referencia para ser considerados. Estos no solo lo reconocieron, sino que también se arrodillaron delante de él manifestando con esto la procedencia divina del Señor Jesús, Marcos 5:6. Hablando en otras latitudes y en términos ya más humanos, es muy clara y evidente la forma en que se comportaban los propios discípulos del Señor a la hora de manifestar su respeto delante de él. En algunas ocasiones, estos discípulos adoran a la persona del Maestro. Lo más curioso no es que ellos traten de adorarlo, pues eso lo puede hacer cualquiera con cualquiera. Lo más interesante del asunto en cuestión es que el Maestro no se rehusase a la adoración ofrecida por ellos. El Cristo acepta sin ninguna vacilación la adoración de sus discípulos. Si esto es posible, no hay nada más que discutir. Jesucristo es Dios. Nadie aparte de Dios debe ser adorado ni recibir adoración. Apocalipsis 19:10, Mateo 4:10. Jesús andaba buscando una oportunidad para declarar a sus discípulos la necesidad de su muerte para el cumplimiento de su propósito en la tierra. Para tales efectos, él los aborda con una pregunta en relación con su naturaleza y origen, y para llegar a su verdadera intención, preguntó del concepto que los hombres tenían de su persona, al preguntar y cito : ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?, la respuesta entre ellos fue : Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas . Luego de la respuesta de los discípulos, otra pregunta la cual en realidad es el centro de la interrogante en la conversación se apresura de parte de Cristo hacia sus alumnos, la cual dice: ¿y para ustedes quién soy? Mateo 16:13-17. Es allí cuando, según las palabras del mismo Cristo, ocurre la revelación del Padre hacia el apóstol Pedro. Éste declara sin titubeos: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente Mateo 16:16. Al igual que Pedro, otro de sus discípulos llamado Natanael también hizo la misma afirmación en relación con el tema Juan 1:49-51. Por causa de esta declaración, el Maestro, aunque no le ofreció una bienaventuranza como a Pedro ni le dijo que era una revelación del Padre, sin embargo le prometió de ahí en adelante las revelaciones del cielo 8 . Es interesante entender que no fue Pedro el que interpretó por su propia cuenta que la revelación recibida viniese del Padre. Es el mismo Jesús quien hace la declaración del asunto, dando por sentado que el apóstol Pedro estaba en lo cierto en su apreciación en relación con el origen del Maestro. De la misma manera como el Padre reveló a Pedro la naturaleza divina del Cristo, también ha revelado al resto de la iglesia tan grande secreto. Si este asunto fue revelado, es porque estaba escondido y si estaba escondido, entonces era un misterio muy bien guardado. Lucas 10:22. C.- ¿Quiénes y por qué adoran al Señor en la tierra? Desde el mismo nacimiento del Cristo, Dios estaba demostrando su naturaleza divina. Aparte de la adoración en los aires de parte de los ángeles, vinieron desde muy lejanas tierras sabios para ofrecerle presentes y para adorarle. Ciertamente, las palabras con las cuales los sabios describieron al recién nacido fue “Rey de los judíos”, definiendo con las mismas que el niño también era hombre. Los sabios venidos del oriente utilizaron otra palabra para describir a la misma persona del Señor, la cual indica otro orden de ideas en su propósito y visita. Al manifestar la causa de su venida dijeron: “Hemos venido para adorarle” . Es evidente que estos orientales, entendieron la visita de Dios a la tierra en la persona del niño que estaba recién nacido Mateo 2:2. Al decir ellos, “Venimos a adorar al Rey de los judíos” estaban indicando la naturaleza divina y humana del Señor Jesús. Las personas que venían del oriente son llamados magos por la versión del 1960. Otras versiones los llaman sabios. Ellos no eran personas común y corriente. Eran estudiosos de las profecías y de la palabra de Dios. Muchos eran los pueblos que tenían la esperanza de ver al Hijo de Dios. De la manera que Simeón el anciano reconoció al Señor entre los hebreos Lucas 2:25 , también entre los gentiles fue reconocido el nacimiento el Rey del universo por los sabios que llegaron del oriente. ¿Quién conocerá algo de tanta importancia y no lo compartirá? presumo que estos visitantes advirtieron en sus lugares de origen el nacimiento del hijo de Dios entre los hombres; la promesa hecha en el huerto del Edén para la humanidad se había cumplido, Dios se había hecho carne y había testificado de este acontecimiento a judíos y a gentiles. El hecho de que estas personas recién llegadas se manifestaran como adoradores del niño que había nacido no es cosa que se deba pasar por alto. Este asunto posee una carga semántica muy grande, ya que ellos no adorarían a cualquiera, sino que esperaban el nacimiento de Dios entre los hombres e hicieron un recorrido muy largo para venir hasta él y ofrecerle adoración. Por manifestarlo de alguna manera, estos sabios eran una delegación de los gentiles que daban la bienvenida al mundo al Hijo de Dios, cosa que muchos judíos no hicieron. Los escritos más antiguos, como es el caso del libro de Job, nos hablan de personas que desde tiempos remotos conocen de la existencia del Dios Altísimo y a dichas personas se les conoce como “orientales”. Siendo considerado el mimo protagonista del libro, como “El más grande de los orientales” Job 1:3 y según narra la historia de los reyes de Judá, al momento de comparar la sabiduría de Salomón entre los hombres, se le consideró superior a todos los orientales y cito: “Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios” 1ra de Reyes 4:29-30. Me permito hacer este análisis, para incluir a estos sabios del oriente como hombres temerosos de Dios y que esperaban el cumplimiento de la promesa, de tal manera que su adoración tal vez no era producto de la idolatría imperante en aquelloslugares lejanos de la ley hebrea, sino de la revelación del Dios eterno a toda la humanidad en relación con el nacimiento de su Hijo en el mundo, el cual desde tiempos remotos había sido ofrecido a la humanidad toda, razón suficiente para que también los gentiles esperasen en su ley para ser liberados. Continuando entre los hombres, vemos a los discípulos del Señor que estaban en la barca y le reconocieron como Dios. Ellos de inmediato ofrecieron adoración por lo que estaban viendo. Como ya lo hemos mencionado, no encontramos en este pasaje ni en ningún otro que el Maestro haya rechazado ésta ni ninguna adoración Mateo 14:33 ; antes bien, dicha adoración fue recibida por el Cristo sin ningún tipo de vacilaciones. Luego de la resurrección del Señor de entre los muertos, Tomás el Dídimo también reconoció y manifestó la deidad de Jesucristo al llamarlo : “ Señor mío y Dios mío ” 1 . Jesús no era un hombre que amase apoderarse de lo que no era suyo, de modo que si él aceptó que alguien se postrase delante de él para adorarlo, entonces es por cuanto se reconoce digno de adoración. Este asunto mencionado no sucedió solo en una oportunidad como para que podamos decir que fuese producto de una confusión, también el hombre que era ciego de nacimiento, luego de recibir sanidad se postró a su pies y le adoró como a Dios y el Maestro ni le reprendió ni rehusó de esta adoración Juan 9:35-38. ¿Quiénes lo reconocieron en la tierra como Dios? C-1.- Los ángeles En relación con el tema y la participación de los ángeles en la adoración del Cristo, el asunto toma un nivel de mucha mayor proporción. Ya no estamos limitándonos a los acontecimientos puramente humanos, sino que ahora se trasciende a otros niveles, en seres mucho más poderosos e inteligentes que los hombres. Estos adoran al Hijo eterno de Dios. Los ángeles, como habitantes del mismo cielo, conocen de primera mano de qué se trata el asunto y aunque ciertamente puedan mirar al Maestro en condición de hombre y no puedan entender completamente el asunto de la gracia de Dios para con los hombres, ofrecen adoración y servicio al Señor en la tierra. Sabemos de la naturaleza de los ángeles, los cuales solo deben rendir pleitesía al Dios eterno y creador del universo, de modo que por ninguna circunstancia de la vida, un ser angelical que habite el cielo rendirá adoración a alguien más que a Dios, de modo que esta condición en la cual los ángeles adoran al Señor Jesús debe ser tomada como un elemento contundente de la divinidad del Hijo. El mandamiento es claro y categórico al respecto y cito: “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios”. Hebreos 1:6 y por más que algunas traducciones quieran cambiar la palabra “Adórenle” por “Ríndale homenaje”, como sucede con la traducción del nuevo mundo de los auto llamados testigos de Jehová, es imposible que se pueda ocultar la naturaleza divina del Hijo de Dios. C-2.- Los hombres le adoran Ya hemos hablado un poco de la adoración de los hombres, pero conviene que analicemos otros aspectos del reconocimiento de los hombres en relación con la divinidad del Cristo. La muerte del Señor Jesús en la cruz produjo algunos acontecimientos por demás atípicos, los cuales valieron para que uno de los soldados que presenciaba la ejecución, dijera: “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios” Marcos 15:39 . Mateo menciona no solo al Centurión como el autor de estas palabras, sino también a los que estaban con él en el momento del sacrificio Mateo 27:54. Estas palabras dichas por los soldados estaban acompañadas del temor producido por tantos acontecimientos que siguieron a la muerte del Señor Jesús. Todos estos soldados, aunque acostumbrados a mirar muchas crucifixiones en su oficio, nunca se habían encontrado con algo semejante a lo sucedido en la muerte el Señor Jesús. Los soldados fueron testigos de cosas de extrema importancia. Ellos no solo habían reconocido el origen divino del Señor sino fueron también los primeros testigos humanos de la resurrección del Maestro de entre los muertos. Si alguien aparte de los apóstoles tenía evidencias fidedignas y fehacientes de la divinidad del Señor Jesucristo, eran precisamente los soldados romanos. Ellos fueron testigos tanto de su muerte como de su resurrección. Los escritores de los Evangelios recogen estas informaciones guiados por el Espíritu Santo al momento de inspirar estos libros, para conducir a los lectores a la verdadera intención de Dios de que Jesús sea reconocido como lo que en realidad es: el Hijo eterno del Dios Altísimo y que por naturaleza propia, él también es Dios. C-3.- Las bestias del campo vienen a su encuentro Por causa de la desobediencia de Israel, Dios promete un nuevo camino en el desierto y ríos en la soledad. Evidentemente dicha profecía, no está encaminada al pueblo de Israel, como se suele creer, sino que el Señor está a punto de manifestar el misterio más escondido de todos los tiempos. Dios desde la eternidad había proyectado a un pueblo, el cual sería creado para publicar sus alabanzas en un futuro, que ya se había convertido en presente. Salmos 102:18 Isaías 43:20 - 22. El Señor haría una cosa nueva, la cual no sería reconocida por el pueblo de Israel. El eterno en su manifestación humana y visible al mundo antes creado por él visitaría el desierto y las fieras del campo honrarían a Dios viniendo a su encuentro Isaías 43:20 . Esta descripción mencionada por el profeta Isaías sin duda que es maravillosa. Marcos es el único de los evangelistas, el cual siendo inspirado por el Espíritu Santo, registró tan hermoso acontecimiento, en donde las fieras del campo vienen al encuentro con su creador en el desierto. El momento de encuentro entre Jesús y parte de su obra creada en el desierto en lo particular mucho me agrada, pues a mi manera de entender este asunto, no veo a las fieras del campo tratando de perjudicar a su creador, sino más bien viniendo a su encuentro para mirar con sus propios ojos al ser que las hizo y sustenta con su eterno poder. Dios no solo visitó a los hombres, él visitó también al resto de su creación. Marcos 1:13 Comparación Isaías 43:21. En el ayuno de victoria del Señor Jesús en el desierto se manifiesta con creces su eterna divinidad. Satanás trata de que el Señor demuestre su divinidad, los ángeles le sirven y las fieras vienen a su encuentro, todo esto aconteció en un periodo literal y simbólico de cuarenta días. Las fieras del campo con su presencia en el ayuno triunfal del Cristo le honraron conforme a lo dicho por el profeta Isaías. Esta profecía se cumplió en el mismo lugar señalado por el Señor, es decir, el desierto y humanamente hablando, acaeció en el momento que se gestaba en la tierra la formación de la Iglesia, la cual es el nuevo pueblo de Dios. Se repitió la historia y sucede de nuevo como en los días de Noé, en donde fueron los animales más inteligentes que los hombres, al entender el propósito de Dios. En los tiempos del diluvio, los animales se salvaron mientras los hombres rechazaban las palabras de Dios. De igual manera, cuando los hombres rechazan a su hacedor Juan 1:10 , las fieras del campo aprovechan un momento en especial para venir al encuentro de su creador que visitaba su creación y contemplarlo en su persona humana. Gloria a Dios. Alguien que por alguna causa tenga algún conocimiento de un animal que no haya sido amansado o domado, como en el caso del pollino tomado por Jesús, entenderá de manera inmediata que este asunto es imposible que pueda suceder en condiciones normales. Difícilmente, un ser humano puede montar a un pollino sin que
Compartir