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Entrenamiento físico y buena salud

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Entrenamiento físico y buena salud
Una adecuada actividad física, deportiva o no, adecuada a la edad y a las condiciones de cada persona, es un requisito imprescindible, avalado por la ciencia, para tener y mantener una buena salud, concepto éste que abarca no sólo los aspectos estrictamente físicos de nuestro cuerpo (cardio respiratorios, musculares, metabólicos, etc.), sino también los psicológicos y emocionales que influyen en nuestra relación con nosotros mismos (autoestima, autonomía), en la interacción con el medio en que vivimos (actividades a desarrollar) y en nuestras relaciones con las demás personas. En suma, obtener una mejor calidad de vida.
Sin embargo, el entrenamiento físico exige tener en cuenta algunos requisitos para que su práctica ayude a alcanzar ese objetivo:
Plan de rutina
Antes de comenzar es necesario contar con un buen plan o guía para saber qué hacer cada día durante el desarrollo del mismo.
Conviene establecer plazos que no sean ni muy largos ni muy cortos, acompañado de objetivos fáciles de conseguir y de medir. También es importante describir lo que se va a hacer (ejercicios de fuerza, de cardio, aeróbicos …), programados a lo largo de una semana y a una hora determinada. Así mismo, como veremos a continuación, conviene compaginar la actividad física a desarrollar con una alimentación adecuada.
Hay muchas combinaciones posibles; lo mejor es escoger aquel plan que mejor ayude a conseguir los objetivos marcados anteriormente. Y para ello es muy recomendable contar en todo momento con el asesoramiento de profesionales expertos en la materia.
Tiempo de los ejercicios
Es necesario planificar no sólo qué ejercicios se quieren hacer, según los objetivos marcados, sino también su tiempo. Es recomendable alternar los días de ejercicios con los días de descanso. Por ejemplo: entrenar los lunes, miércoles, viernes y descansar los martes y jueves, y a la vez alternar los días de ejercicios según la naturaleza de éstos (los lunes ejercicio aeróbico, los miércoles hacer ejercicios de fuerza y los viernes ejercicios físicos de cardio como correr o montar en bicicleta). Como antes dijimos, y más aún si no se tiene experiencia en la práctica de ejercicios y deporte, conviene consultar con un especialista o profesional (entrenador personal).
Alimentación
La práctica de ejercicios debe compaginarse con una buena alimentación y, si es necesario hacer una dieta acorde a los ejercicios que se están haciendo y a los objetivos marcados.
Como criterios básicos en esta materia, debe recordarse que no es lo mismo comer de forma equilibrada alimentos naturales frescos y saludables (pescado, verduras, carne preferentemente no roja ni excesivamente grasa) que ni ingerir comida industrial (especialmente platos preparados con conservantes artificiales y bollería con grasas saturadas). Y algo idéntico ocurre con la bebida: es imprescindible estar bien hidratado (sobre todo en verano), pero no es lo mismo beber agua o zumos naturales exprimidos directamente de la fruta que bebidas artificiales (como las energizantes o las gaseosas azucaradas o no) ni mucho menos bebidas alcohólicas.
En este aspecto, nuevamente es recomendable contar con la orientación de un especialista (dietista o nutricionista).
Prevención de lesiones
Las lesiones (en particular las leves, que afectan a músculos o articulaciones) son una consecuencia normal de hacer ejercicios físicos y deporte. En este aspecto, es bueno recurrir a los servicios de un fisioterapeuta (y si es necesario de un traumatólogo), para diagnosticar el tipo de lesión y su tratamiento y obtener una adecuada y rápida recuperación. Sin perjuicio de ello, para hacer ejercicio hay que tomar precauciones, como hacerlo con la intensidad adecuada y utilizar ropa y sobre todo calzado deportivo.
Constancia
Este es un requisito indispensable para cumplir con el plan de ejercicios elegido. Exige fuerza de voluntad, para que la práctica del ejercicio se convierta en un hábito y como consecuencia alejar el riesgo de abandono.
Por ello, es recomendable que el ejercicio se realice en compañía de otras de personas (preferentemente del mismo nivel de capacidad física y con objetivos parecidos), para así poder animarse y motivarse mutuamente, generando sinergias y a la vez enriqueciendo la vida social.
Evaluación
Finalmente, es conveniente que, cada cierto tiempo, la persona practicante del ejercicio evalúe lo que está haciendo y analice los resultados que haya obtenido, con el fin de saber si se está mejorando, empeorando o se está estancado. De esta manera podrá decidir si continúa con el mismo plan de rutina o cambia a uno nuevo, para mejorar aumentando de nivel, intensificar el plan si está estancado, o cambiar el plan con otras actividades y/o alimentación si empeora. Y para este análisis y consecuente decisión, de nuevo es recomendable contar con un asesoramiento profesional objetivo y capacitado para ayudar a evaluar la realidad y sus circunstancias.

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