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338 BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ asociarse a otras malformaciones como el síndro- me de Prune-Belly [21, 22]. Clínicamente el pene aparece alargado y blan- do, con piel redundante con el glande desplazado dorsalmente. Puede haber goteo postmiccional. El tratamiento consistirá recortando el exceso de uretra ventral y confección de una neouretra [21, 22]. Estenosis uretral congénita Suelen localizarse en la uretra posterior en la unión de la uretra bulbar con la uretra membra- nosa que procede del seno urogenital. La este- nosis se produce porque la unión no está bien alineada y no se canaliza por completo. Causan oligohidramnios, hidroureteronefrosis bilateral y distensión vesical. El diagnóstico es por medio de la uretrografía y la CUMS para evaluar la longi- tud y la localización de la estenosis. El tratamien- to es por medio de la vesicostomía [20]. Relativamente más frecuente es la estenosis del meato uretral externo en «punta de alfiler» causando dificultad para la micción. Puede pro- ducir uretrorragia o gotas de sangre en los pañales cuando se produce una meatitis ulcerada. Se trata por medio de la meatotomía quirúrgica [21, 22]. Divertículos uretrales De presentación rara. La mayoría de los diag- nósticos se realizan en la infancia, debido a infec- ciones urinarias a repetición, síntomas obstructi- vos urinarios bajos, aumento del tamaño uretral en la exploración física y vejiga de esfuerzo con o sin reflujo secundario [20]. 2. PENE 2.1. Fimosis Se define como la incapacidad fisiológica para retraer el prepucio. En el momento del nacimien- to existe una fimosis fisiológica. Durante los 3-4 primeros años de la vida, a medida que el pene crece y ayudado por las erecciones intermitentes del mismo, el prepucio se vuelve completamente retráctil. Hacia el tercer año de la vida el 89% de los prepucios son retráctiles y sólo se presenta en 8% en niños entre 6 y 7 años y en 1% en los mayores de 16 años. El diagnóstico es clínico [18, 24, 25]. Manejo La retracción forzada temprana no está indi- cada debido a que puede crear adherencias que provoquen una fimosis secundaria. En los niños de 4-5 años con fimosis y balanitis o balanoposti- tis está indicada la aplicación de corticoides tópi- cos 3-4 veces al día durante 6 semanas resolvién- dose 2/3 de los casos [18, 25]. La circuncisión tiene la ventaja de obtener un resultado rápido y estético si bien puede presen- tar recurrencias. Las indicaciones absolutas del procedimiento son [18]. – Fimosis secundaria. – Fimosis primaria persistente (que no responda a tratamiento conservador). – Fimosis primaria asociada a complicaciones (balanopostitis o ITU recurrentes). – Pacientes que asocien anomalías del tracto urinario. 2.2. Parafimosis Se caracteriza por un prepucio retraído con el anillo de constricción localizado a nivel del surco balanoprepucial, lo que impide el desplazamien- to del prepucio sobre el glande. Se trata mediante manipulación, creación de una hendidura dorsal o circuncisión [25]. 2.3. Quistes peneanos Lo más frecuente es el acúmulo de restos epi- teliales y esmegma debajo de un prepucio no re- tráctil. Los quistes de inclusión epidérmicos pue- den originarse después de una cirugía peniana (circuncisión, reparación de hipospadias), debido a la presencia de islotes de epitelio dentro del teji- do subcutáneo. En otras partes existen pequeños quistes epidérmicos congénitos a lo largo del rafe medio, cuerpo peneano o glande. Se tratan con simple extirpación [25]. 2.4. Pene palmeado Resulta cuando la piel escrotal se extiende ha- cia la región ventral del pene. Puede ser de origen congénito o adquirido después de cirugía penea- na que ha resecado excesivamente la piel ventral del pene [25]. UROLOGÍA CAPÍTULO 04. MALFORMACIONES CONGÉNITAS DEL APARATO URINARIO INFERIOR 2. PENE
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