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343 MALFORMACIONES CONGÉNITAS DEL APARATO URINARIO INFERIOR (hernia inguinal en el 60% de los casos), hipos- padias y microgenitosomía [30]. Como prueba de imagen la ecografía es útil en el caso de testículo intracanalicular. La presencia de adenopatías inguinales puede arrojar un resul- tado falso positivo, que puede descartarse con el eco-Doppler color. Otras técnicas de localización son la TC y la RMN, indicadas en casos muy se- leccionados [18, 28]. La exploración laparoscópica para identificar un testículo intrabdominal fue indicada en Espa- ña por primera vez por Pedro Páramo [28]. Complicaciones Las alteraciones histopatológicas que apare- cen en el testículo criptorquídico y las compli- caciones derivadas de esta situación justifican las principales indicaciones para su tratamiento. Las complicaciones más importantes son [28, 29]: – Infertilidad. El 5% de los varones que con- sultan por infertilidad presentan criptorquidia o la han tenido previamente. – El testículo criptorquídico tiene inicialmen- te una proporción normal de células germinales, y este patrón se va alterando progresivamente con el transcurso del tiempo de forma que a la edad de 2-3 años hasta el 25-40% de estos niños no tratados presentan una grave alteración de la es- permatogénesis y serán infértiles. Ello sugiere la necesidad de un tratamiento precoz entre el pri- mer y el segundo año de la vida. Peor pronóstico en cuanto a la fertilidad tiene las criptorquidias bilaterales y las localizaciones intraabdominales. – Cáncer testicular. El riesgo de padecer cán- cer testicular en los pacientes criptorquídicos se cifra en unas 20-46 veces superior al de la po- blación normal. Es mayor el riesgo en las formas bilaterales y localización intrabdominal. – Otras complicaciones: Mayor riesgo de tor- sión por deficiente fijación del testículo a la bolsa y por la presencia de alteraciones anatómicas en- tre el testículo y su mesenterio tal como la excesi- va separación entre testículo y epidídimo con un mesorquio muy largo. El riesgo es del 5% al 10% y con más frecuencia en la pubertad. La hernia inguinal asociada es otra complicación. Tratamiento El objetivo del tratamiento del testículo no descendido es situar al testículo en la bolsa escro- tal para [28]: – Mejorar la fertilidad. – Mejorar la accesibilidad frente a la posibilidad de una patología neoplásica testicular. – Corregir una posible hernia asociada. – Evitar el trauma psicológico de «bolsa escrotal vacía». – Reducir el riesgo de torsión y traumatismo del testículo. Hay dos posibilidades: Tratamiento médico y tratamiento quirúrgico [18]. Tratamiento médico Toma en consideración que la principal causa del testículo no descendido son alteraciones del eje hipotálamo-hipofiso-gonadal. El objetivo del tratamiento es inducir el descenso testicular y es- timular la producción y maduración de las célu- las germinales para lo cual se han utilizado varias hormonas y combinaciones de estas [30]. El tratamiento hormonal está especialmente indicado en la criptorquidia bilateral y para los testículos cercanos del escroto, así como para los testículos retráctiles que no acaban de fijarse al escroto. Las contraindicaciones son las ectopias testiculares, la hernia inguinal asociada, la cirugía previa en la región inguinal y la presencia de sig- nos puberales. Los resultados son muy variables (10-20% de los casos) [30, 31]. Se han utilizado: – Gonadotropina coriónica humana (HCG): 1,5-3 UI por Kg vía intramuscular, tres veces por semana ó 500 UI semanalmente durante cinco semanas en los niños alrededor del año de vida. En los niños menores de 6 años se usan dosis de 1500 UI con el mismo protocolo anterior [18, 31]. – Hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH). Se usa en aerosol nasal y puede com- binarse con HCG. Dosis de 1,2mg/día dividido en 3 dosis, por 4 semanas. Tasa de éxito varía de 9-60%. [18]. – Este tratamiento tiene como efectos secun- darios el eritema y aumento de la pigmentación escrotal, inducción de vello púbico y crecimiento peniano [18]. Tratamiento quirúrgico Debe realizarse en el año siguiente a los 6 me- ses de edad. Puede constituir el tratamiento de elección debido a la escasa eficacia del tratamien- to hormonal cuyos objetivos son [18, 29, 30]:
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