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1 Nefrología y urología (350)

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LAURO SEBASTIÁN VALVERDE MARTÍNEZ Y MARÍA FERNANDA LORENZO GÓMEZ
respuesta definitiva acerca de la gravedad de las 
lesiones renales [22].
Pielografía intravenosa (PIV) o urografía 
intravenosa (UIV)
La PIV y la UIV han dejado de ser estudios 
de elección para evaluar un traumatismo renal. 
En algunos centros se trata de los únicos estudios 
disponibles, en cuyo caso pueden confirmar la 
presencia o ausencia de uno o ambos riñones, de-
finir con claridad el parénquima renal y perfilar el 
sistema colector [23].
Tomografía axial computarizada (TAC)
La TAC es el método de referencia para la 
evaluación radiológica de los pacientes estables 
con un traumatismo renal (Figura 1). La TAC es 
más sensible y específica para traumatismos que 
la PIV, UIV, ecografía o angiografía; además, que 
puede indicarnos también lesiones asociadas de 
los órganos vecinos [23].
La TAC define con más precisión la locali-
zación de las lesiones, detecta fácilmente con-
tusiones y segmentos desvitalizados, visualiza 
la totalidad del retroperitoneo y los hematomas 
asociados y proporciona simultáneamente una 
visión del abdomen y la pelvis. Muestra detalles 
anatómicos superiores, entre ellos, la profundi-
dad y localización de una laceración renal y la 
presencia de lesiones abdominales asociadas, ade-
más de confirmar la presencia y localización del 
riñón contralateral [24].
Figura 1. TAC abdominal: traumatismo renal izquierdo cerrado: golpe directo contra un bolardo en un ciclista de 
65 años: traumatismo grado III (Fuente: archivo personal de la Dra. María Fernanda Lorenzo Gómez. Uróloga en 
el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Salamanca 37007, España).

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