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354 LAURO SEBASTIÁN VALVERDE MARTÍNEZ Y MARÍA FERNANDA LORENZO GÓMEZ respuesta definitiva acerca de la gravedad de las lesiones renales [22]. Pielografía intravenosa (PIV) o urografía intravenosa (UIV) La PIV y la UIV han dejado de ser estudios de elección para evaluar un traumatismo renal. En algunos centros se trata de los únicos estudios disponibles, en cuyo caso pueden confirmar la presencia o ausencia de uno o ambos riñones, de- finir con claridad el parénquima renal y perfilar el sistema colector [23]. Tomografía axial computarizada (TAC) La TAC es el método de referencia para la evaluación radiológica de los pacientes estables con un traumatismo renal (Figura 1). La TAC es más sensible y específica para traumatismos que la PIV, UIV, ecografía o angiografía; además, que puede indicarnos también lesiones asociadas de los órganos vecinos [23]. La TAC define con más precisión la locali- zación de las lesiones, detecta fácilmente con- tusiones y segmentos desvitalizados, visualiza la totalidad del retroperitoneo y los hematomas asociados y proporciona simultáneamente una visión del abdomen y la pelvis. Muestra detalles anatómicos superiores, entre ellos, la profundi- dad y localización de una laceración renal y la presencia de lesiones abdominales asociadas, ade- más de confirmar la presencia y localización del riñón contralateral [24]. Figura 1. TAC abdominal: traumatismo renal izquierdo cerrado: golpe directo contra un bolardo en un ciclista de 65 años: traumatismo grado III (Fuente: archivo personal de la Dra. María Fernanda Lorenzo Gómez. Uróloga en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Salamanca 37007, España).
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