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448 ALBERTO RIVERO CÁRDENES 10-15%, frente al 6-10 % de la mayoría de los países europeos [3, 4]. Se estima que en España en los últimos 15 años la prevalencia ha aumentado un 10% [5]. Existe un aumento en la incidencia de litiasis uri- naria durante la cuarta y sexta década de la vida, siendo infrecuente en las primeras décadas de vida. No obstante, a pesar de que la mayoría de los casos se ven en adultos, existe una tendencia a afectar cada vez más en edades más tempranas. En niños, la incidencia de litiasis urinaria es me- nor que en adultos y la etiología está fuertemente asociada a factores genéticos [6]. Una gran mayoría de los cambios epidemio- lógicos se asocian con cambios progresivos en la dieta y los estilos de vida actuales. Hoy en día existe una clara correlación entre factores como el sedentarismo, obesidad, o ciertas enfermedades como la diabetes y el riesgo de desarrollar uroli- tiasis [7, 8]. Se ha observado un aumento en la tasa de for- mación de litiasis urinaria en individuos en zonas de temperaturas extremas y mayor exposición a la deshidratación siendo numerosos los estudios que recomiendan una ingesta hídrica adecuada como una medida preventiva para la formación de litiasis renales [9-11]. En cuanto a la dieta, hay indicios de que un consumo de alimentos ricos en proteínas de ori- gen animal, hidratos de carbono refinados y so- dio puede ser favorecedor para la formación de cálculos principalmente de oxalato cálcico [12, 13]. En lo referente a la distribución por sexos, históricamente la litiasis urinaria se ha detectado más frecuentemente en varones, afectando a los hombres de dos a tres veces más que a las muje- res. Sin embargo, esta proporción también tiende a igualarse en los últimos años, motivada en ma- yor parte por los cambios en la dieta y estilo de vida [14, 15]. Hay poca evidencia de los estudios que com- paran la prevalencia e incidencia litiásica en las diferentes etnias, pero parece que las cifras tanto de prevalencia e incidencia son más altas entre in- dividuos de raza blanca, seguidos de hispánicos, afroamericanos y asiáticos [14, 15]. La evidencia en cuanto a la formación y com- posición de los cálculos aún está en estudio gene- rando múltiples controversias. Principalmente el análisis litiásico nos enfoca a una amplia variedad de composiciones dependientes de múltiples fac- tores, la mayoría de los estudios modernos ha- blan de composiciones mixtas lo que hace aún más difícil su tratamiento. En este caso parece haber mayor incidencia entre el sexo femenino y los cálculos de origen infeccioso, mientras que en los hombres predominan los de oxalato y ácido úrico [16-18]. CLÍNICA El espectro clínico es muy variable, el paciente puede cursar totalmente asintomático a pasar a cuadros muy dolorosos o de mayor gravedad que pueden acabar en hospitalización urgente. El cua- dro clínico normalmente viene determinado por la localización, tamaño y capacidad obstructiva o infectiva del cálculo. En los casos asintomáticos normalmente se trata de cálculos infundibulares o crecimientos en forma de molde que derivan en litiasis coraliformes [19, 20]. a) Cólico nefrítico Es la más frecuente de las presentaciones clí- nicas y representa el 5% de las urgencias hospi- talarias. El dolor se debe a una obstrucción sobre el aparato urinario que conlleva un aumento de la presión intraluminal con la consiguiente irri- tación de las terminaciones nerviosas de la vía urinaria. Típicamente el dolor es brusco y suele ser de tipo cólico con picos de gran intensidad, se puede irradiar a la ingle y genitales ipsilaterales sin postura que lo alivie, el paciente se encuen- tra inquieto y a menudo agitado por activación psicomotriz y vegetativa (náuseas, sudoración y, en ocasiones, vómitos). Se puede acompañar de síndrome miccional con disuria o polaquiuria cuando la litiasis se encuentra en el tramo distal del uréter [21, 22]. En la mayoría de los casos el cólico se pro- duce por una obstrucción total o parcial a nivel del uréter, pelvis renal o cálculos caliciales mó- viles. Una vez descartados otros diagnósticos lo primero centrarse en el tratamiento del dolor, los AINES son el fármaco de primera elección, complementando con antieméticos o ansiolíticos para calmar los síntomas colaterales [21, 22]. UROLOGÍA CAPÍTULO 13. LITIASIS URINARIA CLÍNICA
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