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1 Nefrología y urología (539)

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LAPAROSCOPIA Y ROBÓTICA EN UROLOGÍA
Aunque en un principio se realizó sin control 
vascular del pedículo, lo que limitaba la técnica a 
tumores exofíticos menores de 2 cm., actualmen-
te es posible realizarla duplicando los principios 
de la cirugía abierta, con tiempos de isquemia 
menores de 30 minutos [39].
El control del pedículo permite abordar tumo-
res de mayor tamaño y, además, acorta el tiempo 
quirúrgico y disminuye la pérdida sanguínea. Las 
opciones más utilizadas son el clampaje en blo-
que con un clamp de Satinsky laparoscópico, el 
clampaje por separado con bull-dogs o con un 
torniquete de Rummel [40].
En cuanto a la alteración de la función renal 
con la isquemia caliente, no se han encontrado 
diferencias entre los casos no sometidos a isque-
mia, y los expuestos a un tiempo de isquemia en-
tre 0 y 30 minutos, y a un tiempo de isquemia 
entre 30 y 60 minutos [40].
En el momento actual la nefrectomía parcial 
abierta debe ser considerada todavía la técnica 
de elección para la cirugía conservadora renal, 
aunque sin duda en un futuro próximo la cirugía 
laparoscópica podría ser considerada de elección 
frente a la cirugía abierta [25].
Nefrectomía en el donante vivo
El principal factor que limita el número de 
trasplantes renales es la falta de órganos dispo-
nibles. El número de riñones procedentes de do-
nante cadáver varía considerablemente entre paí-
ses, pero parece encontrarse estabilizado. Por ello, 
actualmente el único recurso disponible para 
aumentar el número de trasplantes es la utiliza-
ción de órganos procedentes de donantes vivos. 
Además, los riñones procedentes de cadáver son 
cada vez de peor calidad, al utilizarse riñones pro-
cedentes de donantes cada vez con mayor edad 
y, por tanto, con más patologías concomitantes. 
Por todo ello, la donación de vivo cada vez está 
adquiriendo más importancia. La mayoría de los 
países occidentales tienen programas de trasplan-
te de donante vivo, si bien el porcentaje sobre el 
total que suponen estos oscila desde el 3 % en Es-
paña hasta el 50 % en Escandinavia. En EEUU 
el 30-40 % de los riñones proceden de donantes 
vivos [28].
El trasplante con riñón de donante vivo apor-
ta varias ventajas al receptor. Por un lado, le evita 
la permanencia en una lista de espera y por otro 
la función del injerto es inmediata y con mejor 
evolución a largo plazo [28].
Hasta 1995 la nefrectomía de donante vivo se 
realizaba por vía abierta, mediante una incisión 
en el flanco. En 1995 se realiza la primera nefrec-
tomía laparoscópica de donante vivo, alcanzan-
do la técnica gran popularidad en estos últimos 
años. Entre las ventajas de este abordaje destacan 
un postoperatorio más corto, con menor necesi-
dad de analgesia, menor morbilidad, mejor resul-
tado cosmético y una reincorporación al trabajo 
más rápida [41].
Es muy importante el hecho de que la dismi-
nución de la morbilidad quirúrgica parece au-
mentar la tasa de donaciones. Actualmente más 
de 200 centros en todo el mundo han publicado 
series de nefrectomía de donante laparoscópica 
[28].
Entre los inconvenientes de la técnica laparos-
cópica se ha descrito un mayor riesgo quirúrgi-
co, un mayor tiempo operatorio, mayores costes, 
así como la dificultad de la curva de aprendizaje 
[28].
Varios estudios han comparado la función del 
injerto con la técnica abierta y aunque el tiem-
po de isquemia caliente es mayor con la técnica 
laparoscópica, no se demostraron diferencias en 
las tasas de «función retrasada en el injerto», en 
las necesidades de diálisis en el postoperatorio 
inmediato, ni en la función del injerto al año, 
medida por los valores de creatinina sérica y de 
aclaramiento de creatinina. Tampoco se han de-
mostrado diferencias en la supervivencia de pa-
ciente e injerto al año entre la técnica abierta y 
laparoscópica [28].
Las tasas de conversión publicadas oscilan 
entre 0 y 13 %, siendo las principales causas el 
sangrado, las lesiones vasculares, la inadecuada 
exposición, el fallo de endograpadora y la pérdida 
de neumoperitoneo [28].
El tiempo quirúrgico para el procedimiento 
laparoscópico puro es variable según las series, 
oscilando entre 145 y 340 minutos [28].
La nefrectomía manoasistida permite combi-
nar las ventajas de la cirugía abierta (sensación 
táctil, mayor capacidad de resolución de posibles 
complicaciones intraoperatorias, menor curva 
de aprendizaje y menor tiempo operatorio), con 
las de la cirugía laparoscópica (Figura 6) (posto-
peratorio más corto y recuperación más rápida).

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