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548 CRISTINA SALVATIERRA PÉREZ Y ALEJANDRO MARTÍN PARADA realizar cirugías a distancia [52], en soldados heridos. Posteriormente parte de los cirujanos e ingenieros que trabajaban en el ejército desarro- llaron una empresa comercial lo que permitió la introducción de los robots en la comunidad qui- rúrgica civil [51]. Los sistemas quirúrgicos robotizados avanza- dos equipados con visualización en 3D de alta definición, destrezas mejoradas, 7 grados de li- bertad, posición ergonómica, eliminación de temblores y habilidad para equilibrar movimien- tos superaron las limitaciones de la laparoscopia convencional y fueron aceptados sin reservas por la comunidad quirúrgica [51]. En el año 2000 y tras la aparición del sistema quirúrgico Da Vinci, Binder realiza en Frank- furt la primera prostatectomía asistida por robot [53]. Posteriormente Mani Menon (Hospital Henry Ford, Detroit), perfeccionó la técnica de la prostatectomía asistida por robot reduciendo el tiempo quirúrgico, la pérdida de sangre y la morbilidad [54]. La experiencia de Menon sentó las bases para el uso generalizado de los robots en la cirugía urológica. En comparación con la laparoscopia, el uso del robot presenta algunas ventajas demostradas como una curva de aprendizaje menor, la facilita- ción de la cirugía y, en algunos casos, resultados superiores perioperatorios [52]. 4.1. Prostatectomía radical asistida por robot Las primeras Prostatectomías Radicales Asis- tidas con Robot (PRAR)se publicaron el año 2003. Fue una de las primeras cirugías urológicas llevadas a cabo con un robot, y ha sido la ciru- gía urológica robótica más común hasta la fecha. Desde entonces se han realizado muchos estudios en los que se ha analizado si el mayor coste y co- modidad técnica que ofrecen los robots se han traducido en menos complicaciones y mejores resultados oncológicos [55]. Entre sus ventajas frente a la cirugía abierta se encuentra un menor sangrado sin afectar a los resultados oncológicos [56]. La tasa global registrada de complicaciones tras prostatectomía radical asistida por robot (PRAR) es 5-7% en los grados 1 y 2 de Clavien y 4% en las complicaciones de grado 3 y 4 según Clavien [57]. Las tasas de mortalidad son con- sistentemente bajas (0,1-0,2%) tras PRAR [58]. En un metaanálisis publicado por Tewari et al. sobre los resultados perioperatorios tras PRAR, mostraron que las tasas de reingreso, reopera- ción, lesión ureteral/rectal, trombosis venosa profunda, neumonía, hematoma, linfocele, fuga anastomótica, fístula e infección de la herida son significativamente menores con PRAR [59]. Respecto a la presencia de márgenes quirúrgi- cos afectos, los resultados publicados por Moreno Sierra, et al. muestran una afectación del 22% de los casos lo que concuerda con los resultados referidos en publicaciones anteriores [60]. La recuperación de continencia y función se- xual (eréctil) aún están en evaluación, con todas las dificultades que esto significa. Pero los me- ta-análisis actuales permiten pensar en ventajas hacia el uso de la robótica, con una recuperación más rápida de la continencia y de la potencia se- xual en comparación con las técnicas abiertas y laparoscópicas puras [61]. Estos son los resultados a largo plazo de ca- sos llevados a cabo durante la primera parte del aprendizaje de cirugía robótica. Las enormes me- joras en tecnología robótica, instrumental y la versatilidad de los cirujanos mejorarán aún más los resultados de PRAR [51]. 4.2. Nefrectomía radical y parcial asistida por robot Actualmente es posible realizar la nefrectomía radical por vía robótica, sin embargo, la relación costo beneficio es discutible, dado que la ventaja más importante del robot es la ayuda en la re- construcción de la vía urinaria y en estos casos radicales se trata principalmente de extirpación. Es posible pensar que el robot permita abordar disecciones más complejas, linfadenectomías más extensas, pero esto está aún por demostrarse [52]. Se han descrito series del uso de la tecnología robótica para casos complejos de nefrectomías como cuando se presentan con trombo en cava, aunque estas series son pequeñas si han demos- trado ventajas con el abordaje robótico gracias a la visón 3D y a la mayor precisión de los movi- mientos [62]. En la nefrectomía parcial el abordaje robó- tico podría facilitar tanto la disección como la
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