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1 Nefrología y urología (544)

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CRISTINA SALVATIERRA PÉREZ Y ALEJANDRO MARTÍN PARADA
realizar cirugías a distancia [52], en soldados 
heridos. Posteriormente parte de los cirujanos e 
ingenieros que trabajaban en el ejército desarro-
llaron una empresa comercial lo que permitió la 
introducción de los robots en la comunidad qui-
rúrgica civil [51].
Los sistemas quirúrgicos robotizados avanza-
dos equipados con visualización en 3D de alta 
definición, destrezas mejoradas, 7 grados de li-
bertad, posición ergonómica, eliminación de 
temblores y habilidad para equilibrar movimien-
tos superaron las limitaciones de la laparoscopia 
convencional y fueron aceptados sin reservas por 
la comunidad quirúrgica [51].
En el año 2000 y tras la aparición del sistema 
quirúrgico Da Vinci, Binder realiza en Frank-
furt la primera prostatectomía asistida por robot 
[53]. Posteriormente Mani Menon (Hospital 
Henry Ford, Detroit), perfeccionó la técnica de 
la prostatectomía asistida por robot reduciendo 
el tiempo quirúrgico, la pérdida de sangre y la 
morbilidad [54]. La experiencia de Menon sentó 
las bases para el uso generalizado de los robots en 
la cirugía urológica.
En comparación con la laparoscopia, el uso 
del robot presenta algunas ventajas demostradas 
como una curva de aprendizaje menor, la facilita-
ción de la cirugía y, en algunos casos, resultados 
superiores perioperatorios [52].
4.1. Prostatectomía radical asistida por 
robot
Las primeras Prostatectomías Radicales Asis-
tidas con Robot (PRAR)se publicaron el año 
2003. Fue una de las primeras cirugías urológicas 
llevadas a cabo con un robot, y ha sido la ciru-
gía urológica robótica más común hasta la fecha. 
Desde entonces se han realizado muchos estudios 
en los que se ha analizado si el mayor coste y co-
modidad técnica que ofrecen los robots se han 
traducido en menos complicaciones y mejores 
resultados oncológicos [55].
Entre sus ventajas frente a la cirugía abierta 
se encuentra un menor sangrado sin afectar a los 
resultados oncológicos [56].
La tasa global registrada de complicaciones 
tras prostatectomía radical asistida por robot 
(PRAR) es 5-7% en los grados 1 y 2 de Clavien 
y 4% en las complicaciones de grado 3 y 4 según 
Clavien [57]. Las tasas de mortalidad son con-
sistentemente bajas (0,1-0,2%) tras PRAR [58].
En un metaanálisis publicado por Tewari et al. 
sobre los resultados perioperatorios tras PRAR, 
mostraron que las tasas de reingreso, reopera-
ción, lesión ureteral/rectal, trombosis venosa 
profunda, neumonía, hematoma, linfocele, fuga 
anastomótica, fístula e infección de la herida son 
significativamente menores con PRAR [59].
Respecto a la presencia de márgenes quirúrgi-
cos afectos, los resultados publicados por Moreno 
Sierra, et al. muestran una afectación del 22% 
de los casos lo que concuerda con los resultados 
referidos en publicaciones anteriores [60].
La recuperación de continencia y función se-
xual (eréctil) aún están en evaluación, con todas 
las dificultades que esto significa. Pero los me-
ta-análisis actuales permiten pensar en ventajas 
hacia el uso de la robótica, con una recuperación 
más rápida de la continencia y de la potencia se-
xual en comparación con las técnicas abiertas y 
laparoscópicas puras [61].
Estos son los resultados a largo plazo de ca-
sos llevados a cabo durante la primera parte del 
aprendizaje de cirugía robótica. Las enormes me-
joras en tecnología robótica, instrumental y la 
versatilidad de los cirujanos mejorarán aún más 
los resultados de PRAR [51].
4.2. Nefrectomía radical y parcial asistida 
por robot
Actualmente es posible realizar la nefrectomía 
radical por vía robótica, sin embargo, la relación 
costo beneficio es discutible, dado que la ventaja 
más importante del robot es la ayuda en la re-
construcción de la vía urinaria y en estos casos 
radicales se trata principalmente de extirpación. 
Es posible pensar que el robot permita abordar 
disecciones más complejas, linfadenectomías más 
extensas, pero esto está aún por demostrarse [52]. 
Se han descrito series del uso de la tecnología 
robótica para casos complejos de nefrectomías 
como cuando se presentan con trombo en cava, 
aunque estas series son pequeñas si han demos-
trado ventajas con el abordaje robótico gracias a 
la visón 3D y a la mayor precisión de los movi-
mientos [62].
En la nefrectomía parcial el abordaje robó-
tico podría facilitar tanto la disección como la

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