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LA ARQUEOLOGUIA PREHISTÓRICA: TECNICAS DE INVESTIGACIÓN I 1. Introducción Arqueología, tratado de lo antiguo. Intento de delimitar y diferenciar claramente lo que consideramos Arqueología y Prehistoria. La reconstrucción del pasado a través de los restos materiales de los que se ocupa la Arqueología necesita una serie de consideraciones sobre diversas tendencias, para interpretar estos términos. 1.1 La Arqueología es una ciencia auxiliar a la Historia, incluyendo en esta a la Prehistoria como una etapa de la misma. 1.2 La Prehistoria no debe ser considerada como una ciencia sino como una especialización cronológica de la Arqueología. 1.3 La Prehistoria y la Arqueología son simplemente fases distintas de un proceso de investigación. La segunda se ocupa del trabajo de campo y la primera de la interpretación de los resultados de éste. 1.4 La Arqueología y la Prehistoria son disciplinas independientes con el mismo objetivo pero con finalidades diferentes y perspectivas distintas. 2. Los Datos Arqueológicos 2.1 Estos datos en forma de restos materiales aparecen en los lugares denominados yacimientos arqueológicos. Las diferencias de estos yacimientos son de todo tipo, desde la diversa extensión del terreno, un hallazgo aislado o no, al tipo o función del mismo. Con independencia de la calidad y cantidad de los restos que se conserven, todo aquello que fue utilizado por el hombre de nuestro pasado nos ayudará a reconstruir lo que pudo ser. 3. Localización de los Datos: Prospecciones 3.1 Es el conjunto de trabajos que conducen a la localización de yacimientos, estudiando una zona concreta con el fin de descubrirlos. Se utiliza además como una labor paralela complementaria, o incluso sustitutoria de la propia excavación. Se estudian paisajes enteros a través de prospecciones comarcales. El elevado coste y destructividad de la excavación hace que los arqueólogos realicen, cada vez con mayor frecuencia, prospecciones superficiales y geofísicas de yacimientos, que emplean mecanismos de teledetección que no son destructivos. 3.2 ¿Dónde? Y ¿Cómo? prospectar. Para el donde se analiza toda la información de interés de la zona recogida en: 3.2.1. Mapas topográficos con datos geológicos, suelos agrícolas, vías de comunicación, fuentes de agua, minerales, salinas, etc. 3.2.2. Fotografías aéreas, con fines catastrales y bélicos desde la primera guerra mundial, y que proporciona datos tales como sombras que pueden testimoniar la presencia de estructuras enterradas, crecimiento diferencial de los cultivos o de color, o incluso resto materiales en la superficie del terreno. 3.2.3. La toponimia de la zona. 3.2.4. Las descripciones escritas. Tras este trabajo previo, comenzará el de campo que consiste en buscar y descubrir yacimientos. Se selecciona un área a prospectar, se elige el tipo de prospección, siendo las dos alternativas más frecuentes la prospección total o la de muestreo. 3.3. Hoy en día se realizan muchas prospecciones totales o intensivas, buscando rellenar lagunas de investigación en zonas concretas. Dado que es un método lento, en ocasiones se realizan prospecciones de muestreo, realizadas en un área amplia. Lo más frecuente es un muestreo sistemático realizado a intervalos regulares, en zonas denominadas transects, alargadas y estrechas, y un segundo muestreo aleatorio de cuadrículas simples. Junto a esto, también se realizan sondeos que intenta completar los datos obtenidos en esta observación superficial. 3.4. Además de estas prospecciones sobre el terreno, tenemos otros métodos para examinar algunos aspectos del subsuelo, sin excavar y que no son destructivos. Son dos tipos: las prospecciones geofísicas y las geoquímicas. La primera es introducir energía eléctrica en el subsuelo y medir las alteraciones. El segundo se basa en tres métodos: Primero: Resistencia eléctrica del subsuelo. Segunda: El campo magnético terrestre o Arqueomagnetísmo Tercero: La combinación de ambos. Las geoquímicas se basan fundamentalmente en el análisis de los fosfatos. 3.4.1. El grado de conductividad de la tierra varía, y por ello se pueden detectar irregularidades. Pero no siempre son arqueológicos. 3.4.2. El arqueomagnetismo de un material es el conjunto de propiedades magnéticas de ese material resultante de una transformación física que ha actuado en el pasado. Como el campo magnético ha evolucionado en el transcurso de milenios en inclinaciones y declinaciones, se puede datar un material si no ha sido cambiado de sitio. Este método también es conocido como Termorremanencia, y se usan magnetómetros. 3.4.3. La combinación de ambos métodos es lo que se conoce como prospección electromagnética. Sólo alcanza 1,5 metros de profundidad. 3.4.4. Entre las prospecciones geoquímicas hay que citar el análisis de fosfatos, que sirve para localizar yacimientos donde no hay restos superficiales y para detectar diferentes áreas dentro del yacimiento. 4. Recuperación de los datos: Excavación Arqueológica 4.1. La excavación arqueológica es el medio que permite descubrir y poner a la vista, restos enterrados en yacimientos arqueológicos. Aunque la excavación en sí es destructiva hay métodos que no lo son. De esta forma el arqueólogo podrá saber 1) la actividad humana en el período determinado del pasado, 2) los cambios experimentados por las actividades de una época u otra. Requisitos previos, un permito y saber a qué museo entregar lo encontrado. 4.2. Sobre el terreno se decide la estrategia teniendo en cuenta las condiciones del yacimiento. 4.2.1. El método más común es el desarrollado por Mortimer Wheeler y Kathleen Kenyon. Se basa en un sistema de ejes y cuadrículas 4.2.2. Actualmente se usa el sistema de excavación abierto, se va levantando nivel por nivel. Es válido en yacimientos superficiales y los de enfoque horizontal, como paleolíticos o mesolíticos donde los restos de estructuras son escasos. En una excavación descubrimos dos dimensiones; la horizontal que nos muestra el estado del yacimiento en un momento puntual y concreto, y el vertical, que nos da una secuencia temporal de los cambios producidos dentro del yacimiento y la relación de un período. 4.2.3. No hay un único sistema de excavación. 4.3. Las técnicas de excavación se refieren al modo de eliminar o retirar la tierra que cubre los restos arqueológicos y son fundamentalmente dos: Una sigue la estratigrafía natural del terreo y la otra saca capas o niveles artificiales de un espesor determinado. 5. El registro de los datos arqueológicos Tras identificar y numerar las unidades estratigráficas es necesario describirlas. Dos son los datos a registrar: por una parte el de las estructuras que se conservan in situ, por otra el registro de los objetos o cosas que han tenido que ser destruidas por el acto de excavar. Han de anotarse en el momento y contexto en el que aparecen, y antes de ser retiradas. El diario e excavación, inventario de materiales, planos de cada una de las áreas excavadas, fotografías y dibujos de los materiales, son algunos de los elementos imprescindibles. 6. La arqueología subacuática Resultan de gran interés ya que la subida de los niveles marinos y lacustres del Holoceno originó que numerosos yacimientos prehistóricos estén actualmente sumergidos: pueblos palafíticos de las laderas de los lagos, pueblos neolíticos de las costas del mar, grutas paleolíticas, o embarcaciones hundidas.
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