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E m b a r a z o m ú l t ip l e , m a n e jo 34 Daniel Ronderos Dumit El embarazo múltiple puede resultar de la fecundación de dos o más oocitos. En estos casos los fetos son genéticamen te diferentes (policigóticos o no idénticos). También puede ocurrir por la división de la masa embrionaria para formar dos o más fetos genéticamente idénticos (monocigóticos). Todos los fetos policigóticos formarán su propia placen ta, amnios y corión (policoriónicos). En los fetos monocigó ticos si la masa embrionaria se divide durante los primeros 3 días pos fertilización, cada feto tendrá su propia placenta y saco amniótico (dicoriónico-diamniótico). Esto ocurre en un tercio de los embarazos monocoriónicos. Si la división ocurre después del tercer día de fertilización, las placentas estarán unidas y habrá comunicaciones vasculares entre las dos circulaciones placentarias (monocoriónico). Divisiones embrionarias después del noveno día de fertilización resul tarán en embarazos monoamnióticos, monocoriónicos, y divisiones posteriores al día 12 resultarán en la separación incompleta de los embriones y serán fetos unidos o llama dos comúnmente siameses. El embarazo gemelar representa el 1-3% de todos los emba razos. Dos tercios son dicigóticos y un tercio monocigóticos. La morbilidad y mortalidad perinatal están aumentadas en el embarazo múltiple. La mortalidad perinatal es del 50-120 por 1.000 nacimientos gemelares y es debida princi palmente a prematurez y a restricción del crecimiento fetal intrauterino. En los embarazos monocoriónicos esta morta lidad es 3 a 4 veces mayor que en embarazos dicoriónicos por la presencia del síndrome de transfusión feto-fetal. En los embarazos triples la mortalidad es cercana al 200 por 1.000 nacidos. La prevalencia de parálisis cerebral en el primer año de vida es de 1.6 por 1.000 nacidos producto de embarazo único, 7,4 por 1.000 para cada gemelo y 28 por 1.000 para cada producto de embarazo triple (1). La morbilidad materna está también aumentada signi ficativamente en el embarazo múltiple y está directamen te relacionada con el número de fetos presentes. El Centro Latinoamericano de Perinatología de Montevideo en un re gistro de 15.484 embarazos múltiples reportó un aumento dos veces mayor en la mortalidad materna comparada con el embarazo único. La morbilidad también aumenta con un riesgo relativo (RR) para eclampsia de 3,0 (95% CI 2,9-3,3), para preeclampsia 2,2 (95% CI 1,9-2,5) y 2,0 (95% CI 1,9-2,0) para hemorragia posparto. Adicionalmente se encontró una mayor incidencia de anemia, infección urinaria, endometri tis puerperal y operación cesárea (2). Por estas razones el embarazo múltiple debe tener una vigilancia estricta y su control debe ser realizado por un equipo multidisciplinario de médicos especialistas con ex periencia en el diagnóstico y manejo de las patologías ma- terno-fetales. Desafortunadamente carecemos de estudios controlados, randomizados suficientes en lo que respecta a muchas áreas del diagnóstico y manejo del embarazo gemelar y sus múl tiples complicaciones. En este capítulo pretendo hacer una revisión general sobre diferentes aspectos del manejo del embarazo múltiple. Prevención En los últimos 20 años hemos visto un aumento en la fre cuencia de los embarazos múltiples debido al incremento en el uso de medicamentos inductores de la ovulación y el mayor número de embarazos producto de técnicas de reproducción asistida (IVF). La búsqueda de embarazos a edades maternas cada vez mayores, también ha aumentado el número de embarazos múltiples espontáneos al igual que la necesidad potencial de requerir de reproducción asistida para conseguirlo (3)._ La incidencia de gestación múltiple después de fertiliza ción in vitro es del 26,4% en Europa y del 35,3% en USA, esto comparado con 1,1% después de una concepción natu ral. El incremento anual ha sido del 2,3% entre los años 1982 y 2002 (4, 5). La tasa de nacimientos de embarazos triples y de mayor número en USA era de 37 por 100.000 en 1980 y se cuadru plicó siendo en el año 2003 de 187,4 por 100.000 (6). Un em barazo triple tiene una mortalidad perinatal de la totalidad de sus fetos del 9,7% y un 8% de que uno o más de los triples desarrolle una parálisis cerebral (7, 8). Avances recientes en técnicas de reproducción asisti da han llevado al crecimiento de embriones al estadio de blastocisto. La transferencia en este estadio se asocia con un aumento en la implantación embrionaria, lo cual podría disminuir el número de embriones transferidos mantenien do las tasas de embarazo por ciclo (9). Sin embargo, varios GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T reportes sugieren que la transferencia de blastocistos puede aumentar la incidencia de embarazos gemelares monocorió- nicos entre 2,7 y 13,2% (10). La división monocigótica en embarazos de IVF es de 2,3- 4,9 %, seis a doce veces mayor que en embarazos espontá neos. La muerte fetal en estos embarazos monocoriónicos ocurre con mayor frecuencia antes de las 24 semanas de gestación, y ha sido reportada en 12,7% de 102 embarazos monocoriónicos-diamnióticos, comparada con 2,5% en 365 embarazos dicoriónicos-diamnióticos (11). Esta muerte es atribuida generalmente al síndrome de transfusión feto-fetal (STFF) que ocurre en 15-20% de los embarazos monocorió nicos, diamnióticos y a la aparición de RCIU que complica el 25% adicional de embarazos (12). Para lograr una disminución en la morbimortalidad fetal y materna es necesario reducir la incidencia de embarazos gemelares y de mayor número. Estrategias como el segui miento del crecimiento folicular con ultrasonido en la in ducción de la ovulación o superovulación con cancelación del ciclo o transferencia a IVF si la respuesta ovulatoria es excesiva y las recientes restricciones para la transferencia de embriones en ciclos de IVF e ICSI (Human Fertilisation an Embryology Authority, Code of Practice 6th Edition, www. hfea.gov.uk/ HFEAPublications/CodeofPractice), donde se restringe la transferencia a máximo 2 embriones por ci clo en mujeres de 39 años o menores, y a tres embriones en mujeres de 40 años o mayores, han mostrado una reducción dramática de los embarazos múltiples de alto orden sin dis minuir significativamente las tasas de embarazo. D iagnóstico Uno de los factores más importantes para un buen resultado del embarazo múltiple es su diagnóstico temprano. La bús queda de factores que aumenten el riesgo de embarazo múl tiple en la historia clínica materna es el primer paso para el diagnóstico. Estos son: uso de medicamentos inductores de ovulación o pacientes sometidas a procedimientos de repro ducción asistida, antecedente familiar materno de embara zos múltiples, concepción en ciclo posterior a la suspensión de anticonceptivos orales, edad materna mayor de 35 años. La presencia de hiperémesis dravídica o la evidencia de una altura uterina mayor para la edad gestacional son sig nos que deben hacernos sospechar la presencia de un emba razo múltiple. Ultrasonido El ultrasonido es el método ideal para el diagnóstico de los embarazos múltiples y de la gran mayoría de sus alteracio nes. La ecografía entre las semanas 5 a 10 de la gestación debe ser idealmente transvaginal. En este examen es pro bable que observemos más de un saco gestacional con o sin embrión en su interior. En 20 a 30% de los embarazos identificados tempranamente como gemelares uno de los sacos desaparece y es reabsorbido (feto evanescente) sin que existan riesgos para el feto que continúa su crecimiento (13). Una vez detectada una gestación múltiple los estudios de ultrasonido deben ser realizados en un centro con experien cia en la evaluación y la identificación temprana de factores predictivos de riesgo. La siguiente ecografía debe ser reali zada entre las semanas 11 a 14 de la gestación para evaluar: • Número de fetos • Corionicidad • Sonolucencia nucal • Ductus venoso • Marcadores ecográficosde aneuploidías • Anatomía fetal • Doppler de arterias uterinas. El estudio de screening de Copenhagen para la detección de síndrome de Down (SD) en gemelares con marcadores ecográficos y bioquímicos del primer trimestre mostró una detección del 78% con 5,7% de falsos positivos, en compa ración con 86% de detección y 5,8% de falsos positivos en embarazos únicos. Como los resultados bioquímicos en embarazos afectados con SD reflejan la presencia de un feto normal y uno com prometido, las tasas de detección son más bajas. Sin embar go, esto no aplica para los marcadores ecográficos que son determinados individualmente para cada feto. Si se detecta un riesgo aumentado en un gemelo, el riesgo estará aumen tado en su compañero (14). La realización de un ultrasonido entre las 11-14 semanas de la gestación debe convertirse en una práctica obstétrica de rutina en toda mujer embarazada. Corionicidad La determinación de la corionicidad se realiza con ultrasoni do. La diferenciación entre un embarazo monocoriónico de un dicoriónico es cercana al 100% entre las semanas 7 a 14 de la gestación. La observación de una membrana divisoria gruesa entre los sacos gestacionales cercana al corión o la presencia del signo lambda (figura 1) son las claves diag nósticas en estas edades gestacionales (15). Estos signos van desapareciendo a medida que aumenta la edad gestacional haciéndose más difícil el diagnóstico diferencial de corioni cidad. En la segunda mitad del embarazo la localización de las placentas, el sexo fetal y las características de las mem branas entre los sacos amnióticos serán entonces las guías diagnósticas. Fetos de diferente sexo son dicigóticos y por lo tanto dicoriónicos. La diferenciación entre las placentas y el grosor de las membranas amnióticas es más difícil en el 2o y 3er trimestre siendo el diagnóstico de corionicidad menos confiable. La utilización de transductores de alta frecuencia de 7,0 Mhz o más puede ocasionalmente ayudar en la eva luación del grosor de las membranas (tabla 1). Cigocidad Sólo puede ser diagnosticada con estudios de DNA en teji dos fetales (líquido amniótico, vellosidad corial, sangre fe tal). Es la única forma de identificar si un par de gemelos es idéntico o no. Todos los estudios deben incluir doppler fetal. La vigilan cia con doppler de la circulación fetal en embarazos de alto riesgo disminuye la muerte perinatal (OR 0,71, 95% CI 0,50 a 1,01) (16). La frecuencia en la evaluación del crecimiento y el bienestar fetal debe aumentar ante la sospecha de al teraciones morfológicas funcionales o del crecimiento fetal. La evaluación con doppler de las arterias uterinas parece detectar un grupo de pacientes con riesgo de resultados pe- 228 PARTE III 3 4 / EMBARAZO MÚLTIPLE. MANEJO T Figura 1. Signo Lambda observado en la foto de arriba. La placenta en el embarazo bicoriónico pareciera introducirse entre las membranas. Abajo, embarazo monocoriónico. Tabla 1. Seguimiento del embarazo gemelar Embarazo bicoriónico Eco 11-14 sem. Eco 20-22 sem (Detalle anatómico o NIII) Eco 26-28 sem. Eco cada 3-4 semanas. rinatales adversos. El grupo de Nicoilaides en el K ing's Co llege de Londres evaluó el doppler de las arterias uterinas en un grupo de pacientes con embarazos gemelares a las 23 semanas. La incidencia de preeclampsia fue del 6%, RCIU < p 5 en ambos gemelos del 8,8%, abruptio 0,9% y muerte fetal intrauterina 1,7%. La sensibilidad del doppler para detectar estas complicaciones fue respectivamente 343,3%, 9,7%, 66,6% y 33,3% (17). Es probable que la evaluación con doppler de las arterias uterinas a las 11-14 semanas y/o a las 22-24 semanas tenga valor para la predicción de resultado perinatal adverso y permita en el futuro adoptar estrategias que disminuyan la incidencia de estas patologías. El embarazo gemelar monoamniótico tiene una mortali dad fetal del 13 al 23%, siendo el 50% de estas muertes se cundaria a la formación de nudos y el entrelazado de los cordones umbilicales. Roque y cois han estimado que la mortalidad perinatal aumenta un 1% por semana antes de las 32 semanas, 4% por semana entre las 33 a 35 semanas y 7% por semana después. La mayoría de las muertes (60%) ocurre antes de las 32 semanas. Con el fin de prevenir esto se ha propuesto con éxito la monitorización fetal diaria con paciente hospitalizada desde las 26-27 semanas de gestación hasta la finalización del embarazo (18-20). D etección de anom alías estructurales fetales La prevalencia de malformaciones estructurales fetales en cada gemelo dicigótico es la misma que en embarazos únicos, mien tras que en gemelos monocigóticos es 2 a 3 veces mayor. Es en tonces importante la evaluación detallada de la anatomía fetal con ultrasonido entre las semanas 20-22 de la gestación. Embarazo monocoriónico Eco 11-14 sem. Eco 16-18 sem. Buscar signos de STFF Eco 20-22 sem (Detalle anatómico o NIII) Eco cada 2-4 semanas. El manejo de una alteración anatómica en uno de los fe tos debe ser individualizado y depende de factores como: corionicidad, edad gestacional y tipo de malformación ana tómica. En casos en que la alteración fetal sea letal el ma nejo debe ser expectante, a no ser que la patología presente pueda comprometer la sobrevida del feto normal. Por ejem plo, un embarazo gemelar con un feto anencefálico. El feto anencefálico tiene una mortalidad del 100%, pero la mitad de ellos producirán polihidramnios severos sometiendo a su compañero a los riesgos de muerte o limitaciones neu- rológicas secundarias a la prematurez extrema por partos muy tempranos desencadenados por la sobredistensión uterina. Estos casos se beneficiarán con la realización de un feticidio temprano del feto anencefálico. En casos donde la anormalidad no es letal pero puede resultar en un feto seve ramente limitado, los padres deben tomar una decisión más difícil, el manejo expectante y la preparación para afrontar un duro camino o el feticidio selectivo del feto anormal. El feticidio conlleva un riesgo de aborto del 5% si se realiza antes de la semana 16 de la gestación y llega al 15% si es posterior a esta edad gestacional (21). Para la realización de este procedimiento es requisito fundamental la certeza de que se está ante un embarazo dicoriónico, pues la muerte de uno de los gemelos en un embarazo monocoriónico puede inducir la muerte del otro gemelo o la aparición de lesiones multisistémicas en el feto sano, secundarias a la hipotensión súbita que sigue a la muerte fetal y por el paso de sustancias de desecho del feto en descomposición hacia el feto sano. En embarazos múltiples discordantes para una alteración anatómica los objetivos son maximizar las probabilidades de sobrevida con excelente calidad de vida del feto normal y disminuir el riesgo de prematurez. OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 229 GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T Procedim ientos diagnósticos invasivos En embarazos dicigóticos el riesgo de alteraciones cromosó micas ligadas a la edad materna para cada feto es el mismo que en embarazos únicos, por lo tanto la probabilidad de que al menos uno de los fetos esté afectado por un defec to cromosómico es el doble que en un embarazo único. Por ejemplo, una mujer de 35 años de edad con un embarazo único tiene un riesgo de 1 en 200 de tener un bebé con un síndrome de Down. Esa misma mujer con un embarazo ge- melar tiene un riesgo de 1 en 200 por cada feto, por lo tanto tendrá un riesgo de 1 en 100 de tener un bebé con una altera ción cromosómica en este embarazo (tabla 2) (22). En embarazos monocigóticos el riesgo de alteración cro mosómica es el mismo que en embarazos únicos y si existe la alteración, generalmente los dos fetos estarán afectados. Cariotipo fetal en gem elos En embarazos monocoriónicos sólo es necesario obtener muestras de líquido amniótico o vellosidad corial de uno de los fetos. Sin embargo, existen algunos casos reportados de gemelos monocigóticosdiscordantes para anormalidades autosómicas o de cromosomas sexuales. En embarazos dicigóticos se deben obtener muestras de cada feto tratando en lo posible de hacerlo a través de una sola punción o entrada única. Discordancia en el crecim iento fetal intrauterino En embarazos monocoriónicos el potencial de crecimiento fetal y los factores que gobiernan la invasión trofoblástica deben ser los mismos para ambos fetos. Por lo tanto, las di ferencias en crecimiento entre fetos son probablemente el reflejo de una división no equitativa de la masa celular ini cial. Al evaluar una discordancia en el crecimiento de un feto en un embarazo monocoriónico se debe hacer siempre el diagnóstico diferencial entre un disbalance nutricional se cundario a una RCIU y un STFF. En gemelos dicoriónicos la disparidad en el crecimiento fetal puede ser igualmente ocasionada por diferencias nutricionales fetales pero el ori gen es diferente y se debe generalmente a un defecto en la invasión trofoblástica hacia las arterias espirales maternas y por lo tanto a una disfunción placentaria. El crecimiento fetal en embarazos gemelares es general mente similar al del embarazo único. Se presenta una dismi nución en la velocidad de crecimiento a partir de las 30-32 semanas de gestación y esta lentificación se hace mayor a partir de las 36 semanas (23). Hasta el momento, el mejor método para la evaluación del crecimiento fetal es la medición seriada del mayor número de parámetros antropométricos y su comparación longitudinal con estudios previos del mismo feto y con el feto hermano buscando discordancia. Una diferencia de peso mayor del 20-25% se asocia con un aumento importante de la morbi- mortalidad fetal y neonatal (24). La discordancia en el peso sin compromiso hemodinámico supone el diagnóstico de un bebé pequeño para la edad gestacional, éste es un feto con un potencial de crecimiento menor al promedio pero sin altera ciones en su nutrición, por lo tanto sin mayor morbilidad. Restricción del crecim iento intrauterino Las alteraciones genéticas, cromosómicas o infecciosas pue den ser selectivas a uno de los gemelos o comprometer todo el embarazo. Por ejemplo, la infección materna por citome- galovirus en un embarazo triple puede producir un com promiso multisistémico en uno de los fetos, RCIU de otro y un tercer feto completamente sano. Los estudios comple mentarios en líquido amniótico, vellosidad corial o sangre fetal para precisar el diagnóstico deben comprometer gene ralmente la totalidad de los fetos. El manejo de cada caso de pende de la etiología, alteraciones asociadas y su pronóstico de las posibilidades terapéuticas y/o de corrección antena tal y/o postnatal. En las restricciones de origen placentario se debe prestar especial atención al bienestar del feto comprometido, aunque puede presentarse restricción del crecimiento de ambos fetos. Para la vigilancia se debe utilizar la combinación del perfil biofísico fetal, doppler de la circulación fetal y el control del crecimiento ecográfico bisemanal. Los estudios deben ser rea lizados 2, 3 ó más veces por semana dependiendo de la se veridad del compromiso. Los cambios hemodinámicos y de adaptación fetal a la desnutrición intrauterina evaluados con doppler y el perfil biofísico en embarazos múltiples, son los mismos que los observados en embarazos únicos. Tabla 2. Riesgo de anomalías cromosómicas en embarazos únicos y embarazos gemelares dicigóticos caucásicos, basados en la edad ma terna al momento de la amniocentesis. Embarazo único Embarazo gemelar Edad materna Síndrome Down Todas las anomalías cromosómicas Síndrome Down Todas las anomalías cromosómicas 27 1/769 1/943 1/415 1/509 29 1/680 1/580 1/364 1/310 31 1/610 1/357 1/324 1/190 33 1/389 1/219 1/206 1/116 35 1/237 1/135 1/125 1/71 37 1/145 1/83 1/77 1/44 39 1/89 1/51 1/47 1/27 41 1/55 1/31 1/29 1/17 43 1/33 1/19 1/18 1/10 230 PARTE III 3 4 / EMBARAZO MÚLTIPLE. MANEJO El uso de betametasona para inducir maduración pulmo nar es obligatorio. No hay evidencias sobre la necesidad de utilizar dosis mayores a las utilizadas convencionalmente en embarazos únicos o el beneficio de dosis repetidas. Al alcanzar 34 semanas de edad gestacional se debe pensar se riamente en finalizar el embarazo y definitivamente se debe interrumpir al llegar a las 36 semanas de gestación. En embarazos mayores de 32 semanas de gestación, la aparición de signos claros de sufrimiento de uno de los fe tos obliga a la interrupción del embarazo. La situación es bastante más difícil cuando se trata de embarazos menores de 32 semanas de gestación donde la corionicidad y la edad gestacional son factores determinantes (figura 2). Obviamente el manejo del feto con RCIU dependerá de la gravedad del compromiso fetal y del respaldo y disponibi lidad de cuidado intensivo neonatal existentes. La decisión de finalizar el embarazo siempre debe ser tomada en con junto con el grupo de neonatología. Parto pretérmino El 25,8% de todos los embarazos gemelares en los Estados Unidos de Norteamérica nace antes de las 35 semanas de gestación (25). La medición de la longitud cervical (LC), con ultrasoni do transvaginal es el único método con valor predictivo de parto pretérmino en embarazos gemelares. Skentou y cois midieron la LC en 464 embarazos gemelares entre 22-24 se manas y encontraron que con una LC menor de 2 cm el 17% tuvo parto antes de las 33 semanas y con una longitud de 8 mm el 80% (26). En un estudio prospectivo multicéntrico, 13 centros en Francia, se evaluó LC en 251 embarazos ge- melares a las 22 semanas y 215 embarazos a las 27 semanas. Los mejores resultados para detectar parto pretérmino se obtuvieron con la evaluación a las 27 semanas. Para una LC menor de 2,5 cm la sensibilidad para detector parto pretér mino antes de 32 y 35 semanas fue 100% y 54% respectiva mente y la especificidad 84% y 87% (27). Este mismo grupo realizó un estudio prospectivo com parando la LC evaluada con ultrasonido transvaginal y con tacto digital en embarazos gemelares durante un control de rutina a la 22 semanas (175 pacientes) y a las 27 sema nas (153 mujeres). Una LC menor de 2,5 cm evaluada con ultrasonido transvaginal a las 22 semanas de gestación no predijo un parto pretérmino < 34 sem mejor que el examen digital. Sin embargo, a las 27 semanas predijo un parto es pontáneo antes de 34 semanas mejor que el examen digital. LR 5,4 (3,2-9,0) vs. LR 2,3 (1,3-4,2) (28). No se ha observado que la fibronectina ayude en la identificación de gemelos destinados a nacer prematuramente. Diferentes estrategias han sido implementadas con el fin de disminuir la incidencia de parto pretérmino. El reposo en cama es uno de los métodos mas comúnmente utilizados. Crowther, en una revisión de seis estudios ran- domizados, que incluían cerca de 600 mujeres y 1.400 bebés, comparó el uso rutinario de reposo en cama con paciente hos pitalizada, con reposo en cama hospitalaria sólo en caso de complicaciones. Encontró que la hospitalización rutinaria no logró disminuir el riesgo de parto pretérmino (tabla 3), ni la mortalidad perinatal. Hubo una tendencia a la disminución del número de bebés con bajo peso [(OR) 0,79; (IC) 95% 0,63- 0,99], pero no se observaron diferencias en el número de be bés con muy bajo peso u otros resultados perinatales favo rables. No hay datos sobre trastornos del desarrollo infantil en ninguno de los estudios, ni sobre una sensación de mayor cuidado de su embarazo percibido por la madre (29). 1------------------------------------- Figura 2. Embarazo gemelar, RCIU de un gemelo sin signos de sufrimiento fetal. OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 231 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T Tabla 3. Hospitalización para reposo en cama en embarazo múltiple. Parto pretérmino (< 37 semanas). Estudio Grupo tratado n/N Control n/N O. R. 95% IC Peso (%) O. R. 95% IC Crowther 1989 51/70 55/69 --------■ 17.5 0.69 (0.32,1.50)Crowther 1990 36/58 40/60 --------■ 18.8 18.8 (0.39,1.74) Crowther 1991 8/10 9/9 -*H---------- 1.3 0.13 (0.01,2.33) Hartikainen - Sorri 11/32 11/45 — 10.7 1.62 (0.60,4.38) Maclennan 38/69 37/72 ■ ------- 24.4 1.16 (0.60, 2.24) Saunders 1985 32/105 20/107 ------■ ----- 27.2 1.88 (1.01,3.52) Total (95% CI) 344 362 - V - 100.0 1.14 (0.82,1.58) Total eventos: 176 (tratado), 172 (control) Test de heterogeneidad chi-square= 7,50 df=5 p=0,1912=33,3% Test de efecto total: z=0,78 p=0,4 1 1 1 1 1 1 0.1 0.2 0.5 2 5 10 La utilización profiláctica de útero inhibidores para dis minuir los cambios cervicales que puedan llevar a un parto pretérmino también han sido ampliamente utilizados. Ya- masmit y cois, en una revisión de cinco estudios (344 emba razos gemelares), compararon el uso de betamiméticos ora les con placebo. Uno de los estudios (50 pacientes) encon tró que los betamiméticos redujeron la incidencia de parto pretérmino < 37 sem (RR) 0,40; 95% (CI) 0,19 a 0,86). Sin embargo, en cuatro estudios (276 pacientes), no se observó disminución en pretérmino < 37 sem (RR) 0,85; 95% (CI) 0,65 a 1,10). El peso fetal promedio fue mayor en el grupo con betamiméticos, aunque no hubo una reducción en el bajo peso al nacer. Dos estudios (388 neonatos) mostraron que los betamiméticos redujeron significativamente la inciden cia de síndrome de dificultad respiratoria (tabla 4). No hubo evidencia de reducción de muerte neonatal en tres estudios (452 neonatos), (RR 0,80; 95% CI 0,35 a 1,82). Este estudio concluye que no existe ninguna evidencia en el momento que respalde o rechace el uso rutinario de betamiméticos profilácticos en mujeres con embarazo múltiple (30). Los útero inhibidores betamiméticos producen taquifi- laxia y efectos maternos indeseables: taquicardia, edema pulmonar agudo, muerte materna; por lo tanto deben ser reservados para el manejo de la amenaza de parto pretérmi no clínicamente documentado. Estudios recientes han demostrado el beneficio de la pro gesterona para prevenir partos pretérmino en embarazos únicos. Rouse y cois realizaron un estudio randomizado, con trolado y doble ciego en 14 centros de Estado Unidos; 661 em barazos gemelares sanos recibieron una inyección IM de 250 mg de 17 alfa hidroxiprogesterona caproato (17P) o placebo, iniciando de 16-20 semanas y terminando a las 35 semanas. El resultado evaluado era parto o muerte fetal antes de 35 semanas; 41,5% de las pacientes en el grupo de 17P y 37,3% del grupo placebo presentaron parto o muerte fetal entes de las 35 semanas. (RR 1,1; 95% (CI), 0,9-1-3). El 17P no redujo la tasa de parto pretérmino en embarazos gemelares (31). El uso rutinario de inductores de maduración pulmonar (Betametazona 12 mg IM, repetida a las 24 horas) en pacien tes con embarazo múltiple nunca ha sido validado. Sin em Tabla 4. Betamiméticos orales vs. placebo. Síndrome de dificultad respiratoria. Yamasmit: The Cochrane Library, 2007 Estudio Grupo tratado Control n/N n/N R. R. 95% IC Peso <%) R. R. 95% IC 01 Entregemelar independiente Ashoworth 1990 5/148 13/140 Skjaerris 1982 0/50 4/50 Subtotal (95% IC) 198 190 ■ - 1 ------- h 74.8 25.2 100.0 0.36 (0.13, 0.99) 0.11 (0.01,2.01) 0.30 (0.12, 0.77) Total eventos: 5 (tratado). 17(control) Test de heterogeneidad x2=0.59 df=l p=0.44 I2=0.0% Test de efecto total: z=2.51 p=0.01 02 Entregemelar Ashoworth 1990 3/74 7/70 ■ 74.2 0.41 (0.11,1.51) Skjaerris 1982 0/25 2/25 Subtotal (95% IC) 99 95 ------■ ---------- 25.8 100.0 0.20 (0.01, 3.97) 0.35 (0.11,1.16) Total eventos: 3 (tratado). 9 (control) Test de heterogeneidad =0.18 df=l p=0.6712=0.0% Test de efecto total: z=1.71 p=0.09 I l 1 1 1 1 1 0.1 0.2 0.5 1 2 5 10 232 PARTE III 3 4 / EMBARAZO MÚLTIPLE. MANEJO T bargo, su eso debe ser obligatorio en pacientes con riesgo inminente de parto pretérmino < 34,6 semanas. El uso profiláctico del cerclaje cervical ha sido propuesto para el manejo de pacientes con embarazos gemelares o ma yores. Se ha reportado un incremento significativo en parto pretérmino < 35 semanas, en pacientes a quienes se realizó cerclaje ante la presencia de un cuello corto en ultrasonido (RR 2,15, 95% CI 1,15-4,01) (32). La detección de infecciones, especialm ente vaginales o urinarias, y su control agresivo son parte fundam ental de un adecuado control prenatal en la paciente con em bara zo m últiple. Es necesaria la realización de más estudios para investigar el posible valor de intervenciones antena tales con el fin de reducir el riesgo de parto pretérmino, muerte neonatal y lim itaciones neurológicas en pacientes con em barazo múltiple. Síndrom e de transfusión feto fetal (ST FF) Es una complicación específica de los embarazos monoci góticos, monocoriónicos y es el resultado de la transfusión sanguínea a través de anastomosis placentarias de un feto (donante), hacia el otro (receptor). Ocurre aproximadamen te en el 15% de los embarazos monocoriónicos. De no ser tratada esta condición, la mortalidad fetal se acerca al 100%. El STFF ha sido clasificado de acuerdo a su historia natural, severidad y pronóstico por Quintero y cois en 5 estadios. Estadio I: polihidramnios en el recipiente y oligohidram- nios severo con vejiga visible en el donante. Estadio II: igual al anterior pero con vejiga ausente en el donante y doppler con flujos diastólicos presentes ductus venoso con flujo anterógrado. Estadio III: polihidramnios/oligohidramnios, vejiga no visible aunque podría estar visible, doppler anormal por la presencia de alguno de los siguientes: 1. Flujos diastólicos ausentes o revertidos en la arteria um bilical 2. Flujo revertido en el ductus venoso 3. Flujo pulsátil en la vena umbilical. Estadio IV: presencia de ascitis o hidrops en cualquier feto. Estadio V: muerte de alguno de los fetos. Esta clasificación ha sido cuestionada argumentando que los estadios I y II son una continuidad del mismo proceso dentro de los que se en cuentran fetos con un simple disbalance en el líquido amnióti co y/o en su crecimiento, son estadios preclínicos que requie ren solamente de vigilancia estricta, no son realmente STFF. Varias alternativas terapéuticas han sido propuestas: am nio drenaje seriado, coagulación con láser de los vasos anas- tomóticos placentarios, septostomía o feticidio selectivo con técnicas de oclusión vascular. En una revisión reciente de Cochrane 2008, se evaluaron los estudios randomizados o "quasi randomizados" que compararon amniorreducción vs. coagulación láser, septos tomía vs. coagulación láser y septostomía vs. amniorreduc ción. Dos estudios (213 mujeres) fueron analizados encon trando que la coagulación con láser produjo menos muertes de los infantes, (RR) 0,33; 95 (CI) 0,16-0,67, un estudio), me nos muertes perinatales (RR 0,59; 95% CI 0,40-0,87), y menos muertes neonatales (RR 0,29; 95% CI 0,14-0,61), que en el grupo de amniorreducción. Se encontró un mayor número de bebés sin anomalías neurológicas a los 6 meses de edad en los fetos del grupo de láser (RR 1,66; 95% CI 1,17-2,35) comparado con amniorreducción, pero esta diferencia no fue significativa después de los seis meses de edad (RR 0,58; 95% CI 0,18-1,86). No se observó diferencia en los resultados perinatales entre los grupos tratados con amniorreducción vs. septosto mía. Los autores concluyen que para mejorar los resultados perinatales en todos los estadios del STFF el tratamiento de elección es la coagulación endoscópica con láser de los va sos comunicantes (33). Es probable que el mapeo de la circulación iter placentaria permita en un futuro una ablación altamente selectiva de las anastomosis arterio-venosa con métodos menos invasivos como termoterapia con láser intersticial o ultrasonido focalizado. Preeclam psia-eclam psia La incidencia de preeclampsia en el embarazo múltiple es 2 a 3 veces mayor que en embarazos únicos. Se debe destinar un tiempo a la educación de las pacientes sobre los signos y síntomas que pueden suponer unaumento de la tensión arterial y realizar una monitorización cercana de la TA en la segunda mitad del embarazo realizando controles pre natales rutinarios con una frecuencia de 2 a 3 semanas. La suplementación con calcio y la administración de aspirina en dosis bajas parece ser benéfica para prevenir elevaciones de la tensión arterial en pacientes con embarazo único y con riesgo de desarrollar hipertensión. Sin embargo, no hay evi dencias de su beneficio en embarazos múltiples. Anemia Existe evidencia de que la administración rutinaria de hie rro y ácido fólico en embarazos únicos, aumenta o mantiene los niveles séricos de hierro y ferritina al igual que los nive les de folato en los glóbulos rojos hasta el final del embarazo (34). Aunque no hay evidencia en embarazos múltiples, se sugiere la suplementación de por lo menos 60 mg de hierro elemental y 1 mg de ácido fólico diariamente. M uerte de un feto en em barazo gem elar En embarazos monocoriónicos la muerte de uno de los ge melos in útero se asocia con un 20-27% de riesgo de muerte o de limitaciones neurológicas importantes del feto herma no. Esta situación es causada por la isquemia que sigue a una hipotensión severa que ocurre en el feto vivo secunda ria a una derivación masiva del flujo sanguíneo hacia la uni dad feto-placentaria del feto que al morir pierde su presión arterial (35). Si el feto sobrevive a este evento, el tejido del feto muerto en descomposición genera sustancias tóxicas protrombóticas que regresan al feto vivo desencadenan do reacciones inflamatorias y de coagulación que pueden comprometer en mayor o menor grado cualquier sistema. En este momento la decisión crítica es, ¿se debe finalizar el embarazo? Si el diagnóstico se realiza en el momento de la muerte o en un período cercano antes de que ocurra, una cesárea de urgencia debe realizarse para evitar las ante riores complicaciones en el feto sobreviviente teniendo en cuenta la edad gestacional. Se ha propuesto en embarazos con prematurez extrema, la realización de una transfusión intravascular intrauterina para contrarrestar esta hipoten sión, pero son solamente reportes de casos. Si la muerte del OBSTETRICIA DE ALTO RIESG O 233 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T feto ya ocurrió, es probable que el daño por isquemia ya esté hecho. Aunque no hay estudios randomizados la prac tica común es desembarazar los fetos maduros una vez se realice el diagnóstico y posponer el parto si hay posibilida des de beneficios con la espera. Todos estos riesgos deben ser informados ampliamente a los padres y las decisiones siempre deben ser consentidas por la pareja y tomadas en conjunto con ellos. En embarazos bicoriónicos, ninguno de estos problemas sucede pues no hay comunicaciones vascu lares placentarias. El gemelo vivo tendrá un riesgo mayor de prematurez inducida por la liberación de prostaglandi nas y citoquinas del tejido feto-placentario muerto. No hay estrategias diferentes a la utilización de útero inhibidores e inductores de maduración pulmonar una vez se instaure el cuadro de amenaza de parto pretérmino. En embarazos únicos, la retención prolongada de un feto muerto puede desencadenar una coagulopatía de consumo en la madre; sin embargo, en embarazos múltiples con la muerte de un feto, aun con manejo expectante prolongado esta complicación rara vez ha sido descrita. Embarazo multifetal. Reducción embrionaria El riesgo de muerte fetal y limitaciones neurológicas severas es directamente proporcional al número de fetos por em barazo, y este riesgo está relacionado directamente con la prematurez. Una de las opciones para reducir la morbimor talidad materno-fetal en embarazos multifetales es la re ducción del número de fetos mejorando de esta manera los resultados para los fetos restantes. Evans y cois publicaron la serie más grande de pacientes que combina 3.513 casos de 11 centros en 5 países. El porcentaje total de pérdidas se correlacionó fuertemente con el número inicial y final de fe tos. El resultado perinatal cuando se redujo un embarazo de cuádruples a gemelos, o de triples a gemelos fue tan bueno como el de un embarazo gemelar espontáneo. La reducción embrionaria involucra conceptos muy controvertidos desde el punto de vista ético, moral y legal por lo cual no debe ser considerada como una solución simple a un problema complejo. La atención real debe enfocarse en la prevención de los embarazos de alto número (3 ó mayores), mediante una supervisión cuidadosa y responsable de las prácticas de reproducción asistida. En un metanálisis, realizado por el grupo de estudio del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido (36) sobre embarazos triples tricoriónicos reducidos a geme los comparado con triples no reducidos, se observó un ligero aumento en la tasa de abortos (< 24 semanas), en los emba razos reducidos, pero las muertes perinatales y la prematu rez extrema fueron significativamente menores en el grupo de embarazos reducidos a gemelos. El porcentaje de bebés en casa fue similar en los dos grupos lo que nos muestra los grandes avances alcanzados por los equipos de neona- tología para mejorar la sobrevida de prematuros extremos. Sin embargo, no tenemos resultados neurológicos de estos neonatos donde probablemente la sobrevida se aumenta a expensas de importantes limitaciones en el desarrollo del sistema nervioso central (tabla 5). Aunque estos resultados parecen favorecer la reducción fetal en embarazos triples tricoriónicos, la evidencia es aún limitada. En embarazos triples dicoriónicos (donde hay una pareja de gemelos mo- nocoriónicos), las altas posibilidades de complicación de los monocoriónicos hace favorable la reducción de los gemelos monocoriónicos a un embarazo final único, o la utilización de técnicas de oclusión vascular para la reducción a gemelos bicoriónicos. En los embarazos múltiples de 4 fetos o mayo res no hay controversia sobre los beneficios de la reducción fetal a gemelos con el fin de evitar una altísima morbilidad y mortalidad perinatal. M anejo intraparto Los embarazos gemelares deben ser finalizados alrededor de la semana 37 de gestación. El uso de prostaglandinas y/o oxitocina para inducción y/o refuerzo del trabajo de parto son aceptados. El manejo intraparto requiere de una colabo ración multidisciplinaria por parte del obstetra, anestesiólo- go, personal de enfermería y la presencia de al menos un neo- natólogo o pediatra en el momento del parto. Acceso a una vena y sangre disponible son elementos fundamentales. Al ingreso del paciente a sala de trabajo de parto se debe practicar una ecografía para determinar posición, tamaño de los fetos, evaluación del bienestar fetal con doppler y monito ria electrónica para así decidir la vía del parto. Si el parto va ginal está indicado, se debe contar con monitoria electrónica de la frecuencia cardíaca fetal o una vigilancia estrecha de las Tabla 5. Comparación de edad gestacional al momento del parto en embarazos triples reducidos a gemelos vs. embarazos triples no redu cidos. (MP, muerte perinatal) Wimalasundera RC. Multiple Pregnancy, RCOG Study Group. No Reducidos Parto <24 sem. 25 - 28 sem. < 32 sem. MP Bebe en casa Total 56/743 57/571 228/908 227/2065 218/251 % 7,5% 10% 25,1% 110/1000 87% Reducidos Total 125/2186 36/908 92/982 56/1285 241/262 % 5,7% 4% 9% 43/1000 92% OR 0,74 (0,54-1,03) OR 0,37 (0,24-0,57) OR 0,32 (0,25-0,42) OR 0,3 (0,23-0,4) OR 0,7 (0,4-1,2) P=0,09 P<0,0001 P<0,0001 P<0,0001 P=0,23 234 PARTE III 3 4 / EMBARAZO MÚLTIPLE. MANEJO T frecuencias cardíacas fetales con auscultación intermitente te niendo absoluta claridad sobre la ubicación de los fetos para asegurar la monitorización de ambos gemelos. Sólo debe ofrecerse el parto vaginal en embarazos gemelares, en uni dades donde se cuente con experiencia del equipo obstétrico y el personal, en el manejo de las diferentes intervenciones (versión interna,externa) que se deben utilizar con frecuencia y que aseguran a los fetos y su madre la menor morbimortali dad. La analgesia epidural continua es muy importante, pues permite la realización rápida de estas intervenciones obsté tricas si fueran necesarias. Es indispensable disponer de una sala de cirugía muy cercana, pues en ocasiones se debe rea lizar una cesárea de urgencia para la extracción del segundo gemelo. Si no es posible asegurar estas condiciones la vía del parto debe ser la cesárea electiva. Presentación cefálica-cefálica: 40-45% de todos los ge- melares. Aunque el primer feto esté cefálico la vía óptima del parto sigue siendo controvertida por las complicaciones que pueden ocurrir después del nacimiento del primer ge melo (abruptio, prolapso del cordón o bradicardia del segun do feto). Mientras no existan contraindicaciones, el parto vaginal está indicado. Después del nacimiento del primer gemelo el cordón umbilical debe permanecer pinzado y cla ramente identificado, sin obtener muestras de sangre hasta el nacimiento del segundo gemelo. El incremento en el in tervalo de nacimiento entre los gemelos se correlaciona con bajo pH en cordón umbilical, incremento en las tasas de ce sárea y aumento de la morbimortalidad del segundo geme lo. Por lo tanto, es aconsejable el manejo activo del parto del segundo gemelo con amniotomía, refuerzo con oxitocina y pujo materno si el feto se encuentra en una estación bajo 0, o versión interna y extracción en podálica si la cabeza está en una estación menor. Aproximadamente 2/3 de los segun dos gemelos requerirá de un manejo activo para reducir el intervalo en el nacimiento (37). Presentación cefálica-podálica o cefálica-transversa: 35- 40% de los gemelares. La vía del parto depende del tamaño del segundo gemelo y de la habilidad del obstetra para rea lizar versión cefálica interna, versión externa y atención del parto podálico. Al comparar los estudios randomizados de parto por cesárea vs. parto vaginal en embarazos gemela res con fetos en posición cefálico-no cefálico, se observó una mayor morbilidad febril en el grupo de cesárea [RR 3,67(95% CI 1,15-11,69)], mayor necesidad del uso de anestesia gene ral, pero no se encontraron diferencias en los resultados neonatales. La sospecha de una pelvis pequeña, antecedente de cesárea previa, ausencia de un obstetra experimentado, presencia de un segundo feto significativamente más gran de que el primero (> 25%) o si hay signos de compromiso hemodinámico de alguno de los gemelos es recomendable realizar una operación cesárea. Presentación no cefálica del primer gemelo: 15-20% de los ge- melares. Preferiblemente debe realizarse cesárea programada. Embarazos triples y mayores: es preferible el parto por cesárea por la alta incidencia de cesárea de urgencia para la extracción del segundo o tercer bebé. En gemelos monoamnióticos el parto debe ser por cesárea entre las 32 a 35 semanas de gestación. Alumbramiento La sobredistensión uterina y la presencia de múltiples placen tas aumentan el riesgo de atonía uterina y hemorragia pospar to. El manejo activo del alumbramiento, esto es: pinzamiento temprano del cordón umbilical, tracción controlada del mismo y la administración profiláctica de oxitocina antes de la salida de la placenta han demostrado disminuir la pérdida sanguínea en embarazos únicos y deben ser utilizados de rutina. R e f e r e n c ia s 1. Petterson B, Nelson KB, Watson L, Stanley F. Twins, triplets, and cerebral palsy in births in Western Australia in the 1980s. BMJ 1993; 307(6914): 1239-43. 2. Conde-Agudelo A, Belizan JM, Lindmark G. Maternal morbid ity and mortality associated with multiple gestation. Obstet Gynecol 2000; 95(6 Pt 1): 899-904. 3. Bergh T, Ericson A, Hillensjo T, Nygren KG, Wennerholm UB. Deliveries and children bom after in-vitro fertilization in Sweden 1982-95: a retrospective cohort study. Lancet 1999; 354(9190): 1579-1585. 4. Blondel B, Macfarlane A, Gissler M, Breart G, Zeitlin J, PERIS TAL Study Group. 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