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H ip er t e n s ió n a r t er ia l c r ó n ic a en e l EMBARAZO. MANEJO 42 La hipertensión arterial crónica afecta el 3% de todos los em barazos (15). El incremento de la edad materna, obesidad y cambios en el perfil étnico de las pacientes incrementa la prevalencia de aquellos factores con impacto en el proceso de la enfermedad hipertensiva. De acuerdo a los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey, en Estados Unidos, la prevalencia de hipertensión crónica en el emba razo aumenta de un 0,6-2,0% en mujeres entre 18 y 29 años a 4,6-22,3% en mujeres entre 30 y 39 años (8). La más baja prevalencia es para mujeres de raza blanca, y altas tasas son observadas en la raza negra. Dado el aumento de la edad materna, se espera que la incidencia de la hipertensión cró nica vaya en aumento, y así sus complicaciones. La hipertensión crónica en el embarazo se asocia con el in cremento de las tasas de resultados adversos tanto matemos como fetales, a corto y largo plazo. Estos resultados son parti cularmente observados en mujeres con hipertensión severa no controlada, en aquellas con lesión de órgano blanco y pacientes sin adherencia al control prenatal (15). En adición, resultados adversos se incrementan de manera circunstancial en mujeres con preeclampsia sobreagregada o en abruptio placentae. Las mujeres con hipertensión arterial crónica deben ser evaluadas antes de la concepción o al momento del primer control pre natal. Dependiendo de esta evaluación, pueden ser divididas en dos categorías, de alto riesgo y bajo riesgo. El grupo de alto riesgo debería recibir terapia antihipertensiva y evaluaciones frecuentes del bienestar materno y fetal y recomendaciones sobre cambios en el estilo de vida. Son éstas las pacientes con aumento de riesgos en el posparto, como edema pulmonar, falla renal, encefalopatía hipertensiva (9). Los medicamentos antihipertensivos son recomendados y usados de manera am plia, mostrando disminución de resultados adversos. C l a sif ic a c ió n La hipertensión arterial crónica se define como una presión arterial mayor a 140/90 mmHg desde antes del embarazo o desarrollada antes de la semana 20 de gestación. Dado que la principal causa es la hipertensión esencial, es más fre cuente en la raza negra, edad avanzada y obesidad, como mencionábamos anteriormente. A continuación, en la tabla Rodrigo Cifuentes B. • Carlos Andrés García G. 1, comparamos la clasificación de este trastorno, entre el séptimo reporte del comité nacional para la prevención, de tección, evaluación y tratamiento de hipertensión, en USA el JNC - 7 y el NHBPEP BP (National High Blood Pressure Education Program Working Group Report on High Blood Pressure in Pregnancy) (13). Tabla 1. Clasificación hipertensión arterial crónica en embarazo. Clasificación JNC - 7 Clasificación NHBPEP BP Normal 120/80* Prehipertensión: 120-139/80-89* Hipertensión grado 1:140- 159/90-99* Hipertensión grado II: 160- 179/100-110* Hipertensión grado III: 180- 209/110-119* Normal/aceptable en embarazo: 140/90* Hipertensión moderada: 140- 150/90-109* Hipertensión severa: 160/110* * mmHg C o m p l ic a c io n e s m a t e r n o - f e t a l e s Las complicaciones durante el embarazo por hipertensión crónica son el incremento del riesgo de una preeclampsia sobreagregada y el abruptio placentae. Los reportes en la lite ratura acerca de tasas de preeclampsia varían en un rango de 10% a 25% (7). La tasa de preeclampsia en mujeres con hi pertensión arterial crónica se acerca al 50% (6). Esta tasa de preeclampsia sobreagregada es mayor en aquellas mujeres con antecedente de hipertensión arterial diagnosticada al menos cuatro años antes del embarazo, también en pacien tes con antecedente de preeclampsia en embarazos previos y cifras tensionales diastólicas entre 100 y 110. La tasa reportada de abruptio placentae en hipertensión moderada va de 0,7% a 1,5%, en la severa o de alto riesgo entre 5% y 10%. La preeclampsia sobreagregada es el factor determinante para este evento (3). En adición a la preeclampsia y abruptio placentae, las muje res con hipertensión arterial crónica de alto riesgo o severa, tienen aumento del riesgo de complicaciones maternas tales GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS ----------------------------------------- 1 ----------------------------------------- como edema pulmonar, encefalopatía hipertensiva, retino- patías, hemorragia cerebral, falla renal aguda. Estos riesgos están particularmente incrementados en mujeres con hiper tensión severa no controlada, disfunción renal previa al em barazo y disfunción ventricular izquierda (1). Complicaciones fetales y neonatales también están au mentadas. El riesgo de mortalidad perinatal se eleva tres a cuatro veces comparada con la población obstétrica general (OR 3,4 IC 95% 3,0-3,7). La tasa de parto prematuro y de pe queños para edad gestacional, llegando a 62%-70% en mu jeres con diagnóstico de hipertensión en el primer trimes tre para parto prematuro y pequeño para edad gestacional 31%-40%. Las tasas de hemorragia intraventricular neonatal aumentan, con OR 4,5 IC 95% 1,5-14,2 y muerte perinatal OR 2,3 IC 95% 1,4-4,8. La presencia de proteinuria en el pri mer trimestre es un factor de riesgo independiente para las tasas de parto pretérmino con un OR 3,1 IC 95% 1,8-5,3 (3). E va lu a ció n in icial Una vez establecido el diagnóstico de hipertensión crónica debe evaluarse su etiología y severidad. Evaluar la presen cia de otras condiciones médicas, lesión de órgano blanco y la historia obstétrica. A continuación observamos el esque ma de esta evaluación inicial (15). O b je t i v o s d e l m a n e jo a n t ih ip e r t e n siv o en EL EMBARAZO En las pacientes no embarazadas, el control de la presión ar terial significa u na reducción de las tasas de morbimortalidad cardiovascular. Estos beneficios se observan después de al me nos cinco años de tratamiento. La hipertensión en el embarazo es diferente, porque se utiliza una terapia farmacológica corta, los beneficios para la mujer gestante pueden no ser tan obvios durante el corto tiempo del tratamiento y la exposición a los medicamentos incluye tanto a la mujer como al feto (13). Los beneficios de la terapia antihipertensiva para la hi pertensión de bajo riesgo, o leve a moderada, menor o igual a 160/110, no se ha demostrado en ensayos clínicos. Un re ciente metanálisis de Cochrane muestra cómo el tratamiento antihipertensivo en estas categorías disminuye el riesgo de desarrollar su forma severa con tasa de riesgo de 0,50 y un número necesario para tratar de 10. Sin embargo, no encon traron diferencia en cuanto a preeclampsia, muerte neona tal, parto pretérmino y pequeño para edad gestacional (14). Las guías internacionales para el tratamiento de la hiper tensión durante el embarazo, varían respecto al inicio del tratamiento, los objetivos del manejo. En Estados Unidos recomiendan la terapia farmacológica en presiones arteria les mayores o iguales a 160/105; en Canadá, se considera la terapia con 140/90 hasta llevar la presión diastólica a 80-90 mmHg (13). No existen ensayos clínicos controlados con placebo, para examinar los beneficios de la terapia antihipertensiva en mujeres con hipertensión arterial crónica severa durante el embarazo, dados los potenciales riesgos de una hipertensión severa no tratada. La terapia es necesaria para reducir los riesgos de hemorragia cerebral, falla cardíaca congestiva, fa lla renal. En adición, el control de la hipertensión severa per mite una prolongación del embarazo y mejora los resultados perinatales. Sin embargo, no existe evidencia que nos mues tre que el control de esta hipertensión disminuya las tasas de preeclampsia sobreagregada o de abruptio placentae (7). La evidencia existente, por estudios retrospectivos y ob servacionales, muestra que la hipertensión leve a moderada no controlada puede exacerbar lesionesen órganos blanco durante el embarazo, en mujeres con falla renal, diabetes mellitus con compromiso vascular y disfunción ventricular izquierda. Algunos autores recomiendan la intervención en este grupo de pacientes, dado que se pueden reducir las complicaciones cardiovasculares a corto y largo plazo (9). H ip e r t e n s ió n d e b a jo r ie s g o Mujeres con hipertensión arterial crónica leve a moderada, es decir, de bajo riesgo, deben recibir educación sobre reque rimientos nutricionales, ganancia de peso, ingesta de sodio, un máximo de 2,4 gramos de sodio al día, consumo de alco hol, tabaquismo, actividad física. En los controles prenatales, además de esta información, debe hacerse un seguimiento de signos tempranos de preeclampsia y de restricción de creci miento intrauterino. La decisión de continuar o no la terapia antihipertensiva previa debe ser personalizada, teniendo en cuenta la historia clínica de la paciente y los factores previa mente mencionados, como comorbilidad asociada, raza, peso 280 PARTE III 4 2 / HIPERTENSIÓN ARTERIAL CRÓNICA EN EL EMBARAZO. MANEJO T y adherencia al tratamiento. Recordemos que la evidencia sugiere que no continuar con terapia no afecta las tasas de preeclampsia, abruptio placentae o parto pretérmino. Bajo estas condiciones, es m ás im portante hacer un buen seguim iento, identificar com plicaciones de m anera tem prana y lograr una buena adherencia de la paciente al control prenatal. Si la paciente reúne las condiciones para continuar o ini ciar terapia antihipertensiva, recordemos que la primera lí nea de agentes son la metildopa y el labetalol, como segun da línea el nifedipino y los otros de tercera línea. A continuación, en la tabla 2, enumeramos los fármacos para el manejo de hipertensión arterial crónica en el emba razo, categorizados por la clase de riesgo de la FDA. H ip e r t e n s ió n d e a lto r ie s g o Mujeres con hipertensión arterial crónica severa presentan un riesgo aumentado de complicaciones maternas y fetales. La frecuencia de éstos depende de la etiología de la hiper tensión y a su vez del grado de lesión de los órganos blanco. Pacientes con una falla renal significativa (creatinina mayor a 1,4 mg/ di), diabetes mellitus con daño vascular, enferme dades del colágeno severas, cardiomiopatías, coartación de la aorta, deben recibir consejería preconcepcional acerca de las potenciales complicaciones durante el embarazo (7). Deben ser informadas de que el embarazo puede exa cerbar su condición y los riesgos de pérdida perinatal y de complicaciones neonatales. Todas estas mujeres deben se Tabla 2. Fármacos para hipertensión arterial crónica en el embarazo. manejadas idealmente por un subespecialista en medicina materno-fetal, en asociación con otras especialidades médi cas, cuando sean necesarias. Deben ser observadas y su par to atendido en centro de nivel III con adecuadas unidades de control materno y neonatal. En el primer control prenatal debe realizarse una comple ta evaluación del estado cardiovascular y renal, regularizar la medicación antihipertensiva, prescripción de otros medi camentos, por ejemplo, insulina, en una paciente diabética y de ser necesario hospitalizar para asegurar que se realicen todas estas evaluaciones. Si es necesario un control urgente de las cifras tensiona- les, iniciar terapia antihipertensiva siguiendo los siguientes principios de tratamiento (tabla 3). Una vez estabilizada la paciente, continuar con sus con troles, recordemos que un temprano y frecuente control pre natal es la clave para la prevención de los riesgos ya men cionados. Se necesita una evaluación seriada de proteínas en orina de 24 horas, completo perfil hemodinámico y bioquímico, al menos una vez por trimestre y recordar siempre los aspec tos educativos. La evaluación fetal incluye ecografías de las semanas 16 a 20, semana 28 y después hasta cada 3 semanas, incluyendo eco doppler fetal, de acuerdo a cada paciente (15). Si se desarrolla una hipertensión no controlada, pree clampsia sobreagregada o evidencia de RCIU, se requiere hospitalización, monitoria materna y fetal y considerar la evacuación si está entre la semana 34 ó más. Fármaco (riesgo FDA) Dosis Comentarios Agente preferido Metildopa (B) Agentes de segunda línea Hidralazina (C) Labetalol (C) Nifedipino (C) B Bloqueadores Hidroclorotiazida IECA 0,5 a 3 g/día en 2 dosis 50 a 300 mg/ día 200 a 1200 mg/día, 2 a 3 dosis 30 a 120 mg/ día De acuerdo al agente específico 12,5 a 25 mg/ día Droga de elección de la NHBEP. Trombocitopenia neonatal. Puede estar asociado a RCIU. ¿RCIU? puede disminuir flujo útero placentario. Contracción de volumen, desequilibrio electrolítico. Pérdida fetal en animales, defectos cardíacos, oligoamnios, RCIU, agenesia renal, falla renal anúrica neonatal. Tabla 3. Fármacos para control urgente de hipertensión severa crónica en el embarazo. Fármaco (riesgo FDA) Dosis Comentarios Labetalol (C) 10-20 mg IV, luego 20-80 mg cada 20 minutos, dosis Evitar en asma bronquial o falla cardíaca máxima 300 mg, infusión 1-2 mg/ min congestiva Hidralazina (C) 5 mg IV o IM, luego 5-10 mg cada 20-40 min, una vez Elección de la NHBEP, larga experiencia en controlada, repetir c/3 horas. Infusión 0,5 a 10 mg/hora seguridad y eficacia Nifedipino (C) 10 a 30 mg oral, repetir a los 45 min si es necesario Preferir preparaciones de acción prolongada Diazoxido (C) 30 a 50 mg IV cada 5 a 15 min Uso restringido Nitropusiato (C - D) Infusión continua 0,25-5 ug/kg por minuto Ultimo recurso, toxicidad después de 4 horas por cianidas. OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 281 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T S e g u r id a d d e f á r m a c o s a n t ih ip e r t e n s iv o s EN EL EMBARAZO Los potenciales efectos adversos para los medicamentos pres critos como agentes antihipertensivos no están bien estableci dos, la mayoría de la evidencia se limita a reportes de casos. No es fácil interpretar estos reportes, dado que es imposible el número exacto de mujeres embarazadas expuestas a estos fármacos durante el embarazo. Y estos reportes no estiman el número actual de pacientes que presentan los efectos ad versos, así como pacientes que no los presentan. Estas limita ciones aumentan, si agregamos la condición de no conocer la exposición previa al embarazo a estas terapias. La información acerca de teratogenicidad es limitada y se lectiva, limitándose prácticamente a animales de laboratorio. A pesar de estos datos limitados y la falta de ensayos clínicos controlados aleatorizados con placebo, dadas sus implicaciones éticas, la literatura sugiere la existencia de efectos potencialmente adversos fetales, tales como oligohi dramnios y falla renal fetal y neonatal con el uso de los inhi bidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y efectos similares con los bloqueadores de receptores de an giotensina II. Estos agentes deben ser excluidos en lo posible en el segundo y tercer trimestre (5). El uso del atenolol durante el primer y segundo trimes tre de la gestación, se asocia con restricción del crecimiento intrauterino y la disminución del crecimiento y el peso de la placenta. Estos efectos no se han reportado con otros B bloqueadores, tales como metoprolol, pindolol, oxprenolol. Ensayos prospectivos que estudiaron los efectos de alfa metildopa o labetalol no revelaron efectos adversos mater nos o complicaciones fetales y neonatales (2). El uso de las tiazidas no se asocia con incremento de anor malidades fetales mayores o eventos fetales y neonatales adversos, pero sí con la reducción del volumen plasmático. Los bloqueadores de canales de calcio, como el nifedi- pino, de amplio uso en nuestro m edio, no se asocian con aumento en las tasas de anorm alidades fetales y tampoco con complicaciones en el neonato, en estudios que han demostrado su seguridad hasta 1,5 años de seguimiento de estos infantes (2). E l e c c ió nd e f á r m a c o s a n t ih ip e r t e n s iv o s Inhibidores sistem a nervioso sim pático El alfa metildopa sigue siendo uno de los fármacos de más amplio uso para el tratamiento de la hipertensión durante el embarazo. Es una prodroga agonista alfa 2 adrenérgico, la cual se metaboliza a alfa metil norepinefrina y reemplaza la norepinefrina en las vesículas neurosecretoras de las termi nales nerviosas adrenérgicas. El control de la presión arte rial es gradual debido a su mecanismo indirecto de acción, entre 6 y 8 horas. No se ha observado teratogenicidad a lo largo de casi 40 años de uso en el embarazo. El tratamiento con metildopa reporta la prevención de progresión a una hi pertensión severa y no se han evidenciado efectos adversos hemodinámicos útero-placentarios o fetales. En estudios de seguimiento de 7,5 años de infantes expuestos a metildopa in útero, muestran inteligencia y desarrollo neurocognitivo similar al grupo de control (3). Los efectos adversos son consecuencia del agonismo cen tral alfa 2 y la disminución del tono simpático periférico. Esta droga actúa a nivel cerebral disminuyendo la alerta mental y disminuyendo la calidad del sueño, puede inducir depresión en pacientes susceptibles a ésta. Puede ocurrir una disminu ción de la salivación, llegando incluso a xerostomia. Elevan enzimas hepáticas hasta en un 5%, reportando en algunos casos, hepatitis y necrosis hepática. Algunos pacientes pue den desarrollar anticuerpos antinucleares con el uso crónico y ocasionalmente anemia hemolítica es observada. Clonidina, un agonista alfa 2 selectivo, actúa de manera similar, siendo comparable a metildopa en términos de efi ciencia y seguridad, es usado como tercera línea, en control de hipertensión refractaria; a nivel fetal y neonatal se repor tan trastornos del sueño en infantes expuestos a clonidina. B etabloqueadores Los betabloqueadores han sido utilizados de manera ex tensa durante el embarazo. Ningún betabloqueador se ha asociado con teratogenicidad, pequeños estudios han su gerido su asociación con infantes de bajo peso. En metaná lisis no se han distinguido entre agentes individuales sus efectos perinatales, con excepción del atenolol, un pequeño estudio entre las semanas 12 y 24 de gestación y como re sultado muestra una RCIU significativa y disminución de peso placentario, comparado con el placebo. Son conocidas las diferencias de liposolubilidad y especificidad de recep tores entre los diferentes agentes, pero esos aspectos no han sido investigados en el embarazo. El uso parenteral parece incrementar el riesgo de bradicardia neonatal, requiriendo intervención en uno de seis recién nacidos. El seguimiento a un año de los recién nacidos mostró un desarrollo normal de los infantes expuestos al atenolol in útero. Los resultados maternos con el uso de estos agentes son el control efectivo de la presión arterial y la disminución de las tasas de admi sión hospitalaria antes de la semana 37 de edad gestacional. En un reciente análisis de Cochrane, de 2007, se muestra más efectivo en el control de la hipertensión comparado con metildopa en diez ensayos (13). El labetalol, un bloqueador no selectivo, capacidad de bloquear receptores vasculares alfa 1, ha ganado una amplia aceptación en el embarazo. Al administrarse en mujeres con hipertensión crónica, se muestra tan efectivo y seguro como la metildopa, aunque se asocia con hipoglucemia neonatal con el uso de altas dosis. Su uso parenteral, indicado en pre sentaciones severas, tiene una baja incidencia de hipoten sión materna y otros efectos adversos, suplanta el uso de la hidralazina actualmente. Los efectos adversos pueden predecirse como conse cuencia del bloqueo de los receptores B. Fatiga, letargía, in tolerancia al ejercicio, dado los efectos B bloqueantes en la vasculatura del músculo esquelético. La vasoconstricción periférica, alteraciones del sueño y broncoconstricción pue den observarse, sin embargo, su interrupción debida a estos efectos es poco común. A ntagonistas alfa adrenérgicos Antagonistas alfa adrenérgicos de acción periférica son uti lizados como fármacos de segunda línea en adultos regular mente. Se indican durante el embarazo, en el manejo de la hi- 282 PARTE III 4 2 / HIPERTENSIÓN ARTERIAL CRÓNICA EN EL EMBARAZO. MANEJO T pertensión crónica, cuando se sospecha un feocromocitoma; se utilizan prazosin y la fenoxibenzamina, en combinación con B bloqueadores. La experiencia es limitada en el embara zo, lo que hace que su uso rutinario no sea propugnado (11). Calcioantagonistas Ampliamente usados en hipertensión arterial crónica. El uso oral de nifedipino y verapamilo no muestra riesgos teratogénicos en los fetos expuestos en el primer trimestre. Las investigaciones se han centrado en el nifedipino, aunque hay reportes en el uso de nicardipina, isradipina, felodipina y verapamilo. El amlodipino no ha sido estudiado en la población obstétrica (10). Los efectos adversos matemos, como efecto del bloqueo de canales de calcio incluyen taquicardia, palpitaciones, edema periférico, cefalea y flashing facial. La nifedipina no se ha mos trado como una causa detectable de disminución del flujo san guíneo uterino. Se recomiendan las presentaciones de acción prolongada, ya que algunos estudios han reportado hipoten sión materna y distrés fetal con los de acción rápida (4). Diuréticos Los diuréticos son comúnmente formulados en hipertensión esencial previa al embarazo y dada su aparente seguridad el National High Blood Pressure Education Program Working Group on High Blood Pressure in Pregnancy, en USA, conclu yó que pueden seguir siendo usados durante el embarazo, disminuyendo su dosis o combinado con otros agentes. La contracción del volumen plasmático puede limitar el creci miento fetal, pero los datos de estudios recientes no apoyan estas preocupaciones. La espironolactona no se recomienda por sus efectos an- tiandrogénicos durante el desarrollo fetal (5). Vasodilatadores directos La hidralazina relaja de manera selectiva el músculo liso arteriolar, por mecanismos aún no establecidos. Es de am plio uso en el control urgente de la hipertensión severa o como agente de tercera línea en el control de hipertensión refractaria. Es efectivo, por vía oral, intramuscular e intra venosa. La administración parenteral es útil para el rápido control de la hipertensión severa. Los efectos adversos se deben a la excesiva vasodilatación y la activación simpá tica. Incluyen cefalea, palpitaciones, náuseas, flushing. El uso crónico conlleva, en raras ocasiones, a polineuropatía con respuesta a la piridoxina o a reacciones inmunológi- cas, incluyendo lupus inducido por medicamentos. La hi dralazina se utiliza en todos los trimestres del embarazo, y los estudios no lo asocian a teratogenicidad. Hay reportes aislados de trombocitopenia y lupus neonatal (16). En un metanálisis de Magree (12), en 2003, acerca del uso intravenoso de hidralazina en hipertensión severa en el em barazo, se concluyó que el labetalol parenteral y la nifedi- pina oral son agentes de primera línea preferiblemente y la hidralazina agente de segunda línea. In h ib id o r e s d e l a en z im a c o n v e r t id o r a d e ANGIOTENSINA Y ANTAGONISTAS DE RECEPTORES DE ANGIOTENSINA Los IECA y los agentes antagonistas de receptores de an- giotensina están contraindicados en el segundo y tercer tri mestre, dado que su toxicidad se asocia con reducción de la perfusión de los riñones fetales, y el uso está asociado a fetopatías similares a la observada en el síndrome de Pot ter (agenesia renal bilateral), incluyendo disgenesia renal, oligohidramnios, resultando en oliguria fetal, hipoplasia pulmonar, hipoplasia calvaría, RCIU y falla renal anúrica neonatal, llevando a muerte fetal y neonatal. La exposición en el primer trimestre a los IECA se asocia a malformaciones cardiovasculares y del sistema nervioso central. Aquellas mujeres queinadvertidamente utilizaron IECA en el primer trimestre, el riesgo de defectos congénitos se elevó de un 3% a 7%; sin ser una recomendación para la terminación del embarazo (5). M a n e j o p o s p a r t o En este período, como consecuencia de la expansión fisioló gica del volumen plasmático, la presión diastólica puede ex ceder los 100 mmHg, con pico máximo en el quinto día pos parto. La terapia debe continuarse hasta la primera semana si ha sido necesaria, luego continuar o cambiar los fármacos de acuerdo a la evolución de la patología durante el embarazo y sus complicaciones posteriores. En este momento la elección de medicamentos solo está influenciada por la lactancia ma terna, pero en términos generales, los medicamentos utiliza dos ante parto, pueden seguir siendo utilizados (12). Uso DE ANTIHIPERTENSIVOS EN LACTANCIA MATERNA No hay estudios bien diseñados para evaluar los efectos neonatales de la administración materna de antihipertensi- vos. Los principios de farmacocinética que rigen la distri bución de fármacos en la leche materna y la exposición al recién nacido son bien conocidos. La leche, secretada por las células alveolares, es una suspensión de glóbulos lipídicos en una solución acuosa rica en proteínas, con un pH menor al del plasma materno. Los factores que favorecen el paso de los medicamentos a través de la leche materna, son el volu men de distribución materna pequeño, alta liposolubilidad, entre otros. La exposición depende del volumen ingerido, el intervalo entre la administración materna del medicamento y la lactancia, la biodisponibilidad oral y la capacidad del infante de aclarar el medicamento (2). En la tabla 4 observamos las recomendaciones de la American Academy O f Pediatrics Committee on transfer o f Drugs into Human Milk, acerca de agentes antihipertensivos en la lactancia (2). Tabla 4. Medicamentos antihipertensivos compatibles con lactancia materna. Captopril Hidralazina Metildopa Nifedipino Timolol Diltiazem Hidroclorotiazida Minoxidil Oxprenolol Verapamilo Enalapril Labetalol Nadolol Espironolactona Propanolol OBSTETRICIA DE ALTO RIESG O 283 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T R eferen cia s 1. Abalos, Duley. Antihypertensive drug therapy for mild to moderate hypertension during pregnancy. Cochrane database Syst Rev 2007; CD002252. 2. Beardmore, Morris. Excretion of antihypertensive medication into human breast milk: a systematic review. Hypertens Preg nancy 2002; 21: 85-95. 3. Chappell, Enye. Adverse perinatal outcomes and risk factors for preeclampsia in women with chronic hypertension. A pro spective study. 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