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PARTE 1: MORFOLOGÍA BACTERIANA. La morfología se refiere a la forma que presenta una célula, en este caso, a la forma de los microorganismos. Esta morfología es altamente variada tanto en bacterias como en arqueas. Existen tres tipos fundamentales de microorganismos según su morfología: Cocos. Forma esférica. Bacilos. Forma cilíndrica alargada. Cocobacilos. Morfología intermedia entre cocos y bacilos. Sin embargo, existen muchos otros como los espirilos o vibrios, con forma helicoidal, los bacilos ramificados, con extensiones, los comas, con forma de coma, los esporulados, que contienen esporas, y los pleomórficos, que no presentan una forma constante. En muchos procariotas las células se mantienen juntas después de la división celular, formando grupos, y este tipo de agrupaciones son en muchos casos característicos de los diferentes tipos de microorganismos. En los cocos, existen los siguientes tipos de agrupaciones: Diplococos. Un coco se divide y ambos quedan agrupados en pareja. Cocos en cadena. Las células se van dividiendo en un mismo plano y forman largas cadenas. Tétradas. Las células se van dividiendo en tres planos formando cubos de ocho células agregadas. Cluster o racimos. Las células se van dividiendo azarosamente en distintos planos, quedando agrupadas. En los bacilos, la agrupación más común es el estreptobacilo, que son bacilos unidos en una larga cadena. El tamaño de las células bacterianas es muy variable, siendo las dimensiones de un procariota medio de forma bacilar como Escherichia coli de 1x3 mm. Una célula eucariótica puede variar de 2 a 200 mm de diámetro, por lo que la mayoría de las procarióticas son comparativamente más pequeñas que las eucarióticas. Las células pequeñas tienen mayor superficie relativa disponible (cuando menor sea el radio, mayor relación habrá de superficie/volumen), y por este motivo las células procariotas pueden llevar a cabo interacciones con el medio más ventajosas. La ventaja principal es poder alcanzar un mayor tamaño de población. PARTE 2: ESTRUCTURA BACTERIANA. PARTE 2.1: ASPECTOS GENERALES DE LA CÉLULA PROCARIOTA. Una célula procariota típica se caracteriza por poseer los siguientes elementos: Pared celular. Es la capa más externa; puede tener diversas estructuras asociadas (capas S, cápsulas, fimbrias, flagelos…) Membrana citoplasmática. Capa fina situada bajo la pared celular cuya principal función es englobar el interior celular. Citoplasma. Sustancia acuosa que rellena el interior celular y alberga al resto de estructuras en su seno, formada por múltiples elementos. Nucleoide. Región discreta del citoplasma donde se localizan los cromosomas bacterianos; no se encuentra englobado por ningún tipo de membrana. Ribosomas, endosporas y cuerpos de inclusión. PARTE 2.2: PARED CELULAR. La pared celular es una capa muy rígida que envuelve externamente a la mayoría de los microorganismos. Desempeña numerosas funciones: - Determinación morfológica (según su rigidez, permitirá o no cambios morfológicos). - Protección (frente a cambios en presión osmótica, sustancias peligrosas como antibióticos…) - Determinación de patogeneicidad (la patogeneicidad viene dada por diversos componentes de la pared celular). PARTE 2.1.1: PARED CELULAR EN BACTERIAS. Podemos hacer una distinción entre dos tipos de pared celular bacteriana localizados en dos clases diferentes de bacterias: las bacterias gram+ y las bacterias gram-. Esta distinción se lleva a cabo dependiendo de la diferente reacción de la bacteria a ciertos colorantes.: - De forma general, la pared celular de bacterias gram+ es más sencilla. Está formada fundamentalmente por peptidoglicanos que conforman una malla muy gruesa. - La capa de peptidoglicanos en bacterias gram- es mucho más fina. Además, esta pared celular presenta otra capa, la membrana externa, y un espacio periplásmico definido como el hueco existente entre la membrana plasmática y la medrana externa, el cual también puede existir en gram+, pero en este caso sería más pequeño y se definiría como el espacio existente entre la membrana plasmática y la pared celular. En ambos casos contiene al periplasma, de naturaleza proteica, que contendrá distintas proteínas en gram+ que en gram-. Peptidoglicanos de la pared celular de microorganismos. Los peptidoglicanos son polímeros de dos derivados de azúcar (N-Acetil glucosamina o NAG y ácido N-Acetil murámico o NAM) y aminoácidos; a todo el conglomerado se le denomina mureína. Los aminoácidos se unen al NAM y son variables según el tipo de bacteria. Existen enlaces transversales entre péptidos que dotan a la pared celular de gran rigidez. De estos enlaces hay dos tipos: Directos. Unen el grupo carboxilo de un aminoácido de alanina con el grupo amino del ácido diaminopimélico (DAP). Puentes peptídicos. Los aminoácidos se unen a través de un puente de cinco aminoácidos de glicina. Pared celular en gram+. Presentan una gruesa pared de peptidoglicanos con puentes peptídicos responsable de una gran rigidez que representa hasta el 90% de la pared celular. También presenta una proporción, aunque menor, de ácidos teicoicos (polímeros de glicerol orribitol unidos por enlaces fosfato) que se unen covalentemente a los peptidoglicanos, contribuyendo a la rigidez y estructuración de la bacteria. Por otro lado, son los responsables de la existencia de una carga negativa sobre la pared celular que permite el trasiego de iones. Algunos, además, se unen a los fosfolípidos de la membrana plasmática, formando ácidos lipoteicoicos. El espacio periplásmico contiene exoenzimas, encargadas de la degradación de componentes nutritivos para que éstos puedan pasar al citosol. Pared celular en gram-. La malla de peptidoglicanos en este caso es mucho más fina, puesto que sólo representa del 5-10% de la pared celular. No presenta ácidos teicoicos. Por otro lado, posee una capa externa (la membrana externa) compuesta por lipopolisacáridos (LPS) y algunas lipoproteínas (lipoproteína de Braun) que se unen covalentemente a la red de proteoglicanos. Los LPS son moléculas complejas constituidas por tres partes bien diferenciadas: - El lípido A está constituido por dos derivados de la glucosamina unidos a ácidos grasos. Esta región está inmersa en la membrana externa mientras que el resto del LPS sobresale de la superficie. - El polisacárido central o core, un conjunto de diversos azúcares. - Cadena O (o antígeno O), una cadena de polisacárido que se extiende hacia fuera. La composición varía según la cepa bacteriana. Importancia de los LPS: - Aportan carga negativa por su gran cantidad de azúcares a la superficie bacteriana, pudiendo atraer ésta diversas moléculas positivas. - Facilita la adhesión y proliferación bacteriana. - Impide que moléculas diversas (como antibióticos) penetren. - Protección frente a las defensas del huésped por el antígeno O: cuando la bacteria entra en un organismo, el antígeno desencadena una respuesta inmune en el huésped y se crean anticuerpos que le bloquean. Los antígenos O, sin embargo, pueden cambiar fácilmente su capacidad antigénica, y así funciona como un señuelo desviando al sistema inmune del huésped. Se crea así un nuevo antígeno para el cual el huésped no tiene ya respuesta inmediata. - El lípido A tiene un componente que funciona como endotoxina. Por otro lado, en la membrana externa existen unas proteínas denominadas porinas que actúan como canales de entrada y salida de sustancias hidrofílicas pequeñas. Existen dos tipos: - Porinas inespecíficas que forman canales rellenos de agua a través de los cuales se produce el trasiego indiscriminado de pequeñas sustancias. - Porinas específicas que contienen un sitiode unión específico para una o más sustancias. En cuanto al periplasma, se trata de una zona de consistencia gelatinosa con abundancia de proteínas. Destacan las enzimas hidrolíticas que participan en la degradación inicial de moléculas nutritivas y proteínas de unión involucradas en la respuesta quimiotáctica. PARTE 2.1.2: PARED CELULAR EN ARQUEAS. Existen notables diferencias con respecto a la pared celular en bacterias: - No presenta una malla de proteoglicanos. - Posee en su lugar otros heteropolisacáridos más complejos como la pseudomureína. En la pseudomureína, los enlaces transversales entre péptidos tienen lugar entre aminoácidos levógiros, el componente ácido N- acetilmurámico no existe y lo sustituye el ácido N-acetilalosaminurónico y los enlaces glicosídicos que conectan los azúcares son de tipo β(1→3). PARTE 2.3: ESTRUCTURAS ASOCIADAS A LA PARED CELULAR. En algunos casos existen capas o estructuras adicionales en la pared celular de bacterias y arqueas; las principales son: Cápsula. Capa de material organizado que cuesta eliminar en los procesos de extracción de paredes celulares por su estructura, adhesión y composición. Capa mucosa. Conformada por material difuso poco organizado y fácil de extraer. Glicocáliz o glicocálix. Red de polisacáridos distribuidos desde la superficie de la célula hacia el exterior; engloba a muchos tipos de cápsulas y capas mucosas porque éstas pueden componerse de polisacáridos. Capa S. Estructura repetitiva y regular formada por glicoproteínas; es especialmente común en arqueas. En gram-, se asocia a distintas estructuras de la pared como la capa de lipopolisacáridos, y en gram+ aparece unida a la malla de peptidoglicanos. Funciones: - Protección frente a la fagocitosis, a los bacteriófagos y la desecación, ya que contienen una importante cantidad de agua. - Facilitan la movilidad en bacterias deslizantes. - Intervención en la formación de biofilms o biopelículas así como facilitación de la adhesión bacteriana. - Juegan un importante papel en la fijación de ciertos microorganismos patógenos a sus hospedadores. La penetración de microorganismos patógenos en el cuerpo del hospedador a través de rutas específicas obedece generalmente a interacciones entre componentes de la superficie celular externa y tejidos específicos del hospedador. Es evidente que las bacterias con cápsula resisten mejor a las células fagocíticas del sistema inmunitario. - En cuanto a capas S, se desconoce su función principal; sin embargo, dado que son el límite entre la célula y su entorno es probable que en las células que la poseen funcionen como una barrera de permeabilidad externa que permite el intercambio de sustancias pequeñas, excluyendo a las moléculas grandes. También podría proteger a la célula frente a fluctuaciones iónicas, de pH, de estrés osmótico… También ayuda a mantener la forma y la rigidez de la célula y la protege frente a mecanismos inmunitarios del hospedador en el caso de que sea patogénica. PARTE 2.4: MEMBRANA PLASMÁTICA. PARTE 2.4.1: MEMBRANA PLASMÁTICA EN BACTERIAS. La membrana plasmática es una envuelta que rodea a la célula definiendo sus límites y manteniendo las diferencias esenciales entre su contenido y el entorno. Se caracteriza por poseer una doble capa de naturaleza lipídica con proteínas e hidratos de carbono asociados. El modelo del mosaico fluido, propuesto en 1972 por S.J. Singer y G.Nicholson, sirvió para explicar dicha estructura; dice que los lípidos se disponen en una doble capa con sus zonas hidrofóbicas enfrentadas, la cual es muy dinámica y flexible, con proteínas asociadas y dispersas a modo de mosaico. La membrana citoplasmática actúa también como una barrera muy selectiva permitiendo que en el interior de la célula se concentren determinados metabolitos, y se excreten las sustancias de desecho. Los lípidos suponen alrededor del 50% de la masa de la membrana plasmática. Todos ellos son afipáticos o anfifílicos, esto es, con un extremo hidrofílico o polar que siente apetencia por el agua y otro hidrofóbico o no polar que rehuye del agua. Los lípidos de membrana más abundantes son: Fosfolípidos. Constan de una cabeza polar y dos colas formadas por ácidos grasos apolares. Esta naturaleza anfipática es la que determina que estas moléculas formen espontáneamente bicapas lipídicas. Las moléculas hidrofílicas se disuelven en agua porque contienen grupos cargados o grupos no cargados pero que les permiten establecer interacciones electrostáticas o enlaces por puentes de hidrógeno favorables con las moléculas de agua; por el contrario, las moléculas hidrofóbicas son insolubles en agua, porque no presentan carga y no pueden formar interacciones energéticamente favorables con las moléculas de agua. Ahora bien, si estas moléculas hidrofóbicas son dispersadas en un medio acuoso, las moléculas de agua se reorganizan formando un entramado similar al del hielo, y dado que en estos entramados las moléculas de agua se encuentran más ordenadas que en agua circundante, su formación incrementa la energía libre. Sin embargo, este coste de energía libre se reduce si las moléculas hidrofóbicas se agregan entre sí, reduciendo al mínimo el número de moléculas de agua que se ven afectadas. Esfingolípidos. Constan de largas cadenas hidrocarbonadas saturadas que pueden agregarse entre sí para formar microdominios lipídicos, perdiendo la libertad de fluidez de otros lípidos de membrana. Estos microdominios son ideales para la acomodación de ciertas proteínas de membrana. Colesterol. Lípido derivado del ciclopentanoperhidrofenantreno que presenta grupos hidroxilo. El colesterol aparece orientando sus grupos hidroxilo próximos a las cabezas polares de los fosfolípidos; en esta posición, sus anillos hidrocarbonatos interactúan con las cadenas hidrocarbonadas de los mismos fosfolípidos, disminuyendo su movilidad, es decir, haciendo que la bicapa sea más rígida. Existen diferentes tipos de proteínas de membrana según su asociación a la bicapa: Proteínas transmembrana. Atraviesan la bicapa lipídica, poseyendo un dominio citoplasmático y un dominio externo. Son anfipáticas, y sus regiones hidrofóbicas se sitúan en el interior de la bicapa interaccionando con las colas hidrofóbicas de los fosfolípidos; sus regiones hidrofílicas quedan expuestas al medio acuoso externo o del citoplasma. Proteínas citosólicas. Localizadas bajo el citosol, se asocian a la hemicapa lipídica citosólica. Proteínas externas. Se encuentran completamente expuestas en la superficie celular externa. Proteínas periféricas. No atraviesan totalmente la bicapa lipídica y se encuentran ligeramente embutidas en ella. Se han identificado tres tipos de proteínas transportadoras: Uniportadoras. Se encargan del transporte de un único soluto de un lado a otro de la membrana. El resto actúan como transportadores acoplados en un proceso denominado cotransporte; la transferencia de un soluto depende estrictamente del transporte de otro. Así, las simportadoras llevan a cabo la transferencia simultánea de un segundo soluto en la misma dirección, mientras que las antiportadoras llevan a cabo la transferencia del segundo soluto en dirección contraria. El estrecho acoplamiento entre el transporte de dos solutos permite que estos transportadores utilicen la energía almacenada en el gradiente electroquímico de un soluto, típicamente un ion, para transportar el otro en contra de su gradiente. Existen muchos otros procesos de transporte en membrana que precisan un consumo de energía que posibilite el trasiego de sustancias. La energía se utiliza para bombear el soluto en contra de su gradiente de concentración, y procede de compuestos fosforilados de alta energía como el ATP o del consumo de un gradiente preexistente de protones; los gradientesde iones se forman mediante reacciones celulares que liberan energía y pueden usarse como energía potencial que facilita el transporte de solutos en contra de sus gradientes de concentración. Hay fundamentalmente tres tipos de transporte dependientes de energía: Translocación de grupo. Proceso en el que se transporta una sustancia a la vez que se modifica químicamente, casi siempre por fosforilación. Procesos de transporte activo (transporte simple). La sustancia transportada puede acumularse en altas concentraciones en el interior celular sin sufrir modificación química; está dirigido por la fuerza motriz de electrones. Bombas ABC. Poseen dos motivos de unión a ATP y permiten el importe y exporte de diversos solutos. Las funciones principales de la membrana plasmática son: - Albergar el contenido citoplásmico del microorganismo, separándolo del medio externo. - Actuar como una barrera permeable selectiva, permitiendo el paso de moléculas particulares hacia dentro o hacia fuera de la célula y evitando el desplazamiento de otras. Asimismo, facilita el transporte de sustancias que no pueden atravesar la bicapa lipídica empleando sistemas de transporte. - Evita la pérdida de componentes esenciales por exudación mientras permite este transporte de moléculas. - Sirve de lugar de desarrollo de diversos procesos metabólicos (fotosíntesis, síntesis de lípidos y de los constituyentes de la pared celular…) - Presenta moléculas receptoras que intervienen en la detección de sustancias químicas del medio externo para que el microorganismo pueda elaborar una respuesta frente a ella. PARTE 2.4.2: MEMRANA PLASMÁTICA EN ARQUEAS. Existen varias diferencias con respecto a la membrana plasmática de bacterias: - Presentan una única monocapa lipídica en lugar de la bicapa. Esta monocapa es más estable y resistente a la disgregación, lo cual cobra sentido teniendo en cuenta el tipo de ambientes extremos en los que habitan estos microorganismos. - Presentan unos lípidos únicos desde el punto de vista bioquímico, ya que presentan enlaces tipo éter responsables entre una molécula de glicerol y diversas cadenas hidrofóbicas. Estas cadenas no son ácidos grasos, sino que están formadas por unidades repetitivas de isopreno. PARTE 2.4.3: MEMBRANA PLASMÁTICA EN MICOPLASMAS. Los microplasmas son un tipo de bacterias que no presentan pared celular. Estos microorganismos se caracterizan por su gran capacidad de resistencia frente a la lisis osmótica, la cual está determinada parcialmente por la naturaleza de su membrana plasmática, más estable que en el resto de bacterias. Dicha membrana contiene esteroles, moléculas lipídicas muy rígidas y planas, que parecen ser la causa de su estabilidad. Algunos micoplasmas presentan también carotenoides u otros compuestos. Los esteroles de la membrana no son sintetizados por los micoplasmas, sino que necesitan disponer de ellos en el medio externo. Algunos micoplasmas, además, contienen lipogicanos, polisacáridos de cadena larga unidos a lípidos de membrana, similares a los lipopolisacáridos de las bacterias Gram-. Sirven para ayudar a estabilizar la membrana y facilitar la adherencia de los micplasmas a los receptores de superficie de las células animales. PARTE 2.5: APÉNDICES BACTERIANOS. PARTE 2.5.1: FLAGELOS Y MOVIMIENTO FLAGELAR. Los flagelos son unos apéndices motores que se extienden por fuera de la membrana plasmática y la pared celular. Se aprecian fácilmente a microscopía óptica a diferencia del resto de apéndices bacterianos. Su disposición en la célula es un carácter taxonómico: - Hay bacterias con el flagelo en distribución polar, esto es que o bien se sitúa en uno de los extremos (bacterias monotricas) o hay un flagelo en cada polo (bacterias anfitricas). - Por otro lado, hay bacterias en distribución flagelar lofotrica, cuando existe un penacho o agrupación de flagelos en uno o ambos polos de la célula (bacterias lofotricas). - Finalmente hay bacterias con distribución flagelar peritrica, si presentan toda su superficie externa cubierta de flagelos. En cuanto a la estructura del flagelo, en bacterias gram- consta de tres partes: Filamento. Es la parte más larga del flagelo y consiste en un cilindro rígido y hueco constituido por la polimerización de subunidades proteicas de flagelina. Cuerpo basal. Se encuentra embebido en la célula y es la zona más compleja del flagelo. Está consttiuido por cuatro anillos unidos por una varilla central. Los anillos externos L y P se asocian con las capas de polisacáridos y peptidoglicanos respectivamente, mientras que los anillos S y M internos conectan con el espacio periplásmico y la membrana plasmática. Gancho. Es un segmento curvado y corto que une el filamento al cuerpo basal, dotando de flexibilidad a esta unión. Es ligeramente más ancho que el filamento y está formado por subunidades proteicas distintas. En bacterias gram+ la estructura flagelar es igual con la excepción de que el cuerpo basal consta sólo de dos anillos: uno interno en comunicación con la membrana plasmática y otro externo unido a la capa de peptidoglicanos. Finalmente cabe mencionar que hay bacterias que presentan vainas alrededor del flagelo En cuanto al flagelo de arqueas, éste es más delgado y fino, y está formado por distintos tipos de flagelina y al no presentar estos microorganismos membrana externa ni malla de peptidoglicano se sospecha que su estructura es distinta. A continuación tratamos la síntesis flagelar; en este proceso en bacterias intervienen una gran cantidad de genes que codifican las proteínas estructurales del aparato flagelar y llevan a cabo diversas funciones. Un flagelo no crece desde su base, sino por su punta. En primer lugar se sintetiza el anillo MS y se inserta en la membrana plasmática. Luego se sintetizan otras proteínas de anclaje junto con el gancho antes de que se inicie la formación del filamento. Las moléculas de flagelina sintetizadas por los ribosomas en el citoplasma pasan por el canal hueco del filamento hasta situarse por aposición en su extremo. En dicho extremo hay una proteína termina, la proteína cap, que ayuda a las moléculas de flagelina a distribuirse de manera organizada y correcta. Trataremos finalmente el movimiento flagelar. El flagelo actúa como una hélice que rota y permite el movimiento (la dirección en la que rota, horaria o antihoraria, determina dicho movimiento). El movimiento en bacterias peritricas es más lento que en monotricas. - Cuando los flagelos rotan en sentido antihorario, las bacterias peritricas se mueven hacia delante; si cambia de dirección, los flagelos se extienden y se produce la voltereta. Finalmente, los flagelos rotan en sentido horario ahora y la bacteria se mueve hacia atrás. - El movimiento en monotricas depende de si el flagelo es reversible (rotación antihoraria produce movimiento hacia delante y horaria hacia atrás) o unidireccional (la célula se desplaza hacia delante si el flagelo rota en sentido horario; la bacteria entonces puede parar y reorientarse, continuando hacia delante pero en otra dirección con el flagelo en rotación horaria). PARTE 2.5.2: FIMBRIAS Y PELOS. Las fimbrias y los pelos son apéndices bacterianos con una estructura similar a la ya estudiada en el flagelo, pero no intervienen en procesos de locomoción. - Las fimbrias son bastante más cortas que los flagelos e igualmente tienen una naturaleza proteica. No todas las bacterias presentan fimbrias y su función es desconocida, pero parece evidente que favorecen la fijación bacteriana a distintas superficies así como la formación de biofilms. - Los pelos son similares a las fimbrias, pero algo más largos y se presentan sólo uno o unos pocos sobre la superficie celular. Algunos de ellos llevan a cabo una movilidad denominada “a tirones” mediante la extensión y retracciónde los pelos. También facilitan el intercambio genético entre bacterias. PARTE 2.6: COMPONENTES CITOPLÁSMICOS. PARTE 2.6.1: CITOPLASMA. El interior celular se encuentra relleno por una complicada mezcla de sustancias denominada citoplasma. De naturaleza fundamentalmente acuosa, contiene en suspensión al resto de los componentes citoplásmicos. La matriz citoplásmica, a pesar de su aspecto homogéneo y de carecer de un verdadero citoesqueleto, presenta una gran organización dada por la localización de sus componentes proteicos. PARTE 2.6.2: RIBOSOMAS. Los ribosomas son pequeñas partículas compuestas por ácido ribonucleico (ARN) y proteínas asociadas. Son los lugares físicos del citoplasma donde tiene lugar la síntesis de proteínas. Pueden aparecer en la matriz citoplásmica a modo de partículas de pequeño tamaño o asociados a la membrana plasmática. Realmente son muy complejos, y cada ribosoma está formado por dos subunidades; en procariotas, las subunidades del ribosoma son la 30S y la 50S. PARTE 2.6.3: INCLUSIONES CITOPLÁSMICAS. Los cuerpos de inclusión son gránulos de material orgánico y/o inorgánico localizados en el citoplasma bacteriano visibles en la mayoría de los casos a microscopía óptica. Algunos se encuentran rodeados de membrana, como los carboxisomas o las vacuolas de gas, y otros no, como los gránulos de glucógeno o de cianoficina. En el caso de que presenten membrana, esta se caracteriza por ser muy fina y estar formada por lípidos anfipáticos que aíslan la inclusión del citoplasma propiamente dicho, pero que por tanto no presenta la estructura típica de membrana celular. La función de estas inclusiones es bastante variada en los distintos microorganismos en los que se encuentran presentes, pero la principal es almacenar energía o servir de almacén de reserva para la construcción de macromoléculas. Una bacteria típica suele presentar las siguientes inclusiones: Gránulos de Poli b hidroxialcanoato (PHA) y/o Poli b hidroxibutírico (PHB). Gránulos de glucógeno. Gránulos de polifosfato o volutita. Gránulos azufrados. Vesículas de gas. Se presentan fundamentalmente en organismos procarióticos que flotan en medios acuosos y son las responsables de su flotabilidad; representan así una forma de motilidad que permite a las células flotar a diferentes alturas en respuesta a factores microambientales. Gránulos de cianoficina. Están compuestos por grandes polipéptidos que contienen aproximadamente la misma cantidad de dos residuos aminoácidos: arginina y aspartato. Su función es servir de reserva microbiana de nitrógeno. Magnetosomas. Son partículas intracelulares cristalinas formadas por magnetita, un mineral de hierro de fórmula Fe3O4. Estos cuerpos convierten a la célula en un dipolo magnético constantemente sometido a la influencia de cualquier campo magnético. Las bacterias que producen magnetosomas exhiben magnetotaxis, proceso en virtud del cual se orientan y migran siguiendo las líneas del campo magnético. PARTE 3: TACTISMOS. Los tactismos son movimientos que se dan en ciertos microorganismos como respuesta a señales externas. Existen diversos tipos: quimiotaxis, en respuesta a señales químicas; fototaxis, en respuesta a señales luminosas; osmotaxis, en respuesta a señales osmóticas; termotaxis, en respuesta a señales térmicas… Una de las más conocidas es sin duda la quimiotaxis. Para comprender cómo afecta este proceso a las bacterias, debemos centrarnos primero en el comportamiento de éstas en ausencia de sustancias quimiotácticas. En ausencia, se mueven al azar y realizan carreras mediante las cuales se desplazan hacia delante y tumbos mediante los cuales la célula se para y cambia de dirección, todo ello de forma azarosa. Sin embargo, en presencia de un gradiente de una sustancia quimiotáctica atrayente, el organismo va captando concentraciones más altas de la misma y las carreras son más frecuentes y los tumbos más escasos. En el caso de una sustancia quimiotáctica repelente, el proceso es igual pero a la inversa.
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