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Instituto Universitario salesiano “Padre Ojeda” Licenciatura en Educación Mención Filosofía Psicología Evolutiva URDANIBIA Mikel ORDOSGOITE Armando La adultez y ancianidad Adultez La adultez es la etapa en el que el ser humano alcanza su desarrollo pleno; tal plenitud se corresponde al desarrollo máximo de las capacidades físicas y biológicas, y madurez psicológica. La adultez implica la superación de las etapas de la infancia, la adolescencia y la plena juventud. Al mismo tiempo, es la etapa que precede a la ancianidad (Jiménez, 2012). Adultez temprana (20 – 40 años). Esta primera etapa de la adultez se inicia a partir de los 20 años de edad, finalizando una vez que el sujeto alcanza los 40 años. Se trata de una etapa vigorosa y de enorme potencia productiva, acompañada de una sensación de plenitud indispensable para emprender los caminos profesionales e individuales trazados (Jiménez, 2012). En esta primera etapa de la adultez, según Sandoval (s.f), el sujeto ha alcanzado todo su potencial de desarrollo físico y biológico: Fuerza, energía y resistencia están en el punto máximo. Desde la mitad de los 20 años cuando la mayor parte del cuerpo está completamente desarrollado hasta alrededor de los 50, el declive de las capacidades físicas está generalmente tan graduado que se nota con dificultad (p. 83). La destreza manual es más eficiente en los adultos jóvenes. Además, los sentidos están también más agudos durante esta primera etapa de la adultez; la agudeza visual es la más penetrante alrededor de los 20 años (Sandoval, s.f; Morris, 1987). La principal tarea social durante la adultez temprana, según Erickson, (1963; 1980), citado por Darley et al, (1990), es el establecimiento de relaciones íntimas, la cual puede expresarse tanto en una amistad estrecha como en una relación de pareja. En esta etapa, se supone que el sujeto puede desarrollar un pensamiento completamente abstracto y probar las hipótesis formales. Sin embargo, durante esta etapa se da inicio a una nueva forma de pensamiento: pensamiento post-formal combina la lógica con la emoción y la experiencia práctica en la solución de problemas ambiguos; el sujeto actúa de modo flexible a las diversas situaciones a las que enfrenta (Fischer y Pruyne, 2003, citado por Sandoval, s.f). Desde el punto de vista psicológico, según Jiménez (2012), la personalidad del sujeto se manifiesta con mayor claridad y estabilidad. Adultez media (40 – 60 años). Esta etapa de la adultez, según Jiménez (2012) tiene lugar entre los 40 y 45 años de edad, finalizando una vez que el sujeto llega a cumplir los 60 años de edad. Se espera que el sujeto durante esta etapa haya vivido experiencias como el matrimonio y la paternidad, y se esté preparando para otros como la jubilación o la soledad a casusa de la viudez o la separación marital. Los cambios físicos son apenas perceptibles hasta que aparecen deficiencias sensoriales, en la capacidad sexual y reproductora entre otras (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). Algunos cambios visibles y generalizados, según Jiménez (2012) son los siguientes: La piel se torna menos uniforme. El cabello comienza a encanecerse y adelgaza tornándose débil. Se gana peso y pierde estatura. Al absorber menos calcio, la masa ósea disminuye. Las articulaciones pueden ser menos flexibles. En relación con la vista, la presbicia, miopía y disminución en la agudeza visual son muy comunes. Con respecto al oído ocurre una disminución de la capacidad de sonidos con frecuencia más alta, conocida como presbiacucia. El sentido del gusto también presenta cambios, ya que las papilas gustativas pierden sensibilidad, por lo que algunos alimentos se perciben como insípidos. Además, la sensibilidad al tacto disminuye después de los 45 años y al dolor después de los 50. En esta etapa se experimenta una pérdida en la resistencia por una baja en la tasa del metabolismo basal, es decir, la cantidad de energía que se gasta para mantener las funciones vitales (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). Según Jiménez (2012), durante esta etapa, se presenta dos eventos biológicos importantes relacionados con la sexualidad: En la mujer: La menopausia, en las mujeres, es la cesación de la menstruación y por consecuencia la incapacidad para concebir hijos, lo que típicamente se presenta alrededor de los 48 y los 52 años. La reducción de hormona femenina, es decir, estrógenos, son sofocos (sensación repentina de calor en todo el cuerpo debido a la expansión y contracción de los vasos sanguíneos), dolor muscular, sequedad y ardor vaginal, dolor de cabeza, insomnio, fatiga, aumento de peso, trastornos urinarios y resfriados (p. X). En el hombre: Aunque el hombre puede ser padre a edades muy avanzadas, se produce cierta disminución en la fertilidad, en la frecuencia del orgasmo, y un aumento en la impotencia, además de tener fluctuaciones cíclicas en la producción de hormonas, lo que se llama andropausia. La andropausia es un síndrome caracterizado por síntomas y signos atribuibles a una disponibilidad reducida de andrógenos que ocurre en el hombre, relacionado con el envejecimiento (p X). Una característica particular de esta etapa de la adultez es el interés que tiene el sujeto en resolver los problemas que se le presentan; constituyendo, por tanto, el mayor auge de la inteligencia práctica. A continuación, Jiménez (2012), señala algunas características distintivas de la cognición adulta: El pensamiento adulto es divergente, acepta la contradicción como aspecto básico de la realidad. El pensamiento adulto es metasistemático, pudiendo observar la realidad en términos, lógicos, relativos y contradictorios. El pensamiento adulto es contextualizado, ya que al existir cambios en la vida cotidiana, no puede basarse únicamente en principios universales. El pensamiento adulto es dialéctico, ya que el pensador post-formal percibe la realidad como un sistema estructurado en cambio, evolución y transformación. Se ha observado que en esta etapa existe una interacción cognitivo-contextual en la que influyen diferentes factores, como la edad cronológica, el momento histórico en que le ha tocado vivir y la experiencia individual de cada sujeto (como el trabajo y la lectura) (Jiménez, 2012). Según Sandoval (s.f) y Jiménez (2012), el sujeto durante esta etapa de la adultez da sentido y significado a las relaciones que establece, las cuales se mantienen, ya sea con la familia o las personas cercanas a él. Adultez tardía (60 – 80 años). La edad adulta tardía, según Jiménez (2012), comienza a los 60 años aproximadamente, finalizando cuando el sujeto alcanza los 80 años de edad. Hacia el final de etapa de la adultez, se presenta un declive gradual del funcionamiento de todos los sistemas corporales; disminuye las fuerzas y destrezas físicas, ocurren eventos importantes donde el adulto se tiene que adaptar como la jubilación y la muerte de su cónyuge. En general, los cambios físicos de la edad adulta tardía, según Sandoval (s.f) y Jiménez (2012), son observables, cuantificables y difíciles de ocultar, porque se presentan en los sistemas, órganos y sentidos: Vista: dificultades para percibir la profundidad, el color y los cambios abruptos de la luz; sensibilidad a la luz intensa y ceguera nocturna, cataratas, áreas nubosas y opacas que causan visión borrosa, ceguera o glaucoma. Oído: dificultades para escuchar sonidos de alta frecuencia, pérdida moderada o grave del oído, desorientación espacial y pérdida de equilibrio. Gusto: se pierden papilas gustativas y el bulbo olfativo, la gente come menos y a menudo está desnutrida. Fuerza: disminuye claramente y se limita a ciertas actividades; la coordinación puede volverse “torpe”, pues la persona necesita más tiempo para reaccionar a un estímulo (el procesamiento de la información es lento). Piel: se vuelve más pálida y manchada, adopta una textura parecida al pergamino, las varices son comunes. Estatura: disminuye porquelos discos de la columna se atrofian, existe encorvamiento por osteoporosis, jorobamiento, la composición de los huesos cambia, originando probabilidad de fractura. Cabello: se torna más delgado y de color gris-blanco, canicie y calvicie. Sueño: se tiende a despertar durante la noche y a presentar dificultad para volver a dormir; sueños ligeros y menos periodos de sueño profundo y reposo. Cambios hormonales: disminución de estrógenos, testosterona, hormona tiroidea e insulinita. Atrofia de órganos sexuales. Disminución de la masa magra (masa compuesta por músculos, sin grasa). Aumento de la proporción de grasa en el organismo. Incremento del contenido de lipofuscina (pigmento) en las células, entre más lipofuscina más vieja la célula. Desprotección de las células viejas frente a la acción nociva de las moléculas reactivas de oxígeno. Dificultan para el mantenimiento de la homeostasia, típica perturbación de los organismos envejecidos. Sandoval (s.f), en esta etapa de la adultez “no se puede hablar de una disminución de la inteligencia. Lo que se modifica es únicamente la rapidez de la capacidad de reorientación y combinación” (p. 29). Según Jiménez (2012), la inteligencia fluida, la capacidad para resolver nuevos problemas parece declinar, pero la inteligencia cristalizada que está basada en la experiencia, en el aprendizaje; esta tiende a mantenerse incluso a aumentar. Por lo que, algunos aspectos de la inteligencia parecen aumentar con la edad. Sin embargo, la mecánica de la inteligencia declina pero la de la pragmática continúa creciendo. La vejez exitosa involucra optimización selectiva por compensación (uso de capacidades especiales para compensar pérdidas). Jubilación provoca que el adulto se centre más en la familia, sus inversiones son equilibradas y dedican su tiempo libre a actividades de su agrado. Su contacto social con los demás se disminuye ya que no están trabajando y también por las enfermedades que les dificultan salir de visita a sus amistades. Las relaciones con la familia y los amigos tienen un efecto positivo y ayuda en la estabilidad emocional del adulto. Matrimonio a largo plazo es de gozo para los conyugue ya que son de ayuda mutua en esta etapa. Las personas que siguen trabajando después de los 65 o 70 años por lo regular disfrutan su trabajo y no lo encuentran demasiado estresante. Los trabajadores ancianos tienden a ser más confiables, cuidadosos y responsables que los trabajadores jóvenes. La gente que se jubila puede sentir la pérdida de un papel que es central para su identidad o quizá disfrute la pérdida de presiones que se van con ese papel (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). La ancianidad Con todo lo anteriormente expuesto sobre la adultez, se pudiese decir que la vejez se corresponde a los últimos 20 años de vida del ser humano, es decir, entre los 80 y 100 años de edad. Los cambios más notorios de la vejez, a partir de los 80 años, según Jiménez (2012), se da cuando existe una reducción de la masa corporal total, esto conlleva a una posible deshidratación, y Disminución de la saliva, reducción de las encías, ausencia de dientes (necesidad de utilizar prótesis dentales). De igual modo, según Jiménez (2012), los órganos de los sentidos, principalmente oído y vista, se deterioran teniendo que en algunos casos utilizar lentes o audífonos para poder ver u oír bien. También puede haber una pérdida del olfato y del gusto. Como consecuencia de los cambios físicos y neurológicos, según Jiménez (2012), la salud puede verse afectada. A raíz de la falta de actividad física, los neurotransmisores se lentifican haciendo que la información se procese de forma más lenta que en etapas anteriores. De este modo, las funciones como el análisis, síntesis, ingenio, https://www.caracteristicas.co/actividad-fisica/ imaginación, razonamiento aritmético, memoria y percepción, pueden verse alteradas o disminuidas (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). Las relaciones sociales también cambian. Incluso dentro de la misma familia se le dan menos responsabilidades y, en ciertos casos, se los aísla de forma inconsciente. Esto produce un decaimiento psicológico y hasta una leve depresión para los adultos mayores (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). Como producto de todos los cambios sociales, psicológicos y físicos, puede haber una disminución en cuanto a las capacidades y el autoconcepto se ve alterado. Para contrarrestar esto, existen disciplinas como la geriatría y la gerontología que contienen a los adultos mayores evitando que la modificación del autoconcepto desemboque en una depresión o falta de iniciativa (Sandoval, s.f; Jiménez, 2012). https://www.caracteristicas.co/memoria/ https://www.caracteristicas.co/percepcion/ Referencias Jiménez, G. (2012). Teorías del desarrollo III (1era edición). Ciudad de Mexico: Red Tercer Milenio. Morris, C. (1987). Psicología moderna: Un nuevo enfoque (5ta edición). Juárez: Pretince Hall Hispanoamericana, S.A. Sandoval, A. (S.f). Unidad III: La Adultez. Recuperado de: http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Educacion/Teorias_del_desarrollo_III. pdf http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Educacion/Teorias_del_desarrollo_III.pdf http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Educacion/Teorias_del_desarrollo_III.pdf
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