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METODOLOGIA EN LAS CIENCIAS DEL DEPORTE

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DIRECTOR • ANTONIO OÑA SICILIA
 
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MARCOS GUTIÉRREZ-DÁVILA ANTONIO OÑA SICILIA
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PRÓLOGO
CAPÍTULO 1 EL ENFOQUE CIENTÍFICO
1.1. Definición y aspectos conceptuales de la ciencia
1.2. Estructura formal de la ciencia
1.3. Conocimiento ordinario y conocimiento científico
1.4. Los límites del conocimiento científico
1.5. Principios del conocimiento científico
1.5.1. Intersubjetividad
1.5.2. Provisionalidad
1.5.3. Funcionalidad
1.5.4. Especialización
1.5.5. Contrastación
1.5.6. Operatividad
1.6. Ciencia básica, ciencia aplicada, tecnología, industria y comercio
1.7. Clasificación de las perspectivas científicas
CAPÍTULO 2 LA CIENCIA EN LA ACTIVIDAD FÍSICA
2.1. La perspectiva científica de la actividad física
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2.2. Estructura de contenidos de la ciencia
2.3. Estructura de las Ciencias de la Actividad Física
2.4. Evolución de las disciplinas científicas
2.5. Evolución del pensamiento sobre la actividad física
2.6. Identificación de las dificultades científicas de la actividad física
2.7. El término "actividad física"
2.8. El pensamiento de la sociedad actual sobre el deporte
2.8.1. Superación del dualismo
2.8.2. Integración como parte importante de la cultura
2.8.3. La sociedad del ocio
2.8.4. Las Ciencias de la Actividad Física
2.9. Estado actual de la investigación en Ciencias de la Actividad Física
2.10. Paradigmas de la investigación científica en la actividad física y el
deporte
CAPÍTULO 3 EL MÉTODO CIENTÍFICO
3.1. Definición y aspectos conceptuales
3.2. Métodos utilizados para la adquisición de creencias o conocimientos
3.3. El método científico
3.4. Formas de abordar el método científico
3.5. Esquemas tácticos de aplicación del método científico
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3.6. Técnicas utilizadas por el método científico
3.7. Ciclo de aplicación del método científico
CAPÍTULO 4 LAS FASES EN LA PLANIFICACIÓN TEÓRICA DE LA
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
4.1. El proyecto de la investigación
4.2. El problema
4.2.1. Detección del problema científico
4.2.2. Fuentes generales de problemas
4.2.3. Elaboración de los problemas
4.2.4. Formulación del problema
4.3. La hipótesis
4.3.1. Concepto y definición de hipótesis
4.3.2. Objetivos y características que debe cumplir la hipótesis científica
4.3.3. Formulación y tipos de hipótesis
4.4. Las variables de la investigación
4.4.1. Concepto y definición de variable
4.4.2. Criterios para la selección de la medida de la variable
4.4.3. Clasificación de las variables de investigación
4.4.4. Fuentes de variables contaminadoras
4.5. La muestra
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4.5.1. Conceptos de población y muestra
4.5.2. Tipos de muestras
CAPÍTULO 5 LA MEDIDA EN LAS CIENCIAS DEL DEPORTE
5.1. Introducción al concepto de medida
5.1.1. La medida en la ciencia
5.1.2. Definición y concepto de medida
5.2. La medida en el contexto del proceso tecnológico
5.2.1. Criterios de la buena medida
5.2.2. La medida como tecnología
5.3. Clasificación de las técnicas de medida según el grado de automatización
5.3.1. La entrevista
5.3.2. El cuestionario
5.3.3. La observación sistemática
5.3.4. Técnicas fotogramétricas
5.3.5. La poligrafía
5.3.6. Registros cinemáticos
5.3.7. Registros cinéticos
5.3.8. Los sistemas automatizados integrados
5.4. Clasificación de los instrumentos de medida según el indicador de
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respuesta
5.4.1. Sistemas automáticos para evaluar el indicador cognitivo
5.4.2. Sistemas para evaluar el indicador fisiológico
5.4.3. Sistemas para evaluar el indicador motor
5.5. Hacia los sistemas integrados en los sistemas automatizados
5.5.1. Componentes físicos de los sistemas automatizados integrados
5.5.2. Componentes lógicos de los sistemas automatizados integrados
5.5.3. Perspectivas de futuro
CAPÍTULO 6 TÉCNICAS DE OBSERVACIÓN SISTEMÁTICA Y
ENCUESTA
6.1. La observación sistemática
6.1.1. Aspectos introductorios
6.1.2. Criterios taxonómicos
6.1.3. El proceso de observación en el ámbito científico: fase preparatoria
6.1.4. El proceso de observación en el ámbito científico: fase operativa
6.1.5. Las técnicas de observación en el ámbito deportivo
6.2. El cuestionario
6.2.1. Aspectos introductorios
6.2.2. Definición de encuesta y cuestionario
6.2.3. El diseño y la elaboración del cuestionario en Ciencias del Deporte
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CAPÍTULO 7 DISEÑOS EXPERIMENTALES: FUNDAMENTOS Y
DISEÑOS BÁSICOS
7.1. Lugar de los diseños experimentales en la ciencia
7.2. Conocimiento científico y diseños experimentales
7.3. El método científico y las estrategias de investigación
7.4. Lugar de los diseños en el plan de investigación
7.5. Categorías generales de diseños
7.6. Los diseños mixtos
7.7. Diseños entregrupos
7.7.1. Técnicas de control entregrupos
7.8. Tipos básicos de diseños entregrupos
7.8.1. Diseños de dos grupos con grupo de control
7.8.2. Diseños multigrupos
7.8.3. Diseños factoriales
7.9. Diseños entre-grupos derivados
7.9.1. Diseño Solomon
7.9.2. Diseños de bloques: cuadrado latino y greco-latino
7.9.3. Diseño de parcela dividida
7.9.4. Diseño jerárquico
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CAPÍTULO 8 DISEÑOS INTRAGRUPO Y MIXTOS. ESTRATEGIAS
PRE Y CUASI EXPERIMENTALES
8.1. Características generales de los diseños intragrupo
8.2. Series temporales
8.3. Diseños mixtos
8.3.1. Diseños pre-post con grupo de control
8.3.2. Diseños de series temporales con dos o más grupos
8.3.3. Diseños factoriales mixtos
8.4. Diseños intrasujeto
8.5. Diseños pre y cuasiexperi mentales
8.5.1. Estrategias preexperimentales
8.5.2. Estrategias cuasiexperimentales
8.6. Los diseños experimentales en las Ciencias del Deporte
CAPÍTULO 9 EL INFORME DE INVESTIGACIÓN
9.1. El informe de investigación en el método científico
9.2. Tipos de informes de investigación científica
9.3. Características generales del informe científico
9.4. Organización y partes del informe de investigación para revistas y
congresos
9.5. Organización y partes del informe de investigación para tesis doctorales
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9.6. Presentación de algunas citas y referencias bibliográficas según las
normas APA
9.7. Presentación de algunas citas y referencias bibliográficas según las
normas Vancouver
CAPÍTULO 10 LAS BÚSQUEDAS DOCUMENTALES CIENTÍFICAS
10.1. La documentación en la ciencia
10.2. La búsqueda documental en el método científico
10.3. Tipos de fuentes documentales
10.3.1. Origen
10.3.2. Criterios de la periodicidad
10.4. Estrategias de búsqueda documental
10.5. Índices de calidad científica
10.6. La documentación electrónica y las nuevas tecnologías
10.6.1. El formato electrónico en la documentación
10.6.2. Las nuevas tecnologías en la documentación
10.7. Sistemas de búsqueda documental automatizados
10.7.1. Bases de datos electrónicas
10.7.2. Revistas electrónicas
10.8. Fuentes relacionadas con las Ciencias de la Actividad Física
10.8.1. Revistas científicas
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10.8.2. Bases de datos sobre actividad física
BIBLIOGRAFÍA
 
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En un primer momento he aceptado agradecido el encargo de los autores
de escribir el prólogo de su libro de investigación, ahora delante del papel
blanco me he dado cuenta de la responsabilidad de este cometido, máxime
cuando soy consciente del compromiso de los autores del libro con el
enfoque científico de su obra desde un paradigma positivista. Como
paradigma, según Alvira (1982), entendemos el conjunto de creencias y
actitudes, como una visión del mundo compartida por un grupo de científicos
que implica, específicamente, una metodología determinada. Como indicio
desde este paradigma positivista o racionalista utiliza el modelo hipotético-
deductivo que pretende encontrar las leyes que rigen los fenómenos de
estudio y elaborar teorías científicas que guíen la acción. Como
características tiene las siguientes:
1.La teoría debe ser universal, no vinculada a un contexto específico.
2.Los enunciados científicos son independientes de los fines y valores de
los individuos. Busca relaciones entre hechos.
3.El objeto de estudio es un sistema de variables analíticamente separables
de otros elementos externos.
4.Da gran importancia ala definición operativa de las variables y a la
fiabilidad de las medidas.
5.Trata de ver las relaciones causa-efecto entre los fenómenos y
comportamientos.
Como es lógico existen otras formas de abordar los fenómenos de estudio,
desde perspectivas interpretativas y sociocríticas (Colas, 1992). No se puede
olvidar que la ciencia está contextualizada. No sería correcto, como única
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opción, utilizar la metodología de las ciencias naturales ("ciencias duras")
para el estudio de la con ducta humana ("ciencias blandas"). En ocasiones, la
finalidad no es generalizar, explicar, predecir y controlar los hechos, sino
comprenderlos para actuar sobre ellos. Pero no es éste el momento de entrar
en un debate paradigmático.
Lo cualitativo y lo cuantitativo, como paradigmas y como métodos,
necesitan complementarse mutuamente para conseguir una interpretación más
rica de las diferentes variables que aparecen en los fenómenos educativos
(Anguera, 1985).
Se puede definir la investigación científica como una "investigación
sistemática, controlada, empírica y crítica, de proposiciones hipotéticas sobre
las supuestas relaciones que existen entre fenómenos naturales" (Kerlinger,
1975: 7).
El manual que tiene el lector en sus manos nace de la labor investigadora
de los autores y de una reflexión profunda sobre el proceso de investigación.
Proceso que nace del diálogo entre la hipótesis y la práctica. Además, como
su etimología nos indica in (en) vestigare (hallar, seguir vestigios), sería
indagar, proceso inquisitorio de los fenómenos con el fin de explicarlos e
intentar comprenderlos.
El conocimiento científico es conocimiento probado. Las teorías
científicas se derivan, de un modo riguroso, de los hechos de la experiencia
adquiridos mediante la observación y la experimentación (Chalmers, 1986).
Kuhn recoge, en un artículo sobre "La función de la medición en la moderna
ciencia física" (1961), que en la fachada del edificio de la Social Science
Research de la Universidad de Chicago aparece la inscripción siguiente: "Si
no puedes medir, tu conocimiento es escaso e insatisfactorio". Por ello, se
dice que el conocimiento científico es fiable porque es está objetivamente
probado.
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La estructura del libro se divide en diez capítulos, en el capítulo primero se
estudia el enfoque científico como punto de partida necesario para conocer el
papel de la ciencia en cualquier actividad humana.
El capítulo segundo está centrado en las ciencias aplicadas a la actividad
física y el deporte y parte del presupuesto de que la ciencia ocupa un lugar de
radical importancia. El avance y el impulso que la ciencia está
proporcionando al área de la motricidad nos permiten afirmar que en los
últimos años se ha producido un giro copernicano que está afectando a todos
los ámbitos de la actividad física y el deporte. Pienso que los debates
paradigmáticos no tienen sentido en las Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte porque supone retroceder en posturas fundamentalistas que no
comprenden que el problema del enfoque científico está en el objeto de
estudio, y que en algunos estudios lo más acertado es una integración de
paradigmas con el mayor énfasis en uno u otro según el objetivo y objeto de
la investigación.
El capítulo tercero define el concepto de método científico como "el
conjunto de reglas que señalan el procedimiento de una investigación".
Dentro del método científico (Pereda, 1987) incluye el método hipotético-
deductivo, el método deductivo y el método inductivo. El método deductivo y
el inductivo tienen unos puntos de partida diferentes, la teoría y los hechos,
respectivamente.
El capítulo cuarto nos presenta las fases de la planificación de la
investigación, siendo el proyecto el primer paso obligado en el desarrollo de
la investigación científica y un error en el mismo puede hacer fracasar todo el
estudio. Definir el problema con los criterios de selección y elaboración es
clave para la formulación de las hipótesis, las variables y la muestra. Tras
ello, la recogida de datos y el control de los mismos que nos conducen a su
análisis y discusión.
El capítulo quinto, realizado por Manuel Martínez Marín, aborda uno de
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los problemas esenciales de la investigación como es la medida. Si tenemos
un problema y una hipótesis perfectamente definidos podemos encontrarnos
con el problema de que la recogida de los datos invalide todo el estudio
porque la información recogida, los datos, no cumplan y no se controlen las
fuentes de error que pueden estar en la validez de la propia medida - que no
mida lo que pretende medir-, que esté en el propio instrumento de medida, en
el proceso de recogida de datos, en la propia persona que mide y en el propio
sujeto al que se mide. Es tan importante que si los datos, la medida, no son
válidos, no son fiables, realmente el análisis y las conclusiones tampoco lo
son.
El capítulo sexto, elaborado por Aurelio Ureña Espá y Socorro Rebollo
Rico, aglutina dos técnicas que pueden tratarse de forma separada y desde
enfoques muy diferentes. En ambos casos el problema está
fundamentalmente en el diseño de las dimensiones o categorías que se deben
observar o en el diseño de la elaboración de las preguntas. También es un
problema común el de la validez de contenido y de constructo. Si la validez
es muy importante no menos importante es la confiabilidad en el caso de la
observación. Los autores, en el espacio disponible, tratan de responder a las
fases del proceso de observación y a las fases de la encuesta.
El capítulo séptimo introduce, de una manera sencilla en una de las
estrategias utilizadas en la investigación científica, el método experimental.
Éste establece relaciones de causalidad, manipulando sistemáticamente la
variable independiente y midiendo la variable dependiente (observando los
efectos que tiene su variación) y con un control de las variables
contaminadoras (Pereda, 1987).
El capítulo octavo era necesario para recoger situaciones, fenómenos y
hechos que no pueden someterse al método experimental, alternativas con
particular referencia a los problemas del control de variables extrañas y
amenazas a la validez (Campbell y Staleny, 1979: 138). Alternativas que
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permiten en la investigación de algunas áreas o contenidos de la actividad
física poder estudiar los fenómenos sin desnaturalizar el objeto de estudio.
El capítulo noveno trata del informe de investigación que sirve al
especialista para transmitir los resultados de su investigación a otros
profesionales o cualquier estudio del tema en cuestión. Termina el capítulo
con una organización práctica de cómo estructurar las partes del informe
según sea para una revista, un congreso o una tesis doctoral.
Finaliza la obra con un capítulo, que me parece fundamental para el futuro
investigador, como es el uso y la búsqueda de las fuentes documentales que
como se dice en el texto es "un requisito previo y acompañante generoso en
el recorrido que transcurre desde el comienzo hasta el final del plan de
investigación".
Esta obra entiendo que se ha elaborado con el propósito de ayudar a los
estudiantes de doctorado, posgrado y, en menor medida, también a los del
grado, a entender la naturaleza fundamental del método científico. Tengo la
oportunidad de presentar este manual que nos va a introducir en el mundo
apasionante de la investigación. Cualquier persona que se quiere acercar al
estudio científico es porque es un ser que tiene curiosidad, se interroga por
conocer, quiere indagar, buscar, solucionar problemas, por ende, quiere
investigar.
Si no quieres investigar, dejarás que los demás investiguen y decidan por
ti, tendrás que limitarte a depender de lo que otros hagan. Aquí tienes la
oportunidad con este libro que ayudará tanto a los que investigan (sea para
obtener el doctorado o para trabajos de investigación de posgrado y grado)
así como para los profesores que han de orientar, guiar y supervisar a otros
nuevos investigadores.
Miguel Ángel Delgado Noguera
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1.1. Definición y aspectos conceptuales dela ciencia
A menudo utilizamos el término ciencia como algo relacionado con el
conocimiento de las cosas o hechos que pueden comprobarse e implican una
cierta veracidad en sus afirmaciones o presupuestos, en este sentido,
habitualmente se dice que cuando algo se puede demostrar mediante un
conjunto ordenado de preposiciones objetivas, estamos haciendo ciencia. La
utilización de este concepto de la ciencia, entendido objetivamente
(Bochenski, 1985), ha dado lugar a dividir las disciplinas en dos categorías
que nada tienen que ver con la realidad (disciplinas de ciencias y disciplinas
de letras). Así, es habitual que preguntemos a nuestros alumnos si su
procedencia, en cuanto a su formación académica, es de ciencias, letras o
mixta.
Siguiendo a Bochenski (1985) y entendiendo la ciencia desde un punto de
vista subjetivo como un saber sistemático, es lógico que no podamos
establecer una dicotomía tan simplista de las disciplinas científicas (ciencias
o letras). Así, es posible entender los hechos históricos de una forma
sistematizada y organizada, lo que implica decir que se está adquiriendo un
conocimiento científico de la historia, mientras que es posible conocer hechos
relacionados con la física mediante creencias establecidas tradicionalmente y
no poder decir que se estén adquiriendo conocimientos científicos.
Según lo expuesto, el hecho de que una persona adquiera conocimiento
científico depende de que haya adquirido el conocimiento de una forma
organizada y sistemática. La cuestión es definir cómo entendemos esto. Si
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consideramos que la mayoría de los autores relacionan la ciencia con el
conocimiento adquirido a través de un método determinado, denominado
método científico, es posible entender que exista una cierta relación
contextual entre el hecho de adquirir el conocimiento de forma ordenada y
sistemática y el método científico.
Dicha relación aparece en las definiciones de ciencia propuestas por
diferentes autores. Para Bochenski (1985), la ciencia es un conjunto de
proposiciones objetivas o un saber sistemático. Con una orientación muy
similar, Zimmy (1961) entiende el saber científico como un conjunto
organizado de conocimientos que han sido adquiridos utilizando el método
científico y McGuigan (1972) considera la ciencia como la aplicación del
método científico a problemas solubles.
Las definiciones de ciencia expuestas reafirman la idea de que ésta tiene
poco que ver con el objeto de estudio o las disciplinas relacionadas con la
adquisición de las creencias o los conocimientos y, sin embargo, tiene mucho
que ver con la forma de adquirir el conocimiento. En este sentido, la ciencia
se identifica, no tanto con lo que hacen los científicos o el producto de la
misma, sino con el método científico. El conocimiento científico viene, de
este modo, definido por la utilización de un conjunto de reglas que han de
seguirse durante el estudio. No obstante, en la actividad deportiva, algunos
profesionales rechazan esta idea, fundamentalmente porque definen la ciencia
en términos de contenido más que de metodología, asumiendo la existencia
de una ciencia específica de la Actividad Física y del Deporte en lugar de
referirse a las ciencias que tienen como objeto de estudio la Actividad Física.
Según lo expuesto y siguiendo a Bunge (1983), la ciencia debe ser un
estilo de pensamiento y acción, una forma de entender el conocimiento de los
hechos. Para este autor, la ciencia es una disciplina que utiliza el método
científico con la finalidad de hallar estructuras generales o leyes. Ante esta
definición de ciencia es necesario destacar dos aspectos que distinguen al
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conocimiento científico: a) la utilización del método científico y b) el hecho
de tener el propósito de obtener leyes generales.
Al hecho ingenuo o malicioso de hacer ciencia sin utilizar el método
científico se le llama pseudociencia o especulación científica, y cuando se
aplica el método científico para obtener exclusivamente datos y no
estructuras generales del conocimiento o leyes, es decir, cuando no existe
objetivo teórico, se denomina protociencia o ciencia embrionaria. La toma de
datos de forma indiscriminada, así como su descripción posterior, no se
puede considerar como ciencia, aunque ésta puede utilizar los datos
conseguidos por la protociencia a pesar de que algunos de ellos sean inútiles
durante el proceso de análisis teórico.
El hecho de que el método científico haya tardado tanto tiempo en ser
aplicado al estudio del movimiento humano se puede explicar, al menos en
parte, desde un punto de vista histórico o basado en análisis de su historia
previa. Considerando que, desde una perspectiva histórica, el método
científico ha sido aplicado básicamente en el estudio de los fenómenos
físicos, la ciencia se ha identificado tradicionalmente con el mundo físico.
Sólo en las últimas décadas se ha aplicado la metodología científica al
análisis del movimiento humano, aunque sus resultados aún no han logrado el
reconocimiento y la aceptación necesarios, algo que generalmente llega con
la madurez y la tradición.
La aplicación del método científico al análisis del movimiento humano da
lugar a un sistema de trabajo de tipo espiroidal, en el que intervienen, de
forma continuada, la observación, inferencia, predicción, prueba y
reorganización (Pereda, 1987). Es evidente que las técnicas y los
procedimientos empleados por un científico en particular van a depender,
fundamentalmente, de la naturaleza que tengan sus problemas de
investigación, sin embargo todos parten de los mismos presupuestos básicos
(orden, determinismo y comprobabilidad), buscan respuestas a sus problemas
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de una forma restrictiva (empíricas, públicas y repetibles) y tratan de llegar a
las mismas metas generales (conocimiento y predicción).
1.2. Estructura formal de la ciencia
La ciencia es una organización en el sentido más estructuralista del
término (LéviStrauss, 1972), en la que se despliegan distintos niveles
relacionados entre sí y que toman sentido precisamente por esa relación.
Podemos distinguir en ella, al menos, una estructura (a) formal y otra de (b)
contenidos.
Respecto a la estructura formal, la ciencia se despliega en distintos niveles,
desde lo más general y abstracto a lo particular e instrumental, con una
coherente e inevitable lógica interna que hace que los niveles inferiores estén
necesariamente fundamentados en los superiores y que, a la vez, los
superiores sean posibles gracias a las realizaciones concretas de los
inferiores. La estructura comienza en el nivel general con el conocimiento
científico, el nivel siguiente lo ocupa el método de la ciencia, y le siguen las
estrategias de investigación, las técnicas y los instrumentales (figura 1.1).
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Figura 1.1. Estructura formal de la ciencia.
El conocimiento científico fundamenta los niveles inferiores
metodológicos, que se convierten así en los procedimientos para obtener sus
principios constituyentes. Si bien el método científico permite conseguir los
atributos del conocimiento científico, su concreción se realizará a través de
distintas estrategias, técnicas e instrumental de investigación diferenciadas
para cada especialidad científica o problema que se vaya a investigar.
La estructura de contenidos hace referencia a las relaciones entre las
distintas especialidades científicas, desde las más básicas a las más aplicadas,
acabando en las tecnologías. En esta estructura también se produce una lógica
interna de relaciones en la que lo básico fundamenta lo aplicado y
tecnológico, y, a la vez, lo concreto permite materializar los principios de la
ciencia básica.
1.3. Conocimiento ordinario y conocimiento científico
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Como se ha expuesto reiteradamente, el conocimiento científico es aquel
que ha sido adquirido a través del método científico. En este sentido, lo que
distingue a la ciencia no es su objeto de estudio, sino el método que utiliza
para la adquisición de los conocimientos.
Así, el deporte, la capacidad física o la salud no pueden erigirse en ciencia,
constituyenel objeto de estudio de la ciencia, algo que debemos considerar
como más importante que la propia ciencia, ya que, sin el objeto de estudio,
sin hechos, la ciencia tiene pocas posibilidades de existir.
A diferencia del conocimiento científico, el conocimiento ordinario se
puede considerar como no especializado, general, del que arranca toda
investigación. En muchas ocasiones, el tiempo, la generalización de teorías
explicativas o la difusión y normalización del conocimiento científico hacen
que éste pase a formar parte del conocimiento ordinario. En la figura 1.2 se
representan las diferencias indicadas entre el conocimiento científico y el
conocimiento ordinario.
Un entrenador deportivo, partiendo del conocimiento ordinario, puede
exponer de forma elocuente su visión de los hechos a partir de su dilatada
experiencia en la dirección de diferentes equipos, pero cuando esta
experiencia no es racional ni objetiva, sus presupuestos deben ser
considerados como un conocimiento ordinario y por el contrario, cuando este
mismo entrenador expone ciertos presupuestos teóricos que parten de su
experiencia pero los fundamenta con teorías explicativas y los contrasta con
los adquiridos por otros entrenadores, dichos presupuestos pueden participar
del conocimiento científico.
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Figura 1 .2. Diferencias entre el conocimiento científico y el conocimiento
ordinario.
Consideremos ahora otro ejemplo, muy habitual en el aprendizaje de
tareas, concretamente relacionado con la explicación dada al movimiento
segmentario que realiza el saltador de longitud durante la fase de vuelo. Para
el entrenador poco experimentado o el propio deportista que realiza dichos
movimientos, éstos se hacen para conseguir un cierto equilibrio del saltador
durante el vuelo. En este caso, el término equilibrio se utiliza de forma
genérica y poco apropiada, posiblemente debido al desconocimiento de las
teorías explicativas reales, además su utilización en el lenguaje científico de
la física es errónea, ya que durante la fase de vuelo no puede existir equilibrio
al estar sometido el cuerpo a la acción de la gravedad. Esa visión ingenua de
la realidad no es, de ninguna manera, la visión de la ciencia. Para el
científico, basándose en una teoría general como el principio de conservación
del momento angular, dichos movimientos segmentarios son la consecuencia
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de transferir el momento angular constante que tiene el cuerpo del saltador a
sus brazos y piernas con el propósito de reducirlo en el tronco y, como
consecuencia de ello, llegar a la recepción con el tronco más retrasado.
Según los términos utilizados, es posible que la respuesta dada por el
científico no sea del todo comprensible para el alumno que formuló la
pregunta, en este sentido, debemos entender que existen diferentes lenguajes,
incluso entre los mismos científicos (lenguaje científico especializado),
siendo la única posibilidad de comunicación entre los distintos campos
científicos y no científicos la polisemia o capacidad de dominar varios
lenguajes, es decir, el entrenador debe estar capacitado para entender el
lenguaje que utiliza el científico y éste debe esforzarse en exponer sus teorías
de forma que sean comprensibles para la mayoría de las personas; pero es
necesario insistir en que para el científico el lenguaje debe ser claro, preciso y
conciso, alejándose de conceptos genéricos y confusos, aunque, como
veremos más adelante, esto constituye una característica fundamental del
propio método científico.
1.4. Los límites del conocimiento científico
El conocimiento científico es, pues, el nivel primero, el que fundamenta
los siguientes de lo que hemos denominado como la estructura formal de la
ciencia. Sus atributos básicos, agrupados en una serie de principios, definen
el conocimiento científico y lo separen de otras formas de conocimiento
como pueden ser el religioso, el filosófico y el de la opinión o experiencia
personal.
Cada forma de conocimiento es respetable en sí y necesaria, nos parece
estéril el debate de una superioridad de un conocimiento sobre otro, porque se
saldrían del propio ámbito científico donde estamos situados. El
conocimiento científico es un conocimiento con unas características propias,
con unas reglas y restricciones, que se ajusta a las necesidades de la sociedad
actual de un saber instrumental fundamentado, y que en nuestro caso parece
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el más indicado para el ámbito de la actividad física.
Los otros conocimientos son necesarios y mantienen interacciones con la
ciencia; de hecho las grandes reflexiones sobre ella se hacen desde la
epistemología, una rama de la filosofía; y las necesidades concretas de la
investigación científica suelen provenir de las experiencias y necesidades
particulares de la opinión.
El conocimiento filosófico y la opinión (la doxa de los griegos clásicos)
constituyen lo que podemos llamar los dos polos o límites externos al
conocimiento científico. Esos dos polos han sido los predominantes en las
tendencias explicativas y aplicadas tradicionales de la actividad física. El
conocimiento científico, pues, transcurre entre la teorización sin contrastación
empírica y la experiencia personal sin fundamentación teórica, lo que
podemos llamar respectivamente el polo especulativo y el polo artesanal, sus
límites externos que la ciencia nunca debe sobrepasar. En la figura 1.3 se
expresan gráficamente los límites de la ciencia que se intentan exponer en
este apartado.
Figura 1 .3. Representación gráfica de los límites de la ciencia.
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El conocimiento científico podríamos decir que es a la vez teoría con
contrastación en la práctica real y práctica con teoría que la fundamenta.
Pretende ser la síntesis entre el saber aplicado y el conocimiento teórico de la
realidad. Para ello, establece una serie de principios y normas que lo
restringen, por el contrario, a otros conocimientos que son más abiertos y no
tienen límites claros; precisamente en esa característica propia de restricción
está uno de los valores más notables del conocimiento científico. Otro rasgo
propio del conocimiento científico es el uso de un método concreto y
riguroso que le permite conseguir sus atributos; otros conocimientos no
tienen un método tan definido y universal.
La actividad física ha transcurrido durante un largo período de su historia,
que llega hasta el presente, sumergida en una etapa precientífica,
deambulando entre los límites extracientíficos. Ese largo camino recorrido
con las dos corrientes polares del conocimiento científico, por un lado la
especulación vacía y por el otro el coleccio nismo artesanal, se ha concretado
en el ámbito de la actividad física en dos orientaciones, que hemos perfilado
en dos corrientes o tendencias: "[...1 una, metafísica, moralizante y educativa,
y otra, gremialista y artesanal. La primera, buscadora de principios
educativos ambiguos, de ambiciosas trascendencias y escasas bases empíricas
contrastadoras; y cuya culminación ha sido la gran escuela mística de la
psicomotricidad francesa. La segunda interesada obsesivamente por la
eficacia en campos empíricos, fundamentada en dudosas experiencias
particulares y mitificados recursos a la autoridad de moda; donde el mundo
del deporte de alta competición con su parafernalia, es su mejor exponente"
(Oña, 1986: 9).
Podríamos decir que tradicionalmente ha predominado la tendencia a
fundamentar la educación física desde perspectivas pseudo o acientíficas, y
sesgadas hacia lo educativo o deportivo. Todavía hoy, la acritud que podemos
observar en ciertos grupos contra todo lo científico en el mundo de la
actividad física es un síntoma de que esa tradición aún permanece (Oña,
30
2002).
No obstante, las cosas parecen haber cambiado. En España, sobre todo
desde la década de los noventa del siglo pasado, esas corrientes, que hemos
llamado filosóficas o artesanales, están dando paso a la construcción de un
cuerpo de conocimientos y tecnología propia, basados en los principios del
conocimiento y el método científico (Gutiérrez, Oña y Santamaría, 1988).Podríamos afirmar que se ha avanzado en la aceptación de la
contextualización científica rigurosa de nuestro ámbito de estudio en los
últimos veinte años más que en los siglos anteriores (Oña, 2002).
La aceptación de que la actividad física o el deporte constituyen el objeto
de estudio de las diferentes perspectivas científicas y no la ciencia en sí
misma, como erróneamente se había concebido, ha provocado que su estudio
se haya situado claramente en una etapa paradigmática cuando lo abordan
disciplinas plenamente desarrolladas como la fisiología (fisiología del
ejercicio), la biomecánica (biomecánica deportiva) o la psicología (control
motor) y posiblemente esté en una etapa más preparadigmática cuando
abordan su estudio ciertas disciplinas donde conviven diferentes paradigmas
de forma simultánea, como la sociología (del deporte) o la didáctica (de la
actividad física). Es decir, la actividad física y el deporte estarán en la etapa
de desarrollo que esté la disciplina que los estudia.
1.5. Principios del conocimiento científico
Los procedimientos empleados definen a la ciencia y la separan de sus
límites extracientíficos, pero los procedimientos se sustentan en unos
principios que definen el conocimiento científico y fundamentan los demás
niveles de la estructura formal. Cuando tratamos un fenómeno desde
cualquier perspectiva científica, desde la física a la psicología, es necesario
que el propio fenómeno estudiado y el procedimiento seguido cumplan esos
principios distintivos y comunes a toda actividad científica (Oña, Martínez,
Moreno y Ruiz, 1999).
31
Para analizar esos principios los vamos a comparar con los conocimientos
que hemos definido como los límites externos de la ciencia y que son el
conocimiento filosófico y la opinión particular o artesanía, lo que se expresa
en la figura 1.4.
Figura 1 .4. Esquema sobre las diferencias que existen entre conocimiento
científico, especulación filosófica y opinión artesanal.
Los principios a los que debe someterse el conocimiento científico son:
intersubjetividad, provisionalidad, funcionalidad, contrastación y
operacionalidad. Examinemos a continuación qué significa cada uno de ellos.
1.5.1. Intersubjetividad
El conocimiento científico debe ser un saber compartido, objetivo, alejado
32
de la subjetividad humana. Para la ciencia la objetividad no es un problema
ontológico como en las tradicionales disputas entre realistas y nominalistas,
sino positivo, da la posibilidad de ejercer el control externo sobre las
afirmaciones que realice cualquier científico. Por ello, se prefiere hoy
emplear el término de intersubjetividad, que significa algo cercano a lo que
planteaba Watson en 1930 (Watson, 1961), como datos abiertos a la
inspección pública; más que la concepción de Popper (1982) como
conocimiento sin sujeto cognoscente.
Mediante este principio se pretende emplazar todo enunciado científico a
su comprobación por cualquier miembro de la comunidad científica,
apartándolo de interpretaciones exclusivas de un sujeto particular. Cualquier
hipótesis, experimento o teoría científica ha de ser expuesto con concreción,
detallando rigurosamente el procedimiento seguido para obtenerlo. La
intersubjetividad, pues, permite que cualquier miembro de la comunidad
científica pueda replicar una investigación y confirmar o no si obtiene los
mismos resultados.
El saber filosófico, por el contrario, es propio de cada autor, no de la
comunidad científica, y sus asertos sólo deben cumplir el principio de
racionalidad. La opinión es un saber subjetivo basado en la experiencia
personal, que no cumple ni siquiera con la racionalidad, porque puede
sustentarse en prejuicios y mitos.
1.5.2. Provisionalidad
Los conceptos, hipótesis y teorías del conocimiento científico no se
establecen con aspiraciones de eternidad, sino que se van renovando
continuamente con planteamientos nuevos y más potentes, aunque debe
quedar claro que las teorías superadas no lo son por falsedad sino por menor
potencia que las nuevas. La ciencia es, pues, un saber provisional por esa idea
de revocación continua. Los planteamientos que hace cualquier científico,
33
aun los más reconocidos, saben que serán sustituidos en el futuro, es el caso,
por ejemplo, de la mecánica de Newton, que se ve superada por la teoría de la
relatividad de Einstein. Sin citar casos tan sonados, la superación de las
explicaciones y aplicaciones científicas se produce continuamente en todas
las disciplinas, la actualización permanente de la bibliografía científica nos lo
está demostrando. Por ello es muy importante para el investigador y el
profesional estar actualizados con la revisión de revistas y la asistencia a
congresos para no perder esa renovación permanente de la ciencia. Lo mismo
es extensible al especialista de hoy de la actividad física que debe emplear
parte de su tiempo para esa actualización, porque sus conocimientos tienen
que renovarse de forma continua y sistemática para seguir el hilo renovador
del conocimiento científico.
Por el contrario, el conocimiento filosófico pretende establecer
explicaciones que permanezcan en el tiempo, así lo que dijeron los filósofos
griegos no ha sido superado, pueden existir teorías alternativas pero nunca
desplazarán las reflexiones de Platón o Aristóteles.
La opinión vulgar es un saber fluctuante entre la variabilidad caprichosa y
la rigidez. La opinión puede alterarse continuamente debido a su
inestabilidad, o por el contrario mantenerse sin cuestionamiento, sin seguir el
principio de la racionalidad, como ocurre con los mitos o la experiencia de
los artesanos. Esa posición artesanal surge con la experiencia de ciertos
profesionales precientíficos de la actividad física que basan su labor en su
experiencia o en la de otros con "autoridad", sin reflexión crítica y sin
someterla a los principios de la ciencia.
1.5.3. Funcionalidad
La ciencia es un saber relativo, funcional, y causal. El conocimiento
científico establece relaciones funcionales causa-efecto entre los distintos
elementos del problema estudiado. La ciencia no explica los fenómenos a
34
través de esencias fijas con valor universal en sí mismas, como ocurre con la
filosofía, sino con valor relativo y funcional según el contexto concreto del
estudio. Los conceptos esenciales, que se mantienen inalterables en todos los
problemas, como el de ser, espíritu o mundo, propios del saber filosófico o
religioso no tienen cabida en la ciencia, donde cada problema plantea nuevos
conceptos relacionados entre sí, que incluso pueden convertir en causa lo que
era efecto en otro estudio.
La relatividad funcional propia de la ciencia implica que el fenómeno
puede variar en función del medio donde se desenvuelve. Por ello, los
componentes de esa relación se denominan variables, de las que la variable
independiente constituye la causa y la dependiente el efecto. Para estar seguro
de la relación funcional causaefecto entre la variable independiente y la
dependiente es necesario controlar las condiciones de aparición del
fenómeno. El control de las condiciones en los que se efectúa la relación
entre las variables independientes y los dependientes debe realizarse para que
no se vean afectadas por las llamadas variables extrañas. Si queremos
generalizar lo observado a diferentes condiciones deberemos evitar que otros
elementos extraños a los incluidos en la relación causa-efecto intervengan
alterándola.
1.5.4. Especialización
Los problemas que trate la ciencia deberán estar definidos de la forma más
concreta, específica y estrecha posible, convirtiendo el objeto de cada ciencia,
sus tópicos y temáticas en elementos muy diferenciados, inconfundibles. De
esta forma la ciencia se separa de otros conocimientos de propósitos
universalistas como el filosófico, que pretende estudiar de forma global,
inseparablemente, los fenómenos. El metabolismo de los hidratos de carbono
es un problema especializado propio de la ciencia; mientras que el estudio del
ser o del mundo en su totalidad es propio de la filosofía.
35
Laexigencia de delimitación, de especificidad de los problemas científicos
hace que se multipliquen con el paso del tiempo el número de áreas
científicas, así como de especialidades. El científico actual no puede atender
todo el conocimiento que hoy tiene acumulado la ciencia, como ocurría con
el científico renacentista o de períodos históricos anteriores.
En las ciencias de la actividad física también se produce este fenómeno,
las especialidades se van incrementando con el tiempo, tanto con la
incorporación de nuevas áreas propias como con campos nuevos de
especialización en cada área. Así el investigador de control motor no puede
pretender conocer exhaustivamente el estado último de la biomecánica,
incluso en el área de control motor debe especializarse en un campo concreto
para su investigación. Sin embargo, la especialización investigadora no debe
confundirse con la necesidad de cualquier especialista de mantenerse
actualizado en el conocimiento básico de las explicaciones y tendencias más
sobresalientes de todas las disciplinas.
1.5.5. Contrastación
Como ya hemos indicado, la ciencia supone la síntesis entre teoría y
práctica, entre las ideas y los hechos que constituyen la realidad. Por tanto,
consustancial a la propia existencia del fenómeno científico es su
confrontación, contrastación o falsabilidad (en sentido popperiano) con los
datos empíricos. Toda hipótesis habrá de soportar las pruebas continuas de su
adecuación a los fenómenos naturales. Por el contrario, la filosofía es teoría
sin soporte práctico y la artesanía es práctica sin fundamentación teórica.
El conocimiento científico no es mera colección de datos, las teorías no
surgen de los datos sino que se formulan desde el conocimiento existente y
luego se comprueban con los datos, no es pues un saber inductivo, como
podría creerse, sino deductivo, se parte de lo general y se va a lo particular.
La formulación de hipótesis y teorías y su contrastación empírica se realiza
36
a través de un método universal y riguroso, que establece cómo ha de
procederse en cada fase de la creación del conocimiento científico para
conseguir la síntesis entre teoría y práctica.
1.5.6. Operatividad
La delimitación diferenciada y específica de un problema científico debe,
además, permitir que los componentes de ese problema sean operativos, lo
cual implica que sean elementos sobre los que se puedan efectuar operaciones
lógico-matemáticas de transformación. Para ello, en primer lugar tendrán,
como indica Chalmers (1987), que definirse con precisión y claridad, lo que
supone fundamentalmente su posibilidad de medida. Por el contrario, el saber
filosófico no recurre a la operatividad, y la artesanía sí lo hace aunque de
forma asistemática, sin buscar una explicación de conjunto ni una
contrastación de hipótesis o teorías.
1.6. Ciencia básica, ciencia aplicada, tecnología, industria y comercio
A veces, cuando se habla de ciencia, parece quedar implícito que también
se está hablando de tecnología, quizá porque dichos conceptos tienen,
aparentemente, una cierta relación. Así, por ejemplo, cuando se habla de
biotecnología, podemos considerar que se está comentando sobre algo
relacionado con una tecnología, pero también de aquello que está asociado a
la ciencia que se ocupa del estudio de la vida y de los organismos vivientes,
posiblemente porque la tecnología, en mayor o menor grado, la identificamos
como una ciencia o una continuación de ella. Históricamente, la distinción
entre ciencia y tecnología ha estado asociada a las motivaciones y objetivos
que pretenden conseguir los científicos con su investigación. En este sentido,
y siguiendo a Bunge (1997), la investigación científica se contenta sólo, y no
es poco, con la adquisición del conocimiento, mientras que la técnica
pretende hacer algo que tenga un valor práctico para algún grupo social.
Continuando con esta distinción entre ciencia y tecnología, basada en los
37
objetivos que pretenden los sujetos con su investigación o trabajo,
consideraremos como ciencia básica la aplicación del método científico a
problemas que le interesan al investigador por motivos puramente cognitivos
donde es él mismo quien organiza su pro pio plan de investigación y tiene la
libertad de modificarlo cuando lo crea conveniente. Consideremos, por
ejemplo, las investigaciones llevadas a cabo en 1922 por Hill sobre la
eficiencia mecánica del músculo, en particular el estudio de su capacidad
elástica durante la contracción concéntrica. Podemos suponer que el único
interés que le motivó para desarrollar dicha investigación fue enriquecer su
conocimiento científico y el de la humanidad, por lo que consiguió, años más
tarde, el premio Nobel de Medicina. Consideramos que Hill, en este caso,
estaba realizando una investigación básica.
Si hablamos de la existencia de una ciencia básica, tendremos que
distinguirla de la ciencia aplicada y éste es un problema que ha sido tratado
ampliamente por los filósofos de la ciencia como Bunge (1980) y Fox (1981),
entre otros. Se podría considerar a la ciencia aplicada como las aplicaciones
de la ciencia, aunque esta simplificación de lo que es ciencia aplicada no nos
aporta gran cosa, además no aclara las posibles diferencias que puedan existir
entre ellas. Consideremos el ejemplo anterior: Hill estudió la contracción
muscular sin perseguir objetivos concretos, sólo el del conocimiento en sí
mismo. Cuando Komi y Bosco (1978) y Komi (1984), basándose en los
descubrimientos de Hill (1922), desarrollan una línea de investigación
relacionada con la participación de los elementos elásticos durante el ciclo
estiramiento-acortamiento de la contracción muscular, con el propósito de
aumentar la capacidad de salto de los deportistas y desarrollando el
denominado entrenamiento pliométrico, estaremos hablando de ciencia
aplicada. Por tanto, debemos considerar como ciencia aplicada al conjunto de
aplicaciones de la ciencia básica de posible interés social, utilizando para ello
el mismo método científico de la ciencia básica pero tratando problemas
diferentes y buscando nuevos conocimientos a la vista de las posibles
aplicaciones.
38
Se ha comentado cómo la tecnología se caracteriza por su marcada
orientación aplicada y el valor, eminentemente práctico, que ésta desempeña
en beneficio de algún grupo social. Pero este sentido práctico también lo tiene
la investigación científica, especialmente cuando se orienta en su sentido
aplicado (investigación científica aplicada), lo que implica que tal distinción
no debe basarse sólo en el aspecto aplicado de una u otra; quizá lo más
significativo de la tecnología sea el hecho de que no utilice necesariamente el
método científico para la adquisición del conocimiento. Para la tecnología, la
ciencia no es un fin sino un medio, lo verdaderamente importante es cubrir
satisfactoriamente los objetivos pretendidos por los grupos sociales.
Siguiendo con el ejemplo de la eficiencia mecánica del músculo y el efecto
positivo que tiene la participación elástica (entrenamiento pliométrico) sobre
el salto vertical, nos encontramos con otro problema de ámbito aplicado y
referido al control y la medida de esa participación elástica del músculo
durante la realización del salto vertical. Carmelo Bosco, basándose en los
conocimientos de la ciencia básica y aplicada, consideró que debería
diseñarse un sistema que diese una información fiable al entrenador de la
participación elástica del músculo durante el salto vertical. Para ello, un
grupo de personas diseñaron una plataforma de presiones asociada a un
dispositivo electrónico temporal y a las correlaciones matemáticas de los
resultados obtenidos en la investigación básica y aplicada. Estas personas que
diseñaron dicha plataforma no eran científicos, sino ingenieros y, como tales,
su objetivo se orientaba exclusivamente a que aquella plataforma funcionase
y fuese útil.
Según lo expuesto la tecnología sólo se contenta con conocer, no importa
que se haya utilizado el método científico, su finalidad no es enriquecer el
conocimientopor conocimiento mismo, sino poner a punto un procedimiento
para manufacturar artefactos. Es frecuente argumentar que no podría existir
tecnología sin que previamente se hubiera desarrollado la ciencia, es decir,
que la investigación científica tiene prioridad sobre la tecnología. En nuestro
39
ejemplo, podríamos argumentar que nunca se habría construido la plataforma
de presiones si previamente no se hubiese desarrollado la investigación
básica y aplicada sobre la participación de los elementos elásticos en la
contracción muscular. Pero es muy fácil recurrir a la historia para comprobar
que esta secuencia (desde la ciencia a la tecnología) no siempre ocurre
(Sánchez, 1995). Así, la máquina de vapor fue anterior a la creación de la
ciencia que formalizó los principios en los que se basaba, la termodinámica
que fue desarrollada por Carnot después de observar el funcionamiento de
una de esas máquinas de vapor. Fosbury, en 1972, utilizó la técnica que
actualmente lleva su nombre para realizar el salto de altura sin que la ciencia
hubiese conseguido una mínima aproximación a los factores que determinan
su eficacia, su estudio; desde la perspectiva científica, se logró años más tarde
a la vista de los extraordinarios resultados que obtenían aquellos saltadores
que la utilizaban.
Podríamos resumir afirmando que la tecnología es un conjunto de
aplicaciones donde se emplea parte del conocimiento científico y se agrupa el
conocimiento nuevo para diseñar y plantear cursos de acción que tengan
algún valor práctico para un determinado grupo social. Aunque no esté
considerada como ciencia, participa de ella en el sentido de utilizarla en su
actividad práctica, en este sentido se pueden considerar apropiadas las
palabras de Martinus Veltman, premio Nobel de Física de 1999,
pronunciadas durante una entrevista, cuando comenta: "El científico no
trabaja para hacer mejor un monitor de televisión ni para hacer la vida de las
personas más cómoda sino para hacer comprender mejor la naturaleza. Nada
más, pero al hacer este tipo de cosas se mejora la vida de las personas". Como
veremos a continuación, ese valor práctico con respecto a los grupos sociales
se canaliza a través de los cauces de la industria y el comercio, ya que el
valor práctico de las cosas que la tecnología produce está condicionado por
su valor comercial. Los desarrollos tecnológicos que tienen un valor práctico
para la sociedad en general pero un escaso valor comercial para un pequeño
grupo de accionistas dejarán de tener valor general porque nunca se
40
distribuirán.
En nuestro ejemplo, aunque el desarrollo tecnológico del prototipo de
plataforma de presiones hubiese sido perfecto, si no existe una industria que
esté interesada en producir y comercializar dicha plataforma, sólo tendría
valor práctico para el científico que propuso la idea y, con suerte, para el
ingeniero que la diseñó. En efecto, nos encontramos ante unas personas que
desarrollan su trabajo en una fábrica que manufactura en escala comercial las
citadas plataformas que habían sido diseñadas por el ingeniero. En este caso
es evidente que se trata de un trabajo, no de una investigación, ya que se
resuelven problemas conocidos utilizando técnicas también conocidas y la
finalidad de esta actividad asimismo es diferente de la que animaba al
científico o al ingeniero, en este caso se trata de obtener ganan cias para los
accionistas de la empresa o para la sociedad, aunque sea indirectamente
creando trabajo.
Según lo expuesto, lo que comienza como una investigación desinteresada
(investigación básica) puede terminar como una mercancía o servicio
(comercio, industria). Bunge (1997) considera que en la época en la que
vivimos, a diferencia de otras pasadas, existe un flujo incesante de la
investigación básica a la aplicada, de ésta a la técnica, y de ésta al comercio,
producción y servicios, lo que directamente está relacionado con la economía.
Pero Bunge también apunta a la existencia de un reflujo intenso desde la
industria a la técnica o a la ciencia, constituyéndose como una fuente de
problemas y suministrando los medios indispensables para su desarrollo, tales
como aparatos o instrumentos. En suma, los cuatro sectores indicados -
ciencia básica, ciencia aplicada, técnica y economía - son diferentes pero
interactúan intensamente entre ellos. En la figura 1.5 se presenta la
interacción existente entre los sectores indicados.
41
Figura 1.5. Esquema de interacción entre sectores.
Con el propósito de distinguir las diferencias entre los sectores indicados,
así como significar el flujo y reflujo que existe entre ellos, pongamos un
segundo ejemplo: consideremos a un químico que, por motivos puramente
cognitivos, está en un laboratorio investigando sobre un nuevo material cuyas
propiedades elásticas y de deformación sean controladas en función de su
composición química. No le mueve más que el hecho de enriquecer el
conocimiento humano sobre la capacidad elástica y de deformación de los
materiales. Este químico estará haciendo ciencia básica, ya sea teórica o
experimental.
Ahora entramos en un laboratorio contiguo, donde nos encontramos a otro
42
investigador, el cual, aparentemente, está haciendo algo similar a nuestro
químico anterior, se trata de un físico que, utilizando la base teórica y el
desarrollo experimental que había puesto de manifiesto el químico sobre la
capacidad elástica y de deformación del nuevo material y agregando otros
conocimientos científicos relacionados con el comportamiento de los
materiales ante los impactos, intenta comprender mejor ese comportamiento
con el propósito de utilizarlo en la fabricación de zapatillas de deporte. Este
físico está haciendo ciencia aplicada, no se limita a aplicar conocimientos, ya
existentes, busca otros nuevos, pero más especiales, y su motivación es
práctica, es decir, está relacionada con un sentido práctico y de utilidad
social.
Pasemos ahora a un laboratorio que está ubicado en una universidad
politécnica. Allí nos encontramos a un ingeniero que intenta obtener un
prototipo de zapatillas que tendrá la capacidad de absorber los impactos
durante la carrera, tanto en asfalto como en hierba. También estudia los
materiales, pero no sólo para saber cómo funcionan, sino para diseñar un
prototipo que tenga una posible comercialización. Su motivación está
relacionada con el desarrollo de artefactos que sean útiles. Este ingeniero está
haciendo tecnología, el conocimiento, científico o no, sólo constituye el
medio que le permite obtener el prototipo adecuado.
Ahora nos trasladamos a una fábrica, en ella nos podemos encontrar a unos
trabajadores que se dedican a fabricar zapatillas de deportes basándose en el
diseño que había realizado nuestro ingeniero. En este caso, la finalidad es
claramente diferente a la que animaba al ingeniero y a los dos científicos
citados, en este caso se trata de obtener ganancias. El trabajo es parte del
proceso industrial y comercial, aquí es evidente que el trabajador no está
realizando ninguna actividad científica, no utiliza el método científico y su
motivación está orientada a producir un número de zapatillas al día que le
permita mantener su sueldo.
43
Se ha puesto de manifiesto cómo a partir de la ciencia básica existe un
flujo de conocimientos que desembocan en el comercio, la industria y,
finalmente, inciden sobre la economía. De los estudios del químico sobre el
desarrollo de un nuevo material hemos pasado a su comercialización en
forma de zapatillas que deberán competir en el mercado por sus innovaciones
científicas y de desarrollo tecnológico. Pero también existe un reflujo donde
los aspectos comerciales y económicos van a influir en el ingeniero que
desarrolla la tecnología, creándole la motivación necesaria para seguir
produciendo prototipos de interés comercial y de éste hacia la ciencia básica
o aplicada, generando problemas, incrementando el conocimiento y
aportando el instrumental necesario para seguir desarrollando nuevos
materiales.
Es necesario constatar que el desarrolloindustrial de un país, en relación a
cualquier sector y, concretamente el que nos compete a nosotros, como es el
de la actividad física y el deporte, está muy condicionado por las políticas de
apoyo a la investigación básica, como el Plan General del Conocimiento
Científico, así como a la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico,
mediante programas de apoyo a la Investigación más el Desarrollo (I+D) o
los planes impulsados por el Ministerio de Industria y Energía como el CDTI,
que buscan el equilibrio adecuado entre la investigación básica y aplicada, el
desarrollo tecnológico y su transferencia hacia la industria y el comercio.
Según lo expuesto, el desarrollo y la dinámica de los cuatro sectores
indicados estarán condicionados por las macropolíticas económicas, las que
afectan a cada país y las sectoriales, lo que finalmente desemboca en lo que
Bunge (1997) denomina como la influencia de la ideología y la filosofía, ya
que determinarán los valores y presupuestos acerca de la naturaleza y la
sociedad, así como la manera de conocerlas y transformarlas. Pongamos un
ejemplo: en la mayoría de los países desarrollados existe una Comisión Ética
de Investigación y protección de datos de carácter personal que impide que
éstos se utilicen o se realicen arbitrariamente ensayos con humanos que
44
puedan comportar riesgos para la seguridad, integridad o los derechos de los
individuos que componen esa sociedad. No es necesario destacar que los
valores utilizados por esa comisión para conceder o denegar la autorización
pertinente están condicionados por los aspectos ideológicos y filosóficos que
pertenecen a cada país. En la figura 1.6 se presenta la interacción entre los
sectores junto a la implicación ideológica y fisiológica.
Figura 1 .6. Esquema de interacción entre los sectores cuando actúan la
ideología y la filosofía.
1.7. Clasificación de las perspectivas científicas
Se ha definido a la ciencia como una disciplina que utiliza el método
científico con la finalidad de hallar estructuras generales o leyes (Bunge,
1985). Según la citada definición, todas aquellas perspectivas científicas que
45
no puedan utilizar el método científico no se pueden considerar como
ciencias, aunque éstas puedan constituirse en disciplinas esenciales en el ciclo
de aplicación del método científico. Así, la ciencia es independiente del
objeto de estudio, diferentes perspectivas científicas pueden tener como
objeto de estudio a la actividad física, pero sería absurdo considerar a ésta y
al deporte como algo diferencial o específico, y peor aún como ciencia, por el
mero hecho de utilizar ciertos métodos especiales de aprendizaje.
Afirmamos, pues, que el método científico es un modo de tratar problemas
intelectuales y, consecuentemente, puede utilizarse en todos los campos del
conocimiento, sea cual sea la naturaleza del objeto de estudio, siempre que se
cumplan los presupuestos y las restricciones que lo caracterizan. Está abierto
a todas las perspectivas científicas, desde la historia o la sociología hasta la
biología o la física, todas ellas participan del método científico en su
globalidad, la diferencia reside en el conjunto de tácticas o técnicas que
utilizan, las cuales cambian según el objetivo de la investigación y el
desarrollo tecnológico específico.
Aquellas disciplinas que no utilizan el método científico, aunque
pretendan generar conocimiento y éste pueda ser de gran utilidad para la
sociedad y para la propia ciencia, no se pueden considerar como ciencias. La
simple descripción de los hechos, sin que pueda existir una contrastación
empírica de la hipótesis, en el caso de que se pueda enunciar, ni la posibilidad
de generar teorías explicativas de lo observado porque realmente sólo se
puede describir lo que existe constituyen situaciones en que pueden
considerarse como ciencia. Éste es el caso de la geografía o de aquellos que
pretenden hacer ciencia describiendo lo que ocurre en un aula, confundiendo
la ciencia con la acumulación de datos, aunque éstos, como se ha dicho, sean
extremadamente importantes para la ciencia. Tampoco pueden considerarse
como ciencia los dogmas de fe, la experiencia, las doctrinas o ciertas
prácticas de adquisición del saber que niegan la utilización del método
científico, como es el caso del enfoque extremo en el análisis cualitativo de la
46
actividad física y del deporte.
Atendiendo a la dimensión del método científico como el método general
y exclusivo que utiliza la ciencia, se podría hablar de una única ciencia, pero
todos sabemos que atendiendo al objeto de estudio o conjunto de problemas,
a la estrategia de investigación y a las técnicas utilizadas, existe una amplia
diversidad de ciencias. Éstas podrían clasificarse de muy diversas formas: por
su objeto de estudio (sociales, humanas, de la salud, etc.), por las técnicas
utilizadas (conceptuales o empíricas), por las ramas de las tecnologías
predominantes (físicas, biológicas, sociales y mentales), por el objetivo que
persiguen (ciencia básica y ciencia aplicada) o por el paradigma utilizado en
sus estrategias (positivista o cuantitativo y fenomenológico o cualitativo,
entre otros). Nosotros, ante la dificultad que tiene hacer una clasificación de
las ciencias sin entrar en contradicción o en polémica con otras
sensibilidades, hemos querido basarnos en la realizada por Bunge (1985) y
McGuigan (1972), considerados por toda la comunidad científica como unos
destacados filósofos de la ciencia. Para Bunge (1985) es necesario distinguir
entre: a) ciencias formales o aquellas que estudian las ideas, y b) ciencias
fácticas, las cuales se encargarían de estudiar los hechos. McGuigan (1972),
además de reafirmar dicha distinción, considera otras disciplinas como las
artes o algunas áreas de las humanidades, las cuales no incluye entre las
ciencias pero tratan problemas que tienen solución, aunque ésta sea personal
y esté sujeta a la interpretación subjetiva. En la figura 1.7 se presenta un
esquema referido a la clasificación de las perspectivas científicas propuesto
por Bunge (1985).
La matemática y la lógica son consideradas como ciencias formales ya que
no se refieren a nada real, están integradas por relación de ideas y, por tanto,
no pueden utilizar nuestros contactos con la realidad para convalidar sus
fórmulas ya que éstas son exactas y verdaderas en sí mismas. Una expresión
matemática puede referirse a cualquier hecho real y cumplirse en unos casos
y en otros no, sólo establece una estructura del hecho y es independiente de la
47
interpretación que pueda darse, aunque se basta por sí sola para convalidar o
invalidar cualquier hecho, en este caso se puede llegar a conseguir una verdad
formal completa. En este sentido, las ciencias formales son autosuficientes en
relación a la estrategia utilizada para la contrastación de los hechos, ya que
sólo utilizan las fórmulas analíticas, es decir, aquellas que pueden ser
convalidadas por el mero análisis racional.
Figura 1.7. Clasificación de las perspectivas científicas según Bunge (1985).
Las ciencias fácticas, aquellas que se refieren a los hechos que se suponen
o realmente ocurren en el mundo, necesariamente tienen que apelar a la
48
experiencia para contrastar sus fórmulas y dependen del hecho para llevar a
cabo su convalidación y, consecuentemente, la verdad fáctica completa en
raras ocasiones se consigue. Estas ciencias además pueden clasificarse en: a)
ciencias naturales, consideradas, en conjunto, como las ramas de la ciencia
relacionadas con los fenómenos que pueden medirse objetivamente
pertenecientes a las transformaciones y relaciones de la energía y la materia.
Incluyen la Física, la Química, la Biología y la Psicología individual; y b)
ciencias culturales, consideradas en su conjunto como las ramas de la ciencia
que se encargan de estudiar el origen y el desarrollo de la sociedad, de las
instituciones y de las relaciones e ideas que configuran la vida social.
Incluyen la Psicología social, la Sociología, la Economía, la Ciencia política,
laHistoria material y la Historia de las ideas, entre otras.
 
49
2.1. La perspectiva científica de la actividad física
La gran razón que subyace a este manual es el presupuesto de que la
ciencia ocupa un lugar de radical importancia en la actividad física y el
deporte de hoy. La ciencia fundamenta los conocimientos que explican las
distintas vertientes del ámbito de la actividad física como movimiento
humano, desarrolla los procedimientos para obtener ese conocimiento a
través de la investigación y diseña las aplicaciones al ámbito profesional,
económico y social a través de la tecnología.
La ciencia conforma una totalidad coherente estructurada en diferentes
niveles. Desde el punto de vista de la estructura formal, el conocimiento
científico constituye el nivel más general del cual derivan sucesivamente el
método, las estrategias de investigación y las tecnologías. Desde la
perspectiva del contenido, la ciencia transcurre de forma enlazada desde el
conocimiento más básico al más aplicado, lo general explica lo particular y
sus aplicaciones para solucionar problemas sociales. La ciencia no es un
saber aséptico, puro; sino aplicado, útil, el conocimiento básico debe servir
para su utilización como guía por el aplicado. Ésa, precisamente, es la
organización a la que debe someterse la actividad física para conformarse
como parte de la ciencia y la que trataremos de desarrollar en este texto.
Aplicar los principios y la estructura del conocimiento científico al estudio
del movimiento humano no ha sido tarea fácil. El proceso para adaptar un
ámbito del conocimiento a los presupuestos de la ciencia no constituye un
hecho singular de nuestro ámbito de conocimiento; es, por el contrario (tal
50
como nos indica Kuhn, 1975), complejo y precisa de un largo período
histórico. Pero las relaciones a lo largo de la historia entre ciencia y actividad
física han sido especiales y no han transcurrido de forma cómoda ni clara;
más bien podríamos hablar de una tensión dialéctica entre ambas originada
por los prejuicios culturales que han enturbiado la visión de la cultura
occidental sobre el cuerpo, la carne y el ejercicio físico (Oña, 2002).
Como ya hemos señalado anteriormente (Oña, 2002), la consolidación de
nuestro ámbito de estudio y profesional como parte de la ciencia se ha visto
sometida a importantes resistencias externas e internas. Las externas tienen
que ver con los prejuicios tradicionales derivados del citado contexto cultural
que ha mantenido la sociedad sobre la actividad física. Las internas provienen
de las posturas defensivas que se han generado desde el propio ámbito de
conocimiento y profesión.
La situación actual se puede considerar favorable a la aceptación de la
contextualización científica rigurosa de nuestro ámbito de estudio. Las
estructuras académicas, sobre todo las universitarias y deportivas, se han ido
adaptando al tratamiento científico del fenómeno deportivo. El desarrollo de
disciplinas y el empleo de recursos humanos y materiales en la investigación
y el desarrollo de tecnologías están haciendo que el camino para la
consolidación científica se pueda considerar irreversible.
Pero la consolidación definitiva debe venir de la mano de la formación de
los recursos humanos en el conocimiento y el dominio de los principios, la
metodología y la tecnología científica para poder aplicarlos de forma rigurosa
a los distintos ámbitos de actuación profesional. El desarrollo de materias que
traten sobre la ciencia y su metodología en los planes de formación
universitarios y no universitarios, como los profesionales de la actividad
física, se nos antoja, por tanto, imprescindible.
Este capítulo tratará de establecer las bases generales de la aplicación de la
ciencia a la actividad física. Para ello establecemos en primer lugar la
51
estructura formal y de contenidos de la ciencia, comenzando por los
principios del conocimiento científico que lo diferencian de otros
conocimientos y que deben tener siempre presentes los niveles metodológicos
y aplicados. Estableceremos, asimismo, las fases de la evolución de toda
disciplina científica para tratar de comprender la de la actividad física, la cual
analizaremos de forma particular con sus peculiaridades culturales e
históricas, para llegar al análisis de la situación actual. La organización de lo
que hoy conocemos como ciencias de la actividad física o ciencias del
movimiento humano supone una de las características claves del estado actual
de nuestro conocimiento, a partir del cual podremos revisar el estado de la
investigación y del conocimiento.
2.2. Estructura de contenidos de la ciencia
Junto a la estructura formal que hemos revisado en el primer capítulo, la
ciencia se organiza en función de sus contenidos o disciplinas que la
componen, de una forma lógica y enlazada, en diferentes niveles que, en este
caso, van desde las ciencias básicas a las aplicadas y a las tecnologías.
La ciencia es un saber práctico, no es un saber aséptico que busque el
conocimiento puro, de ahí que los conocimientos más generales, los que se
constituyen en principios, sirvan de guía para aplicar la tecnología y obtener
un rendimiento que sea útil a la sociedad.
Entre los principios que hemos revisado del conocimiento científico, la
exigencia de delimitación o especialización, hace que la ciencia se estructure
en distintos niveles y áreas según la especificidad de los problemas que se
vayan a estudiar, aunque interrelacionados y compartiendo los atributos del
conocimiento y del método; por ello, podemos hablar de ciencias en plural al
referirnos a las diferentes concepciones, modelos, objetos de estudio y
métodos de investigación. La física y la psicología son ciencias distintas,
ramas científicas, pero comparten con la ciencia el conocimiento de los
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principios y el método general hipotético-deductivo.
La organización de la ciencia transcurre en un continuo, que va desde
niveles más generales, perspectivas básicas o ramas del conocimiento
(Bunge, 1983): física, química, biología, psicología y sociología; hasta
niveles de mayor concreción y aplicación, constituidos por las tecnologías o
ingenierías (figura 2.1). Entre ambos polos se encuentran las ciencias
especiales: bioquímica y psicología social, así como las áreas incluidas dentro
de cada una de ellas (por ejemplo, aprendizaje motor dentro de la ciencia
especial del comportamiento motor). De esta forma todo queda conectado,
los conocimientos básicos constituyen el marco de los más específicos y éstos
a su vez el de las técnicas. Las perspectivas básicas a su vez se organizan
desde la más general, la física, a la más específica, la sociología. Entre ellas
se encuentran por orden de generalidad la química, la biología y la
psicología. Ese orden corresponde también al orden histórico de aparición,
producto de la citada tendencia a la especialización (figura 2.1).
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Figura 2.l. Organización de la ciencia en función de su estructura de
contenidos.
Cada una de las perspectivas anteriores, no obstante sus interrelaciones y
troncos comunes, mantienen una autonomía epistemológica. Así, aunque es
posible estudiar el mismo problema desde la física, la biología o la
psicología, sólo será psicológico cuando se investigue bajo los constructos
teóricos y la metodología específica de la psicología. La anterior
consideración es de radical importancia ya que ha sido, y aún es, norma muy
común estudiar fenómenos de comportamiento bajo constructos biológicos,
conexiones nerviosas, centros cerebrales..., con lo cual lo que realmente se
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hace es biología. Con independencia de la necesaria comunicación entre las
distintas perspectivas científicas, cada una ha de tratar de manera propia el
problema, que en el caso de la psicología supone atenderlo exclusivamente
bajo un contexto comportamental.
2.3. Estructura de las Ciencias de la Actividad Física
El conjunto de conocimientos y técnicas que hoy componen la actividad
física pueden organizarse en el contexto de las ciencias mediante la estructuraque denominamos como "ciencias de la actividad física" (Gutiérrez, Oña y
Santamaría, 1988), propuesta que ha sido esquematizada en la figura 2.2.
Figura 2.2. Estructura de las ciencias de la actividad física.
Ya en 1972 José María Cagigal (Cagigal, 1996), propuso una organización
o estructura de las ciencias de la actividad física, que constituye una
referencia pertinente de trabajo. Cagigal define una serie de campos de
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estudio o áreas científicas en lo que entonces se denominaba la Educación
Física. Centrándonos en el esquema propuesto por este autor, no tanto en las
áreas científicas enumeradas, sino en la propia estructura que se hace de los
conocimientos, ya advertimos en su propuesta una organización de distintos
niveles, desde las ciencias básicas a las aplicadas o las instrumentales. Según
este esquema, la educación física es abordada multidisciplinariamente desde
los conceptos y métodos de otras ciencias relacionadas. Por tanto, para
Cagigal, la Educación Física está compuesta por muchas ciencias que
profundizan en el conocimiento del hombre en movimiento, y cada una lo
hace desde su perspectiva. Parte del principio de que todas estas disciplinas
son áreas aplicadas de la educación física que comparten un método similar,
el método científico, y un objeto común de estudio.
Cagigal considera que el hecho de analizar el fenómeno de la educación
física usando una metodología científica y de manera multidisciplinaria debe
conllevar algún objetivo. Así, el objetivo, coincidiendo con la propia
progresión de la generalidad a la concreción que conforman las áreas de la
Educación Física, es eminentemente práctico. Este objetivo práctico lo divide
en tres campos principales de acción: la educación física institucionalizada, el
alto rendimiento y la promoción social o deporte para todos.
Dentro del análisis pormenorizado por áreas que realiza en su obra es
interesante mencionar el conjunto de ciencias que se podrían agrupar bajo la
denominación común de humanísticas, dando a esta palabra una amplia
acepción cultural y enfoque pedagógico. Incluye entre ellas a la Psicología,
Filosofía, Pedagogía, Sociología, Historia o la Antropología, son
humanísticas porque aportan temas directamente interesados en el suceso del
hombre que se expresa en el movimiento. Todas se centran en el estudio del
ser humano, aunque cada una lo hace con su perspectiva y metodología
propias. Planteamientos que hoy serían matizables, ya que también la Física y
la Biología pueden estudiar al hombre y la Psicología se interesa por el
comportamiento animal.
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Las concepciones y la organización que planteaba Cagigal se pueden
actualizar manteniendo como referencia la estructura de contenidos de la
ciencia que hemos revisado. En primer lugar, Cagigal no realizó la
sustitución del objeto de estudio de la Educación Física por la actividad
física, un objeto más básico y más genérico, que supondrá un gran paso
adelante. La actividad física entendida como el estudio del movimiento del
hombre, como una variación del movimiento realizado por otros organismos
define, pues, el núcleo problemático del conocimiento, denominado Ciencias
de la Actividad Física. El estudio de este núcleo se puede realizar desde
distintos ámbitos del saber como la filosofía, la ética o el derecho; la
aproximación científica constituye uno de esos ámbitos del saber, quizá el
más destacable.
Por otra parte, desde cada perspectiva básica de la ciencia se produce una
aproximación al núcleo problemático del movimiento humano (Gutiérrez,
Oña y Santamaría, 1988). Así, la física podría estudiar la fuerza necesaria
para cada momento del movimiento o la relación entre los distintos
segmentos corporales. La química podría establecer las reacciones y los
procesos intracelulares concomitantes al movimiento. La biología atendería a
las interacciones de grupos celulares homogéneos (órganos o tejidos)
implicados en un movimiento concreto, como los grupos musculares o las
vías del sistema nervioso. La sociología afronta el valor interactivo y
comunicativo del gesto en un contexto cultural. Desde la psicología, se
podrían analizar los procesos básicos del comportamiento implicados en una
situación motora, como son los de su aprendizaje, los de su control o los de
su desarrollo con la edad.
La aproximación desde esas distintas perspectivas básicas delinea en los
distintos niveles de la ciencia una serie de áreas específicas de estudio:
biomecánica, fisiología del ejercicio, comportamiento motor o sociología de
la actividad física, que son el soporte directo de un conjunto de tecnologías
aplicadas: análisis biomecánico de la técnica deportiva, técnicas psicológicas
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de entrenamiento deportivo o técnicas de enseñanza en Educación física.
Abernethy, Mackinnon, Neal, Kippers y Hanrahan (1997) desarrollan una
estructura conceptual de las perspectivas científicas que se dedican al
movimiento humano muy próxima a la ya presentada por Gutiérrez, Oña y
Santamaría (1988), auque estableciendo las relaciones específicas que tienen
las subdisciplinas con las disciplinas y éstas, a su vez, con los denominados
grupos o perspectivas científicas. En la figura 2.3 se expone la organización
propuesta por Abernethy et al. (1997), donde se aprecia la existencia de dos
grandes grupos de fundamentos de los que se nutre la actividad física: a)
fundamentos biofisicos, donde se destacan las siguientes subdisciplinas:
Anatomía Funcional, Biomecánica de la Actividad Física, Fisiología del
Ejercicio, Control Motor y Psicología del Ejercicio y el Deporte y b)
fundamentos socioculturales, donde, además de la Psicología del Ejercicio y
el Deporte, aparecen la Pedagogía, Sociología, Historia y Filosofía, todas
ellas aplicadas a la Actividad física y el Deporte.
En esta concepción de las disciplinas relacionadas con la actividad física y
el deporte, las subdisciplinas mencionadas se nutren de otras disciplinas más
generales. Así, por poner algunos ejemplos: la Anatomía funcional se nutre
de la Anatomía y la Fisiología; la Biomecánica de la Actividad Física, de la
Anatomía, la Física, las Matemáticas y la Ciencia de la Computación; el
Control Motor, de la Fisiología, las Matemáticas, la Informática, la Psicología
y la Educación; la Sociología de la Actividad Física y del Deporte, de la
Sociología y la Antropología. Estas relaciones se presentan en la figura 2.3.
Siguiendo con esta estructura, esas disciplinas generales aparecen
organizadas en cuatro perspectivas científicas: a) Ciencias Biológicas, donde
se incluyen la Anatomía, la Fisiología y la Bioquímica, b) Ciencias Físicas,
como la Química, la Física, las Matemáticas y la informática, e) Ciencias
Sociales, compuestas por la Psicología, la Educación y la Sociología y d)
Humanidades, constituidas por la Antropología, la Historia y la Filosofía.
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Si partimos de los tres componentes esenciales que tiene el deporte, como
pueden ser: a) juego reglado, b) actividad física voluntaria y e) competición-
rendimiento, podemos entender cómo el análisis de cada uno de estos
componentes ha sido abordado por diferentes perspectivas científicas, aunque
como es lógico, el estudio teórico del juego y sus componentes sociales ha
sido abordado más desde las perspectivas sociales y humanísticas, mientras
que la actividad física y el rendimiento suelen ser objeto de estudio de todas
las perspectivas indicadas, dependiendo de los objetivos propuestos.
Por poner un ejemplo de la interacción entre perspectivas científicas,
disciplinas y subdisciplinas: si consideramos al rendimiento deportivo, como
elemento esencial del deporte, éste depende de ciertos factores como fuerza,
rapidez, resistencia, movi lidad articular, etc. Todos estos factores pueden ser
abordados desde las diferentes perspectivas científicas expresadas con
anterioridad, aunque podríamos coincidir en que las ciencias biológicas,
especialmente la disciplina de Fisiología y, concretamente la Fisiología del
Ejercicio, sería la subdisciplina que más afinidad tiene con los factores
causales

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