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PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO FUNCIONAL YONATHAN SMOAK G. Planificación del entrenamiento funcional Segunda versión. ASIN: B01F4CIU0U SafeCreative © 2015. Yonathan Smoak G. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo. Ryan J. Taylor D. Doctor en Ciencias de la Rehabilitación, docente de Fisiología del Ejercicio Físico y Biomecánica Aplicada en International Academy of Health and Sport Sciences (IAHSS). PRÓLOGO Planificación del Entrenamiento Funcional, es una obra muy concisa que abarca investigaciones especificas de diversa índole, construyendo así un manuscrito completamente referenciado y envuelto de la actual evidencia científica. Pasando desde conceptualizaciones básicas, hasta explicaciones detalladas, correctas y seguras para la creación de un plan de entrenamiento que cumpla con los objetivos que se plantean. Respetando cada principio y ley de entrenamiento, así como también conociendo aspectos fisiologicos que determinan el rendimiento de un individuo en cada instancia de su preparación. En la literatura, existe una gran variedad de información respecto de la planificación del entrenamiento, sin embargo, todas desarrollan y explican conceptualizaciones de una manera netamente teórica y sin explicaciones sencillas, lo que nos lleva a confunciones. Sin embargo, con este libro, se nos explica claramente un enfoque de entrenamiento, permitiéndonos entender aquellos procedimientos complejos, en segmentos de fácil comprensión y aplicación. Llegaremos a entender que cada atleta/deportista/individuo es único, poseedor de puntos fuertes y débiles y que los programas de entrenamiento, deben ser individualizados dependiendo de las necesidades personales y demandas motoras de su deporte y/o actividad. Puesto que los requisitos motores, las habilidades motoras, el estímulo de entrenamiento, el tipo y la cantidad a aplicar se arraigan en la ciencia, su aplicación es un arte. Por lo que, sin lugar a dudas este libro abrirá su mente en cuanto al entrenamiento funcional se trata. CAPITULO I INTRODUCCIÓN AL ENTRENAMIENTO FUNCIONAL FUNCIONAL 11 CAPITULO I INTRODUCCIÓN AL ENTRENAMIENTO FUNCIONAL El entrenamiento funcional, sin duda alguna, no es una moda o un nuevo producto para gimnasios y menos aún una marca o franquicia. El entrenamiento funcional consiste en entrenar y desarrollar programas de ejercicio utilizando los conceptos de la anatomía funcional de manera práctica. Para el desarrollo de un programa de entrenamiento con características funcionales es importante considerar tres aspectos: • Efectividad: Orientada al logro de objetivos. • Eficiencia: Orientada al tiempo dedicado para el logro de los objetivos. • Seguridad: Orientada a la prevención y la rehabilitación de lesiones. Con lo anterior, logramos deducir que, el entrenamiento funcional, no es un método, sino que más bien, una herramienta más dentro de nuestro arsenal para preparar entrenamientos más efectivos, más eficientes y más seguros. Dentro del entrenamiento funcional, es necesario plantearse dos preguntas. ¿Funcional para quién? ¿Funcional para qué? El entrenamiento funcional, es relativo a la actividad que se realice y también al deportista, es por ello que se debe tener claro que, lo que parece funcional para un futbolista, no necesariamente lo es para un karateka o para un tenista, incluso 12 puede ser algo totalmente contraproducente y negativo para la performance de éstos últimos. Sin embargo, a pesar de lo anterior, surge un gran problema y es que muchos piensan que el entrenamiento funcional es específico para un deporte, por tanto se tiende a imitar los gestos deportivos. No obstante, el entrenamiento funcional se desarrolló desde un espectro diferente: la rehabilitación. Los profesionales de dicha área, comenzaron a aplicar la anatomía funcional, para aliviar los síntomas asociados a las lesiones y por consiguiente para un mejor desempeño de la vida diaria de la población afectada por una lesión, fueran o no deportistas. Por lo tanto, debemos pensar a la hora de hablar sobre entrenamiento funcional en una herramienta de entrenamiento que puede aplicarse en toda la población siempre y cuando respondamos en cada caso a: ¿Funcional para quién? ¿Funcional para qué? El entrenamiento funcional, generalmente se asocia a patrones de movimiento y no a músculos o movimientos mono- articulares. Sin embargo, si respondemos nuevamente ¿Funcional para quién? ¿Funcional para qué?, nos daremos cuenta de que todos los ejercicios son funcionales dependiendo de la actividad que se realiza. Si bien el cuerpo humano, realiza en su mayoría movimientos multi-articulares, utilizar o entrenar en base a mono-articulares, mediante solo flexiones de codo, abducciones de hombro u otros similares, no significa que este mal. Lo anterior tiene mucha relación con los métodos de entrenamiento culturistas, que para ellos y para su deporte (¿Para quién? y ¿Para qué?) son los correctos y por tanto tienen cabida dentro de lo funcional. A pesar de ello, no es lo adecuado para la persona promedio que desea estar saludable, y menos aún para el deportista que quiere aumentar su rendimiento o se encuentra en un proceso de rehabilitación. . 13 Llegamos entonces al primer punto básico del entrenamiento funcional: El ser humano se mueve con patrones de movimientos que, en su mayoría, son multi-articulares y multi- planares, por lo que debemos entrenarlos de esa manera. Es por ello, que podemos clasificar, de tres formas, a los patrones de movimiento: • Patrones de movimiento grueso: son aquellos que se realizan en la movilización y transporte diario en el entorno (caminar, levantar objetos, subir escaleras, jalar objetos, rotaciones, giros, etc.) • Actividades diarias o de movimiento fino: son aquellas relacionadas con las labores básicas de aseo y cuidado personal (bañarse, peinarse, etc.) • Movimientos deportivos: todo aquello relacionado con los gestos deportivos. Éstos surgen de una mezcla de aprendizaje y de la combinación de los dos puntos anteriores. Acorde a los patrones de movimiento antes mencionados, es que el entrenamiento funcional contempla: • Aceleración, estabilización y desaceleración del movimiento. • Eficacia neuromuscular. • Eficacia de los reflejos. • Mantenimiento del centro de gravedad por encima de su propia base de sustentación. • Compatibilidad acorde al tipo de cadena cinética (abierta o cerrada). • Integración del movimiento desde el aislamiento muscular. 14 Finalmente, y con una idea más clara y precisa, la definición de entrenamiento funcional nos queda de la siguiente manera. “Movimientos integrados y multi-planares que contemplan la aceleración articular, estabilización y desaceleración, con el fin de mejorar la habilidad de movimiento, fuerza del tronco y eficacia neuromuscular”. (Gambetta, 2007). CAPITULO II MOVILIDAD Y ESTABILIDAD 17 CAPITULO II MOVILIDAD Y ESTABILIDAD La calidad de movimiento es la base para todo. Por lo que es imprescindible dedicar tanto tiempo como sea posible a la movilidad y estabilización. Hacerlo supone una mejora en la fuerza, la potencia y la condición atlética en general, por lo que no resta valor de ella. Respecto del párrafo anterior es necesario aclarar dos conceptos importantes: la movilidad y la estabilidad. La movilidad es la capacidad de desplazamientode una parte de nuestro cuerpo dentro de un arco de movimiento. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada articulación tiene diferentes grados de libertad y por lo tanto permitirá movimientos en uno o varios planos, dependiendo de cómo esté configurada su estructura. Por otro lado, la estabilidad es la capacidad de recobrar una posición inicial, cuando un factor o circunstancia interna o externa, lo sacan de ella, en otras palabras la capacidad de un cuerpo de mantener el equilibrio. Para poder comprenderlo de manera práctica, Boyle (2011) propone fijarse en las características que necesitan las articulaciones principales del cuerpo humano, ya sean en movilidad o estabilidad. Ahora bien, si tomamos en cuenta la tabla 1 como referencia, podremos observar que las articulaciones desde el tobillo y hasta la gleno-humeral, van desde abajo hacia arriba, intercalando sus características, es por ello que cuando una falla en la movilidad o estabilidad, puede afectar a la articulación que le sigue. Según Boyle (2011), la cuestión es simple: 18 Cuando existe una pérdida de movilidad en el tobillo, sentiremos dolor en la articulación de la rodilla. Pérdida de movilidad en las caderas, dolor en espalda baja. Pérdida de movilidad torácica, dolor en el cuello y hombros o en la espalda baja. ARTICULACIÓN CARACTERISTICA Tobillo Movilidad (sagital) Rodilla Estabilidad Cadera Movilidad (multi-planos) Columna lumbar Estabilidad Columna torácica Movilidad Escapula Estabilidad Gleno-humeral Movilidad Tabla 1. Principales articulares y su característica correspondiente entre movilidad y estabilidad. En definitiva, cuando una articulación falla, afecta la cadena cinética de movimiento y por tanto dificulta a otras articulaciones en el cumplimiento de su característica, lo que dificulta la realización de un movimiento y probablemente, también, produzca dolor. Con lo anterior, sólo queda decir que es necesario contemplar las articulaciones si se desea un buen desarrollo físico y performance deportiva, trabajando la movilidad, especialmente como herramienta para el calentamiento. ESTABILIDAD ESTÁTICA Y DINÁMICA La estabilidad es la capacidad de recobrar una posición inicial, cuando un factor o circunstancia interna o externa, lo sacan de ella. Dentro de la estabilidad encontramos una estática y una dinámica, permitiendo una diferenciación para establecer parámetros en pro del diseño del entrenamiento con objeto en 19 la estabilidad. Dichos parámetros se relacionan directamente con el estímulo a desarrollar, puesto que es el estímulo quién presenta una demanda de estabilización, por lo tanto no va en dependencia de una superficie inestable. Estabilidad Estática: Según Caggiano y Lephart (1990), se relaciona con la capacidad de un sujeto de mantener la postura y posición, con un mínimo de movimiento compensatorio, en una superficie estable o inestable y sin desplazamientos. Teniendo como objetivo el control postural estático. Figura 1. Ejemplo de estabilidad estática. Este tipo de estabilidad ha sido testeada o evaluada desde hace mucho tiempo, con diferentes metodológicas, de todas maneras las principales críticas que han surgido a este tipo de test es la poca correlación que presentan con actividades funcionales y la estabilidad en “situación real deportiva”. Es decir el planteo es que las demandas de estabilidad tanto corporal total como segmentarias son realmente diferentes cuando se trata de 20 situaciones relativamente estáticas y cuando se trata de situaciones dinámicas más funcionales a las acciones deportivas. Estabilidad Dinámica: Según Wikstrom et al (2005), es la habilidad individual para mantener la estabilidad mientras se pasa de un estado dinámico a un estado estático. Es decir, que luego de cada acción dinámica, se requiere de rápidas adaptaciones corporales y segmentarias para lograr establecer una posición estable Para Myers et al (2006), la estabilidad dinámica, involucra entonces, grandes niveles de inestabilidad y requieren una gran demanda de precisión, fuerza y velocidad de movimiento monitoreado por el SNC y las adaptaciones que sobre él se producen. Figura 2. Salto lateral sobre una valla modificado, como ejercicio para medir la estabilidad postural dinámica. Sell et al (2011) 21 Finalmente cabe mencionar que la estabilidad requiere de aspectos propioceptivos y de control motor, y por ende de sus dos mecanismos de control, es decir, el programa motor que ejecuta la tarea; y los ajustes previos y posteriores, necesarios para mantener el equilibrio. En definitiva, la correcta interpretación conceptual de estas variantes de la estabilidad permite diseñar estímulos más precisos que generen adaptaciones específicas de acuerdo al déficit de estabilidad de cada sujeto y por ende lograr mejores adaptaciones específicas para un objetivo determinado CAPITULO III DESARROLLO DEL CONTROL NEUROMUSCULAR EN EL NÚCLEO CORPORAL 25 CAPITULO III DESARROLLO DEL CONTROL NEUROMUSCULAR EN EL NUCLEO CORPORAL En este apartado, intentaré conceptualizar al núcleo corporal (core), definir sus componentes y estructuras, así como su importancia y participación en la estabilidad corporal, su relación e importancia para con la rehabilitación y el rendimiento deportivo en personas con distintos niveles de habilidades. Según Akuthota et al (2004), el core es como “un corset muscular que trabaja como una unidad para estabilizar el cuerpo y en particular la columna, tanto en los movimientos de los miembros asociados a él, como sin ellos”. De esta definición entonces se desprende el hecho de que el núcleo corporal no es una estructura aislada o determinada, sino la integración de las funciones sinérgicas de diferentes grupos musculares y estructuras (tanto pasivas como nerviosas), incluso antagónicas, con el objetivo principal de estabilizar la columna tanto en situaciones dinámicas como estáticas. Dicho lo anterior, parece lógico e importante destacar que el core, está compuesto tanto de estructuras pasivas como también activas de la columna vertebral y zonas relacionadas, todas ellas integradas y controladas por el sistema nervioso. ESTRUCTURACIÓN, ESTABILIZACIÓN Y CONTROL MOTRIZ DEL CORE Teniendo en cuenta las definiciones mencionadas con anterioridad, las estructuras que constituyen el core, las podemos separar en tres elementos diferentes y que influyen y forman parte de su estructura y estabilización. 26 1) Elementos pasivos: Son aquellas estructuras que carecen de capacidad contráctil pero ayudan a la estabilidad articular. Se compone de huesos, articulaciones/superficies articulares, capsula articular, ligamentos, cartílagos y discos. Estas estructuras determinan los balances articulares y el tipo de movimiento y permite soportar un cierto grado de cargas bastante limitado. 2) Elementos activos: Están compuestos de la musculatura, los tendones y las fascias, es decir, de los elementos contráctiles. El subsistema muscular es necesario no solo para aportar mayores cargas, sino para poder realizar ejercicios con resistencias y actividades dinámicas. Los principales músculos implicados son: • Transverso del abdomen: Es uno de los principales estabilizadores de la articulación sacro-iliaca. Cuanta más estabilización se precisa, mayor grado de contracción se consigue del músculo. La función principal de este músculo es crear tensión sobre la Fascia Tóraco-Lumbar en su contracción bilateral. Además se asocia por co-contracción con el diafragma, suelo pélvico y multífidos. • Diafragma: Es un músculo principal del cuerpo que tiene dos funciones claramente diferenciadas. La primera es una función respiratoria cuyo equilibrio es agonista-antagonista con la musculaturaabdominal. La segunda es una función estabilizadora, de forma sinérgica con la musculatura abdominal. Posee una relación directa con el tono abdominal y el control postural. • Multífidos: Músculos posturales de orientación oblicua situados en la columna vertebral tiene inserciones en las capas profundas de la fascia Tóraco-lumbar. Mantienen la 27 lordosis y la estabilidad segmentaria dentro de la zona neutral. • Suelo pélvico: Muy importante para la estabilización de la cintura pélvica sobre todo en el equilibrio anteroposterior. Dan también soporte al contenido abdominal y juega un rol importante en el control urinario y fecal. Se coactiva junto al transverso del abdomen para estabilizar la sínfisis púbica, las articulaciones S-1 y la pelvis. • Cuadrado lumbar: Músculo que enlaza la actividad motriz de las vértebras teniendo un gran brazo de palanca a través de los procesos transversos y tiene inserciones en la caja torácica y en la pelvis. • Oblicuo interno: Músculo cuya actividad es muy parecida al transverso del abdomen y que muchas de sus fibras son paralelas a este. Se incluye en el sistema estabilizador por sus muchas inserciones en la Fascia Tóraco-lumbar. 3) Control motor: Es el encargado de responder a las variaciones captadas y realizar las correcciones, ya sea ante situaciones repentinas o bien organizar patrones compensatorios. Es el encargado de ajustar todo el conjunto del cuerpo recibiendo la información del sistema pasivo y activo. Por lo tanto, resulta de gran importancia la integración y coordinación de los sistemas musculares de estabilización, especialmente su sinergia de activación en relación a lograr la estabilidad del core en las actividades o habilidades tanto deportivas, como laborales y de la vida diaria. Según Comenford et al (2001), para conseguir la estabilidad del core en diferentes situaciones y movimientos que atenten contra ella, es necesaria una acción muscular precisamente coordinada para que ocurra en el momento 28 correcto, con la duración correcta y con una correcta combinación de fuerzas. Según Radebold et al (2001) y Borghuis et al (2008), existe una combinación de tres niveles nerviosos del control motor (reflejos espinales, regulación de los núcleo de la base, y los programas cognitivos centrales) en la producción apropiada de la respuesta muscular relacionada a la estabilidad. • Primer nivel: Se utiliza la información propioceptiva producida en los órganos tendinosos de Golgi y husos neuromusculares de los músculos del core, para generar la respuesta motora refleja del arco espinal. • Segundo nivel: Corresponde a las vías de los núcleos de la base, donde se coordinan los inputs sensoriales vestibulares y visuales, junto con la información propioceptiva de los receptores articulares. • Tercer nivel: Está basado en los pools de comandos centrales, que conducen los ajustes posturales voluntarios anticipatorios (Figura 3) 29 Figura 3. Gráfica del control sensorio motor del Core. Editado de Willardson (2007). La figura 3 muestra que, antes de la aplicación de las cargas externas sobre el core se producen las activaciones musculares anticipatorias sobre la región lumbo-pélvica, que condicionan en primera instancia la influencia de la carga sobre esta región. A partir de allí se dispara todo el mecanismo reflejo basado en los receptores musculares y articulares que auto modulan las subsiguientes activaciones musculares estabilizadoras. 30 Según Ebenbichler et al (2001), El sistema nervioso central, mantiene en funcionamiento dos procesos en forma simultánea: el programa motor, que ejecuta la tarea; y los ajustes previos y posteriores, necesarios para mantener el equilibrio. En síntesis, el control neuromuscular del core es un proceso complejo, que es coordinado y auto modulado en tres niveles por el sistema nervioso, mediante un mecanismo de ajuste postural anticipatorio y un programa motor autorregulado mientras ocurre la acción. Todo lo expuesto con anterioridad, nos deja en claro que cuando se habla de estabilidad y control del core, es necesario entenderla como “la integración funcional de la columna pasiva, los músculos espinales activos y la unidad de control neural, de manera que permite al individuo mantener las zonas neutrales intervertebrales dentro de los límites fisiológicos mientras realiza las actividades de la vida diaria”. (Liemohn, 2005) CAPITULO IV EFECTOS DEL ENTRENAMIENTO INESTABLE 33 CAPITULO IV EFECTOS DEL ENTRENAMIENTO INESTABLE En el ámbito del entrenamiento deportivo, se pueden utilizar las superficies inestables con diversas finalidades. Su principal uso se da en desarrollar la propiocepción y el equilibrio. Es una herramienta imprescindible en la rehabilitación de lesiones, mejorando la eficacia sensorial a nivel articular, tanto del tiempo de reacción muscular, como en la activación de la musculatura agonista-antagonista, produciendo una mejora en la protección del complejo articular. Donde también tiene un potencial importante, es en el trabajo de la sección media del cuerpo para la mejora del rendimiento deportivo o incluso para proteger la columna vertebral mediante el fortalecimiento del core. El rol principal de la musculatura de la región central es proveer estabilidad al cuerpo. Una región central fuerte y estable proporciona el vínculo necesario para la transferencia de las tensiones que se transmiten desde el suelo, a través del tren inferior y por último a través del tren superior y de las extremidades superiores. Es decir, necesitamos una sección media fuerte para correr, realizar fintas, saltar, lanzar, golpear etc. No obstante, y antes de continuar, es necesario saber a qué se refiere el término de superficies inestables. Según Hernando et al. (2009) los materiales inestables son “cualquier material, diseñado específicamente o adaptado, que por sus características físicas no esté firmemente unido al suelo, pudiendo rodar, deslizarse, vibrar o realizar cualquier otro tipo de movimiento que genere situaciones en las que sea necesaria la intervención del equilibrio con el fin 34 de mejorar la condición física.” Por otra parte, según Isidro et al. (2006) definen como material desestabilizador, haciendo referencia a los medios o superficies inestables, “aquel que empleamos para aumentar los requerimientos de estabilización activa proporcionando un entorno inestable que potencia la actividad propioceptiva y las demandas de control neuromuscular.” Ahora bien, producto de la gran cantidad de materiales disponibles en el mercado que pueden ser considerados como una superficie inestable, Martínez y Benito (2009) indican que “una superficie inestable es una superficie o material de entrenamiento maleable, que se deforma o desplaza por la aplicación de fuerzas que sobre él haga el ejecutante, o que puede tener una distribución no uniforme de su masa (p. ej. Cilindros rellenos de agua) o un comportamiento dinámico antes de interaccionar con el sujeto (p. ej. plataformas vibratorias o tapiz rodante)”. EFECTOS DE LA UTILIZACIÓN DE SUPERFICIES INESTABLES EN LA ACTIVACIÓN DEL NÚCLEO CENTRAL. Según Behn et al (2002), al aumentar la inestabilidad del entorno y del sujeto, el sistema neuromuscular se estresará en un grado mayor en comparación a un entrenamiento en una superficie firme y estable y ese aumento en la inestabilidad, supone un estímulo por encima del umbral actual, lo que lleva a una adaptación positiva. Por otra parte Grenier et. Al (2000), justifica que, un mayor nivel de inestabilidad raquídea, requiere mayor activación de la musculatura estabilizadora central, lo que supone que el entrenamiento inestable mejora la activación del core. 35 Un estudio realizadopor Sternlicht et al. (2007), investigó la activación muscular abdominal sobre una base estable e inestable, mediante un crunch o encogimiento abdominal tradicional. Se analizaron 41 adultos sanos, realizando un crunch en dos posiciones, una con el fitball en el ángulo inferior de la escápula y uno con el balón en la zona inferior lumbar de la espalda. La electromiografía se registró en la zona superior e inferior del recto abdominal, así como también en el oblicuo externo en cada repetición. Obteniendo diferencias significativas entre ambas, respaldando la teoría del incremento en la activación de la musculatura central mediante la utilización de superficies inestables en comparación con el mismo ejercicio realizado en una superficie estable, se mostró además que la activación abdominal se duplica cuando el fitball se encuentra en la zona inferior de la espalda. Sin embargo, la mayor activación muscular del core inducida por la inestabilidad de los estudios mencionados no ha sido comparada en muchas ocasiones con las cargas más altas que pueden ser típicamente manejadas durante la realización de ejercicios convencionales con pesos libres en el suelo. Nuzzo et al. (2008) hallaron mayores activaciones del erector espinal con el peso muerto y sentadillas con peso libre en el suelo y con cargas variadas (50%, 70% y 90% 1RM) que con ejercicios inestables sobre una fitball, además no hallaron diferencias significativas en la activación del recto abdominal y oblicuo externo, que fueron similares entre ambos tipos de ejercicios, concluyendo que los ejercicios multi-articulares con pesos libres utilizados en su estudio son más eficaces para la mejora de la fuerza e hipertrofia de la musculatura extensora espinal que los ejercicios inestables sin sobrecarga diseñados para este objetivo. Por tanto la investigación realizada por Nuzzo, sugiere que los ejercicios tradicionales de fuerza realizados con intensidades medias-altas sobre una base estable pueden resultar más 36 efectivos para el entrenamiento de la fuerza e hipertrofia de la musculatura paravertebral que otra clase de ejercicios en entornos inestables sin sobrecargas externas. Cabe destacar además, que los músculos responsables de estabilizar la postura son específicos según la tarea realizada, y no todos los músculos del core serán más solicitados por hacer un ejercicio bajo condiciones inestables que en el suelo. Según Lehman et al (2005), la activación muscular del core depende más de las características y demandas biomecánicas del propio ejercicio que exclusivamente de la incorporación de materiales inestables. EFECTOS DE LA UTILIZACIÓN DE SUPERFICIES INESTABLES EN LA ACTIVACIÓN DE LAS EXTREMIDADES. Marshall y Murphy (2006), realizaron una investigación en la que analizaron dos ejercicios en superficies estables e inestables, un push-up y un press de pecho con el 60% de 1RM, encontrando que las condiciones de inestabilidad, aumentan la activación y co-activación muscular en las extremidades (tríceps y deltoides). No obstante, Uribe (2010), no encontró diferencias significativas en la realización de un press de hombros y un press de pecho en una superficie fija y otra inestable, dejando claro nuevamente que una mayor activación muscular depende más de las características y demandas biomecánicas del propio ejercicio que exclusivamente de la incorporación de materiales inestables. Marshall y Murphy (2006), no encontraron diferencias significativas en la realización de un press de hombros sobre un fitball y sobre un banquillo. En cualquier caso, para conseguir mantener un nivel suficiente de activación muscular en las extremidades, el grado de inestabilidad debería ser moderado en vez de alto (Behn y Colado, 2012), ya que a mayor nivel de 37 inestabilidad externa menor activación muscular y menor producción de fuerza. EFECTOS DE LA UTILIZACIÓN DE SUPERFICIES INESTABLES EN LA PRODUCCIÓN DE FUERZA Y POTENCIA MUSCULAR. En un estudio realizado por Chulvi et al (2010) se compara la fuerza y la actividad muscular de la zona paravertebral tras realizar peso muerto convencional sobre superficie estable y sobre superficies inestables, en éste caso un bosu y un T-bow. Con el T-bow se produce inestabilidad en una dirección o eje, y con el bosu en todas las direcciones. 31 personas participaron en el estudio. Primero se realizó una prueba isométrica durante cinco segundos en cada una de las tres situaciones. Tras lo cual, se realizó una serie de cinco repeticiones con un 70% de la fuerza isométrica máxima obtenida en cada una de las condiciones previamente evaluadas. Tras analizar los registros de la actividad electromiográfica y la producción de fuerza (en las pruebas isométricas) y de la actividad electromiográfica en las pruebas dinámicas, se pudo comprobar los mejores resultados en cuanto a fuerza producida y actividad muscular con el peso muerto convencional sobre una superficie estable. Es decir, el uso de dispositivos de inestabilidad no aumenta el rendimiento, ni proporciona una mayor activación de los músculos paravertebrales durante la ejecución del peso muerto. Por tanto, respuesta conseguida. Además, la realización de estos ejercicios sobre superficies inestables, aumenta enormemente los riesgos de lesión, por errores técnicos en la ejecución del ejercicio, producidas por dicha inestabilidad. Más interesantes son los resultados obtenidos por Cressey et al (2007). Se realizó un entrenamiento físico predominante del tren inferior sobre superficies inestables durante diez semanas. Los participantes que intervienen en el estudio son atletas de élite de 38 un equipo americano de fútbol. Diez atletas realizaron el trabajo sobre discos de goma inflables, superficies inestables (US), y el grupo de control formado por nueve atletas realizaron los mismos ejercicios sobre una superficie estable (ST). Como herramientas para valorar los resultados del entrenamiento se emplearon saltos, sprints, y test de agilidad, todos ellos realizados tanto antes de empezar las diez semanas de entrenamiento, como después de concluir dicho periodo. Los resultados porcentuales respecto a las marcas iniciales antes del entrenamiento de 10 semanas fueron las siguientes: ST US Rebote tras un salto 3,2 % 0% CMJ 2,4% 0% Sprint de 10 mtrs -7,6% -4% Sprint de 40 mtrs -3,9% -1,8% Test de agilidad (por tiempo) -4,4% 2,9% Tabla 2. Resultados comparativos porcentuales entre los test realizados en superficie estable (ST) y superficies inestables (US). Las pruebas de sprint (10 y 40 mtrs) y el test de agilidad son relativos a tiempo, significando el negativo (-) una baja del mismo y por tanto una mejora de rendimiento. Como se puede comprobar, las mejoras empleando superficies inestables, son mínimas, y peores que trabajando sobre superficies estables. Es decir, el trabajo sobre superficies inestables produce un descenso en el rendimiento deportivo de los atletas. Por otra parte Behm y Colado (2012), corroboraron que el entrenamiento sobre superficies inestables limita la producción de fuerza en aproximadamente un 60%. Por tanto, para conseguir eficiencia mecánica y mover grandes cargas consiguiendo intensidad y mejoras neurales por sincronización y 39 reclutamiento de unidades motoras, necesitamos situaciones totalmente estables. Estos estudios sugieren que no es posible ejercer fuerzas máximas en condiciones de inestabilidad debido a las mayores funciones estabilizadoras de los músculos. El entrenamiento característico de la fuerza y la potencia estimula a las fibras musculares de contracción rápida. Debido a que la realización de ejercicios sobre superficies inestables requiere que los movimientos sean realizados de manera más lenta y controlada, estos ejercicios pueden estimular predominantementea las fibras de contracción lenta de los músculos estabilizadores y posturales. En resumen, el entrenamiento inestable no debería ser utilizado para mejorar la fuerza de las extremidades. Su principal aplicación en el deporte es el incremento del equilibrio, la estabilidad y la fuerza propioceptiva. Si se desean obtener ganancias en la fuerza, entonces se deberían realizar sobre una superficie estable. Por tanto, abstenerse de hacer aperturas sobre un fitball, jalones de tríceps sobre un fitball, o lo que es peor aún por que la carga manejada es mayor, sentadillas en un bosu, no tan sólo porque el entrenamiento se tornaría menos eficaz, sino que además aumenta el riesgo de lesiones. Por tanto, para mejorar las prestaciones de fuerza/potencia (incluso hipertrofia) necesitamos contar con elevados niveles de estabilidad externa Finalmente cabe mencionar que, la inestabilidad puede ser causada también por otras formas de entrenamiento, además de la que se produce empleando superficies inestables: realizar ejercicios con apoyo unilateral o con los ojos cerrados son un buen ejemplo de ello. 40 EFECTOS DE LA UTILIZACIÓN DE SUPERFICIES INESTABLES EN LA PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE LESIONES. En la prevención y rehabilitación de lesiones, se encuentra principalmente documentados que, el uso de medios inestables puede ser efectivo para las estructuras de los miembros inferiores (rodilla y tobillo). Según Martínez y Benito (2009), el efecto del entrenamiento de equilibrio sobre superficies inestables en el deportista lesionado de forma aguda o crónica, presenta variados beneficios, concluyendo que el entrenamiento inestable es: Más efectivo en deportistas con antecedentes lesivos. Presenta un efecto preventivo mayor cuanto más dura el programa de entrenamiento teniendo así un efecto acumulativo. Presenta un 39% menos de riesgo total de sufrir una lesión en extremidad inferior, un 51% menos de riesgo de lesiones agudas de rodilla, un 50% menos de riesgo de esguince de tobillo y 36% menos de incidencia de lesiones de tobillo. CAPITULO V DÉFICIT BILATERAL (DBL) Y ENTRENAMIENTO UNILATERAL 43 CAPITULO V DÉFICIT BILATERAL (BDL) Y ENTRENAMIENTO UNILATERAL Según Henry y Smith (1961), “la fuerza máxima que se ejerce durante las contracciones musculares bilaterales es menor que la ejercida durante contracciones musculares unilaterales independientes”, éste fenómeno es denominado déficit bilateral (DBL), y es de gran importancia comprender que puede ocurrir durante variados aspectos del control motor. Secher et al (1976) y Vandervoort et al (1984), realizaron investigaciones en la que se analizaron acciones bilaterales y unilaterales en la extensión de piernas, indicando que la activación de unidades motoras fue menor durante la extensión bilateral que durante la extensión unilateral de la misma. En particular, basados en los datos de fuerza-velocidad, y en las comparaciones en las proporciones de fatiga, sugirieron que el déficit en la condición bilateral era atribuible a una menor utilización de las fibras rápidas (FT) de las unidades motoras, aún más allá especulan si la reducida excitación de las unidades motoras pertinentes era debida a una difusión de concentración de impulsos nerviosos sobre las dos piernas durante las actividades bilaterales simultáneas. Lo anterior puede denotar que existe menor reclutamiento en cada pierna por separado, al realizar una actividad bilateral debido a la complejidad en la ejecución, pero que la sumatoria de ambas nos permite levantar mayor carga que por separado, aunque haya menor reclutamiento de unidades motoras. Acorde a lo anterior, un trabajo bilateral se refiere a aquellos movimientos que se realizan con la participación de ambos 44 miembros de manera simultánea. En su contraparte, un movimiento unilateral, se refiere a cuando los miembros trabajan uno a la vez, es decir, en forma independiente o alterna. Los principiantes presentan un DBL mucho mayor que una persona entrenada, es por ello que el DBL varía en función de la experiencia y formación deportiva del sujeto. Según Enoka (1991), el DBL se puede atribuir a mecanismos locales de control neural y una disminución en el reclutamiento de unidades motoras de alto umbral. Lo anterior parece indicar que aquellos que presenten un DBL muy alto, no son capaces de estimular eficientemente las ganancias de fuerza, potencia ni crecimiento muscular. ENTRENAMIENTO UNILATERAL Como se ya se mencionó con anterioridad, los ejercicios bilaterales, son aquellos en que las extremidades de ambos lados del cuerpo (superiores o inferiores) trabajan de manera simultánea (Press de banco, Press militar, Sentadillas, etc) y sin duda alguna, forman parte de la mayoría de los programas de entrenamiento y nadie discute sus beneficios. Sin embargo, también tenemos los ejercicios unilaterales, entendiendolos como aquellos que trabajan con un lado del cuerpo de manera independiente al otro, el cual permenace “relativamente inactivo” durante su ejecución (Sentadillas a una pierna, Remo con una mano, etc). Siendo una forma inteligente de entrenar para mejorar diferentes aspectos del deportista o quién realice el ejercicio físico, por lo que no se deben olvidar de ellos a la hora de planificar un entrenamiento. En cuanto a las caracteristicas y funcionamiento en los ejercicios unilaterales, encontraremos beneficios en: 45 Estabilidad. En este apartado, podemos hablar de un mayor trabajo de estabilidad de la zona media. El hecho de realizar los ejercicios de forma unilateral y luchar con la resistencia en un solo lado, obliga a un mayor y más preciso reclutamiento del core para mantener una postura estable. Esto ocurre independientemente de que usemos una mancuerna, polea o banda elástica. En otros ejercicios unilaterales, aún sin carga o lastre, también mejoraremos en cierta medida la estabilidad, como pueden ser en las sentadillas a una pierna, sentadillas búlgaras, etc. Sin embargo, en algunos ejercicios donde se suelen usar máquinas, es posible que esta cualidad sea mínimamente aprovechable, como por ejemplo en una extensión de cuádriceps en máquina, ya que estamos bien apoyados y suelen tener agarraderas, por lo que al sujetarnos de ellas, quitamos gran parte del trabajo estabilizador (aun así, algo posiblemente aumenta con respecto a la versión bilateral, porque la zona media tiende a torsionar). Desequilibrios musculares. Los ejercicios unilaterales nos brindan un apoyo importante en cuanto a la reducción de los desequilibrios musculares se trata cuanto tenemos algún déficit. En los ejercicios bilaterales es común que la extremidad fuerte realice más trabajo que la extremidad débil, produciendo un desequilibrio o al menos haciendo más complicado su eliminación. Al trabajar unilateralmente nos aseguramos que cada lado trabaje, independientemente realizando el trabajo que le pertenece. Transferencia. El trabajo unilateral es tremendamente común en muchos gestos deportivos, cuando se golpea a un rival, se lanza un balón, etc. Ello nos lleva a pensar que los ejercicios unilaterales podrían ser muy útiles para transferir las adaptaciones a otras actividades y/o disciplinas 46 deportivas, ya que su demanda de activación podría ser más acertada que la de los ejercicios bilaterales, en dependencia de cada caso. Transferencia cruzada y lesiones. La transferencia cruzada o efecto contralateral del entrenamiento, es el efecto positivo que se consigue en una extremidad colateral a la que se entrena, vale decir, si entrenas la pierna izquierda, también se beneficia en cierta medida la derecha sin recibir un estimulo de entrenamiento. Según Cometti (1998), el entrenamiento de un miembro provoca una gananciade fuerza del miembro opuesto no entrenado. Lo anterior es muy utilizado en la rehabilitación, evitando que los periodos de inactividad de alguna extremidad sean demasiado largos. A modo de ejemplo, si entrenamos la pierna saludable reduce el desentrenamiento sufrido en la pierna lesionada por culpa de la inactividad. De este modo, el desentrenamiento y la pérdida de fuerza es menor en una extremidad inmovilizada o no entrenada que si no hiciéramos nada con ninguna de ellas. Sin embargo, como es obvio, la extremidad sana que sí entrenamos tendrá mejor resultado que la extremidad lesionada y/o desentrenada. Acorde a lo anterior, existen varios estudios que han demostrado este efecto positivo, ya sea en fuerza, resistencia o aprendizaje motor. Aunque no quedan totalmente claro los mecanismos que provocan este fenómeno, los datos nos dicen que las mejoras vienen a través de cuestiones relacionadas con el sistema nervioso, ya que morfológicamente no se han encontrado cambios. La magnitud de los beneficios obtenidos han sido variables en los distintos casos estudiados (pues dependen de muchos factores), pero por poner algunos resultados han sido del orden del 4, 7, 12 o 21%. 47 Mejora de las adaptaciones y rendimiento del entrenamiento unilateral frente al bilateral. Un estudio realizado por Abbiss C. (2011), arrojó un resultado interesante en cuanto a los beneficios de rendimiento obtenido en los entrenamientos unilaterales. Lo interesante del trabajo es que fue realizado con ciclistas de elite que ejecutaron de manera aleatória los dos tipos de entrenamiento separados por un periodo de 42 días para evitar interferencias entre estímulos de entrenamiento. Los ciclistas realizaron 6 entrenamientos en un periodo de tres semanas que consistían en 3 intervalos máximos de 4 minutos, con 6 minutos de recuperación activa. Las adaptaciones moleculares relacionadas al metabolismo oxidativo (Citocromo C oxidasa) y del transporte de glucosa (GLUT4) fueron superiores al entrenar con una pierna. Como si fuera poco y aunque no fue estadísticamente significativa, la diferencia en el rendimiento con el entrenamiento a una pierna fue también superior. Concluyendo entonces que realizar el entrenamiento interválico a una pierna (primero una, y luego la otra, obviamente) provocó mayores ganancias que el mismo entrenamiento realizado de forma tradicional (es decir, las dos piernas a la vez). Dada la duración limitada del estudio, no sabemos si esa superioridad del entrenamiento unilateral se mantendría en el tiempo; podría ser que sí, o podría ser que no. Quizás solo sea superior durante un periodo de tiempo hasta que nos adaptemos al nuevo estimulo. En cualquier caso, no deja de ser una razón más para usar ejercicios unilaterales, aunque sea ocasionalmente. Finalmente, cabe señalar que, si bien todo parece indicar que el trabajo con ejercicios unilaterales debe formar parte dentro de un programa de entrenamiento, sobre todo con principiantes/novatos, porque su sistema nervioso es ineficiente. 48 Por tanto, el trabajo unilateral es capaz de disminuir el déficit bilateral, pero no se debe utilizar en exceso porque tendría un efecto negativo y nunca se reduciría. (Janzen et al, 2006) A modo de resumen, me quedo con las palabras de Couseiro A. (2014) “El ejercicio unilateral resulta una herramienta versátil, útil como alternativa ante déficits o disfunciones, pero también como el protagonista definitivo de un entrenamiento completo y eficiente con acento en la estabilidad y simetría” CAPITULO VI ENTRENAMIENTO CONCURRENTE: FUERZA Y RESISTENCIA 51 CAPITULO VI ENTRENAMIENTO CONCURRENTE: FUERZA Y RESISTENCIA El Entrenamiento concurrente, que es combinar el ejercicio aeróbico y el ejercicio de fuerza dentro de una misma sesión de entrenamiento, continúa siendo un tema de análisis y de revisión constante en la literatura cientifica. Hickson (1980), publicó un artículo que señala que el entrenamiento de fuerza y el de resistencia, realizados en una misma sesión de entrenamiento, provocan un efecto de interferencia o concurrencia. No llegando a los resultados que se desean y perjudicando el rendimiento. Sin duda alguna, comprender este fenómeno es de vital importancia si se desea planificar o programar adecuadamente un entrenamiento. Las adaptaciones al entrenamiento de resistencia aeróbica tienen lugar sobre el aparato respiratorio de nuestras células, es decir, las mitocondrias. Aumenta su densidad y las enzimas que intervienen en los mecanismos de producción de energía. Por otro lado, el entrenamiento de fuerza produce un aumento de las proteínas contráctiles del músculo, haciendo que a la larga aumente el tamaño del mismo. Parece ser que a nivel molecular existen interferencias entre estos dos mecanismos, de manera que predomina el mecanismo que tenga lugar al final del entrenamiento. Así pues, la hipertrofia o fuerza es mayor cuando el entrenamiento para dichas cualidades se realiza después del entrenamiento aeróbico y viceversa. 52 SEÑALIZACIÓN MOLECULAR Y BASES FISIOLÓGICAS DEL ENTRENAMIENTO CONCURRENTE Y EL EFECTO DE INTERFERENCIA Para entender la razón de dicha interferencia, es necesario comprender el comportamiento enzimático de nuestro organismo. Para ello es necesario saber que, de una manera simplista, a nivel molecular tenemos 2 vías de señalización que debemos considerar. Proteína Quinasa Activada por AMP (AMPK). El AMPK funciona como un sensor energético regulador de la homeostasis que se activa cuando la célula es sometida a estrés o agota su energía producto del ejercicio físico metabólico. Diana de Rapamicina en Células de Mamíferos (mTOR). El mTOR funciona como activador del crecimiento celular mediante la regulación de procesos de carácter anabólico producido por el entrenamiento de fuerza En palabras simples, cuando se realizan entrenamientos sobre la capacidad de resistencia, el protagonista es el AMPK, y en el caso del entrenamiento de fuerza, el protagonista es el mTOR. Teóricamente cuando se activa la AMPK se crea una perturbación energética producto del estrés aerobico producido por el ejercicio enfocado en dicha cualidad, lo que anula la señalización de crecimiento muscular del entrenamiento de fuerza. Sin embargo y en contra parte, existen otros estudios que difieren de ello. Apró W. et al (2013) proponen que el ejercicio aerobio de moderada intensidad realizado después del trabajo de fuerza no inhibe la mTOR en sujetos que entrenan 53 regularmente. Pugh en tanto, demostró que no hay diferencias en la respuesta aguda entre el entrenamiento concurrente y el de fuerza, y que la activación de la mTOR incluso aumentó con el entrenamiento concurrente. Ahora bien ¿Se pueden entrenar ambas cualidades a la vez? Siempre que se leen varios artículos científicos sin una respuesta totalmente clara al respecto, podemos especular que los protocolos utilizados para llevarlos a cabo son diferentes, a la igual que sus variables experimentales (tipo de muestra, historial deportivo, tipo de ejercicio, orden de ejecución, volumen, intensidad, tempos, estado nutricionales, etc) Ahora bien, al parecer tenemos solución al problema y podemos entrenar tanto la resistencia como la fuerza y crecimiento muscular en una misma sesión de entrenamiento. Existen estudios en los que se ha comprobado que el entrenamiento de alta intensidad y corta duración y realizado en intervalos (HIIT), provoca mejoras en la potencia aeróbica del deportista. Scribbans T.D propone que el HIIT induce fuertes adaptaciones que se asemejan a las del entrenamiento de larga duración pero con un volumen menor de entrenamiento. Además, cuanto mayor es la intensidad, menor es la interferencia sobre la hipertrofia,fuerza y potencia. Lo anterior, explica que la similitud en el patrón de contracción de la fibra muscular apoyaría el crecimiento muscular a pesar de los desafíos energéticos locales. De esta forma, ejercicios de alta intensidad y corta duración, aunque busquen una mejora anaeróbica, pueden mejorar el rendimiento aeróbico sin afectar la fuerza del deportista. Además, esta modalidad de entrenamiento se ha visto la más eficaz para que, combinada con el entrenamiento de fuerza, produzca la mayor disminución de grasa corporal a largo plazo (Figura 4). 54 Figura 4. Efectos del entrenamiento de alta intensidad sobre la disminución del porcentaje graso. Finalmente cabe destacar que la AMPK se activa durante los entrenamientos de resistencia, pero se desactiva en el momento en el que cesa la actividad. Por otro lado, en el entrenamiento de fuerza, la mTOR llega a su máxima activación entre los 30 minutos y seis horas posteriores al entrenamiento, pero se puede mantener el 100% de su actividad durante 24 horas. Por tanto, es necesario mantener dicha actividad, el mayor tiempo posible. En definitiva y en palabras simples, el cuerpo humano al realizar un entrenamiento orientado en la fuerza secreta enzimas y hormonas diferentes a las que se producen cuando el entrenamiento tiene una orientación hacia la resistencia, las que se “inhiben” las unas a las otras, por lo tanto para que el entrenamiento tenga mayor efectividad, es necesario darle una orientación clara y no mezclar todo cada vez. Por lo que las ganancias de fuerza son mayores cuando se entrena de manera 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 1,2 1,4 1,6 1,8 61-70% 71-80% 81-90% 91-100% T a m a ñ o d e l e fe ct o Esfuerzo DISMINUCIÓN GRASA CORPORAL 55 aislada que cuando se entrena fuerza y resistencia de manera conjunta. Sin embargo existen alternativas viables como el HIIT que nos permitirían trabajar ambas cualidades a la vez o simplemente podemos entrenar las capacidades cuestionadas en sesiones de entrenamiento diferentes. Según el estudio de Murach K.A y Bagley J.R (2016), para maximizar la respuesta al entrenamiento, el ejercicio aeróbico y el de fuerza dentro de un programa de entrenamiento deben separarse al menos durante un mínimo de 3 horas siendo preferible un periodo mayor de 6-24 horas. Visto esto, podemos decir que el entrenamiento de resistencia y el de fuerza son opuestos, por lo que al combinar el entrenamiento de ambas capacidades se pueden dar interacciones negativas que perjudican nuestras metas, indistintamente que aunque aún falte una mayor evidencia científica que unifique protocolos y diseños de investigación a fin de poder generalizar los resultados y conclusiones obtenidos en el entrenamiento concurrente. En cuanto a mi postura final, comparto plenamente con la opinión de J.L Chicharro (2015), quién dice que “En relación a este debate mi postura sigue siendo la misma, resistencia aeróbica antes de fuerza, utilizando grupos musculares diferentes y realizando intervalos de alta intensidad en la parte de resistencia aeróbica. En el contexto donde esta modalidad de entrenamiento se aplica, es decir en el ámbito del Fitness, considero que es lo más apropiado para los objetivos de los usuarios como ya he argumentado en otras ocasiones. Otro asunto es el rendimiento deportivo, aquí los entrenadores lo tienen muy claro: nada de combinaciones en la misma sesión de entrenamiento”. CAPITULO VII CUESTIONAMIENTO AL FUNCTIONAL MOVEMENT SCREEM (FMS) 59 CAPITULO VII CUESTIONAMIENTOS AL FUNCTIONAL MOVEMENT SCREEM (FMS) El FMS es una evaluación que busca detectar y explorar disfunciones de movimiento. El test consta de una batería de siete patrones de movimiento considerados fundamentales (Figura 5), los que requieren equilibrio, movilidad y estabilidad del sujeto. En definitiva, la evaluación FMS, expone al sujeto a posiciones extremas donde las debilidades y desequilibrios se hacen evidentes si no se dispone de la estabilidad y la movilidad apropiadas. Por lo tanto se busca analizar desequilibrios bilaterales así como la movilidad-estabilidad de cada segmento involucrado. Para obtener los resultados del test, el FMS consta de un sistema de puntuación. Cada uno de los siete movimientos del test es valorado numéricamente de cero a tres según determinados marcadores observables y establecidos de la calidad del movimiento, considerándose tres la mejor puntuación y cero la peor cuando se manifiesta dolor en cualquier parte del cuerpo durante la realización de cada uno de los test. El valor o puntuación uno sucede cuando la persona es incapaz de realizar correctamente el patrón de movimiento o de adoptar la posición correcta del mismo. La puntuación de dos se da cuando el sujeto es capaz de completar el movimiento pero debe compensar de algún modo la posición. Y por último, si el sujeto realiza correctamente el movimiento sin ningún tipo de patrón compensatorio entonces obtiene una puntuación de tres. La mayoría de los siete test permiten una ejecución, y por tanto puntuación, bilateral para detectar cualquier asimetría, 60 considerándose siempre el valor más bajo de ambos lados para el sumatorio total. (21 puntos posibles). A pesar de que el FMS sugiere y promete mucho, no se encuentra totalmente comprobada la fiabilidad del mismo. Según Gribble et al (2012), el resultado obtenido en esta evaluación, varía dependiendo en gran medida del evaluador, dejando a los con más experiencia con los resultados más fiables. Por tanto se recomienda que el evaluador, deba poseer entrenamiento y experiencia en la toma del test. Un buen evaluador, debe contar con al menos 100 ensayos. Figura 5. Siete patrones de movimiento contemplados en el FMS Según Kraus et al. (2014), el test debería ser utilizado para tomar conclusiones en cada movimiento por separado y no por acumulación de puntajes, ya que si un sujeto obtiene una puntuación de 14, tendría mayor probabilidad de lesión que alguien sobre dichos 14 puntos, sin embargo la brecha es demasiado corta para predecir algo como ello, no creo que exista gran diferencia en la obtención de 14, 15 o 16 puntos en test. Incluso existen algunos estudios disponibles que ilustran claramente su limitada capacidad para predecir el rendimiento 61 deportivo. No obstante el FMS puede resultar una herramienta útil de exploración del aparato locomotor y de análisis del movimiento en sujetos de baja o moderada calidad motriz. Finalmente Okada et al. (2011), realizó un estudio de correlación entre las medidas de estabilidad del núcleo central (core) y las puntuaciones del FMS, encontrando que no existe correlación significativa y que no influyen y/o predicen el rendimiento de forma sustancial (medido mediante lanzamientos de balón medicinal, squat a una pierna y test de agilidad T-run). En definitiva, el FMS busca explorar las asimetrías funcionales del aparato locomotor y déficits posturales de estabilidad mediante una batería de test de monitoreo, para el cual se requiere experiencia, entrenamiento y perito en dicha batería y sus criterios de puntuación por parte del evaluador. Además, el FMS, tampoco es una herramienta válida que pueda predecir o correlacionar con el rendimiento deportivo. Finalmente, cabe destacar que la puntuación sumatoria que se obtiene en el test, no es una herramienta suficientemente válida para lograr predecir riesgos de lesión, principalmente por la inespecificidad respecto de la demanda motriz que requieren la mayoría de las acciones o gestos deportivos, lo que no quiere decir que el FMS no contribuya en detectar factores de riesgo lesivo en un sujeto. CAPITULO VIII PERCEPCIÓN SUBJETIVA DEL ESFUERZO 65 CAPITULO VIII PERCEPCIÓN SUBJETIVA DEL ESFUERZO Enla actualidad la tecnología nos ha invadido y existen un montón de formas de monitoriar los parámetros que afectan al deportista/atleta/individuo en su rendimiento o desempeño durante el entrenamiento. Ellos nos permiten conocer una multitud de parámetros fisiológicos y biomecánicos con detalle, acumulando tantos datos, que antes hubiera sido inimaginable. Sin embargo, siguen existiendo formas “rudimentarias” válidas y confiables de hacerlo. Siendo las Escalas de Esfuerzo Percibido (RPE. Del Inglés, Rating of Perceived Exertion) y escalas OMNI de las mejores para ello. Según Noble, B. J et al (1996), la RPE se define como la intensidad subjetiva de esfuerzo, tensión, malestar y/o fatiga que se experimenta durante el ejercicio físico, basándose en la percepción del propio sujeto en cuanto al grado de fatiga o intensidad del esfuerzo que siente, la que se valora a través de escalas graduadas numéricamente y que presentan descriptores visuales durante o inmediatamente después de la realización del ejercicio. Cada vez que realizamos ejercicio físico, son diferentes factores fisiologicos, psicológicos y sintomáticos interrelacionados que se integran y generan la sensación de fatiga. Según Pfeiffer K.A et al (2002), la conciencia cognitiva de estas sensaciones se considera una forma de retroalimentación en la que los cambios centrales, periféricos y metabólicos que ocurren durante el ejercicio se encuentran integrados. 66 RPE - BORG Borg creó dos tablas para determinar el esfuerzo percibido, la version clásica y la moderna, puntuadas del 6 al 20 y del 1 al 10 respectivamente, siendo esta última una versión simplificada y mucho más práctica en su apliación. Escala de esfuerzo percibido de 6- 20 Equivalencia aproximada en pulsaciones por minuto Grado de intensidad del esfuerzo (% de la capacidad máxima posible) Equivalencia de una escala de esfuerzo percibido de 0-10 6 60-80 10 0 7 – Muy suave 70-90 1 8 80-100 20 2 9 - Suave 90-110 10 100-120 30 3 11 – Algo suave 110-130 12 120-140 40 4 13 – Mediano 130-150 50 5 14 140-160 60 6 15 – Algo duro 150-170 70 7 16 160-180 17 – Duro 170-190 80 8 18 180-200 90 9 19 Muy duro 190-210 100 10 20 200-220 Tabla 3. Escala RPE de Borg y asociación con FC e intensidad del ejercicio. (Buceta 1998) 67 La propuesta de Borg, consiste en una escala que usa el esfuerzo percibido con un código numérico para determinar el nivel de esfuerzo e intensidad del ejercicio durante una sesión de entrenamiento; la escala ayuda a los participantes a ponerse a tono con sus cuerpos, pues el metabolismo y las funciones pueden variar día tras día, por lo que es un método eficaz para personas que tienen un cierto grado de entrenamiento ya que son más capaces de interpretar las sensaciones que produce el ejercicio físico, es decir, están más conscientes de la intensidad del esfuerzo, la fatiga o incomodidad que se da durante el ejercicio físico. Se puede aplicar durante el ejercicio y/o al finalizar el mismo para evaluar la sesión en conjunto. Este método ayuda a fortalecer la percepción de autocontrol de quién ejecuta la actividad. Ahora bien, Borg aplicó dichas escalas en entrenamiento de altura para triatletas y en medio fondistas, observado resultados provechosos. Tal es así, que diversos estudios han correlacionado de manera positiva las escalas con las variables fisiologicas que intervienen a medida que se incrementa la intensidad del ejercicio físico continuo (frecuencia cardiaca, VO2max., ventilación pulmonar, cociente respiratorio, lactato sanguíneo, etc.) con la escala RPE. Según Borg (1970), Arruza (1996) y Duarte (2002), La escala mantiene una elevada correlación con la frecuencia cardiaca, por lo que se ha sugerido incluso su empleo para la determinación de las zonas de trabajo. Siendo recomendado usarla junto con el monitoreo de la frecuencia cardiaca en personas con características particulares como embarazadas, o aquellos que ingieren medicamentos como betabloqueantes, estimulantes o antidepresivos. En cierto punto, la escala de Borg, nos brinda un enfoque de carácter psicofisiológico pero subjetivo, que complementa y 68 enriquece la información del proceso de entrenamiento. Ella ayuda a la toma de decisiones para favorecer la adaptación. OMNI Una evolución de las RPE, son las escalas OMNI. Éstas añaden al protocolo la imagen de un individuo haciendo distintos ejercicios a diferentes intensidades, por lo que para principiantes se hace un poco más fácil de aplicar. Pfeiffer(2002), Robertson (2003, 2011) y Colado (2012), han correlacionado y validado las escalas OMNI en diversas investigaciones, por lo que se consideran herramientas útiles para valorar y controlar el esfuerzo realizado diversos grupos etarios, diferentes modalidades de ejercicio físico y con diferentes materiales. Lo “innovador” de estas escalas, es que añaden al protocolo la imagen de un individuo haciendo distintos ejercicios a diferentes intensidades de trabajo, combinando descriptores visuales y verbales adaptados a la intensidad de trabajo, incluso hay escalas que utilizan el reconocimiento de la expresión fascial para ello. (Figura 6, 7, 8, 9) Figura 6. Escala OMNI para marcha-carrera de adultos (Utter et al., 2004). 69 Figura 7. Escala OMNI-Global Session in the Elderly (Da-Silva et al., 2013) Figura 8. Escala de sensación subjetiva del esfuerzo validada en ciclismo (OMNI-RPE). (Modificado de Robertson R.J., et al. 70 Figura 9. Escala OMNI-RES con bandas elásticas (Colado et al., 2012) Como se mencionó con anterioridad, las escalas de percepción subjetiva del esfuerzo, tienen diferente aplicación respecto de la experiencia de cada sujeto, por lo que la correcta utilización de ellas, requiere de un periodo de adaptación y aprendizaje, incluyendo las instrucciones idóneas para que el sujeto/deportista/atleta no exagere o subestime las apreciaciones y sea lo más preciso posible. Cuando los sujetos adquieren cierta experiencia utilizando este método, las escalas se transforman en un indicador bastante fiable de la intensidad, indistintamente de su nivel de condición física, edad, género, modalidad de ejercicio y/u otros agentes externos, sean estos temperatura ambiental, consumo de estimulantes, estrés, etc. Finalmente cabe señalar que a pesar de ser un parámetro fiable, en la práctica no es para nada popular. La mayoría prefiere la utilización de recursos materiales y tecnológicos para la medición de parámetros como la frecuencia cardiaca o el consumo de oxigeno, ya sea por comodidad o simplemente por desconocimiento respecto de la verdadera utilidad y fiabilidad que nos brindan las RPE, sobre todo cuando los recursos materiales y económicos son limitados. CAPITULO IX PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO 73 CAPITULO IX PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO La periodización, es la forma de estructurar o dividir un programa de entrenamiento en un número de periodos de tiempo, cada uno con uno o más objetivos específicos a desarrollar, ello en busca de una mejor performance deportiva u otro objetivo en particular. La mayoría periodiza un punto concreto, que generalmente se corresponde con la competencia principal. Esto es principalmente lo que se deberá hacer, periodizar los entrenamientos de cara a una meta concreta o competición. Para lograr dichos propósitos de manera eficiente es que tenemos básicamente 2 tipos de periodización. A) Una lineal o clásica y b) una no lineal u ondulatoria. A) Periodización lineal: Es uno de los modelos más comunes y más conocidos. Comienza con un volumen alto de trabajo y baja intensidad y cambia progresivamente en el tiempo hacia un volumen de trabajo más bajo, con un nivel de intensidadmás alto. B) Periodización ondulante: El modelo básico no lineal consiste en variar el entrenamiento durante una o dos semanas con cargas entre ligeras, moderadas, intensas y muy intensas utilizando ejercicios específicos. Entre ambos tipos de planificación, encontraremos que con una lineal, la intensidad y el volumen de entrenamiento fluctúan de una manera mínima en el transcurso del microciclo (1-4 semanas). En cambio, en un ciclo de periodización no lineal u ondulante, el deportista es capaz de realizar diversos 74 entrenamientos, teniendo variedad notoria en las variables críticas. Si bien Poliquin (1988) planteó la teoría acerca de que los cambios más frecuentes en el estímulo aumentarían los beneficios, es Kraemer (2000), quién profundiza en éste tipo de periodización, realizando variaciones más frecuentes aún. Poliquin, en su programa ondulante original, propone que las alteraciones debían ser cada dos semanas. Encontrando que tal programa provoca ganancias de fuerza similares que un programa lineal. Sin embargo Kraemer et al. (2000), propone variaciones más constantes y diarias pero manteniendo una base, para ello, comparó una versión multiserie de una periodización ondulante diaria con un programa de serie única no periodizado en jugadoras de tenis universitarias. Este estudio, que duró nueve semanas, demostró la superioridad de un programa ondulante para provocar ganancias de fuerza y potencia, además de una disminución significativa en el porcentaje de grasa corporal (ondulante: del 22% al 18%; serie única: del 22% al 21%) y un aumento en la masa libre de grasa. Dentro de este estudio, lo más significativo fue la velocidad en el servicio de las tenistas, mejorando un 30% con el modelo ondulante, mientras que con la serie única consiguió sólo un 4%. Rhea et al. (2002), comparó durante doce semanas, un programa ondulante con variaciones sesión a sesión con un programa lineal, entrenando a ambos grupos tres veces por semana y con tres series para cada ejercicio realizado en la sesión del entrenamiento. El programa ondulante realizó variaciones de 8RM, 6RM y 4RM. Al terminar el estudio, el modelo ondulante, arrojó que hubo ganancias significativas en 1RM de press de banca (29% contra un 14%) y en el 1RM de press de piernas (56% contra un 26%), demostrando la efectividad de la ondulación 75 variada de las cargas de entrenamiento frente a una periodización lineal o clásica. DISEÑO DEL PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO Con el propósito de diseñar un programa de acondicionamiento físico exitoso, es necesario y por tanto esencial establecer y comprender los objetivos principales de dicho programa. En cada fase, ciclo o bloque de entrenamiento, se deben incorporar ciertos parámetros con metas realistas y progresiones acorde a cada individuo, respetando tanto las leyes como los principios del entrenamiento deportivo, ya sea modificando el rango de repeticiones, los Intervalos de descanso o bien las series. Cualquier parámetro incluido en las variables críticas del entrenamiento, tratando de asegurar un programa equilibrado en todo momento. En general, un bloque de entrenamiento debería durar entre dos y seis semanas, dependiendo de la frecuencia, la progresión del sujeto y el avance en los objetivos planteados. Primero y ante todo, una evaluación completa debe llevarse a cabo para identificar patrones de movimiento defectuosos y problemas posturales que puedan distorsionar los futuros gestos deportivos. Los resultados de la evaluación en última instancia, le guiarán en el diseño personalizado del programa de entrenamiento para el sujeto. Cualquier deficiencia observada durante la evaluación requerirá atención con el fin de corregir y construir una base sólida. Es necesario, además, asegurarse que el sujeto siempre realice y se involucre en actividades de calentamiento adecuadas para las prestaciones deportivas de la parte fundamental o principal del entrenamiento. Ejercicios de calentamiento dinámicos y de control postural son una gran manera de empezar. 76 El diseño eficaz de un programa de entrenamiento debe resultar un proceso fluido, considerando los resultados de la evaluación inicial para cuantificar el progreso. Un programa de ejercicios bien diseñado debe abordar en primera instancia una línea de base funcional con logros específicos. Por ejemplo, el deportista/sujeto participante puede tener una ambición en el desarrollo de la hipertrofia muscular principalmente en los músculos pectorales, sin embargo, si éstos presentan limitaciones de flexibilidad, eventualmente crearán una disfunción para toda la cintura escapular, por lo tanto sería ilógico no crear una base y ser metódico en cuanto a la elección de los ejercicios correctos en función de crear una base funcional sólida para las futuras exigencias del entrenamiento. En este punto la progresión es de suma importancia; siempre es mejor errar por el lado de la precaución, dejando los mejores resultados a largo plazo. Una persona promedio con algunos problemas posturales o debilidades musculares, no presentará interés en la realización de ejercicios de rehabilitación por largos lapsos de tiempo, sino que por lo general, si no sudan en exceso y hasta perder el aliento, no se sienten satisfechos. Ante ello, es necesario mantenerlos motivados, dándoles ejercicios seguros y fáciles que puedan dominar rápidamente. La mayor parte del entrenamiento debe ser “funcional”, pero siempre respetando los conceptos básicos de seguridad e incorporando ejercicios clásicos de fuerza, al menos los cuatro principales pilares para la construcción de un cuerpo equilibrado (Sentadilla, peso muerto, press de banca y press militar). DIRECTRICES BÁSICAS El entrenamiento de levantamiento pesado y/o movimientos explosivos deben ser evitados con los principiantes. Y a medida 77 que avanzan en el entrenamiento es mejor realizar mayor cantidad de series con repeticiones bajas con el propósito de aumentar el desarrollo de habilidades motoras fomentando al mismo tiempo una fatiga menor. Con este tipo de movimientos, es de suma importancia crear patrones de buena calidad, siempre privilegiando la técnica en lugar de la intensidad o la carga con la que se trabaja. Acorde al párrafo anterior, es necesario minimizar la cantidad de ejercicios en cada sesión. Considerando la mecánica adecuada en cada repetición de un ejercicio determinado. A pesar de que existen gran variedad de autores que proponen diversas tablas con la cantidad de ejercicios que se pueden realizar en las diferentes etapas de entrenamiento, no hay pautas fijas en cuántos ejercicios se deben incluir, por tanto es necesario establecerlo acorde al rendimiento de cada sujeto en particular. Sin embargo, una buena base de referencia es incluir movimientos multi-articulares que se centren en el dominio del cuerpo y posteriormente añadir sobrecarga. Una vez que el sujeto demuestre un dominio sobre los ejercicios con una base de dificultad, es necesario comenzar a incluir o incorporar ejercicios multi-tarea. No obstante, siempre se debe respetar cada bloque de entrenamiento y mantenerlo por al menos tres semanas, en el caso de un objetivo concreto de fuerza y/o potencia, de lo contrario los bloques deberían oscilar entre las cuatro y seis semanas. Recuerden que si bien, la diversidad es importante, no se debe cambiar el entrenamiento con excesiva frecuencia, ya que debe conservar una estructura básica y la coherencia necesaria para generar progresos. 78 AJUSTES EN EL PROGRAMA PARA DIFERENTES POBLACIONES Como entrenadores, siempre nos encontraremos con personas diferentes. Algunos con lesiones, otros muy competitivos, atletas recreativos o simplemente personas que desean ejercitarse con motivos de salud y liberación delstress laboral. Es importante reconocer algunas de las cualidades generales asociados a los diferentes individuos, para hacer frente a las necesidades físicas y mentales de los sujetos en el diseño del programa de entrenamiento. A continuación se presentan algunas pautas básicas y sugerencias para comenzar. El diseño del programa es complicado y requiere práctica, sin embargo se explicará de una manera fácil de entender. Deportista profesional: Presenta necesidades estrictas de atención y una selección de ejercicios precisos. Los programas deben ser bien pensados y cada detalle acomodado de la manera correcta y siempre específico para la disciplina deportiva a la que se dedique. Debe contemplar ejercicios dinámicos del núcleo central (core), pliometría y entrenamientos pesados, ello debería ser una parte importante de su programa de entrenamiento. Se debe incorporar tanto entrenamiento con pesas como el deporte lo permita. En el caso de los deportistas profesionales, es de suma importancia notar posibles patrones de movimiento defectuosos o que causen posturas inadecuadas porque, probablemente, se “contamine” el gesto deportivo propio de la disciplina. Deportista recreativo: Al igual que en los deportistas profesionales, un amateur requiere una estricta atención y en su proceso de entrenamiento, incluyendo, específicos del deporte practicado, entrenamientos dinámicos del núcleo 79 central, ejercicios pliométricos y ejercicios generales de levantamiento de pesas semi-pesados en gran parte del programa de entrenamiento. Sin duda alguna, para este tipo de deportistas, la motivación es un factor importante por lo tanto proponer metas siempre les resulta atractivo. De manera óptima, deben entrenar con pesas tres veces por semana. Entusiasta del ejercicio físico: Esta persona vive para hacer ejercicio y no se detendrá ante nada para ponerse en forma. La mayoría de las veces realiza todas las cosas mal, por tanto se debe tener precaución en las indicaciones y cuidar constantemente su integridad para evitar situaciones lesivas. Los ejercicios deben poseer una orientación hacia el aumento del tono y la hipertrofia muscular. El diseño del programa debe incluir cuatro o cinco días de entrenamiento, puesto que tienden a ir en días “off” a realizar cualquier cosa. Pérdida de peso: Aquellas personas que buscan la pérdida de peso, desean estar en forma y sentirse mejor. Por lo que, no suelen realizar actividades deportivas. Los entrenamientos deben centrarse en conseguir fluctuaciones en el ritmo cardiaco con ejercicios relacionados a las actividades de la vida diaria, siendo el entrenamiento en circuito la mejor opción para ellos, especialmente para los principiantes. Deben entrenar al menos tres veces por semana con ejercicios de fuerza y cardiovasculares ordenados de tal forma que no interfiera un enfoque con otro. ESTRUCTURAS DEL PROGRAMAS DE ENTRENAMIENTO Antes de comenzar con el diseño ondulatorio de cargas de entrenamiento, es importante destacar, que aquellos que no posean un historial deportivo, deben de manera obligatoria 80 realizar una fase de fuerza base o de adaptación anatómica. Teniendo como objetivo involucrar la mayor cantidad de grupos musculares, preparar tendones, ligamentos, músculos y toda la articulación como complejo, con la finalidad de soportar las futuras cargas de entrenamiento. Cabe mencionar, que esta fase está orientada para principiantes o para aquellos que tras un largo tiempo de inactividad se reintegren a los programas de sobrecarga. Puesto que los deportistas comienzan a utilizar cargas pesadas antes que un programa clásico. Acorde a la tabla 4, la fase base o de adaptación anatómica debe durar 5-8 semanas, es decir, diseñar dos bloques de cuatro semanas cada uno, con una progresión gradual con tres entrenamientos semanales y con descanso entre sesiones de 48 hrs, considerando además sólo un ejercicio por grupo muscular a tres series y con intervalos de 12RM a 15RM. PROGRAMA BASE / ADAPTACIÓN ANÁTOMICA Duración 5 a 8 semanas N° de repeticiones 12 – 15 RM N° de series 3 Cantidad de ejercicios 1 por grupo muscular ID entre ejercicios 2 minutos ID entre sesiones 48 hrs. Frecuencia semanal 3 Tabla 4. Parámetros de entrenamiento sugeridos para un entrenamiento en la fase base o de adaptación anatómica. 81 Las claves para la fase en cuestión, deben considerar cinco aspectos: Corregir problemas posturales Aprender los principios básicos del entrenamiento con sobrecarga. Aprender las técnicas correctas del ejercicio, privilegiando siempre la técnica, no el peso a levantar. Definir las limitaciones y abordar la estabilidad para evitar patrones de movimiento defectuosos en los bloques posteriores. Desarrollar tolerancia física. MODELOS DE RUTINAS A continuación se presentan una serie de planes a tener en cuenta a la hora de planificar de manera ondulante y utilizar bloques de entrenamiento (Ver tabla 4) Plan muy ligero (ML): Se debe utilizar como una sesión de descanso activo, tras un día de entrenamiento muy duro, ya que permite la recuperación del sistema nervioso. Plan ligero (L): Al igual que el plan muy ligero, éste tipo de entrenamiento, nos ayuda a la recuperación del sistema nervioso tras un entrenamiento de gran exigencia donde haya predominado la fuerza o la potencia. Éste es un plan que se diseña en pro del desarrollo de la resistencia muscular local. Plan estructural / moderado (M): Desde el punto de vista de la carga (RM) corresponde a un entrenamiento moderado. 82 Lo que proporciona una alta respuesta hormonal y un considerable esfuerzo cardiovascular. Éste tipo de entrenamiento proporciona beneficios estructurales, es decir ayuda en la hipertrofia muscular, considerándose un entrenamiento que se enfoca en dicho parámetro. Plan fuerte (F): Se utilizan cargas altas, lo que genera gran desgaste del sistema nervioso, y como resultado, se genera una alta tensión en los músculos, por tanto un incremento en el reclutamiento de unidades motoras. Las ganancias o aumentos en la masa muscular son insignificantes. Plan muy fuerte (MF): Para realizar este tipo de plan, que requiere levantar pesos muy elevados, es primordial conocer la técnica adecuada de los ejercicios, ello para obtener seguridad y asegurar un rendimiento óptimo. Al igual que en el plan anterior, el sistema nervioso es el principal solicitado, generando un gran desgaste. Plan de potencia (P): Sin duda alguna, es el plan que posee mayor versatilidad, ya que puede incluir, pliometría, lanzamientos o ejercicios a favor de la máxima potencia mecánica o combinaciones de todos ellos. Lo primordial, es centrarse en la velocidad de ejecución. Presenta gran demanda en el sistema nervioso. T. programa / Dosificación ML L M F MF Repeticiones 16-20 RM 13-15 RM 8-10 RM 3-6 RM 1-3 RM N° de series 1 2 3-4 4-5 2-5 Cantidad de ejercicios 6-10 5-8 6-9 2-5 2-4 83 Intervalos de descanso 1 minut o 1-2 minutos 1-2 minutos 3-4 minutos 4-7 minutos Tabla 5. Dosificaciones recomendadas para cada tipo de entrenamiento acorde a la carga. Los entrenamientos de potencia al ser más versátiles, necesitan separarse un poco de lo anterior y contemplar parámetros más específicos, acorde al tipo de estímulo de potencia que se aplique en un determinado entrenamiento, ya sea para ejercicios de máxima potencia mecánica, lanzamientos o pliometría (Ver tablas 6, 7 y 8.) PROGRAMA DE POTENCIA – MÁXIMA POTENCIA MECÁNICA N° de repeticiones 2 – 6 AL 30% - 70% DE 1RM N° de series 3 - 8 Cantidad de ejercicios 2 – 4 ID entre ejercicios 3 – 5 minutos o hasta que el deportista se encuentre en condiciones de realizar una siguiente serie. Tabla 6.