Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Sobre un problema de van Douwen concerniente a la topoloǵıa de Böhr Tesis de Grado Ana Hernández Andrade Dirigida por: Ramiro de la Vega Junio de 2013 1 Índice I Sobre este trabajo 3 II Böhr y su topoloǵıa 3 1. Definiciones 4 2. Los enteros y la topoloǵıa de Böhr 7 III Sobre Vp y V]p 9 3. Definiciones y propiedades 9 IV Ultrafiltros y ultrapotencias de espacios vectoriales 15 4. Filtros, ultrafiltros y ultrafiltros de Ramsey 15 5. Ultraproductos y utrapotencias de espacios vectoriales 20 V Un poco de sucesiones 21 6. Sucesiones y sistemas de sucesiones 21 7. A la deriva... 23 8. Conectando a V con V̂/V 24 VI Finalmente, V]p � V]q 30 9. Prueba del no homeomorfismo 30 VII Referencias 33 2 Parte I Sobre este trabajo Fue Erik K. van Douwen en una carta dirigida a W. Comfort en 1986, quien motivado por el hecho de que algunas propiedades de la topoloǵıa de Böhr de un grupo abeliano no dependen de su estructura algebraica, se preguntó si es suficiente que dos grupos abelianos discretos tengan el mismo tamaño, para asegurar que los grupos dotados de la topoloǵıa de Böhr son homeomorfos. Este problema estuvo abierto hasta que, en 1996, K. Kunen [1] dió una respuesta negativa a la pregunta, probando que aunque los grupos Vp y Vq donde p y q son primos distintos tienen la misma cardinalidad, V]p no es homeomorfo a V]q. Independientemente de Kunen, según Dikranjan [3], Watson usando un argumento de tipo Erdös-Rado probó que para un cardinal suficientemente grande κ, (Vκ2)] � (Vκ3)]. El objetivo principal de este trabajo es explorar y explicar el art́ıculo de Kunen. Para esto usamos herramientas como ultafiltros de Ramsey, sucesiones de espacios vectoriales indexadas por conjuntos finitos, ultraproductos de espacios vectoriales, entre otros. Aśı, en la primera parte vamos a dar dos definiciones de la topoloǵıa de Böhr: la primera, para grupos abelianos; la segunda, para estructuras sobre len- guajes de primer orden que no contienen śımbolos de relaciones y justificamos por qué coinciden; adicionalmente mencionamos algunas caracteŕısticas sobre la topo- loǵıa de Böhr de los enteros con el fin de cautivar al lector y familiarizarlo co el tema. En la segunda parte, por medio de ejemplos y definiciones estudiamos las caracteŕısticas y propiedades de los grupos abelianos presentados en el art́ıculo de Kunen, de sus homomorfismos al ćırculo unitario y de los subbásicos de su topoloǵıa de Böhr. También aqúı, dotamos al conjunto de subconjuntos finitos de los naturales de una topoloǵıa que lo vuelve homeomorfo a un subespacio de los grupos que nos interesan. En la tercera parte, estudiamos las definiciones de ultrafiltro y ultrapro- ducto, hacemos la construcción de ultrafiltros de Ramsey asumiendo como cierta la hipótesis del continuo y enunciamos una propiedad de los ultrafiltros de Ramsey además del conocido Teorema de Loś para ultraproductos. En la cuarta parte, defini- mos los conceptos de sistemas de sucesiones, y de sucesiones de espacios vectoriales sobre campos finitos, indexadas por subconjuntos finitos de un conjunto infinito. También definimos las relaciones de derivar y derivar simplemente, que se dan entre sucesiones y sistemas de sucesiones. Probamos igualmente un importante resultado tipo Ramsey, que nos dice que la restricción a un conjunto infinito de cualquier sucesión de un espacio vectorial sobre un campo finito indexada por subconjuntos finitos de un conjunto infinito, se puede escribir de finitas formas como combinación lineal de algún sistema de sucesiones; esto es equivalente a decir que cualquier su- cesión tiene algo parecido pero más débil, a un conjunto homogéneo -en el sentido de Ramsey-. El estudio de estas sucesiones está motivado por el subespacio de los grupos abelianos que es homeomorfo al conjunto de subconjuntos finitos de natura- les. Por último, en la quinta parte, mostramos la prueba del no homeomorfismo, y finalizamos con algunos problemas relacionados que todav́ıa estan abiertos. 3 Parte II Böhr y su topoloǵıa 1. Definiciones Harald Böhr (1887 - 1951), futbolista y matemático danés, fuel la primera per- sona en trabajar en el área de las funciones casi periódicas sobre los complejos. La topoloǵıa de Böhr lleva su nombre, pues, una de las maneras de definirla está rela- cionada con la compactificación de Böhr, compactificación que permite identificar las funciones periódicas de una estructura con funciones continuas de esa estructura a la compactificación ([4], [5]). Hay varias definiciones equivalentes de la topoloǵıa y compactificación de Böhr que nacen al trabajar con diferentes clases de estructuras (grupos abelianos, grupos no-abelianos, anillos,...). Para dar una perspectiva de lo que puede llegar a involu- crar la topoloǵıa de Böhr, vamos a enunciar dos definiciones que aplican para grupos abelianos -pues con ellos vamos a trabajar- y daremos razones de por qué son equi- valentes. Una de las definiciones aplica también para otras estructuras -más o menos complejas que los grupos-, tales como anillos, campos, grupos no abelianos. Dicho esto, empecemos con la primera definición. Si G es un grupo topológico y S1 ⊆ C es el ćırculo unitario, la primera definición que vamos a dar de la topoloǵıa de Böhr en G, es la de la topoloǵıa menos fina que hace todos los homomorfismos de G a S1 continuos; viendo a S1 como un subespacio topológico de los complejos C con su topoloǵıa Euclidiana. Escribimos G] para referirnos al grupo topológico G equipado con la topoloǵıa de Böhr. Aunque esta definición puede ser entendible, deja preguntas en el aire como: ¿por qué tomar los homomorfismos a S1 y no a otro grupo? Vamos -basados en [0]- a dar una segunda definición de la topoloǵıa de Böhr que requiere de más definiciones, pero que responde en cierta medida la anterior pegunta. Una estructura topológica sobre un lenguaje L es un par (Ω, τ), en donde Ω es una L-estructura, es decir, Ω está formado por un conjunto no vaćıo O junto con interpretaciones para cada śımbolo de función, relación, o constante que haya en L; y τ es una topoloǵıa en O que cumple ciertas condiciones para las interpretaciones de śımbolos de funciones y relaciones de L. Como las estructuras con las que vamos a trabajar son grupos, necesitamos que τ haga continua a cada interpretación de un śımbolo de función de L y no necesitamos que cumpla ninguna condición con respecto a las interpretaciones de śımbolos de relación de L; mejor aún, podemos asumir que L no tiene ningun śımbolo de relación. A manera de ejemplo, supongamos que L es un lenguaje con dos funciones bina- rias, una uno-aria y dos constantes; entonces, una L-estructura podŕıa ser cualquier anillo, pues, las interpretaciones de las funciones binarias, uno-aria y de las cons- tantes, son respectivamente las dos operaciones del anillo, la inversa de una de ellas y el elemento neutro de cada operación. Para que fuera una estructura topológica debeŕıamos añadirle una topoloǵıa al anillo que haga tanto a las operaciones del anillo como a la inversa, continuas y aśı, terminar con un anillo topológico. Si (Ω, τ) es una L-estructura topológica, una compactificación de (Ω, τ) es un 4 par (S, γ) donde S (la letra gótica S) es una L-estructura topológica, S es compacto y de Hausdorff y γ : O → S es un homomorfismo continuo tal que γ(O) es un subconjunto denso de S. Teniendo la definición de compactificación, vamos ahora a definir un orden par- cial (6) en las compactificaciones de una estructura topológica fija de la siguiente manera. Si (Ω, τ) es una L-estructura topológica y (S, γ), (Z, µ) dos de sus compactifica- ciones, definimos primero la siguiente relación (S, γ) ∼ (Z, µ) si existe un homomorfismo continuo Υ : Z → S tal que haga el conmutar siguiente diagrama. O µ // γ �� Z S �� Υ Podemos decir entonces, que, Υ es único: si no lo fuera, habŕıa dos funciones continuas que harian conmutarel diagrama anterior, y que coincidiŕıan en µ(O); pero como µ(O) es denso en Z y los espacios son de Hausdorff, las funciones seŕıan iguales en todo Z; también podemos afirmar que Υ es sobreyectivo; esto se debe a que como Υ es continua y Z es compacto, Υ(Z) es un subconjunto compacto de S, además S es de Hausdorff luego Υ(Z) es cerrado en S; como γ(O) = Υ(µ(O)) es un subconjunto denso de S, Υ(µ(O)) ⊆ Υ(Z) y Υ(Z) es cerrado, entonces, Υ(Z) = S. Esta relación (∼) en las compactificaciones de una L-estructura topológica, im- plica una relación en las topoloǵıas inducidas por cada compactificación: si (S, γ) ∼ (Z, µ) =⇒ τγ ⊆ τµ donde τγ, τµ son las topoloǵıas menos finas en O, que hacen continuos los homo- morfismos γ y µ respectivamente. Si llegara a pasar que (Z, µ) ∼ (S, γ) ∼ (Z, µ) podemos decir que hay un isomorfismo continuo entre Z y S, por lo que podemos pensar en estas compactificaciones como equivalentes y hacer el cociente de las com- pactificaciones de una L-estructura topológica por la relación ∼. En este conjunto podemos definir un orden parcial 6 de la misma forma que la relación ∼, pero que compara clases de equivalencia de compactificaciones en vez de compactificaciones. Denotamos la clase de equivalencia de una compactificación (Z, µ) como [(Z, µ)]. Si formamos un ret́ıculo a partir de este orden 6 y lo llamamos R(Ω, τ), tenemos que este ret́ıculo es completo, es decir, cualquier subconjunto tiene tanto un su- premo o mı́nima cota superior ∨ (en inglés join), como un ı́nfimo o máxima cota inferior ∧ (en inglés meet). Veamos: Si {[(Zi, µi)]}i∈I son compactificaciones de (Ω, τ), tomemos µ : O → ∏ i∈I Zi defi- nido naturalmente coordenada a coordenada por cada µi. Si dotamos a ∏ i∈I Zi de la topoloǵıa producto τprod, tenemos que µ es un continua; además, tenemos que µ(O) 5 es denso en µ(O). Definimos para cada śımbolo de función n-aria f ∈ L su interpre- tación fZ en ∏ i∈I Zi como f Z(z0, . . . , zn−1) = ∏ i∈I fZi(z0i , . . . , z n−1 i ) con z i = ∏ j∈I zij; de igual manera definimos una interpretación en ∏ i∈I Zi para los śımbolos de constantes en L; con esto, tenemos que ∏ i∈I Zi es una L-estructura y que µ es un homomorfismo. Tomemos Z := µ(O), entonces Z := (Σ, τZprod) es una L-estructura topológica, donde τZprod es la topoloǵıa de subespacio en Z, Σ es una L-estructura y Z su universo. Como ∏ i∈I Zi es compacto y de Hausdorff, y, Z es cerrado, entonces Z es compacto y de Hausdorff, luego (Z, µ) es una compactificación de (Ω, τ); más aún, [(Z, µ)] es el supremo de {[(Zi, µi)]}i∈I , [(Z, µ)] = ∨ {[(Zi, µi)]}i∈I . La construcción del ı́nfimo es similar pero se toma el supremo de las compactificaciones menores. Tenemos entonces que R(Ω, τ) es completo y por lo tanto acotado luego tiene un mı́nimo y un máximo elemento. Su máximo elemento es la llamada compactifica- ción de Böhr que denotamos por (bΩ,Θ); aqúı, la función Θ : O → bΩ induce una topoloǵıa, τΘ, topoloǵıa mejor conocida como la topoloǵıa de Böhr de (Ω, τ). Veamos ahora, por qué, en el caso de los grupos abelianos, las dos definiciones son equivalentes. Decimos que una clase K de L-estructuras topológicas compactas y de Hausdorff es adecuada para una L-estructura topológica compacta y de Hausdorff Ω, si y solamente si, separa puntos; es decir, para cada x, y ∈ O, x 6= y, existe un elemento de D ∈ K y un homomorfismo continuo ϕ : Ω → D tales que ϕ(x) 6= ϕ(y). Si Ω es solamente una L-estructura topológica, decimos que K es adecuada para Ω, si y solamente si, K es adecuada para bΩ. El siguiente lema ([0]), de mucho trasfondo -como la definición anterior- nos va a dar la clave para la conexión de las dos definiciones. Lema 1.1 Si K es una clase de L-estructuras topológicas compactas y de Hausdorff adecuada para una estructura topológica Ω y {ϕβ}β<κ los posibles homomorfismos continuos de O a un elemento Dβ de K -es posible que Dβ0 = Dβ1 aún si β0 6= β1-. Si Φ : O → ∏ β Dβ definida naturalmente coordenada a coordenada y D = Φ(O), entonces, (D,Φ) = (bΩ,Θ). Argumentos de la teoŕıa de representaciones de grupos compactos nos dicen que el conjunto U(1) de las matrices unitarias de complejos de 1 × 1 es adecuado para cualquier grupo abeliano; pero como S1 se puede identificar fácilmente con U(1) y viceversa, entonces por el lema anterior, la topoloǵıa de Böhr de un grupo abeliano se construye a partir de los homomorfismos continuos del grupo a S1. He aqúı la coincidencia de las dos definiciones. 6 2. Los enteros y la topoloǵıa de Böhr Después de haber dado las dos definiciones de la topoloǵıa de Böhr, enfoquémonos en la pregunta de van Douwen de 1986, sobre la topoloǵıa de Böhr de dos grupos abelianos del mismo tamaño. Empecemos por hablar de un problema aún abierto: ¿es Z] ∼= Q]?, es decir, ¿es el conjunto de los número enteros Z dotado de la topoloǵıa de Böhr homeomorfo al conjunto de los números racionales Q dotado de la topoloǵıa de Böhr? Con esta motivación y resaltando que (Z,+) y (Q,+) son dos grupos abelianos, estudiemos un poco los homomorfismos de Z a S1. Sabemos que (Z,+) es generado por 1 como grupo, entonces cualquier homo- morfismo η : Z → S1 está completamente determinado por la imagen de 1. Ahora veamos que la imagen de η sea densa o no en S1 depende de la imágen de 1. Si η : Z → S1 es un homomorfismo tal que η(1) = eiα, tenemos los siguientes casos: π α ∈ Q: Si π α = a b con a ∈ Z, b > 0 entonces α = bπ a . En este caso la imágen de η, tendŕıa tamaño a lo más 2a; lo cual dependeŕıa de si a y b son pares o no, y de si uno es múltipo del otro. Como la imágen de η es finita, no es densa en S1, y la preimágen de cada punto de la imágen son las clases de equivalencia de Z/aZ o Z/2aZ -según el caso-, estos seŕıan subbásicos de la topoloǵıa generada por η y por ende de la topoloǵıa de Böhr de Z. π α ∈ R \Q: Si π α ∈ R \ Q, usamos el algoritmo de la división: 2π = n0α + δ0 con 0 < δ0 < α, (δ0 6= 0 porque fuera igual a cero, pasaŕıa que π α ∈ Q, lo cual es una contradicción). Entonces 2π α = n0 + δ0 α y como 2π α ∈ R\Q entonces δ0 α ∈ R\Q. Repetimos el algoritmo: α = n1δ0 + δ1 con 0 < δ1 < δ0 luego δ1 δ0 ∈ R \Q. δ0 = n2δ1 + δ2 con 0 < δ2 < δ1 luego δ2 δ1 ∈ R \Q. δ1 = n3δ2 + δ3 con 0 < δ3 < δ2 luego δ3 δ2 ∈ R \Q. δ2 = n4δ3 + δ4 con 0 < δ4 < δ3 luego δ4 δ3 ∈ R \Q. δ3 = n5δ4 + δ5 con 0 < δ5 < δ4 luego δ5 δ4 ∈ R \Q. Y aśı sucesivamente. 7 Obtenemos entonces una sucesión infinita de puntos diferentes {δm}m∈ω de S1 en la imágen de η. Para probar que la imágen de η es densa en S1, basta probar que δm → 0 cuando m → ∞, y para esto, es suficiente probar que para cada número natural m se tiene que δm+2 < 1 2 δm: Supongamos por contradicción que existe m fijo tal que 1 2 δm 6 δm+2 =⇒ δm 6 2δm+2, pero por construcción sabemos que δm+2 < δm+1 y 1 6 nm+2, lo que implica que δm+2 < nm+2δm+1. Al mismo tiempo sabemos que δm = nm+2δm+1 + δm+2, entonces tendŕıamos que δm 6 2δm+2 < nm+2δm+1 + δm+2 = δm, , lo cual es una contradicción. Hemos probado aśı que si π α ∈ R\Q entonces la imagen de η es un subconjunto denso de S1. Para estudiar la topoloǵıa de Böhr de Z, se deben estudiar sus subbásicos, de los cuales como ya hemos visto, hay dos clases: los que están determinados por homomorfismos que mandan a 1 a eiα con α = a b π con a, b ∈ Z que son precisamente las clases de equivalencia de Z/aZ o Z/2aZ dependiendo del caso, y, los que están determinados por el resto de homomorfismos, los que mandan a 1 a eiα con α un múltipo irracional de π. Éstos últimos son más complejos porque su imagen es densa, lo cual dificulta conocer exactamente cuáles de sus elementos pertenecen a cierto abierto arbitrario, y por ende no es claro quién está en su preimagen S1. Si nos referimos ahora a la topoloǵıa de Böhr deQ, debido a que cualquier núme- ro racional se puede conseguir a partir de números enteros, los homomorfismos que generan los subbásicos dela topoloǵıa de Böhr de Q están univocamente determinados por la imágen de 1, sin embargo, no olvidemos que eso no quie- re decir que (Q,+) como grupo aditivo es generado por 1. Si se logra entonces desifrar todos los subbásicos de Z], éstos nos daŕıan alguna pista de los subbási- cos de Q] y tal vez de si hay posibilidad de que Z] y Q] sean homeomorfos. Otra manera de aproximarse al problema de encontrar los subbásicos de Q] seŕıa pensar en el siguiente homomorfismo y en la topoloǵıa más gruesa que lo hace continuo: η : Z→ S1 × S1 1 7→ (eiα, eiβ) 8 con α y β múltiplos irracionales de π. ¿Qué pasa si α β ∈ Q? ¿Qué pasa si no? Notemos que si estudiamos los subbásicos de la topoloǵıa más gruesa que hace continuo a η, estamos estudiando los subbásicos de la topoloǵıa de Böhr de Z, pues ésta termina siendo la topoloǵıa más gruesa que hace continuo el homomorfismo: % : Z→ ∏ α∈ω1 S1 1 7→ ∏ α∈ω1 eiα. Parte III Sobre Vp y V]p 3. Definiciones y propiedades Empecemos a hora a estudiar la topoloǵıa de Böhr de los grupos del art́ıculo de Kunen ([1]). Con el ánimo de entender la manera en que Kunen llego al resultado no homeo- forfismo, comencemos por familiarizarnos con Vp para p un número primo, y por reconocer algunas caracteŕısticas de su topoloǵıa de Böhr. Si κ es un cardinal y p un primo, definimos Vκp como la suma directa de κ copias de Zp con Zp := Z/pZ. Escribimos Vp cuando κ = ℵ0. Notemos que (Vp,+) es un grupo abeliano, más aún, Vp es un espacio vectorial de dimensión ℵ0 sobre el campo finito Zp. Denotamos la base canónica de Vp como {eα}α<ω donde e0 := (1, 0, 0, . . .), e1 := (0, 1, 0, 0, . . .),... eα := (0, . . . , 0, 1, 0, . . .), es el vector que tiene un uno en su entrada (α + 1)-ésima y ceros en las demás; es claro entonces, que cualquier elemento de Vp se puede escribir de manera única como combinación lineal de finitos elementos de {eα}α<ω. Según D. Dikranjan [3], fueron K.P. Hart y van Mill en [2] quienes tuvieron la idea de usar éste tipo de grupos, quizás debido a que para cualquier par de primos p y q, podemos construir biyecciones entre Vp y Vq, es decir, cumplen la hipótesis de la pregunta de van Douwen. Además, son un buen ejemplo para confrontar esta pregunta pues como lo vamos a ver, la imágen de cualquier homomorfismo de Vp a S1 es finita, lo que los hace más manejables. Ahora, para adentrarnos a entender un poco de V]p, hablemos de los homo- morfismos de Vp a S1: Sea ϕ : Vp → S1 un homorfismo de grupos. Como Zp es de caracteŕıstica p, 9 para cada ~v ∈ Vp tenemos que p~v = ~0, y como ϕ(~0) = ei0, lo siguiente es cierto: ei0 = ϕ(~0) = ϕ(p~v) = (ϕ(~v))p = (eiα)p = eipα para algún α ∈ [0, 2π[. De esta igualdad conclúımos que pα = 2πk para algún k > 0, luego α = 2πk p ; notemos que eiα es una ráız p-ésima de la unidad. Al suponer que ϕ(~v) = eiα -ϕ arbitrario- obtenemos que α = 2πk p , es decir, la imágen de cualquier homomorfismo de Vp a S1 está contenida en el subgrupo de S1 de las p-ésimas ráıces de la unidad fp = {ei 2πk p : 0 6 k < p}; más aún, la imagen es un subgrupo de éste (los únicos subgrupos posibles son el trivial {0} o todo el grupo fp). Cómo fp es isomorfo a Zp, hay una copia idéntica de la imágen de cada homomorfismo de Vp a S1 en Zp, lo que implica que si queremos estudiar los homomorfismos de Vp a S1, es necesario y suficiente estudiar los homomorfismos de Vp a Zp. Los homomorfismos de Vp a Zp están completamente determinados por la imágen de un conjunto de generadores -como grupo- de Vp. Notemos que por estar traba- jando en un espacio vectorial sobre un campo finito, cualquier base de Vp forma un conjunto de generadores para Vp. Veamos ahora un ejemplo que es útil para entender cuáles homomorfismos -porque no son todos- son necesarios para generar la topoloǵıa de Böhr de un grupo, o en otras palabras, cuáles homomorfismos son necesarios y suficientes para construir subbases de la topoloǵıa de Böhr. Ejemplo 3.1 Pensemos en (Z3×Z3)], es decir en la topoloǵıa que hace continuos a todos los homomorfismos de Z3×Z3 a S1 o lo que es lo mismo, a los homomorfismos de Z3 × Z3 a Z3. Debemos aclarar que estamos dotando a Z3 de la topoloǵıa discreta porque estamos viendo a Z3 ∼= f3 como subespacio de S1 y S1 tiene la topoloǵıa de subespacio heredada de la topoloǵıa usual de C en dónde f3 es discreto. Examinemos los homomorfismos y las topoloǵıas que los hacen continuos: ϕ0 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 1 (1, 0) 7→ 1 ϕ−10 (0) = {(0, 0), (1, 2), (2, 1)} ϕ−10 (1) = {(0, 1), (1, 0), (2, 2)} ϕ−10 (2) = {(0, 2), (1, 1), (2, 0)} ϕ1 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 2 (1, 0) 7→ 2 ϕ−11 (0) = {(0, 0), (1, 2), (2, 1)} ϕ−11 (1) = {(0, 2), (1, 1), (2, 0)} ϕ−11 (2) = {(0, 1), (1, 0), (2, 2)} ϕ2 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 0 (1, 0) 7→ 1 ϕ−12 (0) = {(0, 0), (0, 1), (0, 2)} ϕ−12 (1) = {(1, 0), (1, 1), (1, 2)} ϕ−12 (2) = {(2, 0), (2, 1), (2, 2)} 10 ϕ3 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 1 (1, 0) 7→ 0 ϕ−13 (0) = {(0, 0), (1, 0), (2, 0)} ϕ−13 (1) = {(0, 1), (1, 1), (2, 1)} ϕ−13 (2) = {(0, 2), (1, 2), (2, 2)} ϕ4 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 0 (1, 0) 7→ 2 ϕ−14 (0) = {(0, 0), (0, 1), (0, 2)} ϕ−14 (1) = {(2, 0), (2, 1), (2, 2)} ϕ−14 (2) = {(1, 0), (1, 1), (1, 2)} ϕ5 : Z3 × Z3 → Z3 (0, 1) 7→ 1 (1, 0) 7→ 2 ϕ−15 (0) = {(0, 0), (1, 1), (2, 2)} ϕ−15 (1) = {(0, 1), (1, 2), (2, 0)} ϕ−15 (2) = {(0, 2), (1, 0), (2, 1)} Si nos fijamos con cuidado en el ejemplo podemos ver que ϕ−1j (k) = {~c ∈ Z3 × Z3 : c0ϕj(e0) + c1ϕj(e1) ≡ k (mod 3)} para cada homomorfismo ϕj, j < 6. Además {ϕ−1j (k)}k62 es una subbase de la topoloǵıa en Z3×Z3 que hace continuo a ϕj. Son todas estas subbases las que generan la topoloǵıa de Böhr en Z3×Z3; sin embargo, si miramos el ejemplo, ϕ0 y ϕ1 , ϕ2 y ϕ4 definen los mismos abiertos es decir, la misma subbase; entonces, podemos decir que si ϕi = kϕj para algún k ∈ Z3, j 6= i, ϕi y ϕj generan los mismos abiertos, luego sólo necesitamos concentraramos en alguno de los dos en el momento de construir la topoloǵıa de Böhr. También podemos pensar que cualquier homomorfismo es una combinación lineal de ϕ2 y ϕ3, por ejemplo algo como ϕ5 = 2ϕ2 + ϕ3. Del ejemplo anterior podemos generalizar que: Si ϕ : Vp → Zp es un homomorfismo ϕ−1(k) = {~c ∈ Vp : ∑ i∈ω ciϕ(ei) ≡ k (mod p)}. Para un número k < p fijo y un ϕ ∈ Hom(Vp,Zp) fijo, el conjunto de Nkϕ := {ϕ−1(k)} es un subbásico para V]p y como la topoloǵıa en Zp es discreta, Nkϕ es clopen en V]p. Vemos que un conjunto de homomorfismos con potencial para ser importante -especial- para nuestro problema, es el de los homomorfismos de Vp → Zp que mandan a ciertos elementos de {eα}α<ω a 1 y al resto a 0. Lo anterior se debe a que cualquier homomorfismo se puede ver como una combinación lineal de éstos, como se mostró en el ejemplo. Dicho esto, podemos centrarnos únicamente en los subbásicos generados por los homomorfismos “especiales”, para los cuales podemos escribir: Nkϕ = {~c ∈ Vp : ∑ i∈I ci ≡ k (mod p)}, 11 esto se debe a que ϕ(eα) = { 1 si α ∈ I 0 si α /∈ I para algún I ⊆ ω. Notemos que este subconjunto de la subbase natural para V]p depende solamente de homomorfismos que se pueden determinar al escoger un sub- conjunto I de ω, es decir, este subconjunto de la subbase natural depende únicamente de los subconjuntos de ω; es por eso que lo podemos escribir más adecuadamente como MkI := {~c ∈ Vp : ∑ i∈I ci ≡ k (mod p)}. Probemos que en realidad los MkI ’s forman una subbase para V]p. Lema 3.1 El conjunto {MkI : k ∈ Zp y I ⊆ ω} es una subbase de clopens para V]p. Prueba Para cada I ⊆ ω, MkI es clopen pues MkI = Nkψ con ψ(eα) = { 1 si α ∈ I 0 si α /∈ I . Sea ϕ ∈ Hom(Vp,Zp), k ∈ Zp, y ~c ∈ Nkϕ, llamemos Ij := {α ∈ ω : ϕ(eα) = j} para j ∈ Zp y ϕIj(eα) := { 1 si α ∈ Ij 0 si α /∈ Ij . Para cada j ∈ Zp, se tiene que ~c ∈M ϕIj (~c) Ij , esto por la definición de ϕIj ; entonces ~c ∈ ⋂ j∈ZpM ϕIj (~c) Ij . Probemos ahora que ⋂ j∈ZpM ϕIj (~c) Ij ⊆ Nkϕ: 12 Sea ~m ∈ ⋂ j∈Zp M ϕIj (~c) Ij =⇒ ~m ∈M ϕIj (~c) Ij paracada j ∈ Zp =⇒ ∑ α∈Ij mα ≡ ϕIj(~c) (mod p), pero ϕIj(~c) = ∑ α∈Ij cα =⇒ ∑ α∈Ij mα ≡ ∑ α∈Ij cα (mod p) para cada j ∈ Zp =⇒ ∑ α∈Ij mαj ≡ ∑ α∈Ij cαj (mod p) y como ϕ(eα) = j para cada α ∈ Ij =⇒ ∑ α∈Ij mαϕ(eα) ≡ ∑ α∈Ij cαϕ(eα) (mod p). Pero ω = I0 t ... t Ip−1 y lo anterior se cumple para todo j ∈ Zp =⇒ ∑ α∈ω mαϕ(eα) ≡ ∑ α∈ω cαϕ(eα) (mod p) y como ~c ∈ Nkϕ =⇒ ∑ α∈ω cαϕ(eα) ≡ k (mod p) =⇒ ∑ α∈ω mαϕ(eα) ≡ k (mod p) =⇒ ~m ∈ Nkϕ como queŕıamos. N Sabiendo que los MkI ’s forman una subbase de clopens V]p, tenemos que el conjun- to de intersecciones finitas de M0I ’s forman una base alrededor de ~0 en V]p. Ahora, si ~0 ∈ M0I0 ∩ · · · ∩M 0 In es un básico alrededor de ~0, los Ii no son necesariamente disjuntos ni tampoco cubren a ω, sin embargo, a partir de ellos podŕıamos formar una partición P de ω en finitos pedazos y un básico alrededor de ~0 que dependa de P y esté contenido en el básico original. La partición P -sus pedazos- se puede construir tomando las intersecciones de cualquier posible combinación de los Ij’s y sus complementos. Hecho esto, tendŕıamos que ~0 ∈M0P0∩· · ·∩M 0 Pm ⊆M0I0∩· · ·∩M 0 In y como para cualquier partición ω = Q0 t · · · tQr tenemos que M0Q0 ∩ · · · ∩M 0 Qr es un básico, las particiones de ω determinan una base de clopens alrededor de ~0 en V]p, escribimos M(Q) := M0Q0 ∩ · · · ∩M 0 Qr . La prueba de Kunen en [1] utiliza sucesiones en espacios vetoriales indexadas por subconjuntos finitos de ω, con esto en mente, lo siguiente se vuelve interesante e importante. Denotamos como [ω]<ω, al conjunto de subconjuntos finitos de ω y como [ω]k al conjunto de subconjuntos de tamaño k de ω. Vamos ahora, a definir una inyección entre [ω]<ω y Vp y vamos a llamar τp a la topoloǵıa menos fina en [ω]<ω que hace continua a esa función con respecto a V]p. Lo anterior nos asegura que hay una copia 13 -topológicamente- idéntica a ([ω]<ω, τp) en V]p. Definamos la función: Λ : [ω]<ω → Vp ∅ 7→ ~0 s 7→ es = ∑ α∈s eα. Claramente Λ es inyectiva pues Λ(s) es el vector que tiene ceros en todas partes menos en las entradas que sean elementos de s, en donde tiene unos. Además como Λ(∅) = ~0, entonces una base de clopens alrededor de ∅ en τp seŕıa precisamente las preimágenes de los M(P )’s para cada partición P de ω en finitos pedazos: Λ−1(M(P )) = {s ∈ [ω]<ω : |s ∩ Pi| ≡ 0 (mod p)}. Llamemos T (P ) := Λ−1(M(P )) y T kI := Λ −1(MkI ). Notemos que cuando p = 2, Λ : ([ω]<ω,4) → (V2,+), -donde 4 denota la diferencia simétrica entre conjuntos- es un isomorfismo de grupos, entonces, τ2 es ([ω]<ω)]. Ahora, probemos algunos resultados concernientes a [ω]<ω y su topoloǵıa τp. Lema 3.2 Para cada s ∈ [ω]<ω, el conjunto {t ∈ [ω]<ω : s ⊆ t} es clopen en τp. Prueba Sea s ∈ [ω]<ω, s = {s0, s1, . . . , sn} para algún n ∈ ω, entonces {t ∈ [ω]<ω : s ⊆ t} = T 1{s0} ∩ T 1 {s1} ∩ · · · ∩ T 1 {sn}. Notemos que la parte derecha de la igualdad es un clopen de τp, luego si probamos esta igualdad tendŕıamos lo que queremos. Probemos la igualdad: Para t ∈ [ω]<ω : s ⊆ t⇐⇒ s0, s1, . . . , sn ∈ t ⇐⇒ |t ∩ {si}| = 1 para cada i 6 n ⇐⇒ t ∈ T 1{s0} ∩ T 1 {s1} ∩ · · · ∩ T 1 {sn} N Si nos fijamos bien, lo que hicimos en la prueba del lema anterior fue construir un básico T := T 1{s1} ∩ · · · ∩ T 1 {sn} tal que cualquiera de sus elementos tiene como subconjunto a s; luego s es el único elemento de T de tamaño n + 1. Lo anterior nos lleva a concluir que para k > 0, [ω]k es relativamente discreto en τp, es decir, la topoloǵıa de subespacio de [ω]k es discreta. El siguiente resultado se debe a van Mill y Hart [2] y es esencial para la prueba del no homeomorfismo. Lema 3.3 Para k, p ∈ ω, p primo, ∅ está en la clausura de [ω]k si y sólo si p|k. Prueba “⇒” Como ∅ está en la clausura de [ω]k, para cualquier partición P de ω, si ∅ ∈ T (P ), entonces, T (P ) ∩ [ω]k 6= ∅. En particular, si P = {ω}, ∅ ∈ T (P ) entonces T (P ) ∩ [ω]k 6= ∅. Sea s ∈ T (P ) ∩ [ω]k, entonces |s ∩ Pi| ≡ 0 (mod p) pero 14 Pi = ω entonces |s ∩ ω| = |s| ≡ 0 (mod p) entonces p||s| y como s ∈ [ω]k, |s| = k entonces tenemos que p|k. “⇐” Sea P una partición de ω tal que T (P ) es un básico alrededor de ∅. Como P es una partición finita de ω, entonces existe un pedazo Pi infinito. Tomamos s ∈ Pi de tamaño k, es decir, s ∈ [ω]k y como p|k entonces s ∈ T (P ). Como T (P ) era arbitrario tenemos que ∅ está en la clausura de [ω]k. N Parte IV Ultrafiltros y ultrapotencias de espacios vectoriales Para entender los argumentos de la prueba del no homeomorfismo entre V]q y V]p para p, q dos primos diferentes, debemos también estudiar conceptos claves sobre ultafiltros y ultrapotencias de espacios vectoriales, como las siguientes definiciones y teoremas. 4. Filtros, ultrafiltros y ultrafiltros de Ramsey Definición 4.1 Si X es un conjunto, un filtro F sobre X es un subconjunto del conjunto potencia de X que cumple las siguientes condiciones: (a) ∅ /∈ F y X ∈ F , (b) Si A,B ∈ F entonces A ∩B ∈ F , (c) Si A ∈ F y A ⊆ B entonces B ∈ F . Decimos que un filtro sobre X es principal si la intersección de todos sus ele- mentos es un subconjunto no vaćıo de X. Siguiendo esta idea, para cada A ⊆ X, A 6= ∅, definimos FA := {B ⊆ X : A ⊆ B} como el filtro principal generado por A. Un filtro F es no principal si F 6= FA para cada A ⊆ X. Ejemplos 4.1 1. Si X es finito y F es un filtro sobre X, entonces F es principal; esto se debe a que |F | 6 2|X|, es decir, F tiene finitos elementos. Como F es un filtro, la intersección A de todos sus elementos debe pertenecer a F , luego A no puede ser vaćıa, entonces F = FA. 2. Si X es infinito, F := {S ⊆ X : Sc es finito} es un filtro no principal sobre X, pues si fuera principal F = FA para algún A ⊆ X, es decir, todos los elementos de F contendŕıan a A. Si tomamos B ∈ F , y consideramos B \ {a} para algún a ∈ A, se nota que B \ {a} ∈ F pues (B \ {a})c es finito, pero A * B \ {a}, lo que contradice que F sea principal. 15 De manera natural podemos definir un orden parcial (la contenencia) sobre los filtros de un conjunto X; a sus elementos maximales se les llama ultrafiltros. Definición 4.2 Si X es un conjunto, un ultrafiltro U sobre X es un filtro que cumple la siguiente propiedad: Para cada A ⊆ X se tiene que: A ∈ U ó Ac ∈ U . Debido a que ∅ = A ∩ Ac /∈ U , sólo puede darse una de las opciones anteriores. Ahora, algunos hechos sobre filtros y ultrafiltros. Lema 4.1 Si A := {Aα}α<κ es una colección no vaćıa de subconjuntos de X que tiene la PIF (propiedad de intesecciones finitas), i.e Aα0 ∩Aα1 ∩ · · · ∩Aαi 6= ∅ para cualesquiera α0, α1, . . . , αi < κ, entonces existe un filtro F sobre X -el mı́nimo- tal que A ⊆ F . Prueba Probemos que el conjunto F := {A ⊆ X : Aα0 ∩ Aα1 ∩ · · · ∩ Aαi ⊆ A para algunos α0, α1, . . . , αi < κ} es un filtro que contiene a A. Claramente A ⊆ F . Como A tiene la PIF entonces ∅ /∈ F y claramente X ∈ F . Si A ∈ F entonces Aα0 ∩ Aα1 ∩ · · · ∩ Aαi ⊆ A para algunos α0, α1, . . . , αi < κ, luego para cualquier B que contenga a A, se tiene que Aα0∩Aα1∩· · ·∩Aαi ⊆ B, entonces, B ∈ F . Si A,B ∈ F , entonces Aα0 ∩ Aα1 ∩ · · · ∩ Aαi ⊆ A, Aβ0 ∩ Aβ1 ∩ · · · ∩ Aβj ⊆ B para algunos α0, α1, . . . , αi, β0, β1, . . . , βj < κ, entonces Aα0 ∩Aα1 ∩ · · · ∩Aαi ∩ Aβ0 ∩ Aβ1 ∩ · · · ∩ Aβj ⊆ A ∩B, entonces, A ∩B ∈ F . N Lema 4.2 Si {Fα}α<κ es una familia de filtros sobre un conjunto X tal que para cada Fα, Fβ se tiene que Fα ⊆ Fβ ó que Fβ ⊆ Fα, entonces, ∪α<κFα es un filtro sobre X. Prueba Probemos que ∪α<κFα cumple las condiciones que cumplen los filtros: Sabemos que ∅ /∈ ∪α<κFα porque ∅ /∈ Fα para cada α < κ. De la misma forma, X ∈ ∪α<κFα pues X ∈ Fα para cada α < κ. Si A ⊆ B y A ∈ ∪α<κFα, entonces, A ∈ Fα para algún α < κ. Como Fα es un filtro, B ∈ Fα, entonces, B ∈ ∪α<κFα. 16 Si A,B ∈ ∪α<κFα, entonces, A ∈ Fα y B ∈ Fβ para algunos α, β < κ. Sin perder generalidad, supongamos que Fα ⊆ Fβ, luego A ∈ Fβ y como Fβ es un filtro, A ∩B ∈ Fβ, entonces, A ∩B ∈ ∪α<κFα. Entonces ∪α<κFα es un filtro sobre X. NUsemos este lema para probar el siguiente. Lema 4.3 Cualquier filtro F sobre un conjunto X se puede extender a un ultrafiltro sobre X. Prueba Sea A el conjunto de filtros sobre X que contienen a F ; A no es vaćıo pues F ∈ A. La contenencia ⊆ de filtros define un orden parcial en A. Por el Lema 4.2 sabemos que cualquier cadena {Aα}α<κ de elementos de (A,⊆) está acotada superiormente por ∪α<κAα, luego podemos usar el Lema de Zorn y obtener un filtro maximal U de (A,⊆). Como U es un filtro maximal, U es un ultrafiltro sobre X y F ∈ U , entonces, cualquier filtro F se puede extender a un ultrafiltro. N A continuación vamos a definir unos ultrafiltros sobre ω con propiedades particu- lares: Definición 4.3 Un ultrafiltro no principal U sobre ω es un p-punto si dada una partición {Pi : i < ω} de ω donde Pi /∈ U para cada i < ω, existe A ∈ U tal que |A ∩ Pi| < ω para cada i < ω. Otra manera -entre muchas- de caracterizar un ultrafiltro U p-punto, es diciendo que para cualquier función f : ω → ω existe A ∈ U tal que f � A es constante o finito-a-uno. Si en la primera parte de la Definición 4.3 cambiamos la última desigualdad por |A ∩ Pi| 6 1 y en la segunda cambiamos la última parte por f � A es constante o uno-a-uno, obtenemos lo que se conoce como un ultrafiltro selectivo sobre ω. Estos ultrafiltros son relevantes, pues son equivalentes a los ultrafiltros de Ramsey, los cuales vamos a usar para llegar al resultado del no homeomorfismo. Definición 4.4 Un ultrafiltro Ψ sobre ω es de Ramsey si es no principal y para cada k, n < ω y cada coloreo P : [ω]n → k tiene un conjunto homogeneo en Ψ, es decir, existe A ∈ Ψ tal que P � [A]n es constante. El siguiente lema es útil en la medida en que la definición de ultrafiltros selectivos es menos compleja o por lo menos diferente a la de los ultrafiltros de Ramsey lo cual puede ser de ayuda en ciertas circunstancias; además de esto la equivalencia no es trivial luego vale la pena resaltarla. Aunque no vamos a probarla aqúı, en ([7]) se muestra no solo ésta sino otras equivalencias de ser ultrafiltro de Ramsey. Lema 4.4 Si U es un ultrafiltro no principal sobre ω: 17 U es de Ramsey ←→ U es selectivo. Algo interesante de éstos ultrafiltros, es que su existencia no se deriva de ZFC, es decir, hay modelos de ZFC en donde no existen ultrafiltros de Ramsey y el primero en construir uno fue Kunen; una idea general de la construcción puede encontrarse en [6]. También, aunque la propiedad de los p-puntos es menos fuerte que la de Ramsey, un resultado de Shelah [6] afirma que hay modelos de ZFC en donde no existen ultrafiltros p-punto. Sin embargo, si asumimos como cierta la hipótesis del continuo, es posible construir ultrafiltros de Ramsey -y por ende ultafitros p-punto- como lo mostraremos más adelante. Por ahora vamos a dar el enunciado de un gran teorema demostrado por Ramsey, por el cual es claro el nombre de los ultrafiltros definidos anteriormente. Teorema 4.5 (Teorema de Ramsey) Si A es un conjunto infinito, para cada n, k ∈ ω y todo coloreo P : [A]n → k existe un subconjunto infinito homogeneo B ⊆ A, esto es P � B es constante. Este teorema junto con su prueba son muy especiales pues son la base de muchas ramas de investigación y recomendamos al lector -en lo posible- que se entusiasme y profundice en ellos. Necesitamos usar el Teorema de Ramsey y el siguiente lema para probar la exis- tencia de ultrafiltros de Ramsey asumiendo la hipótesis del continuo. Lema 4.6 Si {An : n ∈ ω} es un colección de subconjuntos infinitos de ω que tiene la PIFF (propiedad de intesecciones finitas fuerte), i.e. An0 ∩ An1 ∩ · · · ∩ Ani es un conjunto infinito para cualesquiera n0, n1, . . . , ni ∈ ω, entonces, existe un subconjunto B de ω infinito tal que B ⊆∗ An para cada n ∈ ω, donde ⊆∗ es la contenencia modulo finitos elementos. Prueba Vamos a construir recursivamente los elementos del subconjunto B del enunciado y luego mostrar que śı se ajusta a las condiciones: b0 := mı́n(A0 ∩ A1) b1 := mı́n((A0 ∩ A1 ∩ A2) \ {b0}) b2 := mı́n((A0 ∩ A1 ∩ A2 ∩ A3) \ {b0, b1}) b3 := mı́n((A0 ∩ A1 ∩ A2 ∩ A3 ∩ A4) \ {b0, b1, b2}) ... bn := mı́n((A0 ∩ A1 ∩ A2 ∩ · · · ∩ An+1) \ {b0, b1, . . . , bn−1}) ... Luego B := ⋃ i>0{bi}. Primero que todo, los bi’s están bien definidos -existen- debido a que {An : n ∈ ω} tiene la PIFF, además, por construcción de B tenemos que para cada n ∈ ω, bi ∈ An si i > n − 1, es decir, An contiene a B menos finitos elementos de B ({b0, . . . , bn−2}), entonces, B ⊆∗ An, para cada n ∈ ω. N 18 Teorema 4.7 Si asumimos la hipótesis del continuo (ℵ1 = 2ℵ0) entonces existen ultrafiltros de Ramsey. Prueba Por conteo sabemos que para cada n ∈ ω fijo existen ℵ0 subconjuntos de ω de tamaño n, entonces, para cada k ∈ ω fijo deben existir kℵ0 = 2ℵ0 coloreos en k colores de [ω]n, es decir, 2ℵ0 funciones P : [ω]n → k; llamemos Akn al conjunto de estos coloreos. Como la unión enumerable de conjuntos de tamaño 2ℵ0 es un conjunto de tamaño 2ℵ0 , tenemos que los coloreos finitos de subconjuntos finitos de naturales son un conjunto C de tamaño 2ℵ0 , C = ∪k∈ω ∪n∈ω Akn. Como estamos asumiendo como cierta la hipótesis del continuo 2ℵ0 = ℵ1, entonces, podemos construir un conjunto P := {Pα : α < ω1} de tamaño ℵ1 de todos los coloreos de subconjuntos finitos de ω en finitos colores. La idea de la prueba es construir una ω1-suceción de conjuntos homogéneos (infinitos) y a partir de ella, construir el ultrafiltro de Ramsey. La sucesión la construimos recursivamente: Empezamos con X0 := ω, ahora tomamos P0 el primer coloreo en P . Por el Teorema de Ramsey existe X1 subconjunto homogeneo de P0, y claramente X1 ⊆ X0. Tomamos el segundo coloreo P1 en P y lo restringimos a X1. Por el Teorema de Ramsey existe X2 subconjunto homogeneo de P1; y X2 ⊆ X1 ⊆ X0. Podemos seguir construyendo Xi’s aplicando el Teorema de Ramsey a restricciones de coloreos de P ; cuando llegamos a definir Xα donde α es un ordinal ĺımite debemos notar que, {Xβ : β < α} es un conjunto enumerable de subconjuntos que tiene la PIFF (pues si δ < ξ < α tenemos Xξ ⊆∗ Xδ), entonces, usando el Lema 4.6 existe un conjunto infinito Xα tal que Xα ⊆∗ Xβ para cada β < α. Para definir Xα+1 aplicamos el Teorema de Ramsey a Xα y al coloreo Pα, es decir, Xα+1 es homogéneo para este coloreo. De esta manera obtenemos una ω1-sucesión {Xα : α < ω1} de subconjuntos infinitos de ω que forman una cadena descendiente con respecto a ⊆∗, tales que para cada coloreo de subconjuntos finitos de ω en finitos colores, tenemos un conjunto homogéneo que pertenece a este conjunto. Como {Xα : α < ω1} no es un ultrafiltro pero tiene la PIF , por el Lema 4.1 sabemos que a partir de él podemos construir un filtro que lo contenga: Φ := {X : X ⊇ Xα, para algún α < ω1}. Por construcción Φ es un filtro. Gracias al Lema 4.3, sabemos que podemos exten- derlo a un ultrafiltro Ψ de Ramsey. N En la construcción del ultrafiltro de Ramsey del teorema anterior, se puede ver que no hay un único ultrafiltro de Ramsey, pues, no hay ningúna condición sobre la manera en que se escoge el subconjunto homogéneo de cada partición; luego, si una partición tiene más de un subconjunto homogéneo, podemos escoger a cual- quiera de ellos para que pertenesca al filtro, sin embargo, cada posible escogencia determina un ultrafiltro distinto. Dicho con un ejemplo, supongamos que el primer coloreo P0 manda a los números impares a 1 y los números pares a 0, luego tenemos dos posibilidades de conjuntos homogéneos para definir X1: los pares o los impa- res; sin importar cual escojamos, podemos seguir la construcción del filtro, y, como un ultrafiltro no puede tener simultáneamente a un conjunto y a su complemento, 19 aqúı tendŕıamos dos ultrafiltros de Ramsey distintos: uno que tiene al conjunto de los pares y otro que tiene al de los impares. Los ultrafiltros de Ramsey cumplen la condicion que se enuncia a continuación, la cual vamos a usar en las siguientes secciones. Antes aclaremos algunas cosas: ω<ω denotael conjunto de sucesiónes finitas de ω. Un orden parcial natural en ω<ω está definido aśı: Para s, t ∈ ω<ω s v t⇐⇒ t = s ó t = 〈s0, . . . , sn, t0, . . . , tm〉 y s = 〈s0, . . . , sn〉 es decir, s es un segmento incial de t. Dicho esto, presentamos el siguiente lema enunciado por Kunen en su art́ıculo ([1]). Lema 4.8 Si Ψ es un ultrafiltro de Ramsey y T es un subárbol no vaćıo de ω<ω tal que para cada t ∈ T pasa que {β : tβ ∈ T} ∈ Ψ, entonces existe {αi : i ∈ ω} ∈ Ψ con α0 < α1 < . . . y 〈α0, . . . , αn〉 ∈ T para cada n ∈ ω. 5. Ultraproductos y utrapotencias de espacios vectoriales Una vez definidos los ultrafiltros, podemos definir las ultrapotencias sobre estruc- turas de primer orden. Definición 5.1 Si {Mi : i ∈ I} es una familia de estructuras de primer orden, U un ultrafiltro sobre el conjunto de ı́ndices I, definimos una relación de equivalencia sobre el producto cartesiano ∏ i∈I Mi: a ∼ b←→ {i ∈ I : a(i) = b(i)} ∈ U. Llamamos a ∏ i∈I Mi/ ∼ el ultraproducto de {Mi : i ∈ I}. Se denota también como∏ i∈I Mi/U . Si Ri es una relación n-aria definida en Mi para cada i ∈ I, definimos una relación n-aria R en ∏ i∈I Mi/U aśı: R([a0], [a1], . . . , [an])←→ {i ∈ I : Ri(ai0, ai1, . . . , ain)} ∈ U. Si fi es una función n-aria definida en Mi para cada i ∈ I, definimos una función n-aria f en ∏ i∈I Mi/U aśı: f([a0], [a1], . . . , [an]) = [(f0(a 0 0, a 0 1, . . . , a 0 n), f1(a 1 0, a 1 1, . . . , a 1 n), . . . , fi(a i 0, a i 1, . . . , a i n), . . .)]. 20 Un ultraproducto en donde las estructuras son las mismas lo denominamos una ultrapotencia de la estructura. Si V es un espacio vectorial sobre un campo finito K, y Ψ es un ultrafiltro no principal sobre ω, llamemos V̂ a la ultrapotencia Vω/Ψ y llamemos ultravectores a los elementos de sus clases de equivalencia, es decir a los elementos de Vω. Como K es finito, el producto por escalares en V no se tiene que definir como una función aparte sino que está incluido en la suma. Gracias a esto V es una estructura de primer orden y se puede usar el siguiente teorema que, establece relaciones entre las estructuras y el ultraproducto mediante el ultrafiltro. Teorema 5.1 (Teorema de Loś) Una fórmula de primer orden es cierta en el ultraproducto, si y solamente si, el conjunto de ı́ndices en donde esa fórmula es válida, está en el ultrafiltro. En otras palabras: Si {Mi : i ∈ I} es una familia de estructuras sobre el mismo lenguaje L, U un ul- trafiltro sobre I, a0, a1, . . . , an ∈ ∏ i∈I Mi y γ una L-fórmula de primer orden, entonces ∏ i∈I Mi/U |= γ([a0], [a1], . . . , [an])←→ {i ∈ I : Mi |= γ(ai0, ai1, . . . , ain)} ∈ U. Si definimos la suma de elementos de V̂ coordenada a coordenada, tenemos que V̂ es un espacio vectorial sobre K. Teniendo esto en cuenta, si identificamos a cada ~v ∈ V con la clase del ultravector (~v,~v,~v, . . .) ∈ V̂, tenemos un subespacio vectorial de V̂, idéntico a V. Si abusamos de la notación, poniendo V cuando en realidad nos referimos a la copia idéntica de V en V̂, tiene sentido la siguiente expresión: V̂/V. Más adelante en la sección 8, vamos a estudiar algunas propiedades de V que se mantienen en V̂/V y viceversa, y la manera en que lo hacen. Parte V Un poco de sucesiones Como hemos venido diciendo, la prueba del no homeomorfismo entre V]p y V]q usa sucesiones en espacios vetoriales indexadas por subconjuntos finitos de ω, pues, parte de una función continua de ([ω]k, τp) a (Vq,V]q) con k = pn para n > 0 y concluye que ésta no puede ser inyectiva. Por esto, estudiemos las sucesiones. 6. Sucesiones y sistemas de sucesiones Si V es un espacio vectorial sobre un campo finito K, A un subconjunto infinito de ω y n un número natural, llamamos a X : [A]n → V una sucesión n-aria de V indexada por A. Una notación alterna es X = 〈xα : α ∈ [A]n〉, es decir, ver a la imagen de X no como un subconjunto de V sino como una sucesión, lo cual 21 hace posible evidenciar si la imágen de X tiene o no elementos de V repetidos; si B ⊆ A infinito entonces X � B = 〈xα : α ∈ [B]n〉, la restricción de X a B. Como X está contenida en un espacio vectorial, tiene sentido preguntarse siX (como sucesión) es independiente, es decir, si está formada por vectores linealmente independientes entre śı, o, en otras palabras, cualquier combinación lineal finita de vectores de X con coeficientes no todos iguales a cero, es diferente del vector cero. Decimos que X = 〈X i : i < k〉 para k ∈ ω, es un sistema de sucesiones de V indexado por A, si para cada i < k, X i es una sucesión ni-aria de V indexada por A. El sistema de sucesiones X se ve aśı: X = 〈X : [A]n0 → V, X : [A]n1 → V, . . . , X : [A]nk−1 → V〉; decimos que X es un sistema independiente si 〈xis : i < k, s ∈ [A]ni〉 es indepen- diente. Para B ⊆ A infinito, definimos X � B := 〈X i � B : i < k〉. Notemos que si X es una sucesión 0-aria, X = 〈x∅〉 para algún x∅ ∈ V. Veamos un ejemplo de sucesiones n-arias de Vp indexadas por ω. Ejemplo 6.1 X : [ω]2 → Vp {n,m} 7→ en. Debemos aclarar que estamos asumiendo que los elementos de [ω]2 los escribimos siempre en orden, es decir, {n,m}, que quiere decir que n < m. Entonces X se veŕıa más o menos aśı: X({0, 1}) = e0 = (1, 0, 0, 0, 0, ...) X({0, 2}) = e0 = (1, 0, 0, 0, 0, ...) X({0, 3}) = e0 = (1, 0, 0, 0, 0, ...) X({0, 4}) = e0 = (1, 0, 0, 0, 0, ...) X({1, 2}) = e1 = (0, 1, 0, 0, 0, ...) X({1, 3}) = e1 = (0, 1, 0, 0, 0, ...) X({1, 4}) = e1 = (0, 1, 0, 0, 0, ...) X({1, 5}) = e1 = (0, 1, 0, 0, 0, ...) X({2, 3}) = e2 = (0, 0, 1, 0, 0, ...) X({2, 4}) = e2 = (0, 0, 1, 0, 0, ...) X({2, 5}) = e2 = (0, 0, 1, 0, 0, ...) X({2, 6}) = e2 = (0, 0, 1, 0, 0, ...) X({3, 4}) = e3 = (0, 0, 0, 1, 0, ...) X({3, 5}) = e3 = (0, 0, 0, 1, 0, ...) X({3, 6}) = e3 = (0, 0, 0, 1, 0, ...) X({3, 7}) = e3 = (0, 0, 0, 1, 0, ...) ... Como X({n,m}) sólo depende de n, el primer elemento del conjunto, podemos construir una sucesión 1-aria de Vp indexada por ω que sea igual a X como conjunto; hagámoslo para entender mejor. Y : [ω]1 → Vp {n} 7→ en 22 Y se ve aśı: Y ({0}) = e0 = (1, 0, 0, 0, 0, ...) Y ({1}) = e1 = (0, 1, 0, 0, 0, ...) Y ({2}) = e2 = (0, 0, 1, 0, 0, ...) Y ({3}) = e3 = (0, 0, 0, 1, 0, ...) Entonces tendŕıamos lo siguiente: X({n,m}) = Y ({n}) para cada {n,m} ∈ [ω]2. Vamos ahora a formalizar la idea del anterior ejemplo, es decir, la posibilidad de que sucesiones n-arias puedan expresarse como sucesiones m-arias para m 6 n. 7. A la deriva... Si X, Y son sucesiones de V indexadas por A ⊆ ω, X n-aria, Y m-aria, decimos que X es simplemente derivada de Y o Y deriva simplemente a X si n > m y podemos escoger m números diferentes i0, i1, ..., im−1 menores que n tales que para cada α = {α0, α1, . . . , αn−1} ∈ [A]n xα = y{αi0 ,αi1 ,...,αim−1}. Notemos que la imágen de X como conjunto, está contenida en la imagen de Y como conjunto. Claramente cada sucesión es simplemente derivada de ella misma, más aún, si todos los elementos de X son diferentes, la única sucesión que deriva a X simplemente es ella misma. Si Y m-aria deriva simplemente a X n-aria y m < n entonces tenemos que X como sucesión, tiene vectores repetidos y la cantidad de éstos, depende de la escogencia de los ij’s, como lo ilustramos en el siguiente ejemplo. Por otro lado, si X es una sucesión n-aria, y t un número fijo mayor o igual que n, X puede derivar simplemente a finitas (exactamente ( t n ) ) sucesiones diferentes de aridad t, una por cada subconjunto de tamaño n de t = {0, 1, ..., t− 1}. Ejemplo 7.1 X una sucesión 3-aria derivada de una sucesión Y 2-aria, ambas indexadas por ω; si i0 = 0, i1 = 2 < 3, entonces para cada {n,m, r} ∈ [ω]3 tenemos que x{n,m,r} = y{n,r} ; en particular notemos que x{0,1,2} = y{0,2} x{0,1,3} = y{0,3} = x{0,2,3} x{0,1,4} = x{0,2,4} = y{0,4} = x{0,3,4} x{0,1,5} = x{0,2,5} = y{0,5} = x{0,3,5} = x{0,4,5} x{0,1,6} = x{0,2,6} = x{0,3,6} = y{0,6} = x{0,4,6} = x{0,5,6} 23 En general, si X es n-aria derivada de Y , m-aria con m < n e i0 = 0, i1 = 1, . . . , im−1 =m − 1 los primeros m números naturales, entonces, para cada s = {α0, α1, . . . , αm−1} ∈ [ω]m fijo y cada {αm, αm+1, . . . , αn−1} ∈ [ω\m−1]n−m, αm−1 = {0, . . . , αm−1 − 1} x{α0,α1,...,αm−1,...,αn−1} = y{α0,...,αm−1} ; pero m < n, entonces n−m > 1 y |[ω \ αm−1]n−m| = ℵ0 luego X tiene infinitos vectores repetidos, uno por cada t ∈ [ω \ αm−1]n−m xs∪t0 = xs∪t1 = xs∪t2 = · · · = ys con ti ∈ [ω \ αm−1]n−m. A continuación presentamos una definición para sucesiones más fuerte que la de derivar simplemente. Decimos que un sistema de sucesiones χ = {X i : i < k} indexado por B ⊆ ω infinito, deriva una sucesión n-aria Y , si Y = c0Z 0 + · · · + crZr, donde cj ∈ K y Zj es una sucesión de aridad menor o igual que n, simplemente derivada de algún X l ∈ χ. Notemos que, como cada Zj es una sucesión simplemente derivada de algún X l, cada elemento ys de Y se puede escribir en términos de algunos elementos de χ, pues, ran(Zj) ⊆ ran(X l) para algún l, donde ran de una sucesión, denota el rango de ésta. 8. Conectando a V con V̂/V Lo que quisieramos probar es que (�) gran parte de cualquier sucesión X de cualquier aridad n, indexada por cualquier A ⊆ ω, se puede derivar de un sistema independiente X indexado por A, esto es, existe un B ⊆ A infinito tal que X � B deriva a X � B. Aśı, vamos a estudiar relaciones -como la de derivar- entre sucesiones de V y V̂/V. Notemos que con este resultado no solo sabemos que X � B es derivado, sino que podemos contar las finitas maneras en que puede serlo. Probaremos (�) por inducción en la aridad de X, y para esto, si X es una sucesión (n + 1)-aria en V indexada por algún B, definimos la sucesión n-aria X̂ en V̂ de la siguiente manera: para cada s = {s0, . . . , sn−1} ∈ [B]n, decimos que x̂s es la clase de equivalencia en V̂ del ultravector que tiene en la posición β al vector xs∪{β} ∈ V. Si X = 〈X i : i < k〉 es un sistema de sucesiones en V, entonces podemos formar el respectivo sistema X̂ := 〈X̂ i : i < k〉 en V̂. Para el caso de X = 〈x∅〉 0-aria, X̂ no está definida. Esta manera de definir una sucesión X̂ en V̂ a partir de la sucesión X en V hace que la sucesión X̂ de alguna manera “contenga información” de X; dicho de otra manera, X̂ va a tener ciertas propiedades que también X tiene; además nos servirá en el caso inductivo de la prueba de (�) para reducir un grado de la aridad de la sucesión X y usar la hipótesis de inducción. También vamos establecer una manera adecuada de definir sucesiones en V a partir de sucesiones en V̂/V; adecuada en el sentido de que se preservan propiedades que nos interesan de las sucesiones. Al ser ambos V y V̂ espacios vectoriales sobre el campo finito K se puede pensar en identificar relaciones entre sucesiones en V y V̂. Veamos un ejemplo. 24 Ejemplo 8.1 Z : [ω]2 → Vp {n,m} 7→ en + em Z({0, 1}) = z0,1 = e0 + e1 = (1, 1, 0, 0, 0, ...) Z({0, 2}) = z0,2 = e0 + e2 = (1, 0, 1, 0, 0, ...) Z({0, 3}) = z0,3 = e0 + e3 = (1, 0, 0, 1, 0, ...) Z({0, 4}) = z0,4 = e0 + e4 = (1, 0, 0, 0, 1, ...) Z({1, 2}) = z1,2 = e1 + e2 = (0, 1, 1, 0, 0, 0, ...) Z({1, 3}) = z1,3 = e1 + e3 = (0, 1, 0, 1, 0, 0, ...) Z({1, 4}) = z1,4 = e1 + e4 = (0, 1, 0, 0, 1, 0, ...) Z({1, 5}) = z1,5 = e1 + e5 = (0, 1, 0, 0, 0, 1, ...) Z({2, 3}) = z2,3 = e2 + e3 = (0, 0, 1, 1, 0, 0, 0, ...) Z({2, 4}) = z2,4 = e2 + e4 = (0, 0, 1, 0, 1, 0, 0, ...) Z({2, 5}) = z2,5 = e2 + e5 = (0, 0, 1, 0, 0, 1, 0, ...) Z({2, 4}) = z2,6 = e2 + e6 = (0, 0, 1, 0, 0, 0, 1, ...) ... Entonces, en V̂, Ẑ se veŕıa aśı: Ẑ : [ω]1 → V̂p 25 Ẑ({0}) = ẑ0 = [(z0,1, z0,2, z0,3, ...)] = [((1, 1, 0, 0, 0, ...), (1, 0, 1, 0, 0, ...), (1, 0, 0, 1, 0, ...), ...)] Ẑ({1}) = ẑ1 = [(~x0, z1,2, z1,3, z1,4, ...)] = [(~x0, (0, 1, 1, 0, 0, 0, ...), (0, 1, 0, 1, 0, 0, ...), (0, 1, 0, 0, 1, 0, ...), ...)] Ẑ({2}) = ẑ2 = [(~y0, ~y1, z2,3, z2,4, z2,5, ...)] = [(~y0, ~y1, (0, 0, 1, 1, 0, 0, ...), (0, 0, 1, 0, 1, 0, ...), (0, 0, 1, 0, 0, 1, ...), ...)] Ẑ({3}) = ẑ3 = [(~w0, ~w1, ~w2, z3,4, z3,5, z3,6, ...)] = [(~w0, ~w1, ~w2, (0, 0, 0, 1, 1, 0, 0, ...), (0, 0, 0, 1, 0, 1, 0, ...), (0, 0, 0, 1, 0, 0, 1, ...), ...)] Para ~xi, ~yj, ~wk vectores en V. Si nos fijamos, notamos que Z es independiente y que Ẑ también lo es; lo mejor: no es una coincidencia. Lema 8.1 Si X es un sistema de sucesiones independiente en V, entonces, X̂ es un sistema de sucesiones independiente en V̂/V. Prueba Si L es un lenguaje de primer orden que contiene un śımbolo de función 2-aria y un śımbolo de constante y n un número natural fijo, podemos definir la independencia de un conjunto de n vectores de un espacio vectorial sobre un campo finito a partir de una L-fórmula de primer orden con n variables libres1; llamemos a esa fórmula ϕn. Usaremos este hecho, para probar que X̂ es independiente en V̂/V. Por hipótesis tenemos que X es independiente en V, esto quiere decir que para cada número natural n fijo, cualquier conjunto {xs0 , . . . , xsn−1} de elementos de X es linealmente independiente, es decir, V |= ϕn(xs0 , . . . , xsn−1). En particular, los subconjuntos de X cuyos elementos estan indexados de la siguiente forma, son linealmente independientes; es decir, para cualesquiera ti’s y casi todo 2 β en ω, V |= ϕn(xt0∪{β}, . . . , xtn−1∪{β}), 1Esta fórmula debe decir que toda suma de elementos del conjunto independiente donde no se repita un mismo elemento más de (|K| − 1)-veces, debe ser diferente de ~0. Aqúı llamamos suma a la función que interpreta el śımbolo de función 2-aria en L y ~0 a la constante que interpreta el śımbolo de constante en L. 2Usamos la expresión “se cumple para casi todo β” para referirnos a que los β’s para los que se cumple cierta propiedad, forman un conjunto que pertenece a Ψ. Esta expresión viene de que podemos definir una medida ν sobre partes de ω a partir de Ψ: ν(A) = 1 si A ∈ Ψ, ν(A) = 0 si A /∈ Ψ. Teniendo ν, decimos que una propiedad para elementos de ω se cumple ν-casi siempre, si el conjunto de elementos que no la cumplen tiene medida 0, es decir, no pertenece a Ψ. 26 luego, usando el Teorema de Loś tenemos que V̂ |= ϕn(x̂t0 , . . . , x̂tn−1). Como esto es cierto para cada número natural n y cualesquiera ti’s, X̂ es indepen- diente en V̂. Para probar que X̂ es independiente en V̂/V -sabiendo que lo es en V̂-, basta notar que para elementos ci’s de K no todos cero y cualesquiera ti’s, gracias a la independecia de X, todos los elementos del conjunto {c0xt0∪{β} + · · ·+ cn−1xtn−1∪{β}}β∈ω, son diferentes entre śı; luego c0x̂t0 + · · · + cn−1x̂tn−1 6= [(~v,~v, . . .)] para todo ~v ∈ V, lo que quiere decir que c0x̂t0 + · · ·+ cn−1x̂tn−1 no es igual a cero en V̂/V; entonces, V̂/V |= ϕn(bx̂t0c, . . . , bx̂tn−1c), donde bx̂tic denota la clase de x̂ti en V̂/V. Como esto es cierto para cualquier número natural n y cualesquiera ti’s, X̂ es independiente en V̂/V. N Lema 8.2 Si X̂ es un sistema de sucesiones independiente en V̂/V, entonces, existe un B infinito tal que X � B es independiente en V. Antes de dar la prueba del Lema 8.2, enunciemos algunas consecuencias de la hipótesis de este lema. Como X̂ es independiente en V̂/V, ninguno de sus elementos pertenece a la clase b(~0,~0, . . .)c; esto es, usando el Teorema de Loś, para todo x̂s ∈ X̂, existe un B ∈ Ψ tal que los elementos del conjunto {xs∪{β} : β ∈ B} de coordenadas de x̂s son todos diferentes. Como los elementos de {xs∪{β} : β ∈ B} son elementos diferentes de V y V es un espacio vectorial sobre un campo finito, podemos construir inductivamente una cadena -a partir de la inclusión- de conjuntos independientes, que por el Lema de Zorn, tiene un elemento maximal, entonces, existe C ∈ Ψ tal que el conjunto {xs∪{α} : α ∈ C} es independiente en V. Además, si {x̂s0 , . . . , x̂sn−1} es un subconjunto de X̂, éste es independiente en V̂/V, luego por el Teorema de Loś, usando ϕn como en la prueba del lema anterior, tenemos que: V̂/V |= ϕn(bx̂s0c, . . . , bx̂sn−1c)⇐⇒ V |= ϕn(xt0∪{β}, . . . , xtn−1∪{β}), entonces el conjunto {xs0∪{β}, . . . , xsn∪{β}} es independiente enV para casi todo β. Prueba Construyamos A inductivamente escogiendo elementos α0 < α1 < · · · ta- les que, si An := {αi : i < n} para cada número natural n, X � An sea independiente. Supongamos que para n fijo, X � An es independiente, luego el conjunto de los po- sibles αn’s para extender An a An+1 de tal manera que X � An+1 sea independiente, es un elemento de Ψ; si no fuera aśı tendŕıamos que c0xs0 + · · ·+ cnxsn + d0xt0∪{β} + · · ·+ dmxtm∪{β} = ~0 para s0, . . . , sn, t0, . . . , tm subconjuntos de An, c0, . . . , cn, d0, . . . , dm ∈ K no todos ce- ro. Los coeficientes ci’s y di’s inicialmente dependen de cada β, sin embargo, sólo hay 27 finitas combinaciones lineales del conjunto {xs0 , . . . , xsn , xt0∪{β}, . . . , xtm∪{β}}, enton- ces, los coeficientes van a ser los mismos para casi todo β . El conjunto {xs0 , . . . , xsn} es independiente pues está contenido en X � An; definamos ~v := c0xs0 + · · ·+ cnxsn , luego, usando el Teorema de Loś tenemos que {β : d0xt0∪{β} + · · ·+ dmxtm∪{β} = −~v} ∈ Ψ ⇐⇒ d0x̂t0 + · · ·+ dmx̂tm = [(~v,~v, . . .)], pero esto contradice la independencia de X̂ en V̂/V. Luego existe A infinito tal que X � A es independiente en V. (�) El único detalle que estamos pasando por alto aqúı, es que X puede tener sucesiones 0-arias que desaparecerán en X̂. Si este es el caso, X � A no necesariamente seŕıa independiente pues podŕıa pasar que x∅ ∈ span(X � A) para x∅ ∈ X diferente de ~0. Si D ⊆ X es el conjunto de 0-arias de X -podemos asumir que es independiente- y algún elemento x∅ de D distinto de ~0 pertenece a span(X � A \ D), entonces x∅ se escribe como combinación lineal de elementos de X � A \ D indexados por subconjuntos no vaćıos. Si le quitamos a A algún elemento de esos subconjuntos, y repetimos este proceso con cada elemento de D, obtenemos un B ⊆ A infinito tal que X � B es independiente. N Si agregamos a la hipótesis del lema anterior que Ψ es un ultrafiltro de Ramsey y usamos el Lema 4.8 tomando el subárbol de ω<ω, cuya ráız es el conjunto An = {αi : i < n} (como en la prueba del lema anterior), con n la menor aridad de las sucesiones de X, entonces tenemos que existe un C ∈ Ψ tal que X � C es independiente. Para el siguiente lema usamos extensiones de sistemas de sucesiones, es decir, si X := 〈X i : i < k〉 y Y := 〈Y j : j < r〉 son dos sistemas de sucesiones, entonces, X ∪ Y = 〈X0, . . . , Xk−1, . . . , Y 0, . . . , Y r−1〉. Como el orden de las sucesiones no importa X ∪Y es una extensión de X y también de Y. Lema 8.3 Si X es un sistema de sucesiones independiente, Ψ un ultrafiltro de Ramsey y X una sucesión n-aria, existe una extension X′ = X ∪Y y un A ∈ Ψ tal que X′ � A es independiente y deriva a X � A. Prueba Vamos a probarlo por inducción en la aridad de X: n = 0; Entonces X = 〈x∅〉 y tenemos dos casos: • si x∅ se puede expresar como combinación lineal de sucesiones 0-arias de X, entonces X′ = X, pues X es independiente y deriva a X. 28 • si x∅ no se puede expresar como combinación lineal de sucesiones 0-arias de X, entonces tomamos X′ = X ∪ 〈X〉, y, como en (�) en el Lema 8.2, constrúımos un A cofinito tal que X′ � A es independiente. Como A es cofinito A ∈ Ψ. Claramente X′ � A deriva a X. n n+ 1 Supongamos que X es (n + 1)-aria, luego X̂ es n-aria. Por el Lema 8.1 X̂ es independiente en V̂/V, entonces, aplicando la hipótesis de inducción a X̂ n-aria podemos extender X̂ a un sistema N := X̂ ∪ C en V̂/V, tal que para algún B ∈ Ψ, N � B es independiente y deriva a X̂ � B. Aqúı C y por lo tanto N son sistemas de sucesiones en V̂/V, pero no están escritas como “el gorro” de sistemas de sucesiones en V. Sin embargo, podemos construir una sistema Y en V tal que Ŷ sea precisamente C: para cada elemento m-ario Ci de C, tomamos a cada elemento bcsc de Ci y a cualquier elemento de esta clase, por ejemplo a cs mismo, y formamos la sucesión Y , (m + 1)-aria en V tomando y{α0,...,αm} = c αm {α0,...,αm−1} donde c αm {α0,...,αm−1} es un elemento de V que está en la coordenada αm-ésima del elemento c{α0,...,αm−1} ∈ Ci con Ci una sucesión que pertence a C; de esta manera, tenemos que Ŷ = Ci. Por esto, sabemos que podemos extender el sistema X a un sistema I en V tal que Î = N y por lo tanto Î � B es independiente y deriva a X̂ � B. Por el Lema 8.2 sabemos que existe un C ∈ Ψ tal que I � C es independiente en V, además, como Î � B deriva a X̂, existe una sucesión Z, (n+ 1)-aria derivada de I, tal que Ẑ y X̂ son iguales en V̂/V, entonces, para cada s ∈ [ω]n tenemos que xs∪{β} = zs∪{β} + ws (m) para casi todo β y ws un elemento de una sucesión n-aria W en V. Aplicando la hipótesis de inducción a la sucesión W , obtenemos una extensión X′ de I y un D ∈ Ψ tal que X′ � D es independiente y deriva a W , luego tenemos que X está escrita como suma de dos sucesiones derivadas de X′ � D; probemos entonces que existe un A ⊆ D infinito tal que para cada {α0, . . . , αn} ∈ [A]n+1 se tiene que x{α0,...,αn} = z{α0,...,αn} + w{α0,...,αn−1}; si esto pasa decimos que (m) se cumple en A. Constrúımos a A inductivamente escogiendo elementos α0 < α1 < · · · tales que para cada número natural m, la ecuación (m) se cumpla en Am := {αi : i < m}. Sea m fijo tal que (m) se cumple en Am, luego basta probar que el conjunto de los posibles αm’s para extender Am a Am+1 tal que (m) se cumpla en Am+1, está en Ψ; si no fuera aśı, tendŕıamos que para s ∈ [Am]n xs∪{β} 6= zs∪{β} + ws para casi todo β, luego, tendriamos que x̂s 6= ẑs, lo cual contradice que X̂ y Ẑ sean iguales en V̂/V. Luego tenemos que existe un A infinito que por el Lema 4.8 pertenece a Ψ, tal que X′ � A es independiente - porque A ⊆ D y X′ � D es independiente- y X � A deriva a X � A. N 29 De este lema es consecuencia (�), si tomamos X vaćıo. Parte VI Finalmente, V]p � V ] q 9. Prueba del no homeomorfismo La prueba del no homeomorfismo entre V]p y V]q consiste en demostrar que cual- quier función continua de ([ω]k, τp) a V]q con k = pn para n > 1 no puede ser inyectiva. Esto implicaŕıa directamente el no homeomorfismo entre V]p y V]q debido a que, por construcción, hay una copia idéntica a ([ω]k, τp) en V]p. Enseguida, dos lemas necesarios para llegar al final. Lema 9.1 Si p y q son dos primos diferentes, k un número natural mayor que p y c0, ..., ck−1 elementos de Zq no todos cero, entonces existen b0, . . . , bp−1 < k tales que cb0 + · · ·+ cbp−1 6= 0 en Zq. Prueba Si suponemos por contradicción que todas las sumas de la forma cb0 + · · ·+ cbp−1 son iguales a 0 en Zq, igualándolas, podemos llegar a que c := c0 = · · · = ck−1 6= 0. Como para cualesquiera b0, . . . , bp−1 < k, cb0 + · · · + cbp−1 = cp = 0 en Zq, entonces, q|cp; esto es una contradicción pues q - p ya que p y q son dos primos diferentes, y, q - c pues c < q. N Notemos que este lema es cierto gracias a que p y q son dos primos diferentes y a que k > p. Si k = p el lema no seŕıa cierto, y como vamos a ver en el siguiente ejemplo, podŕıa haber un homemeorfismo entre ([ω]k ∪{∅}, τp) y un subconjunto de V]q. Ejemplo 9.1 F : ([ω]2 ∪ {∅}, τ2)→ V]3 ∅ 7→ ~0 {n,m} 7→ 2en + em. Es claro que F es una biyección en su imagen. Además si P es una partición de ω en finitos pedazos, tenemos que existe 2en+ em ∈M(P ), es decir, n,m ∈ Pi para algún pedazo Pi de P ; entonces, tenemos que la preimagen de M(P ) bajo F es T (P ) en ([ω]2∪{∅}, τ2), luego preimágen de abierto es abierto e imágen de abierto es abierto; entonces, F es un homeomorfismo en su imagen. Lema 9.2 Para d > 2 fijo y A ⊆ ω infinito, existe un D ⊆ [ω]d tal que: para cualquier k > d, cualquier S ⊆ [k]d no vaćıo y cualquier partición P de ω en finitos pedazos, existen β0, . . . , βk−1 ∈ Pi ∩ A, Pi un pedazo de la partición P y β0 < . . . < βk−1, tales que {βt0 , . . . , βtd−1} ∈ D exactamente para un 30 t = {t0, . . . , td−1} ∈ S. Prueba Sin perder generalidad supongamos que A = ω. Denotemos ≺, a un orden total en ω isomorfo al orden usual de los números racionales Q. Hay infinitos pares de elementosde ω en los que < y ≺ coinciden e infinitos pares de elementos de ω en los que no, es decir, en los que > y ≺ coinciden. Definamos D como el conjunto de elementos s ∈ [ω]d tal que < y ≺ coincidan en todos los pares de s. Los elementos de S son subconjuntos de tamaño d de k = {0, . . . , k − 1}, luego cada uno se puede ordenar de manera ascendente. Tomamos el mayor de ellos con respecto al orden lexicográfico (viendo a cada elemento de S como una sucesión ascendente), y llamémoslo t := {t0, . . . , td−1}. Ahora, si P es una partición de ω en finitos pedazos, debe haber un pedazo Pj de la partición que sea infinito y denso con respecto a ≺ en algún abierto de la topoloǵıa del orden en ω inducida por ≺. Como Pj es denso en un ≺-abierto, Pj contiene infinitos pares de elementos en los que < y ≺ coinciden, e infinitos pares de elementos en los que > y ≺ coinciden; por esto, existen β0, . . . , βk−1 ∈ Pj, β0 < . . . < βk−1 tales que βt0 ≺ . . . ≺ βtd−1 y para s := {s0 . . . , sd−1} ∈ S, s 6= t, βsd−1 ≺ . . . ≺ βs0 , entonces, tenemos que {βt0 , . . . , βtd−1} ∈ D unicamente para t ∈ S. N Y hemos llegado al final del camino; probaremos lo que hemos anunciado. Teorema 9.3 Si p y q son dos primos diferentes y k un múltiplo de p mayor que él; F : ([ω]k ∪ ∅, τp)→ V]q es continua y F (∅) = ~0 entonces existe un A ⊆ ω infinito tal que F � A = ~0. Prueba Notemos que F es una sucesión k-aria en Vq indexada por ω, entonces, por el Lema 8.3 de la sección anterior sabemos que hay un sistema de sucesiones independiente χ y un A ⊆ ω infinito tal que F � A es derivada de χ � A; entonces si χ := 〈X i : i < r〉, F = c0Y 0 + c1Y 1 + · · ·+ ctY l donde ci ∈ Zq y Y i es una sucesión derivada simplemente de algún Xj (la igualdad anterior se da al restringir tanto a F como a los Y i’s a A). Si agrupamos los Y i’s derivados simplemente de X0 y llamamos a la sucesión resultante Z0 y hacemos eso con cada i < r, tenemos que F = Z0 + Z1 + · · ·+ Zr−1, con Zi derivado de X i. Notemos que para i 6= j se tiene que span(Zi)∩ span(Zj) = {~0}, porque Zi ⊆ span(X i) y Zj ⊆ span(Xj) y dado que χ es independiente span(X i) ∩ span(Xj) = {~0}. Supongamos que F � A no es idéntica a ~0, entonces para algún i < r, Zi es diferente de ~0. Si d es la aridad de X probemos que para cualquier valor que tome d, F no puede ser continua; para esto, constrúımos una función lineal -y por ende continua- h de Vq a span(Zi) aśı: h(~v) = { 0 si ~v ∈ span(Zj) con j 6= i ~v si ~v ∈ span(Zi) Para simplificar la notación, llamemos Z := Zi, X := X i. Definimos ahora una función G := h ◦ F ; como ambas h y F son continuas G también lo es y además para cada s ∈ [A]k se tiene que G(s) = Z(s). Ahora si, empecemos con los casos para la aridad d de X: 31 Si d = 0 entonces X = 〈x∅〉 6= ~0 pues X es independiente. Para s ∈ [A]k, G(s) = cx∅ 6= ~0 con c ∈ Zq. Podemos encontrar P una partición finita de ω tal que el básico M(P ) en Vq alrededor de ~0, no contenga a cx∅; como G es continua, G(∅) = ~0 y ~0 ∈M(P ), G−1(M(P )) es un abierto alrededor de ∅ en τp. Por el Lema 3.3 como p|k, ∅ está en la clausura de [A]k en τp, luego existe un s ∈ [A]k tal que s ∈ G−1(M(P )); pero esto implicaŕıa que G(s) = cx∅ ∈M(P ), lo cual es una contradicción. Si d = 1 entonces X = 〈xβ : β ∈ ω〉. Para s := {β0, . . . , βk−1} ∈ [A]k, G(s) = Z(s) = c0xβ0 + · · · + ck−1xβk−1 con ci ∈ Zq no todos cero. Por el Lema 9.1 sabemos que existen números b0, . . . , bp−1 < k tales que cb0 + · · · + cbp−1 6= 0. Para concentrarnos en los coeficientes ci’s, definimos otra función. Sea D ⊆ ω tal que A ∩D y A ∩Dc son ambos infinitos y sea γ ∈ Hom(Vq,Zq) tal que γ(xβ) = { 1 si β ∈ D 0 si β ∈ Dc Como γ es un homomorfismo de Vq a Zq, es decir de Vq al ćırculo S1, si dotamos a Vq de la topoloǵıa de Böhr y a Zq de la discreta, entonces γ tiene que ser continuo, luego γ◦G es continua. Por esto último y porque {0} es abierto en Zq, su preimágen debe ser abierta en ([ω]k ∪ {∅}, τp) luego existe una partición P de ω en finitos pedazos tal que para cualquier s ∈ T (P ) pasa que γ(G(s)) = 0. Tomemos dos pedazos Pi, Pj de la partición P no necesariamente distintos, tales que A ∩D ∩ Pi y A ∩Dc ∩ Pj sean ambos infinitos; tomemos β0, ..., βk−1 elementos de A tales que βb0 , . . . , βbp−1 estén en D ∩ Pi y el resto de βi’s estén en Dc ∩ Pj. Sabemos que {β0, . . . , βk−1} está en T (P ), pues, hay un número p de βi’s en un pedazo de la partición y un número k − p -divisible entre p- de βi’s en otro pedazo -o en el mismo- de la partición. Sin embargo, γ(G({β0, . . . , βk−1})) = γ(c0xβ0 + · · ·+ ck−1xβk−1) = c0γ(xβ0) + · · ·+ ck−1γ(xβk−1) = cb0 + · · ·+ cbp−1 6= 0, lo cual es una contradicción. Si d > 2 entonces X = 〈xt : t ∈ [ω]d〉. Notemos que como F es derivada de χ, cualquier elemento de χ debe tener aridad menor o igual que k, la aridad de F ; en particular, d es menor o igual que k. Sea S ⊆ [k]d no vaćıo, s := {β0, . . . , βk−1} ∈ [A]k: para t ∈ [k]d denotemos como βt := {βi : i ∈ t}. Podemos escribir G(s) como combinación lineal de elementos de X, es decir, G(s) = c0xβt0 + · · · + cnxβtn con ci ∈ Zq ninguno cero y ti ∈ S. Sea D ⊆ [ω] d el D del Lema 9.2 y γ ∈ Hom(Vq,Zq) tal que γ(xt) = { 1 si t ∈ D 0 si t ∈ Dc Por argumentos anteriores, sabemos que γ ◦ G es continua, luego existe una partición P de ω en finitos pedazos tal que si s ∈ T (P ) entonces γ(G(s)) = 0. 32 Por el Lema 9.2 sabemos que existen β0, . . . , βk−1 ∈ A ∩ Pi, donde Pi es un pedazo de la partición P tales que para exactamente un ti ∈ S, se tiene que βti ∈ D. Como |β0, . . . , βk−1| = k, β0, . . . , βk−1 ∈ T (P ), pero, γ(G({β0, . . . , βk−1})) = γ(c0xβt0 + · · ·+ cnxβtn ) = c0γ(xβt0 ) + · · ·+ cnγ(xβtn ) = ci 6= 0, lo cual es una contradicción. Entonces concluimos que F � A es idéntica a la sucesión ~0. N Notemos que la hipótesis del Teorema 9.3 de que F (∅) = ~0, no hace perder generalidad pues Vq es un grupo topológico; luego si F (∅) = ~v 6= 0, podemos componer a F con una función continua que mande a ~v a ~0. Este teorema nos dice que en Vq no puede haber una copia homeomorfa de cierto subespacio de Vp, luego no podemos encontrar un homeomorfismo entre Vq y Vp si p y q son dos primos diferentes, y es el paso final de un complejo y magistral camino dilucidado por Kunen para su respuesta negativa a la pregunta de van Douwen, A pesar de que el resultado del no homeomorfismo es muy importante para la investigación en el campo de la topoloǵıa de Böhr y de sucesiones de espacios vec- toriales, y de que la topoloǵıa de Böhr de grupos infinitos con torsión, es decir, para los cuales existe un n ∈ ω tal que para cualquier elemento x del grupo, n ∗ x = e, es más manejable,siguen existiendo muchas preguntas abiertas sobre la topoloǵıa de Böhr, como por ejemplo ¿qué pasa con V]n para n ∈ ω?, o ¿es V4 homeomorfo a (V2 × V4)]?, o la pregunta en la que ya nos hemos detenido ¿si Z] ∼= Q]?. Hay muchas herramientas para seguir estudiando estos problemas y seguir avanzando en el camino de entender los subbásicos de Z] y Q],comopo ejemplo las propuestas por Nielsen y Kunen en un art́ıculo [8] publicado en el 2003, que estudia las topo- loǵıas de Böhr sobre grupos abelianos infinitos de exponente primo usando números crómaticos de hipergrafos. Parte VII Referencias [0] Hart, J.E. y Kunen, K. (1999). Böhr compactifications of discrete structures. Fundamenta Mathematicae, 160, 101-151. [1] Kunen, K. (1998). Böhr topologies and partition theorems for vector spaces. Topology and its applications, 90, 97-107. [2] Hart, K.P, van Mill, J. (1991). Discrete sets and the maximal totally bounded group topology. J. Pure Appl. Algebra, 70, 73-80. 33 [3] Dikranjan, D. (2011). Ken and the Bohr topology. Topology and its applica- tions, 158, 2465-2467. [4] Boas. H.P. (1997). The Football Player and the Infinite Series. [5] Böhr, H. (1947). Almost-periodic functions, Chelsea. [6] Jech, T. (1997). Set Theory. Caṕıtulo 6: Other large cardinals. Berĺın: Springer, pp., 480.[7] Booth, D. (1970). Ultrafilters on a countable set. Annals of Mathematics. Logic 2, 1-24. [8] Givens, B, Kunen, K. (2003). Chromatic numbers and Bohr topologies. Topo- logy and its applications, 131, 189-202. 34 I Sobre este trabajo II Böhr y su topología 1 Definiciones 2 Los enteros y la topología de Böhr III Sobre Vp y Vp 3 Definiciones y propiedades IV Ultrafiltros y ultrapotencias de espacios vectoriales 4 Filtros, ultrafiltros y ultrafiltros de Ramsey 5 Ultraproductos y utrapotencias de espacios vectoriales V Un poco de sucesiones 6 Sucesiones y sistemas de sucesiones 7 A la deriva... 8 Conectando a V con V"0362V/V VI Finalmente, VpVq 9 Prueba del no homeomorfismo VII Referencias
Compartir