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Endourología (144)

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Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016
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formación de una estenosis ureteral 
por lo que deben ser removidos.
En algunas ocasiones (litiasis de larga 
data) durante el ascenso de las guías 
de seguridad, éstas podrían ascender 
por una falsa vía, definida como una 
lesión en la mucosa con el paso de los 
instrumentos bajo ésta sin generar una 
disrupción completa de la pared ureteral. 
La incidencia de esta complicación se 
describe en menos del 1 % de los casos. 
Esta complicación puede identificarse ya 
sea por visión directa, visión fluoroscópica 
al evidenciar un ascenso aberrante de 
la guía o mediante el uso de contraste 
(pielografía ascendente). El manejo se 
realiza reposicionando la guía y una 
vez finalizado el procedimiento (de ser 
posible) instalando un catéter doble J 
por 2 semanas.
Perforaciones ureterales mayores se 
describen en el 1 a 2 % de los casos y se 
asocian, principalmente, a la aplicación de 
una fuerza desmedida durante el ascenso 
o en aquellos casos donde existe una 
gran impactación de la litiasis urinaria. 
En aquellos casos en que impresione 
una perforación de gran tamaño, no 
debe continuarse con el procedimiento 
debido al riesgo de extender aun más el 
área lesionada. El manejo, al igual que en 
los otros casos, debe ser la instalación 
de un Catéter Doble J, sin embargo, si a 
pesar de esto existe una gran extravasa-
ción de orina y formación de urinoma, 
debe considerarse la instalación de una 
nefrostomía percutánea o la cirugía 
abierta o laparoscópica. 
La avulsión completa del uréter, afor-
tunadamente, es una complicación 
infrecuente descrita en menos del 1 % 
de los casos. Su localización más fre-
cuente es en el uréter proximal y suele 
estar asociado al uso de canastillos para 
extraer litiasis de gran tamaño. En estos 
casos, el uso de fuerza excesiva puede 
generar una solución de continuidad / 
avulsión con la consecuente tracción 
del extremo distal. Esta complicación 
es fácilmente evitable manteniendo una 
adecuada visualización de las paredes 
ureterales durante la extracción y ante 
la menor resistencia debe continuarse 
con la fragmentación de la litiasis. Para 
esto es necesario avanzar el canastillo e 
intentar su apertura para liberar la litiasis 
y en aquellos casos de no poder realizar 
esta maniobra, el canastillo debe ser 
desarmado para poder retirar el urete-
roscopio y reingresar en forma paralela 
al dispositivo. 
En aquellos casos en que se sospeche 
una avulsión ureteral, debe realizarse de 
forma inmediata una pielografia ascen-
dente, la que en caso de evidenciar una 
extravasación completa con ausencia de 
paso de medio de contraste a proximal 
confirma el diagnóstico. El manejo debe 
ser abierto o laparoscópico. 
Sangrado
El sangrado ureteral durante la urete-
roscopía se genera, principalmente, 
durante el acceso al uréter en el caso 
de orificios muy estrechos o durante el 
procedimiento al generarse una lesión 
ureteral. Afortunadamente la mayoría 
de las veces el sangrado es menor y no 
dificulta de gran manera la visualización 
permitiendo la finalización del procedi-
miento. En el caso de un manejo con-
servador de tumores del tracto urinario

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