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100 PANCREATOLOGÍA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA. UNA VISIÓN IBEROAMERICANA | SECCIÓN 3: Enfermedades inmunológicas Exámenes de laboratorio, rendimiento de IgG4 Una vez surge la sospecha de PAI, el paso siguiente es la determinación de IgG4 y las otras sub- clases de IgG, paralelamente con la solicitud de imágenes. Un alza significativa, sobre 200 mg/dl de IgG4 argumenta fuertemente a favor del diagnóstico de PAI, pero no lo comprueba ya que existen niveles elevados de IgG4 en otras enfermedades, desgraciadamente, aunque excepcional, aun en cáncer de páncreas. En la práctica clínica, la normalidad de IgG4 no descarta PAI. Su nivel es normal en todos los casos de PAI tipo 2 y su rendimiento es también variable en el tipo 1, fluctuando entre 40 a 70%. Como dijo uno de los más famosos expertos en ER IgG4, Stone: aumento de IgG4 no es necesario ni suficiente para el diagnóstico de PAI. Otros exámenes de laboratorio incluyen las enzimas pancreáticas, pruebas hepáticas, ambas con frecuencia alteradas en PAI. Los diferentes autoanticuer- pos ya detallados previamente tienen valor diagnóstico muy bajo. Se puede encontrar alza de IgE en algunos casos, raramente también eosinofilia, sobre todo en tipo 1. Imágenes El pilar fundamental del diagnóstico es la radiología. En algunos casos ya con la ecomotografía abdominal se pueden observar alteraciones características del páncreas, sin embargo, la tomografía computada (TC) y la resonancia magnética (RM) son incomparablemente más sensibles en el diag- nóstico. La infiltración linfoplasmocitaria e inflamación se traducen en aumento de volumen difuso o focal del páncreas. Se forma un “halo” hipodenso alrededor del páncreas, dándole la imagen típica de “salchicha” (Figura 1). Generalmente, a diferencia de la pancreatitis aguda (PA) habitual, no se ve líquido libre extrapan- creático. En las formas focales, se puede observar imagen pseudotumoral, pero es más frecuente solo ver diferencias en la densidad y captación del medio de contraste. Si la lesión focal se encuentra en la cabeza, puede verse dilatación del conducto pancreático en cuerpo y cola, pero solo leve al compa- rar con lo visto en cáncer de páncreas (CaPa) y con contornos regulares, diferente de lo habitual en pancreatitis crónica (PC) (Figuras 2 y 3). Enfermedades asociadas Son de gran importancia para establecer el diagnóstico. Con los mismos exámenes de imageno- logía, se puede detectar el compromiso renal o de las vías biliares intra y extrahepáticas, que ocurren en forma sincrónica en algunos casos. Otra manifestación intraabdominal puede ser la fibrosis re- troperitoneal, que es generalmente metacrónica, precede la enfermedad u ocurre posteriormente. Figura 1. a: Aumento del volumen del páncreas y halo peripancreático con TC; b: Imagen típica de “salchicha” con RM. a b
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