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Facultad de Ingeniería Industrial Departamento de Licenciatura en Turismo Información sobre el imaginario de la experiencia turística post-consumo en el hotel Playa Costa Verde Trabajo Diploma en opción al título de Licenciado en Turismo Autor: Norge Ochoa Aguilar Tutor: Dr. C Jorge González Ferrer Profesor Titular Holguín, junio de 2011 “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber” Albert Einstein Dedicatoria A mis padres Norge Ochoa Marante y Mercy Aguilar Peña, por su dedicación, amor y entrega incondicional A mi hermano Roberto Ochoa Aguilar, por quien traté de dar lo mejor de mí para ser su mejor ejemplo A mi familia Ochoa, mis abuelos, mi tía y mis primos por su preocupación A mi familia Aguilar, mis abuelos queridos, mis numerosos tíos y tías, mis primos y primas por inculcarme el espíritu batallador A mi futura esposa Day, sin cuyo amor, sabiduría y sobretodo comprensión no hubiera hecho esta tesis. Gracias por apoyarme cuando la oscuridad trató de apoderarse de mí A mi otra familia, a mis suegros Miguel y Aymée, a Guega gracias por tu ayuda A mis amigos de toda una vida, a David, Manzolo, Carlos David y Leandro Agradecimientos Considero que debo transmitir el agradecimiento más sincero a quienes de una forma u otra han colaborado en la realización de esta tesis. En particular; A mi tutor, por su apoyo y enseñanzas A Katy, por tu gran ayuda y consejos A mi familia, por sus constantes muestras de cariño A todos los profesores que durante mi carrera por la vida me brindaron sus conocimientos A todos mis amigos en las buenas y las malas A todos mis compañeros de clase, de quienes aprendí a ser lo que soy hoy, en especial a Yidenis, Lisbeth, Isis, Yoan, Yordanis y Roger A todos muchas gracias. Resumen Resumen El presente trabajo de diploma tiene como objetivo contribuir con información sobre el imaginario de la experiencia turística post-consumo en hoteles de sol y playa para mejorar la gestión turística, específicamente en el hotel Playa Costa Verde. Se utilizaron en la colección de la información métodos como el análisis de contenido para el estudio de las fotografías y de los discursos insertados por los clientes en el sitio Web TripAdvisor en el período de mayo 2009/febrero 2010. El método estadístico de análisis de correspondencia múltiples permitió establecer la relación entre las categorías. Los resultados muestran que en el imaginario de la experiencia turística post-consumo se emiten los idearios turísticos y la opinión general que prevalece es la ruptura con lo cotidiano a través de la contemplación de visuales hermosas, en espacios con íconos paradisiacos. Para la gestión turística del hotel Playa Costa Verde se hace necesario transitar desde el enfoque de producto al de experiencia y conocer el imaginario turístico post-consumo, debido a que el conocimiento de “el recuerdo de lo vivido” por los clientes, le permite a los gestores turísticos tomar decisiones sobre las imágenes que se promocionan en el hotel para incidir en el imaginario de los clientes, de forma que se propicie la elección del destino en el proceso de decisión de compra. Abstract Abstract The present thesis has as objective to contribute with information about the imaginary from the post-consumption tourist experience in sun and beach hotels to improve the tourist administration, specifically in the hotel Playa Costa Verde. Methods like the content analysis techniques were used in the collection of the information in order to study the photos and reviews inserted by the clients at the Webside TripAdvisor in the period from May 2009 to February 2010. The statistical method of multiple analysis of correspondence allowed establishing the relationship among the categories. The results show that in the imaginary from the post- consumption tourist experience the tourist ideologies are emitted and the general opinion that prevails is the rupture with the daily thing through the view of landscapes in paradisiacal sceneries. For the tourist administration of the hotel Playa Costa Verde becomes necessary the transit from the product to the experience focus and to know the post-consumption tourist imaginary, because the knowledge of "the memory from the experience" by the clients, allows the tourist agents to make decisions on the images that are promoted in the hotel to impact in the imaginary of the clients, so that the election of the destination it is propitiated in the purchase decision-making process. Índice INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………… CAPÍTULO 1: MARCO TEÓRICO REFERENCIAL………………………………. 1.1 Evolución histórica del turismo…………………………………………………. 1.1.1 Fordismo o turismo de masas……………………………………………...... 1.1.2 El turismo postfordista. La difícil transición…………...…………………….. 1.2 Transición de la calidad funcional a la experiencia turística………..………. 1.3 Experiencia turística…………………………………………………………….... 1.3.1 Las dimensiones de la experiencia turística……………………………….... 1.3.1.1 Educación……………………………………….………………………..….... 1.3.1.2 Escapismo………………………………………………………….…...…….. 1.3.1.3 Estética………………………………………………………….…………...... 1.3.1.4 Entretenimiento……………………………………………………...…....….. 1.3.2 Experiencia y autenticidad…………………………………………...…….…. 1.4 Turismo e imaginarios………………………………………………………...….. 1.4.1 Idearios turísticos……………………………………………………...……...... 1.4.2 Imaginario de la experiencia turística…………………………...………….... 1.4.2.1 Imaginario de la experiencia turística post-consumo………………..…... 1.4.2.1.1 Comentarios sobre las vacaciones vividas………………………........... 1.4.2.1.2 Fotografías turísticas………………………………………………………. CAPÍTULO 2 MÉTODOS PARA ESTUDIAR EL IMAGINARIO DE LA EXPERIENCIA TURÍSTICA POST-CONSUMO EN EL HOTEL PLAYA COSTA VERDE…………………………………………………………………….…. 2.1 Caracterización del hotel Playa Costa Verde……………………………….…. 2.1.1 Escenarios………………………………………………………………...…….. 2.1.2 Actividades………………………………………………..………………..…… 2.1.3 Actores……………………………………………………….……………...…... 2.2 Imaginario de la experiencia turística post-consumo………………...……… 2.2.1. Imaginario de la experiencia turística post-consumo a través del análisis de los comentarios………………………………………………….…………..……. 1 6 6 10 13 17 19 22 24 25 25 26 26 27 28 30 32 34 35 37 37 38 39 41 41 41 Índice 2.2.1.1 Tipo de investigación……………………….…………………………...…… 2.2.1.2 Técnica empleada en el análisis de los comentarios………….……..…. 2.2.1.3 Categorías……………………………….……………………………………. 2.2.1.4 Muestreo………………………………….…………………….…………...… 2.2.1.5 Método estadístico empleado para el análisis de los datos……….…… 2.2.2 Imaginario de la experiencia turística post-consumo a través del análisis de las fotografías ……………………………………………………………...…….... 2.2.2.1 Tipo de investigación…………………………………………………….….. 2.2.2.2 Técnica empleada para el análisis de las fotografías………..…………. 2.2.2.3 Categorías……………………………………………………………….……. 2.2.2.4 Muestreo………………………………………………………………….....… 2.2.2.5 Técnicas para el análisis estadístico………………………………...……. CAPÍTULO 3: ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DEL ESTUDIO DEL IMAGINARIO DE LA EXPERIENCIA TURÍSTICA POST-CONSUMO……………….…………. 3.1 Análisis y discusión del estudio del imaginario de la experiencia turística post-consumo a través de los comentarios…………………………….…….…… 3.2 Análisis y discusión del estudio del imaginario de la experiencia turística post-consumo a través de las fotografías turísticas……………………….……... 3.3 Análisis y discusión del imaginario de la experiencia turística post- consumo a través de la integración de las fotografías y los comentarios turísticos……….......…………………………………………………………..……… 3.4 Importancia de los resultados para la gestión turística en el hotel Playa Costa Verde como hotel de sol y playa…………………………………….……… CONCLUSIONES……………………………………………………………………... RECOMENDACIONES………………………………………...………………...…... REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………...………… ANEXOS…………………………………………………………...…………...………42 42 44 45 46 46 46 47 49 52 54 55 55 58 65 67 68 69 70 77 Introducción 1 INTRODUCCIÓN El turismo como actividad lucrativa, tal como se conoce en la actualidad, tiene un origen muy remoto que ha pasado por una serie de etapas históricas. El nacimiento de la moderna industria turística en el siglo XIX, así como el auge masivo alcanzado a partir de la Segunda Guerra Mundial, debido a la extensión del tiempo libre, el aumento paulatino y progresivo de los salarios y los avances tecnológicos en materia de transporte y comunicaciones, derivados de los modelos de producción fordistas, constituyen los acontecimientos más destacados que propiciaron que la actividad turística creciera a niveles cada vez mayores. La eclosión del turismo de masas a partir de la segunda mitad del siglo XX hasta los primeros años de los ´90 es la etapa que se considera “fordista” en la historia del turismo. Este modelo turístico, que había prevalecido de forma hegemónica desde la década de los ´50, muestra a mediados de los años ´80 síntomas de agotamiento. Los desequilibrios inherentes en esta estructura conllevan una crisis de identidad y favorecen un cambio de modelo. En este contexto de cambio, reestructuración e inestabilidad, el modelo turístico tradicional fordista es lentamente sustituido, en una difícil transición de convivencia, por un nuevo modelo postfordista. El término postfordista alude a la crisis de la producción en cadena, la estandarización y la homogeneización, sustituidos por criterios de singularidad y especificidad. La lectura turística de este proceso es la sustitución de los productos turísticos masivos, dirigidos a colectivos no diferenciados, por productos específicos que intentan satisfacer las necesidades individuales de segmentos concretos de la población (Donaire, 1998), es decir, cambia el patrón de consumo turístico masificado por uno más personalizado. En la actualidad, vivencias, experiencias y satisfacciones del consumidor en cada momento del proceso turístico constituyen los factores claves más allá del viaje en sí mismo. Los turistas buscan experiencias únicas, más que consumir productos y servicios. Emociones, sentimientos, vivencias son en realidad la energía que mueve al ser humano. Lo que le hace reaccionar, actuar y comprar. De esta forma, en el momento de la compra, los atributos del producto y el precio son Introducción 2 determinantes, mientras que durante el consumo y después consecuencias y resultados son los elementos más valorados por el cliente. Antes del viaje, los clientes recrean en la memoria imágenes potenciales de su estancia en el destino, inducidas fundamentalmente por las campañas publicitarias a través de los medios de difusión masiva. Durante el consumo de la experiencia resulta vital la correspondencia de lo imaginado antes del viaje con lo vivido, para lograr una óptima satisfacción de la experiencia, compartida después con amigos y familiares. Este imaginario se refiere a las construcciones propias de la representación, construcciones sustentadas por la imaginación, el sueño, la fantasía individual o colectiva, etc. El imaginario turístico es, entonces, aquella porción del imaginario social referido al hecho turístico, es decir, a las numerosas manifestaciones del proceso societario de viajar (Hiernaux et al., 2002). Uno de los medios más consultados en la actualidad para poder intercambiar experiencias es Internet. Opiniones, críticas e imágenes insertadas por los clientes en la mayoría de los sitios virtuales de turismo son maneras extensivas de expresar sus preferencias e intereses. De esta forma, los sitios de fórum que han logrado aglutinar todos estos comentarios y fotografías permiten conocer el imaginario de la experiencia turística post-consumo de los clientes e influir en las decisiones de compra de los futuros consumidores. El turismo de sol y playa se distingue por ser la modalidad turística más desarrollada en Cuba. La multimotivación y las experiencias que demandan hoy los clientes hace que esta modalidad tenga necesidad de complementarse con nuevas motivaciones culturales, naturaleza, deportes y muchas otras, que enriquezcan este tipo de turismo y estén más acordes con los deseos de los turistas actuales, al desconcentrar en lo posible la zona de actuación de los turistas (Ayala, 2003). Para los gestores del turismo es importante conocer cómo imaginan los clientes la experiencia que van a vivir en el destino de sol y playa y qué esperan encontrar durante sus vacaciones. De esta forma, el estudio del imaginario de la experiencia turística resulta trascendental, pues ayuda en la decisión de compra de los clientes Introducción 3 y permite brindarles a los turistas experiencias únicas y memorables, cargadas de emoción, lo que traerá consigo un incremento en las visitas al destino por los mismos clientes o por otros. Es necesario destacar que el imaginario de la experiencia turística constituye en Cuba una investigación todavía por desarrollar debido a los escasos estudios efectuados en el país, lo que trae consigo poca variedad de bibliografía relacionada con el tema y que no se hayan diseñado herramientas para su estudio. El destino Holguín se caracteriza por la presencia de numerosos hoteles de sol y playa, entre ellos el hotel Playa Costa Verde, donde el esfuerzo por elevar la satisfacción de la experiencia de los clientes es un objetivo de vital importancia. Sin embargo, estudios para conocer el imaginario de la experiencia turística post- consumo de los turistas en el hotel no se han llevado a cabo aún. Del análisis realizado y las limitaciones en la obtención de la información se define el siguiente problema científico: la carencia de información para conocer el imaginario de la experiencia turística que tienen los clientes sobre el hotel Playa Costa Verde que propicie una mejor gestión turística a través de una adecuada toma de decisiones. El problema se enmarca en el siguiente objeto de estudio: el imaginario de la experiencia turística y el campo de acción es el imaginario de la experiencia turística post-consumo en el hotel Playa Costa Verde. El objetivo general que guía esta investigación se centra en contribuir con información sobre el imaginario de la experiencia turística post-consumo en hoteles de sol y playa para mejorar la gestión turística, específicamente en el hotel Playa Costa Verde. Para darle cumplimiento al objetivo general se proponen los siguientes objetivos específicos: 1. Confeccionar el marco teórico-referencial de la investigación a través de la consulta de la literatura actualizada sobre el objeto de estudio 2. Aplicar las pautas metodológicas para estudiar el imaginario de la experiencia turística post-consumo en el hotel Playa Costa Verde 3. Analizar los resultados del imaginario de la experiencia turística post- consumo en el hotel Playa Costa Verde a través del estudio de las Introducción 4 fotografías no profesionales insertadas por los clientes en el sitio Web TripAdvisor 4. Analizar los resultados del imaginario de la experiencia turística post- consumo en el hotel Playa Costa Verde a través del estudio de los comentarios insertados por los clientes en el sitio Web TripAdvisor. Para la solución del problema científico se formuló la hipótesis de la investigación: si se crea una fuente de información para conocer el imaginario de la experiencia turística post-consumo en el hotel Playa Costa Verde como un hotel de sol y playa, entonces se contribuirá a mejorar la toma de decisiones por parte de la dirección para que los clientes vivan una experiencia inolvidable. En el desarrollo de la investigación se emplearon métodos teóricos y empíricos que integran técnicas y herramientas de diversos orígenes. Dentro de los métodos teóricos empleados se encuentran: Análisis y síntesis de la información obtenida a partir de la revisión de la literatura y documentación especializada referente altema; Histórico-lógico: en el análisis de la evolución del turismo y la transición del fordismo al post-fordismo; Hipotético-deductivo: en el planteamiento de la idea fundamental que se defiende en la investigación; Inductivo-deductivo: en la comprensión de los resultados obtenidos en el mapa perceptual. Los métodos empíricos utilizados fueron: Análisis de contenido para el análisis de las fotografías y de los discursos de las páginas Web, con el objetivo de analizar el imaginario de la experiencia turística post-consumo; Los métodos estadísticos aplicados fueron el análisis de correspondencia múltiple. En el capítulo 1, “Marco teórico-referencial de la investigación”, se hace un resumen de la evolución histórica del turismo, donde se resaltan las etapas del fordismo y post-fordismo. Luego se profundiza en las concepciones, características y dimensiones del imaginario turístico y de la experiencia turística. Introducción 5 Además se analiza la experiencia turística post-consumo, donde las fotografías y los comentarios presentan gran distinción. En el capítulo 2, “Métodos para medir el imaginario de la experiencia turística post-consumo en el hotel Playa Costa Verde”, se describen las metodologías empleadas para el análisis de los comentarios de los clientes y las fotografías no profesionales con respecto al hotel insertados por los mismos en el sitio de fórum TripAdvisor en Internet, con el objetivo de estudiar el imaginario de la experiencia turística post-consumo de los clientes. En el desglose del capítulo 3: “Análisis de los resultados del imaginario de la experiencia turística post-consumo”, se exponen los resultados obtenidos del análisis del imaginario de la experiencia turística post-consumo. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 6 CAPÍTULO 1 Marco teórico-referencial de la investigación En el presente capítulo se abordan los principales conceptos que sustentan el marco teórico-referencial de la investigación. Se inicia con la evolución histórica del turismo. Posteriormente se analizan las etapas de fordismo y postfordismo. Se profundiza en la conceptualización de la experiencia turística y del imaginario turístico, los elementos que los caracterizan, en especial las dimensiones de la experiencia y los idearios turísticos que constituyen aspectos fundamentales en esta temática. Por último se analiza la experiencia turística post-consumo donde los comentarios y la fotografía desempeñan un papel preponderante para lograr una adecuada medición de las experiencias vividas. 1.1 Evolución histórica del turismo El turismo no es algo tan reciente; tiene un origen muy remoto en aquellas personas que por razones no militares ni económicas se desplazaban hacia otros países en busca de conocimientos, asistir a acontecimientos relevantes, actividades religiosas u otras razones. Ha pasado por una serie de etapas históricas y se encuentra en la actualidad en los últimos escalones de su etapa más destacada: la etapa de turismo masivo (que comienza en la segunda mitad del siglo XX y también llamada primera revolución del turismo) o inicios de una nueva etapa superior, denominada por algunos de turismo flexible y sostenible, y por otros segunda revolución del turismo, donde el eje vertebrador es el ocio; de acuerdo con esto vivencias, experiencias y satisfacciones del consumidor en cada momento del proceso turístico se convierten en los factores claves más allá del viaje en sí mismo. Además es un fenómeno generalmente reconocido como fenómeno social, asociado a la época contemporánea. Si bien es cierto que su connotación masiva data de poco más de medio siglo, sus antecedentes más remotos se encuentran en los viajes por necesidad de supervivencia (nomadismo) y por contiendas Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 7 bélicas. “En el Antiguo Egipto”, comenta González (2007), “se comienzan a dar las condiciones para los viajes, a partir de los trayectos de mercancías, tropas y funcionarios entre la ciudad donde se localiza el gobierno central y los territorios periféricos”. También en la Antigua Grecia se identifican grandes desplazamientos de personas hacia los templos, las Olimpiadas y las contiendas bélicas. El Imperio Romano garantizó una paz relativa dentro de sus fronteras, a la vez que una importante red de caminos, lo que propició los viajes hacia los baños, las termas y las casas de verano de los patricios localizadas a veces a grandes distancias de la capital. Con la caída del Imperio Romano, los caminos se hicieron inseguros y las comunicaciones muy difíciles. No es hasta la Edad Media cuando se inician nuevamente peregrinaciones de tipo religioso: algunas de conquista, como Las Cruzadas a Tierra Santa, y otras solamente de veneración de sitios sagrados, como “el Camino de Santiago” (peregrinación hacia el actual Santiago de Compostela, donde fue encontrada la tumba del apóstol Santiago) y con el surgimiento del Islam, el viaje obligatorio de los musulmanes hacia el lugar sagrado de esta nueva religión: La Meca. Estas primeras aproximaciones a la actividad turística se realizaban sin fines específicos de lucro y con condiciones muy precarias a lo largo del viaje y durante la estancia. Los viajes de descubrimiento y conquista y la aparición del término “hotel” sentaron los precedentes para el surgimiento de los “viajes de placer” en los inicios de la Edad Moderna. A partir de este momento, los viajes tienen finalidad y motivos diferentes de los anteriores y son incentivados por la curiosidad sin límites de las sociedades europeas, fundamentalmente hacia los nuevos horizontes. Hacia 1670, en Inglaterra se comienza a usar el término "gran tour", que será el embrión del “turismo” moderno. La inquietud del viajero respondía a un afán de conocimiento y cultura. Esta simbiosis dio lugar al nacimiento del "gran tour" o gira por la Europa de entonces. La actividad turística en esta época fue privativa de Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 8 selectas minorías aristocráticas inglesas y francesas que enviaban a sus hijos a recorrer el mundo (“le grand tour“)1, como complemento de su educación. El uso del agua como medio de alcanzar salud (salute per acqua o SPA) popularizó los balnearios (principalmente medicinales) en la primera mitad del siglo XIX en Inglaterra. Luego vino la comprensión de la importancia de los baños de mar, por su contenido salino y ello influyó en la creación de los primeros complejos turísticos de playa. Posteriormente se comenzaron a extender, ya no solo como tratamiento medicinal, sino como simple recreación. En el siglo XIX nace la moderna industria turística y se consideran precursores a Thomas Cook (1808-1892)2, César Ritz (1850-1918), Kal Baedeker, (1801-1859) y George Nagelmackers (1845-1905), entre otros. Los profundos cambios tecnológicos del siglo XIX en las esferas del transporte y las comunicaciones sentaron una pauta para el desarrollo de la industria turística. Los primeros viajes organizados le dieron un impulso definitivo: el turismo dejó de ser patrimonio exclusivo de algunas élites sociales. Su práctica, por parte de la clase media trabajadora, primero a escala moderada y luego, con la introducción de nuevos avances tecnológicos, a gran escala, trajo aparejada profundas transformaciones en las esferas económica y social a partir de la segunda mitad del siglo XX. Lozada (2007) hace constar en su trabajo que “estas transformaciones posibilitaron el comienzo de un turismo de masa, como viaje colectivo organizado”. El “paquete” o viaje “organizado” democratizó los viajes. La ley francesa, promulgada en 1936, sobre la semana de 40 horas y las vacaciones pagadas, unido al desarrollo de la aviación comercial y su empleo como medio de transporte de pasajeros y mercancías, forman parte de estas transformaciones económicas y sociales acaecidas en el siglo XX que dieron un impulso definitivo,boom, a la industria turística, a partir de la segunda mitad de este siglo. 1 Le grand tour y le petit tour constituían un símbolo de status social de la aristocracia europea de su tiempo e implicaban una especie de gira cultural no solo por Europa, sino también por parajes exóticos e interesantes del resto del mundo. 2 En 1841 Thomas Cook movilizó cerca de 600 personas con motivo del Congreso Antialcohólico de Leicester para convertirse en el primer agente de viajes de la historia turística contemporánea. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 9 El fin de la Segunda Guerra Mundial y la recuperación de las economías europeas generaron una confianza ilimitada en el futuro de estas sociedades, a la par que las conquistas logradas en la esfera laboral y el “Estado de Bienestar”3 incentivaron en el ciudadano común el deseo de disfrutar de las facilidades recién obtenidas y de la prometedora perspectiva económica de crecimiento ilimitado que se avizoraba. El ciudadano medio europeo y norteamericano, por primera vez en la historia, puede salir a descubrir el mundo. En efecto desde el ´40 al ´60 comienza a surgir la necesidad del turista de sentirse seguro en entornos que le eran extraños y al mismo tiempo disfrutar la búsqueda de novedades. Así surge la empresa comercial como mediador entre esas dos tendencias. En el período de recuperación que siguió a la II Guerra Mundial, una mezcla de circunstancias dio ímpetu a los viajes internacionales. La reducción de las horas laborales aumentó el tiempo libre; los avances tecnológicos en materia de transporte y el incremento paulatino y progresivo de los salarios fueron factores importantes que ayudaron a que la actividad creciera a niveles cada vez mayores. Los tiempos y costos de traslado provocaban que muchas personas tuvieran la posibilidad de llegar a puntos o destinos impensados apenas 30 años antes. Así, que para algunos el turismo comenzó a crecer hasta ser conocido o llamado: “industria sin chimeneas”. Esos factores se combinaron para estimular la demanda de los viajes y vacaciones al extranjero. La aparición de agencias especializadas, que ofrecían viajes que incluían transporte, alojamiento y servicios en un precio global, posibilitó los viajes al extranjero a un nuevo grupo de consumidores cada vez más creciente. Las vacaciones en el extranjero dejaron de ser exclusividad de las clases sociales ricas y elitistas, y ahí radica el origen del turismo como fenómeno social de la contemporaneidad. 3 El llamado Estado de Bienestar General, dirigido a proporcionar determinados servicios a bajos precios (educación, salud y seguridad social, entre otros) a la población estuvo soportado por las concepciones keynesianas del desarrollo. Entre 1914 y 1950 hubo una mejoría en la distribución del ingreso dentro de varios países- el surgimiento del llamado Estado de Bienestar General en Europa occidental y Estados Unidos, así como en los regímenes socialistas en Europa del Este y la URSS- que logró frenar la profundización de la desigualdad internacional. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 10 1.1.1 Fordismo o turismo de masas Lopes (2002:35) hace un importante resumen de varios autores sobre la clasificación de la etapa anterior a la segunda mitad del siglo XX como de turismo “prefordista” (en alusión al sistema de producción mecanizado en serie de Henry Ford para los automóviles). Las características fundamentales de la etapa prefordista están dadas fundamentalmente por los niveles de tecnología mínimos o inexistentes; las empresas de tamaño reducido de propiedades independientes y penetrantes en términos de generación de empleo; bajo nivel de inversión de capital y económicamente marginal. Además presentaban débiles habilidades de gestión; el trabajo familiar era dominante y con una fuerza de trabajo limitada: los empleados trabajaban muchas horas y se multiplican las funciones. En esa etapa el turismo constituía fuentes de ingresos para personas formalmente ocupadas en otros sectores de la economía. La eclosión del turismo de masas en la década de los ´50 y ´60 según Donaire (1998), estuvo amparada en un modelo de crecimiento claramente fordista. En este período se inició la producción en masa de destinos turísticos estandarizados, a bajo precio y con una notable rigidez de la oferta. Los espacios turísticos resultantes son la reproducción mimética de un mismo modelo de crecimiento, con una ocupación vertical de la primera línea de costa y una extensión horizontal en el tras país más inmediato. El turismo masivo se extendió hasta la década de los años noventa (con un retardo en el ritmo de crecimiento motivado por la crisis petrolera de 1973). Según Poon (1993), Deegan et al. (2002), las características más importantes de esta etapa “fordista” del turismo fueron: de los consumidores, ansia de sol (alto atractivo de las playas), inexpertos y poco informados, prosperidad recién adquirida; de la tecnología, mayor desarrollo de aviones jet y transportes terrestres (autobuses y automóviles), mayor uso de teléfonos, nuevos usos de télex y computadoras, creación de los primeros sistemas de reservas computarizados y desarrollo de sistemas contables; de la producción, petróleo barato, construcción extensiva de hoteles, vuelos alquilados-charter, uso amplio del turismo de “paquetes”, crecimiento e internacionalización de las cadenas hoteleras; de la Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 11 dirección o gerencia, monotonía de hoteles, vacaciones y hoteles según marcas comerciales, tarifas aéreas promocionales, marketing masivo, uso de tarjetas de crédito. A principios de los ´80, el modelo de crecimiento fordista ofrece los primeros síntomas de agotamiento. En este período, se tornan elocuentes las principales tensiones que se derivan del turismo tradicional y las debilidades estructurales del sistema. Vera y Monfort (1994) han identificado cinco desequilibrios básicos de este modelo turístico: Desequilibrios sectoriales El turismo fordista se ha basado de forma casi unánime en la especialización sectorial en torno a unos pocos recursos naturales (la playa o la montaña), en una oferta caracterizada por la homogeneización. Esta alta especialización conlleva por un lado la ausencia de criterios de segmentación o de singularidad de la demanda, que es concebida como una masa uniforme. Por otro lado, este proceso implica una elevada vulnerabilidad de los destinos turísticos, que basan su capacidad de desarrollo en una sola oferta turística. De forma análoga a la demanda de otros bienes y servicios, la demanda turística inicia un proceso evidente de diferenciación y segmentación que se traduce en nuevas necesidades y nuevas exigencias. La contradicción entre una oferta rígida y homogénea frente a una demanda cambiante y singular es uno de los primeros síntomas de la crisis del turismo fordista. Desequilibrios tecnológicos La rápida consolidación del turismo fordista estuvo basada en el avance tecnológico del transporte y las comunicaciones. La generalización del uso del automóvil, la formación de una densa red de carreteras en Europa y Norteamérica o la mejora sustancial del tráfico aéreo facilitaron el acceso a la oferta turística de las clases medias europeas. Con todo, la oferta turística fordista no ha sido capaz de incorporar avances tecnológicos que permitan una innovación en los procesos de producción y una mayor capacidad de adaptación a las necesidades de la demanda. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 12 El bajo nivel de profesionalización del sector turístico, la escasa intervención de la investigación y el desarrollo en el campo del turismo e, incluso, la propia debilidad de los estudios turísticos contrastaban con el crecimiento y dinamismo del sector turístico. No es extraño, entonces, que la progresiva implantación de nuevas formas turísticas (postfordistas) coincida con una masiva incorporación de nuevas tecnologías, especialmente enel ámbito de las tecnologías de la información (TICs) y la telemática. Desequilibrios ambientales El principal objetivo del turismo fordista ha sido la maximización del número de visitantes. Este culto al número ha imperado por encima de cualquier otra lógica y es el principal responsable de los procesos de degradación ambiental propios de la mayor parte de destinos turísticos maduros. La superación de la capacidad de carga del territorio, la gestión ineficaz de los recursos hídricos, el crecimiento de los residuos sólidos y, especialmente, la degradación paisajística de la ocupación vertical (primera línea de mar) y horizontal (urbanización del tras país inmediato) son algunos de los impactos más frecuentes en las áreas litorales recreativas. La creciente sensibilidad hacia los problemas ambientales y la progresiva implantación de una ética ecológica entran en contradicción con las formas turísticas fordistas que generan fuertes impactos ambientales en el medio de acogida. Nuevamente los espacios turísticos fordistas muestran indicios de inadecuación ante los cambios globales de la demanda. Desequilibrios espaciales En términos geográficos, el modelo fordista se caracteriza por la extrema concentración de la oferta turística en un ámbito muy reducido, en torno al elemento de atracción (la línea costera, la estación de esquí…) Así, el efecto de la fricción de la distancia es en los espacios turísticos fordistas muy acentuado y da lugar a una organización espacial caracterizada por la saturación en torno al espacio de atracción y la débil penetración del turismo más allá de este entorno. Por ello, los espacios turísticos no propician la formación de regiones turísticas más o menos vertebradas, sino que se asientan en la dicotomía litoral-interior. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 13 Este desequilibrio territorial no sólo crea tensiones en el seno del espacio receptivo, sino que también empobrece la oferta turística resultante. De hecho, una de las estrategias de reconversión turística más frecuente en los destinos maduros es la incorporación del traspaís y la recuperación de la relación entre el interior y el litoral. Desequilibrios socio-culturales El modelo turístico fordista se ha caracterizado por una tensión cultural y social entre anfitriones y huéspedes. El conflicto entre la intromisión del turista y la voluntad de preservar un espacio de relaciones por parte de la población local da lugar a una autenticidad teatral (staged), esto es, una banalización de la cultura y la identidad local. Esta versión estereotipada de los destinos turísticos ajena a la realidad local parece haber entrado en crisis. El turista contemporáneo ha asumido la singularidad de la experiencia turística. El post-turista sabe que no es un viajero del tiempo cuando visita un lugar histórico, ni un salvaje cuando está en una playa tropical, ni un observador invisible cuando visita un campo nativo. Resueltamente “realista”, no se evade de su condición de foráneo”. En definitiva, el modelo turístico fordista, que había prevalecido de forma hegemónica desde la década de los ´50, muestra a mediados de los años ´80 claros síntomas de agotamiento. Los desequilibrios inherentes en esta estructura conllevan una fuerte crisis de identidad y favorecen un cambio de modelo. 1.1.2 El turismo postfordista. La difícil transición El desarrollo tecnológico, económico y social de la década de los noventa y en los años transcurridos en el nuevo siglo apunta a un cambio importante del paradigma turístico masificado. Hoy estamos ante la llamada Nueva Era del Turismo o “post fordista”. En este contexto de cambio, reestructuración e inestabilidad, el modelo turístico tradicional fordista es lentamente sustituido, en una difícil transición, por un nuevo modelo postfordista. No existe un consenso unánime a la hora precisar las Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 14 características del turismo postfordista, sin embargo Donaire (1998) identifica una serie de conceptos claves: La crisis de la estandarización Sin duda alguna, el rasgo más significativo del turismo postfordista es la singularidad. De hecho, el término postfordista alude a la crisis de la producción en cadena, la estandarización y la homogeneización, sustituidos por criterios de singularidad y especificidad. La lectura turística de este proceso es la sustitución de los productos turísticos masivos, dirigidos a colectivos no diferenciados, por productos específicos que intentan satisfacer las necesidades individuales de segmentos concretos de la población. Los espacios turísticos no son concebidos como productos de consumo aptos para el conjunto de la demanda, sino como bienes posicionales que compiten por un determinado nicho de esta demanda. Con todo, la respuesta a la estandarización es plural: el turismo postfordista puede considerarse como una reivindicación de la imagen romántica del viaje (antes del fordismo), una celebración de las experiencias inauténticas (después del fordismo) o como un rechazo frente a la homogeneización del turismo masivo (contra el fordismo). La intromisión del turismo en nuevas esferas sociales Puede ser que uno de los rasgos que mejor caracterizan la sociedad postindustrial sea la no-diferenciación, es decir, las difíciles fronteras entre las diversas esferas de la organización social y económica. En el turismo, ello implica un deterioro de las diferencias entre el turismo y la compra (los grandes centros comerciales son a la vez áreas comerciales, centros lúdicos y espacios turísticos), el turismo y la cultura (la revalorización del patrimonio o la creación de espacios de ocio en torno a un elemento cultural); el turismo y el espectáculo (los mega eventos o el turismo y el deporte (la aparición de complejos turísticos en el entorno del golf o el submarinismo). La redefinición de la autenticidad en turismo El turismo contemporáneo trascendió un modelo de autenticidad teatral que caracteriza las relaciones entre la población local y el turista en el modelo fordista. De todas formas, la interacción entre huéspedes y anfitriones toma en la Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 15 actualidad dos caminos contrapuestos: la celebración de la inautenticidad (la hiperrealidad) y la reivindicación de la identidad local. La otra cara del postmodernismo es el interés por la identidad local, la importancia del pasado en la definición del sentido de colectividad, la relevancia de los espacios vernáculos o el auge del nacionalismo. El turismo contemporáneo también se muestra atraído por la especificidad de los destinos turísticos, la identidad del espacio de acogida, lo que explica la consolidación del turismo de patrimonio. La renovación tecnológica La transición de un modelo a otro se fundamenta en la irrupción en el campo del turismo de nuevas tecnologías, especialmente en el campo de las tecnologías de la información. Las empresas turísticas muestran nítidamente los procesos productivos, organizativos o espaciales características de la acumulación flexible postfordista: incorporación de nuevas tecnologías, avances en la gestión de la información (sistemas de decisión global, sistemas de reserva computarizados, gestión vía Internet…), segmentación del mercado con la creación de productos específicos, procesos de concentración horizontal y vertical o procesos de difusión espacial son algunos ejemplos elocuentes. Las nuevas tecnologías han sido una pieza esencial en el proceso de sustitución de paquetes turísticos –creados bajo los criterios de la cadena de montaje-, por los nuevos productos modulares, muy sensibles a las necesidades específicas de los diferentes segmentos de demanda. La universalización de la mirada turística La principal característica del turismo fordista es la concentración de la oferta turística en un entorno muy reducido (la “periferia del placer”); con el turismo contemporáneo hemos asistido a un proceso de globalización delconsumo de espacios turísticos. De esta forma, la geografía del turismo debe incorporar nuevos escenarios emergentes, que intentan hacer frente a la hegemonía de los espacios tradicionales. Con todo, el proceso más notable no es tanto la aparición de nuevos entornos más o menos activos, sino más bien la globalización del turismo: la creciente demanda de espacios singulares propicia que cualquier espacio pueda ser potencialmente un espacio turístico. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 16 Las características más importantes de esta nueva etapa “post fordista” del turismo, de acuerdo con Poon (1993), Deegan et al. (2002) son: de los consumidores, son viajeros experimentados, han cambiado sus valores (mayor interés en cultura y naturaleza), nuevos estilos de vida, más flexibles e independientes, las edades promedio son más altas; de las tecnologías, uso de sistemas de tecnologías de la información y paso a las tecnologías “habladas”, difusión rápida; de la producción, integración diagonal, flexibilidad productiva, integración del marketing con el desarrollo de productos, innovación constante, manejo y conocimiento de consumidores; de la dirección o gerencia, segmentación detallada de mercados, creación innovadora de precios (nuevas formas de cotización), administración por resultados, producción masificada, pero a la medida (los más grandes grupos posibles). Donaire (1998) plantea que, llevado a su extremo, este juego de discriminación entre prácticas turísticas fordistas (homogenización, producción en cadena, autenticidad teatral, concentración espacial, delimitación de las fronteras del turismo…) y turismo postfordista (singularidad, producción modular, inautenticidad, difusión espacial, fronteras imprecisas del turismo…) conduce hacia una clara imagen de ruptura. Según este criterio, a mediados de los ´80 asistiríamos a una suerte de big bang, violento cambio de escenario que supondría la desaparición del modelo precedente y la aparición de una nueva concepción turística. Sin embargo, la fractura entre un modelo y otro no es tan evidente. Más bien, al contrario; todo parece indicar que en la lenta transición del modelo, hay más elementos de continuidad que de ruptura. Y ello es así, al menos por tres motivos: En primer lugar, porque algunas de las características del modelo turístico postfordista estaban presentes en la organización turística tradicional. La incorporación de nuevas tecnologías, la flexibilidad laboral, la difusión espacial o la celebración de la autenticidad están ya presentes en el turismo de los años 60. En cierta manera, el turismo es postfordista antes del postfordismo. En segundo lugar, porque el progresivo incremento de los espacios emisores (la ampliación de la demanda) ha configurado un comportamiento muy heterogéneo de la demanda, en el que también tiene cabida una necesidad meramente fordista. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 17 Este es el caso, seguramente, de la demanda turística de los países orientales del continente europeo. De hecho, el turismo no sólo acepta, sino que incluso precisa reductos de fordismo. Finalmente, porque las respuestas locales al marco general de la transición del modelo turístico son muy plurales y admiten drásticas rupturas, y organizaciones resueltamente nuevas o tímidos cambios en un contexto declaran continuidad del modelo tradicional. En consecuencia, la lectura espacial del turismo contemporáneo es caleidoscópica, formada por escenarios turísticos diversos, a menudo contrapuestos. 1.2 Transición de la calidad funcional a la experiencia turística En estos momentos el enfoque de producto ha pasado al enfoque de experiencia, pues realmente lo que se lleva el turista no son productos, sino experiencias, buenas o malas, pero experiencias al fin. Esta situación ha revolucionado todo el marketing turístico y la planeación y ordenamiento del turismo, que va a centrar todo su quehacer, toda su práctica, hacia la búsqueda de detonantes de experiencias. El producto turístico se convierte en un vehículo para lograr la experiencia turística, y deja de ser un fin en sí mismo, para convertirse en vertebrador de sensaciones y movilizador de los sentidos del turista. En la actualidad, son insuficientes los enfoques tradicionales de marketing que se centran en los atributos del producto funcional y la calidad. En la emergente economía de experiencia, los consumidores buscan experiencias únicas más allá de consumir productos y servicios, porque el consecuente alto nivel del producto y calidad del servicio ya no puede usarse para diferenciar las opciones de los consumidores (Schmitt, 2003). Esta nueva demanda de experiencias únicas y memorables requiere que las empresas desarrollen un distinto valor agregado para los productos y servicios que ya han logrado un consecuente alto nivel de calidad funcional, que no es más que el proceso de proporcionar el servicio o el producto; mientras el servicio se proporciona, los clientes establecen muchas interacciones con los empleados de la empresa. Una Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 18 excelente calidad funcional puede compensar una habitación que no cumple con las expectativas del huésped. Si la calidad funcional es desagradable, una habitación de excelente calidad no suplirá la insatisfacción previa de los huéspedes. Los negocios tienen que cambiar su paradigma de la economía de servicio "enfocada por entrega", que acentúa ofrecimientos de alta calidad a la economía de experiencia "organizada", que crea una experiencia de consumo memorable. Si los productos primarios son fungibles, los bienes tangibles y los servicios intangibles, las experiencias deben ser dignas de recordar, deben ser memorables. Las ofertas de los productos primarios, de los bienes y los servicios son externas al comprador, mientras que las experiencias son inherentes al individuo y sólo existen en su mente, en una mente que influida por el impacto de las emociones, de las sensaciones, de los estados de ánimo, de los prejuicios, de los niveles de interés, de los hábitos, del aprendizaje. Un destino turístico no puede anunciar que vende productos turísticos ni que existe para que lo visiten, porque es hermoso; un destino competitivo es aquel que anuncia que la estancia del visitante o turista va a estar cargada de emociones, de actividades que quedarán en el recuerdo como un acontecimiento singular. En su decisión de compra, los consumidores se muestran fieles a un destino, no sólo como consecuencia de un producto determinado, aunque este sea especializado, sino también por la ordenación del conjunto de ellos, que les permitirá vivir una experiencia (Valls, 1996). Es importante para el destino ofrecer una experiencia y un producto de calidad, y en esta medida es esencial la planeación y administración cuidadosas, que aseguren una industria basada en principios sustentables (Cooper, 1997). No basta entonces con el diseño de experiencias; estas tienen que ser experiencias de calidad y para ello es necesario acudir a las herramientas de la planeación. Lógicamente, esta planeación tiene que realizarse sobre los principios de la sustentabilidad para que sea duradera en el tiempo y el espacio. Se ha insistido en la calidad de la experiencia por encima del producto, debido a que realmente en la memoria del turista quedan las experiencias y no los Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 19 productos, por lo que la calidad del producto turístico global, desde el punto de vista sociocultural, está dado por la calidad de la memoria, del recuerdo. Así, la calidad de ese recuerdo determina la satisfacción que le ha producido al turista o visitante un determinado producto o servicio turístico consumido. De acuerdo con Méndez (1998), el recuerdo normalmente está generado o constituido por experiencias, y estas pueden ser del alojamiento (ubicación, limpieza, comodidad), de las infraestructuras (transportes, estado vial, señalización),de los equipamientos: recreativos y sociales (playas, parques, hospitales, centro de salud), de las empresas orientadas al turismo (restaurantes, agencias de viaje), entre otros. Pero sobretodo el recuerdo está marcado por las personas (trato, actitud).Una excursión, una visita a una ciudad o a un sitio, un paseo, nunca será una experiencia, si no genera un conocimiento, adquirido gracias a la práctica, a la observación y a la prueba. Por ello, un producto diseñado desde la contemplación no puede convertirse en una experiencia. 1.3 Experiencia turística El turismo principalmente ha estado preocupado con la experiencia turística de visita, vista, estudio, gozo y la vida en un modo diferente de vida (Stamboulis y Skayannis, 2003). En este sentido, todos buscan en un destino una experiencia; puede ser conductual o perceptual, cognoscitivo o emocional, o expresado o implícito. A los tenedores de apuestas de turismo, como turistas, vendedores de destino, residentes locales y fabricantes de política, la naturaleza y el alcance de la experiencia ofrecida por un destino y procesado por turistas determinan el valor del destino. De ahí, los investigadores han acentuado la comprensión de lo que la experiencia turística es y cómo es formado como consecuencia de la visita a un destino (Oh et al., 2007). EI turismo permite que el turista se hunda en una relación dialéctica entre lo ordinario y lo mágico. Así, para el viajero, la experiencia turística representa una emancipación al confinamiento de lo cotidiano que lo lleva a disfrutar de un conjunto de vivencias en un mundo animado, representado por un espacio-tiempo no ordinario. Así, la cultura turística del individuo es constantemente incorporada a Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 20 su vida cultural cotidiana. Eso ocurre realmente, pues el turista se impregna de la “cultura del otro”, al reconocerse a sí mismo. Cuando una persona se desplaza en un viaje de turismo va hacia la otredad, no en busca de productos específicos, sino de experiencias específicas o diversas. Los destinos más competitivos han pasado a trabajar con el marketing de experiencias. El marketing de experiencias es aquel que va más allá de la venta del producto, o mejor dicho, de la compra por parte del consumidor. El marketing de experiencias es cuando el destino no solo se preocupa de vender su producto, sino de que su cliente viva una experiencia positiva cuando adquiere un producto o servicio que haga que la compra del producto quede en un segundo lugar y en la mente del cliente perdure una vivencia positiva con esa marca. Las emociones, los sentimientos, las vivencias son en realidad la energía que mueve al ser humano. Lo que le hace reaccionar, actuar y comprar. Por ello todas las herramientas de marketing que permitan posicionar una marca en algunos de los aspectos mencionados anteriormente permitirán interactuar directamente con el cliente y vender más y mejor, por lo que no se trata de vender más productos sino diseñar más experiencias. Es un nuevo enfoque que persigue introducir a los gestores del turismo en el concepto de economía de experiencias, entendida como una oferta económica distinta a la de productos y servicios, y comprender que el campo de batalla competitivo de las empresas y los destinos turísticos pasará por la aplicación de acertadas estrategias de marketing de experiencias (Pine y Gilmore, 2000). Esta es una postura muy novedosa, pues hasta hace muy poco muchos destinos turísticos pensaban que su fortaleza consistía en tener una abultada cartera de productos, inclusive los departamentos de marketing se centraban en el diseño de productos. Hoy los mensajes van a las experiencias más que a la cantidad de productos. La experiencia empieza desde antes de comprar algo, la compra actual y hasta la convivencia a lo largo de toda la vida del producto. El Diccionario Inglés de Oxford define el término experiencia como "un evento o suceso que deja una impresión en uno». La experiencia es una palabra cotidiana; desde solicitantes de empleo que hacen hincapié en sus experiencias de trabajo Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 21 anteriores, hasta durante las entrevistas a los turistas que describen sus experiencias de vacaciones para la familia y amigos. Para algunos autores (por ejemplo, Addis y Holbrook, 2001; LaSalle y Britton, 2003; Carù y Cova, 2007), la experiencia se origina en una serie de complejas interacciones entre el cliente y una empresa o compañía de productos de las ofrendas. Los clientes también pueden co-crear su propia experiencia única, en la que la empresa pone a disposición objetos y contextos que permitan al consumidor dar forma a su propia experiencia. En los últimos años, ha surgido un consenso que caracteriza a la experiencia del consumidor como multidimensional, pero "holístico" de evaluación. Las distintas dimensiones o factores contribuyen a formar este punto de vista holístico, aunque en algunos casos una persona sólo tiene constancia de ellos en el nivel subconsciente. Experiencia del cliente se puede definir en términos de cinco dimensiones: sensoriales (sensación); afectivas (la sensación); cognitivas (pensar), físicas, comportamientos y estilos de vida (acto) e identidad social- experiencias (relacionadas). En su conceptualización, Gentile et al. (2007) agrega un componente adicional, pragmática, definida como el acto de hacer algo. Pine y Gilmore (1999; Gilmore y Pine 2002ª, 2002b) propusieron la economía de experiencia como un paradigma emergente para mejorar el funcionamiento del negocio a través de una amplia gama de industrias, incluyendo turismo y hospitalidad. El concepto de economía de experiencia ha sido presentado esporádicamente a la investigación de turismo y esto añade las dimensiones para interpretar la experiencia turística definida desde una perspectiva de negocio: "Las experiencias son los acontecimientos que contratan a individuos de un modo personal ", por lo que se puede definir la experiencia desde una perspectiva de consumidor, como agradable, comprometida, encuentros memorables para aquellos que consumen estos acontecimientos. Ya sean positivas o negativas, las experiencias se pueden obtener a través de cinco vías (Schmitt, 2003): percepción (todo aquello que nos llega a través de los sentidos), sentimiento (conjunto de emociones que suscita un determinado producto o servicio y que se obtienen a medida que este se disfruta), pensamiento Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 22 (pautas para la reflexión que realiza el cliente), actuación (conducta y el estilo de vida que se proporciona) y relación (encuentro con lo otro). La experiencia turística como experiencia de ocio, según Del Pino (2007), implica una tríada de aspectos: ruptura, emoción y autenticidad, que deberían ser tenidos en cuenta para obtener una comprensión del fenómeno turístico, al considerar la mutua interrelación de esos elementos y su naturaleza psicosocial, que provoca que no siempre sea fácil insertarlo en un contexto espaciotemporal. La experiencia turística es la oportunidad para la diferenciación con la vida diaria e identifica “diferentes modos de experiencia turística” (Cohen, 2005). La experiencia turística puede verse como un todo orgánico en cada uno de los clímax (arte, cultura y patrimonio) y soporte de la experiencia (alojamiento, transportación, compra, entretenimiento y establecimientos de alimentos), complementados unos con otros. La variabilidad de la experiencia turística puede definirse como: diferentes grupos pueden engranar en diferentes experiencias (Uriely, 2005), lo cual puede ser interpretado como similares actividades que pueden crear diferentes experiencias en grupos de un mismo segmento de mercado. Arnould et al. (2002) proponen dividir la experiencia en cuatro fases: La experiencia del pre-consumo, que involucra prever o imaginar la experiencia La experiencia de la compra, que deriva de laopción, el pago, el empaquetamiento, el encuentro con el servicio y el ambiente La experiencia de consumo, que incluye sensación, saciedad, satisfacción/insatisfacción, transformación La experiencia de consumo recordada y la experiencia de nostalgia activan las fotografías para re-vivir una experiencia pasada basada en las historias y en los argumentos con los amigos sobre el pasado. 1.3.1 Las dimensiones de la experiencia turística La industria mundial del turismo se ha convertido en un escenario de fuerte competencia y un reto fundamental para los vendedores es comprender las Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 23 distintivas características de las experiencias de turismo (Perdue, 2002). El turismo es uno de los ejemplos pioneros de la economía como lo demuestra la experiencia en las literaturas anteriores en los años 1970 (por ejemplo, MacCannell, 1973; 1976; Dann, 1977; Cohen, 1979). La experiencia turística es única, cargada de emociones y de valor personal de alta (McIntosh y Siggs, 2005). El turismo ofrece "una experiencia alternativa de tiempo, es decir, fuera de tiempo o época de las fiestas, que aparece como un ritmo alternativo, libre de restricciones del tempo de cada día" (Wang, 2000: 216). Los turistas buscan experiencias auténticas (MacCannell, 1976). Sternberg (1997:954) sostiene además que "los turistas son turistas porque quieren compensar su desencantada vida mundana a través de una exposición temporal a otra - a la aventura, extranjeras, antiguas o espectacular-. Los establecimientos del turismo hacen su negocio en forma determinada a través de la confección y venta de estas "experiencias". En general, las vacaciones son ricas en términos de atributos de experiencia y es principalmente consumida con fines hedónicos (Otto y Richie, 1996). Pine y Gilmore (1998) identifican cuatro "reinos" de las experiencias de los consumidores que se diferencian en dos niveles: el grado de participación de los clientes (frente a la participación activa pasiva) el deseo con el que el cliente se conecta o se relaciona con el evento o rendimiento (absorción e inmersión) como el representado en la figura 1. Las cuatro dimensiones son: entretenimiento, educación, estética y escapismo. El entretenimiento y las dimensiones de la estética implican la "participación pasiva", y el consumidor no afecta ni influye en el resultado de la experiencia. Por el contrario, la educación y las dimensiones de escapismo suponen una "participación activa" mediante el cual los consumidores desempeñan un papel clave en su experiencia posterior. De hecho, Gentile et al. (2007) plantean que las mejores experiencias a menudo son "co-creadas". Según Pine y Gilmore (1998), cada una de las cuatro dimensiones, en última instancia, se combina para formar la experiencia del consumidor óptimo. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 24 Con experiencias educativas, un turista absorbe los acontecimientos que se revelan ante él en un destino, al participar activamente a través de la interacción de la mente y/o el cuerpo. 1.3.1.1 Educación Por lo general, los consumidores que participan en una experiencia educativa han incrementado sus conocimientos o mejorado sus habilidades. En última instancia, los consumidores deben quedar con la impresión de: "Sentí que han aprendido algo". En las literaturas del turismo, un factor motivador clave para viajar es el deseo de auto-educarse (Prentice, 2004). El paradigma romántico de Prentice (2004) sugiere que los turistas se crean, que son motivados a "consumir lo extraordinario", en parte debido a su deseo de aprender y, posteriormente, informe de mayores niveles de consumo satisfacción puesto cuando sus deseos se cumplan (Hosany y Witham, 2009). Figura 1: Dimensiones de la experiencia turística. Fuente: Pine y Gilmore (1999). Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 25 1.3.1.2 Escapismo Una experiencia escapista se puede definir como el grado en que un individuo es completamente absorbido y absorto en la actividad (Csikszentmihalyi, 1990). El turismo proporciona numerosas oportunidades para experiencias escapistas. Las vacaciones ofrecen un escape psicológico de la rutina diaria de la vida (Uriely, 2005). Cohen (1979) señala, además, que una motivación fundamental del turismo es el deseo de buscar un "auto-centro" en otros lugares fuera de las actividades cotidianas. Los turistas están en la búsqueda de la "autenticidad" (Boorstin, 1964) para compensar su "vida inauténtica» que experimentan en el hogar (MacCannel, 1973). Como resultado, en esta búsqueda, los turistas están dispuestos a viajar alrededor del mundo en la búsqueda de experiencias auténticas y que los satisfaga (Turner, 1973). A pesar de su inclusión común como una función importante del destino en la investigación de turismo, la experiencia de escape claramente no ha sido definida y medida para la dirección de destino eficaz. El fenómeno de fuga sugiere que al menos tres componentes tengan que ser considerados para la comprensión clara. Primero, muchas personas se marchan de su vida diaria solamente de los órdenes del día, cueste lo que cueste. Los órdenes del día, donde ellos encabezan, y lo que ellos hacen. Ellos solamente quieren escaparse. Este tipo de fuga se centra en escapar de o la evasión de las rutinas de vida diaria temporalmente, y el devolverse refrescado y recreado. El segundo tipo de fuga es el destino conducido. La gente quiere escaparse a un destino particular (el tirón), independientemente de sus motivos de evitar la vida diaria. Ellos por lo general obtienen una experiencia de escape basada en tal motivación de viajes. El tercer componente de fuga es la participación activa de los turistas en actividades específicas en el destino en el cual ellos se hacen instrumentales en la orquestación de una experiencia de escape (Hosany y Witham, 2009). 1.3.1.3 Estética La dimensión estética según Hosany y Witham (2009) se refiere a «la interpretación de los consumidores del entorno físico que les rodea. Bitner (1992) Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 26 clasifica el medio ambiente físico en términos de tres dimensiones: «en las condiciones ambientales", "distribución espacial y la funcionalidad", y "los signos, símbolos y" artefactos. Una serie de estudios reconocen el papel de la estética en el comportamiento del consumidor, la toma de decisiones y las evaluaciones de servicios (por ejemplo, Turley y Milliman, 2000; Brady y Cronin, 2001). En el turismo y la hospitalidad de la literatura, Bonn et al. (2007) cuentan que el entorno físico de las atracciones de la herencia desempeña un papel importante en la determinación de las actitudes visitantes, el clientelismo y la voluntad de las futuras intenciones para recomendar. En experiencias estéticas, los turistas disfrutan estar en un entorno de destino sin afectar o cambiar la naturaleza del entorno que les presentó. Ellos pasivamente aprecian o son el modo que el destino apela a sus sentidos, no importa el nivel de autenticidad del entorno de destino. Tales experiencias les dejan solamente estar allí. Muchas actividades de turista de visita de lugares de interés representan experiencias estéticas (Hosany y Witham, 2009). 1.3.1.4 Entretenimiento El entretenimiento es probablemente una de las formas más antiguas de la experiencia y por lo general implica una participación pasiva del individuo. Tanto como la dimensión estética, el entretenimiento requiere que los ofrecimientos cojan y ocupen la atención de los clientes y la preparación. La experiencia de entretenimiento ocurre comúnmente cuando los turistas pasivamente observan actividades y/o funcionamiento de otros, incluyendo escuchar la música y leer. Aunque algunas experiencias turísticas, como una peregrinación religiosa, puedan evitar ofrecimientos de hospitalidad, en general ellos añaden a la mayor parte de destinos y enriquecen la experiencia (Hosany y Witham, 2009). 1.3.2 Experienciay autenticidad MacCannell (1973, 1976, 2001) introdujo el tema de la autenticidad en el campo de las motivaciones turísticas y estudios de experiencia (Wang, 1999). Él afirma que el hombre moderno percibe la sociedad como carente de autenticidad y por Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 27 tanto la busca en diferentes lugares. Desde la conceptualización de MacCannell, la autenticidad se ha vuelto un orden en los estudios turísticos (Wang, 1999). Como consecuencia, el concepto se ha interpretado de varias maneras, por lo que se considera un término ambiguo. Existe particularmente mucha confusión concerniente al significado de “experimentar autenticidad”. Esto llevó a Wang (1999) a hacer una distinción entre autenticidad objetiva, constructiva y existencia. La autenticidad objetiva se refiere a lo “genuino” de los objetos visitados por los turistas. Desde este punto de vista, una experiencia auténtica significaría que el turista vea un objeto que es “real” como opuesto a uno “creado” para el consumo turístico. La autenticidad constructiva se dice que es el resultado de la construcción social. De acuerdo con esta perspectiva, una experiencia es auténtica si el turista estima que lo sea (Obenour, 2004). Ambos opiniones de autenticidad se dice que están relacionadas con los objetos; sin embargo, los conceptos de autenticidad objetiva y constructiva no pueden explicar todas las motivaciones y experiencias turísticas. Por tanto, se introduce la noción de la autenticidad existencial, un estado de estar activado por las actividades turísticas. La autenticidad existencial se dice que está relacionada con las actividades; al contrario de la autenticidad objetiva y constructiva. 1.4 Turismo e imaginarios Como bien lo señala Amirou (1995) el imaginario”… engloba toda traducción mental de una realidad exterior percibida, forma parte del campo de la representación. Sin embargo, ocupa la parte de la traducción no reproductora, no simplemente transpuesta en imagen del espíritu, sino creativa, poética en el sentido etimológico del término”. El imaginario, de acuerdo con Hiernaux et al. (2002), puede entonces ser definido en forma preliminar como el conjunto de creencias, imágenes y valoraciones que se definen en torno a una actividad, un espacio, un periodo o una persona (o sociedad) en un momento dado. La representación que el imaginario elabora de un proceso, es construida a partir de imágenes reales o poéticas (inmersas en el Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 28 campo de la fantasía). El imaginario turístico, es entonces aquella porción del imaginario social referido al hecho turístico, es decir, a las numerosas manifestaciones del proceso societario de viajar. Variable en el tiempo, el imaginario lo es también en la influencia que puede ejercer sobre las personas, así que es totalmente desplazado pensar que pueda identificarse un tipo ideal de “imaginario” que refleje el modo de ver el turismo del mundo entero. De paso, sirva esta observación para afirmar que las construcciones de imaginarios turísticos entre sociedades centrales y periféricas son totalmente distintas. Cada sociedad construye sus imaginarios a partir de su historia, su experiencia social, su contacto con las sociedades vecinas y con el resto del mundo, así como sus contextos internos, también denominados “acervos de conocimientos” (Berger y Luckmann, 1997). El imaginario recurre también a las construcciones propias de la representación, construcciones sustentadas por la imaginación, el sueño, la fantasía individual o colectiva4, etc. El imaginario es entonces una construcción mental propia de una época y susceptible de modificarse en la medida que ocurren transformaciones internas o externas en una sociedad. 1.4.1 Idearios turísticos El imaginario integra idearios distintos que tienden a articularse entre sí y con las imágenes que de una problemática nos hacemos. El ideario puede ser definido como un sistema de valorización particular que tiende a priorizar, como útiles y buenos, ciertos ideales societarios que orientan las acciones de los miembros de la sociedad (Hiernaux et al., 2002). A pesar del hecho de que los idearios son construcciones temporales y particulares en una sociedad dada, se presentan constantes en su formación, porque, a fin de cuentas, se construyen en una sociedad dada con sus características peculiares. 4 La fantasía es muy relevante en el turismo, no sólo en la construcción de los imaginarios individuales o colectivos, sino también en las propuestas que hacen los vendedores de sueños, los organizadores de viajes turísticos. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 29 Los idearios turísticos que se articulan entre sí para construir un imaginario turístico dado son, como ya lo afirmamos, construcciones sociales de duración restringida. Hiernaux et al. (2002) han identificado por lo menos cuatro idearios centrales para la formación del imaginario turístico. Estos son: La conquista de la felicidad: felicidad por el contacto con la naturaleza y el regreso a la vida “sana” del campo, por el consumo de imágenes culturales aceleradas (conocer ciudades, descubrir las culturas locales, valorar y saber apreciar ciertos comportamientos y tradiciones exóticas como cocina, bailes, hechura artesanal, etc.) , satisfacción obtenida por el goce del lujo y la actualidad que se deriva de la posesión y del manejo de los aditamentos tecnológicos; todas estas modalidades específicas representan formas peculiares de puesta en práctica, de realización del ideario de la conquista de la felicidad. La capacidad de gasto sin límites, de derroche que se observa en el turismo, son la prueba de que el turista busca, a través del consumo, alcanzar una parcela de felicidad. Aunque sí existe realmente un turismo del sufrimiento: quienes realizan verdaderos esfuerzos sobrehumanos para vencer un pico montañoso, nadar grandes distancias o velear en solitario más allá de lo posible. Si bien la superación personal es parte de la retribución, el castigo y el sufrimiento son parte del acto también. La aceptación del engaño o de la virtualización de la utopía Deseo de evasión: la evasión del mundo cotidiano, competitivo, sometido a la tiranía irrefutable del tiempo con frecuencia irracional, exige un desplazamiento, un viaje para realizar este escape. Y esta sólo puede encontrarse en un distanciamiento radical -decisivo aunque efímero- del mundo de la cotidianeidad. Es donde interviene el turismo, como ruptura frente al mal-vivir en una cotidianeidad opresiva. El descubrimiento de lo otro: descubrir el otro no debe ser interpretado como un viaje etnográfico en la fuente del relato. En el caso del turismo, se ha matizado y filtrado por la intervención de los agentes turísticos que delimitan, a través de la oferta selectiva, lo que puede ser visto y lo que es Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 30 preferible esconder. Así, el turista dista de ser un explorador, aunque mentalmente quiere en ocasiones identificarse con este. El descubrimiento del otro toma, por ende, formas muy distintas, perfiles no sólo fuertemente exóticos (ya hay reservaciones para viajar a la Luna), pero también matices de reencuentro con lo cercano que se ha vuelto “otro” por la falta de conocimiento o tiempo para descubrirlo El regreso a la naturaleza: el mar o la montaña tomaron tanta relevancia para orientar los turistas hacia ciertos destinos a expensas de otros. El sol que “da vitaminas” (sólo mucho después se pensará que también “regala” cáncer), el baño de mar (aun bastante frío en los mares europeos) que “revitaliza” y el aire puro de las montañas que “tonifica” fueron todos conceptos muy difundidos en torno al valor terapéutico de los elementos naturales. La afirmación del ideario de la naturaleza a la cual se debe regresar es paralela a la declinación de la calidad ambiental general y ligada a la vida cotidiana en particular. Comer enlatados,ingerir químicos, vivir en ambiente de polución, todo ello resultó ser un incentivo dramático para todas las clases sociales en la dirección de considerar que la naturaleza es esencial y debe contemplarse como ideario vacacional. La combinación diferencial de los idearios de base determina la existencia de imaginarios turísticos diferentes entre sí y, finalmente, la posibilidad de que se crean modelos turísticos óptimos para distintos grupos sociales. 1.4.2 Imaginario de la experiencia turística El turismo es una práctica social compuesta por tres elementos principales: viaje, ocio y consumo (Álvarez, 1994:33). Dentro de este último se debe incluir el consumo de imágenes en diversas formas y soportes. En múltiples ocasiones se ha reconocido la capacidad de la imagen turística para influir en el comportamiento del turista durante el proceso de selección del destino vacacional (Crompton, 1979; Etchner y Ritchie, 1991; Jenkins, 1999; Larsen y George, 2006; Mayo, 1973; Tasci et al., 2007; Telisman-Kosuta, 1989), y de su Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 31 influencia en el nivel de satisfacción de la experiencia turística (Chon, 1992; Jenkins, 1999). Las imágenes percibidas son imágenes creadas en la mente del individuo, hecho que implica un fuerte nivel de subjetividad. Galí y Donaire (2005) distinguen entre las imágenes percibidas a priori, in situ y a posteriori. Las imágenes percibidas a priori son la construcción mental del individuo antes de visitar el destino; las imágenes percibidas in situ son el resultado de una evaluación de la realidad durante la visita; y finalmente las imágenes percibidas a posteriori implican la reinterpretación de la experiencia vivida en el destino una vez el turista ha regresado a su lugar de residencia. “Una imagen es, en principio, la representación de algo. (…) Desde tal perspectiva [la dimensión icónica de la imagen], podría decirse que lo imaginario se corresponde con lo visual. (…) Lo imaginario llega a nosotros a través de la representación, lo imaginario es aquella representación en la que el elemento representante o significante -habitualmente una figura, pero no sólo - guarda algún tipo de continuidad, más o menos inmediata, con lo representado o significado” (Callejo, 2006:198). La mirada del turista, organizada y sistematizada social y culturalmente, se interrelaciona con otras prácticas sociales, las cuales construyen, mantienen y refuerzan una determinada mirada sobre determinados lugares, al crear un determinado imaginario visualmente materializado y reproducido. Así, una vez en el destino, el turista se convierte en una especie de semiótico que va a la caza de aquellos signos y símbolos (referenciales) previamente difundidos a través del imaginario visual por las prácticas sociales no turísticas, al detener su mirada en aquellos aspectos (atractivos) que se valorizan según las diferentes épocas (Urry, 1996). El imaginario turístico es definido por Hiernaux et al. (2002) como la porción del imaginario social referido al hecho turístico. El imaginario de la experiencia turística puede entonces definirse como las creencias, imágenes y valoraciones que se definen en torno a los escenarios, actividades y actores, los cuáles interactúan para formar la experiencia turística. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 32 Resulta igualmente de gran interés la conexión propuesta por Gunn (1988) entre la formación de la imagen de un destino y las siete fases que integran la experiencia de viaje del individuo: acumulación de imágenes mentales sobre la experiencia vacacional, modificación de estas imágenes por la presencia de información adicional, decisión de viajar, viaje al destino turístico, participación en el destino, retorno a casa y, por último, modificación de la imagen basada en su experiencia vacacional. De este modo, la formación de la imagen del destino turístico se contempla en las dos primeras fases previas a la experiencia de viaje y en la última fase después de su estancia en el destino. 1.4.2.1 Imaginario de la experiencia turística post-consumo Una vez originada la motivación o el deseo de viajar, el turista potencial se compromete en un proceso de búsqueda de información guiado por sus motivaciones. El resultado de esta búsqueda, basada fundamentalmente en fuentes de información comerciales, conduce a la construcción de la imagen inducida sobre los destinos. Una vez visitado el destino, el turista desarrolla una imagen más compleja y realista gracias a su experiencia real. De esta forma, el individuo poseerá una imagen del lugar más diferenciada y no de un simple estereotipo (Crompton, 1979). Finalmente, la experiencia vivida modifica la percepción inicial del destino, lo que da lugar a una imagen más compleja, realista y diferenciada. Cabe resaltar que la satisfacción lograda por el individuo durante su experiencia turística refuerza positivamente su imagen percibida del destino (Chon, 1990). El imaginario de la experiencia turística post-consumo constituye el recuerdo que tienen los clientes de la experiencia turística vivida. Los recuerdos pueden realzarse con la presencia de experiencias sensoriales. Los eventos emocionales tienden a ser mejor recordados que los no emocionales (Dolcos y Cabeza, 2002). Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 33 En otras palabras, lo sensorial no solo genera el compromiso del cliente, sino también el lazo emocional de la experiencia que transforma sus productos y servicios en algo memorable. Pine y Gilmore (1999, Gilmore y Pine 2002a, 2002b) sugieren que la experiencia conduce a la intensificación de la memoria, es decir, recordar un caso particular permitirá una actitud del turista hacia el destino de una manera positiva. Ellos sugieren estrategias prácticas para ofrecerles a los clientes motivos de viaje basados en los recuerdos de la experiencia vivida en el destino. La creación de recuerdos positivos, resultado de una experiencia memorable es esencial en la promoción del destino. Los recuerdos también tienden a ser fuertes cuando las experiencias turísticas son decepcionantes. Las experiencias negativas, como el servicio crítico o fallas del producto, sin duda darán lugar a una actitud negativa hacia el destino. En este sentido, los recuerdos son susceptibles de actuar como un mecanismo de filtrado importante que permitirá a los turistas saber hacia qué destino dirigirse y qué recomendarles a familiares y amigos una vez en el lugar de residencia. Rimé et al. (1992) fundamentan que la mayoría de las experiencias (principalmente emocionales) son compartidas con otras personas corto tiempo después de que ocurren. Una de las formas más populares para comentar el imaginario de la experiencia turística post-consumo lo constituye Internet. Los adelantos tecnológicos alcanzados en la actualidad permiten que los turistas intercambien sus experiencias en los sitios de fórum turísticos. El maravilloso mundo de la Informática posibilita insertar en dichos sitios opiniones, críticas y comentarios de los clientes sobre sus memorias referentes a lo vivido en el destino, y en la mayoría de los casos adjuntar fotografías captadas durante el consumo de la experiencia turística. De esta forma, lo vivido por unos se convierte en lo anhelado por otros. Capítulo 1: Marco Teórico-Referencial 34 1.4.2.1.1 Comentarios sobre las vacaciones vividas La experiencia del viaje transformada en narración participa en la creación del imaginario del otro cercano, y de hecho participa en el imaginario colectivo, en la construcción de cierta visión subjetiva del lugar-destino turístico o del acto turístico en sí. El narrador, como sujeto, reconstruye así su experiencia, la transmite y participa en un imaginario como productor de imágenes. Este punto es particularmente importante porque ayuda a entender porqué el imaginario turístico es a la vez individual y colectivo (Hiernaux et al., 2002). Las opiniones,
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