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Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos - Norena Martínez, David de

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PSICOLOGÍA
DAVID DE NOREÑA MARTÍNEZ 
BEGOÑA GONZÁLEZ RODRÍGUEZ 
ELENA MUÑOZ MARRÓN
GUÍA PRÁCTICA PARA LA 
ELABORACIÓN DE INFORMES
 NEUROPSICOLÓGICOS
7 h 
Guía práctica para la 
elaboración de informes 
neuropsicológicos
David de Noreña Martínez
Begoña González Rodríguez
Elena Muñoz Marrón
Diseño de la colección: Editorial UOC
Diseño de la cubierta: Natàlia Serrano
Primera edición digital: abril 2019
© David de Noreña Martínez, Begoña González Rodríguez, Elena Muñoz Marrón, 
del texto
© Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL), de esta edición, 2019
Rambla del Poblenou, 156
08018 Barcelona
http://www.editorialuoc.com
Realización editorial: Reverté-Aguilar
ISBN: 978-84-9180-462-8
Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y de la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, 
mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o por otros métodos, sin la autorización previa por escrito 
de los titulares del copyright.
http://www.editorialuoc.com
Autores
David de Noreña Martínez
Licenciado en Psicología y máster en Neuropsicología por la Universidad 
Complutense de Madrid (UCM). Trabaja como neuropsicólogo en la 
Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana de Madrid, donde 
ejerce funciones de valoración, peritaje y rehabilitación de pacientes con 
lesiones cerebrales. Imparte docencia en diferentes másteres y postgrados 
de Neuropsicología, y su investigación está centrada en las consecuencias 
cognitivas del daño cerebral adquirido, principalmente en la memoria, las 
funciones ejecutivas y la cognición social.
Begoña González Rodríguez
Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y 
máster en Neuropsicología por la UCM. Desde hace más de una década 
desempeña su labor profesional como neuropsicóloga en la Unidad 
de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana de Madrid. Además, 
de colaborar con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), imparte 
docencia en diferentes másteres y postgrados de Neuropsicología.
Elena Muñoz Marrón
Licenciada en Psicología, doctora en Psicología por la UCM y máster 
en Neuropsicología por la misma universidad. A lo largo de su 
carrera profesional ha combinado investigación, docencia e intervención 
neuropsicológica clínica en pacientes con daño cerebral. En la actualidad 
es profesora titular de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC 
y directora del Máster Universitario en Neuropsicología. Su actividad 
investigadora está centrada en el estudio de las bases neurales de los 
procesos cognitivos, sus alteraciones y su recuperación mediante técnicas 
de estimulación cerebral no invasiva. Es directora y cofundadora del 
laboratorio Cognitive NeuroLab (www.cognitiveneurolab.org).
© Editorial UOC Índice
7
Índice
Capítulo I. El marco de la evaluación 
neuropsicológica .......................................................... 9
1. Niveles de análisis de la neuropsicología................. 12
1.1. Niveles jerárquicos de funcionamiento ............ 16
1.2. Contextos de interacción.................................... 19
2. Objetivos de la evaluación neuropsicológica .......... 23
3. Motivos de consulta .................................................... 26
Capítulo II. Características generales 
del informe neuropsicológico .................................. 33
1. Objetivos y destinatarios ............................................ 33
2. Redacción y estilo del informe 
neuropsicológico.......................................................... 37
3. Terminología habitual................................................. 51
4. Consideraciones médico-legales en el informe
neuropsicológico.......................................................... 58
4.1. Aspectos relacionados con la capacidad 
de toma de decisiones y la competencia .......... 61
4.2. Aspectos relacionados con las habilidades 
funcionales ............................................................ 64
5. Consideraciones en la redacción de informes 
neuropsicológicos pediátricos ................................... 67
6. Formatos de informe neuropsicológico .................. 74
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
8
Capítulo III. Estructura del informe 
neuropsicológico .......................................................... 79
1. Datos personales ......................................................... 81
2. Fecha de evaluación .................................................... 82
3. Motivo de consulta...................................................... 83
4. Historia clínica ............................................................. 86
5. Observación durante la evaluación .......................... 89
6. Evaluación neuropsicológica ..................................... 94
7. Resultados e interpretación en los diferentes 
dominios neuropsicológicos ...................................... 95
8. Conclusiones, juicio clínico y diagnóstico............... 105
9. Recomendaciones........................................................ 109
Capítulo IV. Recomendaciones prácticas para 
la elaboración del informe neuropsicológico ....... 113
1. Recomendaciones generales ...................................... 113
2. Recomendaciones de redacción y estilo .................. 114
3. Recomendaciones de estructura y organización .... 115
4. Recomendaciones de contenidos.............................. 116
Capítulo V. Modelo de informe neuropsicológico.. 121
Bibliografía.......................................................................... 131
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
9
Capítulo I
El marco de la evaluación neuropsicológica
A lo largo de la carrera profesional de un neuropsicólogo, 
es muy probable que escuche alguna vez la expresión: «El 
informe neuropsicológico es nuestra carta de presentación». 
Esta expresión está fundamentada en, al menos, dos premi-
sas: la primera, que se trata de un documento escrito formal, 
en el que se sintetiza una gran cantidad de información con 
un propósito determinado, como ocurre con las cartas de 
presentación (como por ejemplo la que se redacta para acce-
der a un trabajo), y, la segunda, que el informe neuropsicoló-
gico pone de manifiesto ante otra persona (familiar, paciente 
y profesional) las competencias, la seriedad y la experiencia 
del profesional que lo ha redactado.
En un reciente artículo (Postal et al., 2018), se llevó a cabo 
una encuesta tanto a neuropsicólogos como a receptores de 
los informes neuropsicológicos de la que se extrajeron varias 
conclusiones interesantes:
-
dicar una gran cantidad de horas redactando informes que 
consideran que las partes interesadas no van a leer, o solo 
lo van a hacer parcialmente.
-
ron que la gran demora en la entrega de este afectó negati-
vamente a la atención del paciente.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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Los receptores valoraron como muy útiles las secciones 
de diagnóstico o juicio clínico y recomendaciones. Sin em-
bargo, no encontraron demasiada utilidad en la historia 
clínica, las observaciones de comportamiento, los aspec-
tos emocionales o las descripciones para cada uno de los 
dominios cognitivos.
En otro estudio reciente (Von Thomsen et al, 2018) se 
revisó en produndidad la calidad de los informes neuropsi-
cológicos en una unidad clínica ambulatoria. Como resulta-
do de esta práctica, los informes revisados acabaron siendo 
más cortos y mejoraron en la legibilidad, la estructura y la 
eficacia en la comunicación de los resultados y las recomen-
daciones.
Estudios como los anteriores ponen de relieve la necesidad 
de mejorar la elaboración de los informes neuropsicológicos, 
atendiendo a los destinatarios y adaptándolos a los tiempos 
y las necesidades de la población a la que van dirigidos y 
mejorando en aspectos como la concisión, la legibilidad y la 
transparencia a la horade plasmar juicios clínicos y recomen-
daciones específicas.
Una evaluación neuropsicológica debe traducir los datos 
de las pruebas en un programa de acción (Axelrod, 2014). 
Es, precisamente, en el informe neuropsicológico donde se 
materializa todo el proceso de exploración que representa la 
evaluación neuropsicológica, con el fin de guiar una actua-
ción en relación con la persona evaluada, que implica no 
solo al neuropsicólogo, sino también a otros profesionales 
y/o familiares. El informe neuropsicológico no debe limi-
tarse a ser un documento que recoge información relevante, 
sino que debe ayudar a quien lo lee, y debe llevarlo a tomar 
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
11
acciones adecuadas con respecto al paciente (Ownby y 
Wallbrown, 1986).
Probablemente haya tantos estilos de informe neuropsi-
cológico como de profesionales de la neuropsicología, por lo 
que está lejos del objetivo de este manual plantear una guía 
cerrada e inflexible acerca de cómo elaborar un informe neu-
ropsicológico. Más bien trataremos de enumerar y analizar los 
aspectos más relevantes de cara a la elaboración del informe 
neuropsicológico así como de proporcionar una guía sobre 
los aspectos más destacados y los errores más frecuentes, que 
pueden cometerse durante su elaboración.
En líneas generales, los objetivos del informe neuropsico-
lógico se pueden agrupar en cuatro grandes categorías:
Descripción del paciente. La forma de describirlo de-
penderá no solo del estilo individual, sino, como veremos 
más adelante, del propósito de la evaluación neuropsicoló-
gica y del propio informe.
Registro de la ejecución del paciente en las pruebas.
forma clara y directa el resultado de la entrevista, la obser-
vación y las pruebas administradas al paciente.
Comunicación de los resultados a quien lo solicitó.
Por ello el informe debe ajustarse siempre al motivo de 
consulta y debe ser comprensible.
Elaboración de recomendaciones con respecto a la 
atención futura. Nuevamente, el motivo de consulta será 
fundamental en relación con este aspecto. El informe debe 
una exploración), sino también prospectiva, motivando un 
determinado curso de acción.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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Antes de abordar los aspectos más relevantes para la 
elaboración del informe neuropsicológico es necesario 
enmarcarlo teniendo en cuenta los niveles de análisis de 
la neuropsicología, así como la naturaleza de la evaluación 
neuropsicológica.
1. Niveles de análisis de la neuropsicología
La neuropsicología es una especialidad de la psicología que 
aplica los principios de evaluación e intervención basados en 
el estudio científico de la conducta humana en la medida en 
que esta se relaciona con el funcionamiento normal y anor-
mal del sistema nervioso central. La especialidad se dedica a 
ampliar la comprensión de las relaciones cerebro-conducta y 
la aplicación de ese conocimiento a los problemas humanos 
(APA, 2006).
En definitiva, tal y como propusieron Kolb y Wishaw 
(1986), «la neuropsicología es el estudio de la relación 
existente entre las funciones cerebrales y la conducta 
humana».
De definiciones como las anteriores podemos extraer 
algunas conclusiones relevantes sobre la disciplina, las cuales 
van a determinar el contenido y la forma de la exploración 
neuropsicológica y la propia elaboración del informe:
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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La neuropsicología estudia la relación entre cerebro y con-
ducta humana, entendiendo conducta en sentido amplio e 
incluyendo la cognición. A diferencia de otras disciplinas 
-
mo de la neuropsicología. El estudio de las bases genéticas, 
-
resantes para la neuropsicología no en sí mismos, sino en 
tanto en cuanto permiten avanzar en la comprensión de la 
relación cerebro-conducta.
Se trata de una especialidad de la psicología, con caracterís-
ticas propias, pero con un bagaje conceptual y en ocasio-
nes un lenguaje compartido.
-
to, se basa en observaciones sistemáticas de la conducta 
en función de modelos teóricos sobre el funcionamiento 
cognitivo y emocional y sus bases neurológicas.
Tiene interés tanto en el funcionamiento del sistema 
nervioso «normal» como en las patologías que afectan 
a dicho sistema. La neuropsicología clínica es una de 
las principales aplicaciones de la neuropsicología, cuyo 
foco son las patologías que afectan al sistema nervioso 
central, tanto si se deben a una lesión estructural (por 
ejemplo, en casos de daño cerebral adquirido o de de-
mencias degenerativas) como a una disfunción de este, 
como pueden ser la enfermedad mental o los trastornos 
del aprendizaje.
La evaluación neuropsicológica se fundamenta en la 
observación de la conducta y su interpretación a partir de 
los conocimientos acerca del funcionamiento del sistema 
nervioso central y de los procesos cognitivos, emocionales 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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y conductuales. Las principales fuentes de las que dispone el 
neuropsicólogo en este sentido son las siguientes (figura 1):
Figura 1. Principales fuentes del neuropsicólogo en la evaluación neuropsicológica.
La entrevista. Esta puede ser estructurada o semies-
tructurada, y es conveniente realizarla tanto al paciente 
como a las personas de su entorno próximo (pareja, hijos, 
cuidador principal, etc.). En la entrevista, generalmente 
se preguntará por el funcionamiento previo del pacien-
te, sus hábitos y personalidad premórbida (previa a la 
enfermedad o alteración) y las actuales manifestaciones 
cognitivas, emocionales y conductuales. La entrevista será 
la base para construir la anamnesis o historia clínica del 
paciente.
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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Los informes médicos/neuropsicológicos. Los infor-
mes proporcionan tanto una descripción de la conducta del 
sujeto como información acerca de la etiología de la enfer-
medad (en caso de que esté diagnosticada), su evolución y 
pronóstico, las regiones cerebrales afectadas (en caso de se 
hayan objetivado mediante técnicas de neuroimagen) y los 
fármacos u otras intervenciones terapéuticas que se hayan 
aplicado hasta la fecha. Así, los datos de los informes pre-
vios guiarán la exploración y ayudarán en el juicio diagnósti-
co, en caso de que sea necesario establecerlo.
La observación conductual. Puede realizarse de forma 
cualitativa y global, o mediante el uso de registros y escalas 
observacionales. Se valorarán diferentes aspectos, entre los 
que podemos destacar la forma y contenido del discurso 
del paciente, su conducta no verbal y su aspecto general, 
incluida la higiene aparente y el cuidado en el vestido.
Los test neuropsicológicos. Los tests y las pruebas estan-
darizadas constituyen una de las herramientas más usadas 
por el neuropsicólogo. Junto con los autoinformes o las 
escalas observacionales, proporcionarán, además de infor-
mación cualitativa, información cuantitativa sobre el esta-
do cognitivo, las alteraciones emocionales y la conducta del 
paciente. Estas pruebas provocan situaciones controladas 
y altamente sistematizadas, en las que el sujeto debe rea-
cartas en función de diferentes criterios, unir distintos ele-
mentos con un lápiz, evocar palabras, etc. Se registra y se 
operativiza el rendimiento del paciente en las pruebas para, 
con frecuencia, compararlo con los datos normativos de su 
grupo de referencia y conocer, así, si su rendimiento es el 
adecuado o se encuentra alterado.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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Las observaciones discretas que se llevan a cabo en la 
evaluación generalmente no se analizan ni se registran «en 
bruto», sino que es necesario interpretarlas mediante el uso 
de constructos teóricos. Muchas observaciones distintas, en 
situaciones diferentes, nos permitirán inferir el funcionamien-
to cognitivo, emocional y conductualdel paciente de manera 
más fiable. Del mismo modo, la observación de diferentes 
comportamientos discretos en la esfera social (o el reporte de 
estos por parte de paciente o familiares) nos permitirá inferir 
aspectos esenciales como, por ejemplo, la desinhibición con-
ductual.
1.1. Niveles jerárquicos de funcionamiento
En relación con lo anterior, debemos tener en cuenta 
qué niveles de análisis del funcionamiento humano son 
relevantes para la evaluación neuropsicológica. En este sen-
tido, puede ser ilustrativo tener en cuenta la Clasificación 
Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de 
la Salud (CIF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 
2001), especialmente en lo que hace referencia al funciona-
miento anormal. En la CIF se define la discapacidad como 
«los aspectos negativos en la interacción entre un individuo 
con una condición de salud determinada y los factores con-
textuales (ambientales y personales)». Dicha clasificación 
divide el funcionamiento del individuo, con sus problemas 
de salud, en cuatro niveles jerárquicos (órgano, persona, 
entorno y sociedad) y tres contextos en los que interactúa 
(personal, físico y social).
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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1) Nivel del órgano: hace referencia al nivel más básico, que 
implica las estructuras anatómicas que pueden verse afec-
tadas en una determinada condición de salud. Interactúa 
con el contexto personal, es decir, las características 
propias del individuo, que le pueden hacer más o menos 
susceptible a padecer una determinada patología. Este 
nivel no será explorado directamente en la evaluación neu-
ropsicológica, si bien el propósito de algunas evaluaciones 
puede ser inferir, a partir de la conducta del paciente (que 
se enmarcaría en los siguientes niveles), anomalías en algu-
nas estructuras o funciones cerebrales.
Por ejemplo, tras una exploración neuropsicológica de un pa-
ciente con frecuentes crisis epilépticas, se puede llegar a la con-
clusión de la existencia de una afectación de la capacidad de 
codificación de material nuevo de tipo verbal, manteniendo un 
rendimiento normalizado cuando el material por codificar es 
visual. Ante estos resultados podríamos inferir que la localiza-
ción de la lesión, en términos generales, estaría situada en el 
lóbulo temporal del hemisferio izquierdo, y acotar de este modo 
la localización anatómica de la lesión, o la naturaleza de la pato-
logía.
2) Nivel de la persona: un nivel superior al anterior, implica 
las manifestaciones concretas (y globales) del funciona-
miento de los órganos. Es a partir de este nivel donde se 
observarían las alteraciones específicas consecuencia de 
una enfermedad, siempre en interacción con el contexto 
personal y el físico. En este nivel, más propio de la evalua-
ción neuropsicológica, podríamos considerar las conduc-
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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tas alteradas del paciente como manifestaciones de una 
afectación estructural o funcional del cerebro.
3) Nivel de la persona en el entorno: en este caso, el 
foco se centraría en la actividad del individuo en inte-
racción con el entorno físico y social; es decir, en su 
conducta manifiesta, en lo que puede o no realizar, o 
con qué grado de ayuda. La evaluación neuropsicológica 
debe tener en cuenta este nivel en un doble sentido: en 
primer lugar, es necesario tener en cuenta los apoyos y 
las compensaciones que utiliza el paciente para reducir el 
impacto cotidiano de sus problemas neuropsicológicos, 
como por ejemplo, usar una agenda para anotar las citas 
que de otro modo olvidaría o pedir a su pareja que le 
ayude en actividades complejas. Por otra parte, uno de 
los principales objetivos de la evaluación neuropsicoló-
gica es inferir el impacto funcional de las alteraciones 
neuropsicológicas del individuo, teniendo en cuenta sus 
propias características y las de su entorno familiar, social 
y laboral. Dicho de otro modo, los resultados de la eva-
luación neuropsicológica solo tendrán sentido en tanto 
en cuanto permitan inferir el funcionamiento de esa per-
sona en su entorno concreto.
4) Nivel de la persona en la sociedad: es el nivel más 
complejo y tiene que ver con la participación de la per-
sona en situaciones sociales relevantes en su entorno 
cultural. Al igual que en el nivel anterior, debemos ser 
capaces de traducir todo lo recogido en la evaluación 
neuropsicológica al nivel de participación del paciente en 
la sociedad, en aspectos tales como el trabajo, el estudio, 
la maternidad o la paternidad o en actividades de ocio y 
relaciones personales.
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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1.2. Contextos de interacción
Como se ha comentado, además de los cuatro niveles 
jerárquicos mencionados, la Clasificación Internacional del 
Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) tiene 
en cuenta tres contextos en los que los individuos interactúan:
Contexto personal: viene determinado por las caracterís-
ticas individuales, incluidas la vulnerabilidad y la predispo-
sición a sufrir determinadas condiciones de salud, como 
características personales fruto de la propia historia de la 
persona relacionadas, por ejemplo, con el estilo de vida, es-
trategias de afrontamiento, etc. En un sentido más amplio, 
engloba todas las características individuales (edad, educa-
ción, raza, recursos, familia, etc.). En la exploración neu-
ropsicológica dicho contexto será determinante, ya que, 
por una parte, nos permite poder comparar el rendimiento 
actual con el funcionamiento premórbido del paciente y, 
por otra, nos proporciona información sobre el impacto 
individuo en concreto, y su capacidad para compensar, al 
menos, parte de estas.
Contexto físico: implica cualquier factor de tipo físico, 
como la presencia o no de barreras arquitectónicas en el 
entorno habitual del paciente (por ejemplo en su domicilio, 
su barrio, etc.) o el acceso a ayudas técnicas (por ejemplo, 
una silla de ruedas adaptada).
Contexto social: viene determinado por las características 
del entorno cultural y social del individuo que pudieran 
-
nes y los servicios disponibles, los recursos comunitarios, 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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las ayudas económicas, etc. Estos dos últimos contextos 
se consideran factores ambientales que repercuten en la 
actividad del individuo, mientras que el contexto personal, 
desde un punto de vista amplio, se entendería como facto-
res personales.
Así pues, la discapacidad viene determinada no solo por la 
propia patología, sino también por la interacción de esta con 
el contexto específico de la persona en los diferentes niveles. 
Discapacidad es, por lo tanto, un término amplio que engloba 
todos los componentes de dicha interacción: las deficiencias, 
las limitaciones en la actividad y las restricciones en la parti-
cipación (figura 2).
Figura 2. Niveles de funcionamiento del individuo
Fuente: Adaptado de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud 
(CIF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001).
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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: son problemas en las funciones 
-
na. Pueden consistir en una pérdida, defecto, anomalía o 
estadísticamente establecida. Se encontraría entre el nivel 
del órgano (patología) y el de la persona. Por ejemplo, en 
un caso de daño cerebral adquirido, la presencia de una 
hemiplejia izquierda o de una heminegligencia izquierda 
como consecuencia de un infarto en la arteria cerebral me-
Limitaciones en la actividad
-
cultades pueden aparecer como una alteración cualitativa o 
cuantitativa en la manera en que la persona desempeña la ac-
tividad en comparación con otras que no tienen un proble-
ma de salud similar. Se encontraría, por lo tanto, en el nivel 
de la persona en el entorno. Siguiendo el ejemplo anterior, 
los problemasde movilidad y la heminegligencia izquierda 
vida cotidiana como el vestido, el afeitado o la lectura.
Restricciones a la participación: son problemas que una 
persona puede experimentar al involucrarse en situaciones 
vitales, tales como relaciones interpersonales, empleo, etc., 
en el contexto real en el que vive. La presencia de una res-
tricción en la participación viene determinada por la com-
paración de la participación de la persona con discapacidad 
con la de una persona sin discapacidad en una situación 
análoga o comparable. Se encontraría, por lo tanto, en el 
nivel social. En el caso del ejemplo, el paciente podría tener 
dificultades para acceder a un empleo debido a sus limita-
ciones.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
22
Figura 3. Niveles de análisis en la evaluación neuropsicológica
Fuente: Adaptado de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud 
(CIF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001).
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
23
Gran parte de la exploración se realizará en un pri-
mer momento en el nivel de la persona (o del déficit), 
pero teniendo en cuenta los diferentes contextos del 
individuo (el personal, el físico y el social), su capa-
cidad para compensar las limitaciones y el impacto 
que tienen dichas limitaciones en su vida cotidiana. 
Así pues, en la evaluación deberemos «saltar» del 
nivel del individuo (explorado a través de entrevistas, 
test neuropsicológicos, etc.) al nivel de la persona en 
su entorno y en la sociedad con el fin de determinar 
dicho impacto y poder aventurar, si fuera necesario, 
un pronóstico. Por su parte, el nivel del órgano y la 
patología, guiará la evaluación neuropsicológica y ayu-
dará a relacionar la conducta anómala del paciente con 
estructuras y funciones cerebrales que pueden estar 
afectadas (ver figura 3).
2. Objetivos de la evaluación neuropsicológica
La evaluación neuropsicológica, proporciona información 
única sobre el funcionamiento cognitivo, emocional y con-
ductual del paciente y permite responder a diferentes pregun-
tas a las personas, sean o no profesionales, que soliciten dicha 
evaluación. Como veremos más adelante, la pregunta (a la que 
de aquí en adelante llamaremos motivo de consulta) será la que 
guíe los objetivos de la evaluación y el propio proceso de ela-
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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boración del informe neuropsicológico. En líneas generales, 
la evaluación neuropsicológica permitirá dar respuesta a seis 
amplias cuestiones (Lezak et al. 2004):
1) Diagnóstico: identificando la existencia de una disfunción 
cerebral y siendo capaz de diferenciarla de otros trastornos 
que no impliquen necesariamente una lesión estructu-
ral, como por ejemplo, algunos trastornos psiquiátricos 
que sean la causa de alteraciones cognitivas en principio 
reversibles, tales como la depresión. Asimismo, permiti-
rá establecer un diagnóstico diferencial entre diferentes 
enfermedades neurológicas. Por ejemplo, permitirá dife-
renciar una demencia de tipo enfermedad de Alzheimer de 
una demencia por cuerpos de Lewy, o esta última, de un 
deterioro cognitivo leve.
2) Descripción del estado neuropsicológico de un indi-
viduo: detallando cómo una enfermedad o una lesión 
puede expresarse en el nivel de la conducta, las emociones 
y los procesos cognitivos. En este sentido, la evaluación 
neuropsicológica debe reflejar no solo la existencia de alte-
raciones, sino también su severidad y, muy importante, la 
presencia de puntos fuertes, es decir, funciones cognitivas 
y emocionales, que se encuentran preservadas o cuyo fun-
cionamiento se encuentre incluso por encima de la media.
3) Planificación de un tratamiento o la derivación a un 
recurso determinado: identificando, por ejemplo, si un 
determinado paciente reúne los criterios de inclusión/exclu-
sión necesarios para ingresar en un determinado dispositivo, 
o permitiendo incorporarle a determinados programas de 
tratamiento, como por ejemplo, en un taller específico de 
habilidades sociales, de estrategias de memoria o de razo-
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
25
namiento lógico. Además, permite valorar la exclusión en 
determinadas actividades grupales por alteraciones específi-
cas, como pudieran ser la irritabilidad o la agresividad.
4) Valoración de los efectos de un tratamiento: en este 
sentido, es importante contar con pruebas que permitan 
operativizar y medir el cambio y reflejarlo en el informe 
neuropsicológico.
5) Investigación: la evaluación neuropsicológica es una 
potente herramienta de investigación, puesto que permite 
identificar los procesos cognitivos y emocionales que sub-
yacen a determinadas estructuras o circuitos cerebrales; 
por ejemplo, mediante el uso de técnicas de neuroimagen 
funcional así como valorar el efecto de los fármacos u 
otras intervenciones sobre el sistema nervioso central.
6) Aplicaciones forenses: cada vez están más extendidas 
las evaluaciones neuropsicológicas con fines forenses, con 
el objetivo de determinar hasta qué punto un determina-
do evento ha producido un daño en el sistema nervioso 
central, valorar si una persona es capaz de gestionar sus 
finanzas de forma independiente o evaluar el estado men-
tal o la capacidad de toma de decisiones de un individuo 
implicado en una actividad delictiva.
Por último, tal y como señalan Schoenberg y Scott (2011), 
la evaluación neuropsicológica puede proporcionar informa-
ción predictiva con respecto a las consecuencias o al pronós-
tico de una determinada condición, sea conocida o sospecha-
da. Por ejemplo, las variables neuropsicológicas resultan clave 
a la hora de predecir determinados logros funcionales, tales 
como la reincorporación laboral, la vuelta a una vida indepen-
diente o la reincorporación académica, tras un traumatismo 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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craneoencefálico (Ponsoford et al. 2008), o la probabilidad 
de que desaparezcan las crisis epilépticas tras una lobectomía 
temporal (Sawrie et al. 1999).
En este sentido, los resultados neuropsicológicos han pro-
porcionado un valor predictivo superior al de la neuroimagen 
y otras variables clínicas a la hora de identificar a aquellos 
sujetos con un riesgo más elevado de sufrir un deterioro cog-
nitivo con el tiempo en diferentes condiciones, tales como 
epilepsia (Seidenberg et al. 2007), esclerosis múltiple (Achiron 
et al. 2005), enfermedad de Parkinson (Dujardin et al. 2004) o 
deterioro cognitivo leve (Fleisher et al. 2008).
3. Motivos de consulta
Tal y como se ha comentado anteriormente, el informe 
neuropsicológico es un documento en el que se plasma infor-
mación relevante sobre el estado del paciente junto con un 
plan de acción y unas recomendaciones elaboradas a partir de 
la evaluación neuropsicológica. Así pues, la información y el 
plan de acción concreto que se refleje en el informe depende-
rá del motivo de consulta, es decir, de para qué se ha derivado 
a este paciente a la consulta de un neuropsicólogo.
Podemos plantearnos el motivo de consulta como una 
pregunta, general o concreta, que debe remitirse al neurop-
sicólogo. Por desgracia, con cierta frecuencia el profesional 
que deriva a un paciente a neuropsicología, generalmente un 
médico, puede plantear una cuestión tan amplia o vaga como 
«solicito evaluación neuropsicológica del paciente X» o, aún 
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
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peor, «confirmar o descartar organicidad en el paciente X». En 
otras ocasiones, el neuropsicólogo trabaja en un servicio espe-
cializado, como una unidad de rehabilitación del daño cerebral 
adquirido, un centro de día para personas con deterioro cog-
nitivo leve o de demencia, en los que, al atender a población 
clínica generalmente ya diagnosticada, se realizanevaluaciones 
neuropsicológicas de forma protocolaria. En estas, se asume 
implícitamente el motivo de consulta que generalmente tiene 
que ver con establecer un perfil neuropsicológico (incluyendo 
alteraciones y funciones preservadas) con el fin de admitir o 
no al paciente en el servicio (o en un determinado programa) 
u orientar los objetivos de la rehabilitación.
Ya sea porque se encuentra implícito en el marco de traba-
jo del profesional, o porque es excesivamente vago o general, 
el neuropsicólogo debe aclarar el motivo de consulta, pregun-
tando si es necesario al derivador (sea un médico especialista, 
un familiar, un derivador del seguro, etc.) por los motivos de 
la evaluación neuropsicológica. En la tabla 1, se describen 
algunos ejemplos de motivos de consulta, planteados en 
forma de pregunta.
Tabla 1. Ejemplos de motivos de consulta para la evaluación neuropsicológica
«¿Qué perfil de alteraciones neuropsicológicas tiene el paciente X tras sufrir 
un infarto en la arteria cerebral media derecha?».
«¿Se deben los problemas de olvidos del paciente, que se vienen 
produciendo recientemente, al inicio de una demencia?».
«¿Tienen las alteraciones neuropsicológicas de este paciente, que sufrió 
un traumatismo craneoencefálico (TCE) hace varios meses, un impacto 
funcional significativo en cuanto a la independencia o la reincorporación 
laboral». (Con el fin de determinar una indemnización).
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
28
«¿Sufre el paciente X un inicio de demencia o entraría dentro de la categoría 
de deterioro cognitivo leve?».
«¿Es capaz cognitivamente el paciente X de tomar decisiones en relación con 
el manejo de sus finanzas? De forma más específica, ¿tendría el paciente X 
algún impedimento u obstáculo neuropsicológico para poder decidir vender 
el piso, tal y como le ha aconsejado su hijo?».
Relacionado con lo anterior, «¿está el paciente X capacitado para poder 
firmar ante notario un poder absoluto en favor de su hijo, conociendo todas 
las implicaciones de dicho poder?».
«¿Ha mejorado o empeorado cognitivamente el paciente X tras la 
comisurotomía a la que se le sometió para reducir los síntomas de su 
trastorno obsesivo-compulsivo?»
«¿Es el paciente candidato a someterse a una ablación parcial del lóbulo 
temporal izquierdo con el fin de reducir sus crisis epilépticas?».
«¿Es el perfil neuropsicológico del paciente compatible con un trastorno 
de aprendizaje no verbal?».
Preguntas o demandas más vagas, como la que hemos 
señalado antes (ver tabla 1), generalmente sugieren una 
reducida familiaridad con la disciplina neuropsicológi-
ca, así como sobre el alcance y los límites de una herra-
mienta como es la evaluación neuropsicológica. En 
estos casos, resulta conveniente solicitar al derivador 
una mayor concreción en cuanto a los motivos por los 
que se deriva al paciente, exponiéndole y sugiriéndole, 
si así lo consideramos, qué podemos obtener mediante 
la evaluación neuropsicológica.
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
29
Por ejemplo, muchas veces la valoración de organicidad implica 
determinar si las alteraciones neuropsicológicas de un paciente 
dado podrían deberse a una condición diferente de una patolo-
gía mental ya diagnosticada, como pudiera ser depresión o es-
quizofrenia, con un objetivo generalmente terapéutico. En este 
caso concreto, sería importante solicitar al derivador informa-
ción clínica adicional para contar con otros candidatos diagnós-
ticos, por ejemplo, un TCE sufrido años atrás. En otras ocasio-
nes, esa pregunta se realiza cuando el profesional tiene la sospe-
cha de que las alteraciones cognitivas que refiere el sujeto o la 
familia pueden tener como origen una enfermedad neurológica 
que hasta el momento no ha sido diagnosticada.
Tabla 2. Ejemplos de motivos de consulta inadecuados para la evaluación 
neuropsicológica
«Administrar evaluación neuropsicológica».
«Comprobar organicidad en el paciente X».
«Valorar si el paciente ha sufrido un daño cerebral».
«¿En qué región cerebral muestra una disfunción el paciente X?».
«Mostrar aptitudes a partir de la evaluación cognitiva».
Generalmente, cuando no existe una patología conocida, 
los familiares o los médicos de atención primaria o especia-
listas pueden requerir la ayuda de un neuropsicólogo en el 
momento en que comienzan a hacerse evidentes algunos pro-
blemas cognitivos y/o conductuales que hasta el momento 
no aparecían. En la tabla 3 figuran algunas de las quejas más 
comunes que pueden terminar en una derivación al neuropsi-
cólogo (Kulas y Naugle, 2003).
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
30
Tabla 3. Quejas más comunes que pueden conducir a una derivación al servicio 
de neuropsicología
Problemas en la memoria reciente: olvidar eventos o conversaciones del día 
a día.
Perder objetos con frecuencia.
Confusión y desorientación ocasional.
Problemas en la orientación topográfica (por ejemplo, se pierde al intentar 
regresar a casa).
Un cambio en el comportamiento habitual no explicable por otras causas.
Problemas a la hora de tomar decisiones.
Dificultad para gestionar el dinero (por ejemplo, compras excesivas).
Dificultad para reconocer a algunas personas familiares.
Problemas de atención y concentración (por ejemplo, «perderse» en las 
conversaciones o manifestar confusión, dejar de leer, etc.).
Problemas de lenguaje (por ejemplo, dificultad para encontrar palabras o 
empobrecimiento del discurso).
Fuente: adaptado de Kulas y Naugle, 2003.
Teniendo en cuenta la información anterior, los motivos 
de consulta pueden clasificarse en cuatro grandes grupos 
expuestos en la tabla 4:
© Editorial UOC Capítulo I. El marco de la evaluación neuropsicológica
31
Tabla 4. Principales motivos de consulta
Caracterizar los déficits y las funciones preservadas (puntos fuertes) en 
el funcionamiento cognitivo y conductual
Ya sea con el objetivo de acceder y beneficiarse de un tratamiento 
rehabilitador específico o para evaluar el impacto sobre las actividades de la 
vida cotidiana que pueden tener los déficits neuropsicológicos.
Relacionar los déficits con la neuroanatomía funcional
Por ejemplo, relacionar la discalculia, los problemas de lectura y la 
desorientación izquierda-derecha con la integridad de la corteza parietal 
izquierda. O la apatía, lentitud en la velocidad de procesamiento de la 
información y perseveraciones con una patología en los circuitos fronto-
estriatales.
Proporcionar consideraciones diagnósticas
Especialmente cuando se trata de establecer un diagnóstico diferencial. 
La evaluación neuropsicológica puede ser imprescindible, por ejemplo, 
para diferenciar una demencia de tipo enfermedad de Alzheimer de una 
demencia de tipo fronto-temporal, un deterioro cognitivo leve de un 
deterioro asociado a la edad, o una depresión del inicio de una enfermedad 
neurodegenerativa. También aquí deberíamos incluir aquellas demandas que 
buscan contar con un pronóstico; esto es, con estimar la evolución de una 
determinada enfermedad.
Determinar la etiología para los déficits neuropsicológicos
En líneas generales y desde hace décadas, se utilizan de forma rutinaria las 
técnicas de neuroimagen estructural (fundamentalmente, TAC y RM) con 
el fin de caracterizar la etiología de determinados cuadros neurológicos. 
No obstante, la exploración neuropsicológica sigue siendo útil a la hora 
de diagnosticar determinadas patologías para las que dichas técnicas no 
son todavía sensibles, como enfermedades neurodegenerativas, algunas 
epilepsias, trastornos de aprendizaje o trastorno de déficit de atención.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
32
El motivo de consulta determinará el enfoque de la 
evaluación neuropsicológica y, en última instancia, de la 
elaboración del informe neuropsicológico. Los motivos 
para derivar a un paciente a un servicio de neuropsico-
logíapueden ser heterogéneos, pero en general caerán 
dentro de las cuatro categorías anteriores. Debemos 
recordar que el informe neuropsicológico es un docu-
mento formal en el que se incluye información cuan-
titativa y cualitativa sobre el funcionamiento cognitivo 
y emocional de un paciente, así como una serie de 
recomendaciones o un juicio clínico cuyo objetivo es 
promover un cambio o ayudar en la toma de decisiones 
como acceder a un recurso o a una ayuda, obtener pau-
tas para manejar determinadas situaciones, etc. Por ello, 
cuanto más claro y específico sea el motivo de consulta, 
mejor será la respuesta proporcionada por el informe 
neuropsicológico.
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
33
Capítulo II
Características generales del informe 
neuropsicológico
La extensión y el formato del informe neuropsicológico 
pueden ser muy variables en función del objetivo de la eva-
luación neuropsicológica y el destinatario, de la institución 
en la que se realiza, de las preferencias del neuropsicólogo, 
etc. No obstante, es importante tener en cuenta que la mayo-
ría de los informes incluirán en su estructura los siguientes 
apartados, los cuales serán tratados en profundidad en el 
siguiente apartado:
Motivo de consulta.
Historia clínica.
Pruebas aplicadas.
Conducta observada durante la exploración.
Resultados.
Conclusiones, juicio clínico y diagnóstico.
Recomendaciones.
1. Objetivos y destinatarios
En la gran mayoría de los casos, el paciente es el foco 
central de la evaluación, por lo que el destinatario final del 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
34
informe será el propio paciente o su tutor o representante 
legal, en caso de que lo tenga.
No obstante, debemos tener en cuenta que con frecuencia 
el paciente llegará remitido por un tercero, ya sea un profe-
sional de la salud que lo deriva, por ejemplo un neurólogo, 
médico de cabecera o psiquiatra, que requiere del informe 
para tomar determinadas decisiones clínicas, o bien un fami -
liar preocupado por su situación. Además, el acceso a algu-
nos recursos y ayudas vienen determinados por el grado de 
dependencia, el nivel de discapacidad o la incapacidad laboral 
permanente por lo que su concesión puede depender, al 
menos en parte, de la evaluación reflejada en el informe neu-
ropsicológico, por lo que diferentes personas u organismos 
pueden ser también los destinatarios del informe neuropsico-
lógico, siempre respetando la Ley de autonomía del paciente 
(Ley 41/2002, del 14 de noviembre ).
Por otro lado, con cierta frecuencia en patologías como 
el daño cerebral adquirido, los pacientes deberán acceder a 
un costoso programa de rehabilitación multidisciplinar que, 
en algunos casos, será costeado no por el propio paciente 
o su familia, sino por un seguro (en el caso de accidentes 
de tráfico, por ejemplo), una mutua laboral (en el caso de 
accidentes laborales), o bien por la propia Seguridad Social 
(directamente o por medio de conciertos con centros pri -
vados). Dichas entidades, que marcarán los criterios de 
inclusión y exclusión para acceder a determinados servi -
cios y exigirán resultados para decidir hasta dónde siguen 
costeando la rehabilitación, también pueden solicitar un 
informe neuropsicológico, generalmente enmarcado en el 
contexto de un informe más amplio en el que participen 
otros profesionales como médicos, fisioterapeutas, logope -
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
35
das, terapeutas ocupaciones, trabajadores sociales, psicólo -
gos, etc.
En ocasiones, alguna de las partes en un juicio, o el pro-
pio juez, solicitará un peritaje neuropsicológico para tomar 
determinadas decisiones procesales en situaciones relaciona-
das con la capacidad del paciente para tomar decisiones y la 
posibilidad de una incapacitación legal, el alcance de secue -
las derivadas de una enfermedad o accidente y las posibles 
indemnizaciones, así como el grado de responsabilidad en 
la comisión de un delito. En estos casos, con frecuencia el 
paciente no será el destinatario del informe, y así se deberá 
hacer constar durante la evaluación.
Por último, en el caso de menores de edad, las personas 
que tienen su tutela (generalmente, los padres) serán las des -
tinatarias primarias del informe neuropsicológico, siempre en 
beneficio de su familiar.
En líneas generales, deberemos tener en cuenta que un 
informe neuropsicológico, como cualquier otro documento 
clínico o legal de importancia, es muy probable que pase a lo 
largo del tiempo por muchas manos, de personas concretas, 
profesionales e instituciones. Debido a ello, no debemos per -
der de vista la importancia que tienen el contenido y la forma 
del informe neuropsicológico y la gran responsabilidad que 
ello supone para el neuropsicólogo.
En cuanto a los destinatarios, en líneas generales, pode -
mos dividir a los potenciales lectores del informe neuropsico-
lógico en dos categorías:
Lectores primarios: generalmente, se corresponden con 
el propio paciente, sus familiares directos, los cuidadores 
y los derivadores (o pagadores): médicos de la Seguridad 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
36
Social y de mutuas y, en algunas ocasiones, abogados o jue -
ces. Podríamos decir que los lectores primarios son aque -
llos a los que tendrá en cuenta el neuropsicólogo a la hora 
de elaborar el informe, generalmente por ser sus destina-
tarios principales.
Lectores secundarios: entre los que estan todos aquellos 
profesionales que podrán acceder al informe a lo largo del 
tiempo, sin ser necesariamente los destinatarios iniciales. 
Entre los lectores secundarios destacan otros profesiona-
les sanitarios, maestros, directores de escuela, trabajadores 
sociales, abogados o jueces.
Como norma general, debemos tener en cuenta que el des -
tinatario último del informe será el paciente, al haber sido este 
el objetivo de la evaluación neuropsicológica y ser el poseedor 
de los datos confidenciales que este contiene. Lo habitual en 
muchos contextos es que se realicen, al menos, dos o tres 
copias del informe: una para el proveedor/derivador/paga-
dor1, otra que constará en la historia clínica del paciente en el 
centro en el que se ha llevado a cabo la evaluación, debida -
mente protegido y asegurado, y, por último, si así lo solicita, 
otra copia para el propio paciente. Lo solicite explícitamente 
o no, debemos siempre ser claros y éticos en la transmisión 
de información, indicando al paciente quién será el destinario 
del informe y proporcionándole toda la información posible 
acerca de los resultados.
1. Siguiendo el Reglamento general de protección de datos (RGPD) del 
Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea (Reglamento UE 
2016/679 ).
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
37
2. Redacción y estilo del informe 
neuropsicológico
La redacción y el estilo específico de un informe neu -
ropsicológico dependerá de múltiples factores, entre los que 
podemos citar, al menos, los siguientes:
El destinatario del informe y el motivo de consulta.
El objetivo de la evaluación neuropsicológica.
Las características particulares de la institución. Entre es -
tas, podríamos indicar algunas como la extensión máxima 
del informe, si el formato es cerrado (predeterminado) o 
abierto, si elaboramos el informe junto con otros profe -
sionales que integran el equipo multidisciplinar, el tiempo 
disponible para su elaboración, la incorporación o no de 
datos numéricos en el informe, etc.
-
nará los constructos habitualmente utilizados, el uso o no 
de terminología relacionada con síndromes clásicos, el ma-
yor o menor uso de la psicometría, etc.
El estilo y preferencias del neuropsicólogo a la hora de 
redactar: el uso del lenguaje, la preferencia por la descrip-
ción o por la enumeración de alteraciones y característi -
cas, etc.
La pericia y la experiencia del neuropsicólogo.
Debemostener en cuenta que, con independencia de 
lo anterior, el estilo general de redacción debe ser formal y lo 
más objetivo posible. Por lo tanto, debe evitarse un lengua-
je coloquial y el uso de manierismos y expresiones propias 
de este como, por ejemplo, el uso de la primera persona 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
38
(«c onsidero qu e el paciente…») o de expresiones excesiva-
mente subjetivas («podría tener un problema de atención…»). 
Debemos recordar, además, que el informe ha de ser com -
prensible, evitando la jerga y la ambigüedad en las expresio-
nes, y facilitando la comprensión al destinatario. Debe ser 
conciso y preciso, dejando clara la información relevante y las 
recomendaciones y objetivos futuros.
Algunos autores recomiendan el uso del «modelo del pro -
ceso de exposición» (EPM, por sus siglas en inglés) ideado 
por Ownby (1992) a la hora de redactar el informe neurop -
sicológico. Desde este modelo, que enfatiza los criterios de 
calidad, orden y precisión, se plantea que el neuropsicólogo 
debe presentar los resultados de la evaluación neuropsicológica 
partiendo de los datos ordenados de la observación y de las 
pruebas administradas, interpretándolos desde los constructos 
neuropsicológicos intermedios (memoria operativa, reconoci -
miento, etc.) y orientándolas hacia el motivo de evaluación, con 
especial interés en el apartado de juicio clínico, conclusiones y 
recomendaciones. En este sentido, el proceso de elaboración 
del informe neuropsicológico seguiría al menos tres pasos:
1) La presentación ordenada de los datos en el informe,
entendiendo por datos no únicamente las puntuaciones 
de las pruebas administradas, sino todas las observaciones 
realizadas durante la evaluación. Los datos deben presen -
tarse en un formato que sea claro, objetivo, fácilmente 
comprensible por el lector y evitando las incongruencias 
y ambigüedades.
2) La interpretación de los datos a partir de los construc-
tos neuropsicológicos que representan. Es necesario 
no quedarse en la descripción en crudo de la conducta del 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
39
paciente o su rendimiento en los test, por lo que el neu-
ropsicólogo debe hacer referencia a aquellos conceptos 
neuropsicológicos cuyo funcionamiento se está infiriendo 
a partir de la evaluación, tales como atención, funciones 
ejecutivas, memoria a largo plazo, etc. En este sentido, 
debemos, primero, no asumir que todo el mundo conoce 
qué es la memoria operativa, las funciones ejecutivas u otros 
conceptos neuropsicológicos, debiendo explicar o ejempli -
ficar dichos constructos a partir de la ejecución del paciente 
cuando sea necesario. En segundo lugar, si realizamos una 
descripción pormenorizada de la ejecución del paciente en 
una prueba, debemos describir la ejecución del paciente 
en la tarea, no la tarea en sí. A continuación se pueden com -
parar dos ejemplos de exposición de los mismos resultados:
Planteamiento incorrecto: «El paciente entendió desde el pri -
mer momento el criterio de clasificación (color) en el WCST y, 
cuando este cambió, fue capaz de plantearse diferentes hipóte -
sis (primero número y luego forma) que comprobó hasta acer -
tar, cometiendo algunos errores perseverantes en el proceso».
Planteamiento correcto: «Muestra una buena capacidad para 
generar alternativas de respuesta cuando esta no se ajusta al 
objetivo (flexibilidad cognitiva), beneficiándose del feedback pro-
porcionado. Presenta una buena capacidad para categorizar en 
base a diferentes criterios».
3) Relacionar las conclusiones y recomendaciones con 
la interpretación de los constructos intermedios.
Debemos extraer las conclusiones únicamente a par -
tir de la interpretación de los datos y los constructos 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
40
neuropsicológicos relacionados, sin perder de vista el 
motivo de consulta. En general, es importante evitar los 
saltos inferenciales en la explicación, evitando plantear 
ideas que no se desprenden directamente de la evaluación 
neuropsicológica.
Ejemplos de inferencias inadecuadas serían: «El paciente se ríe 
ante los comentarios del entrevistador, demostrando un buen 
sentido del humor». «El paciente presenta dificultades para con-
ducir, debido a que las habilidades visoespaciales y la velocidad 
de procesamiento de la información se encuentran comprome-
tidas.» De la observación no se desprende necesariamente que 
el paciente tenga un gran sentido del humor, ya que la risa po -
dría deberse a distintos motivos, tales como el nerviosismo o 
una desinhibición conductual. En el segundo caso, estamos es -
tableciendo una relación de causalidad clara, cuando hay mu -
chos más factores en juego que pueden condicionar la conduc-
ción del paciente. Frases como las anteriores podrían matizarse 
utilizando expresiones probabilísticas, o menos contundentes: 
«Las dificultades visoespaciales y la ralentización en la velocidad 
de procesamiento de la información podrían afectar eventual-
mente a la capacidad de conducción».
Desde el Modelo EPM se plantean diferentes recomenda -
ciones para seguir los tres pasos anteriores en la elaboración 
del informe con la mayor eficiencia posible:
1) Utilizar un lenguaje comprensible: es mejor emplear 
palabras de uso común que tecnicismos o cultismos, y 
construir frases lo más parsimoniosas posibles, evitando 
la ambigüedad (por ejemplo, evitar expresiones como 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
41
«demasiados estímulos» o «posible heminegligencia»). Usar 
un lenguaje comprensible y con expresiones frecuentes no 
significa, en absoluto, el uso de coloquialismos informales, 
pero sí implica elegir las expresiones adecuadas atendien -
do al criterio de parsimonia y sencillez.
Por ejemplo, es preferible indicar «el paciente presenta exceso 
de familiaridad, infantilismo y baja tolerancia a la frustración, 
compatible con un trastorno orgánico de personalidad de tipo 
desinhibido» que «el paciente presenta signos sugerentes de un 
trastorno orgánico de personalidad subtipo desinhibido, tales 
como exceso de familiaridad, infantilismo y baja tolerancia a la 
frustración». O «necesita ayuda para alimentarse debido a los 
problemas atencionales» que «muestra afectación en los sub -
componentes de procesamiento necesarios para completar con 
éxito la autoalimentación, tales como la atención…».
2) Evitar la jerga neuropsicológica: es recomendable evitar 
en la medida de lo posible el uso de tecnicismos propios 
de la disciplina que, sin embargo, pueden resultar incom-
prensibles a otros profesionales y familiares. Este aspecto 
puede resultar complicado, especialmente para los neurop-
sicólogos noveles, que todavía no son capaces de discernir 
con precisión qué términos pueden resultar comprensibles 
(o por lo menos deducibles) por no-neuropsicólogos y 
qué términos pueden ser crípticos. Por otra parte, el uso 
de tecnicismos es algo inevitable en cualquier disciplina 
especializada, ya que dichas palabras o expresiones hacen 
referencia a constructos teóricos esenciales y aportan unos 
significados para los cuales no siempre existe una equiva-
lencia lingüística más sencilla. Una posible matización de 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
42
este punto sería reducir al máximo el uso de tecnicismos 
y jerga, aportando una breve explicación adicional cuando 
sea necesario.
En este sentido, podríamos señalar que es más adecuado comentar 
«el paciente presenta problemas para mantener la información 
verbal a corto plazo necesaria para completar la tarea (memoria 
operativa)» en lugar de «el paciente presenta problemas de memo -
ria operativa, especialmente en el bucle fonológico». Otro ejemplo 
sería «se beneficia de ayudas/pistas a la hora de evocar informa -
ción de la memoria reciente» en lugar de «se beneficia de claves de 
recuperaciónsemánticas al acceder a la información almacenada».
3) Utilizar palabras y expresiones que aporten precisión 
al contenido: el uso de calificativos es muy frecuente a la 
hora de describir alteraciones neuropsicológicas. No obs-
tante, el sobreuso de estos puede debilitar el potencial per -
suasivo del informe o restar credibilidad a los resultados 
de la evaluación. Las expresiones posible o probable tienen 
más sentido cuando se habla de diagnóstico o pronóstico 
que en la exposición de resultados.
Por ejemplo, decir que un paciente «muestra probables proble-
mas en la memoria autobiográfica episódica» resta credibilidad 
a la evaluación, al poner de manifiesto la inseguridad del que 
redacta el informe. En este sentido, el informe debe reflejar la 
confianza que tenemos en la evaluación, tanto si hablamos de 
puntuaciones en test como de observaciones conductuales.
Es necesario también evitar expresiones excesivamente 
vagas y generales, para no caer en el efecto Barnum. Esto es, 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
43
que una misma frase o expresión pueda aplicarse a una 
gran mayoría de individuos.
Ejemplos de frases vagas y generales serían «el paciente empeo -
ra a medida que aumenta la dificultad de la actividad», o «mues -
tra un mejor rendimiento en la tarea de reconocimiento que en 
la evocación libre». En líneas generales, todos rendimos peor si 
aumenta la dificultad, y el reconocimiento es más robusto que 
la evocación libre.
4) Emplear frases cortas: es fundamental utilizar una estruc -
tura gramatical sencilla, tanto en lo referente a las frases 
como a los párrafos. En líneas generales, las frases más 
cortas son también más comprensibles y efectivas a la hora 
de comunicar información.
Evitar frases como «los procesos atencionales básicos, tales 
como la atención focalizada y sostenida, muestran un funciona -
miento dentro de la media, mientras que aquellos procesos 
atencionales más complejos, tales como la atención alternante o 
dividida, se encuentran alterados, especialmente cuando la acti -
vidad en curso exige presión de tiempo…».
5) Presentar una idea principal por párrafo: es importan-
te recordar que un párrafo tiene que contener un pensa -
miento o idea unificada, apoyada en varias frases. Así pues, 
los párrafos deben estar compuestos de frases que con -
tienen información estrechamente relacionada. Impacta 
negativamente al lector tanto el condensar muchas ideas 
diferentes en un mismo párrafo como repartir una misma 
idea entre varios.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
44
6) No incluir información irrelevante: como se ha seña-
lado anteriormente, el informe neuropsicológico recoge 
los patrones de respuesta de un paciente y los ordena de 
modo que conduzcan a unas conclusiones. Por ese motivo, 
no es aconsejable incluir información que no contribuya a 
dichas conclusiones, ya que esta puede confundir al lector 
del informe, no dejando claro cuál es realmente la infor -
mación importante.
Por ejemplo, la frase «no se observaron indicios de simulación 
o exageración de respuestas» puede tener sentido en una valo -
ración forense, pero no ser del todo apropiada en un informe 
evolutivo de un paciente que está recibiendo rehabilitación. Del 
mismo modo, mencionar «no se observa ideación autolítica» en 
un paciente que ha sufrido un ictus y sin antecedentes previos 
de enfermedad mental o alteraciones en el estado de ánimo 
puede llevar a confusión y generar en el lector algo que se pre -
tende clarificar o minimizar. En otras ocasiones, no obstante, sí 
que resulta relevante indicar las alteraciones o conductas que se 
encuentran ausentes en el paciente. Por ejemplo, señalar que «su 
rendimiento mnésico se encuentra dentro de la media» o «se 
muestra colaborador, no observándose comportamientos dis -
ruptivos» es absolutamente relevante al describir el patrón de 
puntos fuertes y débiles en un paciente que, por ejemplo, ha 
sufrido un TCE y, por tanto, podría presentar tanto problemas 
mnésicos como alteraciones de conducta.
7) Gestionar lo mejor posible ambigüedades e inconsis-
tencias: en una situación ideal, la evaluación neuropsicológica 
debería generar una única explicación parsimoniosa de las 
conductas del paciente. A la hora de la verdad, las funciones 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
45
cognitivas y emocionales del paciente, inferidas a partir de 
su conducta, pueden tener su origen en diferentes disfun -
ciones cerebrales junto con una gran cantidad de factores 
premórbidos como la personalidad y las estrategias de 
afrontamiento, el nivel intelectual, las alteraciones del estado 
de ánimo, los déficits sensoriales, el consumo de alcohol y 
otros tóxicos, la presencia de enfermedades médicas, etc. 
Además, debemos tener en cuenta la inestabilidad de deter -
minados comportamientos o síntomas, que pueden estar 
sujetos a la fatiga, la motivación, el efecto de los fármacos, el 
contexto de evaluación, las propias fluctuaciones asociadas 
a la patología o las preocupaciones del momento, por poner 
algunos ejemplos. La labor del neuropsicólogo es propor -
cionar la mejor explicación posible del funcionamiento 
actual del paciente, no la única posible. En algunas ocasio-
nes, es preferible y más honesto reflejar en las conclusiones 
del informe nuestra propia incertidumbre, más que plantear 
una verdad absoluta, obviando cualquier otra interpretación 
razonable de los resultados.
Por ejemplo, en un caso especialmente complejo, sería preferi-
ble indicar que «las alteraciones antes señaladas podrían ser 
compatibles con una demencia de tipo fronto-temporal» que 
«las alteraciones antes señaladas permiten establecer el diagnós-
tico de demencia fronto-temporal».
8) Revisar el borrador del informe: aunque pueda pare-
cer obvio, además de revisar el contenido debemos ase -
gurarnos de que nuestro informe no contiene faltas de 
ortografía ni errores gramaticales. Una gramática pobre, 
por ejemplo con frases muy largas o mal construidas, no 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
46
solo hace más costosa la lectura del informe, sino que 
mina profesionalidad del neuropsicólogo y debilita la con-
fianza que puede depositar el lector en él. Así pues, es fun -
damental revisar siempre el documento que se va a enviar 
o a imprimir, asegurándonos las veces que sea necesario de 
que los datos que se exponen del paciente y la estructura y 
forma del informe son las adecuadas.
Siguiendo este modelo, a continuación se presenta un 
ejemplo de un estracto de un informe poco profesional, 
adaptado de Vanderploeg (2014).
Ejemplo de informe poco profesional
El paciente es un varón agradable y colaborador de 26 años, que 
posee un rendimiento intelectual promedio. Las alteraciones 
cognitivas son el claro reflejo del impacto del daño cerebral 
sobre un cerebro en desarrollo. Se hallaron problemas específi-
cos en la memoria a corto plazo y memoria verbal, así como un 
impacto general sobre las capacidades de atención y concentra-
ción que se traducen en la habilidad para focalizar, sostener la 
atención en la tarea y no distraerse. La capacidad para resolver 
problemas y el razonamiento lógico están bien desarrollados y 
las puntuaciones en estas habilidades no parecen indicar una 
afectación debido a problemas de velocidad de procesamiento 
de información, al ser medidas con presión de tiempo. Muestra 
vulnerabilidad a la distracción tanto con estímulos externos 
como internos, es muy susceptible a la pérdida de información 
y, por lo tanto, tiende a cometer errores en las conversaciones y 
en la comunicación en general. El funcionamiento cotidiano se 
ha visto afectado debido al hecho de que ya no tiene confianza 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
47
en sí mismo o en su ejecución, lo que se traduce en un grado 
sustancial de ansiedad, así como sintomatologíageneral de de -
presión. Su funcionamiento se basa fundamentalmente en su 
capacidad para utilizar el razonamiento lógico, así como su ca -
pacidad de análisis y síntesis para poder resolver situaciones 
problemáticas que le confunden.
Probablemente, las primeras reacciones al leer el texto 
anterior sean de confusión y cierta molestia con su autor. 
Como podemos comprobar, las frases son excesivamente 
largas y con demasiados constructos y palabras técnicas en 
cada una de las oraciones. Simultáneamente, se utilizan algu -
nas expresiones coloquiales tales como «agradable» y otras 
poco fundamentadas, o cuyo significado es oscuro, como 
puede ser el hecho de hablar de un «cerebro en desarrollo» 
(en un hombre de 26 años), «distracción con estímulos inter -
nos», etc. Asimismo, se vincula información de tal forma 
que induce a error, estableciendo ausalidades cuando menos 
discutibles (por ejemplo, que la ansiedad y la depresión se 
deben necesariamente a su baja autoconfianza y que son las 
que determinan el impacto funcional) o proporcionando 
información irrelevante (por ejemplo, haciendo referencia 
a la presión de tiempo o la velocidad de procesamiento de 
la información). Comparemos, sin embargo, el mismo caso 
redactado de otra forma.
Ejemplo de informe profesional
El paciente es un varón de veintiséis años que fue derivado para 
valorar su funcionamiento cognitivo y emocional actual, tras haber 
sufrido un traumatismo craneoencefálico dieciséis meses antes.
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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Mostró un rendimiento dentro de la media en medidas de funcio-
namiento intelectual general y resolución de problemas complejos.
Por el contrario, mostró dificultades significativas en tareas de 
atención sostenida y concentración, así como en memoria verbal.
Presenta un cuadro afectivo en el que destacan síntomas de 
depresión y ansiedad. Refiere problemas a la hora de comuni -
carse de forma efectiva con los demás, ya que tiende a malinter -
pretar señales sociales como resultado de sus procesos atencio-
nales deficitarios y su tendencia a distraerse. Parece confiar, no 
obstante, en sus habilidades preservadas a la hora de afrontar 
los problemas de concentración y memoria.
Autores como Hebben y Milberg (2009) proponen, en la 
línea de las recomendaciones contempladas en el EPM, una 
serie de máximas que todo neuropsicólogo debe considerar a 
la hora de redactar un informe neuropsicológico:
-
nes correctas de las pruebas. No solo se debe compro-
bar que el borrador y la transcripción de las puntuaciones 
no contienen erratas, sino también asegurarnos de que las 
puntuaciones que se proporcionan son las adecuadas para 
el objetivo del informe. En este sentido, la puntuación
directa no ofrecerá información útil por sí sola sin un mar -
co de comparación; es decir, sin una puntuación estandari-
zada o un percentil.
Evitar palabras y jerga técnica. Utilizar un lenguaje 
comprensible y aclarar los constructos que se utilizan, en 
la medida de lo posible.
Ajustar la longitud del informe a la persona que lo va 
a recibir. Así como al objetivo del informe. Por ejemplo, la 
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extensión será diferente en una nota clínica evolutiva, un in -
forme forense exhaustivo, un screening neuropsicológico, etc.
Incluir los datos relevantes de la historia. No obviar la 
información importante que puede condicionar la evalua-
ción, como por ejemplo, la existencia de un TCE previo, 
la presencia de una enfermedad mental, el uso de psicofár -
macos, etc.
Evitar datos irrelevantes. Tanto en relación con la historia 
del paciente como en el rendimiento durante la evaluación.
Hacer una descripción física y conductual del pacien-
te. Como comprobaremos más adelante, es fundamental 
incorporar una descripción de carácter cualitativo acerca 
de la colaboración del paciente, su comportamiento duran-
te la evaluación, la adecuación de su vestimenta, el aspecto 
físico, etc.
Nombrar y describir las pruebas administradas, así 
como su puntuación. No en todos los formatos de infor -
me será necesario, si bien es lo esperable tras una evalua -
ción neuropsicológica exhaustiva.
Proporcionar las puntuaciones de todas las pruebas, 
incluidas las que no han salido afectadas. Es necesario 
implica también describir aquellos procesos cognitivos en 
los que el rendimiento es normal o superior a la media, así 
el hallazgo.
Considerar todas las evidencias para interpretar los re-
sultados y no solo las puntuaciones de las pruebas. Las 
fuentes de información del neuropsicólogo no se limitan a 
las pruebas y puntuaciones de los test, sino que la evalua -
ción cualitativa debe desempeñar también un papel crucial 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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en la interpretación de los resultados, aspectos en el que el 
grado de experiencia del profesional cobra gran valor.
No vincular las puntuaciones de las pruebas a la loca-
lización de la lesión. Por una parte, las pruebas neuropsi-
cológicas no valoran procesos cognitivos únicos (atención 
sostenida, memoria episódica), de modo que la puntuación 
proceso cognitivo se encuentra afectado. Por otra parte, 
los procesos cognitivos están sustentados por redes cere-
brales por lo que vincular la puntuación de una prueba con 
inadmisible, con independencia de las asunciones previas 
acerca de cada prueba o el nombre con el que se la conozca 
(por ejemplo «batería frontal»).
.
Las recomendaciones que se plasmen en el informe no de-
ben ser generales o vagas («se recomienda una asistencia en 
aquellas actividades de la vida cotidiana en las que necesita 
ayuda»), sino que deben aportar algo nuevo y útil a la situa-
ción del paciente, su tratamiento o el entorno.
-
zado respecto a las pruebas y el impacto que pueden 
haber tenido en la interpretación de las mismas. Por 
ejemplo, debe explicarse si se ha tenido que ampliar la 
hoja de respuesta debido a la existencia de un problema 
visual, si se ha prescindo de los tiempos marcados en las 
instrucciones de la prueba, se han adaptado los instru -
mentos de respuesta, por ejemplo el lápiz o teclado, o si 
debido a la presencia de un problema sensoriomotor se 
han tenido que utilizar componentes mayores en tareas 
manipulativas.
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
51
3. Terminología habitual
Para cualquier persona no familiarizada con la neurop-
sicología, con cierta frecuencia los términos y constructos 
neuropsicológicos pueden resultar poco claros, confusos e 
incluso crípticos. La agenda visoespacial o la amplitud atencional 
pueden ser conceptos muy evidentes para un neuropsicólogo, 
pero totalmente ajenos para la mayor parte de los lectores 
potenciales de un informe. Por no hablar de las pruebas neu -
ropsicológicas habitualmente administradas, como el TMT, el 
test de Stroop o el WCST, la mayoría de ellas completamente 
desconocidas fuera del ámbito neuropsicológico.
A diferencia de otros informes de corte psicológico, el 
aspecto único del informe neuropsicológico es la inclusión 
en él de puntuaciones de pruebas o de descripciones del ren-
dimiento del paciente en estas. Para ello, debemos tener en 
cuenta, a la hora de transmitir la información, que nuestras 
conclusiones se basan siempre en una comparación. Esto es, 
para concluir que una determinada función está alterada o 
no, debemos realizar una comparación, que puede ser de dos 
tipos:
1) Normativa: se trata de una comparación psicométrica 
en la que se compara el rendimiento del paciente en un 
test determinado con una amplia muestra de la pobla-
ción normal con características similares en función de 
la edad, nivel educativo, nacionalidad o grupo social, etc. 
En general, en las diferentes pruebas se suele asumir 
normalidad, esto es, la mayoría de la población tiende a 
obtener puntuaciones en torno a un valor central, dismi -
nuyendo progresivamente en los extremoshacia arriba 
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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y hacia abajo de ese valor, formando la distribución 
que se conoce como campana de Gauss, por su forma 
característica (figura 1). De este modo, aplicando el teo -
rema de límite central, se puede calcular la posición del 
paciente en la curva a partir de su puntuación. A partir 
de ahí, puede obtenerse el valor estandarizado o percentil 
del paciente en esa prueba. Aquellas puntuaciones muy 
extremas suelen considerarse anómalas, especialmente 
cuando reflejan un mal rendimiento en la prueba.
Figura 1. Campana de Gauss
2) Individual: una comparación normativa con la pobla -
ción no proporciona información suficiente para identi-
ficar un déficit específico dentro de un mismo individuo 
(Schoenberg y Scott, 2011), puesto que la gravedad de 
las alterationes dependen del funcionamiento premór-
bido del paciente. Utilizar la comparación individual 
requiere, por lo tanto, conocer el nivel premórbido del 
paciente. Como generalmente no disponemos de infor -
mes neuropsicológicos previos, utilizamos un conjunto 
© Editorial UOC Capítulo II. Características generales del informe…
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de métodos para estimar el funcionamiento previo que 
pueden fundamentarse en variables demográficas (edad, 
nivel educativo, historia ocupacional), la entrevista reali -
zada a la familia y al propio paciente, así como el rendi -
miento durante la evaluación en funciones que se conoce 
que son relativamente resistentes al daño cerebral o a la 
edad, por ejemplo tareas de lectura de palabras, vocabu -
lario, etc. Además, el marco de comparación individual se 
emplea en la evaluación de la eficacia de las intervencio -
nes y en la evolución del paciente, ya que permite esta -
blecer comparaciones intrasujeto, es decir, del paciente 
consigo mismo.
Comprender el uso de un marco de referencia normati-
vo es fundamental para entender algunas de las expresiones 
habitualmente utilizadas en el informe neuropsicológico 
cuando se menciona el rendimiento del paciente en dife-
rentes procesos cognitivos. Es habitual que se plasmen en 
el informe adjetivos o expresiones que sirven como des -
criptores del rendimiento del paciente. En este sentido, los 
descriptores pueden ser categóricos, «alterado» o «no alte -
rado», si bien es frecuente cierta graduación del rendimien -
to: «leve», «moderado» o «grave». Esta graduación debe 
corresponderse con una determinada puntuación estándar 
o percentil en las pruebas que valoran dicho constructo 
(siempre ayudado de la observación clínica), ya que juzgar 
el grado de alteración en una función implica siempre una 
comparación. Y esta se hace, generalmente, con el grupo 
normativo del paciente.
En la tabla 1 se presenta una relación entre descriptores 
frecuentes y puntuaciones centiles (Schoenberg y Scott, 2011).
© Editorial UOC Guía práctica para la elaboración de informes neuropsicológicos 
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Tabla 1. Descriptores y referentes de percentil típicos
Descriptor Referente percentil típico
Muy superior Igual o superior al 98
Superior Entre el 91-97
Media alta Entre 75 y 90
Por encima de la media Percentil 68-82 (o algo por encima de la 
media, 51)
En la media Entre 25-74. También entre 30-66
Media baja o normal-bajo Entre 16-24
Por debajo de la media Entre 16-27 (o algo por debajo de la media, 49)
En los límites normales Igual o superior al 16, aunque por debajo de 
lo esperado en el sujeto
Borderline/límite Normalmente entre 6-15
Límite bajo No se emplea habitualmente; similar a 
borderline
Inusualmente bajo Entre el 3-9
Extremadamente bajo Menor o igual a 2
Alterado Típico, menor que el percentil 16 (también 
<=9)
Alteración leve Típico, entre 6-15 (también entre 6-9)
Alteración leve-moderada Entre 2-5
Alteración moderada Entre percentil 1-5. Más recientemente, entre 
0,6 y 1,9
Alteración moderada-grave Entre 0,13 y 0,59
Alteración grave Típicamente, menor del percentil 1. Más 
reciente, <=0,12
Fuente. Adaptado de Schoenberg y Scott (2011).
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Cuando el marco de comparación es individual, o la valora -
ción que se realiza es más cualitativa que cuantitativa, es reco-
mendable utilizar en el informe descriptores categóricos en 
términos de «alterado» o «preservado» frente a «no alterado».
No debemos perder de vista que las puntuaciones en las 
pruebas neuropsicológicas no prueban la existencia de una 
disfunción, pero permite rechazar al clínico la hipótesis nula, 
que es que el funcionamiento en un determinado proceso 
cognitivo es el normal.
Más allá de los descriptores antes señalados, en un informe 
neuropsicológico es muy habitual encontrarse con expresio-
nes y frases-tipo que, aunque generalmente evidentes para 
un neuropsicólogo, no lo son tanto para alguien que no esté 
familiarizado con la lectura de informes neuropsicológicos. 
En la tabla 2 se presentan algunas frases que se emplean habi-
tualmente junto con su significado 2.
Tabla 2. Expresiones habituales que se incluyen con frecuencia en la redacción 
de un informe neuropsicológico
Frase Significado
Disfunción atencional-ejecutiva Problemas en atención/concentración, 
así como solución de problemas, 
secuenciación, planificación, 
razonamiento, insight, juicio e 
inhibición. Frecuentemente asociado 
a alteración en lóbulo frontal o en 
circuitos fronto-estriatales.
2. Recordad que podéis consultar las recomendaciones para redactar el 
informe neuropsicológico en el subapartado 2.2.
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Frase Significado
Por debajo de lo esperado La ejecución está alterada, si nos 
basamos en el funcionamiento 
premórbido del paciente (objetivado 
o estimado).
Los datos no son consistentes 
con la existencia de una 
disfunción/lesión neurológica
El estudio es generalmente normal. 
En caso de un rendimiento alterado, 
habitualmente se aporta una explicación 
de que la calidad del estudio puede 
ser pobre por diferentes motivos 
(enfermedad psiquiátrica, esfuerzo 
reducido, etc.).
Los datos son consistentes/
compatibles con disfunción 
cerebral [focal, difusa o 
lateralizada]
Hay evidencia de disfunción. Se aporta 
la naturaleza de la lesión o la etiología.
Se encontraron alteraciones 
neuropsicológicas en [atención/
memoria/lenguaje/habilidades
visoespaciales/visoperceptivas/
funciones ejecutivas]…
… compatibles/consistentes con 
disfunción/ lesión en [región 
afectada]
Resumen de las funciones o procesos 
alterados. Puede ir acompañado de 
determinación de la localización de la 
lesión o de la lateralización (izquierda/
derecha).
Los datos son consistentes con 
lo esperado
Estudio normal en un sujeto que, en 
principio, no tiene identificada una 
patología neurológica o psiquiátrica 
con repercusiones neuropsicológicas.
Los datos son consistentes con 
disfunción/lesión cerebral
Estudio anormal. Las quejas no son 
debidas a problema psiquiátrico o 
a otros factores.
El esfuerzo/implicación/atención 
en la tarea fue insuficiente
Insuficiente esfuerzo por parte del 
sujeto. La calidad del estudio puede 
estar comprometida por simulación, 
disimulación, trastorno somatomorfo, etc.
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Frase Significado
Lenguaje Habilidades receptivas o expresivas del 
lenguaje, incluye lenguaje espontáneo, 
repetición, escritura, lectura y prosodia, 
etc. No limitado al habla únicamente.
Memoria (y/o aprendizaje) Habitualmente referido a sistemas 
de memoria declarativa, salvo que se 
especifique lo contrario.
Presentes déficits 
neuropsicológicos. Se desconoce 
la etiología, pero la más 
probable es [indicar]
Estudio anormal. Se sugiere la etiología 
más probable en un paciente que no 
tiene un diagnóstico hasta la fecha.
No se han hallado déficits claros Estudio normal. Las quejas pueden ser 
debidas a problemas psiquiátricos, o 
a un reducido esfuerzo del paciente.
No se observan

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